Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
Kúnyag no podía
volver a su estado original porque no le quedaban fuerzas.
Mientras tanto Nunash, fue recuperando su forma humana y
siguió esperando noticias de su amado.
Pasaron años y Nunash no logró encontrarlo, solo pasaba sus
días llorando. Una noche, mientras dormía, la voz de su amado le
dijo que se había convertido en una piedra y que ya no tenía
fuerzas para volver a su forma anterior. Lo que podía hacer era
convertirla en una hermosa figura que él vería en cada luna
llena.
Sin su padre y sin Kúnyag, a Nunash no le quedó más que
aceptar. Así fue como su amado la convirtió en una montaña,
una tan grande que él podía ver desde donde estaba. Además
podía reconocerla por su forma, ya que parece una mujer
recostada mirando hacia arriba.
En Tingo María hay una montaña que parece una mujer
recostada. ¡Esa mujer es Nunash!