El VIH se transmite a través del semen, los fluidos vaginales, la sangre y la leche humana.
Protégete usando condón cada vez que tengas sexo y no compartas agujas con nadie.
El VIH se contagia por el contacto con la sangre o fluidos sexuales (como el semen -leche-
y los fluidos vaginales), usualmente durante el sexo vaginal y anal. Por eso, la única manera
100% segura de evitar contagiarte de VIH es no tener sexo vaginal o anal.
Sin embargo, la mayoría de las personas tienen sexo en algún momento de su vida, por lo
que es importante informarse sobre cómo prevenir el VIH y cómo tener sexo más seguro.
Usar condones REALMENTE baja tu riesgo de contagiarte de VIH. Si vas a tener sexo, la
mejor manera de protegerte es usar condón cada vez que lo hagas. Cuando se trata del
riesgo de contagiarte de VIH, algunas actividades sexuales son más peligrosas que otras.
Es mucho más fácil que el VIH entre a tu cuerpo si tienes llagas, cortadas o aberturas en la
piel por donde puede entrar el semen (leche), los fluidos vaginales o la sangre. Por eso, no
tengas sexo si tienes un brote de herpes u otras infecciones. Si tienes otras enfermedades de
transmisión sexual -ETS- (que antes se conocían como enfermedades venéreas), tienes más
chances de contagiarte de VIH, por lo que es buena idea que te hagas los exámenes de las
ETS regularmente.
No existe ninguna vacuna que proteja contra el VIH, pero hay muchas personas trabajando
para fabricar (hacer) una. Además, hay medicamentos (llamados PEP y PrEP) que pueden
ayudar a prevenir el VIH.
Si no tienes VIH pero tu pareja si, puede recibir un tratamiento contra el VIH llamado
terapia antirretroviral (TAR). La terapia antirretroviral puede bajar el chance de transmitir
el VIH durante el sexo. Algunas personas que están en terapia antirretroviral no pueden
transmitir el VIH a su pareja en absoluto.
Las personas con VIH/SIDA son consideradas como un grupo vulnerable socialmente tanto
por las consecuencias de la enfermedad y por el abandono que subyace al diagnóstico. El
curso prolongado de la enfermedad y su abordaje como patología crónica requiere de un
sistema sanitario que no solo permita el acceso al tratamiento, sino que disponga de
contención y apoyo profesional integral para intervenir por un periodo prolongado. Este
acompañamiento sanitario debe tener como propósito que estas personas, al igual que toda
la población, puedan optar al tratamiento como un derecho fundamental, pero a la vez, al
cuidado y acompañamiento humanizado. Por ello, corresponde a los profesionales
sanitarios actuar, estableciendo una relación de ayuda y colaboración verdadera que será la
base para lograr también el compromiso del paciente con la enfermedad.