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LA POSMODERNIDAD.
Posmodernidad es la cultura que corresponde a las sociedades posindustriales,
sociedades que se desenvolvieron en los países capitalistas desarrollados a partir de los años ´60.
El término comenzó a utilizarse en la década de los ´80 haciendo referencia a lo que
viene después de la Modernidad o a una modernidad llevada al extremo.
La Posmodernidad, ya se la considere como su contrapartida, su continuidad o su
superación, tiene como punto de referencia inevitable a la Modernidad. Es por ello que para
comprender la primera debemos empezar por tener una idea de esta última.

La Modernidad.
La Modernidad es el conglomerado de hechos, obras e ideas que caracterizaron a Europa
y el conjunto de tierras de influencia desde mediados del siglo XV hasta la mitad del siglo XX.
Dicho periodo histórico se gestó en las ciudades comerciales de la Baja Edad Media en
las que se había desarrollado el capitalismo y surgido una nueva clase social: la burguesía. En las
mismas se había originado el Renacimiento artístico. De esas ciudades había partido el impulso
de viajar y conocer el mundo, de afán de riquezas y de conocimiento científico. El mundo se
ensanchaba con los grandes viajes de descubrimiento y conquista de los siglos XV y XVI que
abrían nuevas posibilidades al comercio, a partir del cual se forma el mercado mundial
potenciado por la plata americana. El predominio económico se desplazaba del Mediterráneo al
Atlántico, a partir del siglo XVI. Políticamente los estados nacionales se fueron consolidando.
Las autoridad de los reyes, apoyados por la burguesía, se impuso sobre los señores feudales y
enfrentó con éxito al papado.
En política surgieron las ciudades-estado en Italia y en el resto de Europa las naciones
con monarquías parlamentarias y constitucionales y más adelante el surgimiento de la
democracia. La Revolución francesa con sus ideales de fraternidad, igualdad y libertad plasma en
pocas palabras la idea de que el pueblo es quien tiene el poder para gobernar.
En materia religiosa, en el siglo XVI, se produjo la Reforma Protestante, que propuso la
libre interpretación de la Biblia, la reclusión a la conciencia individual y su retiro de los asuntos
públicos; cuestionó la dignidad de la pobreza y exaltó el valor del trabajo con lo que favoreció el
desarrollo del capitalismo. Con el correr de los siglos los filósofos colaboraron para que las
naciones tengan una religión común, muchas veces controlada por el Estado y Dios pase a ser
considerado el gran arquitecto del mundo y la explicación última de las cosas. La moral era una
moral del deber: las acciones buenas son aquellas universalizables (válidas para todos) y hechas
independientemente de los sentimientos que el sujeto tenga.
A nivel científico y tecnológico se inventó la imprenta, con lo que el conocimiento se
ampliaba a un gran sector de la población; Copérnico postuló el sistema astronómico
heliocéntrico en reemplazo de la concepción tradicional que ubicaba a la tierra en el centro del
universo; se mejoraron las lentes y los instrumentos de medición. La Matemática y la física se
consideraban ciencias por excelencia, luego le seguían la astronomía, la biología, la medicina.
En el año 1751 se reunen en un libro llamado Enciclopedia todos los saberes que el hombre tenía
hasta el momento con la idea de que al tener mayor conocimiento se tendría mayor virtud y se
alcanzaría la felicidad. Las ciencias por entonces ganaban autoridad frente a las verdades del
mundo mientras la Iglesia la perdía.
A nivel artístico se volvió a valorar el arte antiguo, así como su literatura. En pintura se
curvan las líneas, se dibujan cuerpos casi perfectos y los paisajes parecen reales; en escultura los
modelos son tomados del natural, sobre todo la figura humana y se hacen grandes monumentos;
en arquitectura se construyen grandes y suntuosos palacios y se mejoran las técnicas. En
literatura se recrean obras antiguas romanas o griegas y se crean muchas con sus personajes
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míticos. Se desarrollan las lenguas vernáculas en detrimento del latín que era la lengua utilizada
hasta el momento.
Si asociamos todos los adelantos científicos, comerciales, políticos, y económicos,
artísticos, filosóficos, etc., obtendremos la idea del progreso universal del hombre: el futuro
asegurado.
Este conjunto de cambios llevó a una crisis de la concepción medieval del mundo
centrada en Dios cuyo auténtico destino es la salvación de su alma y a considerar al ser humano
como creatura trascendente cuyo auténtico destino es la salvación. La modernidad va a elaborar
una concepción mas bien antropocéntrica, menos religiosa y más profana, para la cual la
auténtica vida es la terrenal y el cuerpo recupera su lugar al lado del alma.
En el siglo XIX la Revolución industrial acentuó las diferencias entre las clases, la
burguesía y el proletariado. A partir de allí se dieron movimientos sociales. El socialismo se
opuso al capitalismo pretendiendo que los obreros sean quienes se gobiernen por sí mismos.
Introduciéndose en el siglo siguiente, siendo mal aplicado no solucionó el problema del hambre
y la marginación de grandes masas.
El progreso de las ciencias y sus aplicaciones tecnológicas conducirían a una sociedad
libre del trabajo rutinario. El mundo sería entonces una especie de paraíso en el cual los hombres
se dedicarían a los placeres intelectuales y las tareas creativas.
A principios del siglo XX1 se desarrollaban a pleno las sociedades industriales. Los
artículos se fabricaban en serie y eran durables. Los obreros se especializaban y tal vez
realizaban el mismo trabajo toda su vida. Los comercios, las finanzas, todo crecía.
El credo de la modernidad fue: fe en el progreso ilimitado: fe en el capitalismo burgués:
fe en la tolerancia democrática y religiosa: fe en la ciencia y en la técnica. El hombre eficiente y
productor era el paradigma de la modernidad.
Pero a su vez, en ese siglo XX, se daba un flagelo muy grande para la humanidad: la
guerra. Y no fue una, sino dos guerras mundiales que arrasaron países y diezmaron a las
poblaciones. Por otro lado la brecha entre países ricos y países pobres se seguía agigantando.
Y es en este estado de cosas donde cabe la pregunta ¿A dónde lleva el progreso?

LA POSMODERNIDAD

“Se trata de un desencanto frente al proyecto global de modernidad. Desconfianza ante


el racionalismo científico: sólo lleva a un pragmatismo científico que deja insatisfecho al
hombre total. Desconfianza ante el racionalismo tecnológico que ha creado más problemas de
los que ha resuelto ya que no acortó la brecha entre la riqueza del Norte y la pobreza del Sur.
Desencanto ante el racionalismo sociopolítico en el que se han desarrollado las ideologías:
éstas de izquierda y de derecha, han fracasado y aún no asoma una alternativa confiable”2

Decir posmodernidad es decir desencanto de lo material, de la fe, del arte, de la razón,


aburrimiento, falta de horizontes y de motivaciones.
Retomando la definición del principio “Posmodernidad es la cultura que corresponde a
las sociedades posindustriales, sociedades que se desarrollaron en los países capitalistas
desarrollados a partir de los años ´60.”
Después de la segunda Guerra Mundial se dio un proceso de capitalismo tardío o
avanzado en el cual en la industria se aplicó la automatización y la cibernética. También se
desarrollaron nuevas profesiones liberales. El sector terciario, es decir de servicios incrementó su
desarrollo debido a que la industria y el campo demandaban menos obreros.

1 Esto sea tal vez lo más cercano y visible para nosotros.


2 GASTALDI, Y. , en “Hijos de la Posmodernidad”, p.14.
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Los artículos se empezaron a fabricar en pequeñas series de duración corta, obsoletos


rápidamente. Ya que la tecnología avanzaba a pasos agigantados y en poco tiempo eran
ampliamente superados, como sucede hoy con los artículos electrónicos.
Los tres sectores demandaban y demandan mucha especialización, esto convirtió al
conocimiento en una fuerza de producción fundamental..
Se desarrollaron nuevas formas de comercialización y marketing: los grandes centros
comerciales como los shoppings y los megamercados reemplazaron a otros comercios.
Las comunicaciones cada vez más perfeccionadas que permitieron conocer noticias y
hablar en forma instantánea entre partes muy distantes del globo hicieron que la posmodernidad
se difunda hacia casi toda la esfera. La globalización a nivel económico es su producto. Hoy
hablamos de empresas multinacionales que producen o compran materias primas en un país, las
procesan en otro y las venden en varios más, muchas veces muy lejanos. Las “Grandes marcas”
son conocidas en todo el mundo y conviven con la miseria y la marginación de muchos. “Los
centros comerciales se convirtieron en las plazas de nuestra vida pública y las marcas y
cadenas de negocios que allí conviven son los íconos de nuestra cultura popular”3.
Para el hombre posmoderno el futuro es incierto, ya que su antecesor, el hombre
moderno, le demostró que el progreso no hace el futuro mejor, éste último desconfía de su
futuro, no lo ve, ni le interesa. El pasado no le sirve porque no puede tomar ejemplo de él. Por
ello solamente quiere vivir el presente y de la mejor manera posible. El hombre busca consumo,
confort, dinero, objetos de lujo, poder en forma exacerbada.
Estas ideas predominan y se reflejan en todos los órdenes.
La cultura es una cultura de la imagen. Todo entra por los ojos. La TV es el gran
bombardero de imágenes que llegan a nosotros en forma no lineal y a modos de flash, lo que no
nos permite analizarlas. Solamente las consumimos y, a veces son basura.
En el arte por ejemplo: la arquitectura es ornamental y escenográfica pero débil, todo
apariencia, ya no se busca hacer edificios que duren mucho tiempo. En la literatura se da una
moda retro, se descompone y recrea lo ya hecho, hay poca creatividad.
El consumismo es característico de esta época. Vivimos en su filosofía: mirá , comprá,
usá, tirá y volvé a comprar. Los motivos de la compra no son tanto las necesidades vitales, sino
los reclamos de la moda. La compra a crédito es la solución para tener ya aquello que no podría
obtener de otra manera.
El individuo se ha transformado en individualista y egoísta. De él se han borrado las
ideas de trascendencia ( es decir de que hay algo más allá de él , de su materia y de sus sentidos).
Busca exaltar la juventud del cuerpo y lucir un buen envoltorio, que lo llevan muchas veces a
descuidar la salud. Sólo pretende que satisfagan de manera inmediata las necesidades de su
cuerpo, buscando la ausencia de tensión. Se tiende a un libre despliegue de su personalidad
íntima y a una sexualidad sin tabúes.
La cultura del bienestar ofrece una serie de normas de autocontrol del cuerpo, pero no de
la persona. La felicidad pasa por higiene, deporte, dieta, estética y control mental. Todo light,
todo ya.
La masificación se da en la gente que camina por las calles sin mirarse siquiera y sin
hablar ente sí, en los que visten de igual forma, cantan las mismas canciones, ingieren bebidas
similares. Forman grupos de relaciones interpersonales , pero superficiales. Hay mucha gente
alrededor y muchas comunicaciones pero el hombre está cada vez más solo y muchas veces el
camino es soledad, angustia, droga, violencia, suicidio.
En el campo de los valores y de las grandes decisiones cuesta empeñar la palabra y darle
un valor definitivo. Somos amigos de lo provisorio, lo relativo y lo circunstancial. Inmersos en

3 DURNING, Alan, en “Hijos de la Posmodernidad”, p.16.


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un mundo descartable hemos aplicado estas cualidades a la trascendencia, al amor. Corremos el


riesgo de cubrir lo serio, lo definitivo, con lo banal y sustituir lo consistente por lo frívolo.
Nuestra sociedad posmoderna ha extendido las relaciones entre los hombres,
información, viajes , entretenimientos. Todos contactos externos, pero ha perdido interioridad, ya
no se encuentra consigo mismo. El hombre ha iniciado un proceso de despersonalización.
La razón entra en crisis. Los ideales de la modernidad desencantan a la época
posmoderna que rechaza los grandes proyectos , el pensamiento sistemático y estructurado ( que
no llevó a buen puerto al hombre moderno). Hoy se prefiere sentir, prescindir de estructuras
mentales y vivir a impulsos del sentimiento, la libertad del gozar y no del pensar. La experiencia,
la sensación vale más que todo discurso racional. El trabajo intelectual ha quedado desvalorizado
y esto afecta a la sociedad en general.
La vuelta a lo religioso parecería una nota distintiva de la posmodernidad: a una religión
hecha a la carta, utilizando y mezclando signos de varias religiones y cultos, una religión sin
sumisiones jerárquicas, sin dogmatismos. Una religión del sentimiento: lo que hago lo siento, si
lo siento. Así vemos en algunos casos sectas, magia, ritos orientales, superstición, horóscopo,
mezclados con ritos de las religiones católica, judía, musulmana.
También son características de la Posmodernidad las Ong’s (Organizaciones no
gubernamentales) que buscan agrupar a la gente en pos de ayudar a los que están en peligro
fomentando valores como la paz, la solidaridad, la cooperación, etc.

NOTA:
Al leer este material debemos tener en cuenta que no todos los grupos sociales ni los
individuos son idénticos y tienen todas las características antes mencionadas, pero sí que por
vivir en esta época, en una cultura posmoderna y globalizada, todos y cada uno de nosotros
algunas de estas características seguramente tiene.

BIBLIOGRAFÍA:

MAGDALENO, Eugenio. “Hijos de la Posmodernidad”. Gram editora. 2da. edición. Buenos


Aires, 1996.

OBIOLS, Guillermo y Silvia. “Adolescencia, posmodernidad y escuela secundaria”. Kapeluz.


Buenos Aires, 1994.
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ACTIVIDADES:
1. Leer el material.
2. Destacar los contenidos que les llamen la atención.
3. Señalar las partes que plantean dificultades en su comprensión.
4. Buscar ejemplos de rasgos modernos que perduren en la actualidad y de
características posmodernas que sean muy evidentes en nuestra sociedad actual.

TRABAJO PRÁCTICO.

1. Establecer, según el crtiterio grupal, cuáles son las características positivas y las
características negativas de la Posmodernidad.
2. ¿Con qué características de las descritas se identifican? ¿Por qué?
3. ¿Qué cosas o quiénes ayudan a las personas a ser dueñas de sí mismas? ¿Quiénes conspiran
contra eso?
4. ¿Qué tendríamos que hacer para ser dueños de nosotros mismos y no dejarnos arrastrar por la
ola posmoderna?

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