El protocolo de Kioto fue el primer acuerdo entre naciones que ordenó la reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero país por país. Surgió de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (CMNUCC), que fue firmada por casi todas las naciones en la mega reunión de 1992 conocida popularmente como la Cumbre de la Tierra. En el marco se promete estabilizar las concentraciones de gases de efecto invernadero "a un nivel que impida interferencias antropógenas peligrosas en el sistema climático". Para cumplir esa promesa, se necesitaba un nuevo tratado, con objetivos vinculantes para la reducción de los gases de efecto invernadero. Ese tratado se ultimó en Kioto (Japón) en 1997, tras años de negociaciones, y entró en vigor en 2005. Casi todas las naciones han ratificado ya el tratado, con la notable excepción de los Estados Unidos. Los países en desarrollo, entre ellos China e India, no tenían el mandato de reducir las emisiones, dado que habían contribuido con una parte relativamente pequeña de la actual acumulación de más de un siglo de CO2.