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Buenas tardes estimadas:

En primer lugar me gustaría conceptualizar de que se trata el acuerdo preventivo


extrajudicial y sus ventajas aparentes. Se trata de un contrato por el cual el deudor
ofrece a sus acreedores diferentes propuestas (quita, espera, entrega de bienes,
emisión de obligaciones negociables, etc.) para superar el estado de cesación de
pagos o las dificultades económicas o financieras de carácter general, para evitar la
apertura de un proceso concursal. El aspecto fundamental de este acuerdo es que
puede someterse a homologación judicial y lograr así los mismos efectos que el
acuerdo obtenido en un concurso preventivo.
Las ventajas que se buscaron con esta línea de solución es que requiere un menor
formalismo que un proceso concursal, se llega a una solución más rápida, es más
económico y permite a las partes imponer sus propuestas con mas discrecionalidad.
Sin embargo, a mi parecer coincido plenamente con los argumentos de los autores
sobre la realidad de la poca utilización de esta herramienta extrajudicial, primero por
las ventajas que presenta el concurso preventivo, como ser: 1) la interrupción del
poder de agresión de los acreedores (por ejemplo, a partir de la publicación de
edictos, el concurso preventivo provoca la suspensión de todos los juicios de
contenido patrimonial contra el deudor por causa o título anterior a la presentación
y la imposibilidad de deducir nuevas acciones con fundamento en tales causas o
títulos, salvo las excepciones de ley); 2) la presentación en concurso suspende los
intereses de los créditos preconcursales; 3) también faculta al deudor a solicitar la
suspensión de la ejecución de garantías por 90 días (en cambio el acuerdo
preventivo extrajudicial no contempla esta opción ni siquiera en caso de
presentación de la solicitud de homologación); 4) la homologación del acuerdo
preventivo judicial produce la novación de todos los créditos alcanzados por él (en
cambio, la homologación del acuerdo preventivo extrajudicial no produce ese efecto
salvo que medie una cláusula expresa en ese sentido); 5) en caso de quiebra, los
actos de administración ejecutados por el deudor, no quedan alcanzados por la
acción de ineficacia concursal, cuestión que esto no está previsto para los actos de
administración otorgados por el deudor previo a solicitar la homologación del
acuerdo preventivo extrajudicial o con motivo de su cumplimiento, por lo que
podrían quedar alcanzados por la acción de ineficacia concursal si el deudor es
declarado en quiebra y tales actos hubieran sido realizados en el período de
sospecha; 6) la ausencia de un sistema de verificación de créditos que otorgue
transparencia al acuerdo preventivo extrajudicial provoca que no se conserve la
integridad del patrimonio y la igualdad de los acreedores, cuestión que si sucede en
un concurso.
Pienso que existen algunas desventajas omitidas por los doctrinarios que se podrían
agregar a este proceso extrajudicial para llegar a acuerdos, como el hecho de probar
las “dificultades económicas y financieras de carácter general”. Según Rivera,
Rouillon y otros, este concepto se refiere a una etapa previa de insolvencia, es decir
a un estado de preinsolvencia. Esto es importante porque conforma uno de los
presupuestos objetivos para llevar a cabo el acuerdo preventivo extrajudicial,
conjuntamente con el estado de cesación de pagos. Ademas, desde mi opinión esta
inexactitud es lo que se utilizaría para que este instituto sea utilizado para realizar
distintos tipos de defraudaciones.

Bibliografía:
Ley General de Sociedades, Infojus.
Ley de Concursos y Quiebras, Infojus.
Concurso preventivo y APE. Un análisis comparativo a la espera de mecanismos
más eficientes para superar la insolvencia post-pandemia, Martin Torres Girotti,
Abogados.com.ar.
Para pymes: las 11 diferencias entre el Acuerdo Preventivo Extrajudicial y el
concurso o la quiebra, Hernan Martin Oriolo, Ambito, 2020.

Buenas tardes estimado Alan:


Concuerdo plenamente con tu aporte. Pienso que se intento simplificar el trámite
de un concurso preventivo judicial a través de un desglose o partición de esta, para
que la cuestión concursal más conflictiva logre una salida alternativa al que podría
imponer un tercero imparcial. Sin embargo, esto por lo visto no sucedió, sino que
permitió a determinados sujetos inescrupulosos utilizarlo como herramienta
defraudadora aprovechándose del poco control estatal que presentaban.
En este sentido, pienso también que este “subtipo de concurso” da una idea del
intento de proveer a la sociedad una mejor herramienta para que los acreedores y
deudores puedan negociar en forma sencilla, rápida y menos onerosa, solucionar
sus conflictos y superar la crisis.

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