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cambio, permite medir la distancia de la identidag al procedimiento. Entonces, no sélo se trata de di. solver los lugares opuestos mascara/transparencia, particular/abstracto, perceptible/mperceptiole que insindan identidades femeninas y masculinas, sing articular el problema en el limite, en el pasaje de ‘esas oposiciones, alll donde se ubica su lengua. Por eso me gusta pensar que el enunciado ‘que mejor define la posicién de esta mujer es la distancia entre la imagen y la disoursividad, (esa Cconjuncién imposible del daguerrotipo y la clave). Me explico: no estar més que como imagen en el lugar al que se dirigen las miradas para estar como clave en el lugar donde se trama una escrtura, 126 5 DECIR Y NO DECIR: EROTISMO Y » REPRESION EN TRES ESCRITORAS, ® ARGENTINAS Beatriz Sarlo “Te quiero, oh mi perfecta ignorante! No conoces a Keyserting e ignoras el volumen de Ia tierra ~a decir verdad, lo mismo me acontece sefiores~ Ni siquiera has leldo a Tagore, a la Mistral y a Nervo, esos Idolos de las mujeres que no saben besar ni hacer cro chet, y escriben versos para nuestro mal”, Raul Gonzdlez Turtén, “Sobre el delantal de la perfecta ignorante’. * Borges prologé el primer libro de Norah Lange, La calle de la tarde, publicado por Samet en 1925; José Ortega y Gasset redacté el epliogo del primero de Vietoria Ocampo, De Francesca a Beatice. Alguien que hoy es un olvidado, nadie, tian Juan Lastra, firma, en 1916, el prélogo a La inquietud de rosal, de Aifonsina Storr. Las diferen- {las son tan obvias y conducen tan directamente al igen social y a la futura colocacién en el campo lectual de estas tres mujeres, que casi parece Ifdti ocuparse con mds detalle. Sin embargo, en ocasiones, las cosas importantes son también de- {fésiado evidentes. Voy a rechazar la tentacién de fo ocuparme de ellas trazando tres biografias de Somienzos, donde se leerén las diferentes modal ww dades de construccién de un lugar para la voz femenina en este perfodo. Renuncio a demostrar una segunda obviedad: Ia de que a las mujeres lee ccuesta mas que a los hombres disefiar y Ocupar un ‘espacio piiblico que, por rezones que son vividas ] como naturales, no es hospitalario con la presencia} femenina. Si esto puede comprobarse cada vez que se quiera, me interesa ocuparme, mas bien, de ‘c6mo estas mujeres trabajaron no solo con las des- 6 ventajas sino con la potenciacién de sus diferen. |» clas? 6 Norah Langue: la mujer nifia En Proa? Brandin Caratia comenta los libros de Norah Lange y de Victoria Ocampo. Al final ce la nota, escribe: ‘Estas dos mujeres, tan azoradamente nia la una, tan sabiamente femenina la otra, marcan ‘con un gasto inconsciente de vestales, la hore mas clara de nuestra evolucién espiritua”. esoritoras carentes del saber. Para aceptar la resencia de Lange y Ocampo, Brandan Coratfa fa que decir lo que dice y colocarlas, ademas, Shun lugar de la “evolucién* y no en el de ruptura y eves postcas que represanta Proa Las dos obras que comenta tienen una cuali- “fad comin, coherente con la caracterizacién de 'g08 autoras: ambos libros son ‘naturales’ “Norah Lange se olvida de la técnica, porque ien ella es natural y asi se lanza a los grandes espacios del alma, como una moderna diana a la caza de metaforas’. "Ningun libro mas natural y menos ista que ‘ste bello cofre de intimismo, de matiz y de amor (...) Victoria Ocampo es una escritora por naturaleza, que nunca ha oficiado en el coro de las escuslas"? Brandén Caraffa habla el discurso de la socie- fad sobre las mujeres y es probable que no tuvira {fo al que echar mano: aceptadas, comentadas, bialagadas, pero mantenidas en su lugar. Ya no so feta, para estos hombres modernos, del espacio fsico en el gineceo de la vida cotidiana. A media dos de 1920, no se repite la triple reclusién que fafect6 a Detfina Bunge: escribir en francés, escribir Poomas religiosos, fimmar siempre con el aditamen- "del apellido ‘conyugal* De todos modos, Brandén Caraffa situa a las dos mujeres prec samente en el lugar que les reconoce la cultura ‘Ambas resumen, si se las junta, imagenes clasicas y complementarias: la mujer-nifia y la mujer-sabia dos vestales, protectoras virgenes del fuego od arte. Pero, ademas, estas vestales son inconscien: (of. vespeco: Josefa Lucmar, “Las wos dal oti, on Le ‘sans po o mango. 2 roa ato 1,3. 18 * bd, pag. 87 Vitoria Ocampo esrb aus pimeras textos on franck, neo, & ‘orencia Ge Dana Bunge, os pubica en castolane, 19 | Norah con la cabeza tlena de bucles, indemne ala f gyando se publica EI rumbo de la rosa, Macedonio moda mas vulgar de la melenita garconne (que usa FE pace de Norah un retrato artistico-moral mas repo ‘Alfonsina), una cara angulosa y moderna. Son fotos f gado: del bienestar medio pero distinguido, de las relacio. | | nes libres pero vigiladas, de una modernidad mo. "Si yo descubriera toda la grandeza sumisa derada por Ia presencia de los mayores. Son tam. |g. que hay en su vivir y en su afecto hogarenio y bién fotos de grupo, donde la diversion espiritual, |) practico y el contraste con su voluntarioso humor y la gracia son moderados y de buen gusto, | _s -espirtu en el arte y en la bohemia,.."® | donde la sexualidad est mediada por la literatura y | por costumbres aceptables.’ Vienen més tarde leg | fotos de Norah vanguardista: leyendo sus famosos iscursos, recibiendo los homengjes paternales oe Macedonio, embutida en un distraz de sirena para la presentacién de 45 alas y 30 marineros. Después | estén las fotos de pareja intelectual: Norah del bra. | | 20.de Oliveri. Los principales escritores de la van- Norah es un arco (Borges), pero es también una mujer que conserva cualidades primarias basi- 8s; pertenece a la formacion de vanguardia pero la resquarda de las hechiceras bohemias que toda- va serian ineémodas en ol Rio de la Plata, Es la lte- ralura y el hogar, el happening martinferrista y las. estictas normas morales que rigen en la casa do la ‘salle Tronador, donde se conservé siempre la “ba- lanza de los nacimientos", en la que la madre Lan- (98 pesaba a sus hijas a medida que iban llegando al mundo. Continuidad y novedad, es. decir evolu- ‘aién, como lo definié Brandn en su comentario de roa, Libertad, en el marco de restricciones, por- {jue la familia Lange no permite, por lo menos en un Biincipio, que sus hijas asistan a ios banquetes nocturnos de los martinierristas. Ellas se enteran al dla siguiente de todo Io interesante que pasaba en ‘ra parte. Pero, por lo menos, se enteran, viven los, ot0s de las fiestas y a veces repiten el estilo de ‘sas celebraciones trasladadas al ambito respeta- 1 y privado, literario y culto, liberal pero esticto de la casa Lange, {uarcla aparecen en estas fotos (como también e9 | las de Victoria Ocampo). Son las figuras que no || okidan ent sora tras argentina. Pos foe |e estudio, muchas instanténeas. i Las crenchas y la juventud de Norah Lange: Borges elige la palabra crenchas para designar esa mata de pelo que obsesionaba a varios de los mat Snlrrstas. Exorizada como crenchas, la marce | dela sensvaicad de Norah era decibe, mencions bie incluso en el prélogo a 3u libxo de poems Ademas, Borges la hace ms joven de lo que en| efectvamente, La presenta comé una primita tan tosa y deseable.Algunos aos mas tarde, en 1960 jade comprobaree ela anéedeta el eso carbiace or {fe Quiroga y Allonsna, severamenio jaxgado por loe Lavoe Ib pag. 1 132 | + on paten contin a dasa do oie cneon, a 8 ia Desde la perspectiva de la vida de relacion, a ingreso oe Norah Lange al campo cultural parecs as, una prolongacién del escenario armado en ig casa patemma, Gané mucho en ese transito facil, ey esa especie de iniciacién ‘sem-privada, pera EE iggaero, Lo que Norah escribe no se diferencia del quizds, algo haya quedado reprimido. Hay que Beeisima, para poner un ejemplo, que a la misma Buscario en lo que falta de la poesia de Noran

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