Está en la página 1de 2

SIMPOSIO “FE EN ÉPOCAS DE ESCEPTICISMO” - 18/5/14

Fe y creencia
Rev. Caleb Fernández P.

He tenido varios esfuerzos con respecto a la fe. Y el más reciente esfuerzo que
he tenido no es precisamente el del tipo intelectual. En mi tarea pastoral me he dado
cuenta que tarde o temprano se descubre que hay personas que no creen en Dios y
pueden probar que no Él existe y otros que creen en Dios y pueden probar que Él existe.
Y esto es ser honesto no sólo académicamente sino también ser honestos con nuestra
humanidad. Recusé algunas invitaciones que tenían como objetivo ser debates entre
creyentes y ateos, por encontrarlo infructíferos, si hay algo que encuentro banal es
cuando el asunto de la discusión deja de ser sobre Dios y pasa a ser sobre quien es más
inteligente.
Hay un término que ha sido acuñado por el periodismo para describir a libros
famosos que han vendido muy bien sobre el asunto de la no existencia de Dios. El
Nuevo Ateísmo es representado por Richard Dawkinns, Christofer Hitchens, Daniel
Dennet, Sam Harris, que escriben para mostrar que la religión no tiene ningún sentido.
Pero, lo que es una novedad no es que ellos digan que la religión es mala, sino que ser
amigable con los creyentes religiosos es malo, que la religión es la peor cosa que alguna
vez pasó en la humanidad y necesita ser removida. Algo así, como la imposición del
ateísmo pero, con un singular proselitismo. Éste fue históricamente también el problema
de la religión, la imposición de la fe por medio del poder, del miedo, de la culpa y de la
ganancia.
Y, la verdad, no veo como eso pueda ayudar a una sociedad a desarrollarse
saludablemente. La nueva actitud del ateísmo proselitista y la actitud histórica de la
religión es irónica, especialmente para los cristianos porque es un pensamiento
“Nietzschesiano” que decía que “todo se trata de poder, no hay verdad, todo se trata de
poder”.
Por lo tanto, en lugar de hacer proselitismo agresivo, debemos dialogar y dejar
que la verdad pueda transitar por nuestros pensamientos y convicciones. Por eso acepté
esta invitación.

Hablemos de fe

Jacques Ellul hace una distinción entre fe y creencia. La creencia hace una afirmación
racional que describe la realidad, el mundo que nos rodea descrito en palabras, el
conjunto de doctrinas que adoptamos para organizar la realidad y situarnos en ella, es
decir, la manera como miramos el mundo, la vida y como debemos comportarnos de
manera que nuestra existencia tenga sentido: significado y dirección.
Existen creencias filosóficas, ideológicas, científicas y, principalmente, religiosas. La
creencia con respecto a lo que creemos: que el hombre es la medida de todas las cosas,
que el capitalismo es el mejor modelo económico, que la tierra gira alrededor del Sol,
que Jesús es Dios, por ejemplo.
Pero, las creencias tienen una característica paradojal: al mismo tiempo en que acerca a
las personas, también las aleja. A las personas les gusta reunirse alrededor de sus
creencias, les gusta quedarse en compañía de quien tiene las mismas ideas, quienes
practican los mismos rituales y los que se comportan de acuerdo con las mismas reglas
morales. El problema es que, generalmente, las personas que están unidas por sus
creencias le declaran la guerra a a todo el que no concuerda con ellos.
SIMPOSIO “FE EN ÉPOCAS DE ESCEPTICISMO” - 18/5/14

Nuestro escepticismo y nuestra religiosidad

El problema de nuestro escepticismo se produce cuando rechazamos la idea que


tenemos acerca de Dios. O mejor dicho, cuando rechazamos el conjunto de creencias
que hemos acumulado, y algunas veces ni siquiera seleccionado, acerca de la religión y
de Dios. Una imagen posiblemente corrompida o enriquecida por nuestras experiencias
y aprendizajes.
Pero, también, ese el problema de nuestra religiosidad. No sólo los escépticos
tienen una imagen distorsionada acerca de la divinidad, ese también es nuestro dilema
como creyentes en Dios, pues la imagen que tenemos de Él ha sido alimentada por la
doctrina que nos han enseñado y la tradición que hemos heredado.

¿Cuál es el desafío de la fe?

La realidad de la fe no se busca, mas bien, viene a nuestro encuentro. La


creencia debe dejar paso a la fe, no como un sistema de doctrinas a ser aprendidas y una
tradición a ser heredada, sino como “un encuentro” que se extiende en el tiempo que
tiene que ver con una experiencia subjetiva y sobrenatural de descubrimiento de la
verdad. Entendiendo que lo sobrenatural (o metafísico), forma parte también de la
realidad.
Es por eso que la fe debe ser entendida como “el encuentro” con un Dios personal (y
ahora hablo desde mi experiencia). Y a pesar de ser religioso, permítanme distanciarme
del argumento clásico de la religión, como la adopción de un sistema de doctrinas. Y
plantear la idea de que “el encuentro” con la verdad no es un asunto de creencia, sino de
fe, pues ya no se trata de explicar o describir la realidad de manera racional, sino de
relacionarse con una persona a través de un encuentro con Él.
Las creencias pretenden introducir la verdad en palabras. Pero, la relación con una
persona será siempre más que su descripción, incluso porque toda persona es siempre
más que las palabras que lo consiguen describir.
No describo mi relación con Dios a partir de mi religión, no quiero dar entender que la
espiritualidad puede ser adecuadamente trasmitida través de argumentos y
explicaciones. Por eso, no deja de sorprenderme que para el cristianismo Dios no envió
a salvarnos un conjunto de recomendaciones, o una lista suficiente de creencias, sino
una persona.
Me gustaría ser más específico en relación a esto: Jesús dijo: "Yo soy el camino, la
verdad y la vida”, Y esto a mi modo de ver representa una nueva dimensión en relación
con la verdad. No se reduce a describir la realidad de manera racional, sino en la
relación con una persona: el propio JESÚS.
La relación con Jesús trasciende al conjunto de creencias, de lo que creo y de lo que no
creo. Es una cuestión de fe, confío o no confío, le entrego mi vida o no se lo entrego.

Muchas gracias.

También podría gustarte