LA GANADERÍA SE HACE SOSTENIBLE CON AGROECOLOGÍA
Enrique Murgueitio R.
enriquem@cipav.org.co
Fundación CIPAV - Colombia
Aportes para el debate a la ganadería
La ganadería con todas las especies animales
domésticas de abastecimiento es una actividad
que involucra más de la séptima parte de los
humanos en el planeta y ocupa casi la tercera
parte de las tierras emergidas de América Latina y
el Caribe. Los sistemas de pastoreo son diferentes
a los modelos pecuarios industriales (avicultura,
porcicultura, engordes o lecherías en grandes
corrales) e incluyen un fascinante conjunto de
contribuciones culturales y aportes a los medios
de vida rural, por lo tanto, su estudio debe ir más
allá del debate entre posiciones extremas de
quienes exaltan al ganado solo como un objeto del
agronegocio exportador que genera dinero, o
quienes decidieron convertir a la vaca en un
símbolo mediático culpable de la depredación de
ecosistemas, el cambio en el clima de la tierra y la
mala salud de la gente.
En la aplicación de principios agroecológicos está
la esencia de la sostenibilidad ganadera para las
regiones tropicales y subtropicales del continente,
porque de los agroecosistemas ganaderos, que se
conocen con diferentes nombres en la región
como pastizales, praderas, pampas, sabanas,
llanos, campos o agostaderos; se abastece en la
actualidad la mayor demanda de la carne y la leche
bovina, ovina, caprina y bufalina de la región.
La cría de ovejas para lana ocupa vastas
extensiones de la Patagonia que comparten
Argentina y Chile; también está presente el bioma
Pampa (Argentina, Uruguay y suroeste de Brasil),
altiplanos y montañas en los Andes y otras zonas
menores de México y Mesoamérica. Los équidos
(equinos, asnos y mulares) en poblaciones
numerosas pastorean en todas partes del
continente, en los mismos ambientes que los
rumiantes mayores y menores. Ninguna de estas
especies es originaria del continente y su
presencia (con excepción de los búfalos de río)
data de casi cinco siglos.
Es necesario recordar que en las altas montañas de
los andes persiste otra ganadería que emplea las
llamas y las alpacas, camélidos suramericanos
domesticados (aunque los guanacos se pueden
manejar en rebaños semisilvestres). En la Puna y
altiplanos de Perú y Bolivia, así como en enclaves
pequeños de alta montaña de Argentina, Chile y
Ecuador, la cría de estos animales domesticados
hace varios miles de años es una actividad
arraigada y con plena vigencia en actualidad.
Se cuestiona mucho a la ganadería por sus efectos
ambientales negativos, baja productividad,
limitada generación de riqueza y aportes sociales.
Pero el estigma hacia la vaca que difunden los
medios masivos de comunicación y las redes
sociales es sesgado e injusto, porque no tiene en
cuenta la diversidad de actores sociales
involucrados, así como múltiples beneficios a la
sociedad de los sistemas de manejo con animales
herbívoros domésticos. Esta generalización
conduce a errores de política pública sobre la
ocupación de los territorios y a fracasos en
iniciativas de desarrollo rural o inversión privada.
Es necesario comprender que tenemos
extensiones muy grandes de tierra con mínima
población humana que sufren severas limitaciones
biofísicas y estructurales y donde la actividad
pecuaria es casi la única actividad legal posible
pese a lo extensivo del modelo. También en
muchas otras áreas ganaderas mejor dotadas por
la naturaleza (suelos, vegetación, agua y clima) se
ofertan significativos servicios ecosistémicos, tales
como alta productividad primaria neta (biomasa) y
acumulación de materia orgánica que son claves
para enfrentar el cambio climático por la
reducción de gases con efecto de invernadero; la
regulación del ciclo hidrológico, así como oferta de
agua de calidad; la regulación de los ciclos
biogeoquímicos y conservación de la
biodiversidad.
La visión agroecológica nos permite plantear de
forma más holística y transdisciplinaria el camino
hacia una ganadería con mayores beneficios
económicos, sociales y ambientales; lo cual incluye
reducir la presión sobre los ecosistemas naturales,
rehabilitar extensas áreas degradadas y generar
mejores oportunidades para la gente del campo y
el bienestar de los animales.
Aplicaciones de la Agroecología para la
sustentabilidad ganadera
La ganadería pastoril debe ser entendida como el
manejo de la tierra para múltiples finalidades,
donde se protegen y usan con inteligencia el agua,
la diversidad biológica y otros recursos naturales,
todos en relación íntima y sinérgica con los
animales domésticos. La intensificación ganadera
con adaptación al cambio climático requiere
aplicar principios agroecológicos que permitan
elevar la eficiencia de varios procesos biofísicos
esenciales, tales como la maximización de la
transformación de la energía solar en biomasa, la
fijación biológica del nitrógeno, la solubilización
del fósforo, la acumulación de materia orgánica en
el suelo, el uso de pastoreo rotacional de alta
carga instantánea con largos periodos de
descanso; la presencia dominante de una
comunidad mixta de plantas forrajeras vigorosas
(gramíneas, leguminosas, arvenses nobles); el
empleo de animales resistentes y adaptados al
pastoreo – ramoneo en condiciones cada vez más
extrema de clima y alimentación; el uso inteligente
del agua; un alto grado de bienestar de los
animales; la conservación de la diversidad y la
belleza en los paisajes y predios; la captura de
dióxido de carbono ligado a menores emisiones de
metano y dióxido de nitrógeno y el mínimo
empleo de agroquímicos, hormonas y antibióticos.
Todo esto en sumatoria permitirá contar con
territorios resilientes al cambio climático y a las
inestables fluctuaciones de los mercados y las
políticas.
El manejo cuidadoso de los suelos que se destinan
a la ganadería debe minimizar la erosión,
compactación y degradación de los mismos;
mantener o incrementar la materia orgánica, así
como estimular la macro y micro fauna edáfica.
Estos son asuntos cada vez mejor conocidos y
necesarios de convertir en prácticas cotidianas.
Hay puntos clave para la gestión del ganadero y su
equipo de trabajo quienes deben considerarse
como administradores del agua. Sus acciones
deben ser determinantes para la conservación de
las fuentes hídricas, así como el uso racional e
inteligente del recurso. Entre las actividades más
destacables se puede citar la protección (o
restauración cuando está afectado el ecosistema)
de la vegetación nativa de nacimientos,
manantiales, cursos de agua y humedales de todo
tamaño; la conservación de zonas captadoras en
las microcuencas tanto como la instalación de
reservas de agua para las épocas secas; la
inversión en sistemas de abastecimiento de agua
de buena calidad para que abreven los animales y
se evite que estos busquen saciar su sed
directamente en los ríos y cuerpos naturales de
agua. Los animales herbívoros dependen de las
plantas y estas a su vez de la energía del sol, el
agua y los suelos, por lo tanto, en la producción de
biomasa (forrajes y otros estratos de vegetación
arbustiva y arbórea) se combinan varios principios
agroecológicos como la presión adecuada del
pastoreo, las cargas animales ajustadas a la oferta
según el clima; el consumo de forrajes sin excesos
que afecten su persistencia, los periodos de
recuperación de las mismas y el reciclaje de
nutrientes. Un aspecto de especial importancia es
la presencia en la oferta forrajera del ganado, de
plantas que tengan simbiosis con bacterias o
actinomicetos capaces de elaborar compuestos
nitrogenados orgánicos a partir de la forma
gaseosa del nitrógeno presente en el aire (las
cuatro quintas partes del aire). Muchas de estas
especies pertenecen al grupo de las leguminosas y
pueden cultivarse o promoverse en forma natural
con el pastoreo rotacional cuidadoso con empleo
de cintas o cercas eléctricas que facilitan el reposo
necesario para que terminen su ciclo
reproductivo; aplicando cantidades pequeñas de
fósforo (cuando sea crítico hacerlo) al suelo y,
sobre todo, con el abandono de prácticas
agresivas en el manejo de los pastizales como los
herbicidas, el sobrepastoreo y el fuego.
En suelos ácidos, que son los más comunes en la
región, el fósforo es el elemento más limitante de
la producción ya que se requiere en los procesos
esenciales de la fisiología de las plantas y los
animales. A causa de los iones de hierro o aluminio
de estos suelos, el fósforo queda en formas
bioquímicas no aprovechable por las plantas.
Existe la opción de modificar la acidez mediante
aplicación de enmiendas con elementos básicos o
alcalinos (carbonatos y silicatos) acompañados de
fuentes de fósforo (rocas fosfóricas, mono o
polifosfatos), aunque debido a sus costos, esto
solo sea aplicable a una proporción muy baja de
los territorios. Por fortuna, la naturaleza también
cuenta con procesos más económicos como la
solubilización del fósforo (cambio de su forma
química) para que pueda ser absorbido por las
plantas mediante la interacción con los hongos
micorrízicos del suelo y también por los ácidos
orgánicos presentes en las raíces de muchos
árboles y de algunas especies arbustivas como el
botón de oro Tithonia diversifolia. Las micorrizas
tienen la posibilidad de incrementar
significativamente el área de captación de
nutrientes de las plantas que los alojan y de paso
protegerlas de la toxicidad de los iones o los
ataques de enfermedades.
Desde mediados del siglo pasado, a partir de
estudios y observaciones realizadas en varios
continentes, se ofrece a los interesados en el
tema, diversas metodologías de manejo de la
tierra y los animales en pastoreo. Todas proponen
soluciones a la degradación de praderas y suelos.
Aunque las escalas de aplicación y los contextos
biofísicos y sociales son diferentes, hay una
interesante convergencia en asuntos
fundamentales entre los que se denominan
Manejo Holístico, pastoreo racional intensivo,
método Voasin, ganadería regenerativa y
pastoreo rotacional. Los aspectos esenciales que
comparten en común se pueden resumir en que
todos emplean a la ganadería para recuperar las
tierras degradadas (ninguno excluye el pastoreo);
tienden a una mejor planificación de las zonas
ganaderas, evitan el pastoreo continuo,
promueven la recuperación de la vegetación
forrajera deseada a partir de descansos
prolongados, priorizan la oferta de agua de
abrevadero tanto como reducen el empleo de
productos agroquímicos para los campos y
fármacos en el ganado que afecten con su
residualidad a los organismos benéficos como
lombrices de tierra, escarabajos estercoleros,
arañas y aves insectívoras. Independiente de las
fortalezas y desarrollos de cada uno de estos
métodos de pastoreo, el análisis de los mismos
permite detectar una conexión evidente con los
principios de la agroecología.
Los silvopastoriles avanzan en
Latinoamérica
Como un componente especial de la
Agroforestería, los sistemas silvopastoriles deben
ser una contribución a los medios de vida, las
culturas rurales y la economía de las regiones a
través de un conjunto de diseños, herramientas y
aplicaciones para el uso y manejo de la tierra en
los que interactúan en forma simultánea plantas
leñosas perennes (árboles, arbustos y palmas),
plantas herbáceas (pastos, leguminosas y
arvenses), animales domésticos y fauna silvestre;
todo esto dentro de paisajes que contienen áreas
destinadas a la conservación o restauración de los
ecosistemas originales (bosques, pastizales,
humedales).
Los sistemas silvopastoriles demuestran que es
posible reducir las áreas dedicadas a la ganadería
sin sacrificar la producción. Esta ganadería con
bosques, va estrechamente ligada a la
rehabilitación de los ecosistemas degradados, la
conservación de áreas protegidas públicas,
privadas y comunitarias, así como a la provisión de
más y mejores servicios ambientales derivados de
la biodiversidad y el ciclo hidrológico en las escalas
de los predios y de los agropaisajes.
Adecuándose a los atributos biofísicos y
socioeconómicos de cada región, existen
diferentes tipos de sistemas silvopastoriles, por lo
tanto, los beneficios, esfuerzos, conocimientos y
necesidades son diversas. En general todos se
comparan con sistemas de pastoreo sin árboles ni
arbustos que son dominantes en América Latina y
el Caribe. Para facilitar la comprensión, se pueden
agrupar según el tipo de arreglo espacial, la
densidad y composición de sus componentes
leñosos (árboles, arbustos, palmas y otros). Todos
pueden tener especies nativas locales o
regionales, tanto como especies introducidas y
naturalizadas y también todos se pueden asociar
en forma temporal o permanente con la
agricultura.
Un primer grupo de sistemas se caracteriza por
tener los árboles y arbustos ordenados
deliberadamente en formas lineales simples o
complejas (varios estratos o varias líneas). En este
conjunto están las cercas vivas, cortinas (barreras)
rompevientos y cultivos en callejones. En general
las áreas de praderas son la mayor proporción de
la superficie. Otro grupo viene de modificaciones
espaciales a las plantaciones forestales en la
búsqueda de mayor cantidad de luz para estratos
bajos para pastoreo. El objetivo mixto es la
producción de madera para múltiples fines
(muebles, enchapes, construcción, celulosa,
energía) y ganados; pero es por el componente
forestal que se toman las principales decisiones de
manejo. En este conjunto están las plantaciones
en macizo o líneas de árboles plantado (simples,
dobles o triples) con pastos y ganados; también los
bosquetes o rodales para sombra en el verano y
abrigo climático en invierno subtropical y la
integración agrícola, ganadera y forestal (ILPF por
su sigla del idioma portugués) que avanza en Brasil
como una estrategia nacional de agricultura de
bajo carbono. Un tercer agrupamiento se da
cuando se realiza pastoreo y ramoneo en bosques
nativos, casi siempre con rebaños mixtos (bovinos,
caprinos y ovinos) en ecosistemas de climas
extremos (bioma del Chaco en Paraguay,
Argentina y Bolivia o la Caatinga en el nordeste de
Brasil). Al cuarto grupo pertenecen ambientes
ganaderos donde la sucesión vegetal natural tiene
a recuperar las áreas de praderas (árboles,
arbustos, palmas y lianas) y este proceso se
maneja deliberadamente buscando un balance
entre bosques y pastos. También se incluyen los
árboles dispersos en potreros plantados o por
regeneración natural. El último grupo se
denominan sistema silvopastoril intensivo e
incluye el banco forrajero mixto para corte y
acarreo y el seto forrajero (arbustos en alta
densidad con algunos árboles, pero en forma
lineal). En el silvopastoril intensivo interactúan en
el mismo espacio y tiempo una o más especies de
diferentes estratos. En el estrato herbáceo se
encuentran gramíneas forrajeras nativas de
América o introducidas, así como plantas
leguminosas herbáceas. En el segundo nivel o
estrato está la vegetación compuesta por arbustos
forrajeros como la acacia forrajera Leucaena
leucocephala (Lam.) de Wit., de la subfamilia
Mimosoidae; el botón de oro Tithonia diversifolia
(Hemsl.) A. Gray, de la familia Asteracea; o el
guácimo Guazuma ulmifolia Lam., de la familia
Malvaceae, en alta densidad (entre 10 y hasta más
de 40 mil plantas ha-1) destinados al ramoneo del
ganado. Asimismo, el sistema incluye un tercer
estrato conformado por árboles dispersos o en
líneas (entre 25 y 100 árboles adultos ha-1). En la
actualidad en varios países de la región se
investigan otras especies arbustivas para estos
sistemas, tales como Leucaena diversifolia,
Sambucus nigra Sub. peruviana, Cratylia argentea,
Helianthus tuberosus, Smallanthus sonchifolius,
Dahlia imperialis, Lupinus rotundiflorus, Cytisus
proliferus y otros.
Este sistema incluye la oferta permanente de agua
de buena calidad para el consumo animal en
bebederos móviles y de sal mineralizada
balanceada.
El cuadro número 1 resume los procesos
agroecológicos y servicios ambientales para los
cinco grupos de sistemas silvopastoriles descritos
con una aproximación cualitativa de los aportes a
dichos procesos, según la información disponible.
Cuadro 1. Procesos agroecológicos y servicios ambientales por grupo de Sistema Silvopastoril
Grupo de Sistema Silvopastoril
Plantación Bosque Manejo Silvopastoril
forestal con
Cerca viva, ganado nativos sucesión intensivo,
/
Proceso Agroecológico cortinas Agricultura – con vegetal, árboles banco forrajero
rompevientos, ganadería –
/ Servicio ganado dispersos en mixto, seto
sombra y bosque
ecosistémico abrigo plantado potrero forrajero
Producción de biomasa 3 2 2-3 3
1 -2
vegetal
Mayor reciclaje de 2 2-3 2-3 3
nutrientes 1

Acumulación de 2 3 2 3
materia orgánica en el 2
suelo
1-2 2-3 1 -2 2
Contribución a
1-2
servicios hidrológicos

Conservación de la 1 2-3 1- 2 2
2-3
biodiversidad
Fijación biológica de 1 1 3
1–2
nitrógeno atmosférico
Solubilización del 0-1 1-2 1–2 1-2
fósforo en suelos 0-1
ácidos
Captura de CO2 1 3 2 1–2 2-3
Menores emisiones de 3
CH4 y N2O
Resiliencia al cambio 3 2–3 2–3 2-3
1–2
climático
Grado de bienestar 3 3 1–2 2-3
animal – confort 1
térmico
Producción de carne y
leche con mínimo 2 1-2 1–2 3
empleo de
1
agroquímicos,
antibióticos y
hormonas
0: ninguno 1: Bajo 2: Medio 3: Alto

Todos estos sistemas tienen diferentes expresiones en las regiones ganaderas del continente, así sean
minoritarias en los paisajes. Provienen del conocimiento agroecológico empírico, la tradición de los
productores que en algunos casos pueden tener varios siglos, y otras emergen a partir de la investigación
científica o la innovación tecnológica de las últimas décadas. En el cuadro 2 se resume una aproximación a los
grupos de sistemas silvopastoriles en una serie de países de América Latina y el Caribe desde su desarrollo
bien como tradición de productores y aportes de los investigadores y técnicos. Además, se muestra en qué
estado puede encontrarse la difusión de estos modelos hacia una etapa inicial de escalamiento (expansión)
en agropaisajes.
 Cuadro 2. Procesos agroecológicos y servicios ambientales por cada grupo de Sistema Silvopastoril
Grup de Sistema Silvopastoril
Plantación Bosque Manejo Silvopastoril
Cerca viva, forestal con
nativos
sucesión intensivo,
cortinas ganado / vegetal, banco forrajero
Agricultura – con árboles mixto, seto
rompevientos,
País ganado – dispersos en forrajero
sombra y bosque ganado
potrero
abrigo plantado
Argentina I I, E T, I, E T, I I
Brasil T, I, E I, E T T, I I
Chile T, I I T, I T I
Costa Rica T, I, E I T T, I, E I
Colombia T, I, E I T T, I, E I, E
Cuba T, I, E T, I T, I I
Ecuador T, I T T, I
México T, I, E I T, I T, I, E I, E
Nicaragua T, I, E T T, I I
Panamá T, I I T T, I I
Perú T I T T, I, E I
Paraguay T, E I, E T, E T
República Dominicana T, I, E T T, I I
Uruguay T, E I T
T: Tradición (experiencia de productores) I: Investigación E: Escalamiento (etapa inicial)

En las últimas tres décadas los científicos
latinoamericanos han publicado muchos
resultados de sus investigaciones silvopastoriles
sobre los componentes productivos y Bibliografía
ambientales. De una muestra de casi dos
centenares de artículos publicados por autores de
varios países de la región, casi la mitad hicieron
evaluaciones sobre el componente forestal; una
tercera parte sobre el componente agrícola y
menos del 10% sobre el componente ganadero.
Este desbalance se espera corregir en los próximos
años.
Por otra parte, la diferenciación de calidad de los
alimentos y los productos originados en sistemas
silvopastoriles son un tema de interés para la
comunidad científica de la región interesada en
ganadería sostenible. De esta manera, se espera
atender las crecientes demandas de la sociedad en
términos de calidades diferenciales presentes en
la carne, la leche, lana, pieles, maderas y
productos no maderables. Hoy ya podemos
mencionar que ya existen varias iniciativas
comerciales exitosas de pequeña escala y las
pruebas científicas que comprueban al ciudadano
las bondades de los enfoques agroecológicos
ligados a la ganadería.
Altieri, MA, Nicholls CI. 2012. Agroecología y
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Jardón, L., Lencinas, MV., Martínez
Pastur, G. 2015. Estado del conocimiento
de las investigaciones en sistemas agro-
silvo-pastoriles: una mirada para
Sudamérica. En: 3° Congreso Nacional de
Sistemas Silvopastoriles: VII Congreso
Internacional Sistemas Agroforestales /
compilado por Pablo L. Peri. - 1a ed. –
Santa Cruz. Ediciones INTA, 2015. p313.
Anexo fotográfico

Foto 1. Sistema Silvopastoril Intensivo con árboles, arbustos forrajeros de ramoneo y pastos. Finca
San José de la campesina Fabiola Vega y familia. Ulloa, Valle del Cauca -Colombia. Foto: Fernando
Uribe, CIPAV.

Foto 2. Ganado de cría Hereford en silvopastoril de monte nativo. Chagra Los Cedritos de Otto
Waidelich e Irma Sommerfeld. Andresito, Misiones – Argentina. Foto: Enrique Murgueitio, CIPAV.