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Cómo hablar con un amigo con pensamientos suicidas: consejos

para dar apoyo

Pautas de actuación a la hora de hablar con un amigo o


amiga con pensamientos suicidas.

Nahum Montagud Rubio


12 enero, 2021 - 12:53

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Hablar del suicidio es un tema tabú en nuestra sociedad, pero hablar sobre
ello no es para nada algo de lo que avergonzarse ni tampoco por lo que
sentirse culpable.

Puede que pensemos que es algo que difícilmente nos va a pasar, que eso del
suicidio solo le pasa a la gente muy deprimida, algo que es “fácil” de ver. Sin
embargo, son muchas las personas que tienen pensamientos suicidas.

Saber cómo hablar con un amigo con pensamientos suicidas, o que


creemos que los podría tener, no es sencillo (ni cómodo de aplicar a la
práctica), pero es mejor prevenir que enfrentarse a la pérdida de un ser
querido. A continuación veremos cómo hacerlo.

 Artículo relacionado: "Pensamientos suicidas: causas, síntomas y

terapia"
¿Cómo hablar con un amigo o amiga con
pensamientos suicidas?
Puede que no reparemos en ello, pero lo cierto es que la depresión y los
problemas asociados son un mal muy común. Cada día, yendo por la calle, nos
cruzamos con cientos de personas que pueden sentir desesperación, tristeza
profunda, indefensión y, más frecuente de lo que nos gustaría creer,
pensamientos suicidas. Ya sea un amigo, un familiar o nuestro vecino son
muchos los que fantasean con la idea de acabar con su vida y,
lamentablemente, también son muchos quienes lo llevan a cabo.

Son varias las causas que pueden estar detrás de que una persona se quiera
suicidar, pero no por ello hacen que el problema sea más evidente y fácil de
ver. Las personas que tienen esta clase de pensamientos no los comparten así
como así e, incluso, tienen miedo de que alguien se dé cuenta. La sociedad en
la que vivimos hace que, si ya es difícil hablar de sentimientos totalmente
sanos y normales, lo es todavía más el expresar algo que por regla general se
ve como algo de lo que avergonzarse.

No hace falta ser un psicólogo para contribuir a salvar una vida ante el
riesgo de que alguien se suicide. A pesar de sentir vergüenza por compartir
sus pensamientos, lo que muchos de estos pacientes quieren es que sus
miedos y sentimientos sean escuchados sin ser juzgados. Muchos temen que
se les vea como personas débiles, que optan por la vía “fácil” pero, en
realidad, el hecho de expresar sus temores, sus miedos, su insatisfacción con
su vida los hace verdaderos valientes, y nosotros, como buenos amigos,
debemos escucharles y apoyarles. Debemos hacer todo lo posible para
superar su problema y cambiar su visión de la vida.

Lo que vamos a ver a lo largo de este artículo son una serie de aspectos a tener
en cuenta a la hora de hablar con alguien que creemos que podría tener
pensamientos suicidas. Puede que no sea así, que nos hayamos pensado lo
que no es, pero el simple hecho de preguntar a alguien si quiere acabar con su
vida puede ayudarnos a evitarlo.

Lejos de lo que se cree, hablar abiertamente sobre esta cuestión puede


evitar que acabe con su vida. En caso de que no sea así, aunque incluso
pueda enfadarse por habérselo preguntado, nos quedaremos tranquilos al
comprobar que no.

Sus sentimientos no son una vergüenza


A la hora de hablar con un amigo con pensamientos suicidas debemos evitar
tratar el problema como un motivo de vergüenza y culpabilizar a la
persona. El suicidio se debe abordar de forma abierta, dado que es un tema
demasiado serio como para dejar cosas en el tintero. Discutir abiertamente
sobre el tema es un factor de protección, puesto que cuanto más se sepa qué
pasa realmente, antes se podrá intervenir. Además, si la persona ve que
alguien se preocupa por ella puede que tenga más ganas de vivir.

Esto, lamentablemente, es justo lo contrario a lo que hacen muchos seres


queridos. No son pocos los padres, hermanos, amigos y otras personas
cercanas que le dicen explícitamente a quien tiene esta clase de pensamientos
que no se lo diga a otras personas, para no preocuparlas o que se piensen lo
que no es. Aunque bienintencionados y preocupados, estas personas no son
conscientes de que su “consejo” puede agravar todavía más la situación

Decirle a una persona con pensamientos suicidas que no hable


abiertamente de ellos contribuye a que se avergüence de tenerlos, algo
que ya de por sí sienten. Además, esto les hace sentir peor porque se sienten
culpables por haber preocupado a quien ya lo sabe, empeorando todavía más
su depresión. Como colofón a todo esto, si accidentalmente más personas
saben que tiene pensamientos suicidas, se sentirá peor porque no lo ha
sabido ocultar. Todo esto incrementa las posibilidades que cometa suicidio.

Como ya hemos comentado, es mejor hablar abiertamente de ello que


ocultarlo. Si la persona quiere suicidarse, lo mejor para evitar que lo lleve a
cabo es saberlo lo antes posible. En caso de que no tenga pensamiento suicida
alguno, simplemente habremos hecho una pregunta incómoda, nada más. La
creencia de que hablar sobre el suicidio incrementa las posibilidades de que lo
cometa no es cierta. Cuanto más información sepamos sobre qué le sucede,
mejor, y más ayuda podremos ofrecer.

 Quizás te interese: "Así es la intervención psicológica en pacientes

con riesgo de suicidio"

La inteligencia emocional: nuestra mejor aliada


De primeras, tratar de comprender a una persona con pensamientos suicidas
es difícil si no se han experimentado esta clase de pensamientos alguna vez.
No obstante, no es imposible ni tampoco significa que no entenderlo. Un
aspecto fundamental para comprender a un amigo con este tipo de
pensamientos y saber cómo ayudarle es ponerse en su lugar, hacer un
esfuerzo mental por comprender su situación y tratar de imaginarse qué
es lo que quiere y lo que no quiere oír. En otras palabras, cultivar la
inteligencia emocional.

La inteligencia emocional es nuestra mejor aliada para abordar un tema tan


delicado como lo es el querer suicidarse, pero también nos sirve para
cualquier otro aspecto de la vida que tenga directa relación con las
emociones. Poca gente se da cuenta, pero no todos sentimos por igual ni
vivimos las cosas de nuestro alrededor de la misma manera. Hay que entender
que cada uno, con su personalidad y sus sentimientos, es distinto.
La inteligencia emocional tal y como está conceptualizada hoy en día se
entiende como la capacidad de poner en práctica dos habilidades. Por un
lado, tenemos la inteligencia intrapersonal, que es la capacidad de
comprender, identificar y manejar las emociones propias, mientras que por el
otro tenemos la interpersonal, que es la capacidad de reconocer, comprender
y entender las emociones de los demás.

Ambas nos pueden ser útiles para hablar abiertamente con una persona de
quien sospechamos que podría tener pensamientos suicidas, pero es
especialmente útil la interpersonal. Por medio de ella podemos tratar de
pensar cómo nos sentiríamos nosotros, qué es lo que no nos gustaría que
nos dijeran y cómo las palabras, aunque bien intencionadas, pueden ser
dolorosas o, incluso, empeorar la situación. Debemos pensar en las posibles
consecuencias de nuestra forma de abordar el problema.

La empatía no puede faltar. Además, debemos intentar ponernos en su lugar,


tratar de tomar su mismo punto de vista, pensar qué es lo que la ha llevado a
tomar una opción tan radical como puede ser la de querer suicidarse. Desde
fuera puede dar la sensación de que tampoco es para tanto pero, como hemos
comentado, cada uno es como es y nuestras vidas son muy distintas. La
desesperación y la tristeza extremas que implica la depresión no suceden así
como así, hay un motivo de peso.

Llamar en caso de emergencia


Los pensamientos suicidas no son sinónimo de suicidio inminente. Incluso
hay personas que fantasean con su muerte y se preguntan qué pasaría si
decidieran acabar con su vida que nunca van a cometerlo. Sin embargo, está
claro que el simple hecho de tener este tipo de ideas por la mente no es algo
muy halagüeño. Que un amigo nos diga que tiene pensamientos suicidas es
algo de lo que preocuparse e intervenir lo antes posible.

Si hablamos del tema con nuestro amigo y nos dice, explícita y claramente,
que se quiere suicidar y que lo hará en breves está claro que estamos ante una
urgencia. Es cuestión de días, quizás horas, que un ser querido acabe con su
vida. Por lo tanto, lo que debemos hacer en ese preciso momento es coger
un teléfono y llamar a los servicios de emergencia. Si no estamos cerca de
quien creemos que se va a suicidar, debemos ponernos en contacto con
alguien de su entorno, darle el aviso y, también, llamar a la policía indicando
dónde vive o dónde podría encontrarse ahora.

En caso de que nos diga que fantasea o que ha pensado en suicidarse pero no
parezca que lo vaya a hacer a corto plazo también debemos intervenir. No
debemos bajar la guardia o creer que es una fase, que cuando se haya
“arreglado” aquello que le preocupa estará feliz y contento como unas
pascuas. Debemos preocuparnos, pero por fortuna disponemos de mayor
margen de maniobra en comparación con el caso anterior. Que no lo vaya a
hacer hoy no significa que no tenga un plan ya preparado. Hay riesgo de que
se quite la vida.

Debemos consultar con ayuda profesional como un psicólogo especializado,


atención primaria y, también, con los servicios de información para que nos
digan en qué medida podemos ayudar y qué podemos hacer (Teléfono de la
Esperanza: 717 003 717). Debemos facilitarles a estos profesionales todos los
datos que tengamos a nuestra disposición, detalles que hayamos podido
sacar en claro de nuestra conversación abierta con él o ella sobre sus
pensamientos suicidas. Todo dato que les podamos facilitar les ayudará a
guiarnos y explicarnos qué debemos hacer.
Referencias bibliográficas:

 Weisner, L. (2020). How to talk to a suicidal friend. Psyche.co. Extraido

de https://psyche.co/guides/how-to-talk-about-suicide-and-save-the-
life-of-a-loved-one.
 Hjelmeland, H., Hawton, K., Nordvik, H., Bille-Brahe, U., De Leo, D.,

Fekete, S., Grad, O., Haring, C., Kerkhof, J. F., Lönnqvist, J., Michel, K.,
Renberg, E. S., Schmidtke, A., Van Heeringen, K., & Wasserman, D.
(2002). Why people engage in parasuicide: a cross-cultural study of
intentions. Suicide & life-threatening behavior, 32(4), 380–393.
https://doi.org/10.1521/suli.32.4.380.22336.
 Maris, R. W., Berman, A. L., Silverman. (2000). Comprehensive Textbook

of Suicidology. New York. The Guilford Press.


 Silverman, M. M. (2006). The Language of Suicidology. Suicide and Life-

Threatening Behavior: Vol. 36, No. 5, pp. 519 - 532.


Cómo hablar con un amigo con pensamientos suicidas: consejos
para dar apoyo

Pautas de actuación a la hora de hablar con un amigo o


amiga con pensamientos suicidas.

Nahum Montagud Rubio


12 enero, 2021 - 12:53

Comparte
Hablar del suicidio es un tema tabú en nuestra sociedad, pero hablar sobre
ello no es para nada algo de lo que avergonzarse ni tampoco por lo que
sentirse culpable.

Puede que pensemos que es algo que difícilmente nos va a pasar, que eso del
suicidio solo le pasa a la gente muy deprimida, algo que es “fácil” de ver. Sin
embargo, son muchas las personas que tienen pensamientos suicidas.

Saber cómo hablar con un amigo con pensamientos suicidas, o que


creemos que los podría tener, no es sencillo (ni cómodo de aplicar a la
práctica), pero es mejor prevenir que enfrentarse a la pérdida de un ser
querido. A continuación veremos cómo hacerlo.

 Artículo relacionado: "Pensamientos suicidas: causas, síntomas y

terapia"

¿Cómo hablar con un amigo o amiga con


pensamientos suicidas?
Puede que no reparemos en ello, pero lo cierto es que la depresión y los
problemas asociados son un mal muy común. Cada día, yendo por la calle, nos
cruzamos con cientos de personas que pueden sentir desesperación, tristeza
profunda, indefensión y, más frecuente de lo que nos gustaría creer,
pensamientos suicidas. Ya sea un amigo, un familiar o nuestro vecino son
muchos los que fantasean con la idea de acabar con su vida y,
lamentablemente, también son muchos quienes lo llevan a cabo.

Son varias las causas que pueden estar detrás de que una persona se quiera
suicidar, pero no por ello hacen que el problema sea más evidente y fácil de
ver. Las personas que tienen esta clase de pensamientos no los comparten así
como así e, incluso, tienen miedo de que alguien se dé cuenta. La sociedad en
la que vivimos hace que, si ya es difícil hablar de sentimientos totalmente
sanos y normales, lo es todavía más el expresar algo que por regla general se
ve como algo de lo que avergonzarse.

No hace falta ser un psicólogo para contribuir a salvar una vida ante el
riesgo de que alguien se suicide. A pesar de sentir vergüenza por compartir
sus pensamientos, lo que muchos de estos pacientes quieren es que sus
miedos y sentimientos sean escuchados sin ser juzgados. Muchos temen que
se les vea como personas débiles, que optan por la vía “fácil” pero, en
realidad, el hecho de expresar sus temores, sus miedos, su insatisfacción con
su vida los hace verdaderos valientes, y nosotros, como buenos amigos,
debemos escucharles y apoyarles. Debemos hacer todo lo posible para
superar su problema y cambiar su visión de la vida.

Lo que vamos a ver a lo largo de este artículo son una serie de aspectos a tener
en cuenta a la hora de hablar con alguien que creemos que podría tener
pensamientos suicidas. Puede que no sea así, que nos hayamos pensado lo
que no es, pero el simple hecho de preguntar a alguien si quiere acabar con su
vida puede ayudarnos a evitarlo.

Lejos de lo que se cree, hablar abiertamente sobre esta cuestión puede


evitar que acabe con su vida. En caso de que no sea así, aunque incluso
pueda enfadarse por habérselo preguntado, nos quedaremos tranquilos al
comprobar que no.

Sus sentimientos no son una vergüenza


A la hora de hablar con un amigo con pensamientos suicidas debemos evitar
tratar el problema como un motivo de vergüenza y culpabilizar a la
persona. El suicidio se debe abordar de forma abierta, dado que es un tema
demasiado serio como para dejar cosas en el tintero. Discutir abiertamente
sobre el tema es un factor de protección, puesto que cuanto más se sepa qué
pasa realmente, antes se podrá intervenir. Además, si la persona ve que
alguien se preocupa por ella puede que tenga más ganas de vivir.

Esto, lamentablemente, es justo lo contrario a lo que hacen muchos seres


queridos. No son pocos los padres, hermanos, amigos y otras personas
cercanas que le dicen explícitamente a quien tiene esta clase de pensamientos
que no se lo diga a otras personas, para no preocuparlas o que se piensen lo
que no es. Aunque bienintencionados y preocupados, estas personas no son
conscientes de que su “consejo” puede agravar todavía más la situación

Decirle a una persona con pensamientos suicidas que no hable


abiertamente de ellos contribuye a que se avergüence de tenerlos, algo
que ya de por sí sienten. Además, esto les hace sentir peor porque se sienten
culpables por haber preocupado a quien ya lo sabe, empeorando todavía más
su depresión. Como colofón a todo esto, si accidentalmente más personas
saben que tiene pensamientos suicidas, se sentirá peor porque no lo ha
sabido ocultar. Todo esto incrementa las posibilidades que cometa suicidio.

Como ya hemos comentado, es mejor hablar abiertamente de ello que


ocultarlo. Si la persona quiere suicidarse, lo mejor para evitar que lo lleve a
cabo es saberlo lo antes posible. En caso de que no tenga pensamiento suicida
alguno, simplemente habremos hecho una pregunta incómoda, nada más. La
creencia de que hablar sobre el suicidio incrementa las posibilidades de que lo
cometa no es cierta. Cuanto más información sepamos sobre qué le sucede,
mejor, y más ayuda podremos ofrecer.

 Quizás te interese: "Así es la intervención psicológica en pacientes

con riesgo de suicidio"


La inteligencia emocional: nuestra mejor aliada
De primeras, tratar de comprender a una persona con pensamientos suicidas
es difícil si no se han experimentado esta clase de pensamientos alguna vez.
No obstante, no es imposible ni tampoco significa que no entenderlo. Un
aspecto fundamental para comprender a un amigo con este tipo de
pensamientos y saber cómo ayudarle es ponerse en su lugar, hacer un
esfuerzo mental por comprender su situación y tratar de imaginarse qué
es lo que quiere y lo que no quiere oír. En otras palabras, cultivar la
inteligencia emocional.

La inteligencia emocional es nuestra mejor aliada para abordar un tema tan


delicado como lo es el querer suicidarse, pero también nos sirve para
cualquier otro aspecto de la vida que tenga directa relación con las
emociones. Poca gente se da cuenta, pero no todos sentimos por igual ni
vivimos las cosas de nuestro alrededor de la misma manera. Hay que entender
que cada uno, con su personalidad y sus sentimientos, es distinto.

La inteligencia emocional tal y como está conceptualizada hoy en día se


entiende como la capacidad de poner en práctica dos habilidades. Por un
lado, tenemos la inteligencia intrapersonal, que es la capacidad de
comprender, identificar y manejar las emociones propias, mientras que por el
otro tenemos la interpersonal, que es la capacidad de reconocer, comprender
y entender las emociones de los demás.

Ambas nos pueden ser útiles para hablar abiertamente con una persona de
quien sospechamos que podría tener pensamientos suicidas, pero es
especialmente útil la interpersonal. Por medio de ella podemos tratar de
pensar cómo nos sentiríamos nosotros, qué es lo que no nos gustaría que
nos dijeran y cómo las palabras, aunque bien intencionadas, pueden ser
dolorosas o, incluso, empeorar la situación. Debemos pensar en las posibles
consecuencias de nuestra forma de abordar el problema.

La empatía no puede faltar. Además, debemos intentar ponernos en su lugar,


tratar de tomar su mismo punto de vista, pensar qué es lo que la ha llevado a
tomar una opción tan radical como puede ser la de querer suicidarse. Desde
fuera puede dar la sensación de que tampoco es para tanto pero, como hemos
comentado, cada uno es como es y nuestras vidas son muy distintas. La
desesperación y la tristeza extremas que implica la depresión no suceden así
como así, hay un motivo de peso.

Llamar en caso de emergencia


Los pensamientos suicidas no son sinónimo de suicidio inminente. Incluso
hay personas que fantasean con su muerte y se preguntan qué pasaría si
decidieran acabar con su vida que nunca van a cometerlo. Sin embargo, está
claro que el simple hecho de tener este tipo de ideas por la mente no es algo
muy halagüeño. Que un amigo nos diga que tiene pensamientos suicidas es
algo de lo que preocuparse e intervenir lo antes posible.

Si hablamos del tema con nuestro amigo y nos dice, explícita y claramente,
que se quiere suicidar y que lo hará en breves está claro que estamos ante una
urgencia. Es cuestión de días, quizás horas, que un ser querido acabe con su
vida. Por lo tanto, lo que debemos hacer en ese preciso momento es coger
un teléfono y llamar a los servicios de emergencia. Si no estamos cerca de
quien creemos que se va a suicidar, debemos ponernos en contacto con
alguien de su entorno, darle el aviso y, también, llamar a la policía indicando
dónde vive o dónde podría encontrarse ahora.

En caso de que nos diga que fantasea o que ha pensado en suicidarse pero no
parezca que lo vaya a hacer a corto plazo también debemos intervenir. No
debemos bajar la guardia o creer que es una fase, que cuando se haya
“arreglado” aquello que le preocupa estará feliz y contento como unas
pascuas. Debemos preocuparnos, pero por fortuna disponemos de mayor
margen de maniobra en comparación con el caso anterior. Que no lo vaya a
hacer hoy no significa que no tenga un plan ya preparado. Hay riesgo de que
se quite la vida.

Debemos consultar con ayuda profesional como un psicólogo especializado,


atención primaria y, también, con los servicios de información para que nos
digan en qué medida podemos ayudar y qué podemos hacer (Teléfono de la
Esperanza: 717 003 717). Debemos facilitarles a estos profesionales todos los
datos que tengamos a nuestra disposición, detalles que hayamos podido
sacar en claro de nuestra conversación abierta con él o ella sobre sus
pensamientos suicidas. Todo dato que les podamos facilitar les ayudará a
guiarnos y explicarnos qué debemos hacer.

Referencias bibliográficas:

 Weisner, L. (2020). How to talk to a suicidal friend. Psyche.co. Extraido

de https://psyche.co/guides/how-to-talk-about-suicide-and-save-the-
life-of-a-loved-one.
 Hjelmeland, H., Hawton, K., Nordvik, H., Bille-Brahe, U., De Leo, D.,

Fekete, S., Grad, O., Haring, C., Kerkhof, J. F., Lönnqvist, J., Michel, K.,
Renberg, E. S., Schmidtke, A., Van Heeringen, K., & Wasserman, D.
(2002). Why people engage in parasuicide: a cross-cultural study of
intentions. Suicide & life-threatening behavior, 32(4), 380–393.
https://doi.org/10.1521/suli.32.4.380.22336.
 Maris, R. W., Berman, A. L., Silverman. (2000). Comprehensive Textbook

of Suicidology. New York. The Guilford Press.


 Silverman, M. M. (2006). The Language of Suicidology. Suicide and Life-

Threatening Behavior: Vol. 36, No. 5, pp. 519 - 532.

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