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ORACIÓN DE CONSAGRACIÓN DEL DÍA

Gracias por este nuevo día Santísima Trinidad. Gracias por el Don de la vida.
Padre, muchas gracias por Amarme desde siempre. Jesús, gracias.
(Nos abrimos a las inspiraciones que el Espíritu Santo nos vaya indicando, para dar
gracias por tanto cuanto
el Señor nos Regala cada día, en casa, en familia, en general en cada día de nuestra
vida, por la familia,etc.).

Acto de Contrición
¡Señor mío, Jesucristo!
Dios y Hombre verdadero,
Creador, Padre y Redentor mío; por ser Vos quien sois, Bondad infinita,
y porque os amo sobre todas las cosas,
me pesa de todo corazón de haberos ofendido;
también me pesa porque podéis castigarme con las penas del infierno.
Ayudado de vuestra divina gracia
propongo firmemente nunca más pecar, confesarme y cumplir la penitencia que me
fuere impuesta. Amén.
A continuación, dirigiéndonos a la Santísima Trinidad (Padre, Hijo y ES) ,
decimos " Señor mío y Dios mío ", " Señor mío y Dios mío ", " Señor mío y Dios mío
. Creo, Espero, Adoro y Amo.
Creo por los que no creen, espero por lo que no esperan, adoro por los que no adoran
y amo por los que no aman.

Y dicho esto, empezamos la Consagración al Espíritu Santo.


1º Nos hacemos una cruz en la frente, diciendo:
Espíritu Santo te consagro en este día mi memoria, mi entendimiento y mi
voluntad.
Activa Espíritu Santo estas tres potencias de mi alma para que Jesús siempre esté
espiritualmente en mi memoria y mi corazón.
Ilumina mi entendimiento para conocer un poquito mejor lo mucho que Jesús nos
Ama y los Misterios de Dios. Y fortifica mi voluntad para hacer lo que Jesús me pida
con Amor. Y activa mi memoria para que yo no olvide tus palabras y tus consejos.
2º Nos hacemos una cruz en la boca, diciendo:
Espíritu Santo de Dios, pon un guardián en mi boca y un centinela en mis labios,
para que no salgan por ella ninguna palabra que pueda herir los sentimientos de
nadie. Sino más bien que sirvan para Alabar y Bendecir a Dios. Y también para
consolar, para animar y para dar buenos consejos al que lo necesite.
Ven Señor Jesús, y te ruego que, por tu Gran Amor y por tu Gran Misericordia,
sanes y salves mi lengua y mi ceguera en Ti; y me hagas comprender en clave de
Dios.
Dame conciencia de la Presencia de Cristo Vivo en mi vida, y Hazme saber cuánto
Tú me Amas.
Sácame de mis tinieblas, y llévame a tu Luz.
3º Nos hacemos una cruz en el lado derecho de nuestro pecho, diciendo:
Señor Jesús, cuida de mi Alma como cosa tuya. El Padre me la dio, y cuando llegue
el momento indicado, introdúcela Tú en el Corazón del Padre.
Ven Espíritu Santo, y concédeme que estos deseos de mi corazón se puedan cumplir.
Espíritu Santo, Amor del Padre y del Hijo, y Amor que ha sido derramado en
nuestros corazones nos Una a la Trinidad Santa.
4º Nos hacemos una cruz en el lado izquierdo de nuestro pecho, diciendo:
Jesús Amoroso, te consagro en este día mi corazón. Crea en mí un corazón puro y
limpio. Renuévame por dentro con un Espíritu firme. No me arrojes lejos de tu
rostro, no me quites tu Santo Espíritu.
Quita de mi pecho el corazón de piedra, y pon en su lugar un corazón de carne.
Alabado, Bendecido y Adorado sea siempre el nombre de Cristo.
5º Nos hacemos una cruz en el centro de nuestro pecho, diciendo:
Jesús, en este día te consagro todas las áreas de mi cuerpo: mi Ser, mi hacer, mi
libertad, mi voluntad y mi Yo. Colócalo en el lugar que le corresponde, para que no te
quite a Ti, Señor, mi Dios y Señor, Gloria alguna; porque solo a Ti, mi Señor, quiero
Amar, Alabar, Bendecir y Servir con todo mi corazón en lo que me quede de vida.
6º Te consagro Jesús toda mi familia.
Mis padres y antepasados, hijos Nachete, Marta y Paula, Pilar, mis hermanos e
hijos, especial a Isabel y Lolita, a los cónyuges de mis hijos (nómbralos), a todas
personas que interactúan (nómbralos), etc...
Háblales al Señor de ellos, según te inspire el Espíritu Santo, dándole gracias por
sus buenas acciones, y rogándole que corrijan sus defectos si los hubiere, para que
sean personas de bien y personas de Dios, actuando siempre conforme a tu Corazón,
Señor.

Gracias Padre. Te pido que en el nombre de Jesús, tu Hijo Amado, y por tu Gran
Misericordia, nos Abraces a todos con tu Compasión y nos toques con tu Amor.
Que amemos con Tu Corazón, que veamos con Tus Ojos, y oigamos con Tus Oidos.
Y que Tú, Padre de Amor y de Bondad, hables por nuestra boca.
Invocamos al Arcángel San Miguel, para que nos proteja de toda amenaza, actual y
futura; y al Arcángel San Rafael, para que proteja nuestra Alma y sea nuestra
Medicina de Dios. Así como al Arcángel San Gabriel, mensajero de Dios, y a
nuestros Ángeles de la Guarda para que nos Acompañen y Guarden en este día.
ORACIÓN "SIGUE CONFIANDO."

¿ Por qué te confundes y agitas ante los problemas de la vida ? Déjame el cuidado de todas las cosas, y todo te irá
mejor.
Cuando te abandones en Mí, todo se resolverá, con tranquilidad, según mis designios.
No te desesperes. No me dirijas una oración agitada, como si quisieras exigirme el cumplimiento de tus deseos. Cierra
tus ojos del Alma, y dime con calma: " Jesús, yo en Ti Confío".
Evita las preocupaciones y angustias, y los pensamientos sobre lo que pueda suceder después.
No me estropees mis planes, queriéndome imponer tus ideas. Déjame ser Dios, y actuar con Libertad.
Abandónate confiadamente en Mí. Reposa en Mí. Y deja en Mis Manos tu futuro.
Dime frecuentemente, " Jesús, Yo en Ti Confío ".
Lo que más daño te hace son tus razonamientos, y tus propias ideas; y querer resolver las cosas a tu manera.
Cuando me dices " Jesús, yo en Tí Confío ", no seas como el paciente que le pide al médico que lo cure, pero le
sugiere el modo de hacerlo.
Déjate llevar en mis brazos divinos, no tengas miedo, yo te Amo.
Si crees que las cosas empeoran a pesar de tu oración, sigue confiando. Cierra los ojos de tu Alma, y Confía. Continúa
diciendo a todas horas " Jesús, yo en Tí Confío ".
Necesito las manos libres para poder Obrar. No me ates con tus preocupaciones inútiles.
Las fueras de la oscuridad quieren eso, agitarte, angustiarte, quitarte la Paz, preocuparte, ... Confía solo en Mí,
Abandónate en Mí.
Así que no te preocupes, echa en Mí todas tus angustias y duerme tranquilamente.
Dime siempre, " Jesús, yo en Tí Confío ", y verás grandes milagros. Te lo prometo por mi Amor.

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