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Kevin Pulgarin

DIFERENCIAS SEXUALES EN LAS CAPACIDADES COGNITIVAS

Los cerebros masculinos son más variables en cuanto a grosor de la corteza y


volumen. Y esto, de acuerdo al estudio, se relaciona a que los hombres son más variables
física y mentalmente, es decir, sus estructuras presentan más diferencias entre uno y otro
individuo (Martinez, 2017).

De acuerdo a lo previamente citado, el grosor es considerada una variable


relacionada a la cognición, dándole al cerebro masculino un mayor rango en lo referente a
ciertas habilidades, de las que desde años anteriores se hace énfasis, en contraste al cerebro
femenino. No obstante, esta diferencia entorno al grosos y volumen, es mínima, puesto que
no se estiman valores altamente significativos entre uno u otros.

Las diferencias en las capacidades mentales por razón de sexo no sólo aparecen
después de la adolescencia. Ya están presentes desde edades tempranas como han mostrado
diferentes estudios transversales y longitudinales desde los primeros años de vida (García,
2003).

Otro aspecto es relevante, es la significatividad en relación a las edades tempranas,


puesto que se ha observado diferencias claras en torno a las aptitudes de los infantes hacia
determinadas actividades o intereses en la infancia, existiendo mayor facilidad como es el
caso de las mujeres en la adquisición del lenguaje, en contraste con los hombres.

Ciertamente las habilidades mentales de hombres y mujeres se ven influidas por su


contexto biológico y social, pero no es fácil saber dónde empieza uno y termina el otro. Lo
fundamental es mantener la mente abierta, para no dejar que prejuicios sexistas nublen
nuestro entendimiento de qué es lo que las diferencias de género nos dicen sobre el
desarrollo del ser humano. (Bongiorni, 2014).

Pero, las investigaciones también sugieren que no únicamente factores en el plano


biológico influyen en esta tendencia hacia un mejor desempeño en una determinada área
teniendo como punto de referencia al sexo, puesto que lo social incide en el desarrollo de
ese individuo, al igual que las condiciones que rodean su aprendizaje; puesto que existen
poblaciones en las que las mujeres tienen restricciones en relación a la educación, y por lo
tanto, no alcanzan el “esplendor” cognitivo que rodea a su sexo.

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