Las arqueas tienen su importancia en la tecnología. Las
extremas condiciones en las que estos microorganismos pueden desarrollarse, han sido estudiadas en profundidad, y se ha visto que esto es posible gracias a que estos microorganismos disponen de determinadas enzimas que permiten que esto sea posible. Gracias a esto, algunas de estas enzimas se están utilizando hoy en día para realizar reacciones en condiciones extremas. Existen arqueas metanógenas que son utilizadas para el tratamiento en depuradoras de aguas residuales, al realizar la digestión anaeróbica de los residuos, produciendo biogás, y las enzimas de arqueas extremófilas son capaces de resistir temperaturas elevadas, pudiendo realizar su función a más de 100ºC, con lo que pueden procesarse alimentos a elevadas temperaturas (leche baja en lactosa o suero de leche). Las enzimas de las arqueas termófilas también tienden a ser muy estables en solventes orgánicos, por lo que pueden utilizarse en una amplia gama de procesos respetuosos con el medio ambiente para la síntesis de compuestos orgánicos.
Debido a sus características tienen un gran potencial
biotecnológico. Por ejemplo, algunas arqueas se están utilizando para producir bioplásticos, los cuales se degradan más rápidamente en el ambiente y no contaminan. Otras generan metano como parte de su metabolismo (conjunto de reacciones bioquímicas de la célula), de hecho, ya existen plantas urbanas e industriales de tratamiento de desechos que utilizan este metano como una fuente de energía. También han sido empleadas en la ciencia como modelos para la búsqueda de vida fuera del planeta Tierra (astrobiología).