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RETARDANTES

Los aditivos retardantes se emplean para aminorar la


velocidad de fraguado del concreto. Las temperaturas altas
en el concreto fresco (30° a 32°C y mayores), son
frecuentemente la causa de una gran velocidad en el
endurecimiento, lo que provoca que el colado y acabado del
concreto sea difícil. Uno de los métodos más prácticos de
contrarrestar este efecto consiste en hacer descender la
temperatura del concreto enfriando el agua de mezclado o
los agregados. Los aditivos retardantes no bajan la
temperatura inicial del concreto.

Los retardantes se emplean en ocasiones para:


(1) compensar el efecto acelerante que tiene el clima cálido
en el fraguado del concreto, (2) demorar el fraguado inicial
del concreto o lechada cuando se presentan condiciones de
colado difíciles o poco usuales, como puede ocurrir al colar
estribos o cimentaciones de gran tamaño, cementar pozos
petroleros, o bombear lechada o concreto a distancias
considerables, o (3) retrasar el fraguado para aplicar
procesos de acabado especiales, como puede ser una
superficie de agregado expuesto. Debido a que la mayoría
de los retardantes también actúan como reductores de
agua, se les denomina frecuentemente retardantes
reductores de agua. Los retardantes también pueden incluir
un poco de aire en el concreto. En general, el empleo de
retardantes va acompañado de una cierta reducción de
resistencia a edades tempranas (uno a tres días). Los
efectos de estos materiales en las demás propiedades del
concreto, tales como la contracción, pueden ser
impredecibles. En consecuencia, se deberán efectuar
pruebas de recepción de los retardantes con los materiales
con que se va a trabajar en condiciones anticipadas de
trabajo. Ejemplos: Retardantes (ASTM C 494, Tipo B):
Lignina, Bórax, Azúcares, Ácido tartárico y sales.

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