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Cómo Convertir Personas en Números y Vivir para

Contarlo
La Guerra Inscrita en el Cuerpo
Centro Nacional de Memoria Histórica y Otros
Centro Nacional de Memoria Histórica
Primera Edición Noviembre 2017

Universidad Nacional de Colombia


Historia Sociocultural de Colombia
Profesor Augusto Gomez Lopez

Sergio E. Poveda
CC: 1020815436
Jueves Septiembre 26 de 2019

El ejercicio de cuantificar un hecho tan atroz como lo es la violencia sexual ya


parece ser un acto un poco macabro sin tener en cuenta que este tipo de violencia
se da en un contexto de guerra que hasta el dia de hoy continua, por ende
continuando los hecho que el libro describe y, en el capítulo que se me asignó,
cuantifica.

¿Como se puede reducir una experiencia que las palabras mismas se quedan
cortas en describir a un número? reducir una acción a una cifra, un dolor a un
número que le contara entre decenas de miles ¿es esto justo o siquiera moral? pues
aparentemente estas preguntas no tienen respuesta o si la tienen su respuesta no
importa a menos de que sea “si se puede” ya que la existencia del estado como
veedor de sus individuos y comunidades hace que estas acciones sean necesarias
ya que sin estos estudios y cifras el estado, o al menos una parte minúscula del
estado no puede intervenir a menos de que se ejerzan procesos de cabildeo para
presionar a los dirigentes de tomar acción, aquellos dirigentes a quienes
disponemos de nuestro bienestar ya que por sí mismos estos personajes y
estructuras no actúan por intereses altruistas, no estarian donde estan si lo hicieran.
Es así como un acto macabro se vuelve necesario para proteger y ayudar a ciertas
poblaciones que se ven constantemente ignoradas, si no ya oprimidas por las
estructuras gubernamentales u organizaciones y estructuras apoyadas, pública o
privadamente, por el gobierno, y es gracioso, de una manera macabra y cruel, que
para ayudar a estas comunidades se les pida pasar y acudir a estas mismas
estructuras que activamente les ignoran y/u oprimen, pero supongo que esta es la
realidad a la que muchos individuos se enfrentan y, supongo yo, hacen lo mejor
posible entre una realidad como esta.
Estos macabros métodos cumplen una función positiva, proteger y ayudar a generar
procesos de cabildeo como ya mencione antes, pero también para crear y mantener
programas que ayuden estas poblaciones ya que en muchos casos el lugar donde
se encuentran estas comunidades es un lugar al cual el estado no llega, ya sea por
desinterés o por incapacidad ya que otra de las realidades que influencian la
carencia de herramientas para tratar con la violencia sexual es el desinterés del
mercado por estos fines, carentes de lucro, así haciendo que estos ejercicios para la
ayuda de sobrevivientes de violencia se vean perjudicados y haya poca iniciativa
para en ellos. Esta carencia de presupuesto fomenta algo que de por si ya existe en
los estudios y cuantificaciones, produce sesgos y dificultades al hacer el censo de
las comunidades y sus problemas, haciendo aún más difícil la cuantificación de el
problema.

La violencia sexual en el país está inevitablemente unida al conflicto armado ya la


gran mayoría de guerras utilizan el género y la sexualidad como armas y
herramientas, el conflicto armado colombiano no es una excepción aunque si hay
que destacar el cómo se da este tipo de violencia y desde que grupos ya que las
gráficas del capítulo muestran que los casos de violencia sexual varían dependiendo
de que grupo los esté cometiendo, las guerrillas por ejemplo tienden a tener un
índice alto de castraciones y métodos anticonceptivos forzados en contraste con los
otros grupos, esto podría ser porque sus esfuerzos se basan en el reclutamiento y el
embarazo puede llegar a ser un inconveniente para la vida en el monte y para las
labores que esto requiere, por ende determinado sus métodos y formas de violencia.

Otro aspecto para destacar es que con el gobierno de Uribe se exacerbó la guerra,
esto junto con la aparición de las fuerzas paramilitares las cuales hacen uso
constante de la violencia sexual como método de dominio que las cifras que arroja
las tablas pone a los paramilitares cerca o sobrepasando a las guerrillas en violencia
sexual y esto es de destacar no porque las guerrillas sean una fuerza benéfica o
menos violenta sino por el tiempo que han existido, mucho más que las fuerzas
paramilitares, aunque esto también puede deberse a la carencia de interés en el
aspecto sexual del conflicto de parte de los organismos gubernamentales en épocas
pasadas y por ende la carencia de denuncia y de datos en estos crímenes.

La conclusión personal de estos datos es que es algo inhumano y abstracto, no


puedo imaginar lo que es y lo que significa una violación, ahora un texto me dice
que esto ha sucedido decenas de miles de veces y continúa sucediendo mientras
escribo esto y mientras estas palabras se lean, este acto no es cuantificable y el
hecho de que sea necesario es monstruoso, esto ejemplificando como el estado
colombiano es una entidad que apenas existe y está siquiera presente en el
territorio que supuestamente gobierna y que cuando está presente se rige por las
necesidades del libre mercado y no por las necesidades de las personas que
gobierna ya que se necesitan procesos de cabildeo para presionar a los dirigentes
estatales acción ante tales sucesos ¿Cómo es esto? Que una entidad tenga que ser
obligada a proteger a la comunidad en vez de responder a los sucesos que
contienen en esta. Lo más macabro, sin embargo, es el hecho de que estos son las
cifras que se denuncian o que se conocen, las que no sencillamente no existen para
el estado o para nosotros, pero aún ahí su realidad y brutalidad es real, aún
ignorando su presencia.

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