Existe constancia de la aparición del Akita inu como raza pura desde hace más de 3000 años,
aunque debido al aislamiento de su pueblo natal, su historia es un gran interrogante. El akita
inu ha recibido varios nombres a lo largo de la historia; según la función que desempeñara sería Matagi-inu (perro de caza), Kurae-inu (perro de guerra) y Odate-inu (perro de providencia). Esta raza era utilizada para la caza de osos, pues era de tamaño mediano. Sin embargo, a partir de 1603 empezó a ser utilizado como perro de pelea, y, buscando una raza más grande y agresiva, se cruzó al Akita inu con el Tosa Inu o el Mastín Inglés lo que hizo que la raza pura del Akita inu peligrara y desaparecieran de ella muchas de las características de los perros tipo Spitz. En 1908, se prohibieron las peleas de perros, y fue entonces cuando la raza fue preservada y pudo prosperar y desarrollarse como una gran raza japonesa. Posteriormente, en 1927, el comandante de Odate creó una "Sociedad de Preservación del Akita inu". El Akita es considerado el perro nacional de Japón, y en 1931 fue designado Monumento Nacional. Durante la Segunda Guerra Mundial la policía ordenó que capturaran a todos los perros excepto el pastor alemán. La piel del Akita fue utilizada para confeccionar ropa militar, y su carne como alimento. Para proteger la raza, algunos Akitas fueron enviados a regiones pequeñas, donde los agricultores fingían tenerlos como perros de guardia, y otros, fueron cruzados con pastores alemanes. El número de Akitas se redujo peligrosamente, y se dieron tres tipos diferentes: "Matagi Akitas", "Akitas de pelea" y "pastores Akitas". En la época de la recuperación después de la Guerra, se vendieron varias hembras a los norteamericanos, así nació el Akita Americano. La raza presentaba rasgos exteriores procedentes del pastor alemán y del mastiff; por esto algunos aficionados a la raza no la consideraban como una raza japonesa primitiva, y se dedicaron a eliminar estos rasgos extranjeros. Se cruzaron los Matagi Akita, con lo que consiguieron restaurar la gran raza pura que hoy conocemos. El akita inu es el más alto de los perros japoneses y ha sido símbolo de riqueza y prestigio (poseer un akita era un honor solo permitido a la nobleza) y símbolo o talismán de buena suerte (tanto que una estatuilla del akita se da cuando nace un bebé o cuando alguien se enferma).