Libro Angelina

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CAPITULO I LA POSADA Con la usual frase “nos dan posada” Ilegamos una tarde del mes de noviembre, mi criado y yo, al corredor tendido de una casa de campo situada en el confin de una meseta verde y sonriente, extendida a los pies de una hermosa y elevada montafia, Salié a nuestras voces extrafia mujer, alta y seca, quien des- pués de haber examinado concienzudamente nuestra catadura, y satisfecha del examen, contesté a nuestra siiplica con el “mandese a apear” ordinario. Cansados y ya con la noche encima no esperamos la segunda invitacion, Presurosos abandonamos nuestras monturas; sentando- me yo en un banco pernibrado, que allf contra la pared habia, mientras mi diligente criado ataba las bestias a cualquier tronco de arbol. La casa en donde pasarfamos aquella noche, estaba més caida _ que parada. Las paredes completamente desencaladas ensefiaban su trabaz6én de raja carcomida, y el correaje que por tantos afios mantuvo sdlidamente unido aquel endeble maderamen, roto ya en muchas partes, salfa por los negros agujeros tostado y podrido. La teja roja y bien unida antes. estaba negra y amarillenta; pedazos de techo descubiertos, permitfan ver jirones de nubes voladoras, orladas por los ultimos rayos del sol poniente. Las puertas fuera de quicio, tenfan sus hojas inclinadas en opuestas direcciones; el empedrado del corredor estaba casi destruido y los carcomidos pilares sustentaban, a medias, el peso de aquella arma- z6n desencajada que no esperaba mas que un ligero impulso para desparramarse en ruinas sobre la verde sabana. Pobre habia de ser la comodidad que tendriamos aquella noche; y hasta la garantia individual era dudosa; pero la poblacién mas cercana estaba atin muy lejos de nosotros, y tuvimos qute acep- vee sane miserable albergue con resignacién y hasta con buena voluntai im Escaneado con CamScanner we L Si el aspecto de la casa era triste y desconsolador, la perspectiva del campo era magnifica. aie La montatia estaba a nuestro frente, altiva, hermosa y exube. ante de feracidad. Cintas de vapor blanco cortaban el verde azula. do de su cima; e iluminada por esa luz blanca y clara que hay durante la penumbra, se percibia la arboleda con claridad admirs. ble. Los troncos de los pinos se destacaban negros, firmes y som. brios, cortando a intervalos, la didfana blancura del espacio, que como limpia placa argentada, del otro lado del monte se extendia, Valles extensos alcanzaba la vista desde el rededor de la mese. ta; cahiadas profundas y obscuras de donde el calor de los dltimos rayos solares levantaba en desmadejado vapor, las humedades alli perdidas. Después de haber mandado las cabalgaduras a un buen repas- to, de haber acomodado convenientemente arreos ¥ vitualla puesto la confeecion de nuestra cena, acostado en mi hamaca y obedeciendo a una vieja costumbre mia, trabé con la duefia de la casa, conversacién larga y tendida Me dijo que alli habia vivido durante cuarenta afios; que cuando su marido existia, la prosperidad fue habitual en su casa; ‘que posey6 en aquellos tiempos y atin mucho después considera bles bienes de fortuna; ganado vacuno y eaballar, extensos y férti- s terrenos y algiin dinero efectivo; pero que acontecimientos wesperados le trajeron « menos, salud y fortuna, hasta dejarla en €1 triste estado en que se encontraba, , Se quejé de su suerte, Hord sus infortunios y hasta me hablo de ciertos proyectos de abando- har aquel campo e irse a vivir con unos sus parientes bien acomo- dados; eso habria hecho ya sino fuera que. A este tiempo Ilegé mi sirviente a decirme que la cena estaba lista, 1o que me obligé a cortar la entretenida conversacién, prome- tiendome in mente continuarla « ‘Como se veri luego, la vieja me hablé de todo, de todo, me- nos de aquello que habia de ser el origen de esta veridica historia, pre una mugrienta y desvencijada mesa habjan, de cual ado mi frugal colacién, la que me di prisa en no tanto por satisfacer el hambre, cuanto por el deseo wudar mi interrumpida charla ‘con la Llocuaz hospe- en el campo es mas silenciosa y triste que en pobla- en la sombra y no se oye otro ruido que ese mis- k de la brisa en el follaje; ese zumbido debil e indefi- tile que saga sicansable por la tierra y el espacio impregnindolo todo de dulce melancolia Pensaba mientras comia en la relacion conmovedora de la Vieja, Niel mas pequeno rumor turbaba el silencio en aquella habi- tacion desmantelada y triste; mi cena habja coneluido; y cuando ia una taza de café humeante y olorosa, un (0, hizo temblar el techo y las paredes de 1a extendfa la mano haci rugido como un ivend:i7o de humano, mucho de fiera noté er fc itacion. : e gemea sala, poderoso como de leén, pero triste y lastimero aya pecnferma; ali cerca de mi en una habitacion come a ptaba quien de tal modo ragia;y an duraba mi asombro ronin « eyando por segunda vez, ms poderoso y latimero que y zoz0pra Cesaguel rugir potente que lenaba el énimo de inexpli- nto. i cable era ue sucede? qué sucede? prequnté anelante 2 la vieja, shea, que se acercaba a mi con asombrosa c alta ¥ Sada, es nada, me contesto con dulce tranquilidad, no tema usted, jEs ulin! ;Pero quién era Julian? “tn pobre loco. En un miserable cuartucho al cual se entraba por una puerta abjerta para el corredor que rodeaba la casa, encadenado a Un tos- aeietate profundamente hundido en el suelo, estaba un hombre he segiin me dijo la vieja se lamaba Julién, ‘Después de contemplar detenidamenie aquel fendmeno hu- mano, mp encontré rara su manera de rugir. De aquel pecho de Figante no debian escaparse sino tormentosos ruidos semejantes a Gietlos guitos, que pocos momentos antes habianme causndo asombro ¥ miedo. "A la eseasa fuz de una miserable vela que temblaba en manos de la vieja pude observar detenidamente el ser extrafio que a mis pies te revolvia. Bra como un gigante, El desarrolo de su muscul {ura era asombroso, en su desmudo tronco sus alteradas venas, hi chads bajo una piel cobriza, formaban una red movible y palpitan- fe, por donde la savia vital corrfa presuzosa; sus hombros y espaldas pareefan hechos como para soportar enormes pesos: su deforme Exbeza asombraba por st irregularidad y gran tamafio; y las faceio- hes de aquel rostro horrorizaban por su forma extrafia e incon- gruente configuracion, De la frente rugosa y estrecha arrancaba na narie ancha y aplastada; las cejas como el cabello, eran pobla- as con trabazbn de marafia; los ojos grandes y negros mas que ndrina, tenfan fulgores de espantosa locura, y a boca con unos bios terriblemente abiertos, refa siempre con espeluznante muec El era quien habia atronado el espacio con aus gritos lastime- ros, alaridos que todos los dias y ala misma hora turbaban elsilen- io de aquela triste soledad, Le hablé y no tuve contestacién alguna: era mudo, lo cual encrudecfa el repugnante estado de locura en que se hallaba. 2Quién era Julidn? Fue loco toda la vida? ;Cual fue el sconlecimiento que ocasion6 su desequllibrio cerebral? De muy mala voluntad satisfizo la duefa de la casa mi curio- sidad, refiriéndome la historia de aquel desgraciado. $s Escaneado con CamScanner janoche cuando termind el rela g dey ia mas de media Bien seria mis de iteresante, que desde er tan int entonce vie, ol cual excont on aguela conmovedora histor Ce Deng formar un emprendido 1a compediosa tarea, confiado en qua) se eae agumento, mAs aE OF OSE Mamara 1a apes de los lectores- “a CAPITULO II JULIAN atten Be dinde vino aquel extiao ser? Nadie 10 sabe, Hae trent ace que una oscura noche de inviemo en que la livia ait Copiosa y el trueno corria por el espacio, Hegé a aquella aaa figurita extraa que temblando de frio o tal vez de mied uni acurrucé en el dintel de la puerta. ‘a ‘Bra un haraposo nifio, como de tres aiios, de rara fea chorteando agua y cubierto de fango, buscaba alli ee contra a inclemenie tempestad. el 1 duefio de la casa prOspera y risuefia entonces, le mano al nocturne visitante lo lev hacia zs 1o ani nidamente y emocionado por la fealdad de aqui 10 en una exclamacion de asombro, cust oto pea {inguno en la casa recordaba haber visto nun criatam, que guardaba el mis enojoso silencio a pesar de les a girtas que vesle hactans Al fic llegeron a nem ce aa tra mudo, y condolidos de su deegracia y de tu depiocble se ym, ¥ contin den deve y des deplore si vinira a evelarles el misterio que envolvin aquel seoateeiay Senet. que envolvia aquel acontecimiento ial dia siguiente ni alos o proce i euente na los otros ce supo nada com relacin ala reggdenel deni, quien daa muestras de estar bien hallad en navi ata re rach Manera alguna afin o deseos de abando- me Renee Parientes 0 habitacion que le fueran 4 S® inquirié a diez leguas a 1 inti; nadie en la vecindad eonocta aquel antpicte os este eat prosiee fa aquel arrapiezo ni adivinaba su isto que era improducti seni de Sor tig 6 ars a hci ne meno ytoacoseme a atade mio, mngune vols 8 det hts Ptelbo dare un nombre, * lomo a gete propia. dhe hab epee bee,Y Te aieron el nombre del santo =i cor rtantes servicios 2 #48 cargos entre los mozos de labranza, vervia de a ecyado y pagaba con ésto, en parte, Ia haspita- ban. encatt- erosa dU tiz, y completaba au felicidad y le hacia arse mds todos los dias a aquel hogar extraf, le Compan de und aes edad que habia en la casa. Angelina # Sars ca de ou mama edad que habla 0, Som. Arpaia aba Ia nifia, como él recogid saat rao puriko, que le hacfa no separarse de ella jams. to Feeling, hija de un pariente del duefio de la casa, hap tt sido adopt por éste, casi al nacer, y en.ella ciraba todo et siete adeniabiese tendo para sus propios hijs si Dios nose los hubiese do. an afo y, tras éste, otro y asi hasta doce. Juliin y Ange, hina fscitieron inseparables, ¥ siempre juntos, sin que la fealchd reciente del nifio asus cumpliz. quince afios, época en 4 Gesarrollarse en aquella casa ap: ‘que habi Jamente a dos seres que nunca el destino debid juntar. ‘edad, prestaba impor ar Ke pesar de #1 60 otectores. pee™*Desempefil a los bueyes feu eonerosa que le dal net CAPITULO III FALSAS APRECIACIONES Nadie, ni aiin la misma Angelina, su compafera inseparable de labores, paseos e inocentes regocijos, concedia a Julidn ni inteli gencia, ni voluntad, ni nada. ‘Su eterna mudez, su semblante horrible, su risa eterna, su docilidad estoica, todo revelaba en él un idiotismo completo; y Sin cuando el buen acierto, en algunas de sus acciones hacia pen- far en que era poseedor, cuando menos de facultad de distincién, todos crefan que aquello no era sino un reflejo instintivo, anica claridad existente en su oscurecido cerebro. Tdiota Je crefan y como tal lo trataban. Su presencia no era tun obstaculo para aquellas acciones que la de un nifio bastaria a estorbar, y Angelina, pudorosa como delicada y sensitiva, tenia delante de él rasgos de sublime impudor. “Su inteligencia amordazada por su mudez, no podia hablar a ningin ofdo, pero su imaginacion a quien la palabra no habia servi- do para disiparse,funcionaba con actividad asombrosa; tenia irra diaciones extraordinarias y encerrada en aquel cerebro sin escape, apenas como la rica esencia de un frasco, se evaporaba en miradas —5- Escaneado con CamScanner de fuego por sus ojos negros y brillantes, din en aquel semblante ajeno a toda expresign qe C8 guy La monotonia de su existencia, su ignorangeoteo in cosas de! mundo le habfan dado und aparengg 8 a los otros juzgarlo idiota completo. Sin embgat Mia ban de pensa fo cierto acerea de Jun! yet, fue! pensaba como todos, discemia mejoy como ninguno y por iltimo, jamaba como adit” ‘Angelina era el cielo de sus ojos; de nif yz inseparable compatiera; ya grande, atin euandg 2 8 i dia, ve habia convert en el dulee anhale ae Broig mete ‘tia; y como su pasion carecfa de palabras, lengg Mada ee Dorase: a menos que la falsa eteencia que aru‘ Alma Angelina tenia, no le dieraocasién para que gyre, SU igh cen/lenguas de fuego, saliera por sus ojos para rage sty, casas ¢ incomparables que delante de él nu agi’ C8 lac iblime indiferencia descubria, Fada Ange, My |_duliin no se daba cuenta de la'na a sefiy tan extsaio, de aquellos temblora 2° Atel, omprenr et por qué a eads pao le venian deren," pa de coger a Angelina entre sus brazos ero no eee hecho tantas veces; no, era muy distinto el abraas gt 10 hat ba, ae Io dara aprta, muy apretadoi y se wate hoy Pensando en éxo, en higar de aeerearse, una for 8 8 Gia trang hay, alejaba cada dia mas de ella, ‘angelina ain cuando hubiera sabido lun amoroso despertar, no habria nut parado mientes en Juin y hamente desconocido, si ac venido a revelirselo, Ella con su casta impudicia, que existe ined, Por nada Jo que éste sentia le hat “ontecimientos inesperad arn as en el m bia sido eat los no hubiee, I sin darse cuent El : ‘ ta de pasion era o ambicionaba,iban’vivendo sin alto 1° 90s ostumbres de nifios, La monstruosafealdad de él nae Si ercencia en st als id oe A smo, eran ela cone ne ao, ea eo ene Wea i formas por ano wore mone decage ge Han van ah ema gue iis a eae raus bupilas de Julkin, ‘Un dia en que su pasion tambien ae eens In alto, que fueron impotentes los diques que a ing ganciay el engaho ponan a st pudor de dnccllg seg 3 li chr tan fons ee enc ia mete ni, quemaron uy mei ee estvieron lag recuerdo de todas las reer ne rG imparezas, en el mismo instante tal Ve, e que is Dureza desu alma la habia abandonads, pao Jalisn no fue desde ese dia el pobre idiot, ae convrtié para brfa sus tentadores aban 0 tiempo mantenidas por « “6 | | Angelina en cruel pesaslilla, en inevitable tortura y perdurable remordimiento, CAPITULO IV EXPLOSION Era Juliin quien acompafaba a Angelina en tote ei excue. siones al campo} ya Tuesen de puro placer u oncinaas por queha- cetes de la casa, Era él quien le recoginy Taba el haz de sca ofa 1 quien Te ayudaba a levantar el cantaro de apia y la bates coo ropa hiimeda, él quien durante largas horas le hacia compadin ‘mientras lavaba en el ribazo de un escondido y pintoreco aroyo: al quien le descolgaba el nido de pijaros 0 fo recibia al pr det dtbol a donde ella, con desparpsjotrepaba; en fin, em su guar, su compafro, su eterna sombra Un dia, en que el calor era extraordinaio, tanto que por Jibrarse de él ni aves, ni reptiles, ni insectossalian de entre sus ce- das de follai, Hegaron Julian y Angelina a la orila del arroyo a donde tantas veces habian ido juntos. Haba salido hacis mis de tuna hora de la casa, en persecusin de cierto animal domético fugitivo del corel; y muertos de calor y eansancio buscaron la fresea sombra del viachuelo para descansar af un rato, Cuando ya cl sudor se habia secado en las snes de Angelina el deseanso ‘ular su respiracion, y sus miembros recobraban su save ax tad una idea agradable yf de ejecutar se le vino al cabera. {or qué no habia de darse un bao para que se le hiciese menos fesado y menor ealuroso el epreso a [a casa? ¥ lo qu hubo pem- Sido, no tard en ponedio en prictica, y alli a dos pasos Juli ‘que ia vela azorado, de pie sobre la fina y dorada arena empezoa dlespolarse_de nis vestidos con la misma serena calma con que lo hhubiera hecho si ublese estado sola u oculta en el mis reservado ‘incén del mundo, : “ulin al comprender sus intenciones tembl6 como epilptico. Gert era que ottas veces, muchas quizis, Angelina habia des tnerto, por Comodidad a obligndi por um pso estrecho y fangoso, su fina pancorlla; 0 acosada por e calor habia aligerado a trai fata ‘doje trasuci sus forms magnifies, pero lo que iba a ‘eure exe dia era asombroco, terble. A pesir de. estoicismo ‘onoeté dln que no tendea valor para ver con indiferencia aque fa ecompleta desmuder y en el momento mismo en que el siltimo lens se desea de agus care sonra y Wied por {7'Uhio sudor lin cero los os, pero Foe pars bits de nev 2 ade tre ences cong et ue de Aina 4 Escaneado con CamScanner nnervalos de agua, cys gy. Scuba agg rife del SITOYO, SC tebuli roderado de himedas ty," files se le entraba 1 oe todos sus perfil por dos us. conter ean, sm respiraein, Si osm pe Jin mia, que POF tue ala ta de, Anelna <7 ence, Por fin. et sUPlicio iba agg sera Sr cel ain cons Yor sali gun que pareciah pets ot cules se escurrian ota de oxy un grains ccuyas FTE ena sticiene con un af toda libertad y con UR dos og S04 10 deslizar de manos. erp on nto, oo Y horTorowmente destiny iin entretn ja como vision que tenia delante; ba sin stig pasa a su ama la confusion deliciosa ie tina des os Pogo mas admiablemente combinados, resins onueiosfgelina a encontrar extraio aquel aro be emt a'y presintiendo su verdadera Causa fe yg de co ee el nstane Miso en que, Tues de ep on pester, naa. para alcanzat sus vestidos, hii sus of 2 je ala ver que una sensacion ardiente y hasta doloy pt al toma mca ali donde se ensortiaban gage 1, ,augonosvizos de su negra cabellera. owes ndoses 70s idiots habian escaldado su piel de lirio, os tabigpaa vio que se tiraba al monte cercano; era Jy) que hula como un Toco; y mientras la obscuridad nublata Ia wat ee coral, la luz se hacia en la mente de Angelina °° caer bitamenie despertado revent® en rosas que eubriercy palidas mjilas de la ensta nia, as lela los cole barony CAPITULO V ELIPE, Desde aquel dia todo coneluyé para Juliin, Angeli x |. Angelin; que nada revels de lo coud, se guardaba muy bien de tien Gate, por su arte, cuya radezay aslamiento se acenturaron desde ia escena del arroyo, evitaba canto podia el trato de aqu quien tanto amaba, i so ee ne Prisco eonocedor de aquellos campos lenos para de da ces recuerdos, seguia por veredas ocultas los pasos de Angeli persecusiones que ésta ignoraba siempre y que a serle conocidas Iehabrianllenato dejustoespanta, "© “te Conocidas Asi las cosas, sin que ninguno se apercibiera de semejante =§= cambio, pasaron muchos meses, duliin Mdescontinla y eaeiv Tne tanto a hermosura da aqustia aumentabs rie seomrose a. 7 ya pot Linke om alrededor prociamatan ws beliens para convencerse de ella pasa Altos mozos de las aldens y caserio Een extealio a si procedencia rudeza on el desarrollo de formas prop! tno caraclerizaba el heemose tipo de Angelina. © ‘Man In suave delicadeza, de las mujeres da la mejor ssnere. 7 formas ajenas a esa morbidea tiante de las naturaiceas sires age delineaban dulcemente, saves en sus curvas, 7 se extendian hasta su fin, casi con languida laxitud. ‘Era su estatura mas bien pequeha que elevada, su cueryo tenia esas exuberancias que ocultan Tos detalles 9 esligamiento armonioso que se advertia en wus fa idea de que en aquel cuerpo, cualquiera que nada quedatia velado, ninglin detalle ocultarta tse belieza presentando a la mirada que tuvieve la dicha de verio, et fo, bello y generoto conjunto que imaginarve pueda [Las facciones de Angelina no eran atildadas: eran ampliae te hermosas. Frente pequefia, pero de exquisita forma; 0j08 Pa dos y un poco hundidos pero maravillosamente bellos, aarit a Y testa, de Palpitantes fosas, y la boca grande pero muy gracios. Yenfa una seriedad de muy’ buen tono, y una expresion sensual prometedora de muy ardientes transporte. "Tal era poco mis 0 menos Angelina. Y no sin justicia habia amado sobre si la atencion de toda la vecindad y encendido en el pobre Juliin la pasion de furia que habia de tener fatales y horro- rosas consecuencias. ‘Asi las cosas, conocid a la preciosa nia, Felipe, uno de los mozos de mejor solar de las cercanias. La impresion de agrado fue mutua: después de haberse visto dos veces ya se amaban, y Angelina sin que aquel nuevo sentimien- to la agusiase, dejo que su amor creciera libre, espontineo, fuerte, Tobustecido ¥ caldeado por su naturaleza virgen yextremadamente fogosa. ‘De Julin no se preocupaba, ya no le temia: pero he aqui que tun dia sin saber eémo se dio cuenta el desgraciado mudo de lo que pasaba en torno suyo; descubrio los amores de Felipe y de su Edorada Angelina, y de aquel pecho de fiera herida se escaparon fugidos espantosos que al pasar por su boca muda tomaban modu- laciones terribles. ‘Los eelos prendieron en su alma y con astucia de tigre esperd ta ocasion de vengar en Felipe su amor despreciado y sus hormibles torturas. de las Escaneado con CamScanner EI destino, sin embargo, habia sefialado a Angelina con inexorable dedo como Ia victima inocente sobre cuya cape! hhabrfa de caer la furiosa venganza de Julian. CAPITULO VI RUGIDOS Y BESOS Era hébito en Julién ir todos los dfas al lugar del arroy donde habia dado a Angelina aquel primero y uncioso beso, argc de la destruceién de su encantado paraiso, ea Alli, sumido en éxtasis contemplativo, reconstrufa la escena de aquel inolvidable dia. Su imaginacin le representaba a Angel naa su lado; la despojaba de sus vestidos, la sumergia en las ageas claras del arroyo, y luego con los ojos clavados en la corriente vel aquel encantador salir y entrar de formas, aquel brillar de care satinada, el tranquilo revolverse en todo sentido, aquellos encogi. mientos y ampliaciones de miembros redondos y rosados, y lltimo, la salida temblando del agua y el deslumbramiento final, que arrancé de su alma aquel grito de angustia y de sus labios ef ardiente beso tanto tiempo guardado, iste suefio le hacia feliz por alt i renuiad a por nada de Pe rare ee 2 into Julidn que vivia extasiado en sus alucinack pe y Angelina aprovechaban el tiempo de diversos modes, Sia Feisianes eran conocidas y aprobadas por los padres adoptivos dels nila y a laban hasta de la fecha en que habfa de verifi- quiso Angelina ensefiar a Felipe el 1 de Juliin se atrevié a ofender cipher eth seine seme tao Después de haber permanecid io, les vi ‘ q a lo alli un corto espacio, les vio alejarse empetiados en animada y alegre charla, y antes de doblar el -10- primer recodo del camino, los vio inclinar sus rostros y unir sus bocas para darse un apasionado beso, que aunque callado, tuvo resonaneia espantosa en el corazin del pobre Julian Su primer impulso le mandé correr tras ellos y destrozarios con sus manos, pero una reflexion rapida le hizo cambiar de idea y esperar mejor ocasi6n para alcanzar cumplida venganza. La desesperacion en que cayé fue terrible; sus cabellos que mesaba con furia volaban desprendidos impulsados por el viento, y sus quejas que en vano trataba de ahogar, salian de su pecho sordas y angustiadas como el estertor de un condenado. Entre tanto que Felipe y Angelina se iban acercando a la casa, los gemidos de Julidn se ofan en el bosque y asustaban alas aveci las cantoras que no comprendian tanto dolor ni tanta desespera- ion. CAPITULO VII PREPARATIVOS Y TORTURAS, Muy pronto para Juliin y demasiado tarde para Angelina y Felipe, se salvaron esas pequefias dilaciones que retardan siempre las bodas imprevistas. Sefialado el dfa en que habia de verificarse el matrimonio, ambas familias se avocaron para ponerse de acuerdo en el progra- ma de los festejos que habfan de hacerse’en la dichosa fecha, Re- solvieron que los novios irfan a casarse a la aldea proxima, a donde se harfa venir un cura y unos cuantos miisicos, de esos que se fabri- can ellos mismos Jos instrumentos que pulsin y entre los cuales hay algunos verdaderos artistas, intérpretes fieles de los salvajes, pero dulcisimos airecitos que nacen en el fondo de nuestras virge- nes montafias. Se pusieron en repasto las reses que debian matarse ese dia para festejar a los invitados, que lo serian todos los vecinos de la ‘comarca; se encerraron algunos cerdos y cuidruple niimero de aves, de corral, a fin de que sus cames estuvieran limpias del jugo de las plantas venenosas y de las suciedades del campo; y de esta manera se hicieron cien mil mas preparativos, porque tanto el novio como los padres adoptivos de Angelina, querian que aquella boda fuera rumbosa, excepeional; querian que el recuerdo que dejara, fuera perdurable en la memoria de aquellos honrados campesinos. Julidn entre tanto permanecia sombrio y cabizbajo. Cumplia ‘con las obligaciones que 1a costumbre de tantos afios le habfan impuesto, con una precision automitica y el tiempo que le dejaba libre el desempefio de aquellas, 1o gastaba en excursiones fantisti- -u- Escaneado con CamScanner is elovadas de los alrededo, sige aquellas abruptidades qi Jmilables con los abisine, i mente enamorada, ot) habia que vera Juliin! Gites de que apareciese cl so}, abangy, rendia una carrera vertiginos, nba sa endelecamasig aif ascension no detenia ou dizeceion 2 los more bin impelido por una fuerza desconog, impulso ¥ ae os desquebrajados picachos en donde asustaby aa Hep zd saves que medio ated de fio domi, st Tene St sus mugs oct euhiaa g vada de aguila, y una sonrisa histérica contraja sus Tall co bios, cada vez que sus ojos descubrian la casita bang, {yroja en donde vivia Angelina. need ‘satatico se quedaba por algunos momentos, y después con ly movikdad de una mirada loca, cambiaba de direccién la suya para posure en un punto en donde lo verde de la arboleda se seen. ea eran tintes mis oscuros; alld, perdido entre el tupido follaje, Bijebreaba con resplandores de plata un arroyuelo que la distancia facia aparecer como una cinta blanca cortada en movibles pedaci- tos. i cOh rabia! joh sangre la de sus arterias! y cOmo se le agolpa- tal corazon con martillazos acelerados, al recordar re desarrllada a orillas de aquel arroyo. Asf como lo veia de lejos, tan pequefio y tan perdido, asi se le presentaba ahora su dicha, iperdida para siempre! Su naturaleza virgen mordfa en sus entrafias con fuerza pode- ros, cuando llegaban a su memoria aquellos abandonos de Angeli na. "El recuerdo de aquella carne fresca, recia y ligeramente ater- ciopelada, como piel de lozano melocotén, le resecaba el paladar con aus vahos de combustion suprema, produciendo en sus fatces un estretimiento éspero y una rifaga de tempestades hirvientes en orate dul _,, Pobre Julidn! Desde la altura se precipitaba como un tur- pion hasta el fondo de los obscuros precipicios, y aunque fuera en 4es humedades agras ali estancadas, se baiaba las sienes palpitar tat eslntsaay Oman l equilib de sus facultades, y repre ie ai oe casa malta, en donde se estaba desarro despuésalaetemalocura. Pobre duliant ” mer? *Y crimen Y we ae ry) Ll. } } | CApITULO VIE VISPERAS DE BODS Por fin Hlegé la vispera det dia ansionamente eee fenamorada pare} ‘Los familiares de Felipe se habian novia, en donde estaba revuelte con el trajin que aquella cocasionaba. a estrecha vivienda habia sido tutensilios. Colgaban de las paredes x grucsos clavos, las monturas de los reciin vert, mo Giseminados sobre las piedras del cortedor, se seeatan dde un sol tropical, los aperos, de donde ef sudor recopdo det i de las bestias, se escapaba en blancas nubecillas de vapor vis ‘Los convidados a la boda iban leyando poco a peo; unos temprano y otros mis tarde, segiin las distancias que habian ten do que recorrer, Hombres y mujeres se presentaban atavados pa fl festejo; ¥ era una acuarela viva aquel conjunto de vastosos colores, aquella aglomeracion de gente lozana y fresca cuyas vestir ‘mentas alegres y caprichosas producian en la vista un ileal fantae seo, cual si jugaran delante de ella los colores det iris en armoniost y variada confusién. ‘Los misicos y los cohetes egaron al mismo tiempo, de ‘manera que los aires se vieron sorprendidos a la vez, por las alesres potas de una cadenciosa sonata y por las secas y alacdas detonacio- nes de las saetas pirotécnicas. : "AA la eaida de la tarde se organiz6 el baile en que habian de ‘entretenerse toda la noche, hasta que legara el alba, hora en que ‘marcharian a la cercana aldea para verificar la santa ceremonia. El regocijo era general; todos se sentian alegres cuando veian a Felipe y Angelina, los cuales, en el sentido de muchos, formaban Ja mis hermosa pareja de todas las que habian unido en aquellos entonces. Entre tanto, Felipe que no ignoraba el amoroso desvario de Juliin y deseoso de tranquilizar a Angelina de sus justos temores, sin separarse de ésta no perdia de vista al mudo, el cual permane efa indiferente ante el movimiento general, como si no compren- diera el objeto de todas aquellas vueltas y revueltas y menos la causa que tenia alli reunida a tanta gente para él desconocida. ___ Alli como a la media noche, cuando el contento y la anima- cién eran generales, cuando ya nadie se acordaba del pobre idiota, y.el baile por una parte y las repetidas libaciones por otra, absor- vvian Ia atencién de los entusiasmados labriegos, Juliin sin que nadie lo mirara fue acercindose poco a poco hasta llegar a una teastachades a la onse de ta rites, eusperd “gs: Escaneado con CamScanner jama habitaci6n en donde ventana abi 8 POY dos en eal, yn tala 7 con os soba Te penetra sv mirada Somiria iby 4 fates mot guid ena donde POVO produ im a ce ute Jo: es [pias elaboradas con cera vegetal, alae dante de aquellos momentos labs con Felipg;g. angi nada entre os brazos del ue habia de ger gy n°. ens sande ona belies Of, para env s lerantabs ot pusonaday ariente que de rechazo iby 9chtN isms mi yoresescondidos en el alma de Jilin, aun Josten fas cel infelz penetraban en $08 camosas mejija, Guciéndole una sensacion extrafa y consoladora, y tumultngn® luciéno' os ve agolpaban en aquel cerebro irregular que yO pensamien acioeini y Ialocuta. Pens6 mucho y lo que y\% laba maa traduciree en el siguiente monélogo, Te ht" bien patie casris es verdad, PeTO antes que tt expose, ero, he tenido la desesperante dicha de conte temo compat Shor tesoro® que nunca serin mios; ese tu cuerpo de virgen 4 Sabres hoy con ostentosas galas ha sido mfoantes que de ning’’® | ‘tro; mio porque yo Io he visto crecer y desarrollarse dia por yf hora por hora; jhay acaso alguna curva de tu cuerpo que no jf haya sentido redondearse bajo el tacto de mis manazas de idigta? {Guiles el tinte de tu piel que no conozco? Yo sé la época exscig ‘en que tu cutis pilido de nifia adolescente empezé a colorearse cos 1s vivos albores de la vida nibil. Yo conozco aquel lunar grandee leno de suave plumén oscuro que hace resaltar la blancura det, | -albo pecho, y conozco también aquel mis pequefiito que parece luna gota de sangre fresca, escapada de una de las azules venas de tu muslo izquierdo; he recorrido las ondulaciones de tu cuerpo con iis sedientos ojos, sin que me haya evitado tu pudor velado, e detenerlos en donde los haya querido hundir con la indomable fuerza de mi deseo comprimido; he besado tu nuca de litios silves. tes, alli donde se agrupan ensortijadas las sedosas hebras de tu cabellera blonda; y mafiana te iris de mi lado, mafiana serés de otro a quien nunca habias visto, pero que no es deforme como yo Yeap cai te hacen palidecer de expasmo, Amenaz6 con su puto erispado.a la loca felicidad que se revolvia alli dentro, y corié a ocultarse ciego de ira y de aflieién, nm macizo de tboes qu frente del asa habs. luz del alba y las alegres voces de los convidados que se brepaaban para emprender la marcha hacia la aides, vineron a Gesture embotamiento de sus facultades.. De un salto se puso ‘fn Pie atravesd In meseta con vertiginosa carrera y se intern, co Trannaiempre en Ia frondoss arboleda, eneaminando sus pasos a en donde desahogaba su pecho exhalando que- “= jidos de givante enferme CAPITULO IX DEL MONTE AL. TEMPLO quelia abigatrad os ka compar Felipe y Angelina rompian la marcha d cabalgata, Mis de cincuenta jinetes de ambos se Jos cuales saltaban en sus monturas, cada vez que las cabal ‘encabritaban asustadas por el ruido de los cohetes y por los disp 10s de revolver que hacian aquellos que aiin conwrvaban #4 ro de alegria por las libaciones de la pasada noche. Debido a Ia fogocidad de sus caballos y anhelo nes enamorados, marchaban los novios a la descubie entre ellos y el resto de la comitiva una distancia como de vei cinco varas, Libre la rienda sobre el cuello sudoroso de sus bes tias, daban ‘mis trabajo a los ojos que a la lengua, ruborizandose ‘Angelina cada vez que, por un estrechamiento b rodilla del apresto mozo rozaba la suya con frotacion passe: —Frases vulgares pero saturadas de efluvios misteriosos se cru zaban al acaso; se conocfa que la palabra estaba obedeciendo al pensamiento de ambos, el cual volaba muy lejos. Felipe mas mundano por circunstancias del sexo, se extasiaba pensando en que muy pronto seria suyo aquel cuerpecito flexible ¥ gracioso; gozaba ya deliquios inefables con la idea del beso Zupremo que identificaria sus carnes, asi como el sentimiento puro habia identificado sus almas. Ella no; la virgen creada entre las asperezas impecables de la montaiia, no comprendia el amor sino desde el punto de vista de tener un hombre suyo, que la protegiera en las miserias dela vida y {que la besara a cada rato; pensindo en esto, que ella suponia ia Gonsumacion del matrimonio, se estremecia de vergiienza cuando Fecordaba que Juliin, el monstruo aquel, compafero de su infar- tia, también la habla besado; Iuego, le’ pertenecia de la misma manera que le pertenecia a Felipe con quien iba a sacrificar indiso- Iubles lazos. Este inoportuno recuerdo era Ia nota sombria en el concertante sublime de su idilio venturoso, Pronto empezaron a distinguirse alld a lo lejos, perdidos en- tre un follaje color de esmeralda hiimeda, los rojos e irregulares tejados de la aldea a donde se dirigian. Los primeros rayos del sol hendfan oblicuamente el espacio, y culebreaban alegres en las anchas hojas de los arboles, en cuya sedosa pelucilla temblaban todavia las gotas de rocfo matinal, . ‘Asustadas de tanto muido, salfan entre el ramaje las aves, ensa- a guardan =ig— Escaneado con CamScanner . probablemente Ins hemby mn vlar sterile Pentre tanto que el mal? cl austento de cada da, hie © i hora, se encontraron Feli ri hus ‘calle de la aldea; alt esperazon ql, dos en alegre confusion, se dirigieron a jy pate ia! erde alli dejaron pasta tranquilamente a sus cqhalt eis novies ¥ los padinos se arreglaban asa amiga, para entrar en el tempios® Cony! falar y rene gu 08 nia lat, 6”. edo un ncerdote medio congesigngt Cong, rraordinario. Por, particular oourri } Nada de parce eos 1os casamlentos de aden Coda i durante la ceremonia; ind. como mir enidaso de as chies ¥ las calurosas y chispega ete taciones de los hombres. Selig, oso alist cada cual 1 cabalgadura y atrote saron a fa asa campestre de Angelina, en donde los esp, SB ‘aja que me conto esta historia, y Julidn, en cuyo rostro atl do se notaban las huellas de un dolor tormentoso, tags. "Al aproximarse la comitiva, el desolado gigante se escqns ana puerta de atrs,aravesb un pequefio huerto y saltands} fron cerea, corrié a ocultarse en las sinuosidades que fon, °%® ‘unos pefiones superpuestos. a ‘Alli, revoleindose sobre las hojas secas que el viento pay. arringonado, se mesd con furia la recia cabellera, se lav gg ius peas nel liao pechoy... rompioven lant ope tonado y tormentoso desahogando en él la pena de eu aro quella alma pura y perfecta, tanto como deforme e irregula’ tl ropaje que la envoivia, 3 Medio aletargtdo permanecié en su escondite al Juego pensando en que habian de buscarlo de la casa'y ne at do volver aver a Angelina arrastrindose como un repil soos 16 ao largo dela meseta y no se puso en pie sino cuando los ae des ftboles podfan cubrislo por completo. Entonces eo ee ‘van alto eraylanzando una postrer mirada en dizeccign oie eo se intern en la espera con patos precipitados, dando anast z itos y trepando por las laderas mas escarpadas como si su ee : ea ee! ¥ subir hasta llegar al cielo, de donde lo habja ex; ma! Jo In.inclemencia de Angelina. ed toa rile, 1 oad de a mont pas el resto dela io sighs eee enema cia tados en cortedor ‘de la can, miraban com ofvs hineeooe camino por donde Felipe, acompaftado de sus parieat of) bia levado a Angelina para sempre jams may sane inguna sefal dio de su honda pena: indiferente y estoioo ~16- tesco de a pared una hacha deforms, appeals eee tura de hierro, ¥ con ella al hom tamente tos Pocos momentos después podian aire pertectamense 1m mpasador golpes del cortante inerumento, com ve habla atacado, con una especie de frenesi, el rot ‘una corplenta encina, CAPITULO ANGELINA CASADA Vivitian Jos exporos en una poblacién cuyo nomber no Viet 11 caso mencionar, en donde los padres de Felipe le habian fon propiedad una casita cmoda y bien arreglsds. ‘Los primeros meses de un sol de amor, pasarian en aq pueblo, porque la gente del campo, a la inversa que los de la ¢ + Gad, buscan el bullicio para ocultar entre él las dulzuras de proiificos y exhuberantes amores. ‘Angelina, cuyo dcilcardcter era asimilable a cualauier con. cién social, pronto aunque gustosa, se avino al cambio, ¥ ta sene: fla aldeana supo adaptarse a las exierioridades de las mujeres de la ciudad "En el fondo, sin embargo, era siempre Angelina, la misma sin- cera campesina de otros dias.’ Sus anhelos la llevaban siempre al Sampo. Cada vez que sus quehaceres domésticos se lo permitian fmuchas ocasiones ain a expensas del buen desempefio de aquellos, abandonaba muy tempranito la ciudad y algunas veces acompafa- dda y otras veces sola, se dirigia en busca de los arroyos mas lejanos { gacondidos en donde se baflaba largamente abusando de Ia liber iad'de que entonces gozaba. ‘Muy poquito a poco se iba desnudando a la sombra de cual- quer &rbol copado, ‘La ropa exterior caia de un golpe; le motesta- than las estrecheces de la vestimenta de I ciudad; pero cuando fempezaba a despojarse de sus ropas interiore, lo hacia con mucha pausa y como teflexionando en cada prenda que del cuerpo se Sescenia. El corpifio aquel, no cuadraba con la flexibilidad de sus for- mas; aquellas costureras de la ciudad eran todas unas estipidas; qué necesidad tenian de hacer aquellos talles tan recios y tan {varos? Sus apreturas, antes bien que modelar su busto, eniorpe- Gian el desenvolvimiento de sus curvas ideales, con una presion brutal muy propia para las exhuberancias deformes, pero initil para sus pechos tensos y apretados semejantes a dos copos tembla- 1 -11- Escaneado con CamScanner for oscuro, 1e gustaban. Sy yap, 4 wnte halagada, cuando vej, tidad ‘ss medias sentia dulcer”Tesaltar Ja blancura fonrencca e 1a mi Jo que 5! causa verdadero a de Fousio; pero 10.40" Smoratada y cubierta aoa da, igergtadera. Su femperamento refrain Ie pr ‘jeformidades del cuerpo, " das las orificacione 45 gus camesi ¥ permanecta largetbt todas foro macula ryeoiaa.con la palma dela mano, hasta a aan dose 1n pare etre alli estancada, correra de nueva y ge lograba ier ia epuemante 4 prendas que levaba con ra ote, Sfesenvolvia las medias hasta dejar “como sus dedos se le juntal a Pie YO, ePtuno en el oto, “acide se despatian por deeilo MEI" ‘spiosa, Aquellas yemas congestion, ado botin, £0 poniyas, las desconocia; las rosadas fags intas no eran 108 S120, ge le metian en la came sudorns pesar de levalas bien 00K, que dolor, descontento, aquelar y dict, progr enian razon de estar all Zeiales profundas er0T eg de su cuerpo con wna sorpresa mugg Estudiaba los dels ian aleanzado durante sus Gltimos try Los tejidos de. PO’ ina laxitud que la lenaba de bochomnosa meses de matriner que solido de sus cares virgenes, se habia asombro, Aas cir asi, y el color nicar, tinte sobresaliente de esponja of so,empalneci, en tanto que a fu abs yal su Pie au sono, s¢ le asomba la sangre, como esperando un ligero Fiquetazo que la hicira desbordarse, ‘Despues, menudeando sus pasos por la dorada arena se acercneaal transparente liquido en donde se dejaba caer de un acerca a. para sentir menos la desagradable impresion del agua, solo golf iia; chapoteaba un momento, y su respiracion nerio. cemie aterada, producia entrecortados suspiros, hasta que sele hacia familiar la temperatura del arroyo. Y entonces, en quietud esjpleta, con la mirada fija en el espacio azul, dejaba vagar el peo- saento por las inmensidades del ensuesio, mientras que los liga- Inentos tibios de su cuerpo recogian avarientos toda la frescura de 1a onda eristaina. ‘Como abstraida se quedaba alli, recibiendo las caricias de la murmuradora cotriente, hasta que volviendo a la realidad de la vida, y asombrindose de que su idealismo loco, la separaba pot completo de las cosas reales, saltaba presurosa a enjugar sus car nes, ae vestia en un momento y regresaba a su hogar, fresea y alegre, pensando en su Felipe, en los pobres viejos que la habian creado y hasta en el monstruoso Julian. -18- — recuerdo del mudo acibaraba todavia wus dichas presentes. rguensa revere Mcconstruia la escena del beso J Js vereoss ivan ament zor sor ya encondts Srferencia a lo que et un matido, pero poe ie Testy ner jaba al pensar, a lo que la habfan expuesto sus Ar ae nifia inexperta, y la falsa creencia que tenia acerca i Sill, io demés, su vida matrimonial era regular ¥ despraviss 3° los sinsabores que la pobreza ocasiona. | Los padres fe 1 tt fabian proporcionado a este la manera de establecersc, Sorte ‘ovisionalmente, con erovorcionaban con largueza una vida holgads y placentor 4, ori oapver en cuando, el nombre de Julién era pronuncece por los esposos con la misma indiferencia con que pudiers® fe por Jos e*rimal dtil e inofensivo; jdesgraciados: mientras «200 fe un apenas ni preocupaciones, el cerebro ya medio atrof Uyigtin trabajaba sin descanso, tratando de dar forma a la ven. senza que tarde o temprano ejecutaria en la desgraciada Angelina. CAPITULO XI JULIAN REFLEXIONA ‘Atontado por el golpe, permanecié Juli ras semanas después del casamiento y viaje de la bella Angelina. ‘Su ruda naturaleza permanecié en tension dolorosa los prime- ros dias, pero Ileg6 el momento en que sus nervios se aflojaron y entonces un desmejoramiento fisico se opero en su persona de tal manera rapido, que sus viejos protectores se alarmaron, creyendo que Julidn era presa de alguna enfermedad violenta y peligrosa. Un color amarillo como de fruta enferma le cubria todo el cuerpo, acentuandose en las manos y en las mejillas, mas que en ninguna otra parte, Sus carnes sin enflaquecer, se habian reblandecido como si hubiera cesado de golpe la fuerza interior que las mante- nia tirantes: sus ojos habfan aumentado en brillo y tamafio, debi- do a la constante fiebre de sufrimiento que lo abrasaba y al des- pliegue de los parpados carnosos y amoratados. La risa eterna de la boca, habia cedido el campo a una crispacién nerviosa, cuya expresién era dificil de determinar; el abatimiento se revelaba en aquella cerviz de toro montaraz que se inclinaba sobre el broncea- do pecho, bajo el yugo invisible de una pena sin nombre. . Atin cuando los viejos conocfan que el afecto de Juliin para Angelina era inmenso, les daba mucho en qué pensar su actitud de- sesperada; comprendian y hasta encontraban justo que estuviese tris- —19- Escaneado con CamScanner te, pero aquella manera de desmejorarse del pob ‘muy preocupados y hasta se dieron a pensar con la maling q!°!tala todos los viejos, si Julian estaria realmente enamornae Ald muy al principio lord hasta agotar I ‘ nu tar la agri mias; después, cuando el lanto ya no quiso mieade td a : Si ee Suspiros exhalaba su profunda peta y oe ‘ . : . Pena; iki en snr nn een El punto objetivo de todas sus meditaci nganza; ‘ editaciones ¥ tanto meditaba sobre el particular, porque te habe oe finde GF Aue saells fuera ejemplar, horrible, digna de un homies uel ne aa a se encontraba de la norma de sus demas cougeee Reflexionando en ésto, cambiaba de i cada momento. eee salma; sien ese momento llegaba a 0. dat eee hharfa después? Mas que una represalia de erta retirees a dea ba otra, que a la vez que hiciora sufrir a Felipe, le arojares Angelina en sus brazos, de los cuales ya nadie en el mundo se la Dodria arebatar. Este proyecto le gstaba mis que ningun oto ro para ponerlo en prictica, encontra : pero para ponero en prc a verdaderas dificultades La permaneneia de los esposos en la ciudad, era un ble obsidculo para ln consecusion de sus fines: Avercarse a Aveek, na hubiera sido fécil si estuviese viviendo en el campo, en alguna posesién solitaria y aislada, a donde nadie pudiera legar a prote- gerla contra sus furores, pero alli, rodeada de tanta gente no podia acercirsele nunca, y suponiendo que lograra hacerlo, estaba seguro de que mas de alguno de los que la rodeaban entorpoceria el desarrollo de sus planes macabros. ;Qué podria esperar entonces? Cuando sentia las trabas de su impotencia se enfurecia hasta 41 paroxismo. jh si hubiera aprovechado los dltimos dias que permanecié Angelina en la casa, ya estaria vengado y no sufriria quel suplicio del infierno por qué no la mat entonces? ;acaso Te falté valor para hacerlo? jeso nunca! porque con valor se sentia para ello y para mas; la prontitud con que se desarrollaron los acontecimientos le impidieron madurar un plan, pero ahora era ya todo distinto; ahora Ya tenia resuelto todo lo que habia de —20- —eE__™™”™” Sst Sti =iO™SOSOSOCOCOOOOOS hacer: y el éxito dependia de que Ia oportunidad se le presentase tarde 0 temprano, era cuestion del tiempo. 1 recuerdo’ de Angelina en brane de oto dabe ‘ueras suficientes para emprender cualquier descabellado plan, con fue fe deja satisfecha su venganza, cuando al cabo de dale wueltas y revueltas a la misma idea acababa por encontrarla de facil ejecucion, sentia un alivio inmenso pensando en los tormen- tos que harfa sufrir a aquellos seres por quienes abrigaba su cor: z6n tan diversos sentimientos. El uno, Angelina, era la duefa todo su afecto, el otro, Felipe, era el poseedor de todo su odio, ppero su idea de venganza se cernia sobre las cabezas de ambos, ¥ ho tardaria en envolverlos entre sus pliegues ligubres y sangrien- tos. Asi como lo pensaba Julian, la cuestién era de tiempo sola- mente, y nadie podria ya salvarlos de sus rencorosos designios. ‘Meditando acerea de todo ésto, lo sorprendian muchas veces sus protectores o algunos de los mozos de labranza: y entonces, Sibitamente trataba de cambiar la expresion de su fisonomia pero 4 pesar de sus esfuerzos, siempre quedaban en su semblante las huellas de la tempestad interior que estaba a punto de desequil brar sus débiles facultades. \ ‘CAPITULO XII EL DIABLO PROTEGE A JULIAN Entre Ja poblaci6n en donde vivian los jvenes esposos y la ‘casa en donde se habia creado Angelina, tenian los padres de Feli pe una pequefia finea. Sus fértiles terrenos destinados a la crianza de ganado, se extendia a la orilla de un caudaloso rio, cuyas hhinchadas aguas, las més de las veces, se desbordaban en invierno, produciendo alarma en los habitantes de sus vegas y grandes pérdi- das en sus intereses rurales, ‘La casa que servia de habitacién principal, permanecia cerra- da durante el verano; pero alli por los meses de julio y agosto cuando ya el ganado repuesto de las abstinencias de los meses secos se presentaba propicio para dar abundante leche, sin perjui- cio de las vidas de sus pequefiuelos, la chacra aquella, se alegraba con la legada de sus propietarios, los cuales iban infaliblemente todos los afios a coger el ganado como vulgarmente se dice, para aprovechar sus inapreciables productos, con los que fabrieaban xauisitos y olorosos quesos y gran eantidad de riea y suculenta mantequilla. ‘Aquel afio no harian los viejos su excursién ordinaria. Felipe a Escaneado con CamScanner angina nian solid, one Ge Sus pace y Angin hajaran es ao 8 semen aqul ot gy Hepes at ge es er potions alos una pote a el campo, haria que los antiguos cényy nef tenor i de os abe Ue propordonasatt dees ‘at anejo de aquella faena camPeo™, clay nel de ps en este nuevo areglo estando ya cera a de la lecherfa, hicieron 406 preparativos Felipe y Angelina ae Ja fechquanto antes al campo, en donde Pensaban deg tradadar “ge las embarazosas extrionidades que se i lta Shligados a guardar en la cludad, Viste ados *igaron a un amigo honrado la atencién del o aque en Ia poblacién tenfan: cerraron, las habitaciones cuyg et flo fuese necesario para el movimiento del referido negocig no fitsfanita del mes de julio, acompafiados de una vj io, ¥ en 2 alge acompafar a Angelina cuando Felipe tuviers gue hapitia por uno w ot7o motivo, tomaron el camino hang fines consabida, con el cuerpo lleno de satisfaccion materia) 2 tia rebosante de jabilo y de amor tranquilo, ve Ganinando por aquellas abruptas veredas, donde las tuyi de lo tmutaos din, sin haber formado fangos, habian apsguant polvo y refrescado la arboleda, un sentimiento de d spaeado el Tetrospectiva inundaba sus corazones sinceros. Este dltim dicha reiesPrmtar el dia les recordaoa otra inolvidable jornada que Wf 1 eeiReho en pos de su felicidad, Trajeron ala memoria afuelh, seta desu mare daly vaporos al gest ristica a fn donde unieron sus destinos para siempre. ;Qué clon pacer os embarga s para siempre, ;Qué diferente sens. posefan en la plena acepcién de la 54 ora acer eta tp Io condi asta reel Ce los esfuerzos de su honrada vida; le pertenecia com: pe pertenece al débil, con anhelos de proteccion y pacloed fuerte le Ie sea sempre tel porque estaba Seguro de que una ecenkaa a Ia mataria, Ella no: vie te los habia dado a Felipe de un ‘ple: spear poeta Antes que por otra cosa, por un epotsmo natural de sus facade, de muer cameate enamorada, Fodia caber en dl pensuontae Feige is Kio de tan infdetiad, ¥ al peoerie So eed fan i nants ds Melia oe ee ee eelina, no cabian esas monstruosidades imposbls, aque sy Felipe que cabalgaa a su lado, er el ini hombre que no le daria asco, y aparte de dl, todos los demas le ib end perddos en asc el canine qe salen voc ee a a iio mis involuntaria iréniea, contraia las ymisuras de sus Y sensuales, Aquellarsita muda, queria decir que alla ~22— ge estaba haciendo butla a si misma, al recordar su J iaita de conocimiento de las cosas de Ia vita. que /aaitanto disparate el dia aquel cuando se ibe acet- cen su interior inexperiencia la hicieron: Ja hleero, Biden en donde debian casarve. A veces panes nde ioe que un marido s6lo fuese lo que ella en Sus arrcheo, at M6 habia figurado, pero al ver la apostura y gentlens nea infMlorado esposo, al recordar la ternura con cue 1 ‘strechala ae ase brazos,y el inefable deliquio que ella sentia 9 devolverle cnt ee intimas caricias, todo To daba por bien arregiado; encore ss mit cin vida era buena, ¥ su pecho se henchia de susfaccke pura, al contemplar, con los ojos de la imaginact el inmenso Pag de ln dicha que el porvenis habia abierto delante ellos. fos cayendo la tarde cuando llegaron a la finca. Los vaciests y los mozos de labranza que componian el persona! de ia hacienda, }lque concluido el trabajo del dia, vagaban por los alrededores, » aes ceerearse a los viajeros a quienes ya esperaban, ¢ inmediat- verde corrieron al aviso de su llegada, produciéndose en la cass ¢¥e mentjento tan natural en los criados cuando se acercan los amos. La morada rural perteneciente a los padres de Felipe, era muy Fnte so extendian largos terrenos planos, cubiertos de grama ¥ Siivestres Iiquenes, en donde pastaban libremente hermosas reses e piel brillante y leonada, en cuyos temblorosos lomos revolotea- fax avecillas merodeadoras, limpiindoselos de los chupadores insectos que habfan recogido en los brefiales. TEI cuerpo de la casa no era espacioso; apenas estaba compues- to de dos piezas pequefias laterales y una grande en el centro que hacia las veces de comedor, de sala y de punto de reunién, los ios se oLvipa be ANGELINA Dos noches y un dia pasaron los padres i - ma coatcompata ylage Fags, Judas es ete me le: ‘gue havior soya rorawe sabian que él y los tres o cuatro peones Ses ao enearzador en los trabajos de las tierras, sabrian ier manera, para llenar sus necesidades materi 24— —_—_~ © les alld en la casa, momenténeamente abandonada. Elementos para la vida no les faltarian; la despensa y ¢! grane 10 estaban provistos de carne salada y de cereales respectivamense El Gnico trabajo que tendrian que hacer era confeccionarse «lt rmismos sus alimentos diarios y a ello estaban bien acostumbrados os hombres del campo. ‘Sin inquietudes de ningin género, permanecieron Con los jovenes esposos el tiempo indicado: y si no se quedaban mis era porque tenian entre manos ciertos asuntos de poca importancia pero que necesitaban de su presencia, pasa sui mejor ejecucion. Rapidas y felices pasaron aquelias horas en que los viejos pet manecieron al lado de la dichosa pareja "Angelina, cuya verbosidad era incansable, cuando se trataba de exagerar los inconvenientes de la vida en poblado, permanceia fargo tiempo contindole a su madre adoptiva los apuros y sinsabo- res que habia pasado, antes de poderse acostumbrar a la existencia Civilizada, Entre tanto, Felipe emprendia con el viejo largas cami- ‘hotas, mostrindole lo extenso y rico de sus tierras, 1a hermosura de los ganados y pidiéndole su autorizada opinion acerca de las refor~ tas y adelantos que pensaba llevar a cabo durante la temporada de aquel invierno, {La conversacién de los dos hombres era franca, Leal, ¥ casi siempre versaba acerca de las labores campestres, de la agricultura y de'los importantes resultados y pinglies ganancias que esta indus: ‘ria proporciona. Pero no sucedia lo mismo entre las dos mujeres. Angelina lu chaba y se escabullia al fin, con hibil modo, de la curiosidad impertinente de la vieja, que la acosaba a cada rato con preguntas insidiosas relativas a querer escudrifiar el santuario de su vida matrimonial. ‘En vano era que la hermosa mujer la patentizara su felicidad presente, demas estaba que le asegurara en todos los tonos que el Geseo de convencer sugiere, que desde la época de su matrimonio, Felipe la habia hecho completamente feliz; todo era initil; 1a sutil labriega, con esa tenacidad tan propia de las cabezas del cam- po, deseaba encontrar un flanco vulnerable en el idilio de Angeli- na, y agotaba el repertorio de las preguntas capciosas, a fin de hhacerla caer en una contradiceién, que diera base a la desgracia imaginaria que ella, a todo trance, deseaba encontrar. EL carifio y no otro movil la habia yuelto insidiosa y descon- fiada, Toda felicidad, toda dicha le parecia corta para su idolatrada ‘hija; pero a pesar de sus esfuerzos para encontrar algo que poder echar en cara al bueno de Felipe, se vio burlada en sus paternales afanes, y tuvo que confesarée a si misma, que si aquella gente no era completamente feliz, por 1o menos, le parecia mucho. FY en verdad que era dura de convencer la vieja, cuando no —25— Escaneado con CamScanner a dejarla satisfecha las vehementes conteyinn, : de jos tan resplandecientes de dicha le j jon qué oj é Fs i se raonte satisfecha!; con qué vigor salia de age, iue wees er inn en al igja, acerca de su felicidad. ae im dichosa? vaya silo era! ¥ tanto.como ni de a a habia sido hasta entonces. ‘Su Felipe, como qh llamaba, obedecia a sus deseos, con una prontitud aSombrox) amaba, we ella se los manifestara; 61 se los habia adivinadg y=” tisfecho™ ermoso, jah! esto sobre todo; el hombre més herm que ella habia visto, y era necesario creérselo; la honradez, un $e ter absoluta caracterizaba todos sus actos; era constante ¢, so trapajo, habil para la industria; fuerte como un roble y accesitig oan Caprichos como un enamorado viejo; pundonoroso, yaliente y franco; ¢qué més podia desear? Era posible que ung Thujer como ella con semejante marido pudiese ser desgraciada? jCuinto convence la voz de la felicidad! Cuando la vieja, nia dee de Angelina, caminaba al siguiente dia, bordoneando el cami. ho, al lado de su querido compafero, de vuelta ya para el hogar lo increpaba por no haber sabido hacerla completamente dichosa, jPara eso habia que ver a Felipe! ese era el hombre que compre. lifa sus deberes y que no escatimaba los medios para hacer feiza una mujer. El viejo labriego callaba, y sin embargo, estaba seguro de que, si unos veinticinco afios antes, alguien hubiese preguntado a si mujer algo acerca de su felicidad, la habrisn creido por lo que hubiese contestado tan feliz 0 mis feliz si cabe de lo que parecia Angelina, Ello sabia y se lo callaba; {para qué protestar? De nuevo quedaron solos Felipe y Angelina, y ya perfects: mente instalados, se dedicaron con ahinco a sus ‘ocupaciones de vaquerfa, en las cuales ponian el mejor empefio a fin que su labo rioso padre no fuera a encontrar algo que reprocharles. Habia en el aprisco como cuarenta terneros. Las carifiosas madres de los pequeiios prisioneros, permane cian todo el dia entre los gramales de los alrededores, pero sit alejarse mucho de sus crias y a la caida de la tarde, cuando emp® aba a ocultarse el sol, emprendian el regreso hacia 10s 0! de la hacienda, ‘todas por diferentes rumbos, satisfechas warlazgo de sabrosa yerba con que se habian regalado rumianda 4 ratos, y dando al viento sus plaideros y carifiosos balidos. Alli se entretenian eon Ia escasa y trillada yerbecilla ave junto @ los cereados crecia, y de vez en cuando pasaban la ca Por entre de los huecos de la cerca, para acariciar con sus] ssperas y resecas la airosa cerviz de sus aprisionados hijos. ~26- , Por la mafiana cuando Angelina y Felipe se levantaban lo que pacfan casi siempre al mismo tiempo, encontraban que habian Prneipiado ya los mozos a ordefiar el ganado. ‘AL ordefiadero se metian ellos sin sentir repugnancia porque se les enlodaran 1os pies en la escurridiza capa de fango que cubria SI piso. Aquellos vahos acres que despedian sus reses, les ensan- Shaban los pulmones y les fortalecfan la sangre, sirviéndoles de Sfeentivo a su ardiente pasion, viva aiin, a pesar de sus incesantes caric as. Baldeaban ellos mismos la leche desde el corral hasta vaciarle en las olorosas canoas; Angelina se encargaba de condimentar y famasar la desquebrajosa cuajada cuando estaba ya de punto y el ‘queso, redondo y blanco como la misma leche de que habia sido formado, salfa de sus manos tembloroso y destilando un suero amarillento que recogian en grandes recipientes para alimentar con 1a los perros de la hacienda. Hermosa vida aquella que les proporcionaba la soledad tran- de que tanto necesitaban para dejar volar los dulces anhelos de su amor atin no satisfech Ellos recibian agradecidos aquella dicha con que Dios los favorecia, ¢ initiles para el fingimiento, se confesaban mutuamen- te cl inmenso placer que sentfan al verse solos, el uno en los brazos del otro, sin nadie que pudiese servir de obsticulo a sus amorosos transportes, y sin mas regulador que su misma naturaleza, para avi- var oadormecer sus anhelos de caricias. ‘Un dia, como al decimoquinto de haber legado a la finca, recibié Felipe una comunicacién oficial lamindolo con urgencia para cierto asunto juridico en cuyo proceso figuraba él como testi- go de un crimen inaudito, que se habia cometido hacia algunos meses. Gonociendo Ia importancia que tendria su declaracién para esclarecer el asunto, no quiso demorar s4 marcha, y pensando que ‘aqucl viaje apenas duraria dos o tres dias a lo mas; no intenté lle- vvarse a Angelina, para qué la habfa de molestar con una nueva y penosa marcha? 7 En la finea la dejo muy recomendada a la vieja sirviente que habfan trafdo con ellos; y al amanecer del siguiente dia al que reci- bio el Lamamiento imprevisto, a caballo en un airoso jaco, y bien cubierto de hule y de cuero, porque llovia a céntaros, se despidio de su adorada Angelina recomendindole mucha prudencia, y que no dejase-de pensar en él. . ‘Alla se qued6 la pobre muchacha entre triste y cavilosa; ella no le quiso decir nada a su marido, pero lo cierto era que sin saber la causa, aquella soledad la asustaba. {Acaso su corazén, corazén de mujer al fin, lo que podia sucederle? habia presentido -21- Escaneado con CamScanner seguro que asi fue porque apenas Felipe habia 4, 0 gemee s atPoresSaa sroe Proeion sombria que en: vano trato de conjurar la vieja criada eg, Gules ¥ consoladoras palabras. ee : “Todo fue initil, Angelina permanecié triste aquel dia, y de, misma manera la sorprendié la noche. a lluvia que empez6 a caer desde por la mafiana se habj, ‘cerrado en aguaceros al aproximarse la noche; y las aguas del ria Sobustecidas con las corrientes invernales, empezaban a mu sordamente, como si encontraran estrecho a su volumen el pede Foro ps ruidos tumultosos que desde el rio llegaban a los ofdos de Angelina acabaron de impresionarla hondamente, y buscande lun relugio a sus aflicciones, se puso a orar con toda su alma, ‘Aquella noche rez6 por todos: por Felipe, primero, por sus padres ‘después, y por dltimo hasta por Julian. Padre CAPITULO XIV JULIAN EN ACCION Si los temores de Angelina eran tan mortificantes sin saber lo que ocurriria {emo hubieran sido éstos si hubiese sabido lo que estaba pasando todas las noches en los alrededores de su morada? Unas veces mas tarde y otras mas temprano, pero siempre ‘mucho antes del amanecer, el que se hubiera quedado en observa cin, habria visto con espanto aun ser extraiio, vagar por aquellas espesuras de follaje con pasos cautelosos y aspecto aterrador. De que la noctura aparicion era un hombre, no cabia duda, {pero qué forma tan singular tenia aquel ser humanot Envuelto entre las sombras que todo Jo agigantan, apareeia cabeza fenomenal esfumando sus contornos entre las ramas de a avboleda; aquella cabeza de eiclope escudrifiaba con tenaz empe- fio las silenciosas dependencias de la casa rural, y la casa misma como queriendo formarse una idea exac 0 ta de sus contoros, del tnimero de sus puertas, y de la solidez de sus muros. Después iba saliendo poco a poco de adentro de la sombra el misterioso ronda: dor y a pasos refrenados, como de animal felinu, se iba acereando al edificio sin que lo contuvieran en su inspeceion ligubre, 10f ldvidos de los perros que formaban una alsarabia infernal, Masta que Tos mas attevios se Te acercaban eee nate Wien hostiles, se daba cuent: suber e oes nes adelo que van- 3 deo que jsaba y entonces esquivan: clo sus dentelladas con asombrosa impavider, retrocedis hasta volver a ocultarse entre las malezas del bosque 28 ‘Aquello se venia sucediendo todas las noches con regularidacl ‘asombrosa, y los habitantes de la chacra no encontraban a qué atri- buir el desordenado ladrar de 1a jauria, y menos las acometidas furiosas que daban los celosos guardianes tal vez a un ser imagina- tio. La noche y vispera de la mafiana en que habia de marchar Felipe para el pueblo de donde lo llamaron con urgencia, el fantas- ma no lleg6 a ocupar su puesto de observacion, sino hasta muy tarde de is noche, east al umanecers en el momento en que, con tluido sa espionaje moctumno, iba a perderse en la sombra, apareel6 Felipe en el umbral de la puerta con un hachon encendido, a pesar de que la luna, casi llena, difundia su apacible luz en el espacio. — La repentina aparician del marido de Angelina, hizo cambiar de idea al sombrio vigilante, y en lugar de continuar su camino hacia la arboleda, se quedé oculto tras un grueso tronco, y se puso ‘a observar con anhelosa atencion lo que aquél hacia. Felipe sin presentir siquiera el espionaje de que era objeto, se dirigié a un rancho de palmas en donde dormian los peones; lam a su tnica endeble puerta que le servia de entrada, y después de haber cruzado algunas palabras con uno de los mozos que salié a ‘sus voces, se regres ala casa de donde acababa de salir. Pocos minutos después el sirviente a quien despert6 Felipe, se presenté a los ojos del espia siniestro, trayendo por el ronzal a un asustadizo potro, que resoplaba inquieto, como advertido de la presencia de un ser extrafio. El mozo traté de tranquilizar a la nerviosa bestia, dindole amistosas palmadas en el robusto cuello, Jo até a uno de sus pilares del corredor y se entré también a la casa, de donde pocos momentos después volvié a salir trayendo a cuestas los aperos de que se servia Felipe. Enjaez6 cuidadosa- mente al animal, colgé el freno del arzon de la montura, y sacando: del rancho de donde é1 dormia, un cajén repleto de maiz, se lo puso al caballo que principié a comer con un bullicioso crugir de mandibulas, en tanto que el sirviente se retiraba de la escena. Es iniitil decir que el hombre oculto alli, a menos de un tiro de pistola de la casa, era Julian. ‘Todas las noches, desde que conocié el lugar en donde mora- ba Angelina, hacia aquellas caminatas. asombrosas. Al caer de la tarde salfa de la casa de sus protectores con cual- quier pretexto, y enderezaba sus pasos de gigante hacia la finca de Jos esposos, avido de observar lo que en ella aconteciera, y esperan- do que de un momento a otro se le presentase la oportunidad de Poner en practica sus proyectos de venganza y extesminio. Aquella vez, habia demorado su excursion nocturna Porque habia detenido en la casa el desempeio de una comision ! imprevista; y daba gracias al diablo por aquella tardanza, que le | habia permitido observar los acontecimientos inusitados que se | —29— Escaneado con CamScanner .do en la finca- sat . cestaban desarrollan faba de un viaje de Felipe, rec Comprendio gue #8 YG que solamente montaba aqua ¢ por Ia estamps, 1 Toe je curiosidad y anhelo esperd, bien oculja anvin no comprendia del todo. que esperar alin pera fin vio como Mas de dir a su marido, comprendia por los efec angi igs ee ara are que ite letaece a1 quis altel alma por Ia garzanta en uy em ge jib, grito que log contener mordiéndose coq sare wr pacers A que vertian las nubes era jas ropas de Julian, se le pegaban al sn a ves e 4 copiosa; y a pesar o& daba sefiales de que aquello Jo cuerpo, empapadas y frfas, NO molestara. ‘Su vida entera se diendo delante de sus oj desbordamiento de los con més impunidad que si n él, se fue también el contento de Angeli rontraba pendiente de lo que estaba suce. vy hasta le vino muy de su agrado aquel “os, que le permitia permanecer oculto i el amanecer hubiera estado tranquilo y seco. Se fue Felipe y co! a jena de angustia paso todo ese dia y de igual manera la sor. prendid la noche, sin que valieran a calmar sus desazones, las frases Prosoladoras y fortificantes de la fiel criada que Ja estaba acompa- iiando. ‘Julidn entre tanto, no habiendo querido regresar a su habitual morada, merodeaba por aquellos alrededores, sin tener atin bien determinados sus proyectos. Paso todo el dia y parte de la noche oculto en las asperezas de aquellos alrededores, alimentandose con frutas y raices silves- tres y la aurora del nuevo sol, lo encontré aterido de frio, cho- rreando agua por todas partes, oculto en un bosquecito, de la orilla del rio, sobre la cual, y al empinarse en forma de ladera, esta- ba edificada la casa en donde vivia Angelina. El agua continuaba cayendo a borbotones, el chaparron se habia convertido en torrencial aguacero, que mantenia encerradot en sus habitaciones a los moradores de la finca; y el rio casi des bordade ya, arasiraba entre sus fangosas aguas trons inmenos de totes descuajados, en cuyas ramas navegaban tranquilas las =30— rT | CAPITULO X¥ > ULTIMA DECORAGION Julién esperaba y esperaria alli con la misma paciencia con en eg Stites es errant on oe ee Propicla para satisfacer cumplidamente sus afanes de venganz®: PAT fin sabria Angelina de lo que eran capaces sus furores reprimidos! ‘Matarla, no; jamas h Felipe, si éste se hubiera interpu Jis habia pensado en eso; hubiese muerto 2 jesto en su camino para entorpecet Ta ejecucién de sus propésitos; eso si; cien veces, un millon Jn cciehhubiese pasado por encima de su cadiver con tal de poder Tegar basta la persona de Angelina; pero afortunadamente 2qve Rogar oncontrarfa alli en los momentos criticos de su criminal atentado. irs ‘cosa resuelta que aquella misma noche, o antes si se pre- sentaba la oportunidad, tomaria a Angelina entre sus potentes {inter y huiria a ocultarse con ella en lo mas frondoso de la montaiia. ‘Alli serfa completamente suya; todas las angustias, de todos los tormentos que friendo! 3 ; ‘Sus labios gruesos y amoratados aplastar‘an con amor rabioso su boea delicada y purpirea; en vano se retorcerian entre sus ner- viosos brazos, los delicados miembros de Angelina en la convulsion Suprema de una angustia mortal; nada de eso habia de servirle; el eco fiel de la montafia contestaria a sus desgarradores gritos, y su ébil cuerpo cansado de luchar concluiria por desfallecer dulce- mente, en el hercileo abrazo con que pensaba estrecharla. ‘Correria con ella a cuestas por las montafias y los valles, hasta encontrar un sitio apartado y silencioso en donde hubiera mucha sombra para descansar alli de la fatigosa carrera, la cual emprende- ria de nuevo hacia lejanos y desconocidos lugares, cuando hubiese recobrado sus perdidas fuerzas; y mientras reflexionaba asi com- pletaba distrafdo el tumultoso rodar de la corriente. Si Julidn hubiese tenido idea de lo que es el sui tal vez hubiese sentido tentaciones de matar para siempre sus dolores, apagando su vida en las revoltosas aguas del hinchado rio. jBn verdad que era majestuoso y provocador el aspecto de ‘aquel abismo movible! Las olas se atropellaban unas contra otras, produciendo al romperse, cascadas de rosada espuma. La lluvia que ya no caia fen aquellos. momentos dejé brillar al sol, y sus rayos, como latiga- 205 de luz, rompian la obscuridad del sombrio oleaje, con cintila- .y como se iba a resarcir de por ella estaba su- =s1- Escaneado con CamScanner trepidar sord, jmpago. Temblaban con un 0108 bop ciones de reimPasg yerdespescedores,rozaban con ugg" ener as encrespads rene atronaba el espacio, lng 1 sordo, musi tes de Ia hacienda, que temfan progetto de ent a on habitats de Bacon, al Presence ee salidas de madre, se precipitaban con a us 6 as lanuras. ° de tubién Po a on impavido era el de Julién en aquelgg sobre su brazo derech« ke mentos, Recinado a see con indi do spor" fo, por momentos, iba aumentando el volumen qe si mgosis aguas. y a fat as a ba muy de acuerdo sain fla del cleaje con 1, tormenta que rugia en su alma; por lo demés, el agua no le causayy ede ind de veces habia luchado contra el Iiquido elemento, ‘su mayor placer, cuando vivia con Angelina, era aprovechar jy Epoca en que los pequetios rios de aquellos alrededores se desbo ‘daban para ir a recoger, por mera entretencion, en compaiifa de lla, Ia lefia seca, que durante los primeros aguaceros ‘arrastran las conientes. as ‘La muchacha se quedaba muda de admiracién en una orilla, mientras que Juliin con todo el busto de bronce descubierto, sf botaba enmedio del torrente, en donde manteniéndose firme con. tra el violento empuje de las aguas, iba cogiendo al paso los lefo, mis a propésito para el consumo de la casa, y_tirdndoselos « ‘Angelina la cual los preparaba en hiimeros y apretados haces. ‘También el rio, aquel mismo rio que ahora se desbordaba a sus pies, habia sido testigo de sus valerosas proezas. Multitud de veces lo habia nadado de un borde a otro, y cudnto mayor era la fuerza de sus olas, con mejor éxito lo habia atravesado. De repente percibié a lo largo, medio oculto entre la maleza de la misma orilla donde él se escondia, la figura de un hombre ‘que caminaba hacia el rio; era uno de los peones de la finca que vena a observar el aspecto de la furiosa avenida; detris de éste apareci6 otro y después otros dos, Reunidos cuatro empezaron a sesticular ansiosamente, demostrando sw asombro por lo que vefan ¥ quiz sus temores de que aquello tuviera un desastroso fin. Los vio Julian que muy despacio, mojando sus desnudos pies en los charcos de la orilla se dirigian al lugar donde él se hallaba, y teme- oso de ser descubierto iba ya a retirarse arrastrandose Por el fan- oso suelo, cuando lo dejé clavado en el Sitio, absorto de confu- ‘sion, sorpresa y dicha el aparecimiento de Angelina, la cual habia querido también presenciar el hermoso espectaculo del aluvi se habia venido detras de los mozos anhelante de curiosidad. —32— hombros nt en riistrenada, 2 oe came dia sober sth traje rain cabelle Mlotante manto de os pliegues a impuls Jernas, ponienda de inaron un corto te ‘julian, is, pari’ Julian, los mozo: que haci alos para medir los destrozo» 4 eli las orillas, Repentinam: na Namo wes acerca de algo que habia visto; volviess pasos, formando un grupo alrededor de ta hermoss mules Este, cuyo corez0n le ahogaba con sus prec soa que Angelina CAPITULO XVI IDESASTRI No fue preciso que Angelina eaminara mis. Julidn acorto la distancia que le separaba con un salto prodigioso de tigre hambrien- to. Ella se fue de espaldas al sentirse aplastada por el cuerpo del gigante; pero é1 no la dej6 caer; mas que con las manos, la recogio en el aire con sus potentes brazos. Los pulmones de Angelina lanzaron un grito tan agudo que produjo una instantinea vibracién en el timpano muerto de los ides de Julién. ;Grito indtil!, La levant6 de la arena con la mis ‘ma facilidad con que hubiera alzado a un nifio, y rodeindole con l brazo izquierdo el cuello a la vez que le sujetaba las manos, a pesar de la ruda resistencia que oponia le pas el brazo derecho or encima de los muslos, y echd a correr con ella a lo largo de la escarpada orilla, Los mozos asustados, vefan Menos de pavor lo que estaba sucediendo; la sorpresa los habia paralizado en el puesto y no se daban cuenta de aquel suceso inverosimil y extraordinario. Para ellos aquél no era un hombre; probablemente seria alguna creacion, fantistie, agin animal extrano, habitante misterioso de aquellas soledades. Sin embargo, cuando vieron que la bestia en vez de devorar 3— Escaneado con CamScanner do con ella, se pusieron a corte tambign g | a su presa, cor el atrevido robador de mujeres. a .) reign de quel trevio robador de Mueres. Hina no grito mas; no poco paras Aneta jer del campo, no estaban débiles ni dispuegt nervios a producirle esos no podia hacerlo. Ct en menos de un segund secuencias que tendri inecimientos comunes; no se movia desaned los ojos cuando Teconoci6 a Junge 19 se hizo cargo de su situacién y de las on 9 quel stasis Oboe mn sie ina seguridad de cabra silvestre corria Julién aupereans dela eatrechisima playa que habian dejado las fo aa 720"f los sirvientes de Felipe que comprendieron lo d br ca Teria seguir al monstruo por aquel camino, se dividieron, y dosge silos treparon al (nico camino por donde pudiera escapar. Pero Julian no pensaba llegar tan lejos por ese lado; lo que g buscaba era un lugar propicio por donde cruzar el rio, que'

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