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TODO MOMENTO
EN EL GLORIA:
Huid poderes malignos, venció Cristo el Señor.
San Benito (480-547), quien es el patrono de Europa, fue un poderoso exorcista y su medalla,
la "Medalla de San Benito", es poderosa contra de los ataques del Maligno, y del mal en todas
sus formas...
Oh! Padre Eterno, te suplico que destruyas el poder de tus más grandes enemigos: los
espíritus malignos... arrójalos a lo más profundo del infierno y déjalos ahí para siempre...
La Corona es muy fácil de rezar... se comienza rezando el Credo... seguido por tres cortas
jaculatorias tomadas de la Medalla de San Benito, cada jaculatoria se dice tres veces y al final
se acompaña de un Padrenuestro, Avemaría y Gloria...
Iniciar:
Creo en Dios Padre, Todopoderoso, creador del cielo y de la tierra. Creo en Jesucristo, su
único Hijo, Nuestro Señor, que fue concebido por obra y gracia del Espíritu Santo, nació de
Santa María Virgen; padeció bajo el poder de Poncio Pilato, fue crucificado, muerto y
sepultado, descendió a los infiernos, al tercer día resucitó de entre los muertos, subió a los
cielos y está sentado a la derecha de Dios, Padre todopoderoso. Desde allí ha de venir a juzgar
a los vivos y a los muertos. Creo en el Espíritu Santo, la santa Iglesia Católica, la comunión de
los santos, el perdón de los pecados, la resurrección de la carne y la vida eterna. Amén.
Retrocede Satanás,
no me persuadirás de cosas vanas! [Tres veces]
Padre Nuestro..., Dios te salve, María..., Gloria al Padre...
Cordero de Dios que quitas los pecados del mundo, perdónanos Oh! Señor!.
Cordero de Dios que quitas los pecados del mundo, Satisfácenos Oh! Señor!.
Cordero de Dios que quitas los pecados del mundo, Ten piedad de nosotros Oh! Señor!
Oración de petición:
Te saludamos con filial afecto, Oh! glorioso Padre San Benito, obrador de maravillas,
cooperador de Cristo en la obra de salvación de las almas. ¡Oh Patriarca de los monjes! Mira
desde el cielo la viña que plantó tu mano. Multiplica el número de tus hijos, y santifícalos.
Protege de un modo especial a cuantos nos ponemos con filial cariño bajo tu amparo y filial
protección. Ruega por los enfermos, por los tentados, por los afligidos, por los pobres, y por
nosotros que te somos devotos. Alcánzanos a todos una muerte tranquila y santa como la
tuya. Aparta de nosotros en aquella hora suprema las asechanzas del demonio, y aliéntanos
con tu dulce presencia. Ahora consíguenos la gracia especial que te pedimos.......
Amén.
ROSARIO A MARÍA ROSA MÍSTICA
Oración Inicial:
- Jesús crucificado, postrados a tus pies te ofrecemos las "Lágrimas y Sangre" de aquella que
te acompañó con tierno amor y compasión en tu via-crucis. Concédenos la gracia, Oh buen
Maestro de tomar a pecho las enseñanzas contenidas en las "Lágrimas y Sangre" de tu
Santísima Madre, para cumplir tu voluntad de tal manera que un día seamos dignos de
alabarte y glorificarte por toda la eternidad, Amén.
- Oh Jesús mío, mira las Lágrimas y Sangre de aquella que te tenía el amor más grande en la
tierra y te ama con el amor más fervoroso en el cielo.
- Oh Jesús escucha nuestros ruegos por las Lágrimas y Sangre de tu Santísima Madre.
Al finalizar el Rosario se dice tres veces: " Oh Jesús mío, mira las Lágrimas y Sangre de
aquella que te tenía el amor más grande en la tierra y te ama con el amor más fervoroso en el
cielo."
Oración Final:
Oh! María, Madre al Amor, de los Dolores y de Misericordia, te suplicamos reúne tus ruegos
con los nuestros para que Jesús, a quien nos dirigimos en el nombre tus "Lágrimas Y Sangre"
maternas, escuche nuestras súplicas concediéndonos con las gracias que te pedimos la corona
de la vida eterna, Amén.
Tus Lágrimas y Sangre Oh! Madre Dolorosa, destruya el reino del infierno.
Por tu Divina mansedumbre, Oh encadenado Jesús, guarda al mundo de los horrores
amenazantes.
2° misterio: La virginidad que la elevó por encima de los Ángeles y los Santos.
3° misterio: El esplendor con el cual brilla en los cielos con su gloria.
4° misterio: El culto que todos los elegidos le rinden como Madre de Dios.
5° misterio: La prontitud con la cual su Divino Hijo atiende a todos sus pedidos.
6° misterio: Las gracias que sus servidores reciben de Jesús en este mundo, y la gloria que le
tienen preparada en el cielo.
1° misterio: Cuando al presentar a su Hijo frente al Templo, oyó una profecía del viejo
"Simeón: "Una espada de dolor atravesará tu alma".
3° misterio: Cuando buscó por tres días a su hijo que se había quedado en el Templo de
Jerusalén, luego de la visita en tiempo de Pascua.
6° misterio: Cuando su Amado Hijo, traspasado el pecho por la lanza, es bajado de la cruz y
depositado en sus brazos.
Rosa Mística, Madre de la Iglesia, Virgen Santa e Inmaculada, Madre de Dios y Madre nuestra,
yo te ruego, ofrezcas Tú a tu Hijo Divino desfigurado de llagas y sangre, su Preciosísima
Sangre al Eterno Padre para mayor honor y adoración de la Majestad Divina, para acción de
gracias por todas las gracias y beneficios recibidos, para la expiación de mis pecados y los de
todo el mundo, para la conversión de los pecadores, para la conversión mía y enmienda, para
alejar todos los pecados graves en este día, para la conservación de la fe en nuestros países,
para el retorno y conservación de la juventud en la fe y moral, para salvar a los moribundos,
por el Padre Santo, obispos y sacerdotes, por las necesidades de la Iglesia, por los perseguidos
por la fe, por mí mismo: para aumentar la fe, esperanza y caridad, para aumentar la gracia y
los siete dones del Espíritu Santo, para aumentar la humildad, paciencia, resignación a la
voluntad de Dios, para conseguir una muerte santa, para ayuda y consuelo de los afligidos,
enfermos e inocentemente atormentados en la tierra, para el consuelo y por la liberación de
los oprimidos por el demonio, y por la liberación de las almas del purgatorio, para mayor gozo
de los ángeles y santos.
Bendita sea la Preciosísima Sangre de Jesús ahora y siempre por los siglos de los siglos. Amén.
Reina Rosa Mística del mundo, Reina del Universo, nuestra Madre, en Ti y por Ti bendecimos el
misterio admirable de la Sangre de Jesús, el potencial más grande de Reconciliación.
Aureolada por el misterio de la Inmaculada Concepción has colaborado con la victoria brillante
de la Sangre de Jesús en nuestra redención, y estando al lado de Jesús, el Redentor, te ha
hecho Corredentora y Madre de todos los hombres. Por el triunfo de tu Corazón Inmaculado,
Dios te ha elegido como Mediadora de todas las gracias.
Oh Santísima Virgen María, Madre, exaltada a un puesto tan alto, te saludamos como Señora y
Reina de la preciosísima Sangre de Jesús: rocía nuestras almas con la Preciosísima Sangre de
Jesucristo, que da de beber a las almas, para vencer las asechanzas del demonio y andar
siempre con celo santo el camino de la virtud. Escribe con la Sangre del Cordero nuestros
nombres en el libro de la vida, para que un día después de haber sido devotos de la
Preciosísima Sangre de Jesucristo podamos glorificaría en la gloria eterna. Amén.
ORACIÓN DE SANACIÓN.
En el libro del Eclesiástico 38,9 dice: "Hijo, en tu enfermedad, no seas negligente, sino que
acude al Señor que él te sanará."
Volvamos la mirada a Dios, tanto el enfermo como los que oran, postrémonos humildemente
ante el Señor y reconozcámoslo como Señor. Invoquemos el poder de las llagas y de la Sangre
de Jesús. Por los méritos que El nos ganó con el dolor de sus heridas. Recordemos como nos lo
dice la Palabra: Por sus llagas hemos sido sanados. (1 P 2,24).
También recordemos darle gracias al Señor por lo que ha hecho en nuestras vidas creyendo
que Dios está obrando con poder en nosotros y que él nos está sanando.
Oremos
Padre Santo, en el Nombre de Jesucristo y con la intercesión de la Santísima Virgen María, de
los santos ángeles, de los santos, de la Madre Maria de San José te presentamos a los
enfermos en el alma, en la mente, en el cuerpo y en el espíritu y te pedimos para todos ellos y
también para nosotros que nos sanes. Todo lo pedimos de acuerdo a tu Santo Voluntad Padre
Santo, en el Nombre de Jesús, por los méritos de su Divina Infancia, por su Sangre Preciosa,
por sus santas llagas, por su Resurrección que todo sea para tu gloria. Creemos en tu poder y
te pedimos, oh buen Jesús que la tuerza del Espíritu Santo sea liberada ahora y que todos
seamos curados.
En el Nombre de Jesús y con la intercesión de María, Rosa Mística, de los santos ángeles, de
los santos y benditas ánimas del purgatorio, te pedimos Padre Santo que nos sanes de toda
herida profunda en nuestros corazones, de todo resentimiento y rechazo; de toda carencia de
amor, de depresión y de soledad, sánanos de toda carencia afectiva. Sánanos de toda
frustración, fracaso, complejo y trauma, de odios, de divisiones, de envidia, de hipocresía, de
ira, rabia, (especialmente de...). Llena Señor en nosotros cualquier vacío que pudiera existir
con tu presencia santa y danos tu llenura. Danos tu libertad y tu amor. Danos tu paz.
Gracias Padre Santo por escuchar nuestras plegarias, sabemos que Tú estás actuando con tu
poder y que todo lo puedes. Señor, en Ti confiamos y en Ti esperamos. Te damos gracias por
todo lo que has hecho, por lo que estás haciendo y por lo que seguirás haciendo en nuestras
vidas. Amén.
Oh María, Rosa Mística, Madre de Jesús y también Madre nuestra! Tú eres nuestra esperanza,
nuestra fortaleza y nuestro consuelo. Danos desde el cielo tu maternal bendición en el nombre
del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo, Amén.
Rosa Mística, Inmaculada Virgen , Madre de la gracia, en honor de tu Divino Hijo, nos
postramos ante Ti, para implorar la misericordia de Dios. No por nuestros méritos, sino por la
bondad de tu Corazón maternal, pedimos ayuda y gracias, con la seguridad de ser escuchados.
Avemaría…
Rosa Mística, Madre de Jesús, Reina del Santo Rosario y Madre de la Iglesia, Cuerpo Místico de
Jesucristo. Te pedimos para el mundo destrozado por las discordias, el don de la unión, de la
paz y de todas las gracias que pueden convertir los corazones de tantos hijos tuyos.
Avemaría…
Rosa Mística, Madre de los apóstoles, haz florecer alrededor de los altares eucarísticos,
numerosas vocaciones sacerdotales y religiosas, que con la santidad de su vida y el celo
ardiente por las almas, puedan extender el Reino de tu Hijo Jesús por todo el mundo.
Derrama, Oh Madre sobre nosotros tus dones celestiales.