Está en la página 1de 6

SISTEMAS SOCIOCULTURALES DE AMÉRICA II – 2/2020

TERCER PARCIAL DOMICILIARIO


Bonora Maximo
Dni: 41723147
Tema: Transformaciones políticas (derecho y jurisdicción)

OBJETIVOS
Parte de la bibliografía de la unidad III y de la unidad IV da cuenta de algunos de los procesos de
formación de la sociedad y de los vínculos coloniales. Junto con la colonización española aparecieron
en escena nuevas instituciones (de orden político, judicial, social y religioso) que se sobre impusieron,
coexistieron o desplazaron a las nativas; los grupos y actores sociales se diversificaron, mientras que
ciertas prácticas y saberes se fueron resignificando.
El objetivo de este ejercicio es que les alumnes
- problematicen algunos de los aspectos abordados por la bibliografía para analizar las
transformaciones coloniales,
- reflexionen acerca de los aportes y desafíos metodológicos que supone investigar sobre complejos
procesos de cambio en el pasado.
PROCEDIMIENTO
- Utilizando las palabras clave que se listan abajo (tres o más), construir/elegir un tema, elaborar una
pregunta y desarrollar una respuesta utilizando por lo menos tres textos de la bibliografía obligatoria de
las unidades III y IV.
- Se puede incluir en el análisis, dependiendo del tema elegido, textos que correspondan a unidades
anteriores.
- Se espera que el desarrollo incorpore/integre/compare bibliografía relacionada con el contexto
andino y el mexicano.
- El ejercicio requiere prestar atención al tipo de fuentes documentales o soportes de información
que son materia de análisis y problematización por parte de les autores según el tema elegido. Analice los
procedimientos metodológicos involucrados en las investigaciones, sus alcances y limitaciones.

PREGUNTA A DESARROLLAR

Explique de qué manera las prácticas y derechos jurídicos influyeron en el proceso de


hispanización, teniendo en cuenta la relación y el papel que cumplieron los cabildos, caciques y
autoridades coloniales dentro del virreinato de la nueva España y del Perú en el XVI Tenga en
cuenta las relaciones entre jurisdicciones políticas, como también aportes y procedimientos
metodológicos involucrados en la construcción e historización de los eventos.
El proceso de hispanización fue el periodo que comenzó a finales del siglo XV en el cual se inició un
contacto interétnico de relaciones asimétricas entre la heterogeneidad indigena americana y los
conquistadores españoles. Estos últimos forzaron su establecimiento, produciendo consecuentemente
una pujante y atroz disputa en la cual subordinaron los sistemas culturales, sociales y políticos y
religiosos de las comunidades e imperios americanos por fines principalmente económicos. Desde ya
cabe destacar, que los actores subordinados de ninguna manera participaron pasivamente ante tal
dominación; fuentes históricas, identidades y objetos resignificados durante el periodo colonial tales
como los quipus y codices indigenas, son sustentos que avalan la presencia de mecanismos y esfuerzos
por mantener la cultura prehispánica latente.

Antes que nada, me parece relevante aclarar -como bien explica Charles Gibson- que tanto los
procedimientos teórico-metodológicos como la evidencia empírica para comprender estos periodos
históricos, se consolidan con un énfasis sistemático, y por ende de mayor peso cienticifista a mediados
del siglo XX. Principalmente se manifiesta una confluencia interdisciplinar en la que participan la
historia y la antropología tanto como la arqueología. Se apartan de paradigmas antiguos, superfluos e
independientes (pureza arqueológica, ahistoricismo, antropometría), para comprender las
transformaciones históricas, desde una transversalidad antropológica (etnohistoria), dialogando con los
registros arqueológicos (dinámicos), cuya base analitica e interpretacional se sustenta por la
materialidad de épocas pasadas.

A modo de comienzo, es importante enfatizar la figura del legítimo Rey que contaba con un
incuestionable derecho jurisdiccional, tanto sobre las tierras como las poblaciones intervinculadas. A
partir de esta cabeza incuestionable, proseguía un sistema de política verticalista española, que
traspuso la totalidad de las bases jurídicas, tanto como su maquinaria institucional al nuevo territorio
colonizado. La reducción hace referencia a un proceso en el cual se expulsó a los indígenas de sus
tierras originarias desarticulando la confluencia de sus comunidades. Como consecuencia hubo una
abismal desarticulación en el sistema socio-cultural (heterogéneo) indigena. Así se establecieron las
encomiendas para sustentar la extracción del tributo forzado, y por lo tanto su poder de gobernabilidad
sobre estos; proyecto que traería consecuencias de disputa jurisdiccional durante todo el periodo.

Los indígenas como súbditos de la corona poseían ciertos derechos para ser respaldados por la justicia,
siempre y cuando se mantengan subordinados a las normas ideológicas, religiosas y políticas
españolas. De esta manera se les proveyó de un aparato jurisdiccional español, cuyo cabildo
representaba la jurisdicción legal donde tendrían la posibilidad de defender sus derechos. En el plano
macro-teórico, la república se dividía en dos; la de Españoles y la de Indios. Las jurisdicciones en
plena disputa por poder politico y economico, fluctuaban principalmente, entre el poder eclesiástico
(clero secular y regular), el real (ejército, corregidores, intérpretes, defensores de naturales etc), y por
último y más socavado, la institución jurisdiccional indígena, que será el foco de nuestro ensayo a
partir de sus dos instituciones principales; el cabildo (gobernador, alcaldes y regidores entre otros) y
los caciques.

Cabe destacar la repercusión de las pestes, esclavización, explotación, y masacres sentaron los efectos
cataclísmicos de una reducción demográfica del 90% de la población indigena para mediados del siglo
XVI, en términos humanísticos; la muerte de más de 20 millones de personas. A partir de 1511, las
matanzas “a sangre fría” fueron “parcialmente” abolidas, cuando el rey estableció la “libertad india”
por la prevalencia del derecho natural sobre el común, es decir los indígenas no serán víctimas de una
injusticia masacradora, sino que al contrario, serán considerados como vasallos de la corona, súbditos
de su rey, y mientras cumplan sus obligaciones tributarias, legales y cristianas, tendrán derecho a la
protección. Pero entonces, dentro de este abismo contradictorio, habría que aclarar; ¿Qué derechos
realmente tenían los indígenas?
La categoría de miserable brinda un eje que evidencia la disputa jurisdiccional entre las autoridades
reales y eclesiásticas al igual que la lógica que intentaba identificar sus derechos. Esta teoría existía en
Europa desde la edad media, provenía de la moral eclesiástica y se aplicaba a las personas pobres o
mujeres viudas. Básicamente se compendian a estas personas exentas de la capacidad para pedir
justicia o participar en ellas y por ende defenderse. Se comprendía como una desigualdad que el rey
tendría que remediar con el nombramiento de abogados que representen a los pobres.
De la misma forma, en la etapa inicial, fueron los obispos y misioneros los perpetuadores de esta
categoría, los cuales luego, en la medida de puja jurisdiccional, serían suplantados por las autoridades
reales, ya sean defensores de los naturales, corregidores y en ciertos casos traductores. Esta lucha por
la alianza legítima-jurisdiccional con las comunidades indígenas, se enfatizó a mediados del siglo XVI
cuando Bartolomé de las Casas exigia ante la audiencia de los confines el reconocimiento real y
legítimo de los indígenas bajo la jurisdicción eclesiástica. “Se puede considerar que el Dominco
encontró en la categoría jurídica de miserable una justificación conceptual al intervencionismo de los
eclesiásticos en negocios indígenas” (Cunill:2011:233). A finales del siglo la jurisdicción pasaría a
manos del consejo Real, donde se evidencia la aptitud de la corona al reconocer y por ende financiar -
en un principio- la actividad de los intérpretes sumamente necesarios para entablar comunicaciones o
colocar defensores de indígenas, para facilitar sus reclamos constitucionales.

Nos adentraremos ahora más detalladamente en aspectos institucionales que esclarezcan el


funcionamiento del sistema colonial y el consecuente efecto sobre grupos y actores indígenas.
La institución que hace alusión a una figura de mayor carácter prehispánico, es la figura del Cacique.
La relevancia del cacicazgo se fundaba por su linaje y posición hereditaria pero permeado de
influencias políticas contradictorias; Como súbdito de la corona tenía la obligación de controlar la
extracción del tributo, al mismo tiempo que la legitimidad sociocultural ante su comunidad era
mantenida por el carácter representativo de líder que reconoce y reclama sus derechos. Este cargaba
privilegios económicos y sociales, permitiendo participar en el gobierno, aunque exento de un cargo
formal. La separación del poder local - dividiendo la influencia y el poder de los caciques - se produce
por el cabildo, compuesto principalmente por un cuerpo indigena de consejos municipales, jueces y
concejales, que gestionaban y administraban a través de la congregación. Estos eran electos y
permanecían en el cargo por más de dos años. Las elites nativas podían formaba parte del cacicazgo
como también del estatus gubernamental. Su legitimidad provenía principalmente por formar parte de
linajes reales, y en ciertos casos un mismo individuo compartía ambos cargos. Cabe destacar la
acentuación hispanizante que exaltaba y educaba esta institución tanto por su arquitectura, espacios
funcionales como la maquinaria política, en la medida que eran representados como espejos del
sistema peninsular español.

Son tres elementos los que Cruz Pasos establece para desarrollar un análisis crítico de los mecanismo
que regulan las relaciones desiguales de poder para entender el fundamento de la organización colonial
en ambas “repúblicas”. Estas son; “Los actores sociales, las reglas del juego político, los espacios de
actuación” (Cruz:2004:149) Metodológicamente su objeto se centra en analizar las fuentes
historiográficas que desvelen la relación en y entre los grupos de poder, antes que utilizar meramente
los registros que se produjeron desde la maquinaria institucional colonial.
Esta autora critica la errónea interpretación de los historiadores que, se apoyan en fuentes de carácter
normativo y no se enfocan en el análisis de los grupos de poder sino meramente en la importancia del
cargo político exento de análisis crítico. Evidencia esta falacia al argumentar que el acceso a las
puestos y sus funcionalidades representativas tienen que ser comprendidos en términos de facciones
políticas y alianzas ya que, en primer término, la comunidad indigena de ninguna manera era
homogénea y por ende, la elite nativa representaba ciertos linajes o facciones, no una utópica totalidad
poblacional. Por lo tanto las instituciones comprendidas como parte de un todo, tienen que ser
analizadas en relación a las alianzas y conflictos que entablaron, para desmitificar las maneras en que
se han manifestado las relaciones sociales de poder por dentro de un complejo sistema colonial, cuya
hispanización puja entre la ruptura o continuidad de los valores culturales indígenas.
El caso analizado por Cunill en Yucatán presenta otro enfoque sobre los procesos jurídicos. Estos son
vistos como espacios de competencia entendida en términos de estrategias que los actores políticos
necesitan utilizar para defender sus derechos. Este factor impulsó a que los gobernantes mayas no sólo
defiendan su jurisdicción local sino también pueden valerse de representación jurídica, hecho cuya
consecutividad sólo puede ser posible si comprenden la lógica del sistema jurisdiccional. Los
gobernantes mayas tenían la ventaja de ser actores irremplazables, por ejercer un centro fijo de
representación en su comunidad, como evidencia la figura prehispánica de Batab (hibridada). Estos
aprovecharon las primeras alianzas con los Franciscanos donde las normas y valores españolas fueron
educadas abriendo el panorama del funcionamiento político. Diversas fraudulencias eclesiásticas y
encarcelaciones ilegítimas obligaron al accionamiento de los gobernadores mayas. Las fuentes
históricas evidencian que no solamente pudieron valerse de los conocimientos legales, sino que
realizaron alianzas estratégicas, organizándose más allá de los límites de su poder jurisdiccional local
para oponer al clero secular con el regular, y las autoridades reales con las eclesiásticas. Lograron
finalmente defender sus derechos en diferentes conflictos, mediante evidencias materiales, testigos
relevantes y hasta una carta escrita y traducida, y expuesta con el peso de 42 firmas de gobernantes
mayas que demostraban su poder organizativo y la importancia lingüística en procesos judiciales.
Quiero destacar que tanto el análisis paleográfico como las nuevas interpretaciones, fueron de gran
ayuda para romper con las previas concepciones que le cedieron el crédito a los franciscanos por las
cartas Mayas.

A modo de cierre me parece pertinente vincular a Jacques Poloni-Simard con lo expuesto


anteriormente. “La fiscalidad crea al indio, de la misma manera la justicia ata los indios a la colonia,
reconociéndoles derecho”(2005:185). Esta cita enfatiza que todo lo antes expuesto implica
necesariamente una constante participación de las comunidades indígenas dentro del sistema colonial;
como una red totalizante en la cual no había escapatoria, los indios terminaron utilizando los
conocimientos de justicia y derecho para realizar sus demandas y combatir las injusticias. Pero al
hacerlo, siempre tendieron al favorecimiento retroalimentativo del sistema, profundizando el proceso
de hispanización y su subordinación al sistema.
BIBLIOGRAFÍA
Cruz Pasos, P. (2004) Cabildos y cacicazgos: alianza y confrontación en los pueblos de indios novohispanos.
Revista Española de Antropología Americana, vol.34:149- 162.

Cunill, C. (2014) Nos traen avasallados hasta quitarnos nuestro señorío: cabildos mayas, control local y
representación legal en Yucatán del siglo XVI. Histórica, XL, 2:49-80.

Cunill, C. (2011) El Indio miserable: nacimiento de la teoría legal en la américa colonial dels siglo XVI

Gibson, Ch. (2002) Las sociedades indígenas bajo el dominio colonial. Bethell, L. (ed) América Latina en la
época colonial, vol 2, pp.99-130. Barcelona, Crítica.

Poloni-Simard, J. (2005) Los indios ante la justicia. El pleito como parte de la consolidación de la sociedad
colonial. En Bernard Lavallé (ed.) Máscaras, tretas y rodeos del discurso colonial en los Andes: 177-188. Lima,
IFEA/PUCP.

Cunill, C. (2015) Justicia e interpretación en sociedades plurilingües: el caso de Yucatán en el siglo XVI.
Estudios de Historia Novohispana 52: 18-28.

Radio Trajinante, el podcast de Socio 2 - https://campus.filo.uba.ar/mod/url/view.php?id=96515

CLASE 7 - https://campus.filo.uba.ar/mod/resource/view.php?id=95888

También podría gustarte