Hace un tiempo atrás, existía en el Colegio Savio, ubicado en Don
Bosco, una hermosa chica llamada Itsuki Sánchez. Ella era una buena estudiante y le encantaba tener muchos amigos, pero ella pensaba que, si le comprara todo lo que pedían, sería muy popular y muy querida por todos los del grupo. Un día Haru, el más maluco de todos, comenzó a exigirle cada día más y más cosas hasta que la chica Itsuki queda sin dinero, ya que por complacerlos se acabó sus ahorritos que tenía guardados. Y desde ese momento comenzaron las burlas hacia ella, que, si era pobre, tonta, runcha, limpia, y toda clase de palabras que la golpeaban y la hacían sentir muy triste. Hasta que un día conoció a Shiro, la encantadora y protectora amiga que no le gustaba las injusticias y al ver como era tratada su amiga Itsuki, decidió un día, llevar su celular y grabar un video donde Haru y su pandilla abusaban de Itsuki, ella corrió a la dirección, se lo muestra a la directora y los expulsan. Itsuki agradeció a su amiga Shiro por ayudarla y comprendió el valor de la amistad, que es ofrecer sin pedir nada a cambio. “Que los verdaderos amigos no se compran con regalos, sino con atención, apoyo, generosidad y cariño.