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la actividad comercial y financiera de carácter internacional entre los países.El Sistema Monetario
Internacional regula los pagos y cobros derivados de las transacciones económicas internacionales.
La importancia del problema del ajuste se debe a que cada política implica costos económicos. Si
el ajuste es inevitable, el papel del sistema monetario internacional debe ser el de permitir que los
países escojan aquellas políticas que minimicen los costos generales del ajuste y que se distribuya
ese mínimo costo de manera equitativa entre todos los países. La liquidez se relaciona con el
volumen de las reservas monetarias internacionales brutas; un buen SMI debe lograr la existencia
de una oferta adecuada de las reservas. El volumen óptimo de las reservas es el que asegura la
combinación más eficiente entre financiamiento y ajuste. La confianza necesaria para el
funcionamiento armónico del SMI se refiere a la voluntad de los poseedores de activos de reserva
para continuar manteniéndolos. Cuando se intenta cambiar un activo por otro en respuesta al
descontento producido por la composición de las carteras, se genera una crisis de confianza. Por lo
tanto, un buen SMI debe contar con salvaguardias contra la ocurrencia de éste tipo de crisis o al
menos tener la capacidad de poder sortearlas satisfactoriamente.
Los principales objetivos básicos que persigue lo que es el sistema monetario internacional son los
siguientes:
Marco común: Un sistema de reglas y normas ampliamente aceptado de modo que los países
puedan intercambiar flujos comerciales y financieros libremente.
Liquidez: Asegura suficiente liquidez para que los flujos entre países no se vean restringidos
artificialmente.
Ajuste: Corregir, en la medida de lo posible, los desequilibrios del mercado cambiario de pagos de
los países. Lo anterior puede incluir otorgar facilidades de financiamiento.
Se crearon el FMI y el Banco Mundial, el primero para coordinar y controlar el Sistema Monetario
Internacional, y el segundo para facilitar financiación para el desarrollo.
Surgió así un sistema de tipos de cambio fijos pero ajustables, con el dólar como eje central y con
la referencia del oro, de modo que los países quedaban obligados a mantener el tipo de cambio,
aunque la paridad se podía modificar hasta un 10% sin que el FMI pidiera explicaciones o pusiera
objeciones.
El objetivo del Fondo Monetario Internacional (FMI) es lograr un crecimiento y una prosperidad
sostenibles para cada uno de sus 190 países miembros. Con esa finalidad, respalda políticas
económicas que promueven la estabilidad financiera y la cooperación monetaria, que son
esenciales para la productividad, la creación de puestos de trabajo y el bienestar económico. El
FMI es administrado por los países miembros, a los cuales les rinde cuentas.
El FMI tiene tres misiones críticas: promover la cooperación monetaria internacional, alentar la
expansión del comercio internacional y del crecimiento económico, y desalentar políticas que
vayan en perjuicio de la prosperidad. Para cumplirlas, los países miembros colaboran entre sí con
otros organismos internacionales a fin de mejorar la vida de la población.
Una de las funciones centrales del FMI es supervisar el sistema monetario internacional y realizar
un seguimiento de las políticas económicas y financieras de sus 190 países miembros, actividad
conocida como supervisión. Como parte de este proceso, que se realiza a escala mundial, regional
y nacional, el FMI identifica riesgos que pueden comprometer la estabilidad y brinda
asesoramiento sobre los ajustes de política económica necesarios para sustentar el crecimiento
económico y promover la estabilidad financiera y económica.
La supervisión que lleva a cabo el FMI es esencial para identificar riesgos para la estabilidad y el
crecimiento que puedan requerir medidas correctivas de ajuste. Además, la cooperación
internacional en estos esfuerzos es clave en la economía mundialmente integrada de hoy en día,
en la que los problemas o las políticas de un país pueden repercutir en muchos otros países. Los
países miembros del FMI, que son prácticamente todos los del mundo salvo unos pocos, pueden
facilitar esta cooperación. La supervisión del FMI abarca la supervisión bilateral, centrada en cada
uno de los países miembros, y la supervisión multilateral, es decir, el examen de la situación de la
economía mundial.
Como parte de la supervisión del FMI se realizan generalmente visitas anuales a los países
miembros. Durante estas visitas, el personal técnico del FMI intercambia opiniones con
funcionarios del gobierno y del banco central sobre los riesgos que amenazan la estabilidad
interna y mundial, y sobre políticas y reformas para abordar tales riesgos. Los principales temas
tratados en dicho intercambio se refieren a las políticas cambiaria, monetaria, fiscal y financiera,
así como a reformas macroeconómicas estructurales de importancia crítica. El personal técnico del
FMI también suele reunirse con otras partes interesadas, como legisladores y representantes del
sector empresarial, los sindicatos y la sociedad civil, entre otros. Las conversaciones exhaustivas
con una gran diversidad de grupos contribuyen a evaluar mejor las políticas y perspectivas
económicas de cada país.
Al concluir su evaluación, el personal técnico del FMI presenta al Directorio Ejecutivo un informe
para que lo analice. Posteriormente, las opiniones del Directorio sobre el informe se transmiten a
las autoridades del país, con lo cual concluye el proceso conocido como consultas del Artículo IV.
En los últimos años, la supervisión se ha hecho más transparente y la mayoría de los países ahora
publica un comunicado de prensa en el que se resumen el informe del personal técnico del FMI y
los análisis conexos, así como las opiniones del Directorio.
Supervisión mundial
El FMI colabora estrechamente con otros grupos, como el Grupo de los Veinte países
industrializados y de mercados emergentes (G-20), y desde 2009 ha apoyado los esfuerzos del G-
20 en pro de la cooperación económica mundial a través del proceso de evaluación mutua. El FMI
analiza las políticas aplicadas por los países miembros para determinar en qué medida son
coherentes con el objetivo de lograr un crecimiento mundial sostenido y equilibrado. Los informes
sobre el sector externo analizan y evalúan las posiciones externas de 29 de las economías más
grandes del mundo, más la zona del euro. El análisis evalúa sistemáticamente las cuentas
corrientes, los tipos de cambio, las posiciones de los balances externos, los flujos de capital y las
reservas internacionales. Dos veces al año, el FMI publica una agenda mundial de políticas en la
que se recopilan las principales conclusiones y recomendaciones de los informes multilaterales y
se presenta una agenda de políticas futura para la institución y sus países miembros.
El FMI pasa revista periódicamente a las actividades de supervisión para adaptarse mejor a los
cambios en la economía mundial. En aras de reflejar una mayor sensibilidad a las implicaciones de
la interconexión financiera entre los países, el examen de 2011 se centró en la supervisión
multilateral. Esto sentó las bases para la Decisión sobre la Supervisión Integrada de 2012, que
aclaró que la supervisión que ejerce el FMI ha de centrarse en políticas relativas a la estabilidad
interna y de la balanza de pagos de los países miembros, así como en la estabilidad sistémica. En
septiembre de 2012, el Directorio avaló una Estrategia de Supervisión Financiera en la que se
proponían medidas concretas para afianzar más las actividades de vigilancia del FMI. Sumadas,
estas reformas propiciaron una reorganización de las herramientas de supervisión y una
actualización del marco jurídico.
El FMI proporciona respaldo financiero a los países afectados por crisis con el fin de darles margen
de maniobra para implementar políticas de ajuste orientadas a restablecer la estabilidad y el
crecimiento económico. También ofrece financiamiento precautorio a fin de prevenir crisis y como
un seguro contra estas. Los instrumentos de préstamo del FMI se van perfeccionando
continuamente para satisfacer necesidades cambiantes de los países.
¿Por qué se producen las crisis?
Las causas de las crisis son variadas y complejas, y pueden obedecer a factores tanto internos
como externos.
Entre los factores internos cabe señalar la aplicación de políticas fiscales y monetarias
inadecuadas, que puede conducir a grandes desequilibrios económicos (como grandes déficits
fiscales o en cuenta corriente y altos niveles de deuda externa o pública); un tipo de cambio fijo de
nivel inadecuado, que puede erosionar la competitividad y dar lugar a déficits en cuenta corriente
persistentes y a la pérdida de reservas oficiales, y un sistema financiero débil, que puede crear
ciclos de auge y caída de la economía. La inestabilidad política o la debilidad de las instituciones, o
ambas cosas, pueden producir crisis al exacerbar las vulnerabilidades económicas.
Entre los factores externos cabe mencionar los shocks, desde desastres naturales hasta fuertes
vaivenes de los precios de las materias primas. Estos factores son una causa común de crisis,
especialmente en países de bajo ingreso que tienen una limitada capacidad para prepararse y
hacer frente a estos shocks y que dependen de un número reducido de productos de exportación.
Además, en una economía cada vez más globalizada, los cambios bruscos en la confianza de los
mercados pueden originar volatilidad en los flujos de capital. Incluso los países con fundamentos
económicos sólidos pueden verse gravemente afectados por los efectos de las crisis y políticas
económicas en otros países. La pandemia de COVID-19 es otro ejemplo de shock externo que
afecta a países de todo el mundo.
Independientemente de que tengan un origen interno o externo, las crisis pueden adoptar muchas
formas: surgen problemas de balanza de pagos cuando un país no puede pagar sus importaciones
esenciales o hacer frente a los reembolsos de su deuda externa; las crisis financieras estallan
debido a la insolvencia o la iliquidez de las instituciones financieras, y las crisis fiscales ocurren
como resultado de déficits fiscales y niveles de deuda excesivos. A menudo, los países que
recurren al FMI enfrentan más de un tipo de crisis, ya que los problemas de un sector se extienden
al resto de la economía. Por lo general, las crisis provocan una fuerte desaceleración del
crecimiento, un aumento del desempleo, una reducción de los ingresos y una agudización de la
incertidumbre, lo cual desencadena una profunda recesión. En los casos de crisis graves, es posible
que no pueda evitarse el incumplimiento o la reestructuración de la deuda soberana.
Los préstamos del FMI tienen por objeto dar a los países un respiro para que puedan implementar
políticas de ajuste de manera ordenada, lo que restablecerá las condiciones necesarias para
mantener una economía estable y promover un crecimiento sostenible. Estas políticas variarán
según las circunstancias de cada país. Por ejemplo, un país que enfrenta una caída súbita de los
precios de productos clave de exportación quizá necesite asistencia financiera mientras
implementa medidas para fortalecer la economía y ampliar su base de exportación. Un país que
registra una grave salida de capitales posiblemente tenga que hacer frente a los problemas que
provocaron la pérdida de confianza de los inversionistas: quizá las tasas de interés sean demasiado
bajas, o el país registre un abultado déficit presupuestario y un volumen de deuda que crece
demasiado rápido, o el sistema bancario sea ineficiente y no esté adecuadamente regulado.
De no contarse con el financiamiento del FMI, el proceso de ajuste para el país podría ser más
brusco y difícil. Por ejemplo, si los inversionistas no estuvieran dispuestos a suministrar nuevo
financiamiento, el país no tendría más remedio que realizar un ajuste, a menudo mediante una
penosa compresión del gasto público, las importaciones y la actividad económica. El
financiamiento del FMI facilita que el ajuste sea más gradual y pueda considerarse
cuidadosamente. Como los préstamos del FMI suelen ir acompañados de una serie de medidas
correctivas, transmiten también la seguridad de que se están aplicando las políticas adecuadas.
Los diversos instrumentos de crédito del FMI se adaptan tanto a los diferentes tipos de
necesidades de balanza de pagos como a las circunstancias específicas de los diferentes países
miembros (véase el cuadro). Todos los países miembros del FMI pueden tener acceso a los
recursos del FMI en la Cuenta de Recursos Generales (CRG) en condiciones no concesionarias,
pero el FMI también proporciona apoyo financiero concesionario (actualmente a tasas de interés
cero hasta junio de 2021 inclusive) a través del Fondo Fiduciario para el Crecimiento y la Lucha
contra la Pobreza (FFCLP, véase Apoyo del FMI a los países de bajo ingreso), que se adapta mejor a
la diversidad y las necesidades de los países de bajo ingreso. Históricamente, la mayor parte de la
asistencia del FMI a economías avanzadas y de mercados emergentes se ha proporcionado
mediante Acuerdos de Derecho de Giro (acuerdos Stand-By) con el fin de resolver problemas de
balanza de pagos potenciales o de corto plazo. El Servicio de Crédito Stand-By (SCS) tiene un
objetivo similar en lo que respecta a los países de bajo ingreso. El Servicio Ampliado del FMI (SAF)
y el correspondiente Servicio de Crédito Ampliado (SCA), para países de bajo ingreso, son los
principales instrumentos del FMI para proporcionar apoyo a mediano plazo a países con
problemas persistentes de balanza de pagos. El uso de estos servicios aumentó considerablemente
durante la crisis financiera mundial, debido a la naturaleza estructural de los problemas de balanza
de pagos de algunos países miembros.
Para ayudar a evitar o mitigar las crisis y apuntalar la confianza de los mercados durante períodos
de mayor riesgo, los países miembros que ya aplican políticas sólidas pueden utilizar la Línea de
Crédito Flexible (LCF) o la Línea de Precaución y Liquidez (LPL).
En función de las diferentes circunstancias de cada país, se espera que los programas respaldados
por la CRG resuelvan los problemas de balanza de pagos del país miembro durante el período del
programa, mientras que los programas en el marco del FFCLP prevén una mayor duración para
abordar dichos problemas.
El FMI proporciona respaldo financiero para atender necesidades de balanza de pagos a los países
miembros que lo solicitan. A diferencia de los bancos de desarrollo, el FMI no financia proyectos
específicos. Tras recibir la solicitud, un equipo técnico del FMI mantiene conversaciones con el
gobierno para evaluar la situación económica y financiera y la magnitud de las necesidades de
financiamiento del país, y para acordar las políticas apropiadas para hacer frente a la situación.
Normalmente, antes de que el FMI pueda conceder un préstamo a un país, el gobierno de este
país y el FMI han de ponerse de acuerdo con respecto a un programa de políticas económicas. Los
compromisos asumidos por un país de adoptar determinadas medidas de política —conocidos
como condicionalidad de política económica— son, en la mayoría de los casos, un elemento
esencial de los préstamos del FMI (véase el cuadro). Este programa de política económica que
sirve de base para el acuerdo en la mayoría de los casos se presenta al Directorio Ejecutivo del FMI
en una “carta de intención”, con una explicación más detallada en un “memorando de
entendimiento”.
Los avances suelen ser examinados supervisando la implementación de estas medidas de política.
Sin embargo, en el marco de determinados acuerdos, los países pueden utilizar los recursos del
FMI sin que se imponga dicha condicionalidad o con una condicionalidad limitada, por haber
demostrado que están comprometidos a implementar políticas sólidas (LCF y LPL); así como en el
caso de acuerdos diseñados para necesidades urgentes e inmediatas, por ejemplo, dado el
carácter transitorio y limitado del shock, o cuando la capacidad de ejecutar las políticas sea
limitada, debido, entre otras causas, a fragilidades (IFR, SCR). En general, el saneamiento de la
situación económica y financiera de un país garantiza el reembolso de los fondos al FMI,
permitiendo que otros países miembros puedan utilizarlos.
Una vez que se llega a un entendimiento sobre las políticas y un plan de financiamiento, se
presenta una recomendación al Directorio Ejecutivo del FMI para que avale las políticas que el país
tiene intenciones de aplicar y conceda el acceso a los recursos del FMI. Este proceso puede
agilizarse activando los procedimientos de financiamiento de emergencia del FMI.
19 de abril de 2017
La labor de fortalecimiento de las capacidades que lleva a cabo el FMI forma parte de su mandato
primordial, junto con la evaluación de la situación económica internacional y la concesión de
crédito a países que sufren crisis de balanza de pagos. Abarca el fortalecimiento de las
instituciones económicas (asistencia técnica) y las correspondientes necesidades de capacidad
humana (capacitación) para ayudar a los gobiernos a forjar políticas e instituciones eficaces. Esta
labor ayuda a los países a robustecer sus economías, promover el crecimiento incluyente y crear
puestos de trabajo.
La labor de fortalecimiento de las capacidades que lleva a cabo el FMI se centra en forjar políticas
e instituciones eficaces y en robustecer las capacidades humanas correspondientes. Para ello, el
FMI ayuda a los países, entre otras cosas, a movilizar ingresos públicos, modernizar los sistemas
bancarios, establecer marcos jurídicos sólidos, mejorar la divulgación de estadísticas
macroeconómicas y financieras, y poner al día los análisis y pronósticos económicos. El FMI
colabora con las instituciones gubernamentales como los ministerios de Hacienda y los bancos
centrales a través de asesoramiento directo, talleres de aprendizaje entre pares y formación
orientada a las políticas. Este respaldo se brinda en diferentes modalidades: misiones a corto plazo
integradas por personal técnico de la sede, el nombramiento a largo plazo de asesores residentes
en el país, centros regionales de capacitación técnica y fondos internacionales especializados. Los
socios bilaterales y multilaterales desempeñan un papel vital y actualmente financian alrededor de
la mitad de la labor del FMI en este ámbito. El Directorio Ejecutivo del FMI pasa revista a la
estrategia de fortalecimiento de las capacidades periódicamente; la próxima evaluación está
programada para 2018.
El fortalecimiento de las capacidades que lleva a cabo el FMI responde a la demanda de los 189
países miembros y ha beneficiado a todos y cada uno de ellos. El fortalecimiento de la capacidad
humana e institucional de un país ayuda al gobierno a aplicar políticas más eficaces, lo que da
lugar a mejores resultados económicos. En el ejercicio 2016, los países de bajo ingreso en
desarrollo recibieron aproximadamente la mitad del total de la asistencia técnica del FMI, frente a
aproximadamente 40% en el caso de los países de mercados emergentes y de mediano ingreso,
que recibieron por su parte la mayor proporción de capacitación orientada a las políticas (un poco
más de la mitad).
Integración del fortalecimiento de las capacidades con la supervisión y los préstamos que ofrece el
FMI
La labor de fortalecimiento de las capacidades que lleva a cabo el FMI se centra en las siguientes
dimensiones de su competencia primordial:
Política fiscal: Asesorar a los gobiernos sobre la movilización del ingreso fiscal y la gestión eficaz del
gasto, a través de políticas tributarias y aduaneras, formulación de presupuestos, gestión
financiera pública, deuda interna y externa, y redes de protección social. Esto les permite a los
gobiernos brindar mejores servicios públicos como escuelas, carreteras y hospitales.
Políticas monetarias y financieras: Colaborar con los bancos centrales para modernizar los
sistemas financieros —a través de las políticas vinculadas al tipo de cambio, la inflación y la deuda
— y la supervisión bancaria. Eso mejora la estabilidad financiera del país, alimentando el
crecimiento interno y el comercio internacional.
Marcos jurídicos: Ayudar a los países a armonizar sus marcos jurídicos y de gobernabilidad con las
normas internacionales para que puedan formular reformas fiscales y financieras sólidas, y luchar
contra la corrupción, el lavado de dinero y el financiamiento del terrorismo.
El FMI también ofrece una amplia variedad de cursos de capacitación; por ejemplo, sobre vínculos
macrofinancieros, política monetaria y fiscal, aspectos de la balanza de pagos, mercados e
instituciones financieras, y marcos estadísticos y jurídicos. El FMI ha rediseñado el programa y los
cursos de formación para el ejercicio 2017, con la finalidad de ayudar a los países a lograr la
estabilidad macroeconómica y el crecimiento sostenible. Los cursos se anuncian con un año de
anticipación en un catálogo que puede consultarse en línea. Además del catálogo, también se
promocionan en línea cursos adicionales que reflejan cambios de prioridades y de demandas.
Los cursos son presenciales y en línea. También se ofrece capacitación práctica y orientada a las
políticas en los centros regionales de capacitación. El FMI ha ampliado significativamente la
enseñanza por Internet a funcionarios públicos. Los cursos en línea también están abiertos al
público a través de los denominados cursos abiertos en línea para un público masivo (MOOC, por
sus siglas en inglés). Más de 8.400 funcionarios públicos (y 8.200 miembros del público en 185
países) terminaron un curso en línea desde el lanzamiento del programa a fines de 2013.
El FMI está afianzando un marco de gestión basado en los resultados para facilitar la
sistematización de la planificación y la mejora del monitoreo de sus actividades de fortalecimiento
de las capacidades. Este sistema está complementado por un nuevo marco de evaluación común
más propicio para medir y comparar el rendimiento de distintos tipos de asistencia técnica y
capacitación en el FMI.
El FMI utiliza la supervisión para mantener la estabilidad y prevenir crisis en el sistema monetario
internacional. Se trata de un diálogo regular que mantiene con los gobiernos de los países
miembros para evaluar las condiciones económicas y recomendar políticas que permitan un
crecimiento sostenible. A través de la supervisión, el FMI también hace un seguimiento de la
evolución económica y financiera regional y mundial.
MÁS DETALLES
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El FMI ofrece fortalecimiento de las capacidades, que consiste en asistencia técnica y capacitación
de funcionarios públicos para ayudar a los países miembros a afianzar las estadísticas y las
instituciones económicas, así como las capacidades en ámbitos como tributación y administración,
gestión del gasto, políticas monetarias y cambiarias, supervisión y regulación del sistema
financiero, y marcos legislativos. Además, proporciona asesoramiento a los países miembros sobre
políticas que apuntan a fomentar la estabilidad económica, reducir la vulnerabilidad a crisis
económicas y financieras, y mejorar los niveles de vida. (Internacional, 2021)
Entendemos que hoy en día un sistema monetario es el conjunto de mecanismos que utiliza un
país para la creación y fabricación de dinero y su posterior regulación. Además, los sistemas
monetarios se controlan con la presencia e intervención de entidades reguladoras. Como por
ejemplo el Banco de España o el Banco Central Europeo.
Los sistemas monetarios se basan en tres características fundamentales que los definen:
Los sistemas monetarios cuentan con un instrumento que sirve para expresar el precio de los
servicios y bienes. Habitualmente es un medio de pago el que define dicho instrumento con el fin
de expresar un valor económico.
Además los sistemas monetarios disponen de varios medios de pago. Estos medios de pago son
aceptados de forma genérica por todo el mundo y son los que en la práctica sustituyen a lo que
conocemos como papel moneda. Comprenden las transferencias bancarias, los pagos con tarjeta
de crédito o débito o el pago con cheques o pagarés.
La base de un sistema monetario es el dinero de curso legal. El dinero cumple dos funciones en los
sistemas monetarios: en primer lugar el dinero permite la realización de transacciones
económicas, como el pago de compras y ventas. Pero además, el dinero de curso legal es el medio
para ahorrar en un sistema monetario. (Díaz, 2018)
El tipo de cambio es una referencia que se usa en el mercado cambiario para conocer el número
de unidades de moneda nacional que deben pagarse para obtener una moneda extranjera, o
similarmente, el número de unidades de moneda nacional que se obtienen al vender una unidad
de moneda extranjera.
Por ejemplo, si para obtener un dólar estadounidense (dólar) se deben entregar 18 pesos
mexicanos (pesos), el tipo de cambio nominal entre México y Estados Unidos será de 18 pesos por
dólar. Para saber cuántos pesos representan cierta cantidad en dólares se multiplican los dólares
por el tipo de cambio. Siguiendo con el ejemplo anterior, 100 dólares representan 100 * 18 =
1,800 pesos. Para saber cuántos dólares representa cierta cantidad de pesos se divide entre el tipo
de cambio, es decir, 1,800 pesos equivalen a 1,800/18 = 100 dólares.
El tipo de cambio de cada país está determinado por el régimen cambiario; es decir, la forma en
que decide administrar el valor de su moneda respecto a otras. Los regímenes cambiarios más
conocidos son el tipo de cambio fijo, flexible y las bandas cambiarias.
Fijo: En este sistema la autoridad monetaria establece un nivel del tipo de cambio, y se
compromete, interviniendo en el mercado comprando o vendiendo divisas, a garantizar que este
tipo de cambio se mantenga en ese nivel.
Bandas cambiarias: un esquema intermedio entre un régimen de tipo de cambio fijo y uno flexible.
La autoridad monetaria fija una banda en la cual deja que el tipo de cambio se mueva libremente.
Cuando el tipo de cambio alcanza el techo o el piso de la banda la autoridad interviene vendiendo
o comprando divisas para mantenerlo en la banda.
Los tipos de cambio se pueden definir de forma sencilla, como el precio de una unidad monetaria
extranjera expresado en términos de la moneda nacional; análogamente se puede expresar el
precio de nuestra moneda en términos de otra extranjera. Por ejemplo el tipo de cambio del dolar
de Estados Unidos con respecto al Euro es de 0,74 euros/dolar, así como al revés sería de 1,35
dolar/euro; en resumen estamos expresando en nuestra moneda propia o en la extranjera el valor
de una unidad monetaria de euro o de dolar.
Esta comparativa puede ser análoga para todas las divisas del mundo, que son en definitiva las
formas en las que actualmente se hacen las transacciones monetarias así como se expresa el valor
de los bienes y servicios. Enmarcado dentro de los tipos de cambio, podemos hablar de dos tipos
Tipo de cambio real: es en el que se valoran o precio relativo de los bienes y servicios dependiendo
de la cuantía o situación de la moneda de cada uno de los países en los que se generen dichos
bienes y servicios. En resumen, el valor de las actividades y cosas.
Tipo de cambio nominal: es propiamente dicha la variación o fluctuación a lo largo del tiempo de
los valores de una determinada moneda o divisa en función de otra.
Cabe destacar que los tipos de cambio son bastante importantes en varios sentidos; primeramente
para empresas que trabajen a nivel mundial como las multinacionales, o empresas de importación
han siempre de tener en cuenta el movimiento de los tipos de cambio, ya que según las leyes de
contabilidad internacional, contablemente al menos se ha de hacer una revisión anual de los tipos
de cambio de nuestros activos situados en otras zonas monetarias; así como si exportamos e
importamos productos o servicios, estamos obligados contablemente a expresar el valor de orígen
así como el tipo de cambio y el valor de nuestra propia moneda en la operación.
Otra cosa fundamental de los tipos de cambio es que con ellos se puede valorar la apreciación o
depreciación de una moneda en términos de otra. Por ejemplo si 1 dolar ayer estaba a 167 yenes y
hoy está a 165 yenes, el precio o mejor dicho el valor del yen japones es mayor por lo que su valor
con respecto al dolar se habrá apreciado; del mismo modo podríamos decir que el tipo de cambio
indica que el valor del dolar se ha depreciado, ya que hacen falta 2 yenes menos para tener la
misma cantidad de dólares.
Como último punto destacable se podría apreciar que los tipos de cambio no sólo pueden ser
variables como hemos visto hasta ahora, también existen los tipos de cambio fijo o semi fijo; es el
caso de lo que ocurrió en la Unión Monetaria Europea con la llegada de la divisa única; todos los
países (12 en aquel momento) llevaron cada una de sus monedas a un tipo de cambio fijo con la
moneda única, el euro. Los españoles por ejemplo recordaremos que nuestro tipo de cambio fijo
con el euro era de 166,386 pesetas.
El tipo de cambio variable es el que hemos definido durante la primera parte de la entrada, la
relación definida por la ley de la oferta y la demanda de divisas entre sobre todo las 3 grandes
monedas del mundo, el yen japonés, el dolar americano y el euro.
Una de las cosas que anteriormente no repercutía a cada uno de los países de la zona euro con
tipo de cambio fijo, es que bajo un sistema de éste tipo como tenemos actualmente, el banco
central europeo no es capaz de determinar realmente la oferta monetaria del mismo modo que en
una economía cerrada o que cuando se opera bajo un sistema de tipo de cambio flexible. Aunque
si bien es cierto, a nosotros una moneda única y de mismo valor en toda la UE nos ayuda mucho al
libre comercio y libertad de personas. (LOPEZ, 2009)
Tipo de cambio
El tipo de cambio se define como el precio de una unidad monetaria de un país expresado en
términos de una moneda distinta. También podemos decir que el tipo de cambio es la relación de
equivalencia que existe entre dos monedas diferentes.
Los tipos de cambios varían constantemente, se determinan por la por la oferta y demanda de
cada divisa en el mercado de divisas o FOREX.
Se dice que el tipo cambio es fijo cuando lo establece el Banco Central y que el tipo de cambio es
flotante cuando se establece en función de la oferta y la demanda.
Los tipos de cambio se expresan de la siguiente forma. Si queremos ver la relación o tipo de
cambio que existe entre el euro y el dólar lo expresaremos así:
EUR/USD = 1,23
Esto significa que por cada euro nos dan 1,23 dólares. En este caso el es la divisa base y el $ la
divisa de cotización.
Esto significa que un dólar vale 0,81 euros. En este caso el $ es la divisa base y el la divisa de
cotización.
Tipo de cambio vendedor o precio de oferta que llamamos bid y el tipo de cambio comprador o
tipo de demanda que siempre es mayor que el vendedor, llamado ask. La diferencia entre los
precios de oferta y demanda se llama spread.
Tipos de cambio directos: En los que el dólar es la divisa base, como el USD/EUR o el USD/JPY
Tipos de cambio indirectos: En estos casos el dólar es la divisa de cotización como el EUR/USD o
JPY/USD
Tipos de cambios cruzados: en ellos no aparece el dólar, pero se emplea en los cálculos para hallar
el tipo de cambio. Primero se calcula el tipo de cambio de la primera divisa frente al dólar y
después del de la segunda también contra el dólar
Decimos que la divisa A se ha depreciado frente a otra B cuando disminuye el número de unidades
de B que necesitamos para obtener una unidad de A. En ese caso la divisa B se habrá apreciado,
porque con menos cantidad de B podremos obtener A.
El tipo de cambio puede ser nominal o real, en función del bien (moneda o bienes) que se
considere para su cálculo:
Ejemplo: Si el tipo de cambio euro/dólar sube a 1,40 (el euro se aprecia con respecto al dólar), los
productos norteamericanos resultan más competitivos en los países de la Unión Monetaria
Europea, puesto que por cada dólar hay que entregar cada vez menos euros (tipo de cambio
euro/dólar al alza), mientras que los productos europeos se encarecen en el mercado
norteamericano, por lo que se dificultan las exportaciones de los países de la Unión Monetaria
Europea a Estados Unidos, ya que por cada euro los norteamericanos deben entregar más dólares
a cambio. La situación es la contraria si el euro se deprecia respecto al dólar y el tipo de cambio
euro/dólar se coloca, por ejemplo, en 1,20.
Tipo de cambio real. El tipo de cambio real entre las monedas de dos países es un indicador de los
precios de una cesta de bienes y servicios de un país con respecto a los de otro país. Indica la
relación a la que podemos intercambiar los bienes de un país por los de otro país.
Ejemplo: Una cesta de bienes tiene un precio de 300 dólares en Estados Unidos y de 310 euros en
España. El tipo de cambio euro/dólar es de 1,35. La cesta de bienes en Estados Unidos cuesta
300/1,35 euros, esto es, 222,22 euros; la cesta de bienes en España cuesta, como se ha indicado,
310 euros. Por tanto, el tipo de cambio real euro/dólar es de 1,40 (310/222,22).
Por otro lado, el tipo de cambio se puede clasificar como fijo o flexible, en función del grado de
libertad de fluctuación de la moneda en los mercados de divisas:
El tipo de cambio fijo se da cuando el valor de una moneda está determinado, respaldado y
mantenido por el banco central del país. Esto no significa que su valor sea inalterable. Las
autoridades monetarias pueden, si lo estiman conveniente, modificar el valor de referencia de su
moneda: si la modificación es al alza, estamos ante una revaluación y, si es a la baja, hablamos de
devaluación.
El tipo de cambio flexible es cuando se deja que una moneda fluctúe libremente en los mercados
de divisas; por tanto, su valor viene determinado por la oferta y la demanda de dicha moneda.
Bajo este sistema, las oscilaciones cambiarias están causadas por las fuerzas del mercado; en tal
caso, hablamos de apreciación cuando la oscilación es al alza y de depreciación cuando es a la
baja.
pendiente positiva en línea con la inflación objetivo de dicho programa; estas bandas
tienen una amplitud de 7,5% por encima y de 7,5% por debajo de la paridad central
de referencia, y permanecen vigentes.
(BCV, 1997)
Durante el primer trimestre de 2022 la tasa de cambio, referente al dólar, publicada por el Banco
Central de Venezuela (BCV) ha permanecido prácticamente inmutable, con leves correcciones que
han pasado inadvertidas para la mayor parte de los venezolanos.
Esta situación se ha repetido a su vez en el mercado paralelo, cuya cotización si bien se encuentra
ligeramente por encima del oficial, también ha permanecido estable en gran medida.
Este comportamiento es común en esta época del año; tal y como lo han explicado previamente
expertos como Alejandro Castro, economista y gerente de operaciones de la firma Econométrica.
La razón de ello es que la economía venezolana funciona bajo ciertos parámetros cíclicos que año
a año se repiten durante los mismos meses y generan determinados escenarios en el mercado
cambiario.
El primer trimestre del año, al tratarse de un lapso en el que debe declararse el Impuesto Sobre la
Renta (ISLR), lo normal es que la tasa de cambio se mantenga relativamente estable o incluso
disminuya. La explicación de esto es que disminuye la demanda de divisas, al tiempo que aumenta
la de bolívares con los cuales pagar la carga impositiva.
Esto genera que las persona que tienen dólares deban rebajar su precio para lograr cambiarlos por
bolívares.
Al observar la relación de la divisa estadounidense con respecto al bolívar se puede apreciar que
tanto en el mercado oficial como en el secundario la moneda nacional ha experimentado una
pequeña revalorización.
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En el caso de la tasa de cambio oficial la variación a favor del bolívar fue de Bs. 0,21 al pasar de
4,59 a 4,38 bolívares por dólar. Esto representa una revalorización de 4,58 %. Por su parte el
mercado paralelo registró algo similar al pasar de 4,81 a 4,53 bolívares por dólar. Lo que equivale a
un incremento de 5,82 % del poder de compra del bolívar.
Intervención cambiaria
A través de esta vía, el régimen realiza constantes inyecciones de divisas en efectivo, tanto de
dólares como de euros. Las cuales ayudan a satisfacer la demanda de divisas que existe en el
mercado. De esta forma, los actores financieros no deben recurrir al mercado paralelo para
intercambiar sus bolívares por una moneda dura que genera mayor confianza como el dólar.
Se calcula que solamente durante el primer trimestre del año el monto total de las inyecciones de
divisas del BCV alcanzaron los 863 millones de dólares. Esta política ha sido criticada fuertemente
por expertos como José Guerra. El economista ha señalado que esta política no es una solución y
solamente se trata de un mecanismo para quemar las divisas del país.
En parte el régimen de Nicolás Maduro ha podido llevar a cabo esta política cambiaria gracias al
aumento de los ingresos que ha registrado el país. Especialmente aquellos provenientes de la
actividad petrolera.
Esto se explica por dos factores. El aumento de la producción de crudo que ha venido impulsando
PDVSA, con ayuda de Irán, y el incremento de los precios del barril de petróleo.
Este escenario positivo para las finanzas públicas se espera que se prolongue durante este año. Y
que se traduzca en unos ingresos por el orden de los 19 millardos de dólares. De concretarse esta
proyección es sumamente factible que la política de intervenciones cambiaria continúe lo que le
permitirá al régimen venezolano controlar con mayor facilidad la volatilidad cambiaria. (C., 2022)
El presidente de Datanálisis, Luis Vicente León, señaló que la estabilidad cambiaria venezolana es
insostenible, puesto que no se basa en la confianza en la moneda y en las instituciones, “sino en
una oferta planificada de dólares en efectivo del Gobierno que puede funcionar temporalmente
pero se agota”.
Asimismo, indicó a través de su cuenta en la red social Twitter que el intento del Gobierno de
Nicolás Maduro de rebolivarizar la economía con impuestos y restricciones de transferencias,
aumenta a corto plazo el uso de bolívares pero genera mayores presiones de gasto en moneda
local, inflación y devaluación, desmontando la base de su estrategia.
“Si consideramos que el tipo de cambio de equilibrio en Venezuela triplica al tipo de cambio
actual, no es difícil entender que la pregunta no es si el bolívar se devaluará en los próximos
meses, sino cuándo y cuánto”, enfatizó.
Sin embargo, cuando el Gobierno intenta revertir lo que hizo para estabilizar la economía,
“obviamente arriesga perder lo que avanzó”.
El también economista aseveró que más allá de “las bolitas de ensayo que tiran al mercado”, no
parece que el Gobierno esté dispuesto a volver al control y la hostilidad frente al empresario, “que
ya saben perfectamente los desequilibrios que genera”.
“Una dolarización formal exigiría acuerdos con la Reserva Federal de Estados Unidos, algo que es
imposible mientras que el Gobierno y el Banco Central de Venezuela (BCV) estén sancionados”,
expresó.
Dijo, además, que la dolarización posible “es de facto como la que tenemos, pero con una
apertura mayor a la actual para la banca” (León, 2022)