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Características fundamentales del enfoque de derecho

 Reconocer la ciudadanía como un derecho de todas las personas,


independientemente de su sexo, nacionalidad, edad, etnia, condición social y opción
sexual; y es deber del Estado proteger y garantizar el cumplimiento de este derecho.
Por lo que deben crearse mecanismos de vigilancia, y seguimiento de los derechos
que puedan ser aplicados por la sociedad civil.
 A partir de dicho principio se plantea como necesario revisar el marco jurídico
actual sobre derechos de las personas y la construcción de un marco formal de
regulación de las relaciones sociales que asegure el reconocimiento y respeto de sí y
de los otros y que establezca e institucionalice los mecanismos de vigilancia,
seguimiento y exigibilidad de los derechos.
 Reconocer que la estructura social está fundamentada en relaciones sociales basadas
en el poder ( en sus distintas manifestaciones: económico, generacional, de género,
étnicas, ente otros). Por tanto, al redefinir el marco de las relaciones entre las
personas, se han de considerar las diferencias sociales y las económicas ( que se han
expresado en término de desigualdades) para buscar relaciones de igualdad y
respeto a las diferencias
 Enfatizar en la persona como sujeto integral (bio- psico-social), como un sujeto
concreto y particular, cuyos derechos son universales, indivisibles e integrales.
 Es una perspectiva que recupera la diversidad social y reconoce la especificidad.
 Plantear la democracia como un derecho humano, una democracia participativa, con
participación real y consciente de la ciudadanía en la propuesta y la toma de
decisiones, sin sectores sociales excluidos y con mecanismos claros de exigibilidad
y control ciudadano.
 Suponer una institucionalidad centrada en el sujeto, “más y mejores mecanismos de
coordinación de los sistemas de acción social y de los sistemas político
administrativos»
Principios que orientan el enfoque de Derechos Humanos

Los principios del EBDH inspiran la puesta en escena de los derechos humanos y
establecen los parámetros y actitudes que tienen que imperar ante las disyuntivas
que surjan con relación a la aplicación de los derechos humanos. Resultan de vital
importancia para interpretar, aplicar, implementar e inferir todas las consecuencias
proyectivas necesarias que se derivan de un derecho humano recogido en textos
legales o declarativos.
Los principios son, por tanto, criterios que permiten una interpretación evolutiva,
extensiva, concreta y abierta de preceptos normativos en relación a derechos,
formulados éstos en su dimensión abstracta y formal.

El objetivo de los principios es dar contenido concreto a los diferentes derechos, que
escapan de esta manera de la formulación abstracta, rígida y ambigua con la que se
enuncian. Además, estos principios asumen una función orientadora o
interpretadora muy importante. Definen cuestiones tan importantes como la
interpretación con la que hay que leer los derechos humanos o el alcance que
tenemos que darles en su aplicación, o detallan cómo se tienen que incorporar
elementos fundamentales, entre ellos la participación, la igualdad y la
responsabilidad.

 Indivisibilidad: Sean de naturaleza civil, cultural, económica, política o social,


todos ellos son inherentes a la dignidad de cada ser humano. Por consiguiente, todos
tienen igual estatus, así como derechos, y ninguno puede categorizarse como
prioritario en un orden jerárquico. A pesar de esta afirmación categórica sobre la
que existe unanimidad desde el punto de vista teórico, la realidad de la aplicación de
los derechos humanos cuestiona dicha indivisibilidad. En la práctica internacional
no todos los derechos tienen el mismo estatus, ya que las formas de justiciabilidad
de unos y otros derechos establecen una jerarquización clara en perjuicio de los
derechos económicos, sociales y culturales que quedan relegados ante los derechos
civiles y políticos con unos mecanismos de justiciabilidad menos vinculantes.
 Integralidad: Se refiere a que todos los derechos están ligados unos a otros, están
interrelacionados, son interdependientes, se inciden entre sí, por lo que todos tienen
la misma jerarquía o igual nivel de importancia. Por su parte, es importante destacar
que, para el caso de las personas menores de edad, éstas son sujetos de los mismos
derechos que las personas adultas, a los que además se adicionan los derechos
específicos que les son inherentes en su condición de niñas, niños y adolescentes.
 Universalidad: Se refiere a que los derechos deben abarcar a todas las personas, sin
exclusión alguna. Todas las personas tienen derechos y obligaciones.

 Progresividad: Conlleva el desiderátum de ir siempre hacia adelante. Es decir, que


el Estado se encuentre en una permanente búsqueda de ampliación de los derechos
humanos y de los mecanismos de protección, a la luz de las necesidades imperantes
del contexto o de las situaciones cambiantes de la realidad.
 Participación y empoderamiento Cada ser humano y todos los pueblos tienen el
derecho a participar, contribuir y disfrutar de una manera activa, libre y significativa
de un desarrollo civil, económico, social, cultural y político en el que se afiancen los
derechos humanos y las libertades fundamentales. El principio de participación es
tanto para el ejercicio del derecho al desarrollo como para el de los derechos
humanos. De hecho, la declaración del derecho humano al desarrollo es muy clara
en este sentido al afirmar que: “El derecho al desarrollo es un derecho humano
inalienable en virtud del cual todo ser humano y todos los pueblos están facultados
para participar en un desarrollo económico, social, cultural y político en el que
puedan realizarse plenamente todos los derechos humanos y libertades
fundamentales, a contribuir a ese desarrollo y a disfrutar del él”
 Subsidiariedad Dicho principio resulta fundamental para evitar vacíos, lagunas o
negligencias en el desarrollo de los derechos humanos y de las políticas necesarias
para su implementación. A esta fórmula podría agregarse un principio del tipo: “La
falta de competencias no podrá utilizarse como una excusa para no satisfacer los
derechos reconocidos. En todo momento los poderes públicos deberán demostrar
que están utilizando todos los títulos competenciales que les permitan satisfacer, al
menos, el contenido mínimo de los derechos en cuestión”.

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