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Indice
Introduccion ................................................................................................................................................. 3
El cambio climático................................................................................................................................. 11
1.8. ¿Cómo podemos reducir nuestra huella de agua a un nivel sostenible? ..................................... 19
Conclusiones ............................................................................................................................................... 24
Bibliografia.................................................................................................................................................. 25
Introduccion
Puede decirse que Panamá es un país afortunado en términos de recursos hídricos
renovables . Posee el 0,6% del stock mundial, lo que en términos de superficie lo
sitúa en la posición decimotercera del mundo ; tiene casi el doble de recursos hídricos
de los que le corresponderían por tamaño del país. En términos per cápita o cupa la
posición vigesimocuarta, con u nos recursos hídricos por habitante de casi cinco veces
el promedio mundial . Además, su tasa de dependencia es cero, lo que significa que
sus recursos hídricos t ienen su origen en el mismo Panamá , asegurándose, así, su
independencia hídrica respecto a otros países . En cuanto a la variabilidad interanual,
es la mitad del promedio mundial , mientras que la estacional está en el promedio.
Respecto al estrés hídrico, tiene la segunda cifra más baja del mundo: tiene abundantes
recursos hídricos en relación a los que usa, aunque esto no significa que no exista una
alta presión en alguna de las cuencas. En suma, los recursos hídricos de Panamá no
solo son abundantes, sino además muy constantes en términos interanuales, sin
dependencia respecto a otros países en cuanto a su origen y el nivel de estrés hídrico
global es muy bajo
Sin embargo, a pesar de la abundancia de los recursos hídricos, Panamá enfrenta retos
notables en el sector, que condicionarán de forma creciente el bienestar de la población
y el dinamismo de su economía. Estos retos, vinculados a la eficiencia en el uso del
agua, serán cada vez más importantes, dadas las consecuencias del cambio
climático. En cuanto al turismo, su fuerte dinamismo se ha basado en buena medida en
un modelo de turismo de compras y otras actividades centradas especialmente en la
ciudad capital, que ha comenzado a dar muestras de agotamiento. El desarrollo del
sector pasa por impulsar actividades y destinos diferentes a lo ofrecido por este modelo
, para lo cual Panamá cuenta con grandes activos naturales, histórico s y cultural es .
Ahora bien, todo ello requiere, entre otras cosas, mejorar la red de abastecimiento de
agua y saneamiento . Muchas de las áreas rurales con potencialidad turística
presentan notables carencias en este ámbito, que serán mucho mayores ante una
expansión del turismo, dado que el consumo de agua de los turistas es habitualmente
muy superior al de la población residente.
1.1. EL PROBLEMA DEL AGUA
El líquido elemento es, probablemente, la sustancia más importante para la vida (más
que el oxígeno o cualquier nutriente). Por ello, su disponibilidad es la razón de algunas
de las guerras más encarnizadas de la historia. Ecología, política, salud... ninguno de
estos aspectos queda exento de la influencia del agua. Y los problemas que causa su
falta son profundos y complejos.
Para una gran parte de los denominados como "países desarrollados", abrir el grifo y
tomar un poco de agua es una acción tan sencilla que apenas se valora. Sin embargo,
aproximadamente una quinta parte de toda la población mundial sufre por la escasez de
agua. Así lo indican los informes recolectados durante esta última década por la
Organización de las Naciones Unidas (ONU).
Entre los objetivos más importantes de esta entidad se encuentran el abastecer a los
más de dos mil millones de personas sin acceso a agua limpia del mundo. Dentro de
estos objetivos también se contempla el reducir los conflictos inherentes a la escasez de
este líquido, así como mejorar las condiciones sanitarias y de higiene de las personas.
Según las estimaciones, para 2030 provocará el desplazamiento de cientos de millones
de personas, con todas sus consecuencias.
Sin embargo, nuestro planeta azul se conoce así por su increíble cantidad de agua
disponible, ¿no es cierto? Aunque la gran mayoría de su superficie está llena de esta
sustancia, solo el 3% del agua total del planeta es potable. Y de esa, solo el 1% está
disponible para su consumo, por lo que los seres humanos lo tenemos más complicado
de lo que pensamos.
una fuente fiable de agua dulce, hasta el imperio más poderoso puede caer, como ocurrió
con los mayas, allá por el año 800 después d.C. Mucho más reciente es la lucha por el
control de la presa de Tabqa, una obra de ingeniería hidráulica construida en el río
Éufrates, y que constituye la mayor presa de Siria. Su construcción condujo a la
formación del lago Asad, la mayor reserva de agua dulce del país, por lo que su control,
el pasado año, supuso un duro golpe para las fuerzas del autodenominado estado
islámico.
Algo tan cotidiano como abrir un grifo y que salga agua para que podamos beber cuando
tenemos sed o queremos lavarnos, es muy complicado para millones de personas que
sufren las consecuencias de la escasez de agua en el mundo.
1.2. Concepto
La escasez de agua se puede definir como el punto en el que el consumo de los usuarios
afecta al suministro o calidad del agua, de forma que la demanda no puede ser
completamente satisfecha.
Existen diversas causas que producen la escasez de agua en el mundo, entre las que
podemos destacar:
Desaparición de especies vegetales. Las plantas necesitan una gran cantidad de agua
para desarrollarse y cuando el agua escasea se secan y desaparecen.
La escasez de agua es un problema mundial que tiene consecuencias muy graves tanto
para el medio ambiente como para las personas. El agua para los refugiados también es
un bien escaso y está en nuestra mano cuidar y no malgastar este recurso tan necesario
para la vida.
La escasez de agua es un fenómeno natural, pero también un fenómeno inducido por los
seres humanos. Aun cuando hay suficiente agua dulce en el planeta para satisfacer las
necesidades de una población mundial de cerca de siete mil millones de personas, su
distribución es desigual tanto en el tiempo como en el espacio, y mucha de ella es
desperdiciada, contaminada y manejada de manera insostenible. No existe en el mundo
escasez de agua como tal, en su lugar hay un número de regiones en el mundo que
sufren escasez de agua, 29 esto debido a que el uso de este recurso ha crecido más del
doble en relación con la tasa de incremento poblacional en el último siglo. Cerca de una
quinta parte (1,200 millones) de la población mundial de 6 mil millones de personas,
habita en áreas que enfrentan escasez de agua, y otro cuarto de la población mundial
(1,600 millones) enfrenta recortes en el suministro de agua debido a que carecen de la
infraestructura necesaria para tomar agua de los ríos y acuíferos (ONU, 2005). La
escasez de agua representa para muchos países el desafío más acuciante para el
desarrollo socioeconómico y humano en general.
Las estadísticas actuales del Informe Mundial de las Naciones Unidas sobre el Desarrollo
de los Recursos Hídricos 2018, indican que la demanda mundial de agua se ha estimado
en alrededor de 4.600 km3/año y se prevé que aumente entre un 20% y un 30% (de
5.500 a 6.000 km3/año) para 2050 (Burek, 2016). El mismo in formeindica que el uso
global del agua ha aumentado seis veces en los últimos 100 años (Wada., 2016) y sigue
creciendo de manera constante a una tasa aproximada del 1% anual (AQUASTAT, n.d.)
Al no cumplir con los Objetivos del Nuevo Milenio en su totalidad, se incluye el acceso al
agua potable como el Objetivo 6 en los Objetivos de Desarrollo Sostenible de las
Naciones Unidas, que establece la necesidad de “Garantizar la disponibilidad de agua y
su gestión sostenible y el saneamiento para todos” con la finalidad de disminuir la
desigualdad y la pobreza extrema.
Cabe destacar, que no sólo consumimos el agua que bebemos o la que utilizamos en el
aseo personal. En la producción de cualquier bien, producto agrícola o industrial también
se consume agua. Sin el agua no podemos tener una alternativa de generación de
energía.
Todo parece indicar que debemos empezar a gestionar nuevas políticas de cambio en la
comprensión, utilización, dimensión, valoración y proyección de este recurso limitado
pero indispensable no sólo para la vida, sino también para el crecimiento económico
mundial. No en vano tener acceso a agua limpia y saneamiento es el sexto Objetivo de
Desarrollo Sostenible (ODS) de la agenda de 2030. Pero las previsiones de aquí a 2050
no son nada halagüeñas, ya que según el Informe de 2018 de la Organización de las
Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO) unos 5.000
millones de personas se verán afectadas por la escasez de agua.
1.6. Principales causas de la escasez de agua
La importancia del agua es clave para el mantenimiento del planeta y de la vida. Hay
muchos factores directos e indirectos que generan y agravan la problemática generada
por la escasez del agua. Estos serían los más importantes:
El cambio climático
¿Sabes cuánta agua es necesaria para producir un kilo de arroz? No te lo vas a creer,
pero nada menos que 5.000 litros. La ONU dice que la huella hídrica de la producción
mundial está relacionada con la producción de alimentos en un 70%.
¿Qué es la huella hídrica? La cantidad total de agua dulce que se utiliza para producir
bienes y servicios consumidos por los habitantes de un país, puede ser de producción
nacional o externa. Según el Banco
Mundial más de 330 millones de
hectáreas tienen instalaciones de
riego; “la agricultura de regadío supone
el 20% del total de la superficie cultivada,
pero aporta el 40% de la producción total
de alimentos en todo el mundo”. Por otra
parte, la agricultura y la ganadería son
las dos actividades primarias que
contaminan más el agua con vertidos de
pesticidas, fosfatos y nitratos.
“El agua potable es el agua utilizada para los fines domésticos y la higiene personal, así
como para beber y cocinar. Uno tiene acceso al agua potable si la fuente de la misma se
encuentra a menos de 1 kilómetro de distancia del lugar de utilización y si uno puede
obtener de manera fiable al menos 20 litros diarios para cada miembro de la familia”. El
Programa Conjunto de Monitoreo clasifica el acceso de agua en tres categorías de
abastecimiento: los suministros construidos, mejorados e improvisados4 . En Panamá se
presentan las siguientes fuentes de abastecimiento: a. Suministros construidos: aquellos
que por la intervención activa del hombre están protegidos contra la contaminación,
principalmente de materia fecal. Esta categoría incluye el acueducto público del Instituto
de Acueductos y Alcantarillados Nacionales (IDAAN), el de la comunidad y el particular.
b. Suministros mejorados: carro cisterna y agua embotellada, entre otros. c. Suministros
improvisados: pozo sanitario o brocal no protegido, agua de lluvia, pozo superficial, río,
quebrada o lago, que por su naturaleza están expuestos a contaminación
En Panamá, las instituciones responsables de velar por la calidad de este servicio son:
el Ministerio de Salud, el Instituto de Acueductos y Alcantarillados Nacionales, la
Autoridad de los Servicios Públicos y los prestadores de servicios públicos y privados.
Regiones con más del 50% de su población sin acceso a agua potable Darién fue la
provincia con el porcentaje más alto de población sin agua potable. Con una población
de 47,018 habitantes y un total de 11,906 viviendas, distribuidas en los 25 corregimientos
que conforman la provincia, el 27.6% de sus viviendas no tenían acceso a agua potable.
No obstante, los avances en esta materia han sido notables. Para el Censo de 2000,
Darién tenía el 41.6% de sus viviendas sin agua potable, y en el de 1990 su situación era
mucho más crítica, 68.1%. Sin embargo, según datos del Censo de 2010, todavía
existían corregimientos con más del 80% de su población sin este servicio. Los
corregimientos de Cucunatí (99.2%) y la comarca Kuna de Wargandí (84.7%), son
ejemplos de estos, cuya población superaba los mil habitantes. En el caso de Yape, que
tampoco contaba con ninguna fuente de abastecimiento de agua potable cercana, el cien
por ciento de su población no tenía este servicio, sin embargo era uno de los
corregimientos con menor población (187 personas).
La otra cara: el 71% de la población está cubierta por el IDAAN El 92.9% de la población
total de Panamá contaba con acceso a agua potable por diferentes fuentes de
abastecimiento, siendo la principal el acueducto público del IDAAN (71% del total). La
provincia de Panamá, donde se ubica la capital del país, contó con el mayor número de
viviendas conectadas a estos acueductos (66.3%);, menor cantidad hubo en Chiriquí
(10%) y Colón (7.7%). En el otro extremo, estaba la provincia de Bocas del Toro, donde
solo el 1.8% de sus viviendas eran abastecidas por el IDAAN. Las comarcas se ubicaron
en los casos más extremos, cuya población no contaba con el servicio de esta Institución.
La segunda fuente principal de abastecimiento fue el acueducto público de la comunidad,
en este caso las proporciones no estuvieron tan dispersas. Las provincias de Coclé,
Chiriquí, Veraguas y Panamá tenían la mayor proporción de viviendas conectadas
(promedio 17%). Sin embargo, para las comarcas indígenas, principalmente en la Ngöbe
Buglé, esta fue su principal fuente para el suministro de agua. Por otro lado, la población
también contó con el abastecimiento de agua potable por medio de carros cisternas y
embotelladas, aunque en un porcentaje mucho menor. Por este medio, el acceso a agua
potable no dependía de la población si no de la disponibilidad del servicio en un momento
determinado, que en ocasiones llegaba a ser poco efectivo.
La calidad de vida de esta población estará sujeta a la efectividad, prontitud y eficacia
con la que se logre cumplir el objetivo. Sin dejar de lado, que en algunos casos puede
resultar más costoso (agua embotellada). La provincia de Panamá tenía 5,822 viviendas
que dependían de la distribución de agua potable por medio de carros cisternas. Para el
censo de 2000, solo esta provincia contaba con esta forma de abastecimiento, diez años
después, fueron más las provincias que contaban con este mecanismo.
1.7. Caracterización del agua en Panamá
Una característica fundamental del sector de agua en Panamá es el alto nivel de
consumo directo por parte de la población : 507 litros por habitante por día , más de dos
veces y media el promedio mundial , siendo el cuarto país del mundo con mayor
consumo humano de agua per cápita y el primero de América Latina. De hecho,
de acuerdo con nuestras estimaciones, mostradas en la sección 3.4, en Panamá el
consumo de agua debería ser aproximadamente la mitad . Ahora bien, e n realidad, existe
una discrepancia notable entre el agua que se distribuye para consumo humano y lo que
factura la empresa encargada de l servicio : ¡ se pierde un 45%! Se trata de una cantidad
considerable , que alerta sobre la necesidad de mejorar la eficiencia en la distribución
de agua y reducir los impagos . E l país presenta un bajo nivel de micro medición efectiva,
junto a un déficit de mantenimiento y de sistemas de monitoreo y control en línea de las
instalaciones. En paralelo a l excesivo volumen de agua distribuida se da, además,
la circunstancia de que la cobertura de agua potable no llega al 100%, exist iendo
una diferencia importante entre las áreas urbanas y rurales — y más aún con las com
arcas indígenas — y entre niveles de ingreso de la población . Por otra parte, la
continuidad del funcionamiento del servicio es baja. De hecho, según el World
Economic Forum , Panamá ocupada la posición 82 de 140 países en fiabilidad del
suministro de agua. Todas estas carencias se han hecho claramente patentes en el
contexto de la crisis pandémica del COVID - 19, cuando las medidas de
confinamiento de la población hacían aún más imprescindible el acceso continuo
al suministro de agua.
Durante los últimos quince años Panamá ha registrado una de las tasas de crecimiento
más altas del mundo, con un 7,1% de promedio anual en términos reales. Como
consecuencia, se ha convertido, junto con Chile, en el país de mayor ingreso per cápita
de América Latina en paridad de poder adquisitivo y ha alcanzado la categoría de país
de altos ingresos. El elemento catalizador de ese proceso ha sido, sin duda, la
expansión del Canal. Tras su aprobación en referéndum en 2006, la construcción
de las nueva s esclusas fue concluida diez años más tarde. El impacto directo de esta
gran obra de infraestructura ha sido sustancial, pero aún lo ha sido mucho más su efecto
indirecto a través de la actividad privada. Lanzalotet al. ( 2018) han estimado que el PIB
de Panamá sería hoy alrededor de un 22% menor de no haber tenido lugar la ampliación
del Canal. Pero no tanto por la ampliación en sí misma, sino por los efectos
positivos inducidos en el resto de la economía y, en particular, en la inversión privada.
Cada dólar in vertido en la ampliación del Canal atrajo 1,8 dólares de inversión privada
en el mediano plazo. De hecho, Panamá tiene una de las tasas de inversión más
altas del mundo, superior al 35%, prácticamente el doble que el promedio regional.
El principal des tino de la inversión ha sido la construcción y el sector inmobiliario. El
peso de la construcción en el PIB se ha más que duplicado desde 2007, alcanzando casi
el 17%, una de las cifras también más altas del mundo. En este tiempo, su aportación al
crecimiento de la economía panameña ha sido el 27% del total. Por el contrario, la
participación de los servicios, tradicionalmente muy importantes en Panamá, ha caído
6,6 puntos (incluso los de intermediación financiera han disminuido 0,1 puntos).
Aunque parte del gran Durante los últimos quince años Panamá ha registrado una de
las tasas de crecimiento más altas del mundo, con un 7,1% de promedio anual en
términos reales. Como consecuencia, se ha convertido, junto con Chile, en el país de
mayor ingreso per cápita de América Latina en paridad de poder adquisitivo y ha
alcanzado la categoría de país de altos ingresos. El elemento catalizador de ese
proceso ha sido, sin duda, la expansión del Canal. Tras su aprobación en
referéndum en 2006, la construcción de las nueva s escl usas fue concluida diez años
más tarde. El impacto directo de esta gran obra de infraestructura ha sido sustancial,
pero aún lo ha sido mucho más su efecto indirecto a través de la actividad privada.
Lanzalotet al. ( 2018) han estimado que el PIB de Panamá sería hoy alrededor de un
22% menor de no haber tenido lugar la ampliación del Canal. Pero no tanto por la
ampliación en sí misma, sino por los efectos positivos inducidos en el resto de
la economía y, en particular, en la inversión privada. Cada dólar in vertido en la
ampliación del Canal atrajo 1,8 dólares de inversión privada en el mediano plazo. De
hecho, Panamá tiene una de las tasas de inversión más altas del mundo, superior
al 35%, prácticamente el doble que el promedio regional. El principal des tino de la
inversión ha sido la construcción y el sector inmobiliario. El peso de la construcción en el
PIB se ha más que duplicado desde 2007, alcanzando casi el 17%, una de las cifras
también más altas del mundo. En este tiempo, su aportación al crecimiento de la
economía panameña ha sido el 27% del total. Por el contrario, la participación de los
servicios, tradicionalmente muy importantes en Panamá, ha caído 6,6 puntos (incluso
los de intermediación financiera han disminuido 0,1 puntos). Aunque parte del gran
El consumo excesivo de agua es una práctica generalizada. Algunos ríos como el río
Amarillo en China o el río Colorado en los Estados Unidos ya ni siquiera llegan a
desembocar en el océano. A su paso, el agua de estos ríos se recoge para abastecer a
los agricultores, a las industrias y a los hogares. El mar de Aral, en Asia Central, y el lago
Urmia, en la República Islámica del Irán, han desaparecido casi por completo como
consecuencia del uso de agua río arriba. Además, las reservas de aguas subterráneas
se están agotando a ritmos preocupantes en todos los continentes. Por ejemplo, los
Estados Unidos están sobreexplotando los acuíferos de las Altas Llanuras y del Valle
Central; la India y el Pakistán, los acuíferos del curso superior del Ganges y del curso
inferior del Indo; y China, el acuífero de China septentrional. Muchas veces, las tasas de
extracción son de 10 a 50 veces superiores a las tasas de recarga natural.3 En muchos
lugares, como el Yemen, los niveles de agua subterránea se reducen un metro cada año.
La contaminación del agua también está generalizada. Los fertilizantes y plaguicidas
empleados en la agricultura terminan en los ríos, de forma que se infringen las normas
de calidad del agua sin que las autoridades tomen medidas formales. Varios de los
riachuelos de Bangladesh y China se ven rojos, violetas o azules a causa de las aguas
residuales que vienen de la industria textil, cuyos colores dependen de la última moda
de los países occidentales.
Algunos de nosotros, como yo, vivimos en zonas lluviosas donde la escasez de agua
parece un problema lejano, pero que, aun así, nos afecta. Sorprendentemente, el 40%
de la huella de agua de los consumidores europeos proviene de fuera del continente, a
menudo, de lugares que sufren graves problemas relacionados con el agua. Gran parte
de nuestra comida y de muchos otros productos se importan desde países con cuencas
de captación que sufren estrés hídrico. Para la producción alimentaria en concreto, se
utilizan grandes cantidades de agua. Para producir un filete de 200 gramos, se consume
una media de 3.000 litros de agua. Para producir una chocolatina de 200 gramos, se
necesitan 3.400. Se comercia intensivamente con pienso para el ganado y alimentos
para nuestro consumo directo que, con frecuencia, proceden de lugares donde existe
escasez de agua. Por ejemplo, se ha calculado que aproximadamente el 50% de la huella
de agua de los consumidores del Reino Unido proviene de las cuencas fluviales donde
el consumo de agua supera los niveles sostenibles, todas ellas fuera del país.4
A pesar de que gran parte del agotamiento y la contaminación de los recursos hídricos
lleva ocurriendo desde hace años, todavía no hemos encontrado una respuesta
adecuada. Propongo tres medidas para conseguir un uso del agua más sostenible.5 En
primer lugar, los Gobiernos deberán establecer límites de huella de agua para todas las
cuencas de captación del mundo. Estos límites son necesarios para establecer un umbral
de consumo de agua en todas las cuencas fluviales. Uno de los límites dependerá de la
disponibilidad local de agua y variará a lo largo del año, ya que, en la época seca, la
cantidad máxima de agua disponible para el consumo es menor. Además, no toda el
agua de los ríos se puede utilizar. Se deberá conservar un volumen mínimo de agua para
el mantenimiento de los ecosistemas y la biodiversidad. De ellos dependen también los
medios de subsistencia de las personas que viven río abajo. Los límites de huella de
agua también se pueden utilizar para establecer un nivel máximo de contaminación en
una cuenca de captación, el cual dependerá de su capacidad de asimilación. Cuando
hay un límite, tenemos que asegurarnos de que el número de "permisos de huella de
agua" concedidos a usuarios específicos no lo supera. Solo de esta forma podremos
garantizar que el volumen de usos de agua y el volumen de cargas de contaminantes
permanecen dentro de niveles sostenibles. Deberíamos aceptar que el uso del agua no
constituye necesariamente un problema, siempre y cuando se purifique el agua utilizada
y se devuelva al río o al acuífero del que se extrajo. Así, la huella de agua mide solo el
uso consuntivo de agua, es decir, el agua que no se devuelve a la fuente de la que se ha
extraído, y el volumen de agua contaminada, es decir, el agua que no se ha limpiado
antes de su eliminación.
La segunda medida consiste en establecer parámetros de huella de agua para todas las
necesidades que requieren una gran cantidad de agua, como los alimentos, las bebidas,
la ropa, las flores y la bioenergía. Debemos promover las mejores tecnologías y las
mejores prácticas disponibles para conseguir los niveles más bajos de uso y
contaminación del agua. El desperdicio de agua en la agricultura y la industria es de gran
magnitud. Si establecemos parámetros de huella de agua para los productos, tendremos
la medida de lo que son niveles razonables de uso de agua, lo que incluye también las
fases de la cadena de suministro de un producto. Diferentes estudios ya han demostrado
que se pueden conseguir importantes ahorros de agua y una gran reducción de la
contaminación de esta simplemente sustituyendo las prácticas desactualizadas por otras
mejores que ya están disponibles. Sería ideal que los consumidores se mantuvieran
informados y dispusieran de opciones. Hoy en día, es difícil comprar productos
respetuosos con los recursos hídricos, simplemente porque existe una gran falta de
información al respecto. Los gobiernos deben promover una mayor transparencia de los
productos mediante la imposición de obligaciones a las empresas de demostrar que han
cumplido ciertos criterios mínimos de producción. No es solo importante para los
consumidores que se sitúan al final de la cadena de suministro, sino también para las
empresas que quieren abastecerse de manera sostenible. Los parámetros de huella de
agua también serán útiles para los gobiernos a la hora de conceder permisos de huella
de agua a usuarios específicos, ya que estos permisos pueden limitarse a casos en los
que sea absolutamente necesaria, en función del tipo de producción.
La tercera medida consiste en promover un uso del agua más justo entre las
comunidades. En los Estados Unidos de América y en Europa Meridional, los
consumidores tienen una huella de agua de casi el doble de la media mundial. Dado que
el volumen de agua por habitante del mundo es limitado, debemos compartirlo y
determinar qué niveles directos e indirectos de uso del agua por persona son
razonablemente aceptables. Para ello, es necesaria una acción política del más alto nivel
que dará lugar, sin duda, a muchos puntos de vista muy diferentes. Es probable que haya
debates y negociaciones similares cuando busquemos una respuesta a los desafíos del
cambio climático. Si queremos estabilizar nuestra huella de agua total para evitar que
siga aumentando, el consumo medio anual por persona deberá disminuir de 1.385
metros cúbicos en el año 2000 a 835 metros cúbicos para 2100, en vista del crecimiento
demográfico esperado. Aunque sin duda podemos sobrevivir con esa cantidad de agua,
muchos de nosotros tendremos que ajustar nuestras modalidades de consumo para
reducir el uso directo e indirecto de agua.
Si queremos que todos los ciudadanos del mundo tengan la misma huella de agua, China
y la India tendrían que reducir su huella de agua por persona aproximadamente un 22,5%
durante el siglo que viene. Es un gran desafío, teniendo en cuenta que el consumo de
agua en estos países está aumentando actualmente. Será un desafío aún mayor para
los ciudadanos de los Estados Unidos, que tendrán que reducir el uso de agua un
impactante 70%. La adopción de tecnologías mejores por sí sola no será suficiente. Las
personas también tendrán que cambiar sus modelos de consumo. Cosas sencillas, como
ducharse en cinco minutos en lugar de en diez, pueden ayudar, pero no será suficiente,
porque para la mayoría de las personas, el uso de agua en los hogares representa solo
entre el 1% y el 4% de su huella de agua total. El resto proviene de los productos de
consumo, en concreto, los alimentos. En muchos países, del 30% al 40% del uso de
agua indirecto total se deriva del consumo de carne y productos lácteos. Por eso, comer
menos carne y volverse vegetariano será un paso más eficaz para ahorrar agua.
Permítanme que haga un resumen. Debemos reducir nuestra huella de agua de manera
considerable en muchas cuencas fluviales del mundo. Podemos conseguirlo
estableciendo los límites de la huella de agua por cuenca fluvial y los objetivos de
reducción de la huella de agua por producto, así como cambiando nuestros modelos de
consumo, entre otras cosas, desperdiciando menos comida y comiendo menos carne. El
reparto justo de los escasos recursos de agua dulce del mundo será clave para reducir
la amenaza que supone la escasez de agua para la biodiversidad y el bienestar humano.
La colaboración internacional para poner en práctica estas medidas será esencial.
Conclusiones
En Panamá, la cobertura de agua potable fue muy significativa, el 93% de la población
contaba con acceso a agua potable en el Censo de 2010. Sin embargo, existían lugares
dentro del país que no gozaban adecuadamente de este recurso. En algunos
corregimientos se encontró más del 50% de sus habitantes sin este servicio. En
comparación con el censo anterior, se lograron reducir las desigualdades entre la
población, no obstante todavía se requiere hacer más. Tal es el caso de las provincias
de Darién, Bocas del Toro y las comarcas indígenas, donde más de un cuarto de su
población carecía de agua apta para el consumo humano. El acceso a agua libre de
bacterias y microbios debe ser un derecho de todo ser humano y un paso esencial en la
mejora de la calidad de vida de la población. El utilizar agua contaminada desencadena
en enfermedades que constituyen una amenaza para el país entero. Según la
Organización Mundial de la Salud, la mortalidad mundial por diarrea entre la población
menor de cinco años se estimó en 1,87 millones, lo que supone aproximadamente el
19% de la mortalidad total en la niñez5 . Por su parte, la población que sí gozaba del
acceso a agua potable, contó con una buena regularidad del servicio y con más del 80%
de sus conexiones domiciliarias dentro de las viviendas. Es tarea de los entes
responsables velar por la calidad y suministro del agua potable en óptimas condiciones,
uniendo esfuerzos para evitar crisis en el abastecimiento de este servicio.
Bibliografia
• https://eacnur.org/blog/escasez-agua-en-el-mundo-
tc_alt45664n_o_pstn_o_pst/#:~:text=La%20contaminaci%C3%B3n%20del%20a
gua%20produce,escasez%20de%20alimentos%20y%20hambre.
• https://www.iagua.es/blogs/mixzaida-pena/problemas-recurso-agua
• Burek, P., Satoh, Y., Fischer, G., Kahil, M. T., Scherzer, A., Tramberend, S., Nava,
L. F., Wada, Y., Eisner, S., Flörke, M., Hanasaki, N., Magnuszewski, P., Cosgrove,
B. and Wiberg, D. (2016). Water Futures and Solution: Fast Track Initiative (Final
Report). IIASA Working Paper. Laxenburg, Austria, International Institute for
Applied Systems Analysis (IIASA).
• Aqualia: la innovación, esencial para avanzar en la gestión sostenible del agua.
• Unicef (2017). 2.100 millones de personas carecen de agua potable en el hogar y
más del doble no disponen de saneamiento seguro.
• https://es.unesco.org/themes/garantizar-suministro-agua/hidrologia/escasez-
calidad
• https://www.xataka.com/medicina-y-salud/el-gran-problema-del-agua
• https://www.inec.gob.pa/redpan/sid/docs/Documentos%20Tematicos/Atlas%20s
ocial%20de%20Panama/03%20-
%20Desigualdades%20en%20el%20acceso%20y%20uso%20del%20agua%20p
otable.pdf