MARZO 2022 I N° 8 I Bs.

30 en todo el país

2022 spectro
R

Producción Integral en Comunicación

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Lo Que Se Calló
SUMARIO EDITORIAL
Somos de la generación que crecimos escuchando historias, ciertas
algunas, delirantes otras, sobre los Marqueces. La pandilla de finales de
loquesE
´
callo
los años sesenta y principios de los setenta sin duda se convirtió en una
leyenda urbana que acompañó nuestra adolescencia y la de toda la ciudad. Editores
Abdel Padilla Vargas
Las cosas que hasta hoy se dicen de ellos van desde acusaciones sobre
Arturo Choque Montaño
terribles crímenes jamás investigados, menos aún sancionados, hasta las
elegías que los pintan como héroes rebeldes perseguidos por la dictadura Marco Basualdo Zambrana
de Banzer.
Firmas invitadas
Como toda historia con semejantes extremos, la verdad casis siempre
está escondida en algún lugar en el medio. En el caso que nos ocupa, Ronald McLean Abaroa
posiblemente algo más cerca de las denuncias, que de las apologías.
FOTOGRAFÍA
Investigar la historia de los Marqueces no ha sido una tarea sencilla. Hay
mucha ficción en los relatos y todavía mucho miedo en algunos de los Vassil Anastasov
testigos. Pero con la inesperada ayuda de las redes sociales, logramos, Arturo Choque Montaño
El asalto a la UMSA sin pretenderlo, un experimento social con inmejorables resultados.

Marqueces de hoy
Iván Niura Zurita
Un par de fotografías de los Marqueces publicadas en páginas de Archivo
de los jóvenes

Facebook destinadas a perdurar la memoria gráfica de La Paz decantaron

El hombre del

centenares de reacciones, comentarios… pero sobre todo, lo más valioso,

Diseño
testimonios.

sangriento
sombrero
El mundo

Leonardo Saavedra Peñaranda

Carnaval Lo que se Calló no se conformó con esas voces, aunque sí las tomó como
un punto de partida. Se contactó, o al menos se intentó contactar a quienes
MODELOS
tuvieran algo que contarnos sobre lo ocurrido hace 50 años.

2022
Mauricio Céspedes

11 15 26 38 50
Una de cada diez personas accedió a compartir sus recuerdos con Xavier Moyano
nosotros, menos gente aún accedió a registrar en video las entrevistas
Ronald González
y apenas unos cuantos nos autorizaron para develar su identidad. Esto
MARZO

nos da una medida del miedo que hasta hoy invoca el nombre de los
Marqueces. Gerenta
Ximena Ramos Rondán
Abdel
Padilla
Marco
Basualdo

Arturo
Choque

Arturo
Choque

Marco
Basualdo
Gran parte de nuestro trabajo se concentró en reconstruir lo que ocurrió
la noche del 14 de febrero de 1972, lunes de Carnaval, la fiesta más
esperada del calendario por los grupos juveniles de la época. Esa noche, Spectro
la historia dio un giro que no solo cambió la vida de dos familias sino de la
Producción Integral en
ciudad y de sus pandillas.
Comunicación

06 Marco Basualdo
El mundo de los 33 Ronald Maclean Abaroa
Grupos juveniles en La Paz
Esa noche fue asesinada Miriam Márquez, de apenas 16 años, en una
de las tantas irrupciones a fiestas por parte de los Marqueces, esta vez
también acompañados por los Calhambeques, sus eventuales aliados.
2022

www.loquesecallo.net
jovenes de los años 60 Murió herida por un arma cortopunzante, que atravesó su cuerpo en
al menos cinco oportunidades, según Freddy, su hermano, al intentar
loquesecallo@loquesecallo.net

22 54
Abdel Padilla y defenderlo.
Marco Basualdo
Marco Basualdo
Su muerte puso fin a un ciclo y abrió otro. El primer efecto fue un desbande
La Paz de las El fin de una era generalizado de las pandillas, algunos de cuyos miembros salieron incluso
Facebook: loquesecallo
Twitter: @loquesecallo
pandillas del país, y luego vino un periodo de “corte de melenas”, que dio paso a la
generación que minaría la dictadura y luego forjaría la democracia. Instagram: revistaloquesecallo

4 Lo Que Se Calló Marzo 2022 5

 El mundo
es de los A
partir de la medianera del siglo XX, el mundo sufriría una
serie de cambios sociales como nunca en la historia. Los
jóvenes empezaron a ser los protagonistas de su propio
destino, tras el sentimiento de frustración que habían
provocado las dos grandes guerras mundiales. Esto
jamás había sucedido; hasta ese momento, el discurso
sobre la juventud relataba ese periodo de vida de un
sujeto, en el que la sociedad dejaba de verlo como un
niño, pero tampoco le brindaba estatus, funciones y roles
de un ser maduro. Así, las juventudes se encontraban en
el limbo de las indecisiones.

Pero pese a ese status quo que duró siglos, se asomaría

una revolución sociocultural que iba a transformar
a las sociedades de Occidente. Un sentimiento
rebelde y contestatario se apoderó de aquellas nuevas
generaciones, al contemplar y soportar cómo los centros
de poder decidían sobre sus vidas, que tomó impulso a
partir de las expresiones ilustrativas de los años 50 en
los Estados Unidos, una gran fuente de segregación
racial, como así también en las grandes movilizaciones
estudiantiles europeas de los 60, cuyo surgimiento
y desarrollo dependieron de factores económicos,
sociales, políticos y culturales. De ahí en más, se instaló
en el planeta un ámbito de apertura para aquellos que
eran considerados inmaduros, improductivos, una carga
para el Estado y sus familias. Políticas como el desarrollo
del bienestar, la amenaza de una guerra nuclear, la
descolonización y las revoluciones del Tercer Mundo,
entre otros factores, supondrían el empoderamiento
de estos movimientos de protesta e inconformismo que
empezaron a hacerse escuchar. Y a los gritos.

Radicales

L
a radicalización política de los 60, anticipada por
agrupaciones pequeñas de disidentes culturales,
perteneció a esa gente joven que rechazó el título
de niño, o incluso de adolescente, a la vez que le negó
existencia completa a cualquier generación arriba
de los 30. Previamente, en la década de los 50 en los
Estados Unidos, los adolescentes, también golpeados
por siniestros militares, incursionaron en la búsqueda
de nuevas vivencias y sensaciones; es ahí cuando
aparecen aquellas expresiones artísticas que emanan
inconformismo, como el rock and roll que, además de
POR MARCO BASUALDO juvenil y radical, se encontraba camino a convertirse
en un movimiento cultural mundial. Dondequiera que
éste se manifestaba, se topaba inevitablemente con la

6 Lo Que Se Calló Marzo 2022 7

 un modelo a seguir. En el cine, películas como “Busco
mi destino” de Dennis Hopper, en la que dos jóvenes
motociclistas emprenden un viaje con la intención de
descubrir su país en ocio pleno, fue el modus vivendi
deseado y copiado por millones. La palabra “libertad”
empezó a ser la acostumbrada para desembarazarse de
todo lo pasado y establecido.
A ello se sumaron otros conocimientos influyentes como
la literatura; exponentes como Jack Kerouac, con obras
como “En el camino” (1957), incitaba a una libre elección
de vida libre de sujeciones, o Allen Ginsberg, que con
su poesía también incidía en la emancipación mental a
través de las drogas (en esa búsqueda visitó Bolivia en
1960). De igual manera con la lucha quijotesca de un
“Che” Guevara en Latinoamérica que obligaba a soñar,
o la nación Woodstock, con esos “hijos de las flores” que
bajo el lema “paz y amor” aportó a ese pensamiento bajo
los cuales, los jóvenes debían ser los procreadores de un
planeta ideal.
Pero con el paso de los años, estas ideas se fueron
tergiversando. Inicialmente presentados de forma
semimítica y romántica, libres de espíritu, ligados
por la fraternidad y la lealtad, estos nuevos libertarios
no llegaron a practicar ningún rescate de la ideología
La cultura juvenil en las
sociedades urbanas había
incursionado en un importante
internacionalismo y globalismo.
Los blue jeans y la música rock,
entre otras manifestaciones
de moda y arte, se convirtieron
en distintivos de una juventud
“moderna”
que creía que la acción espontánea, inorgánica,
antiautoritaria y libertaria, podía traer una nueva
sociedad. Entonces, tales prácticas bifurcaron su esencia
y ante la falta de respuestas, muchos de ellos derivaron
en opuestos de pensamiento fascista, con eso de la
exaltación de valores como la patria o la raza. Y así derivó
una subcultura en torno a la transgresión y una de las
industrias de moda, como la de las motocicletas, invitó
a un grupo de muchachos a desafiar al sistema. Entre
ellos, los Hells Angels (Ángeles del Infierno), veteranos

represión debido a los efectos que generaba en el orden
social, pues se trataba de muchachos exclamando su
rebeldía a lo impuesto, un NO rotundo al sistema que
se traducía como una voz de cambio, de evolución, de
liberación y de revolución.
Esto era inaudito entre generaciones pasadas. En el
mundo capitalista del siglo XX, con conductores como
Adenauer, de Gaulle, Franco y Churchill, tanto como en
el mundo comunista de Stalin y Krushchev, Mao, Ho-Chi-
Minh, Tito, además de los estados postcoloniales como
los de Gandhi, Nehru, Sukarno, un cabecilla menor de
40 años era una verdadera rareza incluso en regímenes
revolucionarios emergentes de golpes militares. De ahí
el impacto internacional del exlíder cubano Fidel Castro,
que llegó al poder a los 22 y resultó siendo un ídolo de las
masas insurrectas.
Otra novedad de esa cultura juvenil fue consecuencia de
la primera: era o se volvió dominante en las emergentes
economías de mercado, en parte porque representaba a
una masa con gran poder adquisitivo, ya que cada nueva
generación de adultos había sido socializada como parte
de una cultura juvenil autoconsciente y traía las marcas
de esa experiencia y, por otro lado, porque la velocidad
del cambio tecnológico dio a los jóvenes mayor ventaja
imaginación al poder! ¡Tomemos el cielo por asalto!”, la
revuelta también convocó a una serie de manifestaciones
iniciadas por grupos de otros jóvenes contrarios a la
sociedad de consumo, al capitalismo, al imperialismo
y al autoritarismo reinantes. Las nuevas generaciones
estaban intentando cambiar sus hábitos de vida por un
mundo mejor, lo que halló repuesta en la mayoría de los
países de Occidente. Y así también, con las industrias
culturales, que asumieron el papel de difusión de estas
nuevas ideologías.
Bajo ese prisma, la cultura juvenil en las sociedades
urbanas había incursionado en un importante
internacionalismo y globalismo. Los blue jeans y la
música rock, entre otras manifestaciones de moda y arte,
se convirtieron en distintivos de una juventud “moderna”,
de las minorías destinadas a convertirse en mayorías, en
todos los países donde eran tolerados e incluso donde
no lo eran, como la antigua U.R.S.S. Así, la cultura juvenil
se convirtió en la matriz de la revolución cultural, de una
revolución en las costumbres y atuendos, en las formas
de usar el ocio y en las artes comerciales, las cuales
crecientemente formaron la atmósfera que respiran los
hombres y mujeres urbanos de hoy.
Influencia

por sobre la edad más conservadora o al menos más
inadaptable que la de estos chicos.
El denominado “Mayo francés” de 1968, fue otro
capítulo de esta desenvoltura. Con frases vitoreadas
por estudiantes universitarios de París como “¡La
S
in embargo, esta suerte de liberación de las
ataduras de los viejos, también conllevó a la ruptura
de algunas normas de convención social que se
habían mantenido por siglos. Los canales difusores de
las industrias del arte, sobre todo, habían coadyuvado
en diseminar una ideología que sería adoptada como

8 Lo Que Se Calló Marzo 2022 9


de guerra estadounidenses amantes de los modelos
Choper y Harley Davidson, que por sus actos virulentos
empezaron a ser definidos como una organización
criminal por el Departamento de Justicia de los Estados
Unidos. Estos muchachos, quizá sin saberlo, empezaron
a contagiar esos sus códigos de vida por todo el mundo,
incluida Bolivia.
Modo local
E
l rock como expresión contracultural entre otras
tantas tendencias artísticas (aunque sin dudas
la más influyente), había estallado en el mundo y
como una bola incandescente de energía, fue ganando
terreno en la medida que cada región adoptaba el ritmo
y mostraba sus primeras producciones en tono local. La
nueva tendencia encontró eco en el país a fines de los 50
y produjo un gran bagaje de bandas, que en su momento
intentaron marcar la senda del rock boliviano como tal.
Ya en los 60, el país respiraba de las doctrinas de izquierda
que habían traído los vientos de la lejana Europa oriental
y del Caribe centroamericano. El proceso revolucionario
del MNR iniciado en 1952, que entre otras cosas se había
propuesto promover un nuevo norte cultural, empezaba
a languidecer para finalmente dar pie a una serie de
regímenes dictatoriales apoyados por el gobierno de los
Estados Unidos. El del Gral. René Barrientos Ortuño iba
a ser uno de los más sangrientos con la ejecución de la
obscura Masacre de San Juan en 1967.
La sociedad boliviana de ese entonces aún conservaba
los prejuicios de una ciudadanía mesurada, que repartía
sus ofertas de ocio y entretenimiento entre la clase de
abolengo criolla y la plebe de extracción indígena. En
ese marco, la oferta cultural estaba cubierta por el arte
contestatario de pintores como Walter Solón Romero
y Lorgio Vaca, el cine de Jorge Ruiz o el naciente “cine
junto al pueblo” de Jorge Sanjinés, las letras de Oscar
Cerruto, Yolanda Bedregal y Augusto Céspedes, y los
10 Lo Que Se Calló
Nacidos
ritmos tradicionales que empezaban
a ganar terreno en un ambiente que
miraba con menosprecio a aquellas
expresiones de corte mestizo. Los
para ser
Payas, Los Caminantes de Carlos
Palenque y “Pepe” Murillo, Los Jairas
de Ernesto Cavour, Los Chaskas, Los
Kory Huayras, el dúo Larrea-Uriarte,
el romántico Vico Vega, y el folklorista
y cantante de protesta Benjo Cruz,
muerto en la Quebrada Quevedo tras
militar en la guerrilla, fueron algunos de
los protagonistas elevados de esos años
turbulentos.
A ellos se sumaría un rosario de bandas
que irrumpió en el medio con un sonido
electrónico conocido inicialmente como
“nuevaolero”, con grupos como Bonny
Boys Hot’s, Los Pepes, Black Birds y
Four Star, entre otros, que forjarían el
camino hacia un rock más duro y experimental con el
que se cerraría la década. Entre ellos Tabú, conformada
por el que sería el germen de una de las bandas
legendarias del rock fusión boliviano: Wara. Aquel grupo
estaría formado por los célebres Omar León, Dante
Uzquiano, Carlos Daza, Jorge Comori, Pedro Sanjinés
y Jorge Cronembold. A la par también se crearían
grupos juveniles de acuerdo al barrio de pertenencia,
cuyas influencias habían surgido a través de películas
mexicanas y argentinas o las superproducciones de
Hollywood. Los Calambeques la de calle Murillo y Zona
El Rosario en La Paz, los Marqueces de Miraflores y
zona central, los Tigres de San Pedro, los Hunos de Villa
Victoria, los Haraganes de Obrajes, los del Pueblo de
Sopocachi, los Pepes de Villa Fátima, fueron algunas de
aquellas formadas por motociclistas que promediaban
los 20 años de edad.
Ya en los 70, Bolivia iniciaba un periodo de procesos
dictatoriales encabezado por el del Gral. Hugo Banzer
Suárez, que a nombre de la Doctrina de Seguridad
Nacional y obedeciendo al Plan Cóndor que se ejecutaba
en el resto de países de la región, se atribuía el control
de todos y cada uno de los ciudadanos en búsqueda de
militantes o simpatizantes de ideología comunista. El
resultado de aquella persecución fue de 104 bolivianos
desaparecidos dentro y fuera del territorio nacional.
“Era una época difícil, de dictaduras y totalitarismo y
éramos considerados como unos ‘rayados’ (…) éramos
una generación desprejuiciada que de algún modo
también fue perseguida por pensar distinto. Estábamos
comprometidos políticamente con lo que pasaba en
Bolivia y el mundo”. La frase es del videasta y realizador
Diego Torres, que resume el pensar de aquella
concepción “setentera”.
Fue así que, bajo esas limitaciones, los jóvenes con
actitudes “inmorales” eran perseguidos y atosigados
por los uniformados. Como otros cientos de motoqueros POR MARCO BASUALDO
mandados a ser protagonistas de esos tiempos de
rebeldía. Marzo 2022 11
 T
odo empezó con la compra de una motocicleta. Los
hermanos Márquez, Javier y Freddy, habían sido
enormemente influenciados por la película Busco
mi destino (1969), filme independiente dirigido por
Dennis Hopper e interpretado por él mismo junto a
Peter Fonda y Jack Nicholson, el cual es considerado
un hito de la contracultura estadounidense. Y le
rogaron a su madre cumplirles el sueño. Así, los dos
adolescentes comenzaron a imitar aquella forma de
vida desafiante y provocadora, hasta llegar a formar
un gran grupo bautizado como Marqueces, por el
apellido de sus líderes, que recorrería las arterias
paceñas montados a esas máquinas huidizas y el pelo
libre. Había nacido una nueva expresión alborotadora.
Apasionados con ese revolucionario estilo, llegaron
a juntarse con Miriam, la menor de los hermanos,
alrededor de 18 muchachos del barrio de Miraflores
y zona central de la ciudad que, enfundados en cuero
negro, botas, jeans y gafas oscuras, hacían pose de
rebeldes en diversos circuitos sociales, como fiestas
juveniles y conciertos de rock que marcaron aquella
época. A esa “Plana mayor” se les sumaron decenas
de chicos y chicas. Freddy, el mayor de los hermanos
cree que llegaron a ser 1.500, pero algunos de los
Marqueces dicen que la cifra en realidad era mucho,
muchísimo menor.
Y Marqueces sería la punta de lanza para que tropas
de jóvenes inconformes se lanzaran por los caminos
de la transgresión, entre ellos los Calhambeques, los
Hunos, los Pepes, los Haraganes, los del Pueblo, los
Tigres, los Atila, los 508… que representaban a diversas
zonas. Entonces La Paz fue testigo de la irrupción
de grupos violentos y agitadores, cuyo sentido de
pertenencia empezó a generar feroces rivalidades.
“Estos muchachos pasaban por un ritual de iniciación
para integrarse a un grupo, que podía ser desde
tatuarse o enfrentarse a puñetes para finalmente ser
aceptado”, explica un miembro cercano a la familia
Márquez, quien pidió el anonimato.
Estos grupos pasaron a ser denominados “pandillas”
por los ciudadanos conservadores, y la forma de
12 Lo Que Se Calló
solucionar sus diferencias, que principalmente
surgían por cuestiones de “territorio”, era a través
de fogosos encuentros que se generaban en reyertas
pactadas y otras no tanto, como cuando coincidían en
masivos conciertos de rock, que en la bisagra de los
años 60 y 70 se realizaban en espacios al aire libre.
Estos escenarios, inesperadamente, habían estado
destinados a hacer de canchón para esos que
guardaban recelo a las normas establecidas. El ex
corredor de automovilismo y cantante del grupo
Bonny Boys Hot’s, Armando Paravicini, conserva sus
percepciones sobre esta gran explosión que degeneró
la movida rockera, en un principio denominada
cándidamente la “Nueva ola”. “Cuando el rock llegó
a Bolivia, se organizaban fiestas en casas familiares y
no existía el consumo de alcohol. Pero luego llegaron
varias influencias, como el rock más pesado, los
hippies de Woodstock, que motivaron al consumo de
drogas y la aparición de los motoqueros, que ya eran
mucho más violentos”.
De esa manera se generó un prontuario de bandas, que
empezaron a ser temidas a la vez de enfocadas en la
mira de autoridades del orden. Incluso algunas, como
en su caso los Marqueces, empezaron a ser definidas
como grupo de fascistas; de hecho, era común el
rumor entre cercanos que Freddy coleccionaba
lecturas nazis, y que de una de las paredes de su casa
miraflorina de la calle Luis F. Jemio cuelga, hasta hoy,
un cuadro de Adolfo Hitler, lo cual les suscitaría el
mote de racistas. “Ellos tenían el aspecto de los Hells
Angels de los Estados Unidos, que tenían fama de
segregacionistas y tremendamente agresivos”, relata
la fuente en reserva.
La voz del vecino
Ó
scar Zambrana Boyán vivió en frente de la casa
de la familia Marquéz hasta que su vivienda fue
reemplazada por un edificio hace 20 años. “Las
casitas por aquí eran de una planta y tenían enormes
patios y hasta se criaban animales. Ellos ya vivían ahí
desde hace mucho tiempo, (…) su mamá era una gran
persona, muy estricta y educada, tenía un negocio de
flete de vajillas que era muy concurrido. No llegue a
conocer a su papá; la casa muy era grande, también
vivían ahí su tío, al que le decíamos “Tarzán”, su primo
Gastón que era fondista y llegó a correr en Nueva York,
y varias de sus primas. Se reunían ahí en la tienda
de su mami; recuerdo algunas ‘chapas’ (apodos)
como el Pachuco, el Gato, el Cura, el Rulos Medina…
eran de la zona”, explica Zambrana, quien también
expresa su admiración por ese grupo en sus años de
pubertad. “Tenía el sueño de entrar a los Marqueces,
con el tiempo se formaron varios grupos alrededor, el
último fue el de los Águilas. Sabía que los bautizaban
pegándoles en poto pelado con cinturones”.
Este vecino miraflorino, también menciona que los
padres de otras familias del vecindario, miraban a
los Marqueces como a chicos malos. “A mí, no me
dejaban ni que los mire, les tenían miedo todos los
vecinos”, dice. Y aquella afirmación es corroborada
por otros tantos testigos de la época. Hugo Reyna
trabaja en televisión desde hace 25 años desde
la producción, en principio, hasta aparecer en
pantalla en programas de música popular como Los
Principales y Los Protagonistas. Siempre del lado
del espectáculo, fue testigo de estas movilizaciones
de jóvenes insurrectos a los que también admiraba.
“Cuando ellos se acercaban con sus motos, no había
ni que mirarlos, si pasaban cerca había que mirar a la
pared”, recuerda aún deslumbrado.
“Los Marqueces eran como todos los grupos, aunque
más jailones (de clase alta). Ellos tenían lindas
motos, median de 1,75 para arriba; había uno, el
“Ringo”, que medía creo 1.90, era de melena rubia
(…). No eran delincuentes como algunos piensan,
tal vez había algunos que se drogaban y otros que
tomaban, sí. Pero delincuentes no; hoy la mayoría
son empresarios porque eran hijitos de papá; tenían
plata así que no tenían por qué robar y por eso tenían
esas motos (…). Incluso se decía que sus papás eran
policías o militares, ya que cuando caían a la Policía
se los dejaba libres a las pocas horas. Pero eso sí,
eran muy agresivos”, apunta el productor.
Marzo 2022 13
 “Los Marqueces
eran como todos los
grupos, aunque más
jailones. Ellos tenían
lindas motos, median
de 1,75 para arriba;
había uno, el “Ringo”,
que medía creo 1.90,
era de melena rubia.
No eran delincuentes
como algunos piensan,
tal vez había algunos
que se drogaban y
otros que tomaban,
sí. Pero delincuentes
no; hoy la mayoría son
empresarios porque
eran hijitos de papá.
Este perfil fue se relativiza una y otra vez por
sus acciones a “cadenazo limpio”, relatadas por
innumerables víctimas de su violencia, o en su rol de
matones a sueldo, como cuando el grupo, durante
el gobierno de facto de Alfredo Ovando, tomó la
Universidad Mayor de San Andrés (UMSA) en julio
de 1970, desalojándola de lo que ellos llamaban “los
subversivos comunistas”, al considerar a esta casa
de estudios como la cantera de jóvenes idealistas
potencialmente guerrilleros.
Al momento del ataque los Marqueces eran
adolescentes que ni siquiera habían dejado el
colegio, pero eso no impidió que, meses más tarde
y caído el régimen de gobierno que los contrató,
fueran casi linchados por una turba y encarcelados
por varios meses.
La liberación se produjo apenas dos días antes de
la trágica jornada carnavalera del 72 durante el
gobierno de Banzer, cuando en un enfrentamiento
con los Tigres de San Pedro, la hermana menor de la
familia Márquez, Miriam, fue brutalmente asesinada
a cuchillazos (ver nota Carnaval sangriento). Un
acontecimiento que marcó a la sociedad de aquel
entonces. Lo afirma el productor Reyna. “Afectó
bastante, todos los padres ya empezaron a cuidar
más a sus hijos y hasta nos hacían recortar el cabello.
Cerca de la plaza Murillo, se instalaron militares y un
puesto de peluquero, y al que lo veían con melena lo
hacían corretear, melenudo que veían por ahí decían
14 Lo Que Se Calló
EL HOMBRE DEL
que era pandillero. Es que como hubo ese problema,
nadie quería saber de los hippies y por un buen tiempo
desaparecieron los grupos. Algunos Calhambeques
se fueron a los Estados Unidos”.
A los pocos meses de aquella desgracia que terminó
disgregando a muchas de las pandillas, Freddy fue
nuevamente enviado a la cárcel. Tras casi tres años
de encierro, el barbado y robusto pandillero obtuvo
su libertad y trató de reencaminar su vida. La mala
noticia de la muerte de su hermano Javier en 1978,
a causa de su leucemia y con tan sólo 33 años, lo
sumió en una profunda depresión que lo obligó a
apartarse de aquella vida de constantes sobresaltos.
“Cuando murió su hermano, Freddy cambió mucho,
era más bueno con la gente. Luego, a la muerte de
su madre, él se hizo cargo de la tienda de fletes de
vajilla”, dice Zambrana.
Una vez superada aquella etapa, entre los 80 y 90
Freddy estudió Derecho, se recibió de abogado
y empezó con una larga serie de proyectos en
beneficio de los adolescentes expuestos a los
infortunios callejeros. Formó una familia, su vida
se hizo más estable. Hasta hoy se esfuerza por
limpiar su imagen, rebautizó a su grupo como una
organización con fines cívicos y sociales en 1992.
Todavía se lo ve por su barrio cabalgando su moto
de caños largos y adornos militares. En las calles
paceñas, aún resuenan las historias y los rugidos
de sus motores. POR ARTURO CHOQUE
Marzo 2022 15
 C
ontesta el teléfono en un tono cordial que
inmediatamente se transforma en desconfiado
cuando le digo que quiero hablar de su pasado en los
Marqueces. No disimula su enojo por “las huevadas”
que se han estado diciendo a lo largo de este medio
siglo. Acuerda tener un encuentro, pero aclara que
no es ninguna entrevista. “Primero nos veremos las
caras”, dice con un dejo que podría esconder una
amenaza.
Luego, a manera de facilitar el encuentro, hace una
“Se han dicho
prosopografía de sí mismo y en mi cabeza comienza
a pintarse la imagen de Pedro Navaja: “Soy alto,
voy a estar con un sombrero de ala ancha, lentes
oscuros y una gabardina larga”. Tomo la nota mental
muchas tonterías
Un ex policía de inteligencia, que tenía asignado el
seguimiento a los Marqueces lo confirma: El hombre
del sombrero era distinto al resto del grupo. Vestía
como un “chico bien” y su rol en el grupo era la de un
relacionador público que representaba los intereses
del grupo hacia fuera. Sin embargo aclara que,
más allá de las apariencias, “era agresivo y de un
carácter explosivo”.
Cuando le pregunto sobre la violencia que se le
atribuye a los Marqueces, intenta un malabar
retórico: “alguna vez nos hemos agarrado a puñetes,
como cualquier chico de nuestra edad, pero eran
peleas limpias, a puños, uno a uno y si uno caía al
piso, o decía ‘basta’, llegaba hasta ahí y después
terminábamos incluso como amigos, había mucha
caballerosidad”.
Hay innumerables relatos de víctimas que hoy
desmienten la supuesta nobleza con la que peleaban
los Marqueces, dicen que lo hacían siempre en
grupo y casi siempre con cadenas. Hoy no es posible
individualizar a mi interlocutor en esta conducta y tal
vez, haciéndole una concesión, es difícil imaginarlo
blandiendo una cadena con la imagen de “niño bien”
que proyectaba.
El romance prohibido
E
l hombre del sombrero me dice que su paso
por los Marqueces fue fugaz y que concluyó a
consecuencia de un romance, también efímero,
con Miriam Márquez, la hermana menor de los
y también porque ellos alentaban la relación de
Miriam con Edo Montenegro, otro de los miembros
de la plana mayor, que también estaba enamorado
de ella”.
El hombre del sombrero me habla de sus paseos
románticos con Miriam Márquez por el Parque de
los Monos, largas caminatas tomados de la mano
y uno que otro beso. “Nunca hubo nada más, te lo
juro”, me dice con nostalgia. Hacia el final de la
relación, me revela que ella burlaba la vigilancia
de su hermano para encontrarse con él con el
pretexto de salir a comprar pan o hacer cualquier
otro mandado.
La tensión se puso insoportable, según cuenta.
Entonces tuvo que tomar la decisión de dejar a los
Marqueces y dar por terminada su relación con
Miriam. Así cerró un capítulo en su vida.
“Le tenía mucho cariño. Me dolió mucho cuando me
enteré que la mataron. Esa noche yo estaba apenas
a unas cuadras, en el Hotel Torino, celebrando el
Carnaval con mi novia y unos amigos que nos habían
invitado. A eso de las 22.30, entraron varios agentes
de la Policía. Preguntaron por mí y si había estado
en la fiesta donde habían asesinado a Miriam. Mis
acompañantes, los mozos y hasta los dueños del
local les dijeron que yo no me había movido de ese
sitio desde las cinco de la tarde. Me dejaron en paz,
pero con el corazón roto”.

de vigilar que no apriete un puño dentro el bolsillo

de su abrigo.
de los Marqueces, líderes de la pandilla. El hombre toma su sombrero, se lo calza sobre el
cráneo que otrora luciera una melena rubia, cubre

Es alto, más de lo que esperaba. Lleva una barba

algunas “Ella era una chica muy linda, pero sus hermanos
y su madre la controlaban mucho. Nos veíamos
sus ojos claros con los lentes de sol y se despide: “La
memoria de la gente cambia cuando pasa el tiempo,
blanca y debajo de ésta una pañoleta bien calzada.
La cita se produce en un café céntrico. No sé por
alimentadas por el casi en secreto, era un amor muy inocente.
Lamentablemente sus hermanos, principalmente
hay gente que inventa cosas con tal de hacer daño,
yo quisiera que alguien me acuse, que me diga ‘a mí
qué imagino que pedirá un café negro y encenderá
un cigarrillo. Pide en cambio un jugo de frutilla
propio Freddy. Se ha Javier, no aprobaban nuestra relación. Primero
porque yo tenía fama de conquistador y mujeriego,
me has hecho daño’ si encuentras a una persona que
me compruebe, te regalo mi auto”.
“con bombilla” y comienza a hurgar en los rincones
de su memoria.
dicho que éramos
“Se han dicho muchas tonterías de los Marqueces,
miles, que éramos
algunas alimentadas por el propio Freddy. Se ha
dicho que éramos miles, que éramos violentos…
violentos… nada
nada de eso es cierto. Los Marqueces no éramos más
de 15, o 20 y éramos jóvenes como cualquiera. Se
de eso es cierto.
ha dicho que había decenas de motos Harley y eran
unas cuantas, el Javier (Márquez) tenía una Jawa
Los Marqueces no
California (motocicleta de fabricación checoslovaca)
de 350cc”.
éramos más de 15, o
Estoy a punto de creerle. He bajado la guardia.
20 y éramos jóvenes
Su trato cordial y sus formas de abuelo casi me
convencen. Me cuenta que él nunca vistió chamarras
como cualquiera”.
de cuero o chalecos de jean. Su estilo, relata, era
más formal: chompas elegantes, camisas, pañuelos
atados al cuello, pantalones de casimir ajustados,
botas tejanas y una bien cuidada melena rubia.

16 Lo Que Se Calló Marzo 2022 17

Ni cadenas, ni armas, ni drogas

E
l hombre del sombrero se esfuerza

NINGUNOS
demasiado en nombrar potenciales
garantes de la buena conducta de los
Marqueces. Nombra bares, restaurantes y
hasta puestos de comida callejera donde
acostumbraban reunirse. “Pregunta en
cualquiera de estos lugares si es que alguna
vez hemos tenido un problema, algún
escándalo. Nada, nos tomábamos nuestros
tragos tranquilos, sin molestar a nadie”, dice
vehemente.

Está claro que son más los testimonios

de aquellos que hoy recuerdan que a los
Marqueces ni siquiera podías mirarles en la
calle sin correr el riesgo de sufrir una agresión
a cadenazos. Amén de los escándalos que
armaban en fiestas a las que no eran invitados,
pero en las que irrumpían con violencia, de
acuerdo a varios testimonios.

Cuando le pregunto sobre las denuncias sobre

el uso de armas de fuego, también lo niega.
“Lo que pasa es que el Javier tenía un viejo
fusil máuser, que no servía. Le hizo recortar
la culata y le soldaron dos cacerinas largas
y algunos fierros más en el cañón. Entonces,
cuando la veías de lejos, claro, parecía una
ametralladora, pero no disparaba ni chispas”,
asegura.

Tal vez no cargaban ametralladoras, pero hay

al menos dos eventos documentados donde
se conoce el uso de armas por parte de los
Marqueces. El primero es durante la toma que
hicieron del Monoblock de la UMSA en julio
de 1970, auspiciados por la extrema derecha,
de quién dijeron haber recibido rifles de salón
calibre 22 para el asalto.

El segundo se registró dos meses y medio

después, cuando los vaivenes de la política
boliviana depusieron al gobierno de Ovando
Candia y encumbraron a Juan José Torres,
un militar de izquierda. Una turba enfurecida
atacó la casa de los Marqueces para hacerles
pagar por la toma de la universidad y, según
el propio testimonio de Freddy Márquez, ellos
se defendieron con disparos de revólveres
calibre 22.

Finalmente están las acusaciones de consumo

de estupefacientes. No parece haber prueba
de que los Marqueces consumieran drogas,
al menos no de manera sistemática. El propio
hombre del sombrero me comenta que tal vez
uno de los miembros del grupo, un intelectual
que contrastaba con el resto “fumaba un
porrito de vez en cuando”.

18 Lo Que Se Calló Marzo 2022 19

 “Hasta que de repente comenzó a haber problema con los
marqueces. Ellos comenzaron a practicar asaltos. Agre-
dían a la gente en la calle. El atrio de la UMSA se había
convertido en su coto de caza, iban a buscar mochilas, za-
patos… y amenazaban a la gente que no quería entregárse-
los” cuenta el radialista Guido Velasco.
En muchas ocasiones, la simple amenaza era suficiente
para que la víctima entregue sus bienes a los pandilleros.
Dos Marqueces se acercaban a una persona identificada
previamente, y le decían algo como… “lindos zapatos, me
los voy a llevar” mientras sacaban una navaja del bolsillo
para limpiarse las uñas mientras mantenían contacto vi-
sual con el infortunado transeúnte. Luego se fueron ha-
ciendo más violentos.
“Les teníamos un miedo terrible, porque sólo de mirarlos,
bajaban de las motos y te increpaban ‘¿qué me miras?”,
por eso los jóvenes teníamos miedo hasta de mirarles por-
que eso era suficiente para que te caigan a golpes y ahí ha-
cían valer que estaban en grupo. Rara vez atacaban cuando
andaban solos”, relata Gustavo Azero, cuya familia sufrió
la violencia sistemática de los Marqueces. Su testimonio
concuerda con el de Guido Velasco. “Cuando había gente
que los enfrentaba, ellos escapaban, les gustaba atacar en
grupo, pero cuando estaban solos ya no eran tan valientes”,
Tenían la costumbre de irrumpir en los festejos sin pagar
entrada ni ser invitados y una vez dentro, molestaban a las
chicas y provocaban a los chicos. Lo usual era que su pre-
sencia acabe con la celebración, porque nadie quería en-
frentárseles. Pero la actitud belicosa de los Marqueces fue
colmando la paciencia de la gente. Ese fue el instante en
que comenzaron a aparecer otras pandillas violentas en La
Paz con el fin de plantarles cara a los abusivos.
Otra de sus “travesuras” era hacer seguimiento a los
jóvenes que iban de compras al “mercado negro” en la
calle Graneros y sus alrededores. Si identificaban a al-
guien que compraba ropa nueva que fuera de su agrado,
lo esperaban en alguno de los extremos del centro de
abasto, para apropiarse de las prendas mediante ame-
nazas o violencia.
Hicieron varios de estos robos con éxito, pero las quejas
de que las vendedoras eran cómplices de los asaltan-
tes, fue la gota que colmó el vaso. Un día, cuenta Guido
Velasco, un día escuchó un escándalo cerca de la calle
Tumusla, donde funcionaba Radio Splendid. Era un gru-
po de Marqueces en desbande y, detrás de ellos, una
turba de “caseras” enojadas y a punto de hacer justicia
por mano propia con los delincuentes. Éstos huyeron
como pudieron profiriendo amenazas de regresar con

d
posibilidad de corroborarlas o al menos verificar la iden-
tidad de la fuente. Varias personas accedieron, sin embar-
go, a que se registre sus testimonios, algunas a condición
de mantener su identidad en reserva. Es ese material que
presentamos en esta nota.
recuerda.
Invasores de fiestas
Varios de los entrevistados recuerdan que las fiestas de
entonces eran inocentes, sin alcohol, menos aún drogas.
Lo usual eran refrescos y empanadas y las fiestas por lo
general terminaban antes del ocaso, sin mayores inconve-
nientes, pleitos o peleas. Eso también terminó cuando lle-
garon los Marqueces.
todo el grupo. La gente comenzó a perderle el miedo a
los pandilleros.
También se cansaron las autoridades, entre quienes los
Marqueces tenían parientes, amigos y aliados políticos.
La presión social hizo que luego de la muerte de Mi-
riam, los marqueces fueran encarcelados en San Pedro
por varios meses. Así fue languideciendo el grupo y su
mala fama.

En un documental autobiográfico lanzado hace un par de

años, los Marqueces se presentan como un “club depor-
tivo y cultural” y el imaginario social paceño parece haber
digerido muy bien esa idea. Los Marqueces han recibido
premios cívicos y desde hace años participan en desfiles
patrióticos, delante del Palacio de Gobierno, ante el aplau-
so de las multitudes y de las autoridades; son invitados a la
inauguración de obras, los medios de comunicación convo-
can a su líder, Freddy Márquez, y le dan recibimiento de es-
trella de rock en las franjas más cotizadas de la televisión.

Pero el blanqueamiento de la imagen de Los Marqueces y

Dicen que no se podía mirarles a los ojos en las calles y
que a veces ni siquiera esa provocación era necesaria. Un
joven caminando por la calle tranquilamente, el rugido de
una moto en las espaldas, la cadena zumbando en el aire…
y el transeúnte caía de bruces sobre la acera. Era un hobbie
de los Marqueces, que luego se transformó en una forma
de hacer dinero, cuando el infortunado caía al piso, era la
oportunidad para asaltarlo.
Los testimonios sobre las fechorías de Los Marqueces son
muchas, pero dejaron tan profunda huella en las víctimas,
que muchas hoy, más de medio siglo después, todavía te-
men por su seguridad y prefieren no hacer públicas sus de-
nuncias más allá de un post en las redes sociales.
Lo que se Calló no publica esas denuncias al no tener la
sus integrantes no ha funcionado del todo por el empeño
de quienes fueron víctimas de su violencia y que hoy re-
cuerdan la faz más cruel de esta pandilla.
Los entrevistados cuentan que hacia finales de los años 60
en La Paz, comenzaron a formarse algunos grupos juve-
niles, principalmente con la intención de organizar fiestas,
particularmente en Carnavales, es decir, más que pandi-
llas, eran comparsas. Pero que más allá de pequeñas gres-
cas y hasta ocasionales “rastrillajes” en los que algunos
grupos sonsacaban las monedas del recreo a los escola-
res, no había violencia sistemática.
“Era una juventud sana, sin drogas ni alcohol, éramos chi-
cos de bicicleta, paseos, juegos de carnaval con agua”, re-
cuerda Gustavo Azero

20 Lo Que Se Calló Marzo 2022 21

LA PAZ DE LAS
D
PANDILLAS
Clubes y grupos juveniles en las dEcadas del 60 y el 70
urante la década del 60 y hasta mediados del 70, La
Paz vivió un fenómeno sin precedentes y que tampoco
se volvió a repetir: la territorialización de sus barrios
a partir de grupos, clubes y pandillas juveniles, que
no solo sentaron una presencia zonal, sino también
identitaria, con correspondencias socioeconómicas,
culturales y hasta sindicales.
Un fenómeno que tiene influencias externas, como la
cultura hippie, la música rock y desde luego el mundo
del cine, con la película West Side History (Amor sin
barreras), una obra que marcó un parámetro de
imitación en esta parte del planeta; como también
hubo fuerzas internas con características propias,
como el proceso migratorio del campo a la ciudad.
A fines de los 60 y hasta mediados de los 70 —dice
el ensayista Guillermo Mariaca— se organizaron
distintas pandillas, cuya extracción social marcaría
la transición política —de las dictaduras a la
democracia— y de las identidades: la conversión
de la burguesía en clases medias y la consolidación
del mundo cholo (hijos de migrantes rurales que
eran bilingües y biculturales). Mientras los primeros
se identificaron con aquello que entonces era la
derecha política, los segundos conformaron distintas
corrientes que finalmente convergieron en la
construcción democrática.
Gran parte de este grupo de inmigrantes se
asentaron en la ladera oeste, donde establecieron
algunos grupos juveniles con similitudes culturales y
sociales, como San Pedro, Tembladerani, Gran Poder,
Alto Sopocachi, Buenos Aires, Garita de Lima y Villa
Victoria.
Este bloque contrastaba con el que estaba en el otro
lado del Choqueyapu, de origen más clasemediero,
aunque con las mismas influencias. De lejos, la
pandilla más representativa fue la de los Marqueces,
fundada por los hermanos Márquez, y cuyo territorio
era Miraflores, en especial la avenida Busch.
Los integrantes de este grupo, que en muchos
aspectos imitaban a los temidos Hell Angels
22 Lo Que Se Calló
estadounidenses, por ejemplo en la vestimenta y
el uso de motocicletas, unas Jawas 350 de caño
adaptado, fueron un referente de esa época, no solo
porque eran numerosos, sino también cada vez más
violentos.
A golpe limpio, con cachiporras o cadenas, los duelos
y peleas, en especial en las fiestas juveniles, eran
tema de cada día en las calles paceñas de finales de
la década del 60 y principios del 70.
Un vecino de Sopocachi y conocido radialista de
entonces, que prefiere no identificarse, recuerda:
“Hubo un tiempo en que los Marqueces irrumpían
en las fiestas y armaban bronca. Esto comenzó a
incomodar a otros grupos, que se organizaron para
enfrentarlos”.
El mapa de los grupos juveniles y pandillas de
esa época se completa con los Jets y Sharks, en
Sopocachi; los Saint George, de la calle Cordero,
en San Jorge; y los Haraganes y Road Runners, de
Obrajes, en la zona Sur. Todos ellos de clase media
y media alta.
Desde luego que en la lista también están los
Calhambeques, igual de conocidos y temidos que
los Marqueces, que nacieron en la hoy céntrica calle
Murillo. Y los Locos, en Tembladerani, cuya base eran
los cobradores del colectivo de la línea 2, junto con
algunos choferes jóvenes.
Finalmente, entre las rarezas, el radialista y vecino
de Sopocachi, recuerda que el grupo Mefistófeles,
tenía un solo integrante: Mefisto, un joven alto y
fuerte, cuyo padre tenía un bar llamado Averno. Su
territorio era la plaza San Pedro.
La característica de estos grupos —sigue Mariaca—
fue la vida cultural: las pandillas de Miraflores,
Sopocachi y Obrajes eran francamente rockeras;
las otras, además del rock, escuchaban nueva
trova, música latinoamericana en castellano y,
notablemente, música floklórica. Los primeros
bailaban en las discotecas, los segundos asistían a la
Peña Naira; los primeros consumían drogas blandas,
los segundos pisco y chicha; los primeros iban a la
Universidad con naturalidad, los segundos salían
bachilleres. La frontera derrumbada por el 52 que
había dado lugar a dos mundos que coexistían pero no
convivían, dejó de ser una frontera para convertirse
en el territorio de la diversidad. Precisamente
aquella diversidad que esa enorme cantidad de
pandillas, una vez desaparecidas, hizo posible la
convivencia de las diferencias que caracterizan a La
Paz contemporánea.
Esta es apenas una pincelada de lo que fue La Paz,
sus barrios, sus grupos juveniles y pandillas, en
especial a fines de la década del 60 y comienzos del
70, una realidad que algunas la recuerdan con recelo
y otras la añoran.
Marzo 2022 23

GRUPOS Y
PANDILLAS PACEÑAS
DE LOS 60 Y 70
Tembladerani
Locos: Grupo
conformado por los
cobradores de colectivo
de la línea 2, junto
con algunos choferes
jóvenes.
Sopocachi y Alto
Sopocachi
Los del Pueblo: de clase media
emergente, cuyos integrantes
más famosos fueron Hernán y
José Luis Paredes, el primero
exministro de Desarrollo
Municipal del gobierno de Goni y
el segundo exalcalde de El Alto.
Jets y Sharks: ambos émulos
de la película romántica West
Side Story (1961), según recuerda
el exalcade Ronald McLean. Los
primeros provenían de familias
conservadoras paceñas y los
segundos reunían a jóvenes, en su
mayoría, procedentes de familias
orientales tradicionales de Santa
Cruz y Beni.
Road Runners: Agrupaban a
jóvenes de Obrajes y Sopocachi
bajo, algunos procedentes de
Cochabamba. Se los identificaba
por poseer o manejar los
vehículos familiares, de ahí el
nombre.
24 Lo Que Se Calló
Pérez Velasco
San Pedro y Centro
Cao: Grupo reconocido por estar Calhambeques:
presente en fiestas y conciertos. Uno de los grupos
Cherokes: Tenían actitudes pacifistas más reconocidos y Miraflores
como los hippies de la época. numerosos de la ciudad. Marqueces: El
Chicos malos: No muy numerosos,
aunque con actitudes provocadoras
Fue fundado en la calle
Murillo por Carlos y
grupo más conocido y
violento de la ciudad,
en fiestas.
Dulces del centro: Agrupación
Richard Trigo, Hernán
Argote y Napoleón Díaz,
y probablemente del
país. Fundado por los
que asistía a fiestas y conciertos sin entre otros. hermanos Márquez.
comportamientos violentos. Miserables: Formado 508: El nombre proviene
Grifos: Grupo no muy numeroso por jóvenes que vivían de la cantidad exacta de
considerado más que todos cerca de la plaza Pérez integrantes que lograron
seguidores de fiestas. Velasco, fanáticos de las sumar.
Mefistófeles: Se dice que tenía fiestas y fogatas. Bulldogs: Se formaron
un solo integrante: Mefisto, un joven a la sombra de otros
alto y fuerte, “dueño” de la plaza San grupos del barrio y
Pedro. solían frecuentar fiestas
Piscis: Agrupación formada por de colegios y conciertos
jóvenes de ambos sexos, conocidos de rock.
por asistir a celebraciones zonales.
Splendid: Grupo tradicional del
barrio, vinculado también con Parque Rioshino
actividades deportivas. y Av. Armentia
Tigres: Eran reconocidos por ser un Almas negras:
grupo muy numeroso, con jóvenes de Reconocidos por su
clase media y actitudes violentas. Fue ropa oscura y de cuero,
uno de los grupos más conocidos del y siempre con cabello
barrio. largo. Frecuentaban las
fiestas y conciertos que
se realizaban en la zona
Norte de La Paz.
Perversos:
Conformado por chicos
y chicas, que llegaron a
ser cerca de 80, fiesteros
pero agresivos. Se dice
que fueron los primeros
en portar cadenas.
Garita de Lima
Puños de oro:
Conformado por
muchachos de
san jorge Obrajes
extracción humilde, que Saint George:
frecuentaban fiestas de Haraganes: uno
provenientes de la de los grupos más
colegios. calle Cordero, cuyos representativos de la, en
miembros tenían fama ese entonces, creciente
de camorreros. zona Sur de la ciudad.
Marzo 2022 25
 El asalto
a la UMSA POR ARTURO CHOQUE
M
Mayo de 1970 La Paz, Alto Miraflores. Es de noche y un
jeep se detiene con sigilo en una oscura calle, a una
cuadra de la Plaza Villarroel. Del vehículo descienden
dos dirigentes de la Liga Anticomunista de Bolivia,
una organización de ultraderecha vinculada a la
Falange Socialista Boliviana y a la dictadura de turno.
Alfredo Candia Guzmán y Waldo Cerruto Calderón
de la Barca están en la puerta de “El Castillo de los
Marqueces” para organizar la violenta toma de la
Universidad Mayor de San Andrés con el propósito de
“expulsar al comunismo” que se había “enquistado”
meses atrás en la casa de estudios superiores en un
radical giro hacia la izquierda.
26 Lo Que Se Calló
El Mayo Francés del 68 incendió la rebeldía juvenil en
el planeta. Apenas un mes después de que millares
de estudiantes parisinos tomaran las calles bajo
la consigna de “la imaginación al poder”, la chispa
había brincado el océano atlántico y aterrizó en Rio de
Janeiro con la Passeata dos cem mil, la manifestación
más multitudinaria en la historia de Brasil.
El dos de octubre de ese mismo año las baldosas de
la Plaza de las Tres Culturas en Tlatelolco, Ciudad
de México, se tiñeron con la sangre de al menos 300
estudiantes y en Mayo de 1969, un año después de las
protestas de Francia, la rebeldía se volvió proletaria
en el Cordobazo argentino.
El historiador Fernando Cajías apunta que Bolivia
tuvo su Mayo del 68, recién en 1970. La Universidad
Mayor de San Andrés, que hasta entonces estuvo
bajo la influencia de la Falange Socialista Boliviana,
partido conservador de extrema derecha, dio un
brusco giro de 180 grados en marzo de 1970.
“En 1970 se produjo la Revolución Universitaria,
con el triunfo total de la izquierda radical. Para este
cambio tan profundo influyeron los sucesos políticos
mundiales, latinoamericanos y, obviamente, los
acontecimientos políticos bolivianos”, apunta Cajías Los Marqueces coordinaron el ataque a la UMSA con los miembros de la Liga Anticomunista de Bolivia
en un ensayo. y de la Falange Socialista Boliviana. (FOTO: LUCIO FLORES)
Marzo 2022 27

El día de la toma, junto a los Marqueces se vio al Ministro de
Gobierno, Juan Ayoroa Ayoroa, primero a la izquierda (FOTO
LUCIO FLORES).
Se refiere, en el contexto internacional, a las protestas
desatadas desde Mayo del 68 en todo el orbe y, en
el plano nacional, a la infructuosa pero simbólica
irrupción del Che Guevara en el sudeste boliviano.
“El 25 de marzo de 1970, el estamento estudiantil
de la Facultad de Derecho de la UMSA, cansado del
‘bajo nivel académico’, la ‘corrupción’ y la ‘cínica’
lucha entre ‘camarillas docentes’, prendió la mecha
de la ‘Revolución Universitaria’”, apunta el periodista
Miguel Ángel Pinto.
Las cosas llegaron al extremo de que la asamblea
estudiantil censuró a casi toda la planta docente de
la facultad, incluyendo al Rector Carlos Terrazas, que
fue despojado de su autoridad.
Fueron semanas en que el fervor revolucionario
recorría la UMSA. Conciertos de música de protesta
y arengas contra el gobierno marcaban los días entre
imágenes surreales de anarquía pura. “Todos los días
había manifestación de la universidad, se saqueaban
tiendas, te golpeaban en la calle. Había un ambiente
de confrontación”, recuerda hoy el radialista Guido
Velasco.
Pero, tras las rocambolescas demostraciones de
rebeldía de los circunstanciales revolucionarios, que
servían más como una cortina de humo, el Ejército de
Liberación Nacional (ELN), los herederos de la lucha
guevarista, gestaba por esos días, su incursión en la
lucha armada, se preparaban para partir a Teoponte.
El acuerdo
28 Lo Que Se Calló
L
camarógrafo de Adolf os hechos se decantaron muy rápido. Una
Hitler, Hans Ertl: segunda visita de los líderes de la Liga
Mónica, “La Imilla”, Anticomunista de Bolivia cerró el trato con los
quien renegando de Marqueces, con quienes acordaron que, faltando
la ideología Nazi que algunas horas para el “operativo” recibirían
profesaba su padre, se pertrechos e instrucciones.
enroló en la izquierda
radical. Una fotografía Como si las coincidencias no fueran suficientes, el 18
tomada en esa casa de de julio, unos cuantos pasos más arriba del Castillo
la calle Hans Kunt por de los Marqueces y aún a menor distancia de la casa
esos días muestra a los de La Imilla, en la acera oriental de la Plaza Villarroel,
guerrilleros abrazados, un contingente de “alfabetizadores” preparaba, en
el Comandante del alegre comitiva, una misión altruista hacia el norte
ELN, Osvaldo Peredo del departamento.
presume una pistola
automática metida en Una delegación oficial de los ministerios de Educación
la cintura del pantalón. y Culturas, despidió a los falsos educadores sin
(FOTO ELN HANS saber, aparentemente, que debajo de las cartillas
KUNT). alfabetizadoras se escondían las armas con las que
el Ejército de Liberación Nacional iniciaría la lucha
Coincidencias de la armada en las proximidades de Teoponte.
historia. Veladamente,
la izquierda y la Hoy todo parece apuntar a que el gobierno estaba al
derecha, en sus tanto de cada uno de los movimientos guerrilleros
Un par de días antes del asalto a la UMSA, el Ejército de Libera- facciones más y dejaron que éstos, entre quienes estaban los
ción Nacional partía a Teoponte desde la Plaza Villarroel. (FOTO:
EDUARDO ASCARRUNZ) radicales, separadas principales dirigentes de la UMSA, se internen en el
por menos de una monte, donde su aniquilación sería más rápida y más
cuadra, conspiraban en conciliábulos clandestinos. impune.
Pese a su rimbombante nombre, el “Castillo de los
La guerra fría en pequeña escala se libraba en este
Marqueces”, situado en la esquina de las Calles Hans
rincón de la ciudad de La Paz. “Han pasado 50 años de aquella insurgencia
Kundt y Puerto Rico, no era sino una vieja casona
guerrillera y lo incontrastable, entre otros reveses, es
abandonada donde Freddy y Javier Márquez tenían el
“Nos pidieron que intervengamos la universidad que la supuesta artimaña del ELN, de haber engañado
“cuartel general” de la pandilla. La vivienda estaba
(…) nos ofrecieron becas; sin embargo, esa hazaña al general Ovando y a su ministro de Educación,
casi abandonada y tenía como único mobiliario un
nos costó mucho y nos salió el tiro por la culata haciéndose pasar por brigadistas alfabetizadores,
colchón viejo en el piso, un sofá raído y un ropero
(…) los que vinieron dijeron ‘institucionalmente y duró mucho tiempo y los sobrevivientes se ufanaron
desvencijado.
académicamente la universidad está mal, tenemos del ardid. Y las cosas no fueron así, sino al revés. Así
que reestructurarla, ustedes nos tienen que ayudar’. se entiende, en parte, el fracaso de la insurgencia
Alfredo Candia y Waldo Cerruto ingresan a la
A causa de tanta palabrería de los políticos, nosotros armada en Teoponte” escribió hace un par de años el
polvorienta sala, el interlocutor principal de la charla
jóvenes, moldeables, entonces fuimos pues su carne periodista Eduardo Ascarrunz.
por parte de los Marqueces es el hermano menor,
de cañón para ellos (…) fuimos como grupo de apoyo, El asalto
Javier, a quién los dos políticos tratan de convencer
porque había otros grupos de gente mayor”.
de la necesidad de expulsar al comunismo enquistado
en la UMSA, le hablan sobre la participación de la
Freddy Márquez hizo esta
pandilla que lidera en la recuperación de la casa de
confesión, citado en la tesis
estudios superiores.
“La UMSA en la dictadura
de Banzer” de Juan Marcelo
Los argumentos políticos son abstractos para los
Verdueta Quisbert.
pandilleros, así que los anticomunistas ensayan
otro lenguaje que los Marqueces entienden mejor:
Evidentemente, los 18
les hacen una oferta. De acuerdo al testimonio de
marqueces que intervinieron
Freddy, tomado del documental La Verdadera (y
la UMSA eran prácticamente
única) Historia de los Marqueces, les prometieron, a
niños, casi todos estudiantes
nombre del gobierno, licencias de conducir gratuitas,
de secundaria de entre 17, 16
becas de estudio en el extranjero e ingreso libre a la
y hasta 15 años.
UMSA.
Teoponte
Guerra fría en La Paz
P
or esos días, unos metros más arriba del
“Castillo de los Marqueces”, el Estado Mayor Esta foto del Estado Mayor del ELN fue tomada en la casa de la Imilla, a unos pasos del
del ELN se reunía en la casa de la hija del “Castillo de los Marqueces” (FOTO: ELN)
Marzo 2022 29
C
on la más alta dirigencia estudiantil y el
principal aparato militar del ELN en el monte,
lejos de la ciudad de La Paz, el gobierno junto
a sus aliados de la Falange Socialista Boliviana y la
Liga Anticomunista, tenían la luz verde para iniciar
la “reconquista” de la UMSA. Ni bien los guerrilleros
iniciaron su incursión armada, la maquinaria para el
asalto a la universidad se puso en marcha.
Los guerrilleros partieron el 18 de julio hacia el
monte y la toma de la casa de estudios superiores
comenzó el 22 por la madrugada.
“Nos recogieron en unos jeeps, nos llevaron hasta la
calle Juan José Pérez, en la puerta de las canchas
de la YMCA. Allí nos dieron las últimas instrucciones
y nos repartieron unos rifles de salón calibre 22,
comenzaron a llegar y en el atrio encontraron la
resistencia armada de Los Marqueces.
Las cosas no fueron tan sencillas como les habían
prometido a los pandilleros. Los estudiantes
reaccionaron con violencia ante la intervención de
la universidad, los sicarios estuvieron a punto de
ser sobrepasados por la turba, en su desesperación,
hicieron unos disparos al aire, pero esto, lejos de
disuadir a los universitarios, los exaltó más.
La intervención de la Policía, que reprimió por varias
horas a los estudiantes que intentaban retomar
el Monoblock de la UMSA, terminó por inclinar la
balanza hacia el bando de los asaltantes.
Luego de que el control del edificio volvió a manos de
“Ese mismo día me fui al Mercado de la Graneros, me
alcanzó para comprarme un pantalón y una chompa”,
relata.
Freddy Márquez en cambio se lamenta por no haber
recibieron nada y porque las promesas fueron
incumplidas. Lo cierto es que el gobierno de Alfredo
Ovando no duró lo suficiente como para honrar sus
compromisos con los pandilleros. Dos meses y
medio después, un golpe de Estado cambió de nuevo
el tablero de ajedrez de la política boliviana para
instaurar un régimen progresista encabezado por
Juan José Torres. La retaliación fue terrible para los
Marqueces.
Un comunista les salvó la vida

unos juguetes”, narra hoy uno de los Marqueces
que participó del asalto y que quiere preservar su
identidad en reserva”.
Dos de los Marqueces coinciden en que aquel día
solamente recibieron unos rifles de salón de bajo
calibre, más como armas disuasivas. Sin embargo,
algunos documentos fotográficos los muestran con
subametralladoras Uzi, de fabricación israelí en
bandolera.
“Nosotros ya estábamos preparados porque un
día antes nos dijeron que la intervención sería
al día siguiente. Nos recogieron en movilidades
y nos dejaron en la calle Juan José Pérez, allí nos
entregan una escopetas calibre 22, lo recuerdo y de
ahí bajamos hasta la universidad, hasta la puerta
trasera la cual ya estaba abierta”, narra Freddy
Márquez en el documental “La verdadera historia de
los Marqueces”.
Adentro ya se encontraban algunos grupos (cadetes
del colegio militar y algunos falangistas. Cuando
comenzó a amanecer, las instalaciones ya estaban
bajo control de los grupos de derecha. A las 07.30 los
estudiantes que tenían clases en el primer horario
Waldo Cerruto fue, antes de militar en la Falange, Director del
Instituto Cinematográfico Boliviano en el gobierno de Víctor Paz
Estenssoro, su cuñado.
los interventores, Los Marqueces recibieron la orden
de controlar la parte posterior del edificio, la puerta
que da hacia la calle Federico Suazo.
Algunos periodistas se acercaron a la reja de la puerta
para hablar con los Marqueces, pero éstos tenían
instrucciones de no atender las solicitudes de los
medios de comunicación. Varios periodistas estaban
insistiendo, entre ellos el famoso Micky Jiménez que
reclamaba entrar al recinto universitario a grandes
voces, levantando su grabadora por encima de su
cabeza para mostrar que era periodista.
“Recuerdo que el Javier Márquez tenía excelente
puntería y estando a unos 20 metros levantó el rifle
de salón y apuntó a la grabadora del Micky y la partió
en dos con un disparo. El pobre lanzó un grito y se
alejó corriendo pálido del susto”, recuerda uno de los
18 marqueces que participaron de la toma, pero que
prefiere mantener su nombre en reserva.
De acuerdo al testimonio de Freddy Márquez, él y sus
acompañantes solo permanecieron unas horas en el
Monoblock. Antes de salir, devolvieron las armas y
pidieron a sus eventuales contratantes que revisaran
minuciosamente a cada uno, para comprobar que
no estuvieran sustrayendo nada de
las oficinas de la U. Así lo hicieron los
falangistas y les dijeron que podían
marcharse, no sin antes renovar sus
promesas de conseguirles becas y
licencias de conducir.
“Ya en la calle, uno de los marqueces, no
voy a mencionar su nombre, sacó de su
bolsillo una medalla que había tomado de
una de las vitrinas. ¡Era un Cóndor de los
Andes! De nada sirvió putearlo, era peor
regresar y devolver la medalla, así que
se quedó con ella”, narra la fuente que
hasta hoy pide reserva.
El miembro de la pandilla asegura que
recibió 200 bolivianos por el “trabajo”.
Y
a sea que hubiesen recibido unos billetes, o que
al final, como dice Freddy, no se les cumplió
con las promesas, la incursión en la UMSA les
salió cara a los pandilleros, casi pierden la vida por
ese error.
El 7 de octubre de 1970, menos de dos meses y medio
después del asalto a la casa de estudios superiores,
luego de uno de los periodos más convulsos (y
confusos) de la política boliviana en el que hubo
tres presidentes en el lapso de 24 horas, Juan
José Torres, un militar con fuerte simpatía hacia la
izquierda, se hizo del poder, apoyado por la Central
Obrera Boliviana.
El cambio de guardia y de orientación política en
Palacio Quemado fue visto como una oportunidad,
por muchos estudiantes universitarios y otras
circunstanciales víctimas de las fechorías de Los
Marqueces para cobrar venganza.
Apenas habían transcurrido unas horas de la
asunción al poder del nuevo gobierno, cuando una
enorme cantidad de personas comenzó a llegar a
la casa de la familia Márquez en la calle Casimiro
Corrales de la zona de Miraflores. La turba rodeó la
casa en medio de gritos que pedían la cabeza de los
Marqueces. Dentro de la vivienda estaban, además
de los tres hermanos (Freddy, Javier y Miriam) su
madre, su abuela y una tía.
“Nosotros resistimos, porque yo tenía un revolver y
mi hermano también tenía otro, los dos calibre 22
con eso nos defendíamos porque se veía a lo lejos a
la gente disparando hacia aquí. Llega la Policía y nos
gasifica dentro de la casa, totalmente, no podíamos
respirar” Recuerda Freddy en el documental La
Verdadera Historia de los Marqueces.
La saturación del gas lacrimógeno era tal dentro de
la casa, que todos vomitaban. Afuera la gente gritaba
que había que linchar a los hermanos. Cuando la
situación se tornaba insoportable, alguien llamó a
Alfredo Candia Guzmán fue el Presidente de la Liga
Anticomunista Boliviana.
la puerta y se presentó como sacerdote, pidió que
Freddy y Javier se entreguen para preservar la vida
de las mujeres de la casa y con el compromiso de
preservar sus vidas.
Cuando los hermanos salen a la calle, la multitud
se desborda. “Salgo y comienza la lluvia de puñetes,
patadas, palos, insultos y la gente decía ‘vamos a la
universidad, ahí vamos a arreglar cuentas’” cuenta
Freddy Márquez.
Llegando a la puerta lateral de la UMSA, los
Marqueces advierten que se venía lo peor: se había
conformado un callejón oscuro de gente con las
peores intenciones. “Los hicieron pasar a la fuerza,
era un callejón bastante largo y los pateaban y los
insultaban, yo estaba ahí, en el mismo callejón y
yo aproveché y tomé ventaja para darles también”,
relata, 52 años después, Gastón, quien fue una de las
víctimas recurrentes de la violencia de los Marqueces.
Tres de los Marqueces sufrieron la furia de la
turba: Freddy, Javier y Juan José Salinas, a quien
le decían “El Negro”. Si en el camino de Miraflores
a la Universidad habían sufrido maltratos, el paso
por el callejón oscuro, ya dentro de los predios
universitarios, fue un verdadero vía crucis. Faltando
unos cincuenta metros para llegar a las oficinas de la
Federación Universitaria Local, donde los dirigentes
conducían a los Marqueces, las fuerzas comenzaron a

30 Lo Que Se Calló Marzo 2022 31

 Grupos juveniles
en La Paz de los
aÑos 60
Una visión personal
Ronald MacLean Abaroa*

A
En esta foto se ve a los interventores sacando toda la iconografía comunista de las oficinas de la UMSA.

El maltrato estuvo a punto de convertirse en linchamiento.

Surgió la idea de ejecutar a los tres marqueces en el patio de la
universidad. Varios universitarios, entre quienes estaban algunos
miembros del Ejército de Liberación Nacional estaban armados y
la idea de ajusticiarlos sumariamente creció entre la multitud.

fallarles. “Eran tantos los golpes que ya no podíamos
y los propios dirigentes nos decían: no se desmayen,
porque aquí los matan”, recuerda Freddy.
El maltrato estuvo a punto de convertirse en
linchamiento. Surgió la idea de ejecutar a los tres
marqueces en el patio de la universidad. Varios
universitarios, entre quienes estaban algunos
miembros del Ejército de Liberación Nacional estaban
armados y la idea de ajusticiarlos sumariamente
creció entre la multitud.
Quienes apoyaban esa idea quisieron obligar a que
los tres pandilleros se pusieran de rodillas para
dispararles, pero solo consiguieron que Javier y El
Negro se postraran, malherido y tambaleante, Freddy
se mantuvo de pie, desafiando a sus eventuales
verdugos.
“En ese momento alguien se interpuso. Era Marcos
Domic, dirigente del Partido Comunista de Bolivia,
que se paró entre los cañones de las armas y los
condenados con los brazos abiertos cuando los
universitarios ya habían amartillado sus pistolas y dijo
‘alto, alto… no podemos hacer esto. La universidad
no puede convertirse en el escenario de un crimen,
debe haber un proceso’ Él se interpuso y les salvó la
vida” recuerda un testigo de aquella jornada.
Cuatro días pasaron los marqueces encerrados en
las oficinas de la FUL. En la segunda jornada los
dirigentes universitarios los presentaron ante los
medios de comunicación y dos días después los
entregaron a la Policía.
Pasaron una semana más en las celdas policiales y
luego de un proceso sumario fueron enviados a la
cárcel de San Pedro donde permanecieron por casi
un año, hasta que un nuevo golpe de Estado y un
nuevo giro en la historia política los excarceló cuando
Hugo Bánzer Suárez asumió el poder. Pero esa, es
otra historia.
raíz del 40 aniversario de la muerte violenta de la
hermana menor del grupo los Marqueces que existió
como gang (pandilla) en las décadas de los 60 y 70
en el barrio de Miraflores de La Paz, gentilmente
me invitaron los editores de esta revista a darles mi
versión.
La mía es una visión a través de ojos preadolescentes
en el barrio de Sopocachi, la antípoda social de clase
media de Miraflores, durante los años 50 y 60.
A mi entender, Miraflores surgió como barrio
residencial durante la década de los 30 y se encontraba
algo a trasmano del eje de desarrollo paceño, situado
principalmente a lo largo de la rivera derecha del
Choqueyapu, río que dio origen a la ciudad.
*Fue alcalde de La Paz y ministro de Estado.
Ronald McLean Abaroa
La zona residencial de moda en aquella década se
desarrollaba al este y sur del paseo de El Prado, en
San Pedro, y bajando la avenida Arce y sus calles
adyacentes, como la Capitán Ravelo y la 6 de Agosto
hasta llegar a San Jorge, donde hoy se encuentra la
Casa Presidencial, apoyada en el cuartel del mismo
nombre. De allí al sur ya se trataba de “las afueras”
urbanas, donde las familias en los años 30 emigraban
a descansar en Los Obrajes.
En los 40 y posteriormente a la revolución de abril de
1952, Miraflores se convirtió en el barrio de la clase
media ascendente, donde se instalaron muchas

32 Lo Que Se Calló Marzo 2022 33

familias de los revolucionarios de la época como los
Pardo Valle, Álvarez Plata, Fortún, Gonzales, etc. y mi
admirado tío movimientista, Guillermo MacLean, el
“rebelde” de la familia. Allí surgieron los hermanos
Márquez que dieron el nombre a su pandilla: Los
Marqueces.
En la cabecera norte del eje central de Miraflores,
al final de la hermosa avenida Tcnl. Germán Busch
(nombrada así en homenaje al joven presidente
suicida, héroe del Chaco y nacional-socialista), los
movimientistas construyeron el Monumento a la
Revolución Mayor Gualberto Villarroel, otro presidente
nacional-socialista, colgado por la turba paceña que
lo derrocó; y donde posteriormente alojaron los restos
del general Juan José Torres, también presidente de
facto y social-nacionalista. El líder del MNR y cuatro
veces presidente de Bolivia, Dr. Víctor Paz Estenssoro,
se rehusó a ser enterrado allí y prefirió el austero
cementerio de su bucólica Tarija natal.
Yo nací en 1949, en el antiguo barrio industrial y
obrero de Achachicala, sobre la avenida Chacaltaya, al
extremo norte de la ciudad, por encima de la bonita
avenida Perú, donde se encontraba un magnífico
monumento al héroe del Chaco, el aviador Rafael
Pabón. De ese punto, se ascendía a El Alto, donde
al paso se encontraba la clásica Estación Central
de Ferrocarriles y varios kilómetros más arriba el
solitario y gélido aeropuerto bautizado, más tarde,
con el nombre del joven presidente yanqui John F.
Kennedy.
En Achachicala se encontraban las principales
industrias bolivianas: los molinos SACI, las
hilanderías Forno, Soligno, Industrias Venado
y algunas panaderías de inmigrantes judíos.
También, las elegantes residencias de los
industriales propietarios, casi todos inmigrantes
europeos, que vivían junto a sus fábricas, adornadas
con jardines y canchas deportivas, que facilitaban
la convivencia de obreros y propietarios.
Yo nací cuando vivíamos en la casa de gerencia,
frente al Molino SACI, y pasé mis primeros siete
años jugando con los hijos de los obreros de la
zona e impregnado de la cultura popular aymara
prevaleciente, colgado del aguayo y pollera de mi
adorada niñera indígena, Flora.
A inicios de 1957, mi familia abandonó la casa de
Achachicala, barrio al que mi madre, Ketty Abaroa,
lacónicamente llamaba “Cumbres borrascosas”,
y en la que mis padres recibían como invitados
a ministros y embajadores de su círculo social.
El hecho de que me hubieran matriculado en el
colegio Alemán, en Sopocachi, y la progresiva
decadencia industrial y urbana de Achachicala,
motivó nuestro traslado. Así, mi familia fijó nuestra
nueva residencia en la plaza España de esa zona.
34 Lo Que Se Calló
En Sopocachi comenzó mi socialización juvenil
de grupo. En el patio anterior de nuestra casa
formamos el Club de Toby, el amigo de la Pequeña
Lulú, personaje de nuestras revistas de infancia. “No
se aceptan niñas” rezaba el letrero, tal como en el
comic, a pesar que ya toda mi atención estaba fijada
en la niña de siete años que vivía en frente. Era un
club exclusivo de hombrecitos, dispuesto a aceptar a
cuanto niño se asomare. El club evolucionó cuando,
Jóvenes bachilleres de la
promoción 1967 del colegio
Alemán de La Paz.
ante la posibilidad de incorporarnos al club Splendid,
de los hermanos mayores de nuestros amigos de
barrio, elegimos formar el Sporting Club. Tendríamos
ocho años.
Nuestros dominios eran la plaza España, el Montículo, la
plaza Adela Zamudio y, eventualmente, incursionamos
en la plaza Abaroa, cuadras pendientes más abajo.
Nos desplazábamos en bicicletas Hércules y Raleigh
inglesas, que yo añoraba, ya que a mí me habían
regalado una Wander, italiana, que no conformaba
con las del grupo. Las carreras de bici se realizaban
mayormente en el perímetro del Montículo, preciosa
plazoleta con una capilla, un “Arco de Triunfo” y una
bella fuente y estatua de Neptuno italiana, trasladados
allí de otros parques. El Montículo, además, era el
lugar de estudio y lectura ambulante de universitarios,
y el rincón romántico de la ciudad, donde espiábamos,
por la noche, a furtivos amantes.
Además del club Splendid, de Sopocachi, en San
Jorge existían el Saint George, de la calle Cordero,
cuyos miembros eran algo mayores, con fama de
camorreros, y en Obrajes campeaban Los Haraganes,
realmente de temer. En San Jorge teníamos tres
amigos que eventualmente nos visitaban en la plaza
España, atraídos por las jovencitas del barrio, a las que
encontraban en nuestras primeras fiestas bailables.
Ellos no eran del grupo de su barrio, ya que más
bien se sentían amedrentados y se identificaban más
con nosotros, que éramos en su mayoría del colegio
alemán; ellos iban al colegio Saint Andrew’s.
De Miraflores no sabíamos mucho. Yo ocasionalmente
era llevado allí para visitar a mis primos de la calle
República Dominicana, junto al Hospital Obrero 9 de
Abril, orgullo movimientista en el gobierno, pero donde
la calle era de tierra, sin pavimento. Allí, montábamos
un caballo pony llamado Tito, del primo mío. Él era
el líder de un grupo de muchachos que yo no conocí
por ser ellos tres o más años mayores, pero eran
mayoritariamente de familias movimientistas.
Eventualmente incursionamos en visitas ciclísticas a
la plaza de San Pedro, otrora residencial, pero donde
predomina la cárcel pública, el “Panóptico”, y la iglesia
del mismo nombre. Allí conocí a una bonita adolescente
que llevé conmigo a Sopocachi como mi enamorada,
pero no fue bien recibida por las jovencitas del barrio,
de colegio high.
Lo que más recuerdo de esa época fue una monumental
pelea que organizamos en el Montículo. En algún
momento habíamos organizado unas olimpiadas
deportivas en la cancha de fútbol municipal,
posteriormente denominada Lastra, en honor a un
empleado de la Alcaldía. Esa cancha entonces era
de tierra, y en sus alrededores se encontraban otras
canchas de tenis. Para entonces nuestro Sporting
Club se había dividido y algunos amigos formaron otro,
el Once Leones, en referencia a los 11 futbolistas que
tiene un equipo. Las olimpiadas fueron memorables,
compitiendo todos nosotros en varias disciplinas,
además de fútbol. Pero los ánimos competitivos se
habían caldeado y decidimos definir el torneo con una
pelea entre los líderes de los dos clubes: Sporting
y Once Leones, a realizarse en el Montículo, por
supuesto.
Marzo 2022 35
 El dilema estaba en que yo tenía que pelear con
quien había sido desde mi llegada al barrio, mi mejor
amigo, con quien jugábamos a los pies del lecho de su
madre, enferma con cáncer, que moriría poco tiempo
después. A diferencia de otras peleas de nuestros
mayores del Splendid con los Haraganes de Obrajes,
o entre ellos, que eran francamente violentas,
definiéndose previamente si ellas eran con patadas o a
puño limpio, la nuestra, entonces, fue medio tongo, sin
ánimo de hacer daño, y ya por costumbre me eligieron
“ganador”.
Tres años después, cuando yo ya estudiaba en
Washington, me enteré que ese mi amigo del alma,
Pedro Morant Benavides, como varios otros que habían
migrado al colegio jesuita, se había unido al Ejército
de Liberación Nacional (ELN) y luego capturado en
1971 en la frontera con Chile, donde aparentemente
fue ejecutado. Era
el resultado de un
Nuestros dominios a d o c t r i n a m i e n t o
eran la plaza España, ideológico que
el Montículo, la sacerdotes “obreros”
plaza Adela Zamudio ia m p a r t ialumnos e ro n
y, eventualmente, adolescentes, incluso
incursionamos en la llevándolos a pie
plaza Abaroa, cuadras hasta Cochabamba
pendientes más abajo. para que se
Nos desplazábamos en preparasen para un
bicicletas Hércules y eventual guerrillero.
combate
Nunca
Raleigh inglesas, que pude sobreponerme
yo añoraba, ya que a mí a aquella noticia y al
me habían regalado una recuerdo de su padre
Wander, italiana, que no viudo, devastado.
conformaba con las del
Entre 1965 y 1967,
grupo. cuando asistí y salí
bachiller del colegio
Alemán, compartí con varios clubs de adolescentes,
principalmente de Sopocachi, ya sin pertenecer a
ninguno porque nosotros decidimos formar un grupo
íntimo de atletas del colegio que no bebíamos ni
fumábamos, pero asistíamos a las mismas fiestas.
Por entonces, de moda estaban los Jets y Sharks,
émulos de la película romántica West Side Story (1961),
y los Road Runners. Eran grupos principalmente
sociales que se basaban en el barrio y el colegio de
sus miembros, dando como resultado una agregación
social homogénea por estatus social y económico.
Los Jets venían de familias conservadoras paceñas,
principalmente, mientras los Sharks reunían a jóvenes
en su mayoría procedentes de familias orientales
tradicionales de Santa Cruz y Beni. Ambos grupos,
aunque distintos, se integraban y no recuerdo rivalidad
Las “bicicleteadas” de inicios de la década de 1960. De izquierda a derecha:
o conflicto entre ellos.
Fernando Reyes Ortiz, Javier García Rodríguez, Carlos Levy y Ronald McLean Los Road Runners agrupaban a jóvenes de Obrajes y
Abaroa, todos compañeros del colegio Alemán.
36 Lo Que Se Calló
Sopocachi bajo, algunos procedentes de Cochabamba.
Se los identificaba por poseer o manejar los vehículos
familiares, de ahí su nombre, lo que les daba cierta
distinción y ventaja social. Este grupo era ligeramente
mas afín con los Jets. Sin embargo, no recuerdo algún
club o grupo social de Miraflores, salvo el de Los
Marqueces.
El río Choqueyapu, que divide la ciudad, también
puso distancia entre la sociedad en ambas orillas.
En Miraflores, la descendencia movimientista y de
familias militares de los años 50 y 60, al parecer
formaron posteriormente los grupos políticos de
izquierda asociado al Movimiento Revolucionario
de Izquierda (MIR) y, en menor medida, al Partido
Obrero Revolucionario de orientación trotskista, con
estudiantes de la Universidad Mayor de San Andrés
(UMSA). Los jóvenes de Sopocachi, por su lado,
estudiaron mayoritariamente en el exterior. Los que
lo hicieron en Lovaina, Bélgica, se agruparon también,
en su mayoría, en el MIR.
También la filiación política futura de estos
jóvenes refleja los grupos sociales o clubs a los
que pertenecieron en su adolescencia en La
Paz. Muchos provenían de familias falangistas y
acabaron militando o simpatizando con el partido
conservador Acción Democrática Nacionalista (ADN).
Sin embargo, aquellos que estudiaron en La Paz, ya
sea en la universidad pública, UMSA, o en la privada
Universidad Católica Boliviana (UCB), también se
inclinaron por la izquierda socialista. Eran épocas de
resistencia juvenil a los gobiernos militares. Después
de la muerte, en 1972, de la hermana menor de Los
Marqueces, Miriam, y fijada su imagen como la de
jóvenes violentos y rebeldes, ya no supimos más de
ellos. No recuerdo que en la década de los 70 hubieran
cometido delito alguno o estar involucrados en hechos
violentos. Lo extraño era su orientación política de
derecha, supuestamente antimarxista. ¿Era esta la
consecuencia de alguna preferencia familiar previa,
antimovimientista?
No fue hasta 1991, cuando siendo Alcalde de La Paz
construimos el Puente de las Américas –entre la
plaza Isabel la Católica de Sopocachi y el barrio de
Miraflores– que se logró integrar más íntimamente a
ambas zonas, y Miraflores se equilibró con Sopocachi
en cuanto al valor de sus inmuebles, así como también
se acortó la distancia social que había existido entre
ambos barrios.
Estas dos zonas paceñas, el de la rivera derecha
conservadora y el de la rivera izquierda emergente,
han dado lugar a una nueva síntesis social en la Zona
Sur, donde se han amalgamado paceñas y paceños, y
se han entibiado las identidades y rivalidades juveniles.
¿Dónde cupieran hoy Los Marqueces?
Marzo 2022 37
 E
l Carnaval de 1972 pudo haber pasado como cualquier
otro en Bolivia —un respiro de fiesta en medio de una
permanente tensión social y política—, si no fuera
porque terminó con un evento sangriento, y del que aún
se habla 50 años después.

La noche del 14 de febrero fue asesinada en La Paz la

hija menor de la familia Márquez del Río, y cuyos hijos
varones, Javier y Freddy, fundaron en septiembre de
1969 los Marqueces, la pandilla más conocida de la
historia paceña.

Ese lunes de carnaval, alrededor de las 21.30, murió

Miriam Márquez del Río, de apenas 16 años, luego de
ser varias veces apuñalada.

En el siguiente relato conoceremos la historia de este

suceso, contada por sus protagonistas, descrita en las
crónicas de los periódicos de entonces y recordada por
quienes conocieron a esta joven líder de las Marquezas,
la versión femenina de la pandilla.

Medio siglo después, se sabe que este trágico evento

no solo cerró uno de los capítulos más violentos y
controversiales escritos por los grupos juveniles de las
décadas del 60 y 70, sino que el impacto fue tal, que aún

CARNAVAL
hay quienes prefieren no hablar por posibles represalias.

“Hay tranquilidad en el país”

SANGRIENTO
El primer trimestre de 1972 fue para el gobierno de facto
del entonces coronel Hugo Banzer Suárez la prueba de
fuego de una gestión que arrancó apenas cuatro meses
antes, con el Golpe contra el general Juan José Torres,
el 21 de agosto de 1971, uno de los más cruentos de
nuestra historia con más de 100 muertos, cientos de
heridos y decenas de desaparecidos.

Paradójicamente, el mejor ejemplo de este denso clima

político fue que el sábado 12, el primero de los cuatro
días de Carnaval, el ministro del Interior, Mario Adett
Zamora, declaraba ante la prensa que “hay tranquilidad
POR Abdel Padilla Vargas en el país”, que es la frase con la que abrió su edición de

38 Lo Que Se Calló Marzo 2022 39

 la fecha El Diario. La declaración oficial era una manera
de responder y esconder las protestas de los familiares
de presos políticos en las cárceles y los centros de
tortura.

Sin embargo, la forzada aclaración no pudo atenuar la

declaración, también ese día, del Presidente Banzer,
que advirtió que actuaría “sin contemplaciones contra
los enemigos de la patria”.

A pesar de todo ello, una vez más, el país entraría en un

estado de tregua de cuatro días, que ni la niebla política
opacaría ante una de las fiestas más esperadas del
calendario.

Barbie, los Marqueces y el Carnaval

E
solo por un mes, del 8 de enero al viernes 11 de febrero,
ran tiempos en los que se organizaban festejos
víspera del inicio de Carnaval.
masivos, algunos de gala y otros con disfraces y
mascaradas. Fue el caso del baile de disfraces en el
La primera vez que Freddy pisó la cárcel, junto a su
Rotary Club La Paz o el show de gala en los tradicionales
hermano, Javier, y otros miembros de los Marqueces,
salones de Los Escudos, donde actuaban grupos como
fue en octubre de 1971, acusado por la toma de la
el Trío Oriental, Los Caballeros del Folklore, José Zapata
Universidad Mayor de San Andrés (UMSA) en julio de Si bien Miraflores era su territorio, su irrupción en las
y Los Tres Chiflados (bolivianos), con el aviso, tan normal
1970, durante el gobierno de Alfredo Ovando. fiestas de otros barrios con desenlaces violentos, fue
entonces, de “derecho de admisión”.
un tipo de conducta que se hizo regular por esos días, y
Es decir que estuvo preso durante toda la gestión de obligó a los otros grupos y pandillas a organizarse para
Dos noticias sobre Bolivia daban esos días lentamente
Juan José Torres (octubre de 1970 - agosto de 1972), repelerlos. El resultado: peleas campales de jovencitos
la vuelta al mundo: un artículo escrito en el New York
recuperando su libertad tres semanas después del entre 15 y 23 años, algunos de los cuales terminaban
Times, que nos presentaba como “un país de cocaína” y
Golpe de Hugo Banzer, proceso al que Freddy Márquez por algunas horas en los hospitales o en las celdas
“malo para las inversiones”; y la solicitud de extradición
llama “revolución”. policiales.
por parte de Francia de Klaus “Altmann” Barbie, el
“Carnicero de Lyon”, criminal nazi que escapó de Europa
El 20 de agosto de 1971 “Banzer instaura su revolución El Carnaval de 1972 no fue la excepción, aunque esta vez
para refugiarse en Bolivia, donde obtuvo la nacionalidad
en La Paz, a las 11 de la noche vemos un grupo el resultado sería mortal.
y la protección de varios gobiernos de turno.
numeroso en las afueras del panóptico, que indicaban
‘que salgan los Marqueces, queremos matarlos’, no sé El preludio
En febrero de 1972 visitó el país Beate Klarsfeld, la
quiénes serían, era cualquier cantidad de personas.

E
“Cazadora de nazis”, con la documentación que probaba
Lo que hizo la guardia es cerrar las puertas interiores l jueves 10 de febrero, en una función al aire
la verdadera identidad de Klaus Barbie y que en Bolivia
y exteriores con candados. A las seis de la mañana ya libre debutó en la plaza de San Pedro el conjunto
se hacía llamar Klaus Altmann. A pesar de ello, este
se calma todo y a las siete pasaron los tanques, había electrónico Tabú, base del hoy famoso grupo Wara.
oscuro personaje no fue extraditado del país, sino en
triunfado la revolución del coronel Banzer”. Su objetivo era —como sus representantes mencionaron
1983, con el retorno de la democracia.
en una nota en el periódico Hoy de la época— “ingresar,
El relato corresponde al documental La verdadera y una vez que concluya el Carnaval, a la cartelera artística
En una extraña coincidencia, mientras esos días Klarsfeld
única historia de los Marqueces, donde Freddy cuenta en con una presentación en el cine-teatro Monje Campero”.
lo buscaba, Barbie se encontraba, incomunicado, en la
primera persona lo sucedido esos días. Aunque Lo que
cárcel de San Pedro, detenido no por la grave denuncia
se calló pidió en más de una oportunidad entrevistarlo, Según ellos, recibieron varias ofertas para tocar
de la “Cazadora de nazis”, sino por una supuesta deuda
la respuesta fue remitirnos al documental para conocer en las fiestas, pero solo decidieron aceptar dos: la
con la Corporación Boliviana de Fomento de más de
su versión. del grupo San Pedro 72, conformado por clubes de
50 millones de pesos bolivianos, ya que en el país era
conocido como un próspero empresario. Lo insólito esta zona de la ladera oeste paceña —Tigres, Merry
Meses más tarde, el 31 de agosto de 1972, según el Party, Mandioca, Bebés, Miel y Simpáticos—, que se
fue que ni bien Klarsfeld fue “invitada” a salir del país
documental, el gobierno de Banzer ordenó su detención, unieron para dicho evento; y la de los Calhambeques y
por el gobierno de Banzer, cuyo Ministerio del Interior
nuevamente en la cárcel de San Pedro, esta vez hasta Marqueces , una “alianza” de dos grupos que muchos
secuestró parte de la documentación que trajo contra
febrero de 1975. consideraban rivales, pero que en realidad hacían pactos
Barbie, éste desapareció misteriosamente del panóptico
la mañana del lunes 14. circunstanciales, como lo confirmaron el propio Freddy
Los Marqueces, nombre que deriva del apellido de sus Márquez y Richard Trigo, uno de los fundadores de los
fundadores, era una pandilla miraflorina que a esa Calhambeques. Este último en una entrevista reciente
Considerando que Barbie fue llevado a San Pedro el
altura, febrero de 1972, era tan conocida como temida. con Lo que se calló.
jueves 10 de febrero, es muy probable que haya coincidido
Se la distinguía por su forma de vestir —botas, ropa
en el interior, sin conocerse, con Freddy Márquez del Río,
negra o de jeans— y el uso de cadenas, cachiporras y “Los hermanos Márquez salieron de la cárcel días
uno de los líderes de los Marqueces que era detenido
algunas pocas motocicletas, imitación de los Hell Angels antes de Carnaval. Vinieron donde nosotros, que ya
por segunda vez en la cárcel, aunque en esta ocasión
(Ángéles del Infierno) estadounidenses.

40 Lo Que Se Calló Marzo 2022 41


teníamos organizada la comparsa, y nos pidieron
pasar las fiestas juntos. Solo lo hicieron tres personas,
no todo el grupo: Freddy y Miriam Márquez, junto con
otro acompañante, que creo se llamaba Omar, que ya
murió”, recuerda Trigo.
La fiesta de San Pedro 72 se realizó en el salón del Centro
Nacional de Formación Integral (Cenafi), en la calle
Ballivián, a dos cuadras de la plaza Murillo; mientras
que la de los Calhambeques y Marqueces se hizo en la
sede de los beneméritos de la plaza San Francisco.
El trato de Tabú con el primero fue amenizar “toda la
temporada” del Carnaval en Cenafi, mientras que con
los segundos se acordó hacerlo solo por el sábado 12.
“En Cenafi había, aparte de nosotros, una banda,
hecho que nos permitía el doblete, pero en lo de los
Calhambeques solo tocábamos nosotros y hubo reacción
por los tiempos de espera. Reclamaron perjuicio y, no
obstante haber llegado a un acuerdo en sentido que con
exclusividad trabajaríamos uno de los días de tentación,
en determinado momento aparecieron los Marqueces y
trataron de persuadirnos a que dejáramos la fiesta del
Cenafi. Luego se llevaron en garantía un órgano eléctrico.
Frente a este atropello, denunciamos el caso a la Policía
y con dos detectives logramos dar con el paradero
del instrumento y de los contratantes. Nuevamente
alegaron perjuicios y exigieron la devolución del precio
del contrato, hecho que sucedió casi de inmediato,
puesto que les devolvimos los mil pesos bolivianos que
42 Lo Que Se Calló
habíamos recibido, con lo cual se cerró todo convenio”,
reza la aclaración que hizo el conjunto, publicada en el
periódico Hoy.
Al igual que Freddy Márquez, los miembros del entonces
conjunto Tabú, hoy Wara, tampoco quisieron dar su
versión sobre lo sucedido ese carnaval de 1972.
“En consenso con los integrantes se decidió no dar
entrevistas como Wara al respecto, a objeto de no abrir
heridas sobre el tema… Sin embargo, extraoficialmente,
para aportar a la verdad de los hechos te puedo aclarar
lo siguiente: Tabú, en esa noche de Carnaval, tenía dos
contratos: uno con los Marqueces y otro con San Pedro
72. Se tocó en principio para los Marqueces y luego el
grupo se trasladó a la fiesta de San Pedro 72”, le dijo
hace poco a Lo que se calló un integrante del grupo.
Ante las amenazas reiteradas de Marqueces y
Calhambeques, la directiva de San Pedro 72 acudió
a la Dirección de Investigación Nacional (DIN) de la
Policía para pedir garantías, pero no se presentó ningún
investigador ni efectivo, sino hasta la noche del lunes 14.
Pero ya era tarde.
El domingo 13, La Paz amaneció con la noticia de
que estaba prohibido el juego con agua, según una
disposición del alcalde Armando Escóbar Uría, que
también vedó los disfraces relacionados con el clero, las
Fuerzas Armadas, la Policía y “todo lo que constituya un
atentado contra la moral y las buenas costumbres”.
Así, durante el día se desarrollaron las tradicionales
entradas de Carnaval y en la noche continuaron las
fiestas en los salones, entre ellas la segunda jornada
de baile de San Pedro 72 en el Cenafi, que una vez
más, según miembros de su directiva, recibieron la
“visita” de dos seguidores de la “alianza” Marqueces y
Calhambeques, que, una vez dentro, “golpearon a una
persona y luego se dieron a la fuga”.
Este sería el segundo aviso y el preludio de lo sucedería
24 horas después, cuando no sólo cambió para siempre
la historia de dos familias, sino de las pandillas juveniles
en la sede de gobierno.
Miriam, la Marqueza
Q
uienes conocieron a Miriam Márquez del Río la
describen como una muchacha “muy linda”, de un
carácter tierno como decidido, y sobre todo recia
durante los enfrentamientos con los grupos rivales.
Se sabe que estudió en los colegios María Auxiliadora,
Inglés Católico, Instituto Miguel Cervantes y Príncipe
de Paz.
“Algo que recuerdo es que tenía un perrito que cuando
ella cantaba, él también lo hacía, eso le gustaba mucho
a Miriam”, dice una de sus mejores amigas, que la
conoció en el colegio Príncipe de Paz, y fue miembro de
las antiguas Marquezas, que Miriam lideró.
Hoy esta mujer, ya de 66 años, radica en Santa Cruz,
pero cuando Miriam murió, en 1972, tenía, al igual que
ella, apenas 16 años. La líder de las Marquezas nació el
21 de septiembre de 1955.
“Nuestro punto de encuentro era el exzoológico o Parque
de Los Monos, donde también, de vez en cuando, nos
enfrentábamos con otros grupos con golpes y cadenas”,
recuerda.
La vestimenta típica de las Marquezas en la década del
70 eran las botas negras largas, arriba de la rodilla; los
ponchos con hombreras y de medio pecho; y los famosos
pantalones cortos o hot pants, tipo short o minifalda.
Esta vestimenta resaltaba en Miriam, que con sus 1,68
metros de estatura, y el cabello negro ligeramente
ondulado, aparentaba tener más edad.
La noche del lunes 14 de febrero, Miriam, según cuentan
los testigos, entre ellos Richard Trigo, sumo a su
característica vestimenta un abrigo largo, muy parecido
al que también usó su hermano Freddy, y que la hacía
aún más imponente.
Alrededor de las 21 horas de ese día, consumando las
advertencias que hicieron el sábado y el domingo, un
grupo de élite de los Marqueces y Calhambeques, se
subió al camión de su comparsa y se dirigió a la fiesta de
San Pedro 72, en el salón del Cenafi, de la calle Ballivián.
Llegaron al lugar alrededor de las 21.30, con el objetivo
de sacar al conjunto Tabú y llevarlo a su fiesta. Más tarde,
el entonces jefe del departamento de Radiopatrullas,
coronel Eulogio Márquez, citado por el periódico Última
Hora, confirmó que el conflicto se produjo por la
irrupción de unos en la fiesta de otros para “sacar a la
fuerza al grupo Tabú”.
“Llegamos y vimos que las puertas estaban
abiertas…, pero no nos dejaron entrar. Siempre hay
uno que saca la mano y mete el sopapo o el puñete, o
bota la mesa. Así entramos todos a sacar al conjunto.
Ahí se vino la otra parte (miembros de los clubes
San Pedro 72, y en especial los Tigres). El ingreso
del Cenafi es como un callejón, de ahí nos sacaron a
empujones, piña por aquí, piña por allá, y se armó la
pelea en el callejón, grave. Como no éramos muchos,
nos rebasaron, escapamos, y para que no nos sigan
“Algo que recuerdo es
que tenía un perrito que
cuando ella cantaba, él
también lo hacía, eso le
gustaba mucho a Miriam”
Marzo 2022 43
cerramos la puerta del Cenafi, pero, cómo es el improbable que las hayan ocasionado “sus propias
destino, no había con qué trancar la puerta, y todos compañeras”, por lo menos no la que le causó la muerte,
escapamos por todo lado”, dice Richard Trigo. ya que luego apareció un autor confeso.

Según los representantes de San Pedro 72, en
declaraciones a los medios impresos de entonces, esa
noche ingresaron a la fuerza a su fiesta alrededor de
50 personas, todas borrachas y “armadas con cadenas,
navajas, botellas, objetos contundentes” e incluso
armas de fuego que fueron disparadas.
Respecto a si dispararon armas de fuego y de qué grupo
provinieron, existe más de una versión.
“Alguien agarró un revolver y apuntó hacia arriba, lo vio
a Javier Márquez y le apuntó, el momento en que iba a
disparar, Miriam se atravesó para cubrirlo a su hermano
y ella recibió el disparo en el cuerpo, delante mío cayó
ella, la gente se paralizó y algo que me duele mucho: sus
propias compañeras, sus propias amigas, la cosieron a
cuchilladas a su jefa”.
Las declaraciones corresponden a Dante Uzquiano,
vocalista de Wara y en ese entonces de Tabú, en una
entrevista en el programa QD Show, y quien asegura
haber estado solo a metros de la pelea.
Lo cierto es que esa noche Miriam no recibió ningún
disparo, según lo confirma el informe oficial de autopsia,
y que veremos líneas más abajo.
A base del mismo documento, tampoco son ciertas
las “37 puñaladas” que recibió, según Uzquiano, y es
Al respecto el exintegrante de Tabú, que pidió no
identificarse, nos aclaró: “Cuando nos encontrábamos
tocando se escuchó un alboroto y la gente dejó el salón
de baile y se dirigió a las puertas del local, fue entonces
que escuchamos un disparo y por tanto abandonamos
la fiesta por la puerta de servicio. No vimos quien
atacó a Miriam, pues la trifulca se armó en la puerta
principal del local, alejada del salón de baile. La fiesta se
suspendió inmediatamente y la gente escapó del lugar.
Al día siguiente nos enteramos por la prensa que Miriam
había sido apuñalada y había fallecido”.
Para los Marqueces, como se refiere en su documental,
fueron “los Tigres los que empezaron a disparar armas
de fuego, otros blandían cadenas, cachiporras y dagas”.
Según el periódico Hoy, a base de la declaración de
un testigo, alguien de los Tigres disparó, apuntando a
Freddy Márquez, pero la bala impacto a Carlos Trigo y “a
un tal Alfredo”.
Según los registros policiales de la época, es posible que
dicha persona se trate de Alfredo Terán, de 17 años, uno
de los cinco heridos esa noche, junto con Freddy (21) y
Miriam (16) Márquez, además de Marcelo Llanos (21) y
Carlos Salvatierra (23).
Días más tarde, la Policía identificó a quien hizo el parqueada a una cuadra del lugar, entre Ballivián y
Basta sacar el promedio de estas edades para percatarse disparó, pero en ningún registro ni reporte periodístico Colón. Freddy Márquez asegura que, a pesar de estar
que la mayoría de los asistentes, invitados y no invitados, se cita su nombre, solo su edad: 22 años. herido, logró tomar un taxi y llevar a su hermana rumbo
a la fiesta del Cenafi eran menores de 20 años. al Hospital del Tórax. Según el jefe de Radiopatrullas,
Del Cenafi al Tórax fueron ellos los que los llevaron al nosocomio con ayuda
de efectivos de la Guardia de Seguridad Pública.

D
el pasillo del Cenafi la pelea se extendió a la calle
Ballivián, a la altura de una farmacia que había
en esa calle. Entonces Freddy Márquez cayó de
bruces, según él luego de recibir una puñalada inicial
por la espalda. Estando boca abajo, fue herido en por lo
menos cinco oportunidades más.
Como fuere, Miriam no pudo resistir y falleció en el
camino. La causa directa fue el sangrado por dentro
y por fuera que le causaron sus heridas, en particular
la más profunda, de cinco centímetros, que perforó el
pulmón derecho.

“Para defender a su hermano, se abalanzó Miriam, a Freddy Márquez, en cambio, cuya situación también era
quien le pusieron una zancadilla, ocasionándole una delicada, fue intervenido en dos ocasiones, estabilizado
caída. Fue entonces que la aplicaron la puñalada en el exitosamente y luego internado en el primer piso del
mismo suelo”, dijo un testigo al periódico Hoy. Tórax.

En realidad, fueron al menos cinco heridas por arma Acciones tardías

cortopunzante, según la autopsia.

“Mi hermana puso su cuerpo para evitar que me vuelvan
a apuñalar, pensó que a ella no la agredirían”, dice
Freddy.
L
a Policía, que había sido advertida dos días antes
de que algo así podía suceder en la fiesta del
Cenafi, empezó a hacer redadas por toda la ciudad
y requisar las casas de los sospechosos.

“Como tenía el mismo corte de pelo que su hermano
y también vestía con un abrigo largo, pensaban que
era él y la apuñalaron”, recuerda Richard Trigo, de los
Calhambeques, que junto con otros de sus compañeros,
cuando vio que todo se puso color hormiga, corrió hacia
el camión de la comparsa en la que llegaron, que estaba
Esa misma noche retuvo un vehículo Wolkswagen, con
la placa 53873, en la avenida Mariscal Santa Cruz, donde
se decomisó un fusil corto mausser, según el periódico
Hoy. Y se detuvieron entre 13 y 15 personas, la mayoría
menores de edad, entre ellas la pareja del presunto
asesino, informó el entonces director nacional del DIN,

44 Lo Que Se Calló Marzo 2022 45


“Al día siguiente apareció
en los periódicos que
fue por culpa del grupo
Tabú… Juraron matarnos
porque según la prensa
nosotros éramos autores
por hacer un contrato
doble”
Tito Vargas, quien culpó a los padres de los jóvenes que
asistieron a la fiesta por lo sucedido.
En el caso de los menores de edad, “al tratarse de un
vulgar crimen” fueron arrestados en instalaciones del
DIN y no del Consejo Nacional del Menor (Coname),
informó Vargas.
“Lo único que nosotros atinamos a hacer es recoger
nuestros equipos y escapar de ahí”, dijo Dante
Uzquiano al programa QD Show, lo que contradice la
aclaración pública que hizo el grupo Tabú esos días: No
intervenimos en la gresca, “prueba de ello es que luego
del incidente continuamos amenizando la fiesta hasta
las 11 de la noche, en que se presentaron 30 agentes
del DIC y arrestaron a los que allá se encontraban,
exceptuándonos a nosotros. Estábamos cumpliendo
un contrato firmado y en ese entendido, incluso al día
siguiente, volvimos a presentarnos al lugar, pero nos
retiramos porque se había suspendido la fiesta”.
Horas más tarde del incidente, se realizó la autopsia
del cuerpo de Miriam, con la presencia de: Rodolfo
Melgarejo, agente fiscal en lo penal; Roberto Quinteros,
46 Lo Que Se Calló
a QD Show, aludiendo al poder de los Marqueces de
jefe del DIN departamental; Zenón Bascopé, feje
de Laboratorios del DIN; Marcial Encinas, jefe de
esos días, calificándolos como “sicarios de Banzer”.
Homicidios del DIN; médicos del Hospital del Tórax; y
“El gobierno los utilizó, tenían su venia, se paseaban
en los jeeps Blanca Nieves, los Toyota blancos, todos
el redactor de Última Hora. Es precisamente gracias al
reporte de este último que se conoció públicamente el
con ametralladoras”, recuerda.
siguiente informe forense: “Heridas cortantes en ambas
“Este hecho nos acarrea el riesgo de ser motivo de
orejas, cianosis (coloración negruzca de la piel debido
a problemas circulatorios) en ambas manos, herida
injustificadas represalias y el desasosiego en nuestros
cortante de 1 centímetro en el tercio superior izquierdo
hogares”, decía el comunicado del grupo esos días,
refiriéndose a los varios meses que sus integrantes,
del muslo izquierdo, herida cortante superior posterior
de antebrazo izquierdo, herida cortante de 5 centímetros
todos menores de edad, tuvieron que estar “escondidos”,
en la región dorsal derecha, equimosis lineal (mancha
como lo cuenta Dante Uzquiano:
negruzca o amarillenta en la piel a causa, generalmente,
“Nos quedó escapar de nuestras casas y nos alojamos
de un golpe) en el tercio inferior izquierdo del muslo
en la casa de un amigo… Estábamos escondidos
izquierdo”.
porque (los Marqueces) nos esperaban en la esquina de
nuestras casas, decididos a eliminarnos por la muerte
El fin de una era
de su hermana…Luego alquilamos una casa en la zona
Vallejo, en presencia del
L
Sur de La Paz…, donde ensayábamos desde las 8 de
a muerte de la líder de las Marquezas fue
un suceso local y nacional, y lo demuestra la
la mañana…, nadie sabía que estábamos ahí por seis
meses. Los vecinos la conocían como la ‘casa loca’”.
fiscal de turno, confesó
importante cantidad de gente que fue a su velorio
en instalaciones de la Sociedad Obrera de la Cruz, en la haber acuchillado a Miriam
calle Pichincha, el miércoles 16 febrero, y a su entierro
El relato de Uzquiano coincide con la de muchos que no
solo se cambiaron de casa o ciudad, sino que salieron
y a Freddy, aunque aclaró
en el Cementerio General, en un féretro blanco, el
jueves 17.
del país para evitar represalias. “Nos buscaron a todos, que “no quería matarla” y
entre ellos a mi hermano Carlos, como jefe de los
Calhambeques, que tuvo que irse a Estados Unidos,
que la herida que le causó
Ese día, el Centro Nacional de Formación Integral
(Cenafi) aclaró que no es un local de bailes y que la
junto con otras 10 personas”, dice Richard Trigo fue “accidental”.
Zambrana, otro de los fundadores del grupo, que volvió a
monumental gresca fue fuera de sus instalaciones. Solo
reunirse con ellos recién 10 años después de la muerte
fue la primera de decenas de aclaraciones y descargos
de Miriam. Fue remitido a la cárcel de San Pedro y el resto de
que se publicaron en los medios impresos, entre ellas
quienes formaron parte de la pelea recibieron un
la de Tabú, conjunto al que la prensa apuntó como el
Como suele suceder, no todos recuerdan el mismo arresto correccional de cinco días. Según denuncian los
principal causante del problema.
episodio de la misma manera. Según el otro integrante Marqueces, y así aparece en su documental, Vallejo solo
del grupo, no hubo dicha persecisión: “No sufrimos estuvo recluido seis en el penal de San Pedro y luego
“Al día siguiente apareció en los periódicos que
persecución de nadie. Éramos menores de edad y dejó el país, posiblemente a Brasil, donde murió por
fue por culpa del grupo Tabú… Juraron matarnos
nuestros padres nos prohibieron seguir tocando y causas desconocidas.
porque según la prensa nosotros éramos autores
por ello ese fue el fin del grupo Tabú. El giro hacia la
por hacer un contrato doble”, dijo Dante Uzquiano
música autóctona se produjo tres años después, fruto Los meses siguientes al Carnaval del 72 la Dirección
de la evolución cultural y musical de algunos de los de Investigaciones de la Policía dispuso “ejercitar
integrantes de Tabú que conformamos el nuevo grupo un estricto control de todas aquellas personas que
denominado Wara”. luzcan melenas y barbas crecidas, procediendo al
corte de las mismas en quienes no tengan motivo
El fiscal Néstor Mendoza se hizo cargo del caso, justificado de lucirlas”.
requiriendo inicialmente a 24 personas. “Es propósito
del Ministerio Público sancionar con todo el rigor que “Ahí cambio todo, fue el fin de una era”, dice hoy Richard
establecen las leyes penales de nuestra economía Trigo de los Calhambeques.
jurídica esta clase de delitos, en resguardo y protección
de los menores de edad y de la ciudadanía”, declaró a En los editoriales y notas de opinión de los periódicos
la prensa. se advertía sobre las consecuencias de la “generación
beatnick”, con la que comulgaban hippies y rockeros
No pasaron ni seis horas de la declaración del fiscal y rebeldes que impulsaban la revolución sexual, el
solo un día del entierro de Miriam, cuando el viernes 18 “bandolerismo juvenil” y el “matonismo”.
de febrero, la Dirección de Investigación Nacional (DIN)
detuvo al autor confeso de su muerte: Hernán Vallejo La sociedad en su conjunto también reaccionó a la
Núñez del Prado, de 22 años. trágica muerte de Miriam Márquez, con padres que
alejaban a sus hijos de las pandillas y jóvenes de corte
Vallejo, en presencia del fiscal de turno, confesó haber firpo, uñas recortadas y de “buenas maneras”. Algunos
acuchillado a Miriam y a Freddy, aunque aclaró que de ellos fueron gestores, primero, de la caída de la
“no quería matarla” y que la herida que le causó fue dictadura y luego de la recuperación de la democracia
“accidental”. en 1982.
Marzo 2022 47
 “Que estaban matando a los perros

Salieron que se cruzaban en su camino y

que no habían perdonado ni a los

huyendo de
gallinazos que volaban por los
alrededores”

en su camino y que no habían perdonado ni a los gallinazos

que volaban por los alrededores”.

Cuando los jóvenes salieron de la quinta en la que se diver-

tían, buscando organizar el grupo de respuesta a la pandi-
lla, cada persona que encontraban en su camino les conta-
ba su propia versión de lo que sucedía. Fueron a tocar las
puertas de los más golpeadores, algunos se les unieron,
otros les dijeron que no irían porque los visitantes estaban
armados.

Los irupaneños no llevaban armas, estaban decididos a

desafiarlos a un duelo a puñetes, uno a uno. Los del pe-
queño poblado tenían fama de ser buenos para los golpes y
se hallaban decididos a ratificarlo frente a los indeseables
contrincantes. Cuando doblaron la esquina que da a la ave-
nida Aspiazu, vieron que en el otro extremo, en medio de
la vía, estaba estacionado el 4x4. Afuera del motorizado se
encontraban los melenudos, ataviados con sus chamarras
de cuero, fuertemente armados.

Se detuvieron por un momento y hasta dieron unos pasos

atrás cuando escucharon el disparo. Pero fue entonces que
el viejo vecino abrió la puerta de su casa y se puso en media
calle, con la leña en una de sus manos. Comenzó a caminar
decidido a enfrentar a los agresores. La osada actitud hizo
que el resto haga lo propio y tome la misma dirección.

Para entonces, muchos de los pobladores se habían con-

gregado en el lugar y habían comenzado a rodear al gru-
po. Todo anunciaba que la noche irupaneña iba a ser más
lóbrega que nunca. Hasta que se abrió la puerta del mo-

P
torizado y descendió aquella mujer embarazada. Fue ella
POR Guimer Zambrana quien rompió el halo de violencia que se había apoderado
del ambiente.

El alcalde Adams Archondo, anoticiado de lo que esta-

ba sucediendo, llegó en ese momento y pidió que los
udo ser peor. El tradicional silencio de la tranquila tarde irupaneña fue
braba reunirse con los amigos para libar unas cervezas y integrantes de los Marqueces entreguen las armas y
la primera víctima de aquel disparo que se hizo eco entre las quebradas
jugar al sapo. No recuerda con precisión si fue a fines de los abandonen de inmediato el poblado. Así sucedió. Días
de la zona. El viejo vecino que salió de su casa leña en mano y comenzó a
60 o comienzos de los 70. Alguno de ellos había escuchado después recibió un telegrama con el rótulo de urgente
caminar decidido a enfrentar a los visitantes fuertemente pertrechados.
a lo lejos algunos estruendos, pero pensó que se trataba del Ministerio del Interior. Lo conminaban a presentarse
Todo hacía temer que el arrebol que asomaba iba a teñirse de sangre
de cuetillos. No le habrían dado mayor importancia si un llevando el armamento que había comisado. El famoso
viva. Hasta que aquella mujer embarazada descendió del 4x4 que los
muchacho no llegaba al local para avisarles que eran los grupo cumplía “misión oficial”.
trasladó hasta el lugar, desarmando a unos y otros.
integrantes del famoso grupo.
Pero aquellos jóvenes melenudos, que irrumpieron en las
Para entonces, todo el pueblo ya estaba anoticiado de la llegada de los
Irupana es un pueblo tranquilo, lo era más en esa época. calles de Irupana y mataron la tranquila tarde de la locali-
Marqueces a Irupana. La fama de la pandilla paceña había traspasado
Si ya el motor del vehículo en que llegaron los descono- dad yungueña, se quedaron durante muchos años entre los
La Cumbre y el grupo era harto conocido y temido, gracias a historias a
cidos había llamado la atención, peor aún los disparos de mitos del lugar. Que los hicieron escapar desarmados y sin
cuál más preocupantes que llegaban a bordo de los buses de Flota Yun-
quienes lo abordaban. El resto lo puso la imaginación de la mirar atrás, es lo menos que se decía como prueba de la
gueña. René Reguerín dice que era un sábado, porque ese día acostum-
gente: “Que estaban matando a los perros que se cruzaban valentía de los irupaneños…

48 Lo Que Se Calló Marzo 2022 49

Marqueces
de hoy
De las piÑas a las
chocolateadas
POR Marco Basualdo

Cuando el grupo de motoqueros de los Marqueces recorría

por las arterias de la zona Churubamba, viejo casco paceño,
otra cuadrilla de adolescentes salía a su encuentro sólo para
admirarlos. Eran chicos impresionados por esas poses de
caballeros montando sus motos, con pintas extravagantes
y semblantes desafiantes, envueltos en jean, cuero y gafas
oscuras, además de portar el cabello largo. Querían ser como
ellos. Pero aquellos no gozaban de buena fama, y en cuanto los
aún adolescentes hacían conocer sus deseos de pertenecer
a tan afamada congregación, sufrían la censura y hasta
recriminaciones de familiares y cercanos.

Y es que hablar de los Marqueces en los círculos conservadores

paceños del 70 y principios del 80 estaba prohibido. Pero los
muchachos, entre asentimientos y condenas, terminaron
saliéndose con las suyas, aunque virando por completo los
designios de quienes los habían inspirado.

Corría el año 1984, tiempos del descalabro hiperinflacionario de la Unión Democrática Popular (UDP) y,
entre otras novedades de la ciudad, destacaba un recién inaugurado Centro Comercial Santa Anita, en
frente de la plaza Alonso de Mendoza, donde se reunían grupos de jóvenes de la zona Norte paceña.

Entre ellos se encontraba Marco Antonio Rodríguez, uno de los fundadores de esta historia hoy considerada
heredad de la hoyada. Él tendría 14 años cuando empezó a reconocer las andanzas del grupo de Freddy
Márquez y compañía y, como muchos de sus amigos, quería integrarse al mito urbano. Sin embargo, se
topaba con un pequeño gran problema: era muy joven para hacerlo, aunque terco para desechar la idea.
“Por esas cosas de la vida, conocí a Alberto ‘Beto’ Márquez, el medio hermano menor de la familia que
era más o menos de mi edad; fue él quien me introdujo en esa nueva tendencia entre jóvenes que vestían
ropa de cuero y escuchaban música rock. Juntos, propusimos formar una suerte de filial entre quienes
admirábamos al grupo de su hermano mayor”, recuerda.

El inicio fue problemático. Además de recibir el rechazo y repudio de sus padres frente a sus duras
intenciones, también sufrió la negativa del líder máximo del grupo. “Freddy no quería saber nada en un
principio. Y fue frustrante porque nosotros les teníamos admiración y hasta un poco de temor”. Estos
chicos, avezados, habían sido los autores de innumerables grafitis en las paredes citadinas con la palabra
Marqueces, motivo por el que fueron citados por Freddy para aclarar el tema. “Nos convocó y nos dio
una gran puteada, fue impresionante para nosotros. Nos dijo que, si íbamos a formar un grupo, que no le

50 Lo Que Se Calló Marzo 2022 51

pongamos el mismo nombre. Pero pese a las advertencias,
nosotros continuamos”, explica Marco, “y de a poco, Freddy
nos fue aceptando”.
Conocidos en aquel inicio como Marqueces de la Alonso, el
grupo fundado el 20 de octubre del 84 llegó a sumar cerca
de 50 miembros, que mudaron su punto de encuentro
del Santa Anita hacia la plaza Alexander, a metros de una
comisaría de la Policía Nacional, sobre la calle Pando. “Los
policías ya nos conocían, siempre nos recomendaban que
no hagamos macanas y que después nos vayamos nomás
a nuestras casas”, dice el líder de la segunda generación
de Marqueces. Sus principales actividades se repartían
entre celebraciones estudiantiles y conciertos de rock,
muy alejadas de cometidos delincuenciales como muchos
pensaban, aclara el Presidente de este colectivo. “Nos
dedicábamos a ir a fiestas, siempre nos invitaban colegios
como el Inglés Católico, Lourdes, Rosa Gattorno. Muchas
chicas querían como paje a uno de nosotros”, cuenta y
ríe Marco. “También asistíamos a conciertos rockeros,
donde estaban de moda grupos como Stratus, Collage,
Luz de América, y donde nos encontrábamos con otros
grupos. Peleas hemos tenido como todo aquel que vive
su adolescencia con mucha pasión. Pero no andábamos
buscando pleitos, aunque era una época con presencia de
muchos grupos juveniles”.
El paso del tiempo
“Los Movack, Los Niños, Los Flash o Los Locos eran algunos
de los grupos de esos años. Era como una moda y, si bien
52 Lo Que Se Calló
había ciertas rencillas por el tema de territorio, estaban
muy lejos de dedicarse a la delincuencia. Pasaron los años,
muchos han estudiado y formaron sus hogares”, cuenta
Víctor “Ducky” Durán, también miembro de la agrupación y
de su directorio. “Hoy nos vemos con algunos miembros de
los otros grupos y nos saludamos de manera muy cordial,
los años han pasado y hemos crecido”, añade “Ducky”.
Ése paso del tiempo del que habla, refiere a la postura que
de a poco fue asumiendo la agrupación rebautizada como
Familia Marqueces el 20 de octubre de 1995, pues varios
de los Marqueces de la Alonso se casaron con algunas de
sus integrantes, tuvieron hijos, algunos nietos, y las cosas
fueron cambiando con ese pasar de años. “Las mujeres
fueron incluidas en el grupo de una manera más formal, ya
no éramos sólo hombres en busca de fiestas y conciertos”,
dice “Ducky”.
“Y como sucede con todas las familias, empezamos a
reunirnos para celebrar cumpleaños, matrimonios,
bautizos. Y también fuimos sumando un sinfín de
actividades como encuentros deportivos, visitas a la
virgencita de Copacabana, que es nuestra patrona,
labores de beneficencia y hasta misas de salud, que se
han intensificado con la pandemia por el coronavirus”,
explica Marco. Esta gran familia es muy devota. Además
de oficializar sus peregrinaciones por Semana Santa
hacia Copacabana de manera anual, sus miembros
también han institucionalizado un preste que se realiza
cada 20 de octubre, desde hace 20 años, en honor a su
figura reconocida como “Patrona de los Marqueces”.
Este papel de promotores de tareas cívicas,
también definió que a fines del 2019, antes de la
pandemia, el grupo decidiría crear su directiva en
elecciones democráticas para varias carteras, con
el objetivo de aquilatar sus tareas. Las actividades
más importantes tienen que ver con sus labores
sociales y de beneficencia, como la realización de
“chocolatadas” para niños de la calle en fechas
como el Día del Niño o la Navidad, entre otras. “Es
increíble como un chiquito puede sonreír con un
regalo y un buen desayuno, para mí, esas actividades
de fin de año son las que más gratitud me traen”,
dice “Ducky”, emocionado. Marco acota: “En cuanto a
nuestras obras sociales, solemos hacer colectas para
ayudar a muchos de nuestros miembros en estado de
necesidad o también a gente ajena al grupo que ha
sufrido alguna desgracia”.
Otra de estas actividades refiere a las disciplinas
deportivas. El grupo cuenta con dos equipos de fútbol
en plena competición, uno de ellos representado por
los hijos de la Familia Marqueces en el campeonato de
Obrajes, y otro formado por los miembros cincuentones
en el campeonato que se juega en Km 7 con los colores
rojo y negro. “El equipo lo integran amigos que no
necesariamente pertenecen a la Familia Marqueces,
no somos un grupo cerrado y aquel que quiera jugar en
nuestro equipo tiene las puertas abiertas. Pero tiene
que jugar bien”, ríe y explica Marco, sobre el cuadro
que en principio se llamaba Alonso de Mendoza.
Por otro lado, la agrupación también empieza a heredar
parte del patrimonio de los motoqueros primigenios
al frente de Freddy Márquez. La idea es levantar un
museo —ya cuentan con un terreno en Achocalla— que
reconstruya el pasado motoquero y el perfil actual.
Entre esas prendas, figura una bandera de franjas
roja-blanca-negra con una Cruz de Hierro. Entonces,
la pregunta es inevitable: ¿Alguna ideología extrema al
interior de la Familia? “Nosotros no tenemos ninguna
ideología ni militancia política. Sabemos muy bien
lo que representaba la simbología con tendencia de
derecha entre los primeros Marqueces, pero nosotros
queremos descartar cualquier acercamiento. Por
mayoría, hemos decidido que no tenemos nada que ver
con nacionalismos ni neonazismos. En nuestra familia
hay gente de derecha, de izquierda; somos libres en
nuestras decisiones y no mezclamos las cosas. La Cruz
de Hierro nos identifica en cuanto a la simpatía que
siempre nos generaron los Marqueces y que siempre
nos ha unido”, explica rotundo el presidente Marco
Rodríguez.
La Familia tiene programada una próxima visita en Semana
Santa donde “su” mamita de Copacabana. También planean
tramitar su personería jurídica e invitan a los interesados
a visitar su página por si quisieran integrarse. Luego los
aguarda las labores para el civismo paceño que trasciende
todo julio y octubre, su preste anual, además de las fiestas
de fin de año con olor a chocolate. Aroma que manda al
olvido el rugir de motores y el sonar de cadenas.
Marzo 2022 53
 L
a noche del lunes de Carnaval de 1972 el sol se puso
en una La Paz alegre y en aprestos de festejo, pero
el Martes de Ch’alla se levantó sobre una ciudad de
luto y que había cambiado para siempre, en cuestión
de horas.

Tras la noche trágica en la que Miriam Márquez fue

asesinada, el ambiente paceño cambió por completo.
La prensa tardó un par de días en publicar la noticia
y, aunque lo hizo en las páginas interiores, la noticia
ya recorría la ciudad de ladera a ladera y de boca en
boca.

El jueves 17 de febrero, tres días después de los su-

cesos, los detalles del crimen comenzaron a hacerse
“virales” para usar un término actual, “En violenta
riña callejera murió uno de los marqueces”, decía El
Diario, “Un muerto y varios heridos en gresca, prota-
gonizada el lunes, por grupos juveniles” consignaba
el periódico Hoy.

La reacción de condena de la sociedad se estrelló

contra la juventud como colectivo. Las voces escan-
dalizadas pedían acabar con el desenfreno de las
pandillas, por todas partes se levantaban voces de
apercibimiento a los padres de familia para que con-
trolaran a sus vástagos, las redacciones de los pe-
riódicos se llenaron de cartas de ciudadanos airados
que reclamaban mano dura…

La paranoia parental y el descontento social por el

trágico desenlace de la fiesta juvenil fueron el caldo

El fin
de cultivo perfecto para que la dictadura banzerista
comience a poner en marcha la máquina de la re-
presión.

de una
El productor y conductor de TV, Hugo Reyna, lo re-
cuerda muy bien. “Afectó bastante, los padres empe-
zaron a cuidar más a sus hijos; nos hicieron recortar
el cabello nuestros propios papás. Incluso, como go-
bernaba Banzer, cerca de la plaza Murillo se insta-
POR MARCO BASUALDO laron militares y un peluquero, y al que lo veían con
melena lo hacían corretear, melenudo que veían por

54 Lo Que Se Calló Marzo 2022 55

ahí decían que era pandillero. (…) Es que como hubo
ese problema, nadie quería saber de los hippies”.

Al escándalo se sumaron prejuicios y estigmatiza-

ciones. Una nota de la sección Policiales publicada
también en el periódico El Diario, señalaba que la Di-
rección de Investigaciones del Ministerio del Interior,
“ha dispuesto que, a partir de la fecha, por medio de
todas sus secciones y detectives de la Central Poli-
cial, se ejercite un estricto control de todas aquellas
personas que luzcan melenas y barbas crecidas,
procediendo a la vez al corte de las mismas de todos
aquellos individuos que no tengan motivos justifica-
dos para lucirlas”. De esta manera se iniciaba una
persecución basada en estereotipos.

Las columnas de opinión de los periódicos impulsa-

ban la censura con encendidos discursos admonitorios
como la carta publicada por El Diario días después de
la desgracia. “Ciertamente las autoridades y demás
personas encargadas de velar por la juventud, no han
cumplido su papel, especialmente aquellas que confor-
man el organismo de censura de películas en las cuales
aparecen estos personajes en violenta acción y se cono-
cen con el nombre de beatnik”. El séptimo arte también
pasaba a ser cómplice, según algunos, de esta influen-
cia foránea. “Esto ya no es exhibición de varonilidad. Ni
valentía. Ni orgullo juvenil. Es locura y perdición”, reza-
ba en parte la misiva.

Y no sólo se interpeló a los Marqueces. Todas estas

agrupaciones empezaron a ser censuradas, incluso
algunos de sus miembros, dadas las circunstancias de
una posible persecución, se esfumaron por completo.
“Por un buen tiempo desaparecieron los grupos. Algu-
nos Calhambeques se fueron a los Estados Unidos, in-
cluso los Tabú tuvieron que cambiarse de nombre para
volver a tocar”, dice Reyna.

Uno de los líderes del grupo Calhambeque, también

confirma ese punto de giro que dio la sociedad paceña
Fuera melenas, abajo el rock El bajista Luis Eguino, del grupo cochabambino 50 de impuestas. En ese sentido, algunos medios, considera-

a partir de este sangriento suceso. “Nos buscaron. In-
cluso mi hermano se tuvo que ir a los Estados Unidos
y junto a él unas diez personas de los Calhambeques“,
dice Richard Trigo Zambrana.
El hecho obligó a muchos a abandonar esas andanzas.
“Nos tuvimos que perder unos diez años. Ha sido muy
grave. Había mucho recelo para todo, primero los pa-
dres que nos empezaron a cortar el pelo, si usted quería
viajar las autoridades también exigían el pelo corto. La
Policía tenía toda la potestad para hacer sus controles”.
El punto de quiebre que supuso la muerte de Miriam
Márquez fue el fin de una era. Coincidencia o no, los
años 1972 y 1973 fueron los años más salvajes del sep-
tenio de la dictadura banzerista. Centenares de perso-
nas fueron detenidas, torturadas, muertas o desapare-
cidas bajo la consigna de establecer en el país “Orden,
Paz y Trabajo”.
E
l pelo largo y el uniforme castrense son como
el agua y el aceite. No se mezclan. Por ello,
cuando en Bolivia se empezó a vivir un régi-
men perseguidor, las huestes de perfil transgresor
empezaron a ser señaladas por las rigurosas auto-
ridades de turno. Entre ellos, los jóvenes rockeros,
esa naciente tribu urbana que abrazó el rock & roll,
de origen e idioma foráneo, en las principales ciu-
dades del país. No encajaban en una sociedad con-
servadora que buscaba reorganizarse, según los
militares; por ello, una vez perpetrado el golpe de
Estado, sus verdugos se plantearon una supuesta
guerra interna contra la subversión. Entre sus listas
de víctimas figuraba el rockero, aquel personaje que
por su aspecto hippie e insurrecto era sinónimo a
marxismo. Y en ese contexto, los melenudos blinda-
dos de música, pasaron a ser la piedra en las botas
de los armados con metralla.
Marzo fundado en 1969, junto al baterista Germán Ur-
quidi, el guitarrista Óscar Astete y el cantante Benjo
Gómez, fue víctima-protagonista de esa estigmatiza-
ción que propinaban los militares a los músicos de rock.
“Vestir ropa extravagante y usar el pelo largo eran sufi-
cientes, para que los ‘milicos’ te detengan donde sea, a
pedirte documentos, a preguntarte a qué te dedicabas,
en fin. Te acosaban por cualquier cosa”, narró el músico
que también militó en bandas como 606 y Circus.
La sociedad boliviana de ese entonces vivía bajo las li-
mitaciones que imponía el régimen, como en la mayoría
de los países vecinos; las fiestas no podían prolongarse
hasta altas horas de la noche, y los grupos de jóvenes
melenudos eran perseguidos y atosigados por los uni-
formados. La doctrina militar también imponía su con-
cepción autoritaria en el plano de la cultura, tratando
de destruir cualquier vía de resistencia a las políticas
dos contestatarios, también se encontraban en la mira,
como Radio Chuquisaca, especializada en difundir mú-
sica rock, la cual fue atacada y luego clausurada. “Des-
truyeron nuestros equipos y también nuestro material
discográfico”, solía narrar Luis Kuncar (+), productor y
músico de bandas como OM, Lua Nova y Unión Contem-
poránea, sobre aquellos días en los que trabajaba en la
radio que dirigía su madre Mercedes.
Belisario Salgado, del grupo Four Stars y Mandrill, de
la populosa zona norte de La Paz describió muy bien
ese ambiente. “Nos trataban de maricones, de hippies
fracasados, de drogadictos, de todo. Y cuando nos de-
tenían, tenían el apoyo de nuestros padres que no so-
portaban vernos en esas andanzas. Ha sido una época
difícil para todos los jóvenes sólo por hacer rock y vestir
diferente. Nosotros nunca militamos con el comunismo.
Sólo éramos jóvenes rockeros”.

56 Lo Que Se Calló Marzo 2022 57

 LEY Nº 1357 / DS. Nº 4436
IMPUESTO A LAS
GRANDES FORTUNAS

¿Quiénes deben pagar Tiempo de residencia

este impuesto? en Bolivia

Quedan excluidas: El IGF se aplicará a

Empresas unipersonales personas nacionales o
Residentes en Bolivia con valor neto de la extranjeras que
fortuna en el país y/o en el exterior, mayor de Empresas públicas
Sociedades comerciales permanezcan en el Estado
Bs30 millones
Sociedades cooperativas Plurinacional de Bolivia por
No residentes en Bolivia con valor neto de la Sociedades anónimas mixtas más de 183 días, en forma
fortuna en el país mayor de Bs30 millones Toda otra persona jurídica continua o discontinua, en
un periodo de 12 meses

¿Qué bienes cuentan para valuar

el total de las grandes fortunas? Deducciones

Los saldos de capital pendientes

de pago por préstamos de
Bienes Suntuarios entidades reguladas por la ASFI
Bienes Bienes Muebles (joyas, artículos de lujo, Activos
Inmuebles sujetos a registro colección, filatelia, etc) Financieros Aquellas reguladas y controladas
por instituciones
gubernamentales equivalentes a
la ASFI en el exterior

Derechos (procedimiento o Otros bienes con

invento patentado) Dinero valor económico

¿Cuándo y cómo se ¿Cuánto es el

paga? impuesto a pagar?
Base imponible en Con descuento en
jueves
Anualmente bolivianos (*)
Alícuota
bolivianos de:

31
de marzo
Las personas residentes nacionales tienen un
plazo hasta el último día hábil del mes de marzo
(Este pago se puede realizar: en efectivo,
De 30.000.001 a
40.000.000
De 40.000.001 a
1,4% 150.000

1,9% 350.000
vence el electrónico y/o a través de transferencias) 50.000.000
primer plazo
Mediante la De 50.000.001 2,4% 600.000
Declaración En adelante
viernes Las personas no residentes que están en el
Jurada (Form. 022

29
*Valor neto de la fortuna menos saldos de préstamos pendientes de pago a entidades
extranjero tienen un plazo hasta el último día y Form. 023) a reguladas por la ASFI
hábil del mes de abril (Este pago se puede través de la página
de abril realizar: en efectivo, electrónico y/o a través de web del SIN Ejemplo del
vence el transferencias) impuesto a pagar

segundo plazo Valor neto de Importe a

Alícuota Menos descuento
la fortuna de Ley pagar

Bs448.000
Pago a cuenta De 32.000.000
(1,4%)
-Bs150.000 Bs298.000

Bs912.000 -Bs350.000 Bs562.000

De 48.000.000
(1,9%)
Impuestos municipales y IUE efectivamente pagado en la
gestión que se liquida, Bs1.320.000 -Bs600.000 Bs720.000
departamentales efectivamente De 55.000.000
(2,4%)
pagados de la gestión inmediata (correspondiente a la gestión
anterior o en el año por el que se inmediata anterior). La
paga al IGF compensación del IT con el IUE
pagado es excluyente Atención

Si no se paga el IGF, la multa corresponde al

200% del tributo omitido

800-103444 www.impuestos.gob.bo