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Durante la larga invasión de los lombardos (finales del siglo VI), diversos
elementos del rito galicano entraron con fuerza en el rito milanés. Al mismo
tiempo, la presencia de monjes griegos y sirios hizo aparecer nuevos de
origen bizantino. Se produjo así una liturgia no autóctona, pero con buena
base de arraigo.
Sin embargo, entre los siglos VIII y XIII, el canto carolingio encargado
por Carlomagno se convirtió en lo que ahora conocemos como canto gregoriano ,
que comenzó a influir y, finalmente, a reemplazar a la mayoría de las otras
tradiciones occidentales de canto llano. En el siglo XII,
el canto mozárabe , galicano , celta , romano antiguo y benévolo todas las
tradiciones habían sido efectivamente reemplazadas por el canto gregoriano. Solo
el canto ambrosiano sobrevivió, a pesar de los esfuerzos de varios Papas durante
un período de varios siglos para establecer la hegemonía gregoriana. Una crónica
del historiador milanés Landolphus de alrededor del año 1000 relata una leyenda
que dos sacramentarios, uno gregoriano y otro ambrosiano, fueron colocados en
un altar para ver qué canto tenía la aceptación divina; milagrosamente, ambos
libros se abrieron simultáneamente, mostrando que ambos eran igualmente
aceptables.
CARACTERÍSTICAS
Casi todos los textos utilizados en el canto ambrosiano son prosa bíblica , no
poesía métrica, a pesar de que Ambrosio introdujo la himnodia oriental en
Occidente. El canto ambrosiano cumple dos funciones principales en la liturgia
ambrosiana: proporcionar música para el canto de los salmos en los oficios
monásticos y cubrir diversas acciones en la celebración de la misa .
Los cánticos de Oficio del repertorio ambrosiano todavía están en gran parte sin
investigar, por lo que solo se han realizado evaluaciones preliminares.
Las horas menores tienen poco interés musical: algunos himnos , y el más simple
de recitar solo tonos . Los principales cantos del Oficio son los de maitines ,
vísperas y vigilias .
APORTACIONES Y RELEVANCIA
es cierto que la mayoría de los cantos que ahora se utilizan en relación con
el rito ambrosiano o milanés, que con frecuencia se designan en el sentido
más amplio como canto ambrosiano, se originaron en los siglos siguientes
según la liturgia se iba desarrollando y completando. Hasta el momento no
han salido a la luz documentos que prueben que el santo compuso nada,
excepto las melodías de la mayoría de sus himnos. Del gran número de
himnos que se le atribuyen, se ha declarado con certeza que sólo catorce
son suyos, mientras que cuatro más se le pueden atribuir con mayor
o menor probabilidad. Al igual que cualquier otro hombre grande que domina
su época, San Ambrosio tuvo muchos imitadores, y dio la casualidad que se
le llamó “Hymni Ambrosiani” a los himnos escritos por sus contemporáneos o
por los que vinieron después de él, en la forma que él utilizó, es decir, el
dímetro yámbico. La confusión provocada en el curso del tiempo por el uso
indiscriminado de esta designación ha hecho necesario el estudio y la
investigación sin fin antes de que se decidiese con algún grado de certeza
cuáles himnos eran de San Ambrosio y cuáles de sus imitadores. En cuanto
a las melodías, ha sido igualmente difícil para los arqueólogos distinguirlas y
restaurarlas a lo que fue probablemente su forma original.