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El análisis realizado por un conglomerado de investigadores de dicho instituto, señaló que por la
magnitud de los volúmenes de captación y colocación de crédito, las pérdidas incobrables por los
mismos que las instituciones bancarias presentan ante el SAT, pueden fungir como una posible vía
de evasión o elusión.
Desde el ejercicio fiscal 2014, la deducibilidad de las pérdidas por créditos incobrables se modificó
con la reforma a la LISR, pasando de una deducción de estimaciones preventivas a deducción de
“castigos”, el cual, es la cancelación del registro del crédito en los estados financieros.
Vale la pena mencionar que la Comisión Nacional Bancaria y de Valores (CNBV) señaló que son los
consejos de administración de las instituciones, los responsables de aprobar sus políticas de
crédito y castigos, lo que significa que estas tienen sus propias normas respecto a cuándo se
cumplió con el requisito de agotar las gestiones formales de cobro o la imposibilidad de recuperar
el crédito.
“La laxitud y heterogeneidad en los criterios para definir una pérdida por incobrabilidad
proporciona a las instituciones bancarias la posibilidad de eludir o evadir el ISR, a través de la
presentación de deducciones por cuentas incobrables”, apuntaron los expertos en el estudio,
quienes recordaron, este no es un problema exclusivo en México.
En 2014, por ejemplo, autoridades de Estados Unidos y Reino Unido investigaron al banco suizo
Union des Banques Suisses (UBS), implicado en la manipulación del mercado de cambios y ventas
abusivas de productos hipotecarios estructurados, y en 2017, el Banco de la Reserva de India
denunció a los bancos comerciales por un aumento de casi el 20% en fraudes de la cartera de
préstamos.