Si se considera la calidad de los objetos producidos, es evidente:
1.� Que no se deben producir cosas malas, nocivas a la saludo
contrarias a la moral; por consiguiente, deben prohibirse la produccion de libros y periodicos irreligiosos, asi como la de grabados y piezas de teatro contrarias a la moral o a la religion. Por tal razon, hay que condenar la produccion del alcohol de mala calidad, el ajenjo, y, en general, los productos falsificados o peligrosos para la salud publica.
2.� Que, hallandose destinada a satisfacer las necesidades del
hombre, la produccion debe seguir el orden de importancia do estas necesidades. Las necesidades se refieren a lo que hace falta o al simple placer; hay cosas necesarias, utiles o agradables. La industria nacional debe, pues, producir, por de pronto, lo indispensable, esto es, los medios de existencia necesarios a la sociedad; en seguida, lo util, esto es, la mejora y el progreso de la sociedad, en fin, lo agradable y el lujo. Por desgracia, en muchos paises este orden se encuentra invertido.