Recuerdo muy bien algunos momentos de mi infancia.
En primer lugar, recuerdo al
pequeño tigre de peluche que me hacía compañía en los primeros años del jardín de infantes. Pero recuerdo haber forjado un vínculo fuerte también con un chico, juntos en la cuna, juntos en todos los años escolares y aún hoy compartimos todo, ya somos como hermanos. Con él compartí los mejores momentos de mi vida, la infancia, que es algo que cada uno de nosotros lleva para siempre en el corazón porque es el momento en que no tienes problemas, eres querido por todos y no haces más que jugar y en el verano ir al mar. Siempre pasaba la mayor parte de los veranos en la playa con mi abuela que me mimaba en todo, todos los días me llevaba a comprar helado al chiringuito y luego cuando regresábamos siempre quería quedarme en su casa a dormir y lloraba porque tenía que volver a casa. Ella es una parte tan importante de mi vida que, aún hoy, casi todos los días voy a visitarla porque sé que ella se preocupa mucho por esto. Mi infancia fue la mejor parte de mi vida, tengo muchos recuerdos, incluso de muchas personas que desafortunadamente nunca he conocido, pero son momentos que quedan para siempre dentro de nosotros.