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Administración Pública
Es aquella que permite planificar, organizar, dirigir y controlar los recursos del Estado. Su
propósito es cumplir con los objetivos pautados, para lograr el beneficio de un país.
El proceso incluye a todas aquellas instituciones y organizaciones públicas, que tienen la
responsabilidad de gestionar los compromisos gubernamentales, en diversas áreas.
La Administración Pública está a cargo de funcionarios públicos especializados. Según sus
cargos y la dependencia oficial en la que se desempeñen, se dedican a establecer, planificar y
distribuir los correspondientes presupuestos, destinados por el Estado, para el desarrollo de
políticas, programas y proyectos públicos.
Ese punto está relacionado directamente con lo que representa la gestión pública de recursos
humanos.
Y en lo que respecta a la gestión pública de recursos financieros, se vincula a la programación
y ejecución del presupuesto del Estado.
Su obligación es que sea invertido en instituciones públicas que brinden a los ciudadanos
servicios en sectores como: salud, vivienda, seguridad, cultura, deportes, recreación, entre
otros.
En fin, la Administración Pública tiene el deber de establecer una relación directa entre los
ciudadanos y el gobierno de turno.
Aunque siempre se habla de pública, privada y mixta a la hora de referirse a los tipos de
administración, algunos afirman que existen otras tipologías que cumplen, a la perfección, con
los objetivos que identifican a este proceso:
Planificar.
Organizar.
Dirigir.
Controlar.
Coordinar.
Evaluar…
Los recursos humanos, tecnológicos, financieros y materiales.
Funciones administrativas
La función de planificar
La función de planificar es la primera y la más importante de la gestión
administrativa. Según Fayol, la empresa necesita un buen plan de acción (o de
proyección), en el que debe participar toda la estructura, lo que permitirá
administrar el área de producción, al personal y a los recursos.
La función de organizar
La función de organizar resulta clave para que la empresa perdure en
el tiempo. Ordenar las tareas según las áreas y la estructura general, permite
optimizar los recursos necesarios, aprovechar el tiempo de trabajo, mejorar el flujo
de trabajo y tomar decisiones más acertadas.
Más allá de los objetivos fijados, de los imprevistos que puedan surgir o del
responsable que esté a cargo de la dirección, es necesario organizar cada parte
de la empresa en lo que se denomina “organigrama”, una representación gráfica
de la estructura que muestra la interacción entre cada parte y las personas que la
integran.
La función de dirigir
La función de dirigir es propia de la gerencia y consiste en dar las órdenes a
la fuerza de trabajo. Las instrucciones claras y concretas de la gerencia, a través
de canales adecuados, garantizan un buen desempeño de los empleados.
La función de coordinar
La función de coordinar consiste en armonizar todas las actividades y los
esfuerzos de cada parte del organigrama, para que accionen en conjunto hacia
los objetivos generales de la empresa. Cada área de la organización se debe
complementar y enriquecer con el trabajo de las otras partes.
La función de controlar
La función de controlar o monitorear asegura que las tareas se lleven a cabo
según lo planificado. Es necesario que los gerentes realicen evaluaciones de
desempeño de los empleados, de manera regular, para anticiparse a posibles
obstáculos o desviaciones de las tareas (lo que entorpecería alcanzar los
objetivos).