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© Ministerio del Poder Popular para el Ambiente

INPARQUES

Presidente de la República Bolivariana de Venezuela


Hugo Rafael Chávez Frías

Ministra del Poder Popular para el Ambiente


Yuvirí Ortega

Viceministro de Conservación
Jesús Alexander Cegarra

Director General de Educación Ambiental


y Participación Comunitaria
Alfredo Maggiorani

Presidente del Instituto Nacional de Parques


(INPARQUES)
Leonardo Millán

Directora General Sectorial de Parques Nacionales


Hilda Ángel

Autor y Coordinador General de la Publicación


Leonel Vivas
Jesús Alexander Cegarra
Alfredo Maggiorani Fotografías
Alfredo Allais
Transcripción Antonio Casado
Aymara Brizuela Dionigma Peña
Edward Suárez
Colaboración en textos Eladio García
Rosa Elena Betancourt Élides Sulbarán
Karina Liendo Francisco Sánchez
Govinda Galindo
Coordinación Técnica y Administrativa Henry González
Herlinda Coronado Herlinda Coronado
Luigi Iannuzzi Irene Farias
Jesús Alexander Cegarra
Diseño gráfico Leonel Vivas
Helena Pérez Luís Enrique Gamez
Isabel Meléndez Luís Ovallez
Carlos Román Mathieu Foulquié
Miriam Dávila
Ilustraciones Pedro Torres
Gustavo Giménez Saverio González
Yerili Rodríguez
Elaboración de mapas
Marianela Platt
Ángel Rodríguez Depósito de Ley If18420095741444
ISBN 978-980-04-1460-6 (Obra Completa)
Diseño de portada y portadillas ISBN 978-980-04-1461-3 (Este volumen)
Dionigma Peña

Impreso República Bolivariana de Venezuela, 2010


Poligráficas C.A.
Índice
9 Preliminares
11 Presentación
13 Prólogo
15 Introducción

18 Áreas protegidas de Venezuela


22 • Áreas protegidas

25 Parques Nacionales del Macizo de Guayana • Música y danza


26 • Parques Nacionales • Mitología

31 Parque Nacional Canaima Parques Nacionales


67 del Sistema Montañoso Caribe
31 • Localización Astronómica 71 • Parques Nacionales
31 • Localización Geográfica
31 • Extensión 77 Parque Nacional Henri Pittier
31 • Límites
31 • Declaratoria como Área Protegida 77 • Localización Astronómica
31 • Declaratoria como Patrimonio Natural de la Humanidad 77 • Localización Geográfica y Límites
31 • Paisajes naturales más sobresalientes 77 • Extensión
31 • Principales bellezas escénicas 77 • Declaratoria como Área Protegida
32 • Sector oriental 78 • Paisajes naturales
• Sector occidental • Vertiente norte caribe
35 • Paisajes naturales • Vertiente sur
• Oriental o la Gran Sabana • Litoral
38 • Altiplanicie ondulada de la Gran Sabana 80 • Clima
40 • Suelos 83 • Paisajes vegetales
41 • Vegetación • Vertiente sur
42 • Clima • Vertiente norte
47 • Paisajes vegetales 87 • Selva Nublada
47 • Bosque 87 • Tipos de Selva Nublada
• Bosque húmedo tropical de tierras bajas • De transición
• Bosques ribereños • Propiamente dicha
• Bosques de taludes • Superior
• Bosque tepuyano 91 • Fauna
• Arbustales • Avifauna
• Herbazales • Mamíferos
52 • Aguas y ríos 95 • Recursos escénicos
• Saltos y cataratas
• Sector occidental 99 Parque Nacional El Ávila – Wariarepano
• Sector oriental
56 • Fauna 99 • Antecedentes y Declaratoria como Área Protegida
60 • Tepuyes del Parque Nacional Canaima 100 • Localización Geográfica
64 • Aborígenes 100 • Origen Geológico
64 • Grupo Étnico Pemón 104 • Extensión y límites
• Modo de vida en sociedad 104 • Localización Astronómica
• Modo de producción • Límites Geográficos Generales
65 • Manifestaciones Culturales 105 • Objetivos de la creación del parque
• Artesanía 106 • Relieve
• Fila Maestra
• Frente norte
• Frente sur
112 • Clima
115 • Red hidrográfica
• Vertiente norte
• Vertiente sur
119 • Paisajes vegetales
• Vertiente sur

5
Índice
• Sabanas
• Selvas de galería
• Selva veranera
• Selva de transición
• Selva nublada
• Subpáramo
• Vegetación secundaria
• Vertiente norte
122 • Fauna
154 • Localización Geográfica
• La Avifuna
154 • Configuración del Parque
130 • Sitios de interés y vías de acceso
154 • Paisajes naturales
• Pico Naiguatá
• Paisaje insular y de arrecifes
• Silla de Caracas
• Norte de la ensenada central
• Galipán
• Este de la ensenada central
• Los Venados, centro recreativo
• Oeste de la ensenada central
• Camino de los Españoles
• Sur de la ensenada central
• Los Castillos
• Paisaje lagunar
• Teleférico y Hotel Humboldt
• Paisaje de mar abierto
• Las cascadas del Parque
• Paisaje submarino
• Sabas Nieves
158 • Clima
• El Lagunazo
162 • Biodiversidad
• Topo Santa Rosa
162 • Vegetación
• Las Planadas
164 • Fauna
• Picacho de Galipán
170 • Actividad Económica
132 • Poblaciones autóctonas
172 • Manejo del Parque
• Galipán
• Zona de protección integral
• Hoyo de la Cumbre y El Corozo
• Zona primitiva
• Zona de ambiente natural manejado
135 Parque Nacional El Guácharo
• Zona de recreación
• Zona de interés histórico, cultural, arqueológico y paleontólogico
135 • Locaclización Geográfica
• Zona de servicios
135 • Extensión
• Zona de uso especial
135 • Declaratoria como Área Protegida
174 • Las Amenazas
138 • Paisajes naturales
• Pesca ilegal
140 • Cueva del Guácharo
• Crecimiento poblacional y turístico
142 • El Guácharo
• Otros componentes de la fauna
176 Parque Nacional Mochima
146 Parques Nacionales del Litoral e Islas del 177 • Localización Geográfica
Caribe 177 • Localización Astronómica
150 • Parques Nacionales
177 • Extensión y Límites
177 • Declaratoria como Área Protegida
154 Parque Nacional Archipiélago Los Roques 178 • Objetivos de la creaciòn del Parque
181 • Paisajes naturales
154 • Extensión
• Litoral
154 • Declaratoria como Área Protegida
• Insular
• Continental montañoso
184 • Clima
189 • Vegetación
• Ambiente Marino-Insular
• Ambiente Litoral
• Bosque muy seco tropical
• Herbazales halófilos
• Herbazalea Psamófilos
• Espinares y cardonales
• Manglares
• Cubiertas de Sabana
• Ambiente montañoso

6
Índice
192 • Fauna
• Peces
• Reptiles
• Mamiferos
• Avifauna
200 • Valor Paisajístico

203 Parque Nacional Morrocoy 232 Parques Nacionales de los Andes


230 • Parques Nacionales
203 • Localización Geográfica
203 • Localización Astronómica 239 Parque Nacional Sierra Nevada
203 • Declaratoria como Área Protegida
205 • Paisajes naturales 239 • Localización Astronómica
• Franja litoral 239 • Localización Geográfica
• Cerro Chichiriviche 239 • Extensión
• Cayos o Islotes 239 • Límites
• Paisaje submarino 239 • Declaratoria como Área Protegida
208 • Clima 241 • Paisajes naturales
210 • Paisajes vegetales • Páramo
• Vegetación de manglar • Frente montañosos exterior del sur
• Vegetación del Cerro Chichiriviche • Vertientes inferiores del norte
• Vegetación de las depresiones salinas • Valles longitudinales
• Vegetación de los cayos 246 • Clima
• Praderas de fenerógamas • Precipitación
• Los cocotales 251 • Paisajes vegetales
214 • Fauna • Vegetación paramera
• Avifauna • Matorral altiandino
216 • Bellezas Escénicas • Selvas nubladas
• Selvas montañosas siempreverdes
214 Parque Nacional Médanos de Coro • Áreas en uso agropecuario intenso
256 • Aguas, ríos y lagunas
219 • Localización Geográfica 258 • Fauna
219 • Declaratoria como Área Protegida 259 • Recursos Escénicos
219 • Paisajes naturales • Teleférico
219 • Clima 261 • Glaciares, nevadas y heladas
• Paisaje de médanos 262 • Atractivos turístico
224 • Paisajes Vegetales • Relieve
• Manglares • Clima
• Vegetación herbácea • Hidrografía
• Espinares • Vegetación
• Salinas y lagunas • Actrativos culturales
• Marino - Costeros
230 • Fauna
• Mamíferos 264 Parques Nacionales de los Llanos
• Reptiles 268 • Parques Nacionales
• Avifauna • Llanos occidentales
• Fauna marina • Llanos meridionales
231 • Atractivos turísticos • Llanos centrales
• Llanos orientales

270 Parque Nacional Aguaro – Guariquito

271 • Extensión y Localización


271 • Paisajes naturales
• Llanos altos
• Llanos bajos
276 • Fauna

279 Bibliografía

7
Índice de tablas y gráficos

Áreas Protegidas
22 • Superficie de los Parque Nacionales y Monumentos
Naturales

Parques Nacionales del Macizo de Guayana


28 • Parques Nacionales
28 • Monumentos Naturales
29 • Pangea Parques Nacionales del Litoral e Islas
Caribeñas
Parque Nacional Canaima 150 • Litorales Caribes
150 • Islas Caribes
43 • Temperatura y precipitación de estaciones meteorológicas
del Macizo Guayanés Parque Nacional Mochima
43 • Climas cálidos muy húmedos de Guayana
44 • Climas cálidos super húmedos del Parque Nacional Canaima 181 • Bahías y Golfos
y de San Carlos de río Negro 181 • Entrantes Litorales más sobresalientes
61 • Diferentes partes del tepuy 181 • Salientes más prominentes
62 • Perfil de la cadena oriental de tepuyes 182 • Islas e Islotes
183 • Topografía de Mochima
184 • Temperatura media de Cumaná
Parques Nacionales del Sistema Montañoso del 184 • Precipitación media de Cumaná
Caribe 185 • Temperatura media de Barcelona
69 • Superficie de Parques Nacionales del sistema montañoso del 185 • Precipitación de Barcelona
Caribe 192 • Algunas especies de peces localizadas en las aguas del
Parque Nacional Mochima.
Parque Nacional Henri Pittier 193 • Especies del reptiles localizadas en la jurisdicción del Parque
Nacional Mochima
80 • Temperatura y precipitaciones de estaciones meteorológicas. 194 • Especies de mamíferos comunes en la jurisdicción del
93 • Especies en peligro de extinción Parque Nacional Mochima
197 • Especies de aves localizadas en la jurisdicción del Parque
Parque Nacional El Ávila - (Wariarepano) Nacional Mochima

102 • Placas tectónicas de América del Sur, Caribe y Nazca en su Parque Nacional Morrocoy
dominio de contacto triple
103 • Principales accidentes tectónicos de Venezuela 208 • Temperatura
108 • Perfiles longitudinales 208 • Temperatura (°C)
108 • Altitudes del Parque 209 • Precipitación
109 • Perfiles longitudinales 209 • Precipitación (gráfico)
112 • Clima seco Litoral Central 209 • Vientos
112 • Climas
113 • Cantidad de lluvia registrada en diciembre 1999, Maiquetía y Parque Nacional Médanos de Coro
Mamo
114 • Climadiagrama de la estación San José del Ávila 220 • Promedio mensual y anual de la precipitación
114 • Climadiagrama de Caracas 220 • Precipitación media mensual
114 • Climadiagrama de estación Hotel Humboldt 220 • Temperatura promedio mensual y anual (°C)
220 • Temperatura media mensual
221 • Velocidad del viento
221 • Promedio mensual para el periodo 1960 - 1990: Estación
Coro - Aeropuerto

Parques Nacionales de los Andes


237 • Parques Nacionales
237 • Monumentos Naturales

8
Índice de tablas y gráficos
Parque Nacional Sierra Nevada

246 • Precipitación
246 • Valores de precipitación de las estaciones climatológicas
246 • Valores de la temperatura media anual para estaciones
climatológicas
248 • Variación de precipitación en las estaciones Mucubají, Mérida
y Barinas

Índice de mapas e imágenes satélitales


Áreas Protegidas
20 • Conjuntos y subconjuntos del relieve venezolano
26 • Parques Nacionales y Monumentos Naturales del Macizo de
Guayana
27 • Situación relativa

Parque Nacional Canaima

30 • Mapa Parque Nacional Canaima


31 • Situación relativa
34 • Imagen de satélite Landsat del Parque Nacional Canaima
44 • Mapa de vegetación

Parques Nacionales Sistema Montañoso Caribe


68 • Mapa de Parques Nacionales y Monumentos Naturales del
Sistema Montañoso del Caribe
71 • Situación relativa

Parque Nacional Henri Pittier

76 • Mapa Parque Nacional Henri Pittier


77 • Situación relativa
83 • Mapa de vegetación
90 • Imagen de satélite Landsat del Parque Nacional Henri Pittier

Parque Nacional El Ávila - (Wariarepano)

98 • Mapa Parque Nacional El Ávila (Wariarepano)


99 • Situación relativa
101 • Mapa Parque Nacional El Ávila
102 • Fragmento del modelo de elevación del Macizo Montañoso
El Ávila
103 • Fragmentos Imagen Landsat
108 • Modelo de elevación de terreno
118 • Mapa de vegetación
128 • Mapa imagen de satélite Landsat del Parque Nacional
El Ávila (Wariarepano)

Parque Nacional El Guácharo

134 • Mapa Parque Nacional El Guácharo


135 • Situación relativa
136 • Mapa de vegetación
137 • Imagen de satélite Landsat del Parque Nacional
El Guácharo

9
Índice de tablas y gráficos
Parques Nacionales del Litoral e Islas Caribes
148 • Mapa de Parques Nacionales y Monumentos naturales del
Litoral e Islas Caribeñas
150 • Situación relativa

Parque Nacional Los Roques

152 • Mapa Parque Nacional Los Roques


154 • Situación relativa
160
Parques Nacionales de los Llanos
• Mapa de vegetación 266 • Mapa de Parques Nacionales, Depresiones sedimentarias
continentales
Parque Nacional Mochima 268 • Situación relativa

176 • Mapa Parque Nacional Mochima


Parque Nacional Aguaro - Guariquito
177 • Situación relativa
180 • Imagen Mapa del Parque Nacional Mochima 270 • Mapa del Parque Nacional Aguaro - Guariquito
188 • Mapa de Vegetación 271 • Situación relativa
272 • Mapa de vegetación
Parque Nacional Morrocoy 274 • Imagen de satélite Landsat del Parque Nacional Aguaro -
Guariquito
202 • Mapa del Parque Nacional Morrocoy
203 • Situación relativa
204 • Mapa imagen satélite del Parque Nacional Morrocoy

Parque Nacional Médanos de Coro

218 • Mapa Parque Nacional Médanos de Coro


217 • Situación relativa
222 • Vegetación
226 • Imagen de satélite Landsat del Parque Nacional Médanos
de Coro

Parques Nacionales de los Andes Venezolanos


234 • Mapa de Parques Nacionales y Monumentos Naturales del
Sistema Montañoso Andino
235 • Situación relativa

Parque Nacional Sierra Nevada

238 • Mapa Parque Nacional Sierra Nevada


237 • Situación relativa
240 • Imagen de satélite Landsat del Parque Nacional Sierra
Nevada
250 • Mapa de vegetación

10
Preliminares

Entre las razones que nos motivan como venezolanos y venezolanas a sentirnos orgullosos de nues-
tro país están la hermosura del paisaje y la riqueza del patrimonio natural, protegidos bajo la figura
de Parques Nacionales.

Venezuela es reconocida entre los diez países más importantes del mundo por su megadiversidad
biológica y por poseer multiplicidad de sitios geográficos de excepcionales características preserva-
dos a perpetuidad en los Parques Nacionales y Monumentos Naturales.

El Ministerio del Poder Popular para el Ambiente con la publicación del Atlas Áreas Protegidas de
Venezuela, 10 Parques Nacionales, promueve una iniciativa orientada a ofrecer una serie editorial
para difundir el conocimiento sobre los valores científicos, culturales, históricos y ecológicos de nues-
tros parques con el propósito de instar a la reflexión y suma de voluntades para conservar estos
espacios naturales.

El Banco de Venezuela, afianzando su claro compromiso ambiental, se une con orgullo a esta ini-
ciativa, para dar a conocer los Parques Nacionales que representan la más importante y maravillosa
expresión de nuestro territorio. En ellos se hace posible el impulso de la estrategia y política del
Gobierno Bolivariano, orientada a la gestión ambiental, producción de beneficios sustentables, parti-
cipación ciudadana, al fortalecimiento de la educación ambiental y de la identidad cultural.

Las páginas de esta extraordinaria producción editorial nos permiten hacer un viaje de la mano de
expertos técnicos y científicos, para conocer diversos aspectos de la ecología de nuestras regiones,
invitándonos a la actuación en pro de la conservación de nuestro ambiente de manera responsable,
ética, solidaria, comprometida y participativa, como uno de los retos más importantes de la sociedad
en general y del Estado venezolano en la actualidad.

Como Institución financiera pionera en programas que impulsan la conservación ambiental, nos uni-
mos con entusiasmo al objetivo de promover nuestros espacios naturales como generadores de bien-
estar y felicidad para el disfrute de todos los pobladores y visitantes, quienes tendrán para siempre la
oportunidad de estar en presencia y deslumbrarse ante la majestuosidad del territorio venezolano.

Eugenio Vásquez Orellana


Presidente Banco de Venezuela
Ministro de Estado para la Corporación de la Banca Pública
Presentación

La crisis ambiental y económica es también una crisis de ética. En efecto, su ausencia en el mecanis-
mo que caracteriza las relaciones económicas del Capitalismo, ha sido el elemento más destacado
de su existencia. El Capitalismo por naturaleza es depredador del Ambiente y como consecuencia
de ello, hoy presenciamos la resultante más sobresaliente que en esta materia sufre la humanidad:
el Cambio Climático. El mundo de las ciencias reconoce la magnitud catastrófica de los riesgos que
este fenómeno produce. A su vez, el daño que causan las emisiones de gases de efecto invernade-
ro es irreversible en un periodo de tiempo muy largo y la pérdida paulatina de biodiversidad es un
hecho muy grave. Como generación coexistimos en un escenario donde el ser humano consume el
30% más de lo que la Tierra es capaz de producir. Este incierto panorama nos compromete a aten-
der la conservación del Ambiente, la protección y la defensa del territorio como una prioridad.

Para fortalecer el trabajo en el ámbito de la educación ambiental, presentamos al país el producto


del esfuerzo colectivo del Ministerio del Poder Popular para el Ambiente e INPARQUES, expresado
en el primer Tomo del ATLAS DE ÁREAS PROTEGIDAS DE VENEZUELA, reafirmando el compromiso
de revaloración e identificación de nuestro patrimonio ambiental junto a las mayorías nacionales.
Estamos conscientes y asumimos la responsabilidad de contribuir en la mitigación de los efectos
negativos de la crisis ambiental y económica en la cual se encuentra nuestro planeta y por tanto
nuestro país. En la República Bolivariana de Venezuela avanzamos a grandes pasos en el proceso
de consolidación y transformación de las estructuras del Estado para hacerlas eficaces y cónsonas
con la construcción de la sociedad socialista que nos permita vivir en armonía con el ambiente. Este
esfuerzo editorial se hace en un momento en el que la educación y el manejo de la información,
juegan un papel trascendental en la sensibilización y generación de compromiso de la población en
materia ambiental.

Con este trabajo damos a conocer el patrimonio ambiental de la República en materia de áreas pro-
tegidas, específicamente de 10 Parques Nacionales de los 43 existentes en el país. En la geografía
nacional se cuenta con diversos ambientes naturales que son patrimonio extraordinario de las y los
venezolanos y de la humanidad; cerca del 16% de ese territorio, de alta significación ambiental, está
protegido bajo la figura de Parques Nacionales.

En el Ministerio del Poder Popular para el Ambiente trabajamos para hacer realidad los sueños, por
eso hoy mostramos parte de lo que en décadas anteriores se creaba y confeccionaba fuera de la
institución y que actualmente se produce con talento humano del Ministerio. Este esfuerzo editorial

13
Presentación

forma parte de una política de fortalecimiento del Estado que juega un rol destacado en la cons-
trucción de la sociedad socialista, ya que educamos y formamos ciudadanos, hombres y mujeres
íntegros que coexistan en una sociedad cimentada en una relación armónica con el ambiente.

Como Ministra del Poder Popular para el Ambiente, presento con orgullo al pueblo venezolano el primer
Tomo del ATLAS DE AREAS PROTEGIDAS DE VENEZUELA (10 Parques Nacionales). Esta obra viene
a significar un complemento más de la estrategia comunicacional del Gobierno Bolivariano, orientada
a fortalecer, la inclusión de la sociedad en su conjunto, en el tema ambiental y alineado con la meta de
incrementar el conocimiento y la corresponsabilidad de la población para el manejo sustentable de los
recursos naturales y de todo el patrimonio ambiental del país.

Yuvirí Ortega de Carrizalez


Ministra del Poder Popular para el Ambiente

14
Prólogo

Para el Instituto Nacional de Parques (INPARQUES) la trascendencia e importancia estratégica de


nuestros Parques Nacionales y Monumentos Naturales, crean en cada venezolano amante de la natura-
leza, el serio compromiso y deber que tenemos de lograr su permanencia en el tiempo. La creación de
estas figuras de conservación se ha orientado a preservar en su estado natural porciones del territorio
nacional y sus recursos naturales, históricos y socioculturales, para beneficio de las presentes y futuras
generaciones.

El diseño y publicación del Atlas sobre los Parques Nacionales de Venezuela, se plantea institucional-
mente como una vía divulgativa para dar a conocer a la población la importancia de estas áreas estra-
tégicas para el Estado venezolano, donde se combina el material cartográfico, fotográfico, ilustrativo
e informativo para mostrar nuestro más preciado patrimonio natural, representado en el Sistema de
Parques Nacionales, con énfasis en este primer tomo en los parques nacionales: Canaima, Henri Pittier,
El Ávila, El Guácharo, Archipiélago Los Roques, Mochima, Morrocoy, Médanos de Coro, Sierra Nevada
y Aguaro Guariquito.

Para INPARQUES, como Instituto Autónomo Adscrito al Ministerio del Poder Popular para el Ambiente,
es relevante generar iniciativas de difusión de información que se orienten hacia la sensibilización de
la población sobre el valor estratégico de muestras representativas de ecosistemas únicos dentro del
país, como áreas bajo régimen de administración especial que cuentan con rango constitucional con-
sagrado en la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, en su artículo 127.

La publicación del Atlas es una herramienta de apoyo al momento de asumir como Estado venezolano
el desarrollo de una política de ordenación del territorio, de los Parques Nacionales y Monumentos
Naturales “atendiendo a las realidades ecológicas, geográficas, poblacionales, sociales, culturales,
económicas, políticas, de acuerdo con las premisas del desarrollo sustentable…” tal como lo establece
el Artículo 128 de la constitución de la República Bolivariana de Venezuela, tenemos el compromiso
de hacer que los esfuerzos de planificación ambiental y ordenación en todos los ámbitos territoriales
y las actividades que en ellos se realicen, estén orientados hacia este tipo de desarrollo, para poder
encaminarnos a una sustentabilidad del sistema territorial y no de las fracciones del mismo.

Esta visión integral sienta las bases para el desarrollo de una nueva socio-territorialidad, que asume el
espacio geográfico y las áreas naturales protegidas bajo un enfoque conceptual integrado. De esta ma-
nera y sobre la base de la construcción de una conciencia colectiva ambiental, el Sistema de Parques
Nacionales cobra más importancia y vigencia, cuando visualizamos que el desarrollo de los recursos
humanos, culturales y sociales así como, los recursos tecnológicos y sistemas de producción, están
inequívocamente supeditados a la disponibilidad de recursos naturales, a la capacidad de soporte del
suelo, a la capacidad funcional de recepción de efluentes y al mantenimiento del delicado equilibrio
ecológico, lo que en un primer nivel de políticas de planificación y ordenación territorial, el Estado ve-

15
Prólogo

nezolano asume a escala nacional. De allí la relevancia de entender que los Parques Nacionales son
superficies del territorio relativamente extensas, en las cuales están representados uno o más ecosis-
temas de los más importantes del país o áreas naturales o escénicas, de valor nacional e internacional
que no hayan sido esencialmente alteradas por la acción humana y en donde las especies vegetales
y animales, las condiciones geomorfológicas y los hábitats sean de especial interés para la ciencia, la
educación y la recreación.

Por su parte, concebimos como Monumento Natural a aquellas porciones de territorio que poseen
rasgo continental, natural o marino, de interés nacional que presente por lo menos una característica
sobresaliente, tales como accidentes geográficos o sitios de belleza o rareza excepcionales, que me-
rece recibir protección absoluta y perpetuidad, en su estado natural.

Otro aspecto que merece particular mención es que según la Ley Orgánica para la Ordenación del Te-
rritorio, estas categorías de manejo están consideradas en su artículo 15 como áreas bajo régimen de
administración especial, protegidas legalmente por una legislación ambiental que resguarda su valor
estratégico garantizado por:

El suministro continuo de agua potable en vastas regiones del país para el consumo humano y el desa-
rrollo de actividades económicas importantes. El resguardo del patrimonio genético del territorio y que
a futuro puede traducirse en nuevos fármacos y más variedades de alimentos. La retención y reciclaje
de altos porcentajes de CO2 como contribución mundial al freno del cambio global del clima.

Contribuir en la amortiguación de posibles consecuencias por proceso de contaminación ambiental


disipando variaciones bruscas del clima, evitando desplazamientos violentos de sedimentos, reciclan-
do aguas contaminadas, conservando la calidad productiva de ciertos tipos de suelos. Ser atractivos
de primer orden a escala nacional e internacional para la recreación y el turismo, significando un gran
aporte al desarrollo económico del país.

Para el Instituto Nacional de Parques, hoy cobra mayor vigencia la necesidad de que los venezolanos
asumamos que todos debemos ejercer la preocupación por la conservación de nuestros parques na-
cionales y monumentos naturales, como un legado para las generaciones de todos los tiempos.

Leonardo José Millán Saavedra


Presidente de Instituto Nacional de Parques

16
Introducción

La República Bolivariana de Venezuela comprende una extensión continental e insular de 916.445 km2
y un espacio marítimo de más de 600.000 km2; aproximadamente la mitad del territorio continental del
país tiene un origen que se remonta a los inicios de la formación del planeta, hace unos 3.500 millones
de años. La superficie continental, cuya longitud máxima es de 1.493 km., medida en dirección este-
oeste y de 1.271 km. en dirección norte-sur, presenta una amplia línea de costas caribeñas que alcanza
2.718 Km. desde Castilletes en la Península de la Guajira, hasta Punta Peñas en el extremo Este de
la Península de Paria; en tanto que su frente marítimo al Océano Atlántico, desde Punta Peñas hasta
Punta Playa, es de 1.008 Km; a lo que se suma 280 Km. de Costa Atlántica correspondientes a la Zona
en reclamación de la Guayana Esequiba. Destaca la presencia de más de 311 islas, cayos e islotes de
soberanía venezolana que se extienden por el norte hasta Isla de Aves y su zona de exclusividad ma-
rítima. El relieve del territorio es de gran complejidad y presenta al centro del país la formación de los
llanos de relieve plano a ondulado. En el occidente se ubican las tierras montañosas de la Cordillera de
Los Andes, donde destacan las cumbres máximas del relieve venezolano. Al sur del Orinoco se ubica
una superficie de 418.145 km2 con grandes extensiones de selvas vírgenes, conformando los territorios
del Escudo guayanés, la formación más antigua del país, pues data de la era Precámbrica. Además,
se encuentra coronada por imponentes tepuyes.

Este considerable y rico territorio representa aproximadamente el 0.6% de las tierras emergidas del
planeta, y Venezuela figura entre los10 países con mayor diversidad biológica, según el Fondo Mundial
para la Naturaleza. En él se han establecido diversas áreas naturales protegidas entre las cuales los
Parques Nacionales cubren un porcentaje significativo del espacio geográfico venezolano cercano al
16%, que junto a otras figuras legales dan protección a más del 20% del territorio nacional.

Durante décadas, la posibilidad de conocer y disfrutar de los tesoros naturales de Venezuela en sus
áreas protegidas bajo la figura de Parques Nacionales, estuvo restringida para gran parte de la po-
blación. Solo sectores del ámbito científico, académico y grupos económicamente privilegiados tenían
acceso a estos maravillosos espacios físicos, administrados bajo el concepto de la conservación con-
templativa. De esta manera se distanció a la gran mayoría de la población de su patrimonio ambiental,
debilitando su vinculación y amor por los mismos y por tanto su compromiso en la defensa de ellos
pues lo que no se conoce no se valora y no se defiende. Así también en el ámbito de las publicaciones
se presentaban trabajos atinentes al tema ambiental pero con altos precios en el mercado haciendo
inaccesible esta información a gran parte de la población del país.

El Gobierno de la República Bolivariana de Venezuela, privilegia la participación protagónica de la


comunidad en la construcción de un nuevo modelo de desarrollo basado en la recuperación, conserva-
ción y uso sustentable de los recursos naturales. La suprema felicidad social es la visión a largo plazo
que tiene como punto de partida la construcción de una estructura social incluyente, un nuevo modelo
social, productivo, socialista, humanista y endógeno, donde todos vivamos en condiciones similares.

17
Introducción

El Socialismo del siglo XXI se fundamenta en una política ambiental, cuya estrategia es la conservación
y defensa de nuestros patrimonios naturales. La Revolución Bolivariana se caracteriza por la inclusión
de todos los sectores de la población y por garantizar que tengan acceso a los bienes de la nación.
En la construcción del poder popular se debe hablar de un pacto socialista espacial y temporal que
garantice a los venezolanos, del presente y futuras generaciones, el acceso sostenible a los recursos
naturales del país.

Si se explota inadecuadamente el bosque para usar la madera la erosión incrementará, los suelos serán
más pobres, habrá deslaves e inundaciones o sequías y escasez. Los biocidas y altas dosis de fertili-
zantes contaminan caños, ríos y llegan al nivel freático degradando el agua que consumimos.

Está bien documentado el beneficio que sobre la salud humana tiene el disfrute de áreas naturales
prístinas en lugar de zonas confinadas de corte artificial. La diversidad biológica de nuestros bosques
representa, potencialmente, curas para problemas de salud de la humanidad, que se perderían si se
degradasen esos ecosistemas. La Revolución Bolivariana privilegia el estudio de la biodiversidad, la
megadiversidad, el desarrollo sustentable y las áreas naturales protegidas y trabaja en mitigación los
efectos adversos del cambio climático global que actualmente se expresan en incremento en la tem-
peratura de la atmósfera terrestre y de los océanos así como en agotamiento de la capa de ozono.

En el país estamos convencidos y alertamos al mundo sobre la necesidad de un cambio en el modelo


de desarrollo industrial que nos ha conducido a la actual situación, señalando que urge la consolida-
ción de nuevas formas de organización en lo social y de nuevas formas de relacionarnos con la na-
turaleza. En el manifiesto de las Américas en Defensa de la Naturaleza y de la Diversidad Biológica y
Cultural, refrendado por el Presidente de la República Bolivariana de Venezuela, Hugo Rafael Chávez
Frías, en Curitiba, el 20 de abril de 2006, se destaca en uno de sus párrafos lo siguiente:

“Vivimos en un sistema económico dominante que hace siglos se propone explotar de forma ilimita-
da todos los ecosistemas y sus recursos naturales. Esta estrategia trajo crecimiento económico. Lo
que fue llamado “desarrollo” por algunas naciones, privilegió el consumo y el bienestar social de una
parte muy pequeña de la humanidad e infelizmente excluyó de las condiciones mínimas de sobrevi-
vencia a la gran mayoría de la humanidad”.

Hoy el Ministerio del Poder Popular para el Ambiente consolida un proyecto de divulgación del patri-
monio ambiental de la República Bolivariana de Venezuela, a través de la elaboración y publicación
del ATLAS DE ÁREAS PROTEGIDAS DE VENEZUELA, el cual en su Tomo I (10 Parques Nacionales)
presenta la estrategia de hacer accesible la información y de consolidar el proceso formativo de la ma-
yoría de la población, a objeto de sensibilizar y obtener así, ciudadanos y ciudadanas ambientalmente
responsables con un revolucionario compromiso ambiental.

18
Introducción

Con este proyecto el Ministerio del Poder Popular para el Ambiente, junto al Banco de Venezuela saldan
una deuda con los sectores históricamente excluidos de la República y colocan en manos de la pobla-
ción el ATLAS DE ÁREAS PROTEGIDAS DE VENEZUELA, obra de alto calibre técnico y excepcional
rigurosidad académica destinada a optimizar el conocimiento de los venezolanos sobre su patrimonio
ambiental y orientada a profundizar el amor patrio por la tierra de nuestros libertadores y de las gene-
raciones venideras.

“Es un derecho y un deber de cada generación, proteger y mantener el ambiente


en beneficio de si misma y del mundo futuro“.
Articulo 127. Constitución de la República Bolivariana de Venezuela. Año 1999

Jesús Alexander Cegarra Rodríguez


Viceministro de Conservación Ambiental

19
Los Roques
ÁREAS PROTEGIDAS

No cabe duda del gran acierto que el Estado venezolano ha tenido


durante los últimos setenta años en su política ambiental de crear
áreas protegidas a lo largo y ancho del territorio nacional, bajo la
figura de Parques Nacionales y Monumentos Naturales.

Este acierto puede determinarse, no sólo por la cantidad de espa-


cios que en esta condición hasta ahora se ha decretado;sino tam-
bién por la diversidad regional que abarcan y por las bondades que
dicha política representa en cuanto a la preservación de los valores
ambientales del espacio territorial venezolano, particularmente a su
biodiversidad, recursos naturales, condiciones ecológicas, en cuan-
to a bellezas escénicas y valores culturales e históricos.

Actualmente, la República Bolivariana de Venezuela cuenta con


cuarenta y tres (43) Parques Nacionales y treinta y seis (36) Mo-
numentos Naturales, repartidos en todas las regiones naturales,
conjuntos y subconjuntos del relieve venezolano; tal como puede
observarse en el Mapa de Localización de dichas áreas que presen-
tamos a consideración del público lector; basada en su distribución Parque Nacional Henri Pittier
en los ambientes físico­­­-geográficos que mayormente caracterizan
las regiones fisiográficas del espacio venezolano.

El Sistema de Áreas Protegidas del país está conformado, en este


particular, por los Parques Nacionales y Monumentos Naturales, al-
canzando en el territorio patrio los siguientes valores:

Parques Nacionales

Superficie (ha) Superficie (%)

13.559.578 14.8

Monumentos Naturales

Superficie (ha) Superficie (%)

4.276.178 4,67
Parque Nacional El Ávila
La cobertura territorial de las áreas ambientales protegidas de la Re-
pública Bolivariana de Venezuela, es considerablemente amplia y re-
presentativa; sin embargo, es deseable que aumente para asegurar
la protección de los más diversos valores ambientales del territorio,
así como para lograr su óptimo aprovechamiento y disfrute por parte
de las presentes y futuras generaciones de quienes habitamos esta
“Tierra de Gracia” que es Venezuela.

Parque Nacional Canaima Parque Nacional El Guácharo

22
Parque Nacional Archipiélago Los Roques

Parque Nacional Médanos de Coro

Parque Nacional Sierra Nevada

Parque Nacional Mochima

Parque Nacional Morrocoy


Parque Nacional Aguaro-Guariquito
Lagunade
Laguna deCanaima,
Canaima. Estado Bolivar.
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PARQUES NACIONALES DEL MACIZO DE GUAYANA

En la tabla que sigue se observan los valores Parques Nacionales


correspondientes a la extensión de cada unidad
natural protegida de la región guayanesa.

Tepuy del Parque Nacional Canaima

Monumentos Naturales

Formación Auyantepuy

Como puede observarse, la región de Guayana principalmente en cuanto al agua se refiere, en ineludible de la República Bolivariana de Vene-
ha sido objeto a lo largo de las últimas décadas términos de su volumen y las excepcionales ca- zuela considerada como un todo, en función de
de una acertada política del Estado venezolano racterísticas favorables de la hidrografía guaya- los más altos intereses de su población, e inclu-
en materia ambiental, para proteger vastas ex- nesa para el uso actual y potencial como recurso so, de la humanidad entera, por lo que los tantos
tensiones de los espacios geográficos del sur del energético. e invalorables recursos naturales que alberga el
país, los cuales albergan, no solamente tesoros Macizo de Guayana y, particularmente los ence-
escénicos únicos por su belleza, significado eco- De manera que la eficaz protección de las cuen- rrados en sus Parques Nacionales y Monumentos
lógico y ecosistemas sin igual, sino también re- cas hidrográficas guayanesas es hoy, y lo será Naturales, son de patrimonio colectivo nacional e
cursos naturales de alta significación estratégica, en el futuro, una necesidad perentoria y un deber igualmente un patrimonio de la Humanidad.

28
El Macizo Guayanés formó parte del supercontinente de la Pangea
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33

EL PARQUE NACIONAL CANAIMA

Localización Astronómica

4° 41’ y 6° 29’ Latitud Norte


60° 40’ y 62° 59’ Longitud Oeste

Localización Geográfica

En el extremo sureste de la República Bolivariana de


Venezuela. Coincidiendo, a su vez con la porción su-
reste del Macizo Guayanés, región natural a la cual
pertenece esta unidad protegida.

Administrativamente el Parque Nacional Canai-


ma forma parte de los Municipios Piar, Roscio,
Gran Sabana, Sifontes y Raúl Leoni del estado
Bolívar.

Extensión

El Parque Nacional Canaima tiene una extensión


de 3.000.000 de hectáreas; es decir, 30.000 km�.

Límites

Por el oeste lo limita el cauce del río Caroní; por


el Norte está delimitado por el río Antabare y la
Sierra de Lema; por el Sur lo limitan las cabece-
ras del río Arabopó.

Declaratoria como Área Protegida

El Parque Nacional Canaima fue creado como


tal, mediante Decreto Ejecutivo N° 770 del 12
de Junio de 1962, con Decreto de Ampliación N° Moriches en la Gran Sabana
1.137, de fecha 9 de septiembre de 1975, apare-
cido en la Gaceta Oficial 30.809 del 01 de octu-
bre de 1975.

Río de Aguas Negras


Parque Nacional Canaima

34
Múltiples caídas de agua en reborde de tepuy - Parque Nacional Canaima
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EL PARQUE NACIONAL CANAIMA

Paisajes naturales Ptari - tepui al oeste. La fisiografía de la Sierra de puyes más sobresalientes pertenecen al macizo
Lema responde a los tipos de afloramientos roco- Sierra de Aparamán, donde destacan el Kamar
La espectacularidad y la sublime belleza de los sos que la conforman, particularmente intrusiones - cabari - tepui (1.900 m) el Murisipán - tepui, bien
paisajes naturales del Parque Nacional Canaima de diabasas y areniscas del Grupo Roraima. conocido y admirado por su cumbre diseñada en
son reconocidas de forma unánime por quienes forma de bloques y torrecillas rocosas.
de una u otra manera tienen conocimiento de su Las primeras se modelan en colinas y cuestas y
existencia. Bien lo dice el Prólogo al Plan Rector las segundas en mesetas tepuyanas. Los frondo- Sector Oriental o La Gran Sabana. El sector
de este conjunto de tierras, cuando señala: sos y bien desarrollados bosques siempreverdes este del Parque Nacional Canaima está represen-
que caracterizan la cubierta vegetal de la Sierra de tado por la vasta y ligeramente ondulada altiplani-
“Al sureste de Venezuela se extiende una vasta Lema, son posibles gracias a los suelos apropia- cie de la Gran Sabana, apenas interrumpida por
región que ofrece al hombre la oportunidad de dos derivados de estos afloramientos de diabasa. divisorias serranas de escasa altitud, al igual que
observar y experimentar las fuerzas de la vida
y de la evolución. A veces es una tierra dura de
ríos turbulentos, vientos huracanados, lluvias to-
rrenciales y selvas impenetrables. En otras opor-
tunidades la inmensa quietud de las sabanas
onduladas y los majestuosos y misteriosos tepu-
yes crean un ambiente a la vez sereno y sobre-
cogedor. Estos contrastes seguirán sucediendo
inevitablemente en unos de los escenarios más
sorprendentes por su incomparable belleza”

Contribuye a aumentar aun más, el alto interés


que despierta este espacio geográfico, el gran
significado que tiene para las ciencias más di-
versas, los abundantes recursos naturales que
posee, el potencial educativo que representa y
su vocación para el esparcimiento y la actividad
turística en general.

En efecto, el Parque Nacional Canaima encierra es-


tas y muchísimas otras bondades que lo convierten,
no sólo en un invalorable patrimonio nacional, sino
también universal, como lo reconoció la UNESCO
en 1994 al declararlo solemnemente PATRIMONIO
MUNDIAL NATURAL DE LA HUMANIDAD.

El Parque Nacional Canaima está ubicado en el


extremo sur-este del Estado Bolívar; pero es en-
teramente de ámbito Guayanés en los 3 millones
de hectáreas que conforman su área, localizada Relieve ondulado de la Gran Sabana con bosque de galería y típica vegetación herbácea
al extremo noreste del Macizo de Guayana.

Por su extensión, es el segundo Parque Nacional Por su parte, las areniscas de Roraima permiten por numerosas cuestas de frentes escarpados y
del país, luego del Parima - Tapirapecó situado los relieves tepuyanos existentes y la vegetación dorsos ligeramente inclinados. También rompe la
también en Guayana y el sexto en tamaño en el menos exuberante que en estos espacios se monotonía topográfica plana o semiplana de es-
mundo. establece, como son los casos de bosques sub- tas tierras sabaneras, la presencia de alineacio-
montanos y los herbazales tepuyanos. Las altitu- nes de bajas colinas en forma de medias naranjas
Grosso modo, desde el punto de vista fisiográfico, des del conjunto culminan a unos 1.500 m.s.n.m, que allí suelen hallarse. Sin olvidar, claro está, las
pueden distinguirse en el Parque Nacional Canai- sirviendo de separación entre las cuencas de los imponentes moles rocosas de los tepuyes gran-
ma, los siguientes conjuntos mayores de tierras: ríos Cuyuní y Aponwuao, este último siendo uno sabaneros, abundantes en este sector oriental
de los más representativos del parque. del Parque Nacional Canaima. Amplios valles de
Sector Norte. Dominado por la Sierra de Lema, suaves pendientes longitudinales actuando como
las altimesetas tepuyanas meridionales y las alti- Las altimesetas tepuyanas meridionales son rela- divisorias de aguas poco nítidas terminan por ca-
mesetas tepuyanas del noroeste. Representa el tivamente escarpadas y bajas; entre ellas desta- racterizar el paisaje natural de la Gran Sabana,
extremo norte del parque. Se trata de una alinea- can el Sororopán - Tepui con 2.050 m de altitud, con su extensa cubierta graminosa, bosques de
ción de dirección aproximada este-oeste de coli- el Karrao - Tepui con 2.200 m y el más atractivo galería y morichales característicos.
nas, cuestas y tepuyes alargadas en unos 70 km, de todos, el Ptari - Tepui o Cerro Budare, culmi-
desde el cerro Venamo al este, hasta la base del nando a 2.400 m de altitud. En el noreste los te-

37
EL PARQUE NACIONAL CANAIMA

Sector Occidental. La Gran Sabana al oriente y


Canaima al occidente tienen como referencia ge-
neral de separación el río Karuay que se despla-
za de norte a sur para desembocar en el Caroní,
luego de pasar Wonkén. A su vez, el río Carrao
separa a Canaima del sector norte del parque
cuando se enrrumba de sureste a noroeste para
desembocar también en el Caroní. Igualmente, al
sector occidental lo conforman dos grandes maci-
zos tepuyanos: el del Auyantepui al noroeste y el
del Acopántepui - Chimantá - tepui al sureste.

De todos los sectores del Parque Nacional Ca-


naima, el occidental es el más quebrado y vigo-
roso en cuanto a relieve se refiere. Sus terrenos
están profundamente disectados por ríos que
corren por cañones con gran torrencialidad, en
perfiles longitudinales frecuentemente escalo-
nados formando saltos, cataratas y rápidos. Las
mesetas tepuyanas del sector, se distinguen por
su elevación y el acentuado escarpado de sus
paredes rocosas, como los casos emblemáticos
del Auyantepui o del Chimantá - tepui, elevados
a más de 2.400 m.s.n.m.

Todas estas diferencias fisiográficas y de la red


hidrográfica del Parque Nacional Canaima se
presentan a pesar de que su geología generali-
zada es muy similar, particularmente en lo que a
su composición rocosa se refiere.
El Auyantepui desde Valle Kamarata

La litología que cubre la casi totalidad del espa-


cio corresponde al llamado Súper Grupo de Ro-
raima, conformado predominantemente por ro-
cas sedimentarias de areniscas y conglomerados
en la base, seguidas de lutitas, a su vez recubier-
tas por filitas, limolitas y jaspes rojos. Finalmente,
en el tope se encuentran cuarcitas blancas. Toda
esta unidad litológica es de origen Precámbrico,
con edades comprendidas entre 1.600 - 1.800 mi-
llones de años y volúmenes de capas rocosas de
hasta más de 2.500 m de espesor.

En todo caso en los tres sectores del Parque Na-


cional Canaima, las formas de relieve predominan-
tes varían de acuerdo a la constitución litológica y
el grado de erosión al cual hayan estado someti-
das las rocas. En efecto, las amplias y onduladas
superficies cubiertas generalmente por sabanas
graminosas corresponden a las areniscas de Ro-
raima, profundamente meteorizadas, erosionadas
y peniplanadas a lo largo de la antigua historia
geológica del macizo estos alternan con cuestas
de frente abrupto y reverso poco inclinado o bien
con superficies acolinadas en forma de media na-
ranja, por lo regular correspondiendo a intrusiones
más jóvenes de diabasa, al lado de las altas tábu-
las rocosas de los tepuyes esculpidos en arenis-
Tepuy con sus típicos saltos de agua
cas y cuarcitas duras o también a serranías de

38
EL PARQUE NACIONAL CANAIMA

rocas muy duras. Por su parte, los cañones y per- el parque, refleja una sensación indescriptible de ros impactos ambientales de que ha sido objeto
files longitudinales irregulares por donde discurren inmensidad, fuerza telúrica y belleza paisajística su diversidad biológica y del trabajo milenario de
potentes ríos del Parque Nacional Canaima, son imponente. El Parque Nacional Canaima resume, sus cursos de agua, para crear una de las rique-
igualmente afloramientos rocosos muy duros y re- entonces, la larga geocronología del Escudo Gua- zas hídricas más impresionantes, no sólo de Ve-
sistentes. El todo imprime al espacio ocupado por yanés, en términos de su fisiografía, de los seve- nezuela, sino del mundo.

El Auyantepui desde Arenales

39
EL PARQUE NACIONAL CANAIMA

La altiplanicie ondulada de la Gran Saba-


na. El visitante que se asoma al Parque Nacional
Canaima vía terrestre viniendo del norte, luego
de sortear la serpenteante carretera que atravie-
sa la Sierra de Lema y el Alto La Escalera, queda
sublimado por el impacto que ocasiona a su vista
y espíritu, el inconmensurable espacio levemen-
te inclinado hacia el sur de lo que llamamos la
Gran Sabana, cuyo nombre precisamente, deriva
de la cubierta vegetal herbácea que domina el
paisaje.

A la lejanía se observan los inmensos herbazales,


salpicados de bosques y morichales ribereños de
los tantos ríos y quebradas que la surcan y más
allá, a la lejura dibujándose las tenues siluetas
de las mesas tepuyanas y variadas serranías;
para que, en conjunto, conformen esa conspicua
y rara belleza natural que es, justamente, la Gran
Carretera troncal 10 que atraviesa la Gran Sabana de norte a sur Sabana, emblema al lado de Canaima, de lo que
constituye en la rica geografía venezolana el Par-
que Nacional Canaima.

Es evidente que las sabanas abiertas ondula-


das de esta importante porción del Parque son
las más representativas, pero no las únicas, por-
que también encontramos paisajes parecidos en
la otra porción del Parque que es Canaima, sin
embargo, se trata de extensiones reducidas no
contínuas. Por ello se hace referencia específi-
camente a la Gran Sabana.

Las extensas y voluminosas capas de areniscas


que durante el Proterozoico Temprano a Medio
cubrieron al Macizo de Guayana en su mitad sur
fueron erosionadas por más de 1.500 millones
de años. Una parte de esta cubierta sedimenta-
ria fue peniplanada y suavemente ondulada en
amplias superficies, mientras que otras, corres-
pondientes a las capas más duras de areniscas y
Remanso del río Aponwao cuarcitas fueron cortadas por los cursos de agua
sin llegar a aplanarlas de un todo, quedando en-
tonces como remanentes en altos relieves for-
mando las escarpadas tábulas de los Tepuyes.
Sin embargo, aquí y allá la cubierta sedimentaria
gransabanera se encuentra intrusionada por di-
ques de rocas ígneas básicas de diabasa que al
aflorar en diferentes sitios, interrumpen la mono-
tonía topográfica de la altiplanicie con cuestas y
bajas colinas en forma de medias naranjas, así
como la cubierta herbácea graminosa al permitir,
por generar mejores suelos, la formación de par-
ches boscosos.

Igualmente, con las areniscas de Roraima a ve-


ces alternan delgadas capas de rocas volcánicas
vítreas formando jaspes coloridos, como el que
se observa en el lecho de la quebrada de Jaspe.

Quebrada de Jaspe

40
EL PARQUE NACIONAL CANAIMA

Las tierras onduladas de la altiplanicie se encuen-


tran a elevaciones que van desde unos 1.500 m
a 700 m de norte a sur, con inclinación en este
mismo sentido, lo que orienta el desplazamiento
de la red de drenaje en esa misma dirección. Sin
embargo, a diferencia de los otros sectores del
Parque, la disección que han sufrido estas tierras
sabaneras es poco marcada, de modo que los
cursos de agua generalmente corren por cauces
poco profundos, con sus riberas sembradas de
bosques de galería y morichales que interrum-
pen la regularidad de la cubierta herbácea pre-
dominante de la zona.

La Gran Sabana propiamente dicha es muy ex-


tensa, pues abarca unos 18,000 km�, aunque no
toda ella pertenece al Parque Nacional Canaima,
pero sí su mayor parte. El límite norte de la alti-
planicie es la Sierra de Lema, integrado al Par-
que y al sur, la Sierra de Pakaraima, fuera de Bosque submontano y herbazales de la Gran Sabana
la poligonal del Parque Nacional Canaima. Por
el este los límites están dados por los ríos Ka-
moirán y Mazaruni y al oeste la limitan las cade-
nas de Tepuyes Los Testigos y los ríos Karuay y
Vaiparú.

El relieve de la altiplanicie es un plano inclinado
que va desde los 1.500 m en la Sierra de Lema al
norte, a 700 m en la sierra de Pakaraima al sur.
Sin embargo, las altitudes extremas de esta gran
unidad del paisaje las conforman las cimas de
algunos de los tepuyes que se localizan en su es-
pacio, incluyendo el Roraima (2.723 m), el cual,
si bien forma parte de la geografía gransabanera
y Parque Nacional Canaima, también constituye
por si mismo un Monumento Natural, al igual que
los otros Tepuyes que integran la llamada Cade-
na de Tepuyes Orientales.

Las mesetas Tepuyanas de La Gran Sabana son


un espectacular componente del relieve gransa- Cadena de tepuyes Orientales
banero, sin embargo, por su relevante importan-
cia como belleza escénica conformada práctica-
mente por cada unidad tepuyana, le damos un
tratamiento especial en el sistema expositivo de
esta publicación.

Además de los tepuyes, la altiplanicie de la Gran


Sabana está interrumpida en su relieve plano a
semiplano por cuestas bajas de frente abrupto
y reverso ligeramente inclinado, así como por
colinas bajas o lomeríos en formas de medias
naranjas, coincidiendo regularmente con aflora-
mientos de rocas básicas de diabasa, intrusivos
a las areniscas del Grupo Roraima. Cuando ello
ocurre suelen existir formaciones boscosas y ar-
bustales muy diferentes a la cubierta graminosa
preponderante de las superficies aplanadas de
la Gran Sabana.

Colinas bajas de la Gran Sabana

41
EL PARQUE NACIONAL CANAIMA

Suelos

Las areniscas como rocas predominan-


tes del grupo Roraima, formadas en el
precámbrico superior, han sido meteo-
rizadas por centenas de millones de
años, dando origen a suelos arenosos,
sumamente lixiviados, muy pobres en
materia orgánica y nutrientes, con ele-
vada acidez e incapaces de soportar
una cubierta vegetal más desarrollada
que los herbazales graminosos abier-
tos que caracterizan a la altiplanicie de
la Gran Sabana. En cambio, los diques
de diabasa y volcánicas como el jaspe,
al meteorizarse han producido suelos
más arcillosos, con buena capacidad
de retención de humedad y suficiente
cantidad de nutrientes para permitir la
formación de una cubierta vegetal más
desarrollada de bosques submonta-
nos.

Esta es la razón por la cual las princi-
pales actividades agrícolas de la po-
blación autóctona Pemón que habita la
Gran Sabana se ubican en esas áreas,
más que en ningunas otras de la zona.
Cima del Roraima

De manera que la vocación agrícola de


estos suelos residuales, es prácticamente
nula y los que tienen mejores condiciones
para tales fines se restringen a parches de
suelos aluviales más recientes encontra-
dos a lo largo de algunos valles.

Además de la muy escasa vocación agrí-


cola los suelos gransabaneros, se distin-
guen por ser sumamente propensos a la
erosión hídrica, particularmente cuando
están desprovistos de cubierta vegetal
protectora al tratarse de suelos mal estruc-
turados y frecuentemente sueltos, unido al
clima agresivo de la región, caracterizado
por lluvias abundantes y torrenciales, la
erosión laminar y la lineal producida por
los cursos de agua se ejerce con mucha
eficacia, produciendo una rápida y volu-
minosa acción de transporte e incisión de
los mantos arenosos que cubren la mayor
parte de la superficie de la zona. Por tales
razones, el uso y manejo de este recurso
debe realizarse con sumo cuidado para
evitar impactos negativos de deterioro del
paisaje gransabanero.

Bosque de galería a orillas de la quebrada de Jaspe

42
EL PARQUE NACIONAL CANAIMA

Vegetación

En relación con la vegetación de la altiplanicie propiamente dicha, Huber y


Febres (2000) señalan los rasgos generales de la misma, sintetizados en
la presencia de una formación conformada por bosques siempreverdes,
cuyas especies arbóreas en una bajísima proporción pierden sus hojas una
vez al año. Estos bosques se localizan principalmente en laderas bajas
y medias de la altiplanicie, al igual que en las vertientes inferiores de los
tepuyes circundantes; son bosques húmedos y densos, a veces con gran
abundancia de palmas. Se trata de árboles de baja a mediana altura, entre
10 - 25 m, luciendo copas esféricas o ensanchadas. Escasean los árboles
con flores llamativas, pero abundan las epifitas y pocas son las lianas. El
sotobosque es desarrollado, conformado principalmente por hierbas, ar-
bustos y pequeñas palmeras.

El bosque de la altiplanicie gransabanera se presenta en forma de man-


chas, asociado frecuentemente a afloramientos de diabasa o como bosque
de galería a lo largo de los cursos de agua, particularmente en el sector me-
ridional de La Gran Sabana, donde, al contrario del bosque siempreverde,
los árboles presentan “vistosas inflorescencias rojas o amarillas y, menos
frecuentemente azules”. (Huber y Febres, 2000).

Las formaciones boscosas de la zona son muy frágiles e inestables en


presencia de intervenciones e impactos imprudentes; debido a la enorme
dificultad para regenerarse que tiene la vegetación ante la presencia de
suelos pobres en nutrientes y mediocremente estructurados. Los incendios
frecuentes que se producen en La Gran Sabana impacta irreversiblemente,
la vegetación y, muy particularmente la boscosa. Por su parte, “la forma-
ción herbácea está representada, en primer lugar; por las inmensas saba-
nas abiertas que cubren casi toda la altiplanicie de la Gran Sabana, desde Morichales en la Gran Sabana

la Escalera hasta Santa Elena de Uairén y desde el río Karuay hasta el


cerro Roraima. Sin embargo, entremezcladas con las sabanas dominadas
por gramíneas y ciperáceas, aparecen manchas a veces muy grandes de
otro tipo de herbazal, dominado por curiosas hierbas de hoja ancha, que
durante su período de floración (mayo a junio) produce flores amarillas muy
vistosas. Estos herbazales de hoja ancha (latifoliados), crecen siempre so-
bre un suelo turboso, negro y saturado de agua y presentan una estrecha
relación florística con comunidades herbáceas similares en las cumbres
de los tepuyes circundantes; estos herbazales se consideran relictos de
épocas geológicas pasadas, durante las cuales el clima frío favoreció el
crecimiento de las especies de alta montaña en niveles altitudinales más
bajos (Huber y Febres, 2000).

Hay un tercer tipo de vegetación herbácea que aparece en la parte me-


ridional de la zona por debajo de los 1.000 m.s.n.m. Se trata de sabanas
graminosas altas y densas donde crecen extensas colonias de palma mo-
riche, como son los casos de las planicies aluviales de los ríos Yuruaní y
Kukenán. Sobresalen estas formaciones vegetales por una exhuberante
belleza escénica gransabanera.

Finalmente, hay que destacar en la cubierta vegetal de La Gran Sabana la


formación de arbustales constituidos por comunidades bajas dominadas
por arbustos desarrollados sobre afloramientos rocosos o arena suelta. Es
una vegetación con muchas especies altamente endémicas adaptadas a
un medio ecológico muy restrictivo.

Epífitas que abundan en el parque

43
EL PARQUE NACIONAL CANAIMA

Clima La precipitación en el Parque Nacional Canaima de promedio anual para las tierras situadas por
está directamente influenciada por el desplaza- debajo de 1.000 m de altitud.
Por su posición latitudinal, Venezuela es un país miento hacia el norte de la ZCIT, lo que suce-
enteramente intertropical con climas correspon- de generalmente entre mayo y noviembre para En las tierras altas del Parque Nacional Ca-
dientes a esa situación astronómica, aunque producir durante este período altos promedios naima; es decir, aquellas localizadas sobre los
modificados en sus características generales por de lluvia, superiores a 2.000 - 2.500 mm. Sin 1.000 m de elevación, pertenecientes a serranías
factores como la altitud del relieve, su exposición embargo, los promedios aumentan en las áreas y tepuyes, su clima es de tipo superhúmedo, con
a los vientos y la mayor o menor lejanía de las más elevadas del parque debido a fenómenos dos regímenes: uno, mesotérmico superhúmedo
masas de agua marítimas. Por su parte, la tropi- de ascensión forzada de las masas de aire hú- y otro mesotérmico húmedo, ambos caracteri-
calidad más acentuada del territorio nacional se medo produciendo lluvias de carácter orográfico. zados por alta nubosidad y temperaturas relati-
encuentra en su mitad meridional ocupada por el En todo caso, en el Parque Nacional Canaima vamente bajas. Es de recalcar que en algunas
Macizo de Guayana y, es aún mayor al sur del no existen grandes diferencias entre los meses cumbres tepuyanas, como en el Auyán - tepui, a
paralelo 6° Norte, justamente en la posición lati- más lluviosos y los menos lluviosos. No hay en más de 2.500 m.s.n.m., las temperaturas medias
tudinal del Parque Nacional Canaima. el territorio de esta unidad protegida ni verdade- anuales oscilan entre 9 °C - 12 °C y a veces pue-
ros períodos secos, ni verdaderos meses secos den llegar hasta 2 °C, como extremas.
Por consiguiente, el espacio geográfico del par- durante el año.
que, situado cerca del ecuador, está influenciado No existe mucha precisión sobre el clima del Par-
por la Zona de Convergencia Intertropical (ZCIT) En cuanto a los tipos de clima, corresponden al que Nacional Canaima en términos puntuales,
o lo que es lo mismo, la zona de baja presión cálido superhúmedo y al cálido muy húmedo de debido a la escasez de estaciones meteorológi-
donde confluyen los vientos alisios del noreste y carácter ecuatorial, sin períodos secos defini- cas instaladas; sin embargo, en el sector de la
del sureste, centrada en promedio alrededor de dos, con lluvias abundantes y constantes. Para Gran Sabana hay una relativa mayor densidad
los 5° norte. el superhúmedo los promedios son superiores de la red de estaciones. En el sector occidental
a 2.400 mm/año; es decir, climas ombrófilos de existe alguna información para la estación Canai-
La posición latitudinal del parque, además de in- bosque siempreverde y lluviosos. ma y también para el Auyán - tepui. Aunque la
fluir en la ocurrencia de la precipitación, también estación de Santa Elena de Uairén está fuera de
lo hace en cuanto al calor que se recibe en la Para el cálido muy húmedo, sus promedios están los límites del parque, se toma en cuenta por ser
superficie del territorio del parque, siendo más o sobre los 1.600 mm/año. Enero y febrero son los representativa del sector meridional del parque.
menos constante durante todo el año, pero tam- meses menos lluviosos, pero siempre con pro- Las estaciones metereológicas, cuyos datos se
bién modificado por la altitud del relieve, su ex- medios superiores a 100 mm/mes. Por su parte, señalan a continuación, son las que se tienen en
posición y la nubosidad, la cual es alta en buena mayo, junio, julio y agosto son los meses más el parque.
parte del año. lluviosos, con temperaturas superiores a 27 °C

Caidas de agua blanca y río de aguas negras

44
EL PARQUE NACIONAL CANAIMA

Temperatura y precipitación de estaciones meteorológicas del Macizo Guayanés

TMA = Temperatura Media Anual PMA = Precipitación Media Anual

Climas cálidos muy húmedos de Guayana

45
EL PARQUE NACIONAL CANAIMA

Climas cálidos superhúmedos del Parque Nacional Canaima y de San Carlos de río Negro

46
Ascención de nubes en los rebordes de tepuy - La Gran Sabana

EL PARQUE NACIONAL CANAIMA

Relieve de cuestas en La Gran Sabana

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EL PARQUE NACIONAL CANAIMA

Paisajes vegetales no haya tomado la acertada decisión de concebir variedades de árboles, arbustos, orquídeas y
el Parque Nacional Canaima, como una manera bromeliáceas de espléndida belleza y atractivas
No obstante, la pobreza generalizada de los sue- idónea de proteger esta extraordinaria riqueza formas. Diferentes tipos de bosques pueden dis-
los del Parque Nacional Canaima, debido a su natural, que, a su vez, sirve como escudo para la tinguirse de acuerdo con su composición florísti-
escasez de nutrientes, elevada acidez, alta lixivia- protección de ese otro inmenso recurso natural ca y formas estructurales en un todo, según las
ción y baja capacidad de retención de humedad; del parque como lo son su agua y sus ríos. particularidades de adaptación de los elementos
este vasto espacio de la geografía guayanesa se componentes a los variados ambientes en cuyo
distingue por tener una cubierta vegetal donde Sin embargo, es de advertir que la cubierta ve- proceso, el alto endemismo es una constante
las selvas y bosques de variado tipo, poseen la getal del parque, por muy exhuberante que sea, ecológica.
más amplia representación de todos los paisajes representa formaciones clímax que se hayan
vegetales de esta unidad protegida. Las razones en equilibrio precario con los diferentes factores Bosque húmedo tropical de tierras bajas
de la existencia de esta cubierta boscosa están ecológicos que la determinan; por lo que una vez Este tipo de bosque corresponde a las tierras ba-
dadas por el clima ecuatorial superhúmedo y que dicho equilibrio se rompe por impactos ne- jas del parque, es decir, las situadas por debajo
muy húmedo reinante, con lluvias abundantes y gativos ejercidos sobre esos factores, resulta su- de los 500 m de altitud; con promedios de lluvia
constantes durante todo el año; sin estación seca mamente difícil, por no decir imposible, que la cu- superiores a 2.400 mm/anuales. Se asemeja a
definida; a la vez por la poca o muy poca inter- bierta vegetal originaria se regenere. La fragilidad un gigantesco tapiz vegetal, apenas interrumpido
vención antrópica que se ha ejercido en amplios ecológica del ambiente guayanés y por ende, del acá y allá por algunos espacios abiertos por el
espacios de la zona. Es evidente que en aquellas Parque Nacional Canaima, es una realidad indis- hombre en sus labores de asentamiento, cultivos
áreas donde hay mejor desarrollo de suelos y son cutible a tomar en cuenta en cualquier política de e incluso actividades mineras. Se trata de un bos-
menos pobres por la presencia de afloramientos manejo que se adopte en función de la preserva- que siempreverde, muy lluvioso, macrotérmico y
rocosos ígneos - intrusivos de diabasa, la vege- ción de sus paisajes vegetales. Los conjuntos o de ambiente húmedo. Generalmente presenta
tación boscosa sea aún más densa y frondosa; paisajes vegetales más representativos del Par- tres o cuatro estratos arbóreos con elementos
existiendo incluso, cubiertas selváticas prístinas que Nacional Canaima, son los siguientes: que llegan a alcanzar hasta más de 40 m de al-
o bien escasamente intervenidas. tura y diámetro hasta de 80 cm. “Los troncos por
Bosques lo general son rectos y se encuentran coronados
Justamente, la existencia de la extensa cubierta por copas juntas entre sí, formando un techo o
boscosa señalada, ha sido una de las justificacio- Es la más extendida e impresionante formación bóveda casi cerrado que actúa como filtro para
nes más poderosas para que el Estado venezola- vegetal del parque, compuesta por innumerables la luz. Por tanto, la luz que penetra en su interior
es de baja intensidad y por consiguiente, el soto-
bosque es ralo y poco desarrollado” (Guía Ecoló-
gica de Canaima Pág. 82).

En esta formación boscosa abundan las palme-


ras y se pueden encontrar también enclaves de
herbazales y arbustales que, aún así, no inte-
rrumpen el aspecto arbóreo y frondosidad del
bosque siempreverde.

Entre las palmas más representativas tenemos:


amuniñá o coquito (Astrocaryum gynacantum);
avak o cocurito (Attalea maripa); chips-yek (Bac-
tris acanthocarpa); Geonoma deversa; Geonoma
maxima y yuruak o cerbatana (Iriartella setigera).
Igualmente se pueden apreciar árboles, tales
como: maripak-yek, zarcillo o casabe de murcié-
lago (Parkia pendula); Eschweilwra subglandulo-
sa; Poti-yek o trompillo (Tetragastris panamen-
sis); tanno-yek o mijao (Anacardium giganteum);
palo machete (Eperua purpurea); aipue-yek o
sarrapia (Coumarouna polyphylla); Karapa-yek
o Carapa, (Carapa guianensis); algarrobo (Hy-
menaea courbaril); maipa-yek o guamo (Inga
alba); mamoncillo (Licania discolor); naire-yek
(Aspidosperma oblongum) y salado (Vochysia
surinamensis), cuya floración áurica le da un bri-
llo especial al bosque en los meses de noviem-
bre a enero.

Bosques y herbazales en el Parque Nacional Canaima

49
EL PARQUE NACIONAL CANAIMA

Bosques ribereños
Esta formación boscosa se desarrolla a lo largo de las riberas de los ríos
principales que surcan el parque, aprovechando condiciones ecológicas
relativamente más favorables en cuanto a suelos y humedad. Suelen de-
nominarse también bosques de galería. Cuando los fondos de valles son
más planos y la red hidrográfica más intrincada, los bosques ribereños que
individualmente acompañan el recorrido de los cursos de agua llegan a en-
trelazarse, constituyendo una continuidad en la cubierta vegetal boscosa.

Los bosques ribereños ocupan las áreas más deprimidas del relieve for-
mando conjuntos macro y mesotérmicos con abundante lluviosidad. Algu-
nas de estas formaciones vegetales sufren inundaciones periódicas cuan-
do los ríos aumentan sus caudales o cuando se desbordan, lo cual sucede
particularmente en los meses de mayor lluviosidad.

A diferencia del bosque húmedo tropical, en los bosques ribereños la al-


tura de los árboles se encuentra entre 15 - 20 m. Elementos represen-
tativos de estas formaciones vegetales, son: ará o manaca (Euterpe ca-
tinga var catinga); Kuai o moriche (Mauritia flexuosa); Kú-wadá o seje
chiquito (Oenocarpus bacaba). Las Apocynaceae: Nari-yek (Aspidosperma
oblongum),manati-yek (Spongiosperma cataractum). Las Bombacaceae:
ceibón (Bombax jenmani), etavauka-yek o palo de boya (Pachira minor);
Las Caesalpinaceae: chigo (Campigiandra comosa); ava-yek (Dimorphan-
dra cuerea); Macrolobium bifolium; yeri-yek (Eperua venosa); el sangrito
(Pterocarpus officinalis). La Clusiaceae (Garcinia madruno); la Chrsoba-
lanaceae makara-yek (Couepia foveolata); la Erythroxylaceae eperu-yek
(Erythroxylum cataractarum); la Euphroniaceae apon-yek (Euphronia guia-
nensis); la Fabaceae ana-yek (Alexa canaracunensis); la Flacourtiaceae ai-
ya-yek (Euceraea nitida); las Myrtaceae maradau-yek o guayabita (Eugenia

Morichal guayanés de Mauritia flexuosa

punicifolia) y sereuke-yek (Marlierea karuaensis); la Rubiaceae paran-yek


(Remijia densiflora); la Sterculiaceae (Sterculia pruriensis) y la Sapotaceae
(Pouteria canaimensis)

Bosques de taludes
Se refieren a los bosques siempreverdes húmedos y contínuos característi-
cos de los taludes de escombros rocosos situados al pie de los escarpados
exteriores de las altiplanicies tepuyanas. De manera que son formaciones
vegetales basimontanas y submontanas, cuyos componentes arbóreos po-
seen alturas entre 15 - 30 m. El dosel de estos bosques por lo regular es
menos cerrado a la penetración de la luz solar, permitiendo un buen desa-
rrollo del sotobosque.

Las áreas ocupadas por esta cobertura boscosa son muy lluviosas y con
frecuente nubosidad, por lo cual se trata de tipos específicos de bosques
pluviales ombrófilos submesotérmicos y mesotérmicos, con alto desarrollo
de las epifitas como líquenes, musgos, helechos y plantas con flores como
Araráceas, Bromeliáceas, Gesneriáceas, Orchidáceas y Piperáceas. Des-
tacan mucho por sus formas las Hymenophylláceas, Selaginelláceas y
Lycopodiáceas.

Entre los elementos florísticos arbóreos sobresalen:


Virola surinamensis (Mysisticaceae), Protium heptaphyllum (Burseraceae),
Tabebuia insignis (Bignoniaceae), Anaxogorea petiolata (Annonaceae),
Alexa confusa (Fabaceae), Ruizterania ferruginea (Vochysiaceae), Licania
micrantha (Chrysobalanaceae), Simarouba amara (Simaroubaceae), Min-
quartia guianensis (Olacaceae), Pouroma sp (Cecropiaceae) y Byrsonima
El bosque guayanés stipulacea (Malpighiaceae). (Huber 1995, citado por Riviera 1998).

50
EL PARQUE NACIONAL CANAIMA

Bosque tepuyano
Es una formación vegetal altamente endémica,
adaptada a las duras condiciones ecológicas que
reinan en las cimas o cumbres de las altimese-
tas tepuyanas, particularmente por la escasez
marcada de suelos, por la elevada acidez de los
mismos y los rigores de los microclimas predo-
minantes, como el viento, e incluso, los extre-
mos de temperaturas, bajas durante la noche y
altas durante los días soleados. En todo caso,
el bosque tepuyano es capaz de colonizar varia-
dos ambientes mediante complejos procesos de
adaptación, especialización y endemismo pro-
nunciado.

Entre los subtipos de bosque tepuyano, el ribere-


ño o de galería es de los más frecuentes, al apro-
vechar la humedad y los suelos que albergan las
orillas de los cursos de agua altotepuyanos, en
un ambiente ecológico general donde la reten-
ción de humedad es precaria por la presencia de
los afloramientos rocosos duros que predominan
en esas superficies de las cumbres tepuyanas.

El bosque tepuyano corresponde a los llamados


bosques montanos altos y bajos en referencia a
Vegetación de cimas de tepuyes
la denominación manejada por varios autores. En
efecto, es un bosque de altura que se encuentra
sobre los 1.600 m.s.n.m y puede llegar a alcan-
zar alturas incluso sobre los 2.000 m.s.n.m. Este
tipo de bosque nublado está dominado regular-
mente por el género Bonnetia, formando grandes
y densas colonias. Los componentes arbóreos
se distinguen por troncos y ramas cubiertas por
abundancia de líquenes, musgos y epífitas.

El sotobosque es muy denso, con alta frecuencia


de hierbas arrosetadas gigantes, como Orectan-
the ptaritepuiana y Brocchimia tatei.

Por su parte, el bosque bajo altitepuyano siem-


preverde, se desarrolla en las turberas o suelos
orgánicos que se encuentran en el fondo de las
depresiones areniscosas o de diabasa en las ci-
mas de los tepuyes.

En estos casos la fisonomía y composición florís-


tica de los componentes es diferente al bosque
alto anteriormente tratado. La especie Bonnetia
roraimae es el integrante arbóreo dominante de
este bosque enano de turberas tepuyanas.

Arbustales
Las formaciones arbustales del Parque Nacional
Bosque tepuyano de altura. En la cima de los tepuyes
Canaima no tienen ni la continuidad ni la exten-
sión de los bosques o sabanas de ese espacio; aparición es particularmente de carácter azonal, tipo turba. Siempre se trata de componentes le-
sin embargo, en ocasiones aparecen manchas es decir, como cuñas en el bosque o en la sa- ñosos con alturas entre 0,5 a 5 m; aunque existen
relativamente importantes de conjuntos arbusta- bana, asociado a condiciones ecológicas espe- unidades de arbustales cuyos elementos pueden
les tanto en el sector oriental como en el sector cíficas, como afloramientos rocosos, sin suelos alcanzar entre 2 y 7 m de altura.
occidental del parque. En ambas ocasiones su desarrollados o en suelos arenosos y orgánicos,

51
EL PARQUE NACIONAL CANAIMA

Entre las especies dominantes podemos destacar:


Platycarpum rhododactylum (Rubiaceae), Termi-
nalia quintalata (Combretaceae), Clusia sp. (Clu-
siaceae), Dacryodes microcarpa (Burseraceae),
Licania sp (Chrysobalanaceae), Bonnetia sessi-
lis y Ternstroemia pungens (Theaecae), Humiria
balsamifera (Humiriaceae), Blephandra fimbriata
(Malpighiaceae), Ruizterania ferruginea (Vochy-
siaceae), Himatanthus articulatos (Apocyna-
ceae), Ilex retusa (Aquifoliaceae), Emmotum sp.
(Icacinaceae), Taralea crassifolia (Fabaceae) y
Vellozia tubiflora (Vellozinaceae). Ocasinalmente
Pakaraimaea dipterocarpacea (Monotaceae), de
gran interés fitogeográfico, se encuentra también
en estos arbustales creciendo como arbusto pe-
queño y solitario, el cual difiere notablemente de
aquellos altos y gregarios, de la misma especie,
que crecen en los bosques al Sur de la Gran Sa-
bana. (Huber, 1995, citado por Rivera, 1998).

En el Parque Nacional Canaima suelen distin-


guirse dos tipos de formaciones arbustales. Los
arbustales siempreverdes y los arbustales te-
puyanos. Los primeros se refieren a conjuntos
vegetales con especies de hojas perdurables
desarrollados en tierras bajas e intermedias del
parque, asociadas algunas veces a orillas de ríos
llamados de aguas negras, pero pueden hallarse
en variadas condiciones ecológicas.

Los arbustales tepuyanos conforman cubiertas


densas de crecimiento frecuente en las cumbres
de los tepuyes por encima de los 1.500 m.s.n.m.
El alto endemismo es la particularidad mayor de
esta vegetación, junto a su crecimiento especia-
lizado. En los macizos de Chimantá y del Auyán
- tepui, abundan estas unidades de vegetación.

Algunas especies representativas de esta forma-


ción vegetal son: Theaceae (Bonnetia), Rubiaceae
Parches boscosos en la cima de tepuy
(Maguireothamnus, Pagameopsis), Tapuiantha-
ceae (Tepuianthus auyantepuiensis), Ericaceae bana, dominado por gramíneas y ciperáceas y el La palma de moriche o kuai en lengua autóctona,
(Notopora, Thibaudia), Malpighiaceae (Blephan- no graminoso con dominio de otras hierbas. El conforma un atractivo elemento, alto de 30 m y
dra hypoleuca), Melastomataceae (Macairea), As- conjunto de sabanas colonizan preferentemente 60 cm de diámetro y hojas de hasta más de un
teraceae, Ochnaceae, Myrsinaceae y Rubiaceae. las tierras bajas y medias del parque, en las cua- metro de longitud que las hacen muy útiles para
les es posible encontrar o no elementos leñosos los lugareños.
Herbazales como arbustos y árboles aislados o formando
Después de los bosques, los conjuntos herbá- grupos en las llamadas popularmente “matas”. Otra distinción entre los herbazales son las lla-
ceos representan el tapiz vegetal más extenso Este tipo de tapiz vegetal es el preponderante en madas sabanas arbustivas integradas por comu-
y contínuo del Parque Nacional Canaima, en es- la Gran Sabana. nidades graminosas dispuestas en macollas. Se
pecial en el sector oriental, o lo que es lo mismo, desarrollan normalmente en suelos muy livianos,
la Gran Sabana. Menos contínuo y extenso se En las sabanas del parque, de acuerdo a las arenosos y pedregosos, sumamente pobres y
presenta en el sector occidental, interrumpiendo condiciones edáficas y altitudinales de sectores ácidos. Los géneros más representativos de es-
aquí y allá las enormes extensiones ocupadas determinados, suelen distinguirse: Sabana con tas gramíneas son Axonopus y Trachypogon.
por selvas y bosques. morichales, conjuntos encontrados en condicio- Frecuentemente existe un estrato leñoso arbusti-
nes cenagosas o de muy mal drenaje, donde vo con dominio del alcornoque (Baudichia vigilioi-
A la formación herbácea la distingue una alta di- prosperan representantes graminosos como An- des) el chaparro manteco (Byrsonimia crassifolia)
versidad fisonómica, florística y ecológica, en la dropogon, Eriochrysis, Pasicum y Sorghastrum, y el merey (Anacardium occidentale).
cual es posible distinguir dos grandes categorías: siendo la palma de moriche (Maurithia flexuosa)
el herbazal graminoso, llamado comúnmente sa- el elemento arbóreo más relevantes.

52
EL PARQUE NACIONAL CANAIMA

Por su parte, los herbazales tepuyanos son las yanas. Crecen en depresiones muy húmedas de na la especie endémica Stegolepis ligualata. Los
formaciones de este tipo más especializadas y drenaje impedido, con suelos de turberas, o bien, herbazales arrosetados son comunes con pre-
endémicas al tener que adaptarse a las duras sobre delgadas capas arenosas. En las cimas de sencia de arbustos bajos.
condiciones ambientales de las cumbres tepu- numerosos tepuyes, como en el Chimantá domi-

Sabana y bosque de Galería en la Gran Sabana

53
EL PARQUE NACIONAL CANAIMA

“El parque es un encaje de ríos y


arroyos de variados tamaños que se
precipitan a través de las selvas y
serpentean en las sabanas”.

Laguna de Canaima
Aguas y ríos hidrográfica del río Caroní, tributario mayor del claras”, en contraposición, meramente idiomáti-
Orinoco. Por lo regular se trata de aguas aunque ca, a los “ríos de aguas negras”. En todo caso,
Agua y ríos conforman en el Parque Nacional muy ácidas, limpias y cristalinas, no obstante la son aguas muy cristalinas, de color pardo ama-
Canaima un extraordinario binomio como belleza aparente “suciedad” de buena parte de ellas, por rillento, a veces verdoso, con muy baja carga de
escénica e invalorable recurso natural. Sorpren- su color oscuro que pareciera negar los atribu- sedimentos y de acidez moderada entre 5.5 y
dente abundancia y calidad sin par son reconoci- tos antes señalados. Por ello se les llama “aguas 7.0 de pH, contrapuesto a las otras con pH entre
dos atributos del agua de esta unidad protegida. negras” y a los ríos que las transportan “ríos de 3.5 y 5.0. Los “ríos de aguas claras” por lo re-
Atractivo, espectacularidad y fuerza telúrica, son aguas negras”, que suelen escurrir en diferen- gular drenan superficies con afloramientos roco-
los encantos de sus ríos. tes sectores del parque, como por ejemplo en la sos ígneo-metamórficos y los de “aguas negras”
Gran Sabana. Los colores de negro a pardo roji- atraviesan los espacios modelados en substratos
Se combinan armoniosamente en el Parque Na- zo del agua está dado por la alta concentración rocosos de areniscas del Grupo Roraima.
cional Canaima para conferirle a estas tierras que tiene de ácidos orgánicos húmicos y tanino
buena parte de los valores intangibles que lleva- procedentes de la vegetación descompuesta de Tanto por su enorme volumen, como por su cali-
ron a la UNESCO a declararlo como Patrimonio las turberas tepuyanas o de otras áreas de mal dad, en términos del bajo contenido de sedimen-
Mundial Natural de la Humanidad. drenaje que atraviesan. tos que contienen, las aguas del Parque Nacional
Canaima son altamente apreciadas como factor
El clima tropical lluvioso reinante, la cubierta ve- En efecto, los suelos orgánicos de las cumbres de producción de energía eléctrica, particularmen-
getal densa y protectora que caracteriza a Ca- de los tepuyes y de otras turberas existentes, te en el caso de la gigantesca represa de Gurí y
naima; los afloramientos rocosos en estructuras sirven de verdaderas esponjas alimentadoras en las de Macagua, Tocoma y Caruachi, construidas
escalonadas o lisas, además del trabajo multi- agua de la densa red de drenaje del Parque Na- en el bajo Caroní. En verdad, la vida útil de esos
milenario de sus ríos, explican la abundancia de cional Canaima. Por su parte, el carácter espu- embalses se alarga sin tropiezos por esta razón,
sus aguas y el diseño aereal y longitudinal tan moso que a veces tiene el agua que se despren- también queda garantizado muy poco desgaste
conspicuo de la red hidrográfica guayanesa y, de de los saltos de los “ríos de aguas negras”, de los generadores de electricidad.
particularmente, del Parque Nacional Canaima. es la consecuencia de las saponinas o jabones
naturales que contienen muchas de las plantas Justamente, este argumento fue poderosa razón
Los volúmenes de agua que se generan y escu- presentes en las zonas drenadas por estos ríos. para darle al Parque Nacional Canaima la con-
rren en el parque día a día son inmensos, para Pero, también abundan, sobre todo en la cuenca dición de área protegida que hoy posee; espe-
servir de alimentación principalmente a la red alta del río Caroní, los llamados “ríos de aguas cialmente frente a las amenazas y peligros que

54
EL PARQUE NACIONAL CANAIMA

confrontan algunas de sus cuencas como frentes


de actividad minera legal o ilegal en superficies
cubiertas por sedimentos aluviales contentivos de
placeres de oro y diamante. El aumento que se
ha observado de la carga de sedimentos sólidos
en suspensión de los ríos Ikabarú y Chiguao es
una muestra inquietante de esta situación.

La densa y extensa red hidrográfica del parque


está dominada por la correspondiente a la del río
Caroní, principal tributario del Orinoco y segundo
curso de agua más importante del Macizo Guaya-
nés. El Caroní, a su vez, es el límite occidental del
Parque Nacional Canaima. Tiene un alto valor es-
tratégico, no sólo en términos de su elevado caudal
que alcanza un promedio anual de 2.487 m³ en Ca-
ruachi, sino; igualmente, porque sobre su cauce se
han construido los embalses más importantes del
país como generadores de energía hidroeléctrica
que alimenta la red nacional en un alto porcentaje
y surte de energía a países vecinos como Brasil y
Colombia, a partir de las plantas Gurí, Macagua I-II
y Caruachi; las cuatro con una potencia máxima de
15.244 MW.

Una tercera parte de los 95.000 km² que confor-


man la cuenca del Caroní los ocupa el Parque
Nacional Canaima, principalmente en la parte alta
Salto Kukenán
y media de la misma, incluyendo las hoyas de
los ríos Kukenán y Aponwao, a partir de cuyas
confluencias entre sí el Caroní recibe su nombre
como tal. Sin embargo, las aguas del Kukenán ori-
ginadas 300 km antes de la confluencia antes cita-
da, en el tepui del mismo nombre, se consideran
realmente como las propias fuentes del Caroní.
Las subcuencas más representativas del parque,
son las siguientes:

La del río Kukenán. Cuyas nacientes están lo-


calizadas en el kukenán - tepui, a 2.700 m.s.n.m.;
la del Arabopó, el cual nace en el cerro Roraima.
La del Aponwao, río que nace en la Sierra de
Lema, concretamente en cerro Venamo.

Las aguas del río Karuay nacen en el Ptari-tepui


y Soropan - tepui. Esta es una de las subcuencas
más sobresalientes del parque. Cabe mencionar
también a los ríos Ikabarú, Surukún y el Yurua-
ní, con nacientes localizadas en cada tepui de su
mismo nombre.

En el sector occidental del parque destaca de ma-


nera excepcional la subcuenca del río Carrao, con
afluentes tan reconocidos como los ríos Churún
con fuentes en el Auyán-tepui y el Akanán. Tam-
bién cabe mencionar las subcuencas de los ríos
Urimán, Tírica y Apakará, todos en el sector oc-
cidental del parque, al igual que las respectivas
subcuencas de los ríos Cucurital, Chicanán y
Yuruán. Salto Aponwao

55
EL PARQUE NACIONAL CANAIMA

Saltos y cataratas que provocan saltos de agua a partir de sus altas • Salto Karuay.
Saltos y cataratas son rasgos dominantes que le paredes, algunos de ellos tan conocidos como el • Salto La Milagrosa.
imprimen belleza, fuerza, grandiosidad y atracti- Karepacupai merú o Salto Angel, desprendido • Cascadas El Sapo y El Sapito.
vo invalorable a la hidrografía del Parque Nacio- del tope de la masa areniscosa del Auyán-tepui, • Salto del Yurí.
nal Canaima; además de incalculable valor como con caída libre cercana a los 1.000 metros. • Rápidos de Mayupa, localizados en el río Carrao.
recurso natural, especialmente por su utilización • Salto Saró Merú .
actual y potencial como generador de energía hi- Por su parte, las cataratas, o asociaciones de • Salto Soroape.
droeléctrica. saltos menos altos pero con mayores volúmenes • Salto El Encanto.
de agua, se localizan en espacios más deprimi- • Salto Hacha.
La conformación geológica y la evolución geo- dos que el caso de los tepuyes, ante la presencia • Salto Golondrina.
morfológica del territorio del parque explican de bancos rocosos escalonados, por diferencia
esta realidad de los ríos guayaneses y, por con- de dureza de los mismos. Igualmente, los llama- Sector Oriental
siguiente de los de Canaima. En efecto, el per- dos rápidos existen a lo largo de los cauces • Salto El Danto.
fil longitudinal de los cursos de agua principales donde afloran rocas que han resistido la erosión • Salto Arapena.
son frecuentemente muy accidentados, con pre- lineal, o por la existencia de horizontes rocosos • Salto Aponwao.
sencia de cambios bruscos de pendiente debido de dureza similar, aunque con poca diferencia de • Salto Kamá.
a diferencias de resistencia a la erosión lineal de altura entre unos y otros. • Salto Soroape.
los afloramientos litológicos que atraviesan. Tal Entre los innumerables e imponentes saltos de
situación se traduce en forma de saltos, cataratas agua, cataratas y rápidos formados por los ríos
y rápidos, comunes a lo largo y ancho del espa- del parque, se pueden señalar los siguientes:
cio del parque. El relieve es también, una causa
fundamental de la existencia de estos accidentes Sector Occidental
espectaculares de la red de drenaje, particular- • Salto Karepacupai - merú o Salto Angel.
mente cuando se trata de las mesas tepuyanas • Salto Torón.

Salto Karepacupai-merú, Salto Angel

56
Un atardecer guayanés
EL PARQUE NACIONAL CANAIMA

Fauna

Hasta ahora la fauna del Parque Nacional Ca-


naima ha sido relativamente poco estudiada en
sí mísma; sin embargo, es muy similar a la do-
minante en toda la región de la Guayana vene-
zolana, aunque muchas especies destacan por
su alto endemismo en lugares como los tepuyes,
particularmente en la cima de ellos.

Entre los invertebrados sobresalen por su abun-


dancia y belleza las mariposas de variadísimos
tamaños y colores; particularmente las familias
Hesperidae, Papilionidae y Peridae. Coleópteros
y hormigas se disntinguen también por su prolife-
ración, como Carabidae y Scarabeidae, entre los
primeros y el género Atta, entre los segundos.
termitas y arañas abundan.

Se considera que muchas especies de inverte-


brados que seguramente habitan las tierras del
parque, todavía son ignoradas por la ciencia.

Respecto a los vertebrados, pueden encontrarse


variadas especies de anfibios, entre los cuales el
llamado sapito minero (Dendrobates leucomelas)
es muy conspicuo por el carácter venenoso de
su piel.

58
EL PARQUE NACIONAL CANAIMA

Diversidad de fauna, invertebrados


y vertebrados del Parque Nacional
Canaima

59
EL PARQUE NACIONAL CANAIMA

En referencia a los reptiles se cuentan hasta


ahora más de 41 especies. En los morichales
aparece el caimán negro (Paleosuchus trigona-
tus). Las serpientes no venenosas como la boa
tornasol (Epiceates cenheria), la boa esmeralda
(Corallus caninus) y la anaconda (Eunectes mu-
rimus) habitan los espacios del parque, al igual
que entre las venenosas, la mapanare (Bothrops
atrox), la cuaima (Lachesis muta) y la cascabel
(Crotalus durissus).

Los mamíferos están representados al menos por


unas 145 especies de las 388 que alberga el te-
rritorio venezolano. Relativamente importante es
la presencia del puma o león de montaña (Puma
concolor) la del coatí (Nassua nassua) y del oso
melero (Tamandua tretradactyla). La presencia
de monos aulladores pe-
queños es resaltante,
pero escasa la de monos
grandes. Se encuentran
también ardillas, venados
y picures.

Fauna del parque

60
EL PARQUE NACIONAL CANAIMA

La avifauna del Parque Nacional Canaima, al contrario de los demás componentes


del recurso faunístico mayor, es abundante y variada. Se han reportado más de 364
especies. Las aves de plumaje brillante se distinguen por su gran vistosidad y be-
lleza. Es el caso del llamado gallito de las rocas (Rupícola rupícola), las numerosas
especies de loros y pericos (Psittasidae), de colibríes (Trochilidae), cardenales (Frin-
gillidae), tucanes (Ramphastidae) e incluso, se destaca la presencia del ave guácha-
ro (Steatornis caripensis) en la cima de algunos tepuyes, sitios caracterizados por el
endemismo de la avifauna.

El Parque Nacional Canaima se distingue por tener numerosos sitios privilegiados


para la observación de aves.

Gran variedad de Avifauna del parque

Guacamaya

61
Tepuyes del Parque Nacional Canaima

Entre los componentes paisajísticos del Parque cerro o montaña, y, en efecto los tepuyes son re- Al pie de sus acantilados suelen desarrollarse
Nacional Canaima, los tepuyes constituyen el lieves rocosos característicos de forma tabular y bosques frondosos sobre las acumulaciones de
recurso escénico más conspicuo y espectacular. aislados que se levantan abruptamente sobre las escombros rocosos desprendidos de ellos.
Ellos le imprimen a los variados espacios donde superficies más bajas circundantes cubiertas de
se encuentran, a la vez, majestuosidad y solem- vegetación de sabana o de bosque. Estas eleva- Los Tepuyes, cuyo componente rocoso funda-
nidad. Individualmente considerada, cada unidad das y amesetadas superficies de rocas duras es- mental son areniscas y cuarcitas resistentes del
tepuyana integra un conjunto fisiográfico y ecoló- tán delimitadas por escarpados verticales o casi Grupo geológico Roraima, de edad Precámbrico
gico de invalorable significado en esta amplia re- verticales, generalmente desprovistos de vegeta- Superior, conforman el valor escénico natural más
gión de la geografía venezolana. Tepui, en nativa ción, de allí frecuentemente se desprenden sal- llamativo del Parque Nacional Canaima, tanto
lengua pemón (Tepuy, castellanizado) significa tos de agua de diferentes dimensiones. por su espectacularidad, como por su abundante

presencia en todo su vasto espacio geográfico.


Además, ellos representan un verdadero tesoro
como testigos excepcionales de la evolución geo-
cronológica del planeta; ya que se trata de rema-
nentes de un pasado geológico de más de 1.500
millones de años, cuando buena parte de lo que
entonces era el supercontinente de Pangea, fue
recubierto extensivamente por voluminosas ca-
pas de sedimentos de origen continental, las que
llegaron a alcanzar en algunos sitios hasta más
de 3.000 m de espesor. El largo y potente proce-
so de erosión que afectó esta inmensa cobertura
de areniscas está hoy demostrado fehaciente-
mente en el Parque Nacional Canaima, por estos
cerros testigos o impresionantes altimesetas que
son los tepuyes de la Gran Sabana y Canaima.
Por su parte, el antiquísimo y eficaz aislamiento
geográfico y ambiental, al cual han estado so-
metidas dichas superficies, le han conferido uno
de los más altos grados de endemismo animal
y vegetal existentes en la superficie terrestre, lo
que representa valores científicos y curiosidades
ecológicas y de biodiversidad de relevante signi-
ficación.
Los tepuyes son las formas de relieve más conspicuas del Parque Nacional Canaima

62
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64

Tepuyes del Parque Nacional Canaima

Incluso en las superficies rocosas desprovistas sobre todo en su extremo oriental, cuya mayor La cadena de tepuyes denominada Los Testigos,
de vegetación mayor y continua, crecen algu- representación la conforma la llamada cadena de es otra unidad tepuyana situada al norte y noroes-
nos grupos de plantas inferiores muy resistentes Tepuyes Orientales, majestuosa unidad fisiográ- te. En esa amplia área se hayan numerosas mesas
como algas, líquenes y musgos, representantes fica tepuyana alineada de sureste a noreste por tepuyanas, entre las que destacan el Sororopán
de la vegetación pionera guayanesa. Se trata de algo más de 70 km de recorrido. Por su espec- (2.050 m) el Karrao - tepui (2.200 m) el Ptari-tepui
un verdadero litobioma. tacularidad e importancia escénica en si misma, o Cerro Budare, con 2.400 m de altitud. Siguen ha-
ha sido erigida recientemente como uno de los cia el noroeste el Kamarcabarai - tepui (2.400 m),
En el Pantepui se han reconocido especies de Monumentos Naturales del Macizo Guayanés. el Terekeyurén - tepui (1.900 m), el Murisipán-tepui
fanerógamas y helechos originarios de la forma- (2.350 m) y cerca de Kmarata destaca por especta-
ción Auyantepuy. Otra concentración tepuyana de La Gran Saba- cular el Aparamán - tepui (2.100 m), famoso por sus
na está localizada en su parte nororiental, don- bloques y torrecillas de arenisca.
En el área del Parque Nacional Canaima es don- de destaca particularmente el cerro Venamo con
de se localizan en mayor proporción y continuidad 1.600 m de altitud, seguido de mesetas menos Al este del valle medio del río Karuay se locali-
los tepuyes guayaneses. Particularmente son elevadas entre 1.200 - 1.600 m. za el Apaurá - tepui de 1.300 m de altitud y fi-
abundantes y concentrados en la Gran Sabana, nalmente más al sur cabe mencionar también el
Chirikayen - tepui de 1.600 m de elevación y el
Parai - tepui de 1.500 m de elevación, situado
entre Santa Elena de Uairén e Ikabarú.

Frente tepuyano

65
Aborígenes del Parque Nacional Canaima

Grupo Étnico Pemón

Dos hallazgos arqueológicos correspondientes al


Parque Nacional Canaima: el de la Laguna de
Canaima y el de San Pedro de las Bocas, ambos
integrados por material lítico en forma de puntas
bifaciales, cuchillos, hachas de mano y raspado-
res de jaspe, indican que su territorio pudo haber
sido habitado en épocas que datan aproximada-
mente 4.000 a 5.000 años, por pueblos cazado-
res y recolectores pertenecientes a la gran fami-
lia Caribe.

Actualmente, ocupan este espacio geográfico,


particularmente en la Gran Sabana, diversas co-
munidades aborígenes también Caribe, pertene-
cientes al grupo étnico Pemón.

Aún cuando no se conoce con certeza la fecha


de ocupación de la Gran Sabana por los Pemón,
se presume que fue en el siglo XVII, venidos del
norte de Brasil. Por recuerdo de los ancianos,
para los años 1800 ya había presencia indígena
en las áreas de influencia del Roraima. Estos re-
gistros coinciden con las primeras expediciones
efectuadas en la zona.
Vivienda Pemón
El pueblo Pemón tiene una amplia distribución
geográfica en el Parque Nacional Canaima. Se
ubica en toda la cuenca del río Caroní, inclu- Su amplia distribución se explica por el carácter Modo de vida en sociedad
yendo los ríos Carrao, Urimán, Tírika, Ikabarú disperso de sus asentamientos, conformados Tradicionalmente se caracteriza por la ausen-
y Kukenán, con sus afluentes Yuruaní, Uairén y por pequeñas comunidades de 7 a 50 personas cia de grupos corporativos fuera del grupo ha-
Arabopó. Se encuentran también en las cuencas agrupadas en uno o más núcleos familiares. Se bitacional, por lo que no existen clanes, linajes
de los ríos Karún, Antabari, y en las riberas de asientan preferiblemente en lugares próximos a ni agrupaciones rituales, sólo existe una organi-
los ríos Oris y Paragua. Otros asentamientos se cursos de agua, mayormente en la sabana que zación política conformada por un Capitán quien
localizan en los valles de los ríos Kamarang, Ve- en el bosque. es electo por los representantes de las familias
namo y Cuyuní. que la integran y este puede ser hombre o mu-
jer, por lo tanto no existe discriminación de sexo.
Disponen de una especie de Consejo de Ancia-
nos como órgano de consulta en los procesos de
toma de decisiones que impliquen trascendencia
en la comunidad.

Posteriormente, la evolución social los llevó a


una forma superior de organización, pues en
la actualidad se reúnen los capitanes de varias
comunidades y eligen un Capitán General por
sectores. Igualmente, las comunidades del pue-
blo Pemón asentadas en la Gran Sabana forman
parte de la Federación Indígena del Estado Bolí-
var y ésta de la Federación de Pueblos Indígenas
de Venezuela.

Modo de producción
Los Pemón han sido tradicionalmente horticul-
tores y utilizan el sistema de conuco para sus
cultivos. También se dedican a la caza, la pesca
y la cría de animales domésticos. Sin embargo,
como consecuencia de la actividad minera y el
turismo que ocurren en las zonas tradicionales
Familia Pemón río Carrao y aledañas de su ubicación, este grupo ha va-

66
Aborígenes del Parque Nacional Canaima

riado sus actividades económicas dedicándose


al trabajo en empresas mineras de la región de
Guayana y desarrollando actividades asociadas
al turismo. A pesar del cambio en sus modos de
producción los Pemón han logrado preservar su
identidad cultural, apoyados en la perpetuación
de su lengua, sus tradiciones culturales y el ape-
go a sus tierras.

Manifestaciones Culturales

Desde el punto de vista mágico religioso, los Pemón


coinciden con otras religiones en la existencia de
dos grandes deidades: Makuinaima que representa
el bien y Kanaimo que representa el mal.

Artesanía
Son considerados comerciantes por naturaleza,
y han practicado la actividad en forma intra e in-
tertribal. Los productos de intercambio han sido
las curiaras (construidas de un mismo árbol),
chinchorros o hamacas, ralladores de yuca, ollas
de barro, redes de pesca, tejidos como los porta
bebés y cestas de fibra vegetal. La alfarería y los Niña Pemón con artesanía
tejidos son actividades realizadas por la mujer lo
que no implica que el hombre en algún momento
pueda realizarla. Existen tallas en maderas con
diferentes simbologías que representan los es-
pacios que ellos habitan.

Música y danza
Destacan dentro de sus tradiciones musicales
del “Parichara” dedicada a atraer a los baquiros
para mayor cacería; el “Tukui” que quiere decir
tucusito o colibrí y está dedicado a las aves y
peces, ambos son amenizados por cantos y ani-
maciones musicales de instrumentos de viento y
sonajeros.

Mitología
En su rica mitología Makuinama peleó con Ka-
naimo en la copa del árbol de la vida, hoy cono-
cido como el Monte Roraima, del que colgaban
todos los frutos y bienes, en esa pelea el árbol
cayó y esparció todos sus frutos por el Tei Pun
(Gran Sabana), desde donde brotaron nuevos
árboles “Los Tepuyes” y Mukunaima murió. Des-
de entonces el vocablo Kanaimo es temido y res-
petado por la cultura pemón, sobre todo en las
cascadas por pensar que son los sitios preferidos
donde habita Kanaimo.
Danza Pemón
La lengua pemón es reconocida como muy rica,
lo cual ha originado una reconocida y apreciada y los Taruepán, al sur; sin embargo, tal división es Por su parte, las concentraciones mayores son
literatura oral de mitos y leyendas, recogidos en solamente por sútiles diferencias dialéctales y no principalmente Canaima, Kamarata y Urimán,
diversos libros y publicaciones por autores como por otras razones, por lo cual, a los pemones los en el sector occidental e Iwo-riwó, Iwarká, Kava-
Fray Cesáreo de Armellada y Fray Mariano Gu- distingue una fuerte unidad étnica y cultural. nayén, Uroy Varay, Kumarakapoi, Paraitepui de
tiérrez. Gracias al primero, hoy conocemos la Roraima en el sector oriental.
lengua pemón escrita y su gramática. Al pueblo La población de la étnia Pemón alcanzaba en
Pemón suele subdividírsele en tres subgrupos: 1949 la cantidad de 2.500 personas, en 1970
Los Arekuna, al norte, los Kamarakoto, al centro 4.000 y en 1992 casi 19.000 indígenas.

67
Vista al litoral desde el Wariarepano
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PARQUES NACIONALES DEL SISTEMA MONTAÑOSO CARIBE

La Serranía del Interior del tramo central, encla-


vada al sur de la Depresión del Pao, del Lago
de Valencia, el Valle del río Tuy y la planicie de
Barlovento, recorre unos 500 km entre el valle
del río Pao al oeste y el río Cúpira al este. Es un
conjunto de relieve menos compacto y abrupto,
además de mucho menos elevado que el anterior
con altitudes que culminan en el cerro Platillón a
1.930 m.s.n.m.

El Parque Nacional Guatopo es una importante


unidad ambiental protegida perteneciente a este
espacio geográfico.

Por su parte en el tramo oriental del Sistema, el


relieve montañoso más destacado es el del in-
terior, integrado por los macizos de Bergatín y
Caripe. Se ubica en este conjunto montañoso el
Parque Nacional El Guácharo, más precisamen-
te en el Macizo de Caripe.

La Cordillera de la Costa del tramo oriental, la


integran las Penínsulas de Araya y Paria, confor-
mando un abrupto y masivo relieve, sobre todo
en Paria con el frente norte cayendo directamen-
te a pico en el mar.
Parque Nacional Península de Paria
El Parque Nacional Península de Paria se ubica
en el anterior sector montañoso.

La formación del Sistema Montañoso Caribe se


debió a un proceso de colisión entre la Placa Tec-
tónica Caribe y la Suramericana, ocurrido desde
el período Cretácico Superior hasta el Cuater-
nario. Rocas fundamentalmente metamórficas y
secundariamente ígneas y sedimentarias afloran
en estos espacios montañosos, como esquitos,
pizarras, gneises, areniscas y calizas.

Entre las ígneas los granitos son bien represen-


tativos y las calizas y areniscas entre las sedi-
mentarias, particularmente en la Serranía del In-
terior del tramo oriental. Incluso, también afloran
rocas volcánicas en la Serranía del Interior del
tramo central.

Todas estas rocas descansan sobre un complejo


ígneo-metamórfico más antiguo llamado Com-
plejo de Sebastopol.

La llamada Cordillera de la Costa o del Litoral en


su tramo central, tiene el relieve más compacto y
abrupto de todo el sistema, al igual que es más
elevado. Destaca mayormente el llamado Macizo
o Sierra del Ávila, el cual culmina en el Pico Nai-
guatá a 2.765 m.s.n.m. Sus desniveles son pro-
nunciados, lo que permite el diseño de una red
de drenaje caracterizada por torrentes cortos,
violentos y de considerable inclinación de sus
perfiles longitudinales. Sólo interrumpen la ma-
sividad de estos relieves litorales algunas abras
Parque Nacional Henri Pittier - Estación Biológica Rancho Grande

72
PARQUES NACIONALES DEL SISTEMA MONTAÑOSO CARIBE

transversales y varios valles estrechos, como el


Valle de Caracas, formado por el río Guaire y sus
afluentes.

Por su parte, la Serranía del Interior del tramo cen-


tral posee un relieve aunque sensiblemente más
bajo, mucho más complejo. Numerosas filas mon-
tañosas, estribos y valles estrechos configuran el
diseño fisiográfico con una red de drenaje muy
densa, pero menos torrencial que la del tramo
central. Sus alturas no sobrepasan los 1.200 m,
culminando en el cerro Platillón a 1.930 m.s.n.m.
En el tramo oriental del sistema montañoso cabe
señalar la importante diferencia existente entre la
fisiografía de la cadena litoral y la del interior. La
primera conforma una doble península: Araya al
oeste y Paria al este. Se trata de una alineación
montañosa alargada y muy abrupta en especial en
Paria; lo cual determina consecuencias ambienta-
les sensiblemente diferentes en uno y otro caso.
Araya con espacios muy secos y Paria húmedos.

Por su parte, la Serranía del Interior del tramo


oriental es muy diferente al relieve litoral. Se pre-
Vista desde La Ciénaga al Parque Nacional Henri Pittier
senta más compacta y elevada, formando un blo-
que montañoso cuya máxima altura se alcanza
en el Pico Turimiquire a 2.595 m, situado en el
macizo de Bergantín. Caripe es otro componente
orográfico de este bloque montañoso de la Serra-
nía del Interior Oriental. En el Sistema Montañoso
Caribe es importante hacer referencia especial a
las diversas e importantes depresiones intramon-
tanas que allí se localizan; particularmente la de-
presión del Lago de Valencia; los valles del río
Tuy; el valle de Caracas y la depresión de Bar-
lovento, todas ellas localizadas en el tramo cen-
tral. En el tramo oriental cabe mencionar el valle
del río Manzanares, las depresiones del Golfo de
Cariaco y parte del Golfo de Paria.

La depresión del Lago de Valencia es una de las


más representativas. Se trata de una depresión
o llanada topográfica situada entre la Cordillera
Litoral y la Serranía del Interior del tramo central.
El centro de la depresión lo ocupan las aguas del
Lago de Valencia. Dicha planicie está rellenada
por sedimentos aluviales y lacustrinos de origen
cuaternario formando terrazas y abanicos, sobre
Vista desde el mirador de Choroní al Parque Nacional Henri Pittier
los cuales se han instalado asentamientos huma-
nos, cultivos e infraestructuras de enorme valor
regional y nacional; como la ciudad de Valencia, dos Valles del Tuy, conformados por bajas colinas La amplia depresión de Barlovento sirve de divi-
Maracay y otras más, así como buena parte de y llanadas donde se asientan poblaciones impor- sión entre la Sierra del Litoral y la Serranía del
las industrias del país e importantes vías de co- tantes como Cua, Charallave y Ocumare del Tuy. Interior del tramo central del Sistema Montañoso
municación. La depresión conforma una cuenca Caribe. Constituye una importante planicie alu-
cerrada de casi 8.000 km2. El valle del río Guaire, conocido como el Valle vial y en parte de sedimentos marinos aportados
de Caracas, rompe la masividad del Macizo del principalmente por el río Tuy en el primer caso y
La depresión del Lago de Valencia tiene conexión Ávila. Es una depresión aluvial tapizada de se- por el mar en el segundo. Varias lagunas o albu-
directa hacia el este con el valle del río Tuy, más dimentos torrenciales y terrazas aluviales. Esta feras se encuentran en este espacio, como Taca-
estrecho y también rellenado por sedimentos alu- importante depresión sirve de asiento a Caracas, rigua, Unare y Píritu.
viales en forma de abanicos y terrazas. Este es- la ciudad capital de la República Bolivariana de
trecho valle se prolonga y conecta con los llama- Venezuela.

73
PARQUES NACIONALES DEL SISTEMA MONTAÑOSO CARIBE

Asentamientos humanos diversos se localizan espacio muy importante por su actividad agrícola dos de aluviones separan la orografía litoral de la
en la depresión, como Higuerote, Tacarigua de y turística. Los valles de los ríos Manzanares, de del interior en el tramo oriental montañoso ca-
Mamporal, Río Chico y Panaquire. Se trata de un las lagunas de Campona y Buena Vista rellena- ribe. En general, son depresiones relativamente
estrechas que sirven de vías de comunicación
natural así como para el desarrollo de activida-
des agrícolas y de asentamientos humanos.

En la Cordillera Caribe, tanto central como orien-


tal, los tipos climáticos y la cubierta vegetal son
muy variados debido a su carácter montañoso.
Destacan; sin embargo, los climas mesotérmi-
cos húmedos y subhúmedos correspondientes a
las altitudes comprendidas entre 1.000 y 2.000
m, con temperaturas medias anuales que fluc-
túan entre 26 °C y 15 °C. Por encima de 2.000
m llegan hasta 10 °C como medias anuales. Las
fluctuaciones de los elementos temperatura y
lluviosidad en la región están determinados no
solamente por la altitud, sino también por la in-
fluencia de los factores marítimos y la continen-
talidad. De esta manera, en la Cordillera es posi-
ble encontrar tipos climáticos unimodales con un
sólo pico lluvioso marcado en junio-julio y bimo-
Parque Nacional Cueva de El Guácharo dales con presencia de dos picos de lluviosidad
bien definidos; uno principal entre junio y agosto
y uno secundario entre noviembre y diciembre,
como consecuencia de la existencia de relictos
de frentes fríos, los que producen intensos y pro-
longados períodos lluviosos frecuentemente con
características catastróficas que llegan a ser de
gran magnitud por los deslaves que acarrean.

En las áreas deprimidas intramontañosas las


condiciones climáticas varían considerablemen-
te en relación con las que privan en las áreas
montañosas. Entonces se caracterizan por ser
tierras que van de subhúmedas a secas y muy
secas, por factores de exposición del relieve. Las
temperaturas suelen ser muy elevadas, con ve-
getación degradada de matorral y de espinares.

En el sistema montañoso central oriental, existen


formaciones vegetales que van desde bosques
deciduos montanos bajos a bosques siempre-
Parque Nacional Guatopo
verdes montanos altos. Sin embargo, es bueno
señalar que la vegetación regional ha sido fuerte-
mente intervenida y degradada por la acción del
hombre.

En la tabla que se presenta se observan los dis-


tintos Parques Nacionales y Monumentos Natu-
rales que se localizan en el Sistema Montañoso
Caribe y los valores de extensión de cada área
natural protegida correspondiente.

74
Parque Nacional Guatopo

Parque Nacional El Ávila - Wariarepano

Parque Nacional El Guácharo

Parque Nacional Henri Pittier

Parque Nacional Henri Pittier


Parque Nacional El Ávila - Wariarepano
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79

PARQUE NACIONAL HENRI PITTIER

“Salir de Maracay, situada a 440 m tuyen en sentido estricto áreas ubicadas dentro de rias pobremente metamorfizadas de la Forma-
los linderos del parque, son obligadamente puntos ción Las Brisas. Se trata de esquistos y gneises,
sobre el nivel del mar, ascender y
de referencia del mismo. Como sobresalientes se al igual que metareniscas y metaconglomerados.
trasponer la fila de las vertientes a altitudes
citan los casos de la bahía de Turiamo; la ensena- Los esquistos son grafitosos con lentes y bandas
de 1.130 m y 1.590 m, para descender
da y valle de Ocumare; la bahía y valle de Cata; de mármoles. Los esquistos igualmente grafito-
luego hasta las poblaciones de Ocumare la bahía de Puerto Colombia y valle de Choroní; la sos de la Formación Las Mercedes también aflo-
o Choroní sobre la costa, constituye para el ensenada y valle de Chuao. ran en la zona.
visitante una experiencia inolvidable.
Es este un interesante y ameno recorrido El paisaje natural y ambientes dominantes es Las tres unidades principales del relieve, inte-
a través de diferentes lugares de gran propio del Sistema Montañoso Caribe en su ra- grando a su vez, los tres paisajes naturales ma-
belleza y diversidad biológica, donde la mal cordillerano de la costa central; caracterizado yores del parque son:
sabana alterna con la selva nublada por una fisiografía muy abrupta donde alternan
milenaria, llena de formas de vida altas filas maestras de disposición oeste - este Vertiente norte caribe
animal y vegetal que permite con dos unidades de vertientes empinadas; la del Compuesta por largas y empinadas laderas dre-
contemplar a la vez, el importante paisaje norte, cayendo regularmente a pico directamen- nadas por una red hidrográfica densa cuyos com-
del bosque primitivo, hábitat de una te al litoral caribe y la del sur, en contacto brusco ponentes principales desembocan directamente
espléndida avifauna y las hermosas vistas con la depresión del Lago de Valencia. en el mar. Los cursos de agua han profundizado
del Lago de Valencia en la lejanía”. mucho sus cauces construyendo estrechos valles
Los contrastes altitudinales son notables, pues recorridos por torrentes de perfil longitudinal muy
- Ricardo Gondelles - pueden pasar rápidamente desde el nivel del mar inclinado. Los ríos que llegan al mar de la vertiente
hasta cotas por encima de 2.000 m, como el pico norte son el San Miguel que desemboca en la ba-
Cenizo situado a 2.436 m de altura, la culminante hía de Turiamo, Ocumare, Cumboto, Paraíso, Pe-
de todo el parque. riquito, río Cata, Cuyagua, Río Grande del Medio,
Paisajes naturales Chuao, el más importante de todos y el río Cepe.
El macizo montañoso que conforma esta área
Por su situación geográfica, el Parque Nacional protegida tiene un basamento litológico integra- En la fila montañosa maestra la altura culminante
Henri Pittier corresponde a un espacio casi ente- do por rocas ígneas y metamórficas precámbri- es el pico El Cenizo (2.436 m.s.n.m.) seguido de
ramente montañoso, compartiendo las caracte- cas del Complejo Sebastopol, como granitos y otras alturas importantes como el pico Periquito
rísticas propias que en este sentido distinguen al gneises frecuentemente muy meteorizados. Las de 1.400 m.s.n.m. interrumpidas por El Porta-
tramo central de la Cordillera de la Costa; sin em- rocas gneisicas de la Formación Peña de Mora, chuelo que conforma el paso natural principal del
bargo, estrechas franjas litorales caribes son parte aunque forman sectores más restringidos tam- macizo montañoso a 1.136 m.s.n.m. El eje mon-
integrante de esta unidad protegida. A su vez, en- bién son parte del basamento antiguo del par- tañoso se levanta de nuevo en el pico La Cumbre
trantes en forma de bahías y tierras planas de va- que. Sin embargo, el componente litológico más del sector Rancho Grande a 1.450 m.s.n.m.
lles aluvio - marinos asociados, aunque no consti- extendido está integrado por rocas sedimenta-

Puerto Colombia

80
PARQUE NACIONAL HENRI PITTIER

Por su parte, el pico Guacamaya se eleva a 1.850 cas franjas litorales de playas, a no ser aquellos Henri Pittier se presenta básicamente como una lar-
m.s.n.m., conjuntamente con el pico La Mesa de espacios planos donde desembocan ríos princi- ga y estrecha franja rectilínea apenas interrumpida
2.330 m.s.n.m. de altura, seguido del cerro Chim- pales en bahías como Turiamo, Ocumare, Cata, por algunos entrantes importantes en forma de ba-
borazo y el pico Palmira, ambos de 2.000 m.s.n.m. Cuyagua, Puerto Colombia, Chuao y Cepe. De hías y tierras planas sedimentarias de origen fluvio
de altitud. Destacan igualmente la cumbre o altos manera que el litoral caribe del Parque Nacional - marino, como las señaladas anteriormente.
de Choroní atravesado por la carretera que con-
duce, a la población del mismo nombre, con 1.650
m.s.n.m., seguido del pico La Negra con más de
2.000 m.s.n.m., y finalmente El Cenizo.

La vertiente norte se distingue particularmente por


la abundante y boscosa vegetación que la tapiza,
aunque al pie de las vertientes se desarrolla una
cubierta de vegetación más seca de espinares.

Vertiente sur
Se trata de laderas también empinadas cuya red
hidrográfica drena en este caso hacia la cuenca
endorreica del Lago de Valencia. Sin embargo,
la longitud e inclinación de las vertientes del sur
son menores que en el caso de las vertientes del
norte. La fisiografía de este paisaje la componen
filas agudas abigarradas paralelas de dirección
norte - sur que parten desde el eje orográfico
mayor de la Cordillera de la Costa y descienden
hacia la depresión del Lago de Valencia, donde
entran en contacto brusco con sus tierras planas,
a aproximadamente 450 m.s.n.m. La disección
del relieve de estas vertientes es intenso con un
diseño de lomeríos alternando con valles bien
encajados y estrechos.

En aquellos sitios desprovistos de vegetación la


visión de estas vertientes resulta impresionante Vertiente Sur - Parque Nacional Henri Pittier
por la densidad de la disección. El drenaje está
conformado principalmente por quebradas cortas
y torrenciales con menores caudales que en el
caso de la vertiente norte. Los ríos principales del
sector son Limón, Castaño o Maracay, Pedregal
y Polvorín.

La vertiente sur también luce con densa vege-


tación, particularmente en su parte media y alta,
con cobertura baja de matorral y gramíneas, pre-
dominando en sus partes más bajas.

Litoral
El tercer paisaje natural principal del parque lo
conforma su franja litoral del norte, que se des-
plaza desde Punta Flores al occidente hasta Pun-
ta Tuja al oriente. Se trata de un litoral predomi-
nantemente estrecho y rectilíneo cuyos entrantes
principales en forma de bahías y/o tierras planas
no forman parte de los linderos propiamente di-
chos del parque, pero son referencia directa de la
unidad como componentes de sus paisajes natu-
rales y culturales.

Por lo regular las vertientes muy empinadas y


abruptas del norte entran en contacto directo y
a pico con las aguas marinas, dejando muy po-
Bahía de Turiamo

81
PARQUE NACIONAL HENRI PITTIER

junio y agosto y el secundario entre noviembre y


diciembre, este último como producto de relictos
de frentes fríos que suelen producir intensos y
prolongados períodos de lluvia.

Otro elemento importante del clima del parque


que se debe destacar es la frecuente presencia
de nieblas orográficas, particularmente en la ver-
tiente norte entre 800 - 2.000 m de altitud y entre
900 - 2.000 m en la vertiente sur, lo cual es deter-
minante para explicar la cubierta boscosa densa
de altura que predomina en estos espacios.

Los promedios de temperatura y lluviosidad en


el Parque Nacional Henri Pittier son significativa-
mente contrastantes según las diferentes ubica-
ciones de las tierras que la integran.

En su litoral, como en el caso de Ocumare de la


Costa, el promedio anual de temperatura es de
25.3 °C y la precipitación escasamente llega a
796 mm. como promedio anual, mientras que en
las cabeceras del río Choroní, representante de
la vertiente norte alcanza 1.921 mm/año.
Bosque y herbazales en el Parque Nacional Henri Pittier
En la ciudad de Maracay, adyacente al parque, la
Clima ascensión forzada de esas masas de aire, tanto en temperatura media anual llega a 25 °C, mientras
la vertiente norte como en la vertiente sur, produ- que en la Estación Biológica de Rancho Grande
El clima de esta área natural protegida está influen- ciendo descargas de lluviosidad tan importantes alcanza 20 °C. Por su parte, la pluviosidad es de
ciado directamente en su temperatura y pluviosi- que dan paso a regímenes climáticos húmedos y 897 mm/año en Maracay y en la Estación Biológica
dad por la altitud y disposición de su relieve monta- hasta superhúmedos a partir de ciertas altitudes, de Rancho Grande es de 1.695 mm/año, así como
ñoso. En el primer caso los promedios se acentúan las cuales están entre 800 - 2.000 m para las lade- de 1.893 mm/año en la estación La Regresiva
francamente en las franjas situadas entre 1.000 - ras septentrionales y entre 900 - 2.000 m aproxi- del mismo sector. Tanto Maracay, como Rancho
2.000 m y aún más por encima de esta última cota, madamente para las meridionales. Grande son estaciones que pueden considerarse
donde pueden llegar a 15 °C en su franja inferior y representativas de la vertiente sur del parque.
hasta 10 °C en las partes más elevadas. Destacan entonces en el parque tipos climáti-
cos mesotérmicos húmedos entre 1.000 - 2.000 En la tabla siguiente se exponen los valores de
La lluviosidad está influenciada directamente por m y templados subhúmedos por encima de los temperatura y precipitación de estaciones me-
el desplazamiento en el territorio nacional de los 2.000 m. Asimismo, se pueden encontrar tipos teorológicas representativas del Parque Nacional
vientos húmedos alisios del noreste y de los alisios climáticos unimodales, es decir, con un sólo pico Henri Pittier.
del sureste, a partir de la Zona de Convergencia lluvioso marcado entre junio - julio y bimodales
Intertropical. En este proceso el relieve origina la con dos máximos bien definidos; el principal entre

82
PARQUE NACIONAL HENRI PITTIER

El bosque nublado en el Parque Nacional Henri Pittier

Atardecer en el litoral del Parque Nacional Henri Pittier

83
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PARQUE NACIONAL HENRI PITTIER

Paisajes vegetales

Si bien el Parque Nacional Henri Pittier, no es de los más extensos del


país, es sin duda uno de los más ricos en hábitats y paisajes vegetales,
así como en número y variedad de especies. El visitante fácilmente así lo
puede percibir al atravesarlo en transecta sur - norte o viceversa, entre Ma-
racay - Choroní o entre Maracay - Ocumare de la Costa, al franquear sus
dos frentes montañosos, el del sur y el del norte, componentes fisiográficos
mayores de esta hermosa unidad protegida.

Aunque la selva nublada es la cubierta vegetal por excelencia, existen


otros paisajes vegetales en el parque, tanto en el frente montañoso septen-
trional como en el meridional.

De manera general, la cobertura vegetal de este parque nacional está re-


presentada por herbazales y arbustales litorales, bosques deciduos y se-
mideciduos estacionales y bosques nublados costeros. En las faldas se
encuentran bosques xerofíticos, bosque arbustivo seco deciduo, vegeta-
ción de sabana y bosques muy húmedos perennifolios transicionales con
influencia marítima.

En la alta montaña destaca la presencia de la selva nublada y selva supe-


rior producto de una humedad relativa muy alta sobre los 1.000 m.s.n.m.

Cubierta vegetal de la vertiente norte del Parque Nacional Henri Pittier

Vertiente sur
La zona basal piemontina meridional tiene vegetación secundaria produc-
to de la fuerte intervención humana a la que ha estado sometida debido a
quemas, talas, cultivos, ganadería y jardines. La cota altitudinal superior de
esta cubierta llega hasta unos 700 m.s.n.m. En lo fundamental son sabanas
secundarias y chaparrales; donde dominan: entre las gramíneas Trachypo-
gon (saeta), entre los arbustos Curatella americana (Chaparro), Bowdichia
virgiliodes (alcornoque), Byrsonima (chaparro manteco). Por su parte, las
especies arbóreas en general pierden su follaje durante la época de sequía.
Los incendios periódicos también afectan esta cubierta vegetal.

En algunos lugares la vegetación de sabana se haya dominada por la gra-


mínea introducida llamada Melinis minutiflora (capín melao).

A lo largo de los cursos de agua se encuentran bosques de galería aprovechan-


do las condiciones de mayor humedad que prevalecen en las riberas de los
cauces. Estos bosques son más representativos entre los 400 y 900 m.s.n.m.

Típica cubierta vegetal de la parte baja de la vertiente sur del Parque Nacional Henri Pittier

85
PARQUE NACIONAL HENRI PITTIER

Se trata de un biotopo seco que sufre frecuente-


mente incendios durante la época de sequía.

Por encima de este biotopo se encuentra la selva


nublada en sus diferentes componentes.

Sigue a esta cubierta la selva veranera extendida


aproximadamente entre los 700 y 1.000 m.s.n.m.
Por su parte, entre 1.000 y 1.200 m se desarro-
lla la selva de guirnaldas semi - deciduas. Es un
bosque seco tropical característico.

Vertiente norte
En la franja litoral el paisaje vegetal está repre-
sentado por vegetación de cardonal y espinar,
la cual llega hasta la cota altitudinal de 150 m.
Es un bosque tropical muy seco con abundan-
cia de cactáceas de los géneros Lemaireocereus
y Opuntia y árboles achaparrados como Acacia
macrantha y Acacia tortuosa. Este tipo de vege- Vegetación xerofítica del litoral
tación incluye la existente en los valles litorales
asociado a cultivos de cocotero, explotaciones
pecuarias y vegetación halófila de playas como
Coccoloba uvifera (uva de playa) y de aflora-
mientos rocosos. La vegetación de manglar (Rhi-
zophora sp.) aunque reducida, forma parte tam-
bién del paisaje vegetal costero.

Al biotopo costanero sigue la selva veranera y la


selva montañera decidua, localizadas entre los
150 y 350 m.s.n.m para el primer caso, y entre
350 y 850 m.s.n.m., para el segundo.

La selva nublada comienza a desarrollarse en el


frente norte a partir de los 820 y 850 m.s.n.m.,
aproximadamente.

Bosque y cocotales en el litoral

La vertiente cae a pico en el sector litoral Bosque y vegetación xerofítica del sector litoral

86
Los hermosos saltos de agua del Parque Nacional Henri Pittier
Típica selva nublada del Parque Nacional Henri Pittier
PARQUE NACIONAL HENRI PITTIER

Selva nublada

La selva nublada es la cubierta vegetal por exce-


lencia. Se conserva satisfactoriamente gracias a
la protección que le brinda la condición jurídica
de parque nacional que tiene el Henri Pittier, no
obstante, las fuertes presiones de carácter antró-
pico a que ha estado sometido por largo tiempo,
debido a estar situado en las adyacencias de una
de las zonas más densamente urbanizadas y po-
bladas del país.

En los dos frentes montañosos de la unidad la cu-


bierta de bosque nublado es parecida en términos
de hábitat, fisionomía y composición florística. A
su vez, las cotas altitudinales donde comienza
su desarrollo tienen poca variación. Se extiende
aproximadamente entre 900 - 2.000 m en la ver-
tiente norte y 1.000 - 1.800 m en la meridional.

Como es el caso de las otras selvas nubladas de


Venezuela, este tipo exhuberante de vegetación
es típico de zonas montañosas coincidentes con
hábitats localizados en fajas altitudinales donde
las nieblas orográficas están presentes durante la
mayor parte del año, particularmente en horas de
la tarde, jugando un rol ecológicamente dominan-
te sobre todo el ecosistema. Coinciden general-
mente también las fajas altitudinales respectivas
con óptimos de precipitación de las laderas donde
se ubican.

En el Parque Nacional Henri Pittier el bosque


nublado está estrechamente relacionado con la
orientación y la vigorosidad del relieve de la zona,
lo cual determina valores óptimos de lluviosidad,
nubosidad y temperatura como parámetros eco-
lógicos dominantes.

La selva nublada del parque representa un im-


portante reservorio genético que alberga una
alta diversidad de especies frecuentemente en-
démicas. A su vez, como cubierta vegetal den-
sa y portadora de abundantísima hojarasca, se
constituye en un verdadero reservorio de agua
que luego restituye a los cauces de los ríos y
quebradas que alimentan los acuíferos y cauda-
les que son aprovechados por los habitantes de
las zonas adyacentes del parque en su múltiples
actividades y cuya intensidad es una de las ma-
yores del territorio nacional.

Tipos de selva nublada


Otto Huber (1986) ha hecho la distinción de tres
tipos de selva nublada en el parque:

De transición: Se extiende desde 900 m hasta


aproximadamente 1.200 / 1.300 m de altitud. Se
trata de una cubierta mixta e intermedia entre el
bosque semi-deciduo y el bosque siempreverde.
Tres estratos arbóreos se observan. En el superior
Selva Nublada del Parque Nacional Henri Pittier

89
PARQUE NACIONAL HENRI PITTIER

el cucharón Gyranthera caribensis es el árbol


característico, elevado entre 30-50 m, apoya-
do en potentes raíces tabulares. Un segundo
estrato está formado por gran cantidad de es-
pecies de las familias Moraceae, Sapotaceae,
Anonaceae y Mimosaleae. Se encuentra de-
sarrollado entre 10-25 m. El tercer estrato se
encuentra entre 3-78 m de altura, conformado
por árboles jóvenes y palmas, entre las que
destacan Bactris setulosa, Euterpe sp. y Geo-
noma pinnatifrons. Abundan localmente lia-
nas y trepadoras. El epifitísmo es abundante.
Algunas especies arbóreas pierden su follaje
en la corta estación seca que afecta a este
tipo de vegetación de bosque de transición,
con pluviosidad media anual de 1.650 mm y
temperatura media anual de 21 °C.

Propiamente dicha: se trata del típico bos-


que nublado de la zona, extendido entre 1.000
/ 1.200 m y 1.500 / 1.600 m de altitud, donde
ocurren los óptimos de pluviosidad y de co-
bertura nubosa. Comprende dos estratos arbó-
reos; en el superior dominan plantas como Ec-
clinusa sp., Chimarrhis microcarpa y palmas.
Hay una gran abundancia de epifitas. Los valo-
res de lluviosidad se encuentran alrededor de
1.850 mm/año y la temperatura llega a prome-
Panorámica de la Selva Nublada
dios de 19 °C.

Este tipo de selva nublada se caracteriza por


su densidad y exuberancia, con un sotobos-
que muy rico en especies, donde destacan los
helechos gigantes. Las Bromelias y las Orquí-
deas destacan por su abundancia en la selva
nublada propiamente dicha.

Superior: se desarrolla entre 1.500 /1.600


m y 1.800 / 2.000 m de altitud. Es un bosque
siempreverde de mediana altura, conformado
por un sólo estrato arbóreo irregular que va
desde 8 a 20 m de altura. En este tipo de ve-
getación abundan principalmente las palmas.
Entre las especies arbóreas se identifican las
familias Moraceae, Euphorbiaceae, Rutaceae,
Sapotaceae y Burseraceae.

El sotobosque es muy homogéneo y denso


con predominio absoluto de la palma Geono-
ma Undata. La temperatura correspondiente
es de 15 °C a 16 °C como promedio anual.

Al interior de la Selva Nublada

90
El esplendor de la Selva Nublada del Parque Nacional Henri Pittier
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PARQUE NACIONAL HENRI PITTIER

Fauna

La fauna silvestre de este parque se distingue


por su diversidad y abundancia, particularmente
en lo que corresponde a la avifauna. La variedad
de los hábitats existentes explica la reconocida
fortaleza que representa la fauna del parque.

Avifauna
Es realmente extraordinaria la riqueza de la avi-
fauna en el parque Henri Pittier. Su situación
geográfica de montaña tropical extendida entre
el litoral caribe y el interior continental, con un
escalonamiento ecológico tan pronunciado, le
confiere a este espacio la posibilidad de alber-
gar una notable variedad de especies que mez-
cla representantes del ambiente marino - litoral
con los de tierra adentro continental. El Parque
Nacional Henri Pittier se convierte así en un en-
torno propicio para aves residentes, migratorias
y visitantes.

Se ha inventariado que casi un 7% de las espe-


cies de avifauna del mundo se encuentra en el
parque y el 47% de las especies Venezolanas.
Un 22% son endémicas y de éstas, más de 75
especies residen en los bosques veraneros, 200
en el bosque nublado, 100 en la selva húmeda
tropical y 68 en la zona subtemplada.

La avifauna migratoria es muy abundante porque


el parque es zona de paso de las migraciones,
particularmente a lo largo de las abras que allí
existen, en especial el Paso del Portachuelo, ad-
yacente a la carretera que une a Maracay con
Ocumare de la Costa.

La densidad de las aves endémicas en el parque


es alto, pues, se ha estimado en un 6.5% de es-
pecies por cada 100 km2. Entre ellas destacan: La
Perdiz Montañera (Odontophorus columbianus),
la Polla de Wetmore (Rallus wetmorei), el Perico
Cola Roja (Pyrrhura hoematotis), la Esmeralda
Coliverde (Chlorostilbon alice), el Colibrí Pechia-
zul (Sternoclyta cyanopectus), el Pico de Frasco
Esmeralda (Aulacorhynchus sulcatus), el Güitío
Gargantinegro (Synallaxis castanea), el Tico-tico
Goteado (Syndactyla guttulata), el Hormiguero
Tororoi Excelso (Grallaria excelsa), el Ponchito
Pechiescamado (Grallaricula loricata), la Grani-
cera Hermosa (Pipreola formosa), el Atrapamos-
cas Barbiblanco (Phelpsia inornata), el Atrapa-
mosca de Venezuela (Myiarchus venezuelensis),
el Atrapamoscas Cerdoso Venezolano (Pogono-
triccus venezuelanus), el Atrapamoscas Cerdoso
Vientre Amarillo (Phylloscartes flaviventris) y la
Tangara de Mejillas Rufas (Tangara rufigenis),
así como 48 subespecies endémicas de la Cor-
dillera de la Costa. Al ascender por sus diferen-
tes ambientes podemos encontrar en cada uno
de ellos especies particulares como la Coicorita Diversidad de avifauna

93
PARQUE NACIONAL HENRI PITTIER

(Formicivora intermedia), el Tordillo común (Tia-


ris bicolor), el Verderón Patipálido (Hylophilus
flavipes), el Chirito de los Matorrales (Polioptila
plumbea) en el Cardonal – Espinar; el Atrapa-
moscas Quieto Polimorfo (Attila spadiceus), el
Curruñata Piquigordo (Euphonia laniirostris), el
Saltarín Cola de Hilo (Pipra filicauda), el Salta-
rín Cola de Lanza (Chiroxiphia lanceolata) en las
plantaciones de cacao; al Hormiguero Espalda
Negra (Sakesphorus melanonotus), el Tucuso
Barranquero (Galbula ruficauda), el Atrapamos-
cas Fusco (Cnemotriccus fuscatus), Lechosero
Pechirrayado (Saltator striatipectus) y el Bengalí
(Sporophila bouvronides) en los bosques deci-
duos; la Burujara Pequeña (Dysithamnus men-
talis), el Hormiguerito Apizarrado (Myrmotherula
schisticolor), el Pico Chato Gargantiblanco (Pla-
tyrinchus mystaceus) y el Bachaquero (Euco-
metis penicillata) en los bosques semideciduos.
En el bosque nublado, son frecuentes especies
como el Conoto Aceituno (Psarocolius angusti-
frons), el Sorocuá Acorallado (Trogon collaris), el
Quetzal Dorado (Pharomachrus fulgidus), el Co-
librí Coludo Azul (Aglaiocercus kingi), el Gallito
Hormiguero (Formicarius analis), el Hormiguero
torero (Grallaria haplonota), el Hormiguero Ma-
zamorrero (Chamaeza turdina) y el Atrapamos-
cas Ahumado (Contopus fumigatus).

Parte considerable de la avifauna residente y mi-


gratoria del Henri Pittier puede conocerse a tra-
vés la Estación Biológica Dr. Alberto Fernández
Yepez, situada en Rancho Grande, vía Paso El
Portachuelo. Se trata de un centro importante
para los estudios ornitológicos de Venezuela y
también con alcance mundial.

Mamíferos
En el parque se han reportado 140 especies de
mamíferos, lo que representa el 47% de la mas-
tofauna nacional. Más de la mitad de las especies
son murciélagos, seguidos por roedores (18%) y
carnívoros (11%). Entre las especies de murcié-
lagos se destacan los pescadores Noctilio albi-
ventris y Noctilio leporinus (más grande e incluso
pesca en el mar) y los vampiros Desmodus ro-
tundus y Diphylla ecaudata (Fernández - Badillo
y Ulloa 1990). Las especies más importantes de
roedores por su presencia en diferentes ambien-
tes del parque son la rata mochilera (Heteromys
anomalus), la ardilla común (Sciurus granaten-
sis), algunos más grandes como la lapa (Agouti
paca) y el picure (Dasyprocta leporina) y la rata
de agua (Ichthyomys pittieri), por ser endémica
del área. Todas las especies de félidos del país
se encuentran en el parque y con distintas clases
de amenaza (Fernández - Badillo y Ulloa 1990,
Rodríguez y Rojas - Suárez, 1999), los más gran-
des como el puma (Puma concolor) y el jaguar
(Panthera onca) se encuentra en situación casi
amenazada internacionalmente. Gran variedad de fauna

94
PARQUE NACIONAL HENRI PITTIER

Una especie muy común de estos bosques es el


mono araguato (Pacouatta seviculus), cuya presen-
cia puede ser detectada por los fuertes aullidos pro-
ducidos por los machos (Linares 1998). Otra espe-
cies amenazadas son: la danta (Tapirus terrestris),
el zorro perro (Speothos venaticus) y el mono ara-
ña del norte (Ateles belzebuth hybridus) (Repúbli-
ca de Venezuela 1995, Rodríguez y Rojas - Suárez
1999).

Por su parte, se han reportado en el parque 97 es-


pecies de reptiles y 38 especies de anfibios, lo cual
representa el 38% y 19% del total de especies del
país, respectivamente (Manzanilla y col. 1995, 1996).
El caimán de la costa (Crocodylus acutus), de es-
tatus vulnerable y cuyas poblaciones están bajo un
programa de recuperación, se encuentra en la bahía
de Turiamo. Las tres especies de tortugas marinas
que llegan a sus costas (Caretta caretta, Chelonia
mydas y Eretmochelys imbricata) se encuentran bajo
amenaza, lo mismo que el sapito rayado (Atelopus
cruciger) que es endémico de la región (Manzanilla
y col. 1996, Rodríguez y Rojas - Suárez 1999). Tres
especies de ranitas de cristal (Familia Centrolenidae)
están presentes en el parque, así como Pseudis pa-
radoxa cuyo renacuajo es más grande que el adulto
(Manzanilla y Col. 1996).

En el siguiente cuadro se resumen las especies del


parque que se encuentran en peligro de extinción y
su grado de amenaza local y mundial:

95
PARQUE
Recursos escénicos NACIONAL
del Parque HENRI
Nacional PITTIER
Henri Pittier

Atravesar el Parque Nacional Henri Pittier en una boles, lianas, epífitas y helechos dominados por como punto de máxima altura de la carretera que
transecta sur-norte, desde la ciudad de Maracay representantes gigantes que parecieran haberse conduce a Ocumare de la Costa, o desde el Alto
hasta el litoral de Ocumare o de la Bahía de Puer- escapado del bosque carbonífero. Numerosos Choroní a 1.550 m de altitud en la vía que lleva
to Colombia y Choroní, es tener la grata oportu- ríos, riachuelos y quebradas en torrenteras lace- al pueblo de Choroní, permite el encuentro de
nidad de apreciar encantadores y contrastados ran estas vertientes, conduciendo caudales con magníficas líneas de costas caribes; unas, con
paisajes naturales adornados frecuentemente aguas cristalinas, muchas veces cayendo en pe- sus entrantes en bellas bahías y ensenadas uni-
con elementos culturales de enorme atractivo. Es queñas cascadas y saltos de rara belleza. dos a valles de los ríos principales provenientes
también privilegiarse de la presencia bulliciosa y de las vertientes norte del parque.
multicolor de una avifauna reconocida nacional e A pesar de lo intrincado de la selva, existen nu-
internacionalmente por su riqueza y variedad. merosos senderos y caminos que permiten su Allí se asientan pobladores de enorme simpatía
penetración a pie, para mejor admirar lo que y gracia caribeña tradicional, como en Ocumare,
A su vez, el parque en su ascensión se convier- esta selva representa como paisaje excepcional, Cata, Choroní, Puerto Colombia, Chuao, Cuya-
te paulatinamente en un verdadero y estratégico por su belleza; como medio ecológico lleno de gua y Cepe.
mirador de las bellezas escénicas que represen- vida silvestre; su elevada humedad alimentando
tan las planicies del Lago de Valencia por el sur, sin descanso en agua a ríos, riachuelos y que- Sembradíos de cocoteros y plantaciones de ca-
o bien los litorales y aguas marinas del caribe bradas. Es el bosque de la casi permanente ne- cao, adornan aún más estos pueblos de pescado-
por el norte. Tanto la vertiente sur como las del blina apenas interrumpida de vez en cuando por res y agricultores, al igual que hermosas playas
norte están tapizadas particularmente por la exu- los pocos rayos solares que logran atravesar la que sirven de atractivos balnearios o de sitios muy
berante e intrincada vegetación de selva nublada espesura vegetal. El descenso hacia el litoral, a apropiados para los deportes acuáticos.
tropical, poblada de grandes como hermosos ár- partir del Paso El Portachuelo a 1.050 m.s.n.m,

Torrentes en el Parque Nacional Henri Pittier

97
Bellezas escénicas del Parque Nacional Henri Pittier
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101

PARQUE NACIONAL EL ÁVILA - WARIAREPANO

Localización Geográfica La primera se desliza por debajo de la segunda Los movimientos de subducción de las placas
originando fuertes efectos compresivos que pro- tectónicas nombradas, la oceánica Caribe con
En la franja cordillerana del norte del territorio vocan la ascensión orográfica de la litosfera, ex- rumbo general hacia el este y la continental su-
nacional, justo entre los valles longitudinales de presada en la formación del Sistema Montañoso ramericana hacia el oeste, dio origen a grandes
Caracas, Guarenas-Guatire y el litoral central, se Caribe y, particularmente, de la Cordillera de la deformaciones de la estructura geológica de la
interpone, a manera de una enorme muralla, el Costa central; lo que ocurrió, como se dijo antes, cordillera, expresada en plegamientos de amplio
gran macizo montañoso que nuestros aboríge- en los primeros períodos del Terciario y más in- radio de curvatura en forma de anticlinales y sin-
nes llamaron Wariarepano(*), el conquistador es- tensamente a finales del mismo, es decir, en el clinales. Igualmente, los movimientos tectónicos
pañol Sierra Grande y los criollos descendientes Mioceno e incluso a comienzos del Pleistoceno. produjeron notable metamorfismo de las rocas
El Ávila. Forma parte fundamental de la llamada
Cordillera de la Costa; de la cual constituye su
sector central. A su vez, El Ávila es la expresión
orográfica mayor de todo el Sistema Montañoso
Caribe venezolano. En esta masiva y elevada
orografía se localiza la emblemática área natural
protegida que conocemos como el Parque Na-
cional El Ávila.
* Waraira Repano: Significa según los conquistadores “Sierra Grande”
Wariarepano: Significa en lengua caribe “Lugar de Dantas”

Origen Geológico

El Sistema Montañoso Caribe y en consecuen-


cia, el macizo o sierra El Ávila, es la resultante de
un largo proceso tectónico de ascenso orográfi-
co ocurrido desde finales del período Cretáceo,
hace unos 85 millones de años; pero que tuvo su
máxima intensidad en el Paleógeno, 65 millones
de años atrás; e igualmente en el Neógeno con
una antigüedad de 5 a 6 millones de años.

En efecto, en el Eoceno comenzaron a producir-


se los efectos del encuentro en el norte del terri-
torio nacional de dos placas tectónicas: la Caribe,
más densa y la de Suramérica, menos densa. Fila Maestra

102
PARQUE NACIONAL EL ÁVILA - WARIAREPANO

componentes; tanto de las de origen ígneo como neises) de composición granítica y mármoles de to longitudinales como transversales. Algunas de
las sedimentarias de edad precámbrica y paleo- la Formación Peña de Mora y la Asociación Me- estas fallas siguen siendo activas modernamen-
zoica, respectivamente. tamórfica La Costa, preponderante en el flanco te, provocando movimientos sísmicos de gran in-
norte, integrada sobre todo por metaconglomera- tensidad, como el de marzo de 1812 que afectó
Por consiguiente, las dos grandes asociaciones dos, esquistos, filitas por debajo de esquistos y de manera dramática a Caracas, al igual que el
litológicas componentes del macizo del Ávila es- filitas cuarzo moscovíticos de la Formación Las de julio de 1967; ambos fueron originados por el
tán conformadas por rocas de diferente grado Brisas. Por su parte, los mecanismos tectónicos sistema de fallas Tacagua - El Ávila, el primero
de metamorfismo: Las de la Asociación Metamór- formadores de la sierra del Ávila han producido perpendicular al eje orográfico del macizo y el se-
fica Ávila, preponderante en el flanco sur, inte- en su larga historia de funcionamiento importan- gundo longitudinal al mismo.
grada principalmente por gneises de ojos (auge- tes y diversos sistemas de fallas geológicas, tan-

Pico Oriental

103
PARQUE NACIONAL EL ÁVILA - WARIAREPANO
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104

PARQUE NACIONAL EL ÁVILA - WARIAREPANO

Principales accidentes tectónicos de Venezuela

Fuente: Fundación Venezolana de Investigaciones sismológicas (FUNVISIS), 1987.

Fragmento imagen Landsat

7 ETM + del Macizo Montañoso El Ávila


Fecha de adquisición 13-12-2000
Combinación de bandas RGB 453 Resolución 15 m

105
PARQUE NACIONAL EL ÁVILA - WARIAREPANO

Extensión y límites

Los cálculos de extensión del Parque Nacional


El Ávila y los límites del mismo, establecidos re-
cientemente de forma precisa por los técnicos de
la Unidad del Sistema de Información Geográfica
(SIG) de INPARQUES, utilizando procedimientos
y tecnologías modernas a tales fines, señalan una
superficie total para el parque de 82.398 ha, con
una longitud de 87 km. y una anchura promedio
de 16 km.

Localización Astronómica

El área está delimitada por las coordenadas si-


guientes:

10° 27’ 34” y 10° 37’ 44” Latitud Norte


66° 12’58” y 67° 00’ 58” Longitud Oeste

Límites geográficos generales Casona de la antígua hacienda de café La Trinidad - Los Venados
Norte. Arranca en la quebrada Tacagua coin-
cidente con la curva de nivel 120 m.s.n.m y la
divisoria de aguas de los ríos Chiquito y Botuco,
luego asecendiente hasta la cota 400 hasta la
planicie barloventeña

Sur. Arranca en el valle de la quebrada Tacagua para


coincidir con la curva de nivel de los 1.000 m.s.n.m.,
siguiendo el trazado de la Autopista denominada Bo-
yacá o Cota Mil. Más hacia el oeste coindice con la
curva de nivel de los 500 m.s.n.m. hasta los valles de
Guarenas, Guatire y Araira.

Este. El límite coincide con el curso del río Arica-


gua en las curvas de nivel de 500 - 400 m.s.n.m.,
que a su vez coincide con la divisoria de aguas
entre los ríos Marasmitas y Cambural.

Oeste. Conforma el área definida por una distancia


de 200 m.s.n.m., a la margen izquierda de la Auto- Frente Norte - Vista al Mar Caribe
pista Caracas - La Guaira y la quebrada Tacagua.
Coincide con la curva de nivel de 120 m.s.n.m.

Frente Norte. 52.415 ha, lo que representa el


36% de la extensión total del parque.

Selva Nublada Frente Sur - Vista a Caracas

106
Objetivos de la creación
del Parque

Con la creación de esta Área Bajo Régimen de


Administración Especial, se persiguen los obje-
tivos que se señalan a continuación:

• Conservar la biodiversidad del macizo El


Ávila, sus recursos naturales, sus bellezas
escénicas, sus medios ecológicos y sus re-
liquias históricas.
• Preservar la vegetación boscosa que sirve,
a su vez, como elemento protector del agua
de consumo de los pobladores de los valles
de Caracas, Guarenas y Guatire, así como
de importantes poblaciones del litoral cen-
tral. Al mismo tiempo, la vegetación de El
Ávila, cualquiera sea su tipo, juega papel
muy importante como factor moderador de
las crecidas violentas de los torrentes de
ambas vertientes del macizo y de varias
otras formas de erosión.
• Proteger la vegetación de El Ávila como
agente moderador que es de la contamina-
ción ambiental y de las altas temperaturas
de las zonas vecinas densamente pobladas.
• Conservar el medio montañoso del macizo
El Ávila como excelente área de recreación
y esparcimiento, igualmente como esce-
nario para la educación y la investigación
científica.
• Conservar y proteger la fauna del parque, a
través de la prohibición de su depredación
antrópica y la destrucción de sus hábitats
naturales.
• Conservar los sitios y reliquias históricas que
existen en el parque, tanto las prehispánicas
como las posteriores a este período.
• Preservar la sierra de El Ávila de la enor-
me presión ejercida sobre ella en razón del
crecimiento demográfico violento que han
experimentado los asentamientos urbanos
adyacentes a estos espacios.
• Preservar y conservar El Ávila como asien-
to de numerosas y exclusivas bellezas es-
cénicas que sirven de atracción turística y
contemplación por parte de pobladores ve-
cinos y visitantes nacionales y extranjeros.
PARQUE NACIONAL EL ÁVILA - WARIAREPANO

vegetación, aunque puede haber una cobertura herbá-


cea, e incluso algunas veces también boscosa. Sin em-
bargo, no raras veces las filas o cimas montañosas son
más amplias, cubiertas con suelos gruesos y profundos
mantos de alteritas (rocas muy meteorizadas).

En estos casos suele crecer vegetación boscosa o ma-


torral de altura, dependiendo de la elevación y de la si-
tuación de abrigo a los vientos en que se encuentran las
cimas, para favorecer o desfavorecer la presencia de
una cubierta vegetal más o menos desarrollada.

Mucha de las filas montañosas sirven como espacios


para vías carreteras, caminos y senderos; o bien para la
construcción de viviendas y algunos sembradíos.

La fila maestra es en parte aguas o divisoria entre los


frentes montañosos norte y sur del parque; es decir, sir-
ve de gran divisoria de aguas entre la red hidrográfica
que drena al mar Caribe y la que drena hacia el sur y
desemboca en los ríos Guaire, Guarenas y Guatire prin-
cipalmente.

Relieve

El relieve de esta área protegida es totalmente montañoso, característico de


un macizo geológicamente joven; por consiguiente, muy abrupto, quebrado
y de considerables desniveles. Sin embargo, en rasgos generales es simple
y se distingue por presentar tres conjuntos fisiográficos mayores, a saber:

Una fila montañosa maestra que jalona al relieve de oeste a este; al lado de
filas secundarias dispuestas en la misma dirección, particularmente existen-
tes en el sector más oriental del parque.

El frente montañoso del norte que da hacia el litoral central caribe.

El frente montañoso del sur que da hacia los valles longitudinales de Cara-
cas, Guarenas, Guatire y Araira.

Fila maestra

Se trata del eje de relieve mayor del macizo El Ávila; por consiguiente, el
más elevado y de alturas más sostenidas; aunque frecuentemente éstas se
ven interrumpidas por bajas hondonadas alternando con altos en forma de
picos y picachos. La llamada y conocida Silla de Caracas es un ejemplo de
ello; con su pico Oriental y Occidental separados por la hondonada respec-
tiva semejando en conjunto una silla de cabalgar.

La fila maestra se inicia al oeste en la cima de la vertiente derecha del abra


de Tacagua y luego de alargarse por unos 87 km, termina al oriente coinci-
diendo con la finalización del parque.

Tanto la fila maestra como las filas secundarias son por lo regular estre-
chas, formadas por rocas ígneo - metamórficas. En estos casos, los aflora-
mientos rocosos usualmente están desprovistos de suelos y denudados de

La Fila Maestra es el eje de relieve dominante

108
PARQUE NACIONAL EL ÁVILA - WARIAREPANO
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110

PARQUE NACIONAL EL ÁVILA - WARIAREPANO
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111

PARQUE NACIONAL EL ÁVILA - WARIAREPANO

Frente norte
El frente montañoso del norte es mucho más
largo y de mayor extensión que el del sur. En
efecto, tiene una superficie de 52.415 ha, lo que
representa el 64 % de la totalidad del parque. Se
prolonga en toda la longitud oeste-este del área
protegida, mientras que el frente sur va desde el
límite oeste hasta el Topo Cogollal (1.722 m ),
a partir del cual la superficie del parque es sólo
dominio del frente norte, salvo un reducido sector
en el extremo oriental donde el frente sur vuelve
a tener representación.

El rasgo general que distingue al relieve de este


frente es, por una parte, su muy marcada inclina-
ción como un todo considerado y por la otra, la
fortísima inclinación de las vertientes individuali-
zadas de cada subcuenca. Igualmente, caracteri-
za a su fisiografía la profundidad de sus entalles,
lo que le confiere al conjunto un diseño marcado
por la abruptez, la irregularidad y lo quebrado de
la superficie.

El frente norte prácticamente en toda su longitud


entra en contacto directo y a pico con el mar, sin
que medie entre el nivel marino y el pie de las
vertientes franjas litorales amplias. En verdad,
este sector litoral central caribe es sumamente
estrecho y apenas hay una franja angosta entre
Catia de la Mar y Camurí Grande, formada por
conos de deyección construidos por los torrentes
venidos del frente montañoso. El restante litoral
Frente Norte

es prácticamente una línea que se dibuja entre el


pie de vertientes y el nivel marino.

La intensa disección del relieve del frente ha pro-


vocado la individualización de una densa red de
colinas y lomeríos de ejes con dirección norte sur.
Sus cimas son muy agudizadas y las vertientes
abruptas se encuentran separadas por profun-
dos valles, en el fondo de los cuales no existen
acumulaciones sedimentarias importantes.

Algunos lomeríos, sin embargo, sobre todo los


del sector inferior más occidental, presentan ci-
mas achatadas como consecuencia del aplana-
miento que por erosión ha sufrido el manto de
alteritas o regolito que soportan, producto de la
intensa meteorización a la que han estado so-
metidas las rocas esquistosas del complejo La
Costa que aflora en dicho sector.

El paisaje generalizado del frente norte, además


de lo quebrado que es y la enorme inclinación
que lo distinguen, se caracteriza también por la
presencia de una muy extensa cubierta vegetal,
particularmente boscosa bien conservada.
El Parque Nacional El Ávila - Wariarepano en contacto con el Litoral Caribe

112
PARQUE NACIONAL EL ÁVILA - WARIAREPANO

Frente sur de estudio de varias ciencias naturales, desde mente como producto del violento crecimiento
El imponente frente sur del parque mira a los la misma fecha de la visita que a él hicieran los demográfico experimentado por las ciudades ad-
Valles de Caracas, Guarenas y Guatire. Es más naturalistas Humboldt y Bonpland en 1800, quie- yacentes.
corto, más estrecho y de menor superficie que nes por vez primera ascendieron a la llamada Si-
el del norte. A su vez, se presenta sumamente lla de Caracas. Sin embargo, hasta ahora esa fuerte y contínua
abrupto y tan quebrado como éste. Desde los an- presión ha sido bien repelida por la condición que
teriormente nombrados valles longitudinales que Por su parte, el frente sur también ha sido desde tiene desde 1958 El Ávila como unidad natural
lo delimitan, es fácilmente distinguible la estre- la misma llegada de los conquistadores espa- protegida. De manera que la cubierta vegetal,
cha fila montañosa maestra que le sirve de cul- ñoles objeto de presión para su ocupación. En particularmente la boscosa, continúa cubriendo
minación topográfica, con su sucesión de picos, épocas más recientes la presión sobre esta parte la extensión determinante del frente sur.
picachos y topos. del área protegida ha aumentado considerable-

El frente norte, además de espectáculo visual, sir-


ve de pulmón oxigenador y moderador del clima
tropical de los pobladores de los valles de Cara-
cas y Guarenas - Guatire. El frente se extiende
desde la cima de la vertiente oriental del abra de
Tacagua al oeste hasta el Topo Cogollal, situado
a 1.722 m de altura al este; a partir del cual el
frente avileño ya deja ser dominio del área prote-
gida como tal. En el extremo oriental del parque
éste vuelve a tener un reducido espacio de frente
sur. La dominante del relieve de este frente está
dada por la marcada inclinación de las vertientes,
la profundidad de los cauces de la red hidrográfi-
ca, la convexidad generalizada de las vertientes
y la estrechez de las cimas de la densa red de
colinas y lomeríos que diseñan el frente.

La red de lomeríos y colinas, alargados por lo


regular de norte a sur, han sido el producto de
la intensa incisión lineal que ha sufrido el frente
montañoso a través de los torrentes muy nume-
rosos que allí se han formado. En todo caso, co-
linas y lomeríos frecuentemente están cortados y
desplazados particularmente en sus sectores in- El bosque de la vertiente norte
feriores por el juego de las fallas geológicas que
afectan el frente; por consiguiente, se trata en
muchas ocasiones de fallas que al funcionar se
transformaron luego por erosión en lomas más
aplanadas y achatadas, situadas en franca rup-
tura de pendiente en la parte final de las colinas
superiores de cimas muy estrechas de dirección
norte-sur.

El complejo de fallas El Ávila que afecta marca-


damente la parte inferior del frente sur, en efecto,
han sido muy activas, incluso en épocas geoló-
gicas e históricas recientes, como lo demuestran
algunos movimientos sísmicos ocurridos que
afectaron a la ciudad de Caracas. Tales los ca-
sos del gran terremoto de marzo de 1812 y el de
julio de 1967.

El frente montañoso sur ha sido tradicionalmente


el mejor explorado y conocido de todo el Parque
Nacional El Ávila, como consecuencia de estar
localizado en las adyacencias de la mayor urbe
del país. A su vez, es sitio de contemplación, de
excursionismo, de esparcimiento y laboratorio
Flora de la Vertiente

113
PARQUE NACIONAL EL ÁVILA - WARIAREPANO

Clima cuentemente durante todo el año, especialmente Ya en las partes más altas del norte, el clima del
en la época de lluvias. parque es frío con temperaturas anuales entre 14
Tanto la altitud, como la masividad y exposición y 10 °C, variando de subhúmedo a húmedo.
del relieve del Parque Nacional El Ávila introdu- En la vertiente norte del parque es muy evidente
cen fuertes modificaciones al clima zonal tropical el tipo climático semiárido del corredor costanero La estación meteorológica de Maiquetía es la más
que por su latitud debería corresponderle a este hasta elevaciones de alrededor de 600 m.s.n.m; representativa de la faja litoral septentrional.
espacio territorial. con temperatura media anual de 26.2 °C, baja
nubosidad, alta insolación y vientos alisios domi- Es muy importante recalcar que las condiciones
En efecto, las diferentes franjas altitudinales pro- nantes del noreste con velocidades bajas entre climatológicas “normales” de la vertiente norte del
vocan cambios en los valores de la temperatura, 1.6 y 2.8 m/s. El período húmedo; es decir, me- parque, varias veces se han visto modificadas
así como la masividad y exposición oeste - este ses con más de 50 mm en promedio va de junio drásticamente por eventos meteorológicos ex-
del macizo montañoso obliga a una ascensión a diciembre; mientras que en el resto del año son traordinarios que se presentan cíclicamente, es-
forzada de las masas de aire húmedo venidas más secos. Sin embargo, por encima de 1.200 pecialmente en los dos últimos meses del año
del norte - noreste como es el caso de los vien- m las condiciones climáticas cambian y el clima
tos alisios, que a su vez, descargan volúmenes se hace más fresco y más húmedo, llegando a Históricamente se han producido eventos excep-
diversos de precipitación según se asciende en ser mesotérmico subhúmedo, cuyos promedios cionales muy destructores; particularmente es
altitud; lo cual es aún más marcado en la vertien- de precipitación se hayan entre 800 a 1.200 mm. bien conocido por los daños humanos y materia-
te norte del parque.

La resultante de estos cambios de temperatura


y precipitación desde la base del macizo El Ávi- Climas secos
la hasta sus alturas culminantes, es la presencia Litoral Central
de variados pisos climáticos, los que se reflejan
también en la variedad vertical de la biodiversi-
dad, y particularmente en los diferentes paisajes
de vegetación que allí existen.

La precipitación en general es más abundante en


la vertiente norte que en la del sur; sin embargo,
en esta última no se presenta una faja seca se-
miárida como si es el caso del litoral septentrio-
nal, cuyos promedios anuales apenas llegan a
500-600 mm hasta alturas que pueden alcanzar
la cota de 600 m.s.n.m.

Para ambos frentes montañosos la lluviosidad se


incrementa con la altitud, hasta llegar a óptimos,
alrededor de los 1.800-2.000 m.s.n.m. A su vez,
las franjas mayores de neblina en el macizo ocu-
rren, para la vertiente norte entre 1.200 y 2.000
/ 2.200 m.s.n.m, mientras que en la del sur se
establecen desde 1.700 - 1.800 m.s.n.m. Estas
franjas de neblina coinciden con el mayor de-
sarrollo del bosque nublado y se presentan fre-

114
PARQUE NACIONAL EL ÁVILA - WARIAREPANO

les ocasionados en diciembre de 1999, debido a Cantidad de lluvia registrada en diciembre, 1999
los brutales deslaves que afectaron las vertientes
y litoral norte del parque.
Maiquetía y Mamo

En esta ocasión condiciones meteorológicas ex-


traordinarias guiadas por la presencia de vagua-
das y relictos de frentes fríos venidos del norte,
produjeron volúmenes de lluvia en pocos días
que multiplicaron por centenas los valores pro-
medios anuales.

En la estación de Maiquetía cayeron, entre el 01


al 13 de diciembre de 1999, un total de 293 mm y
entre los días 14-15-16 del mismo mes se regis-
traron los siguientes valores:

Día 14/12/1999: 120,0 mm


Día 15/12/1999: 380,7 mm
Día 16/12/1999: 410,4 mm

Para un total de 1.204 mm. de lluvia en sólo 17


días, mientras que el promedio de diciembre en di-
cha estación es de 74,5 mm y para el año comple-
to se eleva solo a 530,5 mm. Todo lo cual indica la
magnitud del evento extraordinario que afectó la
vertiente norte del parque entonces, con acarreo
de volúmenes gigantescos de material sólido por
parte de los numerosos torrentes que forman la
red hidrográfica de este sector del parque.

Por su parte, se calcula que para el mismo pe- Bosque Nublado


ríodo del 01 al 17 de diciembre los promedios de
precipitación fueron del orden de 1.500 -1.600
mm a 900 m de altitud.

115
PARQUE NACIONAL EL ÁVILA - WARIAREPANO

Para la vertiente sur del parque los tres climo- a la Subida Pico Ávila a 1.250 m de altitud, se un período más húmedo presente en el resto del
diagramas que se presentan a continuación ca- distingue por una época de sequía predominante año.
racterizan el clima de este sector. El de San José entre los meses de febrero a abril y otra de mayor
del Ávila, a 999 m de altitud es una muestra de tipo precipitación durante el resto del año. La temperatura media anual al pie del Ávila (950 m)
macroclimático dominante del valle de Caracas. es de 21 °C; mientras que es de 13 °C en la cumbre
Se distingue por ser un clima biestacional con una En el tercer climodiagrama, correspondiente a del Cerro Ávila y a 10 °C en el Pico Naiquatá, a
época más seca presente en los primeros meses la estación Hotel Humboldt a 2.129 m de altitud, 2.750 m de altitud.
del año (diciembre-abril) y una época húmeda se nota claramente un período más seco que se
durante el resto del año. El tipo correspondiente contrae a sólo los meses de enero y febrero y

CARACAS - San José del Ávila (999 m) -21° 815.7 mm CARACAS - Pico Ávila (2.250 m) -19° 1.121 mm CARACAS - Hotel Humboldt (2.129 m) 13.5° 925 mm
(10 años) (25 años) mm (15 años)
mm 200 mm
200 ºC 200
ºC
100 100
50 100 50
50
99 99
99
80 80
40 80 40
40
70
70 70

60
60 30 60
30 30
50
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10
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10 10
0 0
0 0 E F M A M J J A S O N D 0 0
E F M A M J J A S O N D E F M A M J J A S O N D

Climadiagrama de la Estación “San José del Ávila” (999 m.s.n.m.) Climadiagrama de Caracas subida “Pico Ávila” (1 .250 m.s.n.m.) Climadiagrama de la Estación “Hotel Humboldt” (2.129 m.s.n.m.)

116
PARQUE NACIONAL EL ÁVILA - WARIAREPANO

Red Hidrográfica

El importante volumen de agua superficial que se


genera en el parque drena a una sola cuenca de
recepción: la del mar Caribe. Lo hace, a través de
la densa red de cursos que desembocan directa-
mente en el litoral central, en lo que corresponde
a la vertiente norte e indirectamente, sobre todo
por intermedio del río Tuy, en lo que corresponde
a la vertiente sur.

En ambos casos la red hidrográfica es muy den-


sa, compuesta por abundante número de ríos,
riachuelos y quebradas que forman numerosas
subcuencas y microcuencas.

En rasgos generales la red se caracteriza por


cursos de agua cortos, de cauces muy profun-
dos; frecuentemente paralelos entre sí y marca-
damente rectilíneos. Forman valles estrechos y
delimitados por vertientes abruptas. Igualmente,
se trata de cursos con perfiles longitudinales su-
mamente inclinados, muchas veces formando
saltos y caídas.

Las subcuencas se individualizan mediante di-


visorias estrechas. De manera que tanto para
la vertiente norte, como para la vertiente sur, la
red de drenaje del parque es muy torrencial, con
componentes de alta capacidad de transporte y
sedimentación en sus respectivas desemboca-
duras; donde con frecuencia edifican conos de
deyección de diverso tamaño y material sedi-
mentario de gran grosor.

Vertiente norte
La red hidrográfica de la vertiente norte del par-
que es la más densa, con componentes más lar-
gos y cuencas más amplias. Alimenta de agua
dulce a una importante población litoral asentada
casi siempre en los conos de deyección termina-
les de los principales cursos.

Asimismo, históricamente, sobre todo en el sector


oeste litoral, es donde han ocurrido los mayores
desastres producidos por deslaves, deslizamien-
tos e inundaciones ocasionados por las crecidas
violentas de los torrentes venidos de la vertiente
norte del parque. Particularmente destaca el de-
sastre ocurrido en diciembre de 1999 que afectó
severamente la franja litoral septentrional entre
Catia de la Mar al oeste y Camurí Chico al este.

Esta zona coincide con una red de drenaje suma-


mente torrencial compuesta por ríos con cuencas
relativamente amplias y presencia de alveolos de
meteorización profundos en esquistos y gneises
muy alterados.

Red Hidrográfica del parque

117
PARQUE NACIONAL EL ÁVILA - WARIAREPANO

Entre los principales cursos de agua que destacan en la vertiente


norte del parque se encuentran, de oeste a este:

• El río Tacagua; sirve de límite occidental del parque; cuyo recorrido


está guiado por la falla geológica del mismo nombre.
• Río Piedra Azul, construyó el cono de deyección donde se desarrolló
parte de Maiquetía.
• Quebrada Osorio, ocupado su cono de deyección en parte por la Guaira.
• Quebrada La Cueva, en cuyo cono de deyección se construyó Macuto.
• Río Camurí Chico; en cuyo cono de deyección se edificó Camurí Chico.
• Río San Julián; caracterizado por su alto poder erosivo y de transporte.
Construyó el amplio cono de deyección donde se edificó Caraballeda.
Durante los deslaves de diciembre de 1999, destruyó la urbanización
Los corales y en parte a Caraballeda propiamente dicha.
• Quebrada Uria, en cuyo cono de deyección se construyó Carmen de
Uria, población arrasada en diciembre 1999.
• Río Naiguatá; importante curso de agua. En su cono de deyección se
edificó la población de Naiguatá.
• Río Camurí Grande; en cuyo cono de deyección está edificado el asen-
tamiento urbano Camurí Grande.
• Quebrada Anare. En su cono de deyección se edificó la población de
Anare.
• Ríos Los Caracas y Botuco; importante río donde está edificada la
“Ciudad Vacacional” del mismo nombre.
• Varios importantes cursos de agua se localizan al este de Los Caracas,
desembocando directamente en el mar sin haber construido conos de
deyección importantes; entre ellos se tienen los ríos Osma, Oritapo,
Todasana, La Sabana y río Caruao. Se trata de cuencas muy bien con-
servadas cubiertas de espesa vegetación boscosa generando agua
abundante y muy pura.

Vertiente sur
La vertiente sur del parque se distingue por tener una red hidrográfica de
intrincado diseño, densa y conformada por torrentes cortos, paralelos en-
tre sí, con cauces profundos y perfiles longitudinales muy quebrados. Las
rupturas frecuentes de pendientes originan abundantes caídas y saltos de
agua. Buena parte de estos torrentes han construido a lo largo de su pasa-

Las caídas de agua son frecuentes en el Parque Nacional El Ávila - Wariarepano

do geológico, numerosos conos de deyección individuales y coalescentes


que tapizan los valles del Guaire, Guarenas y Guatire, para así servir de
asiento a buena parte de la ciudad de Caracas y de Guarenas - Guatire.

Entre los cursos de agua más importantes nacidos y formados en la ver-


tiente sur del parque, tenemos:

• Quebrada Chacaito. Bien conocida por los excursionistas por lo pinto-


resco de su valle.
• Quebrada Quintero. Caracterizada por la abundancia de caídas y sal-
tos que presenta a lo largo de su perfil longitudinal. Muy conocida por
excursionistas.
• Quebradas Tócome, Ayala, Galindo, Caurimare, La Julia, Sebucán,
Arauco, Auyamita y Guaras.
• Quebrada del Norte, Galindo, Cotiza y Catuche.
• Ríos Guatire, río del Norte y río Araira.

La vertiente sur del Parque Nacional El Ávila - Wariarepano en contacto


con la ciudad de Caracas

118
PARQUE NACIONAL EL ÁVILA - WARIAREPANO

Paisajes vegetales

La sucesión altitudinal del relieve del Parque Na-


cional El Ávila, se traduce en marcadas diferen-
cias de los valores de temperatura y lluviosidad a
medida que se asciende, tanto por el frente nor-
te, como por el sur. Ambos elementos producen,
a su vez, modificaciones sustanciales en la biodi-
versidad, particularmente en cuanto a la cubierta
vegetal del parque se refiere; originando una rica
variación de Zonas Fitogeográficas que van des-
de el bosque xerofítico del litoral norteño, hasta
el paisaje vegetal subparamero de las mayores
altitudes de la fila maestra.

Vertiente sur
Julián Steyermark y Otto Huber en su libro “Flo-
ra del Ávila” (1978) señalan la existencia de las
siguientes fajas horizontales de vegetación para
la vertiente sur:

• Las Sabanas.
• Selvas de Galería.
• Selva veranera o tropófila.
• Selva de transición.
• Selva nublada.
• Subpáramo.
• Vegetación secundaria.

Sabanas. Ocupan una amplia extensión de las


vertientes bajas. Se trata de formaciones vege-
Sabana secundaria de capín melao (Melinis minutiflora)
tales secundarias, producto de la intensa intervención antrópica a que han
estado sometidos por largo tiempo estos espacios, incluso desde el período
prehispánico. Los tres tipos de sabana más representativos son la sabana notable en este tipo de cubierta vegetal. Este fue un árbol muy utilizado
primaria de (Axonopetum pulchri); el llamado “Gamelotal” de (Panicetum como sombra de los cafetales. Abundancia de epífitas y trepadoras es tam-
maximi) y el “Pasto melado” o (Melinetum multiflorae); estos dos últimos bién característico.
representativos de las sabanas secundarias.
Posee un estrato muy denso, de difícil penetración. Pueden encontrarse
El (Melinetum) es la cubierta sabanera más abundante, pudiendo llegar has- especies de cardones, pero no son abundantes. En época de lluvias este
ta 1.700 m de altura. Por su parte, el (Panicetum) está mejor desarrollado en paisaje vegetal luce muy exuberante.
las zonas más bajas, entre 900 - 1.500 m de altura.
Selva veranera. Se trata de una selva tropófila o decidua, presentando un
(Axenopetum) es una cubierta más restringida a las áreas más secas. (Axo- 50-60% de especies arbóreas que pierden sus hojas en la época más seca
nopetum) cuenta con unas 101 especies distribuidas en 25 familias de plan- del año; es decir, entre enero y mayo cuando toma una coloración grisá-
tas superiores. (Melinetum) tiene 109 especies en 29 familias y el (Panice- cea; sin embargo, en el sotobosque existen especies siempreverdes. Este
tum) cuenta con 73 especies en 16 familias. tipo boscoso ha sido también afectado frecuentemente por el fuego recu-
rrente anual. Varias especies de (Eucalyptus sp.) han sido introducidas en
Selvas de galería. Amparadas en situación de abrigo ante los incendios estas franjas vegetacionales. Las familias predominantes son la Legumi-
que frecuentemente ocurren; así como en condiciones de mayor humedad nosas, Myrtaceas, Bignoniáceas, Meliáceas y Rubiáceas. Muchos árboles
y fertilidad de los suelos, a lo largo de numerosos cursos de agua y depre- pueden alcanzar alturas hasta de 15-20 m con copas triangulares.
siones se conserva la cubierta vegetal que se denomina selva de galería.
Es un bosque denso, aunque secundario puesto que se considera relicto del Selva de transición. Ocupa una estrecha franja de transición entre la sel-
bosque primario intervenido por acción antrópica. La composición florística va tropófila o veranera y el bosque ombrófilo. Es un paisaje más o menos
del bosque de galería es muy heterogénea conformada por elementos de intervenido. Anteriormente lo fue para dedicar espacios al cultivo del café;
diversas fajas vegetacionales. de manera que se introdujeron como árboles de sombra del cafeto espe-
cies como (Inga sp.) guamo (Eritrina poeppiggiana) bucare rojo. El estrato
Los árboles más característicos de esta cubierta son Cuagea pubescens arbustivo es denso y el arbusto más representativo es Yagüero (Panopsis
Meliaceae y varias especies de Mirtáceas. La presencia de Inga (guamo) es suaveolens) (Grachybotrys rube sp.) y el Santa María (Meriana longifolia).

121
PARQUE NACIONAL EL ÁVILA - WARIAREPANO

Subpáramo. Se refiere a una cubierta vegetal


presente en altitudes superiores a 2.200 - 2.300
m; sin embargo, no llega a ser una vegetación
paramera propiamente dicha, pero si adaptada a
constantes vientos y bajas de temperatura. Existe
en esta cubierta un único representante del gé-
nero Espeletia; se trata de (Espeletia nerifolia)
Incienso con porte arbustivo. Algunos autores
consideran que el subpáramo es una vegetación
secundaria resultante de intervención humana
contínua.

La cubierta subpáramo es arbustiva, de densidad


y altura variables según las condiciones ecoló-
gicas predominantes. La especie dominante en
este tipo de matorral es (Espeletia neriifolia) in-
cienso que incluso puede alcanzar hasta seis
metros de altura en las mejores condiciones.
Una planta muy llamativa y bien conocida de la
vegetación subparamo es (Bejaria glauca) Rosa
del Avila; se trata de un arbusto bajo encontrado
también en la selva nublada.

Vegetación secundaria. Steyermark y Huber


(1978) denominan vegetación secundaria a un
tipo de cubierta vegetal azonal. Está presente en
La selva nublada de El Ávila - Wariarepano diversas condiciones ecológicas, producto de la
intervención humana de las cubiertas vegetales
Entre los árboles originarios y dominantes de Muy complejo es el mundo vegetal de la selva primarias.
esta cubierta vegetal se encuentran (Ficus sp.), nublada del macizo El Ávila. Se reconoce fácil-
(Guarea kunthiana) el salado (Guapira ferrugi- mente no sólo por su frondosidad, sino también De manera que es un tipo de vegetación desarro-
nea), el canalete (Zinowiewia australis), Helio- por la abundancia de palmas que se desarrollan llado independientemente de la altitud y compues-
carpus americanus, (Turpinia occidentalis). La especialmente en el estrato arbóreo. Entre es- to por plantas invasoras muy agresivas y poco
selva de transición ocupa generalmente altitudes tas palmas las más comunes son (Catoblastus exigentes desde el punto de vista ecológico.
comprendidas entre 1.600 - 1.800 m. praemorsus) palma prapa, (Geonama interrapta)
caña molinilla y la bella, y conocida (Ceroxylon En la vegetación de sabana suelen instalarse
Selva nublada. Al igual que en otras zonas Ceripherum) palma bendita; esta última se de- dos especies de gramíneas invasoras muy co-
montañosas del país las selvas nubladas del sarrolla en la parte más alta de la franja de la nocidas; la llamada Capim melado o Capim me-
Parque Nacional El Ávila es el paisaje vegetal selva nublada. lao (Melinis minutiflora) y el gamelote (Panicum
más destacado de esta unidad protegida. Esta maximun).
faja vegetacional se sitúa entre 1.750 -1.850 y Un árbol emblemático del bosque nublado avi-
2.000 -2.200 m de altitud, coincidente con la den- leño son los pinabetes (Podocarpus oleifolius) y Otra especie introducida presente entre la vege-
sa capa de niebla que cubre a ambos frentes del (Podocarpus salicifolius), representantes del úni- tación secundaria son los eucaliptos (Eucalyptus
parque, particularmente en horas de la tarde. co género de Coníferas autóctonas de Venezue- sp), también los (pinus sp.), son especies exóti-
la. Por su parte, un árbol muy típico es el (Clusia cas presentes en la vegetación secundaria.
Coincide igualmente con una franja de tierras de multiflora) Copey el cual muchas veces domina el
elevada pluviosidad, que le confiere carácter su- estrato arbóreo. Entre la vegetación secundaria bien conocida
perhúmedo con bajos índices de evaporación. en el parque se distinguen abundantes parches
Las epífitas, particularmente orquídeas y brome- cultivados con carácter comercial, como el (Eu-
Tales circunstancias ecológicas, al igual que la lias son sumamente abundantes particularmente calyptus sp.); igualmente se han venido multipli-
protección natural que tiene la cubierta vegetal en las ramas superiores y copas de los árboles. cando los helechales, tanto cultivados, como los
por lo inaccesible del relieve donde se desarro- Las lianas y bejucos son en cambio menos abun- espontáneos como (Pteridium caudatum), planta
lla, así como el éxito mismo que ha significado dantes en el bosque no perturbado. Bromelias muy invasora de los espacios sometidos a incen-
la condición jurídica de Parque Nacional, expli- y orquídeas constituyen una verdadera riqueza dios.
can en conjunto que la selva nublada de El Ávila, del bosque nublado, por su enorme abundancia
tanto en su frente norte como en el sur, sea una y belleza. Bromelias y orquídeas conforman un Finalmente, se deben mencionar los cultivos de
cubierta vegetal muy bien preservada e impre- verdadero “reino” vegetal en el bosque avileño hortalizas y de plantas ornamentales, particular-
sionante por su exuberancia, riqueza vegetal y de altura. mente presentes en la vertiente norte del parque,
extensa superficie que cubre en el parque. producto de actividades desarrolladas por los po-
bladores autóctonos.

122
Vertiente norte

En el frente septentrional del parque se repiten


muchos de los patrones que caracterizan la cu-
bierta vegetal del frente sur. Sin embargo, par-
ticularmente distingue a este frente, la presencia
destacada del Bosque xerofítico; inexistente en
la vertiente sur.

El bosque xerofítico se extiende en el parque


desde el nivel del mar hasta unos 600 metros de
altura. La cubierta se distingue por la presencia
de cardonales y cujizales. Domina el llamado cují
negro (Acacia macracantha), el dividí (Caesal-
pinia coriaria) el palo verde (Careidium precox)
yacures (Pithecellobium sp). Entre los cardones
destaca el Cardón dato gigante (Stenocereus Selva nublada
griseus) y entre las tunas destaca la tuna brava
(Opuntia caracasana).

Este tipo de vegetación es de bosque bajo y ralo, Vertiente norte


adaptado a condiciones inhóspitas de baja lluvio-
sidad y suelos muy mineralizados producto de in- Selva de transición
tensa meteorización de las rocas. El llamado indio
desnudo (Brusera simaruba) es un representante
muy distinguido de esta cubierta vegetal.

El bosque tropófilo o deciduo en esta vertiente


está bien extendido, incluso desde los 300 m de
altitud, pero más frecuentemente a partir de los
600 m.

Por su parte, el bosque de transición es muy co-


mún por encima de los 800 m de altitud.

El bosque nublado del frente norte está suma-


mente extendido y bien conservado, ocupando
espacios mucho mayores en esta vertiente en
comparación con la del sur.
Selva veranera

Sabana
PARQUE NACIONAL EL ÁVILA - WARIAREPANO

El puercoespín (Coendou prehensilis) es un


mamífero comúnmente registrado en los es-
pacios del parque, igualmente el cachicamo
(Dasypus novemcinctus) tiene allí presencia;
al igual que las ardillas (Scirus granatensis).
La presencia de la lapa (Agouti paca) se ha
señalado con frecuencia.

Los reptiles, al igual que los mamíferos abun-


dan igualmente en El Ávila. Ofidios venenosos
como la tigra mariposa (Bothrops venezuelen-
sis) y varias otras especies de Botrops han sido
reportadas, muchas veces; como la Guayacán
(Bothrops colombiensis), mapanare o viejita (Bo-
throps medusa). También abunda la cascabel
(Crotalus durissus) y se ha reportado la coral
(Micrurus isozonus).

Las especies de ofidios no venenosos son


abundantes, como la lora o verdegallo (Lepto-
phis ahaetulla), la cazadora (Drymarchon me-
Cachicamo (Dasypus novemcinctus).
lanurus) la rabo amarillo (Drymarchon corais).
La tragavenado o boa (Boa constrictor) es
Fauna guatos (Alouatta seniculus), es común también. frecuente en el parque al igual que la bejuca
Aunque diezmados y amenazados se reportan en (Oxybelis aeneus) y la falsa coral (Oxyrhopus
Además de abundante, la fauna del Parque Na- el parque el venado matacán (Mazama america- petola).
cional El Ávila es muy variada. Sin embargo, resta na) e incluso la danta (Tapirus terrestris).
aun bastante por conocer sobre esta materia de
la rica biodiversidad avileña; particularmente en el
sector oriental de la unidad, el cual es el menos
conocido en cuanto a fauna silvestre se refiere.

Entre los mamíferos se ha reportado la presen-


cia de 95 especies, pertenecientes a nueve ór-
denes y veintiocho familias, lo cual representa
el 53,4% de lo indicado para la Cordillera de la
Costa Central y aproximadamente el 28,9% del
total para Venezuela. Es de señalar que debi-
do a los impactos negativos que han tenido los
habitats del parque muchas de las especies re-
gistradas están en peligro de desaparecer. En la
Lista Roja de la Fauna Venezolana, el 18% de
los mamíferos de El Ávila aparecen como ame-
nazados por diversas razones. Son los casos del
mono araña (Ateles hybridus) la comadreja lanu-
da (Caluromys philander), el murciélago longiros-
tro (Anoura latidens), el murciélago de ventosa
(Thyroptera discifera) el conejo montañero (Syl-
vilagus brasiliensis). Además se citan como es-
pecies vulnerables el gato de monte (Leopardus
tigrinus) el jaguar (Panthera onca) puercoespín
escarchado (Sphiggurus pruinosus).

Independientemente del grado de amenaza en


que se pueden encontrar los mamíferos del par-
que destacan entre ellos el jaguar (Panthera onca)
el puma (Puma concolor) y el tigrillo (Leopardus
tigrina). Igualmente, abunda la pereza (Bradypus
variegatus) la comadreja (Mustela frenata) el zorro
guapán (Eira barbara) el conejo de monte (Sylvila-
gus brasiliensis). La presencia de los monos ara- Ardilla (Sciurus granatensis).

124
Pereza (Bradypus variegatus)
PARQUE NACIONAL EL ÁVILA - WARIAREPANO

Avifauna
La riqueza de la avifauna del Parque Nacional El
Ávila es reconocida nacional e internacionalmen-
te. El licenciado Gustavo Jiménez, especialista
en aves al servicio de INPARQUES señala que
en los espacios de esta gran unidad protegida
existen reportadas hasta ahora 510 especies de
aves, de las 1.390 existentes en Venezuela.

Jiménez hace la relación que sigue sobre las


aves del parque, basado en los diferentes paisa-
jes vegetales allí existentes.

Comencemos con el grupo floral más seco como


los Arbustales Xenófilos Litorales. En estos secto-
res se pueden encontrar especies como el Colibrí
pecho canela (Glaucis hirsuta) que se le observa
en los matorrales y vegetación baja; el Colibrí an-
teado (Leucippus fallax). Los colibríes pertene-
cen a la familia Trochilidae que está compuesta
por 246 especies en América del Sur. Existe en
el Ávila 36 especies. Los colibríes son conocidos
también como chupaflor o picaflor y el nombre
más pronunciado es el de Tucusito. También se
ha avistado un tucusito conocido como Coqueta
coronada (Lophornis stictolophus), tiene un co-
pete de color naranja que pareciera tuviera forma
de trenza. Además de los tucusitos, existen otras
especies como los Azulejos (Thraupis episco-
pus), Carpintero habado (Melanerpes rubricapi-
Chacaraco (Aratinga wagleri) llus), Gonzalito (Icterus nigrogularis), el Turpial o
ave nacional (Icterus icterus), Gavilán gris (Buteo
nitidus). Este sector de vegetación se encuentra
entre los 50 y 100 m.s.n.m.

En las altitudes, entre los 300 y 600 m.s.n.m. nos


encontramos con Bosques Tropofilos Basimon-
tanos Deciduos, aquí existe una formación un
poco más tupida que en los arbustales xerófitos.
En estos sectores podemos encontrar a espe-
cies como La Pavita hormiguera (Thamnophilus
doliatus), la Coicorita (Formicivora intermedia).
También podemos localizar al Pitirres chicharre-
ro (Tyrannus melancholicus), que siempre está
al asecho por algún insecto en vuelo. Entre los
árboles se pueden encontrar nidos hechos de
palitos que quedan guindados en ramas, algu-
nos hasta de un metro de largo. Son construidos
por un pajarito que se conoce como El Guaití
(Phacellodomus rufifrons). En la maleza de las
leguminosas podemos ver al Titijiri Lomicenizo
(Todirostrum cinereum). En la misma vegetación
de matorral podemos escuchar un silbido largo y
melancólico del Atrapamoscas de matorral (Su-
blegatus arenarum). El chirito de chaparral (Po-
lioptila plumbea) es una ave pequeña de 12 cm de
color blanco y gris, se moviliza muy calladamente
entre los arbustos de este estrato vegetal.

Guacharaca (Ortalis ruficauda)

126
PARQUE NACIONAL EL ÁVILA - WARIAREPANO

Entre los 600 y 800 m y 900-1.200 m sobre el


nivel del mar nos encontramos con el Bosque
Ombrófilo Submontano Semideciduo Estacional.
Comprende una vegetación un poco más tupida.
Nos encontramos con las ruidosas Guachara-
cas (Ortalis ruficauda), que se movilizan común-
mente en grupos. El Cucarachero (Troglodytes
aedon) con su canto burbujeante, aunque él
puede remontar otras altitudes. Podemos encon-
trar algunas cazadoras como el Gavilán habado
(Buteo magnirostris), Gavilán bebéhumo (Buteo
platypterus), Cernícalo (Gampsonyx swainsonii),
es el gavilán más pequeño. Está presente el muy
conocido Caricare sabanero (Milvago chimachi-
ma), aunque su nombre evoca la sabana este
ronda los límites del bosque Ombrófilo. El Hal-
cón primito (Falco sparverius) se le ve posado
en cercas, árboles secos y en áreas abiertas. Un
pajarito muy comentado sobre todo en la región
capital es el Todito negro (Quiscalus lugubris),
no sobrepasa los mil metros dentro del parque,
pero existe uno muy parecido el Tordo mirlo (Mo-
lothrus bonariensis) que se le ha visto a más de
1.500 m.s.n.m. Esta especie es parasitaria, ya
que coloca sus huevos en nidos ajenos, además
de dejar que también le críen sus pichones. En el
suelo en las partes abiertas podemos encontrar
a un canarito de color amarillo con la coronita co-
lor naranja, se le llama Canario de tejado (Sicalis
flaveola), sitios como Cotiza y Clavelito son per-
fectos para ellos, existe mucho campo abierto y
sabanas donde pueden colectar semillas.

El Bosque Ombrófilo Montano, Sub-Siemprever-


de que se encuentra entre los 800-1.500 m.s.n.m
y en su ladera norte entre 1.200-1.600 m.s.n.m
los grupos de aves se hacen más numerosas.
La vegetación es un poco más exuberante y lla-
mativa, con mayor variedad de alimentos por las
diferentes especies de árboles que proporciona
una gran cantidad de frutos. Entre las aves se
pueden encontrar las ponchas (Tinamidos). Son
aves terrestres que viven en el bosque, sus can-
tos pueden ser reconocidos fácilmente porque
cada especie tiene sonidos diferentes; entre ellas
tenemos a la Gallina Azul (Tinamus tao), mide
hasta 42 cm de largo y su color es de gris azu-
lado. La Poncha montañera (Crypturellus obso-
letus), tiene un sonido como de un huii, el cual
aumenta su repetición hasta un punto que se de-
tiene. Soisola pata roja (Crypturelus erythropus),
el color de su pata es inconfundible además su
canto pareciera que dijera Soisola en forma muy
pausada.

También existe en el parque la Gallina Cuero (No-


thocercus bonapartei) y la Ponchita (Crypturellus
soui) que es la más pequeña del grupo, midiendo
24 cm de largo. Otras cazadoras rapaces que se
hacen presente son el Gavilán cola corta (Buteo
Carpintero habado (Melanerpes rubricapillus)
brachyurus) que en su estado adulto es de color

127
PARQUE NACIONAL EL ÁVILA - WARIAREPANO

blanco por debajo, observándosele en vuelo una ños casi diminutos, como el Tucusito
línea negra angosta en la cola que es lo contra- amatista (Calliphlox amethystina) que
rio al Gavilán teje (Buteo albicaudatus) que su mide 6.6 cm o el Tucusito gargantiro-
franja es ancha en la cola. En vuelo planeado sa (Chaetocercus jourdanii) con 8 cm.
por encima del bosque se puede identificar por Existe otro muy grande con cola larga
su llamado al Halcón semiacollarado (Micrastur y azul de nombre Tucusito coludo azul
semitorquatus), en el camino que va de Clavelito (Aglaiocercus kingi).
hacia Quebrada Anauco se ha dejado observar.
Entre otras especies también tenemos La Parau- Existe un ave muy vistosa, que se
lata montañera (Turdus leucomelas), La Parau- le puede encontrar en todas las al-
lata ojo de candil (Turdus nudigenis), Paraulata turas, pero necesita cierta cantidad
cabecinegra (Platycichla flavipes), que con sus de vegetación para su existencia. Se
hermosos cantos siempre llaman la atención. puede alimentar de material vegetal
y animal. Es omnívoro. Se han habi-
El Cucarachero selvático (Henichorrina leuco- tuado a la presencia de los humanos.
phrys) que se oculta dentro del follaje e igual- Siempre andan en grupos, son de co-
mente el Cucarachero Flanquileoneado (Thryo- lor verde, amarillo, azul y cara negra.
thorus leucotis). Su nombre es el Querrequerre (Cya-
nocorax yncas), pertenece a la familia Tucusito gargantirosa ( Chaetocercus jourdanii).
A veces es difícil separar las diferentes especies de los cuervos (Corvidos). Son aves
de aves de los estratos de vegetación que existen muy inteligentes. En las zonas abiertas se distin- se puede encontrar el Espiguero vientriamarillo
en el Bosque Ombrófilo Submontano y Montano gue un pajarito de unos 13 o 18 cm, su nombre (Sporophila nigricollis), El pica flor Payador (Di-
Siempreverde (1.200-2.200 m.s.n.m) compuesto se relaciona con su habito de estar en el suelo; glossa sittoides), Pica flor enmascarado (Diglos-
es el Correporsuelo (Zonotrichia capensis). Se sa cyanea); las Diglosas tienen el pico adaptado
observa desde los 1.300 m.s.n.m. para despegar los pétalos de las flores como la
Espadilla (Orthrosanthus chimboracensis).
Llegando hacia la parte más altas de la cordille-
ra, nos encontramos con el Subpáramo Arbustivo Finalmente tenemos el Estrato de Sabanas Ar-
Costero. Este estrato de vegetación se encuen- bustivas que se encuentra entre los 800 y 1.200
tra entre 2.200 y 2.700 m.s.n.m. En esta altura m.s.n.m. Muchas especies visitan esta área en
la mayoría de las plantas tienen relación con los busca de alimento y de escondite, entre estas se
paramos andinos, así que la diversidad de espe- encuentran las Perdices encrestadas (Colinus
cies es un poco más reducida. Entre las espe- cristatus), que se moviliza en grupo de un sec-
cies de la vegetación muy observada, existe una tor a otro, estas son cazadas por aves raptoras
planta vinculada con el Frailejón andino llamado como el Gavilán habado (Buteo magnirostris),
Incienso (Libanothamnus neriifolius), sus hojas Gavilán teje (Buteo albicaudatus). Un sonido lar-
se encuentran cubiertas de una especie de pe- go y melancólico llama la atención, se observan
lusa para aguantar los climas de bajas tempera- unos pájaros negros de pico grueso que son lla-
turas. En ese estrato vegetal se encuentran una mados Garrapateros (Crotophaga ani), ellos se
cantidad muy marcada de especies, entre 30-50 alimentan de insectos y de algunos vertebrados,
especies, por la variedad de especies
de plantas se obtienen como siempre
grupos especializados. El Colibrí Ver-
de Colirrojo (Metallura tyrianthina), es
un tucusito de pico corto que mide 9
cm., con cola de color marrón (la cola
de la hembra tira hacia el color ocre),
Carpintero habado (Melanerpes rubricapillus).
estas prefieren flores con la corola
abierta. El Colibrí Orejivioleta Verde
(Colibri thalassinus), que se puede
de árboles de gran altura que son la atracción de escuchar trinando posado en un in-
muchas Tangaras como la Cabeza de lacre (Tan- cienso, también puede encontrarse
gara gyrola), la Tangará dorada (Tangara arthus), en el Bosque Ombrófilo. Aquí se repi-
la Tangara pintada (Tangara guttata). Todo este te la presencia del Correporsuelo (Zo-
grupo son aves de hermosos coloridos; de igual notrichia capensis), observado por lo
manera los Trogonidos que son aves de mayor senderos que llevan hacia la Silla de
tamaño también son de un plumaje muy llamativo; Caracas, de igual manera el Tordillo
entre estas aves tenemos al Sorocua acollarado común (Tiaris bicolor) posados entre
(Trogon collaris), Sorocua de pecho amarillo (Tro- los pastizales del subparamo como la
gon rufus) o el Quetzal dorado (Pharomachrus (Cortaderia hapalotricha), la (Chus-
fulgidus). En esta zona existen tucusitos de tama- quea fendleri), de la misma manera Cristofué (Pitangus sulphuratus).

128
PARQUE NACIONAL EL ÁVILA - WARIAREPANO

siempre se ven en grupos. Otro caza insectos horquilla (Hirundo rustica), Atrapa- Garrapatero (Crotophaga ani).
son los atrapamoscas como el Pitirres chicha- moscas boreal (Contopus borealis),
rrero (Tyrannus melancholicus), el Cristofué (Pi- Bobito copetón pico corto (Elaenia
tangus sulphuratus). Existen muchas otras que pavirostris), Martín pescador migra-
aprovechan esta clase de estrato vegetal. torio (Megaceryle alción), Cuclillo
pico amarillo (Coccyzus americanus),
Deben mencionarse las especies que existen en Playero coleador (Actitis macularia),
el Ávila y que son endémicas del sistema de la Halcón peregrino (Falco peregrin-
costa como el Guitio Castaño (Synallaxis casta- us), Gavilán bebehumo (Buteo pla-
nea), Tico-tico Goteado (Syndactyla guttulata), typterus), Águila pescadora (Pandion
Ponchito pechiescamado (Grallaricula loricata), haliaetus), Tigui-tigue grande (Tringa
Granicero hermoso (Pipreola formosa), Atrapa- melanoleuca), Playero solitario (Trin-
mosca cerdoso venezolano (Pogonoticcus vene- ga solitaria), Cuclillo pico negro (Coc-
zuelanus), Cotarita de costados castaños (Late- cyzus erythopthalmus), Atrapamosca
rallus levraudi), Perico pintado (Pyrrhura emma), copete verde (Empidonax virescens),
Perico de cola roja (Pyrrhura hoematotis), Tapa- Pibi boreal (Contopus cooperi), Julian
culo de Caracas (Scytalopus caracae), Atrapa- chivi oji rojo (Vireo olivaceus), Julian
moscas cerdoso de lados rufus (Phylloscartes chivi bigote negro (Vireo altiloquus),
flaviventris). Golondrina parda (Riparia riparia),
Paraulata cachetona (Catharus fus-
El Ávila también es visitado por muchas espe- cescens), Arrocero americano (Spi-
cies migratorias como la Candelita migratoria za americana), Reinita alidorada (Vermivora
(Setophaga ruticilla), Reinita de mangle (Dendroi- chrysoptera), Reinita azul y negra (Dendroica
ca petechia aestiva), Reinita rayada (Dendroica caerulescens), Reinita manchada (Dendroica
striata), Reinita cerúlea (Dendroica cerulea), Rei- magnolia), Reinita de lados castaños (Dendroi-
nita gargantinaranja (Dendroica fusca), Reinita ca pensylvanica), Reinita pecho bayo (Dendroica
trepadora (Mniotilta varia), Reinita de charcos castanea), Reinita atigrada (Dendroica tigrina),
(Seiurus noveboracensis), Reinita de Lusiana Reinita protonotaria (Oporornis fomosus), Reinita
(Seiurus monticilla), Reinita gorro gris (Vermivora de Conectico (Oporornis agilis), Reinita hornera
peregrina), Cardenal migratorio (Piranga rubra), (Seiurus aurocapillus), Reinita canadienses (Wil-
Paraulata cara gris (Catharus minimus), Vireo sonia canadensis).
gargantiamarillo (Vireo flavifrons), Golondrina

Sorocua acollarado
(Trogon collaris).
Tángara dorada (Tangara arthus).

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Sitios de Interés y Vías de Acceso

Innumerables son los sitios del parque que se pueden recomendar para
visitar; sin embargo, mucho depende justamente de los intereses especí-
ficos que el excursionista tenga. Una selección apretada de lugares con las
diferentes vías de acceso a ellos, se expone a continuación:

Pico Naiguatá
Es la máxima altitud del parque, con 2.765 m.s.n.m. La mejor manera de
llegar a este sitio es a través de la ruta cuya entrada se encuentra en El
Marqués y conduce a La Julia, El Edén, Rancho Grande, Pico Goering,
Topo Galindo y La Arepa.

Silla de Caracas
Con sus picos Oriental (2.640 m.) y Occidental (2.478 m.). Entrada por la
ruta que arranca en Altamira y conduce a Sabas Nieves y No Te Apures.
Es la misma y conocida ruta que conduce al bello sitio El Lagunazo, utili-
zada a diario por numerosos excursionistas que llegan caminando.

Galipán
Popular sitio de visita, conformado por asentamientos y pobladores des- Pico Naiguatá
cendientes de los primeros inmigrantes agricultores canarios. Es una
ruta carretera con entrada por Cotiza. Alcanza Llano Grande, Clavelitos,
Boca de Tigre. Esta misma ruta, conduce al Litoral Central, al Picacho de
Galipán y al Hotel Humboldt.

Los Venados, centro recreativo


Hermoso lugar de antigua finca cafetalera. Existe allí el servicio admi-
nistrativo central del Parque Nacional El Ávila. Se llega al lugar tomando
la ruta carretera de entrada en Cotiza. Desde Los Venados también se
llega a varios otros lugares muy interesantes del Parque a través de sen-
deros recreativos y de excursión.

Camino de los Españoles


Antigua vía construida por los españoles para comunicar el litoral con el
Valle de Caracas. Se llega por la ruta carretera entrando por la Puerta de
Caracas. Lleva también a Sanchorquiz y Hoyo de la Cumbre.

Los castillos
Son ruinas de fortaleza hispánica construida en sus tiempos para resguar-
dar a Caracas de los Piratas del Caribe. Se llega a estas ruinas a través de
vía carretera cuya entrada es la Puerta de Caracas. Galipán

Teleférico y Hotel Humboldt


El viaje se hace preferiblemente a través del Teleférico, cuya estación
de abordaje se encuentra en Maripérez de diversos paisajes vegetales y
tiene vista panorámica del Valle de Caracas y el Litoral Central.

Las cascadas del Parque


En el parque existen numerosas cascadas y saltos de agua muy her-
mosos y de mucho interés para visitar. Se llega a ellos a partir de dife-
rentes caminos y senderos. Son de más fácil acceso las cascadas de
las Quebradas Quintero, entrando por Altamira; Tócome, en el Parque
Recreacional Los Chorros; Sebucán, entrando por Sebucán; Chacaito;
Las Adjuntas y Pajaritos, entrando por Los Palos Grandes.

Sabas Nieves
Popular sitio de excursionistas que se dirigen al cerro a pie; con bellas
vistas de Caracas. La entrada se hace por Altamira.

El Lagunazo
Entrada por el Teleférico. Es un sitio para aprovechar vistas panorámicas
del Valle de Caracas y el Litoral Central. Los Venados

132
Sitios de Interés y Vías de Acceso

Topo Santa Rosa


Se accede por la Universidad Metropolitana, mediante ruta carretera para
vehículos rústicos.

Las planadas
Es un hermoso recorrido que se puede hacer vía carretera en vehículos
de doble tracción. En el trayecto se encuentra la Hacienda La Siria; con
cultivos donde aun se conservan cafetales tradicionales. Se accede por la
ciudad de Guatire.

Picacho de Galipán
Hermoso lugar para observar el valle de Caracas y el Litoral Caribe. Se accede
por vía carretera desde Cotiza y luego por camino bien conservado.

Teleférico

Sabas Nieves

Hotel Humboldt

Los Castillos

133
Poblaciones Autóctonas del Parque Nacional El Ávila

En el Parque Nacional El Ávila existen actualmen-


te algunos pequeños asentamientos humanos
que el Plan de Ordenamiento y Reglamento de
Uso (P.O.R.U) Gaceta Oficial Nº 4.548 del mismo
denomina como “población Autóctona, por haber
habitado sus respectivos espacios desde antes
de la declaratoria como área protegida, el 12 de
Diciembre de 1958. Al ser admitidas como Zonas
de Uso Poblacional Autóctono se permite desarro-
llar en ellas actividades de investigación científica,
educación ambiental, recreación, deportivas y tu-
rísticas, al igual que reparaciones y mejoras de las
viviendas. Igualmente, son lícitas la instalación de
servicios públicos y vías internas. Por supuesto,
se permite en estos asentamientos autóctonos la
actividad agrícola tradicional de horticultura, flori-
cultura y cultivos que sean compatibles con el ca-
rácter de área protegida del parque.

De manera que cuando se habla de pobladores


autóctonos o poblaciones autóctonas no se refie-
re a los habitantes prehispánicos que se asenta-
ron en los espacios actuales del parque, como
fueron algunas comunidades indígenas caribes
de los Toromaymas, Xavacos, Teques, Mariches
y otros. Las comunidades indígenas prehispáni-
cas, tanto del frente sur como del norte tuvieron
contacto entre sí, a través de senderos que luego
fueron usados por los conquistadores españoles
para comunicar el litoral central con los valles
Expendio de flores autóctonas del lugar
de Caracas, Guarenas y Guatire. Un ejemplo de
ello, fue la antigua ruta llamada “Camino de los
Españoles”, situada en el sector más occidental
al parque.

Posteriormente, y ya entrado el siglo XVIII varios


habitantes criollos y personas venidas de Europa,
como canarios y portugueses, iniciaron un lento
proceso de asentamiento en las dos vertientes
del macizo El Ávila, principalmente en la del nor-
te. En varios lugares se dedicaron a labores de
cultivos diversos, fundando varios asentamientos
que paulatinamente se fueron consolidando.

Una vez que los espacios del Ávila son declara-


dos zona protegida mediante decreto guberna-
mental, los núcleos poblacionales ya existentes
para la fecha fueron respectados en su ubica-
ción, viviendas, cultivos y otras actividades.

El mismo P.O.R.U señala los siguientes asenta-


mientos como poblaciones autóctonas: “Galipán,
con sus diferentes sectores, Hoyo de la Cumbre
y El Corozo”

Galipán

Los tres pequeños núcleos poblados de Gali-


pán son: San Isidro, San Antonio y San José. Se
localizan en la vertiente norte del parque, en la
Venta de flores en El Ávila - Wariarepano

134
Poblaciones Autóctonas del Parque Nacional El Avila

jurisdicción del estado Vargas, Parroquia Macu- Hoyo de la Cumbre, es un poblado rural consoli- Guaira. Son apenas unas 36 casas ocupadas por
to. El poblado está comprendido entre las cotas dado que cuenta con servicios básicos de elec- gente dedicada a labores del campo.
altitudinales 600-1.900 m.s.n.m. En el censo po- tricidad, ambulatorio médico y escuela. A él se
blacional 2001 el conjunto de asentamientos al- llega vía carretera, a través de la entrada por La Es bueno aclarar que varios otros núcleos rura-
canzaba 1.418 habitantes. Puerta de Caracas, siguiendo la ruta que condu- les de asentamientos humanos habitan el Parque
ce a las ruinas de El Fortín. Nacional El Ávila, pero no son considerados como
Galipán es un conocido y pintoresco poblado “Poblaciones Autóctonas”; al igual que no lo son
rural ubicado en las faldas inclinadas del frente En cuanto a El Corozo, se trata de un asenta- tales cientos de barrios de expansión de Caracas
norte del parque. Está integrado por casas dis- miento localizado a baja altitud, entre las curvas que pueblan parte de los espacios de esta área
persas, muy atractivas, bien cuidadas, provistas de nivel de 300 - 400 m.s.n.m, en el tramo orien- protegida.
de jardines y rodeadas de vegetación de mucho tal de la vieja carretera que une a Caracas con La
verdor. La vía carretera que arranca en la entrada
de Cotiza de Caracas, pasando al lado del centro
administrativo Los Venados y se dirige a Boca
de Tigre, atraviesa el asentamiento en la ruta al
litoral central caribe. Galipán se ha convertido en
sitio de gran atracción turística para caraqueños,
litoralenses y gente venida de muchas otras par-
tes del país.

Se considera que Galipán fue el primer núcleo de


población no indígena que se asienta en el actual
territorio del Parque Nacional El Ávila. Originaria-
mente, estuvo conformado por canarios y des-
cendientes de ellos, llegados al país en el siglo
XVIII. Se dedicaron inicialmente a cultivar café y
frutas que vendían a los mercados de La Guai-
ra. Posteriormente, introdujeron otras variedades
de cultivos y actualmente laboran en cultivos de
hortalizas, flores, eucaliptos y helechos orna-
mentales; también en ciertas variedades de fru-
tas como duraznos y fresas. Sin embargo, cabe
destacar que cada vez más la actividad turística
se convierte en una rama de actividad económica
de primer orden, a través de la oferta de hoste-
rías, restaurantes y excursiones guiadas. Tanto
Hoyo de la Cumbre
la oferta turística como las actividades agrícolas
se llevan a efecto mediante organizaciones fami-
liares. Cada familia se dedica a actividades com-
binadas de cultivos, turismo y mercadeo de los
productos obtenidos del laboreo agrícola e inclu-
so de pequeñas empresas de manufacturas.

Hoyo de la Cumbre y El Corozo



Pertenece al Municipio La Guaira, Parroquia Mai-
quetía del Estado Vargas. Se localiza en el sector
occidental del parque del lado de la vertiente sur.

Para el censo de Población de 2001 este asen-


tamiento contaba con 65 familias, en su mayoría
de descendencia portuguesa, que variaban en-
tre dos y seis personas. Los pobladores de este
pequeño núcleo humano se alojan en casas dis-
persas y se dedican al cultivo preferiblemente de
hortalizas y de algunos frutales como fresa, to-
mate de árbol y lulo, entre otros; papas y tomates
también son rubros cultivados por los pobladores
de Hoyo de la Cumbre.
Galipán

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52
PARQUE NACIONAL EL GUÁCHARO

Paisajes naturales tierras protegidas, como por ejemplo la


de Chorrerón, Río Grande y Chispero.
El Parque Nacional El Guácharo es el área pro-
tegida más representativa de los paisajes monta- La geología del macizo, compuesta
ñosos del oriente del país, no sólo porque allí se esencialmente por rocas cretácicas se-
localiza esa maravilla del relieve cárstico que es dimentarias del Grupo Sucre, con las
la cueva del Guácharo, la más emblemática del formaciones El Cantil y Chimana, inte-
territorio nacional, sino también porque se sitúa gradas sobre todo por calizas y en menor
en el corazón mismo del macizo montañoso de proporción por lutitas y areniscas, han
Caripe, el más importante junto con el de Ber- originado un conspicuo paisaje cárstico
gantín del oriente venezolano. de cavernas grandes y pequeñas, cuya
representación mayor la ostenta la Cue-
El carácter eminentemente montañoso de esta va del Guácharo. La disolución subterrá-
unidad determina los rasgos físico - naturales nea y por agua de lluvia de las calizas en
mayores que caracterizan su geografía. En efec- este sector oriental del parque ha dejado
to, se trata de un paisaje de relieve accidentado, su marca mediante uno de los relieves
con fuertes declives dados por una hidrografía cársticos más desarrollados del país.
muy densa y encajante que resulta en valles es-
trechos limitados por vertientes sumamente incli- Por su parte, en el macizo oriental y en
nadas. Las alturas culminantes del macizo oro- especial en los espacios del parque ocu-
gráfico de Caripe llegan en Cerro Negro a 2.430 rre una elevada lluviosidad, la cual ha
m y en el pico La Montaña a 1.689 m. provocado el desarrollo de abundante
y lujuriosa vegetación de bosques pre-
De las vertientes del parque nacen ríos impor- montanos y montanos nublados, alternando con y cafetales, donde abundan el (Erythrina poep-
tantes de regular caudal, como el Cariaco o Ca- matorrales y cultivos sobre todo permanentes. pigiana) bucare, árbol de sombra del cafeto; así
rinicuao, el Caripe y Colorado o Alto Guarapiche. como también, abunda el (Ficus cuatrecasiana)
También cursos menores como la quebrada Ce- Entre las altitudes de 1.000 y 1.200 m se encuen- matapalo y el casabe Guapira.
rro Negro, adyacente a la gran cueva. Algunas tran bosques que van de húmedos premontanos a
caídas de agua caracterizan la belleza de estas bosques muy húmedos montanos bajos, con pro- Especialmente, el bucare durante su floración de
medios de temperatura de 21 °C y preci- abril a mayo, le da a los parajes del sector y en
pitación de casi 1.200 mm de promedio especial al valle de Caripe gran belleza, unido a
anual. La lluviosidad se concentra entre la hermosa floración de la orquídea llamada flor
junio a noviembre, mientras que de di- de mayo (Cattleya mossiae), reconocida como la
ciembre a abril, ocurre el período menos Flor Nacional de Venezuela. El bello espectácu-
lluvioso, pero sin existir una estación lo se complementa con las flores rosa – lavanda
seca bien marcada. La temperatura del que pulula en el parque del sector Cerro Negro.
macizo de Caripe es confortable al ser
atenuada por la altitud. En las vertientes de las franjas altitudinales mayo-
res, entre los 1.600 y 2.200 m, prevalece el bos-
Entre los 1.000 y 1.200 m de altitud que nublado de dosel alto, donde abundan árboles
existe un árbol muy común, el (Clu- como el (Ocotea calophylla) laurel y (Weinmannia
sia minor) copey y Clusia alata. Entre microphylla) el saisai. Abundan las epífitas, parti-
1200 y 1500 m otros árboles comunes cularmente de las familias Bromeliaceae, Orchida-
son (Nectandra sp.) Laurel, (Eugenia ceae, Ericaceae y Pteridófitos (Helechos).
sp.) El guayabito, el (Matayba macros-
tylis), (Byrsonima frinifensis) el paneco, Amplios sectores del parque han sido objeto de
y (Zanthoxylum junispericum) el pla- intervención antrópica importante, resultando
tanillo. Asociados a estos árboles se abundantes áreas cubiertas de vegetación se-
encuentran abundantes helechos arbó- cundaria de matorrales, sabanas y cultivos.
reos y gran número de epifitas y trepa-
doras de las familias Piperaceae (Pe- En medio del clima tropical riguroso, reinante en
peromia) y Araceae (Anthurium). Las el nororiente del país, la presencia de un enclave
orquídeas y helechos abundan, como montañoso como el del Parque Nacional El Guá-
el caso de Blechnum iherminieri. charo, con paisajes naturales de gran belleza y
clima benigno, resulta en verdad un lugar ideal
La zona posee numerosos escarpes para el solaz, al igual que para satisfacer interés
de roca caliza, algunos denudados de y curiosidad científica en áreas del dominio de la
vegetación y otros con vegetación rala. geología, la geografía, la botánica, la zoología y
Al pie de ellos suele desarrollarse, entre la ecología.
los 900 y 1.000 m. de altitud, bosques

140
Un atractivo sendero del Parque Nacional El Guácharo
PARQUE NACIONAL EL GUÁCHARO

Cueva del Guácharo

El 18 de septiembre de 1799, el gran naturalis-


ta alemán Alejandro de Humboldt visitó la Cue-
va del Guácharo. Quedó deslumbrado con este
monumento de la naturaleza. Para expresar su
vivencia escribió de esta manera:

“La caverna que los indios denominan


una mina de grasa… ábrese en un
valle lateral que da a la Sierra del Guácharo…
Un sendero estrecho nos condujo al
principio, durante una hora y media hacia
el Sur, a través de una llanura risueña
y tapizada de un hermoso césped”.

“Se halla uno de súbito colocado


ante la abertura inmensa de la gruta.
Su apariencia es hasta cierto punto
imponente, aún a los ojos de quienes
están acostumbrados a las escenas
pintorescas de los Altos Alpes”.

“La Cueva del Guácharo horada


el corte vertical de un peñón.
La entrada mira hacia el sur,
y es una bovéda de 80 pies
de ancho y 72 de alto…
el peñasco sobrepuesto a la
gruta está coronado de árboles
de tamaño gigantesco. El Mamey
y el Caruto de hojas anchas y
lucientes, elevan verticalmente sus
ramas hacia el cielo, mientras que
los del Algarrobo y la Erythrina
forman, al desparramarse,
una bóveda espesa de verdor”.

“Allí donde comienza la luz


a desvanecerse, óyese en
lontananza el rauco son de
las aves nocturnas”.
Alejandro de Humboldt.

Posterior a Humboldt, numerosos científicos y


visitantes, tanto venezolanos como extranjeros,
se han expresado en términos semejantes de
esta maravillosa expresión del territorio nacional.

La Cueva del Guácharo está ubicada a cuatro


kilómetros del pueblo de Caripe, al norte del es-
tado Monagas; de forma más precisa: entre las
coordenadas geográficas 10° 11’59” y 10° 09’54”
de latitud norte y 63° 34’54” y 63° 31’38” de lon-
gitud oeste. Justo, en el sector Cerro Negro del
macizo de Caripe. Se encuentra a 1.065 m de
altitud; por lo cual, sus adyacencias gozan de
una agradable temperatura, alrededor de 21 °C
en promedio anual; mientras que en su interior
más inmediato posee una temperatura constante
de 19 °C. Hasta ahora se considera que la cue-

142
PARQUE NACIONAL EL GUÁCHARO

va tiene una longitud aproximada de 10.5 km,


en los cuales existen amplios espacios inte-
riores con desniveles considerables entre el
techo y el piso, que pueden alcanzar decenas
de metros. Abundan depósitos de escombros
rocosos producto de antiguos derrumbes; así
como pasadizos estrechos que comunican en-
tre si salas o galerías llenas de estalactitas,
estalagmitas y columnas, muchas de ellas de
tamaño impresionante y de rara belleza.

A lo largo de la caverna se desplaza un curso


de agua permanente, el cual ha sido uno de los
principales responsables de la formación de la
misma.

La cueva está constituida principalmente por


rocas calizas masivas del Cretáceo, pertene-
cientes al Grupo Sucre en sus componentes
la Formación El Cantil y Chimana. Las rocas
que conforman la cueva se disponen en es-
tructura anticlinal, frecuentemente fisuradas y
agrietadas lo que permite la fácil penetración
del agua de lluvia para lograr la disolución de
las calizas.

La caverna se formó durante millones de años


mediante un proceso típico de carstismo tro-
pical, producto de la acción química de diso-
lución del carbonato de calcio de la caliza y
de la actividad mecánica de erosión también
del agua tanto corriente como de infiltración.
Frecuentes colapsamientos y derrumbes de
la estructura rocosa fueron lentamente ensan-
chado y profundizando la cueva. Por su parte,
el trabajo permanente de disolución, erosión
mecánica y transporte del agua de la quebra-
da que corre al interior de la cueva, ha sido un
elemento sumamente activo del mecanismo
de formación de la caverna. El proceso cárs-
tico de disolución y erosión se complementó
con la formación de estalactitas, estalagmitas
y columnas que en la cueva adquieren amplio
desarrollo, originando estructuras de gran ta-
maño, gran belleza, raras y curiosas formas
que adornan monumentalmente bóvedas, pa-
redes y pisos de la cueva. “A veces estos es-
cenarios subterráneos adquieren un carácter
telúrico y sobrecogedor por el aspecto abis-
mal y fantasmagórico que presentan algunos
sitios, como el Gran Salón del Derrumbe, el
Paso de Cuchillos y otros” (García y Steyer- La Cueva del Guácharo
mark, 1977).
30 m, llena de estalactitas, estalagmitas y curiosas su encanto, curiosidad geológica e interés científi-
A lo largo de la cueva existen muchas galerías formas de depósitos de cristales de carbonato de co, constituye un sitio ideal para conocerlo y admi-
o salones. En efecto, al franquear la cueva a calcio. Otros salones admirables son el Gran Salón rar por parte del visitante común y el especialista
través de su boca principal de entrada, de 23 del Derrumbe, el Salón de Alén, quizás el más es- interesado en los variados temas científicos que
m de alto y 28 m de ancho; en el llamado sector pectacular de todos; el Salón Precioso, el Salón del puedan atraerlo. Es además, un hábitat privilegiado
turístico de unos 1.500 m de recorrido, se en- Silencio, el Salón de los Gigantes y muchos más. para esa también curiosa y endémica ave llamada
cuentran, por ejemplo, la hermosa Galería de En fin, la Cueva del Guácharo, además de ser una guácharo.
Humboldt, de 759 m de largo y amplia hasta de excelsa expresión de la naturaleza venezolana, por

143
El Guácharo – Steatornis caripensis

El Guácharo - Steatornis caripensis cuenca media del río Caripe; el otro bloque del Desde la época de los primigenios aborígenes
(Humboldt, 1817) Parque Nacional El Guácharo anexado en 1.989. Chaimas, que habitaron los parajes cercanos a la
Justamente, se incorporó al parque para asegu- Cueva del Guácharo, fue costumbre cazar adultos
Aunque en Venezuela existen decenas de sitios rar la preservación de la zona de alimentación y pichones para utilizar su grasa como combus-
donde viven colonias de guácharos, siempre más importante de la colonia de guácharos que tible y para aderezar alimentos; así lo atestiguó
asociados a zonas de bosques húmedos y muy habitan en la cueva homónima y en otros sitios Alejandro de Humboldt, descubridor científico de
húmedos, lo cierto es que la Cueva del Guácha- adyacentes. En su rutinario vuelo nocturno los la cueva y del guácharo habitante de ella.
ro es el santuario por excelencia en el territorio guácharos son capaces de recorrer hasta 120
nacional de esta interesante ave. Tiene allí su km. de distancia en procura de frutas y semillas Cuando adulto el guácharo mide unos 50 cm,
hábitat preferido por las condiciones ecológicas grasosas, particularmente en la estación no re- con envergadura de alas que alcanzan más de
privilegiadas que posee para esta especie de avi- productiva, mientras que en la época de cría bus- un metro. (Humboltd,1817) decía que "El guá-
fauna, tanto en la caverna en si misma, como en can su sustento en un radio de unos 40 km, en charo es del tamaño de nuestras gallinas… tiene
su entorno ambiental. torno a su hábitat cavernícola. De manera que el la traza de los buitres, cuyo pico ganchudo está
guácharo, como ave frugívora que es, abando- rodeado de mechones de cerdas rígidas ".
En efecto, el guácharo es un ave con hábitos na diariamente la cueva en procura de alimentos
nocturnos capaz de volar en la oscuridad guián- en horas del crepúsculo; lo hace por bandadas Se calcula que al interior de la cueva vive una
dose por el sistema de sonar que posee, lo que de miles de individuos, originando un excitante colonia conformada en su máximo anual en algo
le permite eco-localizar dentro de la cueva y vo- y encantador espectáculo, digno de ser obser- más de 10.000 componentes. De manera que el
lar durante la noche fuera de ella para buscar las vado. Regresa al alba a digerir y a alimentar los visitante de la cueva está en plena capacidad de
frutas y semillas de alto contenido en aceite con pichones en la penumbra de la caverna, donde admirar de cerca ejemplares adultos y pichones
las cuales se alimentan el adulto y sus pichones. anida y procrea en las repisas y oquedades de de guácharos; así como el inolvidable espectácu-
Asimismo, en el entorno inmediato de la caverna las paredes. Como caso curioso, los pichones lo que producen dentro de la caverna y cuando
y en otros lugares alejados se encuentra abun- pueden tener un peso mayor que los adultos pa- en enjambres salen o entran a la misma al caer
dante alimento en los bosques húmedos. Par- dres, al estar alimentados por estos mediante la tarde y al despuntar el alba de cada día, res-
ticularmente es muy importante para la colonia frutas muy carnosas de alto contenido graso. pectivamente.
el área de Mata de Mango, en el sector de la

144
El Guácharo – Steatornis caripensis

Otros componentes de la fauna


Además del guácharo, el Parque Nacional El
Guácharo cuenta con una variada y rica avifau-
na, integrada por un número de especies que se
aproxima a 370, algunas de las cuales son en-
démicas, como el chivi cabecigris (Basileuterus
griseiceps) Fafao gargantiblanco (Premnoplex
tatei) Pica flores negro (Diglossa venezuelensis)
Pico de frasco esmeralda (Aulacorhynchus sul-
catus). Otras aves representativas son el Paují
Copete de pluma (Crax daubentoni) el Paují co-
pete de piedra (Pauxi pauxi) la guacharaca (Or-
talis ruficauda) el Gavilán gris (Buteo nitidus) el
Periquito ala dorada (Brotogeris chrysotoperus)
Vencejo grande (Streptoprocne zonaris) Colibrí
canela (Glaucis hirsuta) Sorocua acollarado (Tro-
gon Collaris) Querrequerre (Cyanocorax yncas)
Tordo negro (Quiscalus lugubris).

Entre los mamíferos son representativos el Mono


araguato (Alouatta seniculus) el Mono capuchino
(Cebus olivaceus) el zorro guache (Nasua nasua)
el tigre (Panthera onca) el cunaguaro (Leopardus
pardalis), el puma (Puma concolor). También se
encuentran la lapa (Agouti paca) el venado mata-
cán rojizo (Mazama americana) el Tapir (Tapirus
terrestris) el báquiro cinchado (Pecari tajacu) el
venado caramerudo (Odocoileus virginianus).

145
“Allí donde comienza la luz
a desvanecerse, óyese en lontananza
el rauco son de las aves nocturnas”.

“Se halla uno de súbito colocado


ante la abertura inmensa de la gruta.
Su apariencia es hasta cierto punto
imponente, aún a los ojos de quienes están
acostumbrados a las escenas pintorescas
Alpes”.
de los Altos Alpes.”
“La caverna que los indios denominan
una mina de grasa…
ábrese en un valle lateral que
da a la Sierra del Guácharo…
Un sendero estrecho nos condujo al
principio, durante una hora y media hacia
elelSur,
Sur,ala través de una llanura risueña
césped”.
y tapizada de un hermoso césped.”
“La Cueva del Guácharo horada
el corte vertical de un peñón.
La entrada mira hacia el sur,
y es una bovéda de 80 pies
alto...
de ancho y 72 de alto…..
el peñasco sobrepuesto a la
gruta está coronado de árboles
de tamaño gigantesco. El Mamey
y el Caruto de hojas anchas y
lucientes, elevan verticalmente sus
ramas hacia el cielo, mientras que
los del Algarrobo y la Erythrina
forman, al desparramarse,
verdor”.
una bóveda espesa de verdor.”

Caída de agua en el Parque Nacional El Guácharo


Arrecife coralino del Parque Nacional Los Roques
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Parque Nacional Mochima

Parque Nacional Mochima

Parque Nacional Laguna de Tacarigua

Parque Nacional Médanos de Coro

Vista del Parque Nacional Mochima desde el sector continental

Parque Nacional Archipiélago Los Roques


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156

PARQUE NACIONAL ARCHIPIÉLAGO LOS ROQUES

Todo el sistema ambiental de islas, islotes roco- Extensión


sos, arenosos y coralinos; al igual que los arreci-
fes, lagunas, e incluso mar abierto adyacente que Se ubica a 130 km. en línea recta
se denomina Archipiélago Los Roques, es lo que del litoral central, en pleno mar Cari-
conforma el Parque Nacional del mismo nombre. be venezolano. Cubre una extensión
total de 221.120 hectáreas; de forma
Localización Geográfica que no solamente es el área ambien-
tal marina protegida bajo la figura de
El parque se encuentra localizado en el arco in- Parque Nacional más grande del país,
sular externo caribeño de Venezuela, formando sino también de todo el Caribe. Y bien
un rectángulo, cuyas coordenadas son las si- vale la pena que así lo sea con el ob-
guientes: jeto de conservar en las mejores con-
diciones naturales este extraordinario
Localización Astronómica escenario, donde se confunden armo-
niosamente agua, arena, formacio-
Entre 12° 04’ - 11° 42’ de Latitud Norte y 67° 00’- nes madrepóricas, peces, aves, flora
66° 30’ de Longitud Oeste. En la división político endémica y multitud de atrayentes
-territorial del país, el Parque Nacional Archipié- colores. La belleza, la biodiversidad,
lago Los Roques forma parte de las Dependen-
cias Federales.

Vista aérea del Parque Nacional Archipiélago Los Roques

157
PARQUE NACIONAL ARCHIPIÉLAGO LOS ROQUES

el encanto y el atractivo en general del Parque


Nacional Archipiélago Los Roques es, en verdad,
un patrimonio único del Caribe.

Declaratoria como Área Protegida

El Archipiélago Los Roques y su mar abierto conti-


guo fue declarado Parque Nacional el 8 de agosto
de 1972, mediante Decreto Ejecutivo Nº 1.061 de
fecha 09/08/1972, publicado en la Gaceta Oficial
Nº 29.883 del 18/08/1972, para de esta manera
proteger la zona de las constantes amenazas de
deterioro a que estaba sometida por parte de po-
bladores y visitantes cada vez más insensibles e
inescrupulosos ante el daño que le ocasionaban.

Configuración del Parque

En el rectángulo que conforma el parque, además


de áreas de mar abierto, se agrupan en 42 cayos
de origen coralino (rocas de coral y conchas ma-
rinas), una isla de formación ígneo-metamórfica y
aproximadamente 300 bancos de arena (depen-
den del nivel de la marea y de las influencias lu-
nares). Todo el complejo constituye un de atolón,
con su típica laguna mayor central comunicada
con el mar abierto. El atolón se extiende por 36
km. de este a oeste y en 25 km de norte a sur. La
altitud culminante del archipiélago es de 130 m
y la profundidad marina llega hasta los 1.700 m
en el sur; sin embargo, al norte el fondo mari-
no es tan somero que apenas alcanza los 15 m
de profundidad en algunos sitios y varias millas
afuera las profundidades oscilan entre los 100
y 150 m.

El basamento del archipiélago el cual a veces


aflora como isla, tal el caso del Gran Roque, está
constituido por rocas ígneo-metamórficas del
Mesozoico integrando un complejo litológico de-
nominado, precisamente, Gran Roque, islote en el
cual es más representativo.

Sin embargo, la gran mayoría de las rocas con-


solidadas que se encuentran en Parque Nacional

Diversidad paisajística del Parque

158
Archipiélago Los Roques son formaciones ma-
drepóricas producto de la consolidación de las co-
lonias de corales que allí se han formado duran-
te el Cuaternario Reciente, es decir, desde hace
aproximadamente unos 10000 años.

Paisajes naturales

Cuatro paisajes naturales mayores pueden dis-


tinguirse en el parque, a saber:

• El Paisaje Insular y de Arrecifes.


• El Paisaje Lagunar.
• El Paisaje Submarino.
• El Paisaje de Mar Abierto.

El Paisaje insular y de arrecifes

El esplendor de las especias marinas del paisaje submarino roqueño


PARQUE NACIONAL ARCHIPIÉLAGO LOS ROQUES

Clima rablemente el carácter tropical del clima roqueño bio, noviembre es el más húmedo, con 52 mm de
y lo hace confortable particularmente a la sombra promedio. Los meses de noviembre, diciembre y
En el Parque Nacional Archipiélago Los Roques y a lo largo de las noches. El promedio anual de enero son los más lluviosos y marzo-abril los más
prevalece el mismo tipo de clima que caracteriza la temperatura es de 27,3 °C, siendo los meses secos. Con un clima tan seco como el existente
a todo el arco insular externo caribe de Venezue- más calurosos julio y agosto, con máximas de en el parque y las condiciones de archipiélago
la. En general lo distingue su marcada sequedad 28,2 °C y mínimas de 26,2 °C en enero. que tiene, es entendible que el área no posee
y elevada temperatura. Ambos parámetros varían una red hidrográfica organizada.
relativamente poco a lo largo del año, especial- Por su parte, la precipitación en Parque Nacio-
mente la temperatura, la cual es alta en todos nal Archipiélago Los Roques es muy baja, lo que En consecuencia, son inexistentes cursos de agua
los meses, disminuyendo un tanto durante di- le da al archipiélago condiciones de semi-aridez permanentes o intermitentes y sólo se forman pe-
ciembre, enero y febrero, coincidente con el in- acentuada; pues el promedio anual de lluvia ape- queñas escorrentías esporádicos en las islas más
vierno del Hemisferio Norte. En este período la nas alcanza 250 mm. La sequedad del clima se extensas durante los días y períodos más lluviosos.
temperatura puede descender durante la noche acentúa aún más por la presencia desecante de
hasta 18 °C y menos aún. los vientos alisios del noreste que soplan y barren Por consiguiente, el agua de consumo es llevada
el área a una velocidad promedio de unos 22 km/ a la zona desde el continente o convertida como
En todo caso, la presencia de la masa de agua hora. El mes de abril es el más seco, con tan solo potable en el lugar a partir de pequeñas plantas
marina que rodea el archipiélago atenúa conside- 6,6 mm de promedio de precipitación; en cam- desalinizadoras.

El Gran Roque

160
Crepúsculos en Los Roques
PARQUE NACIONAL ARCHIPIÉLAGO LOS ROQUES

Biodiversidad Vegetación de manglares

El carácter de archipiélago que distingue a este parque nacional


y las condiciones climáticas de sequedad marcada que posee, no
disminuye la riqueza de la biodiversidad que en él se encuentra.
Flora y fauna marinas son componentes distinguidos del entorno
ambiental roqueño. De manera que cuando estos espacios fueron
declarados ambientes protegidos bajo la figura de Parque Nacio-
nal, la motivación para tal decisión no solamente obedecía a la
necesidad de proteger y conservar bellezas escénicas exclusivas
sino también, la vida vegetal y animal abundante, sui géneris y
endémica que allí se ha desarrollado durante largo tiempo en sim-
biosis con condiciones ecológicas muy particulares, como son, por
ejemplo, las diversas y extensas formaciones coralinas del archi-
piélago, tanto fósiles como actuales existentes en superficie o en el
fondo marino en morfología de cayos y de arrecifes.

El decreto de este espacio como Parque Nacional también se hizo


bajo la premisa de proteger la calidad de sus aguas, la vegetación
de manglares y amplias praderas de hierbas marinas. A la vez, por-
Praderas de Hierbas Marinas
que el archipiélago es sitio de paso de aves migratorias. De manera
que el archipiélago Los Roques es considerado, no solamente un
ambiente marino de rica biodiversidad, sino también de los mejores
conservados a nivel mundial y en especial del Caribe.

Vegetación

En el archipiélago se han reportado más de 38 especies vegeta-


les de superficie y submarinas. Entre las primeras el mangle es la
que más destaca, con cuatro representantes, a saber:

El mangle rojo (Rhizophora mangle) es la que más penetra hacia


el mar y muchas veces constituye formaciones siempre inundadas,
situación que soporta por los característicos zancos de que dispone
la planta. También destaca el mangle negro (Avicennia germinans)
que son los árboles mejor desarrollados, por tanto de más alto por-
te. Igualmente, están presentes el mangle blanco (Laguncularia ra-
cemosa) y el mangle de botoncillo (Conocarpus erectus).

Se encuentran en el archipiélago varias hierbas halófilas, como el Biodiversidad del archipiélago


vidrio o verdolaga (Sesuvium portulacastrum), así como (Sporobo-
lus pyramidatus). Habitan asimismo tres especies de ciperáceas
(Cyperus sp.) y varios arbustos como el tabaquillo (Batis marítima)
y el tabaco de pescador (Tournefortia gnaphalodes). Una gramí-
nea que habita en Los Roques llamada Setaria submacrostachya
fue descrita para la ciencia en un ejemplar allí recolectado.

Por su parte, en las áreas más elevadas se desarrollan cactá-


ceas como el (Stenocereus griseus) y (Opuntia wentiana), gua-
sábara de bellas flores amarillas y el melón de cerro (Melocaptus
caecius) muy abundante en el Gran Roque.

Como destacada representación de la flora de Los Roques hay


que señalar una formación vegetal de bajos fondos marinos muy
abundante: (Thalassia testudinum), fanerógama marina que
constituye en el ambiente roqueño verdaderas “praderas” vege-
tales que dan refugio a importantes representantes de la fauna
del parque, como a la tortuga verde (Chelonia mydas) y la carey
(Eretmochelys imbricata). En el medio submarino, en simbiosis
con formaciones coralinas, existen algas como Halimeda favulosa
y Penicillus capitatus.

164
Entorno ambiental roqueño
PARQUE NACIONAL ARCHIPIÉLAGO LOS ROQUES

Fauna

En su conjunto, puede señalarse que las condiciones


ecológicas que posee el archipiélago son limitantes
para el desarrollo de la fauna, en comparación con
ambientes terrestres tropicales; sin embargo, es rela-
tivamente variada y abundante.

Característico es el caso de la vida coralina,


con 58 especies de corales; así como la
multiplicidad de especies de peces
que llegan a 307, lo que represen-
ta el 35% de las especies del
país; igualmente de esponjas
con 60%, de crustáceos con
más de 200, de moluscos
con 140 especies; de equi-
nodermos con 45; y de tor-
tugas con 4 especies.

Peces. La riqueza de los


peces en Los Roques es
reconocida, así como su im-
portancia económica y alimen-
ticia; es el caso, por ejemplo,
de pargos, rabirrubios, carites y
meros. La presencia de (Thalassia)
y otras hierbas submarinas favorece la
proliferación de peces.

Muy representativo entre los grupos de peces son


la cachama amarilla (Holacanthus ciliaris), la negra
(Pomacanthus paru), la blanca (P. arcuatus), la me-
dio luto (Holacanthus tricolor) y la isabelita (Chae-
todon striatus); el Candil (Holocentrus ascensio-
nis), el rabi-rubio (Ocyurus chrysurus), el cachicato
(Calamus calamus), el navajón azul (Acanthurus
carbonarium) y el trampa o conejo (Acanthurus he-
patus); la cachúa (Balistes vetula); varias especies
de loros, el perico (Scarus croicensis), el guacama-
ya (S. guacamaia), el colorado (Sparisoma viride)
y la raya (Dasyatis sp.) Se encuentran también en
el archipiélago varias especies de pargo (Lutjanus
sp.) La cunamero (Mycteroperca sp.), la Sofía
(Epinephelus guttatus), el coro-coro ne-
gro (Haemulon carbonarium), el ama-
rillo (Haemulon flavolineatun) y (H.
sciurus) y el barbudo o salmonete
(Pseudopeneus maculatus). Son
importantes también, la macarela
(Decapterus macarellus), la ca-
rachana (Euthinnus alletteratus),
el cataco (Selar crumenophthal-
mus), el jurel (Caranx hippos,) el
pampano (Trachinotus falcatus),
la carapachona (Harengula clu-
peola), el canalero (Anchoviella
estauquae), la lisa (Mugil curema),
la mojarra (Eugerres plumieri) y
(Eucinostomus argenteus) y la picúa
(Sphyraena barracuda).

166
PARQUE NACIONAL ARCHIPIÉLAGO LOS ROQUES

167
PARQUE NACIONAL ARCHIPIÉLAGO LOS ROQUES

Mención especial hay que hacer sobre las lan-


Crustáceo gostas por su valor económico y abundancia que
hacen de Los Roques el sitio predilecto para su
pesca en el país. Se hayan tres especies del gé-
nero Panulirus y una del género Scyllarides; así
como el botuto (Strombus gigas) que representa
una pieza de pesca de mucha atracción por su
comprobada calidad y alto valor económico.

Es importante también hacer referencia a la exis-


tencia entre los arrecifes de los erizos negros
(Diadema antillarum) y los erizos blancos (Lyte-
chinus variegatus); el cangrejo moro (Carpiluis
coralinas) y las esponjas cilíndricas (Callysponja
vaginalis).

Por supuesto, debe mencionarse la obvia varie-


dad de innumerables peces de vivos colores que
hacen la delicia de los observadores que visitan
las aguas del archipiélago. Son los casos emble-
máticos de los llamados loros (Scarus sp.) y las
cachamas (Holocanthus sp.).
Estrella de mar
Es necesario subrayar la presencia de las tortu-
gas marinas del archipiélago, como la caguama o
tortuga cabezona (Caretta caretta), la muy apre-
ciada tortuga verde o blanca (Chelonia mydas) la
tortuga laúd o cardón (Dermochelys coriacea) y la
tortuga carey (Eretmochelys imbrincata). Todas
estas especies de tortugas se encuentran en pe-
ligro de extinción o bien en situación vulnerable.

La abundancia y variedad de corales que tiene


Los Roques es singular. Es en este parque donde
se encuentra la formación arrecifal más importan-
te de Venezuela y de todo el sur del mar Caribe.
Se han reportado unas 58 especies de corales
escleractinios y 3 de milepóridos, lo cual repre-
senta prácticamente la totalidad de las especies
existentes en el país. A ello se agregan 9 de las
56 especies de octocorales de Venezuela. Hay
también una extensa representación bien
conservada de corales de la familia Acropo-
Extensiones de algas marinas
ridae.

El Plan Rector del Parque Nacional señala lo que


sigue respecto de la vida coralina del archipiélago:

“Los arrecifes son las comunidades más produc-


tivas biológicamente, más diferentes taxonómica-
mente, y las más celebradas desde el punto de vis-
ta estético. Los arrecifes de coral en Los Roques
no son una excepción; este atolón alberga una
gran variedad de vida; desde el plancton microscó-
pico hasta especies de gran tamaño.

168
El esplendor coralino es uno de sus
más atractivos escenarios
PARQUE NACIONAL ARCHIPIÉLAGO LOS ROQUES

Los arrecifes en sí, están formados por varias es-


pecies de corales, tales como el cacho de vena-
do Acropora cervicornis y Acropora prolifera, que
se encuentra en el área del cayo Nordeste.

Otras especies que forman los llamados “man-


chones arrecifales” aparecen dispersas en el
área de la Ensenada de los Corrales y son entre
otras Montastrea annularis y Diploria laberintifor-
me. Los arrecifes de afuera, localizados al este,
en la cabecera de Los Roques y en la parte sur
de los cayos Nube Verde y Salina están forma-
dos principalmente por Acropora palmata, Acro-
pora cervicornis, Mostastrea annularis, Millepora
alicicornis y Alicionarios. Cerca de los corales
abunda el plancton diminuto. Estos organismos
son fuente de alimento para muchas especies de
animales marinos y para el mismo coral”.

Reptiles. Que habitan el archipiélago no son


muy abundantes por las condiciones inhóspitas
que para ellos tienen estos espacios. Vive en las Vida Coralina del lugar
islas la iguana (Iguana iguana), el lagarto negro
(Cnemidophorus lemniscatus), así como tres la-
gartos insectívoros como el machurite (Gonatodes
vittatus), el mea-mea (Gymnodactylus rutten). No
se ha reportado la presencia de ofidios.

Avifauna. Es muy rica, tanto la que allí habita


como la representada por elementos migrato-
rios que estacionan en esos espacios.

Representantes conspicuos de la avifauna roque-


ña son los pájaros bobos, como la boba marrón
(Sula leucogaster) y la boba rabo blanco (Sula
sula). Destacan también varias especies de ga-
viotas como (Anous stolidus), la gaviota común
(Sterna hirundo), la gaviota tiznada (Sterna fusca-
ta), la gaviota real (Thalasseus maximus). Igual-
mente es emblemático el alcatraz (Pelecanus
occidentali). Abunda la tijereta de mar (Fregata
magnificens), el garzón cenizo (Ardea herodias); Algunas especies de reptiles que habitan en el archipiélago
la garza roja (Egretta rufecens) y la garza pechi-
blanca (Egretta tricolor).

Hay diversas aves del medio xerófilo costeño ca-


ribe que también viven en Los Roques, como la
tortolita (Columbina passerina albivita), el pica-
flor rubí (Chrysolampis mosquitus), el pitire gris
(Tyrannus dominicensis dominicensis). Entre las
formas más endémicas está la reinita (Coereba
flaveola lowii) y el canario de mangle (Dendroica
petechia obscura).

En total se encuentran en el parque unas 92 es-


pecies de aves, de las cuales 50 son migratorias
procedentes de América del norte.

Atardecer roquero

170
Diversidad de aves que pernotan en los diferentes cayos
Actividades Económicas de Los Roques

Actualmente, viven permanentemente en el Par-


que Nacional Los Roques unas 1.200 personas,
a ellas hay que agregar alrededor de 65.000 visi-
tantes cada año.

Tanto habitantes permanentes como temporales


venidos de tierra firme e islas cercanas se ocupan
de una importante y tradicional actividad: La pes-
ca, la cual se ejerce allí desde los mismos tiem-
pos prehispánicos, por ser una zona muy rica en
fauna marina de calidad, con especies tan apre-
ciadas como pargos, meros, carites y rabirrubias.

Por su parte, Los Roques es un paraíso de lan-


gostas. Se calcula que 94% del consumo total
en el país, de este producto del mar, proviene
de Los Roques, lo cual representa aproxima-
damente 120.000 kilos de captura durante la
época de pesca, no obstante la reglamentación
estricta que sobre esta actividad ejercen las
autoridades competentes, atendiendo al Regla-
mento de Uso del parque. A su vez, la captura
de peces por temporada en Los Roques se esti-
ma en 1.000.000 de kg.
Población del Gran Roque
A pesar de la importancia de la pesca en el par-
que, en verdad la actividad económica más impor- A lo que se suma una maravillosa y multitudi- Los turistas que visitan Los Roques lo hacen
tante actualmente es el turismo, sostenido por ha- naria presencia de peces, bien visibles entre un principalmente por vía área y secundariamente
bitantes permanentes y operadores turísticos con multicolor relieve coralino y abundante vegeta- por vía marítima. Se alojan en las numerosas po-
base en otras regiones del país. ción de fondo. sadas que allí están instaladas y operadas por
habitantes permanentes y agencias de viaje.
La afluencia de turistas nacionales y extranjeros Los Roques es un medio singular para la natación,
ha aumentado considerablemente en los últimos el paseo en embarcaciones pequeñas, la fotogra- Alrededor de 65.000 personas visitan actualmen-
años, atraídos por el sin número de extraordina- fía, el submarinismo, la pesca deportiva, la obser- te el archipiélago cada año.
rias bellezas escénicas que exhibe el archipiéla- vación de la naturaleza, el descanso; e incluso,
go. En efecto, Los Roques ofrecen, además de para la educación y la investigación científica.
días claros y despejados, con muy poca lluvia y
temperaturas tropicales atenuadas confortable-
mente por la brisa marina; grandes extensiones
de mar tranquilo; así como cayos, lagunas, ense-
nadas, playas de arena limpia y aguas de inten-
sos y variados colores.

Atardecer desde el Gran Roque

172
Actividades turísticas y de desarrollo de la zona
Manejo del Parque Nacional Los Roques

cayo y las instalaciones dedicadas a la investi-


gación científica.

Isla Gran Roque, donde se ubica el único cen-


tro poblado permanente y que ha sido zonifi-
cado incluyendo dentro de la isla una zona de
ambiente Natural Manejado, Zona de Servicios,
Zona de Recreación y Zona de uso Poblacional
Autóctono.

Según el decreto de creación de la Autoridad


Única de Área del Parque Nacional Archipiéla-
go de Los Roques (AUA) (1214 de Gaceta Ofi-
cial Nº 4.250 E, 18/01/1991), esta se encarga
de la administración de los servicios públicos
de la Isla Gran Roque, de las regulaciones de
urbanismo, la ejecución del plan de manejo del
pueblo y del control de la actividad turística. La
planta desalinizadora que produce el agua para
el consumo humano, al igual que la planta eléc-
trica y el manejo de los desechos son contro-
lados por la AUA. Los fondos para el funciona-
miento de estas dos plantas provienen casi en
su totalidad de las tarifas que deben cancelar
los operadores turísticos en el parque (posadas
y restaurantes) y de la tarifa de ingreso de los
visitantes.
Por su parte, INPARQUES (Instituto Nacional
de Parques, organismo encargado de la admi-
nistración y manejo de los parques nacionales
El manejo del Parque Nacional Los Roques está Zona de recreación en Venezuela) se limita a las regulaciones am-
regido por su Plan de Ordenamiento y Regla- Incluye las Islas Gran Roque, y los cayos y arreci- bientales y su área de influencia son las zo-
mento de Uso (PORU) promulgado en 1991, el fes de los Francisquies, Rasquí, Madrizquí, Cayo nas no turísticas del parque. Además de estas
cual se establece de la siguiente manera: Pirata, Noronquises y Crasquí. dos instituciones (AUA e INPARQUES) existe
el Instututo Socialista de Pesca (INSOPESCA),
Zona de protección Integral Zona de Interés histórico, cultural, un organismo adscrito al Ministerio del Poder
Conformada por las islas Selesquí, Los Canqui- arqueológico y paleontológico Popular para el Ambiente que regula la activi-
ses, Isla Larga y el complejo Esparquí-Sebasto- Sectores dentro de los Cayos Bevequé, Cayo de dad pesquera en el archipiélago con ayuda de
pol-Boca de Cote y las zonas emergidas a su Agua, Dos Mosquises, Noronquí del medio, Cayo INPARQUES y de la Guardia Nacional Boliva-
alrededor como bancos arenosos y arrecifes. El Sal, Los Casquises, El Gran Roque y Crasquí. riana.
acceso es restringido y sólo se permite activida-
des de monitoreo e investigación supervisadas Zona de servicios
por INPARQUES. Comprende las áreas del par-
que destinadas a la instalación
Zona primitiva de infraestructuras turísticas, de
Comprende la zona marítima que rodea el arrecife investigación científica, zonas de
coralino de Selesquí, todo el cayo Carenero y una fondeaderos o de anclaje de em-
zona que rodea a los Canquíses a una distancia barcaciones.
de media milla náutica (926 m). También incluye
Cayo Sal, dos Mosquises norte, Cayo de Agua, Zona de uso especial
Bevequé y la Barrera del Este conformada por los conformada por los sectores que
cayos Nordisquí, Cayo Vapor, Cayo Muerto, Bo- han sido sometidos a intervención
tosquí, Saquisaqui, entre otros (ver mapa). y actividades contrarias a los fines
del parque y a los que se le ha asig-
Zona de ambiente natural manejado nado un régimen especial de ma-
Comprende los cayos Remanso Isla Felipe, Isla nejo. Estos son:
Fernando, Yonquí, Sarquí, Espenquí, Isla Agus-
tín (Prestonquí), Turquía, Sandquí, Cayo Loco Canal de Navegación de 100 m de
y Rabusquí, además de toda región no afecta- ancho que define la ruta de entrada
da por otra categoría de zonificación, como las al parque por vía marítima.
aguas marinas periféricas del archipiélago den- Cayo Dos Mosquises Sur, com-
tro de los límites del parque. prende toda la superficie de este

174
Lagunas de agua dulce
Amenazas del Parque Nacional Los Roques

Las características físico-naturales del Archipié-


lago Los Roques; marcadas por su frágil morfolo-
gía coralina; su clima de acentuada semi-aridez;
su escasa cubierta vegetal protectora; sus condi-
ciones ecológicas y de biodiversidad en equilibrio
precario, hacen que este medio se encuentre
permanentemente en situación de alta vulnerabi-
lidad. Por consiguiente, muchos y exigentes son
los esfuerzos que deben hacerse para la conser-
vación y protección integral de tan maravilloso
patrimonio natural, no sólo de Venezuela, sino de
la misma humanidad como un todo considerada.
Por ello, bien justa, sabia y oportuna fue la deci-
sión del Estado venezolano de declarar al Archi-
piélago Los Roques como área protegida bajo la
figura de Parque Nacional.

Es de señalar algunas de las amenazas que se


ciernen sobre este parque y las cuales deben to-
marse muy en cuenta en las actividades de uso y
aprovechamiento de los singulares espacios del
archipiélago.

Pesca ilegal
La pesca ilegal contribuye a la afectación de mu-
chas especies valiosas, algunas veces de mane-
ra severa. Son los casos del botuto (Strombus
gigas) y la langosta (Panilirus argus), hasta el cha cada vez más efectiva por las ganancias que El control que debe hacerse sobre el turismo de
punto que sobre el primero existen medidas de representa la actividad para los pobladores de Los Roques tiene que ser riguroso en su planifi-
veda, pero son burladas frecuentemente. Las archipiélago y, en particular, para las empresas cación actual y futura para evitar potenciales da-
medidas de restricción de la captura de langos- operadoras con base fuera del parque. ños irreversibles a estos espacios protegidos.
tas también son violadas a menudo en términos
de temporadas de veda y en zonas prohibidas
para su pesca. La captura de tortugas es también
prohibida en el archipiélago; sin embargo, estas
especies han venido siendo diezmadas por los
pescadores furtivos.

Crecimiento poblacional y turístico


Se evidencia una tendencia relativamente acen-
tuada del crecimiento poblacional en el parque,
lo cual traería nefastas consecuencias si el mis-
mo no está estrictamente regulado y planificado
de acuerdo a las necesidades de protección y
resguardo de estos espacios, en un todo en el
marco del Plan de Ordenamiento, Manejo y Uso
del área como unidad protegida; sin olvidar las
ya de por si limitaciones de espacio e infraes-
tructura de servicios que actualmente tiene el
archipiélago para un eventual crecimiento pobla-
cional no debidamente planificado. En estos
momentos se observa un cierto hacinamiento de
parte de la población habitante del archipiélago
y carencias de servicios básicos lo cual empeo-
raría dramáticamente en el futuro si crecen in-
controladamente las tendencias migratorias y
reproductivas.

A lo cual se une el importante crecimiento que


últimamente ha tenido la actividad turística impul-
sada por la demanda nacional y extranjera he-

176
PARQUE NACIONAL MOCHIMA

Mochima es “un maravilloso exponente de luz y forma, que exhibe mati-


ces y tonalidades extraordinarias al despuntar la aurora y en las horas
crepusculares”.

del Golfo de Santa Fe. El lindero prosigue desde Gaceta Oficial Nº 30.285 del 20 de diciembre de
este punto hacia el oeste a lo largo del litoral hasta 1973. Su Plan de Ordenamiento y Reglamento de
llegar al Morro de Barcelona, donde se cierran los Uso fue dictado por Decreto Nº 1.030 de fecha 19
linderos del área protegida. de julio de 1990, publicado en la Gaceta Oficial Nº
34.581 del 26 de octubre de 1990. Asimismo, me-
Declaratoria como Área Protegida diante Decreto Nº 2.663 publicado en Gaceta Ofi-
Localización Geográfica cial Nº 4.520 Extraordinario, de fecha 19 de enero
Mochima fue declarada área protegida bajo la figu- de 1993, el gobierno nacional de entonces dictó la
El Parque Nacional Mochima se ubica al noro- ra de Parque Nacional, mediante Decreto Nº 1.534 Reforma del Plan de Ordenamiento y Reglamento
riente de Venezuela; justo en la porción litoral e de fecha 19 de diciembre de 1973, publicado en la de Uso del Parque.
insular que va desde la conurbación Barcelona-
Puerto La Cruz hasta Cumaná y el sector septen-
trional del macizo montañoso de Turimiquire en
la Cordillera Caribe Oriental.

Localización Astronómica

El área protegida está encuadrada por las coor-


denadas: 10° 9’ 50” y 10° 26’ 00” de Latitud
Norte y 64° 13’ 20” y 64° 47’ 32” de Longitud
Oeste.

Respecto a la división político-territorial del país,


el parque es compartido por los estados Anzoá-
tegui y Sucre en territorio de los municipios Soti-
llo y Sucre, respectivamente.

Extensión y límites

La extensión del parque es de 94.935 ha, de las


cuales el 52% corresponde a ambiente marino;
42% a ambiente continental montañoso y 6% es
insular.

Al oeste los límites del área los definen grosso


modo las islas Borracha, Los Borrachitos y el Mo-
rro de Barcelona, en los sectores insular y litoral,
respectivamente. Al Este los límites litorales están
dados por las adyacencias de la ciudad de Cuma-
ná y la parte montañosa por divisorias de aguas,
valles y filas del Macizo de Turimiquire, donde des-
tacan el cerro La Montaña, Fila de Guaranache,
río Guaranache, cerro La Soledad, cerro Neblinero
y cerro Papelón, hasta llegar al valle del río Ne-
verí coincidiendo con la represa Turimiquire; justo,
donde se inician los límites más meridionales del
parque que se extienden en sentido oeste a lo lar-
go del valle del Neverí hasta la desembocadura de
la quebrada Vega Grande en este río. Desde allí
el límite prosigue hacia el norte a lo largo de la vía
carretera que conduce hasta el sitio denominado
El Naranjo, donde se continúa hasta llegar al lito-
ral en el sitio llamado Punta El Escarpado, al Sur

179
PARQUE NACIONAL MOCHIMA

Objetivos de la creación del Parque

La creación del Parque Nacional Mochima persigue como objetivo general la • Conservar los paisajes de las islas, de las diferentes formaciones ma-
preservación, conservación y saneamiento de un conjunto de paisajes natu- rino-costeras y los elementos fisiográficos, paisajísticos del Parque así
rales y culturales, así como riquezas de ecosistemas y biodiversidad repre- como los paisajes montañosos continentales, genuinos representantes
sentativas del litoral nororiental venezolano. A su vez, tiene como objetivos de la espectacularidad y unicidad de la región nororiental venezolana.
específicos los siguientes: • Conservar fuentes de agua dulce, mediante la protección de una importan-
te porción de la cuenca hidrográfica del macizo del Turimiquire.
• Conservar muestras representativas de los ecosistemas de arrecifes • Proporcionar medios y oportunidades para la investigación científica y
coralinos, praderas de fanerógamas marinas y manglares, así como, educación.
asegurar la conservación de los ambientes y comunidades halófilos, • Proporcionar a la colectividad oportunidades para la recreación y el tu-
xerófilos, sabanas, bosques veraneros o deciduos, bosques húmedos rismo, mediante el fomento de las actividades deportivas recreativas
y bosques nublados. acorde con la naturaleza del Parque.
• Conservar la biodiversidad y la regulación del ambiente garantizando el • Conservar los recursos pesqueros como base de las actividades de
normal flujo de energía entre los ecosistemas. subsistencia de la población local.
• Conservar los recursos genéticos de las comunidades naturales y evi- • Velar por el adecuado mantenimiento de la calidad ambiental de los
tar la pérdida de especies de su flora y fauna. diferentes ecosistemas del Parque.
• Conservar los lugares, objetos y tradiciones del patrimonio histórico-
cultural.

Mochima combina mar, islas y montañas

180
PARQUE NACIONAL MOCHIMA

Las directrices para la protección y desa-


rrollo integral del Parque se establecen en
el Capitulo III, Artículo 6 de su reglamento.
Entre los cuales destacan:

• Proteger y mantener las condiciones


naturales en aquellos ambientes prís-
tinos o poco perturbados del Parque.

• La restauración de los hábitats, comu-


nidades y especies degradadas por la
acción antrópica.

• La erradicación de las actividades y


usos no cónsonos con los objetivos y
filosofía del Parque.

• La difusión nacional e internacional


de los valores del Parque.

• La recopilación organizada de los co-


nocimientos científicos existentes y el
incentivo a nuevas investigaciones.

• El mantenimiento y manejo racional


de las poblaciones de especies ma-
rinas sometidas a explotación por las
Mochima combina mar, islas y montañas
pesquerías tradicionales.

• Conciliar el interés social y económi-


co de la población local con los valo-
res ambientales del Parque.

• Defender y mantener los valores his-


tóricos-culturales y tradicionales de la
región.

• Defender las especies animales y ve-


getales en peligro de extinción.

• Sanear legalmente la superficie territo-


rial del Parque.

175
Formación Marino costera.
PARQUE NACIONAL MOCHIMA

Paisajes naturales tiene parangón en Venezuela” (José Rafael Gar- a formaciones geológicas del Cretácico, como
cía, Julián Steyermark. Los Parques Nacionales Barranquín y El Cantil.
En el área protegida de Mochima, se distinguen de de Venezuela , 1977).
manera muy clara y prominente diversos paisajes En el primer caso se trata de areniscas duras,
representativos de la geografía físico-natural del Morfológicamente, el litoral de Mochima perte- aflorando principalmente en los relieves que ro-
oriente venezolano, en sus ambientes litoral, insu- nece a las llamadas costas de ría; es decir, de dean a la Bahía de Santa Fe y de Mochima. Sue-
lar y continental montañoso, lo cual le imprime a antiguos valles de ríos sumergidos. Se trata de len encontrarse también calizas y lutitas.
este parque especial relevancia como conjunto de entrantes y salientes formados, los primeros por En el caso de la Formación El Cantil se refiere a
biodiversidad, de ecosistemas y de bellezas es- golfos y bahías, amplios unos pequeños otros calizas macizas arrecífales, con intercalaciones
cénicas dignas de ser conservadas y protegidas y los salientes por puntas y penínsulas que en de areniscas y lutitas en oportunidades. Sin em-
como patrimonio de todos los venezolanos. conjunto le imprimen al litoral de Mochima belle- bargo, la presencia de rocas de esta formación
za y colorido sin límites. Generalmente, se trata es mucho más restringida en la franja litoral.
Paisaje litoral de un relieve litoral donde se combinan llanuras
El paisaje costanero se alarga en una distancia sedimentarias más o menos amplias con líneas
de 135 km desde el Morro de Barcelona al oeste, costeras muy angostas de playas estrechas, las Los entrantes litorales en forma de bahías
hasta la ciudad de Cumaná, al este. Se trata de cuales separan el nivel marino de acantilados ro-
una franja costera bastante irregular, cuyo ele- cosos duros o bien blandos, como los de la Pe-
y golfos más sobresalientes son;
mento dominante “es sin duda la omnipresente nínsula de Mochima, en este último caso. En al- de oeste a este:
línea litoral con sus pronunciados contornos, ele- gunos litorales de bahías se extienden planicies
vaciones y depresiones altimétricas y sus cons- aluviales limosas formadas en las desemboca- Pozuelos
picuas sinuosidades, los afloramientos insulares duras de algunos cursos de agua intermitentes,
lo que permite el desarrollo de manglares. Son Bergantín
de la plataforma submarina, las pequeñas conca-
vidades de ensenadas y playas de aguas tranqui- los casos de las bahías de Manare, el Oculto y Guanta
las cubiertas de vegetación tropical, los espacios Camaiguana. La Bahía de Pozuelos se distingue Pertigalete
abiertos del golfo de Santa Fe, la Península de también por su litoral arenoso y bajo. Las costas Bahías
Manare y la ensenada de Mochima; cuyo conjun- rocosas modeladas en acantilados o en sucesi- Conoma
to constituyen los rasgos fisiográficos principales vas colinas cubiertas de vegetación, están for- Arapo
que adornan este singular tramo de costa que no madas por rocas sedimentarias pertenecientes
Mochima
Maritare
Santa Fe
Golfos Varadero Oeste
Varadero Este

Los salientes más prominentes son:


Guaraguao
Pertigalete
Aguirre
San Agustín
El Peñón
Puntas Queque
Metal
Santa Fe
Colorada
Gorda

El Escarpado
Guanta
Penínsulas
Manare

Islas y bahía en el Parque Nacional Mochima

183
PARQUE NACIONAL MOCHIMA

Paisaje insular Las islas se distinguen en su modelado por pre- Igualmente, ciertas islas se presentan rodea-
Por supuesto, el Paisaje Insular propiamente di- sentar acantilados a veces de pendientes casi a la das de formaciones coralinas y de manglares,
cho de Mochima no puede separarse de la por- vertical, particularmente en su frente norte, lo cual como por ejemplo en Chimana del Oeste e isla
ción de agua del mar Caribe que lo rodea, el cual le confiere espectacularidad al paisaje insular. En Caracas, donde hay extensiones considerables
es parte del componente paisajístico, tanto del otros casos, sin embargo, entre el nivel marino y y también alrededor de los pequeños islotes del
Parque como de las islas mismas correspondien- las islas propiamente dichas median playas are- interior de la Bahía de Mochima: Ceñidura, Santa
tes; sin embargo, por razones expositivas nos re- nosas hermosas y atractivas, como en el caso de Ana, isla Larga e Isla Redonda.
ferimos sólo al componente insular. la isla La Borracha.

Numerosas islas e islotes se agrupan en cuatro


bloques principales bien definidos de este a oeste;
a saber:
Islas e islotes están formados por rocas sedi-
mentarias cretáceas emergidas de la plataforma
submarina, particularmente son areniscas duras
de la Formación Barranquín y en menor propor-
ción calizas y lutitas de la Formación El Cantil
y Chimana. Generalmente, se trata de estructu-
ras insulares bajas que escasamente alcanzan
un poco más de 200 m.s.n.m, como en el caso
de Chimana Grande, con máximo altitudinal de
232 m. Además, son poco extendidas, siendo la
mayor también la anteriormente nombrada, con
7.3 km de longitud de este a oeste, seguida de isla
Borracha con 4.8 km de longitud de norte a sur.

La Borracha

Bloque El Lobo
Las Borrachas
Borracho
Borrachito
Chimana del Oeste
Chimana Grande Isla de Plata
Chimana Sur
Bloque
Chimana Segunda
Las Chimanas
Chimana Chica
El Burro
Morro Pelotas
Picuda Grande
Picuda Chica
Quirica
Bloque
Cachicamo
Las Picudas
Plata
Monos
Tiguitigua
Caracas del Oeste
Caracas del Est e
Los Venados
Bloque
Caracas Arapo
Isla Larga
Isla Redonda
Santa Ana
Islas y mar de Mochima

184
PARQUE NACIONAL MOCHIMA

Continental montañoso lorado, afluente del anterior; al igual que la del se asciende en altitud, hasta alcanzar la selva
Este amplio sector del parque, está represen- río Blanco. Destacan también los ríos Nurucual, húmeda e incluso el bosque nublado en las ma-
tado por un conjunto de relieve montañoso per- Yacurucual y Barbacoas. Parte de la cuenca del yores elevaciones del bloque montañoso.
teneciente al Macizo de Turimiquire del Macizo río Manzanares drena igualmente áreas monta-
Oriental de la Serranía del Interior. Se trata de la ñosas del parque.
parte continental propiamente dicha del parque,
aunque las últimas estribaciones septentrionales Los cursos de agua principales
se prolongan frecuentemente hasta el litoral no- son longitudinales, pues, dre-
roriental del parque, donde muchas veces entran nan sus aguas, en sentido este
en contacto directo y a pico con el mar, formando oeste, siguiendo dirección pa-
los conocidos farallones y acantilados que ador- recida a las que tienen los ejes
nan las costas de este sector litoral. de relieve fundamentales del
macizo montañoso. En ciertos
Como montañoso que es, el conjunto se dis- lugares han podido construir va-
tingue fisiográficamente por su topografía muy lles relativamente amplios. Al-
quebrada, representada por valles profundos gunos de estos cursos de agua
generalmente estrechos, filas o ejes montañosos desembocan en el litoral del
regularmente dispuestos de este a oeste y ver- parque, como son los casos de
tientes marcadamente abruptas. De manera que los ríos Santa Fe, Nurucual, Ya-
los desniveles son resaltantes en cortas distan- guaracual y Barbacoas, que lo
cias. Algunos valles son relativamente amplios hacen en las Bahías de Guan-
y, en consecuencia, capaces de permitir activi- ta y Santa Fe. Otros menores
dades agrícolas y asentamientos pequeños de dirigen sus aguas en diferentes
población. sitios del litoral más nororiental
del parque.
El relieve montañoso está modelado en rocas
generalmente duras como areniscas, areniscas Como consecuencia de la altitud
cuarcíticas y calizas, además de blandas como del relieve y la disposición pre-
lutitas. Todas pertenecientes a las formaciones dominante del mismo; es decir,
geológicas Barranquín y El Cantil, del período a Barlovento de las masas de
geológico Cretáceo. aire del noreste, el sector monta-
ñoso del parque tiene cubiertas
Varios ríos drenan el sector, siendo el principal vegetales muy diferentes a los
de ellos el Neverí, cuyo valle medio conforma el sectores litorales e insulares.
límite sur del parque en coincidencia con el si-
tio de la Represa de Turimiquire. Otras cuencas Se trata de vegetación por lo re-
destacadas son la del río Santa Fe que desem- gular boscosa, la cual aumenta
boca en la bahía del mismo nombre; del río Co- en exhuberancia a medida que Vegetación Boscosa de Mochima

Topografía de Mochima

185
PARQUE NACIONAL MOCHIMA

Clima Temperaturas media de Cumaná (°C)


Los tres tipos climáticos que se distinguen en
Mochima corresponden, a su vez, a los tres tipos Meses Ene. Feb. Mar. Abr. May. Jun. Jul. Ago. Sep. Oct. Nov. Dic. Total
mayores de paisajes naturales ya descritos: El Temp.
litoral, el insular y el montañoso.
Media
25,6 25,8 26,5 27,2 27,2 27,0 26,7 26,7 27,1 27,1 26,8 26,2 26,6
Mensual
Para el sector costero las estaciones meteoro-
lógicas de Barcelona y Cumaná pueden consi- Máxima
derarse como representativas. Ambas confirman Media 30,0 30,4 30,9 31,3 31,1 31,3 30,9 30,6 30,7 31,1 30,9 30,5 30,0
que se trata de un tipo climático muy propio del Mensual
predominante en el litoral caribe venezolano, ca-
racterizado por: altas temperaturas pero mode- Mínima M edia
22,8 22,2 23,4 23,1 24,3 24,2 23,7 23,6 23,7 23,8 23,3 22,7 23,4
radas por la influencia del mar; insolación muy Mensual
constante; influencia de los vientos, principal-
mente de los alisios del este-noreste; baja lluvio- Precipitación media de Cumaná (mm)
sidad y ausencia de estacionalidad, sobre todo
de la temperatura.
Mese s Ene. Feb. Mar. Abr. May. Jun. Jul. Ago. Sep. Oct. Nov Dic. Total
Las temperaturas promedio de Barcelona, que
serían representativas del litoral central y occi- Precipitación 7,7 6,4 4,0 4,4 17,8 28,2 57,3 63,3 54,3 38,7 41,2 31,4 355,8
dental del parque son las siguientes:

• Temperatura media mensual: 26,5 °C. Precipitación media de Cumaná (mm)


• Temperatura máxima media mensual:
28,0 °C.
• Temperatura mínima media mensual:
21,4 °C. 140
Por su parte, las correspondientes a la estación
Cumaná, que representan al litoral oriental del 120

área protegida, son: 100


• Temperatura media mensual: 26,6 °C.
• Temperatura máxima media mensual: 80
(mm)

30 °C.
60
• Temperatura mínima media mensual:
23,4 °C. 40

20

Ene. Feb. Mar. Abr. May. Jun. Jul. Ago. Sep. Oct. Nov. Dic.

Meses
Temperaturas media de Cumaná (°C)

186
PARQUE NACIONAL MOCHIMA

Temperaturas media de Barcelona (°C)

Meses Ene. Feb. Mar. Abr. May. Jun. Jul. Ago. Sep. Oct. Nov. Dic. Total
Temp.

Media
Mensual 25,3 25,6 26,4 27,2 27,7 26,6 26,0 27,3 26,6 26,9 26,5 25,9 26,5

Máxima
Media 31,5 31,6 32,5 32,7 33,0 32,0 31,7 32,2 33,0 32,2 32,5 31,8 28,0
Mensual

Mínima M edia
19,8 19,9 20,6 21,9 23,2 22,5 21,8 1,8 21,8 21,9 21,4 20,7 21,4
Mensual

Precipitación de Barcelona (mm)

Meses Ene. Feb. Mar. Abr. May. Jun. Jul. Ago. Sep. Oct. Nov Dic. Total

Precipitación 10,6 4,1 4,0 7,2 46,2 100,9 137,8 122,1 78,6 60,1 49,5 22,8 643,9 Represa de Turimiquire

Temperaturas media de Barcelona (°C)

Precipitación de Barcelona (mm)

140

120

100

80
(mm)

60

40

20

Ene. Feb. Mar. Abr. May. Jun. Jul. Ago. Sep. Oct. Nov. Dic
Meses

187
PARQUE NACIONAL MOCHIMA

La humedad media litoral es de 76%; la evapora-


ción media es de 6,0 mm en los meses de sequía
y de 4,0 mm en la época lluviosa.

La temperatura del agua del mar fluctúa entre


20 °C a 28 °C, siendo las más bajas en el perío-
do enero-abril, mientras que las mayores predo-
minan en los meses de septiembre a noviembre
con valores superiores a 24 °C.

En las islas e islotes el clima varía bastante en


relación con el insular. En efecto, la precipitación
cae a promedios anuales del orden de 250 mm,
lo que corresponde a un clima muy seco, de ca-
rácter semiárido, semejante a la mayor parte del
sector insular del país.

Por su parte, el clima de la zona montañosa del


área protegida es sensiblemente diferente a las
anteriores nombradas del litoral e insular. La pre-
sencia de los relieves vigorosos del macizo de Tu-
rimiquire; justamente, a barlovento de los vientos
húmedos venidos del noreste, produce ascensión
orográfica forzada de las masas de aire ocasio-
nando mayor lluviosidad a medida que se ascien-
den por las laderas montañosas; hasta llegar a
máximos de precipitación que pueden alcanzar
valores de 2.100 mm de promedio anual a altitu-
des de aproximadamente de 1.500 m.
Formaciones geológicas

La variedad paisajística del Parque Nacional Mochima

188
PARQUE NACIONAL MOCHIMA

Vegetación

La vegetación del Parque Nacional Mochima es


variada. Su diferenciación está dada por las con-
diciones ecológicas donde predominan los am-
bientes marino-insulares, litorales y montañosos,
además, del grado de intervención antrópica que
se ha ejercido sobre la vegetación prístina de
cada sector.

Contiene paisajes submarinos colonizados por


praderas de Thalassia, comunidades de mangla-
res en litorales y en su desarrollo continental for-
maciones vegetales correspondientes a zonas de
vida monte espinoso tropical, bosque muy seco
tropical, bosque seco tropical y bosque húmedo
tropical, respectivamente.

La cobertura vegetal de este parque nacional,


está formada por herbazales litorales halófilos y
psamófilos, arbustales xerófilos litorales, bosques
ombrófilos submontanos semideciduos estacio-
nales, arrecifes coralinos, manglares costeros y
praderas marinas de (Thalassia testudinum).

Ambiente Marino-Insular
El conjunto de islas e islotes presenta una cu-
bierta vegetal pobre, marcada por la sequedad y
el déficit de humedad. En este ambiente la eva-
poración potencial es muy superior a la precipita-
ción que allí ocurre. Los enclaves de vegetación Ambiente Marino-insular
boscosa son escasos, además de tratarse de
elementos arbóreos deciduos. Predominan los
herbazales halófilos y los herbazales psamófilos
en las reducidas playas de las islas.

A la cubierta semi-árida insular hay que agregar
otros tipos de vegetación de carácter propiamente
marino, como son el fitoplancton, las macroalgas
y las fanerógamas. El fitoplancton marino son las
algas microscópicas integradas por diatomeas,
dinoflagelados y microflagelados.

Las macroalgas se asocian frecuentemente a los


diversos ambientes marinos existentes en el par-
que, particularmente a las raíces del mangle, a
los fondos rocosos, a los sedimentos cercanos
a las costas, así como a los fondos arenosos,
areno-fangosos y fangosos.

Estudios recientes han reportado la identificación


de 30 especies y 10 géneros de algas epífitas de
fanerogamas marinas. Entre las más importantes
destacan Enteromorpha sp. Chaetomorpha gra-
cilis, Cladophora dalmatica, Derbesia sp. Spha-
celaria rigidula y Polysiphonia atlántica.

Por su parte, las fanerógamas es un tipo de vege-


tación marina que abunda en varios sectores del
parque a profundidades entre los 0 y 20 metros.
La especie de mayor importancia es (Thalassia Bosque muy seco tropical.

191
PARQUE NACIONAL MOCHIMA

testudinum), que permite el desarrollo de macroalgas


en áreas donde el sustrato blando constituye una li-
mitante para su establecimiento. Las praderas pue-
den encontrarse en ambientes de costas y bahías,
que proporcionan hábitats y refugios a numerosas
especies de la fauna marina, como en los casos de
la Bahía de Mochima y el Golfo de Santa Fe.

Ambiente litoral
La cubierta vegetal del litoral del parque nacional
Mochima es en general de ambiente seco, asociada
tanto al medio marino como al continental.

Se encuentran enclaves a lo largo de la costa de


Bosque muy seco tropical; de herbazales halófilos,
herbazales psamófilos, espinares y cardonales,
manglares y sabanas.

Bosque muy seco tropical: se desarrolla en con-


diciones de alta sequedad. Se extiende desde el ni-
vel del mar hasta los 600 m de altitud, por lo cual,
alcanza las estribaciones montañosas bajas del par-
que. Este conjunto de bosque está integrado por es-
pecies deciduas con vegetación secundaria de gra-
míneas y arbustos achaparrados. Entre las especies
más características de esta formación vegetal se
encuentran (Tabebuia billbergii) acapro, (Bourreria
cumanenses) guatacare, (Bauhinia aculeata) urape,
(Cordia collococca) caujaro, (Melicocus oliviformis),
(Cereus hexagonus) cardón, (Pereskia guamacho)
guamacho y (Caesalpinia coriana) divi-dive.

Herbazales halófilos: están compuestos por co-


munidades bajas y abiertas, florísticamente pobres,
ocupan las depresiones salinas costeras, no sola-
mente continentales sino también de las costas in-
sulares. Las depresiones o bajíos salinos frecuente-
mente se ubican detrás de las playas arenosas o al
borde de lagunas, pantanos y ensenadas, particu-
larmente entre Puerto La Cruz y Cumaná. Se trata
de plantas adaptadas a condiciones de alta salini-
dad de los suelos, como (Batis maritima) vidrio, (Se-
suvium portulacastrum) hierba de vidrio (Sporobolus
virginicus) Saladillo y (Salicornia fruticosa).

Herbazales psamófilos: constituidos por comu-


nidades bajas, abiertas o densas, florísticamente
pobres. Se encuentran en condiciones de suelos
muy arenosos en playas y dunas, tanto en ambiente
costero como insular. Es frecuente encontrar la pre-
sencia de colonias rastreras de Ipomoea pes-caprae
campanilla de mar, (Canavalia maritima) caraota de
mar y (Sporobolus virginicus) saladillo. Igualmente,
es reconocida en este ambiente, (Portulaca elatior)
verdolaquilla y (Talinum triangulare) verdolaga.

Espinares y cardonales: conforman en Mochima


una cubierta vegetal litoral bien representativa del
carácter muy seco de este ambiente natural. Son
arbustales xerófilos formando comunidades bajas
Diferentes formaciones vegetales.

192
PARQUE NACIONAL MOCHIMA

o medias de densidad que varía entre abierta a vez, produce diferenciación de la precipitación Esta cubierta arbórea es reemplazada en senti-
muy cerrada. Aparecen diversas formas de cac- que cae en el sector de montaña. do altitudinal por la cubierta del Bosque Ombrófi-
tus, tanto cardones como tunas, también arbus- lo Montano Sub-Siempreverde, la cual tiene dos
tos espinosos, predominando en las áreas de Las bajas vertientes están cubiertas generalmen- estratos arbóreos con abundantes lianas y soto-
mayor sequedad de los suelos. te por el Bosque Tropófilo Deciduo. Se trata de bosque bien desarrollado. Este tipo de bosque
componentes arbóreos que pierden sus hojas en precede en transición al bosque nublado que lo
Se encuentran varias especies de cujíes como la época de sequía, además de ser regularmente sustituye a mayor altitud.
(Cercidium praecox) cuica, (Pithecellobium dul- de bajo porte. Entre las especies características
ce) yacure, (Mimosa tenuiflora) cujicillo y (Lycium destacan (Tabebuia billbergii) acapro, (Cordia co- Destacan como especies características (Brow-
nodosum) espinito. llococca) caujaro y (Cereus hexagonus) cardón. nea coccinea) guaimaro y (Gustavia parviflora)
coco de monte como especies endémicas, a su
Entre las cactáceae se distinguen los cardo- Esta cubierta vegetal es sustituida inmediatamen- vez, restringidas a los estados Monagas y Sucre.
nes como (Melocactus caesius) buche, (Lemai- te en altitud por el Bosque Ombrófilo Semideci- Finalmente, a mayor altitud del macizo de Turi-
reocereus griseus) cardón dato, así como la tuna duo Estacional o Montano Bajo, que se extiende miquire y con elevada lluviosidad se desarrolla la
(Opuntia caribaea) guasábara. También se en- entre los 500 y 800 a 1.200 m. En estos sectores cubierta de vegetación de Bosque Ombrófilo Mon-
cuentra la única cactaceae que posee hojas ver- montañosos ya no existe una estación seca mar- tano Sub-Siempreverde o de Bosque Nublado.
daderas de atractivas flores amarillas como es cada; sin embargo, parte de la vegetación arbó-
(Pereskia guamacho) guamacho. rea y arbustiva pierde su follaje en algún período Es una cubierta de altura media entre los 10 y 20
del año. Entre las especies características se m, con sotobosque denso y gran abundancia de
Manglares: en el Parque Nacional Mochima se encuentran (Acacia polyphyla) tiamo, (Loncho- helechos, musgos y orquídeas epifitas. Entre las
localizan en diferentes lugares costeros. En las carpus punctatus) jebe, (Tabebuia chrysantha) especies más destacadas están (Styrax claber)
ensenadas de Guanta, Puerto La Cruz, Santa araguaney, (Bourreria cumanensis) guatacaro y olivo montañero, (Hieronyma fendleri) catatú y
Fe, Mochima y otras más se han reportado tres (Pithecelobium sp). Ternstroemia steyermarkii.
especies de mangle colorado, a saber: Rhizo-
phora mangle, R. racemosa y R. harrisonii. En
otros litorales se han reportado (Avicennia
germinans) mangle negro, (Laguncularía
racemosa) mangle blanco y (Conocarpus
erectus) botoncillo.

De los componentes de la vegetación de


manglar, Rhizophora mangle es el más
característico de Mochima, con su tamaño
bajo y carácter oligotrófico, ya que forma
comunidades densas que tienen gran valor
como sitio de reproducción y descanso de
la avifauna del parque, así como lugares
muy propicios para el desarrollo de espe-
cies faunísticas marinas como moluscos,
crustáceos y peces.

Cubierta de sabana: ocupa espacios


restringidos del litoral de Mochima. Algu-
nas veces llega hasta las faldas monta-
ñosas del macizo de Turimiquire, donde
se observan mayormente es en Santa
Fe, Punta del Medio y entre Santa Cruz
y Vallecito. En la vegetación sabanera se
encuentran plantas características como
(Trachypoon vestitus) paja velluda, legu-
minosas como (Cassia riparia) Cujicillo y
(Clitoria guianensis) espadilla de Cumaná.
En la sabana crecen algunos árboles co-
munes y plantas leñosas como (Bowdichia
virgilioides) alcornoque y (Curatella ameri-
cana) chaparro.

Ambiente montañoso: en el ambiente


montañoso del parque la cubierta vegetal
varía según la altitud, factor éste, que a su
Ambiente montañoso

193
PARQUE NACIONAL MOCHIMA

Fauna Algunas especies de peces localizadas en las aguas


En relación a la fauna del parque destacan ampliamente los recursos vivos
del Parque Nacional Mochima.
del mar, no solamente por la significativa extensión que tiene en esta área
protegida el ecosistema marino, sino también por la alta valoración que al
respecto produce la capacidad de alimentación que allí existe, particular-
mente en cuanto a los peces se refiere. En efecto, la masa de agua del
parque constituye en sus 52.000 hectáreas “uno de los ecosistemas mari-
nos más fértiles de Venezuela debido a la producción primaria de nutrien-
tes como nitritos, nitratos y fosfatos, indispensables para el desarrollo del
fitoplancton, primera etapa del proceso de producción que tiene lugar en la
zona pelágica del mar. Esta zona está considerada como la más importante
de Venezuela en cuanto a producción pesquera”.

Peces
En las aguas marinas pululan un sin número de peces; sin embargo, la es-
pecie pelágica más importante es (Sardinella anchovia) sardina. Destacan
mucho también (Caranx hippos) jurel, (Orthopristis ruber) corocoro, (Lutjanus
ssp., pargo. (Epinephelus ssp.) mero y (Mugil curema) lisa. Todas ellas son
especies comerciales de alto valor. Se agregan otros peces no menos comer-
cialmente valiosos, como (Tarpon atlanticus) Sábalo, (Megalops atlanticus)
Lebranche, (Centropomus sp.) Róbalo, (Trachinotus ssp.) Pampanos, (Se-
lar crumenophthalmus) (Cataco), Selene setapinnis (Lamparosa), (Thunnus
obesus) Atún ojo gordo, (Thunnus albacares) Atún aleta amarilla, (Makaira
nigricans) Aguja azul, (Coryphaena hippurus) Dorado y (Sphyrna lewini) Pez
martillo.

En los ecosistemas coralinos y rocosos abundan (Chaetodon striatus) Isa-


belita, (Pomacanthus arcuatus) Cachama. Las especies loros y guacamayas
como Scarus ssp, los toritos (Lactophrys tricornis), al igual que el Pargo
Gallo (Lachnolaimus maximus) son igualmente muy apreciados sobretodo
por los pescadores artesanales, incluyendo el Pargo Colorado (Lutjanus pur-
pureus). Por su parte, en los fondos fangosos cercanos a la costa abundan
los Bagres como Cathorops spixi, Bagre marinus y Bagre bagre.

En el ambiente marino del parque se han identificado también al menos unas


doce especies de Tiburones como (Alopias superciliosus) Tiburón Ratón,
(Isurus oxyrinchus), Tiburón Carite (Mustelus higmani), Tiburón Bilma (Rhi-
zoprionodon lalandi) Cazón y varios otros.

Reptiles
Se han reportado en Mochima unas 28 especies de reptiles. Tres especies
de tortugas marinas se encuentran en peligro de extinción, como la tortuga
verde (Caretta caretta), la tortuga cardón (Dermochelys coriacea) y la tortuga
carey (Eretmochelys imbricata). En todo caso, de las ocho especies de tortu-
gas reportadas en los mares tropicales del mundo, cinco de ellas habitan en
Mochima. La tortuga verde es la de mayor tamaño, alcanzando hasta 1.5 m
de longitud y 250 kg de peso, siendo, a su vez, la más abundante al aprove-
chando la riqueza de alimentos que encuentra en el parque entre las plantas
fanerógamas y algas marinas. También se encuentran en Mochima fuera del
ambiente marino quelonios como el Morrocoy sabanero (Chelonoides carbo-
naria) y el morrocoy montañero (Chelonoides denticulata).

En Mochima, habitan varios representantes de reptiles del orden Squamata


como son diferentes especies de culebras, iguanas y lagartos. Entre las cule-
bras tienen presencia en el parque la Mapanare (Bothrops sp.) la Cuaima Piña
(Lachesis muta), Cuaima sapo (Xenodon severus) la tragavenado (Boa cons-
trictor) la Coral (Micrurus sp.) la Cascabel (Crotalus sp). Proliferan la Iguana
(Iguana iguana) el Mato de Agua (Tupinambis teguixin), así como Guaricongo
(Cnemidophorus lemniscatus) y el Camaleón (Polychrus marmoratus).

194
PARQUE NACIONAL MOCHIMA

Algunas especies de peces localizadas en las aguas En las islas e islotes de Mochima habitan, además del Guaricongo o Lagarto
Negro (Cnemidophorus lemniscatus) que mide hasta un metro y medio de
del Parque Nacional Mochima. longitud, dos lagartos más insectívoros son (Gonatodes vittatus) y el (Gym-
nodactylus antillensis).

Especies de reptiles localizadas en la jurisdición


del Parque Nacional Mochima.

195
Mamíferos
Se han identificado en el parque unas 78 espe-
cies de mamíferos pertenecientes a 29 familias,
lo que representa aproximadamente el 25% de
la mastofauna del país. Del número total de es-
pecies más del 60% se encuentran en los am-
bientes boscosos del área protegida. Algunos
cetáceos se han reportado en las aguas marinas
del parque o en sus inmediaciones. Entre ellos el
delfín pico largo (Steno bredanensis), los delfines
(Delphinus delphis, Stenella frontalis, Stenella
longirostris). También se ha reportado la presen-
cia de la ballena (Balaenoptera edeni).

En los sectores montañosos húmedos del área


protegida existen mamíferos representativos
como el venado caramerudo Odocoileus vir-
ginianus, el conejo (Sylvilagus brasiliensis),
al armadillo o cachicamo gigante Priodontes
maximus, el rabipelado (Didelphis marsupialis).
También habita en el parque el oso hormiguero
(Myrmecophaga tridactyla); el mono capuchino
(Cebus sp). la lapa (Cuniculus paca), el picure
Dasyprocta aguti y la pereza (Bradypus variega-
tus).

Se agrega entre los mamíferos habitantes del


bloque montañoso, por ejemplo, especies cono-
cidas como Marmotas y Comadrejas, (Caluromys
philander trinitates) y (Monodelphis brevicaudata
palliolata), respectivamente.

En las áreas insulares y litorales secos la presen-


cia de mamíferos en el Parque Nacional Mochi-
ma es sustancialmente menor.
PARQUE NACIONAL MOCHIMA

Especies de mamíferos comunes en la jurisdición del Parque Nacional Mochima

197
PARQUE NACIONAL MOCHIMA

El área protegida que conforma el Parque Nacional Mochima es muy rica


en aves, tanto en especies como en individuos; lo cual está determinado
por el carácter de frontera natural que las tierras del parque poseen, al ser
litorales o marino-costeras; a lo cual se agrega el sector montañoso cuyas
estribaciones más septentrionales entran en contacto con la franja litoral en
diferentes sectores y; en consecuencia, se comportan también, al efecto de
la presencia de aves permanentes o migratorias como zonas de frontera
natural.

Varias son las especies de aves marinas con presencia en Mochima; como
el chíparo (Phaeton aethereus) y la boba marrón (Sula leucogaster). Abun-
dan entre las marinas la gaviota (Sterna hirundo), el alcatraz (Pelecanus
occidentalis) y la tijereta de mar (Fregata magnificens). Hay que agregar
la existencia de las denominadas Golondrinas de Mar pertenecientes al
Orden Porcellariformes que habitan lejos de la costa y alcanzan éstas solo
en la época de reproducción.

En los arbustales litorales de Mochima existe una gran abundancia de


aves que participan con sus hábitos, no solamente de la ecología costera
propiamente dicha, sino también de los sectores marinos y montañosos.
Unas 17 especies del Orden Ciconiiformes pueblan los espacios costeros
de Mochima. Se caracterizan por ser aves de tamaño medio a grande de
cuello y pico largos; como son diversos tipos de garzas y corocoras. Los
patos igualmente se encuentran en los ambientes costaneros del parque.
Por supuesto, en Mochima se reporta el Orden Falconiformes representa-
do por gavilanes, águilas, zamuros y oripopos. En las zonas de manglares
y ciénagas habitan aves del Orden Guriformes, como Taruras y Cotaras,
Loros, Guacharacas de agua, Pericos y Cotorras, del Orden Psittaciformes
habitan asimismo los lugares litorales de Mochima.

En el macizo de Turimiquire, como sector montañoso del Parque Nacional
Mochima, habita una magnifica representación de la avifauna de Venezue-
la, en la cual las endémicas son variadas y de mucho valor, aunque algunas
se encuentran en peligro de extinción. De manera tal que el macizo de Tu-
rimiquire está considerado como uno de los centros suramericanos de en-
demismo de aves. Por cierto, a esta área montañosa se le considera como
un espacio de distribución ancestral del cardenalito (Carduellis cucullata)
ave en real peligro de extinción. Estudios de avifauna recientes (Sánchez y
González, 2002) han reportado hasta 150 especies de aves en el área del
embalse de Turimiquire contiguo al parque. Unas 10 de las subespecies
son endémicas, como Basileuterus griseiceps, Diglosia venezuelensis y
Premnoplex tatei. Las llamadas gallinas de monte, soisolas y ponchitas del
Parte de la avifauna del parque

198
PARQUE NACIONAL MOCHIMA

Especies de aves localizadas en la jurisdicción del Parque Nacional Mochima

199
PARQUE NACIONAL MOCHIMA

Orden Tinamiformes están presentes en las montañas del parque; al igual


que las aves del Orden Galliformes, como son las Guacharacas y Paujíes
de Copete que viven en las zonas boscosas.

Bandadas de loros, pericos, cotorras y guacamayas del Orden Psittacifor-


mes, además de habitar las áreas litorales también abundan en las zonas
montañosas del parque.

Las aves de presa nocturnas como las llamadas Lechuzones, Currucucú y


Mochuelos del Orden Strigiformes, suelen verse en la parte continental de
la unidad protegida; al igual que Quetzales y Sorucuaces del Orden Trogo-
niformes. En la zona boscosa montañosa habitan también Martines Pes-
cadoras del Orden Coraciiformes, Tilingos, Pico del Frasco del Orden Pici-
formes. Muchas otras aves pertenecientes a diferentes órdenes, familias y
especies habitan los variados espacios del Parque Nacional Mochima, para
darle la gran riqueza en avifauna que caracteriza a esta importante área
protegida de Venezuela.

200
Valor paisajístico

El Parque Nacional Mochima encierra tantos precipitan al mar y playas sin igual; permiten que queza vegetal y faunística; igualmente con paisa-
atractivos que lo convierten en una de las áreas el litoral de Mochima brinde a todos los que la jes de montaña con un clima benigno que es un
protegidas de mayor valor paisajístico y potencial disfrutan un espectáculo inolvidable. deleite conocer.
turístico que tiene el territorio nacional.
Balnearios naturales como Playa Colorada, Playa Actividades como la natación, el buceo, la pesca
Costa, mar, islas y montaña, se juntan en Mochima Blanca, El Faro, Isla de Plata, Arapo, Puinare, Chi- deportiva, el excursionismo de diferente tipo, tie-
ofreciendo a propios y extraños el placer de la con- mana, Las Maritas y muchas otras, son verdade- nen en el Parque Nacional Mochima cabida, facili-
templación de una naturaleza excepcionalmente fa- ros sitios de solaz y esparcimiento en Mochima. dad y goce sin igual.
vorecida por bellezas escénicas singulares.
Islas e islotes, cada uno de ellos, ofrecen al visitan-
Sinuosidades convertidas en espléndidas bahías te atractivos y sorpresas, junto al espectáculo de
y ensenadas multicolores; salientes modelados los muchos fondos marinos coralinos que existen.
en bajas colinas achatadas; acantilados que se El macizo de Turimiquire es de una enorme ri-

Distintas bellezas escénicas del lugar

202
Variedad Paisajística.
PARQUE NACIONAL MORROCOY

El Parque Nacional Morrocoy es una de las áreas protegidas más emblemáticas de la geo-
grafía nacional; tanto por su gran variedad de ecosistemas y riquezas de la biodiversidad,
como por las sin iguales bellezas paisajísticas que posee. Todos esos valores representados en
tan solo 32.000 ha que conforman su extensión total.

• Conservar los recursos genéticos de las co- • Proporcionar a la colectividad oportunidades


munidades naturales y evitar la pérdida de para la recreación y el turismo, enmarcadas
especies de flora y fauna. dentro del objetivo fundamental de conser-
• Garantizar las migraciones naturales de las vación de los recursos naturales del Parque
especies animales. Nacional.
• Recuperar áreas o recursos naturales que • Conservar los sitios de interés histórico, es-
han sido degradados por acción antrópica y peleológico y arqueológico existentes en el
velar por el mantenimiento de una óptima ca- área.
Localización Geográfica lidad ambiental en todos los ecosistemas. • Contribuir al desarrollo regional mediante
• Proporcionar medios y oportunidades para la in- la conservación de los recursos naturales y
Morrocoy se localiza en el litoral más oriental del vestigación científica y la educación ambiental. escénicos del Parque Nacional, brindando
estado Falcón y el noroeste del Golfo Triste; en • Conservar los recursos pesqueros como las condiciones para un desarrollo equili-
la costa centro occidental venezolana; justo en- base de las actividades de subsistencia de brado y armónico de las actividades turísti-
tre las poblaciones de Tucacas y Chichiriviche de las poblaciones locales. cas en su entorno.
los municipios Silva y Monseñor Iturriza, respec-
tivamente.

Localización Astronómica

Las coordenadas que enmarcan el parque son:


10° 40’ y 10° 58’ de Latitud Norte y 68° 11’ y 68°
24’ de Longitud Oeste.

Declaratoria como Área Protegida

Morrocoy fue declarado Parque Nacional el 26


de mayo de 1974, mediante Decreto Ejecutivo
Nº 113, publicado en Gaceta Oficial Nº 30.408
de fecha 27 de mayo de 1974, ampliado por
Decreto Nº 944 de fecha 27 de mayo de 1975,
publicado en Gaceta Oficial Nº 30.706 de fecha
30 de mayo de 1975. El Plan de Ordenamien-
to y Reglamento de Uso, fue dictado mediante
Decreto Nº 675 de fecha 10 de mayo de 1995,
publicado en la Gaceta Oficial Nº 4.911 de fecha
30 de mayo de 1995.

En este Decreto están claramente establecidos los


objetivos que determinaron la creación del Parque
Nacional de Morrocoy, de la siguiente forma:

• Conservar de manera inalterada los princi-


pales ecosistemas que caracterizan al Par-
que Nacional Morrocoy; manglares y lagunas
costeras, arrecifes coralinos y praderas de
fanerógamas marinas, el conjunto de cayos,
bajos e islotes, las comunidades halófitas,
sabanas y bosques deciduos.
• Conservar la biodiversidad y el equilibrio
ecológico, garantizando la continuidad de los
procesos evolutivos y el normal flujo de ma-
teria y energía entre los ecosistemas terres-
tres y marinos.

205
PARQUE NACIONAL MORROCOY

Paisajes naturales formados por restos de moluscos, fragmentos de


Los paisajes naturales más sobresalientes del rocas coralinas y algas petrificadas sueltas. El as-
Lo más resaltante del entorno ambiental de Mo- área, tanto por su extensión, biodiversidad y va- pecto morfológico general que distingue al litoral
rrocoy es el amplio abanico de paisajes natura- lor escénico, son los siguientes: en cuestión es su irregularidad, conformada por
les que posee en tan reducido espacio territorial; muchos entrantes y salientes.
unido a las extraordinarias bellezas escénicas • La franja litoral o Costera.
que caracterizan a cada uno de esos paisajes de • El Cerro de Chichiriviche. Los primeros se presentan en forma de bahías y
rica biodiversidad. La singular atracción que Mo- • Manglares, lagunas Internas y depresiones de lagunas separadas del mar por cordones lito-
rrocoy ejerce sobre quien visita esta espléndida Salinas. rales cortos y los segundos por puntas frecuente-
área protegida, lo ha convertido en sitio predilec- • Los cayos o islotes. mente arenosas cubiertas de vegetación particu-
to del turismo nacional e internacional. • El paisaje submarino. larmente de mangle. Entre las bahías sobresalen
la de Chichiriviche, la de Morrocoy, Lago del Zo-
Sin embargo, se trata de un ambiente natural su- Franja litoral o costera rro, Boca Mayor, Boca Mallorquina; así como el
mamente frágil al cual es imprescindible proteger Extendida desde la población de Tucacas hasta Golfete de Cuare en la parte que le corresponde
con especial atención para minimizar el peligro de la de Chichiriviche, es en general baja y aplana- al parque. Las puntas que penetran al mar más
los impactos negativos de los cuales pudiera ser re- da. Sin embargo, destaca en el relieve litoral el conocidas son Punta Corales, Punta Varadero y
ceptor como consecuencia de usos inapropiados. llamado Cerro Chichiriviche compuesto de roca Punta Faustino.
caliza consolidada, remanente de una formación
Justamente, muy oportuna y sabia fue la decisión coralina precuaternaria. Culmina a tan sólo 285 Cerro Chichiriviche
que el Ejecutivo Nacional tomó en 1974 cuando m de altitud y está cubierto de vegetación bos- Como se dijo antes, este paisaje natural destaca
declaró a Morrocoy como Parque Nacional y cosa densa siempreverde y semidecidua. Fuera como el accidente orográfico más sobresaliente
accionó pronta y eficazmente al respecto para de esta topografía quebrada, privan en el paisaje del parque, no obstante apenas alcanza unos 285
salvar a este extraordinario patrimonio colectivo, tierras planas a semiplanas, frecuentemente mal m de altura. Permanece en alto relieve en medio
del acelerado e irracional proceso de destrucción drenadas o incluso inundables. Las áreas planas del entorno litoral que lo rodea, por tratarse de
que estaba sufriendo, producto de una interven- litorales están formadas por sedimentos aluviales un testigo de roca caliza consolidada de origen
ción desmedida y reprochable por parte de usua- arenosos arrastrados por los cursos de agua que coralino Terciario, perteneciente a la formación
rios inescrupulosos. llegan al sector y por sedimentos de origen marino geológica denominada Capadare - Agua Linda.

Morrocoy por algún tiempo fue ejemplo


de uso y abuso brutal de acciones an-
trópicas desmedidas e ilegales, en con-
tra del ambiente sin tomar en cuenta el
interés colectivo. El proceso de deterio-
ro ambiental al cual estuvo sometida la
zona que hoy ocupa el Parque Nacional
Morrocoy antes de haber sido declara-
da como área protegida evidencia que
a veces privan por encima del bienes-
tar común apetitos y mezquindades que
conducen a la destrucción del patrimo-
nio natural de todos los ciudadanos.

Por fortuna, el caso de Morrocoy ha sido


también una clara y oportuna demostra-
ción de la capacidad que el Estado ve-
nezolano tiene para recuperar espacios
muy degradados por el hombre y, a su
vez, llevarlos de nuevo a tener condicio-
nes aceptables para su disfrute y goce,
en el marco de un sano concepto de pre-
servación y sustentabilidad ambiental.

El excepcional escenario geográfico del


hoy Parque Nacional Morrocoy, casi lle-
gó a ser destruido completamente por la
acción insensata del ser humano antes
de 1974; pero a la vez, insistimos, fue
rescatado y recuperado por sabia deci-
sión del Estado al ser convertido en área
natural protegida bajo la figura de Parque
Nacional.

207
PARQUE NACIONAL MORROCOY

La caliza de este promontorio se encuentra bas-


tante afectada por el agua de lluvia que ha ocasio-
nado su disolución, formando grietas y pequeñas
cuevas en especie de relieve cárstico de donde
emerge frecuentemente agua de manantial.

La humedad ambiental producto de la retención


de agua en los suelos de alteración de la caliza,
de los manantiales, pequeños cursos de agua y
por la lluviosidad que en el sector aumenta debi-
do a la altitud, permite el desarrollo en algunos
sectores de una densa cubierta vegetal de bos-
que siempreverde y semideciduo que destaca
mucho en el paisaje general litoralense del par-
que, al lado de otra cubierta de vegetación de
matorral denso.

El Cerro de Chichiriviche, es la unidad paisajísti-


ca menos asociada al carácter litoral-marino que
distingue al Parque Nacional Morrocoy como un
todo.

Los Manglares, Lagunas Internas y Depresiones


Salinas. Aunque se trata de rasgos paisajísticos
también costeros; sin embargo, se pueden indivi-
dualizar como una unidad independiente de tie-
rras, por su singular aspecto que lo destaca de
manera pronunciada en el ambiente natural del
parque.
Cayo Peraza
Los manglares tienen en Morrocoy un gran de-
sarrollo, asociado a condiciones ecológicas muy
propicias, dadas por la situación de alta humedad
de los suelos costeros, ya sea en espacios panta-
nosos o bien inundables. De manera que se trata
de la formación vegetal más expresiva del área.
Los manglares se extienden desde la población
de Tucacas hasta Chichiriviche, con una concen-
tración mayor en la bahía de Chichiriviche y en
áreas intercayos, como las de los cayos Punta
Brava, Suanchez, Animas y Boca Seca. La ma-
yor abundancia es la del mangle rojo.

En varios sitios esta formación de manglares se


presenta prácticamente impenetrable con com-
ponentes arbóreos que alcanzan hasta 15-18
metros de altura. Por lo general a esta formación
vegetal se asocia una rica avifauna caracterizada
por su abundancia y variedad.

Los manglares también se asocian comúnmen-


te a las frecuentes lagunas costeras marinas del
parque, sirviendo como encierros naturales y
anillos de estos espacios acuosos; igualmente,
suelen aislar o independizar las variadas depre-
siones salinas secas o de aguas someras que
existen en el sector costero del área protegida.

Las lagunas interiores de este paisaje litoral aso-


ciadas a manglares o no, constituyen espléndi-
dos y atrayentes escenarios naturales distintivos
Exuberante vegetación de manglar

208
PARQUE NACIONAL MORROCOY

del Parque Nacional Morrocoy. Se trata por regla Otro rasgo sumamente sobresaliente del paisaje coralinas variadas; o bien arenosos con su vege-
general de albuferas o lagunas aisladas del mar de los cayos de Morrocoy es la muy variada y tación correspondiente conspicua. Igualmente,
mediante cordones litorales adornadas de man- abundante presencia de peces multicolores que vive en íntima asociación con el relieve subma-
glares, bandadas de corocoras y flamencos; al adornan sus aguas arrecifales; lo cual constitu- rino coralino y su vegetación típica una multitud
igual que lo hacen en los bajíos mal drenados ye un soberbio encanto para el visitante al estar de variados y atractivos componentes de fauna
o llanadas salinas que tanto abundan en la uni- muy visibles dado lo somero y cristalino de las marina, particularmente de peces.
dad. En los meses lluviosos, particularmente en aguas.
noviembre y diciembre los bajíos se inundan y En los lechos submarinos poco profundos se en-
entonces se confunden con las lagunas litorales Los cayos del Parque Nacional Morrocoy son los cuentran praderas de fanerógamas con predomi-
permanentes. siguientes: nio de Thalassia testudinum semejando hierbas
con fuertes tallos y raíces rastreras sostenedoras
Los suelos salinos de los bajíos cuando están hú- • Cayo Punta Brava. de las plantas. Esta formación vegetal alimenta
medos se cubren en buena parte de colonias de • Cayo Peraza. varias especies de tortugas marinas, como la Ca-
la llamada hierba de vidrio y saladillo. También • Cayo Playuela. rey (Eretmochelys imbricata), cabezona (Caretta
abundan los arbustos de cují y yaque formando • Cayo Sal. caretta) y la tortuga verde (Chelonia mydas).
matorrales bajos con elementos retorcidos. • Cayo Boca Seca.
• Cayo Borracho. En los fondos marinos de este tipo de paisaje
Cayos o Islotes: Se trata del más conspicuo • Cayo Paiclá. sobresale el relieve conformado por una gran
atractivo del paisaje natural del Parque Nacional • Cayo Los Muertos. diversidad de especies coralinas con atractivas
Morrocoy, tanto por su multiplicidad como por su • Cayo Sombrero. formas de diverso color. También abundan es-
singular belleza. Los cayos son islotes; unos más, • Cayo Animas. ponjas y gorgóneas.
otros menos alejados de la costa, pero siempre • Cayo Pelón.
asociados a formaciones madrepóricas o corali- • Cayo Suanchez. Las colonias de corales del relieve submarino
nas geológicamente recientes, pues, apenas son • Cayo Muerto. están formadas por pequeños animales perte-
cuaternarias holocénicas que no sobrepasan los • Cayo Pescadores. necientes al grupo de los celenterados (Phylum
6000 años de haberse formado. coelenterata). Se trata de pólipos que constitu-
Paisaje submarino yen cuerpos de diversa forma y color, como el
Los cayos de Morrocoy representan la formación La presencia del importante relieve arrecifal del llamado cacho de venado, cerebros, orejones,
arrecifal de mayor desarrollo del litoral continen- parque, con su multiplicidad de cayos coralinos y tubos y especies de ramas de plantas, donde
tal Caribe de Venezuela. Cada cayo o islote se litorales también de aguas someras, permite in- se encuentran el coral color de fuego, urticante
formó por acreación de sedimentos marinos co- dividualizar un área característica asociada: que y diseños a manera de ramilletes de flores. En
ralinos sobre una plataforma somera consolida- distinguimos como el paisaje submarino. Hay allí el fondo submarino somero el coral puede estar
da también de origen marino de poca profundi- múltiples aspectos que lo caracterizan como tal: en colonias integradas por pólipos vivos o bien,
dad. Son islotes de forma circular o semicircular, Fondos marinos levantados; relieve de formas muertos y petrificados.
muchas veces con presencia de espacios lagu-
nares interiores y pequeñas bahías de hermosas
playas de débil oleaje, blanca arena y someros
fondos marinos de agua cristalina, luciendo for-
maciones madrepóricas o bien arenosas de sin-
gular belleza.

En los cayos se han reportado hasta treinta y cin-


co especies de octocorales, hasta en profundida-
des de 18 m.

Los cayos están a muy poca altura sobre el nivel


del mar. Muchos están recubiertos de vegetación
en la cual sobresale la comunidad del mangle
con sus cuatro variedades rojo, blanco, negro y
el de botoncillo. Sin embargo, algún islote puede
distinguirse por la pobre cobertura vegetal que
posee, o bien, llegando en alguna ocasión o no a
tener vegetación alguna, como en el caso del lla-
mado Cayo Pelón. La presencia de la hierba de
vidrio (Batis maritima) en las arenas de los islotes
es también común, al igual que la campanilla de
playa (Ipomea pes­­-caprae) la margarita de playa
(Egletes próstata) y el saladillo (Sporobolus vir-
ginicus). Los arbustos también están presentes
con el romerillo (Heliotropium gnaphaliodes) y el
salcedo (Suriana maritima).
Los corales de Morrocoy

209
PARQUE NACIONAL MORROCOY

Temperatura (°C).

Clima

Las características climáticas del Parque Nacional Morrocoy son muy pa- Temperatura (°C)
recidas a las de la mayor parte del litoral caribe venezolano. En efecto, se
trata de un clima marcadamente tropical cálido con influencias decisivas de
los vientos alisios del noreste, en general con bajos índices de precipitación.

El período más lluvioso se extiende de agosto a diciembre; particularmente


concentrado en noviembre y diciembre, cuando suele llover un 28% del
promedio anual, el cual es solo de 541 mm. En todo caso, las lluvias de es-
tos meses se distinguen por ocurrir en forma de aguaceros cortos y fuertes.
Los meses más secos van de enero a abril, siendo los más marcados por
su sequedad febrero y marzo. Las temperaturas tienen poca variación du-
rante todo el año, con un promedio anual de 26,5 °C. Diciembre, enero, fe-
brero y marzo son los meses menos calurosos; especialmente diciembre y
enero. A su vez; agosto, septiembre y octubre son los meses más cálidos.

Debe recalcarse que, en todo caso, las altas temperaturas del parque se
ven atenuadas por la presencia de los vientos frescos venidos del mar,
específicamente en horas de la tarde y de la noche. Los valores siguientes
caracterizan el clima del Parque Nacional Morrocoy:

• Temperatura media anual: 26,5 °C.


• Humedad relativa media anual: 84,0 %.
• Precipitación media anual : 541 mm.
• Evaporación total anual: 1.346 mm.
• Velocidad media del viento: 11,6 km / h.
• Dirección prevaleciente del viento: ENE.

La estación meteorológica situada en Puerto Cabello, la más cercana al


parque que pudiera considerarse como representativa de esta área prote-
gida, arroja los datos siguientes:

Localidad: Puerto Cabello.


Latitud: 10° 30’ N.
Longitud: 68° 00’ W.
Elevación: 2 m.

210
PARQUE NACIONAL MORROCOY

Precipitación (mm.)

Precipitación (mm.)

Viento (km/H)

211
Paisajes vegetales

Los paisajes vegetales mayores del parque son


variados y están estrechamente asociados a las
posiciones geomorfológicas; y a los subconjun-
tos más destacados del relieve del área: Litoral,
lagunas costeras, marismas, bajíos salinos, ca-
yos, fondos marinos someros.

Vegetación de manglar
Constituyen el paisaje vegetal dominante del Par-
que Nacional, particularmente en el sector litoral.
La zona más importante de manglares se localiza
entre Tucacas, Las Luisas y los centros poblados
de Morrocoy-Lizardo-Agua Salobre, agregándo-
se el área comprendida entre los cayos Punta
Brava, Suánchez, Animas y Boca Seca que está
conformada por mangle rojo principalmente. Asi-
mismo, destaca una unidad de vegetación de
manglar en Caño León y Tumba Cuatro, caracte-
rizada por ser una intrincada e impenetrable for-
mación cuyos componentes arbóreos alcanzan
hasta 18 metros de altura.

En los bosques de manglares la especie domi-


nante es (Rhizophora mangle), representando
un 68% del total arbóreo, seguido por (Avicennia
germinans) con un 24% y (Lecuncularia racemo-
sa) con un 8 a 10%.
Vegetación típica del Cerro Chichiriviche
Los manglares conforman una unidad vegeta-
cional ecológicamente frágil que cumple el im-
portante papel de conservar el equilibrio eco-
lógico de la línea costera, en una extensión de
aproximadamente 4.500 ha, que es el área total
de esta unidad vegetacional. En efecto, los man-
glares ayudan a la formación del suelo al retener
sedimentos y acumularlos, dando origen a una
suerte de turba de mangle protectora de la ero-
sión costera. A la vez, los manglares sirven de
hábitat a peces y aves de manera muy efectiva,
al aportarles alimentos y abrigo protector.

Vegetación del Cerro Chichiriviche


La cubierta vegetal del Cerro Chichiriviche, el ac-
cidente orográfico mayor del parque, no es ho-
mogénea. Varía según las condiciones ecológi-
cas que presenta esta unidad de relieve. Así, en
su vertiente sur domina el bosque siempreverde
con gran variedad de árboles como el charo (Bro-
simun alicastrum) de buen porte, también el co-
pito (Thalassia princeps) el gateado (Astronium
graveolens) y la rosa de montaña (Brownea ma-
cropylla). Abundan en esta unidad de vegetación
trepadoras y en el sotobosque el árbol más fre-
cuente es el gustoso (Gustavia poeppigiana).

En la vertiente sur también destaca la vegetación


boscosa de las quebradas y lomas intermedias,
aunque con especies semideciduas abundan-
tes. Entre los componentes arbóreos destacan
El manglar de Morrocoy

212
PARQUE NACIONAL MORROCOY

el sibucaro (Pseudobombax septenatum) el se-


rey (Myrospermun frustescens) el candil (Amyris
ignea) el charo (Brosimun alicastrum) el guamo
negro (Inga coruscans) el flor amarillo (Tabebuia
sp) el indio desnudo (Bursera simaruba).

En la vertiente este del Cerro Chichiriviche la


vegetación predominante es el bosque deciduo,
donde abunda el indio desnudo (Bursera sima-
ruba) el cual es un árbol muy característico por
su color rojo cobrizo; también crece el jebe o
mamoncillo (Lonchocarpus punctatus) de carac-
terísticas hojas moradas y el clavellino blanco
(Myrospermum frutecens) de flores blancas so-
bresalientes.

Por su parte, en la vertiente noroeste del Ce-


rro Chichiriviche la vegetación predominante es
de bosque denso pero menos contínuo que en
la vertiente sur; sin embargo, este tapiz vegetal
boscoso desciende hasta el litoral y allí se con-
funde con el bosque de manglar. En este sector
el componente arbóreo está representado por
palma macanilla (Bactris sp) la rosa de montaña del llamado por esta razón Cayo Pelón. Igual- El estrato arbustivo de los cayos está dado prin-
(Brownea coccinea). En algunos sitios hay vege- mente, el número de especies componentes es cipalmente por arbustos bajos de 1-2 metros de
tación de cactáceas. bastante restringido. altura, como salcedo (Suriana maritima) el rome-
rillo (Heliotropium gnaphaliodes) la garrapata de
Vegetación de las Depresiones Salinas La vegetación arbórea más frecuente es la de playa (Caesalpinia bonduc).
Los bajíos salitrosos del litoral de Morrocoy que mangle; pero, a diferencia del litoral donde predo-
ocupan las posiciones topográficas más depri- mina absolutamente el mangle rojo (Rhizophora Entre la vegetación herbácea que habita en las
midas se secan en los meses de “verano” y se mangle) en los cayos dominan el mangle negro o playas de los cayos abundan la gramínea saladi-
inundan en los de “invierno” de noviembre y di- rosado (Avicennia germinans) el mangle blanco lla (Sporobolus virginicus). Las hierbas pioneras
ciembre. En todo caso, estas depresiones se ca- (Laguncularia racemosa) y el mangle botoncillo son la hierba de vidrio (Sesuvium portulacas-
racterizan por tener durante buena parte del año (Conocarpus erectus). Muy abundante resulta el trum), la margarita de playa (Egletes próstata) y
suelos húmedos y pantanosos. Los bordes de las uvero de playa (Coccoloba uvifera). la campanilla de playa (Ipomoea pes. caprae).
depresiones se cubren de colonias de planta de
vidrio (Batis maritima) juncos (Eleocharis, Fim-
bristylis, Cyperus) y gramíneas, particularmen-
te la saladilla (Sporobolus virginicus). También
en sus orillas estos bajíos tienen vegetación de
mangle, tanto Rhizophora, Languncularia y Co-
nocarpus. También es frecuente encontrar vege-
tación achaparrada de cují (Vachellia tortuosa) y
el cují yaque (Prosopis juliflora), así como tam-
bién el espinito (Lycium nodosum) el trompillo
(Jacquinia frutescens) el cariaquito encarnado
(Lantana involucrata) el aguatico (Cordia bulla-
ta sups. humilis). Es frecuente encontrar la tuna
brava (Opuntia elatior) la pitahaya (Hylocereus
leimairei). Puede encontrarse igualmente el lirio
de agua (Nymphaea glanclulifera) asociado a
pequeñas acumulaciones de agua dulce en los
bajíos al igual que juncos (Cyperus articulatus)
junto con el clavelito de pozo de flores amarillas.

Vegetación de los Cayos


Aunque en el parque existen numerosos cayos,
la vegetación que en ellos se desarrolla es muy
uniforme; aunque en algunos es muy pobre, o in-
cluso, carente totalmente de ella como en el caso
Corales de Morrocoy

214
PARQUE NACIONAL MORROCOY

Praderas de Fanerógamas tendida desde el litoral y los 80-100 m de costa. de alimentación de las comunidades faunísticas.
En el ambiente submarino de Morrocoy destacan Conjuntamente con Thalassia se encuentran al- A su vez, son valiosos ecosistemas que propor-
por su abundancia y valor paisajístico en la ve- gas rizofíticas y calcáreas de variadas especies. cionan hábitat y refugio para numerosas espe-
getación las denominadas Praderas de Faneró- Algunas veces las praderas de Thalassia testudi- cies animales, y particularmente para los peces.
gamas. Se trata de pastos marinos que juegan num están bordeadas de bosque de Rhizophora
papel ecológico importante en las aguas some- mangle y otras especies de manglar. Los Cocotales
ras del parque. La presencia de plantaciones de cocos nucifera
Los sitios donde más abundan las praderas de en el parque da a estos espacios particular belle-
Destacan en Morrocoy en este tipo de vegetación fanerógamas de Thalassia son en Tumba Cua- za tropical, tanto en los litorales como en cayos,
Thalassia testudinum, por su abundancia en los tro, Boca Seca y Cayo Animas. en algunos de los cuales se encuentran cubrien-
lechos marinos arenosos y areno – fangosos con do amplia extensión.
coberturas entre 87-90%. En aguas tranquilas Las Praderas de Fanerógamas en Morrocoy son
este tipo de vegetación puede llegar hasta pro- excelentes ambientes para estabilizar bordes y Sin embargo, esta cubierta vegetal es minoritaria
fundidades de 25 m. Al interior del parque la zona fondos marinos someros, protegiéndolos de la en comparación con las otras cubiertas vegeta-
más representativa en cuanto a la presencia de erosión; e igualmente, como áreas que brindan les para Morrocoy.
las praderas de fanerógamas es Las Luisas, ex- condiciones ecológicas óptimas como fuentes

Thalassia testudinum del ambiente submarino de Morrocoy

215
PARQUE NACIONAL MORROCOY

Fauna

Aunque la fauna silvestre del Parque Nacional


Morrocoy ha sido fuertemente impactada por la
intervención humana, particularmente a través
de los efectos negativos sobre sus hábitats, la ri-
queza del recurso es muy apreciable, sobre todo
cuando se refiere a la fauna marina y a la avifau-
na; ésta última altamente enriquecida por la pre-
sencia del Refugio de Fauna de Cuare, contiguo
a los espacios del parque y, por ende, asociado
íntimamente como área protegida a éstos.

Una de las áreas con mayores representantes de


mamíferos es el Cerro Chichiriviche, donde viven
monos araguatos (Alouatta seniculus); también
se encuentra el zorro cangrejero (Procyon can-
crivorus), el rabipelado (Didelphis marsupialis),
el oso melero (Tamandua tetradactyla), la lapa
(Agouti paca), el picure (Dasyprocta aguti). Habi-
tan igualmente estos espacios el báquiro cincha-
do (Dycotyles tajacu) e incluso dos especies de
venado, el caramerudo (Odoicoleus virginianus)
y el venado matacán (Manzama americana). Se
han encontrado predadores como el cunaguaro
(Leopardus pardalis).

En otros sitios del parque la presencia de mamí-


feros es más bien escasa, y da paso a una reco-
nocida riqueza de recursos faunísticos del mar y
a la avifauna.

La fauna marítima es enorme. A la abundante y


variada presencia de los invertebrados especial-
mente de los arrecifes representados por nume-
rosas especies de coral, como Montastrea anu-
laris, Acropora palmata, Diploria labyrinthiformis,
Porites porites, Mussa angulosa, Agaricia agari-
cites y Eusmilia fastigiata, se une la existencia de
múltiples especies de peces.

Muchas destacan, como el cazón (Rhizoprio-


nodon sp), la sardina (Sardinella, Anchovia), el
jurel (Caranx hippos), el corocoro (Haemulon sp),
la picúa (Sphyraena barracuda), la cachama ne-
gra (Pomacanthus paru) y otras especies. Varias
de éstas tienen gran valor comercial, por lo cual,
la figura de Parque Nacional les ha proporciona-
do y en buena parte asegurado su protección.

Algunos reptiles marinos también tienen su hábi-


tat en los espacios del parque, sobre todo tortu-
gas como la verde (Chelonia mydas), la tortuga
carey (Eretmochelis imbricata), la tortuga cardón
(Dermochelys coriacea), la tortuga cabezón (Ca-
retta caretta). Igualmente se reporta el caimán de
la costa (Crocodylus acutus).

Fauna marina/

216
PARQUE NACIONAL MORROCOY

Avifauna
La avifauna de Morrocoy es muy rica y variada. Constituye una gran
belleza escénica, particularmente cuando se agrega el Refugio de
Fauna de Cuare, perteneciente al Golfete del mismo nombre, locali-
zado en las inmediaciones del parque.

Muy evidente es la presencia del alcatraz o pelícano (Pelecanus


occidentalis), especie de la avifauna cuyo hábitat preferido es la ve-
getación de manglar donde anida y reposa. Igualmente, lo es para la
llamada chusmita o garcita blanca (Egretta thula), para la garza real
(Ardea albus), la cotúa (Phalacrocorax brasilianus) la garza pechi-
blanca (Egretta tricolor), para la llamativa corocora roja (Eudocimus
ruber).

Los manglares de la Bahía de Morrocoy son relevantes refugios de


aves; allí se han reportado hasta 39 especies entre endémicas y mi-
gratorias, sobretodo en la isla de Pájaros, que es un pequeño cayo
cubierto de manglar en la zona central del parque.

En otros cayos se han reconocido aves que los tienen como sitio de
reproducción y anidación. Es el caso de la fragata o tijereta de mar
(Fregata magnificiens) de las corocoras y diversas especies de gar-
zas. En los cayos suelen también encontrarse bandadas de loros gua-
ro (Amazona amazonica) y pericos cara sucia (Aratinga pertinax).

Una especie importante de ave que se encuentra en Morrocoy es


el denominado pato de moco (Sarkidiornis melanotos); y el pato ala
verde (Anas bahamensis). Viven también en el área la poncha relo-
jera (Crypturellus soui) y la soisola (Crypturellus noctivagus). En el
Cerro Chichiriviche la avifauna es bastante abundante. Allí puede
encontrarse el gonzalito (Icterus nigrogularis), la gallina azul (Tina-
mus tao) y el paují de copete (Crax daubentoni).

Otras especies de pájaros que han reaparecido en Morrocoy están


representadas por la guacharaca (Ortalis ruficauda) el carrao (Ara-
mos guarauna) el colibrí rubí (Chrysolampis mosquitus) el cristofue
(Pitangus sulphuratus) y el azulejo común (Thraupis episcopus). Las
especies migratorias que visitan Morrocoy son variadas. Entre ellas se
nombran al águila pescadora (Pandion haliaetus) el playero turco (Are-
naria interpres) y el playerito (Calidris minutilla).

Amplia riqueza de avifauna

217
Bellezas escénicas

El Parque Nacional Morrocoy ocupa espacios blanca arena, aguas tranquilas y cristalinas. • La existencia de las bellas lagunas interiores
naturales excepcionalmente hermosos y de Cada cayo es fácilmente accesible por el vi- y típicas albuferas que, conjuntamente con
enorme atracción para quienes lo visitan. A su sitante y apto para su uso racional. las depresiones salinas, conforman también
belleza sin igual se une para el disfrute y solaz • La abundante y bella vegetación de manglar, un bellísimo atractivo escénico.
un clima tropical marítimo de escasa lluviosidad tanto del litoral como de los cayos mismos. • El Cerro Chichiriviche, con múltiples tipos de
y de temperaturas atemperadas por los suaves y Cada cobertura de manglar está lleno de vida vegetación, relieve cárstico de cuevas, grie-
frescos vientos que allí soplan constantemente. como sitio de hábitat predilecto de la avifau- tas y manantiales.
Abundante luz solar, temperaturas benignas y na y de fauna marina. • La valoración escénica y turística de Morrocoy
bellezas por doquier, hacen de Morrocoy un si- • La singular variedad cromática del mar, pro- se completa, por supuesto, con los cuantiosos
tio ideal para la contemplación, el descanso y la pia de los ambientes coralinos y arrecífales. recursos culturales que se tienen en el área del
sana diversión. • Los encantadores paisajes submarinos con parque o en zonas contiguas a él; a saber:
proliferación de peces multicolores y vistosos, • Las tradiciones folklóricas – religiosas con-
Morrocoy invita a su completo disfrute, sin más posible de ser admirados fácilmente por el vi- memorativas, particularmente de la Virgen
limitación que el cumplimiento de las elementa- sitante. Igualmente, con abundante vegeta- del Valle y de la Virgen del Carmen.
les normas que debemos guardar para preservar ción representada especialmente por prade- • Las comunidades pesqueras y los modos tra-
y conservar en las mejores condiciones posibles ras de fanerógamas y formaciones coralinas dicionales de pesca artesanal.
sus encantos, sus frágiles ecosistemas y su ini- de variados colores y caprichosas formas. • Los paseos dirigidos a cayos diversos y al
gualable biodiversidad. • La singular presencia de una rica avifauna Cerro Chichiriviche para admirar diversas
con numerosas especies de hábitos marinos, cuevas en el sector mallorquina.
Entre los recursos escénicos naturales y cultura- tal es el caso de las bandadas de corocoras • Las diferentes artesanías autóctonas.
les más conspicuos y valiosos que se encuentran rojas de encendido plumaje. • Finalmente es necesario resaltar la bien orga-
en el Parque Nacional Morrocoy, se pueden citar: • Los posaderos de aves, constituidos sobre nizada y abundante infraestructura turística
• Los hermosos y atractivos cayos, con sus todo por los manglares. Es uno de los espec- que existe dentro de los espacios del parque
diversas formaciones coralinas, playas de táculos más dignos de apreciar en Morrocoy. y en las poblaciones adyacentes al mismo.

La singularidad de Morrocoy se expresa en sus hermosos paisajes caribeños

218
Bellezas escénicas del Parque Nacional Los Roques
PARQUE NACIONAL MÉDANOS DE CORO

Paisajes Naturales del istmo de Paraguaná y 228 mm en La Enrama-


da, situada en el propio istmo. De cualquier forma,
La combinación de diversos componentes físi- se trata de totales muy bajos que le dan carácter
co-geográficos, como el relieve, la vegetación, de semiaridez pronunciada al parque.
cuando ella existe; el drenaje y los cuerpos de
agua conforman los diferentes paisajes naturales Clima
del Parque Nacional Médanos de Coro. Para to-
dos ellos el clima es homogéneo, caracterizado La temperatura promedio anual es en Coro de
por una marcada sequedad y altas temperaturas 27.8 °C y en el istmo propiamente dicho de 25.8
durante todo el año. °C. La variación intermensual es muy pequeña;
siendo los meses de diciembre y enero los me-
El registro de precipitación indica un régimen bi- nos calurosos con 27.6 °C y 26.7 °C respectiva-
modal, marcado por dos máximos en el año; el mente de promedio para Coro y 26.1 °C y 25.3
principal ocurre en noviembre-diciembre, influen- °C respectivamente para el istmo (Estación La
ciado por relictos de frentes fríos venidos del norte Enramada). La velocidad del viento varía de 4.9
y el secundario ocurre en el mes de julio. Los tota- m/s a 6.9 m/s, la cual es relativamente elevada y
les promedios anuales se colocan entre 364 mm particularmente muy constante.
Localización Geográfica para la estación meteorológicas de Coro en el sur

La larga y estrecha franja de tierra de 30 km de


largo por 5 km de ancho que une a la Península
de Paraguaná con el continente, específicamen-
te con la ciudad de Coro, capital del estado Fal-
cón en el noroccidente de Venezuela; conforma
el llamado istmo de Médanos. Su nombre deriva
del hecho de estar ocupado por médanos o du-
nas, unas vivas y móviles, otras estabilizadas, o
en proceso de serlo. De esa peculiar morfología
de origen eólico proviene el nombre del Parque
Nacional Médanos de Coro. Aunque en realidad,
la unidad protegida es mucho más extendida,
pues abarca también áreas adyacentes, tanto de
aguas marinas al este y al oeste del istmo, como
también espacios adicionales no cubiertos de
médanos. En todo caso, istmo y médanos son los
dos elementos fundamentales que le dan el ca-
rácter distintivo a esta conspicua área ambiental
protegida de Venezuela.

El área del parque cubre 91.280 ha, de las cua-


les 49.120 son superficies marinas y 42.280 ha
están emergidas.

Declaratoria como Área Protegida

Este Parque Nacional fue decretado como tal el 6


de febrero de 1974, mediante Decreto Ejecutivo
Nº 1.592. La decisión de darle el carácter de uni-
dad protegida a estos espacios obedeció a la ne-
cesidad de preservar y conservar en las mejores
condiciones ambientales posibles esta emblemá-
tica porción de la geografía venezolana, privile-
giada por su atrayente y sui-géneris fisiografía de
origen eólico, al igual que por su peculiar biodiver-
sidad y bellezas escénicas únicas en su género
en el país; pues, en verdad, aunque campos de
médanos igualmente los hay en los llanos bajos
de Apure y en el litoral guajiro, los del istmo de
Paraguaná resultan sumamente atractivos por el
gran desarrollo que poseen, por su movilidad y
fácil acceso por vía carretera. Dunas y espectacular atardecer se juntan armoniosamente en el Parque Nacional Médanos de Coro

221
PARQUE NACIONAL MÉDANOS DE CORO

Precipitación media mensual

Temperatura media mensual

222
PARQUE NACIONAL MÉDANOS DE CORO

Velocidad del viento

223
Paisaje de médanos
El istmo sobre el cual se encuentra el conspicuo
modelado de médanos o dunas que identifica al
parque es reciente geológicamente hablando,
pues emergió como parte de la plataforma conti-
nental apenas en el Holoceno. La presencia de las
dunas vivas; es decir, activas; así como las fijas,
sin movimiento visible y continuo, es el elemento
paisajístico más representativo del parque.

Los médanos activos al sur del istmo conforman


un atractivo singular. Se trata de un pequeño erg,
en lenguaje saheliano, caracterizado por la pre-
sencia de dunas de arena muy bien desarrolla-
das en forma de media luna al estilo de las típi-
cas barkanas de los grandes desiertos, algunas
de las cuales pueden llegar a tener hasta 30 m
de altura.

El origen de las dunas es netamente eólico, al


estar formadas principalmente por los vientos ali-
sios del noreste que se desplaza constantemen-
te sobre el istmo de este a oeste. La forma de
media luna o bien parabólica de las dunas tiene
un frente abrupto y un reverso suave; formas que
están en constante movimiento de remodelado.
Cuando las dunas son contínuas constituyen un
campo ininterrumpido de las mismas; es decir, un
“mar de médanos” como le dicen los lugareños.
PARQUE NACIONAL MÉDANOS DE CORO

Paisajes vegetales

Si se encuentran individualizadas suele existir,


entre duna y duna una clara depresión que se
hace fangosa en los días de lluvia y permite la
instalación de vegetación herbácea y de arbus-
tos como el cují.

El depósito de arena que forma al médano es ge-


neralmente muy limpio y se desplaza en perma-
nente movimiento, de barlovento a sotavento.

El campo de dunas vivas del istmo es atravesado


por la carretera que va de Coro a la península de
Paraguaná, vía que frecuentemente es invadida
por la arena en movimiento. El pequeño erg del
istmo cubre unas 200 ha de superficie. Allí no cre-
ce vegetación alguna, salvo en las depresiones
que a veces existen entre dunas individualmente
consideradas.

Además, del campo activo de médanos, el istmo


está integrado también por dunas estabilizadas
o en proceso de estabilización facilitado por la Médanos y cujíes
vegetación principalmente de cujies y cactáceas
que allí existen. En estos casos la duna pierde su
forma original de media luna.

En el paisaje de médanos, no obstante su ari-


dez, crecen por lo menos unas 60 especies de
plantas pertenecientes a 20 familias diferentes.
El árbol dominante es el cují yaque (Prosopis ju-
liflora) distinguido por sus flores de color crema
y ramas negras; también son característicos el
yabo (Cercidium praecox) y el espinito (Lycium
nodosum) así como algunas tunas, entre ellas
(Opuntia caracasana) y (Opuntia caribaea), así
como cardones (Stenocereus griseus). En las
depresiones dunarias y en las dunas estabiliza-
das crecen hierbas comunes como el saladillo
(Sporobolus virginicus) el cadillo bobo (Cenchrus
echinatus) el rabo de zorro (Aristida setifolia) y
varias otras especies.

Cardones y típica vegetación lagunar

226
Médanos, cujíes y depresión entre médanos
PARQUE NACIONAL MÉDANOS DE CORO

Manglares
Otro paisaje natural destacado del Parque Nacional Méda-
nos de Coro es la cubierta de manglares que allí existe. Se
asocian no a la aridez como en el caso de los médanos, sino
a la salinidad y a la relativa calma del oleaje y de las corrien-
tes marinas. Por ello, este tipo de vegetación se localiza prin-
cipalmente en el litoral del Golfete de Coro identificándose
con la presencia de lagunas y albuferas.

Los manglares cumplen importante papel como medio ecoló-


gico y hábitat, puesto que allí prolifera la fauna tanto marina
propiamente dicha como la avifauna asociada al medio ma-
rino. Igualmente, sirve de trampa de sedimentos. Al ganarle
espacios al mar los manglares terminan constituyendo me-
dios de gran riqueza de biodiversidad.

Donde se observa el mayor desarrollo de los manglares es


en las tierras fangosas del sureste del Golfete de Coro. Allí
predomina el mangle negro (Avicennia germinans); tambien
se ubica en la costa norte del mismo golfete donde crece Vegetación de Manglares
principalmente sobre arrecifes coralinos muertos. De igual
manera, se desarrollan en diferentes sitios fangosos del nor-
te y sur del golfete coberturas de mangle rojo (Rhizophora
mangle) y de mangle botoncillo (Conocarpus erectus).

Vegetación herbácea
En las numerosas planicies salitrosas y marismas existen-
tes en el parque crece una cubierta de vegetación herbácea
característica, a veces asociada a pequeños arbustos. Entre
esas especies herbáceas destaca el saladillo (Sporobolus
virginicus), la hierba de vidrio (Sesuvium portulacastrum) el
bicho menudo (Alternanthera canecens) el bicho (Philoxrus
blutaparum) y las “matas” de margarita de playa (Egletes
prostata) de flores blancas y amarillas.

Algunos arbustos asociados a la cobertura herbácea son el


peculiar tabaco de pescador (Mallotonia gnapholades) de ho-
jas alargadas y algodonosas, con flores blancas y amarillas.

Lo que algunos autores denominan maleza desértica que


encaja dentro de los paisajes herbáceos, se extiende de ma- Vegetación xerofítica de espinares
nera bien contínua y dominante a lo largo de la franja litoral
del este del istmo.

Espinares
En tierras planas, suelos salitrosos y médanos fijos ubicados
en varios lugares del parque, se observa una característica
vegetación de espinares, formando densos grupos de plan-
tas armadas, como cactáceas y algunas leguminosas.

Una forma de vida dominante son cactus o suculentas co-


lumnares. En muchas ocasiones se encuentra la asociación
Cují-Cardón, como en el caso de los bosques ubicados al
lado de las salinas en el litoral norte del Golfete de Coro.

229
PARQUE NACIONAL MÉDANOS DE CORO

Paisaje de salinas y lagunas


El paisaje de salinas y lagunas destaca de mane-
ra muy obvia de norte a sur del istmo, principal-
mente en su parte central, rodeada de médanos
al oeste y de planicies de vegetación herbácea
al este.

Las salinas son remanentes de antiguas lagunas


y albuferas segadas por sedimentación arenosa
y fangosa, de origen eólico. Las salinas se ha-
cen más obvias en los meses de mayor sequía,
cuando se evapora el agua que a duras penas
las anega en los meses de lluvia. Muchas de las
salinas no tienen vegetación alguna, aunque a
veces crece una pobre vegetación herbácea.

Por su parte, el paisaje lagunar es disperso en el


istmo, aunque predomina en el sector oeste del
mismo, a lo largo del litoral del Golfete de Coro.

Marino - Costeros
Al este y oeste del istmo de Paraguaná, el parque
está integrado también por espacios marítimos
que cubren 49.120 ha, equivalente a más del 50%
de la superficie total de esta área protegida. La su-
perficie marina del este es netamente caribe y la
del oeste pertenece al Golfete de Coro, encerrado
por la Península de Paraguaná al norte y Punta
Caimán al oeste. De manera que estos espacios
marítimos se integran también como área prote- Típico paisaje de lagunas y salinas
gida bajo la figura del Parque Nacional Médanos
de Coro.

Por su parte, ambas superficies marinas integran


con sus respectivos litorales paisajes caracte-
rísticos y diferentes. En efecto, el litoral oriental
es totalmente rectilíneo; es decir, sin entrantes
ni salientes de alguna importancia. Las fuertes
corrientes litorales y los vientos del noreste han
hecho un efectivo trabajo de regularización de la
morfología costera al renovar permanentemente
hacía el norte e interior del istmo los sedimentos
que pudieran irregularizar el litoral istmeño.

Por contraste, el litoral occidental del itsmo es


irregular, con una morfología de abundantes en-
senadas y puntas arenosas; pues por la debili-
dad o inexistencia de corrientes litorales y vientos
fuertes no se han regularizado las costas debido
a la escasa competencia de movilización de los
sedimentos.

De manera que el paisaje costero del oeste del


istmo se caracteriza por la presencia de puntas
y promontorios arenosos, así como por lagunas
y albuferas. Por su parte, la dinámica marina es
muy calmada en cuanto a oleaje se refiere, en
contraposición a la correspondiente al espacio
marino-costero del este del istmo, de fuerte olea-
je, vientos constantes y relativamente veloces. Tïpico paisaje marino-costero

230
Diferentes matices de vegetación
PARQUE NACIONAL MÉDANOS DE CORO

Fauna

En esta área protegida existen especies faunís-


ticas de ambiente continental, marítimo y litoral;
sin embargo, su número es relativamente bajo,
por los rigores del clima y la escasa vegetación
allí presente.

Mamíferos. Salvo el grupo de los murciélagos,


están representados por muy pocas especies,
entre las que podemos citar el zorro común
(Cerdocyon thous), el oso melero (Tamandua
tetradactyla) y el conejo (Sylvilagus floridanus).
También se ha reportado el rabipelao (Didelphis
marsupialis).

Reptiles. Están bien representados por lagartos


e iguanas. También se han reportado algunas
Dunas típicas vivas en forma de media luna serpientes como cascabel (Crotalus durissus) y
mapanares (Bothrops sp).

Avifauna. Predominante es aquella adaptada al


ecotono mar-tierra que busca cría o descanso en
los manglares, en las lagunas costeras y otros
hábitats. Obtienen su alimento principalmente
del mar. En todo caso, la avifauna es muy rica
en el parque.

Las especies más representativas son las que


habitan en las zonas áridas costeras; entre las
que destaca el gavilán primito (Falco sparvierus),
la dara (Burhinus bistriatus) la perdiz (Colinus
cristatus), también destaca la paloma sabanera
(Zenaida auriculata) el turpial (Icterus icterus) la
paraulata llanera (Mimus gilvus) el atrapamoscas
sangre de toro (Pyrocephalus rubinus) el llama-
do Cardenal coriano (Cardenalis phoenicius).
Las gaviotas (Laridae) abundan en las zonas de
manglares y en las playas, también las garzas
Paraulata Llanera (Mimus gilvus) (Ardeidae) y los playeros (Charadriidae). Son co-
munes el alcatraz (Pelecanus occidentalis) y en
las lagunas el flamenco (Phoencopterus ruber).

Fauna marina. Del Parque Nacional Médanos


de Coro es reconocidamente rica, especialmente
en moluscos y crustáceos, peces y anfibios. Las
condiciones ecológicas particulares del Golfete
de Coro, con presencia destacada de manglares
y aguas turbias dan margen a la proliferación de
moluscos y crustáceos, al igual que diversas es-
pecies de peces. Se reportan como abundantes
el camarón blanco (Litopenaeus schmitti) cama-
rón rosado (Farfantepenaeus duorarum) y crus-
táceos como Chipichipe y Guacuco.

Entre los peces se reporta la presencia abundan-


te del bagre (Arius sp) del carite (Scomberomo-
rus sp.) el Jurel (Caranx hippos) del mero (Epine-
phelus morio) y del corocoro (Orthopristis ruber)
entre otros.
La avifauna del Parque Médanos de Coro es rica en especies

232
Un gran atractivo turístico

Por sus exquisitas y únicas bellezas escénicas, móviles en constante remodelado por el viento,
los espacios ocupados por el Parque Nacional semejando un ondulante “mar de arena” limpia
Médanos de Coro se han convertido en un re- que nos invita a ser activos participantes de su
conocido atractivo turístico, a lo cual se unen de laborioso y permanente quehacer.
manera indisoluble ciudades emblemáticas ad-
yacentes, como Coro y La Vela; al igual que los Igualmente, sorprende y se admiran al paso por
pintorescos pueblos de hermosa arquitectura y el istmo las salinetas y lagunas que se disponen
los bellos paisajes naturales de la Península de en la travesía, así como las praderas herbáceas
Paraguaná. Sin olvidar, por supuesto, sus admi- interrumpidas aquí y allá por cujíes de extrañas
rables playas. En verdad, a todos estos sitios de formas, muchos de ellos invadidos y atosigados
Paraguaná no es posible llegar por vía carretera por la arena en movimiento, o bien como refugio
sin antes atravesar las tierras del parque de pun- de grupos trashumantes de asnos salvajes.
ta a punta, en sentido sur-norte.
Asimismo, es de sumo contento observar la ve-
El viajero que se dirige a Paraguaná o a su istmo getación de manglar que crece a veces frondosa
homónimo queda fascinado cuando contempla en las orillas de las numerosas lagunas y albufe-
el espectáculo natural que conforman las dunas ras litorales que tienen presencia en el istmo.

Médanos en movimiento y características rizaduras eólicas

La contemplación del tan variado escenario natu-


ral del parque se complementa de manera rotun-
da con la admiración que produce al visitante la
bella ciudad de Coro, capital del estado Falcón;
llena de historia y de una riquísima arquitectura
colonial, quizás la mejor conservada y mejor ex-
ponente como tal de todo el país.

Lagunas y médanos del litoral del parque Por ello, el centro histórico de Coro fue consagra-
do por la UNESCO como Patrimonio Cultural de
la Humanidad el 9 de diciembre de 1993, para de
esta manera contribuir a su preservación como
tesoro arquitectónico y a Coro como la primera
ciudad fundada por los colonizadores españoles
en 1527.

Por su parte, visitar La Vela de Coro es tomar


contacto directo con el sitio de desembarco de
la expedición emancipadora del héroe nacional
Francisco de Miranda, quién en 1806 llegó allí
portando la bandera que inspiró nuestro estan-
darte, al igual que el de otras naciones bolivaria-
nas como la de Colombia y Ecuador.

Dunas disfrutadas por visitantes

233
Pico Bolívar y Toro. Estado Mérida
PARQUES NACIONALES DE LOS ANDES

Los Andes: Un mosaico de hermosos paisajes, abundantes recursos naturales y


rica biodiversidad.

de 2.5 millones de años cuando ocurrió el último por la presencia de pliegues muy amplios coexis-
impulso tectónico que llevó a la mole montaño- tiendo con sectores fuertemente compresivos en
sa a sus alturas actuales, explican sus marcadas sus estratos rocosos, típicos de edificios mon-
elevaciones y compacidad continua; lo cual se tañosos jóvenes correspondientes a bordes y
refleja en las sensibles modificaciones que su- placas tectónicas en contactos de subcorrimien-
fren elementos zonales de tipo tropical, como el to. En el segundo, de alargados y altos ejes de
clima, la ecología y la biodiversidad, cuando de relieve en toda la longitud cordillerana, lo cual
Los Andes venezolanos se trata. Lo que, a su determina, como se dijo anteriormente, la vigo-
vez, determinan la diversidad de paisajes natu- rosidad, masividad y abruptez de su relieve. De
rales que alberga; todo ello traducido en la gran manera que a estos rasgos de la fisiografía an-
variedad físico-geográfica y biótica que caracteri- dina se agregan sus climas por demás contras-
Aunque la Sierra de Perijá, conjunto montañoso za a los Parques Nacionales y Monumentos Na- tados y una cubierta vegetal diversa, “calcada de
situado en el extremo noroccidental del país, en turales de la región andina. los diferentes pisos altitudinales que se suceden
sentido estricto, también forma parte de los An- desde sus bases hasta las cimas, para conferirle
des venezolanos; sin embargo, en este capítulo La evolución geológica y geomorfológica de la cordi- a este paisaje andino rasgos tan propios que lo
solo se hace referencia a la Cordillera de Mérida, llera ha determinado su diseño estructural, sus com- hacen en su dominio físico-geográfico y ambien-
tradicionalmente mejor conocida como la Cordi- ponentes litológicos y el carácter de su fisiografía. En tal una región natural única en la geografía de
llera de los Andes, propiamente dicha. efecto; en el primer caso se trata de una cadena Venezuela” (L. Vivas, 1992).
plegada; es decir, de una estructura dominada
Esta amplia cordillera se alarga en unos
425 km de suroeste a noreste, en la par-
te occidental de Venezuela; respectiva-
mente, desde el Macizo El Tamá y la
Depresión del Táchira, hasta sus últimas
estribaciones, que mueren en la Depre-
sión de Lara. La anchura promedio de la
mole montañosa, incluyendo sus dos pie-
demontes, el andino-lacustre al noroeste
y el andino-llanero al sureste es de 100
km, para alcanzar una extensión total de
aproximadamente 40.000 km2, equiva-
lente a un 4% del territorio nacional.

La Cordillera de Mérida es la más re-


presentativa de todas las regiones
montañosas de Venezuela; tanto por
su extensión, como por la vigorosidad
y masividad de su relieve, al igual que
por sus alturas sostenidas por encima de
los 3.000 m.s.n.m en buena parte de su
extensión. La topografía de la cordillera,
a su vez, es sumamente abrupta, domi-
nada por altas sierras y profundas hen-
diduras formando valles frecuentemente
estrechos.

Entre los fondos de estos y las cimas de


las filas montañosas que los circundan,
pueden existir hasta más de 3.000 m de
desnivel en cortos trayectos. La relativa
“juventud” geológica de los Andes Vene-
zolanos, de apenas unos 15 a 20 millo-
nes de años, tiempo transcurrido desde
el Terciario Superior cuando comenzó
su definitivo levantamiento orográfico y

237
PARQUES NACIONALES DE LOS ANDES

En casi todo su recorrido axial longitudinal, la cor-


dillera está cortada por un profundo surco tectóni-
co-fisiográfico que sirve de separación a los ejes
mayores del relieve, dos de los cuales se hacen
más evidentes en el núcleo andino-merideño. Son
estos, el de la Serra Nevada, al sur y el de la Sie-
rra de la Culata, al norte.

Este gran surco central longitudinal de la cordi-


llera, dispuesto de suroeste a noreste por cerca
de 425 km, se corresponde a su mayor debilidad
estructural representada por la llamada Falla de
Boconó, accidente tectónico muy activo, el cual
se ha interpretado como el resultado del contacto
de los bordes de dos grandes placas tectónicas:
la Caribe y la de Sur América. El surco fisiográfi-
co - tectónico en referencias que pasa aproxima-
damente por las ciudades de Bailadores, Tovar,
Santa Cruz de Mora, Lagunillas, Ejido, Mérida,
Tabay, Mucurubá, Mucuchíes, Santo Domingo,
Niquitao, Boconó, El Tocuyo y llega a Barquisi-
meto; guía , a su vez, el recorrido de importantes
ríos longitudinales, como Mocotíes, Chama, San-
to Domingo, Aracay, Burate, Boconó, Saguas,
Chabasquén y el alto Tocuyo.

En lo que respecta al mosaico litológico andino,


Atardecer. Represa del Camburito - Parque Nacional Tapo Caparo
podemos encontrar rocas de todas las eras geo-
lógicas, desde el Precámbrico Superior hasta el
Cenozoico, ya sean rocas ígneas, metamórficas El Terciario Andino se presenta bien extendido tantes. En este período frío se formaron glaciares
o sedimentarias. Tal diversidad de rocas está por los flancos cordilleranos mediante rocas se- de montañas que modelaron el relieve a partir
representada principalmente por ígneo-meta- dimentarias blandas como las agrupadas en la de 2.900 - 3.000 m de altura, formando valles de
mórficas como granitos, esquistos y gneises Formación Carbonera integrada por lutitas y are- fondo plano en forma de "U" y acumulaciones de
del Precámbrico Superior localizadas particular- niscas; al igual que la Formación Betijoque com- sedimentos a lo largo de ellos para conformar
mente en la parte central y centro-norte de la puesta por conglomerados. Se destaca particu- colinas alargadas llamadas morrenas. Coinciden
cordillera. larmente en los piedemontes del noreste, al igual estas áreas con los páramos andinos, quizás
que los conglomerados de la Formación Parán- áreas sumamente emblemáticas de los Andes
La unidad litológica más representativa de este gula y La Yuca en los piedemontes del sureste. Venezolanos. Al lado de valles y morrenas acoli-
período es el Grupo Iglesias, el cual es el com- nadas, el hielo de la Glaciación Mérida erosionó
ponente fundamental de la Sierra Nevada y de la En la evolución geológica y geomorfológico andi- las crestas en forma de sierras, circos, glaciares
Sierra de la Culata. Estas rocas conforman, por na, el Cuaternario destaca por su gran significa- en anfiteatros, así como numerosas y espléndi-
un lado, el basamento andino y, por el otro, las ción, producto de los enormes impactos ambien- das lagunas, al lado de las rocas aborregadas
elevaciones cordilleranas más importantes, mien- tales sucedidos durante este período de apenas y estriadas, delatando de manera inequívoca el
tras que los flancos andinos y los piedemontes unos 2.3 millones de años de duración hasta el trabajo milenario y efectivo de los mantos de hie-
están integrados principalmente por rocas más presente. lo, a veces tan voluminosos que llegan alcanzar
blandas del Paleozoico, Mesozoico, Cenozoico y en algunos sitios hasta de 120 m de espesor.
sedimentos cuaternarios. Los acontecimientos paleoambientales mundia-
les ocurridos durante el Cuaternario afectaron De manera simultánea a la formación de los gla-
El Paleozoico Superior está integrado sobre todo sensiblemente a la Cordillera de Mérida, espe- ciares andinos y su trabajo de erosión y acumu-
por rocas sedimentarias de la llamada Forma- cialmente la sucesión de épocas frías y secas al- lación de sedimentos en las partes más altas, se
ción La Quinta, cuyos extensos, pero dispersos ternadas con períodos más cálidos y húmedos. produjo un intenso proceso de erosión y acumu-
afloramientos son conglomerados, areniscas lación de sedimentos aluviales en los sectores
y lutitas de color rojizo y vinotinto muy propen- De todas las épocas frías que impactaron a la intermedios, flancos y piedemontes cordilleranos
sas a la erosión. En la era Paleozoica el Período Cordillera de Mérida, particularmente en sus zo- que rellenaron las depresiones preexistentes,
Cretáceo es el mejor representado en los Andes nas más altas por encima de los 3.000 m.s.n.m, formando terrazas y abanicos aluviales amplios
Venezolanos, particularmente en el suroeste, por la última, denominada Glaciación Mérida con la y voluminosos. Estas últimas formas de relieve
intermedio de areniscas de la Formación Río Ne- cual culminó el período Pleistoceno hace unos existentes a lo largo de los principales valles an-
gro, calizas y lutitas de la Formación Apón, La 10.000 años, fue la que dejó las huellas más dinos constituyen uno de los paisajes más típicos
Luna, Capacho y Colón. conspicuas en extensiones relativamente impor- en los Andes, tanto por su enorme utilidad en el

238
PARQUES NACIONALES DE LOS ANDES

uso de la tierra y las formas de producción del Parques Nacionales


agro, como en lo relativo a las bellezas escénicas
que dichos sectores representan.

Los Parques Nacionales y Monumentos Natura-


les que se localizan en la Cordillera de los Andes
de Mérida, recogen en sus respectivos espacios
los rasgos físico-geográficos, ambientales y de
biodiversidad más característicos de esta región.
Es el caso de las condiciones bioclimáticas, cu-
yos más resaltantes están determinados por la
variabilidad altitudinal, y la exposición del relie-
ve a los rayos solares y, particularmente, a los
vientos. En efecto, de todas las regiones natu-
rales del país la que posee la mayor variabilidad
climática son los Andes Venezolanos, tanto en
relación con la temperatura como a la lluviosidad;
lo cual, como es lógico suponer, se refleja, a su
vez, en la vegetación. De allí la existencia de di-
ferentes pisos bioclimáticos sin paralelo en otras
regiones del territorio nacional. Monumentos Naturales
En todo caso, como montaña del trópico húme-
do que es la Cordillera de Mérida en su conjunto
recibe abundante precipitación, aunque variable
según la exposición de las vertientes y la alti-
tud. En este sentido, al interior de la cordillera
se pueden encontrar incluso bolsones secos y
semiáridos, particularmente en las posiciones de
sotavento. En algunos Parques Nacionales están
presentes estas áreas secas.

Todos estos contrastes de la geografía andina,


en términos de relieve, clima, vegetación, geolo-
gía y suelos, introduce un extraordinario mosaico
de paisajes, recursos naturales y bellezas escé-
nicas en esta privilegiada región natural; lo cual
determina valores tangibles e intangibles que es
absolutamente imprescindible cuidar y preservar,
para lo cual la creación de la figura de áreas pro-
tegidas que el Estado Venezolano ha impulsado
en nuestros Andes, resulta de mucho acierto y de
gran significación.

Los Parques Nacionales y Monumentos Na-


turales de la Cordillera de Mérida, localizados
principalmente en su parte central y extremos
suroeste y noroeste, ocupan una extensión total
de 10.567,35 km�, es decir 10.567.350 ha equi-
valente al 26,42% del área de la región.

En la tabla siguiente se pueden ver los valores


correspondientes a la extensión de cada unidad
natural protegida de la Cordillera de Mérida.

Frailejón gigante (Espeletia timotensis) en el Parque Nacional Sierra de La Culata

239
EL PARQUE NACIONAL SIERRA NEVADA

El Parque Nacional Sierra Nevada es el área natural protegida más emblemática de


los Andes venezolanos; e igualmente, una de las zonas de mayor valoración en el sistema
ambiental protegido del país.

Por sus extraordinarios paisajes; la bondad de sus climas; la sucesión de cubiertas ve-
getales; por los encantos de sus sierras, valles, ríos y lagunas; por la riqueza de sus re-
cursos naturales; así como por la idiosincrasia del habitante andino y el atractivo de
los pueblos existentes en sus áreas de influencia más directa; el Parque Nacional Sierra
Nevada constituye un extraordinario patrimonio, no sólo para Venezuela, sino tam-
bién para la Humanidad como un todo considerada.

Localización Astronómica terio de Agricultura y Cría. Se constituyó así en dimentos, a fin de proteger inversiones en
el segundo Parque Nacional decretado en Vene- áreas localizadas fuera del Parque Nacional.
8° 10’ 38” y 8° 53´ 08” Latitud Norte zuela. • Conservar sus cuencas hidrográficas y la
70° 32’ 50” y 71° 17´ 04” Longitud Oeste cantidad, calidad y flujo de sus aguas.
Su Plan de Ordenamiento y Reglamento de Uso • Preservar condiciones naturales óptimas para
Localización Geográfica fue dictado según Decreto Nº 2.335, el 5 de junio el desarrollo de investigaciones científicas.
de 1992, con el objetivo general de preservar y • Proporcionar medios y oportunidades para
Está situado en pleno núcleo central de la Cor- conservar muestras relevantes y representativas la educación en general y para la educación
dillera de Mérida, casi íntegramente en el maci- de los ecosistemas y paisajes de montaña de la ambiental en particular, a fin de desarrollar e
zo llamado Sierra Nevada de Mérida, de donde porción central de la Cordillera de los Andes Ve- incrementar la conciencia conservacionistas
proviene su denominación. Sin embargo, una nezolanos, específicamente del núcleo andino- de la población.
porción del parque, correspondiente a su extre- merideño. • Proporcionar a la colectividad oportunidades
mo nororiental, forma parte de la Sierra de Santo para la recreación, y el turismo, a través del
Domingo. Entre los objetivos específicos establecidos en el fomento de actividades deportivas y recreati-
Decreto Nº 2.335 que dan una clara idea de la im- vas acordes con el mantenimiento de la natu-
Administrativamente pertenece al estado Mérida portancia que reviste la declaratoria como tal del raleza del Parque Nacional.
en un 67.2% y al estado Barinas en un 32.8% de Parque Nacional Sierra Nevada, se pueden seña- • Contribuir al desarrollo regional a través del
su extensión. lar: flujo de recursos y servicios que aporta el
Parque Nacional a la dinámica funcional de
Extensión • Conservar muestras representativas de los la región y el país.
ecosistemas: Zona nival, páramos, selva nu-
El Parque Nacional Sierra Nevada tiene una ex- blada, bosques montañosos estacionales,
tensión de 2.764,46 Km�; es decir 276.446 ha; de bosques húmedos y bosques muy húmedos,
las cuales 185.886 pertenecen al estado Mérida y asociados al relieve montañoso.
90.560 al estado Barinas. • Conservar la biodiversidad y el equilibrio eco-
lógico garantizando la continuidad de los pro-
Límites cesos evolutivos, las migraciones animales y
el normal flujo de materia y energía entre los
Está separado de la Sierra de la Culata por el ecosistemas en él contenidos.
cauce del río Chama que grosso modo le sirve de • Proteger los rasgos geomorfológicos natura-
límite norte. les únicos presentes en el ambiente andino
y alto andino, como representación genuina
Por el noroeste lo limita el cauce del río Santo Do- de la evolución de los mismos, particular-
mingo, desde la Laguna de Mucubají hasta la re- mente el modelado de origen glacial y peri-
presa José Antonio Páez, en el pueblo La Mitisús. glaciar paramero.
Por el suroeste lo delimita el fondo del Valle del río • Preservar las formaciones boscosas de co-
Nuestra Señora, aguas abajo de la ciudad de Ejido. loradito (Polylepis serícea), los ambientes
periglaciares y de alta montaña que por su
Por el sur tiene como límites los bajos contrafuertes fragilidad son susceptibles a ser degradados
de la Sierra Nevada y la Sierra de Santo Domingo en por influencia antrópica.
contacto con el alto piedemonte del estado Barinas. • Conservar los sitios, objetos y estructuras de
nuestro patrimonio histórico cultural, en particu-
Declaratoria como Área Protegida lar los pueblos y las áreas arqueológicas exis-
tentes en el Parque Nacional, así como cual-
El Parque Nacional Sierra Nevada fue decretado quier otra manifestación de la tradición cultural
como unidad ambiental protegida el 2 de mayo de de la región donde se encuentra el mismo.
1952, según Decreto Nº 393 del entonces Minis- • Controlar la erosión y la generación de se-

241
EL PARQUE NACIONAL SIERRA NEVADA

Paisajes naturales

La porción central de la Cordillera de Mérida es la más elevada


y masiva de todo el conjunto montañoso andino. La integran dos
imponentes bloques: el macizo de la Sierra Nevada al sur y el ma-
cizo de la Sierra de la Culata al norte; separados por la fosa longi-
tudinal por donde corre el río Chama en sentido noreste - sureste.
Por consiguiente, las tierras más elevadas y abruptas del país se
encuentran en el parque, lo cual es el producto del mayor esfuerzo
tectónico de levantamiento orográfico sufrido por la cordillera an-
dina venezolana, a finales de la era Cenozoica y comienzos de la
Cuaternaria, hace apenas unos 2.5 a 3 millones de años. Sin em-
bargo, algunas áreas reducidas del parque se extienden fuera del
núcleo cordillerano formando parte del piedemonte andino - barinés
con alturas que descienden aproximadamente 320 m.s.n.m. Por su
parte, la altitud máxima alcanza los 4.997 m en el Pico Bolívar.

Los paisajes naturales mayores del Parque Nacional Sierra Neva-


da son el reflejo; por una parte, de los marcados contrastes de su
relieve, dados por la presencia de altas y dentadas sierras, segui-
das de superficies amplias y relativamente más aplanadas, profun-
dos valles y vertientes tan largas como empinadas, y por la otra, la
existencia de una conspicua sucesión bioclimática calcada de la
variabilidad altitudinal cordillerana.

En esta importante área protegida se pueden distinguir cuatro gran-


des conjuntos de paisajes naturales, a saber: El Páramo, El frente
montañoso exterior del Sur, las Vertientes Interiores del Norte, y los
valles longitudinales.

Páramo
El páramo en el Parque Nacional Sierra Nevada, entendido como
una unidad de relieve compacta y de alturas culminantes, conforma
su paisaje natural más representativo y conspicuo, tanto en tér-
minos de su historia geológica y su fisiografía, como del clima, la
biodiversidad y los valores escénicos.

En efecto, el páramo en el parque se corresponde con las máxi-


mas elevaciones sostenidas de todo el territorio nacional, tomando
como referencia los 3.000 m.s.n.m. y su culminación topográfica en
el macizo La columna o Pico Bolívar con 4.997 m. Los espacios pa-
rameros ya estaban a las altitudes señaladas al comienzo de la era
Cuaternaria, particularmente cuando a nivel mundial se produjeron

243
EL PARQUE NACIONAL SIERRA NEVADA

los diversos períodos fríos llamados glaciaciones


y sobre todo la última, ocurrida a finales del Pleis-
toceno que en el caso concreto de la cordillera
andino-venezolana se conoce con el nombre de
Glaciación Mérida, la cual debió finalizar hace
apenas unos 8.000 - 10.000 años atrás.

Por la latitud donde se localiza, la Cordillera de


Mérida es una montaña tropical. Sin embargo,
debido a la presencia de amplios espacios con
alturas sostenidas sobre los 3.000 m estos fueron
fuertemente impactados por la recurrencia de las
glaciaciones mundiales cuaternarias, sobre todo
por la última, como inequívocamente lo atesti-
guan las variadas y extremas manifestaciones de
origen glacial y periglacial que caracterizan el re-
lieve del páramo andino y muy especialmente el
correspondiente al Parque Nacional Sierra Neva-
da, donde ocupan una extensión aproximada de
72.000 ha, equivalente al 26% del área total del
parque; sin embargo, en conjunto sólo alcanzan
a cubrir actualmente unos 3 Km2 de superficie.
Se trata de los pequeños glaciares, instalados en
los macizos Pico Bolívar, La Concha, Humboldt y
Bompland, de los cuales los glaciares Coromoto,
Siniguis y Nuestra Señora en los macizos Pico
Humboldt y Bompland, cubren 2,03 km2 .
Pico Bolívar - Sierra Nevada de Mérida

Estos reducidos glaciares es lo que apenas hoy


queda de una superficie aproximada de 197 km2
que estaba recubierta de hielo permanentemente
durante la Glaciación Mérida, hace unos 20.000
años en el Parque Nacional Sierra Nevada, don-
de destacaban entonces por su extensión los
glaciares Coromoto (49,3 km2), Las Piñuelas con
32,6 km�, Santo Cristo (25,4 km2) y El potrero con
17,3 km2 (Schuber C, Vivas, L. 1993).

De manera que la fusión y retroceso de los hielos


ha sido muy rápida en las últimas décadas, al obser-
varse que en los últimos 50 años la superficie glaciar
remanente ha retrocedido en más de dos tercios.

El paisaje del páramo cordillerano del Parque


Nacional Sierra Nevada, tan hermoso y especta-
cular, en muy buena parte debe sus atributos al
trabajo modelador de su relieve efectuado duran-
te miles de años por los mantos de hielo perma-
nente que poseía durante el tiempo que duró la
Glaciación Mérida. Eran glaciares que se dispo-
nían particularmente en forma de alargadas y vo-
luminosas lenguas de hielo, siguiendo el sentido
del drenaje de los valles más elevados.

En su efectivo trabajo de erosión y acumulación


dichas lenguas glaciares dejaron a su paso un
modelado de erosión y acumulación que se ex-
presa así:
Paisaje paramero en el Parque Nacional Sierra Nevada

244
EL PARQUE NACIONAL SIERRA NEVADA

relación con el fondo de sus valles contiguos y


longitudinales de hasta 2 y 3 km., lo cual indica
el significativo volumen de hielo y el poder de
transporte y arrastre del aparato glaciar respec-
tivo que les dio origen durante el pico de la Gla-
ciación Mérida, unos 20.000 años antes del pre-
sente. Ejemplos típicos de estas acumulaciones
morrénicas se encuentran en el sector La Victo-
ria, en el área de Mucubají, Laguna Negra, Mesa
del Caballo, Mesa Julia, Apartaderos, Micarache
y Las Piñuelas.

En la parte central del Parque Nacional Sierra


Nevada destacan por espectacularidad y abun-
dancia los circos glaciares simples, compues-
tos y escalonados, símbolos de los importantes
aparatos glaciares que en el área existían en el
apogeo del último período frío pleistoceno que
la impactó. Estos amplios circos rocosos por lo
regular son el inicio de los numerosos valles en
"U" presentes en el páramo del parque; igual-
mente, en sus bases suelen existir depresiones,
Laguna de Mucubají
unas turbosas y mal drenadas y otras cubier-
Formas de erosión. Representadas por aristas do plano, muchos de los cuales están cerrados tas por espejos de agua formando verdaderos
rocosas, picachos, circos glaciares, valles en U, al final de la zona paramera por morrenas termi- espectáculos como bellezas escénicas. Son las
escalones rocosos, estrías en las rocas, rocas nales. lagunas glaciales parameras. Además, juegan
aborregadas y depresiones lagunares. importantísimo papel como reservorios de agua
Son típicos valles de origen glaciar los de Mucubají, que alimentan las cabeceras de los numerosos
Formas de acumulación. Depósitos de can- Laguna Negra, La Victoria, Los Zarpa, Gavidia, Las cursos de agua que drenan a la Cordillera de
tos rocosos llamados morrenas, tanto laterales, Piñuelas-Micarache y varios otros. Muchos de esos Mérida. En el páramo del parque se localizan
como de fondo y terminales; turberas, derrubios valles están interrumpidos por hermosas lagunas decenas y decenas de lagunas de origen gla-
de escombros rocosos. también de origen glacial, así como turberas, de- cial.
presiones pantanosas e igualmente precedidos por
Espectaculares y bellos resultan en los páramos circos glaciares escalonados. Los cuerpos morréni- Algunos ejemplos provenientes de la Sierra Ne-
del Parque Nacional Sierra Nevada, los valles cos localizados en el páramo del parque destacan vada de Mérida y en la de Santo Domingo, son
amplios y profundos en forma de "U" que mo- mucho en el relieve del área. los siguientes:
delan el relieve, tal como pueden observarse a
partir de los 3.000 m de altitud, tanto en forma Forman colinas alargadas y arqueadas con altu- • Santo Cristo, la mayor de todas a
longitudinal como transversal. Son valles de fon- ras que a veces pueden alcanzar 150 - 200 m en 3.700 m.s.n.m.
• Los Anteojos, al pie del Pico Bolívar
• El Encierro, a 4.250 m de altitud.
• Mucubají, a 3.350 m.s.n.m.
• Laguna Negra, a 3.460 m de altitud.
• El Montón, a 3.530 m.s.n.m.

Si conspicua es la fisiografía del páramo andino


del Parque Nacional Sierra Nevada, también lo
es su clima y biodiversidad. En el primer caso,
priman las condiciones de temperatura en sus
extremos y promedios más bajos de todo el país,
con ocurrencia de frecuentes heladas por debajo
de 0 °C convertidas en escarchas en varias zo-
nas, incluso existe la presencia de nevadas en
varias otras zonas correspondientes a las mayo-
res elevaciones del relieve.

A su vez, la vegetación paramera es, además de


altamente endémica baja y rala con abundante
presencia de la típica y rara: Espeletia o frailejón
andino.
Laguna Negra - Sierra de Santo Domingo

245
EL PARQUE NACIONAL SIERRA NEVADA

Típico valle glacial, con fondo plano y rocas aborregadas


Frente montañoso exterior del sur afecta la unidad. Estos movimientos de tierra se Vertientes interiores del norte
La Cordillera de Mérida posee dos grandes fren- realizan aún por debajo de la masa arbórea y se Esta unidad de paisaje abarca una extensión equi-
tes montañosos externos: el del sur y el del nor- hacen más crónicos en los sitios desprovistos de valente al 10% del parque. Son vertientes drena-
te. El primero pertenece en parte considerable al protección forestal. Este frente montañoso está das por cursos de agua que van directamente al
Parque Nacional Sierra Nevada, constituyendo, recubierto de manera generalizada por bosques río Chama y al río Nuestra Señora, afluente de
a su vez, el componente paisajístico natural más densos e intrincados poco intervenidos. éste. Los límites superiores altitudinales de la uni-
extenso de toda esta unidad protegida. Sus lími-
tes altitudinales llegan en algunos sitios hasta las
cotas 2.800-3.000 m y las inferiores hasta altitu-
des entre 600-1.000 m.s.n.m. El frente montaño-
so en consideración ocupa aproximadamente un
48% de la totalidad de la extensión del Parque
Nacional Sierra Nevada. Visto a gran escala, se
trata de un relieve bastante homogéneo y muy
diferente a la unidad Páramo antes tratada. Son
largas y muy disectadas vertientes, con valores
de inclinación general superiores a 50%. Los
cauces de los ríos, muy paralelos entre sí, se ca-
racterizan por su gran profundidad, inclinación de
los perfiles longitudinales y torrencialidad de los
caudales que conducen.

Son valles en forma de "V", delimitados por ver-


tientes abruptas y rectilíneas altamente vegetali-
zadas con bosques variados. La alta torrenciali-
dad de la red de drenaje del frente montañoso sur
ha impedido la instalación de terrazas y abanicos
aluviales de alguna importancia a lo largo de los
cursos de los ríos principales de la unidad, tal los
casos del Mucusaviche, Pagûey, Curbatí, Cana-
guá, Acequia, Siniguis, Bumbún, Bocombocó y
Socopó.

La marcada inclinación de las vertientes de esta


unidad de paisaje, unido a la fuerte meteoriza-
ción de sus rocas componentes y la intensidad de
las precipitaciones que la caracterizan, provoca
la ocurrencia frecuente de derrumbes y desliza-
Nacimiento del río Santo Domingo en la laguna de Mucubají
mientos como mecanismos morfodinámicos que

246
EL PARQUE NACIONAL SIERRA NEVADA

dad llegan a cotas de 2.900 - 3.000 m y los infe- el bosque nublado, en éste, aparte de pequeños metría en los fondos del valle entre las riberas de-
riores a 2.200 - 2.400 m.s.n.m. Estas vertientes enclaves de bosque en sus partes más elevadas, recha e izquierda, particularmente porque en el
interiores septentrionales son rectilíneas, largas y lo que predomina es una denudación general, segundo caso las vertientes de la Sierra Nevada
convexas, con inclinación general superior a 50%. con afloramientos rocosos sin suelos de alguna pertenecientes al parque con frecuencia entran
La profundidad de los cursos de agua que las di- naturaleza. En consecuencia, la cubierta vege- en contacto directo con el fondo del valle, dejan-
sectan, es característica sobresaliente del relieve tal es muy pobre, con presencia de espinares y do poco espacio para la instalación de aluviones;
de la unidad, al igual que la torrencialidad de la herbazales muy ralos. Algún uso agrícola puede contrario de lo que ocurre en la margen derecha,
red de drenaje, por lo cual escasean por completo observarse en lugares donde existen sistemas lo- donde sobresalen terrazas como aquella donde
las acumulaciones aluviales en las márgenes de cales de riego. se asienta Mérida, o abanicos como los que sir-
los cauces. La densidad de la red hidrográfica es ven de asiento a Ejido, Mucurubá y Mucuchíes.
muy alta. Valles longitudinales
Los dos valles longitudinales principales situados Por su parte, el segmento longitudinal del Santo
Las vertientes del sector han sido modeladas an- dentro o en la periferia de la poligonal del par- Domingo que arranca en la laguna de Mucubají,
tiguamente y actualmente lo siguen siendo, por que son los de los ríos Chama y Santo Domingo. lo hace allí de manera poco profunda mediante un
movimientos en masa tipo derrumbes y desliza- El primero en su segmento comprendido entre amplio y hermoso tapizado de sedimentos de ori-
mientos, favorecido el mecanismo tanto por lo la desembocadura en el Chama del río Nuestra gen glacial, formando morrenas en forma de coli-
abrupto de la topografía, como por la presencia de Señora al suroeste, hasta Apartaderos en el no- nas alargadas y arqueadas, ya sean laterales en
regolitos de alteración de las rocas que cubren las reste y el segundo, entre la Laguna de Mucubají el primer caso y terminales en el segundo. El área
vertientes, unido a los elevados índices de pluvio- y La Mitisús, en el sitio de la represa José An- de Mucubají corresponde al pleno páramo andino
sidad que afectan el sector, frecuentemente sobre tonio Páez. Ambos valles unen sus respectivos del parque, con su característica vegetación de
los 2.000 mm de media anual. segmentos a través del collado de Mucubají, tapi- frailejón y de otras plantas endémicas emblemá-
zado de morrenas. ticas de este paisaje típico del Parque Nacional
La frecuencia de estos movimientos se nota muy Sierra Nevada. La presencia de lagunas glaciales
bien por debajo del bosque nublado que cubre El valle del Chama es el más amplio. Está relleno como la de Mucubají, La Negra y La Victoria, son
densamente la superficie del sector aluviado y, de sedimentos aluviales formando terrazas y aba- también particularidades sumamente destacadas
así mismo, se observa que estos procesos erosi- nicos torrenciales, particularmente en su margen por los atractivos escénicos que presentan.
vos se exacerban cada vez que la cubierta bosco- derecho donde se han desarrollado los centros
sa es intervenida por el hombre para dedicar los urbanos principales; como Ejido, Mérida, Tabay, Después al espacio paramero de morrenas y
terrenos a otros usos. Mucurubá, Mucuchíes, San Rafael y Apartade- lagunas, el valle se profundiza y sus márgenes
ros. En su margen izquierdo el relleno sedimen- se recubren de abanicos aluviales de margen iz-
Las partes basales de las laderas del sector en tario es menor y se restringe a abanicos aluviales quierda que sirven de asiento a pueblos y culti-
referencia están afectadas por el recorrido de la más reducidos, cubiertos de cultivos y pequeños vos. En esos espacios encontramos los poblados
traza principal de la Falla de Boconó, cuyos mo- poblados. De manera que hay una marcada asi- de Santo Domingo, Las Piedras y La Mitisús.
vimientos han producido fuerte fracturamiento de
las rocas, haciendo aún más propicio el desarro-
llo de los movimientos de masa y a su vez, dando
origen a un paisaje de lomas y colinas muchas
veces redondeadas en sus cimas, modelado este
que frecuentemente coincide con la poligonal in-
ferior del Parque Nacional Sierra Nevada.

El segundo sector de la unidad, perteneciente a


la cuenca del río Nuestra Señora, es semejante al
anterior en cuanto a la topografía se refiere, pues
también se trata de vertientes bien inclinadas,
disectadas profunda y densamente por torrentes
de perfil longitudinal muy inclinado, que no per-
miten la acumulación de abundantes volúmenes
de sedimentos que puedan servir de asiento a
actividades humanas significativas.

El sector referido, localizado en la cuenca del río


Nuestra Señora, pertenece casi en su totalidad
al “Bolsón Semiárido de Nuestra Señora”, con
particularidades paisajísticas y modelados carac-
terísticos de las zonas semiáridas. En efecto, los
mecanismos morfodinámicos que han modelado
el relieve de este sector son principalmente la
erosión pluvial laminar intensa y la producida por
escorrentía concentrada en surcos y cárcavas,
originando abarrancamientos generalizados. A
diferencia del sector antes descrito, donde reina
Tapizado de morrenas en los alrededores de la Laguna de Mucubají

247
Clima gradientes alto-térmicos varían aproximadamen- se encuentran a sotavento de los flujos dominan-
te en un promedio de 0.6 °C por cada 100 m que tes. Estos últimos espacios eventualmente pue-
La variación altitudinal, la exposición del relieve se asciende; lo cual es muy alto si se toma en den comportarse como bolsones secos a semiá-
a los rayos solares y a las masas de aire húme- cuenta los grandes desniveles existentes en cor- ridos, tal es el caso de la cuenca media y baja del
das ocasionan en el Parque Nacional Sierra Ne- tas distancias, tal como puede observarse en la río Nuestra Señora.
vada una marcada diversidad climática, reflejada tabla siguiente: En promedio, las corresponden-
en los elementos temperatura y precipitación. cias que se señalan a continuación entre altitu- Precipitación
Ello es igual en las vertientes externas como en des y temperaturas están presentes en el Parque En la tabla que sigue se observan los valores
las internas del macizo de la Sierra Nevada. Los Nacional Sierra Nevada. promedios anuales de la precipitación de varias
estaciones metereológicas situadas dentro o en
Por su parte, la precipitación puede aumentar o las adyacencias del Parque Nacional Sierra Ne-
disminuir con la altitud. Por lo regular aumenta vada.
hasta un óptimo pluviométrico, para disminuir
luego a medida que se asciende; sin embargo, su Los valores antes señalados permiten establecer
mayor variación está determinada por el ascenso según la altitud un gradiente pluviométrico positi-
orográfico de las masas de aire, recibiendo gene- vo para las partes bajas del frente montañoso sur
ralmente mayores precipitaciones las vertientes de 500 mm/año, por cada 100 m de ascenso y de
expuestas a barlovento, en relación con las que carácter negativo por encima de los 600 m.s.n.m,

Pico Espejo - Sierra Nevada de Mérida

248
EL PARQUE NACIONAL SIERRA NEVADA

lo que representa una disminución de 30


mm/año por cada 100 m de ascenso.

Claramente destacan en el parque tres


zonas pluviométricas: el frente monta-
ñoso del sur con valores que pueden
alcanzar hasta 3.000 - 4.000 mm/año,
particularmente para los sectores infe-
riores y en general promedios por en-
cima de 1.800 mm/año. Es una zona
hiperhúmeda. Otra zona de caracte-
rísticas similares se encuentra en las
vertientes inferiores internas del nor-
te adyacente al área de La Mucuy y a
Mérida, con promedios alrededor de
2.000 mm/año. En cambio, existe una
zona sensiblemente menos lluviosa con
precipitación promedio inferior a los 800
mm /año. Las áreas de menos pluviosi-
dad, alcanzando incluso características
secas, se localizan en la cuenca del río
Nuestra Señora al sureste del parque,
y en el área de Mucurubá - Mucuchíes.
Además de las zonas hiperhúmedas y
secas, existe una zona húmeda intermedia que
Valores de precipitación de las estaciones climatológicas ubicadas dentro oscila entre 800 - 1.800 mm/año, ocupando el
resto del Parque Nacional Sierra Nevada.
y en las adyacencias del Parque Nacional Sierra Nevada
Por su parte, la variación de la precipitación per-
mitió establecer dos tipos de regímenes: uno uni-
modal y otro bimodal. El primero localizado en
las vertientes del sur y el segundo en las ver-
tientes interiores del norte y en la cuenca del río
Nuestra Señora.

Valores de temperatura media


anual para estaciones localizadas
dentro o en las adyacencias del Parque
Nacional Sierra Nevada

249
EL PARQUE NACIONAL SIERRA NEVADA

Variación en la precipitación en las estaciones


Mucubají, Mérida y Barinas
Régimen Unimodal: Mucubají
Régimen Bimodal: Mérida

Variación horaria de la temperatura


en estaciones del
Parque Nacional Sierra Nevada

250
Pico El Toro - Sierra Nevada de Mérida
252
EL PARQUE NACIONAL SIERRA NEVADA

Paisajes vegetales

El escalonamiento climático que de manera tan


marcada domina a la ecología andina en general
y al Parque Nacional Sierra Nevada en particular,
es el factor fundamental que ocasiona los diver-
sos tipos de vegetación natural existentes en esta
unidad protegida. A la sucesión altitudinal de tem-
peratura y precipitación corresponden, a su vez,
las diversas fajas de vegetación observadas en el
parque, no obstante, las modificaciones que és-
tas hayan podido sufrir por intervención humana
para dedicar sus espacios a actividades agrícolas
o pecuarias principalmente es evidente.

Los paisajes vegetales naturales que más desta-


can en el Parque Nacional Sierra Nevada, son: la
vegetación paramera, el matorral altiandino, las
selvas nubladas y las selvas siempreverdes.

Vegetación paramera
La vegetación correspondiente al Parque Na-
cional Sierra Nevada representa, además de un
extraordinario atractivo paisajístico, un enorme
interés ecológico y botánico. Su particularidad,
en un medio tropical generalizado como el de Ve-
nezuela, está dado por su marcado endemismo,
producto de las condiciones ambientales espe-
ciales que le imprime la altitud del relieve.

Existen en este Parque elementos vegetaciona-


les que están obligados a adaptarse a un medio
microtérmico con heladas frecuentes y notable
oscilación diaria de la temperatura del aire y de la
superficie del suelo, donde incluso las nevadas,
Típica cobertura vegetal paramera
aunque esporádicas, pueden contarse entre 40 a
50 por año por encima de los 3.500 m de altitud.

Temperaturas entre los 3 a 9 °C y stress hídrico


son los principales elementos inhibidores del de-
sarrollo de la vegetación.

El límite inferior de la cubierta vegetal paramera


en el Parque Nacional Sierra Nevada, está en los
alrededores de los 3.000 m.s.n.m y la superior
corresponde a las cumbres rocosas muy escar-
padas. Por lo general la vegetación paramera
se instala en superficies de origen glacial y peri-
glacial, ya sea sobre morrenas, derrubios de es-
combros rocosos, laderas con suelos arenosos
delgados o fondos de valles mal drenados.

La vegetación puede variar desde un rosetal casi


puro, pasando por un rosetal-arbustal hasta lle-
gar a un arbustal puro, dependiendo de la altitud,
el drenaje y otros factores ambientales.

En todo caso, a pesar de las exigentes condicio-


nes ecológicas, los páramos del Parque Nacional
Sierra Nevada contienen una importante diversi-
Frailejón y vegetación de turberas dad florística, representada por unas 1.400 es-

253
EL PARQUE NACIONAL SIERRA NEVADA

pecies de angiospermas y unas 718 especies de


plantas no vasculares. También destaca el hecho,
por ser el Parque Nacional Sierra Nevada la zona
con mayor superficie de páramos que alberga
una cantidad considerable de especies endémi-
cas, considerada por Llamozas et al. (2003), en
aproximadamente 212 especies agrupadas en
34 familias botánicas.

En la vegetación de este parque nacional encon-


tramos diversas especies de los géneros Espele-
tia, Alnus, Puya, Hypericum, Pernettya, Hespero-
meles, Chaetolepis, Poa, Calamagrosis, Bromus,
Orthosantus, Lupinus, Agrostis, Aciachne, Gera-
nium, Biden y Acaena; además de la presencia
de numerosas especies de Briófitas, Líquenes,
Hongos y Heridófitos (helechos).

Llama la atención en este paisaje andino que du-


Al fondo, sistema de riego establecido para el desarrollo de las actividades agrícolas dentro del parque.
rante el mes de octubre, después de la época de
lluvias, el páramo florece y cientos de especies
de plantas con flores muestran sus bellas formas más generalizados. También se localizan plan- a condiciones microambientales particulares. El
y colores. En esta época, la intensa y copiosa flo- taciones exóticas de pinos y cipreses, como Pi- Desierto Frío contiene principalmente arbustos y
ración del frailejón, le da un especial color dorado nus strobus, Pinus radiata, Pinus patula, Pinus además plantas en cojines y rosetas acaules. Se
al páramo. leiophylla, Pinus oocarpa y Cupressus lusitanica, trata de plantas que viven sobre los 4.500 m.s.n.m,
que interrumpen la presencia generalizada de la o en cotas altitudinales más bajas con condiciones
Toda la unidad de vegetación paramera cubre en cubierta vegetal paramera autóctona. ecológicas apropiadas. Las plantas más comunes
el parque una extensión aproximada de 66.424 de esta cubierta vegetal pertenecen a los del géne-
ha, lo que representa un 25% de su superficie Desde las cumbres, en sentido descendente, se ros Draba, Aciachne, Agrostis, Poa, Arenaria, Mon-
total; sin embargo, una parte del paisaje pára- distinguen tres tipos de vegetación en cubiertas tia, Azorella ,Oritrophium y Senecio.
mo está ocupada por actividades agropecuarias; contínuas: el Desierto Frío, el Páramo Altiandi-
lo que es especialmente cierto en los valles del no y el Páramo Andino; también los Bosques de Entre los 4.000 y 4.800 m.s.n.m aproximada-
alto Santo Domingo, en el valle del río Chama, Polylepis y los Bosquetes Parameros, pero es- mente, se encuentra un estrato de vegetación
en Gavidia y Las Piñuelas. Ganadería extensi- tos dos últimos tienen distribución muy disconti- correspondiente al Páramo Altiandino, caracte-
va, cultivo de papas y hortalizas son los rubros nua, en forma de pequeños parches adaptados rizado por la dominancia de la roseta gigante y

Vegetación paramera típica y vegetación exótica de pinos

254
EL PARQUE NACIONAL SIERRA NEVADA

varias especies de frailejones, principalmente


Espeletia timotensis, Espeletia spicata, Espele-
tia moritziana y Espeletia semiglobulata, todas
pertenecientes a la familia Asteraceae. Son es-
pecies endémicas del Parque Nacional Sierra
Nevada, que representan un gran capital gené-
tico formado durante los últimos 20 millones de
años en este mismo medio. Un segundo estrato
de componentes más bajos pegados al suelo
está compuesto por plantas en cojines, de los
géneros Azorella, Arenaria, Lucilia y Montia;
también hay hierbas, rosetas acaules y arbus-
tos bajos, como Agrostis, Poa, Draba, Senecio y
Castilleja. En cuanto a la vegetación del Páramo
Andino, dominan las rosetas gigantes del género
Espeletia, pero de menos altura que en el es-
trato anteriormente citado. Este tipo de frailejón
apenas alcanza metro y medio de altura. El es-
trato vegetacional señalado se localiza entre los
3.000 y 4.000 m.s.n.m. La unidad Páramo Andi- vascular que habita ciertos lugares de abrigo si- ambientes se acompaña de Gynoxis meridana,
no ocupa un 15% del área del Parque Nacional tuados sobre los 3.000 m.s.n.m. El Polylepis seri- E. motitziana y Weinnmania multijuga.
Sierra Nevada y la vegetación vascular domi- cea llamado localmente “Coloradito” es un arbolito
nante está representada por Espeletia schultzi, entre 5 y 15 m de alto, de tronco retorcido envuel- Matorral altiandino
y los arbustos (Hypericum laricifolium, Chaetole- to en capas caedizas y rojizas de la corteza. Se trata de una estrecha faja de vegetación que
pis lindeniana y Baccharis prunifolia). En el área antecede al páramo y se ubica inmediatamente
de Mucubají abunda este tipo de vegetación, De las quince especies conocidas en el continente por encima de la selva nublada. Por consiguien-
además de numerosas especies de Briófitas, Lí- solo una existe en Venezuela. Para el páramo an- te, es una cubierta de transición situada aproxi-
quenes (Thamnolia, Cladonia, Cora) y Teridófi- dino el interés ecológico del coloradito está dado madamente entre los 2.800 y 3.200 m.s.n.m.
tos endémicos como Jamesonia canescens. En por encontrarse por encima de la línea boscosa
el Páramo Andino abundan las gramíneas de los de este ambiente. Arnal (1983), censó un total de La fisonomía de este tipo de vegetación es de
géneros Agrostis y Aciachne, las que en algunos 256 bosques de Polylepis en la cordillera andina arbustal, a veces simulando la presencia de un
sitios es casi total su dominancia. y de ellos 103 se localizan en el Parque Nacional bosque bajo y ralo. El estrato superior abierto al-
Sierra Nevada, cubriendo 1249 ha. La mayoría de- canza 2 a 3 metros de altura, con uno inferior
Por su parte los bosques de Polylepis constituyen terminante de estos bosques se desarrollan sobre compuesto de arbustos más bajos. Tiene un es-
una verdadera curiosidad de la flora del Parque derrubios rocosos entre los 3.600 a 4.500 m.s.n.m. trato herbáceo que se desarrolla hasta 50 cm.
Nacional Sierra Nevada. Es un tipo de vegetación Polylepis sericea, como especie única en estos
En lenguaje andino - venezolano esta faja vege-
tacional se conoce con el nombre de “Chirivital”.
Aunque al matorral altoandino lo integran elemen-
tos tanto del páramo como de la selva nublada,
sin embargo, posee composición florística propia
y es más rico en especies y en formas biológicas
que la propia selva nublada de altitud. Pueden
hallarse hasta 50 especies de fanerógamas.

En el estrato superior se encuentran especies


de los géneros Escallonia, Gynoxys, Espeletia,
Aragoa y entre los arbustos más bajos están pre-
sentes especies de los géneros Hesperomeles,
Chaetolepis, Vallea y Hypericum.

En este tipo vegetacional penetran algunos frai-


lejones, así como árboles y arbustos de la selva
nublada,de los géneros Clusia, Podocarpus, Pi-
per y Tibouchia.

Selvas nubladas
El bosque nublado o selva nublada, representa un
extraordinario paisaje natural en el Parque Nacio-
Polylepis sericea, llamado comunmente Coloradito. nal Sierra Nevada; tanto por su extensión como

255
EL PARQUE NACIONAL SIERRA NEVADA

manera que la selva nublada se convierte en una


verdadera esponja que absorbe gran cantidad de
agua, la cual restituye a los drenajes en gran can-
tidad. De los dos bloques de selva nublada del
parque, el de mayor extensión es el de las lade-
ras del frente montañoso sur, en contacto directo
con las selvas siempreverdes montanas y con
los arbustales pre-parameros del piso superior.
En total son aproximadamente 80.000 ha. El otro
bloque se ubica en vertientes internas de mar-
gen izquierda del río Chama, con apenas unas
9.000 ha. En conjunto, la superficie total del bos-
que nublado en el Parque Nacional Sierra Neva-
da alcanza aproximadamente 89.000 ha. Es una
biomasa poco perturbada debido a encontrarse
particularmente en laderas muy abruptas y por
la condición de unidad protegida del parque, los
cuales han sido efectivos inhibidores de la acción
antrópica en términos de uso agrícola, pecuario
o urbanístico, no obstante la presión demográfica
que suele presentarse sobre algunos espacios
ocupados por el bosque nublado.

El rango altitudinal de esta formación vegetal se


La Selva Nublada Montana del Parque Nacional Sierra Nevada
encuentra entre los 1.600 m y 2.800 m.s.n.m, con
fluctuaciones locales de hasta 200 m por debajo
o por encima de estas cotas. La vegetación pre-
por su valor escénico, recurso natural invalorable tos hechos determinan que la selva nublada en
senta una notable variación en estructura, fiso-
y riqueza florística. Su nombre proviene por ser el Parque Nacional Sierra Nevada representa un
nomía y composición florística. Su límite inferior
una formación vegetal afectada por un régimen invalorable reservorio hidrológico que alimenta la
llega a tener hasta 60 especies de árboles por
de nubosidad muy frecuente durante todo el año, importante red de drenaje originada en el parque,
hectárea, mientras que el superior apenas llega
particularmente durante las horas de la tarde y la particularmente al corresponderse con un piso
a 20 especies arbóreas.
noche. La nubosidad juega el rol ecológicamen- bioclimático de óptimos pluviométricos localiza-
te dominante en su sistema ambiental; por lo cual dos entre los 2.000 y 3.000 m.s.n.m y valores de
En su estructura el bosque nublado es complejo,
disminuye la incidencia de la radiación, aumenta lluviosidad entre los 1.500 y 2.000 mm/año, a lo
conformando tres estratos. Es muy abundante el
la humedad relativa y la precipitación efectiva. Es- cual se agregan bajos índices de evaporación. De
contenido de epifitas (bromelias, orquídeas, mus-
gos, líquenes, y helechos), pues a veces algún
árbol llega a tener hasta más de 100 especies. El
suelo suele presentarse cubierto por una espesa
capa de hojarasca en descomposición debido a
su alto contenido de humedad. Un elemento ca-
racterístico y emblemático de estas selvas es la
frecuente presencia de helechos arborescentes,
como Alsophyla erinacea, Cyathea andina, C. ca-
racasana, C. decomposita, (especie endémica),
C. delgadii, C. pauciflora y C. lockwoodiana, que
pueden alcanzar hasta 4 m. de altura. La presen-
cia de la especie emblemática (Decossocarpus
rospigliosii) o pino laso, como la única conífera
autóctona de nuestra selva nublada, constituye
un rasgo botánico de mucha significación, al pun-
to de ser considerado también como árbol nacio-
nal de Venezuela, al lado del araguaney (Tabe-
buia crysantha).

Selva montana siempreverde


A lo largo del frente montañoso suroriental, en
contacto con los límites inferiores de la selva
nublada, se desarrolla una importante franja de
vegetación boscosa denominada selva montana
siempreverde. Coincide con vertientes muy em-
Vertientes cubiertas del bosque nublado del Parque Nacional Sierra Nevada

256
EL PARQUE NACIONAL SIERRA NEVADA

pinadas expuestas a barlovento de las masas de florística muy heterogénea con abundancia de ubican en distintos rangos ambientales sin for-
aire húmedos, por lo cual se trata de espacios de lianas y trepadoras; sin embargo, sobre estas mar una unidad contínua. En el parque estas ac-
alta pluviosidad y elevadas temperaturas, capa- formaciones vegetales existe escasa información tividades comprenden fundamentalmente a tres
ces de permitir la presencia de una selva húme- biológica y ecológica. sectores, que en conjunto suman unas 19.000
da tropical. Los promedios de lluviosidad podrían ha, lo que representa el 7% de su área total.
estar entre los 2.500 y los 3.500 mm/año con un Entre las especies arbóreas que se encuentran
patrón típicamente llanero unimodal. en esta formación boscosa se distinguen las es- El sector más extenso se ubica en el valle del
pecies: (Anacardium excelsum) Mijao de la familia río Nuestra Señora y en las vertientes del valle
La cota altitudinal superior de esta formación ve- Anacardiaceae; (Attalea butiraceae) Corozo de la del río Chama. El primer caso se corresponde a
getal está en el Parque Nacional Sierra Nevada familia Arecaceae; (Brosimum alicastrum) Charo un ambiente ecológico semiárido principalmen-
a aproximadamente1.400 m.s.n.m y la inferior de la familia Moraceae; (Cordia Alliodora) Pardillo te, pero también con participación de ambientes
entre los 600 y 800 m.s.n.m. Ocupa en el par- de la familia Boraginaceae; (Ocotea aciphyta) Lau- más húmedos de bosque siempreverde e incluso
que una extensión contínua de casi 74.000 ha, lo rel de la Lauraceae; (Dicheria grandis) y (termina- de páramo.
que representa un 27% del área total del parque, lia guyanensis) Guayabón, entre muchas otras.
ligeramente inferior a la superficie del bosque nu- Otro sector importante se localiza en la cuenca
blado. La unidad está afectada parcialmente por Áreas de uso agropecuario intenso media alta del río Chama, en el área de Mucubají
actividades pecuarias de ganadería extensiva. En el Parque Nacional Sierra Nevada tradicional- y de Mucuchíes, incluyendo la cuenca de las que-
mente ha existido una de las actividades agrope- bradas Gavidia y Las Piñuelas, en una extensión
La selva montana siempreverde representa en cuarias más intensas que en cualquiera otra área aproximada de 5.038 ha. El tercer sector perte-
el Parque Nacional Sierra Nevada un hermoso protegida del país. nece a la cuenca alta del río Santo Domingo, con
y exuberante paisaje vegetal. Visto desde el aire extensión de unas 800 ha, en medios ecológicos
luce como un impresionante tapiz vegetal, de difí- Se trata de labores que han transformado el pai- mesotérmicos y parameros. Los cultivos hortíco-
cil acceso e intrincada estructura en sus estratos saje natural con el reemplazo de la vegetación las de (Solanum tuberosum) papas, (Zea mays)
arbóreos y del sotobosque. El bosque montano original por campos de cultivo y pastoreo, en mo- maíz y otros menores son los que predominan en
siempreverde, del parque tiene una composición saico con vegetación secundaria. Por lo tanto, se los tres sectores antes señalados.

La huella de las actividades pecuarias y agrícolas en el páramo andino

257
EL PARQUE NACIONAL SIERRA NEVADA

Agua, ríos y lagunas su torrencialidad y la alta calidad de sus aguas. zada debido a las empinadas y largas vertientes
Numerosos saltos interrumpen los perfiles longi- del frente sur del parque.
Estas conforman un rico, hermoso y atrayente tudinales, dándole aún más belleza a la red hi-
componente natural del Parque Nacional Sierra drográfica del parque. La extensa y exuberante vegetación boscosa que
Nevada. Agua abundante y de buena calidad; se conserva en este frente se convierte en un fac-
ríos innumerables de mucho caudal y excelente La profundidad de los valles labrados por los ríos tor excelente de reservorio y alimentación en agua
potencial hidroeléctrico; además de lagunas que y la construcción de llanadas en terrazas y aba- a la red hidrográfica de la hoya del Orinoco. Por
se cuentan por centenas como reservorios y be- nicos en sus riberas distinguen de manera por decenas se cuentan las bucólicas y silenciosas
lleza sin igual; hacen de esta unidad protegida demás característica los espacios del Parque lagunas parameras, unas muy pequeñas, otras
uno de los espacios geográficos de mayor inte- Nacional Sierra Nevada. Sobre esas llanadas de mayor tamaño; buenas para el sosiego, la
rés y valor del territorio nacional. aluviales es, precisamente, donde se asientan contemplación e incluso para la pesca deportiva
mayoritariamente los cultivos y pueblos que pro- de la trucha.
El Parque Nacional Sierra Nevada es un impor- liferan dentro o en las adyacencias del parque La
tante receptor y productor de buena porción del red de drenaje se organiza en dos grandes cuen- Las lagunas de origen glacial que drenan hacia
agua que drena hacia la hoya del Lago de Mara- cas: la del Lago de Maracaibo y la del río Apure, la cuenca del Lago de Maracaibo son aproxima-
caibo y a la del Orinoco, a través del río Apure. principal afluente del río Orinoco en su margen damente 75 en total, siendo las más representa-
Se trata, entonces, de una verdadera cuenca de izquierda. tivas las siguientes: Los Anteojos, Bijinos, Cara
recepción en ambos casos. La abundancia del Sucia, El Arco, El Garabato, El Montón, El Royal,
recurso agua en el parque se explica por la co- En la primera se distinguen los siguientes ríos: El Suero, La Coromoto, La Brava, La Mucuy, La
piosidad de la precipitación que recibe, la alta Mucuchaché, Gavidia, La Mucuy, La Fria, San Verde, Michurao, Misteque y Saysay.
capacidad de retención de su vegetación y sue- Onofre y Nuestra Señora. Todos son afluentes del
los, más sus bajos índices de evaporación por la río Chama, principal colector de las aguas del Par- Las lagunas que drenan hacia la cuenca del Ori-
alta nubosidad y temperaturas moderadas que que Nacional Sierra Nevada en su parte norte. noco son numerosas, aproximadamente unas 65,
posee. De manera que proteger el recurso agua entre las que se cuentan: Santo Cristo, la mayor
en este espacio es de enorme significado estra- En la red que alimenta a la cuenca del Orinoco de todas las del parque, sirviendo de naciente al
tégico, lo cual justifica, en sí mismo, el carácter destacan los ríos Santo Domingo, Mucusaviche, Río Siniguis; tiene una extensión aproximada de
de área protegida del Parque Nacional Sierra Pagüey, Escagüey, Curbatí, Canaguá, Acequias, 1.5 km de largo por 400 m de ancho. Son relativa-
Nevada. El volumen de agua en el territorio del Siniguis, Bumbúm, Socopó, Batatuy y Michay. mente grandes La Verde, con dimensión de 1.000
parque está representado por el escurrimiento Esta red, de ríos muy paralelos entre si, resulta x 300 m; la muy conocida Laguna de Mucubají,
superficial a través de su densa red hidrográfi- marcadamente más densa y de mayor volumen con una extensión de 1.000 x 500 m; Encierro,
ca, así como por las numerosas lagunas natura- de agua que la correspondiente a la cuenca del ubicada entre los picos La Concha y Bolívar; La
les de origen glacial que allí existen, las cuales Lago de Maracaibo. Negra; Los Palos, Venado Inferior y Venado Su-
funcionan como fuentes de alimentación de los perior, son también lagunas destacadas en las
cursos de agua. A su vez, son ríos de mayor caudal, más torren- cumbres andinas del parque. El agua de esta
ciales y largos, alimentados por lluvias copiosas área protegida es, en fin, un recurso natural in-
Los ríos que nacen y discurren a lo largo y ancho y frecuentes, provenientes de las masas de aire valorable por su abundancia, calidad, belleza
del parque se caracterizan por su elevado caudal, del sureste que sufren ascención orográfica for- escénica y bondades de uso actual y potencial

Laguna Negra y denso bosque de Polylepis sericea (Coloradito) - Sierra de Santo Domingo.

258
EL PARQUE NACIONAL SIERRA NEVADA

en numerosas actividades, como en energía hidroeléctrica, riego, consumo


humano urbano y rural, además de uso industrial.

Al mismo tiempo, las lagunas parameras integran un paisaje natural único


en el Parque Nacional Sierra Nevada; por su atrayente belleza, su utilidad y
valor como herencia geológico-ambiental. Su origen es netamente glacial, al
tratarse de espacios en hondonada dejados por la labor milenaria de exca-
vación de los hielos fini-pleistocenos que se instalaron en las cumbres andi-
nas y desaparecieron hace unos 10.000 años. En el Parque Nacional Sierra
Nevada es donde existe el mayor desarrollo del sistema lagunar de origen
glacial del páramo andino-venezolano, por encima de los 3.000 m.s.n.m.

Laguna Los Anteojos. Sierra Nevada de Mérida

Represa José Antonio Páez sobre el río Santo Domíngo

259
EL PARQUE NACIONAL SIERRA NEVADA

Fauna En los ríos y lagunas parameros abundan los (Mazama bricenii) el Mono Araguato (Alouatta
salmónidos representados por la trucha andina, seniculus), el Puercoespín (Coendu prehensilis)
La fauna silvestre del Parque Nacional Sierra Ne- objeto de una importante actividad de pesca de- el tigrillo (Leopardus trigrinus) Puma (Puma con-
vada es variable, de acuerdo con los diferentes portiva; se trata de una especie introducida hace color) y la Ardilla (Sciurus granatensis).
medios ecológicos y hábitats que se distinguen ya muchos años.
en su espacio geográfico; a saber: Cabe destacar igualmente en las selvas nubladas
En las selvas nubladas del parque habita una la presencia de marsupiales, particularmente el
En el páramo habitan especies emblemáticas, importante fauna silvestre emblemática.El Oso Rabipelado común, especie muy abundante y re-
como el vistoso Condor de los Andes (Vultur Frontino (Tremarctos ornatus) es el animal más conocida en el Parque Nacional Sierra Nevada.
gryphus) y el también célebre Oso Frontino (Tre- conspicuo al cual hay que agregar como anfibio
marctos ornatus). Además de estos vertebrados al Sapito Andino (Atelopus spp.) y la Salamandra En las selvas montañosas siempreverdes del
superiores los lagartos del género Anadia como (Bolitoglossa sp.). parque su fauna silvestre es todavía poco cono-
la Musaraña (Cryptotis meridensis) y el conejo cida científicamente; sin embargo, es abundante,
del páramo (Sylvilagus brasiliensis meridensis) Entre las aves hay que mencionar de manera es- particularmente en aves autóctonas y venidas de
se pueden considerar como representativos; al pecial por su exclusividad ecológica a las gallinas las planicies del llano y de la Depresión del Lago
igual que el Coatí Andino (Nasuella olivacea) de monte (Tinamus sp), el Pato de Torrentes (Mer- de Maracaibo. Los mamíferos también lo son.
el Tigrillo Andino (Leopardus tigrina) el Chivito ganetta armata) la Pava Andina (Penelope mon-
de los Páramos (Oxypogon guerinii) que es un tagni), la Paloma Gargantilla (Columba fascista) En todo caso la fauna silvestre del Parque Na-
colibrí y el Venado de Páramo (Odocoileus vir- el Perico Cabecirrojo (Pyrrhura rhodocephala) el cional Sierra Nevada es una de las más ricas y
ginianus goudotii) mamífero de mucho porte que Perico Multicolor (Hapalopsittaca amazonina) la diversas de las áreas ambientales protegidas del
sirve de símbolo al logo del Instituto Nacional de Cotorra Cabeciblanca (Pionus sp.) el Loro Ver- país, sobre todo en cuanto a aves y mamíferos
Parques (INPARQUES). de (Amazona mercenaria) el Quetzal Coliblanco se refiere. Hay unas 15 órdenes de aves, 47 fa-
(Pharomachus antisianus) la Urraca (Cyanolica milias y 348 especies que representan aproxima-
sp.) el Pájaro de agua (Cinclus leucocephalus) el damente el 27% del total de especies conocidas
Pico de Frasco Gargantiblanco (Aulachorhyncus para todo el país. Entre los mamíferos están
prasinus). incluidos 8 órdenes, 25 familias y 114 especies
que equivales al 35% del total de especies de
Respecto a los mamíferos en las selvas nubla- mamíferos conocidas en Venezuela.
das del parque existen especies muy representa-
tivas como la Lapa Andina (Agouti taczanowski)
la Rata andina común (Thomasomys laniger).
También son animales altamente representati-
vos en los mamíferos el Cachicamo común (Das-
ypus novencinctus), el venado Matacán Andino

260
Recursos Escénicos del Parque Nacional Sierra Nevada

Recursos escénicos

La diversidad e intensidad de la be-


lleza de los recursos escénicos que
se localizan dentro de los linderos y
en las adyacencias del Parque Na-
cional Sierra Nevada son reconoci-
das y altamente valoradas en Vene-
zuela y más allá de sus fronteras.

En muy cortos trayectos, capaces


de ser recorridos rápidamente, el
viajero queda gratamente impacta-
do por la extraordinaria sucesión de
bellezas naturales y escénicas en
general que encuentra y descubre a
su paso.

Las bondades del clima que se ex-


perimentan en medio de la intensa
tropicalidad venezolana; el relieve
tan conspicuo y variado, con sus
picos imponentes, algunos inclu-
so con hielos permanentes, caídas de nieve y lor tapiz vegetal de las selvas nubladas, al igual mente apreciados. Son, por ejemplo, los siste-
frecuencia de heladas; o bien elevadas ensi- que en los bosques montanos siempreverdes, mas agrarios andinos, tan propios y diferentes,
lladuras que sirven de pasos naturales; valles surcados, como los otros paisajes por multitud como aquellos combinados armoniosamente
profundos en forma de estrechas gargantas, a de ruidosos y caudalosos torrentes de montaña, por cultivos tradicionales y técnicas moder-
la par que atrayentes artesas de fondo plano en- muchos jalonados de caídas y espectaculares nas, donde el intenso verdor de unos, como la
cerradas entre pintorescas colinas morrénicas; saltos de agua, algunos a manera de “hilillos” papa y las hortalizas contrasta con el amarillo
hacen del Parque Nacional Sierra Nevada un desprendidos de altos rocosos casi impercepti- característico del trigo y la cebada. Pero, asi-
verdadero atractivo para el solaz, la contempla- bles por el cobijo de la vegetación intrincada que mismo, por más desprevenido que el visitante
ción y el goce espiritual; sin olvidar las lagunas los rodea; en contraste con algunas áreas de so- del parque sea, no pasarán desapercibidos los
parameras de tamaño, colores, enclaves hermo- tavento apenas rociadas por lluvias esporádicas prados cultivados para una ganadería lechera
sos y bucólicos. y escasas que sólo permiten el desarrollo de una de alto rendimiento y, finalmente, si es que hu-
vegetación xerofítica y de espinar, en ambientes biere final, destaca de manera impactante el
Pero, el paisaje no se agota con estas atraccio- ciertamente semiáridos o muy secos. encanto de los pueblos y aldeas asentados
nes y valores, porque más allá o más acá, quien dentro de la poligonal del parque, o bien en las
tiene la suerte de visitar el parque se encuentra A tantos dones naturales que alberga el parque áreas fronterizas habitadas por gente de idio-
de frente o inmerso en la cubierta vegetal baja y sus alrededores, se unen elementos cultura- sincrasia tan especial por su hablar, simpatía y
y rala paramera, o en el exuberante y multico- les sumamente característicos y también alta- hospitalidad.

261
EL TELEFÉRICO
Un emblema del
Parque Nacional Sierra Nevada

En una distancia de 12,5 km de re-


corrido, el teleférico que se inicia en
la ciudad de Mérida a 1.575 m.s.n.m
y culmina en la estación de Pico Es-
pejo a 4.765 m . de altura, constituye
un emblema y una atracción mayor
del parque.

Hacer este recorrido significa experi-


mentar una extraordinaria sensación
de diversión, curiosidad y aprendi-
zaje.

Ascendiendo por el largo y muy es-


carpado frente norte del parque, el
teleférico atraviesa en sucesión un
escalonamiento bioclimático único
de la geografía andina venezolana:
el estrecho y profundo valle del río
Chama, diseñado en torrentes, la-
deras vegetalizadas de arbustales
o cultivos y abanicos aluviales. Para
luego llevarnos a presenciar la intrin-
cada cobertura del bosque nublado,
salpicado de yagrumos plateados,
seguido del matorral andino de tran-
sición hacia el medio paramero del
frailejón. Y al final, las abruptas lade-
ras rocosas socavadas por el hielo
cuaternario de la Glaciación Mérida,
muy cerca de los remanentes glacia-
res que quedan como testigos inequí-
vocos de su existencia plena 10.000
años atrás.

El paseo efectuado en el teleférico


de Mérida es una inolvidable y emo-
cionante excursión, que reconforta
el espíritu y nos transporta en un ex-
traordinario viaje eco-turista.
Glaciares, nevadas y heladas

En Venezuela sólo existen glaciares en el


Parque Nacional Sierra Nevada, aunque pe-
queños ellos sean.Y muy pequeñas son las
áreas del país e incluso de la Cordillera de
Mérida, donde ocurren nevadas y/o heladas
en algún momento del año. Justamente, el
Parque Nacional Sierra Nevada es una de
esas áreas, particularmente a altitudes su-
periores a los 3.000 m.s.n.m. Por su parte,
el nivel de las nieves perpetuas se localiza
entre 4.670 - 4.680 m de altitud, lo cual per-
mite la presencia de los pequeños glaciares
remanentes que todavía perduran, a saber:

- Macizo Pico Bolívar; (4.980 m.s.n.m) don-


de se localizan dos glaciares en sus caras
norte y este, respectivamente.

- Macizo La Corona; con los glaciares de


los picos Humboldt (4.942 m) y Bonpland
(4.883 m).

Las nevadas ocasionales ocurren a niveles


más bajos, tienen ritmo diario pero no es-
tacional; sin embargo, suelen presentarse
más frecuentemente en la época más lluvio-
sa del año, entre mayo y octubre.

Por debajo de 4.000 m las nevadas ocurren


hasta los 3.200 m de altura, particularmente
como sucede en el área de Mucubají, don- Nevada ocurrida en agosto 2008
de la nieve puede alcanzar hasta 20 - 30
cm de espesor. En julio y agosto son los
meses con promedios de nevadas más re-
currentes. En los macizos y picos Simón
Bolívar, La Corona, La Concha, El Toro y
El León las nevadas que se presentan a
veces son copiosas.

Por su parte, las heladas son eventos comu-


nes en altitudes superiores a 3.000 m. Ocu-
rren en horas de la noche, cuando las tem-
peraturas descienden por debajo de 0 °C.

Algunos años el total de heladas puede al-


canzar más de 200, lo cual es un número
muy elevado para una montaña tropical
como la correspondiente al Parque Nacio-
nal Sierra Nevada. Los meses más secos
coinciden con el mayor número de heladas
nocturnas.

Típico paisaje de origen glacial: circos, morrenas y laguna. Sierra de Santo Domingo - Parque Nacional Sierra Nevada

263
Atractivos turísticos

Relieve Hidrografía

• Altas sierras dentadas con: * La gran densidad de la red hidrográfica.


- Picos imponentes con nevadas esporádicas. * La torrencialidad de los cursos de agua.
- Picachos abundantes. * Saltos y chorreras abundantes.
- Elevadas ensilladuras con heladas y nevadas recurrentes. * Gran cantidad de lagunas parameras.

• Modelado Glacial heredado por encima de los 3.000 m de Vegetación


altitud con:
* Típica y endémica vegetación paramera.
- Valles o artesas de fondo plano. * Abundancia y densidad de las Selvas Nubladas.
- Atrayentes colinas morrénicas. * Abundancia de bosques siempreverdes submontanos.
- Circos rocosos abruptos simples y compuestos.
- Hermosas depresiones lagunares. Atractivos culturales
• Valles Aluviales con:
* Sistemas agrarios diferentes e integrados.
- Altas terrazas o mesetas pobladas y cultivadas.
* Combinación de cultivos y técnicas tradicionales y modernas de cultivo.
- Abanicos torrenciales poblados y cultivados.
* Intensidad y verdor de cultivos de papa y hortalizas.
- Imponentes gargantas o cañones.
* Cultivo de flores.
- Abundantes saltos o caídas de agua.
* Prados hermosos para ganadería lechera de alto rendimiento.
* El atrayente cultivo de la trucha.
Clima * La peculiaridad de la vivienda andina tradicional.
* El atractivo del labriego paramero.
* Su gran variedad en cortos trayectos. * La pesca de la trucha en ríos y lagunas.
* Variedad y confort de la temperatura. * El encanto de los pueblos andinos: Trazado, arquitectura, limpieza.
* Variedad de la lluviosidad. * La tradicional hospitalidad andina.
* Frecuencia de neblina y heladas. * La atracción de fiestas, ferias y cultos religiosos.
* Presencia de nevadas esporádicas. * La tradición y características únicas de la comida andina.
* La tradición artesanal y belleza de los productos: cerámica, tejidos, tallas
en madera.
* La presencia del teleférico de Mérida.

264
265
PARQUES NACIONALES DE LOS LLANOS

anchura de norte a sur varía entre 100 y 400 km. amplios, pertenecientes sobre todo al cuaterna-
Por su parte, la media altitudinal regional apenas lle- rio antiguo y medio. Están atravesados por ríos
ga a unos 160 m.s.n.m, con una pendiente o inclina- caudalosos y extensos venidos principalmente
ción general que promedia unos 70 cm/km. de los Andes venezolanos y secundariamente de
los colombianos.
En función de las dificultades del drenaje y las
posibilidades o no de inundación de las tierras Todos los ríos mayores del área llevan sus aguas
llaneras, especialmente durante la época de llu- al Apure, afluente más importante del Orinoco
vias, tradicionalmente se dividen estos espacios por su margen izquierda.
en llanos altos y llanos bajos. Los primeros re-
gularmente no inundables, caso contrario ocu- En los Llanos Occidentales la distinción entre lla-
rriendo para los segundos. A su vez, en razón de nos altos y llanos bajos es bastante clara, y está
su relieve y posición geográfica, se acostumbra dada generalmente por la curva de nivel de los
dividir a los Llanos venezolanos así: 100 m.s.n.m. En los primeros predomina una to-
pografía más irregular, sin llegar a ser quebrada.
• Llanos Occidentales. Está integrada por altas terrazas y abanicos alu-
• Llanos Meridionales. viales que entran en contacto con los llanos ba-
En la extensa depresión central de Venezuela • Llanos Centrales. jos de topografía mucho más plana. Estos últimos
que comúnmente denominamos Los Llanos, so- • Llanos Orientales. son bancos arenosos y bajíos arcillosos que se
lamente se ubican tres Parques Nacionales. Ellos inundan durante los períodos de lluvia, formando
son Aguaro-Guariquito, Santos Luzardo y Río Llanos occidentales las lagunas llamadas esteros en lenguaje llanero.
Viejo-San Camilo. Ocupan apenas unos 12.334
km�, es decir, aproximadamente el 4.7% de la su- Se extienden a partir de las tierras piemontinas En los llanos altos la vegetación de sabana alter-
perficie total de esta gran región natural que al- andinas y comprenden espacios pertenecientes na con extensas superficies boscosas, resultantes
canza 260.000 km�. Como se hace evidente, el a los estados Barinas, Apure y Portuguesa. Los de la unión de bosques de galería que crecen a lo
déficit de áreas protegidas en esos espacios es llanos altos occidentales escapan a las inunda- largo de los cursos de agua; en cambio, en los lla-
mucho mayor que en cualquier otro del territorio ciones periódicas por estar compuestos de sedi- nos bajos el predominio de la vegetación herbá-
nacional. mentos aluviales más gruesos y mejor drenados, cea graminosa es absoluta, apenas interrumpida
modelados en terrazas y conos de deyección por bien delimitados bosques de galería.
Cuando hablamos de los Llanos venezolanos ha-
cemos referencia a la vasta cuenca
de relleno sedimentario de origen
aluvial encerrada por la Cordillera
Caribe al norte; el Delta del Orinoco
al este; el río Orinoco al sur-sureste
y los ríos Meta y Arauca al sur-su-
roeste.

Se trata de un extenso y volumino-


so depósito de sedimentos de miles
de metros de espesor, cuyo origen
va desde el Cuaternario Antiguo
hasta los tiempos más recientes del
Holoceno. Los aluviones han sido
acarreados y depositados por los
ríos provenientes de las montañas
andinas, las caribeñas y de las tie-
rras guayanesas a través del Orino-
co. Localmente los aluviones han
sido remodelados por el viento para
formar paisajes de médanos, como
ocurre, por ejemplo, en los Llanos
Meridionales del estado Apure,
justamente, en espacios pertene-
cientes al Parque Nacional Santos
Luzardo.

La región llanera se alarga en más


de 1.200 km desde el piedemonte
andino al oeste, hasta las tierras
deltaicas del Orinoco al este. La

270
PARQUES NACIONALES DE LOS LLANOS

En unos u otros tipos de llanos la red hidrográfica Este campo de dunas se extiende sobre todo a lo En los llanos centrales se ubica el Parque Nacio-
es muy intrincada, integrada por ríos caudalosos largo de los ríos Capanaparo, Arauca y Meta. nal Aguaro - Guariquito.
levantados en sus lechos por el importante volu-
men de sedimentos que llevan, lo cual, provoca Justamente, en estos espacios se localiza el Par- Llanos orientales
constantes desbordamientos, particularmente en que Nacional Santos Luzardo como figura pro-
los llanos bajos coincidente con la época de llu- tectora de esta reliquia ambiental llanera que son Pertenecen a los estados Anzoátegui y Monagas.
vias que ocurre de abril a octubre. los llamados Médanos de Apure. De norte a sur se extienden desde los contrafuertes
y piedemontes de la Cordillera Caribe Oriental, has-
En los llanos occidentales el clima se caracteriza Llanos centrales ta las márgenes del río Orinoco; mientras que por el
por ser el más lluvioso de toda la región, con pro- este los delimitan las tierras deltaicas orinoqueñas.
medios que sobrepasan los 1.200 mm/año. Es un Conforman la mayoría determinante del territo-
clima marcadamente unimodal en cuanto a las rio de los estados Guárico y Cojedes. Van desde Dos subpaisajes bien diferentes conforman a
lluvias se refiere, pues éstas se presentan en un el piedemonte de la Cordillera Caribe, hasta las este sector llanero oriental. Por una parte, el gran
período bien determinado, sucedido de otro seco márgenes del Orinoco. Estas tierras planas llane- paisaje de las llamadas Mesas, al centro -norte y,
notablemente definido que ocurre de noviembre ras se ven interrumpidas al norte por un relieve por la otra, los llanos bajos al sur. Las llamadas
a marzo. Por su parte, las temperaturas son muy de colinas bajas alargadas y paralelas llamadas Mesas no son otra cosa que enormes tábulas se-
poco variables durante el año, con promedios galeras, así como por los cerros de El Baúl, al no- dimentarias aluviales dispuestas en sentido norte
anuales cercanos a los 27 °C, máximos de 33 °C roeste. En general, predominan suelos de buen - sur, levantadas sobre las tierras bajas colindan-
y mínimos de 22 °C. drenaje, aunque hacia la parte meridional del tes y delimitadas por farallones verticales o casi
sector son llanos bajos inundables. verticales, producto de la erosión de los cursos
El sector llanero en referencia es el que posee de agua que las atraviesan. Las Mesas son enor-
los suelos con mejores posibilidades agrícolas Particularmente en los llanos de Guárico se loca- mes volúmenes de aluviones del Cuaternario
de toda la región natural a la cual pertenecen, lizan amplias superficies de antiguas terrazas y Antiguo, depositados por los ríos venidos de la
debido a su fertilidad natural y drenaje menos abanicos aluviales, mayormente desmantelados Cordillera Caribe Oriental en forma original de te-
impedido, especialmente los ubicados en los lla- por la erosión; por lo cual, se trata de superficies rrazas y grandes abanicos aluviales torrenciales.
nos altos. Por tales circunstancias, el desarrollo sumamente pedregosas y de suelos estériles Al sur las Mesas entran en contacto con tierras
agrícola de los Llanos Occidentales es el mejor donde sólo crece una vegetación mixta de ar- bajas inundables orinoqueñas y al este con las
logrado en comparación con las demás zonas bustos achaparrados y gramíneas duras; sin em- tierras también bajas e inundables que confor-
llaneras. Igualmente, es la subregión donde se bargo, abundan los bosques de galería, por su man los inicios del Delta del Orinoco.
localizan las más amplias superficies cubiertas parte, en los llanos más bajos de este sector la
de vegetación boscosa favorecida por la alta sucesión de bancos y bajíos es lo característico Hasta ahora en los Llanos Orientales no se ubica
lluviosidad que allí ocurre durante el año. Sólo del paisaje, con una amplia cobertura herbácea ningun área ambiental protegida bajo la figura de
existe un Parque Nacional: Río Viejo-San Camilo, de sabana típicamente llanera. Parque Nacional.
situado en el extremo suroeste del sector.

Llanos meridionales

Son esencialmente las tierras más bajas de la


gran depresión central venezolana. Pertenece
en su totalidad al estado Apure. Se trata de los
llanos inundables por excelencia, tanto por las
lluvias de la estación correspondiente, como por
los contínuos y generalizados desbordes que
producen la red hidrográfica. En efecto, los cur-
sos de agua allí existentes son, además de muy
caudalosos, suficientemente levantados en sus
lechos para producir desbordamientos contínuos
en la época lluviosa que se presenta entre junio y
octubre. A las inundaciones de desborde se unen
las causadas por las precipitaciones como con-
secuencia de la presencia abundante de bajíos,
distinguidos por su mal drenaje. Los extensos es-
pejos de agua formando esteros son característi-
cos del paisaje natural de esta zona.

En la parte más sureña de estos llanos se localiza


un campo extenso de médanos o dunas, superior
a 100.000 hectáreas, instalados en condiciones
climático - ambientales cuaternarias diferentes a
las actuales durante las cuales predominaba un
clima muy seco y una intensa actividad eólica.

271
PARQUE NACIONAL AGUARO-GUARIQUITO

Nación. Se localiza al Norte con tierras del alto lla- De manera que, estos relieves acolinados con-
no central, al sur con los ríos Aguaro y Guariquito, forman un paisaje natural bien definido, de to-
al Oeste con el río San José y el río Guariquito y pografía ondulada, superficies sumamente pe-
al Este con la carretera nacional, Cabruta y el río dregosas con abundantísimos cantos cuarzosos
Aguaro. bien rodados; suelos esqueléticos muy pobres y
sumamente erosionados, donde existen frecuen-
Se llega al Parque teniendo como referencia el cen- temente costras ferruginosas.
tro poblado de Santa Rita por el Este. Viniendo de
Calabozo, El Sombrero o Las Mercedes, en sentido A los suelos muy pobres, se agrega la existencia
norte - sur. Astronómicamente Aguaro-Guariquito de un clima tropical típicamente llanero, con pre-
está encerrado por las coordenadas 66° 37’ 97” sencia de una estación seca bien marcada que
de Longitud Oeste y 8°19’ 80” de Latitud Norte. se extiende de noviembre a abril, para dar lugar
a una cubierta vegetal rala y generalmente esca-
Paisajes naturales sa, constituida por sabanas arbustivas de árboles
achaparrados.
Como muestra representativa de que el Parque
Nacional Aguaro-Guariquito es de los Llanos La vegetación herbácea se compone principal-
El 7 de marzo de 1974 fue creado, mediante De- Centrales, posee en lo fundamental los mismos mente de (Trachypogon sp.) que es una gramínea
creto Ejecutivo Nº 1.686, aparecido en Gaceta paisajes naturales que caracterizan a esta su- conocida como saeta. Los árboles achaparrados
Oficial Nº 30.349 de fecha de 11 de marzo del bregión. El área se ubica principalmente en los retorcidos abundantes en este tipo de vegetación
mismo año, el Parque Nacional Aguaro-Guariqui- Llanos bajos; sin embargo, la parte más septen- de colinas y mesas están dominados por el cha-
to. La decisión referida fue tomada para preservar trional pertenece a los Llanos altos. parro (Curatella americana) y el chaparro mante-
una muestra ambiental representativa de las Lla- co (Byrsonima crassifolia), también el alcornoque
nos Centrales altos y bajos del país que, a su vez, Llanos altos (Bowdichia virgilioides) y el merey (Anacardium
forman parte determinante de esa gran región na- Se trata de un relieve un poco más quebrado in- occidentale). La palma llanera (Copernicia tecto-
tural que son los Llanos venezolanos. tegrado por bajas y achatadas colinas con alturas rum) igualmente está presente de manera notable
alrededor de los 200 - 230 metros. Tales colinas en estos espacios de sedimentos aluviales anti-
Extensión y Localización son el producto del desmantelamiento por erosión guos. La saeta que intercala con la vegetación
de antiguas terrazas y abanicos aluviales del Pleis- achaparrada es una gramínea muy dura y resis-
La extensión del parque se eleva a 585.750 ha, toceno, construidos en aquella época por los ríos tente a la sequía que crece en suelos arenosos
razón por la cual es uno de lo más grandes de la venidos de la Cordillera Caribe, situada al norte. de muy baja fertilidad natural.

Típico paisaje acolinado del sector norte del Parque Nacional Aguaro - Guariquito

273
PARQUE NACIONAL AGUARO-GUARIQUITO

En general, son superficies que tienen un uso


restringido a la cría de ganado bovino, aunque
sea extensiva, con escasísimo o inexistente uso
agrícola.

Los paisajes y ecosistemas aludidos de los lla-


nos altos del Parque Aguaro-Guariquito son muy
frágiles, por ser altamente susceptibles a la ero-
sión y particularmente, a los incendios forestales
que se producen reiteradamente en la época de
sequía.

En los llanos altos del parque se presentan también


los bosques de galería, aunque menos desarrolla-
dos que en los llanos bajos correspondientes.

Llanos bajos
La superficie mayor de la unidad de tierras que
integra al Parque Nacional Aguaro-Guariquito
se encuentra en los llanos bajos. Se trata de re-
lieves bien diferentes a los anteriores. Se dis-
tinguen por su aplanamiento generalizado. Son
superficies en las cuales se repite con suma fre-
cuencia un patrón sucesivo de cursos de agua
con cauces pocos profundos, bancos arenosos
a lo largo de ellos, bajíos y cubetas de decanta-
ción, que en épocas de inundación que forman
verdaderos esteros o lagunas que luego desapa-
recen durante la temporada de sequía. Las llu-
vias llegan abundantes y torrenciales entre abril
y octubre. El paisaje es entonces totalmente dife-
rente a la época seca, que ocurre de noviembre
a marzo-abril. Durante la época de lluvias la sa-
bana abierta se inunda y por doquier hay lagunas
o esteros, mientras que los bancos escapan a las
inundaciones.

Por su parte, la sequía trae consigo un paisaje


yermo, caluroso con promedios de unos 33 °C a
la sombra, vientos fuertes y vegetación “tostada”
por el sol. Es la época de los incendios frecuen-
tes y extendidos. La fauna escasea y el agua se
agota en los riachuelos y bajíos.

Los llanos inundables o bajos es el predominio


de la sabana abierta o inarbolada, a veces inte-
rrumpida por islas boscosas llamadas matas, sel-
vas de galería y los denominados morichales.

La sabana abierta es la cobertura vegetal que se


desarrolla predominantemente en las partes inter-
medias o bajíos y en las cubetas más bajas, donde
se forman los esteros durante la época lluviosa;
mientras que en los bancos arenosos predomina
el bosque deciduo y la vegetación de morichal.

Hay muchos tipos de gramíneas en las sabanas,


aunque también están presentes en esta cobertura
otras familias, especialmente Leguminosas, Con-
volvuláceas, Cyperáceas, Compuestas (Poaceas)

275
PARQUE NACIONAL AGUARO-GUARIQUITO

y Melastomatáceas. Abundan entre las gramíneas


(Andropogon selloanus), el Tupuquen (Sporobulus
indicus), el gamelotillo (Paspalum plicatulum), asi
como Axonopus, Aristida y Eragrostis. Entre las
leguminosas existen el pega-pega (Desmodium,
Eriosema y Galactia). También abundan el mas-
tranto, (Hyptis suaveolens) entre las especies de
la familia labiadas; igualmente el estoraque (Ver-
nonantura brasiliana) de las compuestas.

En las sabanas de esteros abundan la gramínea


(Paratheria prostrata), así como (Reimarochloa
brasiliensis). Otras plantas comunes son la ca-
ledonia (Ipomoea carnea sp. fistulosa), platani-
co (Thalia geniculata) y (Egletes florida). Por su
parte, también en los bajíos y esteros se encuen-
tran asociaciones de plantas espinosas como las
Barinas (Cassi aculeata), la dormidera (Mimosa
pigra) y (Mimosa pellita), la guaica (Rochefortia
spinosa), la cachita (Randia armata) y la espina
de bagre (Hydrolea spinosa). En los bajíos, sitios
de topografía intermedia entre bancos y esteros
destaca la planta lambedora (Leersia hexandra),
la cola de vaca (Andropogon bicornis) y la rubora
(Imperata contracta).

En épocas de inundación se observan en los este-


ros grupos de plantas acuáticas y semiacuáticas
formando como alfombras flotantes, donde predo-
mina la bora (Eichhornia crassipes), (E. caerulea)
El agua abunda en los llanos bajos del Parque
y boro dormilón (Neptunia oleracea). También
abundan gramíneas llamadas pajas de agua,
como (Paspalum repens). En ciertos esteros está
presente la palma llanera (Copernicia tectorum).

En los morichales es dominante la palma mori-


che (Mauritia flexuosa), donde se asocia con un
tapizado de cyperáceas, gramíneas y fruticosas
melastomatáceas.

La palma moriche es una elegante palmera que


crece hasta 24 m y más de altura, cuya fibra es
muy útil para los habitantes locales para fabricar
utensilios, como chinchorros, hamacas, mecates,
y cestería. Otra palma más pequeña que abunda
en los morichales es la macanilla Bactris.

Por su parte, en los bosques de galería diferen-


tes a los morichales no inundables, son comunes
árboles como el uvero (Coccoloba caracasana),
el llamado matapalo (Ficus sp.), el trompillo (Gua-
rea guidonia), el guarataro (Vitex Orinocensis),
el apamate (Tabebuia rosea), el sangre de dra-
go (Pterocarpus officinalis), el jabillo (Hura crepi-
tans), el chupón (Gustavia poeppigiana) y entre
las gramíneas es común la caña brava (Gynerium
sagitattum) y la guasdua (Guadua latifolia), que
es una gramínea gigante.

El agua escasea en los llanos altos

277
PARQUE NACIONAL AGUARO-GUARIQUITO

Fauna bagre paleta (Sorubim lima). El bagre rayado tes maximus). Igualmente, tiene hábitat en el área
(Pseudoplatistoma orinocense), es, por su parte, del parque el cunaguaro manigordo (Leopardus
Abundante y variada es la fauna de Aguaro- una especie muy apreciada. pardalis), así como el puma (Puma concolor).
Guariquito, especialmente en sus llanos bajos,
donde se encuentran más ecosistemas y mayo- En caños profundos de Aguaro-Guariquito están Los reptiles del área son asimismo abundantes
res posibilidades de hábitats. presentes las muy reconocidas Toninas o delfi- y diversas las especies. La iguana, (Iguana igua-
nes de agua dulce (Inia geoffrensis). na) abunda, igual el mato o Tejú (Tupinambis
La densa red hidrográfica posibilita el desarrollo teguixin). En los ríos y caños está presente la
de una gran riqueza de especies acuáticas. Entre En el área protegida que nos ocupa suelen ha- baba (Caiman crocodilus crocodilus) al igual que
los peces el pavón (Cichla ocellaris) encuentra llarse anacondas y galápagos, cuyo desarrollo se el caimán del Orinoco (Crocodylus intermedius).
en estos espacios un habitat ideal. Es muy codi- asocia a zonas inundables. Muy distintiva en Aguaro-Guariquito es la gigan-
ciado por pescadores por lo cual su explotación tesca culebra anaconda, (Eunectes murinus), al
es intensa en el parque. De los ríos del espacio Hay mamíferos también muy asociados a la red igual que la tragavenado (Boa constrictor). Abun-
considerado el Guariquito es receptor reconoci- hidrográfica y zonas inundables de Aguaro-Gua- da la cascabel (Crotalus durissus).
do de pavones, cachamas (Colossoma macro- riquito, como los chigüires o capibara (Hydro-
pomum) y morocotos (Piaractus brachypomus). choerus hydrochaeris), cuya carne es muy ape- Destaca de manera sobresaliente en el parque
tecida y de alto valor comercial, por lo cual están la presencia de una riquísima avifauna. Las gar-
También, abundan en los ríos del parque el copo- sometidos a fuerte presión de cazadores furtivos. zas son abundantes con más de diez especies
ro (Prochilodus mariae), la vieja (Aequidens sp.), representadas. Los ibises, como el corocora roja
el caribe Serrasalmus y el muy conocido Tembla- En los bosques de galería del parque abundan (Endocimus ruber) tienen gran presencia tam-
dor (Electrophorus electricus). otros mamíferos como el mono araguato (Alouatta bién, al igual que el pato real (Cairina moschata).
seniculus). También, está presente el oso hormi- La guacharaca de agua o chenchena (Ophisto-
El bagre es igualmente muy común, particular- guero gigante o palmero (Myrmecophaga tridac- comus hoatzin) atractiva y conspicua en su for-
mente el guacamayo (Pimelodus ornatos) y el tyla) y el cachicamo o armadillo gigante (Pryodon- ma se encuentra en Aguaro-Guariquito.

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