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INTRODUCCION

Nuestro país es multicultural pero a pesar de ello la gente es muy prejuiciosa y


no aprecia verdaderamente lo nuestro por el contrario se avergüenzan de su
patria. Se debería cambiar esa discriminación por apoyo para que nuestras
tradiciones, creencias, costumbres y folklore prevalezcan porque a pesar de ser
uno de los países con más historia lamentablemente no la valoramos y se va
perdiendo. Por eso en este ensayo hablo sobre José María Arguedas y sus
obras ríos profundos, el sexto y el zorro de arriba y de abajo que presentan un
mensaje multicultural.
Su novela “LOS RIOS PROFUNDOS” tiene un contenido indigenista; que nos
demuestra como los indios eran discriminados, pero también como ellos
querían hacer valer sus derechos y también nos demostraba como Ernesto
sobrevivió en un mundo plagado de odio y racismo. Ernesto es el adolescente
de catorce años que es el narrador en esta obra, este adolescente se sitúa en
el límite que une y separa el mundo de los blancos con el mundo de los indios.
Después de haber sido criado en una comunidad indígena, Ernesto recorre el
sur peruano hasta quedar internado en un Colegio Religioso de Abancay,
porque su padre, un abogado de provincias, inestable e itinerante, no puede
encontrar nunca donde fijar su residencia.
En el Colegio le tocó convivir con todo tipo de adolescentes de diferente
estatus social y económico, pero se llego a compenetrar con la mayoría de
ellos.
 Ahora pasamos a su novela “EL SEXTO” que es la cuarta novela del escritor
peruano José María Arguedas publicada en 1961, Es una breve novela basada
en la experiencia carcelaria del autor en la prisión limeña del mismo nombre,
entre los años de 1937 y 1938 esta ambientada en un contexto urbano y con
personajes mayoritariamente costeños y criollos, no deja de tener elementos en
común con sus anteriores novelas neoindigenistas, en especial con Los ríos
profundos, pues su protagonista-narrador (que usa el sobrenombre de Gabriel)
es también un ser marginal, sensible e idealista, escindido entre dos mundos
(el serrano-andino y el costeño-criollo) y entre dos culturas (la quechua y la
castellana).
 Arguedas decidió escribirla en 1939, no bien salió de la cárcel, pero que solo
empezó a poner en práctica esta idea recién a partir de 1957.
El escritor tenía 26 años cuando vivió dicha experiencia carcelaria. Ocurrió
durante la dictadura del general Oscar R. Benavides (aludido en la novela
como El General), bajo la cual se hallaban fuera de la ley los partidos aprista y
comunista. En realidad, Arguedas nunca fue un activo militante partidario, pero
sus simpatías estaban del lado del comunismo y en contra del fascismo, pues
se había formado intelectualmente con las lecturas del amauta José Carlos
Mariátegui. Fue por eso que cuando en 1937 se anunció la visita del general
italiano Camarotta (representante del dictador Benito Mussolini) a la sede de la
Universidad de San Marcos, un grupo de estudiantes sanmarquinos
sanmarquinos se puso de
acuerdo para organizar una protesta; entre ellos se encontraba Arguedas.
Todos ellos eran partidarios acérrimos de la Segunda República Española y
como tales, opositores declarados de la dictadura italiana, que por entonces
apoyaba al bloque fascista en plena guerra civil española. En el fragor del acto,
los estudiantes rodearon al general Camarotta e intentaron arrojarlo a la pila del

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patio de Derecho, hecho que fue impedido por un grupo de profesores. La
embajada italiana protestó enérgicamente ante el gobierno peruano, y el
general Benavides, a fin de dar un escarmiento ejemplar, ordenó la prisión de
todos los estudiantes involucrados. Fue así como Arguedas fue a dar en El
Sexto (prisión llamada así por estar en la sexta zona policial de Lima), donde
pasó once meses, de noviembre de 1937 a octubre de 1938.
El mundo de los presos políticos en el Sexto refleja la realidad peruana de la
década de 1930: comparativamente, los apristas son mayoría y los comunistas
solo una minoría. Estos partidos, de carácter revolucionario, habían surgido en
los años 1920 con la pretensión de transformar radicalmente al país; pero fue el
 APRA, fundado por Víctor Raúl Haya de la Torre, que al comenzar la década
de 1930 irrumpió como un partido de masas, apoyado por obreros,
campesinos, estudiantes y la clase media. Participaron en las elecciones
generales de 1931, que perdieron frente al teniente coronel Luis Sánchez
Cerro; no reconocieron el resultado y pasaron a la más desaforada oposición,
cuya cima alcanzó con la llamada revolución de Trujillo de 1932, ferozmente
reprimida por el gobierno. Apristas y comunistas fueron perseguidos y puestos
fuera de la ley bajo una norma de la Constitución de 1933 que proscribía a los
partidos de carácter internacional; de esa época data la acuñación del término
apro-comunismo. Las cárceles se llenaron de presos políticos, situación que no
varió tras el ascenso al poder de Óscar R. Benavides luego del asesinato de
Sánchez Cerro en 1933 a manos de un militante aprista. La novela es un eco
de la lucha de los apristas y comunistas contra el régimen dictatorial de
Benavides, pero a la vez refleja el enfrentamiento de ambos grupos en el plano
doctrinario. Frente a esta disputa, el joven Gabriel se muestra como un
individualista acérrimo: no comparte ninguno de esos fanatismos extremos,
aunque se siente más cercano a los comunistas. Se podría definirlo como un
independiente.
"El Sexto" es un lugar en el que el escritor encontró lo peor de la sociedad pero
a la vez la esperanza de quienes luchaban por cambiarla, sufriendo no solo la
privación de la libertad sino torturas y sufrimientos.
La sexta, ultima y no culminada novela del autor que fue publicada en 1971
viene a ser “EL ZORRO DE ARRIBA Y EL ZORRO DE ABAJO”.
En la novela los fragmentos novelescos, que narran la imposición del orden
capitalista y se focalizan en Chimbote, alternan con páginas aisladas del diario
personal, autobiográfico, del autor. En él se expresa la decisión de suicidarse,
se narran los preparativos de ese acto terrible y se formula lo que pudiera ser el
testamento de Arguedas. Sería demasiado parcial interpretar la efectiva
realización de ese hecho atroz fuera de sus condicionamientos psicológicos
íntimos, pero, respetando su inmancillable intimidad, es evidente que en cierto
sentido la decisión del suicidio es correlativa a la comprobación de que el
mundo no será como se soñó en Todas las sangres. Para José María
 Arguedas la vida era un acto de participación en el proceso histórico y la
historia un camino de perfección; por esto, cuando comprueba que es
imposible participar en el caos y que la historia desobedece a los imperativos
morales del hombre, decide quitarse la vida. No es capaz de existir en un
mundo que niega lo mejor del hombre.

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Pese al sentido trágico que expresan los fragmentos novelescos y los diarios,
en El zorro de arriba y el zorro de abajo se encuentran afirmaciones de
esperanza.
 Arguedas imagina que su frustración corresponde al límite de un mundo y que
inmediatamente detrás se construye la realidad tal como él la deseaba.
En esta última obra, a la que yo podría llamar la más interesante, se transmite
un fresco, elocuente y crudo mensaje de las consecuencias negativas que
conlleva la modernidad. Ya que el indio inmigrante, al llegar a la ciudad, por
presión del entorno va perdiendo paulatinamente su identidad cultural; sus hijos
se acriollan y adquieren otras costumbres; pero se distingue en lo mas grave, la
degeneración moral del hombre andino que cae en los vicios urbanos cuyos
son los bares y burdeles del puerto. De otro lado, la industrialización, símbolo
de la modernidad, tiene consecuencias catastróficas en el medio ambiente: la
pesca indiscriminada y la contaminación que producen las fábricas disloca el
equilibrio natural. Lo cual da el marco conveniente a una ciudad caída en la
degeneración física y moral.

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CAPITULO I
GENERALIDADES
1.1 JOSÉ MARÍA ARGUEDAS: EL ENCUENTRO DE DOS MUNDOS
Si hay una razón por la cual se escribe mucho acerca de José María Arguedas
es porque no se ha logrado comprender, en su totalidad, cómo influyó la
angustia que padecía, desde su niñez, y esa compleja unión entre lo andino y
lo costeño. Ambas determinaron una manera de escribir en él, por esa razón,
su literatura está atiborrada de comuneros que buscan la justicia “con sus
propias manos”; de criados que no se atreven a rebelarse ante el amo; él
escribía sobre una analogía: amo-siervo.
José María Arguedas escribía de sus recuerdos y experiencias, de una manera
que resulta ajena a los escritores actuales, pero con una prosa muy ágil y
sentimental. Aportó y contribuyó al movimiento literario, que se popularizaba en
Lima, llamado indigenismo. Sin embargo, en Arguedas hay muchísimo material
más antropológico que literario; él ensambló estas ideas para describir el
problema del indio común. A partir de esto surgen las siguientes interrogantes:
¿Por qué se valora más su labor literaria que la antropológica?, ¿cómo
comprender los dos mundos de la filosofía arguediana?
En la década de los 50, Manuel A. Odría, de carácter autoritario, gana las
elecciones presidenciales, esta elección democrática decide extenderse unos
ocho años en el poder, la decisión produce revueltas en la capital y la sierra.
Las medidas económicas, la represión a los medios de comunicación y la
explotación de las compañías mineras desestabilizaron al gobierno. Por ese
entonces el movimiento indigenista alcanza una gran presencia en la capital
pues se comienza a pensar que los indios eran iguales, tenían los mismos
derechos, a los limeños. José María comanda esta ola indigenista que
apuntaba a conquistar la capital de una manera diferente a las revueltas que
eran comunes en esos años. Cuando los libros, trabajos de investigación y
ensayos de José María son leídos por la clase media y los aristocráticos, estos
trabajos eran publicados en El Comercio, no se daba la sensación de un
movimiento subversivo de los indios, sino búsqueda de medios para transmitir
las desgracias que vivían los indígenas y que eran desdeñadas por los limeños;
por ese entonces, él viajo a Europa a mediados de la década del 50 gracias a
una beca de la UNESCO, visitó París y España, al parecer este viaje fue muy
importante para sus futuros trabajos antropológicos pues pudo reconocer que
el Perú estaba dividido, esta es la base de su novela Todas las sangres, y que
era necesario construir un puente cultural donde ambos mundos confluyeran a
intercambiar costumbres, ideas y tradiciones, Arguedas quería ser el
protagonista de este intercambio cultural, él deseaba conducir a ambos
mundos hacia el progreso, un progreso para el Perú.
Pero sus trabajos antropológicos y literarios, con los que buscaba conectar los
dos mundos, no fueron producto de una simple idea de Arguedas de poder
tratar el tema de la explotación en la sierra, sino significó un proceso que él
padeció y que inicia con su primer contacto con el quechua, la servidumbre.
“Voy a hacerles  una confesión un poco curiosa: yo soy hechura de mi
madrastra. Mi madre murió cuando yo tenía dos años y medio. Mi padre se
casó en segundas nupcias con una mujer que tenía tres hijos; yo era el menor
y como era muy pequeño me dejó en la casa de mi madrastra, que era dueña

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de la mitad del pueblo; tenía mucha servidumbre indígena y el tradicional
menosprecio e ignorancia de lo que era un indio, y como a mí me tenía tanto
desprecio y tanto rencor como a los indios, decidió que yo había de vivir con
ellos en la cocina, comer y dormir allí.”: afirma José María Arguedas en el
Primer Encuentro de Narradores en Arequipa. Esta etapa de su vida provocó
que su identificación con los indios se consolidara y aprendiera el quechua
antes que el español. Además, para él no fue una humillación convivir con la
servidumbre, sin embargo, los maltratos psicológicos de Agrimanesa, su
madrastra, deprimieron mucho al pobre infante que ya mostraba interés por los
comportamientos y costumbres de sus amigos, los quechuahablantes, él
desarrolla a muy temprana edad una idea de lo que significa la antropología y a
medida que crecía iba interiorizando el quechua e identificándose con ello.
“Pese a las marginaciones que sufría de pequeño, logró altas calificaciones.
Quería demostrar que el serrano podía ser igual o superior que el costeño
talentoso”: señala la magíster Gladys Flores Heredia en su libro Hablan los
duendes.
En respuesta a la primera interrogante, José María Arguedas escribe acerca de
la problemática del indio como resultado de los antagonismos de su niñez pero
la razón por la que se valora su labor literario más que el de antropología es
porque, implícitamente, da a conocer una imagen más real del indio y desecha
la imagen oscura del mestizo e indígena rural; sus trabajos como recopilador y
difusor del folclore, en sus propias obras literarias; y su trabajo en el cuento
folclórico y la tradición oral quechua son muy reconocidas. El reconocido
antropólogo Carlos Degregori asevera: “Refiriéndome al Arguedas antropólogo,
quisiera presentar una visión desde el Perú, más optimista que la de Fermín del
Pino. Porque el Arguedas antropólogo, sí ha sido también reivindicado. Tal vez
no con el énfasis con que se debiera, pero por lo menos en el gremio Arguedas
está considerado como uno de los dos antropólogos más importantes de su
generación, junto a Efraín Morote Best. Arguedas es reivindicado además, por
estar entre los primeros que van más allá de las monografías de comunidades,
que fueron lo central de la primera etapa de la antropología en el Perú, y
comienza a estudiar los cambios y ubicarse en una perspectiva comparada.”
Sus trabajos fueron respuesta de un voraz deseo que no saciaba con los
clásicos literarios ni con los inconmensurables huaynos de su pueblo natal. Lo
que tenía en mente sólo podía escribirlo y con sus visitas a la psiquiatra Lola
Hoffmann, en Chile, buscó ayuda profesional; desde entonces describe sus
síntomas depresivos y deseos de suicidio en sus solemnes cartas, sin embargo
la psiquiatra chilena le había recomendado alejarse de sus trabajos como
traductor. La influencia de Hoffmann en Arguedas fue muy evidente, ella le
recomendó divorciarse y él adopto una relación de madre-hijo con ella. Según
los testimonios de la psiquiatra él padecía de cuadros de angustia porque creía
que moría. Esta idea da a suponer que el Arguedas de sus últimos años de
vida fue uno cargado de trabajo, a pesar de lo que le recomendó Hoffmann, por
sus cuentos y su ocupación como difusor quechua. Pero José María afirmaba
que “es un trabajo agotador pero gratificante”.
Entonces para poder comprender la compleja mente del escritor andahuaylino,
hay que tener en cuenta ese proceso de búsqueda a una salida, que
encontraría en un revólver, y la desesperación que experimentaba su mente
por no poder “extirpar” todos sus recuer dos funestos. Encontramos a un

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 Arguedas que aprendió a querer al Ande a pesar de que no era parte de él y a
un extraordinario proyecto como unir a dos mundos, aún no se consolida este
proyecto, que quedó inconcluso.
En respuesta a la segunda pregunta planteo que la manera más idónea para
comprender los dos mundos a los que hace referencia Arguedas es viéndolo
como un escritor y antropólogo que estaba obsesionado, propia de su angustia,
con la utopía de unir a ambos mundos. Un peruano que criticaba al sistema
abusivo y explotador, que ejercía toda su brutalidad sobre el indígena y no
sabe valorar su cultura; Arguedas era comunista, quizá esta condición lo haya
motivado también ha vituperar a quienes obstruían su “puente cultural”, que
desarrolló. “El Perú esta pues en manos de unos millonarios, que amontonan
su plata hundiendo en la miseria, en la perversidad, en un excusado, a más de
la mitad de los peruanos, ¡recuerda el mundo de afuera!, ¿por qué encierran a
comunistas y apristas en esta cárcel asquerosa?... Porque luchamos para que
los peruanos seamos verdaderamente iguales. Ahora unos viven temblando
siempre por el día de mañana, mientras que otros dominan provincias enteras.
Para mantener eso tienen que mandar asesinar a muchos, encarcelar a cientos
y miles , y a los que tienen más hambre y necesidades los obligan a vivir en la
mugre, por el terror, ¡hermano Gabriel esa es la pelea grande …!”: es lo que
expresa Arguedas en El Sexto.
En conclusión, señalo que el Perú que vivió Arguedas fue uno mestizo, de
variadas tradiciones culturales, creencias y etnias; un país en formación y que
buscaba consolidar su propia identidad. Por eso él siempre se sintió como un
puente, un vínculo entre dos mundos; el andino y el occidental.
El mayor legado que nos pudo dejar fueron sus libros y trabajos en el folclore
quechua, para formar un nuevo tipo de peruanos que ame a su país, que se
identifique y no olvide a sus antepasados. Para ser un país de todas las
sangres.

1.2 TESIS
El encuentro de dos mundos que relata Arguedas, el de la utopía la pura
realidad.

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El escritor y el antropólogo peruano José María Arguedas, Intenta de alguna
forma reflejar el pueblo quechua y mestizo En lengua castellana. Y esta obra
tuvo Conciencia de ambas lenguas que manejaba (castellano y Quechua); sin
embargo siempre mostro un cariño muy especial Por la lengua indígena,
considerada por el Mismo como su Lengua.
Debido a que el quechua es un idioma prácticamente ignorado Por los
peruanos, Arguedas quiso manifestar a través del Español la cultura Indígena y
los pensamientos de sus Pobladores, para ello también Arguedas empleo
palabras en Quechua.
El en sus obras no busca necesariamente el uso de un estilo Formal y estético,
sino que por encima de eso busca Resquebrajar esos muros que han
mantenido oprimidos a los Indígenas por tanto tiempo. Es así como Arguedas
lucha por la Preservación de la pluriculturalidad y multilingüismo en el Perú
empleando en sus obras las dos lenguas de las cuales él Tiene conocimiento y
que no busca imponer una encima de la Otra, sino que trata de que estas
traten de complementarse, Pues si bien son lenguas distintas, ambas muestran
una sola Sensibilidad: la del peruano.
 A lo largo de toda la carrera literaria de José María Arguedas, Él recogió
fuentes orales indígenas (como cantos, mitos, cuentos Populares, etc.) Para
ponerlas de manifiesto a través de los Géneros occidentales como la novela, el
cuento y el ensayo. Sus Textos están caracterizados por la presencia de
lenguas y Culturas. A este gran hombre se le considera como un Traductor
cultural, pues si bien trabajo con la diversidad de Culturas que hay en nuestro
país.
En su obra Arguedas hace un juego de castellano y el quechua, Ya que emplea
 Ambas lenguas como parte de un dialogo. El encuentro de dos mundos es
como se ha llamado durante Muchos años al Proceso de interacción que se dio
y se daría Entre los expedicionarios castellanos Y los nativos del Continente
americano. En el ensayo se muestra que Arguedas vivió entre dos mundos
Diferentes pues a Él se le escucho decir más de una vez que: “Vivo entre dos
mundos, soy indio de espíritu y mestizo de cuerpo“. Este comentario de
 Arguedas fue porque en su niñez o infancia Tuvo que lidiar con Su madrastra y
su hermanastro; ya a que Sus dos años de edad su madre murió y Su papa
como era Abogado y ascendió a juez y tuvo que viajar a Ayacucho lo cual
Conoció a Grimanesa Arangoitia Iturbi que término siendo la Madrastra de José
María Arguedas; pero después su papa Volvió a ser abogado y volvió a estar
de Viaje en viaje y por la Poca presencia de su padre y su mala relación con su
Madrastra y su hermanastro y el desprecio que tenían hacia Arguedas, él se
Refugio en el cariño de los sirvientes indios, lo Que hizo que comenzara a
hablar Su lengua y costumbres Andinas.
Pero en julio de 1921 a los 10 años, se escapó de la casa de su Madrastra
 junto Con su hermano mayor Arístides; ambos Fueron a la hacienda de su tío
donde Vivieron dos años, ahí Convivían con los campesinos indios a quienes
ayudaban En las faenas agrícolas, para José María Arguedas fueron los años
más felices de Su vida. José María Arguedas hizo su primaria en San Juan de
Lucanas, Puquio y Abancay, y los de secundaria en Ica, Huancayo y Lima.
Ingreso a la Universidad San Marcos de Lima a la facultad de letras. Fue
director de la casa de la cultura en 1963  – 1964 y Director del Museo Nacional
de Historia en 1964-1966. Agobiado por conflictos emocionales y víctima de

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una depresión Profunda puso fin A su vida disparándose un tiro en la cabeza El
2 de diciembre de 1969. Al contar brevemente su historia entendemos lo que
quiso Transmitir en su Comentario de “Vivo entre dos mundos: soy Indio de
espíritu y mestizo de cuerpo”. Pues con esto quería decir que como recibió el
cariño y refugio De los indios que Creo que él se sentía indio de espíritu pues el
Creció una etapa de su vida con Ellos, trabajando igual que Ellos e incluso
menciona en su biografía que fueron sus Años más felices; pero como era de
raza o rasgo blanco, ya que Había nació de Ese color, él era mestizo de
cuerpo. Pero bueno José María Arguedas nos dio una herencia que no Era oro
ni plata Sino una herencia interminable del saber; pues Sus obras escritas en
vida nos Reflejan las experiencias que Vivió en su vida, pues en sus obras
revela el Profundo Amor y Respeto que le tenía a la cultura andina.

1.3 ANTITESIS
Comenzando por dos de sus obras más famosas: Warma kuyay y el sueño de
pongo, donde podemos apreciar a un tipo de indio de manera distinta ya que
en los relatos de Arguedas nos muestra un indio sumiso, callado, que se deja
manipular, maltratar o simplemente no se hace respetar. Producto de eso tuvo
muchas críticas como principalmente la de Mario Vargas Llosa que discrepa de
su visión del indigenismo: "La plantea como una verdad histórica cuando en
realidad es mera ficción".
Bueno pero continuando con el punto de cómo era cuyo indio en cuentos y
novelas de Arguedas, es así como podemos ver tanta humillación y maltrato
que se daban a los de baja sociedad, es decir en el cuento “el sueño de
pongo”. Es un pobre muchacho el cual es tratado peor que un perro, obligado a
hacer cualquier barbaridad claramente comienza por esos maltratos y luego
estos abusadores proceden como en la obra “Warma kuyay donde aquella
muchachita llamada Justina es violada y abusada por el patrón, ella sin hacer
nada al respecto sin recurrir a ninguna autoridad para que la ayude porque se
sabía que no harían caso a una cholita e indio, pero como mi madre dice :dios
es grande y ahora en la actualidad por lo menos se buscan maneras de
solucionar este asunto no solo se buscan si no en el gobierno nuevo del señor
Pedro Pablo Kuczynski están por confirmarse.
 Al año se denuncian solo 3.764 violaciones sexuales ya sean de niños y niñas,
adolescentes y jóvenes pues la cifra podría ser mayor, pues muchos abusos no
se reportan por el miedo de las víctimas. San Juan de Lurigancho, Ate y Comas
son los distritos con mayor número de casos denunciados.
Ese es un mal recuerdo que será difícil de borrar. Por ejemplo un pequeño de
tan solo 10 años fue víctima de un ataque sin nombre, el abuso sexual de su
propio padre. Desde ese momento su vida no es la misma, sobre todo cuando
recuerda esa frase, finalizado el terrible acto: "Si le dices a tu mamá te mato, y
si ella hace algo la voy a asesinar también”. El muchacho vive una vida muy
confusa desde que ocurrió este terrible hecho, el 27 de marzo del 2009, en su
casa en Comas. Su padre lo amenazó y para el hoy adolescente fue muy difícil
asistir al médico legista y hablar sobre lo ocurrido. Lo sucedido con este menor
se repite en la mayoría de víctimas de abuso. Y es que la violencia y abuso
sexual en Lima parece no tener límites. Pero por lo menos ya no es como antes
o como en lugares donde los de “alta sociedad” creen que con la plata lo
solucionan pues están equivocados solo queda en conciencia aunque las

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victimas terminan gravemente afectas. Según mi opinión; creo que esto es uno
de los dos mundos, un mundo mediocre y nesciente.
Dejando de lado cuyo punto. En este presente ensayo literario otra de mis
opiniones basado en otra de las obras más reconocidas de José María
 Arguedas: “Yawar Fiesta” siendo la primera novela publicada en 1941.
Pertenece a la corriente del indigenismo. Se dice que según los críticos, es la
más lograda de las novelas de Arguedas, desde el punto de vista formal. Se
aprecia el esfuerzo del autor por ofrecer una versión lo más auténtica posible
de la vida andina sin recurrir a los convencionalismos y al paternalismo de la
anterior literatura indigenista de denuncia.
Donde trata de una corrida de toros al estilo andino (o “indio”) como centro de
un conflicto que enfrenta a razas y grupos sociales en un poblado de la sierra
peruana nació en la mente de Arguedas cuando, según su confesión, asistió a
una corrida en Puquio, en julio de 1935. En esa ocasión uno de los capeadores
indios, apodado el “Honrao”, fue destrozado por el toro. Lo cual por esa causa
los puquianos arremetieron contra ese animal, pues subprefectos y autoridades
no se opusieron a eso ya que la muchedumbre era inmensa.
Yo pienso que hay maneras de celebrar o realizar una tradición, pero como
sabemos en zonas andinas mayormente usan a los animales. Animales que del
10% el 4% se saben defender. Pues creo que es un abuso a esto, ya que en el
caso de este toro siempre lo van a utilizar para cuyas corridas,
lamentablemente no es cosa justa ni limpia; ni para el animal ni para las
personas que se atreven a torear espontáneamente.
Porque son en la mayoría de personas que entraban a aquel rodeo y los toros
eran los que atacaban hasta inclusive dejaban damnificados; pero también
habían esas posibilidades en las que a los toros los dañaban siendo los
hombre los que clavaban sus banderillas.
Sigo con la opinión mía de que esto ya no se debería de realizar. Por el bien de
ambos factores participantes.
Si bien es cierto en esta obra de José María Arguedas no se relata ni ve a un
indio sumiso y/o callado como en sus obras anteriores. Pero viendo el caso de
José Carlos Mariátegui, fue de una familia humilde, prácticamente provenía de
indígenas. Mariátegui relata en sus obras a un indio aguerrido, valiente, con
agallas entonces por parte de él diría que si muestra un contexto realista es
decir, dejaba de lado la utopía. Pero si regresamos al punto donde Mario
Vargas Llosa hace la crítica de José María Arguedas no era un literato
reconocido por la real academia española (RAE) ya que con sus obras no
habitaban palabras enriquecedoras al aprendizaje, tan solo porque utilizaba un
lenguaje común y simple.
Yo opino y pienso de que está totalmente equivocado. Porque al contrario esas
palabras en el que empleaba, el quechua, diría que alimenta mucho no solo el
lugar de procedencia de la obra sino la mentalidad o cultura de muchos.
Inclusive pienso que para las personas que leían sus obras conocían más de la
cultura, que no solo palabras cultas nos enriquecen en ideales pues en este
caso las del otro idioma hace llevar a decir que así como está el lenguaje culto
pues el quechua muy aparte de que sea un idioma también es un tipo de habla.
Pero el punto principal al que quiero llegar es que no me parece ética la crítica
dada por el novel Vargas Llosa diciendo que no es un literato verdadero por el
lenguaje utilizado en sus obras.

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Desde ese punto ya se ven una parte de discriminación de lenguaje porque
pienso que Arguedas respetó y conservó muy bien parte de su cultura y claro lo
muestra en sus obras, cuentos, novelas o ensayos; no como muchos de
nosotros que sabiendo de donde somos sentimos vergüenza de nuestras
raíces.
 Actualmente el 85,92% habla el castellano, el 13,21% el quechua, el 1,76% el
aimara y el 0, 10% otros.
Por lo que se aprecia podemos distinguir que el castellano se elevó en práctica
mientras tanto los otros van disminuyendo. La pregunta aquí es: ¿Por qué
dejamos de lado parte de nuestra cultura? Acaso será por vergüenza como ya
lo dije o simplemente por miedo. ¿Miedo? ¿A qué? ¿De qué? Será miedo de
que sean discriminados o excluidos de algo. Miedo a que tengan burlas o sean
víctimas de bullying. Es por eso acaso de que no ponemos en práctica lo que
tenemos en virtud. Un consejo mío seria que aquellos padres que lean esto
pues inculquen y motiven a que sus hijos, sobrinos o hasta mismos nietos
hagan conocer de sus raíces y no se avergüencen de tal.

1.4 EL ENCUENTRO DE DOS MUNDOS


El encuentro entre dos mundos es como se ha llamado durante muchos años al
proceso de interacción que se dio y se daría entre los expedicionarios
castellanos y los nativos del continente americano inicialmente en la isla
llamada Guanahani, en lo que hoy conocemos como el actual San Salvador, el
12 de octubre de 1942. A lo largo de la historia académica se han presentado
diversas teorías y discusiones sobre la autenticidad del descubrimiento de
 América por parte de los españoles dando a entender que este acontecimiento
no fue un acto de intervención divina o del azar, sino que el conocimiento que
se tenía de la ecúmene en ese periodo era más avanzado de lo que se daba a
conocer al “público en general” de esa época. También han surgido debates
sobre el por qué y cuáles fueron los factores que influyeron en el fuerte y rápido
establecimiento de los españoles en la primero conquista y posterior
dominación de las diversas civilizaciones que se encontraban a lo largo de este
territorio. Es precisamente en esta segunda discusión donde centrare mi
atención e intentare ampliar la visión que tenemos sobre esta discusión
partiendo desde la pregunta ¿Qué factores determinantes intervinieron en el
rápido avance de los españoles en tierra americana? A lo largo de este ensayo
pretendo dar a conocer algunos de los mecanismos, métodos o coincidencias
“que favorecieron a los exploradores y conquistadores españoles en esta
empresa; mostrando como modificaron en un gran o menor grados los proceso
de conocimiento, interacción, conquista y dominación por parte de una
civilización sobre otra, esto claro esta, sin llegar a victimizar, juzgar o
criminalizar a ninguna de las dos.

¿Encuentro de Dos Mundos?


 Afortunadamente, esta interrogante comienza a ocupar las mentes de muchas
personas en América Latina; y es que, hasta hace muy poco, a los
latinoamericanos se nos venía inculcando, desde los inicios de nuestra
escolarización hasta bien entrados los estudios universitarios.
escritor y antropólogo peruano José María Arguedas, intenta de alguna forma
reflejar el pueblo quechua y mestizo en lengua castellana. Bien sabemos que

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éste gran literato es bilingüe ya que en todo momento tuvo conciencia de
ambas lenguas que manejaba (castellano y quechua); sin embargo siempre
mostró una cariño muy especial por la lengua indígena, considerada por él
mismo como su lengua materna.
Debido a que el quechua es un idioma prácticamente ignorado por los
peruanos, Arguedas quiso manifestar a través del español la cultura indígena y
los pensamientos de sus pobladores, para ello también Arguedas empleó
palabras en quechua.
Él en sus obras no busca necesariamente el uso de un estilo formal y estético,
sino que por encima de eso busca resquebrajar esos muros que han mantenido
oprimidos a los indígenas por tanto tiempo. Es así como Arguedas lucha por la
preservación de la pluriculturalidad y multilingüismo en el Perú empleando en
sus obras las dos lenguas de las cuales él tiene conocimiento y que no busca
imponer una encima de la otra, sino que trata de que éstas traten de
complementarse, pues si bien son lenguas distintas, ambas muestran una sola
sensibilidad: la del peruano.
 A lo largo de toda la carrera literaria de , él recogió fuentes orales indígenas
(como cantos, mitos, cuentos populares, etc.) para ponerlas de manifiesto a
través de los géneros occidentales como la novela, el cuento y el ensayo. Sus
textos están caracterizados por la presencia de lenguas y culturas. A éste gran
hombre se le considera como un traductor cultural, pues si bien trabajo con la
diversidad de culturas que hay en nuestro país
En su obra Arguedas hace un juego con el castellano y el quechua, ya que
emplea ambas lenguas como parte de un diálogo. Eso lo podemos notar en su
obra “Ríos profundos” donde el personaje principal dialoga con un muro incaico
y habla en castellano.
José María Arguedas, nació en Andahuaylas el 18 de Enero de 1911.Escritor
latinoamericano que da una legítima visión de la cultura indígena, revelando
dentro la rica complejidad anímica del indio. Perdió" tempranamente a su
madre y su padre contrajo secundo matrimonio y el niño tuvo entonces que vivir
un tiempo en Lucanas, tierra de su madrastra. La señora tenía un carácter
terrible que se descargaba sobre el niño en la forma de comisiones duras:
cortar alfalfa en la madrugada fría, regar de noche los campos. Los indios y las
viejas campesinas dieron ayuda y ternura ("esa impagable ternura en que
vivió”) al huérfano. Aprendió el quechua, escucha leyendas maravillosas que
vienen de viejos tiempos, con los niños indios jugo los juegos rudos, viriles, que
suscita una geografía retadora, Aprendió a amar la tierra, los ríos, las plantas,
las aves del ande y sobre todo a los humildes trabajadores del campo. Cuando
tenía 14 años, fue a la hacienda Huaripata de Abancay. Poco después ingreso'
al colegio "Santa Isabel” de Huancayo llamaba la atención su aire Meditabundo
y solitario, lo llamaban "loco” que era una a manera indirecta de reconocer el
talento.Arguedas dice: "El ejemplo de los indígenas añade, ha dado sentido a
mi vida, mucho de lo que soy lo debo a los indios. He visto de ellos: se
enfrentan con otros que en vez de banderillas reciben los picotazos de un
cóndor o construyen una carretera le 150 kms. en 28 días como los que
hicieron 10,000 hombres de comunidades entre Puquio y Nazca, para probar
que eran capaces de hacer más que las cuadrillas oficiales."En la dedicatoria
de “Agua” se lee: A los comuneros y “La cayos” de la hacienda Viseca con
quienes temblé de frío en los regadíos nocturnos y baile en carnavales

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borracho de alegría compás de la tinya y de la flauta. A los comuneros de los 4
ayllus de Puquio: Kayau, Pichkjachuri, Chaupi y Kollana. A los comuneros de
San Juan Acola, utek, a Anda marca, Sondando, Aucara, Chaviña y Lirca

COMENTARIO:
 A los 30 años de su ausencia, podemos señalar que las contribuciones más
substanciales de Jose María Arguedas fueron su narrativa andina y sus
ensayos sobre folklore, etnología, antropología y cultura indigenista. Ello le
mereció importantes premios y es objeto de numerosos estudios literarios y
sociológicos. Intenté realizar hace algunos años, en Argentina, una
investigación a fin de precisar cómo los aspectos sexuales de su infancia
contribuyeron a desencadenar una patología depresiva que lo llevó finalmente
al suicidio, pero las limitaciones que daban la distancia y la ausencia (en ese
entonces) de estudios sobre el tema hicieron que desistiera de este primer
intento. Han sido, entre otros, los trabajos de Cornejo Polar, Martín Lienhard,
Willian Rowe, Flores Galindo, Mario Vargas Llosa, y las cartas editadas por
John V. Murra, los que han enriquecido el análisis de la obra arguediana y nos
permite efectuar ahora este artículo, que es el resumen de un trabajo mayor
próximo a publicarse.
Las patologías psiquátricas emergentes en la adolescencia tienen
generalmente sus orígenes en la infancia. En Arguedas esto es evidente. Nació
en Andahuaylas en 1911, su padre, Víctor Manuel, era abogado de origen
cuzqueño y su madre, Victoria Altamirano, señora principal de San Pedro de
 Andahuaylas, desafortunadamente murió en 1914, cuando él no había
cumplido aun los tres años de edad, "Yo no me acuerdo de mi mamá. Esa es
una de las causas de mis perturbaciones emocionales" afirmaba. En 1917 su
padre se casa por segunda vez, se instala en Puquio, luego en Lucanas y
empieza a viajar por todos los pueblos de la zona en busca de trabajo, su
hermano viaja a Lima y José María queda tres años con su madrastra y un
hermanastro, con los que vivió experiencias terribles. Pablo Pacheco, el
hermanastro, diez años mayor que él, era el prototipo del gamonal serrano,
cruel, prejuicioso, abusivo y racista. Como era además exhibicionista y sádico,
obligó a Arguedas a presenciar sus abusos sexuales y lo relegó a la posición
de uno de los sirvientes indios de la casa, rol que abandonaba sólo cuando
llegaba su padre, y al partir éste volvía a dormir en la cocina en una batea
sobre un pellejo lleno de piojos, a cortar alfalfa en las madrugadas, regar los
sembríos en las noches y recibir raciones miserables de comida. Su refugio y
amparo fueron los indios y las indias de la servidumbre que "vieron en mí
exactamente como si fuera uno de ellos, con la diferencia que por ser blanco
acaso necesitaba más consuelo .. y me lo dieron a manos llenas".

1.5 MULTILINGUISMO EN SUS OBRAS


En cada una de las obras de José María Arguedas, nos da a entender la vida
que le toca vivir con su madrastra y gracias a ella él nos pone a reflexionar
sobre la injusticia, la discriminación, el abuso de rangos mayores hacia
personas que son inferiores a ellos, entre otros abusos hacia personas
indígenas, o de niveles bajos de la sociedad. Y en actualidad se da
cotidianamente ya que esto aún no desaparece, creo que deberíamos de tomar
en cuenta lo que José María Arguedas nos quiere trasmitir con sus obras.

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Tenemos que respetar a las personas no por su apariencia ni por su nivel
social si no por su interior, como José María Arguedas se escapó con su
hermano de su casa para ir a la casa de su tío, con los indios que le enseñaron
sus costumbres y su idioma.
Su padre también le enseña sobre las costumbres de las demás personas
como peregrinajes y a pueblos de la sierra para que de una forma u otra se
culturice.
En ríos profundos, José María Arguedas narra la historia de Ernesto y su
padre, quien por el trabajo de su padre tiene que viajar de pueblos en pueblo
hasta que llegan a Abancay, Ernesto en su colegio conoce a personas de
diversas razas y clases sociales diferentes. Ernesto se siente en su totalidad
identificado con los problemas sociales que sufre en Abancay, en especial los
colonos que eran explotados. También se relata la brutal represión del ejército
contra las chicheras, y se presenta el ambiente hostilidad creciente, tanto en
 Abancay como en ese colegio religioso. Nos cuenta que sufrió de marginación
En el transcurso de la historia en Abancay ocurre una epidemia que afecta a
todo el pueblo, Ernesto tiene que ir en busca de su tío ya que su padre se lo
ordena y no puede acompañarlo este se siente feliz ya que sabe que en el
lugar en el que vive su tío estará rodeado de indios y de personas nobles que
son los de nivel bajo.
José María Arguedas utilizo una de sus obra como un diario donde cuenta todo
lo que vive y las injusticias del país llamado “El zorro de arriba y el zorro de
abajo” En esta obra nos damos cuenta que una dolencia psíquica le causo un
daño por el cual no pudo escribir por un 5 años, pero luego mejoro su estado.
En Abril de 1966 intentó suicidarse pero sin éxito porque él se sentía un simple
espectador de acontecimientos revolucionarios que sacudían al mundo y no
soportaba ser solo un simple espectador. Pero tengo la probabilidad de que si
no hubiera vivido todas esas traumáticas etapas de su vida, él no hubiera
intentado suicidarse.
En la obra aparece un personaje Chaucato que tiene una especie de burdel y
hasta en este lugar hay discriminación ya que hay diferentes salones y en el
más bajo trabajan las mujeres pobres que son de origen selvático o andino.
En “Todas las sangres”, en 1964, Arguedas siguió, sobre bases más amplias,
la representación del mundo andino. Del relato autobiográfico se pasa a un
cuadro general que comprende las transformaciones económicas, sociales y
culturales que suceden en la sierra peruana. En esta historia una familia de
grandes latifundistas, Arguedas afronta las consecuencias del proceso de la
tecnología que avanza sobre un mundo todavía feudal.
Todas las sangres es un proyecto que narra cosas más ambiciosas que otras
obras, pues pretende sopesar todos los modelos que se presentan como
alternativos para construir y configurar la sociedad peruana. A ello obedece su
estructura coral, en la cual se enfrentan el proyecto capitalista, el orden feudal y
un boceto de capitalismo nacional.
Pero el autor invalida cada uno de ellos, proponiendo como legítimo un modelo
social comunitario que no desdeña, empero, la tecnología. En todas las
sangres elevan el problema indígena a nivel nacional, e incluso le brinda un
tinte universal, en la medida en que el conflicto expresado en la novela
corresponde ya en ese momento llamado Tercer Mundo.

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El autor también estuvo en la cárcel que le sirvió como inspiración para hacer
“EL SEXTO” donde también se juntó con diversos tipos de gente. El infierno
carcelario es también una metáfora de la violencia que domina toda la sociedad
peruana. En esta obra no hay discriminación pero sí mucha injusticia sobre los
políticos de esa época que metían presos a personas que no estén de acuerdo
con ellos o simplemente por cualquier cosa la mención a la explotación de los
empresarios norteamericanos, la violación, la complicidad del gobierno, las dos
ideologías opositoras, los apristas o comunistas, se resume todo un mundo que
configura al país en ese penal de constantes confrontaciones que nos
enfrentan, escenas que dejan ver la miseria humana, Arguedas con esta novela
nos demuestra su gran talento y que al leernos disfrutar de unos relato de la
vida misma.
 Aunque encontró lo peor de la sociedad, también encontró a personas capaces
de querer luchar por su vida y no quedarse detrás de los demás si no
superarse ante las circunstancias adversas e injustas con las que cualquiera de
nosotros podemos toparnos.
Hay solo se puede esperar morir o esperar. El en esta obra nos muestra que es
muy perseverante y que debes anteponerte ante tus adversidades.
La circunstancia de haberse educado dentro de dos diferentes culturas, la
occidental y la indígena, unido a una delicada sensibilidad, le permitieron
comprender y describir como ningún otro intelectual peruano la compleja
realidad del indio nativo, con la que se identificó de una manera en la que todos
sus lectores se ponen en los zapatos de él. El significado de su visión del niño
andino es un alcance muy importante a tener en cuenta en medio de la lluvia
de ofertas educativas para “civilizar” a los indios. Sin duda una queja por la
constatación de que la cultura se vaya perdiendo por la presencia y exposición
a los cambios que se viene dando y al proceso de migración del campo a la
ciudad.
Su precoz experiencia le dio un resultado a esta trama, la vida de José María
 Arguedas transcendió entre dos mundos no sólo distintos, sino además en
contienda. De allí surgió su voraz voluntad de interpretar la realidad peruana, la
permanente corrección de sus ideas sobre el país y la definición de su obra
como la búsqueda de una imagen válida de é ste.
La habilidad de aprender tan rápido el idioma quechua le ayudo a poder
transmitirnos lo que le pasaba y lo que de una forma u otra l e daba a conocer la
Sierra y sus diversos paisajes andinos.
 Allí también se presenta dos grupos, señores e indios, que será constante en
su obra narrativa. El ambiente en el que se desarrollan sus relatos es limitado,
lo que permite a esta oposición social y cultural mostrarse en sus aspectos más
dramáticos y dolorosos. La derrota de Arguedas está trazado; aunque en su
interior sufre por pertenecer a dos mundos, su actitud literaria es muy clara, en
la medida en que determina una adhesión sin atenuantes al universo de los
indígenas, genera dos cauces de expresión que se convertirán en sendos
rasgos de estilo: la representación épica y la introspección lírica.
En su obra “AGUA” los conflictos sociales y culturales del mundo andino se
observan a través de los ojos de un niño. El mundo indígena aparece como
depositario de valores de solidaridad y ternura, en oposición a la violencia del
mundo de los blancos hacia los indígenas, estos relatos marcaron su niñez.

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En su otra obra “Yawar Fiesta” se relata la desposesión de tierras hacia los
habitantes de una comunidad. Con esta obra Arguedas quiere cambiar las
costumbres de esos pueblos para la dignidad de sus habitantes y quiere
mostrar que el mundo indígena es solo uno y que tienen sus propias normas o
leyes.
En la obra “EL SUEÑO DEL PONGO”, pienso que José María Arguedas quería
plasmar la injusticia en este cuento, aunque no sea tan original por lo que tengo
entendido. Por lo general, tendemos a prescindir las injusticias que martirizan a
los «indios» peruanos sin denunciar u opinar al respecto. Sin embargo, el
hecho de que un patrón denigre y maltrate (no solo física, sino
psicológicamente también) se sigue viendo hoy en día, teniendo en cuenta que
el cuento habla de la época colonial.
Lo que caracteriza a este cuento, creo yo, es lo que manifiesta Arguedas a
través del sueño que tuvo el pongo, porque de otra manera, creo que se
conoce de muchas maneras los maltratos que reciben los oprimidos sirvientes.
Los últimos años los estudios de la cultura se imponen más a la crítica literaria
y la literatura parece perder importancia.
 Aun así la crítica cultural están implícitos en las obras literarias y la creación
verbal por sí sola puede comunicar una voz auténtica de una cultura a los
lectores de distintos países. Siendo la literatura, clave para conectar todas las
culturas la cual forma parte del fondo de imágenes básicas de una nación,
donde la renovación de imágenes mantiene viva la cultura.
La obra de José María Arguedas tiene como principal objetivo crear unas
potencias creativas en los lectores. La cual se pueden percibir aun sin conocer
los contextos que insinúan en su texto. La literatura es un campo donde lo
común y lo diferente no se excluyen.
Como Arguedas dijo una vez "Entiendo y he asimilado la cultura llamada
occidental hasta un grado relativamente alto, gozo plenamente con las
canciones tradicionales de mi pueblo; puedo cantar, con la pureza auténtica de
un indio chanka, un harawi de cosecha. ¿Qué soy? Un hombre civilizado que
no ha dejado de ser, en la médula un Indígena del Perú; indígena, no indio”
Esos relatos solo quieren que nosotros veamos la realidad del país y no lo que
nosotros queremos pensar, el solo merece que lo admiremos. Sus obras
demuestran un grandísimo amor por la cultura y costumbres andino-peruano a
quien le debió su formación, la cumbre del indigenismo peruano. Los cuentos
de Arguedas no son muy leídos, pero por el amor que le tuvo a nuestro país, es
poco llamarlos héroe cultural, gracias a él sus memorias quedarán escritas en
libros para las generaciones que vienen.
 Además es una figura que suscita gran simpatía e identificación entre todos los
peruanos. Pero quienes realmente leen sus obras son la gente culturosa, y
resulta que pocos de sus lectores son inmunes a la seducción de sus textos.
En realidad, quien persevera en el frecuenta miento de sus obras termina
desarrollando una relación especial con su autor.
Resulta que a Arguedas se le lee y se le vuelve a leer. Y no hay hasta ahora un
autor que ame o que hable de nuestras diversas culturas en el Perú como
 Arguedas.
Nosotros mismos siendo peruanos no conocemos las maravillas del Perú en
cambio si leemos solo algunas líneas de nuestro escritor podremos conocer
mucho ya que él al narrar sus historias nos hace querer aún más a nuestro

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propio país El destino de él fue difundir las culturas, siempre estuvo entre dos
mundos, entre las etnia y la ciudad .
Creo que la discriminación nunca desaparecerá ya que nosotros sabemos de
este hecho y no hacemos nada para combatirlo ya que es como una guerra
entre los status altos que quieren sentirse inferiores a cualquier persona según
ellos para sentirse bien con ellos mismos. Una persona debería de medir a las
demás personas por su interior y no por el exterior que aparentan ser la
mayoría de personas.
Desde sus primeros relatos se ve un problema que terminaría por presidir toda
su escritura: su vida, y los sufrimientos de los indios en las haciendas y aldeas
de la sierra del Perú.
El es un autor con encuentros y desencuentros de diversas razas, y rico en
lenguas y de todas las regiones del Perú

CONCLUSIONES
En conclusión José María Arguedas al escribir sus obras, especialmente las ya
mencionadas, relata hechos que demuestran la riqueza cultural del Perú y no
solamente lo positivo, sino la realidad en sí de este país, dando a conocer en
sus obras, la parte negativa de este, dando como claro ejemplo que en muchas
de sus obras además de resaltar las costumbres que se preservan en los
pueblos andinos, también se puede observar como la persona con más “poder
se aprovecha del más débil”. Sin importar los sentimientos de la víctima. Por
consecuencias de esta discriminación muchas personas logran superarse a sí
mismos. Pienso que parte de estos aprovechamientos o abusos uno ya busca
objetivos desde ese punto ya se convierte en parte de su motivación para
lograr una meta.

En conclusión José María Arguedas en las novelas ya mencionada se


concentra en nuestra cultura, ya que hoy en día, los peruanos se avergüenzan
de su cultura, en vez de sentirse orgulloso de su patria. Hoy en día ya hay
muchas costumbres como lenguas que se han ido perdiendo En muchas de
sus obras se puede observar como Arguedas resalta las costumbres de los
pueblos andinos. También se puede observar como la persona con más
“poder se aprovecha del más débil”.

Nuestro PERÚ es multicultural pero a pesar de ello la gente es muy prejuiciosa


y no aprecia lo que nuestro país tiene, muy por lo contrario se avergüenzan de
su patria. Las personas deberían cambiar esa discriminación por un apoyo para
que nuestras tradiciones, creencias, costumbres y folklore prevalezcan ya que
a pesar de que somos unos de los países con más historia lastimosamente no
lo valoramos, por esa razón voy hablar sobre algunas de las obras de José
María Arguedas como LOS RIOS PROFUNDOS, EL ZORRO DE ARRIBA Y
DE ABAJO Y EL SEXTO

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Checa S., Leopoldo Chiappo, Emilio Choy, Alberto Dávila, Héctor del
Busto, Washington Delgado, Guillermo Descalzi, Manuel Diez Canseco,
 Alberto Escobar, Julio Gastiaburú, Alejandro Graña, Rosa Graña,
Ricardo Grau, Rodolfo Holzman, Enrique Iturriaga, Roberto Koch, José
León Barandiarán, Enrique López Albújar, Juan Mejía Baca, Luis A.
Meza, Alejandro Miró Quesada G., Luis Miró Quesada G., Angélica
Moncloa, Francisco Moncloa, Manuel Moreno Jimeno, Jorge Muelle,
 Abelardo Oquendo, José Ortiz Reyes, José Miguel Oviedo, Juan Luis
Pereyra, Regina Piatti, Antonio Pinilla S. C., Julio Ramón Ribeyro,
Bernardo Roca Rey, Joaquín Roca Rey, Ricardo Roca Rey, Josafath
Roel Pineda, Alfredo Ruiz Rosas, Augusto Salazar Bondy, Sebastián
Salazar Bondy, Irma L. de Salazar, Dalmacia Samohod, Carlos Sánchez
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