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Mutismo selectivo

Introducción
El mutismo selectivo es catalogado como un trastorno del comportamiento de inicio
temprano, generalmente entre los 3 y 5 años, que consiste en la resistencia al habla o su
total inhibición en situaciones sociales específicas. (APA, 2014).
Según la Organización Mundial de la Salud (2000). El trnastorno se caracteriza por una
selectividad marcada y emocionalmente determinada al hablar, de tal forma que en algunas
situaciones el niño demuestra competencia en el lenguaje, pero fracasa en otras situaciones.
Habitualmente el trastorno se asocia con características marcadas de la personalidad, que
implican ansiedad social, aislamiento o resistencia.
Criterios diagnósticos
Los criterios diagnósticos según el DSM-5 son los siguientes:
A. Fracaso persistente a la hora de hablar en situaciones sociales especificas (en las que
se espera que lo hagan como, por ejemplo, en la escuela) a pesar de hacerlo en otras
situaciones.
B. La alteración interfiere el rendimiento escolar o la comunicación social
C. La duración de la alteración es de un mes por lo menos (no limitada o aplicable al
primer mes de escuela).
D. La incapacidad para hablar no se debe a una falta de conocimiento de la lengua
hablada en la situación social.
E. La alteración no se explica mejor por la presencia de un trastorno de la
comunicación (como la tartamudez, por ejemplo) y no aparece exclusivamente en el
transcurso de un trastorno del espectro autista, esquizofrenia u otro trastorno
psicótico
Abordaje clínico
A lo que el tratamiento y abordaje refiere podemos encontrar varias teorías o escuelas de
abordaje terapéutico aptos para el tratamiento del trastorno.
 Terapia conductual: Ya que algunos estudios indican que la TC suele ser eficaz
para tratar el MS.
 Terapia cognitivo-conductual: La TCC tiene altos índices de eficacia ante el
tratamiento de la ansiedad, que suele ser uno de los rasgos presentes en el MS.
 Terapia psicodinámica: Las pruebas a favor de este tipo de terapia suelen ser
limitadas.
En ultima instancia se sugiere el uso de tratamiento farmacológico. En caso de ser
necesarios los psicofármacos de primera línea suelen ser los inhibidores selectivos de la
recaptación de serotonina: como la fluoxetina.
Referencias:
Carretero, S. H., & Gómez, J. L. G. (2019). Intervención en un caso de mutismo
selectivo: caso clínico. Psicopatología Clínica Legal y Forense, 19(1), 173-196.
Márquez, R. (2020). ¿ Mutismo selectivo infantil en tiempos de COVID-19? A
propósito de un caso. GICOS: Revista del Grupo de Investigaciones en Comunidad y
Salud, 5(4), 164-172.
AMERICAN PSYCHIATRIC ASSOCIATION (APA). (2002). Manual Diagnóstico y
Estadístico de los Trastornos Mentales DSM-V

Fobia a la oscuridad
Introducción
En los últimos años se ha dado paso en la población infantil fenómenos como pesadillas,
dificultades para quedarse a solas, preocupaciones recurrentes, las cuales son características
de “ansiedad”, emoción que surge ante un estímulo que es interpretado como peligroso
(APA, 2013).
En el caso de los infantes con fobias específicas, tanto la ansiedad o evitación de
situaciones están generalmente inducidos inmediatamente después de suceder la situación
fóbica.
Méndez en 2006 declaró que las personas están constituidas biológicamente para adquirir
miedo ante un estimulo que antepasados hayan considerado peligroso para la supervivencia.
La fobia a la oscuridad puede ser explicada de esta manera, ya que a diferencia de la vida
moderna, anteriormente los depredadores podían esconderse entre la oscuridad siendo está
un estímulo aversivo en la actualidad.
Entre las edades de 4 a 6 años, el miedo a la oscuridad se considera uno de los mayores
temores que pueda generar aversión a otros estímulos como puede ser: ladrones, fantasmas,
animales, etc. A partir de los 9 años, este miedo comienza a disminuir o en algunos casos
prevalece dejando de ser un miedo evolutivo y convirtiéndose en fobia a la oscuridad.
(Méndez, 2013).
Criterios diagnósticos
Según el DSM-5 los criterios diagnósticos para una fobia especifican son:
A. Miedo o ansiedad intensa por un objeto o situación específica (ej., volar, alturas,
oscuridad, animales, administración de una inyección, ver sangre).
Nota: En los niños, el miedo o la ansiedad se puede expresar con llanto, rabietas,
quedarse paralizados o aferrarse.
B. El objeto o la situación fóbica casi siempre provoca miedo o ansiedad inmediata.
C. El objeto o la situación fóbica se evita o resiste activamente con miedo o ansiedad
intensa.
D. El miedo o la ansiedad es desproporcionada al peligro real que plantea el objeto o
situación específica y al contexto sociocultural.
E. El miedo, la ansiedad o la evitación es persistente, y dura típicamente seis o más
meses.
F. El miedo, la ansiedad o la evitación causa malestar clínicamente significativo en lo
social, laboral u otras áreas importantes del funcionamiento.
G. La alteración no se explica mejor por los síntomas de otro trastorno mental, como el
miedo, la ansiedad y la evitación de situaciones asociadas a síntomas tipo pánico u
otros síntomas incapacitantes (como en la agorafobia); objetos o situaciones
relacionados con obsesiones (como en el trastorno obsesivo-compulso); recuerdo de
sucesos traumáticos (como en el trastorno de estrés postraumático); dejar el hogar o
separación de las figuras de apego (como en el trastorno de ansiedad por
separación); o situaciones sociales (como en el trastorno de ansiedad social).
El tipo de estímulo temido puede ser de diversa índole, pero entre los más frecuentes nos
encontramos con el miedo a los animales, a la sangre-inyecciones-heridas (SID), a los
entornos naturales, situacional y otras (DSM-5, APA, 2014).
Diagnostico
Se debe hacer una diferenciación entre una posible fobia o miedo. En adultos, se tiende a
aceptar que es una fobia ya que debería haberse superado según lo establecido en etapas
anteriores del desarrollo. (Méndez, 2002).
El objetivo de la evaluación diagnóstico es medir la intensidad de reacción ante el estímulo
temido. Se considera que el miedo tiene dos dimensiones: subjetivo y objetiva.
 El componente subjetivo (pensamientos y sentimientos) se valora realizándole
preguntas directas al menor, pueden ser escritas o de palabra.
 La dimensión objetiva (síntomas y conducta) Suele ser evaluado a través de la
observación.
Tratamiento
 Terapia cognitivo conductual: Presenta un mayor índice de videncia científica de
eficacia ante el tratamiento de fobias.
Referencias
Cano Moreno, M. (2022). Miedos y Temores en la Infancia. A propósito de un caso de
miedo a la oscuridad.
Roig Segura, E. (2019). Programa de intervención para la fobia a la oscuridad en
niños de 7 a 9 años (Bachelor's thesis).
AMERICAN PSYCHIATRIC ASSOCIATION (APA). (2002). Manual Diagnóstico y
Estadístico de los Trastornos Mentales DSM-V

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