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14.2.

LA DICTADURA DE PRIMO DE RIVERA

El 12 de septiembre de 1923 tiene lugar el golpe de Estado realizado por el capitán general de Cataluña, Primo de
Rivera, popular entre la burguesía catalana por su dureza contra los anarquistas.
Se presenta con un Manifiesto cuyo objetivo era corregir los defectos del sistema político y acabar con el
caciquismo.

Entre las causas del golpe de Estado, destacan:


- Las dificultades de orden público, generalizadas en el país pero con especial incidencia en Cataluña,
donde la huelga y el asesinato de sindicalistas constituyen el panorama habitual.
- El aumento de los precios, que moviliza a las organizaciones sindicales, la escasez de la demanda y como
consecuencia la parálisis de la actividad industrial
- Los enfrentamientos en el Parlamento y en la opinión pública como consecuencia del desastre de
Annual, con una comisión investigadora paralizada ante las responsabilidades de Berenguer y la
protección del general Silvestre por parte del rey. La guerra de Marruecos sigue siendo popularmente
rechazada.
- El clima conspirativo provocado por militares africanistas como Cavalcanti, ante la posición dubitativa del
gobierno respecto a las iniciativas que se deben tomar en Marruecos y la consideración de que el
radicalismo catalán amenaza las bases unitarias del Estado.
- Las declaraciones del rey apelando a una solución “con o sin Constitución”.
- El apoyo de Alfonso XIII, que en 1923 valoró la posibilidad de un gobierno militar, y contribuyó a afianzar
el pronunciamiento.
- El contexto internacional. Coincide con un rechazo al parlamentarismo en Europa: el ascenso de
Mussolini en Italia y el golpe de Hitler en Munich.

Ante esta situación, Primo de Rivera se pronuncia con sus tropas. El rey manda formar Gobierno a Primo de
Rivera, con lo que se convierte en corresponsable de la instauración en España de la dictadura.
Esta fue bien acogida por conservadores y liberales, por los catalanes de la Lliga, por la burguesía, militares y la
Iglesia católica, pero cuestionada por los sectores obreros anarquistas y el P. Comunista, y criticada por algunos
intelectuales (Unamuno, Valle-Inclán). Los socialistas y UGT no opusieron resistencia inicialmente.

El pensamiento del dictador es con ciertos aires regeneracionistas, y su relación con el pueblo es paternalista:
aplica la intuición para conocer lo que sentía la gente y apela al patriotismo de l amasa neutra frente a la
corrupción de la vieja clase política.
Sus relaciones con la Iglesia no son satisfactorias, pues apoya al sindicato socialista antes que a los de orientación
católica. Su comunicación con el rey fue deteriorándose progresivamente y se hizo más tensa con motivo del
proyecto de nueva Constitución.

Directorio Militar (1923-1925).

Primo de Rivera quiere establecer un nuevo sistema de poder que permita la adopción de nuevas políticas para la
regeneración del país. Con este objetivo crea un Directorio militar (1923-1925) formado por ocho generales y un
contralmirante, que se constituye como órgano asesor del dictador.
La dictadura supone una restricción general de las libertades políticas y de prensa, y la anulación del sistema de
representación creado con la Constitución de 1876. Pretende así dar respuesta a los problemas de orden público.
Así, el Directorio militar:
- Suspende las garantías constitucionales.
- Sustituye a los gobernadores civiles por gobernadores militares y disuelve las Diputaciones. Suspende en
sus funciones a los concejales de los Ayuntamientos.
- Crea el somatén en 1923.
- Limita la libertad de prensa.
- Destierra a Unamuno, lo que provoca conflictos con los estudiantes, y clausura el Ateneo.
- Prohíbe las manifestaciones del Primero de Mayo.
Los aires regeneracionistas de la dictadura la proporcionan un apoyo del nacionalismo catalán conservador, pero
la política centralista de Primo de Rivera provocará enfrentamientos con los nacionalistas. Se prohíbe el catalán
en las iglesias, lo que provoca enfrentamientos también con los obispos catalanes.
Primo de Rivera tiene que hacer frente a una situación en Marruecos que se ve agravada por el nuevo empuje de
las cabilas, por lo que interviene proclamándose alto comisario de Marruecos, lo que no gusta a los militares
africanistas. Abd el-Krim piensa el tomar el Tánger, por lo que amplía su campo de operaciones al sector francés
de Marruecos. Esta situación propicia la creación de un frente franco-español, que tiene como resultado el
desembarco de Alhucemas (1925). Las tropas franco-españolas derrotan al caudillo marroquí, que se ve obligado
a pedir negociaciones y se rinde a las autoridades militares francesas, deportándole a la isla La Reunión. Con estos
hechos finaliza la guerra de Marruecos (1926), y Primo de Rivera consigue uno de sus mayores éxitos políticos.

Directorio civil (1925-1930)

A fines de 1925 los principales problemas (Marruecos, el nacionalismo catalán y el orden público) estaban
solucionados y podría haberse vuelto al sistema constitucional, pero Primo de Rivera sustituyó el Directorio
militar por uno civil: En el gobierno permanece un militar (él) pero los ministros son civiles (Severiano Martínez
Anido, Eduardo Aunós, Calvo Sotelo, Eduardo Callejas). Se institucionalizó la dictadura. A pesar de la resistencia
del monarca, Primo de Rivera consigue que éste acepte la convocatoria de una Asamblea Nacional Consultiva
cuya misión es elaborar una nueva Constitución, que queda terminada en 1929. Con ella se establece una doble
vía de representación: la obtenida por sufragio y la obtenida por las corporaciones y el nombramiento real. El
proyecto es rechazado tanto por la Corona como por la oposición.

Por otro lado, es un tiempo de crecimiento económico, aumenta el comercio exterior. El Estado intervino en la
economía, apoyó la creación de monopolios estatales y grandes corporaciones (CAMPSA, de petróleos,
Telefónica); subvencionó compañías navieras y mineras; y realizó una concentración bancaria, favoreciendo a
una élite. Tras la guerra de Marruecos y de los gastos asociados, el Estado comenzó a hacer obras públicas:
embalses, obras hidráulicas, Confederaciones hidrográficas, y mejoró y construyó más carreteras y ferrocarriles.
Calvo Sotelo trató de hacer una reforma fiscal progresiva, para paliar la Deuda pública y el Déficit del Estado, pero
fracasa. El Estado también protegió la producción agrícola, que había crecido de manera considerable, y aunque
los rendimientos eran altos, los precios seguían siendo elevados. Este sector debido a su escaso desarrollo e
innovación, retrasa el crecimiento industrial.
En cuanto a política exterior destaca: la alianza con Francia, para acabar con Abd el-Krim; un posterior
acercamiento a Inglaterra; el intento de aumentar la representación española en la SN y la intensificación de las
relaciones con Portugal e Hispanoamérica.
La política laboral propuesta consigue el apoyo de los socialistas. Se regula la emigración, se establece un seguro
de maternidad, ayudas a familias numerosas y el descanso dominical. Se crea además la Organización Corporativa
del Trabajo, (comités paritarios) para regular las condiciones salariales y laborales.
La UGT crece en este periodo y participa en estos comités, siguiendo la orientación de Largo Caballero. Sin
embargo, el PSOE atraviesa una crisis interna debido a la influencia soviética. Hay distintas opiniones en cuanto a
la adhesión o no a la III Internacional. El partido se divide y aparece el PCE (Partido Comunista Español),
extremista y con poca influencia social. Durante la dictadura el socialismo apenas crece y se divide entre: la rama
sindicalista, mayoritaria, (conformitas Largo Caballero) y la rama política, minoritaria (reivindicativos, Prieto). Con
la crisis UGT y PSOE modifican su postura y apoyan la Republica. Primo de Rivera se ensaña con los
anarcosindicalistas y la CNT atraviesa un momento difícil (fuera de la ley, persecución, y división interna debido a
la aparición de los comités paritarios, por los que se decanta Ángel Pestaña.) Nace en la clandestinidad la FAI
(Federación Anarquista Ibérica) bastante más radical.

La oposición a la dictadura y la caída de Primo de Rivera.


Tras el rechazo de la nueva Constitución, comienza el declive de la dictadura. Primo de Rivera no encuentra más
que opositores:
- Comienza el movimiento estudiantil y de los intelectuales. En 1928 la FUE (Federación Universitaria
Escolar) y la U. de Madrid protestan en contra de la enseñanza privada que se imparte en centros religiosos y la
equiparación de esos títulos a los de la universidad pública. En 1929 el movimiento es reprimido por el Gobierno
pero se extiende a otros lugares. Profesores como Méndez Pidal, Ortega y Gasset o Sánchez Albornoz se suman a
la protesta y el Gobierno decide cerrar la U. Central. Finalmente el movimiento consigue su objetivo.
- En el ejército los mandos intermedios se rebelan contra la jerarquía y piden un cambio en la estructura
(1926). Como protagonistas destacan principalmente los soldados de artillería. La no intervención del rey
propiciara la aparición de militares que apoyan la Republica.
- UGT y PSOE desde 1929 comienzan a apoyar la Republica pero se diferencian de los grupos republicanos,
aliados desde 1926 en torno a Alianza Republicana (Manuel Azaña, Marcelino Domingo de P.R. Catalán y
Alejandro Lerroux). Reclaman: unas Cortes constituyentes, solución al problema de Marruecos, Estado federal,
enseñanza primaria y atención al proletariado. Se adhieren algunos intelectuales (Unamuno, Machado, Pérez
Ayala). Los partidos catalanes se unen y forman Esquerra Republicana de Catalunya.
- José Sánchez Guerra, antiguo monárquico encabeza un levantamiento republicano en 1929. La indecisión
de muchos jefes hace que el pronunciamiento fracase.
- Debido a la especulación y el déficit la el valor de la peseta se deprecia, lo que empeora la imagen del
régimen que ya apenas cuenta con apoyos.
En 1930, el dictador ya desgastado, dimite y se exilia de manera voluntaria.

El gobierno de Berenguer y la transición a la República (1930-31).

Al dimitir el dictador Primo de Rivera, el Rey encarga formar Gobierno al general Berenguer, una tarea bastante
complicada. Los apoyos al Gobierno son escasos (vieja clase política), a esto se suma la lentitud en la vuelta al
sistema parlamentario, que fue minando el poco prestigio del gobierno. También los problemas económicos y el
desarrollo una política restrictiva, de contención del gasto, en un momento delicado debido al crack del 29. La
producción se hundió, la demanda se paralizó y el paro aumentó.

Se establecen una serie de medidas que pretenden suavizar el sistema de poder dictatorial: disolución de la
Asamblea Nacional Consultiva, y solución al problema de los artilleros y a las reivindicaciones estudiantiles
(reingreso de los catedráticos en las universidades y vuelta de Unamuno).

La oposición crecía: Grupos republicanos, que se mantienen muy activos y a los que se añaden antiguos
monárquicos (Sánchez Guerra y Osorio) y católicos (Alcalá Zamora y Miguel Maura). Estos se distancian de la
Unión Monárquica Nacional, grupo liderado por Calvo Sotelo y surgido de la reconversión de la antigua Unión
Patriótica para contrarrestar la impopularidad creciente del rey. A estos grupos también se adhieren estudiantes e
intelectuales (Ortega y Gasset, Marañón) o militares (artilleros). Por otro lado, grupos nacionalistas que
pretendían con la Republica adquirir autonomía y también el movimiento obrero, con una izquierda protagonista
de innumerables huelgas (PSOE, UGT, y la CNT ya reconstruida).

¡A partir de aquí haces tu Cris!

En Agosto de 1930: Pacto de San Sebastián. Frente unido de todos contra la Monarquía. Se forma un Comité
Revolucionario: Alcalá Zamora es el encargado de contactar con el ejército y el movimiento obrero.

Los acontecimientos se precipitaron:

Preparación del golpe militar dirigido por Queipo de Llano y Ramón Franco: para el 15 de diciembre
de 1930. pero fracaso al adelantarse: Pronunciamiento de Jaca. Detención de los miembros del Comité
Revolucionario.

- Oleada de movilizaciones: sindicatos y FUE (Federación Universitaria Española).


- Varios intelectuales Ortega y Gasset, Marañón, Pérez de Ayala publican un manifiesto de apoyo a la
República.
Berenguer presenta la dimisión el 14 de febrero. Alfonso XII encarga de formar gobierno al almirante Aznar.
Se convocan elecciones municipales para el 12 de abril. Las elecciones del 12 de abril: mayoría

monárquica, pero en las ciudades vence la República.

El día 13, Aznar dice: " El país se ha acostado monárquico y levantado republicano"

14 de abril de 1931: Proclamación de la II República.

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