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Dia 1

Por: Melissa Matus


De Gloria e Gloria

Base Bíblica: 2 Corintios 3:18


18 Por tanto, nosotros todos, mirando a cara descubierta como en un espejo la
gloria del Señor, somos transformados de gloria en gloria en la misma imagen, como
por el Espíritu del Señor.

Principio Bíblico: Somos Transformados por medio del Espíritu de Dios


Objetivo General: Entender que la transformación del hombre viene a través del
Espíritu de Dios.
Objetivos Específicos:
1) Al entender que el Espíritu de Dios es el que transforma dejaremos de querer
cambiar a las personas nosotros.
2) Al saber que el Espíritu de Dios es el que transforma entonces buscaremos de él
para poder cambiar.

Hoy en día y en gran parte gracias a las plataformas digitales, existen muchas
personalidades que nos son conocidas, tanto en el ámbito secular como en el
cristiano, y eso nos ha llevado a creer en personas y no el poder de Dios. No
obstante, recordaremos en esta clase, en donde debemos fijar nuestra mirada.
En los versículos del 7 al 18, el apóstol trata el tema del nuevo pacto,
menciona ciertos elementos para demostrar la superioridad del NP. Pablo
específicamente aclara dos cosas: cuando Israel lee el AT están ciegos, esta
ceguera no es eterna, llegara el día en que el velo sea quitado. Indica también que
no es posible convertirse al Señor Jesucristo sin llegar al conocimiento del Espíritu.
La medula de la vida cristiana es la transformación espiritual, es decir, si Cristo
cambia nuestras vidas terrenales, y en lo físico y en lo emocional, y que bueno, que
bendición, pero cuando nuestro espíritu es verdaderamente transformado ahí es
cuando se nota que ha sucedido algo extraordinario en nosotros, no lo tienes que
decir, se nota.
Somos transformados por medio del Espíritu de Dios, de gloria en gloria
porque eso es lo que Dios es, es Glorioso, y como va a actuar el sino de esa forma.
“De Gloria en Gloria” Es una expresión de esperanza que lleva implícito un final
relevante, un final glorioso.
Juan 4:14 “más el que bebiere del agua que yo le daré, no tendrá sed jamás; sino
que el agua que yo le daré será en él una fuente de agua que salte para vida eterna.”
No es el agua, sino El es quien da el agua; cuando comenzamos a entender
el lugar que le corresponde a cada cosa, entonces estás pueden realizar su trabajo
correctamente.
Repite conmigo ¡No debo intentar hacer el trabajo del Espíritu Santo!
Sé consiente de que no eres perfecto, por eso debes ponerte en manos de
Dios al despertar cada mañana y dejar que su Espíritu dirija tu vida.
Cuando alguna persona hace algo que me gustaría cambiar de ella, oro a
Dios para que si en efecto necesita ser cambiada lo haga y si no que cambie mi
pensamiento.
Te invito a hacer dos listas. En la primera enumera todas las acciones a favor
de la iglesia que como ser humano puedes realizar, y en la segunda enumera las
acciones que únicamente el Espíritu Santo es capaz de hacer.
En una ocasión, un joven que tenía mucho tiempo sin asistir al templo, por
fin regreso, no obstante este lo hizo dado que tenía problemas económicos, está
persona estaba desesperada, y al finalizar el servicio, se acercó a mí para pedir
consejo, pues no quería faltar a la iglesia pero el trabajo se lo impedía, el hecho de
que pusiera “peros” hacía que me enojara mucho, y le regañé para hacerle entender
que Dios era más importante que todo, pero él seguía insistiendo sus “peros”,
entonces al borde la desesperación oré a Dios y dije “señor tu habla con él porque
a mí no me hace caso” en ese momento algo salió de mi boca, no supe que fue,
pero el joven lloró, me abrazó y dijo “gracias, muchas gracias, necesitaba escuchar
eso” aún no tengo idea que dije, porque estoy segura que no fui yo, fue el Espíritu
de Dios, consolando a quien necesitaba ese consuelo, no un regaño humano, un
consuelo y un abrazo de parte de Dios.
Dia 2
Por Chay Levi

Transformados para demostrar la Gloria de Dios

Cuando en la Biblia se habla de la palabra “Gloria”, es bien interesante pues


se refiere a todas aquellas acciones sobrenaturales de Dios, que podemos ver y
que al mismo tiempo hacen visible a Dios.
¿De qué forma?
Juan 1:18 dice que, nadie nunca ha visto a Dios físicamente, los ojos del ser
humano no están diseñados para poderlo ver, es tan fuerte el resplandor de su
presencia que “quemaría los ojos de cualquier ser humano. Es más, tan fuerte es la
presencia de Dios, que para poder verlo cara a cara necesitamos morir.
Cuando era niño soñaba ver a Dios físicamente, y a la manera como me
habían enseñado a orar a Dios le decía quiero verte por favor Dios… y recuerdo
que mi abuelita tenía un ropero de esos viejitos, que tenían en una de sus puertas
un gran espejo casi de tamaño completo. En un sueño, yo estaba en el cuarto donde
mi abuelita tenía su ropero, y algo me hizo voltear hacia el espejo y recuerdo haber
visto una persona con una hermosa ropa blanca que brillaba, y mientras iba
levantando la mirada hacia el rostro de la persona solo alcancé ver un resplandor
que lastimó mi vista, (no se si alguna vez intentaron ver al sol cuando esta mas
fuerte a las 12 del día, bueno así es como esa luz me impidió ver su rostro.
¿Habrá Dios respondido la oración de un niño de 4 años?, no lo se. Y ustedes
dirán apoco se acuerda de lo que soñaba cuando era niño. pues es algo que no he
podido olvidar toda mi vida, lo he tenido presente y cuando puedo lo vuelvo a contar
para que mi mente nunca lo olvide.
El punto de todo esto, es que nadie ha podido ver a Dios, ni yo solo vi una
impresionante luz que no soportaron mis ojos.
Los hebreos en el Antiguo Testamento quedaban impresionados cuando
veían y escuchaban el tronar del cielo, era algo totalmente fuera de lo normal.
Cuando las nubes chocaban y se producía un relámpago. Ellos decían “Esa es la
Gloria de Dios”; lo podemos comprobar en el Salmo 29:3 “voz de Jehová sobre las
aguas; Truena el Dios de gloria, Jehová sobre las muchas aguas.”
El Salmo 19:1 también dice; Los cielos cuentan la gloria de Dios, Y el
firmamento anuncia la obra de sus manos. Bíblicamente entones podemos ir
entendiendo que cuando se menciona la Gloria de Dios es un asunto que se refiere
a “no poder ver a Dios, pero si la obra de sus manos”.
Una de las acciones más impresionantes y sobrenaturales de Dios que todos
pudieron ver y que hicieron visible a Dios, fue la llegada de Jesucristo a la tierra...
Al principio citamos a Juan el Evangelista en Juan 1:18, cuando escribió
“Nadie nunca ha visto a Dios, algo de los que todos estamos de acuerdo, sin
embargo, Juan continúa escribiendo; “pero el unigénito Hijo, que está en el seno del
Padre, él le ha dado a conocer”.
El apóstol Pablo también lo menciona en su Carta a los Colosenses 1:15 El
es la imagen del Dios invisible, el primogénito de toda creación.
Y en la línea de la frase “La Gloria de Dios es aquello que hace visible al Dios
invisible leamos Juan 1:14 “Y aquel Verbo fue hecho carne, y habitó entre nosotros
(y vimos su gloria, gloria como del unigénito del Padre), lleno de gracia y de verdad.
El evangelista menciona “Gloria de Dios”, para referirse a la aparición de
Jesucristo como hijo de Dios, diciendo que todos “vieron su gloria, la gloria del
Padre.
A veces los seres humanos estamos tan ciegos, que no podemos ver a Dios,
ni en lo sobrenatural de lo que hoy consideramos una “simple lluvia”, ni en la
perfección de su creación, y un hecho más fuerte es que tampoco somos capaces
de ver a Dios en Jesús, en su sacrificio, ni en su resurrección.
Por eso me encanta la época navideña, por que al menos un día, un solo día
del año, el mundo entero recuerda que Jesús nació.
Se acuerdan del canto de los ángeles que interpretaban al saber que la promesa de
Dios para el mundo se había cumplido al enviar a su hijo.
“Gloria a Dios en las alturas y en la tierra paz, Gloria a Dios en las alturas y
en la tierra paz”.
Pero sabe una cosa, aun así, no pueden ver a Dios….
Y como todavía hay personas que no han podido ver a Dios ni en su creación,
ni en su hijo Jesucristo, existe un elemento más para que el Dios invisible se pueda
hacer visible…
2 corintios 3:18 “Por tanto, nosotros todos, mirando a cara descubierta como
en un espejo la gloria del Señor, somos transformados de gloria en gloria en la
misma imagen, como por el Espíritu del Señor”.
Un elemento más, que hace visible la gloria de Dios, se llama tu vida y mi
vida misma.
¿Cómo te ven los demás?, te ven como alguien que ha sido transformado
por Dios, alguien que hace visible al Dios invisible. ¿La Gente de fuera puede ver a
Dios en ti? ¿En tu trabajo pueden ver a Dios en ti?, En tu escuela pueden ver a Dios
en ti? ¿Tu familia puede ver a Dios en ti?, ¿Tu iglesia puede ver a Dios en ti?
Jesús dijo en Juan 17:22 La gloria que me diste, yo les he dado, para que
sean uno, así como nosotros somos uno.
Hay una porción de la gloria de Jesucristo en nuestra vida.
Hay muchas formas de demostrar la gloria de Dios en nuestra vida, pero la
que menciona el Apóstol Pablo sucede a partir de una Transformación.
Transformación que se puede ver en lo exterior.
Y que viene acompañada de la presencia del Espíritu Santo permanente en
tu vida, el Espíritu Santo está en nosotros siempre para que esa Gloria se siga
mostrando una y otra vez.
Pero para que eso sea posible, depende mucho de nosotros… del
compromiso personal que tengamos con Dios, y de la seguridad de saber que el
Espíritu Santo está en nosotros.
Pongámonos a pensar…
Nuestro testimonio ya refleja la Gloria de Dios… antes éramos unos, pero
con poder de Dios ahora somos otros… y la gente está sorprendida de cómo
cambiaste, de cómo te levantaste, de cómo brillas… pero todavía hay mas que
necesita brillar en ti.
La palabra transformación se refiere a algo que dejo de ser como era antes;
Antes era de una forma, y ahora es distinto, No vuelvas a ser como eras antes, si
no pierdes tu mirada del blanco perfecto que es Cristo, seguirás brillando, y aunque
vengan adversidades, problemas, personas toxicas que intentaran detener tu
brillo…. tu debes estar seguro que el Dios de Isaac, de Abraham y Jacob esta
contigo.
Y que la Gloria de Dios necesita demostrarse una y otra vez. en tu vida.
Todavía hay mucho que el Señor necesita hacer en tu vida, todavía no ha terminado
contigo.
Quizá ahorita no es el mejor momento para brillar, sientes que todo esta
derrumbado, prepárate por que la Gloria de Dios está por demostrarse como nunca
antes. Pero no pierdas tu mirada de Jesucristo.
Seguirás siendo transformado de Gloria en Gloria para que todo mundo
pueda ver a Dios Todopoderoso en tu vida.
Dia 3

Los cielos cuentan la gloria de Dios

Isaías 55:8-11 “8 Porque mis pensamientos no son vuestros pensamientos,


ni vuestros caminos mis caminos, dijo Jehová. 9 Como son más altos los cielos que
la tierra, así son mis caminos más altos que vuestros caminos, y mis pensamientos
más que vuestros pensamientos. 10 Porque como desciende de los cielos la lluvia
y la nieve, y no vuelve allá, sino que riega la tierra, y la hace germinar y producir, y
da semilla al que siembra, y pan al que come, 11 así será mi palabra que sale de
mi boca; no volverá a mí vacía, sino que hará lo que yo quiero, y será prosperada
en aquello para que la envié.”
¿Has pensado alguna vez en las implicaciones del control soberano de Dios
sobre todo? Si Dios tiene el control de todo, entonces todo lo que nos han dado a
usted y a mí es un resultado directo de Dios eligiendo hacerlo. No hay nada que
hayas recibido que no haya sido creado por Dios o creado por cosas que Dios creó.
Es posible que desee volver a leer esta frase otra vez. Y tal vez de nuevo, solo por
si acaso.
Dios produce todas y cada una de las cosas. Porque lo hace, también
reclama soberanía, sobre todo. Él lo controla. Es el micro gestor consumado y
definitivo. Él esta intrincadamente, íntimamente involucrado en cada detalle. Él
maneja el universo y todos nosotros en él para el grado más alto posible. Y si no lo
hiciera, si solo se tomara un momento para dar un paso atrás y no mantener el
universo en su lugar, todos quedaríamos aniquilados en un instante.
Desde Su posición ventajosa, todo tiene perfecto sentido. Sin embargo, a
partir del nuestro, el tiempo puede parecer marcado por una serie interminable o
una serie de contingencias que podemos llamar "suerte", "casualidad" o incluso
"eventos aleatorios."
Pero así es como parece; no es así.
Porque nada es aleatorio con Dios. Está trabajando en los detalles de todo,
no solo viendo cómo sucede. Lo que, es más, está trabajando en los detalles para
alcanzar la meta prevista. Una vez que usted y yo lleguemos a comprender Su
objetivo general, podremos comenzar a comprender Sus caminos.
Salmos 19:1-6 “Los cielos cuentan la gloria de Dios, Y el firmamento anuncia
la obra de sus manos. 2 Un día emite palabra a otro día, Y una noche a otra noche
declara sabiduría. 3 No hay lenguaje, ni palabras, Ni es oída su voz. 4 Por toda la
tierra salió su voz, Y hasta el extremo del mundo sus palabras. En ellos puso
tabernáculo para el sol; 5 Y este, como esposo que sale de su tálamo, Se alegra
cual gigante para correr el camino. 6 De un extremo de los cielos es su salida, Y su
curso hasta el término de ellos; Y nada hay que se esconda de su calor.”
El objetivo final de Dios siempre resulta en la gloria de Dios. El capítulo uno
de Efesios destaca esto para nosotros,
En amor, nos predestinó a la adopción como hijos por medio de Jesucristo
para Él, de acuerdo con la bondadosa intención de su voluntad, para alabanza de
la gloria de su gracia...con el fin de que nosotros, que fuimos los primeros en esperar
en Cristo, seamos para la alabanza de su gloria...con miras a la redención de la
posesión de Dios, a la alabanza de su gloria. (v. 4b-6a, 12, 14b)
La razón principal por la que Dios está trabajando en todo para lograr el
resultado deseado es “para la alabanza de su gloria ". Dios se propone garantizar
que todo lo que ha creado cumpla y satisfaga Su propósito previsto, que es devolver
la gloria a Él mismo.
Nos guste o no, Dios existe para Su propia gloria. Ahora, puedes luchar
contra esa verdad, preocuparte por ella, discutirla, no quererla, rechazarla, acusarla
o cualquier otra cosa que quieras hacer. Pero hagas lo que hagas al respecto, no lo
cambiará. Dios existe para Dios. Lo mismo ocurre con todo lo que hizo. Él lo hizo
para Él. Esa es la razón por la que está aquí. Esa es la razón porque estamos aquí.
Estamos hechos para Dios. Nuestras vidas no se tratan de nosotros; se tratan de Él
y Su gloria. Si no le importa demasiado, ve y crea su propio universo. Él hizo este,
por lo que puede establecer las reglas.
Todo lo que compita, niega o minimiza la gloria de Dios existe en un estado
perpetuo de desalineación. Está fuera de servicio. Dios hizo todas las cosas para
mostrar sus atributos, carácter y poder.
Sin embargo, hay otra razón por la que Dios hace que todas las cosas
trabajen juntas. Lo hace para Su gloria, sí, pero también lo hace por nosotros, para
bien. Recordará que Romanos 8:28 dice: "Dios hace que todo lo que nos suceda
sea para nuestro bien…” Esencialmente, eso significa que Él está generando
nuestro beneficio. La palabra bueno significa "lo que es beneficioso". Por lo tanto,
Dios también busca traer beneficios y bendiciones en la vida de aquellos que lo
aman y andan de acuerdo con las sendas de Su propósito.
No malinterpretes ese versículo para que se aplique a todos, en todas partes.
Demasiada gente hace eso. No dice que Dios hace que todas las cosas en todos
los sentidos funcionen para bien. No, se refiere específicamente a aquellos que lo
aman y son llamados de acuerdo con Su propósito. Por lo tanto, hay malo en este
mundo. Suceden cosas negativas. La suposición que a menudo se hace cuando lo
hacen es que Dios no debe ser bueno en sí mismo. Pero la presencia de la
oscuridad no niega el poder de la luz. La luz existe para expulsar la oscuridad, no
para eliminarla por completo.
Romanos 8:28 no dice que Dios hace que todas las cosas sean buenas. Más
bien, integra todas las cosas para trabajar juntas para bien en las vidas de aquellos
que lo aman y siguen sus caminos. La suya es la mano invisible que opera entre
bastidores de lo bueno, lo malo y lo feo de la vida. Él tiene todo bajo su control
Dia 4

El Padre de gloria

Abordamos la primera oración que el apóstol Pablo ofrece a favor de los


creyentes en Éfeso. Él oró por los santos, porque ellos tenían fe en el Señor Jesús
y amor hacia todos los santos. La fe y el amor son cruciales en nuestra vida en
Cristo. Para el Señor, debemos tener fe; y para los santos, debemos tener amor.
Efesios 1:15-22 “15 Por esta causa también yo, habiendo oído de vuestra fe
en el Señor Jesús, y de vuestro amor para con todos los santos, 16 no ceso de dar
gracias por vosotros, haciendo memoria de vosotros en mis oraciones, 17 para que
el Dios de nuestro Señor Jesucristo, el Padre de gloria, os dé espíritu de sabiduría
y de revelación en el conocimiento de él, 18 alumbrando los ojos de vuestro
entendimiento, para que sepáis cuál es la esperanza a que él os ha llamado, y
cuáles las riquezas de la gloria de su herencia en los santos, 19 y cuál la
supereminente grandeza de su poder para con nosotros los que creemos, según la
operación del poder de su fuerza, 20 la cual operó en Cristo, resucitándole de los
muertos y sentándole a su diestra en los lugares celestiales, 21 sobre todo
principado y autoridad y poder y señorío, y sobre todo nombre que se nombra, no
solo en este siglo, sino también en el venidero; 22 y sometió todas las cosas bajo
sus pies, y lo dio por cabeza sobre todas las cosas a la iglesia,”
«El Dios de nuestro Señor Jesucristo»
Cuando nos referimos a Dios de esta manera, entendemos que no solamente
el Creador está fuera de su criatura, el hombre, sino que también se ha introducido
en la humanidad. Este título incluye creación, encarnación y redención. Dios es el
Creador; sin embargo, también es el Dios de Jesucristo, quien es el Dios encarnado.
Jesucristo no es solamente el Dios que creó, sino también el Dios que se encarnó
y que efectuó la redención.
La gloria es Dios expresado, por lo tanto, la frase «el Padre de gloria», es
Dios expresado por medio del Hijo, y la gloria de Cristo es expresada por sus
muchos hijos. El título «Padre», implica regeneración, y la palabra «gloria», implica
expresión. Por lo tanto, la frase: «el Padre de gloria» da a entender regeneración y
expresión. Nosotros fuimos engendrados y regenerados por Dios, ¡somos su
expresión! En el título «El Dios de nuestro Señor Jesucristo, el Padre de gloria»,
están incluidos cinco asuntos importantes: creación, encarnación, redención,
regeneración y expresión. Nosotros ya fuimos regenerados, pero en el futuro
seremos glorificados, cuando nuestro cuerpo corruptible se vista de incorrupción,
expresaremos en plenitud y perfección, la gloria de Dios.
La regeneración de los muchos hijos y expresión de Dios representan la
consumación de los planes divinos en su propósito eterno. Antes de la creación, no
existía nada además de Dios. Dios no había generado nada, ni tenía expresión.
Luego, Dios creó el universo y todo lo que hay en él. Después de producir la
creación, dio el paso de la encarnación, por el cual entró en su criatura, el hombre.
Por medio de la encarnación, el Creador y la criatura redimida se hicieron uno.
Cuando el Señor Jesús estaba en la tierra, era la unión de Dios con el
hombre. Mediante su crucifixión, efectuó la redención, y como resultado, nosotros,
sus criaturas caídas, fuimos redimidos. Luego, fuimos regenerados para ser hijos
de Dios el Padre, con el fin de expresarlo a Él. Por eso, el día que seamos
glorificados, Dios será plenamente expresado desde nuestro interior, y así seremos
su expresión.
Pablo oró a «el Dios de nuestro Señor Jesucristo, el Padre de gloria», sin
embargo, los judíos, por no tener ninguna noción acerca de la encarnación,
regeneración y expresión, dirigen su oración sólo a Dios el Creador. Pero nosotros,
los redimidos, tenemos al Dios que crea, que se encarna, que redime, que regenera
y que se expresa. ¡No hay duda que los creyentes del Nuevo Pacto tenemos mucho
más que los creyentes del Viejo Pacto!
Hechos 9:12-18 “12 y ha visto en visión a un varón llamado Ananías, que
entra y le pone las manos encima para que recobre la vista. 13 Entonces Ananías
respondió: Señor, he oído de muchos acerca de este hombre, cuántos males ha
hecho a tus santos en Jerusalén; 14 y aun aquí tiene autoridad de los principales
sacerdotes para prender a todos los que invocan tu nombre. 15 El Señor le dijo: Ve,
porque instrumento escogido me es este, para llevar mi nombre en presencia de los
gentiles, y de reyes, y de los hijos de Israel; 16 porque yo le mostraré cuánto le es
necesario padecer por mi nombre. 17 Fue entonces Ananías y entró en la casa, y
poniendo sobre él las manos, dijo: Hermano Saulo, el Señor Jesús, que se te
apareció en el camino por donde venías, me ha enviado para que recibas la vista y
seas lleno del Espíritu Santo. 18 Y al momento le cayeron de los ojos como
escamas, y recibió al instante la vista; y levantándose, fue bautizado.”
«La facultad espiritual para ver»
Aunque podamos tener el hecho y que se corra el velo, aún necesitamos ojos
para ver. Tal vez tengamos el misterio de la voluntad de Dios y la revelación, pero
aún necesitamos los ojos, como facultad espiritual para ver. Los ojos a los que nos
referimos son, por supuesto, los ojos espirituales, los ojos del corazón. Hoy, el
problema no radica en los hechos, pues éstos abundan en la Biblia. Además, la
revelación, o sea, correr el velo, tampoco representa ningún problema, pues el Dios
que está lleno de gracia nos abre su Palabra continuamente.
El problema principal radica en nuestros ojos, pues tienen lentes improntados
por la manera de pensar que fue adquirida en nuestra pasada manera de vivir; por
lo tanto, es necesario que quitemos los velos para que podamos renovar nuestro
entendimiento y ver claramente lo que Dios nos muestra sin ningún prejuicio ni
preconcepto. En resumidas cuentas, el peor estorbo para percibir la visión es la
vista, pues cuando se trata de comprender la visión celestial es mejor que nuestros
ojos físicos sean cegados, para que se iluminen nuestros ojos espirituales, tal como
le aconteció a Pablo.
Si queremos tener ojos espirituales que vean, necesitamos un espíritu abierto
y una conciencia purificada. No cerremos nuestro espíritu; mantengámoslo abierto.
Además, nuestra conciencia debe ser purificada, por la obediencia a la verdad
mediante el Espíritu. Nuestra conciencia, es parte principal de nuestra alma, y debe
estar limpia. Si nuestra conciencia está opaca, nuestro espíritu no podrá ver.
También necesitamos un corazón puro para ver y entender las cosas de Dios,
tal como lo dijo Cristo: “Bienaventurados los de corazón puro, porque ellos verán a
Dios”. Muchos no pueden ver a Dios ni recibir la revelación de las cosas espirituales
porque su corazón está mezclado con emociones tóxicas y motivaciones erradas.
Para tener un corazón puro, debemos apropiarnos de la obra perfecta de Cristo y
cultivar motivaciones correctas, emociones sanas.
Con el fin de tener un corazón puro, es indispensable una voluntad sumisa.
Si nuestra voluntad ha de ser dócil entonces estaremos dispuestos a implementar y
obedecer en nuestra forma de vida todo lo que Dios nos revela, de lo contrario,
aunque recibamos mucho entrenamiento y tengamos mucho conocimiento, sin
ponerlo en práctica, tal vez aprendamos doctrinas, pero no tendremos ninguna
visión, verdad, mucho menos vida.
Colosenses 1:27 “27 a quienes Dios quiso dar a conocer las riquezas de la
gloria de este misterio entre los gentiles; que es Cristo en vosotros, la esperanza de
gloria,”
«Ser iluminados por Dios»
Es posible tener el hecho, revelación y vista, pero seguir sin ver nada porque
falta luz. Por consiguiente, necesitamos que Dios nos ilumine. La visión no se recibe
sino hasta que, además del hecho, revelación y vista, se tiene luz. La visión es la
suma de estas cuatro cosas: hecho, revelación, vista y luz. La iluminación se da,
cuando la luz alumbra y nos permite ver con claridad lo que allí está. La revelación,
no es traer algo nuevo a las Escrituras, sino descubrir lo que allí estaba, pero no lo
habíamos visto. Por eso al correrse el velo y recibir la iluminación, podemos ver de
manera nítida la verdad allí presentada y saber lo que Dios ha dado.
Saber la esperanza a que Dios nos ha llamado. Antes de ser salvos, no
teníamos esperanza, estábamos «sin esperanza y sin Dios en el mundo». Pero
después de ser salvos, nuestra situación cambió y ahora estamos llenos de
esperanza. No obstante, debido a que muchos creyentes no saben en qué consiste
dicha esperanza, viven angustiados y preocupados por el futuro de sus vidas.
Por ser nosotros el pueblo que Dios llamó, estamos llenos de esperanza. En
primer lugar, nuestra esperanza es Cristo mismo. Colosenses declara, que Cristo
en nosotros es la esperanza de gloria, igualmente en 1 Timoteo se afirma también
que Jesucristo es nuestra esperanza. Cristo no solamente es nuestra vida y
santidad, sino también nuestra esperanza. Cristo es nuestra única esperanza. Todo
lo relacionado con nuestra esperanza tiene que ver con Él.
Pablo sabe que la mejor forma para expulsar las antiguas tendencias
pecaminosas no es concentrar la preocupación en ellas, sino más bien, en las
bendiciones de la salvación. Esta esperanza está sólidamente fundada en las
infalibles promesas de Dios. Es el ancla del alma, aferrada al trono mismo de Dios;
por tanto, en el corazón de Cristo.
Consiste entonces, en una entrega ferviente, una expectación confiada, una
espera paciente del cumplimiento de los planes de Dios, una absoluta confianza
centrada en Cristo, que tales promesas, sin duda alguna, han sido cumplidas. Esto
nos da una fuerza viva y santificadora.
Todos hemos sido llamados por Dios, pero, ¿qué es la esperanza del llamado
de Dios? Algunos quizá digan que nuestra esperanza consiste en ir al cielo. Pero al
leer la Biblia, se darán cuenta que Dios desea venir a la tierra. Los cielos quizá sean
muy preciosos para usted, pero la tierra es más preciosa para Dios.
Dia 5

Moisés vio la gloria de Dios

Las Escrituras dicen que nadie puede ver la gloria de Dios y permanecer vivo.
Pero hubo alguien cuyo anhelo de conocer a Dios, no sólo sus obras, le permitió ver
parte de su gloria y no morir en el intento. En este plan veremos a Dios desde el
punto de vista de Moisés. Dejemos que el Señor abra nuestros ojos para verlo de la
misma manera.
Exodo "Y dijo Dios a Moisés: YO SOY EL QUE SOY. Y añadió: Así dirás a los hijos
de Israel: «YO SOY me ha enviado a vosotros»" Éxodo 3:14 (LBLA)
Yo Soy el que soy: la grandeza de Dios
Fue un momento crucial en la historia bíblica. Dios se aparece a Moisés en
la zarza ardiente para llamarle a sacar a su pueblo de la esclavitud. En el
conmovedor intercambio, Moisés pregunta por el nombre de Dios. Hay que tener en
cuenta que, en la cultura israelita, tu nombre no era una etiqueta, sino que revelaba
quién eras. Los nombres importaban.
"Y dijo Dios a Moisés: YO SOY EL QUE SOY. Y añadió: Así dirás a los hijos
de Israel: «YO SOY me ha enviado a vosotros»" Éxodo 3:14 (LBLA). Esa respuesta
no es tan clara, ¿verdad? ¿Qué está diciendo Dios sobre sí mismo? «YO SOY EL
QUE SOY». Como mínimo, este nombre es bastante enigmático y misterioso. Pero
eso cuadra, ¿no es así? Hay misterio respecto a Dios. Él es incomprensible. ¿Quién
sino Dios tendría un nombre como éste? «YO SOY EL QUE SOY».
Pero podemos decir más sobre este nombre. Sugiere que Dios tiene vida en
sí mismo. Es completamente libre, auto existente y soberano. Es eterno e inmutable.
No depende de nada más y, por lo tanto, es invencible. Hace lo que quiere. Su
Palabra no puede ser detenida. Todo esto significa que Dios es digno de confianza.
Él tiene el poder soberano de venir a través de nosotros. Esto es lo que Dios es:
soberano, inmutable, eterno, auto existente, libre. La fuente de toda la vida en todas
partes. Independiente. Misterioso. Incomprensible en su grandeza. Completamente
digno de confianza.
Dios le da a Moisés una versión abreviada de su nombre cuando le dice: "(...)
Así dirás a los hijos de Israel: «YO SOY me ha enviado a vosotros»" Éxodo 3:14
(LBLA). Aquí es donde las cosas se ponen interesantes. Porque cuando Jesús
aparece en escena en el libro de Juan, utiliza siete afirmaciones «Yo soy» para
describir quién es él, como «Yo soy la puerta», «Yo soy la vid» y «Yo soy el pan de
vida». Estas afirmaciones son un eco del pasaje de la zarza ardiente de Éxodo 3.
Pero hay más. En una de las discusiones, Jesús dice a los judíos que estuvo
vivo durante la vida de Abraham. Ante esto, los judíos se vuelven apopléticos. Están
furiosos por lo que Jesús está sugiriendo, pero Jesús no retrocede ni un
centímetro. "Jesús les dijo: En verdad, en verdad os digo: antes que Abraham
naciera, yo soy." Juan 8:58 (LBLA). Jesús no dice: Antes de que Abraham naciera,
yo ya existía, o ya estaba vivo. No, en una referencia puntual a Éxodo 3, Jesús
proclama: "(...) antes que Abraham naciera, yo soy." Juan 8:58 (LBLA)
Los judíos entendieron exactamente lo que decía Jesús. Así que agarraron
piedras para matarlo, porque estaba afirmando ser Dios. Este es Jesús, el mismo
que habló a Moisés en la zarza ardiente, el gran «YO SOY», soberano y eterno e
inmutable, que vino para rescatar a su pueblo de la esclavitud.
Estad firmes y ved
"Pero Moisés dijo al pueblo: No temáis; estad firmes y ved la salvación que
el Señor hará hoy por vosotros; porque los egipcios a quienes habéis visto hoy, no
los volveréis a ver jamás" Éxodo 14:13 (LBLA)
Hay un acontecimiento al que las Escrituras vuelven una y otra vez. De hecho, el
Antiguo Testamento se refiere a este acontecimiento cien veces. No sólo es el
ejemplo central del poder de Dios para rescatar a su pueblo, sino también la imagen
principal del Antiguo Testamento, de lo que Dios hace por nosotros en Cristo.
Este acontecimiento central es el Éxodo, la liberación de los israelitas de la
esclavitud con las diez plagas y la separación del Mar Rojo. Pero el Éxodo no sólo
tiene una importancia teológica primordial, sino que también es el mayor estímulo
práctico para la vida espiritual.
Moisés y los israelitas han llegado a la orilla del mar cuando ven que el
ejército egipcio se les echa encima. El pueblo está aterrorizado. Después de todo lo
que han pasado, ¿van a ser masacrados cuando casi lo han conseguido? Se quejan
amargamente a Moisés.
La respuesta de Moisés es un clásico. Este es su mejor momento de
liderazgo. "Pero Moisés dijo al pueblo: No temáis; estad firmes y ved la salvación
que el Señor hará hoy por vosotros; porque los egipcios a quienes habéis visto hoy,
no los volveréis a ver jamás" Éxodo 14:13 (LBLA). Estas palabras son palabras que
dan vida. Hablan de nuestros abrumadores problemas y necesidades. Hablan de
los mayores desafíos de nuestras vidas. Hablan de los problemas con los que
estamos luchando ahora mismo. Considera tu mayor carga mientras escuchas en
oración la voz de Dios para ti: "(...)No temáis; estad firmes y ved la salvación que el
Señor hará hoy por vosotros;" Éxodo 14:13 (LBLA)
Los israelitas se encontraban en una situación imposible ese día. Tal vez tú
sientas que estás en una situación imposible ahora mismo. No es imposible para
Dios. Nada es demasiado difícil para Dios. Él puede hacerlo. Confía en el Señor con
todo tu corazón. Clama a él. Niégate a ceder al miedo, porque el Señor luchará por
ti. ¿Por qué no clamas a él ahora mismo?
Muéstrame tu gloria
"Entonces Moisés dijo: Te ruego que me muestres tu gloria. Y Él respondió:
Yo haré pasar toda mi bondad delante de ti, y proclamaré el nombre del Señor
delante de ti; y tendré misericordia del que tendré misericordia, y tendré compasión
de quien tendré compasión." Éxodo 33:18-19 (LBLA)
A lo largo del libro del Éxodo, vemos la grandeza de Dios. Vemos la grandeza
y la gloria de Dios en la zarza ardiente, en las diez plagas sobre Egipto, en la
separación del Mar Rojo, en la destrucción del ejército del Faraón y en muchas otras
cosas. Quizás más que en cualquier otro libro del Antiguo Testamento, vemos el
poder, la gloria, la majestad, la grandeza, la soberanía y la santidad de nuestro gran
Dios.
Entonces, después de todos estos increíbles acontecimientos, Moisés hace
esta audaz petición a Dios: "Te ruego que me muestres tu gloria" Éxodo 33:18-19
(LBLA). La petición revela la pasión de Moisés por Dios. No una pasión por lo que
Dios puede hacer por Moisés, sino una pasión por Dios mismo. Esta es una pasión
no por el poder de Dios, sino por el rostro de Dios. Por Dios mismo.
Agustín escribió una vez: «Dame un hombre enamorado; él sabe lo que
quiero decir. Dame uno que anhele; dame uno que tenga hambre; dame uno que
esté lejos en este desierto, que tenga sed y suspire por el manantial del País Eterno.
Dame esa clase de hombre; él sabe lo que quiero decir. Pero si le hablo a un hombre
frío, no sabe de qué hablo». Esto describe a Moisés en el Éxodo 33.
Dios amó la petición de Moisés y respondió afirmativamente. Pero fíjate en lo
que dice Dios cuando responde: "Y Él respondió: Yo haré pasar toda mi bondad
delante de ti, (...)" Éxodo 33:19 (LBLA). No su grandeza, sino su bondad. Cuando
Dios revela la esencia de su gloria a Moisés, revela su bondad. Sí, la grandeza de
Dios es vital, pero la gloria de Dios se ve principalmente en su bondad.
A la mañana siguiente, Dios cumple lo prometido y revela su gloria a
Moisés. "Y el Señor descendió en la nube y estuvo allí con él, mientras este
invocaba el nombre del Señor. Entonces pasó el Señor por delante de él y proclamó:
El Señor, el Señor, Dios compasivo y clemente, lento para la ira y abundante en
misericordia y fidelidad;" Éxodo 34:5-6 (LBLA)
Cuando Dios revela su gloria a Moisés, proclama su bondad, que es
misericordioso y clemente, lento para la ira y amoroso, fiel y perdonador. La gloria
de nuestro Dios y la gloria a nuestro Dios por siempre y para siempre Amen.

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