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En esta clase les ofrezco una síntesis de los que hemos venido viendo hasta ahora.
Por qué social? Porque la educación tiene una historia, como todo lo humano. La educación
tal como la concebimos es producto de un devenir histórico y social. Es un área de lo social,
puesto que surge de una necesidad de conjunto de la sociedad, como es la transmisión de
los saberes que se consideran relevantes en distintos momentos de la Historia.
Digo que son antagónicas porque la visión conservadora intenta ocultar la situación de
privilegio en la que vive una minoría de la sociedad, naturalizando la situación del resto.
Mientras que la visión progresista resalta todo el tiempo esas desigualdades, señalándolas
como “fallas” o como acciones intencionales de un sector social, para mantener su
dominación sobre el resto.
Como sea, la visión progresista, que involucra un amplio arco de pensamiento, desde el
progresismo liberal, hasta el marxismo revolucionario, desafía necesariamente al poder. La
educación es entonces uno de los campos de batalla en el que se dirimen los relatos que
justifican o interpelan al poder.
Naturalmente, a quienes tienen el poder lo que más les interesa es que las cosas se queden
como están, que nada cambie, sin embargo, la sociedad es extremadamente compleja, y
dentro de los ámbitos mismos de quienes ejercen el poder, que no siempre son los mismos
a lo largo de la historia, hay marchas y contramarchas, por momentos se alternan en el
poder corrientes de índole conservadora, con inclinaciones más o menos progresistas.
Hay experiencias históricas que nos ofrecen una imagen de los diferentes momentos que la
educación ha ido atravesando a lo largo del tiempo, pero también hay una condición
estructural de la educación: por medio de ella se transmiten conocimiento y valores. La
naturaleza de ambos está determinada históricamente y estos conocimientos y valores
poseen alcances políticos, en tanto que favorecen la conservación o el cambio en el orden
social.
Por qué estudiamos esto? Porque cuanto más compleja sea nuestra percepción de los
fenómenos sociales, más elaboradas van a ser nuestras conclusiones en torno a problemas
que nos afectan a todos, y menos probabilidades tendremos de actuar en función de una
opinión ajena, muchas veces infundada, pero reproducida al hartazgo hasta que esta se
naturalice. Una visión compleja de la realidad social nos permite cuestionar al sentido
común, y percibir aspectos que a primera vista están ocultos.
Una comprensión cabal de los alcances de nuestros compromisos morales puede ser
nuestro principal sostén en los momentos difíciles. Cuando la propia angustia de estar vivos
pueda cernirse sobre nosotros, a caballo de algún problema personal o social del momento,
el saberse actuando en favor de una moral propia, surgida de una posición crítica, y no una
simple aceptación de lo dado como norma general, puede convertirse en nuestro principal
sostén.
Según leíamos en el texto de Mesyngier la reflexión del hombre acerca de aquello que lo
rodea habría pasado primero por la consideración de los fenómenos naturales, a los cuales
se les teme y se les personifica, para llegar luego a la observación del propio orden que
rigen entre las personas. En un principio la organización social era demasiado simple,
habiendo una casi nula especialización en las tareas. Había quienes cazaban y
recolectaban (las personas jóvenes) y quienes cuidaban de niños u adultos enfermos,
normalmente se trataría de las mismas personas que alternarían sus funciones según su
cercanía afectiva a la persona que requiriera cuidados. Pronto surgirá, en torno a esto, el
único propiamente especialista de la comunidad, que será el shamán o médico brujo, que
podía ser un hombre o una mujer, según la cultura y que a su función mágica de “entrar en
contacto con los espíritus” de a poco se le irá agregando un corpus de conocimientos de
ciencia aplicada, revestidos de magia animista. Así se irán descubriendo las propiedades
terapéuticas de determinadas plantas, las particularidades de los metales, y se irán
observando regularidades en el crecimiento de las plantas silvestres y en el desplazamiento
de los animales de presa. Sin embargo, en términos políticos los liderazgos van a ser laxos.
La acción del líder va a ser enteramente circunstancial y los cambios en la posición de
jefatura serán frecuentes.
Esto va a ser así hasta que, luego de 200 mil años de existencia, una especie particular de
seres humanos, al momento la única que no resultó extinta, realizó una invención
trascendental.
Esa especie fue el “homo sapiens” es decir, nosotros. Y esa invención fue la domesticación
de las plantas y de los animales: La Revolución Neolítica. Esto sucedió hace unos 9 mil
años.
Durante la Revolución Urbana es que van a florecer las ciudades, normalmente a la vera de
los cursos de los grandes ríos, y en torno a un núcleo central: el palacio o el templo (al
principio eran lo mismo).
Entonces, resumiendo:
● Paleolítico
● Mesolítico
● Neolítico
● Cazadores recolectores
● Acopiadores de grano silvestre
● Rev. Neolitica
● Rev. Urbana
Estos tres períodos mencionados van a dar lugar a la aparición de toda una serie de
especilizaciones en el trabajo social. Por eso decimos que la sociedad va a ser
crecientemente más compleja, en función de las necesidades que impone el excedente
agrícola.
Todas estas operaciones les habrán resultado producto de la magia a sus contemporáneos.
El convertir barro en piedra, como sucede con la alfarería, o rocas en metales, habrá sido
para ellos un acto de transustanciación, al estilo de los buscados por los alquimistas que
intentaban convertir el plomo en oro, o hallar la piedra filosofal, varios miles de años
después. Y como acto mágico no estará despojado de toda una serie de consideraciones
rituales que serán para los antiguos tan importantes como los propios procesos de
transformación química que estaban ocurriendo ante sus ojos; ciegos a la operación
enteramente racional que estaba teniendo lugar, revistieron sus acciones de fórmulas y
encantamientos, y requirieron para ello de especialistas en las artes mágicas.
Estos especialistas serán quienes, liberados del trabajo productivo directo, tendrán el
tiempo y el interés necesario para iniciar un estudio sistemático de las condiciones naturales
que los rodeaban y elaborarán los primeros calendarios solares, atentos a predecir las
mejores temporadas para la siembra de determinados granos. En el caso de las sociedades
asentadas sobre ríos aluvionales, como el Nilo, o el Tigris y el Éufrates, será imperioso
predecir con exactitud la inundación periódica de los valles, para disponer las obras de
construcción de diques y canales, imprescindibles para que la inundación sea provechosa y
el barro fértil se renueve, pero a la vez quede atrapado en las parcelas cultivables.
Estos especialistas observarán particularmente el cielo, y en base a las posiciones de los
astros, que comenzarán a ser sistematizadas, podrán efectuar las previsiones necesarias.
De la identificación de la posición de un astro en particular con el momento de la
inundación, a la consideración de una relación de causa-efecto entre un cosa y la otra hay
sólo un paso, y los seres humanos lo dieron, atribuyendo a los astros la inundación y
adorándolos en consecuencia para asegurar que la próxima inundación sucediera y el
sostén de la sociedad estuviese así asegurado. En esta adoración los intermediarios serán
los sacerdotes, que serán en consecuencia también quienes se encargarán de dirigir el
trabajo social. El gobierno de los sacerdotes, o directamente de un ser humano considerado
como un dios (una teocracia) proveerá a la vez de una función social y de una justificación
para la posición de liderazgo que la clase de los sacerdotes detenta.
En este primer momento, la educación estará restringida a cada sector social en cuanto a
las habilidades prácticas y al ámbito de lo religioso en cuanto a la transmisión de valores.
Sin embargo, a fines de la época clásica (siglo V a.c – siglo III d.c) el hundimiento del
imperio romano acabará con la unidad política en occidente y la sociedad se fragmentará
políticamente en una multiplicidad de estados, conformados por señoríos feudales de
distinto tamaño e influencia, pero todos, en teoría autosuficientes. La circulación de la
moneda desaparecerá casi por completo y las relaciones sociales se vehiculizarán por
medio de relaciones de servicio.
Así, Habrá quienes, por nacimiento, ocupen diferentes lugares en la sociedad, y sera su
función, consagrada por dios, el guardar su lugar y desempeñar sus tareas lo mejor posible.
Será el momento también en que los príncipes gobernantes y los miembros de la alta
nobleza requerirán de mucho más que los conocimientos relacionados con el arte de la
guerra y la caza, para un ejercicio eficaz de su función. Además las funciones de gobierno
requerirán de una creciente racionalidad. Las devastaciones feudales producidas por las
interminables guerras que los reyes y los nobles de toda laya emprendían entre sí serán
progresivamente reemplazadas por guerras entre monarquías absolutas, mucho más caras
y complejas, y al acaparamiento de riquezas, producto de la guerra, la herencia y las
alianzas matrimoniales, progresivamente le irá sucediendo una reflexión sobre las maneras
de producir riqueza, que dará origen a las primeras elaboraciones de la teoría económica,
como el mercantilismo, y posteriormente la fisiocracia. La reflexión sobre la política y el
poder ganará cuerpo en primera instancia en las ideas de Maquiavelo, el cual destacará la
importancia del consenso de los gobernados y causará asombro y repudio por su
pragmatismo, que prescinde de toda justificación moral en pos de alcanzar los objetivos del
príncipe.
Así, el tránsito al estado absoluto, lo que se conoce como “modernidad” o “edad moderna”,
verá surgir los primeros sistemas educativos, en acuerdo con la complejidad creciente de la
vida y el lento surgir de un tipo de “racionalidad” que será la característica primordial, en el
orden económico-moral, del capitalismo.
Saludos.