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Filiación adoptiva internacional

La adopción internacional es, en gran medida, la consecuencia de la internacionalización de


las relaciones privadas entre naturales de diferentes países por el hecho de su domicilio o
nacionalidad.

En las últimas décadas, se ha producido el desigual crecimiento demográfico a nivel


mundial, caracterizado, por una parte, por un descenso significativo de los índices de
natalidad en los países desarrollados como consecuencia de una cierta generalización en el
uso de los anticonceptivos; y, por la otra, por un aumento de la población en los países
llamados eufemísticamente en vías de desarrollo, producida sobre todo por la disminución
de la mortalidad infantil generada por el avance de las medidas sanitarias. Todo lo cual nos
da un panorama mundial caracterizado de manera esquemática por un Norte opulento con
familias sin niños y un Sur famélico con niños sin familia. (Momethiano, 1959)

La trágica situación de nuestros países y sobre todo de su niñez no va a ser resuelta por un
programa sostenido de adopciones, sino que se exige la vigencia de un nuevo orden
internacional justo; pero sí puede, en alguna medida, palear la situación dando una familia a
niños desamparados.

Determinación de la ley aplicable

En la adopción internacional, el adoptante y el adoptado están regidos por leyes personales


distintas planteándose el problema de la determinación de la ley aplicable. Nuestro Código
Civil, en el artículo 2087, norma la adopción internacional sometiéndola a las siguientes
reglas:

Para que la adopción sea posible se requieren que esté permitida por la ley del domicilio del
adoptante y del domicilio del adoptado.

A la ley del domicilio del adoptante corresponde regular:

a) La capacidad para adoptar.

b) La edad y el estado civil del adoptante.


c) El consentimiento eventual del cónyuge del adoptante.

d) Las demás condiciones que debe llenar el adoptante para obtener la adopción.

3. A la ley del domicilio del adoptado corresponde regular:

a) La capacidad para ser adoptado.

b) La edad y estado civil de adoptado.

c) El consentimiento de los progenitores o de los representantes legales del menor.

d) La eventual ruptura del parentesco del adoptado con la familia sanguínea.

e) La autorización al menor para salir del país.

Para impedir que, bajo el disfraz de la adopción, se oculte sentimientos o relaciones


distintas a las paterno-filiales como sería de sospechar que ocurra si el adoptante es unos
pocos años mayor que la adoptada, el profesor Cornejo Chávez (1985) sugería que, al
numeral 3 del artículo 2087, se le añada un nuevo inciso: f. Determinar la diferencia de
edad que debe existir entre adoptante y adoptado. (Moncho, 2000)

Procedimiento de adopción

El derecho comparado nos demuestra que en casi todos los países es la autoridad pública la
llamada a intervenir en el procedimiento de adopción. En el Perú, el Código de los Niños y
Adolescentes (ley 27337) dispone en su artículo 129:

Entiéndase por Adopción Internacional, la solicitada por residentes en el exterior. Estos no


están exceptuados de los procedimientos y plazos establecidos en el presente Código. Para
que proceda este tipo de adopción es indispensable la existencia de Convenios entre el
Estado peruano y los Estados de los extranjeros adoptantes o entre las instituciones
autorizadas por estos. Los extranjeros residentes en el Perú con una permanencia menor de
dos años se rigen por las disposiciones sobre Adopción Internacional. Los extranjeros
residentes en el Perú con una permanencia mayor, se sujetan a las disposiciones que rigen
la Adopción para los peruanos. (Palacios, 2015)
El más importante tratado a nivel mundial en esta materia es la convención sobre
protección de los niños y la cooperación en materia de adopción internacional suscrito en
La Haya en 1993 y que ha sido ratificada por 65 países al año 2015, entre los cuales se
encuentra el Perú (resolución legislativa 26474 del 1 de junio de 1975).

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