NUEVA ÉPOCA.
Información y análisis a profundidad
AVANZAR EN UNA NUEVA
CONSTRUCCIÓN DE LA
BOLIVIANIDAD (II)
S iguiendo la línea de un anterior
conversatorio, en el que se abordó -desde
el diálogo democrático y constructivo- el
análisis de una de las problemáticas más
profundas y estructurales del país como es la
búsqueda incansable sobre lo que representa
la bolivianidad, de los lugares comunes que
nos hacen identificarnos como bolivianos y
bolivianas, la Agencia de Noticias Fides (ANF)
organizó un conversatorio virtual el pasado
27 de mayo, del cual participaron Guido
Alejo, Evelyn Callapino, Rubén García y Yara
Espinoza. Estefani Tapia y Sergio Montes, sj
LA IDENTIDAD BOLIVIANA DESDE LA
VISIÓN DE LO PLURINACIONAL Y LOS
LUGARES COMUNES
Cuando un boliviano migra a Argentina
usualmente no quiere relacionarse con lo
boliviano, y más bien busca en lo moderno
un escape de ello, pues se tiende a relacionar
a Bolivia con pobreza, tercer mundo y
precariedad, lo que por supuesto no es algo
positivo. Pero, si se tuviese que hablar de un
conjunto de características que expresen lo
boliviano ¿cuáles serían?
Más allá de la identidad quechua, aymara,
guaraní, mestiza, ¿hay algo que nos permita
identificarnos como bolivianos? ¿Aparte de
cierta precariedad en los niveles de vida, qué
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La Paz, 09 de junio del 2022
Año. L, Nro. 2.452
es común a la mayoría de la población? ¿Qué
es lo que hace a uno sentirse boliviano (a)?
¿Qué puede permitir ver la bolivianidad desde
elementos positivos y constructivos?
Para definir qué es lo boliviano hay que
remitirse al ámbito social y no solo al ámbito
político -entendido desde la política partidaria
y la construcción del poder- que no permite
ver lo que está pasando en realidad, desde
lo cotidiano y las demandas comunes de la
ciudadanía. Cuando se habla de la bolivianidad
desde una mirada política solo se relaciona
con la partidización que esta vehiculada por
otros intereses que no aportan, ahí está el
problema. La plurinacionalidad por ejemplo
está relacionada con el proyecto del MAS y
genera una confrontación entre bolivianos. Es
desde el ámbito social que se puede reflexionar
sobre las bolivianidades posibles, sin relatos
ideologizados.
Es preciso entender que el último proyecto de
Estado, el plurinacional, también es un proyecto
de poder; no hay que entenderlo desde una
perspectiva romántica. La gran falla del Estado
plurinacional es que es sobre todo conceptual
sin correlato con la realidad cotidiana; llamar
naciones a pueblos indígenas cuando el Estado
no les brinda un territorio, soberanía, etc. es
contradictorio, además, se ha exotizado tanto lo
indígena que una persona que no forma parte
de ese relato -construido desde el poder-, no
es validada. Pero ¿habrá algo más allá de la
plurinacionalidad? ¿Hay otro proyecto político
que no piense volver a la Republica?
Ahora, si bien se habla mucho de las identidades
indígenas, muchas veces las percepciones que
se toman giran únicamente en torno al mundo
aymara y quechua, pero ¿qué pasa con las
culturas y visiones de los pueblos de tierras
bajas?
El 2019 se hablaba mucho de ser boliviano y
la identidad se enarboló como algo político.
Pero es importante pensar más allá de lo
romántico y lo circunstancial, mas allá de los
últimos 20 años e introducir el factor histórico
más amplio. La nación precede al Estado y si
se amplía la perspectiva histórica a 300 años,
la construcción de una nación en Santa Cruz,
Beni y Pando, el Acre perdido, lo que era
básicamente la gobernación de Santa Cruz es
mucho más antigua que la Republica, y esta
construcción no puede desaparecer de la noche
a la mañana. Lo que hoy se llama la nación
camba es el resultado de una construcción de
identidad desde 1560.
El Estado tiene siempre un componente
ideológico, por lo que construye una identidad
centrada en sí misma. Es importante
comprender aquello desde el factor regional
e indígena, que en tierras bajas tiene a su
vez doble subordinación, tanto del Estado
boliviano como del proyecto identitario camba
que también es homogeneizador porque no
reconoce la diversidad.
La forma de ver lo boliviano siempre va a estar
anclada en el origen. Es por eso importante
hablar de bolivianidad desde cada perspectiva
porque solo así se podrá conversar entre varios
y evidenciar cosas que no sean contradictorias
y más bien sean comunes a todos y todas. El
detalle es hablar de lo boliviano desde donde
uno está. La bolivianidad debería interpretarse
también desde lo regional.
En este sentido se debe partir por aceptar que
no hay una sola bolivianidad, sino muchas, y
cuando se tengan en cuenta a todas se podrán
seleccionar las que nos saquen del atolladero.
Sin duda muchas veces se tiende a definir a
partir de una alteridad que define, pero hay
posibilidades de dejar fluir otras visiones, que
no parten de la confrontación per se, ni desde
la melancolía, o la actitud derrotista; esas son
las que se deben tomar muy en cuenta.
Por otra parte, hay que repensar la identidad
desde el bagaje histórico que no sea desde
el ámbito de la derrota. En las escuelas del
país, desde muy pequeños se enseña a las
niñas y niños que Bolivia solo perdió guerras y
territorios, generando así una actitud derrotista.
Para ello es fundamental ir derribando mitos
porque son constructores de verdades fuertes
que en muchos casos se usan para dominar.
Se debe también reflexionar sobre qué mitos
se sostienen la identidad y la bolivianidad.
Hay experiencias, construcciones, realidades
maravillosas que se han desarrollado en este
país, incluso en la Colonia, cuando Bolivia era
un referente a nivel mundial, y hasta el día de
hoy en otros lugares se ve con gran admiración
a Potosí, por ejemplo, pero en el país no se
habla lo suficiente de ello para construir otras
formas más sanas de bolivianidad.
Finalmente, los últimos 25 años la construcción
de la bolivianidad ha estado muy ausente
desde la literatura, todo es muy académico,
formal, sociológico o político. Faltan relatos,
cuentos, novelas actuales que hablen del ser
boliviano. La literatura sin duda puede ser un
arma muy potente para ayudar a identificar esa
bolivianidad. Al respecto vale la pena resaltar el
trabajo de Elvira Espejo, quien está rescatando
la memoria de los pueblos en tradiciones,
cánticos, esculturas, textiles, etc. Pero ello es
necesario que existan los medios y espacios de
difusión para todas estas formas artísticas que
ayudan a construir identidad.
Redacción y notas: Estefani Tapia
Diagramado: Edwin Aliaga
Edición: Sergio Montes, sj