Domingo 12 de junio de 2022

Año 11 / Número 140

Prohibida su venta por separado

Pone en riesgo la salud auditiva y mental de la

población, pero está naturalizada. Los medios
de transporte y la música son los principales
protagonistas. Año tras año, aumentan las
consultas a otorrinos pediátricos, que alertan
sobre hipoacusia evitable.

Contaminación
acústica
2. ACCIONES | DOMINGO 12 DE JUNIO DE 2022
EDITORIAL
Tanto ruido
Por María Alejandra Olivarez
Fundación Éforo
Según un artículo de la Revista Salud
Ambiental, “la contaminación acústica
se asemeja mucho al crimen perfec-
to: el contaminante acústico no deja
residuos sólidos, líquidos o gaseosos.
El ruido incorpora un destacado ele-
mento subjetivo que permite, incluso a
una misma persona, atribuir molestias
y daños a un sonido dependiendo de
variadas circunstancias y a lo largo del
tiempo, así pues, lo que una persona
interpreta como molestia, otras pue-
den entenderlo de distinta manera”.
Pareciera que en las ciudades en que
vivimos, la falta de medidas concretas
contra la contaminación acústica for-
ma parte de los “deberes ambientales
no cumplidos”.
Buenos Aires se encuentra en el últi-
mo lugar en la lista de las diez ciudades
más ruidosas del mundo. El ranking
lo integran, entre otras, Nueva Delhi,
India; El Cairo, Egipto; Beijing, China;
Barcelona, España; y París, Francia.
El costo de vivir en las megaciudades
hace que desarrollemos, en el mejor de
los casos, un gran músculo para sopor-
tar los efectos colaterales de estar cerca
de todo.
Para algunas legislaciones del mun-
do, el ruido excesivo es considerado
una agresión continua a la calidad de
vida y se lo piensa como una fuente
frecuente de injusticia, porque quien
lo produce no tiene ningún derecho a
hacerlo ni a beneficiarse a costa del pa-
decimiento de los demás.
El ruido, finalmente, termina por
distorsionar la vida comunitaria.
La contaminación
acústica, un riesgo
serio para la salud
Pone en riesgo la salud auditiva
y mental de la población, pero
está naturalizada. Los medios de
transporte y la música son los
principales protagonistas. Año
tras año, aumentan las consultas a
otorrinos pediátricos.
La circulación de autos y colectivos, el tren
que pasa, los clientes de un bar, una obra en
construcción, un avión que despega. Son mu-
chas las situaciones que hacen que el cuerpo se
someta a un estrés constante. En las ciudades ya
no hay lugar para el silencio ni de día ni de no-
che. Dormimos mal, nos exaltamos a menudo,
estamos aturdidos. Y esta exposición perma-
nente al ruido no solo modifica la existencia hu-
mana, sino también la de cualquier ser viviente,
como las aves que migran en busca de santua-
rios de silencio.
La Organización Mundial de la Salud (OMS)
considera ruido cualquier tipo de sonido que
supere los 65 decibeles (dB) durante el día y 55
dB por la noche. Lo que esté por encima de ese
parámetro es perjudicial para un buen descan-
so y comunicación. En la Ciudad de Buenos Ai-
res, el promedio de ruido en el día varía entre
los 75 y 80 dB, y por las noches, entre 65 y 70. Es
una de las 10 ciudades más ruidosas del mundo.
La pérdida de audición provocada por el rui-
do puede tener efectos en muchos aspectos de
la vida, como el desarrollo social y educativo del
individuo y su capacidad para trabajar. Además
del riesgo de pérdida auditiva, los niños y los
adultos que viven en entornos ruidosos pueden
padecer un mayor estrés psicológico y ansiedad.
El silencio es salud. Graciela González
Franco forma parte de la comisión directiva de
la Asociación Argentina de Otorrinolaringolo-
gía y Fonoaudiología Pediátrica (AAOFP) y es
miembro de la Federación Argentina de Socie-
dades de Otorrinolaringología (FASO). Desde
hace más de tres décadas, atiende a pacientes
que se acercan con distintas consultas, gran
parte de ellas vinculada a zumbidos en niños
cada vez en edades más tempranas. “En los úl-
timos años, las consultas aumentaron y muchas
se deben a que hubo un cambio cultural, se mo-
dificaron los hábitos y las ciudades son cada vez
más ruidosas. Los chicos, desde muy pequeños,
están expuestos a pantallas, auriculares, música
a alto volumen y esto impacta en su desarrollo
cognitivo, en su descanso y en su capacidad de
concentración”, asegura.
No toda la gente tiene el mismo nivel de sen-
sibilidad al sonido. Las percepciones son distin-
tas y hay personas más afectadas que otras que,
por desconocimiento y no tener los cuidados
adecuados, están mucho más en riesgo. “En
eventos de cumpleaños, por ejemplo, los niños
están en ambientes con música y animadores
con micrófonos durante tres horas a más de
100 dB, expuestos a una algiacusia (dolor al es-
La OMS considera ruido cualquier
tipo de sonido que supere los
65 decibeles durante el día y
55 por la noche. Por encima de
esos valores, es perjudicial.
cuchar ruidos fuertes) o a una fatiga auditiva”,
detalla.
La especialista destaca que la salud del oído
suele estar poco atendida y no se realizan con-
troles frecuentes. “Un examen auditivo debería
estar contemplado en un chequeo de rutina
anual, algo que es muy poco usual”, sostiene.
Como cualquier otra cuestión sanitaria, la pre-
vención es clave y muchas veces la consulta lle-
ga demasiado tarde. “Cuando ya hay lesiones en
el oído medio, el daño es irreversible”, indica.
“Los cuidados deben realizarse desde edades
muy tempranas, tenemos que saber que la ex-
posición a volúmenes de sonido más elevados
y por tiempo prolongado generarán consecuen-
cias en 20 años. Pasa mucho con adolescentes
que escuchan música alta durante muchas ho-
ras diarias y que a los 40 años empiezan con pro-
blemas de hipoacusia, cuando es una deficien-
cia que podría evitarse. El 60% de los casos de
hipoacusia son evitables. Debemos informar-
nos y acostumbrarnos a bajar el volumen, usar
tapones y tener momentos de silencio para que
el oído descanse”, sentencia González Franco.
Alejandro Bidondo, coordinador de la carrera
de Ingeniería de Sonido de la Universidad Na-
cional de Tres de Febrero (UNTREF), coincide
en que la educación es fundamental para la
incorporación de hábitos saludables. “Debería
incluirse el abordaje de la contaminación acús-
tica y la salud auditiva desde la escuela prima-
ria, porque lamentablemente vamos hacia una
población con socioacusia – sordera inducida
por actividades sociales – temprana. Este fenó-
meno debería ser atendido hoy para evitar la
inminente situación de limitación sensorial en
el mediano plazo”, considera.
Si bien asegura que es un largo camino el que
aún queda por recorrer, Bidondo es optimista
y para fundamentar su postura se basa en las
encuestas y estudios realizados desde el Centro
Integral de Servicios Tecnológicos de Acústica
y Sonido (CISTAS), que forma parte de la UN-
TREF y él dirige. “Se está observando una mayor
conciencia acerca de la contaminación acústi-
ca, principalmente en los rangos etarios entre
19 y 49 años de edad, con un nivel de formación
profesional medio-alta, quienes representan el
80,1% del total de las respuestas en nuestra últi-
ma encuesta de percepción de ruido y vibracio-
nes”, apunta.
Además, destaca el trabajo que se está llevan-
do a cabo en la Ciudad de Buenos Aires, la única
jurisdicción que cuenta con una normativa al
respecto (la Ley 1540) sobre Prevención y Con-
trol de Contaminación Acústica: “Se realizan
mediciones y la confección de mapas de ruido
en la Agencia de Protección Ambiental (APrA).
Son de utilidad para desarrollar pautas en los
trayectos y aforos de vehículos livianos y pesa-
“La exposición a volúmenes
elevados de sonido por un tiempo
prolongado generarán diversas
consecuencias en 20 años”, dice la
médica González Franco.
dos, quienes son los responsables de la mayor
parte de la contaminación acústica presente en
las grandes ciudades”.
En 2019, desde CISTAS elaboraron un proyec-
to de ley sobre contaminación sonora para la
provincia de Buenos Aires, que espera ser tra-
tado en la Legislatura. La propuesta es normar,
por un lado, los “niveles sonoros trascenden-
tes”, como los de una potencial actividad regis-
trable contaminada con ruido y/o vibraciones
hacia un receptor de la contaminación. Por el
otro, legislar sobre cuestiones de protección
ambiental de la calidad acústica en cuanto a
construcciones y autopistas, y espacios interio-
res del ámbito público como escuelas, hospi-
tales o lugares de recreación. También plantea
reforzar los controles sobre automotores, la se-
ñalización acústica de emergencias y evacua-
ción, así como niveles sonoros en el interior de
vehículos de transporte público.
Mucho ruido y pocas nueces. En Argenti-
na, no hay una ley nacional que regule la conta-
minación acústica, si bien se presentaron varios
proyectos desde 2006 sobre el tema. En cuatro
oportunidades, las iniciativas que ingresaron al
Congreso lograron el aval de una sola Cámara,
pero ninguna fue finalmente sancionada.
Actualmente, hay dos propuestas sobre con-
taminación acústica impulsadas por la senadora
Lucía Crexell, que esperan ser tratadas en comi-
sión. Una es sobre protección ambiental contra
la contaminación sonora y otra, acerca de la tipi-
ficación de la responsabilidad penal para quie-
nes ocasionen contaminación acústica. “Falta
una legislación que unifique y que sea clara. Tie-
ne que haber una norma general para que, des-
pués, cada jurisdicción la reglamente según sus
características. Hay algunas normativas provin-
ciales, pero falta un ordenamiento para todo el
país. La contaminación afecta a las ciudades, así
como a lugares remotos donde el silencio ya no
es el que los caracterizaba y esto incluye hasta
zonas de reservas, donde se registra que muchas
especies emigran por los ruidos”.
También para Crexell, la falta de educación y
concientización sobre el tema son preocupan-
tes, a lo que se suma la necesidad de fortalecer
las políticas relacionadas a problemáticas am-
bientales. “La pandemia demostró que la conta-
minación ambiental repercute directamente en
la salud de la población. Sin embargo, sigue sin
ser considerada un tema urgente y sustancial.
Todo lo referente al ambiente es visto como una
variable de ajuste”, afirma.
Para la senadora, hay una “naturalización
del ruido” y ante la falta de regulaciones y con-
troles, una “desprotección” del Estado hacia la
DOMINGO 12 DE JUNIO DE 2022 | 3. ACCIONES
Semana por
más conciencia
La primera Semana del Sonido se rea-
lizó en Argentina en 2013. La propuesta
es que mediante diversos eventos y acti-
vidades se aborden aspectos vinculados
a la contaminación acústica y sus per-
juicios. Las ciudades de Buenos Aires,
Rosario y La Plata fueron el epicentro
de las jornadas y en los últimos dos años
se implementó una modalidad virtual, a
raíz de la pandemia, que permitió la par-
ticipación de todo el país.
Gustavo Basso es profesor de acústica
de la Universidad Nacional de La Plata
(UNLP), proyectista en acústica de im-
portantes salas de música del país y uno
de los impulsores de la Semana del So-
nido en el país. Según cuenta, el interés
creció en los últimos años, aunque “si-
gue siendo muy alta la falta de concien-
cia sobre la importancia de los efectos
que puede generar la exposición perma-
nente al ruido”.
La Semana del Sonido es una iniciativa
que surgió en Francia y se extendió a di-
versos países del mundo. Con esta cam-
paña, sumadas a las que se realizan el 3
de marzo (Día Mundial de la Audición)
y el 26 de abril (Día Internacional de la
Concientización sobre el Ruido), la in-
tención es instalar los alcances y efectos
que puede tener la contaminación sono-
ra en la vida cotidiana.
“El tema tiene que ser parte de la agen-
da. Debe haber una concientización en
un nivel inicial, en escuelas; una pro-
moción de políticas efectivas y que las
autoridades comiencen a actuar sobre el
tema seriamente. A nivel comunidad, se
debe entender que disminuir la veloci-
dad del auto, no tocar bocinas, escuchar
música o audios respetando los espacios
del otro y bajar el volumen de los equi-
pos de sonido son todas conductas que
podemos modificar y que mejoran nota-
blemente nuestra calidad de vida”, con-
cluye Basso.
ciudadanía. “Vivimos expuestos a una conta-
minación permanente y aceptamos que el local
de la esquina esté con la música a todo lo que
da, que haya autos a los que les cortan los caños
de escape, que no exista respeto por el silencio
del otro. No hay regulación ni capacidad para
imponer multas. Las personas no se animan a
denunciar porque las causas no prosperan. Esto
es por la falta de valor que tienen los bienes na-
turales”, sostiene.
El proyecto propone una serie de zonificacio-
nes, que permiten desde los 55 decibeles para
lugares residenciales, hasta máximos de 80
decibeles para el transporte ferroviario o áreas
comerciales. También, una permanente evalua-
ción acústica, un diagnóstico que identifique
las fuentes sonoras y actividades causantes
de contaminación; previsiones presupuestarias
y de financiamiento; y programas de educación
ambiental enfocados a informar.
“Las normas son necesarias, pero mucho más
importante es que se reglamenten y se contro-
le su cumplimiento. Hay hasta fallos judiciales
como el del vecino de una autopista en la Ciu-
dad de Buenos Aires (NdR: el caso Pedro Barra-
gán), al que que la Justicia le dio la razón y no
se cumple el fallo. Conciencia, leyes y cumpli-
miento son los pilares en la lucha contra la con-
taminación sonora”, concluye Crexell.
4. ACCIONES | DOMINGO 12 DE JUNIO DE 2022
ENTREVISTA A SERGIO MOHADEB
“La ley de CABA es buena,
pero difícil de aplicar”
El abogado, conocido en redes
sociales como Derecho en
Zapatillas, rescata la legislación
de la Ciudad, aunque reconoce
que establece estándares muy
elevados. Dice que es clave
conocer derechos y obligaciones.
No existe diferencia física entre un ruido y
un sonido agradable. La desigualdad radica en
cómo el oyente responde frente a ellos. El ruido
es cualquier sonido que no se quiere escuchar
y, como consecuencia, deteriora la salud de las
personas y del ambiente.
Sergio Mohadeb, conocido como Derecho en
Zapatillas en las distintas redes sociales, es un
abogado y docente que -según su propia defi-
nición- trata de mostrar los canales para que
la gente ejerza sus derechos y obligaciones.
Durante seis años fue columnista en distintos
programas de radio y es profesor en Miami Ad
School.
Así como en sus distintas intervenciones en
los medios de comunicación, en las redes y a
través de su página web responde preguntas y
cuestiones que hacen a la vida cotidiana, brindó
su visión legal sobre la temática en diálogo con
Acciones. ¿Se puede controlar la contaminación
acústica? ¿Cómo debería aplicarse la normati-
va? ¿Qué rol juega la tolerancia en materia de
convivencia? ¡Qué soluciones existen?
¿Qué impacto tiene la contaminación
acústica en las personas?
El ruido tiene un impacto sobre la salud a
distintos niveles y hay máximos recomendados
por la OMS. En las ciudades es de entre 55 y 65
decibeles. Los decibeles son una escala logarít-
mica. A mayor decibel, mucho más ruido. Hay
distintos tipos de ruidos. Están los de fuentes
móviles, como los ocasionados por el trans-
porte público, y los de elementos fijos como un
aire acondicionado, un local, boliches y fiestas.
Cuando caminamos por avenidas es muy difícil
tener una conversación. El ruido produce estrés
y afecta la calidad de vida. La contaminación
acústica es un tema de conflicto porque hace
a la convivencia y al respeto por el otro. Exis-
ten países con estándares muy estrictos y otros
mucho más laxos. Argentina, por su normativa,
debe estar en un término medio.
¿Qué normativa rige en Argentina?
No existe una ley nacional al respecto, sino
regulación local. A nivel nacional, el Código
Civil y Comercial, mediante el artículo 1973,
establece que las molestias que ocasionan rui-
dos, vibraciones o inmisiones similares por el
ejercicio de actividades en inmuebles vecinos
no deben exceder la normal tolerancia. Cuan-
do habla de tolerancia, refiere a las costumbres
generales aceptadas. Por ejemplo, si se festeja
un cumpleaños, es esperable que haya música
hasta cierta hora, pero que no sea insoportable.
Es una problemática de los centros urbanos que
incluye al AMBA y otras grandes ciudades del
país. Donde hay más gente, es lógico que exis-
tan más conflictos de esta clase.
¿Cuál es la regulación en la Ciudad de
Buenos Aires?
En la Ciudad de Buenos Aires está la Ley 1540
de Contaminación Acústica. Esta norma es ex-
celente, pero de difícil cumplimiento porque
pone estándares muy altos. Su regulación es
local, ya que se trata de una problemática am-
biental. La Ley divide en zonas, establece lími-
tes, horarios diurnos y nocturnos, marca están-
dares altos de salubridad y de calidad de vida.
En lo que tiene que ver con la zonificación, por
ejemplo, habla de una zona más industrial, otra
residencial, una tercera comercial. La gracia es
que la gente sepa a qué atenerse cuando está
en cada lugar, que se puedan establecer lími-
tes un poco más precisos. El cumplimiento de
esta norma es muy importante porque hace a
la tranquilidad, la salud, el descanso y eso es
un derecho que hay que tutelar. De un lado es-
tán las necesidades de silencio y del otro, las de
mucha gente de hacer una fiesta, por ejemplo.
Si uno vive en un edificio, se debe tener cierto
margen de tolerancia, pero el derecho tiene que
poner límites y decir “bueno, hasta acá sí y hasta
acá no”. La reglamentación de la ley es bastan-
te clara en eso, en términos de ruidos. Se puede
denunciar a través de la vía contravencional,
que es básicamente la Fiscalía de la zona donde
se produzcan los ruidos molestos. En la Ciudad
de Buenos Aires, también es posible hacerlo on-
line o por teléfono.
¿Qué hace falta a nivel legal para lo-
grar una mejor convivencia?
Hay que tener educación, conciencia e iden-
tificar la problemática para ver cuáles son los
puntos y los límites. Además, es importante que
la gente sepa los medios a través de los cuales
puede hacer valer sus derechos y que, al mismo
tiempo, conozca sus obligaciones. Muchas ve-
ces, las personas creen que pueden hacer lo que
quieren. De todas formas, los ruidos son una
problemática lógica de cualquier lugar donde
hay convivencia.