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GLTIMos GRANDES EXITOS DE Alberto Instia se agotd el amor. | De estar novelas de ALBERTOINSUA [) continuamente soiitadas por el pico, hay nuevas ediciones a la venta en todas las li- brerias de Espafia e Hispano-America, yen | a de “RENACIMIENTO“ PRECIADOS, 42. MADRID OBRAS COMPLETAS EDUARDO ZAMACOIS | ie por terres de Pu Ediadoe Unidos, Centro 3 di El mister Memorias de un vagén de ferrocerrl. Una vida extraordina | Procindss, 46,-MADRID | SE HA PUESTO A LA VENTA UN HOMBRE VISTO POR DENTRO ‘Magnitiea novela pasional del gran eseritor RAFAEL LOPEZ DE HARO ‘ics portada de Méstde 300'péginas, 5 pesetas ejemplar. PEDIDOS; EDITORIAL ATLANTIDA Y LA NOVELA DE HOY Mendizsbal, 42. Apartado 473. LA NOVELA “TE NOCHE NUMEROS PUBLICADOS 1. La hija de la Cortsana, por «EL Caba- Hero Audaz».~Ilustraciones de Penacos 2. Demasiado hermosa, por Rafael Lépex de Haro.—Ilusteaciones de: Riss. 3, “La casa de tha Trinh, por Eiio Ca- were. 4 ‘peneno de la aventura, po tama.—Ilsetraciones de_GuIL Br El Palo, por Yoaguin Balda.Ie- traciones de Dauera. 6. Relato tamoral, por W. Fernandez FIs- rez,—Mlustraciones de Dicut. 7. Astucias de mujer, por Eduardo Zama- ois, Tastraciones de VAzquez CALLE). 8, La comedia dela honorabilded, por An= tonlo de Hoye yVinet.Tstraccnes de Juz. 9.” Los pecados de Carmina, por Alberto Va- lero Martin.—Ilustraciones de ROBLEDAXO. 110, /A todo amer!, por Felipe Sassone. Tustraciones de Pexacos ‘Il, Miguelil, el de la Cava, por, Antonio. Casero.—Hlustraciones de Casexo (hic) W2. Felicdad, por Alberto Inséa.—llustr H) ciones de Vazquez Cantey. 13. Un consentido, por Juan Ferragut.— Tustraciones de [zquitndo Dori, ‘Md. El Diablo con faldas por Alvaro Reta Por causas ajenas a nues- | tra voluntad no podemos || publicar hoy, como tenfa- | mos anunciado, la novela i de | JOAQUIN BELDA | titulada | EL CUARTO DE BANO | En sustitucion de ésta, | publicamos EL DIABLO CON FALDAS L de | ALVARO RETANA autorizada por Ja Censura: ime APARTADO 473 pir te etaben de Tod _ Wim 14, wu ao aatas personas de las muchas a quienes he anuneiado mi propo sito de publicar estas Memorias antes de embarcarme para snsado sonriendo interfor- mente:“De segura que Angelita, en unas ho- ras de ocio, ha cogido la pluma para emborro- rar cuartillas acumulando incongruencias Hlasta es muy posible que alguiios malicio- sos piensen que ni siguiera las he eserito yo. Quien de uno u otro mode pensara, se 2eERENNEM HL DIABLO CON FALDAS amg ‘equivocaria, Yo no he cogido Ja pluma para hilvanar vaciedades, ni para competir con “Colombine”, ni para cultivar el autobom- to, ni siquiera para molestar a nadie, sino finicamente por esa necesidad imperiosa que algunas veces sentimos las mujeres de hacer confesin pablica de nuestros yerros y loeu- ras, para sincerarnos ante la opinién piiblic, ‘que a veces se extrafia lamentablemente por razones incomprensibles, ereando en tomo nuestro: aurcolas que conviene disipar, Ya hacia tiempo que tenia yo ganas de ddesembuchar estas intimidades—que algunos tildarém de peligrosas, por ser demasiado sinceras—para que mis amigos y admirado- res juzgasen serenamente varios actos de mi vida, que ciertas almas poco caritativas han imixtificado, ignoro con qué fines. Y con el firme propésito de abrir mi corazén de par [] cross sin miedo a uma puimonia mort, voy A |) ge Avano RETA ENN tengo derecho a colocar los puntos sobre las ies y a expresarme de manera que cuantos me admiran como artista y me temen como jer, sepan que yo, a pesar de mis cancio- nes picarescas, de mis toaletas sugestivas y Je mis guifos insinwantes, no soy el diablo con faldas, como pretenden las madres de familis, sino wna buena chica, incapaz de cansar ningim mal a nadie y que nunca ha pecado sino con lo que era suyo, tan suyo, gue nadie podia oponerse a que dispusiera libremente de lo que tan legitimamente: me pertenecta, 1 Dice: Jacinto Benavente en una de sus obras, que de maridos engafiados y de eda- des no debe hablarse entre personas de bue- a sociedad. Yo, sin embargo, afortunada- mente, todavia estoy en condiciones de de- cir tos affos que tengo. No tengo inconve- niente en confesar que he cumplido vein- tisgis hace muy pocos dias. ‘Me hallo, pues, en la plenitud de mi vida, y sin atreverme a califiearme de guapa com: pletamente, me permitiré Ia inmodestia de decir que no me encuentro mal del todo. Por cl eapejo he comprobado que mis ojos son Som = " yo, era algo oméntica y no arrastraba una vida principesca; asi que ahora, que ya ha pasado “lo que tenia que pasar”, yo misma me asombro de haberme mantenido tantos afios sin dar que hablar a los murmuradores ‘Mis padres fueron dos notables actores, (que siempre pusieron de su parte cuanto procedié para que yo no conociera las inti ‘midades de la fardndula, Pero sin cluda mi destino era continuar la carrera de mis pro: igenitores, porque desde muy nifia fu domi nada por una irresistible vocacién artistica que me levaba a cantar y bailar en ol cole- io, para distraccién de m studios, Mi madre, que es sevillana, estrend en polo varias obras importantes, y desde los diez y ocho afios st trabajo preferido era | el de caracteristica. Mi padre, también se villano, fué un tenor muy aplaudido que ean- (SjenssseNN T_DIARLO CON FALDAS mG 18 con Ripoll y la Montafiés en Novedades, ‘de Baroelona, y Berges, en Madrid, y figu- rando ex la compafiia de Cereceda obtuvo grandes éxitos como intérprete de Le Aas cota, Bocaccio, Rip-Rip y otras célebres ope- Yo naci en Malaga durante una tempo- rada desastrosa desde el punto de vista eco: némiea, y a las pocas semanas fui levada a Valencia, donde transcurri mi nities. ‘Alli fui al colegio, y ain recuerdo clara: mente aqiellos divertidos paseos que me da ba por Ja huerta en compat Los domingos, si habia sido buena durante Ja semana, me levaban al teatro; pero siem- pre al piiblico, pues a mi padre le contraria- ba sobremanera mi aficiin al arte de Talia 'y me tenia prohibida la entrada en el esce- Pero conwo el hombre propone y la mujer 2) eo Qe Avan RETNA sR dispone, yo supe eomportirmelas de tal suer- te, que a los catorce afios, cuando atin iba de corto por Ja calle, consegui que me digan tun papelito en Ia obra El estuche de mone vias, que se representaba en el teatro Ruza- fa, y me presenté al piblico con tanto éxi- to, que el empresario, cautivado por mi des- envoltura y la diserecién con que cumplia mi cometido, decidi6, para estimulo mio, asignarme an sueldo de jeineo pesetas! para alfileres, (Mi primer papel de importancia fut el de Quiqueta en La alegria del batallén, y des- pués, contratada para Las Palmas, canté con el tenor Garcia Romero La princesa del délar, Entonces ganaba cuatro duros dia- rios, que por aquella époco era un sueliazo, yy con las mismas veinte pesetas actué Valencia la temporada siguiente. Pero en Bareelona me ofrecieron el puesto de prime ‘Sfp FL DIABLO CON FALDAS ra tiple, con nueve duros de sueldo, y acep- &é, debutando ea el teatro Cémico con Los is. Comparti el éxito con fa Soler; pero, al interpretar “El pats de las hadas, mi triunfo me consagré como ta tiple predilec= ta de los barceloneses, Fu tal mi éxito, que una casa cinematogréfica de la ciudad con- dal me contraté para filmar unas peliculas, y concluida fa temporada hice una produc: tiva towne por Granada, Sevilla y Malaga. (gpm HL DIABLO CON FALDAS El momento més temido y deseado fué para mi la presentacién en la corte, que po- dia significar mi triunfo 0 mi derrota, mi Fracaso 0 mi consagracién, y tuvo Tugar en el teatro de la Zarauela, con la opereta La generale, Yo me resistia a debutar con esta obra, interpretada por artistas muy notables y queridos del piblico madrilefi, y temia sa- lie perdiendo en las comparaciones, que siempre han sido odiosas; pero exigentias del plan de trabajo de la direccién me obli- | goron a etd eta emosa perl del fem 25 So Yio ALVAR0 TANASE riaestro Vives, ante quien empecé a repasa ia partitura azaradisima, Cuando acabé de cantar la cancién del Atlequin, don Amadeo Jej6 caer sus manos sobre el piano y excla- 1nd entusiasmado Debuta con La generala sin el menor miedo, muchacha, que te aseguro un ruido~ so triunfo, [A pesar de aquellas palabras alentadoras continué los ensayos dominada por un in- xencible terror, y Ta noche de mi debut fue quizis Ia mis angustiosa de mi vida, Des de que se subié el teln, yo sentia mi core zn latir acelerada y fuertemente, como si quisiera saltar del pecho, y euando terminé el Arlequin estaba tan nerviosa que me ser ti morie, Pero al advertir que el pitblico me. | igpensaba una amable ovacién y que me obligaba a repetir la romanza, reaccioné y |] conclui Ia obra embriagada de alegria, cE 2 my Debuts con La generals sin miei ‘Juzgué que ya habia eelebratio mis bodas con el Exito, puesto que Madrid me eonsa- sgraba, y mi satisfaccién no tuvo limites al ser encargada por el autor de La generala el principal papel en el estreno de wna obra Un dia, el maestro Vives, a quien tanto admiro, quiero y debo, me llamé aparte y me dijoe —Oye, Angelita, va celabrarse una fun- cidn benéfica en Eslava; pero da Ia easua- lidad de que, aunque es para auxiliar a es pafioles, todos Tos artistas que van a traba- jar son extranjeros. Yo he ofrecido aportar mis canciones epigraméticas; pero quiero que el pili las conozea bien, y nadie jor que tii puede Hevarlas al éxito. —Cuente usted conmigo—aseguré a don Amadeo, orgullosa de quella distincién con (que me honraba, eNENEN HDTABLO CON FALDAS mE i 4 Y entonces empezaron unos terribles dias de ensayo, pues s6lo faltaban cinco noches para la funcién y aun no las habia oido yo. ‘Tuve que aprendérmelas con una agobiante rapidez, y ese panico incurable, ese miedo que siempre se ha apoderado de mi cuando he acometido wna empresa de trascendencia, volvié & atosigarme. Ful a Eslava muertecita de miedo, obse- sionada por el temor a que mi trabajo fuera imal recibido, y mi nerviosidad subid de pun- to cuando observé que el piblico significaba su desagrado a algunos mimeros del progra- rma, Yo temblaba empavorecida, deseando que no me llegara nunca el turno, y cuando me dijeron; “Sefiorita Polanco, a eseena”, sali con pavor indeseriptible, Me presenté Iu- ciendo wn traje de noche, que me habia he- cho confeecionar para el caso, y adornada imi cabeza con sna peineta espatlisima de cae eee tee erreent t ‘ompié en aplausos. Aquello me presté brios eee ens con unas ovaciones clamorosas, que me in- demnizaron cumplidamente de las angustia por que habia atravesado hasta el momento. Aquella noche, en los teatros se comenté favorablemente para mi el éxito de las ean- ciones de Vives; y pocos dias después vinie- ron a contratarme para el teatro Frivolo, Entonces me di cuenta de que habia ie- gado; pero hasta en el rmevo teatro en que iba a actuar seguia persiguiéndome el mie do, Un miedo ridiento a no sé qué, pero un miedo que me desconcertaba, Para mi debut habia elegido El conde de Lusemburgo, y ensayaba 1a obra con ver- = 2 a ‘Yo temblaha empavorecids. dadero entusiasmo y confianza, Mis compa- fieros me alentaban prediciéndome un triun- fo seguro; pero el dia del ensayo general me ocurrié una cosa chistésisima EL teatro estaba leno de autores, erticos ‘empresario, artistas, amigos de la casa, y yo, con gran asombre del primer actor, me sa- bia admirablemente mi papel. Sin. miedo nninguno me desenvolvia por la escena con la misma tranquilidad que si estuviera en mi asa, y yo misma me asombraba de haber cespantatlo el miedo..., por lo menos en aque- -fp lla noche memorable, Mas en el primer ac- to, de repente, cuando estaba sentada en uita ‘mesa y levantaba un brazo para subrayar la picardia de una frase, jzis!, se rompe una , tabla y mi cuerpo juncal que se va al suelo, ‘Me lefanto azaradisima, Hevndome Ja mano al sitio més castigado en Ia caida; a pesar de su dureza y tratando de vencer al ridteulo, exclamo desenfadada per ssi ners cen coe tentaciones. Se cotizaron mis sonsisas, mis sniradas, y mis pantorrillas se magnifceron i con el prestigio de in adoracion undnime, A 1ni-me producia asombro verme repentina mente ascenida a la eategoria de dioss mz yor de fa mitologia teatral madrilein y ver- ff fa per unos y otros, como si olosina de valor inealeulabe. Pro, Ssfior, Sefior, gqué tendré yo? sme preguntaba mentalmente fe seforitaVoloptuesidad, nvafiequita, al parecer flor de pé Wie ALVARO RETANA SEEING Si, debo decirlo; no me ruboriza. El lujo ‘que yo ostentata en La seforita Voluptuo sidad. signifieaba muchas privaciones. Yo ganaba entonces en el teatro Frivoto siete duros, y con aguel sueldo habia de vestir Iujosamente las obras y sostener a los mios Yo esperaba dias mejores, y por €0 no coneedia importancia a la modestia de mi vida, Rela, alegre y confiada, softando con Ia gloria y las riquezas, segura de que pron- to brillaria el resplandor de una soberbia aurora, Y ettando entraba en escena me des aquitaba de la modestia de mi hogar, sintién dome realmente bella, riea y codiciada. En- tonces ¢8 cuando yo verdaderamente vivia ‘Aquello era una realidad y mi vida una ¢o- media, Cuéntas veces, lo aseguro, al termi nar la funcidn y regresar a casa, pensaba Pero, Seftor, gpor qué no podriamos protongar las bellas mentiras de la opereta? Por qué no podria yo seguir siendo la se- forita Voluptuosidad despoés de bajar el Una de las cosas que mis me divertian en aquella época, que puidiéramos lamar de ri coronacién, era el homenaje idélatra de numerosos individues que no faltaban ni una sola noche al teatro Frivolo, Yo conta- ba con un eseuadrén volante de contumaces adoradores, que me devoraban desde sus lo calidades y sonrelan al cazar un gesto mio, ereyendo de buena fe que iba dirigido a clos. El que més y el que menos se relamia pensando: “jMe ha mirado! (Esta esti por mil” Y yo me divertia inocenfemente, costa de la eandidez de tantos tenorios pro: ES 1] TR (agen £1 DEADLO ON FALDAS EGE fesionales, que creian que conmigo no habia rns que llegar y pedir hora, que yo era una de tantas vulgares pecadoras, dispuestas a creer en las promesas y juramentos del pri- mer donee! con buen tipo que me galantease Yo me veia atediada implacablemente por jovencitos ingenios, por hombres madures, por viejos corridos, que en evantas obras tomaba parte me testimoniaban una fel Jad de pretendinte asombrosa, sobre todo teniendo en eventa que, a pesar de la ins tencia eon que pelian, yo no concedia nada Recuerdo que uta vez secibi un ramo de flores y wna carta de un estudiante de Me dicina que me deci, sobre poco mis 0 me- nos: “Seflorita Angeles Polanco: Asidvo concurrente al teatro Frivolo, donde usted cena. NG & [| actia, he podido observar que me mira y por jovenitos ingeawos. sonrie usted con tna insistencla sospechosa Yo, desde luego, no forme parte, no figuro oe ‘en el cortejo de su: dores; pero tenien~ | | a el corte dores; pero tenien~ | do en cuenta que iisted, al fin y al cabo, e J ana bonita mujer y Hx ait de mods, FT engo inconvenente en entablar relaciones con usted, si es que verdaderamente fa ins piro agin interés, Hombre galante eon Tas “Tamas, sentria que usted confundiese mi forrecciin eon timidez, por Yo cual Ie Eo E me astorice para saludarla en su camerino ¥ all yeremos si pdemos Hegar a un acer do. Fudanito de Tal.” Ni que der tiene que la noche en que 16> cibi el ramo de flores y Ta anterior carta le J pve al estudiante de Medicina una cara de perro que disipaba toda duda, y al dia si fuente volvid a esribirme pidiéndome sil perdones por sm equivocaidh, Reconosia (que abla intrpretado mal mis sontisas, continuase favoreciéndole con mis miradas, que eran para él bastante mas interesantes [pave ous estuios de Anatomia. frome ¢ Sa a la sefiorita Voluptuosidad; una condesa E que seria emperatriz si volviese a nacer Na- | potesn "Con qué gesto adorable de sorpresa ari, usted a leer estos renglones! PY sux sorpresa—si antes no se trueca en indignacién —legard al colmo enando acl vierta que son de un desconocido. *Yo—sabrosisima Angelita, digna de ser cantada por Rubén Darfo— soy un pintor joven, merced al cual seguramente habrii usted experimentado més de una agradable sensacin estética. He saboreado las delicias del éxito y he visto, leno de indescriptible asombro, eémo mujeres admirables y admi- radas han venide poco menos que a offe- cerme de rodillas una devocién y una sim- Pts eae fae eat caneeeet eee A Semmes 1 patia que derivaba en complicacién amorosa Pero hasta ahora yo no habia visto bri Tar para mi ese rayito azul de Ia ilusién de ‘que hablan Jos postas. Yo no sabia lo que era sentirme dominado por sna euriosidad clegantemente romntica, En suma: que vi entre el amor sin saber lo que era el amor. Vivia, como la princesa del bosque durmiente, un suefio de encentamiento, es perando que alguien viniese a tocar mi co razén con Ia varita migica q espertar 'Y he agei que hace algunas noches, al ir a verla en ef sitimo estreno del teatro Frivolo, el trabajo de usted me volvi6 com pletamente tarumba. Y suspiré gozosamen. te, advirtiendo que por primera vee & vida encontraba tna mujer que me hacia conocer el rayito azul de fa ilusién, Usted, afortunadamente, es una mj nacida para ser adorada por hombres de una posicién social superior a la nila, Frecuenta usted um mundo en el cual no nos podiamos encontrar, porque aunque yo tengo familia aristocrtica, mi arte me obliga a permane- cer alejado de la buend sociedad, y es usted, por tanto, una quimera imposible para mi ‘Tendré usted su amante, un envidiable amante, con el cal bromeari usted leyendo estos renglones, y la barrera entre usted y fo seré mis infranqueable. Ademis tiene usted fama de altiva, lo cual Ia realza ante mis ojos, y yo también tengo el orgullo que 1 concede el éxito—cuando este éxito nos Jo ha concedido el piblico—, y, legado el momento, serlamos ineompatibles. Pero no quiero privarme de mandarle esta epistola, feliciténdols por el hecho insblito. que Ia motiva "Los retratos de usted han inflamado a Sa (9 eo artisia que, ademas de pintor, es joven y guapo—modestia sparte—, y ha puesto usted tn cite color de rosa en Ia monoto- nia gris de su vida, De hoy en adelante sera asted para mi la mis tierna y lejana de las musas: el recuerdo poético que me alegre cen los momentos de soledad tediosa, “Para expresar a usted de una maner: florentina” Ia grata impresién que me ha producido en La seiorita Voluptuosidad, agradecide a ese rayito azul que ha encen- ido usted sin darse cuenta en beneficio es: piritual mio, pido a usted permiso para en- viarla un obsequio que en nada la ofende, y que yo seria muy honrado si no. fo recha- Estoy pintando su retrato de mem: Te ruego le acepte, aunque iré sin mi firma. A mi, el pintor mimado por las mujeres Some op ER ‘Rpecemmcmmm HIARLO CON FALDAS mG rechazado por la inica mujer que me ha inspirado amor, y como no me quedaria tranguilo sin expresarle—aungue de una forma ambigua—mi devocion, es por lo que recurro a este procedimiento "Aguarde, pues, un dia de éstos su re: trato, que estoy acabando con uncién reli Naturalmente que’ transeurrieron_vasios dias, semanas y hasta meses, y el retrato no ‘Sin dada, a mi extrafio enamorado le pa- reeeria més provechoso cambiarle un poco Jos rasgos de mi cara y venderlo después de concluido. A menos que le hubiese quedado tan rematadamente mal que no me To envia. ra por miedo a hacer el ridiilo SmaRESEEEIO FI. DIABLO CON FALDAS mg Voy a entrar en la parte més deliciosa y triste de mi vida: en el momento de mi apo- i). teosis sentimental Una noche en que repr mos La fh ita Voluptuosidad, adverti que Curro Montes, el celebrado astro, orgullo de ta to- teria, presenciaba la funeion desde una pla- tea y me aplaudia calurosamente. Josefina | |] Viwares, Ja otra primera tiple cémiea de a compaiia, me dijo aquella misma noche, irrumpiendo en mi camerino —Oye, Angelita; me figuro que habris visto a Montes en el teatro. Desea i Som 69 So toreros — respondi—. de coleta. urro Montes volvié al} vee mi compaiiera in: a tercers noche, la Villares me dijo algo FH spurada No; no hemos tomado localidad. No pensibamos ir. A Ja mafiana siguiente recibi una sober cesta de flores, y en el centro de ella una bombonera con una. servilltita de encaje, donde habia bordado un corazén, y dentro de ella dos barveras del tendido uno, para la corrida que él torearia, Me dispuse a ir todo lo mis aciealada po- sible para corresponder a tan galante invi tacién; pero a dikima hora, temerosa de Ma mar excesivamente la atencion, decidi pres: cindir de la clisiea mantilla y ponerme un sencillo sombrero, En toda Ia tarde, que fué para el expadé tuna de las mejores de su vida taurina, no me perdi un sole momento de vista, y 10 mismo cuando terminaba un lance qué cua Alo finalizaba un quite, sus ejos corrian a (gece HL DIABLO CON FALOAS ‘A veces hacia como que miraba otra cost y a otro sitio; pero yo sentia fijamente a- vyados sus ojos en los mios. MG madre lo not6 y me dijo al oido: —Angelita: ese muchacho no hace més aque mirarte {que como nos ha enviado las loca- tidades—respondi yo, querrd ver el efec- to que nos causa su trabajo. Y como mi madce insistese con una bro- ma, afiadi ~;Cualquier dia tenfa yo un novio tore {Con lo que se debe sufrirt ;Siempre con el alma en un hilo... Carro Montes faé aclamado estrepitost mente, y yo, entusiasmada, también rompi ‘a aplaudlir, contagiada por aquel entusiasmo general que las faenas del torero desperta ban en la plaza, y por I noche, antes de s2- El tir yo a eseena, me dijeron que Curtito es taba en el teatro. (Semen HL. DIAMLO.CON FALDAS EG ‘ti quieras Pues dile a Curro—contesté—que se radezco mucho; pero que no teng Qa HL ALO CON PALDAS eT la faja”, porque hablando con Curro Mon tes ste le habia asegurado —<1Sabes que me ha fnteresao esa ma ‘AKG RUIANA queers to de mi negativa chacha? {Hay que ver! A toas las que le —Comprenda, Curso, que siendo usted el propongo una jurgucsilla aseptan enscowias torero de moda y yo la Polanco, después de pero ésta es Ia primera que me ha dicho que no, Pere ella no sabe que yo vuelvo. Vaya, su éxito de esta tarde y con la popularidad iW que wuelvo por ese almuerso prometio : Volvid, en efecto, y muy cortés me propu- Carennatce so almorziramos juntos, segtin habia yo Cet wo yw eis cite : i Hl prometido; pero como el muehcho compren Jos pero antes de marcharss imsisto, sin 45 que yo n0 estaba muy dispuesta 0 ex Pee Ue STON re a birme con él, renuneié discretamente por ¢l orfdo que sabe que al fin recogeré. xu ae, ya no valvios aver momento al = : nos en una larga temporada, porque su agi tada vida de torero apenas Te permitia pasar Madrid. EL eecorria Eepatia entera en tr ame repitis| i sip conteatos, ¥ yo prosentln ci do por : ‘Be ALVARO RETACA SERRE vola y perversa, avivadora de deseos, devo- rada por la ambicién intima de la Gloria y el Dinero. EI amor todavia no habia Ilamado a la puerta de mi corazén:"se habia limitado a hnacerme guifios desde la acera de enfrente ‘Un buen dia, un antiguo amigo de mi pa- fire, que entonces desempefiaba un impor- ante cargo en la Policia madrilefia y que ime queria grandemente por haberme cono: cido desde muy niffa, me envid a decir por otro ainigo nuestro que nos esperaba ami y a mi madre en Tournié para almorzar juntos y darnos una sorpres Como aquel dia yo no tenia ensayo, ¥ est amigo de mi familia éra todo un caballe correctisimo, acepté jubilosa la invitacién, suponiendo que Ia sorpresa consistiria en el meni. Llegamos mi madre y yo al restau as gam ALAR RETA EER cn ERR DIAL CON FALDAS BS rant, y en el reservado nimero 1 nos en- contramos sina mesa preparada como para ‘una comida de reyes, Apenas Mevébamos tinos minutos de espera euando oimos la voz de nuestro amigo en el pasillo suplicando a alguien Pasa, hombre, pasa. No te asustes, que Y al abrirce Ia puerta aparexié Currito ‘Montes, que exclamé demostrando la mayor sgria_y estupor —iJosi qué suerte tengo! {Esta era lz sorpresa? jCon las ganas que tenia yo de ve a esta mujé! ‘Yo miré severaimente al amigo de mi pa Aire, y éste, sontiéndome, explics ~Tvi para mi también tienes el pecho de cristal, y como sabia que este almuerzo ha- bia de gustaros a los dos, por eso lo he con- certado. ZY usted qué sabe si me haba de gus- Después de todo, te alegraris—asegurd jovialmente La comida fué animadisima, porque Cu- rrito era un muchacho muy alegre e ingenio- s0, y como todo en él respiraba salud y bue~ na fe, a s1 lado se olvidaban las preocupacio- nes. Aquel Agape, que transcurrié en medio de la mayor cordialidad y simpatia, tavo wna repeticin y diferentes veces volvimos a al: morzar juntos el torero y yo: yo siempre acompatiada de mi madre, y él de amigos su- yyos de las mis encumbradas posiciones so- ciales, Insensiblemente Currito iba interesindo- ime, porque ni me hacia el amor ni se mos- traba ongulloso de su categoria de fdolo. El niffo mimado del piblico, el galan codiciado y perseguido por tantas mujeres de Espafa, = SE (igen Avvano nezana era en su intimidad una criatura galante y sencilla, an chiquillo sano de espiritu, que se distrain com evalquier quisieosa, Era ex- iraordinariamente inteligente y miraba con tal inocencia, expresindose siempre en unos términos tan carifiosos, que no parecia ni tan torero nil un idole, ‘Avimi, gpara qué negar?, me envanecia quella preferencia con que me distinguia, yy como ademés el chico era guapo, tenia una gran figura y era el hombre de moda, me agradaba su amistad. Pero como estébamos en tna situacién tan extrafla, porque ni se feclaraba a mi ni parecia tener trazas de coneluir aquella cordial intimidad, decidida a coneluir de una vex con el equivoco en que hos manteniamoe, le espeté una noche en mi Mire, Curro: esto no puede seguir asi Estamos almorzando casi todos los dias jun 2a HL DIABLO COW FALDAS BERG tos; todas las noches viene usted al teatro a verme, y la gente que nos observa esti em- pezando a murmurar. Este régimen de vida como si fuéramos novios tiene que conclu, Curro Montes, mirindome muy fijo, ex rojecido repentinamente y con voz. velada, cexclamé: Pero oigasté, Angelita. 2Y por qué no hhablamos de ser novios de verdé? Yo entonces me eché a reir, y aprovechan- do que estabamos en el cuarto, sin mis tes tigos qué mi madre, le expuse que no le creia con la constancia suficente para man tener unas relaciones formales. El estaba muy solittado, era el niffo de moda y no podria guardartne la fidelidad que yo, terriblemente celosa, exigitia, Ademés, yo temia también ‘enamorarme, porgue si egaba a queres mucho, mucho, seria muy desgraciada, Cuando Currito oy aquello de mucho, ps LA A, A SCREEN DIABLO CON FALDAS | mucho, se le caian fos pérpados de emocién y prometié y juré con tal acento de since J dad, que hubiera ablandado @ una estatua |) de mirmol, Pero yo me mantuve inconsfo: vible, afirmando que mi decision era irre vocable. Sin embargo, unas semanas mis tarde, eaando Al volvid por Madrid e insis. | ti en sus pretensiones, no sé lo que pash por mi, pero Io cierto es que cerré Ios ojos... ¥ dije que si ¥ entonces did comienz porada de felicidad i ii mente, Fu dichosa como no puede serlo signifieaba para imi el triunfo sobre todas las numerosas mu jeres que le cercaban, y ademas me sentia jaderamente querida por él ‘Yo me contrariaba por no tener motivos para mostrarme celosa, Hubiera querido sor- LY por qué no habismor de ser novos de verdét prenderlo en alguna pequefia infidelidad; pe- ‘Soo 5 RR GeecosorE «9 mar (gee acvano aerana | ro, sin embargo, no habia manera, Me pre- feria a todas, me lo demostraba de una ma nera tan clara, que mi slegria y mi vanidad Tegaban al limite Su amor iluminaba mi vida de artista con resplandores fascinantes, y lo que mis me seducia de él era su serenidad moral y st equilibria de enamorado, Era amable, bon ddadoso, educado, y en sus menores actos re- velaba Ia superioridad de su espiritu. Era un verdadero gran sefior, siempre pendien- te de no herir delicadezas y de aparecer mo- ddesto y exquisito. 1En fin, no parecia tore- ro! {Les digo a ustedes que era como para comérselo! Un dia que estibamos Currito, mi madre yy yo en Ia sala de mi casa de fa calle de Col smenares, me suplicé el muchacho Oye, Angelita, Haz el favor de darte tuna vuelta por el comedor, porque yo tengo que hablar con tu madre de unas cosas que ti no puedes ofr. Yo obedeei, y la conferencia de mi madre con Currito duré més de una’ hora, En ella el matador expuso noblemente a mi madre que él, por el momento, no estaba en con- iciones de casarse; pero que deseaba forma- lizar aquellas relaciones. El comprendia que yo era uma muchacha honrala; pero come tampoco fbamos a estar perdiendo més tiempo, él deseaba una intimidad definitiva Y como no era razonable que siendo novios oficialmente eontinuisemos viviendo nosotras fen aquel modesto piso de la calle de Colm nares, pedia permiso para instalarnos en otra vivienda més confortable Mi madre se reservé Ia respuesta a aque: Ila. proposicién verdaderamente_ trascend tal que tenia que dilueidar conmigo, y dv rante unos dias vivimos en perpetia zozobra rmeditando sobre Ja gravedad de aquel paso definitive que iba yo a dar en mi existencia, ‘Mi madre me dejaba en fotal libertad de acei6n, No queria aceptar ninguna responsa- bilidad en ta aventura, Ella sélo aspiraba @ mi felicidad, y si yo erela que con él podia setlo,,.allé yo. Consulté al director artistico, quien me fijo con toda sinceridad. —Mira, chica. Libre e independiente ores, y si Curro te gusta, cuanto antes mejor, No creo que pienses estar “ast” toda la vida, y después de todo, aumque no te vayas con él no ertas que va a mejorar tu concepto en 1a opinién pica, Dexpnés de todo ya te lo ddan por comido. “Algunas veces, cuando mi madre y yo et pexdbamos a tocar este asunto, nos invadian tunos rubores tan comprensibies, que cam bidbamos de tema; pero como Curro apre- ‘miaba, como yo le queria y como habia que decir que si 0 que no, pues... decidt jugarme mi porvenir a cara oa cruz. Cogi una perra chica—juna modesta perra chieal—y le dije a mi madre: si sale cara, le digo a Curro que bueno, y si sale eruz, 1é doy calabazas. ché fa perra al aire y... jsali6 eruz! {Dios mio de mi alaa!—exclamé simo le digo yo a Currite que no, eon To que ‘Wun BL. IABLO CON FALDAS BIg Je quiero y lo felices que podemos ser los dos enum nido de amor muy bien puesto, ‘con exarto de bafo, pianola?... No, no, no."Voy a hacer otra cosa, mami Vam Fal perro y al gato: si viene el perro, le digo que si, y si viene el gato, que no. Nos potiemos a lamarlos y... Hega pri mero el gato. —Bueno, mira, mamé, vamos a dejarnos de tonterias. Lo mejor es que le diga que sf porque él me quiere mucho y yo estoy por €1 mas toca que una eabra. Y aguella misma noche, cuando 4 leg a mi camerino del tea 31 darme Ja mano le entregué disim e un pa vit MG nueva casa fué un hermoso pisito de la calle de Alfonxe XII, desde cuyos balcones se divisa periectamente gran parte del Re- Fué Currito quien, con delieadeza incom- parable, se ocupo dt decorarlo y amueblarlo, Gotindolo de los menores detalles y prepa ‘rindolo como si estuviera destinado a alojar fa un matrimonio de principes. ‘Un dia mi madre me dijo: —Currito te ha puesto en el Banco diez mil duros comm base para que empieces & | acer hucha. (Ges Uno RETA RT Yo, abrumada por tanta gentileza, sentia {que mi amor para el torero iba en aumento; pero lo mis gracioso es que ni uno ni otro nos atrevfamos a abordar el momento fatal Mi madre, guardando wna prudente y dis creta neutralidad, rehuia sbordar ciertos asuntos y estaba tan ganada como yo por Currito Montes, Mi novie adoraba al santo por le peana y tenia para mi madre tales res- petos y atenciones, que realmente merecian el afecto con que ella correspondia Por fin un dia, Curro y yo, encontrén nos solos, terminamas el dilogo en una for- ma pintoresca Bueno, Angelita, 7Es que vamds a es tar foa Ia ofa “asi”? Hijo... you. tit dirés... Chica, pues... por mi, evando quieras, 10 nove, cuando ti digas. 1 director artistico, consultado por mi {AEE HE, DIABLO CON FALDAS fg? sme habia prometido concederme ocho dias | de permiso para que pasisemos la luna de "| rial sin necesidad de fener yo que ir por el teatro, Yo pensaba que me iba a dar mucha vergienza volver pore teatro al dia sguien fe del suceso, y €1 director, hombre amable y mundano, me di la solueién, concedién- dome el permiso, Realmente la niga’ mia con Currito tuvo todas las caracteristicas de una boda, y me: nos la ceremonia de Ia iglesia, todo se cele- bré entre nosotros como si se hubiera trax tado de un matrimonio acténtico. Ahora bien, lo que retardaba el “momen- ‘era nuestro temor a ver importunada muestra luna de miel, A él le conocia todo el mundo, yo era Ja Polanes, y nuestra popu laridad podsla crearmos un conflcto. Pensa mos en Bareelona; pero alli Curro era tan conodido y admirado como en Madrid. A It rita dec y Part esau dena eo Se ee eeeeereres a ae eee yee eens Serer loner cesar emer easel SSCS 50 SAUTER i i qué palabras decir ni siquiera atreverme 2 tnirarle frente a frente, El también estaba azaradisimo, colorado como wn tomate, ¥ ini madre procuraba contener las lgrimas. Eran las ocho de la nothe, y & habia ve- ido a busearme para que por primera 6s cn el tiempo de tuestras relaciones saliése- mos solos a cénar. Como Ta situacién era muy embérazosa, y ni Curro, que era um iquillo; ni yo, que era una monigots, har ‘Games otra cora que miramos en silencio, ni madre, paséndose el patiuelo por Tos 05, exelamé “Bueno, ga qué esperdis? 20s marchiis Yo entonces me abracé 2 mi madre y 18s dios rompimos a lorar copiosamente, Curro ‘Montes también Horaba, y Tos tres permane- ‘imos abrazados largo rato, confundiendo pwestras Higrimas Wom ALVARO RETANA sa Curro Montes dijo al ofdo mi madre: “Ya veri wsté qué felices vamos a ser tos, porque yo quiere mucho a Angelita, y 2 usté tamibién Ia quiero mucho, porque es Yo sélo quiero que sedis los dos feli ces—contest6 mi madre—, y que Heguéis a casaros algiin dia, Yo entonees, para vencer aquela eseena, cogi a Currito del brazo y Te conduje hasta In puerta, seguidos por la eriada Para no llamar la atencién de mi vecindad, donde yo disfrutaba del excelente concepto que mi intachable condueta merecia, habia- ‘mos convenido en que Ja eriada fuera con nosotros en el coche hasta alejarnos un poco del barrio, Al subir Curzito y yo al “auto” que esperaba en Ie puerta de Ia calle, unos | chiqullos que jugaban en el arroyo nos ro- dearon eurfosamente, y uno de ello Sesame o¢ ummm a ‘Renee TL DIABLO CON FALDAS si hubiera adivinado algo, exelamé al arran- car el coche: —jAnda, Currito, eémo te vas a poner! ‘La criada se ape en la plaza de Bilbso, y Cusrito entonces suspiré gozosamente co- mo un nifio al cual entregan el juguete de- seado. Ah! {Ya estamos solos! FE'so ex—repeti yo. 1Ya estamos solos! Qué bien, verdé, Angelita? Superior. Y ahora, Lo que ti quieras. Pos mira. Primero vamos a ir a Casa de Tournié a encargar una cena estupenda po que la tengan a las nueve, y mientras po- nen la mesa, nosotros nos vamos a dar un paseo por la Cuesta de las Perdises, :Te porese? i Encargamos Ta comida en Tournié, y el stguto” efi por Ja calle del Arenal arti ta. Cuando pasibamos frente « 1a casa de Gurvto, que vivian ln plaza de Isabel 1, ae dijo TS porese que debiamos subi a ue Ia conoseas? auieras! auto”, ¥- mientras subiamos Tas escaleras adverti que ie enccntraba poseida ck micro tio que Ta neche de mi debut | ‘como artista, Un mieds tonto, tun miedo in- f cxplcable, puesto que me encontraba al lado de tn hombre que me amaba y al cual ' : 4 a t 4 i i queria, y si iba a hacer algo grave, era sin perjuicio para nadie. Gurrito. me ensefis su casa, puesta con gran confort y gusto, y cogidos de la mano recorrimos juntos todas las-estancias. Cuan- jf do yo me cansé de curiasear tode, me pre guntd Curtito ruborizade: Oye; gnitienss ganas dé comer? i Yo? Ni piace El miedo me habia quitado el apetito, y 4.41 e suedia To mismo por ta jntensidad de Ia erect, Pues entonces vamos a telefonear a aaeaee eee iis tarde, {No te parese? gEstis bien aqul? —2Yo? Divinamente, Con un miedo loco, J) pve ada ms, {Miedo a qué? 2A mi, que te quiero 7, mi Angelita de mi arma... Con que yo tenia de pillarte a solas. So wengo mis remedio que poner aqui puntos suspensivos, Colocaremos seis ren- glones simbélicos, y que el lector, si tiene interés en ello, reproduzca a su antojo la 65: cena de mi debut como mujer. Yo no me atrevo, francamente, a hacerlo, por temor a herir susceptibilidades 0 ineurrir en Ta fu ria de los perseguidores de Ja literatura ge Jane. Lo tinico que diré es que Currito hizo ho- nor a su nombre y a su gloria, y que hubiera erecido la oreja si se eoncediera en estos Supo quitarme el miedo por unos proce: dimientos que. no hubiesen fallado ni con Ta mujer mas espantadiza scrmciREE #1, DIABLO CON FALDAS mEEgH ome \ Después de aquella noche; que fos para mi el descubrimiento de un mundo nuevo de inefables sensaciones, atravesé por todes Jos colores de areo iris de la felicidad ‘Me véia intensamente amada y deseada por el toraro de moda—un torero que tenia el encanto de no parecerlo—. Ami ver, Je adoraba, y como el éxito y Ia salud no nos faltaban al uno ni al otro, nuestra existe «Ga se deslizaba plicida y dichosa, sin otros ‘momentos desagradables que Tos que prece dian a la celebracién de wna eorrida. Cuando toreaba en provincias, el primer = meme HL DIABLO CON FALDAS ER GP 9.480 RETA eR i | telefoema suyo lo reiba yo, Después me ponia una conferencia y detrés venia sa con- sabida carta, repitigndome: “No pases mic no me eoge un toro, como Ko me a la fonda” 1ya de 1919 Carrito mani- ansiaba tranquilidad, y ido de esta via, Yo no ato- ‘ue tres aos. Después nos eassios, | compramos cuatro © cinco cbrtijos y unos utomoviles, nos hacemos con tres 0 cuatro chiguillps, ty a vivir! Al salir para la plaza dijo a Rosario, la le la custodia de su piso de la de Isabel. IT —i Qué poquitas ganas tengo hoy de to- Yo representaba Las Verénicas, y obser [] ver 4t sezundo acto que et pidico me mi- | vnel primer telefonems suye Jo reibia yo EE 99 So 0 =a CARO AEA, SE aba cuchicheando y mis compatieras pare lan querer ocultarme algo, Crei que se tra: taba de algo relationado con la obra; pere en un momento en que me acerqué al paleo de abonados, un amigo suyo me dijo por fo bajo: —iNo ha sido més que un puntazo! Senti un mareo; pero tenia que cantar y Jo hice con lagrimas en los ojos, y como €l piiblico sabia la noticia comprendis mi es tado de &nimo, y aquel dia me testimonié su simpatia dispensindome na carifiosa ova En el entreacto hablé con el mozo de es toques, que me dijo: Se lo querfan llevar a casa de Rodero para que lo exidase la familia de don Joa- ‘qin; pero €l ha dicho que preferia ir a la plaza de Isabel IT para que le cuidase la se- forita Angelita. pees Hi. DIANLO CON FaLDAS MIG ‘A la conclusién del tercer acto volé junto ‘a mi chico, y entonces me enteré de que Ta herida era. grave, Tenfa fiebre y dormia; pero al sentir mi mano sobre su frente abrid Jos ojos y me envolvi6 en wna mirada que —He ewerto—murmuré—. Mal, pero he certo. En el suelo, junto a su cama—la cama historiea—, me prepararon un echo con ‘mantas y capotes, y alli pasé la noche velan- do su suefio, Cada vex que él se despertaba, ime preguntaba con vor débil gEstis ahi, Angelita? {Si, vida mia, agut estoy! Por la mafana, sin poderse apenas mover, me dijo al ver que yo me levantaba dospren- diéndome de los capotes que me habia eu- bierto Me parese que te has vwerto ti muy taurina Pe Auvano R140, eR Hf ‘emer DIABLO CON FAL DAS Fui st enfermera en la temporada que guardé cama, y durante Ia larga convale- cenela no nos separamos un momento, Nues tro idilio estaba en su apogeo, y sélo pen- silumos en querernos mucho y en que a | se restableciera para reanudar nuestras lo Por cierto que una noche en que él se | encontraba sliviado, y yo tenia ensayo des- pués de Ia funcién de la noche, eonvinimos en que yo dormiria en mi casa, y poco mids ocurre una catistrofe, Porque Curtito habia tenido relaciones amorosas eon una q{ cdlebre cupletista cuyo nombre no hace al caso, y ella, al enterarse, no sé por donde, (que aquella noche no iba yo a velar a Curro, se planté a las tres de Ja’ mafiana a ver al enfermo y le hizo una escena de lo mis r= dicalo’ que eabe imaginar A Currito ya no le interesaba aquella in- i i ot NANO AITO ES dividua ; pero por galanteria no pudo negar- a penetrd en el cuarto de jada de su madre y de wna pe rrita Lut. Currito desembarazése omo pudo de quella intempestiva visita, y yo al tener co- rnocimiento del hecho al dia siguiente, armé tung tremolina de mil demonios. Yo, dema- siado sabia que Ja cupletista de marras per- ia lastimosamente el tiempo, entre otras razones, porgue con su relajada conducta habia matado toda ilusién en Curro—espi- itu especialmente roméntico y enemigo de golferias—, y ademés me constaba que har bia ido con su madre y la perrita; pero de todas suertes me levé un disgusto y se lo i al pobre Currito, que después de todo no la que ver von la incorreccién de la i i | | Nadie puede'adivinar la intranguilidad en aque vive la novia de un torero que, como Cu- ro Montes, estaba tan encarnizadamente perseguido por las rhujeres de las mas opues: tas clases sociales, Le asediaban como tébanos, y él tenia que hnacer verdaderas heroicidades para despren- dderse de la interminable coleccién de histé- ricas, que a veces con su insensatez le crea- ban situaciones extravagantes. in la misma casa de Curro, y en uno los pisos superiores, vivia un conocido sas- tre de toreros, euyo nombre dejaremos en | EY el incdgnito, La espose de éste era una arto- gante buena moza, que no se distingsia po su fidelidad al marido, y cada ver que se en- contraba en Ia escalera o en Ia porteria Currito, solia dediearle unas miradas estilo Bertini, que hactan desternillarse de risa al pobre Curro, Era mujer de gran nariz, mis cerca de los cuarenta afios que de fos trein- ta, y a mi me tenia el eonsiguiente asquito Una noche, sobre las nueve y media, en que Currito se disponia a salir a ta calle para reunirse conmigo y cenar juntos, se cencontré con tina carta que le enviaba su ve- cina, la mujer del sastre, por conducto de una eriada, En a carta, la esposa del creador de mo- das taurinas, le suplicaba que subiera iam: diatamente, pues tenia que hablarle de un asunto reservado, Curro, que no tenia las eee | Soom a js EL smigo, contest6 a la sirviente que un asunto uurgente ¢ inaplazable le impedia subir en el acto, como st sefiora deseaba; pero que al ‘dig siguiente, por la tarde, subitia “AI poco rato volvié Ia sirviente con otra carta de Ia Bertini de camelo, diciendo que no podia aguardar, y que, por favor, 'suiera cen seguida, aunque sélo fuera tnos minutos, Ante la insistenefa de su vecina, y por no desairar a una dama, Currito subié al depar: tamento del sastre, y la mujer de las nariees Targas le introdujo en una camareta deco ada con unas telas raras de lamativos colo- rines, perfumada eon incienso y débilmente ftominada por la Iuz de wna pantalla japo: nnesa. En aquella penumbra misteriosa la ve- cina Te aguardaba envuelta en una bata blan- ca, con todos los pelos sueltos y medio ten- ida sobre unos almobadones de colores. li Currito, al ver a su vecina en el mismo i Pe oy SEER (eae FL DIABLO CON FALDAS mgt plan de Dofia Juana la Loca a las cinco s2 rmanas de su viudez, no se atrevia nia mi rarla a la cara, y ella entonees, con una en tonacién dramética digna de cualquier pri mera actriz, se acercd a él dando unos saltos rarisimos, y dijo que le habia llamado pore participarle que era muy desgraciada, por sie el hombre con que estaba casada era un sma vulgar que no la comprendia. Ella es taba necesitada de alguien que la compy diese y compartiera las ilusiones y Tas ansias de su corazén enardecido, que ten mal avenia con la mediocridad de un esposo 2! otal detestaba por su espiritu y por su pro- Currito se hizo el su ‘a unas confidencias tan poco interesan- tes, hechas en aquella camareta que parecia ‘una barberia marrogut; pero de repente ella, | tiréndose de los pocos pelos que en realidad eran suyos, afirmé: pe ‘eguERESEE HL DIABLO CON FALDAS iA! jQué fatatidad! ja esté el aqui! jAcabo de oirle abrir la puerta! jEscéndase tasted en seguida! seonderme yo? {Pero por qué? pregunt6 Ciirito, contrariado ante el rum- to que tomaban Tas cosas. Se lo riego, por Dios, eseindase 0 es toy perida A todo esto el saste, que con su llave aca- baba de sranquear Ia puerta de entrada a la casa, golpeaba la puerta del evarto. moro con fos nuaillon. —jAbre, Lola, que soy yol zPor qué has cchado el pestillo? Al abrir ella al recign legado, éste no pudo disinular su desagradable sorpresa al encon- trarse a Curro, nervioso, y a ella con el pelo suelto y la hata eleganteiente desabrochada —i¥a te explicaré -gimi6 ella com ace to melodramético—, jAh! jQué horrible si tuaciéa! . ome Avvano RETASA SEER gemma Ht DTAsL0 cow raLDAs mg | ha pasao na. i Ant i@ué fataidad! 100 = i en la Puerta del Sol, Por cierto que algunas rnoches, mientras Currito y yo cenabamos en 1 comedor de su casa, Ja vecina nos pont cen el grambfono los discos de mis princi- pales canciones, son lo cual nosotros os tirdbamos de risa a costa de la Bertini del piso de arriba También habla otra artista de variedades aque bebia los vientos por Currito y se hacia ta encontradiza, le acuciaba y poco menos que le metia por Jos ojos su cacareada vir~ ginidad. Era una buena chica, que sin dada creia en la posibiidad de atrapar a Curro como marido; pero yo, que andaba con cien ojos, le estropeaba a ella todas las combi- raviones y le malograba los trucos. No ta guardo rencor, como tampoco a ninguna de tas miltiples ilusas que intentaron desbara- tar nuestro ido, Estaba yo tan segura de su carlo y € me patentizaba tan sincera ey DIABLO CON FALDAS Eg pasion, que para demostrarme la falsedad de amas habladurlas—no sé quién, por mor- tifiearme, le atribuy6 una novia formal en Sevilla—, nos fuimos alli Jos dos una se- mana y nos exhibimos juntos por todas Su earicter ingenuo, espléndido y jovial Je animaba a gastarme bromas divertidisi mas, como un iia que, aprovechando mi au sencia, hizo traer a mi casa un soberbio gra méfono, que escondié en una habitacién pré- xima al comedor, y euando estibamos ee nando puso en funcionamiento un disco de La sevorita Voluptuocidad, impresionado por mi, y me dijo que no sabes quién es ese grillo que Curro llené de alegria mi muevo hogar. La perversa oficial, Ia tiple seductora dota da de tocos los peligros, tenia también, co: aa seer, mo el torero de moda, aficiones de burg sa. Ely yo teniamos el alma en tiempo vals, y gozdbamos con pasatiempos infan- tiles. Currito toreaba a mi perro con una toalla; me daba unos deliciosos eonciertos de pianola, donde mezclaba absurdamente La dansa macabra con el Fado Blonguita gastaba unas bromas a la criada que nos Adesternillabamos de risa, y a veees se escom- dia detras de una cortina para darme un susto, Era un verdadero chiquillo, incapaz de querer mal a nadie, de eausar ningiin da fio ni de sentir envidia, Su gran pasién eran tos toros, y después, yo; pero yo en mi ho- gar, modesta y sencilla, sin los artficos de Ta escena, Empezé por amar a la artista; pero scabs enamorindose de la mujer. Con- migo fué muy generoso; pero siempre que ime hacia algiin obsequio o aumentaba los fondos de mi hucha, lo hacia con una deli cadeza insuperable, Yo he sido la tnica mu jer coh quien Currito se mostré verdade- ramente rumboro, pues la mayoria de esas sefioritas que, como la cupletista que se in- ‘trodujo en la aleoba le noche que yo no fui velarle, presumen de tener joyas valiosas regaladas por Currito, mienten descarada- ‘mente, Se las compraban ellas y declan que eran obsequtios del torero, El, con quien ex tremé las finezas y con quien no regates aten- ciones, fu€ conmigo, como podrfa demostrar ‘cumplidamente. No es que él intentara adgui rir con elas mi carifio, sino que, como él de- cia muy bien, no era logico que siendo yo su novia y ganando él fanto dinero, no me obse: aquiase como yo me mercela, El sabia perfec: tamente que si yo hubiera querido entregar- fe al mejor postor, un aristocrat habia, asiduo concurrente al teatro Frivolo, que se comprometia a dotarme con cinewenta mil aros. = 106 Fes cuvino kere sh seamen EGS | Yo me entregué a Currito por earifo y | porque supo conguistarme con amor, Ha- biamos nacido el uno para el otro. El me Hevaba justamente un aflo de diferencia, y Jo que past entre nosotros estaba esrito, Mi destino era ser suya, y To fui satisfe- chisima, ongullosa de quella claudicacién que me habia transformado en una mujer. EI trigico final de Curro Mon to en Ia plaza de toros de Madrid, cuando ccupaba el puesto culminante entre los ases de la toreria, cuando era el idolo mimado por los piblicas de toda Espafia, fué el ma- zazo cruel que destror6 mis ilusiones y- mi felicidad, Durante varios dias me parecié atrave- sar por un ensuefio doloroso y alocado y temi que Megara a perturbarse mi razén. Todavia conservo en mis ofdos el grito uni rime de horror que reson6 en a plaza al ver a Curro atravesado por el euerno del Gum ALvano nErAKa [E toro y caer pesadamente al suelo ensangren tado y paid, Fad una tragedia inevitable, que estreme- ci6 de expanto a los presentes y que me pr 6 el sentido, manteniéndome inerte du- ante latgo rato, in que fueran suficientes reanimarme fos esfuerzos de mi madre y las personas que me rodeaban. Yo, que munca solia ir a ver torear a Ci sito, cometi aguella tarde la impradenc dle aceptar unas barreras, y_ bien caro pa Cuando ya recobrada de mi desmayo me Jstiné en ir a la enfermeia, venciendo la cposicén de mi madre, la cuadrilla de Cu- ro se opiso a ini entrada alegando que mi presencia. podria afectar al herido, Pero quello s6lo fué un pretexto, porque Curro estaba ya muerto y fio, Expiré en brazos [de los monosabios que lo recogieron ‘del sue | 0, murmernd dines a —jMadre mia! jMe muero! ‘Ahora, al remover el recuerdo de aque: Ios dias que siguieron 2 su entierro—fer vorose manifestacién de cari que el pue blo de Madrid dispensd a su torero favor to, me parece que mi corazén intenta sal- del pecho oprimid por «na indeserip Con Curro Montes acabs también mi ver= dadera juventud, el rayito azul del amor, todo lo que era mi sinceridad Ahora... ‘Ahora la Vida, implacable, me ha exigi- do que renncie ami dolor, que olvide el Tuto de mi alma y que vuelva a ser la he roina de operttas gafantes, el eterno diablo com faldas, avivador de anhelos voluptuosos. Se duda de la intensidad de mi pasion por je lhombre que ha sido la ilusién de mi vida, y hasta de la fidelidad que he guarda- OS || / acable, me ha exit 112mm sais, do a su amor, porgue el piblico no com- prende que una criatura que como yo ha de | vivir forzosamente de agradarle, carcee de |] E derecho a sufrimiento, sos mismos que hoy me eritiean la fa- |) citidad con que parezco haberme consolado, de cursi si renunciase a agra fa en mis locuras de tiple frivola jensan que yo no t=ngo eorazén, ro lo he tenido munca; otros, que reempla zo con una rapider envidiable, y los otros que mis demostraciones de carifio por él no asaban de ser una comedieta tan divertida P como fas que represento en el escenario. Pero pocos, muy pocos, adivinaran In te- | srible tragedia de la artista que, como yo, ho tiene mis remedio que imponerse a st sentimientos, para no perder si aureola de madona del mal, que es el secreto de sus trinmfos y Ia prasaica Have de 1a. despenss oo i 1 hombre a quien se bajo eal tivado una reputacién tan I ble como fa veces sina gran melan~ ndonar Espafia para querido bilvanar | mn faldas, Ia alegre tiple de fh li fen que un amor nuevo y sereno alivie su |] infec, co ave sguramente ai ces sia a pesar de estas confidencias, en que he fo ofrecer mi alma desnuda, seal lets igen a.vano Rex4 A someon re.de pena, y atraviesa los mares confiada | a 4 EL NUMERO ALMANAQUE | De = LA ‘NOVELA DE HOY | para 1925 |) en efios anteriores, la mas intere- sante, la mds artistica, la mas estd en preparacién, y sera, como | | Jeida entre todas las ediciones li- |) terarias del afio 1924. ; poplars Rei, ONICA ena tando on los puestos de vents tiene contre tada la exlitiva cos low lhstres excRorss Vioents Blasco thsfiez, Pedro Mata, Joaquin Belda, «El Caballero Auiaz>, Eduardo Zamacois, Alberto Insia, Wencesiao Fernandez Flérez, : ie, fada, Fernando Mora, so Vidal y Pianas y otros. HOVELA DE HOY | as more ane bu NTA céntimos ejemplar. | En breve apareceré | ROSA. DE CARNE HISTORIA DE UN LIBRO EROTICO) NOVELA POR | Artemio Precioso | Un tomo de mds de 300 DEMETRIO lujosamente editado (oe Novela_d de Hoy SE i Los amantes de la buena literatu- i = ra deben coleccionar LANOVELA DE NOCHE la biblioteca mas sugestiva y ame- na de cuantas se han publicado ister enEspafla, srs: x: Obras inéditas de los principales autores, ilustradas por los més 2 it eximios dibujantes. :-: :-: tt Coleccione usted :-: 3+: LANOVELA DE NOCHE UNA PESETA VOLUMEN [La Novela de Hoy| See es ee i Muchas Gracias] | 1 T | La Novela de Noche! | Editorial Atlantida : t 4 Calle de Mendizabal, 42. APARTADO 413 ‘Teléfono 74-53 J. | Ua Novela do noche | cumaaggeoe oes | | | | precios DE. SUBSCRIPCION =——. 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