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MI PARED

Toni siempre ha sido muy mujeriego. Ahora acaba de casarse con Marta. En este momento
están terminando de pintar las paredes de la nueva casa que han comprado.
TONI:  Las hemos pintado todas del color que tú has querido (corrige), del color
que hemos querido; vamos a poner los muebles que los dos hemos elegido; esta
es el piso que los dos quisimos. Es nuestro piso, sí. Y estoy contentísimo. Pero
ésta… va a ser mi pared. Lo hablamos, cariño. Me diiiste que sí. Respétamelo, por
favor. Y ahora la pintaré de color rojo. No te he pedido opinión, y no lo haré. Será
roja. Igual dentro de unos meses me canso del rojo y la pinto de color verde o
violeta o marrón, no lo sé. Y no te pediré opinión. Simplemente, la pintaré. Ése fue
el trato. Es una estúpida pared. Metro y medio por no sé cuanto de alto, es la más
pequeña de la casa… pero la necesito. Necesito que esta pared sea mía y solo
mía, poder pintarla del color que quiera, cuando quiera, sin avisarte de que la voy
a pintar, sin contártelo luego. Total, no se ve, ¿quién va a entrar aquí? Es un piso
precioso, lleno de preciosas paredes color crema, con preciosos muebles de
diseño, en un barrio precioso, lleno de niños y columpios; tendremos niños, claro
que sí. Pero ésta será mi pared. Si no te gusta no la mires, cariño. Te quiero. No la
mires. Seremos felices.

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