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Principios de La Administracion Cientifica Administracion Industrial y General
Principios de La Administracion Cientifica Administracion Industrial y General
CIENTIFICA
por Frederick Wins/ow Tay /or
PRINCIPIOS
DE LA
ADMINISTRACION
CIENTIFICA
HENRI FAYOL
ADMINISTRACION
INDUSTRIAL
Y GENERAL
+
l(fllflf LIBRE RIA "EL ATENEO" EDITORIAL
BUENOS AIRES· LIMA· RIO DE JANEIRO ·CARACAS· MEXICO
BARCELONA· MADRID· BOGOTA
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L'.-
PRIMERA PARTE
Necesidad y posibilidad de una enseñanza administrativa
SEGUNDA PARTE
Principios y elementos de administración
C'APITU LO PRIMl-:RO. Prinl'ipios generales de adminisfración. ... . .... . .... 125
lº Uivisión dd trabajo.. . .. . ... . ... .. .. ... . ... .. .. .... ... .. . .. 126
2° Autoridad. - Responsabilidad . .. .. . . ..... .. . .. . . ... . . . . ... .. . 127
3º Disdplina . . . . .. . .. .. ... . . .. ... ...... .. .. ... .. .... ... ... .. 128
4º Unidad de mando . .. . .. .. . ..... ....... . . .. . . . .. .. . ..... ... . . 130
5º Unidad de dim:dón .. .... . . . . . . ... . . . ... .. ...... . ... .. .... . 132
6° Subordinación del interés particular al interés general . . . . . ... . .. . . . . 132
7° Remuneración dl'l personal. . .. .... . . .. ........ ...... . 133
Obreros:
1. Pago por ¡orna! .. . . ... .. .. . ... . .. .. . ... . . .. .. ... ... .. . 134
2. Pago por tarea . . . .... .. .. .... .. 134
J. Pago por pieza . . ... . . .. . . . . . .. ... . . .. .. . . ...... ... .. .. 135
Primas .. . . . .. . . . ......... ... . ... . .... . .... . . .... .... . ... 136
Partídpación en los bl'ncfícios:
Obreros . .. . . . .... .. .. . . . ... ... .. .. . . .. .... ... .. ...... . 137
Jefes medianos. . ... .. . . ....... .. . ...... .. .. .. ...... ..... . . 138
Altos jefes . . . ... ... ...... ... .. .. ....... . . . .. . . .. ... ... .. . 139
Subsidio_s . en especie. - Instituciones de bienestar. Satisfacciones
honorificas. .. . ... .. ... .. ..... ..... .. .... .. ... . .. . . . . . .... 140
8° C'cntralización ......... . . .. . .. . ... . .. . . .. .... .. . .... . . . ..... 141
9° Jcran¡uia ... . ..... . . . . .. .. . . .. . . . . . . . .. . . .. .. .. . . .. .. 142
I0º Ordcn .. ......... . . ... .................................... 144
Orden material. ... ... .. .. .. .. ..... .. ....... . . .. .. .. ...... 145
Orden social. ... . . . .. .. . ... . ....... .. .. . . . . .. ......... . . .. 146
J lº Equidad . . . . . . .. .... . . . . . ... . . . . .. . .. .. . . . . . 147
12 º Estatiilidad dd personal . . . .. . ... ..... 147
13 º Iniciativa .. ..... . . . .. . . . .. . . .. . . .. . .. . . . . . . . . . . .. . .. . .... ... 148
14 º _La unión dd personal ... ..... ... . ... .. . .. . .. . . ... .. .... 149
INDICE GENERAL
. PRINCIPIOS
DE LA
-ADMINISTRACION
CIENTIFICA
Octava edición
Titulo del original en inglés:
THE PRINCIPLES OF SCIENTIFIC MANAGEMENT
Harper y Row, Publishers
New York
t
JNTRODUCCION
El vresidente Roosevelt, en su mensaje a los gobernadores re
unidos en la Casa Blanca, observaba proféticamente que: "La
t:onservación de nuestros recursos nacionales no es sino el pa
so previo al problema más general del rendimiento nacional".
Todo el país reconoció inmediatamente la importancia de con
servar nuestros recursos materiales, y así comenzó un gran
movimiento cuyas consecuencias prácticas serán inmensas. Sin
embargo, hasta ahora, solo hemos apreciado vagamente la im
portancia de este "problema más general de aumentar nuestra
})roducción nacional".
Nos es dable ver nuestros bosques devastados, nuestras fuer
zas hidráulicas maigastadas, nuestras tierras arr:·sadas por
el mar en las inundaciones; el agotamiento de nuestros yaci
mientos de carbón y de hierro se halla próximo. Pero nuestro
gran derroche de esfuerzo humano, que ocurre diariamente
por incompetencia, mala dirección o incapacidad, al cual Roo
sevelt considera como una pérdida de "rendimiento nacional",
es menos visible, menos tangible y solo vagamente apreciado.
Podemos ver y comprobar fácilmente el derroche de las cosas
materiales. Pero los movimientos torpes, ineficientes o mal di
rigidos de los hombres no dejan nada visible o tangible detrás
de ellos. Su apreciación exige 1m esfuerzo de memoria y de
imaginación. Y por esta razón, a pesar de que nuestra pérdida
diaria de mano de obra es mayor que la de nuestro derroche
de cosas materiales, ésta nos ha conmovido hondamente, mien
tras que aquélla apenas nos ha impresionado.
Hasta ahora: no ha habido agitación pública en favor de "un
mayor rendimiento nacional"; ninguna asamblea ha sido con
votada para considerar la manera de lograrlo. Y sin embargo,
8 FREDERICK WINSLOW TAYLOR
FUNDAMENTOS DE LA ADMINISTRACION
CIENTiflCA
LIMITACIÓN DE LA PRODUCCIÓN
"como base para el trabajo por pieza hará que simulen traba
"jar, tanto como sea posible.
"No obstante, es precisamente bajo el sistema de trabajo por
"pieza cuando se desarrolla a la perfección el arte de simulación
"sistemática de trabajo. Cualquier obrero, después que el pre
"cio por pieza de su trabajo ha sido rebajado dos o tres veces
"como resultado de haber trabajado más intensamente y au
"mentado su producción, posiblemente .se apartará del punto
"de vista de su patrón y se obstinará en evitar toda nueva re
"ducción de la tarifa, siempre que la simulación de trabajo pue
"da evitarla.. Desgraciadamente para el carácter del obrero, la
"simulación de trabajo implica un intento deliberado de des
"pistar y engañar a su patrón, por lo cual muchos obreros rec
"tós y leales se ven obligados a volverse más o menos hipócri
"tas. El patrón es muy pronto visto c9mo un antagonista, cuando
"no como un enemigo, y la confianza mutua que debiera existir
"entre el jefe y sus subordinados, el entusiasmo, el. sentimien
"to ·de que todos ellos están trabajando para el mismo fin y
"tendrán participación en los resultados, falta por completo."
"Este antagonismo, nacido del sistema común de trabajo por
"pieza, lle�a a ser tan marcado en muchos casos en los obreros,
"que cualquier proposición hecha por sus patrones, por más
"razonable que sea, es m!rada con desconfianza, y la simulación
"de trabajo llega a ser un hábito tan fijo que los obre!ºª fre
" cuentemente se afanan por restringir la producción de las
"máquinas que conducen, aun cuando un gran aumento en la
·•producción no les ocasione recargo de trabajo."
Tercero: En cuanto a la tercera causa de trabajo lento, más
adelante dedicaremos un considerable espacio para demostrar
el gran beneficio tanto para los patrones como para los emplea
dos, que se obtiene sustituyendo los métodos empíricos por mé
todos científicos, aun en los menores detalles de cada especie de
trabajo. El enorme ahorro de tiempo y, por lo tanto, el aumento
en la producción que se obtienen mediante la eliminación de
los movimientos innecesarios y la sustitución de los movimien- ·
tos lentos e ineficientes por movimientos rápidos, solamente
pueden ser plenamente comprendidos después que uno ha visto
personalmente la mejora que resulta de un estudio completo del
movimiento y el tiempo realizado por un hombre competente.
22 FREDERICK WINSLOW TAYLOB
CAPÍTULO SEGUNDO
2 Por ejemplo, los registros que contienen los datos usados en la admi-
nistración científica, en un taller común de maquinarias, llenan miles de
páginas.
PRINCIPIOS DE LA ADMINISTRACION CIENTIFICA 31
obrero es preparado enteramente por la administración, con un
día de anticipación por lo menos, y cada obrero recibe en la;
mayoría 9-e los casos instrucciones escritas completas descri-
biendo ert detalle la tarea que debe realizar, como asimismo los
procedimientos que habrán de ser usados al efectuar el trabajo.
El trabajo así preparado con anticipación constituye una tarea
que el obrero no cumple por sí solo, puesto que en la mayoría
de los casos representa el esfuerzo común de éste y de la ad-
ministración. En esta forma, no solo se especifica lo que ha de
hacerse, sino también cómo debe hacerse y el tiempo exacto
concedido para realizarlo. Y siempre que el obrero logra efec-
tuar su tarea correétamente y dentro del tiempo límite especi-
ficado, recibe un aumento del 30 al 100 por ciento de su salario
ordinario. El trabajo de cada obrero es cuidadosamente pro-
yectado, de manera tal que su ejecución exija una tarea cons-
ciente y prolija, pero ejecutada a una velocidad tal que en
ningún caso le exija un ritmo de trabajo que sea perjudicial
para su salud. La tarea es siempre regulada de modo que el
obrero que la desempeña sea capaz de trabajar durante años
bajo este sistema sin temor de cansancio.
La administración científica consiste en gran parte en prepa-
rar y ejecutar tales tareas.
Tal vez para la mayoría de los lectores los cu,atro elementos que
diferencian la nueva de la antigua administración parecerán
simples frases sin_ mayor trascendencia. No pretendo conven-
cer al lector del valor de esos elementos mediante su sola enun-
ciación.
EJEMPLOS PRACTICOS DE LA FUERZA Y EFECTO
DE LOS PRINCIPIOS FUNDAMENTALES
les, pero no por ello dejaba de ser una guerra que con el tras-
curso del tiempo se hizo más y más encarnizada. U lilé de to-
dos mis recursos para hacerles realizar un trabajo diario ra-
zonable, tal como despedir o rebajar los salarios de los obreros
más obstinados en no mejorar iU rendimiento; rebajar el pre-
cio del trabajo por pieza, contratando obreros nuevos y ense-
ñándoles personalmente la manera de hacer el trabajo, hacién-
doles prometer que una vez aprendido el oficio trabajarían de
la misma manera. Cuando los obreros agotaron todos los me-
dios de presión, tanto dentro como fuera de la fábrica, sobre
los que se q_ecidían a aumentar su producción, se vieron obli-
gados a hacer lo mismo que los otros o a irse. Nadie que no
haya realizado esta experiencia puede tener una idea de la
amargura que se experimenta en esta lucha. En una guerra
de esta naturaleza, los obreros tienen un recurso que resulta
ger.eralmente eficaz. Ellos se ingenian para que las máquinas
se rompan o dañen -aparentemente por accidente o en el cur-
so regular del trabajo- y siempre echan la culpa al capataz,
diciendo que los ha obligado a exigir tanto de la máquina que
ésta se deteriora rápidamente. Por supuesto, hay muy pocos
capataces que pueden hacer frente a la presión de todos los
obreros del taller. En este caso, el problema se complicó por
el hecho de que el taller funcionaba de día y de noche.
Sin embargo, tenía en mi favor dos ventaJas no poseídas por
el capataz ordinario, que provenían, cosa curiosa, del hecho
de no ser hijo de obrero.
Primero: Como mis padres no eran obreros, los dueños de la
compañía comprendieron que defendía los intereses de la fá-
.brica con más sinceridad que los otros obreros, y por lo tanto
tenían más confianza en mi palabra que en la de los mecáni-
cos que estaban bajo mis órdenes. Por consiguiente, cuando
los mecánicos informaron al jefe que las máquinas se deterio-
raban porque un capataz incompetente las forzaba excesiva-
mente, aceptó mi explicación de que los obreros rompían de-
liberadamente las máquinas como parte de la guerra del trabajo
por pieza que se estaba desarrollando, lo que le permitió decir
a los autores de ese vandalismo: "No deberán ocurrir más
acci9entes en las máquinas de este taller. Si alguna pieza se
rompe, el obrero a cargo de la máquina deberá pagar por lo
menos una parte del costo de su reparación, y las multas ob-
ten.idas de esta manera serán todas entregadas a la asociación
PRINCIPIOS DE LA ADMINISTRACI0N CIENTIFlCA 89
.nutual de ayuda a los obreros enfermos." Esta medida detu-
vo las roturas intencionales de máquinas.
Segundo: Si yo hubiera sido obrero y hubiera vivido su vida
éstos hubieran ejercido una presión tal que toda resistencia
de mi parte hubiera sido imposible. Me hubieran llamado
"carnero", y otros nombres detestables, cada vez que me vie-
ran en la calle; mi esposa hubiera sido injuriada, y mis hijos
apedreados. Una o dos veces, algunos obreros amigos me
aconsejaron que no volviera a pie a mi casa, situada a cerca de
dos millas y mttdia de la fábrica, por un camino solitario que
corría al costado de la vía férrea. Me dijeron que no era un
camino seguro y que mi vida estaba en peligro. En casos se-
mejantes una manifestación de timidez aumenta más bien que
disminuye el peligro, por lo que respondí a esos obreros que
informaran' a sus camaradas que volvería a mi casa todas las
noches por el mismo camino; que nunca había llevado ni lle-
varía armas de ninguna naturaleza, y que podían irse al dia-
blo, si querían.
Después de cerca de tres años de esta lucha, la producción de
las máquinas había aumentado, en muchos casos duplicado, y
como resultado de esto me habían ascendido sucesivamente
has~ el cargo de jefe del taller. Sin embargo, para cualquier
hombre de pens'amientos rectos este triunfo de niriguna ma-
nera recompensa las relaciones tirantes que necesariamente
se producen con los subordinados. Una vida que e1 una conti-
nua lucha apenas vale la pena de ser vivida. Los obreros ami-
gos me preguntaban continuamente, en forma personal y amis-
tosa, si verdaderamente les beneficiaba el aumento de la
producción.
Y en mi calidad de hombre sincero, me veía obligado a respon-
derles que si yo estuviera en lugar de ellos me opondría a pro-
ducir más trabajo, tal como ellos lo estaban haciendo, puesto
que bajo el sistema de trabajo por pieza no ganarían mejores
salarios, a pesar de que se les hacía trabajar más fuerte.
Por lo tanto, poco después de haber sido nombrado jefe, me
decidí a cambiar de alguna manera el sistema de administra-
ción; de manera tal que los intereses de los obreros y de la
empresa llegaran a ser comunes en lugar de antagónicos. Des-
pués de cerca de tres años comenzó a aplicarse el tipo de admi-
nistración descrito en los artículos presentados a la American
40 FREDERICK WINSLOW TAYLOR
este ritmo. El octavo obrero, que era capaz de hacer ese tra-
bajo, no era en ningún sentido superior a sus camaradas. Se
asemejaba simplemente al buey, ejemplar humano no raro,
pero difícil de encontrar y, por lo tanto, muy apreciado. Era
un obrero tan torpe que resultaba incapaz de efectuar cualquier
otra clase de trabajo de carga. Por lo tanto, la selección no
implica la necesidad de encontrar individuos extraordinarios,
sino elegir de entre obreros más comunes los ,pocos especial-
mente capacitados para este ti_po de trabajo. Y aunque en esa
cuadrilla determinada, solamente un obrero entre ocho era ca-
paz d~ hacer el trabajo, no tuvimos la menor dificultad en con-
seguir todos los obreros capacitados que se necesitaban, sea en
el mismo taller o en los de las localidades vecinas.
En el sistema de "iniciativa e incentivo" la actitud de la direc-
ción consiste en "dejar el trabajo a los obreros". Por lo tanto,
¿ qué posibilidad habría, bajo el tipo antiguo de dirección, de
que esos obreros se seleccionaran a sí mismos para el manipuleo
de lingotes de hierro? ¿ Estarían dispuestos a deshacerse de
siete de cada ocho obreros de su propia cuadrilla y conservar
solamente al octavo, más capacitado? ¡No! Hubiera sido impo-
sible que ellos se seleccionaran por sí mismos, correctamente.
Aun en el caso de que comprendieran plenamente la necesidad
de seleccionarse con el objeto de obtener salarios altos (y no
son lo suficientemente inteligentes para comprender correcta-
mente esta necesidad), el hecho de que sus amigos o parientes
que se hallaran trabajando al lado de ellos fueran temporaria.-
mente despedidos por no hallarse capacitados para esa clase
de trabajo, les- impediría seleccionarse correctamente por sí
mismos, es decir, eliminar a los siete obreros incapaces inclui-
dos en cada grupo de ocho.
Existe aún la posibilidad, bajo el tipo antiguo de administra-
ción, de inducir a esos cargadores de lingotes --después de ha-
ber sido correctamente seleccionados-, a que trabajen de
acuerdo con la ciencia de su oficio, alternando los períodos de
trabajo con descansos científicamente determinados. Como yá
se ha dicho, la idea esencial de los tipos ordinarios de adminis-
tración consiste en que cada obrero conozca más su oficio que
aquéllos que lo dirigen, y que, por lo tanto, los detalles de eje-
cución del trabajo deben ser dejados a su iniciativa. La idea,
pues, de tomar un obrero después de otro y adiestrarlo, con un ·
hombre competente, en nuevos hábitos de trabajo, hasta que
PRIN'CIPIOS DE LA ADllIINISTRACION CIENTIFICA 47
trabaje continua y habitualmente de acuerdo con leyes cien-
tíficas, es completamente opuesta a la antigua idea de que cada
obrero puede establecer mejor su propia manera de hacer el
trabajo. Además, el obrero má;;; capacitado para cargar lingo-
tes de hierro es demasiado torpe para adiestrarse correcta-
mente por sí mismo. Así se verá que con los Lpos ordinarios
de administración no hay ni qué pensar en remplazar el empi-
rismo por el conocimiento científico, en seleccionar científica-
mente a los obreros e inducirlos a trabajar de acuerdo con esos
principios científicos, ya que la filosofía de la antigua admi-
nistración hace recaer toda la responsabilidad en los obreros,
mientras que la filosofía de la nueva administración la hace
recaer en gran parte en la dirección.
La mayoría de los lectores se sentirá conmovida ante la posi-
bilidad de que 7 de cada 8 de los cargadore;;; de lingotes fueran
despedidos del trabajo. Este sentimiento es completamente
superfluo, puesto que casi todos ellos recibieron inmediatamen-
te otros ti,:~bajos en la Bethlehem Steel Company. Y, por cier-
to, la eliminación de esos obreros de la tarea de trasportar lin-
gotes, para la cual se hallaban realmente incapacitados, fue
una ventaja para ellos miamos, pues se les pudo proporcionar
trabajo para el cual eran particularmente aptos y en el cual,
después de recibir un adiestramiento adecuado, pudieron ganar
salarios más elevados.
Aunque el lector pudiera hallarse convencido de que existe una
ciencia en el manipuleo de lingotes de hierro, es más que pro-
bable que considere con excepticismo la existencia de una cien-
cia para llevar a cabo otras clases de tareas. Uno de lo;; pro-
pósitos principales de este libro es convencer a los lectores de que
cada acto individual del obrero puede ser reducido a una cien-
cia. Con la esperanza de convencer plenamente al lector de este
hecho, expondremos varios ejemplos simples de entre los miles
que tenemos a mano.
TRABAJO DE PA'.LA
Sistema nuevo.
Sistema antiguo Trabajo por
tarea
Número de trabajadores ........... . 400 a 600 140
Promedio de toneladas por obrero y
p0r día ...............•.•.....• 16 59
Promedio de salario por obrero y por
día ............•.•.....•....... $ 1,15 $ 1,88 *
Promedio del costo de manipuleo de
una ton~ada ................•.. $ 0,072 $ 0,033
En dólares.
Durante ese año la economía resultante de la aplicación del nue-
vo sistema ascendió a $ 36.417 ,69, y durante los 6 meses si..
guientes, cuando todo el trabajo de la playa se realizaba sobre
la base de trabajos por tareas, la ecQJ1omía fue de $ 75.000 a
$ 80.000 por año.
Tal vez el más importante de todos los resultados logrados fue
el efecto producido sobre los mismos trabajadores. Una inves-
tigación minuciosa de las condiciones físicas de estos obreros
demostró qúe de los 140 considerados, solamente dos eran be-
bedores habituales. Esto no significa, por supuesto, que mu-
chos. de ellos no bebiesen ocasionalmente. El hecho es que, co-
mo a un bebedor consuetudinario le resultaría casi imposible
mantener el ritmo de trabaJo fijado, la mayor parte de los
obreros se volvieron prácticamente sobrios. Muchos, si no la
mayoría de ellos, ahorraban dinero, y todos vivían mejor que
antes. Esos obreros tonstituían el mejor cuerpo de trabajado-
res seleccionados que yo haya visto jamás, y consideraban a
sus superiores, sus patrones y sus roa.estros, como sus mejores
amigos; no como a negreros que los forzaran a trabajar con
exceso por salarios ordinarios, sino como amigos que les ense-
ñaban y ayudaban a ganar salarios mucho más elevados q:ue
anteriormente.
Hubiera sido absolutamente imposible a cualquier persona des-
pertar una rivalidad entre esos obreros y sus patrones. Esto
representa un ejemplo muy simple aunque concluyente de lo
que significan las palabras "prosperidad para el obrero, aso-
ciada a la prosperidad para el patrón", que constituyen los dos
propósitos principales de la dirección. Es evidente también
que este resultado ha sido obtenido mediante la aplicación de
los cuatro principios fundamentales de la administración cien-
tífica ya definidos.
PRINCIPIOS DE LA ADMINISTRACION CIENTIFICA 53
TRABAJO DE ALBAÑILERÍA
CORTE DE METALES
CONCLUSIONES
Se dirá, sin duda, que en todo lo que precede no hay nada que
no haya sido dicho antes. Es muy probable que esto sea cierto.
La administración cientifica no encierra necesariamente nin-
guna gran invención ni el descubrimiento de hechos nuevos o
PRINCIPIOS DE LA .A.DMINISTRACION CIENTIFIOA 99
ADMINISTRACION
INDUSTRIAL
Y GENERAL
Previsión - Organización - Mando
Coord}nación - Control
Duodécima edición
Titulo del original en francés:
ADMINISTRATION INDUSTRIELLE ET G~.Nl!1RALE
Prévoyance - Organlsation • Commandement
Coordination - Contróle
CAPÍTULO PRIMERO
DE.FINICION DE LA ADMINISTRACION
El conjunto de las operaciones que realizan las empresas puede
dividirse en seis grupos, a saber:
lQ Operaciones técnicas (producción, ·fabricación, trasforma�
ción);
29 Operaciones comerciales (compras, ventas, permutas);
39 Operaciones financieras (búsqueda y .adm i nistración de
capitales);
4Q Operaciones de seguridad (protección de bienes y de per
eonas);
5Q Operaciones de contabilidad (inventario, balance, precio de
costo, estadística, etc.) ;
6Q Operaciones admíni3tratívas (previsión, organización, man
do, coordinación y control).
Estos seis grupos de operaciones o funciones esenciales existen
siempre en toda empresa, sea ésta simple o compleja, pequeña
o grande.
]08 RI FAYOL
1 Q FUNCIÓN TÉCNICA
El nú�ero, la variedad y la importancia de las operaciones téc
nicas; la circunstancia de que los productos de cualquier natu
raleza (materiales, intelectuales, morales) salen generalmente
de las manos del técnico; la enseñanza casi exclusivamente téc
nica de nuestras escuelas profesionales; las ventajas acordadas
a los técnicos... ; todo contribuye a dar a la función técnica, y,
en consecuencia, a la capacidad técnica, una importancia que
redunda en detrimento de las otras ca·pacidades, tan necesarias
y a veces ,más útiles para la marcha y la prosperidad de las
empresas.
Sin embargo, la función técnica no es siempre la más importan
te de todas. Aun en las empresas industriales, hay circunstan-
. cias en que cualquiera de las otras funciones puede tener sobre
la marcha de la empresa una influencia mucho mayor que la de
la funci<$n técnica.
Es necesario recordar siempre que las seis funciones esenciales
se •hallan entre si en una estrecha dependencia. La función téc
nica, por ejemplo, no puede subsistir sin materias primas y sin
mercados para sus productos, sin capitales, sin seguridad y sin
previsión.
2Q FUNCIÓN COMERCIAL
La prosperidad de una empresa industrial depende frecuente
mente de la función comercial tanto corno de la función técnica;
si el producto no circula se produce la ruina.
Saber comprar y vender es tan importante corno saber fabricar
bien.
La habilidad comercial, unida a la astucia y a la decisión, impli
ca un profundo conocimiento del mercado y de la fuerza de los
competidores, una larga previsión y, en las grandes empresas,
la aplicación cada vez más frecuente de las '''ententes".
Finalmente, cuando algunos productos pasan en una misma
empresa de un servicio a otro, la función comercial vigila para
que los precios fijados po:r la a.utoridad superior -los llamados
precios de orden- no sean la fuente de peligrosas ilusiones.
ADMINlSTRAClON INDUSTRlAL Y GENERAL 109
39 FUNCIÓN FI.N.A:NCIERA
Nada se hace sin su intervención. Se necesitan capitales para
el pago de salarios al personal, para la adquisición de inmuebles,
útiles y materias primas, para el pago de dividendos, para la
realización de mejoras, para la constitución de reservas, etcéte
ra. Es indispensable una hábil gestión financiera a fin de pro
curarse capitales, para obtener el mayor provecho ·posible de las
disponibilidades, para evitar compromisos imprudentes.
Muchas empresas que hubieran ·podido tener una vida próspera,
sufren la enfermedad de la falta de dinero.
Ninguna reforma, ninguna mejora es posible sin disponibilida
des o sin crédito.
Es una condición esencial del éxito tener constantemente a la
vista la situación financiera de la empresa.
49 FUNCIÓN DE SEGURIDAD
Tiene la misión de proteger los bienes y las personas contra ac
cidentes, tales como el robo, el incendio y la inundación; de evi
tar las huelgas, los atentados y, en general, todos los obstáculos
de orden social que puedan comprometer la marcha y hasta la
vida de la empresa.
Es el ojo del amo, es el perro de guardia de la empresa rudimen
taria, es la policía, es el ejército en el Estado. Es, de una mane
ra general, toda medida que da a la empresa la seguridad y al
personal la tranquilidad de espíritu que tanto necesita.
59 FUNCIÓN DE CONTABllJD.A:D
Constituye el órgano de la vista en las empresas. Debe permitir
conocer, en cualquier momento, dónde se está y a dónde se va.
Debe dar informes exactos, claros y precisos sobre la situación
económica de la empresa.
Una buena contabilidad, simple y clara, que dé una idea exacta
de las condiciones de la empresa, es un poderoso medio de
dirección.
Para esta función, como para las otras, se necesita cierta ini
ciación. La indiferencia que se tiene hacia ella, en las grandes
escuelas industriales, demuestra que no se sabe apreciar los
servicios que presta.
110 HENRY F.\YOI.
CAPÍTULO SEGUNDO
CUADRO Ne;> 1
GRA N E M PRE SA
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DE SEGURIDAD 10 10
10 20
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100 (f) 100 (e) wil. (C.) • fb) wlf (a)
CAPACIDADES :
ADMINISTRATIVA
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TÉCNICA
EfflpfeS,(I de.l Estada
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CiO
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Empresa muy grande
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C,an Empresa
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Empresa mediana
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Empcesa rudimentaria
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DE CONTABILIDAD ■11J1•■111111■111111 8. • • • • • • • 10 10 10 10 10
5
100 (r) ioo (q) ITii (p) frJ'á (o) Too(n) ITii (m)
CUADRO N9 4
C11Arnw N.., r►
111¡,orlancia rdaliva de las diver::1as capacidades necesarias a las diferentes categorías de agentes de una gran
empresa metalúrgica
CAPACIDADfS : JefH di? DMsim Jefet de Tatler ~ Obrews
AOMINISTRAHVA -
T[CNICA ~
100{c} UO(a)
COMfRCfAL e=.-=]
flNANClí RA c::::J
0[ SEGURIDAD -=-=--
0[ CONTABILIOAO 11111111111 Jefe del
Servicio Técnico
Oirecc1on Y su
Accionistas % Consejo de Estado Mayor %
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120 HENRI FAYOL
EMPRESAS DIVERSAS
Un estudio de las capacidades necesarias a los agentes y a los
jefes de las empresas de cualquier naturaleza conduce 6 las
.\DMINISTRACION INVt::STRIAL Y G�:NERAL 121
CAPÍTULO TERCERO
CAPÍTULO PRIMERO
2. AUTORIDAD - RESPONSABILIDAD
La autoridad consiste en el derecho de mandar y en el poder de
hacerse obedecer.
Se distingue en un jefe la autoridad legal inherente a la fun
ción y_ la autoridad perso'l'l,a[ formada de inteligencia, de saber,.
de experiencia, de valor moral, de aptitud de mando, de serví-
clos prestados, etcétera. En un buen jefe la autoridad personal
es el complemento indispensable de la autoridad legal.
No se ·concibe la autoridad sin'.la ·responsabilidad, es decir, sin
una sanción -recompensa o penalidad- que acompaña al ejer
cicio del poder. La responsabilidad es un corolario de la auto
ridad, su consecuencia natural, su contrapeso indispensable.
En cualquier lugar donde se ejerza la autoridad, nace una
responsabilidad.
La necesidad de sanción, que tiene su fuente en el sentimiento
de justicia, es confirmada y acrecentada por la consideración
de que, en beneficio del interés general, es menester alentar
las acciones útiles e impedir las que no tienen este carácter.
La sanción de los actos de la autoridad forma parte de las
condiciones esenciales d_e una buena administración. En la prác
tica dicha sanción es generalmente difícil de aplicar, sobre
todo en las grandes empresas: es necesario establecer primero
el grado de responsabilidad y después la cuantía de la sanción.
Pues, si es relativamente fácil establecer la responsabilidad
de los actos de un obrero y la escala de sanciones correspon
dientes, la tarea es más ardua con respecto a un capataz, y a
medida que se asciende en la linea jerárquica de las empresas,
que las operaciones son más complejas, que el número de los
128 HENRI FAYOL
4. UNIDAD DE MANDO
Para la ejecución de un acto cualquiera un agente solo debe re
cibir órdenes de un jefe.
Esa es la regla de la "unidad de mando", que es de una necesi
dad general y permanente y cuya influencia sobre la marcha
de los negocios es por lo menos igual, a mi criterio, a la de cual
quier otro principio; si es vi_olada, la autoridad se resiente, la
disciplina se compromete, el orden se perturba, la estabilidad
se altera . . . He elevado esta regla a la categoría de principio,
porque la considero fundamental.
Desde el momento en que dos jefes ejercen su autoridad sobre
el mismo hombre o sobre el mismo servicio, se deja sentir un
malestar; si la causa persiste, aumenta la confusión, la enfer
medad aparece lo mismo que en un organismo animal moles
tado por un cuerpo extraño, y se observan las consecuencias
siguientes:
ADMINISTRACION INDUSTRIAL Y GENERAL 131
5. UNIDAD DE DIRECCION
Este princ1p10 puede expresarse así: Un solo jefe y un solo
programa para un conjunto de operaciones que tienden al mis
mo fin.
Es ésta la condición necesaria de la unidad de acción, de la co
ordinación de fuerzas y de la convergencia de esfuerzos.
Un cuerpo de dos cabezas es, en el mundo social como en el
mundo animal, un monstruo. No vale la pena que viva.
Es necesario no confundir. Unidad de dirección (un solo jefe,
un solo programa) con Unidad de mando (un agente no debe
recibir órdenes sino de un solo jefe). La unidad de dirección se
crea mediante una buena constitución del cuerpo social; la uni
dad de mando depende del funcionamiento del personal.
La unidad tfe mando no puede existir sin la unidad de direc
ción, pero no deriva de ésta.
OBREROS
PRIMA�
Veamos:
'I'eniendo en cuenta todos los factores que intervienen, es im=
posible determinar la parte que corresponde a la actividad o
ha:bilidad más o menos grande de qn, obrei:o sobre el resultado
final de una gran empresa. Ella es, por\:itra parte, completa
mente insignificante. La parte que podría corresponderle sobre
un dividendo distribuido sería a lo sumo de algunos céntimos
sobre un salario, por ejemplo, de cinco .francos; mientras que
el menor esfuerzo suplementario -un golpe "de azadón, un gol
pe de lima-- acrecentando directamente su· salario. sería más
ventajoso para él. El obrero no tiene , por consiguiente, ningún
interés en ser remunerado mediante una pa:r,ticipación en los
'beneficios proporcional a la acción que él mismo ejerce sobre
éstos.
Es de hacer notar que el aumento de los salarios que en la ma
yor parte de los grandes negocios se ha producido en los últi
mos veinte años, representa una suma total superior al monto
'de los dividendos distribuidos al capitar.
La participación neta, real, de los obreros en los beneficios de
las grandes empresas no ha entrado aún en la práctica de los
negocios.
Jefes medianos. - La participación de los capa.taces, jefes de
taller e ingenieros sobre los beneficios de la empresa no está
mucho más adelantada que la de los obreros; sin embargo, la
influencia de estos agentes sobre el resultado de la empresa es
más considerable. Si no 'están regularmente interesados en los
beneficios, no puede ser sino porque la fórmula de su partici
pación es difícil de determinar. -
Sin duda, los jefes no tienen necesidad de un estimulante pecu-
niario para desempeñar íntegramente su función, pero no son
indiferentes a las satisfacciones materiales, y bien puede admi
tirse que la esperanza de un beneficio adicional excite su celo.
Cuando sea posible, también debe acordarse a los agentes me
dianos una participación en los beneficios.
El problema es relativamente :C,ácil en los negocios nuevos o
que atraviesan por dificultades económicas, en los cuales un es
fuerzo excepcional puede dar importantes resultados. La parti
cipación puede entonces aplicarse sobre el conjunto de los be
neficios de la empresa, o solamente sobre el movimiento del
servicio a cargo del agente interesado.
ADMINISTRACION INDUSTRIAL Y GENERAL 139
9. JERARQUIA
e
D
E o
F •·----- p
G a
se en cada peldaño, subir después desde P hasta A y descender
desde A hasta F para volver al punto de partida.
Es evidentemente mucho más simple y más rápido ir directa
mente desde F a P, siguiendo el camino directo F-P. Y esto
es lo que se hace más a menudo.
El principio jerárquico quedará salvaguardado si los jefes E
y O han autorizado a sus agentes respectivos F y· P a entrar
en relaciones directas; y la situación quedará completamente
regularizada si F y P informan inmediatamente a sus jefes
respectivos sobre lo que han hecho de común acuerdo.
Si F y. P quedan de acuerdo y sus operaciones son aprobadas
por sus jefes inmediatos, las relaciones directas pueden pro
seguir; desde el instante en que el acuerdo desaparece o que
la aprobación de los jefes falta, las relaciones directas cesan
y la vía jerárquica queda inmediatamente restablecida.
Tal es el régimen de hecho que existe en la gran mayoría de
los negocios. Implica el hábito de cierta iniciativa en todos los
grados de la escala jerárquica.
En la pequeña empresa es fácil olvidar el interés general, es
decir, el de la propia empresa, pero el patrón está allí para
recordar este interés a los que intentaran olvidarlo.
En el Estado el interés general es una cosa tan compleja, tan
vasta, tan lejana, que no es fácil formarse de él una idea pre
cisa; y el patrón es una especie de mito para la casi totalidad
de los funcionarios. Si no es sin cesar reavivado por la auto
ridad superior, el sentimiento del _interés general se esfuma,
144 HENRI FAYOL
10. ORDEN
Es conocida la fórmula del orden material: Un lugar para cada
cosa y cada cosa en su lugar. La fórmula del orden social es
ADMINISTRACJON INDUSTRIAL Y GENERAL 145
ORDEN SOCIAL
EJ.-,EMENTOS DE ADMINIS'TRACION
J9 PREVISION
CARACTERES GENERALES
DE UN BUEN PROGRAMA DE ACCIÓN
Nadie discute la utilidad del programa de acción; es indispensa
ble que antes de obrar se sepa bien qué es lo que se puede y lo
que se quiere. Es sabido que la ausencia del programa ocasiona
hesitaciones, falsas maniobras y cambios intempestivos de orien
tación que son causas de debilidad y hasta de ruina para los ne
gocios. No se discute, pues, la cuestión de la necesidad del pro
grama de acción y creo expresar la opinión general aj. afirmar
que es indispensable.
Pero hay programas y programas: simples, complejos, .sucintos,
detallados, de larga o . de corta duración ; unos han sido estudia
dos con minuciosa atención y otros superficialmente; con rela
ción a su calidad los hay buenos, mediocres y malos.
¿ Cómo distinguir los ,buenos de aquellos que no lo son?
Unicamente la experiencia puede pronunciar su juicio soberano
sobre el valor real de un programa, es decir, sobre los servicioit
que puede rendir a la empresa. Además, debe tenerse en cuenta
en qué forma es aplicado. Hay instrumento y artista .
.Existen, sin embargo, algunos caracteres generales sobre los
cuales es posible ponerse previamente de acuerdo, sin necesidad
de esperar que la experiencia se haya pronunciado.
La unidad de programa, por ejemplo. No puede haber sino un
l 54 HEN!ll FAYüL
l. Prei,isione.� a.mtalf:s
Anualmente ,. dos meses después de la terminación del ejercicio,
:-ie confecciona un i11fÓrme general sobre las operaciones y los
reimltados de eRe ejercido. El informe Re refiere especialmente
a In producción, a las ventas , a la :-:ituación técnica, comercial y
financiera, al personal, a los resultados económicos, etcétera.
E1 i11.r,orme es acompañado por preuisiones que tratan los mis
mos asuntos. Estas previsiones constituyen una especie de die-
]56 HENIi! FAYOL
más
Estas diversas consideraciones rebasan el cuadro de las previ
siones anuales y conducen a previsiones de plazo largo,
II. Previsiones decenales
Las previsiones decenales tratan los mismos asuntos que las
anuales.
En el punto inicial ambas son idénticas; las previsiones anuales
se confunden con el primer año de las decenales. Pero a partir
del segundo año aparecen notables divergencias.
Para conservar la unidad de programa es necesario armonizar
anualmente las previsiones decenales con las anuales, si bien al
cabo de algunos años las decenales se han tras'formado general
mente en tal forma que carecen de claridad y se siente la nece
sidad de rehacerlas. Y, en efecto, existe la costumbre de reha
cerlas cada cinco años.
La regla es que las previsiones decenales abarquen siempre una
década y sean rehechas cada cinco años. Así se tiene siempre
una línea de conducta trazada al menos con cinco años de
antelación.·
III. Previsiones especiales
Existen operaciones cuyo ciclo evolutivo excede a uno o a varios
ADMINISTRACfON INDUSTRIAL Y GENERAL 157
TABLA DE MATERIAS
Pal'te técnica
Concesiones. Inmuebles. - Materiales.
Explotación. Fabricación. - Producción.
Trabajos nuevos. - Mejoras.
Conservación de inmuebles y materiales,
Precio de costo.
Parte comercial
Mercados.
Productos disponibles para la venta.
Escritorios. - Ententes.
Clientes: Importancia. Solvencia.
Precios de venta.
Parte financiera
Capital. - Préstamos. - Depósitos.
Provisiones
. . ) Mercaderías
Activo circulante . . . . . • . . . . . . . . . . Deudores
/ Fondos líquidos
Activo disponible.
Reservas y previsiones diversas.
Salarios
Acreedores ..................... . { Proveedores
Varios
Amortizaciones.
Dividendos.
Baríq'u�ros,
Contabilidad
Balance. - Ganancias y pérdidas. Estadistica.
Seguridad
Medidas tomadas contra los accidentes.
Guardianes. - Contencioso. Servicio de sanidad.
Seguros.
Administra.cién
Programa de acc1on.
Organización del personal. - Reclutami��
Mando.
Co'ordinación. Conf érencias.
Controles.
PREVISIONES DECENALES
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GASTOS PARA.TRABAJOS NUEVOS EMPLEO DE LOS BENEFICJ•.)S
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delMf!llº Beneficios I E~i!:n- ¡ Deudores F.ia:Dzas , Deplis'tos ,!,..cr;isdo- Provlsiones Inm:!:bles
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ADMINISTRACION INDUSTRIAL Y GENERAL 161
1
l. La destreza para dirigir a los hombres
En una gran empresa la mayor parte de los jefes de serv1c10
participan en la confección del programa de acción. Esta tarea
se. agrega, por intervalos, al trabajo cotidiano y ordinario; im
plica cierta responsabilidad y no da lugar habitualmente a nin
guna remuneración especial.
Para, obtener de los jefes de servicio, en estas condiciones, una
colaboración leal y activa, se necesita un hábil conductor de
hombres que no tema a la fatiga ni a las responsabilidades. El
hábil conductor de hombres se reconoce en el celo de los subor
dimídos y en la confianza que merece a sus superiores.
2. Actividad
Las previsiones anuales, decenales y especiales exigen por parte
del personal dirigente una permanente atención.
3. Coraje moral
Se sabe perfectamente que el programa mejor estudiado no se
realizará nunca exactamente. Las previsiones no son profecías.
Tienen la finalidad de reducir al mínimo la parte de lo impre
visto.
Sin embargo, el público y hasta los interesados en la empresa
que se hallan más al corriente sobre la marcha de los negocios,
no tienen benevolencia hacia el jefe que había hecho nacer o
dejado nacer esperanzas que no se han realizado. De donde se
deduce la necesidad de cierta prudencia que concilie con la obli-
164 HE'\'llT FAYOL
29 ORGANIZACION
Organizar una empresa es dotarla de todos los elementos nece
sarios para su funcionamiento: materias primas, herramientas
y útiles, capitales, personal.
ADMINISTRACJON INDUSTRIAL Y GENERAL 167
Pueden hacerse en este conjunto de elementos dos grandes divi
siones: el organismo material y el organismo social.
Solamente nos referiremos aquí al segundo.
P1•ovisto de los recursos materiales necesarios, el personal o
cuerpo social debe ser capaz de desempeñar las seis funciones
esenciales, es decir, de ejecutar todas las operaciones que abar
,:-n. la empresa.
(a)
•
(b)
•
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(e)
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(f)
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(g)
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]70 HENRI FAYOL
CU-ADRO NQ 7
FABRICA
Encargados de la..,
Altos hornos ...• Provisiones vigilancia
Jefe de Bervicio { Fab Capataz jefe
ricación
Caja Cajero
CUADRO N9 8
HULLERA
1� división lngeniM"o
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2• división Id.
Trabajos subterrá
neos 3� división Id.
4, división Id.
Servicio d e planos Jefe de ofiéma
Canteras , . . • • Ingeniero
Clasificació� Encr11rg;ido de
vigilancia
Preparación mecá-
nica ....••..• Lavado .•....... Id.
Jefe de servicio
Amalgama Id.
Carbonmación ... , Id.
Laboratorio Químico
Caja Cajero
CUA!DRO NQ 9
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. , Fabricas
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de acero
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"O Fábrica D. Conservación
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Servicio comercial
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3. DIRECCIÓN GENERAL
La Dirección general está encargada de conducir la empresa
hacia su objeto, tratando de obtener el mayor provecho posible
de los recursos de que ésta dispone. Es el poder ejecutivo de la
empresa. Dirige el programa de acción, recluta el personal,
ordena los cambios de destino, asegura y controla la ejecución
de las operaciones.
178 HF;NRI FAYOL
bre e~. i;i. único agente mediante .el cual ios diversos sem-.
cios de dirección se ponen en relación con los obreros. La
característica exterior más sobresaliente de la dirección
administrativa consiste, por el contrario, en que cada obre-
ro, en lugar de estar en relación inmediata con la dirección
por un solo punto de contacto, es decir, por su iefe de equi-
po, recibe directamente sus órdenes cotidianas de ocho
jefes distintos, cada uno de los cuales desempeña una fun-
ción particular (pág. 59) ........................... .
8. Cualidades morales
Se designa a menudo con el término carácter a ciertas cuau:.
dades morales como 1á energía, la firmeza, la honestidad, la
iniciativa; evito el empleo de ese término. a causa de su im-
precisión.
Se exige disciplina, rectitud y abnegación a todos los agentes
de la industria, cualquiera que sea su categoría. La iniciativa
194 11 ¡.: N I! 1 ;: .' Y ti ..
CUADROS DE ORGANIZACIÓN
Los cuadros sínópticos de la forma de los gráficos Nos. 7 y 8
facilitan mucho la constitución y la vigilancia del cuerpo so-
cial. Permiten apreciar de un vistazo el conjunto del organis-
mo, los servicios y sus límites y la escala jerárquica, mejor que
mediante una extensa descripción; atraen la atención sobre los
puntos débiles, tales como las duplicaciones o usurpaciones de
servicio, la dualidad de mando, los puestos desprovistos del ti-
tular, la ausencia de un jefe único, etcétera.
Este modo de representación gráfica conviene a todas las cla-
ses de empresas, a los grandes establecimientos como a los pe-
queños, a los negocios en desarrollo o en decadencia como a loe
que se hallan en el período de creación. En este último caso,
el cuadro de organización es un cuadro con divisiones en las
cuales se anotan los agentes a medida que son reclutados y se
constituyen los servicios.
196 Hf:Nlll J..\Y01
RECLUTAMIENTO
a) MISIÓN DE LA ESCUELA:
29 Enseñanza secundaria.
a) Enseñanza universitaria.
b) Enseñanza e�pecial.
39 Enseñanza primaria.
...__
210
2. ENSEÑANZA SECUNDARIA
La enseñanza secundaria de los liceos tiene por finalidad la
cultura general y por recompensa el bachillerato. No prepara
especialmente para ninguna carrera. Sus alumnos no son más
preparados que los de la escuela primaria para los puestos in-
feriores de la industria y no reciben absolutamente ninguna
preparación para los cargos elevados. Son como una especie
de producto intermedio que necesita una nueva elaboración pa-
ra poder ser utilizado.
Para los futuros ingenieros esta elaboración es efectuada en
las escuelas técnicas superiores, a las cuales llegan los aspiran-
tes después de un año o dos de preparación especial. Si esta
ADMlNISTRACION INDUSTRIAL Y GENERAL. 215
-
finalidad de !facilitar el mando.
El jefe encargado del mando debe :
1Q Tener un conocimiento profundo de su personal;
29 Eliminar a los incapaces;
3Q Conocer perfectamente los convenios que rigen las relacio-
nes entre la empresa y sus age1_1tes;
49 Dar el buen ejemplo;
5Q Efectuar inspecciones periódicas del cuerpo social; auxiliar-
se en estas inspecciones mediante cuadros sinópticos ;
69 Reunir a sus principales colaboradores en conferencias, pa-
ra preparar en ellas la unidad de dirección y la convergencia
de los esfuerzos ;
79 No dejarse absorber por los detalles;
89 Procurar que reine en el personal la actividad, la iniciativa
y la abnegación.
220 HENRI FAYOL
6. CONFERENCIAS E INFORMES
En una conferencia que reúne a su alrededor a sus principales
colaboradores directos, el jefe puede exponer un programa, re-
coger las ideas de cana uno, tomar una decisión y asegurarse
de que sus órdenes son comprendidas y que cada uno conoce la
parte que le corresponde en su ejecución, todo esto en diez ve-
ces menos tiempo que el que se hubiera necesitado para llegar
al mismo resultado sin la realización de la conferencia.
Hasta se puede decir que si estos colaboradores son altos jefes
de servicio, sin contacto frecuente entre ellos mismos y con el
jefe, como sucede a menudo en las empresas muy grandes, no
es posible obtener, sin conferencia, aun a costa de mucho tiem-
po y :molestias, la seguridad y la fuerza que ésta puede dar.
El jefe debe saber todo lo que pasa, sea por si mismo en la pe-
queña unidad, sea indirectamente en la gran unidad.
Los informes verbales y escritos son complementos de vigilan-
cia y de control, de los cuales debe saber servirse.
.ADMINISTRACION INDUSTRIAL Y GENERAL 225
7. No DEJARSE ABSORBER POR LOS DETALLES
49 COORDINACION
Coordinar es establecer la armonía entre todos los actos de una
empresa de manera de facilitar su funcionamiento y procurar
el buen éxito;
Es dar al organismo material y social de cada función las pro-
porciones convenientes para que ésta pueda cumplir su misión
en forma segura y económica;
Es tener en cuenta en una operación cualquiera -técnica, co-
mercial, financiera u otra- las obligaciones y las consecuen-
cias que esa operación acarrea para todas las funciones de la
empresa;
Es fijar la proporción de los gastos con relación a los recursos
financieros, la extensión de los inmuebles y los útiles de acuer-
do con las necesidades de la fabricación, las provisiones con el
consumo, las ventas con la producción;
Es construir la casa ni demasiado grande ni demasiado peque-
ña, adaptar la herramienta a su uso, la vía al vehículo, los pr_o-
cedimientos de seguridad a los peligros;
Es hacer pasar lo accesorio después de lo principal;
Es en suma dar a las cosas y a los actos las proporciones con-
venientes, adaptar los medios al fin.
En una empresa bien coordinada se verifican los hechos
siguientes:
ADMINISTRACION INDUSTRIAL Y GEl'l,RAL 227