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¿Puede un cristiano perder la salvación?

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Antes de que esta pregunta sea respondida, debe ser definido el término
“cristiano.” Un “cristiano” no es una persona que haya dicho una oración, o pasado
al frente, o que haya crecido en una familia cristiana. Mientras que cada una de
estas cosas pueden ser parte de la experiencia cristiana, no son éstas las que
“hacen” a un cristiano. Un cristiano es una persona que ha recibido por fe a
Jesucristo y ha confiado totalmente en Él como su único y suficiente Salvador
(Juan 3:16; (Pues Dios amó tanto al mundo que dio a su único Hijo, para que todo
el que crea en él no se pierda, sino que tenga vida eterna.)
Hechos 16:31; ( Cree en el Señor Jesús y serás salvo,)
Efesios 2:8-9).( Efe 2:8 Dios los salvó por su gracia cuando creyeron. Ustedes no
tienen ningún mérito en eso; es un regalo de Dios.
La salvación no es un premio por las cosas buenas que hayamos hecho, así que
ninguno de nosotros puede jactarse de ser salvo.)

Así que, con esta definición en mente, ¿puede un cristiano perder la salvación?
Quizá la mejor manera de responder a esta importante y crucial pregunta es
examinando lo que la Biblia dice que ocurre en la salvación, y entonces estudiar lo
que implicaría perder la salvación. Estos son algunos ejemplos:

Un cristiano es una nueva criatura. “De modo que si alguno está en Cristo,
nueva criatura es; las cosas viejas pasaron; he aquí todas son hechas nuevas” (2
Corintios 5:17). Estos versos hablan de una persona que se ha convertido
enteramente en una nueva criatura, como resultado de estar “en Cristo.” Para que
un cristiano perdiera la salvación, la nueva creación tendría que ser revertida y
cancelada.

Un cristiano es redimido. “Sabiendo que fuisteis rescatados de vuestra vana


manera de vivir, la cual recibisteis de vuestros padres, no con cosas corruptibles,
como oro o plata, sino con la sangre preciosa de Cristo, como de un cordero sin
mancha y sin contaminación.” (1 Pedro 1:18-19). La palabra “redimido” se refiere a
una compra que ha sido hecha, a un precio que ha sido pagado. Para que un
cristiano perdiera la salvación, Dios tendría que revocar Su compra por la que
pagó con la preciosa sangre de Cristo. 

Un cristiano es justificado. “Justificados, pues, por la fe, tenemos paz para con
Dios por medio de nuestro Señor Jesucristo.” (Romanos 5:1). “Justificar” significa
“declarar justo.” Todos los que reciben a Jesucristo como Salvador son
“declarados justos” por Dios. Para que un cristiano perdiera la salvación, Dios
tendría que desdecirse de lo dicho en Su Palabra y retractarse de lo que Él
declaró previamente. 

A un cristiano se le promete la vida eterna. “Porque de tal manera amó Dios al


mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en Él cree, no
se pierda, más tenga vida eterna.” (Juan 3:16). La vida eterna es una promesa de
vida para siempre en el Cielo con Dios. Dios hace esta promesa - “cree, y tendrás
vida eterna.” Para que un cristiano perdiera la salvación, la vida eterna tendría que
ser retirada. Si a un cristiano se le ha prometido vivir para siempre, ¿cómo
entonces puede Dios romper esta promesa, quitándole la vida eterna?

A un cristiano se le garantiza la glorificación. “Y a los que predestinó, a éstos


también llamó; y a los que llamó, a éstos también justificó; y a los que justificó, a
éstos también glorificó.” (Romanos 8:30). Como lo aprendemos en Romanos 5:1,
la justificación es declarada al momento de la fe en Cristo. De acuerdo a Romanos
8:30, la glorificación está garantizada para todos aquellos a quienes Dios justifica.
La glorificación se refiere a un cristiano recibiendo un perfecto cuerpo glorificado
en el Cielo. Si un cristiano pudiera perder la salvación, entonces Romanos
8:30 sería un error, porque Dios no puede garantizar la glorificación para todos
aquellos a quienes Él predestinó, llamó, y justificó. 

Podrían compartirse muchas más ilustraciones de lo que ocurre en la salvación.


Sin embargo, aún estas pocas hacen abundantemente claro que un cristiano no
puede perder la salvación. La mayor parte, sino todo lo que la Biblia dice que
ocurre a una persona cuando recibe a Jesucristo como Salvador, sería invalidado
si la salvación pudiera perderse. La salvación no puede ser revertida. Un cristiano
no puede ser des-creado como nueva criatura. La redención no puede ser
deshecha. La vida eterna no puede perderse y seguir considerándose como
eterna. Si un cristiano perdiera la salvación, Dios tendría que retractarse de Su
Palabra y cambiar de parecer – dos cosas que la Escritura nos dice que Dios
jamás hace. 

Las objeciones más frecuentes a la creencia de que un cristiano no puede perder


la salvación son; (1) ¿qué hay de aquellos que son cristianos y continuamente
viven una vida inmoral? – y – (2) ¿qué pasa con aquellos que son cristianos, pero
luego rechazan la fe y niegan a Cristo? El problema con estas dos objeciones es
la suposición de que “son cristianos” (1) La Biblia declara que un verdadero
cristiano ya no continuará viviendo una vida inmoral (1 Juan 3:6). (Todo aquel que
permanece en él, no peca; todo aquel que peca, no le ha visto, ni le ha conocido. )
((2) La Biblia declara que alguien que se separa de la fe, demuestra que realmente
nunca fue un cristiano (1 Juan 2:19).( (Esas personas salieron de nuestras iglesias
pero, en realidad, nunca fueron parte de nosotros; de haber sido así, se habrían
quedado con nosotros. Al irse demostraron que no eran parte de nosotros.)

No, un cristiano no puede perder la salvación.


Nada puede separar a un cristiano del amor de Dios (Romanos 8:38-39: nada
podrá jamás separarnos del amor de Dios. Ni la muerte ni la vida, ni ángeles ni
demonios,* ni nuestros temores de hoy ni nuestras preocupaciones de mañana. Ni
siquiera los poderes del infierno pueden separarnos del amor de Dios.).

Nada puede arrebatar a un cristiano de la mano de Dios (Juan 10:28-29 Mis


seguidores me conocen, y yo también los conozco a ellos. Son como las ovejas,
que reconocen la voz de su pastor, y él las conoce a ellas. Mis seguidores me
obedecen,
Jua 10:28 y yo les doy vida eterna; nadie me los quitará. Dios mi Padre me los ha
dado; él es más poderoso que todos, y nadie puede quitárselos.).

Dios quiere y tiene el poder para garantizar y mantener la salvación que Él nos ha
dado. Judas 24-25 dice, (…y también tiene poder para que ustedes puedan
presentarse ante él sin pecado. Se presentarán ante él llenos de alegría, y limpios
y sin mancha, como un vestido nuevo.

El verdadero cristiano que ha nacido de nuevo no practica el pecado ni hace las


cosas que hace el mundo:
1 Juan 5.18 “… todo aquel que ha nacido de Dios no practica el pecado, pues
aquel que fue engendrado por Dios le guarda, y el maligno no le toca”.
Juan 10:27-29 “Mis ovejas oyen mi voz, y yo las conozco, y me siguen, 28 y yo
les doy vida eterna; y no perecerán jamás, ni nadie las arrebatará de mi
mano. 29 Mi Padre que me las dio, es mayor que todos, y nadie las
puede arrebatar de la mano de mi Padre. “

Romanos 8:38-39 “Por lo cual estoy seguro de que ni la muerte, ni la vida, ni


ángeles, ni principados, ni potestades, ni lo presente, ni lo por venir, 39 ni lo
alto, ni lo profundo, ni ninguna otra cosa creada nos podrá separar del amor
de Dios, que es en Cristo Jesús Señor nuestro. “

Ahora veamos que dice la Biblia de los que se llaman cristianos, pero no lo son:
2- Un falso cristiano:
En este versículo explica que los falsos cristianos no permanecen:
1 Juan 2:19 “Salieron de nosotros, pero no eran de nosotros; porque si
hubiesen sido de nosotros, habrían permanecido con nosotros; pero salieron
para que se manifestase que no todos son de nosotros.”
A las personas que dicen que pueden hacer lo que quieran porque son salvos por
gracia, recuerden lo que la misma Biblia dice:
Romanos 6:1-2 “¿Qué, pues, diremos? ¿Perseveraremos en el pecado para
que la gracia abunde? 2 En ninguna manera. Porque los que hemos muerto al
pecado, ¿cómo viviremos aún en él?“
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Flp 3:18 Pues ya les dije varias veces y ahora se los repito de nuevo con lágrimas en los
ojos: hay muchos cuya conducta demuestra que son verdaderos enemigos de la cruz de
Cristo.
Flp 3:19 Van camino a la destrucción. Su dios son sus propios apetitos, se jactan de cosas
vergonzosas y sólo piensan en esta vida terrenal.
Flp 3:20 En cambio, nosotros somos ciudadanos del cielo, donde vive el Señor Jesucristo.
Y esperamos con mucho anhelo que él regrese como nuestro Salvador.
1Jn 3:6 Todo aquel que permanece en él, no peca; todo aquel que peca, no le ha visto, ni le
ha conocido.
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¿Puede alguien perder su salvación como
parece enseñar Hebreos 6:4-6?
Por Alex Carmichael

Han muchas personas que han enseñado y de hecho, continúan haciéndolo, que el pasaje de
Hebreo 6, muestra claramente que un cristiano puede perder la salvación. Si hacemos una lectura
superficial del pasaje en cuestión, parecería que esta es la interpretación correcta. Pero como
ocurre con muchas Escrituras, debemos estar atentos de la “herejía a primera vista”.

Vamos entonces a estudiar este pasaje y ver qué es lo que realmente enseña:

 Hebreos 6:4-6: “Porque es imposible que los que una vez fueron iluminados 1 y gustaron2 y
fueron hechos partícipes del Espíritu Santo, 5 y asimismo gustaron de la buena palabra de Dios y
los poderes del siglo venidero, 6 y recayeron, sean otra vez renovados para arrepentimiento,
crucificando de nuevo para sí mismos al Hijo de Dios y exponiéndole a vituperio.”

Este pasaje plantea la pregunta: “¿Cómo puede ser alguien ‘iluminado’, para después ‘caer’”?
Parecería que este pasaje está hablando de alguien que pierde la salvación. ¿O este pasaje sí
habla de perder la salvación? La clave para responder esta pregunta es descubrir quiénes son,
“ellos” y de qué “recayeron”.

Para empezar, es importante saber que esta sección de Hebreos trata acerca de
apostatas/herejes; aquellos que de alguna forma, parecería ser que abrazaron la verdad, pero que
ahora la han abandonado. También es importante saber cómo los creyentes, a los que
originalmente se les envió este mensaje, entendieron acerca de los “que una vez fueron
iluminados”. Cuando leemos hoy día este pasaje, podríamos pensar que estas personas “fueron
iluminadas” acerca de la verdad o que fueron regeneradas. Pero, ¿fue ésta la intención original del
autor? ¿Y cómo habrán entendido sus lectores este mensaje?

En las Escrituras, “iluminados” no siempre significa “regenerado” o “salvo”. En este versículo se


está hablando de personas que estuvieron involucradas fuertemente en una iglesia. Es como si se
hubieran unido a una congregación, escuchado el Evangelio y ver al Espíritu trabajando en la vida
de los creyentes. Ellos pudieron haber recibido algunas de las bendiciones al formar parte de una
comunidad de pacto, haber confesado públicamente a Cristo y haber sido bautizados. Pero estas
personas en particular, nunca tuvieron un conocimiento de la salvación de Cristo. Recordemos que
en los escritos iniciales del cristianismo, las personas convertidas y bautizadas se les llamaban
“iluminados”.

Otra palabra clave que se debe entender es a quién se refiere los que “gustaron (probaron) del don
celestial”. Como vemos, ellos sólo “gustaron”/“probaron” a Cristo, pero nunca, fueron realmente
convertidos a la fe en Él.

Una persona puede aprender cosas acerca de Cristo, llegando a admirarlo. Esta persona puede
disfrutar de una comunión, pero no tener ningún compromiso duradero con Cristo. Cuando una
persona se arrepiente y tiene fe, se une a Cristo en salvación. Pensemos en la siguiente analogía:
No es lo mismo casarse con alguien a sólo salir en unas pocas citas con esa persona.

Esto es visto en la situación frecuente de las personas que han estado en una iglesia por muchos
años, involucradas en muchas cosas, nunca han faltado a un servicio, y sin embargo, no son
salvas. Ellas han sido “iluminadas” al ver a Dios trabajar; pero sólo les ha gustado lo que sucede,
sin pensar en involucrarse realmente en “eso”. Lo más probable en que hayan participado de la
Cena del Señor, como sugiere el pasaje; pero nunca, habían sido verdaderamente salvos. En otras
palabras, ellos estaban “en la iglesia, pero no eran parte de la Iglesia”. Así que, para ser miembro
de una iglesia y ser “iluminados” por la vida de la Iglesia y ver cómo trabaja Dios, no garantiza la
salvación. Y para el caso, tampoco ser bautizado. El ser “iluminado”, no necesariamente significa
ser “salvo”.

Efesios 1:15-21, usa en el v. 18 la palabra “alumbrando” pero de forma diferente y no significa ser
“salvo”.

 “Por esta causa también yo, habiendo oído de vuestra fe en el Señor Jesús, y de vuestro
amor para con todos los santos, 16 no ceso de dar gracias por vosotros, haciendo memoria de
vosotros en mis oraciones, 17 para que el Dios de nuestro Señor Jesucristo, el Padre de gloria, os
dé espíritu de sabiduría y de revelación en el conocimiento de él, 18 alumbrando3 los ojos de
vuestro entendimiento, para que sepáis cuál es la esperanza a que él os ha llamado, y cuáles las
riquezas de la gloria de su herencia en los santos, 19 y cuál la supereminente grandeza de su poder
para con nosotros los que creemos, según la operación del poder de su fuerza, 20 la cual operó en
Cristo, resucitándole de los muertos y sentándole a su diestra en los lugares celestiales, 21 sobre
todo principado y autoridad y poder y señorío, y sobre todo nombre que se nombra, no sólo en este
siglo, sino también en el venidero;”

Este pasaje, se está refiriendo a un cristiano, alguien que ya está identificada en la “fe en el Señor
Jesús” (v. 15) y Pablo ora para que Dios les dé, “...espíritu de sabiduría y de revelación” (vv. 16-17)
y una vez tengan ese espíritu (sabiduría y revelación), sean “alumbrados” (v. 18) con relación a su
llamamiento. Una vez más, el término “iluminado” no necesariamente es sinónimo de ser “salvo”.
En ambos casos, la palabra griega para "iluminados" y "alumbrandoI" es, “fotízo”; la cual se refiere
al conocimiento doctrinal. Mientras que necesitamos doctrina para la salvación —no podemos tener
fe en cualquier cosa, ¿verdad?— no necesariamente somos salvos por un entendimiento doctrinal.

Al volver a analizar este pasaje, la palabra griega para “alumbrando” se usa para aquellos que ya
son salvos. De igual manera, en el pasaje de Hebreos 6:4-6, la palabra griega para “iluminados” es
para aquellos que no son salvos. La diferencia radica en el pasaje de Efesios 1 donde Pablo se
dirige a los que ya son salvos; pero que de todas formas deben ser “alumbrados” en la doctrina.

Con relación a la palabra “participantes” 4 en Hebreos 3:14, ésta, arroja más luz sobre el tema:
“Porque somos hechos participantes de Cristo, con tal que retengamos firme hasta el fin nuestra
confianza del principio,” No es la aceptación rápida de una persona la que la hace “participante”,
sino solo aquel que ha participado realmente de Cristo y sólo por este hecho, se mantendrá firme.
Pero para mantenerse y no caer, uno tiene que ser un genuino creyente.

La pregunta entonces es: “Si ‘los que una vez’ son los que han ‘gustado/probado de la buena
palabra de Dios’, han visto lo que ha estado sucediendo, visto a Dios trabajando y han estado ‘en
la iglesia pero no son de la Iglesia’; exactamente, ¿de qué han ‘recaído’ de forma que no puedan
ser ‘renovados’ nuevamente ‘para arrepentimiento’?” ¿Y no está esto dando a entender que fueron
inicialmente traídos al arrepentimiento?

En su “Institución de la Religión Cristiana”, Juan Calvino abordó el problema de la “caída”. Él


escribe que, “la experiencia muestra que los reprobados son algunas veces afectados de una
forma similar a los Elegidos”. De hecho, ellos pueden, “sentir verdaderamente la eficacia del
Evangelio”, —y no hay razón por la cual el Señor no podría permitir al reprobado— “gustar algo de
Su gracia”, o “irradiar sus mentes con algunos destellos de Su luz”. Sin embargo, esto se conoce
como una “fe temporal”. Más adelante, Calvino escribe: “No que ellos perciban verdaderamente el
poder de la gracia espiritual y la luz segura de la fe; pero el Señor, para condenarlos mejor y
dejarlos sin excusa, inculca en sus mentes tal sentido de Su bondad como pueda ser sentido sin el
Espíritu de adopción”. Calvino declara que en esta situación, la persona no salva, se aferra a la
“sombra” en vez de aferrarse a la “sustancia”.

Louis Berkhof en su “Teología Sistemática” también cubre “la fe temporal” como distinguida de la
“verdadera fe salvífica”. Él escribe que la fe temporal es como si estuviera “basada en la vida
emocional y busca disfrute personal más que la gloria de Dios”. Esta es la razón por la que no es
difícil de entender por qué esta clase de fe falsa es rápidamente perdida cuando Dios o la iglesia
dejan de ser divertidas y/o pierden su atractivo.

A diferencia de la fe salvífica, Berkhof escribe que la fe temporal, “no está enraizada en un corazón
regenerado”. Él ubica la fe temporal en Mateo 13:18-23.
La Parábola del Sembrador
 Mateo 13:18-23: “Oíd, pues, vosotros la parábola del sembrador: 19 Cuando alguno oye la
palabra del reino y no la entiende, viene el malo, y arrebata lo que fue sembrado en su corazón.
Este es el que fue sembrado junto al camino. 20 Y el que fue sembrado en pedregales, éste es el
que oye la palabra, y al momento la recibe con gozo; 21 pero no tiene raíz en sí, sino que es de
corta duración, pues al venir la aflicción o la persecución por causa de la palabra, luego
tropieza. 22 El que fue sembrado entre espinos, éste es el que oye la palabra, pero el afán de este
siglo y el engaño de las riquezas ahogan la palabra, y se hace infructuosa. 23 Mas el que fue
sembrado en buena tierra, éste es el que oye y entiende la palabra, y da fruto; y produce a ciento,
a sesenta, y a treinta por uno.”

A estas personas en Hebreos, se les dio suficiente arrepentimiento de manera que se convirtieron
en miembros de la Iglesia visible, la cual está compuesta tanto del trigo como de la paja. No todo
aquel que se sienta a su lado en una banca ha sido llevado al arrepentimiento y a la fe.

Esta es la razón por la que ellos han “caído” de la Iglesia visible; no de la salvación. La salvación
es definitiva, ya que el arrepentimiento es un don del Señor. Una vez que Ud. ha sido adoptado en
la familia de Dios, no se le permitirá soltarse:

 Juan 10:27-28: “Mis ovejas oyen mi voz, y yo las conozco, y me siguen, 28 y yo les doy vida
eterna; y no perecerán jamás, ni nadie las arrebatará de mi mano.”

Una vez somos salvos, tenemos una seguridad eterna que es definitiva.

También existe una clase de “caída” que es definitiva. Tenemos que tener en cuenta que esta, no
es solo una simple caída, donde la persona solo deja de asistir a la iglesia; sino de alguien que
renuncia totalmente a Cristo. Una vez caídos, y colocando las cosas de Cristo completamente a un
lado, a ellos simplemente nunca se les dará nuevamente algún grado de arrepentimiento.
Cualquiera que toma tal decisión, nunca fue miembro de la Iglesia invisible.

Esto no significa que aquellos que se desvían, sólo temporalmente, por cualquiera razón no
puedan ser restaurados. Aquellos que no han caído totalmente, que no han llevado al total
vilipendio al Hijo de Dios, de hecho, pueden ser restaurados, siendo llevados al arrepentimiento.
Un pecador que tiene un genuino arrepentimiento sobre el pecado muestra que el Espíritu Santo
está trabajando en su corazón y no está perdido para siempre. Pero aquellos, que de hecho caen
completamente, son imposibles de ser restaurados y Dios no permitirá que quienes hayan
cometido tal apostasía vengan al arrepentimiento.

En cuanto a “crucificar de nuevo” al Hijo y exponiéndolo al vituperio, es similar a la advertencia


dada en Hebreo 10:26-29:
 “Porque si pecáremos voluntariamente después de haber recibido el conocimiento de la
verdad, ya no queda más sacrificio por los pecados, 27 sino una horrenda expectación de juicio, y
de hervor de fuego que ha de devorar a los adversarios. 28 El que viola la ley de Moisés, por el
testimonio de dos o de tres testigos muere irremisiblemente. 29 ¿Cuánto mayor castigo pensáis que
merecerá el que pisoteare al Hijo de Dios, y tuviere por inmunda la sangre del pacto en la cual fue
santificado, e hiciere afrenta al Espíritu de gracia?”

Si alguien deja la Iglesia porque no siente que Jesús es el Cristo o que es el Único Camino, es
como si “pisotearan al Hijo de Dios” y consideraran el sacrificio de Cristo “como algo común”. Lo
que han hecho aquellos que han caído, después de haber recibido el conocimiento de la verdad,
ser “iluminados”, y han ido más allá del punto de arrepentirse por rechazar al Hijo de Dios, es que
se han unido al mismo nivel de aquellos que lo rechazaron y sentenciaron a muerte; de hecho,
crucificaron de nuevo para sí al Hijo. Si hubieran estado en la crucifixión, se habrían unido a la
multitud que gritaba, “¡Dennos a Barrabas!” O, “¡Dennos cualquier otra cosa!” es lo que dice la
persona que abandona a Cristo.

Aun los líderes en la época de Jesús sabían que Él venía de Dios, pero Él declaró lo contrario
cuando se esforzaron en colocarlo en la cruz. Aquellos que caen después de experimentar la
verdad de Cristo se unen a los líderes religiosos de la época de Cristo, en volverlo a crucificar y
para sí mismos, crucificar al Hijo de Dios. Sin embargo, y como dice Hebreos 10:29, el castigo será
peor para aquellos que abandonan su confesión.

Al rechazar a Cristo y pensar que debe haber otro camino diferente al camino angosto, que deben
existir muchos “caminos” al Cielo o que Dios le da a las personas otra oportunidad después de la
muerte, o que eventualmente nadie será condenado sino salvo, expone a Cristo al “vituperio”
porque lo hace un mentiroso, burlándose además de Él al morir una vez y para siempre por el pago
total del pecado. En efecto, “avergüenza” al Señor el que las personas piensen que es insuficiente
el hecho de que Cristo es el único camino y que esto, no es lo correcto y que por lo tanto, debe
existir otro camino. Lo que están diciendo estas personas es que Dios tiene que tratar de hacerlo
de una forma diferente para hacerlo así, correctamente. Es también negar que la expiación de
Cristo no haya sido suficiente y que deban existir mejores o diferentes formas que esta.

Sin embargo, Cristo no será crucificado nuevamente; no hay necesidad sin importar lo que pueda
decir el apóstata. Cristo murió una vez para siempre y por aquellos que creerían en Él. Él es el
único camino al cielo y fuera de Él no hay esperanza, ya que no hay nada ni nadie dónde poder
encontrar perdón de pecados. Si alguien escoge abandonar a Cristo después de probar Su
bondad, no encontrará salvación en ninguna otra persona o lugar, sin importar dónde o cuán difícil
sea buscar.
Pero no hay nada que temer para aquellos que son verdaderamente de Él. Y como siempre, esto
se debe a que no estamos enfocados en nosotros, sino en Dios. El punto final del TULIP,
“Perseverancia de los Santos”, podría ser vista tal vez como la “Preservación de los Santos”, como
si fuera Dios quien nos sostiene y preserva hasta el final y no nosotros: “Mis ovejas oyen mi voz, y
yo las conozco, y me siguen, 28 y yo les doy vida eterna; y no perecerán jamás, ni nadie las
arrebatará de mi mano.” (Jn 10:27-28). Cristo no es solo el autor, sino que también es el
consumidor de nuestra fe:

 Hebreos 12:2: “puestos los ojos en Jesús, el autor y consumador de la fe, el cual por el
gozo puesto delante de él sufrió la cruz, menospreciando el oprobio, y se sentó a la diestra del
trono de Dios.”

No podemos perder nuestra salvación, la cual, desde el principio hasta el fin, está asegurada por
Dios.

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Descifrando Pasajes Difíciles: Hebreos 6: 4-
6
MARZO 1, 2008
tags: apostasía, creyentes, Cristo, Dios, hebreos 6, verdad
Esta semana analizaremos
uno de los pasajes más
controversiales del Nuevo
Testamento. Para los
arminianos, esta es la prueba
de que la perseverancia de
los santos no existe, y que
por lo tanto, un cristiano
puede rechazar a Cristo en
algún punto de su vida. Para
los calvinistas es la prueba de
que un creyente no puede ser un apóstata, y que lo que presenta
el autor del libro de Hebreos son personas que no son creyentes.
Los calvinistas están en lo correcto en afirmar que la Biblia
enseña enfáticamente la preservación y la perseverancia de los
santos. Cristo afirmó que sus ovejas ‘nunca perecerán’ (Juan
10: 28). Si la Biblia no se puede contradecir entonces el pasaje
de Hebreos 6, no puede estar diciendo que un creyente puede
rechazar la gracia y la fe que le fue otorgada por Dios (Efesios
2: 8). Si el apóstol Pablo, siendo llevado por el Espíritu Santo
escribió que nada puede separar a un creyente del amor de Dios
(Romanos 8: 35-39), entonces el pasaje de Hebreos tampoco
puede afirmar lo contrario.
El pasaje de Hebreos 6 dice lo siguiente,
“Porque es imposible que los que una vez fueron iluminados y gustaron del don celestial, y
fueron hechos partícipes del Espíritu Santo, y asimismo gustaron de la buena palabra de Dios
y los poderes del siglo venidero, y recayeron, sean otra vez renovados para arrepentimiento,
crucificando de nuevo para sí mismos al Hijo de Dios y exponiéndole a vituperio.” Hebreos 6:
4-6

La dificultad principal está en saber si el pasaje está hablando de


personas que han sido regeneradas o de personas no
regeneradas? Lo que quiero que veamos es que este pasaje,
como afirman los calvinistas, trata de personas que profesan ser
creyentes sin serlo.
Lo primero que debemos saber es que la epístola fue escrita a
cristianos judíos del primer siglo de esta era, quizás de Jerusalén
o Roma [1]. En ningún lugar de la epístola aparece algo que nos
indique que haya sido compuesta para gentiles. Esta iglesia
conformada por judíos era un grupo heterogéneo, en donde
muchos eran creyentes genuinos que necesitaban un estímulo
para continuar en la verdad. Otros profesaban fe en Cristo, pero
no había evidencia de ser regenerados. Esto es lo mismo que
ocurre en nuestras iglesias hoy en día, en donde hay una mezcla
de creyentes y flasos creyentes.
La epístola fue escrita debido a que muchos de los que eran
parte de la iglesia querían volver al judaísmo que habían
aprendido de sus padres, y rechazar la gracia de Dios. El autor
los exhorta y les señala la superioridad de Cristo y las
consecuencias de hacer esto.
En los capítulos 3 y 4, el autor usa un ejemplo de lo que le
ocurrió a Israel en el desierto para prevenir a estos cristianos
judíos a que no desechen la gracia de Dios a causa de un corazón
incrédulo (Hebreos 3: 7-12, 15; 4:3-7). Además les insta a
rechazar el reposo de Dios por esa misma incredulidad
(Hebreos 3: 18; 4:6-11). El autor les dice,
“porque somos hechos participantes de Cristo, con tal que retengamos firme hasta el fin
nuestra confianza del principio.” Hebreos 3:14

Cuando Israel estaba en Egipto, justo antes de salir, toda la


nación había puesto la sangre del cordero sacrificado de la
Pascua en los dinteles de sus casas; todos cruzaron el mar Rojo;
todos tomaron del alimento espiritual, el maná y el agua de la
roca; todos vivieron bajo la iluminación del pilar de fuego.
Todos disfrutaron de los beneficios espirituales, pero la mayoría
de ellos no eran salvos. En Su ira, Dios no les permitió entrar en
Su reposo y los dejó en el desierto por 40 años hasta que otra
generación pudiera entrar. A ellos les fue predicado el evangelio,
pero no les sirvió de nada por su incredulidad y desobediencia
(Hebreos 4: 2-6).
Al leer el pasaje del capítulo 6, nos damos cuenta que existe un
paralelismo con lo que le sucedió a Israel en el desierto. El autor
de Hebreos intenta entonces que estos lectores vean lo que le
sucedió a Israel y que vayan “adelante a la perfección”
(Hebreos 6:1), pero lo podrán hacer, “si Dios en verdad lo
permite.” (Hebreos 6: 3).
Pero que está ocurriendo en los versos 4 al 5? Algunas personas
están recibiendo grandes bendiciones y están teniendo
experiencias maravillosas. Cuáles son esta bendiciones?
1. Algunos han sido iluminados
2. Fueron hechos partícipes del Espíritu Santo
3. Gustaron la buena palabra de Dios
4. Gustaron los poderes del mundo venidero

Iluminados
Cuando leemos algunos de los padtriarcas de la iglesia, notamos
que para algunos de ellos el ser iluminados quería decir haber
sido bautizados. Pero la palabra ‘photizo’ (φοτιςω) significa
tener un entendimiento intelectual de las cosas de Dios [2] y [3].
En Hebreos 6:4 implica que algunos han sido instruídos en la
doctrina del evangelio y la han comprendido. Un pasaje paralelo
es Hebreos 10: 26 donde dice,
“Si pecamos voluntariamente después de haber recibido el
conocimiento de la verdad, ya no queda más sacrificio por los
pecados”
Este conocimiento es sin embargo un conocimiento natural de
las cosas espirituales, es decir que se ha adquirido por medio de
escuchar, pero que no es una iluminación espiritual que
transforma un corazón (2 Corintios 3:18). Un ejemplo de este
tipo de entendimiento es el caso de Balaam. En Numeros 24 es
claro que este falso profeta tenía un claro entendimiento de la
verdad de Dios, pero nunca fue transfromado espiritualmente.
A pesar de que el conocimiento es un prerequisito para la fe, no
es un indicador de que exista en el corazón de una persona la fe
salvadora.
Partícipes
Ser partícipes del Espíritu Santo quiere decir que alguien
comparte el Espíritu, quizás e relación con las bendiciones que
habían sido manifestadas en la iglesia hebrea. La palabra griega
para ‘partícipes’ es methochos (μετοχος), un adjetivo indica el
que alguien sea compañero de otro [4]. La palabra aquí se
refiere a algo que es externo más que interno. Quiere decir que
algunas personas habían compartido el beneficio de la operación
sobrenatural y las manifestaciones del Espíritu Santo.
La buena Palabra de Dios
Esto se refiere a las promesas de Dios para Su pueblo,
especialmente en el evangelio. Esta misma experiencia, como
dijimos al principio, la tuvo Israel durante el desierto. Ellos
habían disfrutado de la promesa de Dios con respecto a la
liberación del poder de Egipto, pero aún así muchos no tenían fe
salvadora.
Los poders del mundo venidero
Estas personas descritas por el autor de Hebreos han gustado,
visto, y algunos hasta realizado los milagros del Espíritu Santo,
pero aún así no había fe en su corazón. Es posible realizar
milagros y estar perdido espiritualmente. El ejemplo más claro
lo tenemos en Judas, el apóstol escogido por Jesús (Lucas 6:
12-16). Jesús los envió de dos en dos, y les dio el poder para
predicar, echar fuera demonios y hacer milagros (Lucas 9: 1-
2). Todos los apóstoles hicieron esto, inclusive Judas, a pesar de
que Cristo sabía desde el principio que era un traidor (Juan
6:64). Pero, fue Judas salvo? Juan nos dice que Satanás entró
en Judás y luego entregó a Jesús en manos de los fariseos (Juan
13:27), y luego se suicidó.
Es más Cristo, en el sermón del Monte dice,
“Muchos me dirán en aquel día: “Señor, Señor, ¿no profetizamos en tu nombre, y en tu
nombre echamos fuera demonios, y en tu nombre hicimos muchos milagros?” Entonces les
declararé: “Nunca os conocí. ¡Apartaos de mí, hacedores de maldad!” Mateo 7: 22-23

Muchas personas pueden hacer milagros y no conocer realmente


a Cristo. Muchos harán milagros y no son realmente creyentes.
Ahora, veamos el verso 6,
“y recayeron, sean otra vez renovados para arrepentimiento, crucificando de nuevo para sí
mismos al Hijo de Dios y exponiéndolo a la burla.”

Cuando dice ‘recayeron,’ la palabra utilizada en griego indica un


abandono total. Es un rechazo voluntario a la verdad revelada
por Dios y al evangelio. La palabra en griego ‘parapipto’
(παρπιπτο) describe a una persona que a pesar de haber
comprendido intelectualmente el evangelio, haber visto y
participado de milagros hechos por el Espíritu Santo nunca
fueron traídos de tinieblas a luz (2 Corintios 4:6). Estas
personas voluntariamente rechazan todos los principios del
cristianismo para volverse al mundo.
Es importante entender lo que el autor quiere decir con
‘parapipto,’ ya que los verdaderos cristianos pueden caer en
pecado. David cometió un pecado terrible al adulterar y asesinar
a Urías. Inclusive Pedro negó a Cristo, pero aún así fue
renovado, y traído al arrepentimiento. F. B. Meyer dice con
respecto a esto,
“Recaer es volver de la profesión externa del cristianismo, no temporal, pero final; no como
resultado de un pecado súbito, sino porque el primer estímulo externo se apagó, y no hay una
verdadera vida latiendo en el corazón, para reparar o reenvigorar la devoción gastada de su
vida. Es parecerse a esos planetas, que nunca brillan su propia luz, sino que reflejan la luz de
algún sol central; pero que, siendo seoarados de su correa, se alejan más y más hacia la
oscuridad, sin un rastro de vida o calor o luz. Es volver como el perro a su vómito, porque la
reforma fue sólo externa y temporal, y al naturaleza nunca fue transformada por la gracia
del trabajo del Espíritu Santo. Es convertirse en otro Judas; cometer el pecado contra el
Espíritu Santo; perder todo sentimiento, deseo de cosas mejores; y convertirse en algo calloso
y muerto.” [6]

Ahora, que quiere decir el apóstol con ‘ser renovados para


arrepentimiento’? El arrepentimiento es un cambio de
mentalidad (Mateo 21:29; Romanos 11:29). Pero, es más que
un acto mental, pues la conciencia está activa para llevar a la
persona a la auto-condenación, tristeza por los pecados
cometidos. En las personas no regeneradas (no creyentes) esto
ocurre naturalmente, pero en los creyentes, es producido por el
Espíritu Santo. En unos es el regalo que da vida, pero en otros es
la tristeza del mundo que lleva a la destrucción (2 Corintios
7:10). Por ejemplo, el caso de Judas, quien se arrepintió,
devolvió el dinero, entendió que había pecado (Mateo 27:3),
pero este arrepentimiento no lo salvó porque no fue producido
por el Espíritu Santo. El desenlace de su vida lo demuestra.
Otro ejemplo es Simón el mago (Hechos 8: 9-24), quien
conoció y entendió el evangelio, e inclusive fue bautizado, pero
luego fue reprendido por Pedro por no arrepentirse totalmente .
Él era un cautivo al pecado. Su repuesta muestra claramente que
nunca tuvo verdadera fe salvadora (Hechos 8: 24).
Estas personas, que una vez conocieron las verdades de Dios,
entendieron el evangelio, gustaron de las bendiciones del
Espíritu Santo, vieron la transformación de las vidas de
creyentes, pero aún así, voluntariamente, han rechazado estas
doctrinas, es imposible que sean ‘anakainizo’ (renovados-
restaurados). Porqué? La Biblia es clara en que hay cosas
imposibles para Dios. Dios no puede mentir, o perdonar un
pecado sin que este sea castigado. Esto es imposible por la
misma naturaleza de Dios. Tampoco puede actuar en contra de
Sus decretos, y uno de sus decretos es que para que haya fe debe
haber predicación del evangelio (Romanos 10: 13-17).
Estas personas han escuchado el evangelio, y han presenciado
las manifestaciones del poder del evangelio en la vida de otras
personas a través del poder del Espíritu Santo. Si esto no pudo
llevarlos al arrepentimiento, y a la transformación de sus vidas,
entonces ya no hay manera de que sean renovados. Esto es lo
que dice el autor de Hebreos. No hay otro evangelio que
predicarles; no hay otros motivos para mostrarles. Les fue
presentado a Cristo crucificado por sus pecados, pero
rechazaron el mensaje y declararon a Cristo, usando las palabras
de A. W Pink, como un ‘impostor’ [7]. Debido a que no hay otro
nombre bajo el cielo porquien alguien pueda ser salvo, estas
personas no pueden ser renovadas.
Luego el autor dice,
“crucificando de nuevo para sí mismos al Hijo de Dios y exponiéndolo a la burla”

Cristo fue crucificado en Gólgota para raer un pueblo santo y


puro. En el capítulo 13 de Hebreos dice, “Por lo cual también
Jesús, para santificar al pueblo mediante su propia sangre,
padeció fuera de la puerta.” (Hebreos 13:12). Cuando una
persona vuelve la espalda al evangelio, está poniendose de
acuerdo con todo lo que llevóa Cristo a la cruz. Está de acuerdo
con lo mundano, la impureza y la incredulidad que crucificaron
a Cristo. Además cuando una persona habiendo conocido todas
las benidicones que vienen del evangelio, prefiere el mundo,
deja en claro que estas cosas son de más valor que Cristo, y se
pone de acuerdo con todos aquellos que crucificaron a Cristo.
Un claro ejemplo de alguien que no puede ser renovado para
arrepentimiento es el caso de Esaú. En este mismo libro leemos,
“Que no haya ningún fornicario o profano, como Esaú, que por una sola comida vendió su
primogenitura. Ya sabéis que aun después, deseando heredar la bendición, fue desechado, y
no tuvo oportunidad para el arrepentimiento, aunque la procuró con lágrimas.” Hebreos 12:
16-17
No creamos que Esaú se arrepintió de corazón. Dios no rechaza
el verdadero arrepentimiento. La NIV lo traduce, “No se le dio
lugar para el arrepentimiento, aunque con lágrimas buscó la
bendición.” Es decir, Esaú no tuvo lugar para arrepentirse, su
corazón estaba endurecido. Él deseaba cosas mejores, pero no
quería someterse a la voluntad de Dios, pues él era ídólatra e
inmoral (verso 16).
Para entender este pasaje, debemos leer la parábola que utiliza
el autor en los versos siguientes, donde dice,
“La tierra que bebe la lluvia que muchas veces cae sobre ella, y produce hierba provechosa a
aquellos por los cuales es labrada, recibe bendición de Dios; pero la que produce espinos y
abrojos es reprobada, está próxima a ser maldecida y su fin es ser quemada.” Hebreos 6: 7-8

La lluvia corresponde a las bendiciones de los versos 4-5. Si la


semilla de la palabra de Dios está verdaderamente presente en la
tierra (los corazones de hombres y mujeres), esta lluvia causa
que crezcan cosechas llenas de frutos. Pero cuando la palabra de
Dios, a pesar de que haya sido escuchada, ha sido rechazada, la
lluvia lo único que puede lograr es que crezcan las cosas que
existen desde un principio en la tierra, es decir, espinos y
abrojos. Si continúa lloviendo, estos espinos y abrojos seguirán
creciendo, y haría de la tierra algo peor. Esta tierra merece
entonces la maldición de Dios y será echada al fuego.
Cuatro razones por las cuales el autor del libro de Hebreos hace
la advertencia:
1. Para advertirnos lo profundo que podemos ir en las cosas de lafe y no estar genuinamente
convertidos. Todos debemos examinar nuestro corazón, el cual es “engañoso meas que todas
las cosas, y perverso.” (Jeremías 17: 9). Debemos tener claro que existen muchos en
nuestras iglesias que “Profesan conocer a Dios, pero con sus acciones lo niegan” (Tito 1:16).
2. Todos nosotros debemos preguntarnos que tipo de fruto estamos produciendo (Gálatas 5:
19-23).
3. El arrepentimiento no es algo que ocurra una vez en nuestras vidas, sino que es algo que
caracteriza a un cristiano. En Europa del este le dicen a los cristianos, ‘los arrepentidores’
(repenters-inglés). El arrepentirse del pecado debe ser una marca del verdadero cristiano. Si
estamos continuamente leyendo la Biblia, nos enfrentamos a cosas que nos condenan, y el
arrepentimiento es la respuesta correcta. Pero el arrepentimiento sin un cambio de actitud y
sin la producción de frutos no es verdadero arrepentimiento.
4. Una de las razones por las cuales el autor de este libro usa imágenes tan fuertes es para
evitar que los corazones de las personas se vuelvan duros, y para evitar que aquellos que se
han endrecido lo hagan más. Es una advertencia para aquellos que creen que son creyentes,
pero que su vida demuestra lo contrario. Los verdaderos creyentes perseveran en su fe y
diariamente son transformados a imagen de Cristo. En otras palabras, sólo hay un camino
para los verdaderos creyentes, y ese es perseverar en la fe y en la obediencia a pesar de las
pruebas y tribulaciones. Pablo le recuerda a los Filipenses, “Estoy convencido de esto: el que
comenzó tan buena obra en ustedes la irá *perfeccionando hasta el día de Cristo Jesús.”
(Filipenses 1:6). Y a los Romanos les asegura que los que Dios llamó, a estos glorificará
(Romanos 8: 30).

Este pasaje muestra entonces a personas que han escuchado,


comprendido y visto las manifestaciones del poder del evangelio
(quizás algunos hasta hicieran milagros) pero que no habían
nacido de nuevo, y que ultimadamente rechazaron a Cristo,
prefirieron las cosas del mundo, y, “Salieron de nosotros, pero
no eran de nosotros; porque si hubiesen sido de nosotros,
habrían permanecido con nosotros; pero salieron para que se
manifestase que no todos son de nosotros.” (1 Juan 2: 19).
_________________________________
[1] Louis Berkhof. Introduction to the New Testament. Página
166.
[2] Strong’s Greek Lexicon. Número 5457.
[3] Ver uso también en 1 Corintios 4:5, 2 Corintios 4: 4 y 2
Timoteo 1:10. La septuaginta la utiliza en Jueces 13:8; 2 Reyes
12: 2 y 17: 27.
[4] Strong’s Greek Lexicon. Número 3348.
[6] F. B. Meyer. Way into the Holiest. Chapter XIV.
[7] A. W. Pink. Apostasy. Commentary on Hebrews 6: 4-6.

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