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PROFESOR: ESTUDIANTE:
JESÚS MAZZEI LUIJANNY SUÁREZ GONZÁLEZ
CÉDULA:
26.159.119
Definimos la diplomacia como el conjunto de ciencias y artes que, a través de las
técnicas de negociación, tienen como fin lograr acuerdos de paz y cooperación entre los
pueblos y naciones de la tierra. De allí inferimos que es difícil determinar una época o era
en la que este arte, profesión y herramienta tenga un específico comienzo o nacimiento.
Para la diplomacia existen otros fines más allá de la paz. Significan un durísimo,
continuo y silencioso trabajo del conflicto. Es el trabajo de confrontar poderes para buscar
su equilibrio y estabilidad, en la búsqueda de cooperación entre los pueblos para su mayor
integración.
En la órbita pública, nacieron las relaciones institucionales, que han brindado a las
administraciones centrales la capacidad de tomar decisiones consensuadas con el resto de los
componentes con poder decisional en la sociedad, públicos y privados.
La política exterior ha dejado de ser diseñada por una elite profesional o política y ha
incorporado en su elaboración varios asuntos y decisiones de la política interna, tales como
los partidos políticos, los liderazgos de la sociedad civil, los sindicatos, las organizaciones
intermedias, los medios, el mundo académico, la tecnología y la informática, y el parlamento
y su nuevo rol internacional. Un mundo de diplomacia paralela surgió de manera informal.
Lo que hemos señalado como desafíos son los más novedosos a la función y vivencia
de la diplomacia en su profesión. Conscientes de que el diplomático, en pro de trabajar por
el diálogo y la paz, puede además colaborar con su propio conocimiento, capacitación e
intuición a incorporar elementos que considere indispensables en la agenda de política
exterior y la nueva agenda a enfrentar, tales como la seguridad internacional y el derecho
humanitario, el desarme mundial, el cambio climático y el desarrollo sustentable, los
derechos humanos, los problemas de género, las migraciones, la financiarización de la
diplomacia, las políticas para el mejoramiento de las políticas y burocracias de los
organismos internacionales,.
Para construir una diplomacia constante, activa y eficiente, de acuerdo con los
estudios presentados, será menester atender al vínculo indisoluble de lo exterior con la
política interna de cada Estado. Actuar con una diplomacia inteligente en las relaciones
internacionales implica un nivel de respaldo importante y amplio consenso en asuntos de
Estado, nacido de los poderes, sectores y actores que actúan sobre la realidad interna y social
del país.
La diplomacia debe siempre actuar bajo lineamientos dirigidos por la cúpula del
Estado y con un encuadre en el orden institucional y constitucional. Un marco incorporado
de la defensa del régimen y espíritu republicano y el sistema democrático y de derechos
humanos y civiles. Este precepto nace de principios de nuestra tradición occidental y
cristiano, que se mantiene firme frente a diversos sistemas mundiales que desafían estos
valores en el sistema internacional. Si un actor diplomático se encuentra en desacuerdo en
puntuales instrucciones, debe siempre plantear la reserva y apartarse de manera provisoria,
de manera discreta y previa a la acción y a cualquier polémica pública. Esto sucede, y es de
orden que se desarrolle sin afectar los grandes lineamientos y acciones de negociaciones y
acuerdos.