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UNIVERSIDAD CENTRAL DE VENEZUELA

FACULTAD DE CIENCIAS JURÍDICAS Y POLÍTICAS


ESCUELA DE ESTUDIOS POLÍTICOS Y ADMINISTRATIVOS
ELECTIVA: DIPLOMACIA PRESIDENCIAL

LA DIPLOMACIA PRESIDENCIAL, LOS ELEMENTOS QUE LA CONGIGURAN


Y EL PAPEL DE LAS RELACIONES INTERNACIONALES. ESTUDIO BASADO
EN SERGIO DANESES

PROFESOR: ESTUDIANTE:
JESÚS MAZZEI LUIJANNY SUÁREZ GONZÁLEZ
CÉDULA:
26.159.119
Definimos la diplomacia como el conjunto de ciencias y artes que, a través de las
técnicas de negociación, tienen como fin lograr acuerdos de paz y cooperación entre los
pueblos y naciones de la tierra. De allí inferimos que es difícil determinar una época o era
en la que este arte, profesión y herramienta tenga un específico comienzo o nacimiento.

La diplomacia, como la guerra y la paz, nace también de la naturaleza del hombre al


interactuar socialmente. Nace como un conjunto de ideas que el hombre creó para poner
pausas entre la guerra y la paz de cada tribu, grupo o sociedad que le tocó organizar o convivir
entre sí. La diplomacia se ideó para mediar en los conflictos que genera la misma naturaleza
humana. Esto lo vemos más claramente en el capítulo 1 de Daneses.

La diplomacia nació como un arte y profesión que se desprendió de las relaciones


internacionales y su evolución. Se desarrolló, asimismo, con elementos de mayor rigor
científico al incorporar en su estudio la ciencia política, las ciencias jurídicas, la economía y
la sociología, la historia y la geografía como principales ciencias sociales y humanas. A ello
agregó el estudio de la teoría y la práctica diplomática que el derecho diplomático buscaba
normatizar. Luego incorporó más estudios auxiliares, como las técnicas de negociación y los
simulacros o juegos de simulación, las prácticas diplomáticas, las acciones de Naciones
Unidas en conflictos humanitarios y de migraciones, asilo y refugio, los fallos de la Corte de
La Haya y del Tribunal de Roma, y los casos de los organismos internacionales de orden
político, humanitario, comercial, cultural. Lo más actual en este siglo, la gobernanza global
y el desarrollo sustentable.

Para la diplomacia existen otros fines más allá de la paz. Significan un durísimo,
continuo y silencioso trabajo del conflicto. Es el trabajo de confrontar poderes para buscar
su equilibrio y estabilidad, en la búsqueda de cooperación entre los pueblos para su mayor
integración.

Desde la sociología política, se señala que, allí donde se vislumbra “voluntad de


poder” en el individuo y en la comunidad, allí se halla la politicidad del hombre. Traspolando
el concepto, es correcto afirmar que allí donde se vislumbran conflictos de poder y
desequilibrios en la convivencia pacífica de los pueblos, allí debe actuar la diplomacia. La
diplomacia no aparece de manera natural como sucede con la política en la vida del hombre.
Debe convocarse a la diplomacia, se la debe llamar. Porque la diplomacia es profesión, oficio
y arte. Que requiere ser practicado. Es un hábito de observación, negociación e información.
Las tres llaves claves de la práctica diplomática son y serán siempre observar, negociar e
informar.

Los nuevos desafíos de la diplomacia presidencial, basados en los elementos que


la configuran según Sergio Daneses.

Politólogos y analistas internacionales, hacia finales del siglo xx y principios


del xxi, advierten que el achicamiento del mundo, la velocidad de las comunicaciones y los
cambios tecnológicos afectan la globalidad y la diplomacia bilateral y multilateral. Surgieron
múltiples conferencias internacionales, cumbres entre jefes de Estado, ministros y
cancilleres. Algunos especulan que esta globalización política y económica pudo en algún
momento desplazar o relegar la importante función de la diplomacia profesional consolidada
en la historia y hasta la actualidad. Muy por el contrario, los nuevos desafíos que ha sufrido
la diplomacia la han obligado a dotarse de nuevas herramientas y técnicas que la ayuden a
colocarse a la altura de las nuevas circunstancias y los novedosos desafíos.

Una política exterior de diseño aggiornado debe capacitar y preparar su servicio


exterior con vistas a la absorción por parte de la política internacional de los elementos de
política interna de peso y participación en la vida interna y los intereses externos.

Fueron primero el mundo de los negocios y el empresariado los que inicialmente


advirtieron la necesidad de conocer la legislación que regula su producción, contactar las
autoridades ejecutivas de las leyes, tener un profundo conocimiento de la demanda y el
consumo, las opiniones de sindicatos y medios, y poder armar estrategias dirigidas a
satisfacer los numerosos frentes que se les presentaron en esta modernidad. Empresarios y
hombres de negocios generaron sus áreas de relaciones institucionales.

En la órbita pública, nacieron las relaciones institucionales, que han brindado a las
administraciones centrales la capacidad de tomar decisiones consensuadas con el resto de los
componentes con poder decisional en la sociedad, públicos y privados.

La política exterior ha dejado de ser diseñada por una elite profesional o política y ha
incorporado en su elaboración varios asuntos y decisiones de la política interna, tales como
los partidos políticos, los liderazgos de la sociedad civil, los sindicatos, las organizaciones
intermedias, los medios, el mundo académico, la tecnología y la informática, y el parlamento
y su nuevo rol internacional. Un mundo de diplomacia paralela surgió de manera informal.

Los desafíos de la diplomacia en el presente siglo son numerosos. Empezando por


continuar trabajando por la paz en un mundo de guerras aún en curso. Guerras que se
desarrollan en diversas formas políticas y territoriales, reales o en formatos de amenaza,
como extremismos y terrorismo, y con armas tecnológicas y silenciosas, clásicas, químicas
y bacteriológicas.

Lo que hemos señalado como desafíos son los más novedosos a la función y vivencia
de la diplomacia en su profesión. Conscientes de que el diplomático, en pro de trabajar por
el diálogo y la paz, puede además colaborar con su propio conocimiento, capacitación e
intuición a incorporar elementos que considere indispensables en la agenda de política
exterior y la nueva agenda a enfrentar, tales como la seguridad internacional y el derecho
humanitario, el desarme mundial, el cambio climático y el desarrollo sustentable, los
derechos humanos, los problemas de género, las migraciones, la financiarización de la
diplomacia, las políticas para el mejoramiento de las políticas y burocracias de los
organismos internacionales,.

En política exterior, para garantizar resultados relevantes en una gestión de Estado,


es relevante respetar las normativas constitucionales e institucionales que crean el servicio
diplomático del país. Ello colabora con la apuesta a un mejor diseño de política exterior
del Estado, y ayuda a la conformación de lineamientos de política internacional que surjan
de la cúpula del Estado y sean representativos de los intereses del país y su sociedad.

Luego de analizar las teorías y escenarios principales de las relaciones


internacionales, pudimos advertir que la tarea de formulación de política exterior es una
necesidad para los Estados. Y ello es una tarea intelectual y pragmática, que debe considerar
los intereses nacionales, las políticas de Estado y el peso de la sociedad civil, pues de allí se
derivará la efectiva acción diplomática de cada Estado en el sistema internacional.

Estudiar y analizar las relaciones internacionales y el nuevo escenario internacional


implica a futuro un agudo análisis de los principios, prioridades, compromisos éticos y
planteos pragmáticos. Ellos constituyen una para el Estado, la elaboración de su política
internacional y los lineamientos para el cuerpo diplomático. Porque la diplomacia necesita
en su capacitación e instrucción un diseño bañado de profundos conocimientos sobre los
recursos y necesidades del país, las economías regionales, y las oportunidades comerciales y
de desarrollo y producción.

Al comprender la consolidación histórica y los nuevos desafíos de la diplomacia,


concluimos en la importancia de definir premisas, hojas de ruta y protocolos que en general
facilitan el camino recorrido de una diplomacia aggiornada, eficiente y acorde a la política
internacional del Estado.

Para construir una diplomacia constante, activa y eficiente, de acuerdo con los
estudios presentados, será menester atender al vínculo indisoluble de lo exterior con la
política interna de cada Estado. Actuar con una diplomacia inteligente en las relaciones
internacionales implica un nivel de respaldo importante y amplio consenso en asuntos de
Estado, nacido de los poderes, sectores y actores que actúan sobre la realidad interna y social
del país.

La diplomacia debe siempre actuar bajo lineamientos dirigidos por la cúpula del
Estado y con un encuadre en el orden institucional y constitucional. Un marco incorporado
de la defensa del régimen y espíritu republicano y el sistema democrático y de derechos
humanos y civiles. Este precepto nace de principios de nuestra tradición occidental y
cristiano, que se mantiene firme frente a diversos sistemas mundiales que desafían estos
valores en el sistema internacional. Si un actor diplomático se encuentra en desacuerdo en
puntuales instrucciones, debe siempre plantear la reserva y apartarse de manera provisoria,
de manera discreta y previa a la acción y a cualquier polémica pública. Esto sucede, y es de
orden que se desarrolle sin afectar los grandes lineamientos y acciones de negociaciones y
acuerdos.

La diplomacia es un instrumento de diálogo y paz. Así nació y esa es su naturaleza


propia. Con planificación y extensos horizontes, y con mayor constancia y equilibrio en lo
externo, se favorecen los Estados, al comprender que la política exterior y la diplomacia son
las herramientas indicadas para el relacionamiento externo y la inserción multilateral.
BIBLIOGRAFIA

Bizzozero Revelez, L. (2011). Aproximación a las relaciones internacionales. Ed.


Cruz del Sur, Montevideo.

Danases, S. (2017). DIPLOMACIA PRESIDENCIAL, História e crítica. Fundação


Alexandre de Gusmão. Gráfica e Editora Ideal.

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