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Lección ocho

DISPENSACIÓN ECLESIÁSTICA

OBEJTIVOS
Que el alumno:
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yy Se familiarice con la naturaleza de la dispensación eclesiástica y el espacio de
tiempo que este cubre.
yy Comprenda la superioridad del Nuevo Pacto y la de su mediador, frente a los
anteriores pactos.
yy Distinga con claridad la diferencia existente entre Israel y la Iglesia, la vocación
de ambos pueblos y su futuro próximo dentro de los propósitos de Dios anun-
ciados por el mensaje profético en las Sagradas Escrituras.

Espacio de tiempo: Se entiende inicia con el descenso del Espíritu Santo en


pentecostés hasta la Segunda venida de Cristo en Gloria.
Personajes: Cristo, los apóstoles, Pablo, la Iglesia.
Palabra clave: “Gracia” (Juan 1:17)
Pacto: El Nuevo Pacto
La señal del pacto: La Cena del Señor
El escenario: La tierra postdiluviana
Eventos importantes: El Descenso del Espíritu Santo en Pentecostés, la
institución y posterior celebración de la Santa Cena como señal del Nuevo
Pacto, la evangelización mundial, el arrebatamiento de la Iglesia, la gran tri-
bulación, la aparición del anticristo en el escenario político internacional, la
predicación de los 144 000 israelitas, la invasión de Israel por parte de sus
enemigos, la aparición de Cristo acompañado por la Iglesia en su venida con
gran poder y gloria, la derrota del anticristo, el colapso del falso sistema reli-
gioso de esos días y el juicio de las naciones.

Lección 8: Dispensación Eclesiástica 81


I. INTRODUCCIÓN
Se denomina Dispensación Eclesiástica al periodo histórico transcurrido entre la
crucifixión de Cristo y su segunda venida en gloria. Durante esta economía se pre-
dica el Evangelio, la salvación que Dios ofrece a toda criatura bajo el cielo, y tiene
lugar el llamamiento de la Iglesia, hasta la segunda venida del Señor. Esta Dispen-
sación es también conocida como Dispensación del Evangelio o Dispen-
sación de la Gracia, pues ahora es Dios concediendo la justicia en Cristo
en vez de exigir la justicia como decía la Ley.
Pues la ley por medio de Moisés fue dada, pero la gracia y la verdad vinieron por
medio de Jesucristo (Juan 1:17).
Con esto no decimos que la gracia no estuvo antes presente en los tratos de Dios con
el hombre, sino que la Escritura sí dice que la venida de Cristo manifestó la gracia de
Dios con tal esplendor que todas las manifestaciones previas pueden considerarse
como nada (Ryrie, p. 36-37)1.
Anteriormente a esta dispensación, Israel como nación había recibido el ministe-
rio de anunciar la venida del Mesías como Salvador del mundo, pero cuando lle-
gó, ellos no lo recibieron: “A lo suyo vino y los suyos no le recibieron” (Juan 1:12).
Es así que el propósito nacional de Dios con Israel es pospuesto temporalmente
(Romanos 11:25) para dar paso a la formación de un nuevo pueblo, un “Israel es-
piritual” (Gálatas 6:16), compuesto por personas de todas las naciones de la tie-
rra, que prediquen y anuncien el evangelio al mundo entero (Mateo 28:18-20). A
este nuevo pueblo de carácter misterioso hasta entonces, se denominaría Iglesia
(Colosenses 1:24-26; Mateo 16:18).

¿Qué entiende por Dispensación Eclesiástica? Explique brevemente.


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II. EL ESTADO DEL HOMBRE


Una apreciación justa de la importancia de esta dispensación, consiste en hacer una
correcta consideración del estado de la raza humana antes que Cristo viniera a este
mundo. La mejor descripción quizá la hallemos en los escritos de Pablo, quien es-
cribió:

Como está escrito: No hay justo, ni aun uno; No hay quien entienda, No hay
quien busque a Dios. Todos se desviaron, a una se hicieron inútiles; No hay
quien haga lo bueno, no hay ni siquiera uno (Romanos 3:10-12).
Comentando este texto, dice Pérez Millos (2011, p. 264):

1Esta es la razón por la que hemos preferido llamar a este periodo, “Dispensación Eclesiástica” y no de la
Gracia, ya que se presta a un mal entendimiento de la manifestación de la Gracia de Dios en las anteriores
dispensaciones y su trato con el hombre.

82 Las siete dispensaciones


Todos los hombres, sin excepción, son condenables delante de Dios. Este prin-
cipio alcanza también […] tanto al apóstol como a los creyentes en Roma. Todos
los hombres somos pecadores y nos mantenemos en el pecado, ya que todos ‘es-
tamos bajo pecado’. La situación es sumamente grave, no somos solo esclavos
del pecado, ni tampoco somos solo culpables del pecado; implica que estamos
bajo el poder del pecado que incluye todo el ámbito del mismo y sus consecuen-
cias, de otro modo, estamos ‘encerrados bajo pecado’ (Gálatas 3:22).
La condición del hombre, en tal sentido, era de incapacidad absoluta
para salvarse a sí mismo. Grandes pecadores necesitan un gran Salvador, y tal
Salvador fue enviado por Dios para establecer un Nuevo Pacto.

Mencione 10 textos bíblicos que describan la condición perdida del hombre según
Romanos.
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III. EL PERIODO ECLESIÁSTICO


Haremos tres consideraciones generales respecto a este punto:
a) Formación de la Iglesia
El estudio del Nuevo Testamento indica que la Iglesia2 no existía en el Antiguo Tes-
tamento, y que más bien es un nuevo pueblo que viene a formación posteriormente
al ministerio de Cristo. El mismo Jesús dice en San Mateo:
Sobre esta roca edificaré mi iglesia (Mateo 16:18).

Las palabras de Cristo indican que la Iglesia no existía aún durante su ministerio, y
menos antes a su encarnación. En tal sentido, podemos afirmar junto a la mayoría
de estudiosos, que la iglesia vino a existir a partir del día de pentecostés3.

No obstante, antes de continuar, es importante aclaremos cómo se desenvuelve el


plan de Dios respecto a Israel en este periodo.
b) Israel y la Iglesia
No se puede negar que entre Israel y la Iglesia existen ciertas similitudes que, al no
ser correctamente entendidas podría derivar en errores al entender la distinción que
existe entre estos dos pueblos. Consideremos algunas de las similitudes sugeridas
por Riggs (1998):
yy Ambos son separados de entre las demás naciones (Éxodo 33:16; 2 Corintios 6:17).
2Iglesia, del griego Ekklesía, que significa ‘asamblea de los que han sido llamados fuera’, mientras que en el
Nuevo Testamento la idea de iglesia es que se trata de una comunidad de creyentes en Cristo, un real sacerdo-
cio, la comunidad del Espíritu Santo.
3Existen muchas otras razones por las que el nacimiento de la iglesia se remonta a Pentecostés y no antes ni
después como algunos han planteado. Se abundará más sobre el tema en el módulo de Eclesiología.

Lección 8: Dispensación Eclesiástica 83


yy De ambos se dice son especial tesoro para Dios (Éxodo 19:5; 1 Pedro 2:9).
yy Ambos pueblos están llamados a ser gente santa (Éxodo 19:6; 1 Pedro 2:9).
yy Ambos son llamados a guardar los mandamientos de Dios (Éxodo 15:26; 19:5;
Juan 14:21; 1 Juan 3:22).
yy Ambos esperan la manifestación del Mesías (Lucas 2:38; Tito 2:13).
yy Ambos son llamados a ser luz a las naciones (Éxodo 19:6; 1 Pedro 2:9).
yy Ambos pueblos han sido pequeños remanentes fieles al Señor (1 Reyes 19:18;
Isaías 1:9; Lucas 2:38; Apocalipsis 2:24; 3:4; 20-21; Mateo 22:14).
yy Ambos recibieron las Escrituras.
Sin embargo, pese a compartir estas características, la Biblia es clara al afirmar que
la iglesia es una entidad distinta a Israel y seguirá siendo así por siempre. Cuando
la Biblia menciona a Israel, siempre lo hace refiriéndose a la descendencia física de
Jacob (Enns, 2010).
Quienes pretenden hacer de Israel y la Iglesia un solo pueblo sin mayores distin-
ciones, cometen una interpretación caprichosa y diferente del sentido de los textos
que hablan sobre este tema4. El mismo apóstol Pablo hacía distinción entre ambos
grupos de personas:
No seáis tropiezo ni a judíos, ni a gentiles, ni a la iglesia de Dios (1 Corintios 10:32).
Véase también Hechos 3:12; 4:8, 10; 5:21, 31, 35; 21:19. En todos estos pasajes el
autor pone cuidado en diferenciar entre Israel, los gentiles y la iglesia (Ryrie, 1993).
En el mismo sentido, el Dr. Pentecost (1989, p. 103), escribe:
Después de la muerte de Cristo, Dios instituyó un programa nuevo, no para
reemplazar el programa para Israel, sino para interrumpir ese programa divi-
namente pactado. Este nuevo programa es previsto por el Señor… y se hace real
después de la venida del Espíritu Santo en pentecostés. El concilio de Jerusalén
(Hch.15:4) anunció que “Dios visitó por primera vez a los gentiles, para tomar
de ellos pueblo para su nombre.
El pueblo que Dios está tomado de entre todas las naciones de la tierra, es un pueblo
distinto al Israel étnico. Ya cientos de años antes, Dios había anunciado a través de
Moisés e Isaías:
Ellos me movieron a celos con lo que no es Dios; Me provocaron a ira con sus
ídolos; Yo también los moveré a celos con un pueblo que no es pueblo, los pro-
vocaré a ira con una nación insensata (Deuteronomio 32:21 / Romanos 10:19).

4Muchos citan Gá. 6:16 para afirmar que “El Israel de Dios” se refiere a la Iglesia. Sin embargo, el texto en
referencia hace una clara diferencia entre los gentiles, “Todos los que anden conforme a esta regla… paz sea a
ellos”, y los judíos conversos a Cristo a quienes llama “el Israel de Dios”.

84 Las siete dispensaciones


Fui buscado por los que no preguntaban por mí; fui hallado por los que no me
buscaban. Dije a gente que no invocaba mi nombre: Heme aquí, heme aquí
(Isaías 65:1).
A este suceso el apóstol Pablo le llamó “un misterio” que antes no estaba revelado
(Colosenses 1:24-27) (La Cueva, 2004). Debe quedar claro que tal misterio (la
existencia de la Iglesia) no significa el fin de Israel en el plan de Dios,
sino un paréntesis en su programa salvífico (Romanos 11:11). Al terminar
tal paréntesis, Dios se volverá a Israel por causa de su pacto con Abraham, Moisés,
David y la promesa del Nuevo Pacto anunciada por los profetas Jeremías, Isaías,
Ezequiel (Romanos 11:28), entre otros. El apóstol, inspirado, resume bien todo este
programa en el siguiente texto del Nuevo Testamento:
Porque no quiero, hermanos, que ignoréis este misterio, para que no seáis arro-
gantes en cuanto a vosotros mismos, que ha acontecido a Israel endureci-
miento en parte, hasta que haya entrado la plenitud de los gentiles;
y luego todo Israel será salvo, como está escrito: Vendrá de Sion el Liberta-
dor, que apartará de Jacob la impiedad (Romanos 11: 25-26).
En síntesis, afirmamos que la Iglesia e Israel son pueblos distintos den-
tro del programa de Dios, pero ambos verán su salvación realizada única y ex-
clusivamente en el único Salvador provisto por el Padre.

Según Romanos 11:25, 26 ¿Cuál es el lugar de Israel y la Iglesia en el plan de Dios?


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c) La misión de la Iglesia
Como ya anteriormente se dijo, la misión principal de la Iglesia es la evangelización
del mundo5:
Id y predicad el evangelio a toda criatura, el que creyere y fuera bautizado será
salvo, mas el que no creyere será condenado (Marcos 16:15, 16).
La Iglesia no debe en ningún modo ser rehuyente a tan crucial labor que Dios le ha
encomendado. Como afirma Deiros (2006):
La Iglesia6, presta su mayor servicio al mundo y a los seres humanos me-
diante la proclamación del evangelio, en palabras y acción […] Debe es-
tar dirigida a todos los seres humanos y ser auténtica y viva, sin distorsiones
ni perplejidades […] Debe contener siempre una clara proclamación de que en
Jesucristo, Hijo de Dios hecho hombre, muerto y resucitado, se ofrece la salva-
ción a todos los hombres, como don de la gracia y de la misericordia de Dios.

5No significa que sea lo único que la Iglesia está llamada a hacer, pero quizá sea la actividad más encomiable.
6Cursiva nuestra

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Cite textos bíblicos que hagan énfasis en la bocación misionera de la Iglesia:
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IV. EL NUEVO PACTO


Cuando hablamos del Nuevo Pacto, estamos tratando sobre el pacto vigente en la
era Eclesiástica y para toda la eternidad, ya que es el cumplimiento pleno de los pac-
tos de Dios y además es de carácter permanente y eterno.
Acerca del Nuevo Pacto debemos señalar que:

a) El Nuevo Pacto fue anunciado por los profetas


El primer profeta en anunciar el Nuevo Pacto fue Jeremías. Respecto a él dice
Rayburn: “[Jeremías] anuncia un pacto nuevo en su profecía, acerca de una gran
obra de Salvación que Dios llevaría a cabo en un futuro todavía sin determinar”.
He aquí vienen días, dice Jehová, en los cuales haré un nuevo pacto con la casa
de Israel y con la casa de Judá. No como el pacto que hice con sus padres el día
que tomé su mano para sacarlos de la tierra de Egipto; porque ellos invalidaron
mi pacto[…] Daré mi ley en su mente, y las escribiré en su corazón; y será a ellos
por Dios, y ellos me serán por pueblo (Jeremías 31:31-34).
No obstante, Jeremías no sería el único en anunciar este Nuevo Pacto, de hecho, el
mensaje del profeta va de la mano de otras profecías que señalan en la misma direc-
ción. Algunos de los profetas que acompañan a Jeremías en su anuncio son Isaías y
Ezequiel:
Pero más ha dicho Jehová el Señor: ¿Haré yo contigo como tú hiciste,
que menospreciaste el juramento para invalidar el pacto? Antes yo ten-
dré memoria de mi pacto que concerté contigo en los días de tu juven-
tud, y estableceré contigo un pacto sempiterno (Ezequiel 16:59-60).
Y vendrá el Redentor a Sion, y a los que se volvieren de la iniquidad en Jacob,
dice Jehová. Y este será mi pacto con ellos, dijo Jehová: El Espíritu mío
que está sobre ti, y mis palabras que puse en tu boca, no faltarán de tu boca, ni
de la boca de tus hijos, ni de la boca de los hijos de tus hijos, dijo Jehová, desde
ahora y para siempre (Isaías 59:20-21).

b) Cristo es el mediador del Nuevo Pacto


Pasando los tiempos, luego del periodo intertestamentario, este Nuevo Pacto fue
celebrado por Cristo mismo antes de su muerte, según narra el evangelista:
De igual manera, después que hubo cenado, tomó la copa, diciendo: Esta copa
es el nuevo pacto en mi sangre, que por vosotros se derrama (Lucas 22:20).

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Como señala Lucas, en la última cena con sus discípulos, Cristo identificó la inau-
guración del Nuevo Pacto con su sangre derramada para reconciliar a los hombres
con Dios. En ese mismo sentido, el escritor del libro a los Hebreos identifica a Cristo
como el mediador de “un mejor pacto”.
Os habéis acercado […] a Jesús el Mediador del nuevo pacto, y a la sangre rocia-
da que habla mejor que la de Abel (Hechos 12:22-24).
Por ello, este Nuevo Pacto es superior a todo lo que antes se había visto o anunciado.
No en vano el escritor de Hebreos afirma que Cristo como mediador del Pacto es su-
perior sobre todos los tipos, figuras, instituciones, y sacrificios de las dispensaciones
pasadas, y en última instancia, superior al mismo Moisés.

c) El Nuevo Pacto pone fin al anterior Pacto


El antiguo pacto concluyó en el tiempo del sacrificio de Cristo. En la última cena,
el Señor habló del Nuevo Pacto en su propia sangre (Mateo 26:28; Marcos 14:24;
Lucas 22:20; 1 Corintios 11:25). En el momento de la muerte del Señor, el velo
del templo se rompió de arriba abajo (Mateo 27:51). [Y en la cruz exclamó a gran
voz: “Consumado es”, indicando que el pacto anterior había fenecido. Jn. 19:307].
(Pérez, 2009, p. 441).
También Bicket (2008, p. 52), menciona lo dicho por Stanley Horton dice:
Solo hay un nuevo pacto, el pacto entró en vigor con la muerte de Jesús en la
cruz del Calvario.
Y es lo que afirma también el escritor sagrado cuando escribe:
Al decir: Nuevo pacto, ha dado por viejo al primero; y lo que se da por
viejo y se envejece, está próximo a desaparecer (Hebreos 8.13).
No mucho tiempo después que se escribiera el libro de Hebreos, el templo de Jeru-
salén fue destruido, y el sistema de culto levítico quedó abolido8.
d) La garantía del Nuevo Pacto
La validez de este Pacto descansa sobre la garantía que Dios dio al resucitar a Cristo
de entre los muertos. (1 Corintios 15:14, 15, 17, 20).
El cual fue entregado por nuestras transgresiones, y resucitado para nuestra
justificación (Romanos 4:24-25).

Por lo explicado en clase,¿cuál considera sería la razón para que el Nuevo Pacto
sea superior al Pacto Mosaico? Argumente.
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7El énfasis en cursiva es nuestro.


8Hecho ocurrido el año 70 d.C. cuando el general romano Tito entró en Jerusalén y la saqueó destruyendo y
aun arando los cimientos de los edificios. (Josefo, Las guerras de los judíos, libro vii).

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V. EL CARÁCTER DEL NUEVO PACTO
Veamos algunas características propias del Nuevo Pacto descritas en las Escrituras.
a) Es un pacto de carácter condicional

El profesor La Cueva (2004), señala enfáticamente:


[Este pacto se cumple condicionalmente] en la dispensación de la Iglesia,
en la medida en que cada creyente recibe al Señor Jesús como su Salvador per-
sonal y testifica del perdón que le fue otorgado por medio del derramamiento
de la sangre del Mediador, participando así de las bendiciones del Nuevo Pacto
(p. 257).
Este carácter condicional del Nuevo Pacto es enseñado con claridad en el Nuevo
Testamento. Veamos por ejemplo:
Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su hijo unigénito, para
que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna (Juan 3:16).
Porque, si confiesas con tu boca que Jesús es el Señor y crees en tu corazón que
Dios lo resucitó de entre los muertos, serás salvo (Romanos 10:9).
En este Nuevo Pacto, recibir la bendición de Dios ¡requiere creer!, pues los incrédu-
los serán condenados (Marcos 16:16; Juan 3:17-18).
b) Es un Pacto dinamizado por el Espíritu Santo
San Pablo llama al nuevo pacto, “pacto del Espíritu” (2 Corintios 3:6 9).
“el cual asimismo nos hizo ministros competentes de un nuevo pacto, no de la
letra, sino del espíritu..”
Y es que la superioridad del Nuevo Pacto sobre los anteriores, radica en que se trata
de un poder interior que nos comunica el mismo Espíritu de Dios, y que nos hace
capaces de cumplir su ley. (véase, Jeremías 31:33; Romanos 8; Hebreos 8:6-13) (Bi-
blia Plenitud). El descenso del Espíritu Santo en pentecostés definitivamente marcó
el inicio de una época para todos los que creen en Cristo como Salvador. ¡Eche mano
de la fuerza, los dones y la vitalidad que Él le ofrece para vivir una vida victoriosa!

c) Es la plenitud de las promesas de los antiguos pactos y por lo tanto


superior a ellos
El escritor inspirado, escribiendo respecto a la superioridad del Nuevo Pacto sobre
los anteriores pactos10, afirma:

9La RVR 1960, traduce “espíritu”, como si se tratara del espíritu o ánimo humano. La traducción correcta es
“Espíritu”, como se puede leer en otras versiones ya que el contexto inmediato determina que Pablo está refi-
riéndose al Espíritu de Dios.
10Aunque el autor se refiere específicamente al Pacto de la Ley, sin duda, es absolutamente cierto que el Nuevo
Pacto es superior a todos los anteriores pactos.

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Pero ahora tanto mejor ministerio es el suyo, cuanto es mediador de un mejor
pacto, establecido sobre mejores promesas (Hebreos 8:6).
En consecuencia, el Nuevo Pacto viene a ser el cumplimiento de las promesas del Antiguo
Pacto, superando en todo a los pactos anteriores, proveyendo una visión y ministerio más
rico del Espíritu Santo, habilitando y dinamizando a cada creyente en particular.
¡Gloria a Dios por este mejor pacto y sus mejores promesas!
d) Es un Pacto de sangre “con su pueblo”
Se debe entender por “pueblo de Dios”, a todos aquellos, judíos y gentiles, que por
la fe vienen a creer en Cristo como Salvador. El apóstol Pablo, escribiendo la carta a
los Efesios, declara:
En aquel tiempo estabais sin Cristo, alejados de la ciudadanía de Israel y ajenos
a los pactos de la promesa, sin esperanza y sin Dios en el mundo. Pero ahora en
Cristo Jesús, vosotros que en otro tiempo estabais lejos, habéis sido hechos cer-
canos por la sangre de Cristo. Porque él es nuestra paz, que de ambos pueblos
hizo uno, derribando la pared intermedia de separación (Efesios 2:12-14).
En tal sentido, este es un pacto de carácter inclusivo y sus provisiones son para todas
las naciones y para toda criatura (Marcos 16:15; Lucas 24:47; Mateo 28:19).
e) Anuncia el cumplimiento definitivo de las promesas a Israel
Si bien el Nuevo Pacto es de naturaleza espiritual y está abierto a los gentiles, es
también cierto que este pacto se cumplirá en la nación de Israel, ya que se les pro-
metió a ellos primero. Véanse Isaías 55:3; 59:21 y Ezequiel 37:26.
Inclinad vuestro oído, y venid a mí; oíd, y vivirá vuestra alma; y haré con vo-
sotros pacto eterno, las misericordias firmes a David (Isaías 55:3).
Lo que los Profetas están anunciando en los pasajes antes citados es un avivamien-
to a escala nacional. Llegará el tiempo en que el Espíritu de Dios constreñirá pro-
fundamente a la nación de Israel, que a su vez se volverá al Dios de sus padres.
(Joel. 2: 28-32 ). (La Cueva, 2004)
Este punto será desarrollado con mayor énfasis en la siguiente Dispensación.

¿Qué entiende cuando decimos que el Nuevo Pacto es de carácter eminentemente


condicional? Explique
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VI. SEÑAL DEL PACTO


La señal del Nuevo Pacto dada por el Señor es la celebración de la Santa Cena. La
noche antes de su pasión, Jesús dijo: “Esto es mi sangre del nuevo pacto, que por

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muchos es derramada” (Marcos 14:24), declarando que daría su vida en rescate
por muchos (Marcos 10:45). De esta manera, anuncia que su muerte inaugurará
un nuevo pacto, evocando Éxodo 24:8 y Jer. 31:31–34. La sangre del cordero en
los marcos de las puertas protegió la vida de los primogénitos de Israel. En el nue-
vo pacto, la sangre de Jesús brinda la expiación para los pecadores (Marcos 10:45;
1 Corintios15:3) (Massey, 2014).
He aquí la importancia de la Cena del Señor como un sacramento establecido por el
mismo Señor, y que la iglesia debe celebrar conmemorando el sacrificio de Cristo, en
expectativa de su segunda venida. (1 Corintios 11: 23-26).

¿Cuál es el lugar que ocupa la Cena del Señor en la vida cristiana?


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VII. LOS DOS LADOS DEL PACTO


Veamos los dos lados del Pacto, el divino y el humano:
a) El lado divino
Dios se compromete a:
yy Purificar los pecados (Ezequiel 36.25, Mateo 26:28; Hebreos 1:3; 9:13-14).
yy Dar un nuevo corazón (Ezequiel 36:26; Juan 6:51-58; 14:23).
yy Dar su Espíritu (Ezequiel 36:27; Juan 14:16, 17; 26; 20:22; Lucas 24:49;
Hechos 2:1-4).
yy Proveer sanidad divina (Isaías 53:3; Marcos 16:17; Santiago 5:14, 15).
yy Hacernos un reino de sacerdotes (1 Pedro 2:9).
yy Estar con su pueblo para siempre (Mateo 28:20; Juan 17:24-26).
yy Dar poder a la Iglesia (Hechos 1:8).
yy Hacer de los creyentes su templo y habitación permanente (Romanos 8:10, 11;
1 Corintios 3:16, 17; 6:19; Juan 14:17).

b) El lado humano
Este se resume en una sencilla frase:
Creer en Cristo como su Señor y Salvador personal
(Mateo 10:32; Marcos 16:16; Juan 6:47; Romanos 10:9, 10, 13; Efesios 2:8-9).
Creer en la Palabra del Señor siempre ha sido el medio para ser salvos. Si bien los

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símbolos y disposiciones variaban en cada periodo, la fe siempre ha sido el requisito
para obedecer a la voluntad comunicada por Dios y, en consecuencia, el requisito
para ser salvos.

¿Cuál ha sido el requisito para ser salvos en cada dispensación administrada por el
Señor?
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VIII. CRONOLOGÍA DE EVENTOS EN ESTA PRESENTE DISPENSACIÓN


Haremos un breve listado de los principales eventos ocurridos y otros que aconte-
cerán en la historia de la Iglesia durante este periodo dispensacional comprendido
entre Pentecostés y la Segunda venida de Cristo, cuando el Señor se manifieste visi-
blemente ante toda la humanidad.

1) Eventos históricos cumplidos:


yy Nacimiento de la Iglesia en Pentecostés (Hechos 2)
yy El evangelio es anunciado a los gentiles, primero por Pedro y luego Pablo es
designado apóstol enviado a ellos (Hechos 10; Gálatas 2:9).
yy Cerca al año 95 d. C., durante el gobierno de Domiciano, Juan escribe el libro de
Apocalipsis en la isla de Patmos. Este libro contiene la revelación de la consuma-
ción de los propósitos de Dios con la Iglesia y toda su creación (Apocalipsis 1:1).
yy La Edad Media se caracterizó por ser un periodo oscuro para la iglesia y la pro-
fecía en general.
yy Siglo XVI. Diversos movimientos de reforma gestan el resurgimiento de grupos
evangélicos que se separan del catolicismo romano y dan paso al movimiento de
evangelismo mundial que se extiende hasta la actualidad.

2) Algunos eventos a ocurrir durante la tribulación


Aquí es importante describir el fin de este periodo bajo las siguientes distinciones:
yy El fin para la Iglesia. Según la promesa del Señor, el remanente fiel en espera
de su retorno será tomado de esta tierra en el arrebatamiento de la Iglesia, even-
to que comprende la resurreción de los muertos en Cristo, la transformación de
los cristianos en vida, y su partida de esta tierra para encontrarse con el Señor
en el aire y ser librados “del tiempo de prueba que ha de venir sobre el mundo
entero” (1 Tesalonisenses 4:17; 1 Corintios 15:51-53; Juan 14:2-3; 1 Juan 3:2;
Apocalipsis 3:10; 12:5). Una vez con el Señor, los creyentes comparecerán ante
el tribunal de Cristo (en griego, bema). Este no es un juicio de condenación, sino
de recompensas (Romanos 14:10; 1 Corintios 3:14; 2 Corintios 5:9-10). Por su

Lección 8: Dispensación Eclesiástica 91


parte, la iglesia negligente que haya sido dejada en el arrebatamiento será juz-
gada y castigada en el periodo de la tribulación, pudiendo alcanzar la salvación
por fe en el Señor, pero a través del cruel martirio (Apocalipsis 6:9-10).
yy El fin para los judíos. Las profecías anuncian días aciagos para Israel previos
a su restauración en el reino milenial. Jesús mismo dijo: “Y caerán a filo de
espada, y serán llevados cautivos a todas las naciones; y Jerusalén
será hollada por los gentiles, hasta que los tiempos de los gentiles se cum-
plan”. (Lucas 21:24; Daniel 7:21-25; Jeremías 30:7). De este modo, aun cuando
en el pasado Israel ya ha padecido mucho debido a programas de exterminio
de parte de sus enemigos, aún queda un tiempo de mayor dolor en el futuro
que viene como consecuencia de haber rechazado a Cristo en su primera venida
(Zacarías 12:10, 13:8,9; Malaquías 3:2-3).
yy El fin para los gentiles. Al dominio que las naciones gentiles han ejercido
sobre Israel y Jerusalén se ha conocido en escatología como: “Los tiempos
de los gentiles” (Lucas 21:24). Este tiempo comenzó cuando Nabucodonosor
conquistó y saqueó la ciudad de Jerusalén el año 608 a. C., y solo terminará
cuando el Reino de Cristo se establezca en la tierra, destruyendo el poder de las
naciones que han subyugado a su pueblo (Daniel 2:34-35). Debemos también
decir que, aun cuando Dios usó a los gentiles para disciplinar a Israel por sus
rebeliones, ellos no serán sin culpa por la crueldad con que trataron a la nación
Judía (Zacarías 1;12-21; 12:9; 14:2,3; Jr. 25:12). Finalizado el padecimiento de la
tribulación, las naciones gentiles serán juzgadas por el Señor en el Juicio de las
Naciones, sobre la base de cómo trataron al pueblo de Israel (Mateo 25:31-46).

3) Eventos posteriores a la Gran Tribulación hasta la venida del Señor en


gloria
“Al final de la tribulación, el anticristo11 guiará a los ejércitos de muchas naciones,
ejércitos reunidos por Satanás, al Armagedón. Es en ese momento cuando Jesús
lo ‘matará con el espíritu de su boca, y destruirá con el resplandor de su venida’
(2 Tesalonicenses 2:8; Apocalipsis 16:16)” (Horton, 1996, p. 633). Seguidamente, el
anticristo y el falso profeta serán lanzados en el lago de fuego y azufre.
Estos hechos ocurrirán cuando Cristo venga a la tierra en gloria acompañado de la
Iglesia, a celebrar la cena de las bodas del cordero (Apocalipsis 19:7) de manera vi-
sible y gloriosa. Satanás será atado en el gran abismo por mil años, y resucitarán los
muertos por causa del testimonio de Jesús en el periodo de la tribulación para reinar
con Cristo en el Milenio.
Respecto a la Segunda Venida del Señor, es necesario aclarar que será manifiesta a
todos los habitantes del mundo. De lo dicho por los ángeles a los discípulos en He-
chos 1:11, es claro que la Segunda Venida del Señor será una venida visible y corpo-
ral. Por ello dice el escritor; “He aquí que viene con las nubes, y todo ojo le verá …”

11Cursiva nuestra

92 Las siete dispensaciones


(Apocalipsis 1:7). (Duffield y Van Cleave, 2006).

4) El Juicio
Como ha ocurrido anteriormente en las pasadas dispensaciones, esta también con-
cluirá con un juicio antes de dar paso a la siguiente dispensación. A este juicio se le
denomina “El Juicio de las Naciones”.
Anunciado en Mateo 25: 31-4612, algunos llaman a este juicio el “Juicio de los genti-
les”, a razón de textos como Joel 3:1-2, donde dice:
Porque he aquí que en aquellos días, y en aquel tiempo en que haré volver la
cautividad de Judá y de Jerusalén, reuniré a todas las naciones, y las haré des-
cender al valle de Josafat, y allí entraré en juicio con ellas a causa de mi
pueblo, y de Israel mi heredad, a quien ellas esparcieron entre las
naciones, y repartieron mi tierra (Joel 3:1-2).
El profeta indica que este juicio tendrá lugar en el mismo tiempo en que el Señor
restaure a Israel a su tierra, evento que, como hemos visto, ocurrirá cuando Cris-
to venga por segunda vez, en vísperas del establecimiento de su reinado milenial
(Pentecost, 1998).

CONCLUSIÓN
Concluido este juicio, la tierra será renovada y el reino de Dios establecido
en Jerusalén para gobernar el mundo entero, y de este modo dar paso a la
Dispensación Milenial o del Reino.

12El Juicio De Las Naciones no es el mismo que el Juicio Final o Juicio Del Gran Trono Blanco. La base de este
juicio será en base a cómo los pueblos gentiles hayan tratado a Israel durante el periodo de gran tribulación,
tal como aparece en Mt. 25:40-45: “De cierto os digo que en cuanto lo hicisteis a uno de estos mis hermanos
más pequeños, a mí me lo hicisteis”. (Pentecost, 1998).

Lección 8: Dispensación Eclesiástica 93

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