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1
Además de las mencionadas, fueron fundadas tres ciudades más de efímera existencia: León, Málaga y
Villa Rica de los Cañaverales. Las ciudades de Vélez y Pamplona tuvieron desacuerdos por los términos de
sus respectivas jurisdicciones. Un pleito seguido entre 1552 y 1557 parece haber terminado con algún acuerdo
que permitió al vecindario veleño extraer oro de aluvión en el Río del Oro, quizás porque la encomienda de
Jérira (en la Mesa de los Santos) legitimaba el derecho del vecindario de Vélez más allá del río Chicamocha.
Sin embargo, en 1631 el procurador de Pamplona levantó una probanza para demostrar que los términos se
habían situado en el sitio de Pescadero, es decir, en el río Chicamocha. Cfr. AGN, Poblaciones, 4.
2
El 5 de marzo de 1557 se expidió el título de justicia mayor de Tunja al bachiller Gonzalo Rodríguez de
Ledesma, y fue entonces la primera vez que se le agregaron a su jurisdicción las correspondientes a los
cabildos de Vélez y Pamplona. Cfr. Juan Flórez de Ocariz: Genealogías del Nuevo Reino de Granada, 1674.
En 1759 el corregidor de Tunja declaró que su jurisdicción cubría a los cabildos de las ciudades de Tunja,
Vélez, Pamplona y Muzo, así como a las villas de Leyva y de San Gil.
3
El presidente Diego de Villalba y Toledo dictó un auto el 2 de diciembre de 1670 para definir los términos
de la ciudad de Girón "por la parte de la ciudad de Vélez hasta el río de Sogamoso y paso que llaman de Sube,
y río arriba hasta el Pescadero, con las vertientes de la Mesa de Xerira hasta la quebrada del Manco, y de allí
faldeando los montes y vertientes que caen al Pié de la Cuesta, Mata Redonda y Bucarica. Por la parte de
Pamplona hasta la quebrada de Tona y su paso real, y río de Suratá abajo incluyéndose el sitio de La Loma y
exceptuando lo que se determinare por la Real Audiencia ser resguardos de los indios de Bucaramanga". Cfr.
AGN, Resguardos de Santander, rollo 13, No. 13. Los términos hacia el occidente se entendieron hasta el río
Magdalena, como alegaba el cabildo gironés de 1795 que representó que sus términos occidentales llegaban
por dicho río hasta el sitio de Badillo río abajo y río arriba hasta el Real de Carare, de tal forma que su
jurisdicción confinaba con la de la gobernación de Cartagena. En el puerto de Botijas, sobre el río Lebrija, se
Ocaña se inscribió en la jurisdicción de la gobernación de Santa Marta, pero en términos
jurídicos todas las mencionadas pertenecieron al distrito judicial de la Real Audiencia que
desde la ciudad de Santa Fé gobernaba toda la jurisdicción del Nuevo Reino de Granada.
En esencia, los santanderes de hoy en día fueron percibidos en los tiempos indianos como
el distrito nororiental de la Real Audiencia del Nuevo Reino, pese a las vinculaciones de
Girón y Ocaña con el tráfico comercial de las gobernaciones de Cartagena y Santa Marta, y
las de Pamplona con la de Maracaibo.
fundar ni obtener en tierra conquistada y pacífica, pues el fundamento de sus excusadas capitulaciones fue
proponer que había de poblar en orden a la pacificación y castigo de los indios yareguíes, que son no más de
siete u ocho retirados, cuya asistencia está más de 30 leguas apartada del sitio donde el dicho gobernador era
poblado".4
confinaba con la gobernación de Santa Marta. Los puertos gironeses fueron El Pedral y Botijas. Cfr. AGN,
Poblaciones de Santander, 2.
4
Cfr. AGN, Poblaciones de Santander, 4
1.2. Fragmentación de las jurisdicciones indianas originales:
Pasada la época de la fundaciones de las ciudades que establecieron los derechos originales
al reparto de la mano de obra indígena y de los recursos ambientales y mineros, la acción
conjunta del crecimiento demográfico, las reformas de la administración fiscal del estado
Indiano y las pretensiones de reconocimiento político de los nuevos vecindarios
configuraron un continuo proceso de secesiones de las jurisdicciones originales de las
primeras ciudades. Legalmente era imposible fundar más derechos de ciudades, pero se
podían erigir derechos parroquiales o de villas si se surtían las diligencias correspondientes
ante la Real Audiencia y la Curia Arquidiocesana de Santa Fé. Las secesiones
jurisdiccionales más importantes fueron las siguientes:
El cabildo de la villa de Santa Cruz y San Gil de la Nueva Baeza separó en 1690
jurisdicción propia al separarse de la antigua jurisdicción de la ciudad de Vélez. Esta villa,
a pesar de sus esfuerzos en contra debió también experimentar en 1776 la división de su
propia jurisdicción por parte del cabildo de la villa de Nuestra Señora del Socorro. Tuvo
más suerte al cerrarle este camino a la parroquia de Barichara5, cuyo vecindario se empeñó
en vano en erigirse en la villa de Varaflorida, hasta que el proceso de la independencia de
1810 les permitió realizar este propósito. En la jurisdicción de la ciudad de Pamplona se
erigieron dos jurisdicciones de villas: la de San José de los Guasimales de Cúcuta y la del
Rosario de Cúcuta. Justo en el momento de la independencia, los parroquianos de
Piedecuesta obtuvieron el título de villa de San Carlos, separándose de la jurisdicción de
San Juan Girón.
Los poblamientos de los distritos mineros configuró una jurisdicción especial denominada
Real de Minas, la cual extendió su jurisdicción a los reales mineros de la jurisdicción de la
ciudad de Pamplona en los distritos de Vetas, Suratá, Río del Oro y Bucaramanga.
Normalmente, el alcalde mayor de minas tuvo su residencia en la ciudad de Pamplona,
dependiendo de su autoridad los tenientes de alcalde mayor que actuaron en los distritos
mineros de Bucaramanga y Vetas.
5
Lo primero que hicieron los parroquianos de Barichara al proclamar su junta patriótica fue obtener de la
Junta Suprema del Socorro, en octubre de 1810, el título de Villa de Varaflorida, separada de la jurisdicción
del cabildo de San Gil.
El principal proceso de poblamientos acaecido durante el siglo XVIII fue el de la erección
de parroquias. Muchas de ellas se erigieron después de que los visitadores de la Real
Audiencia suprimieron pueblos de indios, como fue el caso de Bucaramanga y Suratá, pero
muchas solamente necesitaron un donante del lote para el trazado urbano, tal como ocurrió
en Barichara y Socorro. Aunque las parroquias eran grupos de feligreses puestos bajo la
autoridad eclesiástica de curas párrocos y, en consecuencia, no eran legalmente secesiones
de la jurisdicción civil de los cabildos de las ciudades que las englobaban en sus territorios,
fueron sin embargo escuelas de vida pública que estimularon los proyectos de separación
para constituirse en villas independientes, pese a la resistencia opuesta por las ciudades o
villas que ejercían las jurisdicciones originales. Por ello, tan pronto como se organizaron
las juntas patrióticas de 1810 buena parte de las parroquias se independizaron y
proclamaron su condición de villas soberanas. Entre las muchas parroquias que se
independizaron en este momento y erigieron villas citemos a las de Varaflorida
(Barichara), Bucaramanga, Piedecuesta y Charalá.
Con base en este informe, el virrey José de Ezpeleta obtuvo, el 25 de marzo de 1795, la
real aprobación para la constitución del corregimiento del Socorro, con jurisdicción sobre
los cabildos del Socorro, San Gil y Vélez6, cuyos términos fueron la sumatoria de las
jurisdicciones de cada cabildo subordinado7. Se usó la entidad denominada "partido" para
subdividir este corregimiento entre sus tres partes (dos villas y una ciudad) componentes, y
se entendió que cada partido era un conjunto de parroquias y pueblos de indios
subordinados a la cabecera del mismo. El primer corregidor del Socorro fue don Juan
Salvador Rodríguez de Lago (7 de abril de 1797 a junio de 1806), al cual sucedieron Juan
Nepomuceno Rodríguez de Lago (1806-1809) y José Valdés Posada (1809-1810).
El segundo corregimiento fue el de Pamplona, cuya extensa jurisdicción8 incluyó a las
parroquias de Suratá, Bucaramanga, Rionegro, Cepitá, San Andrés, Concepción, Cerrito,
Carcasí, Bochalema, Arboledas y el valle de Labateca; a las villas de San José y El Rosario
de Cúcuta; a los pueblos de Servitá, Guaca, Labateca, Cácota, Silos, Chopo, Chinácota y
San Luis de Cúcuta. Incluía además los reales mineros de Vetas y la Montuosa Baja, así
como a las jurisdicciones antiguas de las ciudades de Salazar de las Palmas y San Juan
Girón. Quedaron así comprendidos en la jurisdicción de este corregimiento cinco cabildos
(Pamplona, Salazar, Villa del Rosario, San José de Cúcuta y San Juan Girón), lo cual
significaba la extinción de la antigua gobernación de la provincia de Girón9 y del empleo
6
Los corregidores del Socorro (1797-1810) han sido estudiados por Horacio Rodríguez Plata (1963, pp. 612-
645) y por José María Restrepo Sáenz ("La provincia del Socorro y sus gobernantes", en BHA, 476, jun.
1954)
7
Los términos con Tunja se establecieron en la cordillera de Guacha y el pueblo de Saboyá. Hacia el norte,
allí donde el río Suárez se junta con el Chicamocha y marca los términos con Pamplona. Hacia el occidente
incluía la cordillera de los Yariguíes. Cfr. Instrucción dada por el cabildo socorrano al diputado que lo
representaría ante la Junta Suprema de Cádiz, 1809.
8
La jurisdicción tradicional del cabildo de Pamplona fue definida "desde Cáchira (el límite con la
jurisdicción de Ocaña) tomando el río del Pescado, Bagaloma, las Quebradas, a dar a las juntas del río de
Suratá con el del Oro, tomando este arriba hasta las juntas del río Frío, éste arriba hasta sus vertientes, y de
éstas faldeando a dar a las del río de Blanco, aguas abajo hasta las juntas de éste con el río de Chicamocha, río
arriba hasta el sitio de Chinácota, y de allí tomando la loma arriba lindando con Molagavita hasta salir a dar a
la alta cordillera de Sampotre, hasta las vertientes de la quebrada del término, ésta abajo hasta las juntas del
río de Servitá, y pasando éste y la boca de otra quebrada tomando el cerro y falda lindando con el llano de
Enciso, hasta dar al vado de la quebrada de Vera que pasa de Carcasí para San Miguel, y de allí tomando el
cerro lindando con Molagavita y Chiscas hasta subir a la altura de Siachoque, a dar a la punta de la Sierra
Nevada que llaman Nievecita, tomando esta cordillera para abajo a dar a tierras incógnitas, hasta salir a las
vertientes del río de Táchira, éste abajo por su agua hasta que se junta con el Zulia, éste arriba hasta las juntas
del río de Salazar, tomando éste arriba hasta sus vertientes, cortando de allí a dar a dicho sitio de las
jurisdicciones de Cáchira". Cfr. AGN, Curas y Obispos, 39, f. 223. Como cabecera de corregimiento,
Pamplona extendió su jurisdicción hasta el tramo del río Magdalena comprendido entre las desembocaduras
de los ríos Sogamoso y Lebrija, es decir, que se incorporó la antigua jurisdicción de la ciudad de Girón que
iba al sur hasta el río Chicamocha en Sube y Pescadero. Cfr. Joaquín Camacho: Relación territorial de la
provincia de Pamplona. En: Semanario del Nuevo Reyno de Granada, 13 (Santafé, 2 abril 1809).
9
El distrito de la gobernación de San Juan Girón estaba comprendido entre el río Magdalena, al occidente, y
el río del Oro al oriente; limitando al norte con la provincia de Santa Marta hacia la parte de Ocaña. Su
jurisdicción se imponía en 1777 sobre cuatro poblaciones: la ciudad de San Juan Girón, San Roque de los
Cañaverales, El Pedral y Piedecuesta. Según el Padrón general del virreinato levantado en ese año, la
población de esta gobernación era de 7.073 almas, distribuidas en 3.944 hombres y 3.129 mujeres, los cuales
formaban 1.111 matrimonios. Se clasificaron como blancos a 1.572 personas, como indios a 298 y como
de alcalde mayor de minas de Bucaramanga. En la autorizada opinión de don Joaquín
Camacho, la población de la sola jurisdicción de la ciudad de Pamplona era en 1809 de
más de cuarenta mil habitantes, en su mayoría blancos y mestizos, siendo ésta la mayor de
los cinco cabildos agregados al corregimiento.
El teniente coronel de ingenieros don Carlos Cabrer fue comisionado por el virrey para
levantar el mapa que permitiría trazar los límites de los tres corregimientos en que quedó
dividido el antiguo de Tunja, debiendo suspender sus trabajos por haber sido llamado a
dirigir las reparaciones que se hicieron en 1796 del camino que unía a Honda con Guaduas.
El virrey Pedro Mendinueta extinguió posteriormente la gobernación de San Faustino, la
cual sólo existía nominalmente, y la agregó al corregimiento de Pamplona. Los dos nuevos
corregimientos fueron designados por la palabra "provincia", ya en su acepción político-
administrativa, es decir, entendida como el territorio jurisdiccional superior de una
cabecera de corregimiento. Por ello, al momento de la Independencia se consideraba que el
territorio santandereano se componía sólo de las provincias de Pamplona y el Socorro, dos
de las quince provincias en que se entendía dividido el territorio del virreinato de la Nueva
Granada10.
El doctor Joaquín Camacho publicó en las entregas 13 a 15 del Semanario del Nuevo
Reino de Granada, durante el mes de abril de 1809, su "Relación territorial de la provincia
de Pamplona". En ese momento se entendía que la jurisdicción del corregidor de Pamplona
se divide al medio día de la provincia de Tunja por el río de Sogamoso, que entra en el
Magdalena, extendiéndose por el norte hasta confinar con jurisdicción de Ocaña en la
provincia de Santa Marta, y también con la jurisdicción de Maracaibo por el río Táchira, que es
el término que separa el virreinato de las provincias de Venezuela. Al occidente se extiende
hasta el Magdalena, entre las embocaduras de Sogamoso y Cañaverales, y por el oriente hasta
los llanos de Barinas, a donde se encaminan las aguas que se recogen en el valle de Labateca y
dan origen al río Apure, que entra en el Orinoco. El ramo oriental de la cordillera de los Andes
ocupa casi toda esta provincia, formando distintos valles y dejando libre la comunicación de
los lugares situados al oriente con la costa del mar del norte por medio del río Zulia, que
incorporándose con el Catatumbo que viene de Ocaña entra en la laguna de Maracaibo,
teniendo igual comunicación los lugares situados al occidente por medio de los ríos navegables
Sogamoso y Cañaverales, que como se ha dicho entran en el Magdalena.
A su turno, la jurisdicción del corregidor del Socorro se extendía al sur del río Sogamoso-
Chicamocha, hasta encontrar sus términos con las jurisdicciones del corregimiento de
Tunja y de la villa de Leiva, “de las cuales las separa la cordillera de Guacha y el pueblo de
Saboya, situado en las inmediaciones de Chiquinquirá y laguna de Fúquene, de donde nace
el río Suárez. Sobre las márgenes de este río, y siguiendo el curso de sus aguas, se extiende
del mediodía al norte hasta donde se junta con el río Chicamocha, que la divide de la de
Pamplona. Al poniente, como a cuatro leguas de distancia de su capital, tiene la cordillera
de los Yariguíes y bosques antiguos que llegan hasta el río Grande de la Magdalena”11.
Durante la segunda mitad del siglo XVIII se registra con nitidez el uso de las palabras
patria y país. La primera designaba al sitio de donde se era "natural" y donde se tenían
largas tradiciones familiares de vida y posesión, tal como fue considerado en la sesión
libres a 5.193.
10
Las otras trece provincias eran Popayán, Neiva, Chocó, Mariquita, Antioquia, Santafé, Tunja, Casanare,
Cartagena, Santa Marta, Riohacha, Panamá y Veragua. Desde 1777 el Virreinato había dejado de controlar a
la Capitanía de Venezuela y a las provincias de la Audiencia de Quito.
11
Instrucción del cabildo del Socorro al diputado del Nuevo Reino ante la Junta Suprema de Cádiz.
Socorro, 20 de octubre de 1809. En: Rodríguez Plata, 1963, p. 40-42.
realizada por el Real Acuerdo de Santafé, el 21 de julio de 1781, para resolver el asunto del
cumplimiento de la séptima capitulación firmada con los Comuneros del Socorro: aunque
se les había ofrecido a los indios de los resguardos extinguidos nuevas tierras a cambio de
las que ya se habían vendido a particulares, se vio que esos "naturales" rechazaron la
propuesta "por ser ciega e inconsideradamente adictos a su patrio suelo". Por otra parte, la
segunda palabra designaba las características geográficas de las comarcas, tal como
aparece en 1785 en el rechazo de los indios de Carcasí a poblarse en el pueblo de Tequia,
pues una vez que se regresaron a su antiguo pueblo se quejaron de que en Tequia "la
mayor parte de ellos murió y los demás perecieron de resultos de la fuerza del
temperamento de aquel país".
Los cabildos del Socorro y San Gil firmaron el 15 de agosto de 1810 la constitución de un
Estado libre e independiente que gobernaría la antigua provincia del Socorro12 bajo la
presidencia del doctor Lorenzo Plata. Las disputas entre éste y el canónigo Andrés Rosillo
y Meruelo, quien representaba al Socorro en la Suprema Junta de Santafé, propiciaron la
separación de los cabildos de San Gil y Vélez. Los sangileños pidieron su anexión al
Estado de Cundinamarca que se había constituido formalmente el 4 de abril de 1811 bajo
la presidencia de don Jorge Tadeo Lozano con la pretensión de reunir a todas las
provincias que habían constituido el virreinato, y los veleños plantearon su autonomía
provincial. El conflicto interno de la provincia del Socorro fue aprovechado por Antonio
Nariño, nuevo presidente del Estado de Cundinamarca, para anexarse las provincias de San
Gil y Vélez, enviando tropas para respaldar este acto. Después de la primera escaramuza
armada los socorranos firmaron con Cundinamarca el pacto de Guadalupe (17 de febrero
de 1812) que terminó con el experimento del Estado Libre y Soberano del Socorro. El 7 de
marzo de 1812 ingresaron las tropas cundinamarquesas a la villa del Socorro, con lo cual
su provincia también fue anexada al Estado de Cundinamarca. Mientras tanto, la provincia
de Pamplona se había hecho representar por Camilo Torres para la firma, el 27 de
noviembre de 1811, de su adhesión al acta constitutiva de la Federación de las Provincias
Unidas de la Nueva Granada. Así, por las dos direcciones políticas, esto es, la centralista y
la federalista, las provincias de Socorro, San Gil y Pamplona renunciaron a su primer
proyecto autonómico en cuestiones de soberanía y se afiliaron a conjuntos provinciales que
intentaban el restablecimiento de la unidad política indiana en los tiempos republicanos. En
el territorio del Corregimiento de Pamplona también la independencia produjo una escisión
política: tan pronto el cabildo pamplonés declaró la independencia, el de Girón se declaró
realista; de tal suerte que los piedecuestanos se aliaron a Pamplona para sujetar
militarmente a Girón.
12
Los diputados de la provincia de Vélez no firmaron dicha Constitución. Se delimitó territorialmente este
Estado soberano con el criterio con que se había definido a la provincia del Socorro en la Instrucción dada por
el cabildo del Socorro al vocal de la Suprema Junta de Santafé enviado a Cádiz, es decir, incluyendo las
jurisdicciones del Socorro, San Gil y Vélez.
Don Antonio Nariño impuso un sistema de gobernadores provinciales para el ejercicio de
la autoridad en cada una de las antiguas provincias que se anexaron al Estado de
Cundinamarca, y así el coronel Joaquín de Ricaurte y Torrijos se convirtió en el primer
gobernador republicano de la provincia del Socorro, dividida administrativamente en los
Cantones de Socorro, San Gil y Vélez. La nueva Constitución de Cundinamarca que se
firmó el 18 de julio de 1812 ratificó la incorporación de la vieja provincia socorrana y de
sus tres cantones a dicho Estado. Sin embargo, al día siguiente una sublevación de los
socorranos derrotó militarmente en Paloblanco a José Miguel Pey, jefe de las fuerzas
cundinamarquesas, con lo cual la provincia del Socorro recuperó su independencia bajo la
gobernación de Custodio García Rovira. Desde entonces esta provincia y la de Pamplona
permanecieron asociadas al sistema de las Provincias Unidas que encabezaba el Congreso
de Tunja, bajo la autoridad de gobernadores provinciales nombrados por un Colegio
Electoral, hasta que las tropas españolas de Calzada derrotaron a las socorranas en Cachirí,
el 21 de febrero de 1816, poniendo fin al primer experimento de los gobiernos
republicanos. Nueve meses antes el gobernador de Pamplona, Fernando Serrano, había
dictado un reglamento que creaba las municipalidades en su provincia.
Por su parte, el cabildo de Girón se había anexado en 1811 al Estado Soberano de Tunja y
adoptado una postura federalista, cesando sus dependencias con el corregimiento de
Pamplona. Con la Reconquista española, Don Pablo Morillo constituyó una comandancia
militar en Girón, separando su territorio de la gobernación pamplonesa para dejarlo "como
estaba antes del año de 1786".
13
El general Santander emitió el 7 de febrero de 1820 el decreto que suprimió el empleo de gobernador
político de Piedecuesta, resolviendo los conflictos jurisdiccionales que fastidiaban al doctor Francisco Soto.
Marcelo Mantilla, el gobernador piedecuestano, fue reducido al rango de corregidor bajo la autoridad del
gobernador pamplonés. Cfr. Osorio Racines (ed.): Decretos del general Santander, 1969, pp. 92-93.
2. ADMINISTRACION REPUBLICANA (1821-2004)
El departamento de Boyacá fue conformado por las antiguas provincias de Tunja, Socorro
y Pamplona, y puesto bajo la jurisdicción de un intendente. Cada una de las provincias fue
administrada por su propio gobernador político.14
Una Comisión especial del Congreso colombiano fue encargada de elaborar la ley de
división territorial de la República, la cual fue expedida el 25 de junio de 1824. En ella se
perfeccionó la división político-administrativa adoptada en Villa del Rosario: los
departamentos de la Gran Colombia fueron doce15, y el de Boyacá fue subdividido en las
provincias de Tunja, Pamplona, Socorro y Casanare. Una aproximación a la población de
este departamento de Boyacá fue dada por los resultados del censo de 1825 que registró en
los doce departamentos colombianos un total de 37 provincias:
14
Los límites entre las provincias del Socorro y Tunja fueron establecidos por el decreto expedido por el
general Bolívar en Tunja el 3 de febrero de 1821: los pueblos de Cincelada, Encino, Petaquero y Onzaga se
desmembraron de la provincia de Tunja para agregarse a la del Socorro. Por el contrario, los pueblos de
Saboyá, Sombredera, Gachantivá y Suta se le quitaron al Socorro para agregarlos a Tunja.
15
Boyacá, Cundinamarca, Magdalena, Cauca, Itsmo, Orinoco, Venezuela, Apure, Zulia, Los Andes (Quito),
Cuenca y Guayaquil. Estos departamentos se dividieron en 38 provincias, cada una bajo la autoridad de un
gobernador. Los departamentos fueron puestos bajo el régimen de prefectos.
La provincia de Pamplona se constituyó por los cantones de las ciudades de Pamplona,
Girón y Salazar de las Palmas, y por las villas de San José de Cúcuta, Nuestra Señora del
Rosario de Cúcuta, La Concepción, Málaga, Bucaramanga y Piedecuesta. La provincia del
Socorro fue conformada por los cantones de las villas del Socorro16, San Gil, Charalá,
Barichara, Moniquirá y Zapatoca17, y por el de la ciudad de Vélez. La jurisdicción de
Ocaña fue convertida en un cantón de la provincia de Mompóx, adscrita al departamento
del Magdalena.
Las cabeceras de cada uno de los cantones quedaron por dicha ley erigidas en villas si se
daba el caso de que apenas hubiesen tenido previamente el rango de villas. Fue así como
legalmente Bucaramanga, Barichara, Zapatoca, Málaga, La Concepción, Charalá y
Piedecuesta cambiaron su condición de parroquias por la de villas.18 Los cantones fueron
puestos bajo la autoridad de jefes políticos municipales, mientras que las provincias
siguieron bajo el régimen de los gobernadores.
16
Desde diciembre de 1823 el cantón de la villa del Socorro se consideraba integrado por dicha villa y las
parroquias de Confines, Palmas, Páramo, Oiba, Chima, Simacota, Aguilitas (El Hato) y El Palmar.
17
La existencia independiente del cantón de Zapatoca fue aprobada por decreto del Congreso Nacional,
quien el 23 de julio de 1823 reconoció los méritos alegados por su vecindario para independizarse del cabildo
del Socorro y constituir con los feligreses de La Robada y Chucurí una cabecera cantonal dotada de cabildo y
juez político. Cfr. Gaceta de Colombia, no. 99, p. 1.
18
En 1810 estas parroquias se autoproclamaron villas, pero la Reconquista española suprimió esas
pretensiones. Al Congreso de Cúcuta llegaron los procuradores de esos vecindarios solicitando legalización
de su condición de villas, pero éste dilató la pretensión hasta la expedición de la ley de división territorial en
1824.
los pueblos de la extinguida Capitanía de Venezuela se habían erigido como Estado
independiente19. La nueva división político-administrativa de la Nueva Granada contempló
así seis departamentos (Antioquia, Boyacá, Cauca, Cundinamarca, Magdalena e Istmo de
Panamá) divididos en 19 provincias.20
19
La separación de Venezuela respecto de Colombia obligó a separar de la jurisdicción del Obispado de
Mérida las parroquias de Pamplona, San José de Cúcuta, Limoncito y San Faustino de los Ríos. El doctor
Francisco Soto presentó al Congreso neogranadino, el 15 de noviembre de 1831, la proposición para su
anexión al Arzobispado de Santafé.
20
Las provincias del Estado de la Nueva Granada eran Pamplona, Socorro, Vélez, Tunja, Bogotá, Casanare,
Neiva, Mariquita, Antioquia, Mompós, Santa Marta, Riohacha, Cartagena, Panamá, Veraguas, Chocó,
Popayán, Buenaventura y Pasto.
21
Desde el 30 de julio de 1831 ya un grupo de ciudadanos del Socorro había solicitado al presidente del
Congreso Granadino la eliminación del régimen de las prefecturas pues, en su opinión, los prefectos sólo
servían para entorpecer la administración que realizaban los gobernadores y el régimen obligaba a las
provincias a dar un rodeo antes de presentar su voz ante el Gobierno Supremo. Pidieron entonces la
eliminación de los Departamentos y la vuelta a la comunicación directa de las provincias con el gobierno
nacional. Cfr. Gaceta de Colombia, No. 546, p. 2.
22
La ley del 26 de marzo de 1832 recreó la provincia de Vélez con los cantones de Vélez, Chiquinquirá y
Moniquirá, dotándola de la posibilidad de constituir una Cámara provincial. Esa misma ley agregó las
parroquias de Suaita y Gámbita a la provincia del Socorro. En 1835 los distritos parroquiales de Oiba,
Cunacua, Guadalupe, Suaita y Gámbita conformaron el nuevo cantón de Oiba. Otro cantón creado en la
provincia del Socorro fue el de Aratoca, constituido en 1851 con los distritos parroquiales de Aratoca y Curití.
23
La restauración de 1849 le adjudicó a la provincia de Ocaña la jurisdicción sobre los distritos parroquiales
de Ocaña, Río de Oro, El Carmen, Convención, Loma de Indígenas, San Antonio, Brotaré, Teorama, La
Cruz, Aspasica, La Palma, Pueblo Nuevo, Buenavista, Los Angeles, Loma de Corredor, Aguachica, Puerto
Nacional, Simaña, San Bernardo, Badillo y Tamalameque.
Puerto Nacional
Loma de Corredor
Loma de Indígenas
Los Ángeles
San Bernardo
San Antonio
Brotaré
San Andrés
PAMPLONA PAMPLONA Pamplona
Labateca
Silos
Toledo
Bochalema
Chinácota
Arboledas
Chopo
Chitagá
Cucutilla
Cácota de Velasco
CONCEPCIÓN Concepción
Macaravita
Carcasí
Enciso
San Miguel
Cerrito
Capitanejo
Servitá
Málaga
MALAGA Molagavita
Tequia
Guaca
San Andrés
BUCARAMANGA Bucaramanga
Matanza
Rionegro
Suratá
Tona
La Baja y Vetas
San Roque de los
Cañaverales
GIRON Girón
Floridablanca
El Pedral
PIEDECUESTA Piedecuesta
Cepitá
Los Santos
SALAZAR Salazar
San Cayetano
Santiago
SAN JOSE DE CUCUTA San José
Limoncito
ROSARIO DE CUCUTA Rosario
Cúcuta
San Faustino
SOCORRO SAN GIL San Gil
Zapatoca
Mogotes
Onzaga
Aratoca
Valle
Pinchote
Curití
Petaquero
SOCORRO Socorro
Simacota
Páramo
Chiquinquirá
Palmas
Confines
Chima
Guapotá
Palmar
Hato
BARICHARA Barichara
Robada
Cabrera
Guane
CHARALA Charalá
Cincelada
Ocamonte
Riachuelo
Encino
OIBA Oiba
Guadalupe
Sumita
Gámbita
Cunacua
VELEZ VELEZ Vélez
Puente Nacional
Jesús María
Chipatá
Guavatá
San Benito
La Paz
Güepsa
Las Flores
Cite
La Aguada
MONIQUIRA Moniquirá
CHIQUINQUIRA Chiquinquirá
-CÚCUTA, compuesta por un único cantón de su mismo nombre, el cual comprendía los
territorios de los distritos parroquiales de Arboledas, Bochalema, Cúcuta, Chinácota,
Limoncito, Rosario, Salazar, Santiago, San Cayetano, San Faustino y San José de Cucuta.
-PAMPLONA, compuesta por un único cantón de su mismo nombre, el cual comprendía
los territorios de los distritos parroquiales de Cácota de Velasco, Capitanejo, Carcasí,
Cerrito, Concepción, Cucutilla, Chitagá, Chopo, Enciso, Guaca, Labateca, Macaravita,
Málaga, Molagavita, Mutiscua, Pamplona, San Andrés, San Miguel, Servitá, Silos, Tequia
y Toledo.
-LEBRIJA, compuesta por un cantón de su nombre, el cual comprendía los territorios de
los distritos parroquiales de La Baja, Bucaramanga, Floridablanca, Girón, Los Santos,
Matanza, Piedecuesta, Rionegro, Cepitá, Suratá, Tona y Vetas.
-GUANENTA, compuesta por un único cantón, el cual comprendía los territorios de los
distritos parroquiales de Aratoca, Barichara, Cabrera, Curití, Guane, Mogotes, Petaquero,
Pinchote, La Robada, San Gil, Valle de San José y Zapatoca.
-SOCORRO, compuesto por un cantón que comprendía los territorios de los distritos
parroquiales de Cincelada, Confines, Coromoro, Cunacua, Charalá, Chima, Chiquinquirá,
Encino, Guadalupe, Guapotá, Hato, Nuevo Socorro, Ocamonte, Oiba, Palmar, Palmas,
Páramo, Riachuelo, Simacota, Socorro y Suaita.
-VELEZ, compuesto por el cantón de su nombre, comprendiendo los territorios de los
distritos parroquiales de La Aguada, Chipatá, Chitaraque, Las Flores, Guavatá, Güepsa,
Jesús María, Moniquirá, Pare, La Paz, Puente Nacional, San Benito, Santa Ana, Cite,
Toguí y Vélez.
A estos distritos parroquiales habría que agregar el de Onzaga, asignado a la provincia de
Soatá.
En esta reforma, de curso breve, se identificaron las provincias con los cantones, reducidos
a sólo seis quizás para adecuar el número de los empleados públicos a las realidades de los
escasos recursos fiscales de las provincias. No obstante, la eficaz administración pública
exigía no sólo el mantenimiento de los jefes políticos cantonales sino una propia
subdivisión de las grandes provincias. Una nueva ley sobre división política del territorio
de la República fue dada entonces a mediados de 1848, la cual mantuvo la división
provincial del territorio. En ella apareció por primera vez el distrito parroquial de Bolívar
como parte del cantón de Vélez.
La ley del 17 de abril de 1850 subdividió la antigua provincia de Pamplona en tres nuevas
provincias24:
-PAMPLONA, reducida ahora sólo a los cantones de Pamplona, Málaga y La Concepción,
con capital en Pamplona. Se constituyó además el cantón de Fortoul, segregándole al de
Málaga los distritos de San Andrés y Guaca.
-SANTANDER, constituida por los cantones de San José de Cúcuta (que se había anexado
ya los distritos de San Faustino y Bochalema), Salazar de las Palmas y el Rosario de
Cúcuta, con capital en San José, la cual fué inaugurada el 21 de julio con un acto de
manumisión de esclavos, y
-SOTO, conformado por los cantones de Bucaramanga, Girón y Piedecuesta, con capital
en Piedecuesta. Aunque se presentó en el Senado un proyecto que trasladaba la capital a
Floridablanca, éste no fue aprobado.
En este mismo año fueron creados dos nuevos cantones en la provincia del Socorro,
segregados del cantón de San Gil: el de Jordán, compuesto por Aratoca y Curití; y el de
Zapatoca, conformado por los distritos de Zapatoca, Betulia, San Vicente y
Barrancabermeja. La provincia de Vélez sólo registró la novedad de la agregación del
distrito de Bolívar.
Los resultados del censo nacional de 1850 permitieron la definición del número legal de
diputados con que podían constituirse en adelante las cámaras provinciales. Esta
24
Gaceta de la Nueva Granada, 1.115 (1850), p. 169.
distribución es un índice de la distribución demográfica en la región santandereana en
aquel tiempo:
La ley del 13 de mayo de 1857, expedida por el Congreso de la Nueva Granada, creó el
Estado federal de Santander, en consonancia con las tendencias políticas federales que se
impusieron en la república (ver Anexo 1). Este Estado se constituyó inicialmente con los
territorios de las antiguas provincias del Socorro y Pamplona,25 a los cuales se adicionó por
la ley del 15 de junio del mismo año los territorios de los cantones de Vélez y Ocaña.26
Quedaba así constituido el Estado con el territorio de 101 distritos parroquiales y una
población aproximada de 392.840 habitantes.
La Asamblea Constituyente del Estado de Santander27 expidió ese mismo año varias leyes
que por el procedimiento de ensayo y error establecieron la división territorial del Estado.
Designada la ciudad de Bucaramanga por capital del estado (ley del 24 de noviembre de
1857), pese a la resistencia de los ciudadanos de Pamplona, fue sancionada el 25 de
noviembre la ley que dividía el Estado en 16 territorios municipales compuestos por cien
distritos parroquiales y una aldea. Cada municipio sería gobernado por un Ayuntamiento
que sería conformado por los diputados (uno por cada 4.000 habitantes) de los distritos
parroquiales que lo habían constituido.
25
En el territorio de la provincia de Pamplona se comprendían los correspondientes a las provincias de Soto,
García Rovira y Santander que habían sido suprimidas en abril de 1855. Una propuesta presentada al
Congreso durante el año de 1856 por el doctor Marco Antonio Tavera había intentado, sin éxito, la creación
del Estado del Socorro.
26
La ley del 14 de febrero de 1857 había suprimido la existencia de la provincia de Ocaña y agregado su
territorio al de la provincia de Mompóx, pero la ley del 15 de junio de 1857 que creó el Estado del Magdalena
desagregó de dicha provincia los siguientes distritos parroquiales de Ocaña que pasaron al Estado de
Santander por la ley del 21 de octubre de 1857, aprobada por la asamblea Constituyente del Estado de
Santander: Aspasica, Brotaré, Buenavista, El Carmen, Convención, La Cruz, Ocaña, La Palma, Pueblo
Nuevo, San Antonio, San Calixto, San Pedro y Teorama. El distrito de Brotaré fue anexado posteriormente al
de San Antonio, pero un decreto del 20 de junio de 1867 le restituyó su existencia legal. La delimitación del
Estado de Santander con el del Magdalena fue tan artificiosa que Río de Oro y Loma de González, cercanos a
Ocaña, quedaron para el estado del Magdalena, así como los de Puerto Nacional, Aguachica, Simaña,
González y Los Angeles; mientras que los alejados El Carmen, San Antonio y Brotaré pasaron a Santander.
Por otra parte, los distritos de Moniquirá, Togüí, Santana, Pare y Chitaraque, que habían sido de la antigua
provincia de Vélez, pasaron al territorio del estado de Boyacá.
27
La Asamblea Constituyente del Estado de Santander se reunió por primera vez en Pamplona, el 16 de
octubre de 1857, con la asistencia de 35 diputados elegidos por votación popular.
Dos nuevas leyes aprobadas el 22 de diciembre modificaron el esquema anterior al
establecer que cada uno de los distritos parroquiales reconocidos por la ley del 25 de
noviembre anterior constituiría por sí un municipio regido por un Ayuntamiento
formado por cinco diputados, y que la unidad de agrupación de los 97 municipios sería
el Circuito, en la forma como se detalla a continuación:
CIRCUITOS MUNICIPIOS
Vélez Vélez, Puente Nacional, Jesús María, Guavatá, Bolívar, Chipatá, La Paz, La Aguada, Güepsa, Cite,
San Benito y Las Flores
Socorro Socorro, Confines, Chima, Guapotá, Hato, Palmar, Palmas, Páramo y Simacota
Charalá Charalá, Cincelada, Coromoro, Encino, Ocamonte y Riachuelo
Suaita Suaita, Gámbita, Oiba, Guadalupe y Olival
San Gil San Gil, Mogotes, Onzaga, Pinchote, San Joaquín y Valle de San José, Aratoca, Curití y Jordán
Barichara Barichara, Cabrera, Guane, Robada, Zapatoca y Betulia
Bucaramanga Bucaramanga, La Baja, Rionegro, Matanza, Suratá, Tona, Vetas y Botijas
Girón Girón y Floridablanca
Piedecuesta Piedecuesta, Umpalá y Los Santos
Concepción La Concepción, Cerrito, Carcasí, Enciso, San Miguel, Macaravita y Capitanejo
Málaga Málaga y Molagavita
Fortoul San Andrés, Cepitá y Guaca
Pamplona Pamplona, Cácota, Cucutilla, Chitagá, Chopo, Labateca, Mutiscua y Silos
Cúcuta San José de Cúcuta, Chinácota, El Rosario, San Cayetano, Salazar de las Palmas y Arboledas
Ocaña Ocaña, Aspasica, Brotaré, Buenavista, El Carmen, Convención, La Cruz, Palma, Pueblo Nuevo, San
Antonio, Teorama y Cáchira
Algunas modificaciones a la división territorial del Estado fueron sancionadas por las leyes
del 5 de octubre de 1858 y 27 de diciembre de 1859:
-El distrito de Floridablanca fue segregado del circuito de Girón y agregado al de
Bucaramanga,
-El partido de la laguna de los Ortices pasó del distrito de Cepitá al de San Andrés,
-Se suprimió el distrito de Umpalá y se agregó su territorio al distrito de Cepitá, pero por la
segunda ley se agregó al de Piedecuesta,
-Se suprimieron los distritos de Botijas y Toledo, y sus territorios fueron anexados
respectivamente a los de Rionegro y Labateca y
-Se segregó del distrito de San Gil el sitio de Paloblanco para agregarlo al de Curití,29
-Se eliminó el distrito de Jordán,
-El distrito de Betulia fue eliminado y su territorio anexado al de Zapatoca,
-Se determinó el lindero entre Ocaña y La Cruz por el curso de la quebrada Paloquemado.
28
Ley arreglando provisionalmente el Gobierno del Estado de Santander. Pamplona, 21 de octubre de 1857.
29
Otras modificaciones habían sido introducidas por la ley del 23 de diciembre de 1857:
-El distrito de Tequia se agregó a Málaga,
-Los partidos de Butaregua, Chorrera y Carare regresaron al distrito de Guane desagregándolos de Barichara,
y
-El partido de Irobá se desagregó de Guabatá para pasarlo al de Puente Nacional.
Por otra parte, la ley del 27 de diciembre de 1859 eliminó los distritos de Jordán y Betulia, anexándolos a
los vecinos. El de Umpalá se segregó a Cepitá para agregarlo a Piedecuesta.
Durante el año de 1858 se aprobaron las Constituciones municipales de Bucaramanga,
Betulia, Floridablanca, Piedecuesta, Zapatoca, Onzaga y Socorro, con lo cual el régimen
municipal parecía haberse entronizado definitivamente en el territorio del Estado de
Santander. Sin embargo, la ley del 25 de junio de 1859 restauró el régimen de las
provincias bajo el nombre de departamentos: el Estado de Santander fue dividido en los
siete departamentos de Soto (capital Bucaramanga), Socorro (Socorro), Vélez (Vélez),
García Rovira (La Concepción), Cúcuta (San José de Cúcuta), Pamplona (Pamplona) y
Ocaña (Ocaña), formados por las antiguas provincias de sus nombres. Cada departamento
fue puesto bajo la autoridad de un jefe departamental,30 libremente nombrado y removido
por el Presidente del Estado por períodos de un año. Estos Jefes Departamentales fueron
concebidos como agentes inmediatos del Presidente del Estado para hacer cumplir sus
resoluciones. A su turno, los alcaldes de los distritos fueron convertidos en agentes
inmediatos de su respetivo jefe departamental, quien los nombraba y removía a su
discreción. Posteriormente, el 21 de diciembre de 1859, la Asamblea Constitucional del
Estado dividió el Departamento del Socorro en dos: uno que seguiría con su nombre y
agruparía los distritos parroquiales de Socorro, Suaita, Gámbita, Oiba, Guapotá,
Guadalupe, Palmas, Confines, Chima, Simacota, Hato, Palmar, Páramo, Olival, Pinchote,
Charalá, Cincelada, Coromoro, Encino, Ocamonte y Riachuelo; y el otro que se llamaría
Guanentá y se constituiría con los distritos parroquiales de San Gil, Barichara, Mogotes,
San Joaquín, Onzaga, Valle, Aratoca, Curití, La Robada, Cabrera, Guane, Zapatoca y
Betulia. La capital designada para este último departamento de Guanentá fue Barichara,
pero la ley 34 del 11 de noviembre de 1868 la trasladó a San Gil. El departamento de
Charalá fue creado en 1877 por la ley primera política y municipal.
Durante el año de 1861 el Estado declaró su soberanía y trasladó su capital a la villa del
Socorro. En febrero de 1863, cuando se realizó la Convención Nacional en Rionegro
(Antioquia) para la constitución de los Estados Unidos de Colombia, asistieron como
diputados principales por Santander Foción Soto, Santos Gutiérrez, Estanislao Silva, Pedro
Quintero Jácome, José María Villamizar, Aquileo Parra, Narciso Cadena, Alejandro
Gómez Santos y Felipe Zapata. Fueron suplentes Marcelino Gutiérrez, Victoriano de
Diego Paredes, Manuel Murillo Toro, Gabriel Vargas Santos, Solón Wilches, Leonidas
Olarte, Marco A. Estrada, Pascual Afanador y Urbano Pradilla.
Teniendo en cuenta el censo de población de 1864 y los mandatos del Código político y
municipal, el presidente Eustorgio Salgar firmó el 7 de diciembre de 1869 el decreto que
restauró la jerarquización de los asentamientos humanos en las antiguas categorías
político-administrativas denominadas ciudades, villas, parroquias y aldeas. A partir del
primero de enero de 1870 se considerarían ciudades a los distritos de Bucaramanga, Jesús
María, Girón, Málaga, Piedecuesta, Puente Nacional, San Andrés, San Gil, Socorro, Vélez
y Zapatoca. Se considerarían como villas a Barichara, Chipatá, Mogotes, Ocaña,
Pamplona, Salazar, San José de Cúcuta y Suaita. Como parroquias fueron considerados 55
distritos31 y como aldeas un total de 2632.
30
Los primeros jefes departamentales nombrados fueron: Marco Antonio Estrada (Cúcuta), Jacinto
Hernández (Pamplona), David Granados (García Rovira), Juan de Jesús Gutiérrez Vélez (Socorro) y Pedro
Quintero Jácome (Ocaña).
31
Se definieron como parroquias a La Aguada, Aratoca, Aspasica, Betulia, Bolívar, Cabrera, Capitanejo,
Carcasí, Carmen, Cerrito, Cincelada, Cite, Concepción, Confines, Convención, Cucutilla, Curití, Charalá,
Chima, Chinácota, Chopo, Enciso, Floridablanca, Gámbita, Guaca, Guadalupe, Guane, Guapotá, Guabatá,
Guepsa, Hato, Labateca, La Cruz, Los Santos, Macaravita, Matanza, Molagavita, Oiba, Olival, Onzaga,
Palmar, Palmas, La Paz, Pinchote, Riachuelo, Rionegro, Robada, El Rosario de Cúcuta, San Benito, San
Cayetano, San Joaquín, San Miguel, Silos, Simacota, Teorama y Valle de San José.
Un informe dado en 1866 sobre el departamento de Ocaña dio cuenta de los límites
antiguos de su provincia sobre la banda oriental del río Magdalena: desde la
desembocadura del caño Chocó hasta Tamalameque. Cuando se crearon los estados
soberanos de Santander y Magdalena fue repartido entre ellos el territorio provincial,
adjudicándose al último mencionado la falda occidental de la cordillera y el distrito de Río
de Oro.
Algunas modificaciones a este cuadro fueron introducidas en 1875 cuando Aquileo Parra,
actuando como presidente del Estado de Santander, trasladó la capital del departamento de
Guanentá a su nativo distrito de Barichara. Ese mismo año eliminó el distrito de San
Joaquín y agregó su territorio al del distrito de Onzaga. Al año siguiente se compusieron
los límites del Estado de Santander con el del Magdalena, al ceder éste último al primero
por noventa y nueve años el territorio situado al oriente del río Lebrija por una suma de
veinte mil pesos.
El artículo cuarto de la Constitución del 5 de agosto de 1886 eliminó los nueve estados
soberanos del régimen federalista y los convirtió en departamentos de la República
32
Las aldeas eran Arboledas, Bochalema, Brotaré, Buenavista, Cácota, California, Cáchira, Cepitá,
Contratación, Coromoro, Chitagá, Encino, Galindo, Mutiscua, Ocamonte, Palmas, Páramo, San Antonio, San
Calixto, San Pedro, Santiago, Servitá, Suratá, Tequia, Tona y Umpalá. La ley 25 del 29 de noviembre de 1869
juntó en un solo territorio las aldeas de Baja y Vetas, denominado en adelante California.
centralizada, conservando los límites que hasta entonces tenían33. El artículo 182 dividió
los departamentos en provincias y a su turno éstas en distritos municipales. Fueron
instauradas así las figuras de gobernador de departamento, asambleas departamentales,
concejos y alcaldes municipales.
Cada provincia sería gobernada por un prefecto, definido como agente inmediato del
Gobernador del Departamento, de libre nombramiento y remoción. Interinamente, estos
empleos serían ocupados por las mismas personas que hasta entonces habían actuado como
jefes políticos de los Departamentos extinguidos. Los cabildos de los distritos municipales
siguieron operando con el nombre de concejos municipales y la figura de los alcaldes
municipales asumió la función ejecutiva del Poder Público.
33
El artículo 4º del Título I de la Constitución de 1886 dice así: “El territorio, con los bienes públicos que
de él forman parte, pertenece únicamente a la nación. Las secciones que componían la Unión Colombiana
denominados Estados y territorios nacionales, continuarán siendo partes territoriales de la República de
Colombia, conservando los mismos límites actuales y bajo la denominación de departamentos. Las líneas
divisorias dudosas serán determinadas por comisiones demarcadoras nombradas por el Senado. Los
antiguos territorios nacionales quedan incorporados en las secciones a que primitivamente pertenecieron”.
Coromoro Aldea 1.200
Charalá CHARALA Ciudad 8.026
Encino Parroquia 1.594
Ocamonte Parroquia 2.605
Riachuelo parroquia 2.101
22.581
Capitanejo Parroquia 2.234
Carcasí Parroquia 4.339
Cepitá Aldea 1.841
Cerrito Parroquia 2.142
Concepción Villa 4.319
Enciso Parroquia 3.947
García Rovira Guaca Parroquia 4.551
Macaravita Parroquia 3.265
Málaga Villa 5.805
Molagavita Parroquia 4.872
San Andrés Villa 9.997
San Miguel Parroquia 3.736
Servitá Aldea 853
Tequia Parroquia 4.048 55.947
Aratoca Parroquia 5.172
Barichara Ciudad 8.855
Betulia Parroquia 2.993
Cabrera Parroquia 4.447
Curití Parroquia 4.179
Guanentá Galán Parroquia 6.007
Guane Parroquia 3.597
Mogotes Villa 7.046
Onzaga Villa 6.464
San Gil Ciudad 10.038
San Joaquín Aldea 2.499
San Vicente Aldea 3.000
Valle de San José Parroquia 4.468
Zapatoca ciudad 8.016 76.781
Aspasica Aldea 2.321
Brotaré Aldea 692
Buenavista Aldea 1.247
Cáchira Aldea 1.139
Carmen Parroquia 3.264
Ocaña Convención Parroquia 2.765
La Cruz Parroquia 3.467
Ocaña Ciudad 6.104
Palma Aldea 1.400
San Antonio Aldea 596
San Calixto Aldea 1.773
San Pedro Aldea 639
Teorama aldea 1.729 27.136
Cácota Aldea 1.432
Cucutilla Parroquia 3.400
Chitagá Parroquia 1.634
Chopo Parroquia 2.185
Pamplona Labateca Parroquia 4.604
Mutiscua Aldea 1.682
Pamplona Ciudad 8.261
Silos Parroquia 2.465
Toledo aldea 1.500 27.163
Contratación Aldea 611
Chima Parroquia 3.507
Gámbita Parroquia 3.038
Guadalupe Parroquia 4.111
Guapotá Parroquia 3.018
Hato Parroquia 2.564
Socorro Oiba Villa 5.521
Olival Parroquia 2.654
Palmar Parroquia 2.243
Palmas Parroquia 2.427
Páramo Aldea 3.464
Pinchote Parroquia 2.559
Simacota Villa 6.436
Socorro Ciudad 16.048
Suaita Villa 8.017 66.200
Bucaramanga Ciudad 11.255
California Aldea 1.500
Floridablanca Parroquia 3.216
Girón Ciudad 9.955
Soto Lebrija Parroquia 3.000
Los Santos Aldea 2.428
Matanza Parroquia 3.714
Piedecuesta Ciudad 9.015
Rionegro Villa 3.894
Suratá Parroquia 2.012
Tona Parroquia 1.821
Umpalá Aldea 2.060
Puerto Wilches aldea - 53.870
Aguada Aldea 2.986
Berbeo Aldea 3.000
Bolívar Aldea 5.226
Cite Aldea 2.834
Chipatá Aldea 6.615
Vélez Guavatá Aldea 5.556
Güepsa Aldea 2.189
Jesús María Ciudad 14.548
Landázuri Aldea 200
La Paz Aldea 3.477
Puente Nacional Ciudad 11.956
San Benito Aldea 3.168
Vélez ciudad 11.267
73.032
Fuente: Gaceta de Santander, no. 1868 (1886)
El Departamento de Santander surgió así en 1886 con una población estimada en 1870
de 440.486 habitantes, distribuía en nueve provincias que jerarquizaban los sitios de
poblamiento en 14 ciudades, 11 villas, 47 parroquias y 37 aldeas. Agregábanse cuatro
corregimientos que dependían de los alcaldes más próximos, llamados Lincoln
(Lebrija), Botijas (Rionegro), Jordán (Curití) y Papayal (Rionegro), y dos más,
Planadas/Mundo Nuevo y Barrancabermeja, que dependían directamente del Poder
Ejecutivo departamental.
Cácota
Cucutilla
Chitagá
Chopo
Pamplona Labateca
Mutiscua
Pamplona
Silos
Toledo
Chima Contratación
Gambita
Guadalupe
Guapotá
Hato
Oiba
Socorro Olival
Palmar
Palmas
Páramo
Pinchote
Simacota
Socorro
Suaita
Bucaramanga Lincoln
Floridablanca Botijas
Girón Papayal
Lebrija California
Los Santos Barrancabermeja
Soto Matanza El Pedral
Piedecuesta
Rionegro
Suratá
Tona
Umpalá
Puerto Wilches
Bolívar Berbeo
Chipatá Landázuri
Guavatá San Benito
Vélez Güepsa La Aguada
Jesús María Cite
La Paz
Puente Nacional
Vélez
Se había producido así una nivelación de las categorías jerárquicas que provenían de los
viejos tiempos neogranadinos: desaparecieron los estatus eminentes de ciudad y villa
frente a los de parroquia, viceparroquia y pueblo, emergiendo el estatus igualitario de
municipio, cuyo alcalde conservó jurisdicción sobre alguna aldea y excepcionalmente un
corregimiento. Este funcionario quedó con un doble carácter: "agente del gobernador y
mandatario del pueblo".
La provincia de Zapatoca fue creada por la ley 162 de 1896, la cual se constituyó por los
municipios y corregimientos de su nombre, Barichara, Betulia, Simacota, Galán, Cabrera,
Hato, Palmar, Chima, San Vicente, Guane, Barrancabermeja y La Fuente. Esta provincia
tomó el nombre de Galán, debiendo cambiarlo en 1905 por el de Suárez, en razón de que
por entonces se constituyó el Departamento de Galán, con capital en San Gil. Cuando éste
fue suprimido en 1910, volvió a tomar el nombre de provincia de Zapatoca, pero para
entonces sólo comprendía a los territorios de la margen izquierda del río Suárez, pues lo de
la margen derecha pasaron a la provincia de Guanentá.
34
La ley 17 del 11 de abril de 1905 asignó al Departamento de Santander las provincias de Soto, Cúcuta,
Pamplona, García Rovira y Ocaña, más la parte sur del Departamento del Magdalena hasta la quebrada
Colorada, que comprendía a los municipios de Río de Oro, González, Aguachica y La Gloria. La capital
siguió siendo la ciudad de Bucaramanga.
35
Este nuevo nombre le fue asignado al Departamento de Galán por la ley del 5 de agosto de 1909.
constitutivas del Departamento de Santander, reduciendo la división administrativa sólo a
las entidades municipales. Los prefectos que hasta entonces despachaban en Bucaramanga,
Charalá, Málaga, Piedecuesta, San Andrés, San Gil, Socorro, Vélez y Zapatoca perdieron
así sus empleos, si bien se les reconoció a los alcaldes municipales de dichas ex-cabeceras
de provincia la potestad para conocer en segunda instancia los negocios administrativos y
los juicios de policía fallados en primera instancia por los demás alcaldes de sus ex-
distritos provinciales.
Sin embargo, al año siguiente fue restaurado el régimen provincial por la ordenanza 7 del 9
de abril de 1931, en consonancia con el título quinto del Código de Régimen Político y
Municipal. Se definieron de nuevo cinco provincias compuestas del modo siguiente:
García Rovira, capital Málaga, integrada por los municipios de Málaga, Capitanejo,
Carcasí, Cerrito, Concepción, Enciso, Macaravita, San José de Miranda, San Miguel, San
Andrés, Cepitá, Guaca y Molagavita.
Comuneros, capital Socorro, integrada por los municipios del Socorro, Gámbita,
Guadalupe, Guapotá, Oiba, Palmas, Páramo, Suaita, San Gil, Aratoca, Curití, Jordán,
Mogotes, Onzaga, Pinchote, San Joaquín, Valle de San José, Charalá, Cincelada, Confines,
Encino y Ocamonte.
Vélez, capital Vélez, integrada por los municipios de Vélez, Aguada, Albania, Bolívar,
Cite, Chipatá, Guavatá, Guepsa, Jesús María, La Paz, Puente Nacional, San Benito y
Sucre.
Cada provincia sería gobernada de nuevo por un prefecto, cuyo despacho sería servido por
un secretario y un portero-escribiente. Dos ordenanzas posteriores agregaron a este grupo
dos provincias más:
Guanentá, capital San Gil, integrada por catorce municipios que se le segregaron a la
provincia de los Comuneros, conforme a la ordenanza 36 del 28 de abril de 1931: San Gil,
Aratoca, Curití, Jordán, Mogotes, Onzaga, Pinchote, San Joaquín, Valle de San José,
Charalá, Cincelada, Confines, Encino y Ocamonte.
San Andrés, con capital en el municipio de su mismo nombre, integrada por cuatro
municipios que se le segregaron a la provincia de García Rovira por la ordenanza 50
expedida el 27 de abril de 1932: San Andrés, Guaca, Cepitá y Molagavita.
Hoy en día, la división general del territorio nacional es una función del Congreso
Nacional, así como la determinación de “las bases y condiciones para crear, eliminar,
modificar o fusionar entidades territoriales y establecer sus competencias” (Constitución
Nacional, artículo 150, literal 4). Pero las asambleas departamentales tienen atribución
para, sujetándose a los requisitos señalados por las leyes nacionales, “crear y suprimir
municipios, segregar y agregar territorios municipales y organizar provincias” (C.N.,
artículo 300, literal 6).
Pero: ¿cómo se crearán legalmente las nuevas provincias? El propio artículo 321 de la
Constitución de 1991 estableció cuatro requisitos:
Como puede verse, se trata de un “camino plagado de abrojos”. Por ello, la escasa
jurisprudencia constitucional que se ha producido sobre el tema de las provincias se opone
a su creación. Por ejemplo, Víctor Manuel Moncayo36 ha advertido que las provincias
pueden “llegar a desfigurar o alterar el esquema mismo de la acción departamental y
municipal, hasta el punto de que departamentos y municipios pierdan en cierto grado su
razón de ser”. Por otra parte, la creación de esta nueva estructura institucional implica
transferencias municipales y departamentales “que pueden hacer menos transparentes las
responsabilidades administrativas y generar no pocas deseconomías”. En su opinión, el
régimen de las asociaciones de municipios es más flexible, barato y menos burocrático que
el de las provincias.
Una prueba de las dificultades que afronta la adopción del régimen provincial es la triste
suerte de la Comisión de Ordenamiento Territorial creada, al tenor del artículo transitorio
38 de la Carta, para formular las recomendaciones necesarias para “acomodar la división
territorial del país a las disposiciones de la Constitución”. Después de preparar y tramitar
13 proyectos de ley de ordenamiento territorial del país en el Congreso, bajo la dirección
de Orlando Fals Borda, esa Comisión no ha podido cumplir hasta ahora la función para la
que fue creada. En consecuencia, el primer requisito de la ley orgánica del régimen de
provincias no ha sido surtido por el Congreso Nacional.
36
Víctor Manuel Moncayo. El régimen territorial en la Constitución de 1991 frente a las tendencias
contemporáneas del Estado. En: Hernando Torres (comp.). Constitución y nuevo municipio. Bogotá:
UCCI y FCM, 1991.
La Asamblea Departamental tendrá que resolver varios problemas relativos a este
proyecto. El primero es el de su naturaleza:
Como lo más probable es que el proyecto del gobernador no es más que “una
redistribución del mapa político y administrativo de Santander”, el segundo problema es el
de su utilidad social. Se ha dicho que busca “mejorar la condición de vida de cada uno de
los pobladores del Departamento creando polos de desarrollo, regionalizándolos por
centros poblacionales cercanos que administrativamente le den una mayor viabilidad a los
municipios”. Se trataría entonces de un ejercicio de planeación regional inocuo, porque no
genera instituciones administrativas de esos “polos de desarrollo”. Designar una capital
provincial o adscribir municipios a un área metropolitana no basta para promover el
desarrollo. Se requieren las instituciones promotoras de los desarrollos seleccionados.
Hasta ahora, los municipios han sido las instituciones que han cumplido esa función por su
capacidad para invertir en obras públicas y sociales los recaudos fiscales propios que les
corresponden. Si se quiere institucionalizar unos centros de planeación del nivel provincial
hay que examinar cuáles son las instituciones más económicas y eficaces: el área
metropolitana de Bucaramanga que ya existe debería ser evaluado en esos términos y
comparado con las otras instituciones que ofrece la Constitución, tales como las
asociaciones de municipios para la administración de servicios con el situado fiscal
nacional.
En términos generales, este proyecto no sobrepasa el nivel primario del imaginario que se
expresa en un mapa político-administrativo, sin ascender al nivel de las instituciones
administrativas del orden territorial. Pero incluso en este segundo nivel, la Comisión de
Ordenamiento Territorial creada por los constituyentes de 1991 no ha podido ir más allá de
las reformas político-administrativas37, sin alcanzar al auténtico nivel del ordenamiento
territorial, es decir, del orden político que equilibra los poderes sociales presentes en un
territorio dado para establecer un régimen capaz de construir un paisaje deseable por su
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La ley 388 de 1997 parece ser el único producto legislativo de importancia relativo al ordenamiento
territorial del país, pese a su naturaleza tan limitada.
desarrollo y mejoramiento de la calidad de la vida de sus habitantes. En este sentido, la
carencia de un auténtico ordenamiento del territorio es un mal nacional.
ANEXOS
El Estado de Santander fue creado por la ley nacional del 13 de mayo de 1857, cuyo
texto completo es el siguiente:
El territorio, con los bienes públicos que de él forman parte, pertenece únicamente
a la nación. Las secciones que componían la Unión Colombiana denominados
Estados y territorios nacionales, continuarán siendo partes territoriales de la
República de Colombia, conservando los mismos límites actuales y bajo la
denominación de departamentos. Las líneas divisorias dudosas serán determinadas
por comisiones demarcadoras nombradas por el Senado. Los antiguos territorios
nacionales quedan incorporados en las secciones a que primitivamente
pertenecieron.
DECRETO
En desarrollo de la Constitución en lo que se relaciona con el Departamento de
Santander
DECRETA:
ASAMBLEA NACIONAL
Ley número 25 de 1910 (14 de julio) por la cual se crea un Departamento.
Art. 1º. Con el nombre de Departamento de Norte de Santander y con capital en San
José de Cúcuta, créase un nuevo Departamento, que será formado por todos los municipios que
componen las tres provincias de Cúcuta, Ocaña y Pamplona, por los límites actuales.
#1º. Las provincias mencionadas subsistirán como tales en el nuevo Departamento que
por esta ley queda erigido, y tendrán como capitales, respectivamente, las ciudades de San José
de Cúcuta, Ocaña y Pamplona.
#2º. La porción de territorio de la cual se segregan las provincias mencionadas en este
artículo conservará el nombre de Departamento de Santander.
Art. 2º. Esta ley entrará en vigor el día 20 de julio próximo.
Dada en Bogotá, a catorce de julio de mil novecientos diez.
El presidente,
Emilio Ferrero
El secretario,
Marcelino Uribe Arango
Poder Ejecutivo. Bogotá, julio 14 de 1910
Publíquese y ejecútese.
(L.S.) Ramón González Valencia
El Ministro de Gobierno,
Miguel Abadía Méndez
Diario Oficial, no. 14.049. Gaceta de Santander, No. 3958 (16 de agosto de 1910).