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1. ALGUNOS AN@PECEDENTESTEGRIGOS SOBRE EL ANALISIS DE LA DIVISION SEXUAL DEL TRABAJO: LA PROPUESTA DEL SISTEMA DUAL Un repaso histérico puede dar cuenta de la existencia de una amplia pro- duccién teérica y militante de los ferninismos socialistas dentro de la cual se pueden ubicar, en un primer lugar, los debaces del pensamiento marxista sobre la opresién de las mujeres. De manera muy concisa, Goldsmith resume los enunciados genera- les de la siguiente manera 1. La opresién de la mujer SiGh@{GiNalbASelmiakeHAl; sc originé en la expansion de la pproduccién de mercancias y el surgimiento de la propiedad privada de los medios de produccién. 2. La mujer en la sociedad capitalista ccuya funcién estriba en el servicio personal al esposo y a los hijos. El hombre ddomina a la mujer en virtud de la dependencia cconémica de esta 3. En consecuencia, lvemancipacién’de lamujerino puede realizarse dentro7dela sociedad capitalista. 4, BSBeialismo iberaralARAWjeR ya que remover la propiedad privada, socializaré las actividades domésticas del hogar e integraré a la mujer a la produccién_ ptiblica (137). Sinembargo, al interior de los movimientos de izquierda y de liberacién nacional. Estos hechos motivaron a una nueva ola de produccién de conocimiento en los cuales se abords tanto el andlisis de la opresién de las mujeres en la sociedad capitalista como su situacién desigual frente al trabajo doméstico. Los nuevos temas del debate intelectual y politico motivaron al mismo tiempo la creacién de un movimiento auténomo que diera cuenta de las especifici- dades de la situacién de las mujeres, al y como mas adelante lo seria el feminismo marxista y socialista. En las décadas de 1960 y 1970, lam6 centralmente la atencién la compren- si6n te6rica y empirica del trabajo doméstico, elemento que hasta entonces no pare~ fa un tema relevante, as{ que «comenzaron a cuestionarse la forma en que la posi- cién de la mujer estaba particularmente definida por su papel como ama de casa y madre» (Gounsarrit 140). En estos anilisis existian elementos comunes tales como el entendimiento de que, con el avance del capitalismo, el trabajo doméstico sufte tun proceso de privatizacién, o el hecho de que el trabajo doméstico no puede ser compatible con el trabajo de produccién de mercancias. Unavance significativo en los analisis de la época esti relacionado con que la distincién entre trabajo productivo ¢ improductivo «no radica en la forma concreta que adopta el erabajo, sino més bien en su forma social y en las relaciones sociales en que esté inmerso» (Goupsmiri 153). No obstante, atin no era clara la explicacién sobre la subordinacién especifica de las mujeres ma alld de dar cuenta de que aque lla era anterior al modo de produccién capitalista, e igualmente no existia un and. lisis mas profundo sobre las relaciones sociales que ocurren al interior dela familia, Por su parte, autoras como Young, Rowbotham, Mitchell, Fisenstein y Hart- mann abren una nueva tadicion para el feminisno socalisaal introduce catego: Hias de andlisis centrales que venia construyendo el feminismo radical de la época dentro de las que se destacan produccién, reproduccién, sexualidad y socializacién. Estas autoras proponen una lectura sobre la interaccién mutua del capitalismo y el patriarcado como sistemas de dominacién, siendo la dixiddaseauakdsLaabaie una comiin a todas ellas, categoria que opera tanto para la reproduccién del capitalismo como para mantener la subordinacién de las mujeres. En esta corriente SSeS larkeorialdel Sistemardial, en la que, partiendo de superar las limitaciones y los sesgos del marxismo tradicional frente al género, se propone comprender y reconocer la especificidad de las sleyes» del patriarcado, con- siderando que el capitalismo y el patriarcado serfan sistemas de relaciones distintos, ppero con un grado de interdependencia considerable. (SHicamentelaapreciacion consiste en identificar cémo el proceso de construccién del capitalismo implicé la ‘Separacionidelas esferas productiva yreproductiva, No obstante, hay una tendencia a pretender universalizar la relacién que se constituye entre un sistema de produc- i6n capitalisa y la familia y en este proceso analitico, a familia y la esfera domés- tica resultan ser la concrecién de las relaciones patriarcaless sin embargo, con esta apreciacién se renuncia a formular un andlisis de cémo las relaciones entre los géne- ros tienen una base material incluso en la vesfera productivay En este orden de ideas, y siguiendo a Molyneux, se ha criticado tanto una tendencia hacia lteduccionismo economicsta como una recurrencaa ls modos Funcionalistas de argumentacién, al constr Ia elacinente el eapitalismo ye trabajo doméstco, {yfinalment a permancrcia de) un enfogue extecho sobre el rabsjo desempea. doen la clea doadatia ella a expencas de la teorzacn del conoexto del hogar familie mis amplio (Motu 13) ‘Ademés de ello, Edholm, Harris y Young, asi como Mackintosh, llamaron. laatencién sobre los anilisis ahistricos y el peligro que se corre al formular concep- tos que permicen explicar las relaciones sociales en sociedades capitalistas del Norte global pero que erréneamente pretenden explicar otros contextos sociales y cultu- rales; este era un elemento presente de manera generalizada en los anilisis sobre el trabajo de las mujeres en el marco de la familia. Desde estos avances significativos, se han generado reflexiones para entender uelas relaciones de género tienen una base material historica y que en ese caso pue- den considerarse como una divisién de clase social, A manera de ejemplo Nicholson propone conceder al género un estatus central de andliss, puesto que tiene la capa- cidad de dar cuenta de los cambios materiales que se dan en el trinsito hacia socie~ dades de mercado (capitalistas); por lo tanto, es posible considerar al género como tuna divisién de clase, «dado que histéricamente —las relaciones de género— impli- can diferente acceso al control de las actividades relativas a la consecucién de ali- mentos y objetos (y de sus recursos y productos)» (42). Igualmente, De manera general, los estudios de género de estos afios adelantaron and- lisis profundos sobre el trabajo doméstico, su definicién, las formas en las que este se constituye y se desarrolla, la relacién que se establece con el sistema de produc- cin capitalista y sus expresiones en las tiltimas décadas. Ahora bien, jamt@ 658 que realizan las mujeres, la denuncia frente a las limitaciones del concepto tradicional de tra- bajo (circunscrito a lo productive), el reconocimiento de la interseccién de relacio- nes de opresién el reforzamiento mutuo del capitalismo y el patriarcado, la visibili- dad de la explotacién laboral tanto dentro de la familia como en otros espacios de trabajo en el marco, por ejemplo, del descenso del salario y, Finalmente, el andlisis del papel de las mujeres en las luchas contra los sistemas de opresidn y las estrate- gis para su liber 2. APORTES DE LAS FEMINISTAS MATERIALISTAS FRANCESAS A TRAVES DEL CONCEPTO DE. “RELACIONES SOCIALES DE SEXO: La escuela de pensamiento conocida como feminismo materialista francés? representa una propuesta tedrica y politica relevante al redefinir ¢ identificar las «que serian las bases materiales de la opresién de las mujeres sin obviar las formas de opresién ligadas con las relaciones de clase social, «za @Teenicidad que CONSE yen experiencias diferenciales dentro de la misma clase de sexo. Rivera resume los aportes de los feminismos materialistas de la siguiente 1) La definicién de un modo de produccién. 2 Con feministas materialist francesas nos ree influencido la conocida publiacion de la revista Quest ionde aparecen alga ‘as aucoras como Colette Capican, Christine Delphy, Ce Emmanuelle de Les eps, Nicole Clade Mathicu, Monique Plaza, Paola Taber y Monique Wittig, y que son herederas de los trabajos de De Beauvoir. Asi nos guiamos por la propuesta dela publicseion La Brecha Lés- ‘ies (2005) y de sla combinatora straight, Raza, clase, sexo y economia polities: andlisis feminists matetalstas y decolonialese (2017) 108 al grupo de académicas que ha 2) La definicién de IRIUjECORIOTCNE OCT PECOMMTER, 3) El considerar que las relaciones entre marido y mujer en el seno de la familia son ‘elaciones de produccién, y no algo privado, al margen de la historia, o bien tuna relaci6n sin consecuencias econdmicas y politicas, 4) El entender que en las relaciones entre hombres y mujeres en general, tanto si pertenecen a la misma clase social como a clases antagénicas, hay en cl presente y ha habido a lo largo de la historia un componente importante de tensidn, de enfrentamiento, de lucha. Es decir, que IS]FEMGQReS/SOCiAIeS ‘entre los sexos han sido y son contflictivas (101) Desarrollando detenidamente esta rocco rine crcl en primera instancia, resulta central situar cl hecho mismo de quc S1WSEROW€S{Unia CORSERICCIONINIStOrICA, por lo que «Hombre» y «Mujer» se constituyen a partir de una relacién social anta- ‘nica que es peal BIGOIEAY COBH En este sentido, la wclase» es una cate~ goria que pretende ser un instrumento de anilisis politico, el cual, como lo propone ia teoria marxista, da cuenta de la posicién que se ocupa en la produccién social y frente a los medios de produccién, Lo que deviene de esta afirmacién es precisamente que /(Rlas@MeeeOe Ia forma como se OEBUUZASLSGAVIA (productivor y «reproductivos) y a (SMALDONE 5). De manera homéloga entonces a otras clases antag6nicas identificadas por la teo- ria marxista, la clase de los hombres explota a la clase de las mujeres al apropiarse de su trabajo doméstico, reproductivo y productivo, de su cuerpo y de los produc- tos de su cuerpo. ‘Ademés del concepto de elase de sexo, autoras como Kergoat desarrollan el término de relaciones sociales de sexo, entendiendo de entrada a arelaGiGnSoeial: no como un simple vinculo social, sino como una relacién: «l) Ansagépiga 2) Esuustusauts para la toralidad del campo social, 3) Trapaxsssal a la totalidad de eSieampa (33). En esta propuesta, al entender que las relaciones sociales de sexo son estructu- rantes de la realicad social, ¢$ posible analizar las relaciones entre los sexos al interior asi como en otros lugares y escenarios del ambito «productivor, en las unidades de produccién familiar y otras formas sociales. Ade- mis de cllo, da la posibilidad de comprender las transformaciones de dichas rela- GOAESEn momentos histéricos concretos, su heterogeneidad en diferentes sectores sociales y su base tanto material como simbélica, puesto que «las relaciones sociales de sexo poseen una base material atin cuando tiene también otra (base) de ideas [...] cen este caso el naturalismo (0 la naturalizacién de la experiencia de la mujer como esencia) es la ideologia de la legitimacién» (KerGoat 5). Dentro de la propuesta feminista macerialista francesa (a la que nos hemos venido refiriendo), existe una amplitud de perspectivas que yen donde se generan los antagonismos entre las clases de sexo. Siguiendo a Curiel y Falquet, Delphy propone que my de los vores 00s de los hermanos mayores~ eRitaneOITMSRUCON-Gl MAHON y de a explotacién familiar (Curtet Ocny y Farquer Jutes 10) En este orden de ideas, el andlisis de la autora toma como punto de partida ala esfera domeéstica y la insticucién de la familia; alli encuentra que SESTESPORE 3. Delphy explica la situacién de la clase de las mujeres en la medida en que «lla misma (cefiriéndose ala mujer como case) no posee los medios de produecién por lo eanto su nivel de vida no depende de las relaciones de produccin de clase aque pueda mantener con los proletaros, sino de las relaciones de produccién de servidumbre que mantiene con su mari [J mientras el asalariado vende su fuerea de trabajo, la mujer casada la regal: exclusividad y gratuidad estan intimamente ligadas (13. Esta Sia presiSh EON aTEOARSTASTRAGFER (incluso en las clases bur- guesas) segiin la autora, en la que la division de clases proletario/capitalista no aplica para las mujeres que no trabajan fuera de casa, pero podria pensarse en maridos/ eres como clases antagénicas; sin embargo, en este punto vale la pena traer a colacién la critica que Molineux realiza a esta tiltima afirmacién: Claramente la esposa del burgués, la cual emplea sirvientes para realizar el trabajo del hogar y cuidar de los nifios, no comparte la opresién material de las mujeres ‘menos privilegiadas. Esto no resulta cuestionado por el hecho de que sus privilegios pueden derivar de a riqueza del marido o porque ella pueda alin dia ser despojada de dichos prvilegios por medio del divorcio (30). Por su parte, Guillaumin desarrolla ala que ella refiere como simposicién y efecto ideo- lgicoldiscursivo de la idea de naturaleza». De esta manera entiende que la relacién social entre los sexos se «soporta no solamente en el acaparamiento de su fuerza de trabajo (la de las mujeres) sino en una relaci n Fisica directa» (G Lav 24) ‘wud, porlo cual Guillaut ia existencia de una ap: piacién y un acaparamiento material del cuerpo, denomindndolo como «sexaje», a través de lo que no solo se incluiria a la institucién del matrimonio, sino tam| las formas cole« espacios «piblicos, etc, y cuyas gapgssignss la autora enumera dela siguiente forma: a) La apropiacién del GiB. b) La apropiacién de los produetO UPS. ©) La bbligaeim sexual

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