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JESUS TUSON: EL LUJO DEL LENGUAJE ‘Eds, Paidés, Barcelona, 1989 (Paidés Comunicacin, 36), 104 pgs. ‘Maria Luisa CALERO VAQUERA ‘Universidad de Cordoba, ‘Tras la publicacién de algunos wilfsimos manuales (Teor‘as gramaticales y andli- sis sindctico -1980-, Aproximacian a la historia de la lingustica -1982-, Lingustica: Una inrroduccién al estudio del lenguaje, con textos comentados y eercidos -1984-),e1 profesor Jess Tus6n, de Ia Universidad Central de Barcelona, se adentra en el género ensayistico con este preciado libro que, publicado originalmente en catalén en 1986 (EI luxe del llenguarge) y favorablemente acogido en esa comunidad linglistica se edita ahora en castellano. Se trata, en efecto, de un denso -pero difano- ensayo que, sin traspasar las lindes 6e a lingistica, discurre con exquisita prosa acerca de una considerable variedad de te- ‘mas: aquellos que desde siempre han preocupado a los estudiosos del lenguaje. Destacaremos, ante todo, el empefo la insistencia del autor en Ia defensa de Ia igual- dad de todas las lenguas ("En el mundo igualitario del lenguaje, cada lengua es una vo2. yun voto”, pig 92), en el sentido de que todas ella -sin excepeiGn- cuentan con los ele- ‘mentos Iéxicos precisos para referirse en cada momento al enforno real. No existen, pues, lenguas “cultas” “incultas”, “buenas” y “malas”, “féciles” y “dffciles”; San con las lenguas adjetivos calificativos de tl fadole (“Hay que rechazar con energia »pég. 26): son claificaciones tan falsas como la consideracién de que unas lenguas son nds id6ineas que otras para la ilosoff, la oratorio el amor. Forman tales opiniones una setie de prejuicios lingUistcos muy extendidos -y no s6lo entre las personas de escasa tiva, “todas las lenguas son aptas para el discursocotidiano, para la flosofia pura y pa- ra aciencia més sul, y as limitaciones que uno pueda captar son slo limites circuns- tanciales y dnicamente afectan a la parte menos significaiva de la lengua, es decir, al ‘vorabulario” (pag, 90). ‘Otros argumentos corroboran Ia igualdad lingUistica defendida por el autor: la pro- piedad simbolica de las lenguas (es decir, su capacidad de abstraccin para agrupar ba- {oun mismo nombre clases de objetos), el conocimiento intuitivo que cualquier hablante {de cualquier lengua posee acerca de ls posbilidadesformalesy estructurales desu pro- pio idioma y, sobre todo, el hecho de que la totalidad de los viruales hablantes nace ya ‘equiparada con lo que puede denominarse una “gramética universal” esto es, con fos cesquemas minimos y comunes a todas las lenguas humanas, exstenteso posibies. Este asunto da pie al autor para tomar parte en una de las polémicas mis apasionantes de la segunda mitad éel siglo XX -si bien, en realidad, no se tata de una cuest6n totalmen- te novedosa en la historia de la lingUstica~: conductismo vs. innatismo. Tus6n se de- canta sin ambages por la hipétesis chomskiana; nvestra mente no es wna Yabula rasa, an= tes bien nacemos duefios de una predisposicin bioldgica para el lenguae, la cual nos ppermitiré “descubrir” y hacer nuestra una serie de reglas gramaticales que servirn de base para la construccn de nuevas oraciones: con la sola mediacin de los instrumen- 213 tos aducidos por la eorfa conduetsta(repeticion, Imitacion y anslogta) no es posible a juicio de Tus6n- adquirr el grado de dominio que todos Tos hablantes poseen del ‘complejo mecanismo de su propia lengua, ni explicar la formacign de construcciones ‘originales, de oraciones de nuevo cufto (muy gréficamente lo expres el autor: “William ‘Shakespeare no pudo escribir Hamlet mediante la repeticin y la malogia”, pg. 28). Junto a estas constanes caracteriticas comunes presentes en “odas las lengua (de ahi el titulo de este apartado: “EI lujo de la unidad’), se hace referencia ala variedad de factores que, sin pesjicio de a unidad mencionada, es manifestada en el uso real del lenguaje:existen diferentes lenguas; dentro de éstas, dialects varios, los cuales, a su vez, estén integrados por multitud de registros 0 estilos. Sobre esos tltimos se extien- de el autor para destruir algunos mitos; en contra de parecer comin, estima Tusén que todos los hablantes disponemos de la capacidad de cambiar de registro linguistic, “si por ello entendemos Ia destreza de acoplarnos # las cicunstancia ordinaras del habla y de tener en cuenta que los receptores de nvestros mensajes son diferentes” (pg. 46); Por ora parte aemere contra esa especie de “registro culto” cuya pretensiniltima re- side en establecer divisiones entre los hablantes y que, no pocas veces, e rata del “pun- to amargo de un aparato escolar que pretende borrar las sefas deidentidad dialectal” (pig. 46) (Ota cosa es la norma estindar, deseablee incluso necesaria en su misién de lograr a supervivencia de las lenguas y mantener la intercomprensin de sus hablantes). ‘demas de las diversas funciones del lenguaje, otro de los aspectos que, segtin ‘Tusén, festimonian la variedad y riqueza del mismo es la posibilidad que se nos brinda, 4 Jos hablantes de subvertr el objetivo primordial de las lenguas (ce, la emision de ‘mensajes adecuados a los aconteceres) mediante la ambivalencia, la ambigtiedad y la, ‘mentira, los dos primeros fenémenos como propiedades inherente: alas lenguas (por- {que “una lengua no es un producto redondo ni preisto expresament", pig. 49); la men- {ia, por contra, como fruto de un acto voluntario imputable al hablante-emisor. Sin que Ja siguiente afirmacién implique negar el valor referencial de las palabras, tales ele- ‘mentos perturbadores de la comunicacién son posibles merced ala inexistencia de un vinculo necesario entre las palabras y ls cosas: esto es, “ni piedraes de piedra, ni ga- to canta” (pg. 55). Tus6n estima -coineidiendo con B. Russell- que entre las palabras y las cosas se da, es cierto, una relacién causal (exsten las palabras porque existen los teferentes) si bien lejana e indirect, por cuanto que entre la lengua y el mundo nos in- terponemos los hablantes, con nuestra peculiar visién del mundo (vsién que, en contra de ta *hipstesis Sapir-Whort’,s6lo esté minimamente condicioneda por le filto lin- uistico, piensa Tusén). Existe, pues, en este sentido un divorcio ene las palabras y las ‘cosas, gracias al cual es posible considerar las lenguas como entidades simbélicas,se- _tin se afirmaba més arriba: las palabras son simbolos de clases de objetos,no de abje- ‘os inios e irepetibles: En consecuencia -afirma Tus6n- no debemos aforar aquelios ‘emotos tiempos de iconismo fénico en que los vocablos nos remican inegutvoca y di- rectamente a la realidad designada: dentro de ese mundo ut6pico, en contrapatida, no tendriacabida la diversidad exuberante de acttudes,culturasy lenguas de la especie hu- ‘mana. Se trata, en definitiva del “Iujo dela diversidad”,diversidad que, empero, no de- be llevamos a perder de vista la unidad de lenguaje, porque, en palabras de Tusén, “los posentos son variados. ¥ todos, sin embargo, de un mismo lugar: a morada comin de laconciencia” (pig. 17). En Iatercera parte de libro, ttulada “El lujo de la profundidad”, rata Tusén, en pri- ‘mer término, de un problema al que se han referido “précticamente todos [los linglis- 24 tes, aungue haya sido para afirmar que no tena sentido hablar de ell” (pig. 75)¥ 6 ‘nes, justamente, la conclusin ala que lega el autor. Tras la exposcign de algunas de las cori surgias alo lrgo dela historia dela inglistcaenrelaciGn con el tema (r- ‘en divino del lerguaje, a potic hipétesis de Rousseau, la indsolube asociacion hhombre-lenguaje postulada por Herder, a evoluci6nlingUistica segin Schleicher... se detiene en el comentario de algunas opiniones més recientes, que toman a las lenguas ‘rimitivas ya enguae infantil como dscursosobjetos de invesgacin para inguitic el ‘origen dl lenguae.Proceder que. ajuicio de Tuson, earece de valdez, ya que las pi ‘eras no deben cansierarselengias en estado de subesarolloy, por fo que respcta al lenguae infant, les circunstancias en que surge y se desarolla son diferentes alas gue debieron de concurrren los remotos iniios del lenguaje. Por todo ello, y porque “de un mero {un milln de fos] slo conocemos cinco milimetos [cinco milenis]” {is 69), propone Tus6n volver al mistero, al mito a a especlacin, pero siendo conscientes siempre de que nos movemos en el dominio -ajeno ala verficacién empy- rica del suey la imaginacin. El libro se cera con sendos cpftulos dedicados a estética ya laética del len- agzusje. En cuanto al primer aspeco, el autor -an reconociendo la primaci del lengua- Jeol sobre el escrito, ya que “ls Tenguas son lenguas gracias al habla”, pg. 80- india el valor dela esritra por su calidad de instrumento perfeccionador del lenguaje podtco, sobre cuya esenca fnaidad realiza algunas reflexiones: po ejemplo, sobre ¢l drama inmanent al wabsjaéor dela palabra, l corespondere Ia msion de “constuir ‘un texto diferente con unos materiales que son comunes” (pg. 82) 0 sobre la transgre- sin por parte del lenguaje poético del principio elemental de toda semistica (a saber, aque “las sefles nos conducen ass referents sin que nos apereibamos de una media: in, pé, 83), por cuanto que el objetivo de la poesta-en sentido lato- consist en dar relieve a esas fornas relegadas a un segundo plano enel uso diario dl lenguge; 0, en fin, sobre la gratitude “inutilidad” de a lengua litraia cuya instrumentalizacion s6lo pede justifcarse en el extremo caso de er uilizada “para luchar contra la fealdady la batbarie [Jen defensa de todo lo que es humano" (pé. 87)- Por lo que conciere al lado ico del lenguaj,retoma el autor una de las tesis centrales de ext ensayo, acon icin iguaitara yl ignidad de todas las lengues, como argumento para combat las tendenciasxen6fotasy chovinists en materia lingstica,prejuicis qu, de ordiario, pemanecen en el inocente terreno de ls opiniones, pero que pueden se -y, de hecho fan sido-enarbolados para avasallar a euos pueblos de diferentes hdbitoslingUisicos, © puesos “al servicio de las casas imperiales” para colonizareimponer una lengua terminada a hablates de enguas minoritaras. "Exe es un apretado extract del contenido del timo libro de Jess Tus6n ajo del lenguaje, que consideramos una valisa guia para internarns en el univers ts 9 del lengua, fesmeno cuya cereaniay eotdaneidad puede llevaros, a veces, lol ‘id de su compleaesencia: una obra cya tima asptaci6n -por el mismo autor re conocida- es la edicacign lingtistica de sus lctores,a los que pretende inculear, en “ima instancia, el resptoy el amor alas lengua, a cuaguie lengua, porque el ator nos permit de maev0 recurrir a su propias palabras- “toda mécula que cxiga sobre ‘nesrasefal més dstinva salpicaigulment ala humanad” (pg. 1). No nos que- 4a, pues, sno reconendar su ectura tanto a os especilistasen la materia como, en ge- ‘eral, a os iteresados por el fendmeno del lenguaje (zy quignpodré permanecerajeno 41a capacidad que nos distingue como humanos?). 215

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