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Eudeba

Universidad de Buenos Aires

I a edición: junio de 1998

© 1998
Editorial Universitaria de Buenos Aires
Sociedad de Economía Mixta
Av. Rivadavia 1571/73 (1033)
Tel: 383-8025 / Fax- 383-2202

Ilustración de tapa: Nicolás Passarella


Diseño de tapa: Marcelo Dematei - Eudeba
Corrección y composición general: Eudeba

ISBN: 950-23-0751-8
Impreso en Argentina
Hecho el depósito que establece la ley 11 723

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Lminologia
CARLOS ALBERTO ELBERT

Si*
eudeba
A Silvia
índice

Prólogo 11

Introducción 13

Capítulo 1: El acceso al conocimiento 17

Capítulo 2: El saber científico 27

Capítulo 3: Los precursores 35

Capítulo 4: El positivismo criminológico 47

Capítulo 5: La criminología argentina 57

Capítulo 6: La etiología criminológica • 69

Capítulo 7 El enfoque sociológico 81

Capítulo 8: La sociología crítica 93

Capítulo 9: Penas y sistemas penales 111

Capítulo 10: La reducción deí poder penal 115

Capítulo 11: Los abolicionistas 123

Capítulo 12: Los sistemas penales latinoamericanos 131

Capítulo 13: El futuro científico de la criminología 143

Bibliografía 161

Programa: Curso de Posgrado de Derecho Penal y Criminología 1998 167

Anexo documental 169


Prólogo

La obra que pongo a consideración de los gica que tome en cuenta su evolución his-
lectores tiende a cubrir la necesidad emi- tórica, sus corrientes, sus métodos y re-
nentemente práctica de ofrecer a mis alum- presentantes, es una tarea muy ardua, que
nos —de grado y posgrado— un texto sis- no cualquiera está dispuesto a emprendei,
temático que se adapte al programa de mis en tanto implica una misión inacabada des-
cursos, que alcanzaron una cierta hegemo- de el vamos, una misión que se verá forza-
nía en varias Universidades Nacionales de da a los resúmenes, simplificaciones y omi-
nuestro país. La mayor dificultad para mis siones, involuntarias y de las otras. Tam-
alumnos radicó siempre, como era de pre- bién resulta imposible abarcar de un modo
ver, en la dispersión del material y las fuen- satisfactorio lo publicado en Latinoamérica,
tes, bastante inevitable en una disciplina por su magnitud, por una relativa incomu-
científica que sufrió tantos avatares a lo lar- nicación que reinó entre países por las dis-
go del siglo XX. Como si fuese poco aten- tancias e idiosincrasias tan variadas, que
der a dos fuentes básicas en idioma caste- ahora aproximan los nuevos medios elec-
llano, a saber lo que se ha publicado en trónicos. Los intercambios se han dado más
España y en América Latina, cabe recordar bien entre colegas muy vinculados, que pu-
la exuberancia bibliográfica en otros idio- dieron protagonizar los últimos encuentros
mas, como inglés, alemán, portugués e ita- y congresos, manteniéndose en constante
liano y las diferentes traducciones que van comunicación. Mas no cualquier estudioso
y vienen en un campo que se ha caracteri- puede asumir los costos de viaje que repre-
zado históricamente por sus trasvasamien- senta moverse de México a Argentina, o de
tos e influencias internacionales. Además, Brasil a Costa Rica, por dar algún ejemplo.
señalo que durante las últimas décadas flo- Es obvio que ya existen varios manuales
recieron en América Latina docenas de re- de la materia, algunos muy exhaustivos,
vistas especializadas, en las que publicaron como el del español Antonio García - Pa-
blos de Molina1 y varios más que se deta-
sus ideas —muchas veces por primera vez—
llan en la bibliografía general. Sin embargo,
una legión de jóvenes entusiasmados por
por exceso o por defecto, es difícil adaptar
las posibilidades analíticas y críticas de esta
un único texto a un curso que se propone
disciplina. En suma, discernir una línea
metas siempre emparentadas con la visión
de razonamiento y exposición criminoló-

1. Espasa-Calpe, Madrid, 1988. Ver mi comentario bibliográfico en Doctrina Penal, Ne 46/47, 1989, Buenos Aires.

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Carlos Alberto Elbert

personal de su director. Algún profesor recomienda, o la que los alumnos puedan


simpatizará por el positivismo, otro por procurarse por sí mismos.
la medicina forense, y los más por las Si el objetivo inicial es práctico, ello no
investigaciones sociológicas, psicosocia- quiere significar que el trabajo se desintere-
les o antropológicas. Habrá quien se in- se del rigor teórico. Por el contrario, esta
terese por la historia criminológica síntesis resulta de las desgrabaciones de mis
—como en mi caso— y también quien vaya cursos, con retoques y ampliaciones, pero
directamente a un tema central de su prefe- fundamentalmente con la base de intensas
rencia, como podrían ser la naturaleza del discusiones previas con quienes fueron mis
control social o los temas cárceles, policía, alumnos, entre los que se contaron muchos
menores, sistemas punitivos, etc. Dada la profesores universitarios de excelente nivel
atomización que vive la materia en este fin que cursaron mis posgrados. De todos mo-
de siglo, se hace cada vez más frecuente la dos, no estoy satisfecho con esta primera
publicación de textos con recopilaciones versión, porque sé que el paso del tiempo
de autores varios, hablándonos cada uno me obligará a mí o a otros autores, a refor-
de ellos de aspectos del control desde di- mularla con novedades de todo tipo, que
versos enfoques y con escasa interconexión bullen en este fin de siglo que parece ha-
recíproca. ber pasado por encima a la modernidad con
El propósito de este manual es muy sim- una aplanadora. Queda por saber cuánto
ple: quiero dotar a mis alumnos futuros combustible tiene todavía la maquinaria ico-
—como anticipé— de un texto básico que noclasta globalizadora. Por ahora, me limi-
les permita seguir las clases con un hilo con- to a ofrecer esta modesta sistematización
ductor, que —no me cansaré de repetirlo— como un experimento iniciático, con el
dehe ser constantemente enriquecido con la mayor optimismo, y luego veremos qué
bibliografía de fondo que en cada caso se debe hacerse con ella.

Buenos Aires, marzo de 1998.


Introducción

Los cursos de Criminología en nuestras En suma, la criminología permite a los


Universidades (aludo en especial a las Fa- juristas, sociólogos, psicólogos, etc., una po-
cultades de Derecho donde dicto todos mis sibilidad de análisis sistemático y crítico de
cursos) responden a una necesidad de co- la realidad del control social, o específico
nocimiento insuperable sin el aporte de esta del control jurídico-penal, desde fuera de
disciplina: la profundización interpretativa las necesidades y propósitos de tales siste-
de las ciencias penales desde enfoques no mas, sin compromiso teórico alguno con
normativos, y por ende muy dinámicos, li- ellos. Esta disposición intelectual, pone for-
gados a los procesos sociales en constante zosamente en relación con publicaciones,
cambio y crisis, por oposición a la estabili- autores o ideas que no proceden del cam-
dad y rigidez de las estmcturas legales cjue, po académico originario y que generalmente
justamente, son mera formalización coyun- se desconocían con anterioridad. La infor-
tural de una selección de valores. mación permitirá a los participantes estar
El enfoque criminológico no sólo no es atentos a lo que suceda en este campo de
jurídico, sino que tampoco necesita ser ex- trabajo, identificar a los formadores de opi-
clusivo de alguna otra disciplina, porque, nión y a los teóricos, registrando la conti-
como se verá, la criminología se entiende nuidad de su producción y la coherencia
como una estmcturación de conocimientos de sus ideas.
de variada procedencia, que se articulan in- La formación de los estudiantes en cri-
terdisciplinariamente entre sí. minología es otra meta a lograr, que se con-
Unas metas realistas indican que estos sigue cuando la apertura crítica permite cues-
cursos deben proporcionar información, tionar muchos de los conocimientos cientí-
aquella que no proveen los estudios regu- ficos previos (por caso, jurídicos) ubicando
lares de las disciplinas intervinientes en la las instituciones en una visión dinámica y
criminología. Por caso, las facultades de descubriendo los intereses de todo tipo
derecho carecen en sus planes regulares de que subyacen en su consagración como
estudio de la materia criminología, que elementos indispensables para la vida so-
suele ofrecerse en cursos optativos. La en- cial. En este sentido, la criminología con
señanza esencial para el futuro jurista es enfoque crítico no proporciona herramien-
el entrenamiento normativo en derecho tas técnicas o prácticas ni conocimientos
penal y procesal penal, generalmente especialmente orientados a habilitar para
sin evaluación alguna de su funciona- un trabajo profesional, como la abogacía,
miento concreto. la psicología o la medicina. Nuestra actividad

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Carlos Alberto Elbert

en este campo no genera incumbencias, posgrado. La capacidad de investigación y


no permite resolver casos ni tratar pacien- trabajo posteriores constituyen, por el con-
tes. Eso sí, posibilita una revisión teórica trario, un objetivo mediato que asegura la
cuyas conclusiones pueden determinar im- supervivencia y el mejoramiento futuro de
portantes cambios institucionales, legisla- la disciplina mediante el trabajo de quie-
tivos, o incluso de tratamiento de cliente- nes asumen un compromiso permanen-
las dentro de las distintas disciplinas. Ya te con ella.
se verá cómo funciona esta trama de co- El programa de este manual es un forzo-
nocimientos escrutadores de la sociedad so recorte del vasto campo de investigación
y su relación con la sociología. Lo impor- y análisis que el conocimiento criminológi-
tante es percibir, desde un comienzo, que co acumuló en todo el mundo a lo largo de
en la mayor parte de los casos, los estu- más de un siglo, período en el cual sus en-
diantes ingresan a un terreno nuevo que foques fueron puestos al servicio de las más
tal vez conozcan fragmentaria y contra- contradictorias ideologías, enfoques teóri-
dictoriamente y que no motive en ellos cos y proyectos político-criminales. Si la ob-
vocación alguna por el estudio de estos jetividad es imposible en la ciencia a secas,
temas, conformándolos con la mera dis- mucho más lo es en materia de ciencias
ponibilidad intelectual de una nueva he- sociales, en las que estamos involucrados
rramienta interpretativa. como objeto siendo sujeto investigador. Las
La última etapa que razonablemente pue- ideas y convicciones de los criminólogos,
de esperarse de estos cursos, es la de pro- más allá de ciertas coincidencias centrales,
moción de actividad criminológica, a través son esencialmente polémicas y diversas. En
de quienes sí descubran en la disciplina po- consecuencia, la selección del espacio que
tencialidades de investigación, análisis y aquí se expone no es objetiva (ni conscien-
crítica inéditos y apasionantes. te ni inconscientemente) y responde en
Es en este sector de interesados donde buena medida a la vivencia personal de la
se podrá ubicar a los futuros investigado- disciplina que materializa el autor. De to-
res, teóricos y analistas, que irán intentan- dos modos, la intención que me mueve no
es la inducir a los lectores a pensar de cier-
do experiencias docentes, se sentirán atraí-
to modo, sino a nivelar sus conocimientos
dos por los congresos y debates específi-
fundamentales sobre criminología, casi a
cos, y que, probablemente, comiencen a
brindar una crónica de ella, a partir de la
publicar sus trabajos y análisis, ligándose
cual puede asentarse la discusión teórica.
de modo más o menos regular a la búsque-
Si, como me ha ocurrido, algún alumno de
da científica de saber criminológico.
posgrado cree fervientemente en la existen-
Es utópico pensar que aquellas tres me-
cia del "delincuente nato", es preciso que
tas docentes sean alcanzadas por todos los
se pueda informar también sobre las autori-
alumnos que participen de algún curso, pero
zadas opiniones que reniegan de esa hipó-
sí es seguro que muchos pueden lograrlo,
tesis, y sus fundamentos.
lo que, lógicamente debería colmar las ex-
pectativas del docente. No obstante, la in- No sólo la información básica debe ser
formación y la formación son la meta in- compartida para establecer un diálogo en
mediala y aiitosuficiente de los cursos de esta disciplina, sino también una serie de

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Manual básico de Criminologia

herramientas conceptuales, entre las que conforma las explicaciones precientíficas,


debe señalarse, en primer lugar, al lengua- los prejuicios, las "verdades establecidas",
je. Sucede que, en criminología, se emplean de lo que podría reunir requisitos sufi-
conceptos tomados de diversas disciplinas, cientes para ser tomado por un juicio
a los que se dan usos indistintos en varios con base científica.
sentidos. En el propio lenguaje común hay En la Europa de los noventa, llegó a ad-
conceptos con significaciones unívocas y quirir relevancia en la criminología la apli-
multívocas, y la cuestión llega a ser un pro- cación de investigaciones históricas, que
blema relevante en ciencias. En el campo vienen a revelar interesantes aspectos, mu-
epistemológico ha adquirido gran importan- chas veces desconocidos, de la evolución
cia el papel de la semiótica para dirimir disciplinaria. Comparto la convicción sobre
muchos debates interpretativos de lo que la importancia del enfoque historicista, y ello
se discute. Las reglas que rigen los signos explica el espacio que dedico en este traba-
del lenguaje son de tres tipos: sintácticas, jo al estudio de la evolución histórica de las
semánticas y pragmáticas. Se trata del or- ideas criminológicas, con referencia espe-
den de los signos, de las relaciones entre cial a lo acontecido en la Argentina, que
ellos y sus significaciones, y de la relación fue un país precursor en la materia, desde
de los signos con los usuarios. La comuni- fines del siglo XIX y hasta mediados del
cación sólo es legítima respetando las nor- presente. Las obras de Beccaria, Dai"win y
mas semióticas correspondientes.- Spencer, y las de los representantes italia-
La lógica del pensamiento y su transmi- nos y argentinos del positivismo criminoló-
sión es, entonces, un requerimiento inicial gico, Lombroso, Garófalo, Ferri e Ingenie-
de la actividad en criminología, como en ros, merecen un prolijo análisis, orientado
cualquier otra disciplina científica, para evi- a la explicación de diversos textos legales e
tar desenlaces disparatados o irracionales instituciones que fueron consagrados por
con fundamentos de apariencia científica, aplicación de esas ideas.
que, aunque parezca extraño, se han dado Los desarrollos criminológicos a partir de
reiteradamente en la historia científica, has- la sociología norteamericana de posguerra
ta en la actualidad.^ inauguran una nueva etapa teórica en la dis-
Otra cuestión de interés inicial es la de ciplina, que abandona totalmente el mode-
tomar debida nota de las diferencias que lo teórico positivista, y tiene un rico desen-
existen entre saber cotidiano y saber cien- volvimiento que llega hasta la actualidad.
tífico, diferenciando claramente lo que Como en otros temas, sólo serán expuestas

2. Ver Díaz, Esther y Heller, Mano: El conocimiento científico, Eudeba, Buenos Aires, 1989, p. 19, Manuales.
3. En 1996 apareció —en francés— el libro de los físicos Alan Sokal y Jean Bricmont, "imposturas Intelec-
tuales", que denuncia incongruencias y falsificaciones conceptuales en la obra de la intelectualidad
francesa más rutilante: Lacan, Kristeva, Baudrillard, Deleuze, Guattari, Virilio, Lyotard, etc. Se les critican
muchos textos por ser contradictorios, o directamente incomprensibles, englobándolos en un relativismo
conceptual posmodernista. La obra señala minuciosamente falacias y deformaciones que, por la vía
metafórica, analógica y de abstracciones caprichosas invalidan trabajos de esos autores.

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Carlos Alberto Elbert

aquí algunas de las corrientes teóricas que Por último, trascribo el programa anual
a partir de la sociología cambiaron el de posgrado más reciente que elaboré, para
panorama analítico de la criminología. En la Facultad de Derecho de Corrientes, Uni-
particular, se expondrá el modo en que versidad Nacional del Nordeste. Fue estruc-
esas ideas influyeron profundamente en turado sobre la base de los programas que
América Latina a partir de los años setenta, desarrollé entre 1992/1994 para la Universi-
por vía de diversas recepciones previas, ge- dad Nacional del Litoral, a partir de los cua-
nerando una fuerte expansión de la llama- les se organizaron los cursos semestrales de
da criminología crítica, hoy en una crisis de posgrado para las facultades de derecho de
agotamiento teórico de sus postulados de la Universidad Nacional de la Patagonia
base marxista. (1995) y la Universidad Nacional de Bue-
Es importante recordar que en la actuali- nos Aires (1998). De su lectura se infiere la
dad, la sociología ha adquirido tal papel intencionalidad de las diversas unidades te-
protagónico, que reclama todo el campo máticas, su contenido y su progresión, con-
criminológico para si La crisis teórica ac- forme expuse en esta parte. El contenido
tual en las ciencias sociales ha favorecido la del presente manual se desarrollará siguien-
irrupción de tendencias nihilistas o escépti- do lo más estrictamente posible ese progra-
cas, de franca negación de las posibilidades ma, reemplazando las unidades por capítu-
científicas y teóricas de una criminología los. Agradeceré a los lectores que me ha-
autónoma o interdisciplinaria. En un libro gan llegar todo tipo de críticas, sugeren-
cuya parte primera publiqué en 1996, sos- cias y observaciones que permitan enrique-
tengo un punto de vista adverso, afirmando cer esta herramienta didáctica, la mayor par-
y defendiendo las posibilidades de la crimi- te de cuyos contenidos no son creación
nología como disciplina autónoma de in- del autor, sino patrimonio del conocimiento
vestigación de los sistemas penales con vis- criminológico acumulado por la discipli-
tas al siglo venidero."* na hasta este fin de siglo.

4. Criminología Latinoamericana. Teoría y propuestas sobre el control social del tercer milenio. Editorial Uni-
versidad, Buenos Aires, 1996.

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Capítulo 1

El acceso al conocimiento
Saber cotidiano, expiicaciones precientíficas, prejuicios. Diferencias con el saber
científico. Ventajas y linnitaciones.

El conocimiento precientífico es el que surge sociales y a las interpretaciones jurídicas


de estimaciones y valoraciones directas de que refuerzan tales convenciones. Hemo'^
los fenómenos, en base a la pura observa- tomado contacto durante años con la reali-
ción o análisis sin sistemática, registros de dad del control formal mediante las tareas
datos, comparaciones o mediciones. Esta vía desempeñadas en tribunales, defensorías,
de acceso al conocimiento está muy ligada cárceles e institutos de menores. Hemos acu-
a las influencias subjetivas, y por ende, a mulado un bagaje de experiencia de la que
los llamados prejuicios, o sea juicios aprio- nos vanagloriamos y que es reconocido por
rísticos muy difundidos, que no pueden ser terceros como una forma del saber: la que
comprobados pero que, pese a ello, posibi- "dimana de la experiencia". Con el paso del
litan la aceptación de una verdad aparente. tiempo, nos volvemos "hombres de consul-
Por ejemplo, "todos los negros huelen mal", ta" y llegamos a creer que nuestras certezas
"los pobres son haraganes y ladrones", "los son poco menos que irrefutables. Sin em-
enanos tienen el sexo grande". El saber co- bargo, nuestro aprendizaje técnico —empí-
mún o popular está ligado estrechamente a rico social— está plagado de prejuicios que
experiencias prácticas, generalizadas a par- suelen afectar seriamente esas capacidades
tir de algún caso; en este sentido, podría de interpretación adquiridas. Sin quererlo,
serle atribuida una metodología empírico- forzamos conclusiones tendenciosas, que
inductiva, que, como luego veremos, pre- luego inciden fuertemente en las decisio-
domina en las ciencias sociales. Sin embar- nes "objetivas" y "legales" con las que se-
go, el saber común se gesta mediante la guimos operando sobre la realidad. Cuan-
convivencia social, donde se instalan tabú- do estos criterios se fijan repetitivamente y
es, supersticiones, mitos y prejuicios; esto alcanzan cierto grado de elaboración y acep-
es, verdades establecidas que condicionan tación por la comunidad jurídica, pueden
fuertemente la vida social, por la pura con- llegar a constituirse en una ideología útil
vicción cultural del grupo. para justificar situaciones en nombre de
La mayor parte de los juristas que partici- una presunta objetividad racional nor-
pan en cursos de criminología de posgrado mativa o jurídica. Recuerdo la letra de un
tienen una experiencia profesional previa que chámame muy conocido, en la que un sar-
los ha fijado fuertemente a convenciones gento de policía explica que cuando marca

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Carlos Alberto Elbert

a alguien a sablazos, imprimiéndole en la dos diversos vicios como la haraganería,


espalda el "sean eternos los laureles" de la la suciedad, la malicia, la indolencia, la
hoja, no es él quien castiga, sino que lo brutalidad y la promiscuidad. Se llega a
hace "la autoridad". Convenciones de este ofrecer como pruebas de la certeza de esta
tipo se repiten en todo el orden jurídico, par- construcción que "la ventaja de la pobre-
ticularmente en la interpretación de los jue- za es no pagar impuestos" o que basta
ces, que muchos de ellos atribuyen —análo- con ver las antenas de televisión en los
gamente al sargento— a "la letra de la ley" o ranchos para comprobar que, en realidad,
a "la voluntad del legislador", como si el los pobres "tienen confort" y que pese
intérprete fuese neutral y los textos admi- a todo, siempre se las arreglan para pa-
tieran una única lectura posible. sarla bien.
Tengo frescos mis recuerdos de infancia, La ¡ínea de razonamiento anterior es la
allá por el inicio de los cincuenta, cuando base para fundamentaciones de sentido
un gobierno adoptó la costumbre de regalar común que predisponen decisiones jurí-
sidra a los humildes para fin de año. He vis- dicas, como que los presos lo pasan estu-
to cómo los destinatarios vaciaban las bote- pendamente en las cárceles, con buena
llas en zanjas, para vender luego los envases comida y alojamiento gratuito; todo ello
vacíos en almacenes. Lógicamente, la sidra sin trabajar. Esta última conclusión, de
caliente es horrible, y ellos no poseían hela- contenido jurídico-criminal, está ligada a
deras; mas ésta y otras reacciones paradoja- prejuicios sociales como los que vimos,
Íes de los desposeídos ante formas de bene- ampliamente aceptados y difundidos.
ficencia que los superaban, fueron interpre- Pretender oponerse a los discursos arrai-
tadas de inmediato como prueba irrefutable gados en el saber cotidiano con jerarquía
de su ignorancia y su carácter salvaje, irre- de evidencia, resulta por demás difícil, dada
cuperable para la civilización. Este pequeño su naturaleza y asimilación. Todo cuestio-
ejemplo y otros que se le suman, llegaron a namiento racional de estos presupuestos
conformar razonamientos generales, como ideológicos del sistema penal suele topar-
que los pobres están en esa situación por- se con muros emocionales que los de-
que les gusta, lo que, de paso demostraría fienden.
que poseen una astucia perversa, porque, Cuando los partidarios de la pena de
siendo pobres —escuché— reciben todo re- muerte se constituyen en legión, muchos
galado por vía de la compasión y la benefi- fundamentos arrancan de la pura emocio-
cencia que no merecen, mientras los pudien- nalidad y hasta de la biologización de ar-
tes habrían trabajado duro para ganar lo que gumentos sociales, como que es preciso
tienen. De allí se derivan, a su vez, justifica- "extirpar los órganos enfermos", "arrojar la
ciones del desprecio al marginal: los mendi- fruta podrida" o "podar la cizaña" que re-
gos usarán el dinero para emborracharse, los sultan muy sensatos en sus campos técni-
niños de la calle están al servicio de un ne- cos de origen, pero no pueden traspasarse
gocio, las mujeres con niños a cuestas en sin más a una objeto no biológico, como
realidad los alquilan, etcétera. es la sociedad.
La progresión de tales razonamientos Propongo ahora un ejercicio, que tome
atribuye concluyentemente a los margina- como base la evidencia de que las cárce-

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Manual básico de Criminología

les están llenas de pobres y marginales. cian la realización de abortos, o golpean


Podríamos formular un interrogante falaz, a sus esposas o hijos causándoles graves
con esa apariencia objetiva que brind;in daños físicos y psíquicos. Son legiones los
los juicios apriorísticos, a saber: ¿Por qué ex esposos que se abstienen de cumplir
delinquen tanto los pobres y los margina- los deberes de asistencia familiar, o los
les? La respuesta recorrería el catálogo buenos padres de familia que abusan se-
"causalista", señalando problemas ele xualmente de los hijos o del servicio do-
crianza, de miseria, de ignorancia, de ca- méstico, etcétera.
rencias, resentimientos y violencia (o sea Como vemos en los ejemplos anterio-
el catálogo de lo que se conoce como res, la ignorancia no tiene nada que ver
paradigma causal-explicativo). Sin embar- con la realización de conductas antijurídi-
go, nuestro interrogante es una falacia cas, que conforman delitos. La existencia
total. En primer lugar, todos hemos delin- comprobada de un modelo delictivo lla-
quido en algún momento de nuestras vi- mado "de cuello blanco" anula el valor
das, con prescindencia de la posición so- del resentimiento social como explicación
cial. Sea que nos apoderamos de una pe- posible. Evidentemente, los grandes em-
quenez en la escuela, o que retuvimos un presarios y funcionarios de alto rango tie-
objeto ajeno, una cosa perdida o un libfo nen plena identificación con la sociedad
prestado. Hemos guardado ceniceros, toa- en que viven, en la que pretenden mejo-
llas o pisapapeles como "recuerdos de via- rar su posición. Se trata, por otra parte,
je"; omitido pagar impuestos; contraban- de personas bien educadas y de bueno,
deado electrónicos, alcohol o tabaco, modales, que se destacan en la vida so-
como sucede masivamente en las ciuda- cial, en la que gozan de mucho respeto.
des de frontera. Hemos usado el teléfono Otro frecuente enfoque explicativo fal-
de la oficina para resolver cuestiones pri- sificado recurre, como vimos, a las funda-
vadas, y las parejas, los socios y emplea- mentaciones biologistas, empeñadas en
dores desavenidos falsifican —muchíis probar la inferioridad de ciertas razas o gru-
veces a instancias de sus abogados— do- pos sociales o culUirales que serían un las-
cumentación para imputarse hechos ine- tre para la sociedad "decente". Estas expli-
xistentes, con testigos y documentos fal- caciones positivistas y estigmatizantes con-
sos en procesos civiles, laborales, comer- sei'van poder más allá de toda evidencia.
ciales y hasta penales. Sabemos que mu- Por ejemplo, en la Argentina no hay ne-
chos conductores lastiman o matan con gros, pero se denomina así a los margina-
sus vehículos, que escapan luego de ha- les y pobres. "Negro" es un atributo polifun-
cerlo, o que encubren hechos similares cional, que puede aludir a los marginados
cometidos por sus hijos adolescentes con que proceden del interior, a los habitantes
espíritu "prolector". Muchos automovilistíis de los barrios marginales o a seres conside-
sobornan a funcionarios para que omitan rados inferiores en la escala social en gene-
multarlos por una infracción, y otras per- ral. Se trata de un concepto que no exige
sonas —para señalar hechos más graves aclaraciones, pese a que, evidentemente,
generalizados en las clases medias y al- no es un dalo de la realidad. Explicacio-
tas— desconocen una paternidad, propi- nes ele este tipo han alimentado a la cri-

19
CtAsAOmomert

minología —como veremos en los próxi- Veremos luego cómo ciertas explicacio-
mos capítulos— como una ciencia respe- nes biologistas e intuitivas llegaron a alcan-
table y objetiva durante medio siglo, en zar rango científico con el positivismo, se-
la convicción de que poseían rango gún lo fueron develando la epistemología,
científico. la sociología y la psicología social, permi-
En conclusión, las explicaciones del sa- tiéndonos ver, desde fuera de nuestra disci-
ber común poseen la propiedad de consti- plina, por qué esas clases de argumentos
tuirse fácilmente en explicaciones ideoló- son tan seductoras y aparentemente exitosas,
gicas con apariencia científica, capaces de pese a su falacia.
alcanzar amplio consenso. En otras pala- Analicemos ahora, brevemente, el efec-
bras, se llega a creer a pies juntiUas estas to que el fenómeno criminal provoca en la
proposiciones, con la certeza de que po- cultura, adelantando que es muy intenso y
seen un rango de conocimiento superior. motivador Gran parte del interés por el cri-
Es preciso recordar que la ciencia tam- men y la transgresión de las normas es in-
poco proporciona verdades absolutas ni consciente y arraigado en sectores oscuros
definitivas, pero su estructura de conoci- de nuestra personalidad. Así lo demuestra
miento más compleja y exigente brinda el éxito ininterrumpido de las revistas sen-
mayor posibilidad de certeza. sacionalistas y de las crónicas rojas o amari-
Si bien el conocimiento cotidiano está llas, desde que se generalizó la prensa es-
en la base de toda especulación racional, crita. La narración minuciosa de los hechos,
sería un error idealizar sus méritos y posi- y hoy las fotografías y hasta las filmaciones
bilidades. Malinowski, un estudioso de las más caídas, abren interesantes campos de
culturas primitivas, ha señalado que "si en- anáhsis a la psicología y a la antropología.
tendemos por ciencia un corpus de reglas Es posible que, quien se interesa por tales
y concepciones basadas en la experiencia fenómenos desde el rol de simple ciudada-
y derivadas de ella por inferencia lógica, no, encierre una admiración oculta por el
encarnadas en logros materiales y una for- transgresor, un deseo individual de atrever-
ma fija de tradición, continuada además por se a tanto, o una abyección profunda que
alguna suerte de organización social, en- provenga de traumas o vivencias negativas
tonces no hay duda de que incluso las co- pasadas. Lo cierto es que la morbosidad y
munidades salvajes menos evolucionadas la delectación por lo criminal han creado
poseen los comienzos de la ciencia, por un mercado de información y espectáculo,
más que éstos sean rudimentarios". Pero, que incluye una rescatable tradición en la
acto seguido, el mismo autor reconoce que literatura policial, documental o novelada y
"es cierto, sin embargo, que la mayor par- en el cine.
te de los epistemólogos no se satisfarían El crimen, en la conciencia colectiva, es,
con tal 'definición mínima de ciencia' pues básicamente, el mal, la faz negativa de los
también podría ser válida para las reglas instintos y apetitos humanos. El concepto
de un arte u oficio".^ de "mal", por otra parte, está ligado a ideas

5. Malinowski, Bronislaw Magia, ciencia y religión, Planeta-Agostini, 1994, p. 29.

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Manual básico de Criminología

religiosas muy ariaigadas en la foimación Raúl González Tuñon se había mofado


cultural de nuestra área, y más aun en otras poéticamente de ese estereotipo, cuando
culturas, como las islámicas, donde el Corán esciibió
permite resolver tahonalmente los conflic-
tos con conductas prohibidas Todos quie- Los ladrones usan gorra gris, bufanda
ren ser detectives, todos quieren opmai so- oscura \ camiseta a rayas v si no, no
bre un crimen, todos quieren ser jueces o Algunos llevan una linterna sorda
en el bolsillo
verdugos en ciertos casos que logian mu-
Por atraparte se enamoian de
cha repercusión popular Todos quieren li-
robustas muchachas,
brara la sociedad de cnmmales, que es una
coleccionan tarjetas postales } a veces
extirpación del mal, en el mejor estilo San lucen un tatuaje en el brazo izquierdo
Jorge contra el dragón E\ identemente, nos una flor, un barco > un nombre Rosita
sentiiemos inejor si conjuramos el mal, pero Todos los ladrones están enamorados
hay intentos por lograrlo, que condujeron de Rosita,
a la Inquisición la caza de biujas, las ma- ^ \o también
tanzas de negios, judíos y otias mmoiías,
todos ellos eirores irracionales, consuma- Po! lo general, estas herramientas se apli-
dos con declarado afán de hacer el bien, can para establecer distancias, separaciones,
de los que la conciencia actual debe sacar y ordenar lo social en jerarquías de perte-
conclusiones La intención de extirpar el nencia o exclusión Desde muy pequeños
mal (el delito) 'curando a la sociedad" está somos entienados para el uso de tales me-
seguramente ligada a resortes psicológicos canismos, lo que exphca su grado de mter-
atávicos, a cicencías y supeisticiones, que nalizacion en las personas adultas En el ho-
se expresan todavía hoy en mecanismos gar y la escuela se enseña a los pequeño''
como las ofrendas o el chivo expiatorio quiénes son 'buenas y malas personas" y
Recapitulando, el prejuicio es un con- especialmente, quiénes son "buenas com-
cepto apnoiístico y falso que, empleado pañías" con las que pueden establecer amis-
corno herramienta, produce diversos efec- tad Los \ alores del hogar son honrados
tos sociales, que veremos enseguida Ge- como verdaderos y sublimes y luego repro-
neralmente, los prejuicios son generaliza- ducidos para las genei aciones siguientes Es
dos mediante esteieotipos, que consisten cieito que en la actualidad el modelo fami-
en la adjudicación de caiacteiísticas ge- liai está debilitado, y la liberalidad campea
nerales o abstractas a personas o grupos en la relación con los hijos, pero el modelo
de ellas, de modo automático, que el ra- tiene mucha vigencia todavía, al menos en
zonamiento científico no puede confirmai sociedades tradicionales y conservadoras
Es conocida, por ejemplo, la imagen del Los padies suelen ser lo más grandioso para
ladrón, representado con gorra a cuadios, el hijo pequeño, como paite de un procese
camiseta a rayas, antifaz y nariz partida de mistificación que se desmorona en c c -
x\sí se lo encontiará en las historietas y el ta medida con el tiempo Sin embargo c--
cine, y cualquier persona descubierta por valores que esos padres inculcaron ^uc c"
la noche con alguna de esas caracteiísti- quedar fijos en el inconsciente h;^T_ - _^
cas será denunciada como sospechosa los hijos iconoclastas Los preju.c o^ s c- r-
Carlos Alberto Elbert

reotipos suelen operar como una expresión máforo con luz roja, el grueso de las perso-
del conflicto de grupos en sociedad, alejan- nas tendía a seguirlo. En cambio, al menes-
do a los diferentes, y jerarquizando el propio teroso no lo seguía nadie; por el contrario,
segmento de pertenencia. Estas herramientas las personas reunidas en el lugar lo repren-
son poderosas, porque se usan para neutra- dían, criticaban o insultaban.
lizar, perjudicar o eliminar rivales. Hay rivali- Hablamos antes de chivo expiatorio (o chi-
dad con otros, por muchos motivos: se trata vo emisario o víctima propiciatoria) que es
de potenciales competidores por un cargo, un instiaito que la psicología explica como
un negocio o alguna ventaja; en suma, de un mecanismo proyectivo, o sea la tendencia
gente que aspira a lo mismo que uno. En a colocar en los otros los vicios, defectos y
toda sociedad hay microgrupos o fuerzas que errores que no soportamos en nosotros inis-
se oponen y libran una. sarda lucha par po- mos. Es recordada fa imagen religiosa de las
deres y privilegios. Las diferencias pueden ofrendas, por la cual se sacrificaba un bien
ser de clase, nacionalidad, religión, jerarquía importante, animal o humano, a fin de contar
profesional y otras. con la complacencia de los dioses. En los sa-
Las diferencias de clase establecen ba- crificios humanos mayas y aztecas, el rol del
rreras naturales y visibles en el modo de sacrificado (ofrenda) era altamente concep-
ordenarse para vivir en sociedad. Diversas tuado e incluso envidiado, porque se trataba
señales externas adquieren así gran relevan- de los mejores guerreros o deportistas de la
cia, como la vestimenta, el perfume, el ba- comunidad, quienes, por otra parte, ganaban
rrio de residencia o el auto que se maneja. la gracia de los dioses en el más allá. Hoy,
Estos códigos de señales varían con el tiem- como resabio de las viejas costumbres reli-
po, y puede verse, por ejemplo, cómo hay giosas, sigue existiendo la víctima propiciato-
zonas urbanas que se desvalorizan, gene- ria, sólo que con otros caracteres; ahora se
rando éxodos a otros puntos. A lo largo de trata de una persona a la cual colectivamente
la historia, puede apreciarse que la geogra- se le atribuyen vicios, defectos o culpas, de
fía social interna de una ciudad es rotativa. las que se ven librados los demás. Así como
Como éstos, hay una infinidad de símbolos el prejuicio lleva a definiciones, el mecanis-
de distancia social que funcionan en la per- mo del chivo emisario es una heiTamienta de
cepción recíproca de nuestros contactos ataque-exclusión, que puede alcanzar fonnas
sociales, relaciones de amistad, de compe- discriminatorias severas, generalmente dirigi-
tencia o rango, de aspecto físico, color, ves- das contra el más débil, expuesto y falto de
timenta, etc. Tales signos permiten identifi- poder del gmpo social. Recordemos que den-
caciones inmediatas en medio de la masa tro de cada familia hay una "oveja negra",
activa de personas; así, resulta ilustrativo un que carga con los defectos de todos; que,
experimento social que se llevó a cabo en generalmente, fue el hijo tímido, de carác-
Alemania, cotejando las reacciones del pú- ter débil o introvertido. Mecanismos pare-
blico en base a la identidad sociocultural. cidos se repiten en las escuelas y oficinas,
Se situó a dos personas, una muy bien ves- donde siempre a alguien le toca hacer el
tida y la otra harapienta y sucia, en diversos papel de tonto y ser blanco de las burlas.
semáforos peatonales, habiéndose compro- En la sociedad hay sectores que tienen
bado que, cuando la primera cRizaba el se- un alto grado de cobertura, y otros que pa-

22
Manual básico de Criminología

decen una fueite exposición, que se incre- gar. Por ejemplo, decir que alguien estuvo
menta cuanto más abajo se encuentren en en la cárcel, o que cumplió condena, le
la escala social. Llamamos "cobertura" a la hará mucho más difícil tcxlo intento de in-
disponibilidad de recursos para superar si- serción social. Tan grave es esta marca, que
tuaciones críticas o difíciles (por vías lega- la ciencia jurídica ha tomado nota de ella y
les o ilegales) y "exposición" a lo contrario. ése es el motivo por el cual en los diplo-
Como se verá en este curso, la exposición mas obtenidos en institutos carcelarios se
social ¡ueg-d un importante rol en la deter- suprimen todas las referencias al sitio de
minación de la criminalidad y la atribución otorgamiento. También el art. 51 del Códi-
de roles criminales o "desviados". go Penal impide registrar antecedentes que
El estereotipo es, entonces, la adjudica- sólo cumplan función estigmatizante.
ción apriorística de caracteres no confir- Para el diccionario de la Real Academia
mados por la razón, la ciencia o la experi- Española, "estigma" es un desdoro, afrenta,
mentación a personas, grupos, razas o na- mala fama, y tiene trascendencia a los fami-
cionalidades, para señalarlos y detectarlos liares, como el insulto de "hijo de mala ma-
sin análisis previo. Nuestra cultura está pla- dre". Las condiciones consideradas negati-
gada de estos lugares comunes estereoti- vas por la sociedad descalifican, crean difi-
pados, especialmente los que aluden a na- cultades, cierran puertas y clausuran rela-
cionalidades o regiones: los franceses no ciones, transmitiéndose, en muchos casos,
se bañan, los gallegos son torpes, los ju- a los familiaies del estigmatizado. Por ejem-
díos son avaros, los italianos gritan, etc. plo, la condición de prostituta, homosexual,
De los habitantes de ciertas provincias se drogadicto, alcohólico, delincuente, enfer-
dice que son simpáticos o antipáticos, "fa- mo de Sida, etc. Un estudio magnífico so-
llutos" o fieles, honestos o ladrones. Mu- bre el tema es el trabajo de Goffman, me-
chas veces, un estereotipo es confirmado diante el cual puede ser ampliado prove-
institucionalmente, transformándoselo en chosamente.^
una descalificación permanente de la per- Llegados a este punto, estamos en con
sona. Por ejemplo, se descubre que el au- diciones de conocer algunas de las reser-
tor de un robo a mano armada es feo, mal vas que merecen el saber cotidiano y el
entrazado, que tiene antecedentes policia- que proviene de la experiencia profesional.
les, es alcohólico, abandonó a sus hijos, Es cierto que algunas explicaciones precien-
etcétera. En estos casos, decimos que tal tíficas resisten el paso del tiempo, supe-
sujeto corporiza un proceso de estigmati- rando la vigencia de algunos paradigmas
zación. El estigma es una marca oficial, que científicos, pero su capacidad explicativa
antes era un grabado a fuego en la espalda suele ser muy reducida. Veamos, entonces,
o la cara de esclavos o sujetos que come- qué puede ofrecernos, por oposición, el
tían ciertos hechos. Nuestros estigmas de llamado conocimiento científico.
hoy parecen menos severos, pero no son La posibilidad de conocer científica-
menos eficaces para discriminar y segre- mente la realidad resulta altamente seduc-

6 Goffman, Erving. Estigma La identidad deteriorada. Amorrortu, Buenos Aires, 1980

23
Carlos Alberto Elhert

tora, porque se lo vivencia como saber porque cada dato que se integra en ella deja
asegurado, comprobado, de rango supe- automáticamente excluidas ciertas parcelas
rior. Se trata —decimos— de un conoci- del conocimiento posible. No obstante, creo
miento confiable, organizado sobre la base —^junto con numerosos epistemóíogos de
de principios explicativos que, en gene- opinión más autorizada— en la necesidad
ral, son verificables o sustentables. Sin y posibilidad de delimitar un conocimiento
embargo, es paradójico lo difícil que re- científico, como un saber que se distinga
sulta definir a la ciencia, siendo que pare- de otras vías de conocimiento, porque la
ciera tratarse de un concepto tan impor- ciencia debe obtener hallazgos y conclu-
tante y obvio. En el estadio actual de evo- siones mediante métodos o fundándose en
lución epistemológica, debe aceptarse, por razonamientos que permitan su verificación,
ejemplo, que no existe una noción unívo- o sea, sometiéndose a prueba, con la obli-
ca de lo científico, que no tiene respuesta gación moral y material de admitir errores.
precisa. No obstante, existen importantes Quien afirma trabajar científicamente tiene
definiciones, como la de Husserl, quien la obligación de exhibir los conocimientos
sostuvo que ciencia es "un cierto univer- logrados, justificando siempre cómo los
so de proposiciones [...] que surge de obtiene. El científico no debe emitir opi-
modo constante de la actividad teórica y niones antojadizas, repetir lo que escucha
en cuyo orden sistemático un cierto uni- o moverse en el nivel de la charla del café.
verso de objetos alcanza su determina- Por el contrario, contrae serias responsabi-
ción".'' Pero hay muchas otras, de autores lidades sobre lo que afirma, porque le ha
reconocidos, que no coinciden con ella, sido concedida una credibilidad especial,
una confiabilidad que debe asegurar en cada
entre otras cosas, porque cada época ha
una de sus proposiciones. La ciencia es, a
aplicado una noción distinta de ciencia,
mi entender, un grado especial de responsa-
que surge, como veremos, de lo que se
bilidad moral.
denominan los paradigmas científicos do-
minantes en un momento histórico. En la actualidad, es preciso sostener un
El grave problema que plantea la defini- concepto abierto de ciencia, porque se han
ción de ciencia resulta de sus perfiles cam- comprendido los excesos en que cayeron
biantes, porque es ahistórica, contingente, algunas escuelas científicas, pretendiendo
y objeto de constante reelaboración episte- encapsular el desarrollo del conocimiento
mológica. En el cotejo del saber científico científico dentro de parámetros rígidos, tal
con el cotidiano, la ciencia parece ofrecer como acontece con el positivismo. Por el
una opción segura, rigurosa, exacta, preci- contrario, el fin de siglo ha demostrado que
sa, en la que se podría confiar plenamente. no existen sobre la tierra verdades definiti-
Sin embargo, tal intuición no encuentra siem- vas ni absolutas, ni siquiera en la física o
pre correspondencia con la realidad; hoy, la astronomía.
muchos epistemóíogos niegan lisa y llana- De todos modos, si lográsemos definir
mente la posibilidad de definir la ciencia, lo que es ciencia o conformarnos con al-

7. En Teoría crítica, Amorrortu, Buenos Aires, 1990, p. 224,

24
Manual básico de Criminología

guna de sus concepciones, nos quedarían personalmente dentro del objeto que ana-
otras tareas arduas, como precisar si las liza Todos los reparos que formulamos
ciencias sociales son realmente ciencias. Si al saber cotidiano valen, entonces, para
la respuesta fuese positiva, queda todavía el ejercicio de las ciencias sociales, por
el interrogante sobre la cientificidad de la cuanto su objetividad es extremadamente
criminología, de lo que me ocupo con ex- discutible o cuanto menos muy difícil de
tensión en otra obra y otro capítulo * alcanzar. Un biólogo o un físico son ex-
La opción por el modelo científico no traños a los objetos que manipulan, y
implica que quedamos a salvo de ios ries- pueden afirmar con mejor derecho su "in-
gos que apuntamos respecto al saber co- contaminación" de la materia analizada.
mún o cotidiano. Ya se verá que la cultu- No sucede lo mismo con un sociólogo o
ra individual, con sus prejuicios y vanida- un jurista, quienes, como vimos, portan
des, se cuela también en el campo cientí- una carga de cultura y socialización qui^
fico, distorsionando muchas conclusiones. puede encerrar trampas como los prejui-
Por ese motivo, las ciencias sociales pre- cios y otras subjetividades, que relativi-
sentan importantes problemas aún sin so- zan las conclusiones obtenidas.
lución satisfactoria, como el de la verifi- Anticipamos, entonces, que tanto en el
cación, debido a la naturaleza que pre- saber cotidiano como en el científico existe
senta el objeto de estudio: lo social es ex- el problema de la subjetividad del obser-
tremadamente difícil de medir, cuantífi- vador, presente dentro de lo observado.
cary verificar. Por otra parte, el científico Veremos en el próximo capítulo qué rea-
social no tiene ante sí un objeto inerte al seguros adopta la ciencia para sobrelle-
que debe analizar, sino que está inmerso var una situación tan compleja

8 Ver mi libro, citado en 4, capítulo I

25
Capítulo 2

El saber científico
El saber científico lluminismo y razón Métodos paradigmas revoluciones
científicas Limites del conocimiento científico Objetividad e ideología en el
trabajo científico

/ Saber científico ílurmnismo y razan mundo ifummando con su potenciaíicíaci a


todas las zonas oscuias que la ignoiancia
Lo que hoy todivia denominamos saber del pasado habían constituido en obstácu-
científico esta estrechamente ligado al ideal los al progreso El progreso, por oU a parte
iluminista, fuente de nuestros conocimien se vuelve la utopia fundamental del siste-
tos e instituciones que finalmente entio en ma considerando<ielo como lineal e impa
una profunda crisis a lo largo del siglo XX rabie la humanidid debía logiar median
particul irmente en estas ultimas décadas te este sistema de ideas piesidido por la
Sabemos que la Ilustración fue un fabuloso razón la solución a todos sus males y fac-
movimiento cultural del siglo XVIII con toies de atraso e infelicidad Esta cipaci-
epicentio en la Frmcia republicana que clad absoluta atiibuida a la razón humana
laicizo el sistema político elimmmdo la y la ingenua fe en la inviolabilidad de los
monarquía generando los sistemas consti- principios fundamentales escritos en h s
tucionales republicanos i o d i \ n vigentes consDtuciones pareció encontrar una con
que coloc m il ciud idano en el centro del firmacion inicial en el siglo XIX y principios
sistema considerando que el puncipio de del actual pero luego pudo advcrtiise cada
Igualdad abaica a todos los habitmtes de vez con mayoi nitidez cjue la lazon tema
una nación asign melóles idénticos derechos limites ) era capaz de producir también re-
y posibilidades En lo científico el ilummis- sultados espantosos en total contradicción
mo se c iractenzo por su fe en h i izon como con el discuiso piochmado '^
aptitud humana capaz de todis 1 is explic i l o cieilo es que tanto nuestras mstitu
Clones > todas las ti msfornnciones El me Clones jurídicas actuales como nuestra com-
joiamiento de la hum midad solo podn i piension del fenómeno científico están pro
venir por vía de la educación y la difusión fundamente ligados il ideal iluminista as-
del ideante establecido por li Revolución pecto que com lenc lecalcaí poique se ti ita
Francas 1 que debía expandirse poi el de ideas que fueion cenándose en si mism is

9 Ver Adorno Theodor La educac on después de Auschwtz en Rev sta Delito y sociedad Buenos
Aires N°3 p 39

27
Carlos Alberto Elbert

hasta proporcionar explicaciones absolu- correcto quedaron consagradas para siempre,


tas con pretensión de verdad, que no es de lo que podría deducirse que ésa es la ver-
posible admitir en el campo del pensamien- dadera ciencia. Sin embargo, las necesidades
to y la investigación. ^° humanas empujaron en otra dirección, preci-
Las ciencias sociales son ciencias "jóve- samente la de conocer y dominar los proce-
nes" que fueron naciendo por imitación de sos de la namraleza. Cuando se consagró el
las llamadas ciencias "duras" que les pre- modelo de investigación experitnental, cuyas
cedieron largamente en su evolución teó- luminarias intelectuales son Galileo y New-
rica, sistemática y metodológica. Nuestras ton, el saber superior pasó a apoyarse en el
ciencias sociales nacen por la necesidad dominio del curso de la experiencia, supe-
de dar soporte teórico y comprensión ra- rando al anterior saber artesanal. La ciencia
cional a las nuevas instituciones que el ilu- experimental, con su dominio de los proce-
minismo fue concibiendo y expandiendo sos materiales y los efectos concretos, se alejó
por el planeta, tal como era su propósito. de aquella especulación filosófica abstracta
La sociología es, en tal sentido, paradig- sobre las razones profundas. El modelo expe-
mática, porque el crecimiento de las ciu- rimental se ocupó, a partir de entonces, de
dades, la revolución industrial, los movi- otros fenómenos, con otra metodología y oti'as
mientos de masas, requirieron en un mo- finalidades. ¿Dejó por ello de ser ciencia el
mento dado interpretación, explicación y pensamiento clásico? ¿Cuál ciencia es verda-
previsibilidad. Esos saberes directamente dera, la fundamental o la experimental? Vere-
no existían, hasta que se impuso la evi- mos que no puede responderse a estos inte-
dencia de que hay una realidad social di- rrogantes con tanta simpleza como la que re-
ferente a los individuos que la componen, claman las preguntas. En primer lugar, no hay
que se desenvuelve con principios y re- una ciencia verdadera, sino apenas, como en
acciones distintos a los individuales. todos los asuntos humanos, modelos expli-
Habíamos descripto a la ciencia como cativos que pueden tener una vigencia y
un saber asegurado, que el Diccionario de la una utilidad más intensa en un momento
Real Academia define en estos términos: "Cuer- histórico dado. Este cambio de modelo cons-
po de doctrina metódicamente formado y or- tituye lo que hoy se denomina generaliza-
denado, que constituye un ramo particular del damente, pero con poca precisión, un cam-
humano saber". También dijimos que la cien- bio de paradigma. Cabe señalar que, en la
cia era ahistórica, por cuanto su concepto y historia de la ciencia, la evolución no con-
sus contenidos varían con el paso del tiempo, cluye con el modelo experimental. Con la
las necesidades y desafíos que afronta la hu- ciencia experimental, el hombre se lanzó a
manidad. Hubo un pensamiento hoy llama- dominar racionalmente el curso de la reali-
do clásico, que floreció en Grecia, signado dad y los éxitos alcanzados dieron gran pres-
por la especulación lógica fundamental. Mu- tigio a esa idea del saber superior, que se
chas de esas reglas lógicas del razonamiento estixicturó metódica y ordenadamente, evo-

10. Ver en mi obra citada Criminología Latinoamericana, ei capítulo IV, "La ciencia y la crisis de la
razón".

28
Manual básico de Criminología

lucionando en esa dirección hasta que la mula a pnori. La pretensión de descubrir


eclosión iluminista, merced al formidable una clasificación de todas las ciencias, sin
aporte metodológico de Bacon y Descartes, advertirlo, tendía a detener aquel desa-
impuso un nuevo paradigma: ahora la ra- rrollo y a circunscribirlo a límites precon-
zón pasó a constituir la sustancia última de cebidos y de allí su fracaso, de ahí la im-
lo real, vía por la cual se llega a una fe posibilidad de dar con una solución que
ciega en el progreso mdeñnido y la capaci- no fuera irremediablemente dogmática''.'-'
dad humana de resolverlo todo. Así lo en-
tendieron Montesquieu, Voltaire, Diderot, //. Métodos, paradigmas, revoluciones
D'Alembert y luego otros teóricos, en el pun- científicas . - . v- .,.
to de nacimiento de las ciencias sociales,
todavía condicionadas por el saber experi- Como acabamos de ver, hay varios con-
mental precedente, que luego el positivis- ceptos clave que reclaman nuestra aten-
mo emulará hasta la exageración. ción: las nociones de epistemología, méto-
La razón entronizada se volvió, enton- do y paradigma científico. La poca pulcri-
ces, una mediadora infalible de "la ver- tud con que ha sido empleada la termino-
dad'', generando una idealización arrogan- logía dentro de las distintas ciencias, parti-
te y extrema de la noción de ciencia. La cularmente en sus contactos recíprocos e
realidad se redujo, erróneamente, a aque- interrelaciones, hace imperioso ocuparnos
llo que aprobaba la ciencia, considerada, de unificar nuestro vocabulario técnico,
de hecho, estática y definitiva. Por esos antes de continuar con el desarrollo de
caminos, la ciencia llegó a encerrarse en estos temas.
sí misma, petrificándose de un modo hoy Klimovsky advierte que muchos autores
inaceptable. Aludiendo a los excesos del utilizan la palabra "epistemología" para de-
positivismo en la cuestión epistemológica signar algo que en nuestro medio se deno-
y su obsesión de clasificar las ciencias, mina teoría del conocimiento o gnoseolo-
dice Geymonat que "el vicio original ra- gía, o sea la parte de la filosofía que se ocu-
dicado en su base era la pretensión m- pa del conocimiento en general, sea el co-
confesada de aplicar al conocimiento cien- mún científico o filosófico. Por su parte, el
tífico una categoría característica de la vieja gran epistemólogo argentino emplea el con-
metafísica; la sistematización absoluta, la cepto en su acepción más restringida, cual
absoluta coherencia lógica de las investi- es la de referirlo exclusivamente al conoci-
gaciones. En cambio, la historia humana, miento científico. La epistemología se ocu-
en su carácter concreto, demuestra que el paría de investigar las circunstancias histó-
pensamiento científico se ramifica en nue- ricas, psicológicas y sociológicas que llevan
vas formas, relacionadas con innumera- a obtener conocimiento científicc:) y los cri-
bles circunstancias, de hecho no previsi- terios con los que se justifica o invalida esos
bles ni sistematizables en una única fór- conocimientos. Dice nuestro maestro:

11 Geymonat, Ludovico- El pensamiento científico, 12- ed., Buenos Aires, Eudeba, p 51

29
Carlos Alberto Elbert

El epistemólogo se formula una pre- muchas veces se superponen como equi-


gunta de crucial impoi-tancia para com- valentes los conceptos de ciencia, teoría
prender y analizar la significación cul- y método, porque la noción de "teoría"
tural de la ciencia en la actualidad: por es empleada como ciencia en general o
qué debemos creer en aquello que afir- en particular. A modo de ejemplo, puede
man los científicos. No acepta sin crítica verse el tratamiento que da al tema el co-
el conocimiento científico, sino que lo nocido trabajo de Chalmers, ¿Qué es esa
examina del modo más objetivo posible. cosa llamada ciencia?''^
Al igual que un filósofo, frente a cual- Cabe recordar que las teorías proponen
quier teoría y con independencia de que caminos de búsqueda ofrecidos como los
esté apoyada por la tradición o sea muy más adecuados y que muchas veces la teo-
reciente, se preguntará por su aparición ría dominante es utilizada también como
como fenómeno histórico, social o psico- sinónimo de ciencia (hablar, por ejemplo,
lógico, porqué hay que considerarla bue- de "ciencia positiva", identificando a lo
na o mala, o cuáles son los criterios para científico con el enfoque positivista).
decidir si una teoría es mejor o peor que Schuster, otro importante epistemólogo
otra. La epistemología es, por ello, una argentino, señala que:
actividad crítica que se diy-ige hacia todo
el campo de la cienciap- Cierto es que desde concepciones di-
versas de la ciencia se ha pretendido rei-
En cuanto al método, surgen algunos vindicar a veces algún tipo de monismo
equívocos que es preciso tener muy en metodológico ya sea afirmando el méto-
cuenta al comienzo de este curso. Podemos do hipotético-deductivo, desde una pers-
adelantar, elementalmente, que la ciencia pectiva o el método dialéctico desde otra.
busca su saber por determinados caminos Pero pensamos que estos métodos, de im-
o vías de acceso. Las maneras de recorrer portancia reconocida, se integran junto
esos caminos es lo que podríamos definir a otros métodos posibles de la ciencia.
como método. El conjunto de varios de ellos,
sería, entonces, una metodología. Amplía posteriormente la ejemplifica-
Hasta aquí todo luce muy claro, pero su- ción, diciendo que ¡as ciencias sociales po-
cede que como la ciencia es una forma drán utilizar fructíferamente métodos como
de procurar conocimiento, podría decirse el axiomático (un método básico de las
que es, en sí misma, un método de bús- ciencias sociales) el inductivo o el hipoté-
queda y por este motivo, en muchos tra- tico-deductivo (empleados en las ciencias
bajos los conceptos de ciencia y método naturales) así como métodos más específi-
son empleados como sinónimos. Además, cos de su campo: el abstracto-deductivo

12. Klimovsky, Gregorio: Las desventuras del conocimiento científico Una introducción a la epistemología,
Buenos Aires, A-Z Editora, 1994, p. 28.
13. Siglo XXI, Madrid, 1982.

30
Manual básico de Criminología

y el dialéctico, el de la comprensión, el En el contexto de descubrimiento, cuan-


fenomenológico y el progresivo-regresivo. do el investigador formula sus hipótesis,
estarían pesando plenamente sobre él sus
Precisamente, a este conjunto de mé- circunstancias biográficas, culturales, psi-
todos nos referiremos en eí presente tra- cológicas, sociales, políticas, religiosas, etc.
bajo, sin pretender agotarlos, ya que mu- En cambio, en el contexto de justificación
chos quedarán sin tratar (serntóticos, in- se abordan cuestiones de validación, para
vestigación participante, investigación- definir si las hipótesis son correctas, ver-
acción, etc.)!'"' daderas o falsas, SI están apoyadas en bue-
nas premisas, si puede dársele el rango
Este autor señala también que, para ele- de una creación digna de reconocimien-
gir el modo de trabajo y acceso en las dis- to, etcétera.'''
tintas disciplinas también cuentan las ideas En algunas ciencias naturales, como ¡a
filosóficas y políticas, que a v&c<ts pesan física, la química y la biología, la posibili-
mucho en el campo de las ciencias socia- dad de circunscribir los métodos es niuy
les. Así, es fácil imaginar cómo se esuuctu- alta. En esas disciplinas el método hipoté-
raría el análisis económico de un investi- tico-deductivo y la estadísüca son esencia-
gador marxista, o el de un neoliberal. les para la investigación, lo que no ocurre
Debe recordarse también que el método es en las ciencias formales, como la matemá-
concebible desde disüntas perspectivas de ac- tica, ni en las ciencias sociales, en las cua-
ceso al objeto, por ejemplo, como vía de valo- les no se dispone de estrategias fundamen-
ración de ios hallazgos. Hans Reichenbach, en tales de investigación.
su libro titulado Experiencia y predicción, in- Al revés de la metodología consagrada
trodujo el enfoque, que entre nosotros es apli- de las ciencias naturales, en las ciencias so-
cado por lílimíwsky, según el cual debe dife- ciales no puede superarse la diversidad exis-
renciarse, cuando se investiga, entre contex- tente y en uso, que incluye, además, gran
to de descubrimiento y contexto de justifica- cantidad de técnicas.
ción. El primero alude a la producción de Es oportuno recordar también que la efi-
una hipótesis o una teoría, la formulación de cacia del método llevó a reservar para las
una idea. Por el contrario, el contexto de ciencias experimentales una supremacía ex-
justificación se ocupa de la validez que pue- cluyente, y a sostener, como han hecho
de asignarse a esas hipótesis, teorías, etc. En autores de gran nivel científico, que las
otras palabras, si el descubrimiento realiza- ciencias humanas o sociales no son real-
do es auténtico o no, si es cierta o falsa la mente ciencias, porque no aportan teorías de
hipótesis, si se pueden confirmar las propues- validez universal ni disponen de métodos
tas y si eso representa algo útil. unitarios ni específicos.

14. Schuster, Félix; El método en las ciencias sociales, Centro Editor de América Latina, Buenos Aires, 1992,
pp. 23-24. Muy importante en el tema es el libro de Miralles, Teresa. ¡Métodos y técnicas de la cnminología,
Instituto Nacional de Ciencias Penales, México, 1982.
15 Klimovsky, op cit, p 29

31
Carlos Alberto Elbert

Veremos, cuando nos ocupemos de defi- investigación empírica, cualitativa o cuantita-


nir el objeto de estudio de la criminología, tiva. La opción de muchos criminólogos por
que nuestia disciplina obtiene y se vale de el marxismo como ideología o como teoría
conociiTiientos de muy diversa índole. Si re- social, pareció generalizar el empleo de un
conocemos la necesidad de que en esta área método presuntamente dialéctico. Sin embar-
científica participen simultáneamente diversas go, nunca se precisaron con claridad sus al-
disciplinas sociales, se nos irán planteando cances, dándolos por sobreentendidos con re-
dificultades metodológicas de las que es pre- misiones a Marx y Engels. En los hechos, esta
ciso tener, cuanto menos, una idea previa. opción metodológica fungió más bien como
En general se admite que los métodos simplismo o anarquía metodológica, privile-
aplicables en criminología son empírico-in- giando la formulación de hipótesis o teoriza-
ductivos, con poca diferencia de los emplea- ciones desde una perspectiva excluyentemente
dos en otras ciencias sociales. Es preciso partir ideológica.
de lo empírico, en tanto analizaremos he- En cierto modo, se actuó a partir de la
chos del mundo real, algunos de los cuales convicción de que poseer una ideología "co-
son mensurables y cuantificables. Nos inte- rrecta" autorizaba a interpretar la realidad
resaremos por hechos y no por argumentos de cualquier forma, incluyendo subjetivida-
o silogismos. Analizaremos datos, sacaremos des e idealizaciones a granel, siempre que
conclvisiones y las trasformaremos en infor- se ordenaran al objetivo final de cambio del
mación. Por este motivo, cuando las conclu- modelo sociopolítico.-'^
siones se generalizan, requieren de una gran Se acepta también, con mucha generali-
sistematización o marco de referencia, que dad, que el método más común a aplicar en
puede transformarse en una teoría. Pese a criminología es el ínterdisciplinario. En prin-
todo, el método empírico no será excluyen- cipio, esta denominación no parece ofrecer
te en criminología, porque en ella sólo pue- problemas interpretativos: se trataría de que
den alcanzarse conocimientos parciales, frag- varias disciplinas confluyan a investigar un
mentarios y juicios de probabilidad. punto, aportando cada una sus métodos pro-
En las ciencias sociales en general, pero pios. La noción de interdisciplmariedad está
muy acentuadamente en la criminología que ampliamente difundida no sólo en crimino-
se practicó en América Latina en las últimas logía, sino en temas de familia, educación,
dos décadas, el grado de arbitrariedad, indi- menores, etc. Sin embargo, corresponde ade-
ferencia o capricho en el manejo de las reglas lantar que su existencia y viabilidad ofrecen
del método fue lo habitual, a punto tal que la amplios flancos de crítica, a punto tal, que
mayor parte de esa producción, especialmen- afirmarla requiere aferrarse a la posibilidad
te la del campo crítico, estuvo constituida por o la casualidad. Volveremos con más detalle
teorizaciones del tipo de las llamadas funda- sobre este tema en el capítulo 13.
mentales, apoyadas esencialmente en citas de En cuanto al concepto de paradigma, vi-
autores, más que en trabajos sistemáticos de mos anteriormente algunos ejemplos, cuan-

16. Recomiendo ampliar estos temas en mi libro Criminología Latinoamericana, citado, capítulo III'
"Tras una senda en el laberinto metodológico".

32
Manual básico de Criminología

do aludimos a los modelos científicos domi- suena como afirmar que un conjunto de pro-
nantes en el curso de la historia. El concepto posiciones constituye una ciencia cuando ge-
es una creación de Kuhn, un físico dedicado neralmente se admite que lo es; y tal criterio
a temas de epistemología, y alude a algo así parece decepcionantemente subjetivo, fren-
como los conjuntos de ideas dominantes en te a la pasión por la objetividad que decla-
una comunidad científica en un momento man los científicos. Pero es preciso tener en
dado de la historia de la ciencia. Sin embar- cuenta que la historia muestra una constante
go, el concepto es ambiguo y se lia discuti- interacción entre hechos e ideas: éstas tien-
do mucho en torno al mismo, obligando al den a producir hechos, pero los nuevos he-
propio Kuhn a efectuar correcciones. chos modifican las ideas preexistentes y
Los paradigmas, en las palabras del au- así en lo sucesivo".'^ , ., ,. _-
tor, serían las "realizaciones umversalmen- El concepto de revolución en Kuhn es
te reconocidas que, durante cierto tiem- analógico al que se emplea en política, con
po, proporcionan modelos de problemas similares características. Cuando las institu-
y soluciones a una comunidad científica".'^ ciones vigentes no satisfacen las demandas
Kuhn sostiene que en las ciencias se p r o sociales, se producen enfrentamientos y di-
ducen revoluciones, caracterizadas por el visiones en la comunidad, que finalmente
cambio de paradigma o modelo de ciencia se traducen en el cambio total o parcial de
precedentemente dominante. La física de instituciones. De acuerdo con líuhn, los
Nevrton, por ejemplo, sustituyó las explica- principios por los que se decide el cambio
ciones precedentes que eran dominantes en en ciencia son de tipo sociológico y psico-
la comunidad científica en esa materia. Otro lógico, y no se basan necesariamente en la
tanto puede decirse de la teoría de la evolu- lógica o la experiencia.'^
ción de las especies, o de la concepción co-
pernicana del universo. Nuestro autor marca ///. Límites del conocimiento científico
una serie de etapas progresivas, hoy muy
cuesüonadas, que constituirían una evolu- Los conceptos de Kuhn han tenido un gran
ción hacia crisis y procesos de mplura en un impacto en epistemología, y sus nociones
campo científico, hasta que esa comunidad de paradigma y revolución científica nos ocu-
decida abandonar el viejo modelo y adoptar parán más adelante, cuando analicemos en
una nueva explicación, más satisfactoria y concreto la naturaleza científica de la crimi-
consensuada. En cada época sería el con- nología.
senso de los científicos el Cjue determina qué De todos modos, no puede negarse la
es ciencia. Dice Guibourg que "esta afirma- importancia de estas teorizaciones para com-
ción puede suscitar alguna extrañeza ya que prender la relatividad temporal de la ciencia,

17 Kuhn, Thomas' La estructura de las revoluciones científicas, Fondo de Cuitara Económica, México, 1971,
p 13, Breviarios
18. Guibourg, Ricardo y oíros Introducción al conocimiento científico, Buenos Aires, Eudeba, 1987, p. 189,
Manuales
19 Ver Gaeta, Rodolfo y Gentile, Nélida Tfiomas Kutin De los paradigmas a la teoría evolucionista. CBC-
UBA, Buenos Aires, 1996, pp 18-19.

33
Cahs Alberto Elhert

la provisoríedad de su concepto, la transito- del científico en su contexto de descubrimien-


riedad y transformación de las ideas al com- to, necesariamente lo influirán en el de justifi-
pás de la evolución histórica de las socieda- cación. En momentos de gran radicalización
des y sus problemas. Queda, entonces, una ideológica, como los que se vivieron en Ar-
vez más enfatizado el carácter relativo de lo gentina en las décadas del '60 y 70, la impo-
que llamamos conocimiento científico. sibilidad de que la ciencia fuese ideológica-
mente neutral dio lugar a riquísimos y apasio-
¡V. Objetividad e ideología en el trabajo nados debates. Un ejemplo de ello es el libro
científico Ciencia e ideología, aportes polémicos, donde
podremos internarnos en toda la complejidad
Por último, nos queda analizar un proble- del tema, tan importante en una etapa como
ma muy complejo, vinculado a la objetividad la acmal. A través de él podremos ahondar en
de la ciencia. Hoy en día es cada vez más aspectos como la noción de ideología y los
difícil afinnar tajantemente que la ciencia pue- resultados a que nos conduce la aplicación
da ser objetiva. Hasta las ciencias duras se de sus distintas acepciones.^"
ven obligadas constantemente a modificar sus Para concluir, en tren de rescatar el valor
concepciones, porque nuevos hallazgos o nue- y la ontología de la ciencia, más allá de que
vas propiedades de los elementos llevan a sea necesaria o útil, parece que la única
reformiilar teorías que se creían definitivamen- posibilidad es razonar en el sentido que
te establecidas. Paradigmas aún vigentes, como proponen Díaz y Heller:
la formidable creación de Dai-vv'in, han sufri- "Una reflexión sobre la objetividad cien-
do tantas modificaciones, relativizaciones y re- tífica implica superar la separación entre con-
toques, que resulta difícil afirmar que se trata texto de descubrimiento y contexto de jus-
de las mismas ideas originarias. tificación. Significa comprender la historia
La objetividad de las ciencias es un tema interna en su relación con la externa. De lo
arduamente debatido, y su último reducto de- contrario, nos encontraremos con una rea-
fensivo parece encontrarse en el esquema ana- lidad cercenada, con un saber mutilado,
lizado al principio, de los contextos de des- con una ciencia fosilizada. [...] La ciencia
cubrimiento y verificación. Sin embargo, no está ligada al resto del saber y a los juegos
es difícil imaginar que las convicciones de los de poder. Las relaciones de fuerza que se
científicos estén predispuestas por sus visiones dan entre ellos se condicionan mutuamen-
del mundo, y que impregnen a toda su activi- te. Saber y poder contribuyen a la estrate-
dad —presuntamente objetiva— con ellas. gia de los acontecimientos. La tarea de la
Los objetivistas han sido fuertemente cues- epistemología debería ser arrojar luz en toda
tionados, especialmente sobre este fin de si- la multiplicidad del mundo científico y téc-
glo tan confuso. Se les señala que en el con- nico, sin aislarlo del resto de la realidad. La
texto de verificación también se cuelan facto- posibilidad de plantearse un panorama de
res extemos a la ciencia, como los subjetivos, la episteme actual, requiere asumir la com-
inconscientes, y que esos condicionamientos plejidad de los conflictos."^^

20. Recoge aportes de Klimovsky, Varsavsky y otros. Ediciones Ciencia Nueva, Buenos Aires, 1975.
21. Díaz y Heller: El conocimiento científico, op. cit, pp 189-190.

34
Capítulo 3

Los precursores
'Prehistoria" de la investigación criminológica Los precursores precientíficos
Los orígenes Beccaiia, Darwin y Spencer

Habíamos dicho anteriormente, que el fe- construir sociedades o asociaciones libres


nómeno criminal ha despertado siempre una de delitos conforman una utopía absolu-
atracción muy fuerte para el gran público ta; incluso, desde Durkheim en adelante
lector de periódicos revistas y libros, actual- sabemos que cierta cuota de delincuencia
mente potenciada por vías audiovisuales. Es expresa la salud de una sociedad, tesis que
curioso que, morbosidades al margen, el cri- luego analizaremos.
men atraiga tanto, siendo una conducta trans- Esta relación norma-transgresión-castigo,
gresora. De acuerdo a la imagen que pre- es un proceso en el que somos entrenados
tenden irradiar la ley y las instituciones, ca- desde la infancia. En la niñez temprana se
bría pensar que los fenómenos delictivos de- disuade al niño que toca lo que no debe,
berían despertar rechazo, desprecio e indi- por ejemplo un enchufe, mediante repri-
ferencia, y en los hechos, ocurre lo contra- mendas y castigos físicos. Aprendimos me-
rio. Sucede que la transgresión es tan anti- diante el dolor, o los estímulos desagrada-
gua como las normas, porque allí donde se bles, qué era lo que no debíamos hacer.
establezcan, habrá alguien que las desobe- Podría decirse que aprendimos a través de
dezca o desafíe, y los seres sociales somos mecanismos disuasivos, o de prevención
parte inseparable de ese juego. especial. Tales mecanismos se aplican a los
Es imposible que un conglomerado so- actos más insignificantes de la vida social y
cial se desarrolle y administre sm contar con también a los más trascendentes. Tal vez
normas de referencia; los seres humanos desde esas vivencias profimdas nace cierta
crean signos de identificación sin los cuales admiración o envidia hacia el aventurero
no podrían relacionarse con sus semejantes. que se libera de las ataduras legales y so-
Así lo indican diversos estudios experimen- ciales para realizai su voluntad al margen
tales llevados a cabo en el campo de la psico- o en contra de las normas. Quizá venga de
logía y la sociología. Pero así como el ser allí la fascinaciém por los delincuentes po-
humano necesita permanentemente de las pulares, que se han llamado Robín Hood,
normas de referencia, también las trans- Mate Cosido, Bairoletto, Jesse James, etc.,
grede frecuentemente y se ve expuesto a y que llegan incluso a lo épico, como en el
sufrir ciertas consecuencias. La pretcnsión de caso de los cangageiros de Brasil o de los

35
Carlos Alberto Elbert

gauchos perseguidos del Martín Fierro, de de gran sabiduría; por ejemplo, disponía que
la'Argentina. En muchos de estos casos nos pobres y ricos fuesen juzgados de modo
encontramos con situaciones ficticias o rea- distinto, correspondiéndoles a los últimos
les de conflicto con la autoridad, que obli- la mayor severidad, en razón de las mayo-
gan a ciertas personas a huir de la civiliza- res oportunidades que habían tenido de
ción o a ocultarse dentro de ella, sea en las acceder a mejores bienes materiales y cultu-
tolderías de los indios o en la clandestini- rales. Veremos luego que, entre nosotros, en
dad de "algún lugar" en la jungla de ce- base a consideraciones parecidas, Zaffaroni
mento. Personalmente, pienso que esta re- teoriza en la actualidad sobre las variantes
lación conflictiva de los seres humanos con para estaicturar un derecho penal más jus-
los usos, tabúes y normas de la comunidad to, por razones de equidad social.-^
nos vienen desde el origen de los tiempos, El antiguo Egipto, otra civilización rele-
pero, por razones didácticas, considero vante y admirada, practicaba un llamado
aconsejable siaiarnos históricamente en mo- ritual de los muertos, que se llevaba a cabo
mentos trascendentes de la humanidad que tras el fallecimiento de cada persona, en-
puedan ir marcando, como las cuentas de tendiendo que eran los dioses quienes e-
un rosario, una serie de hitos importantes fectuaban el juicio final de aquellos difun-
hacia la construcción de lo que luego ter- tos. El trámite consistía en contraponer los
minó siendo un cuerpo de conocimientos méritos del desaparecido, a sus defectos y
con rango científico sobre el fenómeno cri- errores, para concluir en un veredicto. El
minal: la criminología. parámetro de valoración era también, en esta
Podemos arrancar con nuestro excurso cultura, el de las oportunidades que la vida
desde el Código de Hammurabi, teniendo había ciado a cada ser, para lograr su per-
en cuenta que es el primer texto codificado feccionamiento, o lo contrario. No cabe duda
que nos llegó completo, desde el 1700 an- que en cada cultura hay quienes, buscando
tes de Cristo hasta la actualidad, a través de la mayor equidad dentro de la imperfec-
casi cuatro mil años de cultura. ción humana, aun con el profundo conven-
Los juristas abrigamos siempre el senti- cimiento de que las instituciones vigentes
miento autosuficiente de que nuestra estruc- son las mejores posibles, intentan compren-
tura legal supera técnica y filosóficamente a der por qué hay personas que no se adap-
tan a ellas. También es obvio que tales
las antiguas, pero sin embargo, el pasado
planteos abren notables espacios éticos y fi-
nos depara muchas sorpresas, demostrati-
losóficos para mejorar la coexistencia en una
vas de niveles de sabiduría social que he-
dirección más justa. Se trata, en suma, de de-
mos perdido en los modelos sociales con-
sarrollar la capacidad de indagación del alma
temporáneos. El Código de Hammurabi,
humana, asignándole trascendencia. En otras
si bien tenía disposiciones que instituían
palabras, se trata de bucear tras la pregunta
castigos muy severos, incluía algunas otras

22 Zaffaroni, Eugenio Raúl. En busca de las penas perdidas, Ediar, Buenos Aires, 1989, capííulos V y VI.
Del mismo autor, sobre la génesis y desarrollo de la criminología, en especial como enfoque racista, puede
verse Criminología, aproximaciones desde un margen, Temis, Bogotá, 1988.

36
/lanual básico de Criminología

por el sentido de la vida a tra\'és de la circunstancias verificables, a cargo de mé-


propuesta de existencia que cada persona dicos, un anticipo —diríamos— de los ac-
pudo o quiso realizar. En particular, el fuer- tuales médicos fc:)renses. Por otra parte, el
te contenido religioso y hasta teocrático estudio de los cuerpos vivos no se limitaba
de las organizaciones sociales del pasa- a las acciones físicas, sino cjue fue abarcan-
do, hasta el despotismo ilustratio del si- do, en medida creciente, la indagación de
glo XVIII, hizo frecuente hincapié en un las motivaciones en los seres vivos. La otra
alma que debía redimirse mediante casti- circunstancia relevante en esta progiesión
gos que tenían valor metafísico En el me- histórica, fue la evolución de las noimas y
dioevo, por ejemplo, el mejoramiento espi- los sistemas de procedimiento penal a par-
ritual y la redención por vía del dolor físico tir del siglo XVIII, incorporando a la medi-
\' la penitencia carnal estaban ampliamente cina legal en los procesos, modernización
extendidos, y en la religión católica son to- que queda plasmada en una institución fun-
davía de uso frecuente las penitencias vo- damental del derecho penal posterior, cual
luntarias de toda clase. es la inimputabilidad del demente Para
En cierta etapa histórica. los pensadores apreciar debidamente el valor de este cam-
dieron la espalda al "alma" y se concentra- bio, basta compararlo con la situación me-
ron cada vez con mayor interés en lo cor- ciieval de los locos, a los que, como dije, se
poral, como fuente de las conductas huma- atribuían tocia clase de satanismos, y se eje-
nas. Gradualmente, se fue sospechando que cutaba de las formas más cmeles, como re-
la hidrofobia no era una posesión satánica, sultado de la mezcla de ignorancia con su-
sino una enfermedad del cuerpo que ataca- perstición religiosa.
ba a la mente, algo parecido a lo que ocu- Püsteric;rmente, la modernización proce-
rría también con la epilepsia. Este desplaza- sal tu\'o un hito fundamental, constituido
miento del interés científico del alma hacia por la Ordenanza Procesal Penal de Carlos V,
los cuerpos se termina de consagrar con el la famosa "Carolina", que supo resumir y
predominio de la Modernidad Así como sistematizar todos los progresos alcanzados,
Foucault describe minuciosamente el pro- sintiendo de plataforma para la evoluciór.
ceso de interés por el cuerpo como objeto posterior de muchas legislaciones penales
de sanción,"^ hubo, en el nacimiento de la de occidente. Llegamos así, entonces, a pro-
criminología, un marcado interés por el cuer- cesos penales con médicos forenses, peri-
po como objeto de estudio para explicar las tos y reglas procesales cada vez más intere-
conductas disvaliosas. Este proceso se for- sadas en la verdad real, en la verdad mate-
taleció institucionalmente a partii de dos cir- nal de los sucesos investigados. De este
cunstancias muy específicas: la aceptación modo, se reúnen históricamente los elemen-
y generalización, a partir del siglo XIII, de tos básicos para los primeros modelos de
las autopsias, cjue permitieron investigar investigación que podríamos denominar cri-
cuerpos humanos sin tabúes, en busca de minológicos. Ahora sí, eclosiona abiertamente

23 Foucault, Michel l/;g//ary casf/gar. Siglo XXI, México, 1981.

37
Carlos Alberto Elbert

el interés de los investigadores por la po- Utopía de Tomás Moro, en 1516. La obra le
sibilidad de determinar, en lo psicofísico, acarreó al posteriormente Santo consecuen-
la razón de ser del delito. Por motivos di- cias tan graves como ser decapitado por ne-
dácticos dejaremos para más adelante este garse a reconocer la autoridad espiritual del
punto del desarrollo explicativo, sin peijui- brutal rey Enrique VIII, de quien nació la
cio de recordar que, en este recorrido his- religión anglicana. Lo cierto es que Moro
tórico, muchas biografías y obras que mos- (Thomas Moor o Morus, 1480-1535) hizo
traré por separado, discurrieron, con fre- tambalear la validez de la inicua justicia
cuencia, simultáneamente o en una suce- penal vigente en esa etapa histórica. His-
sión no cronológica. Habrá que analizar, por toriadores ingleses registran que, durante
ejemplo, la obra de Lombroso por un lado, el reinado de Enrique VIII, a razón de 2.000
las de Ferri o Ingenieros por otro, pero, en por año, fueron ejecutadas 72.000 perso-
general, estos procesos de investigación son nas sólo por los delitos de robo y hurto.
contemporáneos dentro de la misma genera- Era inevitable que, al poner Moro la le-
ción de teóricos. A veces, sucederá que re- gitimidad del derecho en cuestión, entrase
sulte difícil determinar quién es el verdadero en conflicto con el monarca, dado que las
"padre" de una tesis, como sucede con Dar- leyes eran su propia obra, o sea la de Dios.
win, respecto a la gestación de su teoría. No es raro, entonces, que Moro terminase
La investigación criminológica comien- en el martirio, porque en ese momento his-
za —como todo en ciencia— en una bús- tórico (y otros posteriores, como veremos
queda de conocimiento racional y funda- en referencia a Beccaria) era poco menos
do. Es difícil afirmar que una disciplina que imposible el cuestionamiento institu-
nazca de la noche a la mañana, por obra cional, y cuando se lo formulaba, debían
de un iluminado o de una publicación es- tomarse numerosos recaudos y medidas de
pecífica. Parece más razonable seguir al- salvaguardia y prudencia, que seguramen-
gunas líneas evolutivas del pensamiento y te han hecho perder en el olvido y la ano-
la búsqueda, hasta desembocar en un re- nimidad otras obras no menos meritorias.
sultado sólido, fraguado de influencias Moro la emprendió contra la sociedad
múltiples. Por este motivo, podemos decir inglesa, contra la rapacidad y el egoísmo de
que la búsqueda de conocimiento científi- sus ricos, la crueldad con que se condena-
co sobre el fenómeno criminal se gestó a ba a los pobres ladrones necesitados, al lujo
través de tres circunstancias que habitual- y al derroche junto a la miseria, al manteni-
mente acompañan al proceso de investiga- miento de grandes ejércitos dedicados a la
ción: a) la puesta en duda de las ideas an- conquista, etc. El interrogante central de sus
tes dominantes, b) la crítica a la situación disquisiciones sobre el sistema penal era:
de los sistemas procesales y c) la necesi- ¿la justicia que tenemos, es la mejor que po-
dad creciente de comprobación que se afir- demos tener?
maba con el paradigma de ciencia del si- Durante la refomaa, otros grandes cues-
glo XIX. tionadores de valores establecidos, como
Los cuestionamientos a las ideas fundan- Calvino, Lutero, Erasmo, se ocuparon también
tes de la sociedad premoderna comienzan de objetar el sistema de sanciones al cri-
en el siglo XVI, con la publicación de la men desde la perspectiva teológica. Sin em-

38
Manual básico de Criminología

bargo, el hito principal, ya en plena mo- poca atención al problema político-crimi-


d e r n i d a d , fue u n a obra de Cesare nal. Lo cierto es que el descubrimiento de
Bonesana, posteriormente Marqués de Bec- la obra de Beccaria los deslumbre y les
caria (1738-1794): De los delitos y de las brindó una interpretación y un programa
penas, aparecida en 1764.-'' La lectura ac- liberal acabados, sistemáticos y simples,
tual de esta obra no deja de provocar sor- sobre el funcionamiento del sistema pe-
presa, por el enorme grado de anticipa- nal. Voltaire escribe un comentario sobre
ción histórica que encierra, cotejándola con la obra, e inicia un intercambio epistolar
la situación actual de la política criminal. con el autor, solicitándole asesoramiento y
Beccaria era un hombre talentoso pero consejo en esta problemática. Invitado a
insociable, y la crónica dice que en su caso, Francia como una autoridad, su deslucido
"la obra superó al hombre". Ante todo, fue papel allí decepcionó a los anfitriones, que,
una persona que abrigó muchos resenti- no obstante, siguieron valorando la obra.
mientos contra su educación religiosa, a la De los delitos y de las penas es la piedra
que consideró totalitaria. En buena medi- fundamental del derecho penal liberal, y
da, su obra es una reacción de apertura blanco de los mayores ataques del futuro
institucional contra el monopolio eclesiás- positivismo.
tico. Su afán libertario lo tornó un apasio- Pasando ahora a la cuestión del releva-
nado lector de Rousseau, Montesquieu y miento de la realidad, o sea, no simplemente
Voltaire. Por consejo de su amigo Pietro al filosofar sobre ella, sino al reconocerla y
Verri,^^ a fin de que saliera de un profundo valorarla, debe aludirse, sin duda, a la obra
estado depresivo, decidió escribir un opús- de dos ingleses: John Howard (1726-1790)
culo sintetizando sus ideas, que resultó ser, y Jeremy Bentham. El primero realizó un
finalmente, la obra que comentamos. minucioso análisis y descripción de las cár-
El libro, escrito casi sin correcciones, fue celes de Escocia y Gales, un verdadero clá-
publicado bajo seudónimo, en Livorno. sico de la investigación de campo penoló-
Inesperadamente, tuvo tanto éxito que se gica, datado en 1777, y descripciones y aná-
agotó en un mes, y luego de tres ediciones lisis de establecimientos penales de Espa-
era ya un suceso intelectual. El Vaticano ña, Holanda y otros países europeos. Gra-
comenzó a sospechar que el libro pudiera cias a sus investigaciones de los registros
ser herético y se llegó a incluirlo en el de esas cárceles, han llegado a nuestros días
Index, pero la popularidad de la obra y el valiosas informaciones del universo carce-
origen aristocrático de Beccaria lo preser- lario del siglo XVIII.
varon de males mayores. Howard influyó en la sanción de varias
Es llamativo que los iluministas france- leyes y reglamentaciones inglesas, tendien-
ses, que se ocuparon de tantas cuestiones tes a mejorar la situación de los presos y la
filosóficas y políticas, hubieran prestado preservación de su salud. Una de sus ideas

24. Se puede consultar la edición latinoamericana, con estudio preliminar de Nodier Agudelo B e t a n c ' u-c-
tipia Bolívar, Bogotá, 1992, y la española, con el comentario de Voltaire, Alianza Editorial, Madrid, 1965
25. De este autor puede leerse con provecho Observaciones sobre la tortura, Depalma, Buenos A:'es ' 5
Carlos Alberto Elbert

se trasladó a la realidad, logrando que se concentraremos ahora en el siglo XIX y en


separase a los presos por sexo, edad, con- la persona de un genio científico: Charles
dición y según la gravedad de los delitos Darwin.
cometidos, mediante la introducción del sis- Darwin (1809-1882) logró con su obra de
tema de celdas individuales. Es un mártir conjunto, pero especialmente con El oíigen
de la penología, pues falleció en Crimea, de las especies, publicado en 1859, una revo-
contagiado de peste en una de las cárceles lución científica paradigmática. Esta obra puso
que visitó. Gracias a su obra filantrópica, se —podría decirse— cabeza abajo todo lo que
afirmó la idea del tratamiento penitenciario la ciencia había construido hasta ese momen-
de seres humanos. La profusa traducción to en el plano de las ideas biológicas y an-
de "El estado de las prisiones" hizo que sus tropológicas. Su trabajo es de una jerarquía
análisis críticos se difundieran por toda excepcional, meduloso, profundo, documen-
Europa. tado tras larguísimos años de observación y
Por su parte, Bentham (1748-1832) in- análisis sistemático del objeto. La mayor vir-
fluyó mucho en la reforma penal inglesa aid científica de Darwin fue, posiblemente,
del siglo XIX y en otras legislaciones, como la de no darse nunca por satisfecho con las
la francesa. Su obra fundamental es teórica, convicciones que alcanzaba, a las que ponía
pero su creación del "panóptico" es un ha- a paieba una y otra vez, hasta poder susten-
llazgo que alcanzó universalidad. Este sis- tarlas en interminables verificaciones y datos
tema de constaicción de cárceles se siguió comprobables. Darwin evitaba el lucimiento
aplicando hasta entrado el siglo XX en mu- de los debates, llevó una vida apartada de
chos países, y consiste, como sabemos, en los centros científicos, y tomaba minuciosa
un centro de control por observación sobre nota de todas las objeciones que se le opu-
las alas radiales de pabellones, semejando sieran. La construcción darwiniana es, en-
a una meda de carro. Al margen de las crí- tonces, de la magnitud con que cualquier
científico desearía quedar registrado en una
ticas que merezca la ideología de Bentham,-^
historia de la ciencia. Han pasado casi dos-
lo cierto es que fue un modernizador técni-
cientos años de la consagración científica de
co de los sistemas carcelarios, que a partir
este paradigma evolutivo sin que, pese a las
de allí se concibieron con un soporte de
modificaciones sucesivas, pueda afirmarse
tratamiento y control racional sobre la po-
que esté completamente superado. ¿Qué hace
blación penitenciaria del que antes carecían.
tan espectacular la obra de Darwin? Alguien
En este punto del desarrollo haremos,
sostuvo que gracias a ella la historia del co-
como antes anuncié, un corte en la temáti-
nocimiento avanzó de golpe 100 ó 200 años,
ca filosófico-social y jurídica, para internar-
lo que no es exagerado. Lo cierto es que
nos en el campo biológico, donde encon-
logró unir conceptos de la filosofía, la fe, las
traremos grandes investigadores y trabajos
ciencias y la razón, impregnando hasta hoy
que predispusieron luego cambios en las
la concepción del mundo que nos rodea.
ideas normativas, o sea en la valoración de Nadie discute ya que el hombre desciende
las conductas dentro del campo legal. Nos

26. Ver Zaffaroni, Eugenio Raúl: Manual de Derecho Penal. Ediar, Buenos Aires, 1985, p. 224.

40
Manual básico de Criminología

de primates, tras una línea de evolución que La obra establecía una relación dialécti-
empieza en fomias vivientes elementales, has- ca entre el mundo y las especies que lo
ta que el homínido logra dominar los ele- pueblan, sintetizada por Darwin con es-
mentos con sus manos. Ninguna explicación tas palabras:
alcanzaría una mtensidad visual comparable
a la primera escena de la película 2001, Odi- Estoy convencido de que las especies
sea del espacio de Stanley Kubrick, en la que no son inmutables. Los miembros de lo
un hombre primitivo lanza hacia el cielo un que se denomina géneros idénticos son
hueso, que, tras unas vueltas, se transforma descendientes lineales de alguna otra es-
en una nave espacial en xaielo hacia la luna. pecie, generalmente distinta. Más aún,
Darwin está presente detrás de esa imagen estoy convencido de que la selección na-
de fabulosa capacidad de síntesis. tural ha sido el medio de modificación
Darwin describió el proceso de la selec- más importante, pero no el único.
ción natural Esta teoría implicaba afirmar
que la humanidad no resultó de un proce- Obsérvese que Darwin está limitando
so creativo repentino, sino de una evolu- el alcance de su propia verificación, evi-
ción biológica natural, espontánea y com- tando una conclusión absoluta, o sea, per-
pleja. El universo darwiniano estaba en per- mitiendo la reelaboración de las ideas que
manente interacción y transformación. El la sustenten, en lugar de réplicas absoluta"^
mundo estático, creado por Dios repenti- que la desautoricen.
namente, con todas y cada una de sus es- La nueva concepción del devenir de los
pecies en el estado en que las conocemos, seres vivientes molestó a las esferas ecle-
conforme lo detalla el Génesis que era, por siásticas y no dejó de causar problemas a
el contrario, absoluta e indiscutible, se re- Dai'win, La sociedad victoriana, escandali-
veló de pronto insuficiente paia explicar zada, le opuso una reacción militante. A
tantas transformaciones encadenadas a lo Dai-win le molestaba tanto este escándalo,
largo de millones de años. Se daba res- como la popularidad y los honores. Mandó
puesta así, a numerosas cuestiones no re- a discípulos suyos a sostener sus ideas en
sueltas en el campo de las ciencias natura- los debates.con la Iglesia, y por su paite,
les de la época. pudo realizar su sueño de vivir retirado, en
Cuando apareció El origen de las espe- el campo, desde los cuarenta años de edad,
cies en Londres, no contó con ninguna pu- apoyado en la seguridad económica que le
blicidad especial ni con recursos de comu- brindaban ¡as sucesivas ediciones y las múl-
nicación de los que actualmente aseguran tiples traducciones que iban alcanzando sus
la colocación de un producto antes su apa- libios. Del rico anecdotario de su vida, hay
rición en el mercado. Pese a ello, la obra, un aspecto que nos vincula directamente:
de la que se habían tirado 1200 ejemplares, Darwin estuvo investigando en actual terri-
se agotó en una hora, marcando un auténti- torio argentino y chileno, en el viaje de in-
co récord editorial para la época. El libro, vestigación científica que realizó durante cin-
del que rápidamente se tiraron varias edi- co años a bordo del buque "Beagle" de don-
ciones, se tornó suceso, transformando a de se lomó el nombre para el canal que se-
Darwin en una celebridad nacional. para la Tierra del Fuego de la Isla Navarino.

41
Carlos Alberto Elbert

Recordemos, además, que el capitán de la superpuestas del litoral patagónico y tomó


nave era Robert Fitz Roy, cuyo nombre dis- contacto con nuestros aborígenes fueguinos.
tingue a uno de los picos más importantes En las Islas Galápagos remató sus observa-
del sur argentino. Ese viaje, con sus peripe- ciones, comprobando la asombrosa diferen-
cias, las comprobaciones que Darwin iba cia evolutiva en especies que habían per-
recogiendo, sus discusiones con Fitz Roy, manecido aisladas del continente, en con-
quien era un interlocutor muy preparado, diciones geológicas y biológicas constantes.
y especialmente, el traslado a Inglaterra de Como si fuese poco con esa incidencia de
tres indios yaganes para civilizarlos —cuya Lyell, poco antes de publicar su obra, Dar-
historia posterior entre dos mundos opues- win recibió una carta de un científico admi-
tos es tan asombrosa como casi descono- rador, Russell Wallace, biólogo británico radi-
cida—, está reconstruido en algunos libros cado en Tahití, quien había llegado a con-
recientes y muy interesantes.^^ clusiones idénticas a la teoría de la evolu-
No es éste el lugar para extendernos acer- ción de manera simultánea a Darwin. Dar-
ca de la naturaleza científica de la obra de win le hizo saber esta circunstancia, ofre-
Darwin, que puede ampliarse por otros tex- ciendo pruebas de la seriedad de su traba-
tos. ^'^ Sin embargo, conviene recordar algu- jo, que Wallace no puso en duda, ponién-
nos aspectos de su obra, su influencia en dose, a su vez, incluso, a su disposición.
nuestro país y evaluar brevemente las fun- Resolvieron registrar conjuntamente la pa-
ciones ideológicas hacia las que fue deriva- ternidad de la idea evolutiva común, ante
da la teoría de la evolución de las especies. la Sociedad Británica de Ciencias, mediante
En primer lugar, no hay duda histórica una presentación que no produjo ningún
efecto y fue olvidada en el archivo, hasta la
sobre la honestidad de Darwin, pero su teo-
aparición de El origen de las especies. Tam-
ría tiene puntos de contacto, realmente
bién se discute si la obra precedente de
asombrosos, con otras obras, que en ciertos
Spencer fue decisiva para la constmcción
momentos pusieron en cuestión la origi-
daiwiniana, lo que podría ser cierto, en tanto
nalidad de la suya. En primer lugar, co-
fueron contemporáneos y tuvieron intercam-
rresponde citar a un importante geólogo
bio persona! y científico, habiendo publica-
británico, Lyell, partidario de la teoría evo-
do Spencer con anterioridad teorizaciones
lucionista en materia geológica, cuya obra
de claro contenido evolucionista. Incluso,
llevó Darwin consigo en el Beagle. Por cier-
una obra previa de Spencer desarrolla la
to, la estudió concienzudamente en esos
idea de selección natural; es Hipótesis sobre
años, llegando a la conclusión de la certe-
el desarrollo, aparecida en 1852, citada por
za total de ese trabajo, en especial cuando
Dai-win en El origen de las especies, siete años
estudió el contenido de las capas geológicas

27. Lee Marks, Richard: Tres hombres a bordo del Beagle, Javier Vergara Editor SA, Buenos Aires, 1994;
Canclini, Amoldo: S fueguino, Sudamericana, Buenos Aires, 1998.
28. Klimovsky, Gregorio: Las desventuras..., op. cit., p. 173; Leitli, Brian: El legado de Darwin, Biblioteca
Científica Salvat, Barcelona, 1986; Palma, Héctor y Wolovelsl<y, Eduardo, Darwin y el darwinismo, CBC-UBA,
Buenos Aires, 1997.

42
Manual básico de Criminología

más tarde. Sin embargo, se verá luego que sur, si bien es preciso tener en cuenta los
la obra de Spencer está aplicada al funcio- resultados de sus contactos con ellos, en
namiento social y que sus conceptos plaga- relación a las expectativas culturales de un
dos de falacias y su metodología subjeti- europeo ilustrado de esa época.
va y caprichosa son mucho más frágiles Las ideas conforme a las cuales hay or-
que las teorizaciones desarrolladas por ganismos superiores estructurados jerárqui-
Darwin. De todos modos, estas notables co- camente para sobrevivir por su mayor apti-
incidencias demuestran que la evolución de tud permitían ser transpoladas al plano so-
las ideas depende del momento, las circuns- cial, ubicando en él sociedades, clases, fuer-
tancias y el efecto coyuntural para alcanzar zas productivas y modelos económicos su-
rango consagrado en la evolución teórica periores, que parecían dar derechos distin-
de la ciencia. tos en el reparto de los beneficios de un
El impacto de la obra dai-winiana fue muy mundo que tenía en su cúspide al Imperio
fuerte en Argentina, lo que se refleja en nues- Británico. Veamos ahora como se estructu-
tra topografía, y en la veneración que le ró la concepción darwinista en el plano so-
depararon algunas personalidades científi- cial y la visión del mundo que se obtenía
cas de nuestro país. Sarmiento, por ejem- desde tal perspectiva.
plo, fue uno de los oradores en un acto de Herbert Spencer (1820-1903), a pesar de
homenaje a Dai'win al tiempo de su muer- ser ingeniero, se interesó por las socieda-
te. Curiosamente, Sarmiento sosaivo la idea des y las teorías económicas, y fue un escri-
de que la teoría de la evolución de las es- tor y publicista incansable, que desarrolló
pecies era una teoría argentina, en tanto se un estilo narrativo tan seductor como arbi-
basaba en observaciones y datos tomados trario, con el que se constituyó en un au-
de nuestra realidad biogeográfica. Florenti- téntico ideólogo del liberalismo económi-
no Ameghino también fue un entusiasta se- co. Spencer hace aplicación de las ideas del
guidor de los trabajos y obseivaciones de evolucionismo, convencido de que los ina-
Darwin, que se ocupó de ampliar y aplicar daptados debían desaparecer por decanta-
en sus propias producciones científicas. ción, y los mejores ocupar los puestos di-
No obstante el revuelo que provocó la rectivos en todos los terrenos de la vida
difusión de la teoría de Darwin, su efecto social. Sólo las personas más dotadas te-
fue mas bien conservador en lo social, en nían adaptabilidad y capacidad, conforman-
tanto sentó principios de los que se valió el do la vanguardia del progreso, que debía
organicismo para identificar la superviven- ser imitada. En algunas de sus obras, lleva
cia del más fuerte con los intereses del más las analogías entre lo social y lo biológico
poderoso, dando al colonialismo un sus- hasta extremos ridículos que hoy no resis-
tento de apariencia científica y una lógica ten el menor análisis científico, como afir-
evolutiva propia. Darwin no fue un con- mar que entre el funcionamiento de un hí
servador y sostuvo ideas igualitarias en el gado y el de la ciudad de Manchester no
plano social, pese a lo cual dejó páginas había ninguna diferencia. Muchos de sus
con observaciones despectivas, se podría ejemplos y argumentos ilustrativos son cla-
decir que racistas, sobre las aptitudes hu- ras falacias con apariencia de verdad lógica.
manas de los yaganes y otros pueblos del Spencer, sin duda, se benefició con el éxito

43
Carlos Alberto Elbert

y la difusión de la obra de Darwin, que ve- armónicamente, dejando de lado problemas


nía a poner una especie de "certificación de de interés secundario para el progreso. Todo
cientificidad biológica" a sus puntos de vista lo estatal debía ser privatizado, pues el es-
socioeconómicos. Spencer desarrolló reglas tado era un anacronismo que terminaba obs-
para determinar cómo se organizan y fun- taculizando la buena marcha de los mejo-
cionan las sociedades para llevar a cabo sus res, de los fuertes con iniciativa y capaci-
objetivos, según modelos diversos, algunos dad; las burocracias debían semrlos y no
de los cuales son superiores a los otros. Para trabar su marcha. Cualquier interferencia en
él existían, básicamente, un estatismo pru- el funcionamiento del organismo social al-
siano y un liberalismo mercantilista británi- teraba la armonía cósmica con las fuerzas
co. El primero era antidemocrático y tendía naturales que lo rodeaban. Los fenómenos
a la militarización y la parálisis burocrática, y de la sociedad son para Spencer los de la
el segundo aseguraba una evolución sana y "vida humana especializada" y la evolución
científica de las fuerzas productivas, en de- era un problema orgánico. Así, el progre-
mocracias pluralistas. La sociedad, decía, es so es la integración de las pequeñas co-
un órgano, y como todo órgano tiene fun- munidades en otras más grandes, siguien-
ciones superiores e inferiores, se alimenta, do la progresión familia-tribu-asociación
digiere, se nutre, excreta, transpira, etc. Para intermedia-Estado. La autoridad de los fuer-
1852 ya había publicado una obra que le tes se impone, con el apoyo del clima, el
valió mucho reconocimiento: La teoría de suelo y el tipo de tradiciones. El triunfador
la población deducida de las leyes generales es el verdadero hombre apto y el fracasado
de la fertilidad animal, cuyo tímlo basta para es el único culpable por su fracaso; para él,
imaginar la línea de razonamiento. Otras "la rapiña debe sufrirse y los sufrimientos
obras dignas de mención de Spencer son-. deben soportarse. Ninguna reforma que los
La teoría de la población, El hombre contra hombres introduzcan hará que disminuyan
el estado, Hipótesis sobre el desaiTollo, Prin- los sufrimientos humanos"; interferir era,
cipios de psicología, Los prirneros principios, entonces, lo mismo que matar o enfermar
Estadística social y Creación y evolución. al organismo social. Estas ideas conforman
El afán organicista de Spencer lo llevó a un verdadero fatalismo social, un confor-
trazar comparaciones directas entre lo bio- mismo absoluto con el establishment, o sea,
lógico y lo social, que establecieron todo con el esquema político-social establecido,
un estilo que sobrevive todavía y se filtra que excluía toda posibilidad de retroceso o
en nuestro vocabulario cotidiano, en el que la conveniencia de reformarlo. Así, atacan-
empleamos nociones tales como "cuerpo do el proyecto legislativo de la llamada "Ley
profesional", "órganos directivos", "brazo de de los pobres", de 1832, dijo que:
la ley", "depuración de elementos", "elimi- "La pobreza del incapaz, las penalidades
nación de la delincuencia", "funciones di- que caen sobre el imprudente, el hambre
rectivas", "cabeza del poder", etcétera. de los perezosos o aquellos seres débiles
Spencer era partidario de un liberalismo que el fuerte empuja a un lado son conse-
a ultranza, cuyo discurso parece contempo- cuencia de una benevolencia grande y de
ráneo: nada debía interferir en la iniciativa largas miras. Debemos calificar de espurios
privada, cuyas fuerzas se desenvolverían así, a aquellos filántropos que, por impedir la

44
Manual básico de Criminología

miseria de hoy, desencadenan una miseria cían, por tratarse de sujetos "carentes de vir-
mayor sobre las generaciones futuras y en aid". En cambio, las funciones superiores de
esta categoría hemos de incluir a todos los intelección y conducción quedaban, natural-
defensores de la ley de los pobres. A los mente, resen'adas para los mejores, los que
amigos de los pobies les repele la ruda perfeccionaban la especie con cada genera-
necesidad de que, cuando se le permite ción exitosa de descendientes.
actuar, es un acicate tan potente para el La idea de la eliminación de los inep-
perezoso, un freno tan fuerte para el des- tos, de la muerte natural de las células
ordenado. Ciegos ante el hecho de que, en enfermas, discurría, en palabras de Spen-
el orden natural de las cosas, la sociedad cer, más o menos así:
está excretando continuamente a sus miem-
bros enfeimizos, imbéciles, lentos, vacilan- Eliminar al enfermizo, al deforme, al
tes, pérfidos, estos hombres irreflexivos menos veloz o potente, impide toda de-
abogan por una interferencia que no sólo generación de la raza por la multiplica-
interrumpe el proceso purificatior, sino que ción de esos representantes menos valio-
incluso, aumenta la depravación."^'^ sos. Se asegura así el mantenimiento de
Pese a su proclamada "liberalidad", las ideas una constitución completamente adap-
organicistas y biológico sociales implican una tada a las condiciones del entorno, y por
visión racista, oligárquica, estática y fatalista consiguiente,productora de un máximo
de la sociedad, que no se compadece con la grado de felicidad?''^
realidad, porque las sociedades están en cons-
tante tiansfomiación (avance y retroceso) aun- Estos puntos de vista "depuradores" ten-
que a veces algunos sistemas aparentan que- drán, como sabemos, desarrollos terribles
dar establecidos para tocia la eternidad, tal en los teóricos de la eugenesia y la euta-
como creía haber logrado el Imperio Roma- nasia, y en las prácticas de purificación ra-
no. Así como la antigua Roma justificaba la cial del nacionalsocialismo. Famosos teó
esclavitud con argumentos muy razonables de ricos racistas estuvieron influidos por Spen-
apariencia científica, la explotación y la me- cer, como Galton, en sus trabajos sobre eu-
diatización de los seres humanos 'Inferiores" genesia y Ploetz, quien publicó en Alema-
es la clave de la política imperial británica y la nia, en 189^ La excelencia de nuestra raza
de otros imperios que lo imitaron o compitie- y la protección del débil, propiciando la eu-
ron con él. Los pobres, enfermos, desvalidos, tanasia y la esterilización, que en un holo-
incultos, eran ineptos, no podían tener chan- causto paralelo costó la vida a 275 000 en-
ces sociales, y estaban fatalmente condena- fermos mentales en la Alemania nazi. Por
dos a prestar alguna utilidad transitoria para último, la influencia de Spencer es clara
luego desaparecer sin dejar rastros, como toda sobre el discutido Konrad Lorenz.
especie incapaz de adaptación a los requeri- También veremos hasta qué punto mu-
mientos del medio. Tenían lo que se mere- chas de estas ideas reaparecen una y otra

29 Tomado de Social Statics, Appleton, Nueva York, 1í p 353.


30, Social statics. op. al

45
fEibm

-psz en ciertos programas político-crimina- En suma, Spencer construyó un aparato


les, cuando el delito es considerado una en- de justificación de base biológica, ideal para
fermedad y los delincuentes las células en- la estmctura, la ideología y los planes ex-^
fermas. Otra falacia criminológica de clara pansivos y dominantes del Imperio Británi-
raíz spenceriana, es la de juzgar a la sociedad co. Lo que en Darwin es posibilidad, y mo-
y los individuos conforme a su aspecto, de- vimiento, en Spencer se transforma en un
duciendo de allí conclusiones morales, bio- programa cierto y definitivo, que por su exi-
lógicas, económicas, etétera. Parece una tosa recepción, lo constituyó en celebridad
verdad de Perogruilo que los más misera- internacional. En la obra spenceriana, el pro-
bles lucen feos, desdentados, agresivos y greso es lineal y mecánico, la sociedad algo
sucios, y que carecen de educación, traba- maniqueo entre reprobos y elegidos, los ele-
jo y planes de perfeccionamiento. Si se les gidos lo son en realidad por la cuna y no
responsabiliza por su situación, la limpie- por su constitución biológica, etc. La rela-
za racial es casi tan fácil de postular como ción británica con los pueblos de raza negra
la costumbre de barrer el piso de la cocina o indígena es muy sugestiva y se incorpora
tras el almuerzo. con todas sus características prejuiciosas y
Las ideas de Spencer tuvieron una enor- eurocentristas, filtrándose luego hasta en las
me influencia en Argentina, que se evalua- construcciones de Marx, el gran ideólogo de
rá cuando analicemos la expansión del po- la estatización de los bienes, quien, irónica-
sitivismo en América Latina. Veremos que mente, descansa en el mismo cementerio que
algunos gobiernos, como el del general Spencer. Ambos yacen en tumbas enfrenta-
das que se contemplan, como manteniendo
Roca, orientaron casi programáticamente
un diálogo implícito a lo largo de los
sus realizaciones a partir de las ideas spen-
tiempos.
cerianas.

46
Capítulo 4

El positivismo criminológico
Antropología criminal y Escuela Positiva del derecho penal; Lombroso, Ferri, Garófalo
contra la Escuela Clásica. Franz Ven Liszt y la Escuela de Marburgo- la ciencia penal
totalizadora como paradigma alternativo.

Con lo expuesto en los capítulos anterio- criminal, entre otias. Hasta la publicación
res, el lector dispone de un marco de refe- de un libro de Garófalo, que llevó por títu-
rencia histórico y científico del momento lo Criminología—en 1885— la reunión de
en que se reunieron las condiciones indis- conocimientos previos, o sea, sus prece-
pensables para que la criminología empe- dentes inmediatos, tenían un marcado ca-
zara a concebirse como ciencia y a expli- rácter de híbrido de ciencia social y natu-
car los misterios del delito y del delincuente ral, que no encontraba un punto exacto de
como patologías individuales y sociales, equilibrio integrador. En esta polidiscipli-
dentro y fuera del campo del derecho pe- nariedad sobre el fenómeno criminal está
nal. Hace un siglo, la obra teórica de Lom- el germen de la muy compleja y siempre
broso alcanzó resonancia mundial, hasta actual naturaleza interdisciplinaria de la
el punto de transformar su nombre prácti- criminología.
camente en un concepto cargado de ma- En general, entre 1850 y 1880, la medicmp
yor significación que el recuerdo de mu- mantenía un rol hegemónico y de van-
chas de las obras que, fundamentalmente guaidia, que se expresó en los diversos
en Francia e Italia, predispusieron la suya. nombres que estos estudios fueron reci-
Habíamos caracterizado el momento his- biendo, y que luego se trasladaban a las
tórico de mediados a fines del siglo XIX, denominaciones de las cátedras universi-
en el que irrumpen numerosas disciplinas tarias: antropología criminal, psiquiatría
nuevas, que se establecieron rápidamente criminal, sociología criminal, fisionomía
en el panorama científico, produciendo criminal, estadística criminal, física social,
muchos descubrimientos y constataciones medicina de las pasiones, morfología cri-
notables, que generan grandes cambios minal, fisiología criminal, etc. Los tres pri-
técnicos y aceleraciones sociales, que a su meros fueron los más generalizados y sub-
vez granjearon enorme reconocimiento in- sistieron, incluso en facultades de medi-
ternacional a la investigación científica. Es cina de nuestro país, hasta bien entrado
un momento de eclosión de ciencias, en el el siglo XX. Hoy, este tipo de estudios de
que se afirman la gnoseología, la antropolo- carácter biológico de la conducta delin-
gía, la sociología, la fisiología y psiquiatría cuente, se realiza en cátedras llamadas de

47
Ca^jakatmEltert

medicina o psiquiatría forense y suele en- campo científico, merced a la consagración


globárselas con la denominación de Cri- del método experimental. Esta corriente de
minología Clínica. pensamiento generalizó, exultante, la con-
El aporte jurídico a la conformación de vicción industrialista primero y capitalista
la criminología es más tardío —se hará no- luego, del progreso lineal del saber humano,
tar a partir de 1880— y luego se tornará mediante ciencias a las que se entendía casi
dominante, a partir de 1900, en el seno de como religiones laicas capaces de explicar,
la "Escuela positiva de derecho penal" de- prever y manipular todos los fenómenos de
sarrollada en Italia. La obra Sociología cri- la vida. El positivismo está estrechamente
minal de Ferri, aparecida con ese nombre ligado a la búsqueda metódica sustentada
en 1892, pero cuya primera edición databa en lo experimental, rechazando nociones
de 1880, es, probablemente, el antecedente religiosas, morales, apriorísticas o concep-
jurídico más relevante, en tanto marca el tos abstractos, universales o absolutos. Lo
comienzo del empleo, dentro de la ciencia que no fuese demostrable materialmente,
jurídica, de conocimientos y clasificacioríes por vía de experimentación reproducible,
que provenían del campo antropológico y no podía ser científico. El positivismo se
médico, en oposición a la llamada Escuela expandió exitosamente, como un pensa-
Clásica. También Eugenio Florián realizaría miento progresista, revolucionario, capaz de
una síntesis de ambos campos de conoci- sacar al mundo del atraso y del oscurantis-
miento, el normativo y el de los comporta- mo religioso o supersticioso de los siglos
mientos y las personalidades, en su obra precedentes. El hombre y la ciencia serían
De los delitos y de las penas en general, apa- artífices de todas las explicaciones y los
recida en 1900. descubrimientos, capaces de superar todas
Si debiéramos expresar en una ecuación las enfermedades, los obstáculos sociales y
la secuencia de ideas que devino en nues- hasta a la propia naturaleza. Lo cierto es
tra disciplina, debería formularse así: que el formidable avance científico y tec-
nológico experimentado por la humanidad
Spencer entre 1880 y 1910 parecía corroborar el po-
+ Lombroso der omnímodo de la razón, que recién reci-
+ juristas be en 1912 el preaviso simbólico del "Tita-
= Criminología nio", para desembocar dos años más tarde
en la hecatombe de la Gran Guerra.
Se trató, en suma, de un intento de ver La avidez de saber positivista empuja a
más allá del derecho positivo, renegando buscar más allá de las normas penales el
de él, pero tan sólo respecto de la concep- porqué de la conducta transgresora, y dada
ción dominante, expresada por la Escuela la inexistencia de una psicología, se intentó
Clásica del Derecho Penal, cuyo exponente profundizar en la exterioridad (fisionomía,
más notable fue Carrara, de quien, curiosa- frenología) o en los desórdenes de conduc-
mente, Ferri fue primero alumno y luego ta de carácter patológico (psiquiatría) o en
sucesor en la cátedra de Pisa. varios de estos factores simultáneamente,
El positivismo fue una postura filosófica para dar la explicación científica suscepti-
agnóstica que tuvo enorme influencia en el ble de demostración verificable, o sea, válida.

48
Manual básico de Criminologíd

Cesare Lombroso (1835-1909) fue uno física y psíquica, que se manifiesta hasta en
de los tantos investigadores italianos que su fisonomía. En especial, Lombroso fija su
se plegaron al positivismo de origen fran- atención en caracteres somáticos y biológi-
cés, pero su obra resulta, hasta el presente, cos del delincuente, convencido de que ata-
como una referencia infaltable en nuestro vismo y degeneración se combinan, de modo
campo.^' Lombroso fue un médico forense tal, que en cada delincuente pueden detec-
y alienista que produjo una obra profusa, tarse un buen número de características de-
donde transitó temáticas de lo más diver- generativas, como la relación peso-altura, la
sas, no sólo dentro del campo de la medici- capacidad craneana o características como
na, sino también de la historia, demogra- mirada extraviada, orejas grandes, asimetrías,
fía, política y otras actividades. Lombroso labios leporinos, granos, etcétera.
fue siempre un médico activo en institu- Sin embargo, resulta incomprensible que
ciones públicas, como el ejército, las cár- un observador serio y concienzudo como
celes y los manicomios, donde aprovechó Lombroso actuara tan precipitadamente
concienzudamente la posibilidad de cono- cuando creyó haber hallado una deforma-
cer multitud de casos individuales. Reali- ción cerebral congénita en el cráneo de un
zó, en el mejor estilo darwiniano, una enor- famoso delincuente, a quien practicó la au-
me cantidad de estudios y observaciones topsia. Ese "hallazgo" de una foseta occipi-
de pacientes, especialmente de carácter tal media r|ue no era ubicable en cráneos
antropométrico, que ordenó y clasificó pa- normales, le llevó al error esencial de gene-
cientemente. En su actividad médica, su ralizarla, atribuyéndole la razón de ser de la
inclinación hacia la psiquiatría fue central; conducta delincuente. Evidentemente, a
así, su tesis doctoral de 1858 versó sobre Lombroso, como a muchos otros positivis-
el cretinismo; en 1871 fue Director del Ma- tas que invadieron campos sociales, el mé-
nicomio de Pesaro, en 1876 fue nombrado todo experimental le tendió la trampa de la
Profesor de IMedicina Legal en Turín, fa- verificación. En el afán de encontrarla, se
cultad donde en 1878 creó, con buen su- enredaron en descripciones y tipologías in-
ceso, un Curso Libre de Psiquiatría y An- terminables, caprichosas, superficiales y
tropología Criminal. El interés científico de meramente descriptivas, que por la misma
Lombroso por las taras genéticas heredita- exterioridad desagradable de los margina-
rias o congénitas, que tan reiteradamente les que había descripto Spencer, parecían
observara en locos y delincuentes alterados, exponer lo evidente, probando que "la cara
fue llevándole gradualmente a la idea de es el espejo del alma".
que debía existir una relación de carácter
Lombroso expone en detalle sus obser-
biológico entre la degeneración y los ins-
vaciones y teorías en su obra El hombre de-
tintos pen'ersos o destructivos. Por esa vía,
lincuente, cuya primera edición apareció en
se acentúa en su pensamiento la sospecha
1876, transformándolo rápidamente en una
de que el delincuente tiene una tenden-
celebridad. En 1885 se realizó en Roma un
cia malvada innata ligada a su estructura
Primer Congreso de Antropología Criminal,

31 Puede consultarse la biografía de Lombroso de Luis Jiménez de Asúa, Perrot, Buenos Aires, 1960.

49
Carlos Alberto Elbert

y las tesis y propuestas de Lombroso termi- pine y poniendo a su servicio las dotes
naron de colocarle en la cima de la popula- de un grandísimo talento y de un espíri-
ridad y el reconocimiento científico. Esos tu de observación tan paciente y minu-
diez años transcurridos entre su libro y este cioso como rigurosamente científico,
congreso, expresan la rapidez con que se publicó un libro, L'uomo delincuente, en
alcanzaba el "éxito científico" en las socie- que, al estudio de las manifestaciones
dades europeas, ávidas de novedades, des- psíquicas anómalas que caracterizan a
cubrimientos sensacionales y "genios", en los delincuentes, agregó el de sus dege-
base a una prensa cebada en el exitismo neraciones somáticas y buscando el ori-
que caracterizaba al fin de siglo. gen del delito en las razas primitivas y
Lo cierto es que, en El hombre delin- aún en las especies inferiores del hom-
cuente, Lombroso lanza afirmaciones tan bre, hizo de las ciencias represivas una
erradas como espectaculares. Son famo- verdadera historia natural con método
sos los tipos básicos de delincuentes que propio y tendencia definida}^
clasificó: nato, loco moral, epiléptico, loco,
ocasional y pasional. Sus teorías sobre En muy poco tiempo, diversas verifica-
estos grupos están colmadas de descrip- ciones médicas fueron relativizando la va-
ciones y subjetividades en las que se mez- lidez de los hallazgos de Lombroso, quien
clan, como dijimos, biología con moral, tuvo que rectificar constantemente sus afir-
fealdad con perversión, ignorancia con maciones más aventuradas; así, en un prin-
brutalidad, etc. Gran parte del bagaje des- cipio afirmó que entre el 65% y el 75%
criptivo de la psiquiatría se trasvasó por del total de los criminales tendrían la cali-
estos canales hasta el lenguaje popular, dad de "natos", que luego fijaría en un
asignándoles connotaciones morales, 40% y finalmente en un tercio.
como las calificaciones de "idiota", "im- El punto de contacto entre Lombroso y
bécil", "tarado", "degenerado", "cretino", los juristas se produce por la asistencia de
"perverso", "mogólico", etc., equiparadas, Garófalo a su curso de Psiquiatría y Antro-
en general, al carácter malvado y torpe, pología Criminal de Turín. En poco tiempo,
de tipo primitivo. queda establecida una comunidad de inte-
En Los hombres de presa, de Luis M. Dra- reses entre ellos y Ferri, que se consolida
go, publicado en Buenos Aires en 1888, se en 1880, con la fundación de la revista Ar-
alude así a la obra de Lombroso: chivo de psiquiatría y antropología crimi-
nal, piedra fundamental y órgano difusor
En 1876, un profesor de la Universidad de la llamada Escuela positiva de Derecho
de Turín, cuyo nombre resuena hoy en Penal, que cimenta el prestigio de la crimi-
todo el mundo civilizado, César Lombro- nología como una ciencia, fuertemente iden-
so, aceptando las conclusiones de Des- tificada con estas tres personalidades.

32. Drago, L. M.: Los hombres de presa, Félix Lajouane Editor, Buenos Aires, p. 21.

50
Manual básico de Criminología

Con la obra de la escuela positiva, pero Enrico Ferri (1856-1929), de origen hu-
particularmente con las tesis de Lombroso, milde, carácter polémico y conflictivo, y
queda consagrado el paradigma etiológico, gran fama en el ejercicio de la abogacía,
que es la búsqueda de los orígenes patoló- fue quien encarnó los aspectos más con-
gicos del comportamiento desviado o cri- trovertidos de la escuela positiva italiana,
minal. Arribados ya al fin del siglo XX, este especialmente en el plano ideológico e
paradigma sigLie teniendo sostenedores, par- institucional. Ferri comenzó siendo marxis-
ticularmente en las cátedras de medicina ta, fue electo reiteradamente diputado,
forense, psiquiatría y psicología y en las es- durante su larga militancia en el Partido
cuelas de organismos de seguridad, si bien Socialista Popular, y concluyó adhiriendo
con pretensiones explicativas más restringi- al fascismo, conversión que tuvo impor-
das que la gestada en la Italia del siglo XIX.^^ tantes consecuencias para la respetabilidad
Está muy generalizada en el pensamiento científica que había alcanzado el ideario
popular la idea de que el delincuente es un criminológico positivista. Con Ferri, puede
enfermo que debe ser tratado, o eliminado, observarse que la criminología ingresa,
según las circunstancias. Esta concepción es cronológicamente, al siglo XX, logrando
parte de un conjunto de estereotipos crimi- mantener su fuerza explicativa e influen-
nales, que, como vimos anteriormente, in- cia hegemónica sobre las ideas político-
cluye hasta una "cara de delincuente" cuya criminales a lo largo del primer tercio de
exhibición acarrea diversos problemas en esta centuria.
sociedad. También son todavía usuales las Desde su época de estudiante Ferri la
clasificaciones de delincuentes, de cuño emprendió contra la escuela clásica y el
lombrosiano, que se siguen utilizando en pensamiento del derecho penal liberal. Ya
las policías y servicios penitenciarios, cu- en su tesis doctoral presentada nada me-
yas academias de formación imparten vi- nos que ante la cátedra de Carrara, se opu-
siones marcadamente positivistas del fenó- so (insolentemente, para la época) a la po-
meno criminal. sibilidad de un libre albedrío y las concep-
Lombroso también aportó propuestas ciones consecuentes que surgían del idea-
acerca de la estructura del sistema penal, rio de Beccaria. Para Ferri el hombre era
habiéndose opuesto en forma militante a una verdadera máquina condicionada por
las ideas de la escuela clásica; por ejemplo, distintos factores, y no podía elegir sus com-
en su lucha contra el Proyecto Zanardelli portamientos. Según él, el libre albedrío
de Código Penal. Era de la opinión, luego era un mito, una ficción abstracta que daba
desarrollada por Ferri, de que la sociedad lugar a una responsabilidad de naturaleza
no tiene derecho a castigar, pero debe pre- moral, siendo que el delito, por su natura-
venir o controlar la peligrosidad social, pues- leza objetiva, debía dar paso a una res-
to que el delito es una enfermedad social. ponsabilidad de tipo social.

33 Ver Tieghi, Osvaldo N.: Tratado de Criminología, Ed. Universidad, Buenos Aires, 1989; Saba:é Dcmrgc
El cromosoma del crimen. La nueva teoría del delincuente nato, Casíellví, Santa Fe, 1972: EscDca' ^=^J ^
Elementos de Criminología, Ed. Universidad, Buenos Aires, 1997.
i..Meim3lKn

la cxmducta humana respondía, en el dis- nalidad está determinado, cada año, por
curso ferriano, a factores de distinto tipo las diferentes condiciones del medio físi-
que desencadenarían fatalmente, en un mo- co y social, combinados con las tenden-
mento dado, la comisión de un delito. Como cias congénitas y los impulsos ocasiona-
vemos, nuevamente el método causal ex- les del individuo.
plicativo fuerza la construcción de teorías Pese a la pomposidad de esta formula-
para lograr su compatibilidad con el mode- ción, que alguna vez fue tomada en serio,
lo vigente de ciencia. cabe preguntarse cuál es el medio social con
La obra de Ferri llegó a tener gran peso las "condiciones individuales y psíquicas
internacional, habiendo asumido el carác- dadas" y cuál es la "cantidad fatal de deli-
ter de una reacción contra cierto letargo y tos" que cometerá cada ser humano en las
abstracción de las ideas penales dominan- mentadas "condiciones constantes".
tes en Europa. Sin embargo, en Alemania, Ferri fue un precursor convencido de la
donde el positivismo no logró una influen- ideaplurifactorial de la génesis delictiva, que
cia significativa, las ideas penales conti- recogió Von Liszt y que tiene todavía predi-
nuaron con un brillante desarrollo teóri- camento en la criminología tradicional de
co que posibilitó el actual grado de evo- Alemania y en cierta sociología de los Esta-
lución de la dogmática penal. dos Unidos.
Las tesis de Ferri sobre la conducta de- En materia de teorizaciones sobre de-
lictiva afirmaban que el hombre es una má- lincuencia juvenil es donde más se recurre
quina, que no suministra en sus actos nada a esta idea de que "hay factores determi-
más que lo que recibe del medio físico y nantes" que predisponen la realización de
moral en que vive. Por ende, no hay nada conductas delictivas, y que deben ser neu-
de autodeterminación en el hombre, quien tralizadas mediante ciertas medidas de "pro-
está en la vida sólo para operar de manera filaxis social", que vendrían a ser una ver-
automática. Por lo tanto, el hombre está sión suavizada de las ideas radicalmente
sujeto a la ley universal de causalidad, en causal-explicativas defendidas por Ferri,
virtud de la cual, dándose en un momento para quien los factores determinantes eran
dado cierta combinación de causas fisioló- antropológicos, cosmotelúricos, físicos y
gicas y psíquicas, no puede reaccionar sino sociales.
de una forma predeterminada. En busca Es en materia de reacciones penales don-
de una formulación de estos fenómenos, de alcanzan su mejor desarrollo las teorías
llegó a elaborar la "ley de saturación cri- ferrianas, sosteniendo que la sanción pe-
minal", según la cual, "así como en un nal a imponer debe medirse no por una
volumen de agua a igual temperatura se escala abstracta, sino por la cantidad de
disuelve una cantidad determinada de sus- prevención o represión necesaria para pre-
tancia química, ni un átomo más, ni un sen'ar a la sociedad; o sea, la idea de la
átomo menos, en un medio socialmente defensa social que también había formula-
determinado con condiciones individua- do Lombroso. Así como el individuo está
les y psíquicas dadas, se comete un nú- predeterminado a cometer delitos, decían
mero determinado de delitos, ni uno más los positivistas, la sociedad está predispues-
ni uno menos." Por ello, el nivel de crimi- ta a defenderse. De modo tal, el acto y la

52
Manual básico de Criminología

imputabilidad deben ceder paso a una pro- por el tratamiento necesario para que el
porción de necesidad de defensa social. Fe- sujeto supere su propensión delictiva, lo
rri propone también una tipología criminal que imponía también una individualiza-
muy cercana a la de Lombroso, afirmando ción de la pena, aspectos que han llegado
que el derecho penal y la criminología tie- hasta nuestros códigos penales de fin
nen un objeto común: el delito como fenó- de siglo.
meno social naairal y jurídico. La criminolo- FeíTi consideró que las penas eran inefi-
gía es una ciencia para el estudio de las cau- cientes, y propuso sustitutivos penales,
sas, condiciones y remedios para la conduc- elaborando un "código preventivo" que
ta delictiva, y su método era el empírico- abarcaba una gran cantidad de medidas
inductivo. de reforma social.
Ferri fundó, en 1892, otra importante Raffaele Garófalo (1852-1934) es el ter-
revista, La scuola positiva, que completa cer gran representante de la Escuela Posi-
la labor desarrollada por la revista prece- tiva. Su condición social, temperamento,
dente. Archivos, que había realizado con mentalidad y proyección fueron bastante
Lombroso. divergentes de las características de! tem-
Ferri jugó diversos roles respecto a Lom- peramental Ferri. Garófalo descendía de
broso; fue su discípulo en Turín, luego su' una familia noble, se desempeñó como juez
colaborador y más tarde alguien que per- y era una persona moderada y conseivado-
suadió al famoso médico a moderar sus afir- ra. Sin embargo, sus coincidencias con Fe-
maciones antropológicas, para terminar cri- rri en el plano de las ideas fueron esencia-
ticándolo y dándolo por superado, como les, y a lo largo de sus vidas compartieron
hicieron otros positivistas a comienzos de todas sus actividades científicas y hacia el
este siglo. final, también las políticas; puede decirse
Ferri dedicó grandes esfuerzos a concre- que Garófalo es el sistematizador del idea-
tar su afán de convertir sus ideas en ley rio y del programa positivista. Como vi-
vigente, y estuvo cerca de lograrlo, cuando mos, en 1885 publicó un libro con el título
presidió la comisión que elaboró el Código de Criminología que le vahó haberse in-
Penal de 1921, de transacción entre positi- mortalizado como el referente histórico del
vismo y escuela clásica. Sin embargo, el nacimiento de la disciplina. Tuvo en co-
triunfo del fascismo ínterRimpió ese pro- mún con Von Liszt un carácter pragmático,
yecto, aunque Ferri, plegándose a él, logró interesado en la operatividad de las ideas
devenir miembro de la comisión encargada en el campo legislativo y judicial, que le
devino, posiblemente, de sus largos años
de redactar un nuevo Código Penal confor-
de judicatura en Ñapóles, su ciudad de
me a los objetivos del régimen. El proyec-
origen y desempeño.
to, presentado en 1927, se aprobó ya falle-
cido Ferri, en 1930, y es recordado corno Las contribuciones más destacatias de
"Código Rocco-Mussolini". Garófalo fueron las referidas a los temas
A la peligrosidad —otro hallazgo posi- de la peligrosidad, la noción criminológica
tivista— Ferri la llamó "temibilidad del au- de delito y los conceptos de prevención es-
tor" y dedujo de ella que era necesario pecial mediante la individualización del tra
establecer/?ewí3!5 indeterminadas, guiadas tamiento. Puso el énfasis en el "pronóstico

53
C^hs Alberto Elhert

de peligrosidad" y elaboró la construcción Los delitos universales serían, para Garófa-


teórica del llamado "delito natural", ligan- lo, aquellos que provocan un reproche uni-
do ambos términos a los sentimientos de versal, lesionando reglas que facilitan la vida
piedad y sensibilidad moral. El pronóstico social. Creía necesario que se sancionaran dos
de peligrosidad era "la cantidad de mal pre- códigos penales: uno que reuniera los deli-
visto que se puede temer de parte del de- tos idénticos para toda la humanidad, por lesio-
lincuente" (temibilidad). La peligrosidad es nar el sentido ético básico y otro contra-
la perversidad constante y actuante del de- vencional, válido para cada país atendiendo
lincuente. El diagnóstico de peligrosidad a sus características especiales.
debe tomar la gravedad del hecho cometi- Garófalo también diseñó una tipología,
do sólo como referencia, ya que lo impor- que clasificaba a los delincuentes en asesi-
tante surge del estudio de la personalidad nos, violentos, ladrones y lascivos, siendo
del delincuente. igualmente imprecisos los parámetros ele-
Garófalo señaló que el listado de deli- gidos para diferenciarlos, no obstante su
tos es cambiante a nivel internacional, pero mayor definición en referencia a Ferri y
que ciertas conductas punibles se reiteran Lombroso.
en casi todos los códigos, como el homici- En materia político-criminal, Garófalo
dio, la violación y el robo. Por eso conclu- sostuvo también la necesidad del tratamien-
ye en que el positivismo no podía confor- to individualizado, pero con toques muy
marse con la definición del delincuente, específicos, ya que no creía en la utilidad
sino que también debía ocuparse del deli- del castigo (retribucionismo) ni tampoco en
to, pero creando una noción propia, "uni- tratamientos de carácter genérico, como la
versal" del mismo. Esto tiene que ver con enseñanza laboral, escolar o religiosa (co-
su convicción de que el delito es resultado rreccionalismoj. En realidad, pensaba que
de anomalías psíquicas o morales heredita- solo podía haber un tratamiento que se
rias del autor, diferentes de la enfermedad guiase exclusivamente por las particulari-
mental y que hoy situaríamos cerca de las dades del sujeto y sus patologías morales.
llamadas psicopatías. En opinión de Garó- Garófalo se distanció claramente del an-
falo, en la vida instintiva del verdadero cri- tropologismo lombrosiano y del sociologis-
minal estaba siempre presente un elemento mo de Ferri, cuyas leyes y fatalismos socia-
específico, congénito o hereditario, deveni- les rechazaba, del mismo modo que sus
do inseparable de su organismo psíquico. antiguas ideas y trayectorias socialistas. No
Es en este punto donde afloran el determi- obstante, compartía el defensismo social
nismo típico de la escuela positiva y el dar- como fundamento de la política criminal, y
winismo social, que se manifiesta explícita- formó parte de la Comisión de Reforma
mente en la defensa de la pena de muerte y Penal de 1921, presidida por Ferri; además,
del destierro para los delincuentes incorre- adhirió con él al fascismo, en un gesto de
gibles, entendiendo que era la equivalencia alto costo para su recuerdo moral y para el
artificial del pnncipio de la selección natu- positivismo como corriente de ideas.
ral, para casos en los cuales la carencia de Franz von Liszt (1851-1919), austríaco,
sentimientos morales básicos no dejaba es- primo del famoso pianista y compositor,
peranzas de rehabilitación. fue el creador de la Escuela de Marburgo,

54
Manual básico de Criminología

también llamada Joven Escuela de Política teniendo que debía tener una finalidad útil,
Criminal o Escuela Sociológica Alemana. El preventiva pero con una incidencia terapéu-
nombre de Escuela de Marburgo se debe a tica dirigida especialmente en favor del cri-
que en esa Universidad, al hacerse cargo de minal, o sea, lo que dio en denominarse
la cátedra en 1882, leyó una lección inaugu- función especial-preventiva.
ral que más tarde se publicó como libro, con Liszt compartía con los teóricos italia-
el título de El pensamiento final en el dei'e- nos las nociones de defensa social y esta-
cho penal, en la que desarrollaba un verda- do peligroso, aunque fue ambiguo en cuan-
dero programa político-criminal. Su mayor to al problema del libre albedrío. Sostuvo
esfuerzo se centró en tratar de lograr un equi- que existían dos criminologías: una teóri-
librio integrador entre Derecho Penal y Cri- ca, que se ocupa de las causas y el origen
minología, pudiendo decirse que, en aquél del delito y otra práctica, que, valiéndose
momento de su vida, estaba ubicado en una de elaboraciones empíricas y observacio-
zona intermedia o ecléctica entre ambas dis- nes, puede llegar a elaborar programas de
ciplinas. Consideraba que los positivistas te- cambio, definir medidas político-crimina-
nían razón en cuanto al alejamiento de la les que sean consagradas en la legislación
realidad y la abstracción del derecho penal, y aplicables en la praxis.
pero no compartía sus posiciones antropo- Von Liszt fundó la Asociación Interna-
biológicas extremas y se oponía a la preten- cional de Criminalística, conjuntamente con
sión de disolver al derecho penal en la cri- Van Hamel y Prins, con el objeto de subra-
minología como disciplina madre. Von Liszt yar la necesidad de la investigación socio-
fue más un pragmático que un teórico, y su lógica y antropológica, tomando como ta-
obsesión fue tratar de obtener conocimien- rea común la investigación científica del cri-
tos útiles para mejorar la praxis de las cien- men, sus causas y medios para combatirlo.
cias penales, integradas en una colaboración A partir de la prédica de esta corriente los
armónica, más allá de las disputas teóricas juristas alemanes dirigieron su atención a
en curso. Esta visión ha sido denominada exigencias de política criminal, aceptando
"ciencia total (o ciencia integrada) del dere- una distribución de roles, según los cuales
cho penal" y debía abarcar los trabajos de la el jurista promueve reformas reconociendo
antropología criminal, de la psicología cri- el asesoramiento de otras disciplinas. Este
minal y de la estadística criminal. esquema es el que estableció durante lar-
Precisamente, para impulsar estas ideas, gas décadas la idea de que la criminología
fundó en 1881 la Revistapara la ciencia to- es una disciplina auxiliar del derecho pe-
tal del derecho penal, que, a poco andar, se nal, que le explica a éste los fenómenos de
tornó una publicación excluyente de temas su praxis y le propone nuevas ideas trans-
dogmático-penales, alejándose de la políti- formadoras o útiles para la teoría. Veremos
ca criminal. más adelante todos los problemas que se
En lugar de suplantar las penas por tra- originaron en las ciencias penales al romper-
tamientos, Liszt consideró que era necesa- se esta presunta armonía teórica y práctica.
rio establecer conjuntamente penas y medi- Liszt participaba también de un concep-
das de seguridad. Cuestionó duramente a to plurifactorial del delito, convencido de
los teóricos retribucionistas de la pena, sos- que la conducta delictiva tiene tres causas:

55
Carlos Alberto Elbert

la personalidad, la socialización y las defi- cias a la Escuela de Marburgo, nació en Ale-


ciencias de la justicia penal, que se demues- mania un interés por la criminología casi he-
tra, por ejemplo, en su incapacidad de dis- gemónicamente en el ámbito jurídico, a di-
minuir la reincidencia. ferencia de Francia e Italia, donde se ha
Las enseñanzas de Von Liszt acomoda- visto la gran incidencia que tuvieron las es-
ron mejor la criminología causal explicativa cuelas positivas de medicina. Sin embargo,
a los límites especial preventivos como pro- pese a este gran cambio, los dogmáticos
puesta, lo que explica la perduración del mantuvieron la hegemonía en cuestiones de
modelo. Pero además, Von Liszt se opuso política criminal. Muchos de los puntos de
en su época a los penalistas que, en amplia vista de Von Liszt influyeron a los autores
mayoría, rechazaban la necesidad de aproxi- de nuestro Código Penal, y por ende, se
marse a la criminología; precisamente gra- expresan en su aplicación.
Capítulo 5

La criminología argentina
El positivismo como punto de partida de la criminología argentina la influencia de Spencer
en el positivismo argentino Los cnminologos positivistas Ingenieros y su legado científico
Eusebio Gómez y los proyectos de legislación penal positivista
Coll-Gomez Peco y otros

/ Spencer y el positivismo argentino Un intelectual talentoso E d u a i d o Wil-


de (1844 1913) tuvo especial incidencia es
La influencia del p o s i t m s m o en la Aigenti trategica en la irrupción positivista aigenti
na ha sido e n o i m e y tuvo impoitantes con na desde sus cargos ministeiiales duiante
secuencias institucionales si bien su em los gobiernos de Juare? Celman (1886 90)
pleo teouco y piaclico fue heteíocloxo y con y Roca (1880 86 y 1898-1904)
tiadictoiio mas astuto piagmatico y utilita Wúáe fue Ministio del Inteiioi del pri
n o ciue principist i y libeial en el mejor sen m e i o y de InstRiccion Publica del segundo
tido político del teimino ''' El nacimiento y Duiante esos mandatos piesidenciales la
a n a i g o de la ciimmologia deniio de ese influencia de Wilde en la expansión positi-
maico de lefeiencí i histoiico fue entonces \ ista fue clecisi'v i en tanto sus pasos se
paite de un fenómeno cultuí il mucho mas guian u g u r o s a m e n t e lis enseñanzas que
\ astü que maic o sobre todo al campo uní tomaba de Spencei El piopio Piesidente
versitario y científico de fines del siglo XIX Ju u ez Cclm m fue ap isionado lector de
y comienzos del piesente con i ipidos lias Spencei a quien ti itaba de imitai en su
lados d e esas ideas a los piogiamas socia gestión practica y se dice que n o tomaba
les En medio de esa ebullición de disciplí ninguna decisión sin haber consultado p i e
ñas sociales nacientes e hipeí activas la cu vlamente ilguno de sus libios El positivis
minologia aigentma llego a sei una v inguai ino m u c o en Aigentma una división cul
día continental en la mateiia alcanzando tui il c|ue en otios países t u \ o connoticio
gran prestigio en los foros internacionales n t s de caí ictei específicamente político t n
d o n d e se hizo presente de m i n e í a regulai México el posiüvismo t u \ o que ver direc
circunstancia poco frecuente que meieceía tamenle con la confoimacion ideológica de
luego u n análisis mas detallado los giupos que se disputaban el poder, y la

34 Vid Korn Aleíandro El pensamiento argentino Nova Buenos Aires 1961 y el numero especial de la
revista Todo es historia dedicado a los positivistas argentinos N° 173 octubre de 1981

57
Carbs Alberto Elbert

oposición liberales-conservadores reflejó al futuro, especialmente en las universida-


con bastante claridad esta división también des. Florentino Ameghino, enseñaba Filo-
en Colombia y Chile. En Argentina, como genia, el Profesor Deílepiane enseñaba so-
está dicho, y veremos a continuación, el ciología positivista, Carlos Ibarguren inau-
proceso tuvo otras características. guró la facultad de Filosofía y Letras de la
Wilde, un agnóstico militante, puso en Universidad de Buenos Aires, con un dis-
marcha el proceso de secularización del es- curso explícitamente spenceriano; en esa
tado, separando sus funciones y las de la facultad enseñó también Nicolás iVIatienzo
Iglesia institucional, desatando un enfren- quien, además, era constitucionalista y par-
tamiento muy fuerte con los sectores liga- ticipó de la elaboración de un proyecto de
dos a la Curia. De hecho, las clases acomo- Código penal. En 1897 Francisco de Veyga
dadas se dividieron en dos bandos, tras las creó la cátedra de Antropología y Sociolo-
banderas del laicismo o de la defensa de la gía Criminal, nueve años antes que en Italia
religión católica, sus instituciones y funcio- se estableciese una semejante. A comien-
nes civiles. Los laicos se agn.iparon, genéri- zos del siglo XX, el joven Carlos Octavio
camente, en lo que dio en llamarse Gene- Bunge comenzó a dictar cátedra en varias
ración del Ochenta, atrayendo gran canti- facultades, incluida la de Derecho. En el in-
dad de intelectuales prestigiosos, mientras terior del país, el ideario positivista se ex-
que sus oponentes confesionales, cuyas fi- pandió también con singular éxito, por ejem-
guras más notables fueron José Manuel Es- plo en Corrientes, donde Jorge Alfredo
trada y Pedro Goyena, eran acentuadamen- Ferreyra inició un singular experimento de
te conservadores en sentido tradicional, renovación pedagógica: la Escuela Popular
particularmente en lo referente a la unidad de Esquina, alineada en el mismo mmbo
institucional de Iglesia y Estado. que la Escuela Normal de Paraná, donde
Wilde impuso la educación estatal laica, se destacaba Pedro Scalabrini, quien, tras
la creación de Registros Civiles, la educa- publicar en 1888 Materialismo, Darwinis-
ción pvíblica laica y el matrimonio civil, como mo y Positivismo, fundó, en 1895, junto a
parte de un proceso de secularización acom- Ferreyra, la revista La Escuela Positiva.
pañado de un liberalismo económico acen- Cuando se inauguró la Universidad de La
drado, que impulsó una sostenida política Plata, en 1905, se la presentó bajo la ad-
de privatizaciones. La Generación del '80 vocación de Spencer. En 1904, Ernesto
representaba al sector ilustrado de nuestra Quesada había publicado importantes mo-
oligarquía, poseedor de mucha representa- nografías sobre la obra de Spencer y Confi-
tividad social y poder material, que se ma- te; este profesor de sociología logró, ade-
nifestaron como los más ligados a la diná- más, que sus ideas influenciaran al Parti-
mica real del poder y ávidos de imitar las do Socialista a partir de la obra de Ferri,
novedades y el modelo de progreso prove- por ese entonces también socialista, en
nientes de Europa. particular de su libro Socialismo y ciencia
Una breve enumeración de las figuras positiva, en el que ponía en un plano de
que se destacaron en la corriente positivis- igualdad los aportes de Darwin, Spencer
ta, puede brindar una idea de la incidencia y Marx. Sin embargo, Juan B. Justo no ad-
cultural que alcanzó esta orientación, de cara hirió con el mismo entusiasmo a la causa

58
Manual básico de Criminología

positivista, salvo en algunos aspectos sanción de la ley de divorcio civil. El deba-


metódicos. te tuvo un curioso carácter cultural-econó-
Cuando Spencer falleció, en 1903, el mico, habiendo sido los discípulos de Spen-
país se conniocionó, y las asociaciones y cer muy coherentes en el segundo aspecto,
foros de todo tipo compitieron en la rea- conforme a las transferencias a la iniciativa
lización de homenajes, como antes había privada que llevaron adelante. No así en lo
sucedido respecto a Darwin El diaiio La que se lefieie a aspectos como la educa-
Nación le dedicó dos editoriales, en uno ción, que se centró en la acción de! esta-
de los cuales puede leerse lo siguiente: do laico, es decir en un monopolio estatal,
totalmente en contradicción con el credo
El enorme coloso delpensamiento, uno de Spencer Lo cierto es que la paradojal
de los cerebros más lúcidos y poderosos lucha del Evangelio de Cristo contra el de
que jamás haya itradiado su luz en la Spencer fue bastante artificial, referida a
tiniebla infinita que rodea la humanidad una coyuntura circunstancial de la intelec-
en el espacio y en el tiempo, ha traspuesto tualidad argentina de origen oligárquico.
al fin esa frontera de lo incognoscible No había otra razón de fondo para que
hasta la cual había llevado sus agudas semejante proceso se diera en el marco de
investigaciones. La obra de Spencer cons- una lucha contra la religión. Lo cierto es
tituía un poderoso reconstituyente moral, que al aparato de poder religioso se le re-
leyendo sus libros como si una mano po- cortaron aspectos sobre los que venía ejer-
derosa nos ayudara a escalar una cum- ciendo una posición hegemónica, como
bre. Se lee, se avanza sin fatiga hasta el consecuencia de esta puja que fue presen-
punto en que maravillados úemos a nues- tada por los positivistas como "superstición
tros pies los valles y las llanuras, extrañán- contra saber científico". Por esta razón, al-
gunos autores dicen que el positivismo no
donos entonces por haber sido llevados sm
tuvo entre nosotros carácter ideológico,
resistencia y sin fatiga a tanta altura. La
sino de apoyatura coyuntural para llevar
luz que irradiaba la vida delfallecido era
adelante un proyecto que en realidad, era
como un faro hacia el cual la parte más
económico.'*^
culta de la humanidad solía a veces vol-
ver los ops'' (JO/J2/1903, p 3) En las esferas del gobierno, especialmen-
te en el campo ejecutivo y legislativo, la
El proceso de laicización que se había presencia intelectual de Spencer era cons-
preanunciado durante el gobierno de Juá- tante y se manifestaba en situaciones como,
rez Celman se agudiza en el de Roca, lle- por ejemplo, la fuerte discusión sobre el pro-
gando a provocar la separación de la Igle- yecto de divorcio presentado por el Dn O-
sia del Estado, la expulsión del Nuncio Apos- liveía, quien fundamentó la necesidad de
tólico, y la secularización de los cemente- introducir este instituto, apoyándose expre-
rios, habiendo faltado poco para lograr la samente en citas de Darwin y Spencer.

35 Mayo, Carlos y García Molina Fernando El positivismo en la política argentina (1880-1906), Centro
Editor de América Latina, Buenos Aires, 1988.

59
Cario. O• Elbert

Juárez Celman había hecho otro tanto, gracias a aquellas doctrinas spenceria-
cuando mediante citas de "El hombre con- nas. Del espíritu de iniciativa particular
tra el Estado" autorizó la privatización del y del gobierno no quedó nada, porque
Ferrocarril Andino y las obras cloacales de esas teorías se desenvolvían para hacer
la ciudad de Buenos Aires. Carlos Pellegrini negocios...
gustaba de introducir en sus discursos largas
citas y referencias a Spencer, etcétera. A todo esto y como suele suceder his-
Lo cierto es que a la oligarquía terrate- tóricamente, los sectores poderosos habían
niente, radicada en Buenos Aires, donde con- aumentado su enriquecimiento en el curso
trolaba todos los resortes del poder, le con- del modelo económico liberal, concentran-
venía el modelo spenceriano, en tanto la do más poder que nunca. Sin embargo,
estructura agraria se modernizaba y entron- cuando nuestra oligarquía se hallaba entre
caba con el modelo económico internacio- París y Buenos Aires, disfrutando de la belle
nal, en el que Inglaterra tenía el predominio. époqiie, y derramando a manos llenas y
Asociarse al imperio era, de algún modo, ser suntuarias los buenos dineros ganados con
socios en su grandeza y nivel de progreso. el modelo agroexportador, las oleadas in-
La idea de "progreso" se formulaba de modo migratorias, a las que se había prestado es-
bastante abstracto, pero, en los hechos, ten- casa atención, comenzaron a transformar
día al favorecimiento económico y al mayor el paisaje social y económico del país, hasta
enriquecimiento de los sectores de élite, an- constituirse en un problema que alteraba
tes patricios y ahora oligárquicos, que con- la dulce siesta latifundista tras el banquete
servaban los resortes del poder, alternándo- de la iniciativa privada. Muchos grupos de
los entre amigos de distintas familias. inmigrantes que habían sido ubicados en el
El proceso privatizador se incrementó interior del país, en Chaco, Entre Ríos, Mi-
en las gestiones de Roca, hasta que no siones, Corrientes o La Pampa debieron
quedaron prácticamente empresas públi- abandonar esos sitios de residencia por la
cas o propiedades estatales a licitar. Sin crudeza del medio y la falta de los recur-
embargo, tras el último período del roquis- sos prometidos, comenzando la migración
mo, se produjo una fuerte reacción políti- interna a Buenos Aires, que no dejaba de
ca adversa al liberalismo privatizador que recibir oleadas de nuevos habitantes ul-
había redistribuido la estructura de las tramarinos. La repentina sobrepoblación
rentas públicas. En 1906 se proyectó pri- tuvo que apiñarse en los famosos conven-
vatizar la obra del primer subterráneo ar- tillos, que fueron su sitio fatal de residen-
gentino, en construcción en Buenos Ai- cia entre 1880 y 1910. En los últimos años
res, dando lugar a un movido debate par- de la década del '80 existían en Buenos Ai-
lamentario, en cuyo transcurso se atacó res alrededor de 2.000 conventillos habita-
directamente al ideario liberal implanta- dos por casi 100.000 personas. A pesar de
do. El diputado Castro se refirió al proce- que algunas de esas casas poseían ya aguas
so consumado como corrientes y cloacas, el hacinamiento y la
falta de higiene eran cada vez más alar-
Una época desgraciada para el país, en mantes. Las autoridades se mostraban
la cual nos hemos desprendido de todo, indiferentes ante el problema; las ordenan-

60
Manual básico de Criminología

zas municipales sobre higiene no se cum- bio repentino de fisonomía y mentalidad,


plían y las epiciemias que sucedieron a la con el ingrediente provocativo de las ideas
de fiebre amarilla eran una constante ame- anarquistas y socialistas, que los obreros
naza de mortandad. ^^ habían traído con sus escasos enseres, tomó
Según Suriano, esta situación de expo- desprevenido al gobierno, colocándolo
sición al deterioro y las epidemias, ex- ante la necesidad de dar respuestas tran-
presaba fielmente al modelo económi- quilizantes a los sectores conservadores,
co en curso: que veían a los extranjeros como elemen-
tos disolventes e incomprensibles, que afec-
No obstante la magnitud alcanzada por taban su seguridad.
el problema habitacional, los pode?'es pú- El positivismo estaba superado ya en Eu-
blicos hicieron poco y nada para resolver ropa como idea filosófica hegemónica,
la cuestión y. fieles a los principios libera- cuando alcanzó su cénit en nuestras tie-
les, no concibieron la posibilidad de que rras, donde fue puesto al servicio de un
el Estado interviniera para regular una proyecto de poder que se apropió con in-
política de vivienda acorde con las reales teligencia de la idea de "progreso", me-
necesidades; ese terreno era de incumben- diante el discurso seductor y ambiguo de
cia de la empresa privada y el Estado no Spencer, que en realidad, identificaba la
debía competir con ella. En la concepción idea de progreso con una evolución social
de las clases gobernantes, el trabajador y económica pensada en función de los in-
tenía que acceder al bienestar sólo a tra- tereses materiales del grupo social hege-
vés de la iniciativa indimdual y el que no mónico. Es cierto que un ferrocarril es
lo lograba era por incapacidad o poco "progreso" en abstracto, porque mejora las
apego al trabajo. Quizá por eso, durante comunicaciones, pero el tendido, las tro-
estos años se consideró al conventillo como chas y la diversidad de empresas foráneas
un tamiz social que permitía filtrar a los en la diagramación de la red argentina ori-
mejores y retener a lospeoresP ginal, muestran claramente, sobre cualquie.
mapa, que ese tendido no se había pensa-
El crecimiento repentino y multinacio- do con la intención de traer el mayor bene-
nal de Buenos Aires fue tan grande, que ficio general posible a la población argenti-
en escasos cinco años tornó insuficiente la na, sino todo lo contrario. En lugar de inte-
red cloacal, la iluminación, el agua y las grar un país, se conectaron ramales recípro-
viviendas, saltando de 200.000 habitantes camente incompatibles a un puerto expor-
a 400.000. Casi la mitad de esa población tador convergente y excluyente. No hay,
no hablaba castellano, no tenía trabajo fijo entonces, progreso abstracto, sino modelos
ni inserción social o cultural, etc. Este cam- diferentes de progreso, pensados en fun-

36 Suriano, Juan La huelga de inquilinos de 1907. Centro Editor de América Latina, Buenos Aires, 1983. p.
33, Colección Historia Testimonial Argentina. Sobre las condiciones laborales de esa etapa, puede verse, en
la misma colección, de González, Ricardo- Los obreros y el trabajo Buenos Aires, 1901, editado en 1984.
37. Op. Cit. p. 13.
Carlos Alberto Elbert

ción de quienes reciban sus beneficios. ser destacada especialmente, por su calidad y
Cuanto más equitativo sea el reparto de perduración, así como por la importante difu-
ventajas, más justificada estará la realización sión y circulación internacional que alcanzó.
que lo posibilite. Cuando hablamos de criminología posi-
La visión del progreso en abstracto, está tivista, no debe perderse de vista que, al
ligada a la rediviva idea neoliberal de que mismo tiempo, esa corriente monopolizó la
el enriquecimiento de los poderosos be- enseñanza del derecho penal. Norberto Pi-
neficia a toda la sociedad, que recibe su nero se hizo cargo en 1887 de la cátedra de
parte mediante la "teoría del goteo o Derecho Penal de la Universidad de Bue-
del derrame."'*^ nos Aires, y como se estilaba por ese en-
tonces, saludó a la Escuela Positiva, "que
//. Los criminólogos del positivismo dará la vuelta al mundo para bien de la
argentino humanidad." En ese momento, acababa
de regresar del Primer Congreso de An-
La criminología se afirmó prolíficamente tropología Criminal de Roma, en 1885,
en la Argentina mediante un rápido trasva- donde, como ya vimos, Lombroso había
samiento de ideas dentro del proceso de recibido su verdadera consagración como
irradiación positivista que venimos siguien- luminaria científica. Pinero fue secundado
do. Puede brindarse una idea de la intensi- por su hermano médico , y hombres como
dad y trascendencia de la criminología ar- Osvaldo Magnasco, Francisco Ramos Mejía,
gentina citando algunos datos y nombres, José Nicolás Matienzo, Rodolfo Rivarola, José
que suplan aquí la falta de una historio- M. Ramos Mejía, Luis M. Drago, Francisco Pico,
grafía exhaustiva. En 1873 ya existía una Luis Gonnet, etc., todos ellos pertenecientes a
revista —^precursora en su género en Améri- ia Sociedad de Antropología Jurídica, funda-
ca Latina— dedicada al comentario de he- da en 1889, que fue creada para "promover el
chos policiales, que se llamó Revista Crimi- estudio científico de la criminalidad."
nal, dirigida por Pedro Bourel. Por su parte, La presencia argentina en las reuniones
Pietro Gori publicó, a partir de 1898, la revista internacionales de antropología criminal y
Criminología moderna y vimos que Luis Ma- Derecho Penal, fue constante, numerosa y
ría Drago había publicado en 1888 Los hom- hegemónica respecto a los otros países lati-
bres depresa, obra que flie prologada por Lom- noamericanos; así sucedió en los encuen-
broso, en una edición italiana de 1890. tros de Bmselas en 1889, París 1893 y Ams-
Francisco Veyga fundó la publicación A?'- terdam 1901.-^'^
chivos de psiquiatría y criminología en 1902, Varias personalidades del positivismo in-
nombrando director a José Ingenieros, quien tegraron comisiones de reforma del Código
la dirigió hasta 1911. Esta publicación debe Penal: Pinero, Matienzo y Rivarola en 1890,

38. Ver Calcagno, Alfredo Eric y Calcagno Alfredo Fernando: El universo neoliberal. Recuento de sus lugares
comunes. Alianza Editorial, Buenos Aires, 1995.
39. Ver Del Olmo, Rosa. América Latina y su Criminología, Siglo XXI, México, 1981, con un análisis minucioso
de la presencia argentina en los congresos de criminología del siglo pasado y comienzos del presente.

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Manual básico de Criminología

y también 1906, incluyendo a Ramos Me- grandes centros de poder mundial. Se tra-
jía. La corriente jurídica se estableció tam- taba, por otra parte, de personas de po-
bién en la Universidad de Córdoba, a tra- sición acomodada, de hijos de la clase
vés de Moyano Gacitúa, otro correspon- dirigente, poseedora de poder político y
sal argentino de Lombroso. Varias de estas refinada cultura.
personalidades fueron jueces de Tribunales En suma, una posición heredera del pa-
Superiores y de la Corte Suprema de Justi- triciado, con incidencia directa en el mane-
cia de la Nación. jo de la política, la ciencia y la legislación.'"'
En 1912, Ensebio Gómez consignó más Sin duda, los positivistas argentinos se
de 1200 títulos de Criminología ya publica- sentían, según el esquema spenceriano, los
dos en el país, en un trabajo titulado índice más aptos, la élite, el cerebro del organis-
bibliográfico de la Criminología Argentina. mo social, los moralmente virtuosos,'''^ es
La Argentina resulta ser, también, el pri- decir, la encarnación del proceso civilizato-
mer país donde se publicó un libro de cri- rio y modernizador que depuraría a la Na-
minología clínica: la Criminología de José ción de sus elementos bárbaros, ignorantes
Ingenieros, que apareció por primera vez e ineptos para el progreso, antes señalados
en Madrid en 1913, pero que resultaba de por Alberdi y Sarmiento.
trabajos previos mejorados y acumulados de Pese a la larga lista de nombres del po-
1900, 1905, 1906 y 1910 presentados por el sitivismo argentino, la figura más famosa,
Instituto de Criminología de Buenos Ai- descollante, polémica y carismática en
res. Sus obras se tradujeron a varios idio- materia criminológica, fue el médico psi-
mas, publicándose algunos trabajos por pri- quiatra, político y filósofo José Ingenieros
mera vez en lenguas extranjeras, como (1877-1925). Había nacido en Italia, pero
ocurrió frecuentemente con las versiones su padre emigró a Argentina por la perse-
en italiano. cución política que le generó su labor como
Este fenómeno tan descollante es inter- periodista. Ingenieros se graciuó de médi-
pretado por Rosa del Olmo no mediante el co en 1900 con una tesis sobre "Simula-
habitual festejo de una milagrosa irrupción ción de la locura", que dedicó al portero
de un grupo talentoso, sino a través de la de la Facultad. A comienzos de siglo militó
situación interna de nuestro país y el rol activamente en el socialismo, habiendo
importante que cumplía en la división in- compartido esas actividades con el famoso
ternacional del trabajo, como "socio" eco- poeta, luego devenido fascista, Leopoldo
nómico del Imperio Británico, arrastrando Lugones, con quien dirigió, a partir de 1897,
a sus intelectuales a estudiar en Europa, un periódico socialista revolucionario, de-
trasplantar sus conocimientos y querer equi- nominado La montaña, desde el cual mantu-
parar Buenos Aires al nivel cultural de los vieron agrias polémicas contra los teóricos

40. Del Olmo, Rosa: Criminoiogía Argentina. Apuntes para su reconstrucción histórica, Depalma, Buenos
Aires, 1992, Biblioteca de Ciencias Penales, N-10.
41. Recordar los trabajos de José Ingenieros Las fuerzas morales^ El hombre mediocre.
Carlos Alberto Elbert

y la acción de los ya poderosos gaipos a- ventores". Luego se hizo cargo de la Ofici-


narquistas de Buenos Aires/'- na de Estudios Médicos y Legales, trans-
Fue docente de la cátedra de IVIedici- formándola en Clínica de Psiquiatría Fo-
na Legal y de la Clínica de enfermedades rense. Posteriormente, tras la creación del
nerviosas en la Facultad de Medicina de Instituto de Criminología y el Hospital Pe-
Buenos Aires, y también profesor de Psico- nitenciario en la Penitenciaría Nacional
logía Experimental en la Facultad de Filo- (creada en 1877) tuvo una actuación de-
sofía y Letras de la misma universidad. In- terminante en ellos, donde contó con la
genieros realizó numerosos viajes, habien- colaboración de su amigo, el jurista Euse-
do realizado residencias en Francia, Suiza y bio Gómez, quien investigaba las cuestio-
Alemania. También visitó Cuba, México y nes penológicas y llegó a director del esta-
Brasil. Sumamente prolífico, se le atribuyen blecimiento. Ingenieros fue un precursor
unos 200 artículos sobre criminología y te- mundial en el estudio científico de los con-
mas diversos, y veinte libros. En 1915 creó denados para establecer sus tratamientos
la editorial La Cultura Argentina, para cii- readaptativos y la Penitenciaría Nacional,
fundir libros a bajo costo, alcanzando a pu- visitada por Ferri, fue tomada como un
blicar unos 150 títulos, antes de la quiebra modelo internacional, imitado luego en
que concluyó con esa actividad. otros países.
Ingenieros fue el artífice del estudio Ingenieros llegó a refutar despectiva-
sistemático de los delincuentes en el me- mente a Lombroso, demostrando en deta-
dio penitenciario, perfeccionando, involun- lle los excesos que implicaba ese edificio
tariamente, el equívoco de lo patológico teórico. Por su parte, hizo aportes relevantes
social circunscripto dentro de los muros car- para el progreso del modelo de la Escuela
celarios. Ingenieros compartía la idea de Positiva, llevándola hacia objetos de mayor
que el individuo llega al delito por acción cientificidad y verificabilidad empírica. Su
de alguna tara mental, sólo que no genética contribución teórica a la criminología se
sino psíquica, y que el lugar indicado para centró en el objeto de investigación, que
averiguarlo es la cárcel. Allí estableció mé- ubicaba en la problemática de la psicología
todos modernos para estudiar presidiarios, criminal, sus famosos cuadros de clasifica-
clasificarlos y establecer prognosis de trata- ción de delincuentes, y el establecimiento
miento. El tratamiento debía ser diferencia- de prognosis y tratamientos con base cientí-
do, específico para cada sujeto conforme a fica, de ejecución penitenciaria sistemática.
sus particularidades biográficas.''^ Si bien Ingenieros ha pasado a la historia
Ingenieros había sido en 1899 Jefe del con un aura de socialista romántico, solida-
Servicio Policial de Observación y Recono- rio con los necesitados y los débiles, lo cier-
cimiento del llamado "Depósito de contra- to es que no pudo escapar a la mentalidad

42. Puede verse la recopilación completa de los números de La montaña, en la colección La ideología argen-
tina, publicada en 1997 por la Editorial de la Universidad de Quilmes.
43. Pueden consultarse fichas históricas de la Penitenciaría Nacional en el apéndice documental de este
trabajo.

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Manual básico de Criminología

positivista más cruda, la de las jerarquías o degenerado, tiene todo el aspecto de


étnicas y sociales; lo atestiguan muchas de haber sido —en última instancia— un dis-
sus páginas, de un contenido racista estre- curso dirigido a halagar oídos blancos eu-
mecedor, dirigidas a desvalorizar a indios ropeos de primer nivel social, en cabezas
y negros, con los que tomó contacto en el atosigadas con los textos discriminatorios
curso de sus viajes. Baste como muestra de Spencer. En otras palabras, en los posi-
este párrafo, inspirado en los negros de tivistas argentinos se advierte una actitud
Cabo Verde, en un artículo titulado "Las de obsecuencia intelectual hacia el mode-
razas inferiores": lo eurocentrista vigente, recubierto con
veleidades románticas de revolución im-
Cuanto se haga en pro de las razas placable del pensamiento.
inferiores es anticientífico: a lo sumo se Similares reservas pueden formularse a
los podría proteger para que se extin- otros textos de Ingenieros, en los cuales el
gan agradablemente, facilitando la principio de la selección natural es bienve-
adaptación provisional de los que por ex- nido para estimular la "limpieza étnica". En
cepción puedan hacerlo. Es necesario ser cuanto a los marginales —aun los blancos—
piadoso con estas piltrafas de carne hu- dejó páginas elocuentes, como el prólogo
mana; conviene tratarlos bien, por lo írte- al libro de Gómez La mala vida en Buenos
nos como a las tortugas seculares del jar- Aires, de 1908, llenas de un desprecio mo-
dín zoológico de Londres, o a las aves- ralista altisonante, que traducen la incapa-
truces adiestradas que pasean en el de cidad de comprender el delito y la margi-
Ambej'es^' nalidad desde una óptica que no fuese la
de la moral oficial; esto llama más la aten-
Nótese que la primitividad de los negros ción en la pluma de un médico que en la
es comparada por Ingenieros con animales de cualquier jurista, fatalmente implicado
de países exóticos, pero reducidos a servi- en cuestiones axiológicas.
dumbre en ciudades cultas de Europa. En En suma, la personalidad de Ingenieros
otras palabras, la animalidad de las razas y su obra ofrecen, como ocurrió con varios
africanas y americanas era analizada desde positivistas de primera generación, gmesos
una óptica que, además de positivista, era flancos de cuestionamiento en materia de
escandalosamente eurocentrista y sólo po- coherencia y racionalidad de las interpreta-
dría haber sido verificada por sudamerica- ciones de la sociedad y sus integrantes.
nos ricachones, únicos capaces de pasear Eusebio Gómez, autor de una Crimino-
por los zoológicos europeos a comienzos logía Argentina ^n 1912, donde hizo un im-
de siglo. La competencia de nuestros posi- portante rastreo histórico de la legislación
tivistas en las expresiones de desprecio ha- penal argentina, de un Tratado de Derecho
cia lo que consideraban inferior, marginal Penal en varios tomos, de una biografía de

44. Ver sobre este artículo. Zaffaroni, Eugenio: Criminología. Aproximación desde un margen, Temis,
tá,1988, p 36.

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Carlos Alberto Elbert

Ferri, de numerosos artículos y diversos li- desmitificación de Lombroso, el descrédito


bros,'^^ fue tal vez el más prolífico y conse- político de Ferri y Garófalo, los avatares per-
cuente positivista argentino en el campo del sonales de Ingenieros, y la frustración de
derecho penal. sus proyectos. No puede negarse coheren-
Gómez estuvo ligado estrechamente a cia intelectual y política a su lucha, librada
la obra de Ingenieros y fue un activo teóri- dentro de los límites de la legalidad demo-
co y catedrático, autor de varios de los pro- crática. Por cierto, también pueden formu-
yectos positivistas de legislación penal ar- larse críticas a sus ideas positivistas, con al-
gentina, que —tal vez afortunadamente— cance similar al de otras figuras de esa co-
nunca fueron sancionados. En este senti- rriente. Por ejemplo, cuando sostiene en
do, su frustración fue similar a la de Ferri y su tratado que:
los demás positivistas locales, que no lo-
graron imponerse a la versión del Código La antropología criminal ha comproba-
Penal de 1921. En ocasión de cumplirse 45 do la inferioridad biológica del hombre
años de nuestro código vigente, Ricardo delincuente, deduciéndola de un cúmu-
Núñez dijo, con su terminante estilo: lo de anomalías que él presenta. Esas
anomalías son atávicas, degenerativas y
Cuarenta y cinco años de vida lleva el patológicas. A veces, a las anomalías de
Código Penal Argentino. Ha resistido los un determinado carácter, acompañan
ímpetus de los redactores de los proyectos las de otro. Es un hecho demostrado, en
de Coll-Gómez de 193^, de Peco de 1941, ciertas categorías de delincuentes, la ten-
del Poder Ejecutivo de 1951, de Soler de dencia a reproducir o a mantener, por
1960 y de uno non nato, por lo menos a transmisión hereditaria, caracteres que
la luz pública, cuya responsabilidad, se- pertenecen a razas humanas inferiores.
gún creo, tomó por último a Ricardo Le- Las anomalías reveladoras de tal tenden-
vene (h). Todos estos intentos pretendían cia son de carácter atávico^''^
sustituir el Código por otro, a veces como
los de Peco y de 1951, tan distintos de él, Gómez sucedió a Ingenieros como Di-
que de ser aceptados, habríamos tenido rector del Instituto de Criminología de la
que empezara estudiar de nuevo el de- Penitenciaría Nacional desde 1923 a 1928.
recho penal positivo. ''^ Ese centro que, como vimos, tuvo gran
fama e irradiación internacional, perdu-
Gómez fue un ejemplo de consecuen- ró hasta 1934, en que cesaron sus fun-
cia en sus ideas, aun cuando el positivis- ciones al crearse el Instituto de Clasifica-
mo empezó su notoria declinación. Demó- ción, por Ley 11.833- El programa elabo-
crata convencido, soportó con estoicismo la rado por Ingenieros se mantuvo hasta

45. El tratado lo publicó la Compañía Argentina de Editores, Buenos Aires, 1939/42. La biografía de Ferri fue
publicada por Ediar, Buenos Aires, 1947.
46 "El ongen bastardo de una reforma", Derecho Penal y Criminología, N - 1 , 1968, p. 29.
47. Tratado, op. cit. capítulo X, p. 249.

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Manual básico de Criminología

1927 sin modificaciones. A Gómez lo su- mosas leyes W 4144 de 1902 y N^ 7029 de
cedió Osvaldo Loudet, quien condujo el 1910, llamadas "Ley de Residencia" y "Ley
Instituto hasta 1941, completando treinta de Defensa Social'', respectivamente.'*'
años de criminología etiológica y positi-
vista destinada a rastrear y curar las pato- Las huelgas fueron consideradas en esa
logías o anomalías psíquicas presupuestas etapa como "delitos de muchedumbres" y en
en toda conducta delictiva. Es preciso tra- 1910 hubo 2000 presos acusados de partici-
zar un balance de lo actuado en esta etapa par en huelgas o demostraciones cabreras. Entre
de los primeros cuarenta años del siglo, 1882 y 1910 se crearon en Aigentina casi vein-
que podría sintetizarse diciendo que que- te cárceles, incluyendo los servicios especia-
dó reflejada en estas realizaciones; lizados y manicomios y se fueron organizan-
do, como vimos, los seivicios de tratamiento.
a) Estudios sistemáticos sobi~e el delin-
cuente, realizados en las cárceles, con el c) La tercera gran marca del positivismo
fin de elaborar terapias individualizadas. fueron los reiterados intentos de modificar
La evolución política criminal bajo los go- el Código Penal, a través de sucesivos pro-
biernos radicales de Yrigoyen y Alvear se yectos que, como vimos, no lograron su
caracterizó también por el afán de preve- objetivo.
nir el "peligrosismo" o "estado peligroso"
y acentuar la necesidad de la defensa so- ///. Los proyectos de legislación penal
cial. Cabe recordar que, bajo el primero de positivista
esos gobiernos democráticos de amplio
consenso social, se produ|eron sangrien- Durante el gobierno de Alvear (1922-1928)
tos hechos de represión, como la Semana Eusebio Gómez realizó varios intentos de le-
Trágica y los fusilamientos de peones en gislar sobre estado peligroso y peligrosidad
huelga de la Patagonia. La búsqueda de la predelictiva. En 1923 el gobierno creó una
"defensa social" se prolongaría tanto en el comisión de juristas y psiquiatras que tuvo
tiempo, que la "Ley de Residencia" recién por finalidad elaborar un catálogo para va-
fue efectivamente derogada en 1958.''® gos, mendigcjs voluntarios, ebrios y demen-
tes. Gómez aivo un rol protagonice en la ela-
b) Gran influencia sobre leyes especiales, boración de modelos peligrosistas, pero el pro-
cárceles y el modelo de control, especialmen- yecto, elevado al Congreso en 1924, no obtu-
te puesta de manifiesto en las dos primeras vo sanción. Poco tiempo después se designó
décadas del siglo, con normas de carácter otra comisión, integrada por Gómez y Juan P.
ideológico y social, como las tristemente fa- Ramos, Itodolfo Moreno y Nerio Rojas, que

48 Ver, en Revista Todo es Historia, N- 226, de febrero de 1986, el artículo de Eduardo Giorlandinr "Una
íiistona negra: La Ley de Residencia", p 8.
49. Ver el texto de ambas leyes en la obra citada de Rosa del Olmo, Criminología Argentina, anexos 2 y 3, p.
39 y ss.

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Carlos Alberto Elhert

produjo un proyecto peligrosista extremo, el logró superar la Cámara de Diputados, po-


de 1926, propiciando \z.peligrosidadpredelic- siblemente bajo la influencia de la ligazón
tiva y la reforma de los arts. 34, 40, 41, 51, 52 positivista con el régimen fascista, ya con-
y 53 del Código Penal; esta iniciativa no al- sagrada legislativamente en Italia, con to-
canzó sanción. Una tercera comisión propicia das las consecuencias políticas imagmables.
al estado peligroso sin delito estuvo integrada En 1941 José Peco, profesor de la Uni-
en 1928 por Arenaza, Gómez, Seeber y Rojas, versidad de La Plata y diputado nacional,
pero tampoco obtuvo éxito parlamentario. aprovechó una serie de trabajos de inves-
Ya durante la llamada "década infame", tigación y los propuso como proyecto de
en 1932, el Presidente Justo envió al Sena- reforma. Al momento de la redacción final
do un proyecto de ley que reiteraba la filo- pidió dos años de prórroga y ello terminó
sofía de los proyectos positivistas del alvea- condenando su labor, intermmpida por el
rismo. Propiciaba, entre otras medidas drás- golpe de 1943 y los avatares políticos liga-
ticas, la pena de muerte por fusilamiento o dos a la Segunda Guerra Mundial. Este pro-
electrocución. En el mismo año la Acade- yecto de Peco fue denominado como "ne-
mia de Derecho y Ciencias Sociales de Bue- opositivista". En 1951 Isidoro Debenedetti
nos Aires, pretendió incorporar la pena de presentó un proyecto legislando profusa-
muerte para los delitos del art. 80 del Códi- mente sobre peligrosidad y defensa social,
go Penal, apoyando la sanción de los pro- pero no alcanzó estado legislativo. Poste-
yectos de 1926. Con estos precedentes, se riormente este respetado penalista se ma-
arriba, en 1937, a la discusión del famoso nifestó autocríticamente sobre aquel pro-
yecto. El último intento positivista de le-
proyecto Coll-Gómez, que merece alguna
gislación penal fue un proyecto, aludido
referencia especial. Surgió a raíz de un de-
por Núñez en nuestra transcripción, obra
creto presidencial de 1936 y en su redac-
de Laplaza, Maldonado y Ricardo Levene
ción colaboró también Enrique Ramos Me-
(h), datado en 1953, al que Sebastián Soler
jía y su concepción era de un positivismo
atribuyó "ideología dictatorial".5"
ortodoxo. El proyecto, muy ambicioso, no

50. La historia de los proyectos de legislación penal puede ser arrnpliada en Zaffaroni, Manual de Derecho
Penal, op. c/f.,pp. 163y ss., y Jiménez de Asúa, Luis: Tratado de Derecho Penal, Losada, Buenos Aires, 1964,
pp. 1060 y ss.

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Capítulo 6

La etiología criminológica
El caso del "Petiso Orejudo". Psiquiatría y psicología criminal. La defensa social.
La criminología clínica.

/. El "petiso orejudo" e) ocho mutilaciones de animales (le fasci-


naba cegar caballos).
En 1912, un caso criminal conmovió a la f) diversos hurtos.
opinión pública argentina y alcanzó gran
difusión, transformándose en una prueba Cayetano Santos Godino, nacido el
de laboratorio para las ideas positivistas en 31/10/1896, tenía dieciséis años al momen-
la Argentina. El 4 de diciembre fue deteni- to de ser detenido. Era un notorio débil
do un menor, Cayetano Santos Godino, apo- mental, con desarrollo físico anormal para
dado luego —con resonancias tenebrosas— su edad, y una personalidad altamente per-
"el petiso orejudo", quien confesó ser autor turbada y agresiva, pese a su aspecto in-
de varias muertes de niños ocurridas en Bue- ofensivo. Sólo sabía dibujar su nombre, y
nos Aires, principalmente en ese año. Esos sus declaraciones contienen incoherencias,
asesinatos estuvieron rodeados de caracte- contradicciones y expresiones de satisfac-
rísticas sádicas y crueles que habían des- ción por la celebridad alcanzada. Los me-
pertado una gran indignación pública, te- dios de que se valió para intentar los ho-
niendo en cuenta la inocencia y las caracte- micidios fueron de todo tipo: golpes con
rísticas de indefensión de las víctimas, ni- piedras, estrangulamientos, sofocación, in-
ños entre tres y seis años. Conforme a lo cendio de ropas, entre otros. Godino re-
que confesó Godino —que no pudo ser pro- lató haber seleccionado sus víctimas bus-
bado en su totalidad— se le consideró au- cando "niños con cara de zonzos y que no
tor de los siguientes hechos: tuvieran mucha fuerza", que él tampoco
poseía, dada su contextura. No abusó se-
a) tres homicidios de niños, entre enero y xualmente de sus víctimas, pero sentía ciertc
diciembre de 1912. goce sexual contemplando los estertores y
b) un homicidio anterior a 1908. agonías, e incluso golpeaba con ramas los
c) siete tentativas de homicidio o lesiones cuerpos sin vida, para procurarse más sa-
a niños. tisfacción. Asistió al velatorio de una de
d) siete incendios intencionales. sus víctimas, y coleccionaba las noticias

69
Carlos Alberto Elbert

alusivas de los diarios, que se hacía leer, con dialecto calabrés. En síntesis, parecía
dado su analfabetismo. Internado transito- ser un ejemplar perfecto de "delincuente
riamente en el Hospicio de las Mercedes, nato", instintivo o por naturaleza, o por per-
trató de asesinar allí a algunos internos in- versidad brutal y gratuita; en suma, un "loco
válidos, con métodos inidóneos. moral", un sádico incapaz de remordimien-
La biografía de Godino era típica de las tos o de sentimientos altruistas o de pie-
condiciones propias de la inmigración cam- dad, dicho todo esto en el lenguaje de los
pesina pobre, por cuanto nació de padres autores positivistas analizados en los capí-
calabreses, en familia numerosa criada en tulos anteriores. Era inevitable, entonces,
conventillos, habiendo sido su padre alco- que Godino diese lugar a un debate crimi-
hólico, sifilítico y golpeador. Cayetano te- nológico que expresara en su proceso pe-
nía veintisiete cicatrices en la cabeza, pro- nal las ideas y los conocimientos científi-
ducto de los castigos del padre y de los que cos de la época, lo que efectivamente su-
recibía frecuentemente de otros menores en cedió, dándole un destino caprichoso de
peleas callejeras. Su crecimiento se retrasó, presidiario perpetuo en función del horror
además, como consecuencia de una larga desatado.
infección intestinal en su infancia, que lo
mantuvo largamente al borde de la muerte. //. Psiquiatría y psicología criminal
Fue expulsado de numerosas escuelas por
su escasa capacidad intelectual y carácter El primer informe médico legal de Go-
conflictivo, que motivó a sus padres a soli- dino, fechado en 1913, lo evalúa con pará-
citar que se le internara en la Colonia Mar- metros criminológicos que se aproximan a
cos Paz. En ese momento, Cayetano tenía su real situación de alienado, constatando
doce años, con lo que perdió su contacto que "los hechos denotan una evidente
con el hogar por tres años, durante los cua- anormalidad, sea del punto de vista crimi-
les sufrió numerosas palizas propinadas por nológico y del punto de vista psiquiátrico,
los menores internos, entre otras razones, lo que sólo se explica por la analogía que
por su irrefrenable impulso de torturar o existe entre la delincuencia congénita y la
mutilar animales. Además, Cayetano regis- locura moral".
traba episodios de alcoholismo y tabaquis- Por ese motivo, las conclusiones deter-
mo precoz. minan que el imputado es un alienado men-
Lo más llamativo de Godino era el as- tal e insano o demente, en las acepciones
pecto físico, por su cuerpo de niño con legales; que es un degenerado hereditario,
rostro y sexo adultos y una personalidad imbécil, que sufre de locura moral, por defi-
básicamente instintiva. Sus gestos y el con- nición muy peligrosa, y que "es irres-
tenido de sus conversaciones, evidencia- ponsable".
ban rápidamente a un débil mental. Tenía El Juez de Instnjcción, ante ese dicta-
orejas y extremidades desproporcionada- men, declaró inimputable a Godino y lo
mente grandes y era muy limitado física- internó transitoriamente en el manicomio.
mente. Carecía, notoriamente, de capaci- En noviembre de 1914, el Juez de Senten-
dad para reprimir sus impulsos perversos cia, Dr. Ramos Mejía, absolvió por inimputa-
y hablaba un castellano escaso, mezclado bilidad a Godino, remitiendo las acaiaciones

70
Manual básico de Criminología

a la justicia civil. Apelada la resolución, el que se lo pudiera realizar plenamente en un


asunto se ventiló en segunda instancia, ante establecimiento especial, cuando se crease.^^
la Cámara del Crimen, donde el Fiscal ac- La argumentación del Fiscal estaba car-
tuante, Dr. Bunge, presentó un volumino- gada de falacias, por cuanto negaba la in-
so escrito, sosteniendo una curiosa tesis, imputabilidad de Godino, su menor edad y
también de base positivista, según la cual la posibilidad inmediata de que recibiese
de acuerdo a las ideas más modernas de la tratamiento para enfermos mentales en Bue-
ciencia criminológica los locos morales no nos Aires, manteniendo contacto con sus
eran locos o dementes en el sentido estricto familiares, tai como se había decidido en
del término. Lo demostraba subrayando que primera instancia. La hipótesis de un trata-
Godino comprendía lo que se le decía, y miento planteado "para favorecer" al reo en
explicaba sus hechos, aun en medio de sus "un futuro indeterminado", implicaba, en
deficiencias psíquicas. Por ende, se impo- realidad, cortarle todos los lazos afectivos,
nía internarlo en los institutos del tipo de sacándolo de circulación en Buenos Aires,
los que diseñaron Ferri y Garófalo (a quie- para llevar tranquilidad a la prensa y la opi-
nes cita profusamente), a fin de que reci- nión pública, que habían destacado amplia-
biese el tratamiento personalizado que ne- mente las características monstruosas y pe-
cesitaba, por el tiempo que fuese preciso, ligrosas de Godino.'^ Se constata también
a fin de "curarlo" y restituirlo a la sociedad. la creencia de que "quien comprende no es
Lo expresó así; loco", con base en una psiquiatría criminal
alienista, que no tomaba en cuenta que la
El delincuente más o menospsicopato- voluntad debe ser libre, para internalizar y
lógicopuede ser recluido en un estableci- elegir, como "capacidad de dirigir las accio-
miento carcelario donde se le inculquen nes", o sea, que la capacidad de hablar y
hábitos morales y sociales. Declararlo in- comprender nada tiene que ver con la esta-
sano por no existir el establecimiento que bilidad psíquica. Así lo empezaba a demos-
requiere su tratamiento de degenerado an- trar en esos momentos la naciente psicolo-
tisociales una injusticia o un error cientí- gía, de la mano de un médico, Freud (1856-
fico. Tengo fe en los efectos de la pena y 1939) quien transformó los criterios domi-
que antes que cumpla la condena se ha- nantes del alienismo patológico con sus in-
brán implementado cárceles especiales. vestigaciones, dando lugar al nacimiento de
una nueva rama científica: la psicología.
Cabe reiterar aquí que, para los positivistas,
El Fiscal admitía, en suma, que en la Ar-
el libre albedrío era, de todos modos, un
gentina esos institutos de corrección no exis-
mito jurídico absurdo, entendiendo el
tían, pero que, por razones de defensa so-
comportamiento humano como resultado
cial, era más seguro encerrarlo por tiempo
de una serie de mecanicismos y fatalismos
indeterminado en un establecimiento penal
hereditarios.
lejano, donde empezara su tratamiento, hasta

51. En el apéndice documental, pueden verse fotografías de Godino y crónicas periodísticas del caso.
52. Véase, en el apéndice documental, el informe sobre libertad condicional de Godino, fectiado el 20/08/
1936,

71
Carlos Alberto Elbert

\2L Cámara de Apelaciones hizo suyo el nato, monstruoso y deforme.''* En este sen-
dictamen del Fiscal, y el 12 de noviembre tido, Godino sigue siendo el más perfecto
de 1915, revocó la decisión apelada, im- paradigma de criminalidad perversa para
poniendo a Godino pena de penitenciaría las concepciones criminológicas que aún
por tiempo indeterminado, obviándole la permanecen ancladas en las teorizaciones de
condena de muerte por su menor edad. El comienzos del siglo.
28 de marzo de 1923, Godino, que había
mantenido conducta ejemplar en la Peni- ///. Defensa social
tenciaría Nacional, ingresó en el penal de
Ushuaia para el resto de su vida. La liber- La llamada defensa social es una corrien-
tad condicional le fue negada reiterada e te criminológica apoyada en ideas de Ferri
injustamente, a la luz de sus antecedentes, y Garófalo ya conocidas: la sociedad tiene
en base a prognosis médicas de peligrosi- derecho a defenderse del sujeto delincuen-
dad que remitían obcecadamente al momen- te, quien, por su parte, tiene el derecho a
to de los hechos originales.^^ Godino per- recuperarse, a ser curado, tutelado hasta que
dió todo contacto con su familia, y falleció cese su peligrosidad. Es elocuente que ideas
en el penal el 15 de noviembre de 1944, de esta naturaleza tuvieran tan buen predi-
cerca ya de la clausura del establecimiento, camento en la Italia de Mussolini, antes de la
en un accidente que parece haber sido una Segunda Guerra Mundial; precisamente, un
perforación intestinal por ataque de sus com- régimen totalitario, que se justificaba procla-
pañeros de cárcel, disimulado en el expe- mando su capacidad de dar plena seguridad
diente como "hemorragia interna por pro- a los ciudadanos, manteniéndolos libres del
ceso ulceroso gastro-duodenal". Tenía 48 peligro de elementos "disolventes".'^ Sin em-
años, de los que había pasado encerrado bargo, hasta luego de la guerra, la "defensa
35, a la espera de una resocialización mila- social" no existía como escuela teórica inde-
grosa que no podía lograrse. El caso Godi- pendiente. La noción de que la sociedad tie-
no es una documentación clara, tanto de la ne derecho a defenderse es poco clara y di-
aplicación de los principios positivistas, en fícilmente pueda superar la naturaleza de jus-
particular lo referente a la peligrosidad y a tificación para el ejercicio del control formal
la defensa social, como de las incongruen- estatal. Sin embargo, se teorizó largamente
cias político-criminales a que esos princi- en torno a ese concepto, probablemente por
pios conducían. Es curioso que, recurrente- la falta de perspectivas criminológicas tras el
mente, el caso es reflotado por diarios y fin de la Segunda Guerra Mundial. Alema-
revistas, y reproducido de manera escabro- nia había quedado sin juristas ni criminó-
sa, para reafirmar el estereotipo del criminal logos democráticos, y en Italia la debacle

53. Ibídem.
54. Ver, por ejemplo, en Todo es historia, N^ 312, julio de 1993, el artículo "Los crímenes del Petiso Orejudo"
55. Muy ilustrativa sobre la filosofía del control en el fascismo resulta la novela de Leonardo Sciascia:
Puertas abiertas, llevada al cine con dirección de Gianni Amelio, en un film muy laureado en 1991, conGian
María Volonté como intérprete central

72
Manual básico de Criminología

del fascismo arrastró a quienes le dieron sus- ción de defensa social, precedente inmedia-
tento ideológico, en particular los positivis- to de la posterior creación en las Naciones
tas que diseñaron y votaron sus leyes pena- Unidas de un instituto similar, denominado
les. Tras la guerra, se carecía de un cuerpo de Prevención del delito y Tratamiento del
teórico capaz de explicar el fenómeno del delincuente. Hasta la actualidad los institu-
crimen y su control, y ese vacío fue llenado tos especiales de Naciones Unidas se siguen
de modo fulminante por la corriente de la llamando así, como sucede con el Ilanud
defensa social. Filippo Gramática fundó establecido en San José de Costa Rica y otros
en Genova, en 1945, un Centro de Inves- similares en El Cairo y la India. Merced a la
tigaciones sobre la Defensa Social, esta- internacionalización de sus posturas, Gra-
bleciendo las bases de lo que devendría mática y sus seguidores comenzaron a te-
en corriente teórica criminológica. Podría ner enorme incidencia en los programas
decirse que Gramática cubrió una necesi- político-criminales propuestos y elaborados
dad en el momento oportuno, permitien- por Naciones Unidas.'^
do renacer de las cenizas a un positivis- En un proceso de menos de cinco años,
mo con nueva identidad. Gramática y otros autores de similar orien-
En 1947 tuvo lugar en Europa la primera tación, prácticamente establecieron un pa-
reunión internacional importante de Cien- radigma nuevo, aceptado internacionalmen-
cias Penales, tras la Segunda Guerra Mun- te, reconocido por el principal organismo
dial. Se trató del Quinto Congreso Interna- mundial y consiguiendo incidencia en la le-
cional de Derecho Penal, en Ginebra. Allí gislación de diversos países del mundo, en
comenzaron a vislumbrarse los rumbos de particular de países pobres, a los que se
la disciplina criminológica de la segunda adaptaron modelos del primer mundo. Esta
mitad del siglo. Por supuesto, Gramática influencia ha permanecido hasta el presen-
asistió, llevando una ponencia en la que se te, con variantes que el tiempo incorporó.
proponía suprimir definitivamente las pe- Nuestra Ley Penitenciaria Nacional 14.467,
nas, suplantándolas por medidas de seguri- por ejemplo, era una transcripción directa
dad. Su propuesta fue bien acogida, lo que de un modelo de Naciones Unidas (las re-
revela la predisposición que había queda- glas mínimasj) elaborado por la Defensa So-
do en los juristas a retomar los modelos de cial. De más está decir que tal influencia se
preguerra para continuar desarrollándolos. expandió a la enseñanza universitaria, los pro-
Ante los buenos resultados obtenidos, Gra- gramas de política criminal, etcétera.
mática organizó, en 1947, en San Remo, su En 1954 se produjo una escisión en la
propio congreso: el Primer Congreso Inter- corriente de la defensa social, que se con-
nacional de Defensa Social. En 1948 se pre- cretó en el Congreso Internacional de De-
senta en otra reunión de derecho penal en fensa Social en Amberes, Bélgica. Allí cul-
Bélgica, proponiendo la creación de una sec- mina el creciente distanciamiento que,

56. Una interpretación política de este proceso puede consultarse en Del Olmo, Rosa: América Latina y su
Criminología, op. cit.

73
Carlos Alberto Elbert

dentro de la corriente, venían sosteniendo adoptar una serie de medidas de carácter


Gramática y Marc Ancel, quien trabaja per- jurisdiccional, pero con finalidad esencial-
manentemente en Canadá, y a partir de ese mente terapéutica. Sostuvo que el derecho
momento proclamó la llamada "Nueva De- penal y la criminología serían sustituidas
fensa Social". En general, esta segunda co- por la política criminal, dirigida exclusiva-
rriente aceptó principios interpretativos más mente a encontrar los medios para la ree-
flexibles, a diferencia de la posición cada ducación de los autores penales.
vez más radicalizada que venía sostenien- Un logro importante de la Nueva Defen-
do Gramática. Para él, seguía siendo impres- sa Social fue la creación, en 1969, del Insti-
cindible eliminar las penas, reemplazándo- tuto de las Naciones Unidas para la investi-
las por regímenes de tratamiento, y mante- gación de la Defensa Social, instalado en
nía el rechazo a la existencia del libre albe- Roma. Este Instituto tuvo una influencia
drío, insistiendo en los condicionamientos político-criminal importante en Naciones
de la conducta humana. Era partidario, en Unidas, desarrollando planes de política cri-
suma, de aislar al delincuente asocial o pe- minal a pedido de países subdesarrollados.
ligroso, con fines que, en su obra, son de Rosa del Olmo afirma que se trataba de una
proclamado amor al hombre y de rehabili- política colonizadora, dirigida a implantar
tación, pero que no obstante recibieron esquemas elaborados en países centrales.
duras críticas. Más adelante se analizará el problema del
El propósito defensista de "salvar al de- traspaso e importación de ideas político-
lincuente", proponía, como una de las me- criminales a lo largo de la historia lati-
didas para lograrlo, la internación por tiem- noamericana.
po indeterminado, colocando la privación Se sabe, por ejemplo, de las presiones
de libertad al servicio de eficacias tratamen- ejercidas por los Estados Unidos para favo-
tistas, en un verdadero modelo terapéutico recer determinadas becas o proyectos en el
de control. Tales posturas le valieron el dis- seno de los institutos de Naciones Unidas.
tanciamiento crítico de muchos sectores de Por su parte, Jiménez de Asúa, un positivis-
penalistas liberales, y ello fue el predispo- ta frustrado o arrepentido a tiempo, había
nente de la escisión de 1954. Marc Ancel, formulado fuertes críticas a la Defensa So-
autor del libro La nueva Defensa Social, se cial por la década del cincuenta, de conte-
propuso concretar una síntesis entre el de- nido corrosivo, afirmando que la defensa
recho penal clásico y el positivismo. En con- social era una organización de turismo y
secuencia, admitió la existencia del libre al- folletería, donde se destacaba, más que por
bedrío, la necesidad de existencia de los la sustancia de sus propuestas teóricas, en
sistemas penales, de la coexistencia entre las que no veía diferencia alguna con el
penas y medidas de seguridad y otros de- positivismo de preguerra. Puede reconocerse
talles gratos al oído de los dogmáticos. que el Maestro español no cayó dos veces
Esta construcción resultaba mucho menos en la misma trampa, por cuanto sus obser-
problemática, en comparación con el rum- vaciones parecen ser muy certeras, atendien-
bo de Gramática. Ancel propuso que, con do a aspectos tales como la peligrosidad, la
el paso del tiempo, se estableciera una ju- necesidad del tratamiento, la abolición de
risdicción protectora, competente para las penas, etcétera.

74
Manual básico de Criminología

En síntesis, puede decirse que la defen- imitado por Brasil, Chile, Venezuela, Para-
sa social, si bien sigue existiendo como co- guay y Colombia, sin que los progresos le-
rriente, ha sufrido un proceso de debilita- gislativos hayan posibilitado mejoras esen-
miento importante en la última década. Su ciales de la realidad penitenciaria, si bien la
última aparición institucional organizada en Argentina se ha encontrado siempre en una
Argentina fue el XI Congreso Internacio- posición relativamente más avanzada que
nal de Defensa Social, realizado en Buenos la de los restantes países latinoamericanos,
Aires, con los auspicios de Naciones Unidas, en cuanto a sistemas penitenciarios 58
entre octubre y noviembre de 1986.'^ Su re-
presentante local más notorio es el Dr. Ber- IV. Criminología clínica
nardo Beidemian y en el plano internacio-
nal probablemente lo sea Adolfo Beria Di En general, toma a cargo la tarea de in-
Argentine. vestigar la personalidad del autor confines
La representatividad de estilo moderado de prognosis y terapia. Para esta corriente la
y pragmático con que se estableció la De- criminalidad es, ante todo, un fenómeno in-
fensa Social le permitió, en especial en las dividual Nonnalmente, la investigación se
décadas del sesenta y setenta, mantener un hace a través de equipos, integrados por psi-
organismo central propio, la Sociedad In- quiatras, psicólogos clínicos, asistentes socia-
ternacional de Defensa Social, con repre- les y pedagogos, que realizan estudios sobre
sentantes en numerosos países. Su buena casos concretos. El interés de la clínica cri-
administración y sus relaciones públicas plu- minológica se centra fundamentalmente en
ralistas, posibilitaron una labor eficaz del la solución práctica de problemas diagnósti-
movimiento durante largos años. La Defen- cos, pronósticos y terapéuticos limitados por
sa Social no se presenta a sí misma como los casos bajo seguimiento. De tal modo, no
teoría o corriente, sino como un movimien- han podido desenvolver teorías sobre la cri-
to que tiene por finalidad influir en la polí- minalidad, pese a lo cual se han investigado
tica criminal desde ópticas diversas. Como carreras criminales y realizado numerosos es-
se dijo, la Ley Penitenciaria argentina de 1958 tudios de personalidad, modalidades que
se aprobó conforme a los lincamientos ela- continúan siendo preponderantes.
borados por Naciones Unidas, que elabora Para Jean Pinatel, un referente de esta
modelos y programas para la infancia, la orientación, el delincuente posee una per-
minoridad, la mujer, etcétera, que se trans- sonalidad que, en su núcleo, tiene la ca-
forman en pautas legislativas. En nuestro racterística de una exagerada autorreferen-
caso, las recomendaciones se aprobaron a cia, agresividad, incapacidad de adapta-
libro cerrado y se las convirtió en ley vigen- ción y contactos, unido a la indiferencia
te de inmediato. Este ejemplo fue luego afectiva y emocional.

57. Ver Actas del XI Congreso Internacional de Defensa Social, La Ley, Buenos Aires, 1988. En particular,
debe analizarse el Programa Mínimo, p. 22 y ss.
58. Un análisis teórico sobre la defensa social como ideología, puede verse en Baratta, Alessandro: Cnrrm-
nología crítica y crítica del derecho penal, Siglo XXI, México, 1982, capítulo II, p. 35.
Carlos Alberto Elhert

Cabe recordar que la escuela positiva se mica o la física. En el origen estuvo y per-
dividió en dos tendencias, una antropoló- manece aún, la fuerte influencia del mo-
gica}! otra sociológica, plasmando una sín- delo médico y su enfoque psiquiático (Lom-
tesis biológico-criminal, mediante la cual broso). La sociología también se había de-
se podía emplear el método experimental sarrollado en términos de física social (Com-
conjuntamente con los métodos sociológi- te) con una plataforma empirista. Pero la
cos, si bien la responsabilidad era juzgada criíninología surgió desde el campo clíni-
determinísticamente (estado peligroso). co, como una disciplina compleja, resultan-
El concepto de criminología clínica nO te del intento de fusión de un mosaico de
se emplea unitariamente. Sólo hay una fi- disciplinas con objeto y métodos diferentes
nalidad común de comprensión y trata- y en estados de desarrollo dispares (facto-
miento de la personalidad y del autor res antropológicos, físicos y sociales).
(diagnóstico, pronóstico y terapia). En La criminología clínica es, básicamente,
general, consiste en la aplicación de prin- una criminología aplicada, de intervención:
cipios de índole médica, antropológica o A través del estudio del caso, sea normal o
psiquiátrica de la investigación y terapia patológico, se impone finalidades de natura-
en criminología. leza correctiva. Ello significa que, a paitir de
La criminología positivista había surgi- un reconocimiento interdisciplinario de los
do como una reacción contra un raciona- factores responsables del comportamiento an-
lismo lógico-jurídico, para el cual el con- tisocial y de la prognosis del caso, el clínico
cepto de delito había guardado interés ex- persigue la modificación de aspectos afecti-
clusivamente como entidad abstracta de vos, cognitivos, conativos, en el caso de los
análisis. La reacción lógica fue interesarse psicológicos; anatómicos o fisiológicos si ellos
por las personas envueltas en conflictos, a son orgánicos, así como los de orden social,
partir de los responsables. Es útil reiterar generalmente sugeridos por exceder las po-
aquí que la Escuela Positiva resultó favo- sibilidades de control, que puedan tener re-
recida por ese interés hacia el sujeto autor, lación con la etiología del comportamiento
en la coyuntura histórica favorable al de- delictivo. Esto tiene relación directa y sus-
sarrollo de las ciencias naturales y por su tancial con las conocidas nociones de readap-
espíritu independiente ante los compromi- tación, resocialización, rehabilitación del de-
sos de orden filosófico, que eran conside- lincuente a la vida social^'^ La segregación
rados de naturaleza "metafísica" por con- del sujeto criminal se asemeja a la del enfer-
traste con la positividad del saber científi- mo contagioso, para que se corrija gracias a
co demostrable. Como consecuencia de la intervención clínica o criminológica.
ello, todas las formas de criminología de Las ramas en que tradicionalmente se di-
tipo naturalista aspiran a tener el mismo vidió a la criminología fueron: la antropolo-
poder explicativo que la biología, la quí- gía, psicología, biología y sociología crimi-

59. En esta línea de pensamiento puede ubicarse al libro de Oldano, Iris: Criminología, agresividad y delin-
cuencia, Ad-Hoc, Buenos Aires, 1998.

76
Manual básico de Criminología

nales, sin perjuicio de muchas otras subdivi- crinología; por la última se intenta explicar
siones que, según se dijo, cayeron en desu- el comportamiento humano según proce-
so con el paso el tiempo (estadística moral, sos hormonales o según disfimciones de las
medicina de las pasiones, fisiognomía, fre- glándulas en relación con el sistema neuro-
nología, grafología, geografía, biotipología, vegativo. Se han hecho experimentos y me-
endocrinología criminales, etcétera). diciones tendientes a demostrar, por ejem-
Algunos autores han considerado heren- plo, la relación entre la testosterona y la
cia de la criminología clínica a especializa- criminalidad masculina y femenina, en es-
dones afines más modernas, como penolo- pecial en referencia a delitos violentos y
gía y victimología, y de ciencias auxiliares, sexuales. Di Tullio fue un gran sistematiza-
entre las que se encontrarían la estadística, dor de estos estudios, que hoy están muy
la medicina legal y la psiquiatría forense. relativizados, no sólo porque se desconoce
Aquí nos limitamos a reiterar que hay cinco el efecto de las drogas terapéuticas a largo
grandes grupos de explicaciones médico plazo, sino porque De Greef, Sheldon y
biológicas de la conducta delictiva: Glueck han relativizado el poder explicati-
vo de las endocrinopatías verificadas en ca-
a) la antropométrica, que se ocupa de te- sos particulares. El mundo hormonal es to-
mas de conformación física; davía un territorio desconocido, especialmen-
b) la tipológica, en particular las alusivas al te en sus conexiones con la psicología hu-
''tipo constitucional" del delincuente; mana. La cantidad de no delincuentes con
c) la endocrínológica, que intenta reducir trastornos idénticos a los sujetos bajo esa¡-
el comportamiento criminal a procesos dio es, por otra parte, muy alta. Las expe-
homionales o endocrinos (disfunciones riencias de laboratorio, como lo referente a
de las glándulas y el sistema neurovega- hormonas sintéticas, tampoco han alcanza-
tativo o el hipertiroidismo); do un estadio de total confiabilidad.
d) los estudios de factores hereditarios, que han En cuanto a la genética, se han llevado a
trabajado sobre tablas de descendencia en cabo famosos estudios de genealogías (he-
casos de famiHas excepcionales, buscando rencia), por ejemplo de gemelos y adopta-
ubicar la distribución de la criminalidad en dos, malformaciones cromosómicas y dis-
las generaciones sucesivas. También se ha funciones cerebrales. Estos estudios han
estudiado el factor hereditario en investi- dividido el campo clínico en tesis radicales,
gaciones sobre gemelos, por ejemplo uni- que pretenden reducir la explicación crimi-
vitelinos nacidos de padre delincuente; nal a lo biológico, y las moderadas, que li-
e) estudios sobre malformaciones cromosó- mitan el alcance explicativo a ciertos casos.
micas, basadas en el conteo del número Puede decirse que, hasta el día de hoy.
de cromosomas. Cada célula contiene 23 no se ha podido demostrar de modo con-
pares de cromosomas, uno de los cuales cluyente que exista una diferencia total
determina las características sexuales. XX de índole biológica, entre delincuentes ;,
es femenino y XY varón. no delincuentes. Muchos individuos por-
tadores de los rasgos clave no delinquen
Los desarrollos más modernos tienen lu- y viceversa. Hay un gran déficit empóico
gar en el campo de la genética y la endo- en el desarrollo de estas investigaciones. <pe

77
Carlos Alberto Elbert

suelen originarse en generalizaciones inde- un aspecto determinante que nada tiene que
bidas o de generalizar los hallazgos efec- ver con lo biológico.
tuados dentro de la población carcelaria. Ha En general, los programas de tipo tera-
habido largas discusiones sobre la correc- péutico-clínico han fracasado, del mismo
ción de los métodos aplicados y la falta de modo que los métodos de predicción y
grupos de control y se desconoce la inci- medición experimentados, y suelen fra-
dencia de estos factores en la población no casar también los diagnósticos preventi-
delincuente en general o no encarcelada. vos y de corrección.
Las tesis biológicas suelen olvidar la con- Esto hace que se hayan producido reac-
formación interpersonal y social del com- ciones en el campo clínico, reemplazándo-
portamiento humano, exagerando o sobre- se el sujeto encerrado en la institución y en
valorando la carga genética o hereditaria. la psiquiatría por formas de medicina más
Hay una fuerte tendencia médica a distin- abiertas hacia las relaciones dentro de la
guir entre "sano-enfermo" y "normal-anor- propia comunidad (la antipsiquiatría de
mal", haciendo distinto y enfermo al que Basaglia, psicología social, sanitarismo).
delinque y pretendiendo la normalidad de El Estado de Bienestar ha influido mu-
quien presuntamente no lo hace, que es sus- cho en la difusión de la idea terapéutica,
tancialmente falsa. En el plano político se ha incluso con acento social, ahora en cri-
destacado el peligro que entrañan las dife- sis, tras la euforia de los años setenta en
rencias reales o ficticias atribuidas a grupos torno al modelo.^°
humanos, o específicamente a minorías. El Bazelon, en un libro publicado en Chica-
racismo y la xenofobia se han alimentado go en 1973, decía que se culpa a una clase
tradicionalmente de estos fundamentos pre- delincuente de la violencia que genera la mis-
suntamente "científicos" para llevar adelante ma sociedad, y en consecuencia, todo se re-
políticas discriminatorias o de persecución. suelve mediante científicos que enseñan a la
El tema de la enfermedad y la cura se clase delincuente —como ratas de laborato-
expresa en las medidas de corrección y tra- rio— que deben adaptarse exitosamente al
tamiento, que pueden tornarse fácilmente laberinto social en que viven. Sería más ba-
en tremendas armas represivas, como el "tra- rato, afirmaba, emplear un inillar de psicólo-
tamiento clínico" de opositores descripto en gos para realizar esta tarea, que pagar cam-
Archipiélago Gulag. Todo esto sin perjuicio bios profundos en la estructura social.
del valor explicativo que puedan tener para Contra todos los pronósticos, resulta fre-
algunos hechos particulares por fuerte in- cuente que se publicite en los medios, con
fluencia biológica. Pero el crimen no se re- títulos espectaculares, el "descubrimiento" de
parte de modo homogéneo ni con indepen- algún proceso celular o cromosómico que
dencia de factores socioculturales, ni es un explica el crimen, la prostitución, la homose-
fenómeno independiente de la axiología, xualidad y otras conductas consideradas anó-

60. Característico de aquel momento es el libro de Hiide Kaufmann, Ejecución penal y terapia social, Depal-
ma, Buenos Aires, 1979. Una sátira formidable al niodelo clínico está expuesta en el famoso film de Stanley
Kubrick, La naranja mecánica, según el libro de Anthony Burgess.

78
Manual básico de Criminología

malas. Generalmente los hallazgos se basan Clínica Psiquiátrica del Depósito de Contra-
en estudios realizados sobre cadáveres de ase- ventores, y luego el Instituto de Criminologí-
sinos o violadores múltiples, con rasgos de a de la Penitenciaría Nacional, creado en
canibalismo o semejantes. Estos intentos so- 1907. Fue muy relevante también, para la
fisticados de reproducir a Lombroso no pasan difusión de los enfoques positivistas, la re-
de la espectacularidad, y suelen provenir de vista Archivos de psiquiatría y criminología
los Estados Unidos, un país muy peculiar en que fundó De Veyga en 1902 y dirigió tam-
materia de control del delito, que no ha ofre- bién Ingenieros hasta 1911. A través de esas
cido precisamente buenos ejemplos a lo lar- páginas. Ingenieros propone dividir la crimi-
go su praxis de la última centuria. nología en etiología criminal, clínica crimi-
En lo que se refiere a la Argentina, el nal y terapéutica criminal, haciendo prevale-
nacimiento mismo de la criminología tuvo cer el criterio psicológico sobre el somático
origen clínico. En Los hombres de presa Dra- o morfológico por entonces bastante en boga.
go documentó, en 1888, el nacimiento de El Instituto de Criminología, valga la reite-
la criminología, todavía sin emplear este ración, es considerado el primero en el mun-
nombre, pero haciendo arrancar en Despine do que se propuso el estudio científico de los
la obra de Lombroso, y señalando ya su condenados como medio para orientar el tra-
desarrollo por Eerri y Garófalo. tamiento para la readaptación, para lo que
El libro de Rosa del Olmo analiza en de- eran empleadas sistemáticamente las nocio-
talle el surgimiento de la criminología clínica nes de temibilidad, adaptabilidad y reforma-
en nuestro país, con predominio de la psi- bilidad del delincuente. La actividad de este
quiatría. Se señala, por ejemplo, que en 1889 instituto duró casi 30 años, y desapareció en
el Dr. Domingo Cabred asistió al II Congreso 1934, cuando se creó el Instituto de Clasifica-
de Antropología Criminal en París, y que era ción, obra que completó Osvaldo Loudet.
director del hospital psiquiátrico (hoy Bor- La enorme obra de la criminología clínica
da), donde se estudiaba a los delincuentes argentina se orientó a destacar la relación
alienados y se practicaban sus autopsias. El entre locura y delincuencia, atendiendo a los
Dr. Cabred, cabe recordar, es un de los peri- datos de salud mental para orientar la clasifi-
tos que se expidieron acerca de la imputabi- cación y el tratamiento. En la actualidad, los
lidad de Cayetano Santos Godino. El médico enfoques clínicos son sostenidos en nuestro
legista Francisco de Veyga, también visitante país por en las cátedras de medicina legal, y
asiduo a los grandes congresos internacio- en la formación penitenciaria, si bien con
nales, era titular de Medicina Legal en la Uni- proposiciones mucho más prudentes y rela-
versidad de Buenos Aires, y organizó, ya en tivas en su capacidad explicativa que las que
1897, un curso de antropología y sociología tuvo la poderosa criminología de comienzos
criiTiinal, habiendo tenido como discípulo a de siglo, perpetuada, sobre todo, en las obras
José Ingenieros. A cargo de éste quedó la de Ingenieros y Nerio Rojas.^^

61. Pueden verse, en el apéndice documental, las fichas de la Penitenciaría Nacional, para valorar
históricamente los métodos y sistemas clínicos de clasificación y prognosis.

79
Capítulo 7

El enfoque sociológico
Las explicaciones sociológicas del fenómeno criminal: la importancia de ia obra
de Sutherland. Asociación diferencial, subculturas. El funcionalismo, interaccionismo
simbólico. La anemia. Teoría del etiquetamiento. La teoría sistémica.

/. Sutherland y la asociación diferencial modo alguno significa desinterés por los


apasionantes desarrollos de la teoría socio-
Resulta caprichoso iniciar el desarrollo de lógica, tan relevante en la criminología de
las corrientes sociológicas de la criminolo- los últimos años.
gía a partir de la obra de Sutherland ya Los Estados Unidos ofrecen un fenóme-
que, por cierto, debería haberse expuesto no singular en el campo criminológico. En
el tema iniciándolo tal vez con Comte, ese país ha existido un tradicional predo-
Durkheim y el desarrollo positivista de la minio de la orientación sociológica en la
sociología. Prescindiremos, sin embargo, en criminología que se practica, supremacía que
esta ocasión, de un análisis de esa evolu- subsiste hasta hoy. Sin embargo, es intere-
ción particularizada, tomando contacto con sante consignar que el positivismo crimino-
la sociología como ciencia autónoma, di- lógico no tuvo, en Estados Unidos, ni el
rectamente tras la segunda guerra mundial, éxito ni la aceptación que alcanzó en Italia
limitando la información precursora de pre- o Argentina. Ello no quiere decir que no
guerra a la referencia a algunas de las teo- hayan existido teorizaciones etiológicas,
rías o investigaciones más interesantes de pero en modo alguno hegemónicas ni or-
ese período. ganizadas teóricamente con una pretensión
Debe quedar debidamente aclarado que explicativa comparable a la de la Escuela
el desarrollo de teorías e ideas que se hará Positiva. Por otra parte, esas ideas queda-
en este capítulo es una síntesis esquemática ron centradas en el campo de la medicina,
e incompleta de un panorama riquísimo y en particular en la temática endocrinológi-
lleno de particularismos y matices teóricos ca o en los estudios de cromosomas. No
que conviene profundizar en cada caso. Esta hubo, entonces, intentos exitosos de mez-
exposición se debe a las dificultades inevi- clar las explicaciones sociales con elemen-
tables para trasvasar en unas decenas de tos biológicos. En suma, en los Estados Uni-
páginas el desarrollo histórico de la socio- dos se estudia criminología en las univeisá-
logía a lectores no especializados y ello dades como campo especializado de los es^
explica el planteo esquemático, que en tudios sociológicos.
Carlos Alberto Elbert

La tradición criminológica argentina, y la cometidos por las más grandes corporacio-


de muchos países latinoamericanos, de raíz nes de Estados Unidos en los cincuenta años
europea, no tuvo contactos o influencias de precedentes, que obtuvo de registros ofi-
Norteamérica. Es curioso, también, que de- ciales. Este es el núcleo temátíco de la obra
biera producirse en primer lugar una "recep- y punto de partida de una revolución cien-
ción" de la criminología estadounidense en tífica, que superó concluyentemente el pa-
Europa, para que luego esas ideas tuviesen radigma explicativo etiológico cjue heme»
efecto en América Latina, lo que, por otra parte, expuesto en los capítulos anteriores.
no es tan curioso, si se toma como parámetro Posteriormente, la teorización de Suther-
nuestra larga histc^ria de copias acríticas de land sufrió ampliaciones, coirecciones, re-
instituciones c ideas de países centrales. cortes, etcétera, e incluso, en el momento
Una figura de gran interés para seguir la de la gestación era coincidente con formu-
evolución de las ideas sociológicas proce- laciones elaboradas en otros campos cientí-
dentes de la Unión en América Latina es la ficos, que se ocupaban del estudio de la
de Edwin Sutherland (1883-1950), quien formación y evolución de la conducta, con
ocupa un lugar trascendente en la sociolo- precedentes como el de Pavlov y sus refle-
gía estadounidense. En su país fue presi- jos condicionados, que luego evolucionaría
dente de la Sociedad Norteamericana de en corrientes como el conductismo de Skin-
Sociólogos y también una figura destacada ner. Importantes sociólogos como Mead,
por su obra de investigación. Curiosamen- Cressey y Glazer trabajaron junto a Suther-
te, su consagración definitiva se verificó tras land y los dos últimos serían más adelante,
su muerte, ya que la obra que nos interesa, autores de propuestas teóricas importantes
El delito de cuello blanco, apareció recién a partir de la asociación diferencial.
en 1949, poco antes de su desaparición.*'^ Debe recordarse el grado de desarrollo
El libro de Sutherland compila y actuali- de la sociedad norteamericana de posgue-
za material ya publicado en diversos artícu- rra, al momento de aparición de la obra. Los
los y debates, pero sistematizados de forma Estados Unidos habían salido favorecidos tras
que la obra de conjunto se transformó en la Segunda Guerra Mundial, trasformándose
un verdadero clásico. El trabajo es un desa- en la primera potencia mundial, contando
rrollo de la explicación de la "teoría de la con una clase media en plena expansión,
asociación diferencial", o sea, la búsqueda cuyos valores tendían a generalizarse a toda
de corroboración de una situación de he- la sociedad. Sutherland era un científico de
cho concreta, para una teoría eminente- clase media, preocupado por la evolución
mente sociológica.^' Ello llevó a Suther- de la social de su país, en algunos aspectos
land a investigar qué pasaba con los delitos que "no andaban bien todavía".

62. La traducción al casteiiano fue realizada por Rosa del Olmo, y publicada por Ediciones de la Universi-
dad Central de Venezuela, Caracas, 1969
63. Sobre la asociación diferencial pueden consultarse también Pavarini, Massimo: Control y dominación.
Siglo XXI, México, 1983, pp 120 y ss y Fucilo, Felipe Sociología del derecho, Editorial Universidad, Bue-
nos Aires, 1993, pp. 377 y ss

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Manual básico de Crirr -:caE

La obra es objetable metodológicamen- Esta hipótesis termina agotando su pc^


te, porque, como sucede con muchas in- der explicativo, porque se percibían con
vestigaciones sociológicas del norte, se facilidad numerosos fenómenos que no eran
basó en un material empírico pobre, con explicables mediante tal esquema. Por ejem-
observaciones plagadas de subjetividades, plo, las mujeres tenían una escasa repre-
poco universalizables, dada su directa re- sentatividad delictiva en las estadísticas, con
lación con una realidad específicamente independencia de que fuesen de clase me-
local. Sin embargo, la teoría posee una gran dia o alta. Si la falta de oportunidades era
eficacia, valiéndose del simple recurso do- determinante para las conductas delictivas,
cumental de analizar los registros de la jus- ello debía reflejarse también a nivel fami-
ticia, para ver la suerte corrida con los pro- liar, apareciendo en las estadísticas de cri-
cesos a los que llamó "de cuello blanco". minalidad infantil o juvenil, lo que, verda-
Las comprobaciones resultaron sorprenden- deramente, no ocurría. También se advertía
tes: casi todas las grandes empresas incurrían que los sociólogos que habían hecho estu-
en conductas delictivas, eran reincidentes en dios explicativos del crimen a través de la
ello, pero registraban un bajo índice de sen- miseria, ignorancia y privaciones de ciertos
tencias condenatorias específicamente crimi- sectores sociales, se habían valido siempre
nales por conductas como evasión impositi- de grupos específicos de la sociedad, gene-
va, transgresiones a las leyes de patentes, ralmente marginales o no integrados al
actividades monopólicas, etc. La razón era modelo hegemónico, como los negros, o
simple: o tales conductas no tenían sanción colectividades inmigrantes de rusos, italia-
penal, o las penas eran exclusivamente pe- nos, polacos o comunidades muy exóticas
cuniarias o administrativas, y discurrían por pero establecidas, como los chinos de San
procesos que, al igual que las reglamenta- Francisco. Era notorio que, contraponiendo
ciones, parecían estmcturados sólo para fa- sus estadísticas, no se obtenía la misma res-
vorecer a estos infractores. puesta en todos y cada uno de estos secto-
res. Así, los chinos, en oposición a los ita-
Según la definición de Sutherland, el de-
lianos o polacos, reflejaban una tasa de de-
lito de cuello blanco es "el delito cometido
lincuencia casi nula. También había comu-
por una persona de respetabilidad y status
nidades muy pobres en zonas de frontera
social alto, en el curso de su ocupación".
con tasas de criminalidad cero, demostran-
Recientemente se ha discutido mucho en
do que la situación de comunidades peque-
torno a esta definición, por las variaciones
ñas y alejadas de las grandes urbes tenían
a que puede conducir, quitándole o adicio-
distintos patrones de obediencia a la ley.
nándole elementos. Lo cierto es que, hasta
ese momento, la sociología norteamericana Sutherland no fue una excepción en
venía insistiendo en la explicación simplis- cuanto al escepticismo que despertaban es-
ta de que el delito se generaba o predispo- tos resultados, y a la necesidad de encon-
nía si el medio tenía una problemática so- trar una explicación teórica más generaliza-
cial negativa. Los pobres, con menos recur- ble y eficaz. Por ello se preguntó lo obi.":-:.-
sos y chances sociales debían estar, según "¿qué pasa con los ricos?" En busca de res-
esa visión generalizada, más expuestos a puestas, se concentró en un segmente zi.'Z'f
delinquir que los "integrados". poderoso, cual eran los ejecutivos c c c
Carlos Alberto Elbert

poder de decisión en las grandes empresas acuerdos con el fiscal, que no dejaban an-
norteamericanas, los grandes consorcios tecedentes registrados; en suma, una serie
mundialmente hegemónicos, por aquel en- de particularidades que no se podían en-
tonces de capital nacional. contrar en los procesos ordinarios poi deli-
Cuando los juristas leen a Sutheriand, de- tos menoies. En los procesos de empresas,
ben hacerlo con una serie de resei-vas que los acusados no debían enfrentarse cara a
hacen más comprensible su pensamiento. cara con los jueces, smo que se apelaba a
En primer lugar, no razonaba como aboga- arreglos entre los abogados de la empresa
do, sino como sociólogo, y por ende, no se y los fiscales. La responsabilidad de los gran-
valía de una noción dogmática y legal de des gmpos, cuando era atribuida, tenía ca-
conducta delictiva, sino que, lisa y llana- rácter administrativo o pecuniario, y carecía
mente, construyó un concepto para su es- de publicidad estigmatizante. No daban lu-
tudio, con prescindencia de que las con- gar a consecuencias sociales desfavorables,
ductas elegidas estuviesen tipificadas o no porque los desvíos se podían resolver des-
en algún código penal. Las peculiaridades pidiendo o trasladando a los funcionarios
del sistema legal estadounidense alejan to- responsables de la irregularidad. Sutheriand
davía más su percepción de la que tendría comprobó, sin embargo, que los responsa-
un penalista de nuestras latitudes; así, Suther- bles reales de muchas maniobras delictivas
iand considera que delito es una conducta eran, ciertamente, los directivos de las em-
que reúne determinados parámetros de le- presas, pero que ellos no consideraban dis-
sividad social, por lo que los grandes nego- valiosas sus maniobras ilegales, sino más
ciados, las estafas en la calidad de los pro- bien una especie de astucia comercial o
ductos, la violación de las leyes antimono- habilidad empresaria imprescindibles para
pólicas, la evasión impositiva, las falseda- lograr los objetivos comerciales. En una
des contables, los acuerdos de dumpingten- nación como los Estados Unidos, en la que
dientes a subir o bajar artificialmente los desde su organización política las empresas
precios, la falsa propaganda, la competen- privadas protagonizaron el progreso nacio-
cia desleal, el holding de empresas, etc., no nal, era fácil afirmar que no se les debían
obstante ser conductas que no siempre co- oponer obstáculos, porque eran el motor
incidían con algún tipo penal rígido, eran de la economía. En conclusión, las triqui-
delictivas, por su potencial de dañosidad ñuelas empresarias empujaban, de cual-
social, porque tendían a perjudicar a otros quier forma, al beneficio común. Con ar-
para lograr el propio beneficio. gumentos parecidos se justifica histórica-
mente el contrabando en Argentina y Uru-
Los delitos de cuello blanco eran con- guay, porque en la época de la colonia
ductas de gran magnitud económica y que muchos de nuestros arquetipos, patricios
afectaban una cantidad indeterminada de y comerciantes eran contrabandistas, por-
personas, potencialmente numerosa, pese Cjue lo imponían las obtusas legislaciones
a lo cual no surgían en la superficie ni pare- coloniales, obstructoras del libre comercio.
cían causar conmoción social. Por el con- El dolo de los delitos de cuello blanco
trario, era visible que discurrían por fueros era considerado, entonces, en el entorno
y procedimientos especiales, que permi- cultural empresario, más bien un mérito que
tían resolver conflictos sin juicio, mediante
Manual básico de Criminología

una mácula, conformando una concepción grupúsculos marginales y refractarios a los


subcultural de poderosos. De allí deduce valores. La ley, ciertamente, no era igual para
Sutherland que el comportamiento y los va- todos, y la posición de poder de los grupos
lores se aprenden en el curso de la \'ida sociales era decisiva para que progresaran,
social y se expresan en sistemas de trab;ijo, lo que se reflejaba también en el modo en
ideas y modos de relación comunes. que eran sancionados. Porprimera vez, una
El objetivo de Sutherland apuntaba rnás teoría explicativa delfenómeno criminal no
lo psicosocial que a lo político o económi- es de origen etiológico. La sociología propor-
co; no ponía en duda la legitimidad de la ciona, con la asociación diferencial, una ex-
sociedad capitalista ni tampoco a los mo- plicación de valor omnicomprensivo, macro-
nopolios, ni se molestaba por las conse- social del fenómeno delictivo. Se desmoro-
cuencias sociales producidas por la cc)ni- na, como consecuencia, el mito del delito
petitividad de los consorcios. Él se conten- factorial por pobreza o ignorancia o condi-
taba con dar por probada la asociación di- cionamientos biológicos, que tanta acepta-
ferencial, que es una "asociación de dife- ción habían alcanzado.
rentes", en este caso, de personas que es- Las ideas de Sutherland venían madu-
tán más alejadas del cumplimiento de la rando en el seno de la prolífica sociología
norma, y que tienden a identificarse valo- criminal estadounidense, pero tuvieron efec-
rando positivmnente su incumplimiento. to internacional tardío por circunstancias
Esta asociación predispone a los individuos como la Segunda Guerra Mundial y el des-
participantes a violar la ley, porque consti- interés de la sociología predominante en
tuye un alejamiento de quienes ven la vio- Norteamérica por el paradigma etiológico
lación como disfuncional y una aproxima- dominante en el resto de occidente. Lo cier-
ción a aquellos que la ven como positiva; to, es que El delito de cuello blanco abrió
así se predispone la generalización de ta- compuertas mucho más vastas de lo que
les conductas en ese sector. En consecuen- imaginó el propio autor. También puede
cia, la operatoria ilícita de las actividades percibirse que este trabajo deja esbozada
económicas se aprende, no sólo porque es una idea acerca de lo que hoy conocemos
enseñada, y se estimula su imitación, sino como intereses difusos, o sea, los intereses
también porque es precondición para po- legítimos afectados por hechos que perju-
der obtener trabajo en ciertos puestos u dican a la humanidad o a la comunidad
organizaciones. indiscriminadamente, por la importancia
Es evidente que estas ideas ponen en des- de los bienes en juego, la cantidad de
cubierto las aportas del paradigma etioló- perjudicados, su anonimidad, la magnitud
gico, y su cortedad de miras al haberse con- económica y, muchas veces, la irreparabi-
centrado en el delito y el delincuente, como lidad del mal.
categorías dadas. En primer lugar, empieza A partir de la obra comentada, las bases
a advertirse que no existen sociedades con- de la criminología establecida comenzaron
sensúales, de pensamiento y valores uni- a cambiar inconteniblemente. Se habían
formes, sino que en la sociedad hay grupos desmitificado pilares esenciales del derecho
distintos, incluso en oposición, cuya refe- penal y la criminología tradicional: queda-
rencia al delito es general, y no privativa de ba acreditado que la sociedad no funcionaba

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Carlos Alberto Elbert

consensual ni igualitariamente, porque la ley al estado de inocencia epistemológica actual,


no alcanzaba a todos los sectores por igual; donde la desnudez sólo parece ocultable
que el problema básico de la conducta de- detrás de la sociología del control, con el
lincuente no radicaba ni en la enfermedad alcance que se le quiera dar.
ni en la autodeterminación, sino en la for- La sociología norteamericana se caracte-
ma de estructurar y actuar el derecho; que riza, como su cultura de origen, por su acen-
los bienes jurídicos tutelados no eran nece- drado pragmatismo, que a los juristas for-
sariamente ¡os más importantes, que el de- mados en la tradición penal romano ger-
recho penal perdía su carácter de moral mánica nos cuesta enormemente asimilar.
social igualitaria, que el bien y el mal eran La dogmática penal establece, consciente o
más ubicuos de lo imaginado, etc.; tampo- inconscientemente, una sacralización de tex-
co las reacciones penales funcionaban de tos e interpretaciones de los que resulta di-
igual modo para todos, ni podían explicar- fícil salir, para no perder la lógica sistemáti-
se por propósitos resocializadores, etc. Y ca de análisis. La mentalidad de los sociólo-
como corolario notable, se sacaba la expli- gos y del pueblo norteamericano, operan,
cación del fenómeno criminal de las manos por el contrario, con la practicidad anglo-
de penalistas, alienistas, biólogos, psicólo- sajona de aprovechar cualquier hallazgo si
gos, para depositarla en las de los sociólo- es útil, sin mayores consideraciones. La li-
gos, quienes se lanzarían a sumar teoriza- bertad y hasta la ingenuidad con que los
ciones que corrieron completamente el te- sociólogos del norte formulan sus teoriza-
lón, demostrando poseer un alcance expli- ciones simples y lineales son llamativas.
cativo que además de vasto, era fundado y Sutherland demuestra indiferencia por la vía
demostrable. de acceso jurídica al fenómeno investiga-
La irrupción sociológica hizo blanco en do, casi expresando que es superfluo in-
el punto más sensitivo de toda explica- vestigar el crimen a partir de la persona de
ción criminológica anterior, al desnudar quien fue definido como criminal, para sa-
cómo daba por presupuesta la legitimidad ber que lo es. El crimen, por el contrario,
y justicia del derecho penal vigente, omi- está en todas las relaciones de la sociedad,
tiendo analizar sus estructuras y funcio- y no en la letra de la ley o su aplicación.
namiento real De pronto, el derecho pe- Formula con sencillez elemental un enfo-
nal fue reducido a la esencia de mera he- que de la realidad que para los positivis-
rramienta de control en manos no indife- tas hubiera resultado un terremoto. Suther-
rentes ni neutras a intereses y valores egoís- land expresa también las peculiaridades
tas. Aquello que la criminología venía to- científicas anglosajonas, cuando afirma que
mando por objeto, o sea el delito y el delin- no obstante algunos errores, los déficits
cuente, pasaban a ser definiciones y defini- empíricos y el carácter provisional de mu-
dos. Saltaba a la vista que el derecho penal chos de sus hallazgos, no tiene duda de
(disciplina normativa) estaba fijando el ob- que ha formulado una argumentación nue-
jeto a otra que no lo era, o por lo menos no va, apta para confirmar su tesis de la aso-
debía serlo. En consecuencia, el espejismo ciación diferencial como explicación de
de una ciencia autónoma, con un objeto algunas conductas desde el plano socioló-
propio, se esfumó, haciéndonos retroceder gico; también, que era la más efectiva de

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Manual bas!co de Criminología

que se disponía en ese momento para ex- das de delincuentes juveniles, y creyó
plicar el fenómeno delictivo. Tenía razón, advertir que sus integrantes se cohesiona-
al menos en el sentido que Popper asigna- ban por valores y creencias propios, que
ba al conocimiento científico, priorizando se generan por el trato entre jóvenes que
la utilidad de la ciencia más que su capaci- están en situación similar. La subcultura
dad de verdad. soluciona, afirmaba, problemas de adap-
tación que no resuelve ¡a cultura domi-
//. Las teorías subculturales nante. La noción de subcultura ha tenido
mucha utilidad, permitiendo romper con
Cuando se repasa la evolución de la so- la idea del monolitismo social y de la ho-
ciología norteamei-icana es inevitable remi- mogeneidad de los valores en la coexis-
tir a la obra de la Escuela de Chicago, famo- tencia social. Los subculturalistas se intro-
sa por el desarrollo de enfoques llamados dujeron en los grupos sociales que estu-
funcionalistas, o teorías socioestructuraies diaban y realizaron prolijas observaciones,
del comportamiento desviado. Los nume- negando que los marginales actúen por
rosos sociólogos —todos ellos muy relevan- anomia. No carecen de normas, dicen, sino
tes— que colaboraron con el desarrollo de que poseen normas propias, por lo C|ue
la escuela, tenían experiencia práctica en el debe interpretárseles con parámetros nor-
campo social, y procuraban, con sus teori- mativos diferentes a los del resto de la
zaciones, obtener respuestas a diversos pro- sociedad. Los jóvenes se asocian con quie-
blemas sociales concretos, como la delin- nes estén más cerca de la violación de las
cuencia juvenil, las bandas y los de grupos normas, alejándose de los que están cer-
inmigrantes, por ejemplo. Sobre la base de ca de cumplirla, lo que, como vimos an-
investigaciones de comunidades, Robert tes, también acontece en referencia al de-
Park y Ernest Burgess desarrollaron una so- lito de cuello blanco.
ciología de los grandes centros urbanos, de La idea subcultural ha tenido mucha apli-
la que también partió Sutherland, y que cación en los estudios penitenciarios, don-
generó numerosos enfoques analíticos, de las subculturas representan una opción
muchos de ellos, a diferencia de la asocia- entre vida o muerte, con sus mecanismos
ción diferencial, de menor alcance, como de agresiones entre presos y carceleros (las
las teorías subculturales. Estas teorías en- delaciones, los deberes de complicidad y
tienden que subcultura es un sistema so- silencio, etc.). Hoy sabemos que la situa-
cial con valores propios, que se expresa ción interna de una prisión es incomprensi-
también con normas y símbolos origina- ble SI no se la interpreta tomando en cuen-
les. En general, las subculturas están en ta los valores subculturales de sus distintos
una posición de enfrentamiento con la cul- actores, sectores y secciones, salvo que nos
tura predominante, pero también pueden conformemos con la versión oficial.
tener amplias coincidencias con ella. Co-
Veremos ahora, esquemáticamente, dis-
hén es el representante más notorio de
tintas teorías sociológicas difíciles de ex-
esta explicación, que sostenía que los va-
poner y tratar por separado, ya que, ade-
lores de la clase media son siempre los
más de haber sido muchas veces coetáneas,
dominantes. Cohén estudió diversas ban-
tienen un alto grado de entrecruzamienio

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Carlos Alberto Elbert

e influencia recíproca. Para dar una idea ha sido perturbado por conflictos o dis-
del alcance que tiene esa imbricación, es junciones, tendencia que se expresa en la
interesante transcribir este párrafo de un mayor parte de las consideraciones (si no
analista de las teorías sociológicas de la cri- en todas) que hacen los autores enrolados
minalidad: en ella, respecto del derecho^''

La conexión entre el interaccionismo sim- Talcott Parsons (1902-1979) fue el más


bólico y el labeling approach, por un lado, importante teórico del funcionalismo, y su
y la del labeling approach y la posición obra es considerada como uno de los gran-
teórico-científica de lafenomenología por des momentos teóricos de la sociología.
el otro, se refleja en una combinación de Cabe aclarar que Merton, con su concep-
interaccionismo simbólico y fenomeno- ción de la "anomia" es un precursor de la
logía, que entró en la literatura como producción parsoniana. Parsons tenía como
etnometodología, en la forma de un preocupación central el problema del man-
concepto metódico^^ tenimiento del orden social, y sus teorías
son esencialmente conservadoras. Desacra-
III. El estructural-funcionalismo liza al derecho, relacionando el orden jurí-
dico con la vida social y la ética. Es quien
Se denomina así a un conjunto de teo- estableció las nociones de "control social" y
rías sociológicas que, en realidad, no tie- "conducta desviada".
nen unidad teórica o una coherencia inter- Las teorías estructural-funcionalistas se
na recíproca. Fucito las explica de este ocupan, entonces, de las funciones de los
modo: elementos estructurales en el interior de
los sistemas sociales. No es inevitable que
El amplio campo de teorías sociológicas cada análisis de estructuras sea funciona-
llamadas funcionales, parten del supues- lista, ni todas las unidades del análisis fun-
to de que la sociedad es un conjunto de cionalista son denominadas elementos es-
partes ajustadas y mutuamente depen- tructurales. El nombre alude más bien a la
dientes y aceptan esta idea como un pos- hipótesis de que todos los elementos estruc-
tulado. A partir de allí tratan de determi- turales lleguen a ser unidades del análisis
nar cuáles son las partes o subsistemas funcionalista, y la comprobación de estruc-
que cumplen funciones dentro de la so- turas es parte de la explicación de los siste-
ciedad, es decir, que aportan para el man- mas sociales, por lo que necesita, inevitable-
tenimiento de un supuesto equilibrio La mente, del complemento del análisis funcio-
idea genérica implica una tendencia con- nalista. Dentro de este rótulo de "estructural
servadora, en cuanto presupone el siste- funcionalismo", se incluye a numerosas teo-
ma y postula un regreso al equilibrio, si rías que individualmente consideradas han

64. Lamnek, Siegfned. Teorías de la críminalidad, Siglo XXI, México, 1987, p


65 Op cit. p 265

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Manual básico de Criminología

tenido importante relevancia sociológica, y progreso basada en el consenso que impli-


como los desaiTollos más modernos de la ca la comunicación (idea actualmente reto-
anomia y las teorías del etiquetamiento mada por Habermas) para el autocontrol de
(Labeling approach). Tanto en los precurso- la persona. A diferencia del positivismo y el
res remotos (Spencer), como en Parsons y funcionalismo, esta corriente cuestiona la ob-
los ftmcionalistas que le sucedieron, resalta jetividad del conocimiento, aún cuando si-
un esfuerzo por demostrar que los motivos gue valiéndose del mismo modelo de una
del comportamiento humano no son sólo psí- sociedad armónica y absoluta. Tiende a des-
quicos, smo que también están socialmente conocer la existencia de clases y grupos so-
condicionados o influidos. Las críticas más ciales, de poder, etc. En realidad, la gran tras-
importantes que se han dirigido a estas teo- cendencia criminológica de esta teoría se al-
rías les reprochan su abstracción, ahistorici- canza través de teorías que parten de ella:
dad y su apoyatura en recortes de una reali- las de la reacción social y del etiquetamien-
dad mucho más compleja. También se seña- to. Otros aportes de importancia para el de-
la que con estas construcciones es imposible sarrollo de este enfoque fueron los de Blu-
concebir la existencia de cambios sociales, mer, Kuhn, Goffman, Cooley, y Thomas, se-
porque se concentran sólo en los factores gún las variaciones o enfoques alternativos
que producen estabilidad, mientras que las que fueron surgiendo del tronco común.^'^
sociedades encieiTan contradicciones, deses-
tabilizaciones, conflictos y relaciones de po- V. La anomia
der que, para las teorías del conflicto, por
ejemplo, son característicos de las socieda- Esta teoría se origina en Emile Durkheim
des capitalistas. (1858-1917), quien concibió la idea de "a-
nomia" como un "estado de desintegración",
IV. El interaccionismo simbólico originado en los obstáculos de la división
del trabajo, que dificulta la comunicación
Con origen en una obra de comienzos directa entre miembros de un proyecto co-
de siglo de Georg Mead, esta teoría concibe mún; la anomia es, en consecuencia, lo con-
al individuo como activo frente al ambiente, trario a la "solidaridad orgánica", un con-
al que contribuye a moldear, mediante di- cepto central de Durkheim en su explica-
versos recursos. La comunicación resulta fun- ción de la sociedad. Más adelante, en 1938,
damental, y se vale de símbolos y signos Robert Merton intentó desarrollar una teoría
como el lenguaje, para interpretarla. Es una general del comportamiento desviado y teo-
teoría de la significación, conforme a la que rizó sobre valores y normas confrontándolos
los seres humanos buscan cosas según el sig- con los medios institucionalizados de que
nificado que tienen para ellos, en medio de disponen los individuos para alcanzar las me-
la constante interacción social. El interaccio- tas sociales. La estructura social actúa obsta-
nismo simbólico plantea una idea de orden culizando o fomentando las expectativas de

66. El tema puede ampliarse. Véase Bustos, Juan- E¡ pensamiento criminológico I, Ediciones Península,
Barcelona, 1963, p 39.

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Carlos Alberto Elhert

esos individuos, y si las estructuras cultura- por parte de otros. El desviado es una perso-
les y sociales están mal integradas, se produ- na a quien el etiquetamiento le ha sido apli-
ce una tendencia al derrumbe de las nor- cado con éxito, por lo que el comportamiento
mas, a la carencia de ellas, por lo que mu- desviado es el que se etiqueta como tal. Bec-
chas personas pueden tener la tendencia a ker analizó los mecanismos sociales de es-
buscar las metas por fuera de lo establecido. tigmatización, que consolidan los status y de-
La anomia es el quiebre de la estructura cul- terminan "carreras" criminales. (Recordar lo
tural, que se produce por la asimetría entre expuesto en el capítulo primero sobre los
las normas y objetivos culturales y las capa- mecanismos sociales estigmatizantes, los
cidades de las personas para actuar de acuer- estereotipos, el chivo expiatorio, etcétera).
do con aquellas y alcanzar sus objetivos. En Como dice Rüther, para este enfoque, "no
esa ruptura está, para Merton, la causa de las hay criminalidad como existe un trozo de
conductas desviadas. Los sujetos se adaptan hierro, pues éste se presenta como un obje-
como pueden a las situaciones de anomia, to físico independiente de la valoi'ación y
mediante ciertos mecanismos que define descripción que los humanos le pueden dar.
como de conformidad, innovación, ritualis- Como tal, ese hierro no se transforma, aun
mo, retraimiento y rebelión. Posteriormente, cuando se alterara su misma valoración y
el mismo Merton modificó sus postulados, descripción. La criminalidad, en cambio,
luego criticados y nuevamente modificados existe preponderantemente en los presu-
por Cloward y Ohlin. Lo cierto es que la puestos normativos y valorativos de los
noción de anomia ha sido aprovechada por miembros de la sociedad [...] La criminali-
muchas disciplinas, como la filosofía o el de- dad que realmente existe en una sociedad
recho, y ha dado lugar a extensos debates es aquella cuya imagen puede ser transpor-
en el seno de la sociología. Es un concepto tada a la realidad en virtud de una fijación
clásico como podría serlo en psicología el concreta (establecimiento) y aplicación (im-
de "inconsciente" o el de "tipicidad" en de- posición) de normas","^^
recho penal. Dentro de la teorización inter-
Este autor recuerda el famoso "teorema de
accionista simbólica, descuella el "enfoque
Thomas", según el cual, "si se definen ciertas
lahelling que veremos a continuación.
situaciones como reales, serán reales en sus
consecuencias"; algo semejante al planteo de
W. La teoría del etiquetamiento García Márquez en Crónica de una muerte
anunciada: si se insiste en que algo puede
Los principales referentes del enfoque ocurrir, finalmente mucha gente lo toma en
"Labeling" son Lemert y Becker. El segundo serio y reacciona colno si el suceso hubiere
sostuvo que la desviación no es una cuali- acontecido, o lo desencadena. Es el fenóme-
dad del acto ejecutado por una persona, sino no que se verifica con las llamadas "corridas
una consecuencia de la aplicación de nor- cambiarías" o en el "síndrome del viernes
mas y sanciones a un llamado "delincuente" negro", cuando todos los ahorristas, por

67. Rüther, Werner: "La criminalidad (o 'el delincuente') a través de las definiciones sociales (o etiqueta-
miento)", en Doctrina Penal, 1978, p 749.

-9.0
Manual básico de Criminología

temor y sin acuerdo previo, retiran repentina- los grupos con mayor poder establecen
mente sus ahorros de los institutos de crédito, normas que les favorecen, perjudicando
haciendo quebrar, realmente, a la banca. más a otros, que, aún siendo mayoritarios,
De modo parecido, un niño con malos tienen menos o ningún poder social. Por
antecedentes escolares, que luego es lo tanto, la existencia de una criminalidad
internado en un reformatorio y finalmente es necesaria para el mantenimiento de las
detenido por un delito, habría caído en esa relaciones de poder establecidas. Cabe re-
situación como consecuencia del proceso cordar que Durkheim había causado gran
de etiquetamiento que le predisponía y con- conmoción, cuando afirmó que el delito
ducía a alcanzar el rol delincuencial que le es un fenómeno típico de una sociedad
será asignado fatalmente. sana, que necesita de una cierta propor-
Si el sujeto asume el rol atribuido ("de- ción de delito para legitimarse, siempre que
lincuente") puede llegar a hacer un ejerci- esa cantidad permanezca constante en cier-
cio habitual el cometer delitos, con lo que tos límites; lo enfermo sería, en consecuen-
habrá iniciado una carrera criminal. Merton cia, una sociedad sin delito.
también publicó, en 1957 un libro que lle- En cuanto al proceso de transformación
vaba por título The self-fulfilling prophecy individual en delincuente, los mayores teó-
(^Laprofecía que se autorrealizd), en el cual ricos de ese aspecto fueron Becker y Le-
desarrollaba un principio parecido al teore- mert, con explicaciones características del
ma de Thomas, por el cual la previsión de interaccionismo simbólico, según las cua-
un hecho hace que todos condicionen sus les, como ya se dijo, los sujetos en interac-
comportamientos a la eventualidad de que ción se valen de símbolos para relacionar-
ocurra, logrando que se produzca el efecto se recíprocamente. De este modo, "produ-
sin que exista la causa. cen iguales definiciones" de cada situación
Esta teoría dirige su interés a la gesta- que van experimentando. Ese caudal cul-
ción de normas, por ser el primer paso en tural de definiciones es adquirido por
los procesos de etiquetamiento: establecer aprendizaje, a lo largo de la vida, durante
una definición (ley vigente) que estipula las la cual formamos nuestras personalidades
condiciones que debe reunir una conducta bajo la influencia educativa de los padres,
para ser delito. Luego sigue el proceso de la escuela, la familia, etc. Esto implica que
aplicación, que es la atribución a un sujeto las personas son entrenadas en la atribu-
del carácter de delincuente. Complementan- ción de roles a los demás, y se acostum-
do el juego de los dos procesos anteriores, bran a relacionarse valiéndose de los roles
también intervienen agentes que interactúan atribuidos. Es aquí donde, tal como vimos,
con el sujeto, y lo etiquetan como criminal, ocupan su lugar los prejuicios y los este-
incluso antes de que una sentencia le im- reotipos. La atribución de condiciones ne-
ponga una definición oficial. gativas conduce, finalmente a la estigmati-
Si se recuerda lo dicho respecto al deli- zación ("tanto va el cántaro a la fuente,
to de cuello blanco, puede reiterarse que que al final se rompe", "dime con quién
las normas son resultado de los conflictos andas y te diré quién eres", "la cara es el
y relaciones de poder que se desarrollan espejo del alma", "el que mal anda, mal
en la sociedad, y que, en consecuencia, acaba", etcétera).

91
Carlos Alberto Elben

Llegar a ser estigmatizado como delin- nes jurídicos y otros temas. Conocida dentro
cuente implica recibir un status social nega- de! derecho como fimcionalismo sistémico,
tivo, que condiciona y limita las posibilida- tiene su principal referente en el sociólogo
des futuras de desempeño de la persona, alemán Niklas Luhmann, quien entiende el
forzándola muchas veces a aceptar el rol, a orden jurídico como estRictura del sistema
conformarse e incluso enorgullecerse de él social apoyada en la generalización de ex-
y asumir la personalidad que se le asignó, pectativas de comportamiento. Es una teoría
iniciando una carrera criminal. de sistemas que resalta la positividad de del
Como vemos, se trata de una teoría social derecho, dentro del cual las normas son com-
de la criminalidad, donde el sujeto es afecta- portamientos esperados por su aptitud para
do, pero no afecta. El poder definicional apa- estabilizar al sistema mismo. Por supuesto
rece como todopoderoso y fatal, lo que cons- que, al igual que en el precursor Parsons, el
tituye una de las críticas que se le han dirigi- consenso social es dado por hecho de la exis-
do. También se le objeta que en todas las tencia de una instimcionalidad, y afirmado
sociedades hay definiciones que gozan de en ella. El derecho penal es una herramienta
consensos muy altos, o todo lo contrario; que esencial de estabilidad social y por ende debe
hay comportamientos criminales sin que in- ser también fortalecido. Luhmann publicó en
teivengan las instancias del control; que la 1974 el libro Sistema jurídico y dogmática
desigualdad está presente en todos los as- jurídica, que estableció sus puntos de vista,
pectos de la sociedad, etc. Esta última obje- notoriamente adoptados en el derecho pe-
ción encierra, en gran medida, el eje crítico nal alemán por Günther Jakobs.^®
de los sociólogos de izquierda, que produje- Habermas ha criticado la teoría de los sis-
ron la recepción europea de este enfoque, temas sociales como manifestación tecnocrá-
complementándola con teorías sociales que tíca que pemiite reducir aspectos fundamen-
condujeron a la aparición de la criminología tales de la sociedad a cuestiones prácticas o
crítica. Este aspecto del proceso de evolu- técnicas, sustrayéndolas al debate social. El
ción teórica a partir del etiquetamiento, lo funcionalismo sería, para Habermas, una teo-
veremos en el capítulo siguiente. ría que se establece en las sociedades capi-
talistas más modernas, y por ende, constitui-
Vil. La teoría sistémica ría una interpretación tecnocrática de la so-
ciedad que ofrece un programa de estabili-
La tendencia sistémica tiene particular in- zación política y económica orientado a la
terés por la importancia que adquirió dentro solución de sus cuestiones específicas. Tam-
del campo del derecho penal, como funda- bién Baratta ha dirigido fuertes ataques a estos
mento sociológico del ilícito, la pena, los bie- enfoques, desde la criminología crítica."^^

68 En castellano puede consultarse también Ilustración sociológica, Sur, Buenos Aires, 1973. En cuanto a
las Ideas de Ja¡<obs, han sido minuciosamente analizadas por Sancinetti, Marcelo, en su trabajo Funda-
mentación subjetiva del ilícito y desistimiento de la tentativa, Temis, Bogotá, 1995.
69. Baratta, Alessandro. "Integración-prevención: una nueva fundamentación de la pena dentro de la teoría
sistémica", en revista Capítulo Criminológico, N- 15, Maracaibo, 1987, repoducido en otras publicaciones
latinoamericanas.

92
Capítulo 8

La sociología crítica
Sociología critica la Escuela de Francfoit Sociología del conflicto La interpretación
marxista del conflicto El socialismo real y la Criminología critica y radical de ios países
capitalistas Los nuevos realistas Criminología critica en America Latina La búsqueda
de una teoría critica del control social autores y propuestas

/ La Escuela de Francfort en el medio académico La peisona pioví


dencí il fue Félix Weil, cu}a biografía no
La comente de tribijo e investigation cien puede dcjai de conmocionainos, por cuan-
tifie i asi denominada, reunió en su seno a to 1 través de ella podemos rastieai el ori-
una cantidad sorpiendente de relevantes fi- gen de esta escuela en la Aií^entma Es que
guias del mundo mtelecaial alemán de en I elix Wcil ciccio en Buenos Aires como
tregueiras, entie los cjuc se coniaion filoso consecuencia de que su padie, Heimann
fos, sociólogos politologos e mvestigadoies Weil fue en\iado en 1890 a Aigentma cuan-
de diversas ciencias sociales, algunas de las do contaba 22 años como empleado de una
cuales se encontiaban en ese momento en gian fuma exportadoia de ceieales, con sede
pleno desanoUo tcóuco como la psicología en Amsteidam Su especializacion le permi-
Los nombres mas importantes que pueden tió mstaljise poi su cuenta ya en 1898, trans-
citarse de aquel inolvidable equipo mtelec formando en poco tiempo su firma en una
tual son Iheodor Adorno iWiescngnmd de de las mas glandes de la Argentina y del
apellido paterno) Max Horkheimer Eiich mundo La empresa, conducida poi Weil
Fromm, Walter Benjamín I eo Loewenthal y padre y dos de sus heimanos facturaba
Herbeit Marcase anualmente millones de pesos y enuquecio
Como toda histoiía, esta aventura inte fabulosamente a la familia Justamente en
lectual tuvo un comienzo bastante soipren 1898 nació en Buenos Aiies Félix el futu
dente, a través de la iniciativa de un mece- ro mecenas de la Escuela de Francfort Pos
nas que reuma en sí las caicterísticas gené- teriormente su pidie sufiio una parálisis
ricas de este grupo intelectual judio ale ptogresi\ i, pai i tuyo ti atamiento la fami-
man, de familia muy acomodad i y heiede li 1 decidió ladicaise en Alemania, preci-
ro de una foituna que mviitio en sus con- samente en Francfoit, coiazon del comer-
vicciones intelectuales Ademas, el marxis cio alemán y de la comunidad judío-ale-
mo, adoptado como heiramienta ideológica mana mas rica e integrada en esa sociedad.
de explicación y cambio social, promovida Weil padre continuo con sus actividades

93
Carlos Alberto Elbert

comerciales, ampliándolas a los rubros co- un ala izquierda dominante, ocupada


mercio de carnes y especulación inmobili:i- constantemente en preparar la revolución,
ria, con lo que acrecentó aún más la rique- que Lenín había creído más inminente allí
za de la familia, hasta su muerte en 1927. que en Rusia. De todos modos, la más im-
Weil padre colaboró activamente con el portante preocupación de Félix Weil se fue
imperio alemán durante la Primera Guerra centrando en la posibilidad de enseñar e
Mundial, y sus informes sobre el comercio investigar el materialismo científico en al-
internacional de granos impulsaron al Kai- guna universidad, aspecto difícil por la es-
ser a promover la guerra submarina contra casez de docentes o corrientes de izquierda
los cargueros de la Entente. La Argentina en las casas de estudio alemanas. El nom-
mantuvo sus lazos de amistad con Alemíi- bramiento de Albert Gerlach, en 1922, como
nia durante el conflicto, y terminado el mis- profesor de economía en Francfort, abrió el
mo, Weil padre retomó sus relaciones co- camino para la creación de un instituto de
merciales con la Argentina, con mayor éxi- investigación del socialismo. Gerlach era so-
to aún que antes de la guerra. Semejante cialdemócrata y amigo de Weil y como él,
riqueza hizo que Weil padre se transforma- procedente de una familia de fortuna.
ra en un benefactor de la Universidad de El modelo parecía ser el del Instiaito
Francfort y de diversas instituciones de be- Marx-Engels, creado en Moscú tras la revo-
neficencia, recibiendo en la primera el títu- lución. Francfort tenía la segunda comuni-
lo de Doctor Honorario en ciencias econó- dad judía en importancia tras Berlín, y era
micas y sociales. frecuente ia modalidad del mecenazgo por
Félix Weil, por su parte, ya era millona- ricos empresarios. Su Universidad tenía bue-
rio desde 1913, por la muerte de su madre. na fama en el campo de las ciencias socia-
De ella heredó un millón de pesos oro ar- les. Por último —^verdadera curiosidad— ha-
gentinos, moneda mucho más fuerte que el bía una alta proporción de ricos con simpa-
marco alemán. Con este dinero comenzó tías por el socialismo o el comunismo. El
un mecenazgo de izquierda, entusiasmado gobierno regional estaba controlado, tras la
por el ideario marxista. Subsidió activida- primera guerra, por la socialdemocracia, lo
des del Partido Comunista Alemán, sin ha- que hacía presumir una buena disposición
berse afiliado, en carácter de lo que daba del Ministerio de Cultos, favorable a las re-
en llamarse "bolchevismo de salón". Finan- formas universitarias.
ció también ia edición del libro de Lukács Tras diversas negociaciones con el go-
Historia de la conciencia de clase, apoyó al bierno de Prusia y el de Hesse, se logró ven-
pintor de izquierda expresionista George cer las últimas resistencias para instalar un
Grosz, sostuvo económicamente a dirigen- instituto de investigación social en Franc-
tes caídos en desgracia, etc. fort, universidad que padecía restricciones
El KPD (Partido Comunista Alemán) na- económicas y que, de este modo, recibiría
ció como desprendimiento de la social- repentinamente una financiación privada
democracia, y se mantuvo autónomo de que incluía la construcción de un edifi-
la línea internacional que fue marcando cio, la instalación de una biblioteca y hasta
la revolución bolchevique. Era un partido los sueldos del director y sus ayudantes. A
con fuerte tradición propia y local, con comienzos de 1923 se logró la aprobación

94
Manual básico de Criminología

ministerial para crear un instituto de investi- al socialismo, y expresaba un cierto social-


gación que sirviera también a los fines de la dai-winismo en su interpretación materialis-
docencia. Fue el segundo instituto para in- ta de la historia, como era frecuente en ese
vestigaciones sociales de la historia alema- momento en los sectores marxistas, que gus-
na, tras la creación del de Colonia, en 1919, taban presentar la historia como resultado
que mvo una dotación científica original mu- de la lucha de clases vista como lucha de
cho más conservadora que el de Francfort. especies. En cuanto a la objetividad de la
Mas, justamente en este instante decisivo, investigación que se practicaría en el Insti-
cuando Weil recibió el encargo de elegir un tuto, se subrayó mucho el método del auto-
director, Gerlach, de 36 años, murió de dia- control, bastante cuestionable tras una pro-
betes, entonces una enfermedad incurable. clama de fe en el materialismo histórico. Con
Ya en este momento Weil pensó en sus co- todo, Grunberg expresaba la visión de la
nocidos Pollock y Horkheimer, también socialdemocracia austríaca, mucho más
pertenecientes a familias judías ricas, pero amplia que la de Alemania, enemistada pro-
supuso que se dedicarían al manejo de em- fundamente con el comunismo.
presas familiares. Por tal motivo, procuró el El Instituto centró desde el inicio sus ac-
concurso de Cari Grunberg, profesor de eco- tividades en la investigación sobre la histo-
nomía política en Viena, oculto simpatizan- ria del socialismo y el movimiento obrero,
te socialdemócrata, cuyo sueño era crear un la historia económica mundial y la crítica
instituto de investigación según la muestra de la economía política. Se contaba con una
del Museo Social de París, y llevar a Karl biblioteca especial que tenía en 1928 cerca
Kautsky de profesor Fue nombrado en 1923 de 37.000 volúmenes, incluyendo 340 re-
Profesor de ciencias económicas y del Esta- vistas especializadas y 37 diarios del país e
do. En el camino habían quedado otros can- internacionales. Por su cómoda sala de lec-
didatos, como Lukács, quienes, por su no- tura pasaban anualmente 5.000 visitantes, y
toria militancia comunista, hubieran desper- contaba con un archivo considerado la más
tado oposición en la Universidad. Al año grande colección de documentos sobre la
siguiente, el Partido Comunista obtuvo casi revolución alemana de 1918 y los aconteci-
cuatro millones de votos, alcanzando el mientos subsiguientes, con importancia para
12,6% del total, tras la socialdemocracia, que el movimiento trabajador. Se contaba con
alcanzó el 20,5%. La inquietud social era 18 habitaciones de trabajo para doctoran-
muy grande, apenas salido el país de la in- dos y científicos que pasaban con becas
flación más devastadora de la historia. especiales por el Instituto.
El 22 de junio de 1924 se realizó en el Los asistentes de Grunberg fueron ori-
aula magna de la Universidad de Francfort ginalmente Pollock y Grossman. También
el acto de presentación del Instituto para In- trabajó en el Instituto Richard Sorge y su
vestigación Social, aún hoy existente, y fun- esposa, ambos elevados luego a la catego-
cionando todavía en parte del edificio ori- ría de los más grandes espías de la Unión
ginal, reconstruido tras la guerra. En su Soviética. Ambos desaparecieron repenti-
discurso inaugural, Grunberg delineó una si- namente un día, y emergieron como cola-
tuación en la que —según él— el país se boradores del Instituto Marx-Engels en Mos-
encontraba en pleno tránsito del capitalismo cú, en 1924. Muchos de los estudiosos que

95
Carlos Alberto Elbert

por allí pasaron registraron vidas noveles- calidad de muchas cátedras de diferentes
cas, entre su fidelidad a Moscú, su lucha con- carreras. Francfort era sinónimo de univer-
tra Hitler, exilios en países diversos o cam- sidad liberal y moderna, aunque criticada y
pos de concentración, mptura con el comu- sospechada por la relevante presencia de
nismo y regresos a Alemania luego de 1945. la izquierda.
En 1926 llegó al Instituto como becario Félix Weil tuvo que librar una fuerte ba-
Leo Loewenthal, quien se ocupaba de traba- talla contra sectores conservadores y obje-
jar una tesis sobre la "sociología de la novela tores ideológicos del instituto. Al fin, logró
en el siglo XIX". Era la primera tarea de so- hacer pesar nuevamente su criterio en la
ciología literaria del instituto (su interpreta- elección del director. En octubre de 1930 la
ción marxista, por supuesto), y uno de los fundación del Instituto contrató a Max Hor-
primeros trabajos de este tipo en Alemania. kheimer, quien había sido nombrado dos
Se comenzó a elaborar en el instituto una meses antes profesor de filosofía social en
edición de conjunto, histórico-crítica, de las Francfort, y a quien vimos que Weil había
obras de Marx y Engels, pero la solicitud de tomado en cuenta con anterioridad. Su ven-
crear una editorial propia desató fuerte opo- taja ante la resistencia conservadora, fue la
sición de las autoridades universitarias y una carencia de antecedentes políticos compro-
investigación policial sobre los anteceden- metidos. El 24 de enero de 1931, Horkhei-
tes de los integrantes. mer leyó su trabajo de asunción de la cáte-
Cuando Grunberg se retiró por razones dra y la dirección del Insütuto. El Instituto
de salud, en enero de 1928, el Instituto es- amplió su campo de interés en mvestiga-
taba consolidado, siendo una institución ción e mcorporó estudiosos de psicología,
única en el panorama de la cultura alema- incluido el hoy famoso Erich Fromm. La
na. Ya había muchos estudiantes que ha- Revista de investigación social quedó en
bían hecho su promoción con estudios so- manos de Wiesengrund-Adorno, crítico mu-
bre marxismo realizados en el Instituto y sical, cuyo deseo de ser incorporado como
Pollock y Grossman alcanzaron la docencia miembro del Instituto no fue complacido
en Francfort, ampliando el espacio acadé- por Horkheimer. En 1932 se iniciaron los
mico del Instituto. Una edición de las obras contactos para invitar ai instituto a Herbert
de Marx y Engels ganó el reconocimiento Marcuse, discípulo de Heidegger, resistido
de la Universidad por su calidad científica, por Horkheimer en razón de sus contactos
y genéricamente, a nadie molestaba que la con funcionarios de extrema derecha.
casi totalidad de los doctorandos y estudian- Veremos ahora algunos datos biográfi-
tes fueran miembros del partido comunista. cos de los más importantes colaboradores
En muchos casos pertenecían a sectores de de este memorable instituto y aspectos ge-
opinión crítica del partido, que no eran bien nerales de su historia.
tolerados dentro de él, por ejemplo segui- Max Horkheimer: nacido en Stuttgart en
dores de Trotsky. 1895, único hijo de un rico industrial, pro-
En esta coyuntura se planteó la discusión pietario de numerosas fábricas, judío con-
por el sucesor de Grunberg, en un momento servador, pero muy integrado a la socie-
de florecimiento de la Universidad, con dad alemana. Tan convencido estaba de
gran prestigio en Alemania por la excelente que su germanidad predominaría sobre otras

96
Manual básico de Criminóle

consideraciones, que no obstante la expro- sus excepcionales aptitudes docentes. Algu-


piación de bienes a que lo sometieron los nos de sus trabajos versaron sobre Orígenes
nazis, se negó a abandonar Alemania has- de la historia filosófica burguesa, ¿Un nuevo
ta 1939. concepto de ideología?, La actual situación
La amistad de Horkheimer con PoUock de la filosofía social y las tareas de un institu-
fue decisiva y duró toda una vida. Él le to de investigación social. En sus trabajos se
influyó para apartarse de la rígida forma- destacan consideraciones sobre el rol de la
ción conservadora del hogar paterno, en teoría marxista, y los problemas de identi-
el que los choques de Horkheimer con su dad de los burgueses de izquierda, como la
padre abarcaron largos años, incluyendo decepción por la injusticia social y el con-
no sólo aspectos filosóficos y religiosos, traste entre riqueza y pobreza. Cree posible
sino también sentimentales. el triunfo del socialismo, denosta el proceso
La amistad con PoUock los llevó a redac- productivo del capitalismo y expresa como
tar un "contrato de amistad" firmado y cum- imperiosa la necesidad de cambio social. Su
plido puntillosamente, y comprar a medias meta principal era luchar contra cualquier
la misma mansión, que compartían con sus forma de metafísica y entendía que una cien-
respectivas familias. cia que no prestase atención a las necesida-
Horkheimer estudió psicología con mucho des y miserias de la mayoría no tendría inte-
interés, dentro de la comente gestáltica, que rés práctico. Sin embargo, se apartó de las
era la más avanzada por los años '20 y predo- rígidas construcciones teóricas de Marx y
minante en la Universidad de Francfort. En Lukács, buscando raíces filosóficas individua-
filosofía, esaivo originariamente influido por les al impulso de cambio social, tomando
Kant y el neokantismo. Mediante una reco- argumentos de diversas fuentes, algunas in-
mendación fue enviado a Freiburg, donde sólitas para el marxismo, como Schopen-
estudió un año junto a Heidegger, ex asisten- hauer, cuyo retrato presidía sii cuarto de tra-
te de Husserl. Esta experiencia transfomió su bajo. Fue una extraña mezcla de simpatizan-
visión de la filosofía, entendiéndola ahora te marxista con positivista neokantiano y una
como ejercicio cotidiano en permanente bús- gran apeitura para la discusión filosófica.^"
queda de respuestas. Su principal disciplina, Erich Fromm: nació el 23/3/1900 en
la psicología, cede a la filosofía, con uno de Francfort, en el seno de una familia judía
cuyos temas promueve, iniciando la carrera ortodoxa, descendiente, por ambas ramas,
universitaria, y emancipándose al mismo tiem- de rabinos. Completó su formación en so-
po del padre rico y dominante. Horkheimer ciología, filosofía y psicología en Heidel-
también se entusiasma con la teoría marxista, berg. En su juventud se dedicó en forma
pero mantiene este interés en gran reserva, a militante a la enseñanza del Talmud y la
diferencia de su amigo PoUock. religión en general, junto a varios intelec-
tuales judíos, entre los que se destaca Martin
En la carrera docente, Horkheimer pro- Buber. Se especializó en psicoanálisis y
fundiza más y más en temas filosóficos. Su abrió su propia praxis en 1927. Comenzó a
labor académica le brindó gran prestigio por

70. De este autor puede verse, en castellano, su Teoría crítica, Amorrortu, Buenos Aires, 1990.

&7
Caries Alberto Elbert

publicar artículos sobre temas de psicolo- división social en clases, tendía a favore-
gía relacionados con los ceremoniales ju- cer la miseria y la injusticia de base.
díos, pero este tipo de análisis fue cambian- Fromm señaló que para los dominados
do su visión religiosa, cambio que se acen- de la sociedad, se repetía una situación in-
tuó al interesarse por el marxismo y el bu- fantil, al vivenciar a los dominadores socia-
dismo, tendiendo gradualmente a buscar una les como los poderosos, fuertes, reconoci-
síntesis humanística a partir de la combina- dos, contra los que era imposible volverse,
ción de tales fuentes. En el esfuerzo de com- apareciendo, por el contrario, como más sen-
binar a Freud con Marx fue, junto al traba- sato ganarse su protección y buena voluntad
jo de Wilhelm Reich, lo que se llamó izquier- mediante sometimiento y amor.
da freudiana. La apertura del Instituto psi- Fromm fue nombrado director vitalicio
coanalítico de Francfort, a raíz de la amis- de la sección de psicología social del Insti-
tad de Fromm con Loewenthal y tuto de Investigación Social, y desde allí
Horkheimmer, hizo que se instalara en el condujo investigaciones sobre "La situación
mismo edificio del Instituto para Investiga- de la clase trabajadora en el pasado y en
ción Social. De este modo, se posibilitó la el presente". En este y otros trabajos, puso
fusión de una corriente psicoanalítica con de manifiesto su voluntad de realizar aná-
las del materialismo histórico del Instituto. lisis psicológico-sociales, que se proponían
Ese momento —1929/1930— coincidió con revelar las razones inconscientes antiauto-
la concesión del Premio Goethe de la Uni- ritarias de las masas trabajadoras, sobre la
versidad de Francfort al judío Freud, con base del esquema freudiano de relación
gran oposición de los nacionalistas alema- con los padres, que en su esquema social
nes de todo color, lo que marca el clima en era sustituido por religión y autoridad bur-
la universidad de ese momento, que Fromm guesa. Creyó que el psicoanálisis era el
sintetizó en una frase de su discurso de aper- medio finalmente descubierto para rastrear
tura del Instituto de Psicología en 1929: "ex- el camino de las condiciones económicas
plicar qué contextos existen entre la evolu- a través de la cabeza y el corazón del hom-
ción social de la humanidad, en especial bre, hasta su resultado ideológico. Veía una
los aspectos económico-técnicos y el desa- serie de relaciones libidinosas en el ámbi-
rrollo del aparato espiritual, en especial la to social, especialmente entre los integran-
organización humana del jo". En esa época tes de las diferentes clases. En este proce-
coinciden las críticas de Fromm y Horkhei- so, la economía marcaba el destino de los
mer contra la función ideológica de la reli- hombres. El cambio y superación de las
gión y la ciencia. Se entendía que cualquier condiciones de vida curaría las neurosis
estudio de ideas o religiones que no toma- sociales. Se le critica un cierto humanismo
se en cuenta el modo de producción y la mesiánico.^^

71. Las obras de Fromm han sido profusamente traducidas al castellano y son de fácil acceso. Pueden
recordarse, por ejemplo. El miedo a la libertad, Paidós, Buenos Aires, 1965, y Marx y su concepto del
hombre, Fondo de Cultura Económica, México, 1987. También, en diversas ediciones: El arte de amar,
¿Podrá sobrevivir el hombre?. Anatomía de la destructividad humana; El dogma de Cristo, etc.

98
Manual básico de Criminología

Theodor Wiesengrund-Adorno nació en hacer una carrera académica en el campo


Francfort el 11 de setiembre de 1903- Su de la filosofía, con centro de interés en el
madre era italiana, católica, de nombre tema de la estética.
Calvelli Adorno delle Piane, cantante de Por esta época Walter Benjamín fracasó
ópera, y a la vez hija de una cantante ale- en su intento de habilitarse con un estudio
mana y un oficial francés de origen corso. sobre El origen de la tragedia alemana que
Era hijo único de un comerciante de vi- fascinó a Adorno, quien no cesó de tomar-
nos judío, Osear Wiesengrund. lo como modelo en sus propios intentos
Estudió filosofía, ciencia musical, psi- futuros de acceso a la cátedra. También él
cología y sociología. fracasó en un primer intento de habilitar con
Utilizó su nombre materno durante la Cornelius, de quien Horkheimer era asis-
época de Weimar para firmar sus críticas tente, y guardó cierto resentimiento contra
musicales, y en su exilio californiano, en éste, de quien sospechaba poco apoyo al
1943, adoptó definitivamente este nom- trabajo porque no reflejaba suficientemente
bre. Adorno fue bautizado conforme a la la ideología marxista, no obstante que par-
religión evangélica, o sea protestante. tía de la base de que la conciencia está de-
Tres intelectuales de alto nivel, pero terminada por la existencia social, y otros
sin inserción académica, fueron sus men- principios de la teoría marxista.
tores de la etapa juvenil: Lukács, Kracauer En 1927 hizo algunos intentos de conti-
y Bloch. Mientras discutía y estudiaba los nuar en Berlín estudios como crítico musi-
fines de semana con ellos, inició los estu- cal, lo que le permitió un trato frecuente con
díeos de crítica musical y estética. Entre Beitoldt Brecht, Kurt Weil, Bloch y Benjamín.
1921 y 1932 publicó más de 100 artículos Sin embargo, no logró establecerse allí como
de crítica musical o sobre estética musi- crítico musical y se fue concentrando en la
cal, en varias revistas especializadas de búsqueda de investigar las relaciones con-
primera línea. Las primeras publicaciones cretas entre música y sociedad, para desa-
propias del campo de la filosofía las pu- rrollar una teoría musical marxista.
blicó recién después de 1933- A partir de 1930 Adorno se concentró en
Fue un decidido defensor del atonalis- un trabajo sobre la construcción de la es-
mo y las nuevas propuestas musicales, en tética en Kierkegaard, que presentó con gran
especial de Schonberg, Alban Berg y suceso en 1933- Horkheimer había discutido
Mahler. La mayor parte de esta actividad previamente el trabajo con Adorno y estu-
musical la desplegó Adorno en Viena, y vo fascinado con el mismo. Ya en 1931 ha-
cuando en 1925 dejó la capital austríaca bía sido designado docente privado en fi-
para regresar a Francfort, abandonó sus losofía y desde la cátedra presentó todos
esperanzas de llegar a ser compositor A los trabajos de Benjamín, a quien admira-
partir de entonces, centró su esfuerzo en ba profundamente.^^

72 Textos de Adorno y Horkheimer en castellano, en Dialéctica del iluminismo. Sudamericana, Buenos


Aires, 1969.

99
Carlos Alberto Elbert

II. El trabajo del Instituto con sede en Zurich, y luego a la London


School of Economics.
Horkheimer fue una persona consecuente El Instituto fue un centro único, por te-
con sus ideales y estricto en la forma de ner como objeto permanente de análisis y
realizarlos. La atmósfera del Instituto era de estudio los temas de la ideología y la críti-
un grupo con metas e ideales comunes, don- ca ideológica, o sea la investigación de las
de expresamente se evitaban ¡as referen- relaciones entre las ideas y la base social.
cias institucionales. El Instituto debía tener La última gran adquisición académica fue
homogeneidad, y por ello se hacía siempre la llegada de Karl Mannheim, quien dirigió
una minuciosa selección de los colabora- un seminario de sociología. La oferta de cur-
dores directos. sos y seminarios era enorme y variada. Hor-
Era un grupo en guerra con el mundo kheimer favorecía el trabajo interdisciplina-
burgués y sus valores, pero que se mantu- rio y el fortalecimiento de esta "izquierda
vo a prudencial distancia de competencias espiritual". Los diversos especialistas orga-
de prestigio con otros institutos o centros nizaban cursos conjuntamente, sobre escri-
de investigación, cuidando a sus miembros tos filosóficos o la obra de determinados
de una excesiva exposición política. filósofos, como Locke, Hegel, Lessing, Sim-
Cuando en las elecciones de 1930 ios mel, Hobbes. Horkheimer era adverso a la
Nazis se volvieron el segundo partido de sociología especializada, y sostenía que el
Alemania, en medio de una atmósfera lle- instituto procuraba la búsqueda de un co-
na de violencia, la dirección comenzó a nocimiento de los pi'ocesos sociales en su
tomar medidas preventivas para el caso conjunto.
de una retirada futura. Esto se logró me- Los nazis comenzaron a efectuar provo-
diante la creación de una sucursal en Gi- caciones, pero los estudiantes formaron un
nebra, Suiza, con el pretexto del aprove- grupo de autodefensa que funcionó con efi-
chamiento de los archivos de la Oficina cacia frente a los ataques de la SA. Los nazis
Internacional del Trabajo. A partir de ese se referían a Francfort como la nueva Jerusa-
momento, los viajes de los colaboradores lén junto al Jordán del Main, y la sociología
del Instituto se hicieron cada vez más fre- comenzó a ser definida como ciencia judía.
cuentes, lo mismo que sus estadías en Sui- Pese a las dificultades y al gradual paso
za, lográndose, incluso, que la Universi- al exilio, el Instituto produjo algunas inves-
dad proveyese al Director de una vivien- tigaciones de gran alcance —no concluidas
da permanente en Ginebra. El patrimonio por las dificultades políticas— acerca de
de la fundación, que mantenía al Institu- la situación de los trabajadores y emplea-
to, fue retirado de Alemania y depositado dos alemanes, a la búsqueda de determi-
en bancos holandeses. En el banco ale- nar si eran rescatables para una ideología
mán se mantenía constantemente una de progreso.
suma que alcanzaba para cubrir los gas- La revista trimestral Revista para la In-
tos mensuales. Los derechos de propie- vestigación Social, apareció regularmente
dad sobre la biblioteca fueron transferidos durante diez años, reuniendo gran canti-
a una asociación ligada al Instituto, la Co- dad de artículos y trabajos de los integran-
munidad de Estudios en Ciencias Sociales, tes del Instituto.

100
Manual básico de Criminología

No obstante las dificultades políticas, el contrato social, la noción consensual ha sido


exilio y otras complicaciones, el trabajo se dominante en el derecho y la sociología,
mantuvo regularmente, incluso fuera de Ale- expresando al estado liberal y democrático.
mania, con gran coherencia. El estableci- En esta visión, el estado sería neutral y se
miento final de la sede central del Instituto orientaría por la búsqueda del bien común.
en Ginebra no fue considerada tampoco se- De más está decir que la conducta criminal
gura, por la vecindad de Alemania e Italia significa, en este contexto, un atentado di-
fascistas, y la poco confiable política suiza recto contra la visión social contractual y
hacia los extranjeros. consensuada.
La posterior huida en masa a Estados Por oposición a la idea armónica del
Unidos y el retorno a Alemania constitu- positivismo y el funcionalismo, se fueron ela-
yen capítulos diferenciados, llenos de ma- borando en sociología teorías que explica-
tices, en el transcurso de los cuales los in- ban la sociedad como un campo de oposi-
tegrantes del Instituto fueron perfilándose ciones, nada estables, sino conflictuales. Es-
como individualidades científicas famo- tas teorías se fueron estructurando conforme
sas, tal como se los ha llegado a conocer al factor que consideraron determinante en
en el presente.^^ la generación de las tensiones sociales inter-
nas. Hubo teóricos que pusieron el acento
///. Sociología del conflicto en lo cultural, lo social o en el modelo pro-
ductivo y la lucha de clases, como el marxis-
Es una característica histórica del funcio- mo. En el arranque de las teorías culturales
nalismo que sus representantes de mayor del conflicto suele destacarse la obra de Georg
renombre —casi todos estadounidenses— Simmel, un precursor más remoto de las ideas
tenían una visión optimista de la sociedad, conflictuales (falleció en 1918). Simmel se
expresada en una noción de consenso so- había ocupado de la estrecha relación exis-
cial, que es la que expresan la constitución tente entre las tendencias de asociación y
y las leyes, tanto las estadounidenses, conflicto en la vida social, considerándolas
como las de otros países. La sociedad re- inseparables y en coexistencia permanente-
quiere —sostenían— de equilibrio para fun- mente. Su obra tuvo gran influencia sobre
cionar, y los estudios sociológicos deben los trabajos de Coser. Robert Park, discípulo
orientarse a interpretar las perturbaciones de Simmel, fue quien fundó la famosa Es-
y posibilitar la recuperación de la armonía cuela de Chicago y proyectó la idea de la
competencia como el mecanismo esencial de
alterada o perdida. Lo funcional y lo inte-
las relaciones sociales, pero su debilidad fue
grador son la meta buscada para los facto-
haberse apoyado demasiado en ideas ecolo-
res sociales que representen desviación,
gistas y organicistas. Taft y Sellin, fueron otros
oposición o desorden frente a valores so-
dos autores importantes en la evolución
ciales establecidos. Desde la idea del

73. La información para ei desarrollo de este punto ha sido obtenida esencialmente del extiaustivo libro sobre
el tema Die Frankfurter Sctiule [La Escuela de Francfort) de Wiggerslnaus, Rolf, 3a edición, D. T. V.
Municin, 1991.

101
Carlos Alberto Elbert

de este enfoque, porque para ellos, la cri- de la obra de numerosos autores que rea-
minalidad tenía su origen en los procesos lizaron importantes investigaciones sobre
de cambio social y las contradicciones ge- las desigualdades en la sociedad estado-
neradas a partir de esa confrontación. unidense. En los años sesenta, la Guerra
Lewis Coser, teórico funcionalista, es un de Vietnam y otros acontecimientos agu-
referente importante de las teorías del con- dizaron los movimientos juveniles y estu-
flicto, que influyó decisivamente a los auto- diantiles de oposición, cuyo máximo ex-
res sucesivos que adoptaron este enfoque. ponente fue el "mayo francés" de 1968, que
Coser afirmó que el delito puede ser flincio- vinieron a exponer descarnadamente la in-
nal a la sociedad, porque es capaz de pro- satisfacción que bullía en el interior de las
mover mayor cohesión social y ética en su sociedades opulentas y aparentemente sa-
seno. El conflicto es útil porque, además, tisfechas, aumentando, sin duda, la atrac-
canaliza las frustraciones y conflictos repri- ción hacia el estudio de estas reacciones
midos y estimula los cambios normativos. de desafío al poder establecido.
Los antagonismos mantienen la coherencia Un aporte central a las teorías conflic-
de los grupos opuestos, evitando que su re- tuales fue el de Ralf Dahrendorf, quien
pentina disolución cree problemas al siste- afirmó que los procesos de cambio y trans-
ma social. En suma, el conflicto se convierte formación son normales en toda sociedad
en un parámetro de funcionalidad para man- y más aún, esenciales para su progreso;
tener en armonía los roles sociales y un sis- lo normal es la existencia de conflictos
tema normativo compartido. sociales y lo anormal su ausencia absolu-
Las teorías sociales del conflicto, tuvie- ta. Dahrendorf, políticamente liberal, di-
ron enorme éxito y difusión en los años siente con la noción de conflicto de cla-
sesenta y setenta, y se apoyan en investiga- ses propiciado por el marxismo, y se orien-
ciones que profundizaron hallazgos socio- ta por una noción casi funcionalista de
lógicos sobre la desigualdad, en particular "desigual distribución de poder" que opera
en el tratamiento jurídico de los hechos en cualquier tipo de organización o siste-
dañosos, como había probado la "asocia- ma social, y que puede ser útil para el
ción diferencial" de Sutherland. Cabe seña- progreso del conjunto. Las clases sociales
lar que en este tema las influencias recípro- que toma por ejemplo (las de los países
cas, explícitas e implícitas son muy frecuen- más desarrollados) ya no expresarían la
tes, por lo que no resulta aconsejable ex- noción del proletariado marxista, sino que
tendernos aquí sobre el entramado de encierran en su interior sectores muy
esas interrelaciones teóricas, propio de aná- heterogéneos, diferenciados y hasta en
lisis sociológicos más extensos. oposición.^''
La difusión y atracción que había pre- G. B. Vold, basándose en las ideas de
dispuesto y generado la "teoría del etique- Dahrendorf, elaboró una teoría crimino-
tamiento" favoreció, a su vez, la difusión lógica del conflicto, orientada sólo a ex-

74. De Dahrendorf puede verse, en castellano. Oportunidades vitales. Notas para una teoría social y política,
Espasa-Calpe, Buenos Aires, 1983.

102
Manual básico de Criminología

plicar los delitos que surgen como resul- lladas en sus diversos momentos históri-
tado de luchas concretas de intereses, cos) mientras que el análisis marxista, par-
como los económicos o los pasionales. Por ticularmente en el ortodoxo, se considera
ello, para Vold, la realidad del crimen es al crimen como una patología social o un
inescindible de la realidad social y sus producto propio de la ideología capitalis-
oposiciones y es en ese marco donde de- ta. El orden social capitalista es, para los
ben explicarse esta clase de conductas, sin marxistas, un aparato de poder mediante
generalizar a toda clase de delitos, por- el que las clases poderosas subyugan a las
que hay otros que requieren de explica- débiles, conformando herramientas de con-
ciones diferentes. trol —especialmente las leyes— a la medi-
Otros investigadores más recientes so- da de sus intereses, idea de mucha impor-
bre el tema del conflicto son Chambliss, tancia en los modelos explicativos críticos
Seidman, Quinney y Turk.^'' del delito. El conflicto tiene, esencialmen-
te, una raíz de clase, propia de los grupos
¡y. La Interpretación marxista del en oposición por la obtención del poder,
conflicto. El socialismo real y la que diagrama y representa la jerarquía de
Criminología crítica y radical de los factores de producción. El orden de los
los países capitalistas factores productivos cambia el esquema y
las jerarquías sociales, por lo que existen
Las teorías que se unifican bajo este ró- una infraestructura productiva y una su-
tulo de "críticas o radicales" no poseen perestructura donde se disputan los fenó-
homogeneidad ni responden a un patrón menos culturales. Mientras el cambio no
unitario o consensuado teóricamente; por modifique la base, o sea en el dominio de
el contrario, son un mosaico que mueve las fuerzas productivas, la reformulación de
a muchos autores a denominarlas en plu- lo cultura! no representa cambios reales,
sino retoques reformistas de una estructu-
ral. Pero lo cierto es que tienen algo en
ra que permanece idéntica. Ahora bien, este
común y es la referencia al marxismo, en
esquema explicativo en su versión más rí-
forma plena o con fuertes influencias pro-
gida, es asignable sin más a las ideas cri-
venientes de aquella fuente, tomada
minológicas oficiales de la desaparecida
como herramienta interpretativa de la so-
Unión Soviética y a la de sus países alinea-
ciedad.
dos, como la también desaparecida Repú-
Hay importantes diferencias entre las teo-
blica Democrática Alemana. En tal senti-
rías del conflicto vistas anteriormente y las
do, las teorizaciones criminológicas mar-
de raíz marxista que se expondrán aquí,
xistas ortodoxas era formulaciones oficia-
por cuanto en las primeras el conflicto es
les, casi gubernamentales, de fuerte conte-
funcional, útil o necesario a la evolución
nido positivista y etiológico, que cargaban
de la sociedad (obviamente, tomando como
las tintas de las desviaciones sociales en la
modelo las sociedades capitalistas desarro-

75. Un análisis crítico de las teorías del conflicto, desde una perspectiva marxista, es la de Baratta;
Criminología crítica..., op. cit., capítulos IX y X,

103
Carlos Alberto Elbert

influencia capitalista previa o posterior al en Berkeley, California (Union of Radical


socialismo7^ Criminologists), en la que colaboraron Tony
En estas formulaciones, el delincuente Platt, Paul Takagi, Hemian y Julia Schwen-
debe ser tratado para que vuelva a ser dinger, R. Quinney y W. Chambliss. Sin
"útil" a la sociedad, y no constituya ufi embargo, es paradojal que recién cuando
obstáculo para ésta en su búsqueda de estas ideas hicieron eclosión en Europa,
máximo desarrollo de las fuerzas creado- donde fueron reelaboradas en parte, las
ras del hombre. ideas críticas alcanzaron fama internacio-
Un precedente destacado de interpre- nal. Para nuestra área, resulta también im-
tación marxista de la criminalidad habí^ portante destacar que la recepción de es-
sido el de la Escuela de Utrecht, conduci- tas ideas se hizo mayormente a través de
áíi poi '^. K. ?)DTigei, COTÍ coBcepciDTie'i
muy deterministas, conforme a las cuales La génesis europea de la corriente se ma-
el egoísmo que engendraba el capitalis- terializó en el famoso libro de Taylor, Walton
mo producía el delito."^ y Young La nueva criminología. La obra re-
Como se verá, la criminología crítica nace sultó de una escisión de sociólogos ingle-
en los años sesenta en países capitalistas ses radicalizados, que venían trabajando en
desarrollados, como parte de una línea evo- la National Deviancy Conference, encuadra-
lutiva de la sociología crítica, y si bien reto- dos en el enfoque del Labelling Approach,
ma aspectos de la teoría marxista para aí- al que consideraron insuficiente sin el apo-
plicar la sociedad, no tiene un carácter C6- yo de una teoría general de la sociedad. El
iTado ni ortodoxo, ni representa el pensa- texto, aparecido en 1973, tuvo rápida difu-
miento de una estaictura de poder estable- sión en diversas lenguas^** y una repercu-
cida. En suma, se trata de un pensamiento sión inmediata.
no dogmático que en muchas de sus mani- La criminología radical corporiza una
festaciones tenía inevitables contradicciones ruptura terminante con todo resto del po-
y de hecho tuvo diferencias explícitas, cof sitivismo criminológico y con todo enfo-
las interpretaciones ideológicas del socia- que etiologicista. También un alejamien-
lismo real. to deliberado y tajante del derecho penal
El punto de partida de la llamada crimi- y los penalistas, las instituciones de con-
nología crítica se sitúa en los Estados Uni- trol y de toda colaboración con el régi-
dos de los años sesenta, donde llegó a con- men vigente, al que se menospreciaba casi
formarse una escuela criminológica radical como a un enfermo terminal. La preemi-

76. Hay una traducción al castellano, basada en el libro Criminología socialista de autores alemanes orienta-
les. Se trata de Criminología, fundamentos teórico^ Y análisis, de Lekshas y otros, Ed. Ciencias Jurídicas, La
Habana, 1989. También existe versión castellana de la obra del autor ruso G. Avanesov. Fundamentos de la
criminología, Progreso, Moscú, 1985.
77. Ver Introducción a la Criminología, Fondo de Cultura Económica, México, 1943.
78. Hay traducción al castellano, publicada por Amorrortu, Buenos Aires, 1990. También una recopilación
de trabajos de este enfoque en Crimonología crítica. Siglo XXI, México, 1981.

104
Manual básico de Criminología

nencia del enfoque macrosocial, la espe- Las actividades críticas de la corriente


ranza mesiánica en el cambio social radical apuntaron contra el sistema penal, tratan-
y el distanciamiento de las instituciones, do de ubicar leyes e instituciones dentro
hizo centrar el interés criminológico en de un contexto político-económico, que
los aspectos político-sociales aptos para derivaba fatalmente en ataques contra el
la denuncia o la oposición militante. Esto sistema capitalista. Se privilegiaron los es-
condujo a un ensimismamiento en lo te(j- tudios de gran amplitud, los estudios his-
rico y macrosocial del que luego se ha- tóricos o los que delataban la existencia
rían cargo los propios iniciadores de |a de conductas muy dañosas socialmente,
coiriente interpretándolo como aislamieri- pero no criminalizadas, como la corrup-
to, que perdió contacto con la sociedad y ción, los delitos del poder, el racismo, etc.
las investigaciones empíricas de corto y También se continuó investigando algunos
xoeclJa-no aJcanre.. Semas de) intemccionismo como eJ poáer
La corriente inglesa se presentaba a t,í de definición, la génesis normativa, el eti-
misma como "la nueva criminología", en quetamiento, los procesos de criminaliza-
estos términos; ''Las condiciones de nue;;- ción, etc., y atacando a la criminología tra-
tra época están imponiendo una reev-4- dicional por corporizar con su existencia
luación de esta separación artificial de IQS al servicio del sistema una función legiti-
problemas [...] Una criminología apta para madora con una falsa base científica.
comprender esta evolución y que pueda La criminalidad no podía ser explicada
volver a introducir lo político en el análi- aisladamente, sino con su contexto social;
sis de lo que antes eran cuestiones técni- como ese contexto era desigual en el mar-
cas tendrá que ocuparse de la sociedad co de una lucha de clases, todo lo que ten-
como un todo. Esta 'nueva' criminología día a apuntalarlo era burgués y leacciona-
será, en realidad, una criminología viejíi, rio, en particular la concepción del derecho
en el sentido de que hará frente a los mií^- penal. Era preciso cambiar esta relación pro-
mos problemas que preocuparon a las duciendo justicia en la sociedad, lo que su-
teóricos sociales clásicos. [...J Aquí hemos cedería sólo en vigencia de un modelo so-
propuesto una economía política de la ac- cial socialista, que terminaría con la opre-
ción delictiva y de la reacción que provo- sión, extinguiendo el problema del crimen,
ca y una psicología social, políticamente una vez eliminado el factor criminógeno
orientada, de esa dinámica social permsi- fundamental: el propio sistema capitalista.
nente. En otras palabras, cieemcjs haber El eje teórico fue puesto por los diversos
consignado los elementos formales de una autores adscriptos a la criminología crítica
teoría que sirva para sacar a la criminóle)- en distintos aspectos; así, el matrimonio
gía de su confinamiento en cuestiones cori- Schwendiger trató de centrarlo en la defen-
cretas artificialmente segregadas. Hemos sa de los derechos humanos, Chambliss en
tratado de volver a combinar las partes la economía política del crimen, Baratta en
para formar el todo".^^ el movimiento obrero o los intereses de las

79. La nueva criminología, op. cit., pp. 294-295.

105
Carlos Alberto Elbert

clases subalternas, etc. Dentro de cada eje base marxista de Pavarini, Melossi, Baratta
de interés, estos autores se esfoi-zaron por y otros teóricos que han dejado importan-
elaborar modelos alternativos, reductores, tes trabajos desde su enfoque.
protectores, instancias de diálogo, etc., como La irrupción de la criminología crítica fue
programas de políticas concretas para re- denominada genéricamente "cambio de pa-
solver problemas prácticos, en tanto prose- radigma" o "revolución científica", porque
guía la lucha por el cambio de sistema. En vino a trastocar el enfoque de la disciplina,
cambio, los autores reconocidos como cri- elaborando una propuesta interpretativa
minólogos radicales (denominación que se novedosa con explicaciones generales del
generalizó sin distinción de matices) privi- fenómeno criminal, lo que no puede ser
legiaron aquellas formulaciones que preten- ignorado. Sin perjuicio de que la evolución
dían la supresión del sistema penal en el política adversa, o sea la disolución del blo-
marco de un cambio de estructuras socia- que socialista soviético y sus aliados, ha
les, renegando de toda alternativa o pro- restado peso a las fundamentaciones mar-
grama intermedio, y declarando una oposi- xistas y a las propuestas de futuro, no cabe
ción frontal al sistema. Esta forma militante duda de que muchos de los aportes de este
o maximalista de pensamiento crítico fue enfoque conservarán vigencia para futuras
adoptada por Quinney y el movimiento de reformulaciones de la criminología.^-'
Berkeley, que por ello mismo, llegó a ser
denominado "radical". V. Los nuevos realistas o el neorrealismo
En esta línea de pensamiento puede ser de izquierda
ubicada entre nosotros la venezolana Lola
Aniyar de Castro. En las palabras del propio Jock Young,
La recepción en Alemania de la teoría la criminología radical es la denominación
Labelling, y su reformulación por obra de dada a la transformación de la teoría norte-
Fritz Sack,®" así como de la obra de los crí- americana que encuentra la responsabilidad
ticos ingleses, favorecieron la formación de por la criminalidad en la estructura social
un grupo de criminología crítica, el AJK o de clases y patriarcal, introduciendo nue-
Círculo de Trabajo de Jóvenes Criminólogos vos puntos de vista teóricos y metodológi-
que dio lugar, a través de su publicación/or- cos. La expansión de esos puntos de vista
na/ Criminológico, a la difusión y expansión en la Gran Bretaña de los años '60 fue fa-
de las ideas críticas en Alemania, hasta co- vorecida por circunstancias tanto externas
ronar el logro académico de un Posgrado (aumento de las tasas de criminalidad, apa-
en Criminología, en la Universidad de Ham- rición de una nueva izquierda, movimiento
burgo, de carácter crítico e interdisciplina- de la antipsiquiatría), como internas (crisis
rio, cuyo primer director fue, precisamente, científica del positivismo, expansión de los
Sack. En Italia descolló la labor crítica con estudios de las ciencias sociales). Tras una

80. Este aspecto puede ser ampliado por Baratta: Criminología crítica..., op. cil, pp. 104 y ss.
81. Un análisis crítico sobre esta corriente puede verse en- Larrauri, Helena: La herencia de la criminología
crítica, Siglo XXI, México, 1991.

106
Manual básico de Criminología

fase en la que la criminología oficial y etio- trascendencia internacional que tuvieron


lógica y la radical no se tuvieron recíproca- como críticos a secas.
mente en cuenta, se gestó luego una aproxi- Esta corriente afirma querer "tomar en
mación de los puntos de vista divergentes. serio" el problema del delito, o sea de acuer-
Afirma este autor que mientras la crimino- do al sentido común de la opinión pública,
logía oficial adoptó parcialmente la termi- porque la criminalidad "tiene existencia
nología de la criminología crítica, la crimi- real". Se ocupan en especial del problema
nología radical se sometió a una autocrítica de las víctimas, generalmente de las clases
sobre su escasa dedicación al positivismo, más bajas, segmento a partir del cual debe-
las estadísticas, los movimientos de reforma ría robustecerse el sistema penal.
y la necesidad de seguridad de la pobla- Otras ideas rectoras del realismo afir-
ción. El realismo de izquierda se propuso man que es preciso improvisar medidas y
entonces en 1987-88, tras la experiencia crí- acciones para mantener el delito dentro
tica, alcanzar una nueva síntesis. Los nue- de límites razonables. Debe partirse de una
vos realistas explican su cambio, centrán- práctica que arranque de la forma en que
dose en las particularidades locales y el ais- la gente siente los problemas, y ella de-
lamiento que sufrió la criminología crítica muestra que hay delitos dentro de las pro-
en Gran Bretaña, con la consecuencia de pias clases bajas, por lo que debe tomar-
una progresiva incapacidad de influir en las se partido por las víctimas y no por los
políticas del control, alejándose de las ne- delincuentes de clase baja. Es preciso para
cesidades de las clases bajas y trabajadoras. ello colaborar con la policía y las autori-
Como respuesta a los problemas socia- dades en defensa de las víctimas y de una
les y como aporte a un programa laborista prevención útil a los desvalidos.
para influir políticamente en la realidad,
Algunas de las críticas más profundas que
se fue generando la evolución que se a-
se hacen a este movimiento desde la crimi-
glutinó en el grupo de los nuevos realis-
nología crítica, le señalan que no se puede
tas, de izquierda o realistas radicales. En-
interpretar como "crítico" a un realismo que
tre sus representantes más notables se
entiende la criminología según el catálogo
encuentran Jock Young, y sus colabora-
de elementos prescriptos- por un derecho
dores, del Centro de Criminología del Po-
penal que no es tomado como tal, ni según
litécnico de Londres, entre los que se
su función como objeto de la crítica.
cuenta Vicenzo Ruggiero. Además, se su-
El enfoque de los neorrealistas represen-
maron John Lea y el mismo lan Taylor. Su
ta una nueva concepción sobre los métodos
manifiesto sería el libro, aparecido en
para influir socialmente mediante la praxis.
1984: What is to be done about law and
Se oponen a la obra fundacional The neiv
order? QQué hacer respecto a la ley y el
criminology (1973) pese a su gran éxito, por-
ordenT). No cabe duda que el oportuno
que pese a ello —dicen— no consiguió in-
cambio de rumbo preservó a este grupo
fluir sobre el sistema penal vigente. En este
de los sinsabores del posterior fracaso del
esfuerzo por obtener éxito político, hacen
socialismo real y la utopía socialista, más
abandono de todos los principios de la cri-
su ligazón a los asuntos particularizados
minología radical. Se han ido concentrando
de la política británica le han restado la
cada vez más en la investigación aplicada,

107
Carlos Alberto Elbert

con la finalidad de desarrollar programas partido que hace tiempo dejó de ser socia-
político-criminales, reaccionando autocríti- lista, agregando que este modelo es un tiro
camente a una anterior "falta de fantasía". de gracia para la posición dialéctica del mo-
Esta inflación de asesores e investigaciones vimiento social que dicen querer proteger.
ha sido tratada con ironía por Stanley Co- Se han comprometido a patrocinar la pro-
hén y IVlelossi. Este criticó tales puntos de tección policial olvidando lo que implica
vista como "nueva edición de viejas opmio- políticamente, y degradando a las clases
nes jurídico-penales, cuya inutilidad estaba sometidas a la condición de meras vícti-
demostrada desde hace tiempo". mas impotentes.
Se ha señalado también que, con estas Por último, se les ha reprochado que
recetas, se hace entrar por la puerta trasera no probleniatizan más el concepto de cri-
de la criminología crítica gran parte de los minalidad, ni cuestionan el componente
conceptos de la criminología clásica. Un de la reacción social, aceptando pacífica-
punto ftmdamental de la criminología críti- mente el poder disuasivo de las penas con-
ca era el compromiso con las clases inferio- vencionales.
res y la idea de que la ciencia debe orien-
tarse al cambio social. Por el contrario, es- VI. Criminología crítioa en América Latina:
tos realistas reimplantan la ficción de un La búsqueda de una teoría crítica del
derecho y un estado neutrales para el con- control social; autores y propuestas
junto social, olvidando todo lo que Foucault
había desmitificado. La irrupción de la criminología crítica en
Los realistas responden a la crítica de que América Latina, que podría ser considerado
olvidan que el estado tiene el poder definir como su segundo gran momento histórico
qué es bueno y malo, diciendo que es una de la evolución de la disciplina, tras la eta-
postura académica. Afirman que la mayoría pa positivista, no ha sido recapitulada toda-
de las situaciones que están contempladas en vía en un estudio sistemático y exhaustivo,
el derecho penal son aceptadas inobjetable- comparable a América Latina y sii Crimino-
mente por el hombre común. Se niegan a una logía la obra ya citada de Rosa del Olmo.
utopía de futuro, diciendo que la tarea de los Esta segunda etapa, muy reciente por cier-
intelectuales no es encontrar un fuairo, sino to, ha tenido un desarrollo desigual y tur-
mantener abiertos todos los caminos presen- bulento, que parece haber concluido de
tes posibles. Un realismo verdadero debe opo- modo tan abrupto como su comienzo. Es
nerse a la ficción de un futuro tecnocrático preciso un análisis de recuperación y eva-
hipotético. luación histórica, que podría alcanzarse, en
Cohén les señala que ser "realista" ante alguna medida, en el Congreso Internacio-
la ley y el orden significa ser no realista, nal "La Criminología Latinoamericana del
fantasioso, frente a las posibilidades del or- Siglo XX", programado en la Eacultad de
den y el derecho; por ello, para descen- Derecho de la Universidad de Buenos Aires
tralizar el derecho penal, hay que ser para setiembre de 1999. Lo cierto es que el
abolicionista. desperdigamiento y la fragmentación de
Desde la izquierda marxista se criticó a datos siguen siendo un obstáculo no supe-
los realistas su adscripción al laborismo, rado en la región. Tal como sucedió con otras

108
Manual básico de Criminología

disciplinas, el desarrollo criminológico críti- duda alguna, pues, acerca de que, firme-
co local aconteció como un reflejo de las mente consolidada existe criminología crí-
corrientes teóricas provenientes de países cen- tica en América Latina. Cuestión parcial-
trales. Sin embargo, la evidente situación de mente diferente, empero, resulta ser la de
dependencia de nuestra región, su pobreza si existe o no una criminología latinoa-
y desigualdad endémica, fueron un terreno mericana, esto es, si hay o no una sociolo-
bien predispuesto para la instalación de ideas gía crítica de los sistemaspenales de nues-
con potencial analítico crítico y sistemático tro continente, que tome en consideración
sobre un área cultural transida por la injusti- laspeculiarídades de lospaíses agrupados
cia. En Colombia, las ideas procedentes del bajo el nombre de América Latina. Esta
país vecino tuvieron una expansión notable, clase de enfoque, en cambio, apenas co-
alcanzando gran difusión en los estudios uni- mienza a estiiÁCturarse, pero ya parece
versitarios y popularidad entre estudiantes contar con bases sólidas. ^^
jóvenes, bien que con bases teóricas algo
endebles. Justamente un brillante expositor La irrupción crítica está ligada a la obra
colombiano de la corriente, Emiro Sandoval de dos importantes criminólogas venezola-
Huertas, asesinado en la toma del Palacio de nas: Rosa del Olmo y Lola Aniyar de Castro,
Justicia de Bogotá, en 1985, donde también la primera investigadora docente en Caracas,
pereció Alfonso Reyes Echandía, decía so- y la segunda en IVIaracaibo. Estas autoras mar-
bre este proceso: can una característica bibliográfica de la cri-
minología latinoamericana: la profusión de
Resulta necesario, sin embargo, seña- artículos en revistas especializadas a veces
lar desde ahora por lo menos que ese de- difíciles de reunir, por la extensión de nues-
sarrollo en América Latina se inició hacia tra área cultural y las dificultades materiales
mediados de los años setenta y que a par- conocidas. Es por ello que no se aportará
tir de entonces la criminología crítica ha aquí una bibliografía completa, aclarándose
experimentado entre nosotros una rápida, que las alusiones a artículos son apenas un
divei-sificante, enriquecedoray esperanza- recurso para ubicar algunas ideas, obviando
dora evolución. Dos magníficas demostra- la magnitud y detalle del conjunto. Rosa del
ciones de esta última aseveración están Olmo estudió sociología en Estados Unidos,
constituidas por el I Seminario de Crimi- y fue transmisora de importantes obras y au-
nología Crítica, organizado por la Univer- tores como Sutherland. En los últimos años
sidad de Medellín en agosto de 1984 y cuya se apartó de la elaboración teórica discipli-
realización una década atrás hubiera sido naria, concentrándose preferentemente en el
casi impensable y por la numerosa biblio- tema drogas.®^
grafía proveniente de autores latinoame- Lola Aniyar organizó en su Instituto de
rícanos que existe sobre el tema. No cabe la Universidad del Zulia un Posgrado en

82. En Sistema penal y criminología critica. Temis, Bogotá, 1989, p. 7


83. Del Olmo ha publicado también Ruptura criminológica y Segunda ruptura criminoiógica, ambas en
Ediciones de la Universidad Central de Venezuela, en 1979 y 1990, respectivamente.

109
Carlos Alberto Elbert

Criminología con orientación crítica y nu- tas, tuvo su materialización formal con la
merosas investigaciones de campo, con ca- creación, en 1981, de un grupo conocido
rácter interdisciplinario. Dirige, además, la como de la "Criminología de la liberación",
revista Capítulo Criminológico^^ que se proponía la elaborar una teoría críti-
Tras asumir diversos cargos políticos ca del control social para América Latina.
como legisladora y gobernadora, está con- Evidentemente, el objetivo no fue alcanza-
sagrada actualmente a la actividad diplo- do, y hasta el momento no se cuenta con
mática. una síntesis crítica totalizadora de ese mo-
La criminología crítica latinoamericana mento teórico, capaz de evaluar con objeti-
reprodujo el esquema teórico de los mo- vidad los logros y las expectativas frustra-
delos originales, tratando de explicar, me- das. Para muchos criminólogos de nuestra
diante ellos, las peculiaridades del control área, entre lo que me cuento, la labor crí-
en los países latinoamericanos. El intento tica realizada representa un punto de par-
de crear una Sociología Crítica del control tida ineludible para los próximos pasos
social latinoamericano, a que alude Huer- evolutivos de la disciplina.^'

84 Es autora de La realidad contra los mitos y Conocimiento y orden social, ambas publicaciones de la
Universidad del Zulia, 1981, y de entre sus numerosos artículos puede mencionarse "El movimiento de la
teoría criminológica y su estado actual". Universidad de Loja, Ecuador, 1986
85 En el anexo documental puede verse el "Manifiesto" que expresaba la creación de la comente en 1981 Sobre
las objeciones a la trayectoria de la criminología critica latinoamericana, puede verse mi Criminología ,
op cit, pp 21 y ss

110
Capítulo 9

Penas y sistemas penales


El fundamento de la imposición de penas. La finalidad de las penas: retribucionismo,
correccionaiismo, resocialización. Sistemas y legislación penitenciaria. Los resultados
de la imposición de penas: utilidad del castigo y presos sin condena.

/. Fundamento del jus puniendi. siglos distintas construcciones filosóficas han


Fundamento y fin de las penas tratado de afirmarlo o negarlo. Es sabido
que la forma más antigua de imponer casti-
Es evidente que desde hace siglos los esta- gos surge del tabón, que de hecho sigue
dos organizan sistemas penales, conforman aplicándose en algunos países teocráticos.
tribunales destinados a declarar el derecho Tomás Moro, Bacon, León Tolstoi y Anatole
y finalmente imponen diversos tipos de France, entre otros grandes pensadores, han
penas, que han tenido importantes varia- negado el derecho a punir, de modo que la
ciones a lo largo del tiempo. Incluso en la idea abolicionista no es para nada nueva
pena capital, el más absoluto de los casti- en el mundo.
gos, se han registrado variaciones a lo largo La lista de teorías de índole moral, reli-
del tiempo, que podrían autorizar a alguno giosa, contractual, utilitaria sobre el dere-
de sus entusiastas, a hablar de una "huma- cho a punir es extensa, y debe ser profun-
nización de la muerte".^^ dizada por obras específicas, como las de
Lo cierto es que este proceso histórico Rabossi o Marí.^"^
mueve a pensar que es natural y consustan- En cuanto a las teorías de la pena, que
cial a la organización del estado, su potes- ilustran sobre su finalidad, sabemos que
tad de imponer castigos. Empero, no es una existen las teorías absolutas, para las cuales
cuestión clara ni pacífica, y a lo largo de los la pena tiene su justificación en sí misma.

86. Un texto exhaustivo para el desarrollo de estos temas es Cuello Calón, Eugenio- La moderna penolo-
gía, Bosch, Barcelona, 1958. Para la evolución histórica, también Neuman, Elias. Evolución de la pena
privativa de libertad y regímenes carcelarios, Pannedille, Buenos Aires, 1971.
87. Rabossi, Eduardo. La justificación moral del castigo, Astrea, Buenos Aires, 1976; Mari, Enrique E.- La
problemática del castigo, Hachette, Buenos Aires, 1983.

111
Carlos Alberto Elbert

conforme a Kant y Hegel. Las teorías relatU mayoritariamente en doctrina. Baste señalar
vas se subdividen en las de la prevención el contrasentido de "preparar para la vida
general y la prevención especial, que ubican social" a alguien que, justamente, está segre-
la finalidad preventiva en la comunidad no gado de ese modelo y sometido a otro, de
criminal que se disuade, o en el sujeto que instiaición total, o sea, con caracteres abso-
sufre la pena para que no repita en el futuro lutos que le impiden toda autodeterminación.
su conducta, respectivamente. Las teorías También se señala que la población mayori-
mixtas intentan un juego dialéctico partien- taria de las cárceles latinoamericanas está
do de las teorías absolutas, para luego apli- constituida por sectores marginales y de bajo
car elementos de las relativas. Una de sus nivel social, que, nuevamente en libertad,
variantes es la que asigna a la pena todas las sólo pueden insertarse en un segmento que
finalidades, pero ubicadas en las instancias no representa a la cultura hegemónica ni
legislativa, judicial y de ejecución.^ disfruta de sus ventajas. En otras palabras,
En cuanto a las penas en sí mismas, han que se trata de individuos "desocializados"
ido siendo fundamentadas a lo largo del tiem- dentro o fuera de la prisión^'^
po, con teorías vindicativas, expiacionistas o
retributivas, correccionalistas y resocializado- II. Sistemas y legislación penitenciaria
ras, que pueden ampliarse por la bibliogra-
fía general ya citada. Sólo cabe señalar que En la Argentina, desde el positivismo de
la resocialización ha sido el último hallazgo Ingenieros y Gómez se prestó, como vimos,
de las ciencias penológicas, dentro de las teo- una gran atención a los servicios penitencia-
rías de corte utilitarista. Estas teorías tienen rios, la construcción de establecimientos pe-
la ventaja de que tratan de asignarle algún nales conforme a parámetros modernos y el
sentido positivo a la imposición de castigos, estudio de los internos, para clasificarlos y
y consideran que el hombre puede ser me- preordenar sus tratamientos individualizados.
jorado en prisión, para que se adapte mejor Desde un punto de vista práctico, puede
a la sociedad, y no vuelva a delinquir. Esta decirse que esto benefició al sistema penal
postura alienta a la mayoría de las legislacio- argentino, por haber tornado sistemático y
nes penitenciarias modernas, incluida la ar- científico el cumplimiento de penas de pri-
gentina, y es llevada adelante como una fun- sión. Un Servido Penitenciario Federal bien
ción declarada de los sistemas penitenciarios. capacitado y dotado de recursos, con institu-
Sin embaigo, esta liipótesis resocializadora está tos de todo tipo extendidos por el país,
hace bastante tiempo en crisis, y es criticada algunos de ellos con buenas posibilidades

88. Todo el tema de teoría de la coerción penal y de la fundamentación de la pena, así como el análisis de
los sistemas penales por sus reacciones, puede consultarse en Zaffaroni: Manual, op. cit. La obra más
moderna sobre los fines y fundamentos de la pena es la de Ferrajoli, que se cita más adelante.
89. Un importante trabajo en este sentido, es el de Ivluñoz Conde, Francisco: "La resocialización del delin-
cuente. Análisis y crítica de un mito", en Cuadernos de Política Criminal, Madrid, 1979, p. 11, Ver también
dossier titulado- "Sistema carcelario", en Revista Lecciones y Ensayos, Facultad de Dereclio, UBA, N^ 66,
1996, y Cervini, Raúl: Los procesos de descrimlnalización. Universidad, Montevideo, 1993, p. 21.

112
Manual básico de Cnminoiogía

de inserción laboral, hicieron de nuestro país las mejores intenciones de la política peniten-
una especie de avanzada en América Latina, ciaria,^° que se ve constantemente jaqueada
y a lo largo de su trayectoria, el sistema fede- por críticas de especialistas, vivenciándolas
ral tuvo momentos que podrían denominar- como un ataque político, en lugar de aceptar-
se sus "épocas doradas". Actualmente, la re- las como un dato de la realidad, que, muchas
ducción del gasto público, el desmantela- veces, es evidente.
miento de los cuadros más capacitados por Recientemente ha habido diversas inicia-
razones políticas, y la obsolescencia de los tivas oficiales tendientes a privatizar la cons-
recursos disponibles, han ido sumiendo a los trucción de cárceles y la de los llamados
servicios federales en una crisis que no es "servicios de hotelería". Un Ministro de Jus-
ajena tampoco a los sistemas provinciales de ticia Nacional entrante, dejó sin efecto una
ejecución penal. de estas grandes licitaciones, alarmado por
En América Latina puede verificarse una las irregularidades que había dejado tras de
dicotomía constante en materia de ejecución sí la gestión saliente, llamando, involunta-
penal; la excelente disposición de las herra- riamente, la atención sobre el carácter mi-
mientas teóricas, o sea las leyes y decretos llonario de cualquier servicio que se preste
que sistematizan la ejecución, y la realidad a como parte de los sistemas de ejecución
contramano de todas las buenas intenciones penal, para proveer alimentos, ropa, trans-
legales. Esta dicotomía no tiene solución, por porte, servicios sociales, etcétera.
diversas y complejas razones político-criini- En una época de febriles procesos de pri-
nales que afectan y complican a todo el siste- vatización, la comunidad y los nucleamientos
ma. Generalmente, suele confundirse la cons- profesionales de abogados, jueces y docentes
trucción de nuevos establecimientos bien do- e investigadores, deberían ejercer un contra-
tados, con un salto adelante en la calidad del lor supragubernamental que asegure la legiti-
sistema total, que, en realidad, suele ser un midad de los negocios privados a expensas
progreso aparente y transitorio. En pocos años, de servicios públicos, que tienen ya, en la
los nuevos establecimientos vuelven a estar Argentina, su propia y polifacética historia. Los
sobrepoblados y carenciados, reiniciándose, sistemas penales de la Argentina, federales y
forzosamente, la política del hacinamiento, la provinciales, no son ajenos a la realidad so-
corrupción, la violencia y las privaciones atro- cial, política y económica en que están in-
ces que expresan hoy los establecimientos de mersos, aunque, como todas las instituciones
máxima seguridad, como Devoto y Caseros oficiales, pretendan ser ajenos a ellas y cum-
en Buenos Aires, considerados por la propia plir con una función "objetiva" en el tiempo.
autoridad penitenciaria como "vergüenzas del Ello no quiere decir que no puedan diferen-
sistema". Lo cierto es que el crecimiento de ciarse funcionarios y gestiones, que alcan-
los presos sin condena termina desbordando cen más o menos éxito relativo dentro de las

90. Ver las publicaciones del Ministerio de Justicia de la Nación, sobre el "Plan Director de la política
penitenciaria Nacional", sobre desarrollo y evaluación del período 1995-97 y del Comité Asesor sobre
HIV-SIDA

113
Carlos Alberto Elbert

pautas oficiales vigentes, que, por supuesto, no, an'oja, a nivel continental, resultados alta-
tienden a legitimar la necesidad de imponer mente deficitarios y constituye un problema
penas y el modo en que se lo lleva a cabo. general que, por supuesto, no es atribuible
indiscriminadamente a los servicios peniten-
///. Los resultados de la imposición ciarios, sino que es generado por la operato-
de penas: utilidad del castigo y presos ria del sistema penal en su conjunto, confor-
sin condena mando uno de los campos donde la crimino-
logía puede realizar todavía muchas investi-
Las diversas cuestiones político-crimina- gaciones y propuestas tendientes a la reduc-
les a que aludimos, hacen que el sistema ción de un sistema que, una y otra vez, vuel-
de imposición y ejecución de penas de ve a sus funciones no declaradas, crisis, vio-
América Latina se encuentre en una pro- lencia y motines, potenciando la violencia
funda crisis. Está, en primer lugar, y como social preexistente. El siglo XXI debe permitir
se dijo, la crisis económica, que recorta cons- que la multiplicación de cárceles pueda ser
tantemente el gasto público, pero también sustituida por altemativas más humanas y prác-
leyes procesales restrictivas, que son, ade- ticas, más racionales y democráticas, en la for-
más, interpretadas restrictivamente por los ma de ejercer el control formal. El castigo, tal
jueces, conduciendo a cifras de presos sin como se lo impone hoy en nuestros países,
condena que saturan las alcaidías y cárce- aporta pocos casos que pennitan hablar de
les con procesados que cometen pequeños resocialización y iniles que permiten probar
delitos contra la propiedad, mientras los los procesos de deterioro, de destmcción de
sujetos más agresivos, mejor organizados y la identidad y la autoestima, que se generan
armados, sortean con mayor éxito las medi- en el encierro, si es que no se cuantifican
das de control. Este sistema excluye, en gran directamente las muertes que ocurren en el
medida, a los autores de ilícitos de carácter curso de los cumplimientos de penas.
comercial, impositivo, aduanero o de cue- En los próximos capítulo veremos
llo blanco, reproduciendo la desigualdad numerosas opciones, alternativas y proyec-
social en el marco judicial. tos que se han bosquejado desde la teoría
La saturación de las prisiones y el aumen- y la praxis, para facilitar la evolución hacia
to de la violencia interna, transforma a mu- el estadio en que la humanidad pueda pres-
chas cárceles latinoamericanas en verdade- cindir de la imposición de penas, lo que,
ros infiernos, donde sobrevivir es parte de por el momento, se evidencia como una
una lucha cotidiana en las peores condicio- utopía, sólo que cada vez más deseable de
nes. El hacinamiento y la promiscuidad, in- materializar. Las prisiones son, para la in-
cluso sexual y del consumo de drogas, po- vestigación criminológica, uno de los te-
tencian la posibilidad de contraer graves en- rrenos temáticos más transitados, particu-
fermedades en el curso de la ejecución, que larmente desde la óptica positivista. Es pre-
agregan otro factor de crisis difícil de contro- ciso que, ahora, los enfoques más moder-
lar en este momento histórico. nos se ocupen de esta problemática, y sean
Por las razones simplificadas que hemos capaces de realizar también aportes opera-
señalado, puede afirmarse que la imposición tivos, en camino a la reformulación del con-
de penas con finalidades resocializadoras o trol penal.

114
Capítulo 10

La reducción del poder penal


Los límites y la reducción dei poder penal. Victimoiogía. Recursos procesales: perdón,
oportunidad, conciliación, arbitraje, probation. Uso alternativo del Derecho.
Decriminalización. Minimalismo, garantismo. Propuestas de Baratta y Ferrajoli.

/. Límites y reducción del poder penal complican las situaciones sociales donde in-
tervienen, sólo atrapan a los sectores socia-
El siglo XX concluye signado por duras y les más expuestos y marginados del mode-
profundas críticas dirigidas al sistema pe- lo social predominantemente por delitos
nal, en especial en estas últimas tres déca- menores contra la propiedad y no garanti-
das. La crisis de las teorías resocializadoras zan la intangibilidad de los derechos hu-
y los problemas de los sistemas penales, manos.
dieron lugar a múltiples y profundos deba- Las críticas a la operatoria penal, genera-
tes. Dentro de la estnjctura del control, difí- ron búsquedas de contención del sistema
cilmente haya un segmento más estudiado penal, dirigido a evitar, en primer lugar, su
y debatido que el de la ejecución penal, expansión irracional e ilimitada, y en se-
que sintetizamos en el capítulo anterior A gundo término, su carácter de herramienta
esta crítica fundamental se sumaron las de- selectiva al servicio de políticas sociales de
dicadas al estudio de la génesis normativa, control de débiles. En algunos casos se pre-
la operatividad de la justicia penal, la poli- tende la estabilización del sistema, y en otros
cía, los sistemas procesales, y por último, la su reemplazo por otros modelos. De este
crítica interna de la propia dogmática, en modo, se generaron en los últimos treinta
cuyo seno prestigiosos penalistas desarro- años diversas corrientes de pensamiento
llaron procesos de revisión de ideas en fun- dirigidas a establecer heiTamientas útiles para
ción de la praxis. En suma, gran parte de la el achicamiento del modelo, o su conten-
doctrina penal, sociológica y criminológica ción dentro de límites razonables. Entre los
concluye el siglo expresando una gran in- enfoques que reniegan del sistema penal,
satisfacción por el funcionamiento de los se afianzó el abolicionismo, cuya versión
sistemas penales latinoamericanos, y temien- más radical se propone como meta la lisa y
do, muy especialmente en cuenta, los ex- llana sustitución del sistema penal y la abo-
cesos y desigualdades que surgen de los lición casi completa de los actuales servi-
cios penitenciarios. Es preciso diferenciar
actuales modelos selectivos de control, que

115
Carlos Alberto Elbert

con claridad los objetivos, métodos y rea- do de la evolución de la psicología social, de


lizaciones de estas alternativas, conocien- las encuestas de victimización y los movimien-
do someramente sus diversos autores, obras tos feministas, así como a contrapesar teórica
y propuestas, a lo que está destinado el y político-crimmalmente cierta idealización del
contenido de este capítulo, que debe ser delincuente como víctima social, a resultas de
ampliado, necesariamente, por los textos la fuerte prédica antisistema de la criminolo-
que se indican. gía crítica. La necesidad de reparar más efi-
cazmente los peijuicios, pero también la po-
//. Victimología sibilidad de sortear las soluciones puramente
punitivas en un gran porcentaje de casos, re-
El sistema penal evolucionó y funcio- avivaron el interés hacia la alicaída victimolo-
nó, a lo largo deJ sigJo, centrado en uno gía de Jos años ochenta, especialmente en Ale-
de los protagonistas del hecho delictivo: mania, donde diversos autores entrevieron la
el autor. La protección de los bienes jurídi- posibilidad de solucionar conflictos penales
cos fue asumida por el estado, como parte mediante acuerdos entre víctimas y victima-
del proceso histórico que Foucault llamó rios, enfoque muy cercano, como luego vere-
de "expropiación de los conflictos", que mos, a algunas propuestas de los abolicionis-
restó gradualmente todo protagonismo a tas. La victimología es una corriente organiza-
los damnificados, cuya palabra en los pro- da internacionalmente que ha realizado im-
cesos penales fue enmudecida. La rama cri- portantes congresos, cuenta con publicacio-
minológico-penal que asumió el objetivo nes especializadas y una abundante biblio-
de investigar y recuperar el rol de las vícti- grafía en distintos idiomas. En algunos países
mas de los delitos ha dado en llamarse vic- latinoamencanos, como Brasil, presentan un
timología, y ha reclamado, incluso, autono- importante grado de desarrollo como corriente
mía científica.^' de acción y pensamiento.
La revalidación del rol de las víctimas se
orienta no sólo a darles una mejor satisfac- ///. Recursos procesales: perdón,
ción, sino también protagonismo, a fin de que oportunidad, conciliación, arbitraje,
el derecho atienda realmente sus intereses y probation
razones, en tanto frecuentes titulares exclusi-
vos del bien jurídico agredido.^^ Esta última Los especialistas en derecho penal y
tendencia es más reciente en victimología, y procesal penal tomaron nota de las críti-
se afirma en los años ochenta, como resulta- cas que se les dirigían desde la criminología.

91. Ver la exhaustiva obra en tres tomos de Neuman, Elias: Victimología, Victimología y control social y
Victimología supranacional, Editorial Universidad, Buenos Aires, 1994 y 1995. También, de autores vanos.
La víctima y el sistema penal, Ad-Hoc, Buenos Aires, 1992
92. Sobre los efectos en el derecho penal, ver Rusconi, Maximiliano: "Victima e ¡licito penal. Algunas re-
flexiones sobre la victimodogmática", en su libro Cuestiones de imputación y responsabilidad en el derecho
penal moderno, Ad-Hoc, Buenos Aires, 1997, p. 037.

116
Manual básico de Criminología

victimología y otros enfoques, y comenza- res, pero que luego se extendieron al dere-
ron, por su parte, a elaborar estrategias sis- cho penal general. Se trata de disposiciones
témicas tendientes a recomponer los roles legales mediante las cuales se omite impo-
en el proceso penal y a explorar más pro- ner una pena tras la determinación de la
fundamente las vías de solución que per- culpabilidad, sea por un perdón que se dic-
mitiesen satisfacer mejor a las partes invo- ta en la propia sentencia, en virtud de cir-
lucradas y a la opinión pública, reduciendo cunstancias favorables o bien tras el cum-
el monismo sancionatorio, y aliviando los plimiento de una parte de la condena. El
sistemas penitenciarios.^^ La expresión "re- parágrafo 60 del Código Penal Alemán, dis-
cursos procesales" no está empleada aquí pone que el tribunal prescinda de dictar
en sentido estrictamente técnico, sino en el pena, cuando las consecuencias del hecho
muy genérico de soluciones que se adop- hayan alcanzado al autor y sean tan graves,
tan ante la posibilidad de o durante una que hagan errónea la imposición de una
intervención judicial, sea para evitar el ejer- pena. La disposición se aplica a delitos con
cicio de la acción, sustituirla por arreglos pena menor a un año.^"*
que impidan llegar a juicio, o que suspen- Esta medida es una supervivencia del de-
dan el juicio o algunos o todos sus efectos, recho de gracia que correspondía al mo-
o que borren o suspendan la pena que co- narca en los regímenes absolutistas, y está
rrespondería imponer, por decisión oficio- emparentada con la institución del indul-.
sa de la autoridad o imponiendo alguna tie-
to. El perdón judicial es una herramienta
gociación o condición al autor. En suma,
que puede llegar a reducir la cantidad de
vías que, valiéndose de la oportunidad ofi-
condenas de encierro, aplicada a casos de
cial de un proceso penal, lo utilicen como
menor cuantía y escasa relevancia, o de
medio capaz de limitar sus efectos más da-
penas cortas.
ñosos. Lo importante a los fines de este
El principio de oportunidad es una he-
somero inventario, es señalar modelos que
rramienta esencialmente procesal, para que
permitan evitar que la inter\'ención estatal
el titular de la acción pública pueda evaluar
desemboque en soluciones puramente san-
si se justifica la intervención de la justicia
cionatorias.
en casos de insignificancia, perdón de la
El perdón judicial, y la prescindencia de víctima, casos en que el autor también se
pena, son medidas que empezaron siendo haya perjudicado con su hecho, por ejem-
implementadas para el derecho de meno- plo en accidentes culposos, etc.^^

93. Ver Rusconi, Maximiliano. "La crítica a la dogmática jurídlco-penal", en su libro Sistema del hecho
punible y política criminal, Ad-Hoc, Buenos Aires, 1995, p. 27.
94 Elbert, Carlos: "Alternativas modernas a las penas privativas de libertad y sus resultados prácticos",
Revista del Colegio de Abogados Penalistas, Cali, N^^ 8 1983, p 9. También- "Sustitución de las penas priva-
tivas de libertad ¿por qué? ...y ¿por qué?", en Jurisprudencia de Entre Ríos, N^ 24, 1988, p. 403 y "Cárceles
y penas al filo del tercer milenio", en Cuadernos de Doctrina y Jurisprudencia Penal, Buenos Aires, N^ 3,1996,
p 181.
95 Ver Maier, Julio; Derecho Procesal Penal, Del Puerto, Buenos Aires, 1996, p. 834, Tomo I

117
Carlos Alberto Elbert

La conciliación, el arbitraje y la media, reproducción de una casta de juristas, y ana-


ción son herramientas de uso frecuente en lizan políticamente el rol de los intelectua-
el derecho privado y el laboral, y se trata les, magistrados y abogados en el aparato
de sistemas suficientemente conocidos, del estado. Entienden que debe darse al de-
como para abundar aquí en detalles. Lo cier- recho una "praxis emancipatoria", que no tie-
to es que hay autores que propician la in- ne el único sentido de una práctica en con-
troducción de estos recursos en el sistema tradicción con el modelo social de la clase
penal, con fines reparatorios o que habili- doininante, sino también el de generar una
ten la posibilidad de que las partes adopten culturajurídica alternativa, integrada con un
libremente las soluciones que les parez- análisis del sistema, y la elaboración de téc-
can más adecuadas a sus posibilidades. nicas y categorías conceptuales divergentes
En Argentina es Neuman un autor que se de Jas gue emplean los modelos culturales
ha ocupado específicamente del tema.^^ dominantes. Esas teorizaciones deben des-
La llamada Probation ha sido introdu- nudar la relación que existe entre las institu-
cida recientemente en nuestro sistema le- ciones jurídicas y las estructuras sociales.
gal por la ley 24.316, y consiste en uri Señalan que las discusiones de los juristas
régimen de prueba al que se subordina hx de todas las ideologías terminan siempre en
no imposición de pena y su posterior ex- una reconstrucción del sistema que privile-
tinción, en casos de reacción positiva.^'' gia aspectos del mismo como "dignos de re-
cuperación". Veremos que esta idea es com-
IV. Uso alternativo del Derecho partida por los abolicionistas.
En América Latina un adherente de esta
Se tata de un movimiento de origen judi-- línea de interpretación judicial es el magis-
cial, cuyas ideas iniciales fueron expuestas trado venezolano Jorge Rosell Senhenn,
en el libro de Pietro Barcellona y Giusepp& quien sostiene, en uno de sus trabajos, que
Coturri El Estado y los juristas,^^ obra en ki la igualdad proclamada por las leyes es pu-
que, a partir del marxismo, se hace una críti- ramente formal, mientras que, en los he-
ca del estado de derecho vigente. En prietíi chos, los sujetos de la relación jurídica son
síntesis, se entiende que el sistema jurídico desiguales y desigualmente tratados, lo que
burgués está estructurado de modo de favo- surge con claridad del derecho laboral y del
recer siempre a las clases poderosas, y quíí derecho de menores. Afirma que el dere-
el único modo de romper este desequilibrio cho tiene un eminente contenido político,
es invertir el sentido de las nonnas, median- pese a la cultivada imagen del juez "neu-
te interpretaciones judiciales favorables a lo;, tral", que no ve o no quiere ver las des-
débiles y postergados de las clases bajas. igualdades. Para Rosell, la norma debe ser
En la obra antes citada, Coturri y BarcelloHíi interpretada tomando partido por las solu-
interpretan la enseñanza del derecho como ciones que siendo formalmente equitativas.

96. Ver Mediación y conciliación penal. Depalma, Buenos Aires, 1997.


97. De Olazábal, Julio: Suspensión dei proceso a prueba, Astrea, Buenos Aires, 1994.
98. Fontanella, Barcelona, 1976.

118
Manual básico de Criminología

sean también sustancialmente equitativas. propuesta, con todos sus componentes


Este magistrado ha firmado numerosos fa- teóricos, tiene consagración temática en
llos donde hace aplicación de sus ideas, que América Latina desde hace exactamente
tienen cierta aceptación también en el ám- veinte años.
bito de la justicia brasileña.^^ En el tiempo transcurrido, el tema tuvo
mucha difusión en nuestros países, don-
y. Decriminalización de contamos con muy buenos penalistas
y criminólogos, que se dedicaron a la de-
Como su nombre indica, esta propuesta criminalización en publicaciones, ponen-
se orienta hacia la reducción del sistema cias y tesis doctorales. En el Cono Sur, los
penal, eliminando figuras delictivas super- uruguayos cuentan con destacados juris-
finas, obsoletas o tipificaciones de conduc- tas que se ocuparon fructíferamente en
tas que podrían ser controladas por medios esta temática, como Adela Reta, en 1983 y
administrativos o del derecho privado. Langón Cuñarro, quien analizó, en 1984,
En especial, se ha apuntado hacia con- los límites del poder sancionador en un
ductas relativas a la libertad sexual, como estado democrático. También hubo dos
la homosexualidad, la prostitución o el adul- ediciones del análisis interdisciplinario
terio, o a los llamados "delitos sin víctima", publicado más recientemente por Raúl
como el consumo de drogas. De lo que se Cervini.^"^
trata, en suma, es de achicar el catálogo pe- Cuando comenzó a discutirse la posibili-
nal, mediante la supresión de numerosos dad decriminalizadora, que en Europa tuvo
tipos penales, conforme a una sistemática cierta inserción ideológico-legislativa en las
elaborada doctrinariamente.^"" sociedades de bienestar, se sostenía la ne-
En Europa quedó tematizada definiti- cesidad de colocar fuera del derecho penal
vamente la noción de decriminalización una serie de situaciones probJemáticas de
en el Coloquio de Bellagio de 1973, y plas- la convivencia social. Se invocaban como
mó en un verdadero proyecto guberna- fundamento diversos argumentos: la "cifra
mental compartido en el Informe del Co- negra" como indicador de la inoperancia
mité Europeo sobre problemas de la crimi- cuantitativa del derecho penal, los costos
nalidad, Estrasburgo 1980.^°^ del delito y de la respuesta punitiva, la ne-
En América Latina, la decriminalización cesidad de desinstitucionalizar, de no inter-
quedó consagrada como una posibilidad venir en las cuestiones morales de la con-
político-criminal, a partir del Curso Inter- ducta individual, de obviar la penalización
nacional de Criminología de Guayaquil, de los delitos sin víctima, de prestar aten-
en 1975. Puede decirse, entonces, que la ción a nuestras minorías étnicas y culturales

99. "Realización de los derechos humanos y uso alternativo del derecho", en Capítulo Criminológico, Maracai-
bo, N2 9-10, 1981-82, p. 140.
100. Una buena síntesis de la sistemática aludida y de otras medidas alternativas, puede verse en Rico, José
María: Las sanciones penales y la política criminológica contemporánea, Siglo XXI, México, 1979.
101. Traducción al castellano de Ciafardini y Bondanza, Ediar, Buenos Aires, 1987.
102. Los procesos de decriminalización, segunda edición, Ed. Universidad, Montevideo, 1993.

119
Carlos Alberto Elbert

reconociendo sus usos y costumbres, etc. sociales. La mínima intervención significa


En suma, envuelta en finalidades prácticas que el estado debe intervenir únicamente
de tipo economicista, estaba presupuesta la en los casos más graves, protegiendo los
idea de una sociedad más libre, justa y tole- bienes jurídicos más importantes, siendo el
rante. Sin embargo, en América Latina no derecho penal la última o extreina ratio
se han experimentado procesos planifica- cuando ya fracasaron todas las demás al-
dos de decriminalización, y en Europa, los ternativas del derecho.
autores consideran que las tipificaciones pe- Muy influenciada por las ideas iluminis-
nales siguen aumentando, sin que se en- tas y el estado social y democrático de de-
contrasen en muchos casos razones que recho, esta estrategia pretende poner al in-
lo justifiquen. dividuo verdaderamente en el centro de la
escena jurídica.
VI. Minimalismo penal Ferrajoli sostiene que el juicio penal y la
pena protegen a los acusados contra las ven-
Este enfoque, conocido también como ganzas de otros individuos o del estado.
de "intei'vención penal mínima" es una crea- La prevención de los delitos y de las pe-
ción que nace del grupo de la revista Dei nas arbitrarias legitiman la "necesidadpoli-
delitti e dellepene, fundamentalmente de las tica" del derecho penal com.o instrumento
concepciones de Ferrajoli y Baratta. ^°3 Se de tutela de derechosfundamentales. El de-
basa en la maximización del sistema de ga- recho penal mínimo sería algo así como la
rantías legales, colocando a los derechos ley del más débil, que sufre la pena como
humanos como objeto y límite de la inter- ¡nal
• menor frente al peligro de la anarquía
vención penal. ^*'' Se buscan medios de re- que lo exponga a cualquier venganza ca-
ducción cuantitativa de la intervención pe- prichosa de particulares o autoridades.
nal, ampliando al máximo posible el efecto Baratta, por su parte, en sus "principios
de las garantías disponibles. El objetivo es de derecho penal mínimo", elabora el mé-
disminuir la cantidad de conductas típicas, todo conforme al cual los derechos huma-
procurando penalizar sólo las más dañosas, nos son, por un lado, un límite negativo al
prescindiendo de las bagatelas, y haciendo crecimiento de la intervención penal, pero
cumplir rigurosamente las garantías legales, también un ámbito para ampliar la tutela pe-
procurando evitar todos los circuitos de jus- nal de bienes en favor de la mayoría. Barat-
ticia extrajudicial por mano propia. Se adopta ta propone principios intrasistemáticos, para
el principio, caro a los abolicionistas, de la reducir "por dentro" al propio sistema pe-
subsidiaiiedad, o sea que el sistema penal nal, y extrasistemáticos para la constmcción
intervenga sólo en casos que no pueden de alternativas para el futuro, especialmen-
ser solucionados por otras vías jurídicas o te en el plano político y legislativo.

103. Ver número 3, de 1985, con aportes sobre el tema de Baratta, Resta, Ferrajoli y Pavarini. También
Ferrajoli, Luigi: Derecho y razón, Trotta, Valíadolid, 1995, p. 335.
104. Baratta, Alessandro; Principios del derecho penal mínimo. Doctrina Penal, Buenos Aires, 1987, pp.
623 y ss

120
Manual básico de Criminología

Baratta sostiene que una política criminal de su libertad mediante el respeto también
alternativa debe orientarse hacia la mayor de su verdad. Es precisamente la garantía
contracción posible del sistema penal. Sin de estos derechos fundamentales la que hace
embargo, la disminución de las penas confor- aceptable para todos, incluida la minoría de
ma, meramente, una etapa previa a la supera- los reos y los imputados, al derecho penal
ción del propio sistema penal, meta a largo y al mismo principio mayoritario".^"^
plazo que coincide con del abolicionismo. ^°' Para Ferrajoli, esta construcción supera las
Baratta elabora una sistemática para el limitaciones moralistas y naturalistas del retri-
derecho penal mínimo, que señala los prin- bucionismo penal y de la prevención general
cipios reductores que deben presidir la crea- positiva (reforzar la fidelidad al orden esta-
ción de la ley y su aplicación, como los de blecido, funcionalismo, Jakobs), dando al
taxatividad, proporcionalidad y subsidiarie- derecho penal el único fin de la prevención
dad en el primer caso, y de primacía de la general negativa (función disuasiva de quie-
ley sustancial y su irretroactividad en el se- nes no delinquen). Las penas pasan a tener,
gundo, cuyo desarrollo completo debe ver- conforme a esta teoría, dos finalidades, que
se en los textos originales. son: el máximo bienestar posible de los no
Ferrajoli considera posible una legitima- desviados, y el mínimo malestar de los des-
ción del sistema penal, que sería indispen- viados. Siendo un mal la pena, es justificable,
sable en cualquier sistema político, mien- en tanto quede reducida a un mal menor frente
tras que Baratta propone una legitimación a la venganza. Ferrajoli también elabora una
táctica con fines reductores, cuyo objetivo lista de postulados semejantes a los de Barat-
último es el reemplazo de los sistemas de ta, como principios fundamentales del garan-
imposición de penas. tismo; pueden señalarse, a título de ejemplo,
los de retribución, legalidad, economía de pro-
Vil. Garantismo penal hibiciones, etc., cuyo análisis detallado se re-
mite al texto del autor.
Es la interpretación que Ferrajoli elabo- Recientemente, Melossi ha formulado crí-
ra, de un derecho penal legitimado por su ticas a las posiciones minimalistas y garan-
capacidad de tutelar valores o derechos fun- tistas, sosteniendo que el derecho penal no
damentales, "cuya satisfacción, aun contra puede, materialmente, hacerse cargo de los
los intereses de la mayoría, es el fin justifi- fenómenos que verdaderamente deberían
cador del derecho penal: la inmunidad de ser considerados criminales. También, que
los ciudadanos contra la arbitrariedad de las por esas vías reductoras o de legitimación,
prohibiciones y de los castigos, la defensa la lucha contra la represión penal corre el
de los débiles mediante reglas de juego igua- peligro de transformarse en una lucha en
les para todos, la dignidad de la persona favor de la prepotencia de los que son so-
del imputado y por consiguiente la garantía cialmente fuertes contra los débiles.-'*'''

105. Baratta: Criminología crítica, op cit, p 219.


106. Ferrajoli, op. cit., p 336.
107 Melossi, Darío: "Ideología y derecho penal, garantismo jurídico y criminología crítica. ¿Nuevas ideologías
de la subordinación?", en Nueva Doctrina Penal, A/1996, p. 75

121
Capítulo 11

Los abolicionistas
El abolicionismo y sus vertientes. La influencia de Foucault. Naturaleza científica
del abolicionisnno. Las ideas de Hulsman, Christie y Mathiesen. Críticas al modelo
abolicionista.

/. Abolicionismo que se los considere delitos, todo en nom-


bre de una idea abstracta, llamada "bien
La corriente de pensamiento orientada a la jurídico aitelado".
abolición de las penas y los sistemas pena- Dicen los abolicionistas que en los pro-
les es conocida actualmente como "aboli- cesos penales se deja de lado la víctima,
cionismo" a secas. El grupo de pensadores mientras que se legitima la intervención
que puede ser adscrípto a esa orientación, total del Estado, como preseivador de los
no se interesa por una política criminal al- bienes jurídicos "indispensables" y la idea
ternativa, sino por una alternativa a la po- del consentimiento en la teoría del delito.
lítica criminal. Mantienen distancia de Sostienen también, que la intervención del
quienes, estudiando el sistema criminal, se sistema penal agrava los conflictos, por-
esfuerzan por encontrar soluciones que que impide llegar a cualquier respuesta
mantengan o prorroguen su existencia en que no sea punitiva. En algunos casos, la
el tiempo. propia existencia del sistema penal agre-
Comparten los análisis de la criminolo- ga riesgos y daños para los afectados,
gía de la reacción social (o sea la de las como en los casos de consumo de drogas
reacciones que se generan en la sociedad o de aborto o incumplimiento de los de-
por la comisión de delitos) en lo que se beres de asistencia familiar, en que los po-
refiere a la selectividad, tanto en los proce- tenciales imputados deben ocultarse, y rea-
sos de criminalización primaria como secun- lizar sus actividades prohibidas en mayor
daria, con independencia de la dañosidad situación de riesgo o proceder a ocultar
social y la gravedad de los hechos, los efec- bienes y llevar una doble vida por temor
tos del encierro y la incapacidad del siste- a condenas, etcétera. A todo ello debe a-
ma penal de resolver los conflictos de los gregarse la violencia policial y la ilusión
que se hace cargo, sin que las personas in- generalizada de que los problemas real-
volucradas lo vivan como un delito, o aun- mente se resuelven mediante la interven-
que las propias víctimas estén en contra de ción de las agencias del control.

123
Carlos Alberto Elbert

Estos autores dicen que el interaccio- Se ha distinguido en esta corriente, que


nismo simbólico demostró que la prisión por naturaleza es heterogénea, al abolicio-
es reproductora de criminalidad. Sin em- nismo penal radical, representado por Liuls-
bargo, la crítica abolicionista va más allá man, que pretende la desaparición total del
de la criminología y llega a sostener que sistema penal, del abolicionismo institucio-
los sistemas vigentes no son un progreso nal, que se limita a procurar stiprimir la
en ¡a crueldad de los castigos respecto a la institución cárcel con sus anexos, como los
época previa a las reformas iluministas. No psiquiátricos penales.^°^
es una humanización —dicen— porque
abarca conflictos que antes se resolvían de //. La influencia de Foucault
otro modo, y permite, además, castigo a
más gente. Por ello, consideran que la pri- Para muchos autores, Foucault es un pre-
sión es apenas una alternativa a la tortura cursor del abolicionismo, o bien un aboli-
y la pena de muerte. cionista encubierto. Para ello se señalan
El abolicionismo sostiene que hay falta ideas que fue exponiendo en sus publica-
de coherencia en el sistema penal, al que ciones y conferencias, como su postulada
se presenta como racional, concebido y crea- necesidad de abolir todos los límites que
do por y para el hombre. Para ellos, en rea- fijan relaciones asimétricas y que expresan
lidad, una vez que el sistema penal es puesto relaciones de poder. Como es sabido, Fou-
a andar, marcha solo y nadie sabe hacia cault no reclamaba una acción política to-
dónde conduce, porque la lógica del casti- talizante para abolir las relaciones de po-
go impide que el sistema penal pueda ma- der, porque, para él, la abolición de las des-
nejar razonablemente algún conflicto. Se igualdades plantea luchas locales y relacio-
señala la ontología del delito, al que sólo se nadas con un dominio específico donde la
le pondría una "vestidura de ideas", impi- gente se sienta oprimida.
diendo comprender el hecho y organizar Los libros de Foucault no conforman teo-
respuestas. La perspectiva penal es siempre rías completas o lineamientos de acción,
dicotómica: blanco-negro, criminal-no cri- sino estrategias posibles, que deben ser uti-
minal, culpable-inocente, etc. Este carácter lizadas en cada caso, como si fuesen una
binario lleva a elaborar un cuadro simplista caja de herramientas de donde se eligen
del hombre y sus actos, quitándole todo el las indicadas segtm la situación. Los aboli-
proceso de interacción que enmarca la co- cionistas se valen de ésta y otras ideas per-
existencia humana y centrándose apenas en sistentes de Foucault, como la del pensa-
algunos aspectos de ella. La capacitación miento continuo, abierto, sin contradicción
legal solo sirve para simplificar, porque no ni negación, como un "pensamiento de lo
permite mirar todos los valores de una si- múltiple" o "lo inacabado", idea que res-
tuación, sino que selecciona apenas los que cata en el abolicionismo Mathiesen. Fou-
tienen que ver con la ley (Christie). cault sostenía que debían estudiarse los lí-

108. Ver Bovino, Alberto: "La víctima como preocupación del abolicionismo, etc.", en La víctima y el sistema
penal, op. cit.

124
Manual básico de Criminología

mites de la cultura contextuándolos cons- Muchas veces es imposible solucionar los


tantemente con las relaciones de poder, conflictos que se producen en la sociedad.
desconfiando y luchando contra lo que es- La búsqueda de "una solución" es un con-
tablezca límites que separan "lo igual" de cepto puritano y etnocéntrico que no se co-
"lo otro". El poder no está garantizado por rresponde con las experiencias de la vida,
el discurso formulado en las leyes, sino por donde se dice que la maduración se expre-
el poder disciplinario, que se expresa en sa en la capacidad de soportar frustracio-
todas las técnicas de control y disciplina- nes, o sea, experiencias sin solución o sin
miento. Este poder disciplinario es el que satisfacción para el individuo.
produce desviados, locos, delincuentes, La idea básica de los abolicionistas, es
etcétera. ^"^ devolver a las personas implicadas el ma-
Los abolicionistas hablan de la expro- nejo de sus propios conflictos. La víctima
piación del conflicto, conforme a la figura debe reapoderarse del conñicto que le fue
de Foucault; la víctima es un perdedor por expropiado por el estado. Se propone, como
partida doble: ante el infractor y ante el consecuencia de este punto de vista, la cons-
estado. Está excluido de intervenir en su trucción de uní justicia participativa, don-
propio conñicto, que se le entrega a cier- de la compensación reemplace a la pena,
tos profesionales (expropiación). De modo conforme a un modelo de sociedades sin
tal que, como dice Pavarini, se produce estado fuerte, que sólo inter\'endrá cuando
también la "expropiación del sentido". La las partes no arriben a un acuerdo, que les
profesionalización de quienes intervienen habilite para recurrir a los tribunales.
en el proceso penal hace que no se escu- El modelo abolicionista no paite de los
che a las personas verdaderamente impli- supuestos del derecho penal, sino de otros
cadas. La presencia de abogados se hace diferentes, opuestos a los de la justicia que
necesaria, no tanto para un efectivo ejer- tenemos en la actualidad, tanto la de los
cicio de los derechos de las partes, como países centrales como la de los periféricos.
se repite en el medio jurídico, sino como Para los abolicionistas, el delito debe dejar
traductores del lenguaje que se utiliza en de ser tal, para pasar a ser una "situación
las burocracias ocupadas en impartir jus- problemática", en la cual la víctima pueda
ticia. El conflicto sobre el que se tiene tener otro rol y el mediador se parezca sólo
que entender ha desaparecido cuando es ligeramente a las funciones del juez acUial.
tratado, y los abogados son sólo traduc- El desarrollo del abolicionismo se ha
tores del vocabulario cifrado que reduce dado especialmente en los países escandi-
la realidad. navos y en Holanda, lo que, de por sí, hace

109. Ver Vigilar y castigar, obra citada, Microfísica del poder, Ediciones de la Piqueta, Madrid, 1979 y
Un diálogo sobre el poder, Altaya, Barcelona, 1995. También puede consultarse Marteau, Juan Félix:
La condición estratégica de las normas, Eudeba, Buenos Aires, 1997, y Murillo, Susana: El discurso de
Foucault: Estado, locura y anormalidad en la construcción del individuo moderno. CBC-UBA, Buenos
Aires, 1997

125
Carlos Alberto Elbert

blanco de críticas al movimiento, en tanto, que humanista que se solidariza con los más
se dice, surge en sociedades idílicas, de po- débiles de la sociedad.
cos habitantes y mucho bienestar y cultura, En consecuencia, el abolicionismo ha
que estarían lejanas de ios padecimientos y delimitado un campo de discusión y tra-
carencias de los países del tercer mundo. bajo pragmático, simple y creativo. Su
apertura y la despreocupación por la pro-
///. Naturaleza científica lijidad metódica es consecuencia de un
del abolicionismo antirreduccionismo que aspira a no con-
fundir método con ideas, como dijo Husserl.
El abolicionismo no se presenta como Puede decirse que el abolicionismo "se la ha
una ciencia o un sistema de ideas que po- hecho sencilla" en oposición a lo que ocurre
sea un método y un objeto propios. Su fi- discursivamente dentro del derecho penal
nalidad es muy simple: acabar con el siste- y la criminología, campos científicos plaga-
ma penal, valiéndose, para ello, de todas dos de dificultades, que propone "otra lógi-
las estrategias imaginables, sin asumir com- ca" para el tema del delito: "cambiar el len-
promisos con el sistema vigente, porque tales guaje no basta si se conservan, bajo las pa-
compromisos sólo conducen a ser "integra- labras nuevas, las categorías antiguas".
dos", y finalmente fagocitados por el mis- En cuanto a la naturaleza del abolicionis-
mo, que asimila las críticas, elabora discur- mo en el campo de las ideas y sus relaciones
sos de réplica, y continúa adelante tal como con la criminología, puede consultarse mi
estaba. trabajo "Abolicionismo: ¿eclecticismo o inte-
El abolicionismo no es una constnacción gración en la criminología?", en el libro de
teórica preocupada por requerimientos e- homenaje al Profesor David Baigún, Ed. Del
pistemológicos o filosóficos del tipo de los Puerto, Buenos Aires, 1995, p. 477.
que atormentan a la criminología o al dere-
cho penal. No se concibe a sí mismo como IV. ¡Hulsman, Christie, Mattiiesen
disciplina autónoma ni como ciencia. Po-
dría decirse que, al servicio de sus objeti- Un abolicionista radical es Louk Huls-
vos, cualquier método resulta admisible, en man, ex funcionario, juez y profesor de
tanto sea eficaz. Derecho Penal en Rotterdam, quien hace
En las líneas de la política abolicionista una completa exposición de sus ideas en el
se desarrollan pensamientos estratégicos a libro Sistema penal y seguridad ciudada-
partir de situaciones concretas. En esas lí- na.^^^ En esa obra, cuenta sus experien-
neas estratégicas se tiende a desenmascarar cias en contacto con las penas, que arran-
ideologías de control, aún cuando por ex- ca en su vivencia como prisionero de un
cepción desarrollen los problemas del po- campo de concentración alemán durante
der y de la estioictura del estado. El aboli- la segunda guerra. Afirma que el sistema
cionismo es, fundamentalmente, un enfo- penal opera en la irracionalidad, porque sólo

110. Ariel, Barcelona, 1984.

T26
Manual básico de Criminología

se vale de su propia lógica, como la astro- Defiende la tesis de que las pérdidas ma-
logia o la teología. Las sociedades constru- teriales que causan los delitos pueden ser
yen sistemas abstractos para darse seguri- asimiladas a las catástrofes naturales, recu-
dad, y se trabaja luego para perfeccionar- rriéndose a reglas civiles de indemnización,
los, olvidando la sociedad. Con el tiempo, sin apelar al concepto ambiguo, inasible,
los sistemas no se corresponden con nada metafísico y escolástico de la culpabili-
humano; así, en el dominio penal aún se dad. La realidad trasciende ese concepto,
imponen, casi por inercia, las imágenes porque los que van a las cárceles son siem-
maniqueas, y se espera que leyes y estruc- pre los mismos, o sea las categorías más
turas realicen la armonía social. débiles y desamparadas de la población. El
Se pregunta Hulsman si las reglas y los derecho penal, en consecuencia, crea y re-
principios protegen verdaderamente a las fuerza desigualdades.
personas de toda opresión arbitraria, y si Para Hulsman, los servicios penales es-
son válidos para la sociedad de hoy (se re- tán concebidos para hacer daño y crear vio-
fiere a los principios de igualdad ante la lencia, tal como el sistema militar. Frente al
ley, intervención mínima, ultima ratio, etc.), dato de que los encarcelados en Francia en
y por supuesto, su respuesta es negativa. un año pueden alcanzar doce millones, se
Ataca duramente a toda forma de burocra- pregunta si hay alguien dispuesto a que este
cia que termine imponiendo penas, y sos- sistema siga aplastando tanta gente.
tiene que cada servicio trabaja aisladamen- Suprimir el sistema penal no supondría
te, ejecutando su papel sin preocupaciones una reforma fundamental de la magistratu-
por lo que ha sucedido antes. Estas institu- ra penal, que se podría consagrar por ente-
ciones no tienen entre sí —dice— sino una ro a los asuntos considerados como civiles,
referencia global a la ley penal y la cosmo- para gran alivio de los jueces, para quienes
logía represiva, vínculo vago para garanti- la tarea de estigmatizar semejantes en tiem-
zar acciones concertadas. Sostiene que es- po completo no debe ser causa de regocijo.
tán encerradas en mentalidades que se re- En la parte penitenciaria se podrían conver-
pliegan sobre sí mismas, que cada cuerpo tir sus servicios con finalidades de asisten-
desarrolla unos criterios de acción, una ideo- cia social.
logía, una cultura particular y no es raro Afirma que es un mito que las socieda-
que entren en contradicción entre sí. En rea- des desarrolladas sean superiores, porque
lidad, concluye, no apuntan a objetivos ex- la racionalidad inherente a la industrializa-
ternos (que no pueden realizar) sino hacia ción penetra en planos cada vez más pro-
el interior, crecer, velar por el bienestar de fundos de la vida, con consecuencias catas-
sus miembros, asegurar su propia supervi- tróficas, especialmente en lo ecológico.
vencia. Para Hulsman, el pensamiento bu-
Hulsman se concentra sólo en la crimi-
rocrático es esencialmente represivo y el su-
nalidad tradicional, y dice que el ciudada-
frimiento de la prisión es el precio que el
no medio es un mito, y que cuando las per-
encarcelado debe pagar por un acto al que
sonas comprendan hasta qué punto abrti-
una justicia fría ha definido en un balance
ma a nuestras sociedades el peso de la ma-
inhumano por el que se hace de él una
quinaria del castigo, no se encontrará a na-
nueva víctima.
die más dispuesto a defenderla. Sostiene que

127
Carlos Alberto Elhert

la máquina de control debe ocuparse de un infracción, que varía en el tiempo y el espa-


10% del total de los delincuentes, que sean cio. En realidad, afirma, es evidente que es
realmente peligrosos o hayan cometido he- la ley la que crea al criminal. Últimamente,
chos muy dañosos. En cuanto al resto del Christie se ha dedicado a estudiar aspectos
sistema, debe ser abolido, pasado a juris- relativos a la utilización de las penas como
dicción civil, aplicándose sus procesos, una industria que vende productos, toman-
mecanismos, jueces y personal. do como modelo a los Estados Unidos.
Otros autores muy reconocidos de esta Mathiesen, por su parte, con un análisis de
tendencia, son Nils Christie, docente en Oslo, base marxista, se concentra más en las rela-
Noruega, donde comparte sus tareas con ciones de clase en sociedades desiguales, y
Tilomas Mathiesen. El primero es más co- su consecuencia en las penas. Enfatiza que
nocido en nuestro medio, que ha visita- no deben construirse alternativas a la cárcel,
do reiteradamente, por haber sido tradu- o para la cárcel, sino ideas para organizar
cido al castellano.^'-' alternativamente las relaciones humanas, de
En una comparación muy esquemática, modo que los conflictos puedan resolverse
podría decirse que Christie centra su argu- de maneras distintas, favoreciendo los ele-
mentación en fundamentos éticos, orienta- mentos antiautoritarios de las relaciones hu-
dos a reducir lo penal, como sufrimiento im- manas. Por su parte, Mathiesen ha desan-o-
puesto a las personas de modo intencional. llado detenidamente una teoría para la ac-
En tal sentido, su desarrollo de la idea de ción política, persuadido de que no habría
pena es muy profundo, con raíces filosóficas alternativa entre la absorción y el antagonis-
y religiosas, cuya influencia en nuestro me- mo abierto con el sistema penal vigente. Se-
dio podría ser adscripta al pensamiento de ñala que, al demandar la implementación de
Mariano Castex.''-^ La prisión es, para Chris- alternativas antes de abolir el sistema preva-
tie, un sufrimiento no creador, carente de leciente, las fuerzas conservadoras están exi-
sentido. Las reglas internas hacen prevalecer giendo algo que no puede materializarse o
las relaciones de pasividad, agresividad y de- que al menos se materializará muy lentamente
pendencia-dominación. No dejan lugar para y que resultará muy similar a lo ya existente.
la iniciativa ni el diálogo, alimentan el des- Por ello, opta por una relación de contradic-
precio de la persona. En prisión se pierden ción con el sistema existente. La alternativa
la personalidad y la sociabilidad. Se piensa será "alternativa" en tanto no esté basada en
que quien está en prisión lo tiene mereci- las premisas del viejo sistema sino en sus pro-
do. Las ciencias criminales han puesto en pias premisas, que en uno o más puntos con-
evidencia la relatividad del concepto de tradigan a las del viejo sistema. La segunda

111. Ver Los límites del dolor, Fondo de Cultura Económica, México, 1984 y La industria del control del detito,
Buenos Aires, Ediciones del Puerto, 1993, con prólogo de Zaffaroni, que diera lugar a una posterior polémica
entre ambos, en la revista No t-lay Derecho.
112. Ver El poder penal, CBC-UBA, Buenos Aires, 1997.

128
Manual básico de Criminología

condición es que un movimiento político en actividades y propuestas reduccionistas o al-


expansión debe, para seguir expandiéndose, ternativas del sistema penal desdibuja la
estar en relación de competencia con el siste- personalidad del abolicionismo, que puede
ma existente. La alternativa de lo inconcluso superponerse fácilmente con corrientes di-
sólo es tal en tanto compita con el sistema versas de derecho pena! o criminología.
existente. De lo contrario, ei reemplazo del Las diferencias con la criminología fue-
sistema existente no será interesante ni rele- ron bien marcadas por Mauricio Martínez Sán-
vante y el movimiento político se retraerá.-'^^' chez cuandcj señaló que: "A pesar de que la
Básicamente, Christie, Hulsman y mayor parte de los criminólogos críticos es-
Mathiesen no son sólo teóricos, sino tam- tán de acuerdo en abolir la cárcel, ellos acep-
bién activistas que han intentado traducif tan que a dicho objetivo pueden acercarse
en la práctica sus ideas, participando de] gradualmente mediante la extensión de las
mencioasdiis medidas zkemaüvas; es decir,
como decriminalización, pero también for- mediante la aplicación de la suspensión con-
mando organizaciones de presos y comi-- dicional, de la libertad condicional y en ge-
siones interdisciplmarias para estudiar e] neral mediante la ejecución de la pena de-
fenómeno carcelario, especialmente en Es-- tenliva en régimen de semilibeitad y la aper-
candinavia, y en la participación en con- tura de la cárcel hacia la sociedad. En este
gresos, jornadas y encuentros en numero- sentido, las medidas alternativas forman
scjs países, habiendo aportado valiosas pu- parte de la 'fase de transfonnación del de-
blicaciones que difunden desde las cátedras recho penal' por el que habría que pasar
respectivas. antes cié abolirlo totalmente, pues el dere-
cho penal mismo puede ser un "instrumen-
V. Críticas al modelo abolicionista -•
.:. to de reducción y de control de la violencia
punitiva' ".^^'^
Desde el campo criminológico, especial- El abolicionismo parece estar prisionero
mente desde la criminología crítica, se han de su fácil delimitación de un objeto; si lo
dirigido varios cuestionamientos al abolicio- mantiene concentra fuerza, pero se le torna
nismo. Así, en lo referente a la identidad d^ difícil la operatividad en el campo social; si
desinstítijcionalización radical se ha subraya- se aleja del objetivo final pierde contorno,
do que el origen irreductible del abolicionis- y puede operar en el campo social con he-
mo le hace perder identidad en cuanto pueda rramientas y proposiciones que ya son pa-
verse involucrado con actividades de colabo- trimonio de otras comentes y teorías.
ración con el sistema. La posición extrema k; En lo referente a la concepción del hom-
da la legitimidad de propuesta contrastante, bre, no obstante el seductor poder de atrac-
pero le ata las manos para la actividad de ción que ejerce una noción del hombre y
campo. Por el contrario, la participación en su comportamiento guiado por una especie

113. El pensamiento de estos autores y sus textos, pueden consultarse en Abolicionismo penal, traducción
de Ciafardini y Bondanza, Ediar, Buenos Aires, 1989
114 La abolición del sistema penal. Inconvenientes en Latinoameaca, Temis, Bogotá, 1990

129
Carlos Alberto Elbert

de deliciosa bondad y buena fe, de la que confianza en la víctima; también a que su futu-
Louk Hulsman resulta un ejemplo viviente, ro rol protagónico (reclamado especialmen-
muchos opinan que se trata de una ideali- te por Christie) debe ir necesariamente acom-
zación. Ni el ser humano está desprovisto pañado de una disminución del poder de
de pasiones, ni sus conflictos son indeperi- los órganos estatales para imponer la solu-
dientes del tipo de sociedad en que le toca ción, o sea, un modelo de estado diferente.
vivir y de las condiciones culturales que Cabe recordar que hasta el 70% de los
marcaron su desarrollo. En tal sentido, la asuntos investigados en sede penal está
sociedad que genera los hombres perjudi- constituido por delitos contra la propiedad,
cados por el sistema penal brilla por su ati- cuyos autores generalmente no pueden pa-
sencia en el campo abolicionista. gar siquiera una baja caución para obtener
En lo referente a la reprivatización de los su excarcelación. Es delicado, entonces, el
conflictos, es interesante analizar el papel que tema de los mecanismos composicionales
cumple el estado en nuestros países, donde basados en el ejemplo de países ricos o con
su rol de garantía frente a abusos puede ser buen standard de vida.
imprescindible ante el cuadro de injusticia so- No hay que equivocarse respecto a los
cial en que están inmersos nuestros países. arreglos de estilo civil de los conflictos, que
Por último, la transferencia al derecho civil de pueden constituir, de hecho, un elemento
los conflictos que hoy resuelve el derecho coactivo penoso para el que resulta afecta-
penal parece establecer ''áreas no contamina- do; y cuando una persona se considera víc-
das" dentro de la teoría general del derecho, tima de un hecho, puede utilizar dicho sis-
constituyendo una explicación simplista y tema civil para causar molestias, incluso para
reductora de la naturaleza del estado capitíi- castigar a aquél a quien estima responsa-
lista en que estamos inmersos. Baratta y Mar- ble. No hay que apresurarse a decir que
tínez Sánchez han destacado suficientemente sólo el sistema penal permite canalizar los
los riesgos que se corren confiando en una sentimientos vindicativos de la gente. Un
presunta igualdad de las partes en esferas sistema de tipo compensatorio puede muy
del derecho privado burgués. Basta enunciar bien cumplir un papel parecido.
esa cuestión para dejarla planteada como serio La lista de críticas es mucho más amplia
obstáculo a la credibilidad de las modalida- que la que aquí se señala, pero ello no ha
des de futura solución de conflictos que disuadido a los abolicionistas para continuar
bosquejó Hulsman en Sistema penal y seguri- discutiéndolas en todo tipo de foros y oca-
dad ciudadana. siones, donde se destacan por su encomia-
Otras críticas que se han dirigido a esta ble carácter participativo, del que la crimi-
corriente, apuntan a la excesiva e ingenua nología tiene mucho que aprender.

130
Capítulo 12

Los sistemas penales latinoamericanos


Características institucionales y legales de los países latinoamericanos.
Concreción legal de las ideas político-criminales en el siglo XX. Comparación entre
las experiencias latinoamericanas y las de los países centrales. Los presupuestos
racionales y sociales de un sistema penal democrático. Legislación penal y procesal

/. Características institucionales y leg&les das por los problemas locales, surgidas en el


de los países latinoamerícanos medio y adaptadas a él. Por alguna razón que
no es del caso investigar aquí, eso no suce-
Posiblemente como resultado de la larga dió, y el entusiasmo hacia las novedades de
dependencia colonial, durante cuyos (res- Europa ocupó, lisa y llanamente, el vacío de
cientos años toda decisión importante para unproyecto de síntesis, de impensamiento sis-
América se tomaba en España, o porqiie el temático propio de la región, inspirado en su
impulso creador quedó adormecido por geografía, su clima, sus gentes, sus usos y cos-
estos lares, sepultado bajo la imposición de tumbres Los pueblos indígenas habían que-
todo tipo de normas ajenas y extrañ£is al dado atrás, los españoles al costado, y al fren-
medio y su cultura, o porque casi tocia la te marchaba una élite de patriotas mestizo-
historia latinoamericana fue a la zagíi de europeos, a la búsqueda de modelos ágiles
mandantes externos poderosos que in^pu- de progreso, como los de Francia, Inglaterra
sieron los rumbos, lo cierto es que las ges- o Estados Unidos. De modo tal, determina-
tas de la independencia y la estmcturación ron la organización de flamantes repúblicas
de las nuevas repúblicas fueron un trasva- copiando ciega y rápidamente cuanto códi-
samiento entusiasta de ideas "adecu^idas go o ley europea anduviese por ahí ocupán-
para países modernos'', orientadas a reem- dose de problemas terrenales. El sentimien-
plazar las pesadas estructuras monárquicas, to dominante imaginaba que el jubileo libe-
por los nuevos modelos republicanos y re- ral, esa liberación repentina de las fuerzas
presentativos. sociales y productivas, era el futuro, la luz
tras las tinieblas, y que más allá no había
Tal vez haya sido una fatalidad qué las
otra cosa que progreso indefinido y felici-
luchas por la independencia no hayan coin-
dad en la tien-a. El último que se subiera al
cidido con el florecimiento de un nuevo sis-
tren desperdiciaría opoiUmidades que apro-
tema de pensamiento local, que produjese
vecharían los más visionarios.
instituciones originales, propias, preocupa-
Carlos Alberto Elbert

Es forzoso admitir que, históricamente, intelectuales y proceres fieles al credo se-


la imposición previa de ideas medievales y lectivo, y muchos de ellos tuvieron poder
monárquicas de origen divino bajo la coro- político o influencia teórica en la confor-
na española no cuajó, precisamente, en un mación constitucional y legal de nuestros
buen modelo de administración local. La sus- países; aquí aludiré sólo a los argentinos
titución apuntó, entonces, hacia un sistema Alberdi y Sarmiento, feívorosos partidarios
de pensamiento que permitiera entrar de de una modernización por copia de los sis-
una vez a la edad moderna, requiriéndolo temas europeos y norteamericano, de los
ahora desde la periferia, en sentido inverso que eran declarados apologistas.
a aquél impulso central de la conquista. Los Alberdi, cuya obra conocida como Ba-
cambios políticos europeos fueron identifi- ses constituyó la principal fuente teórica lo-
cados con un estado de ánimo universal de cal para elaborar la Constitución Nacional
democracia, justicia e igualdad, más allá de de 1853, es recordado por su lema "gober-
particularismos, costumbres o entorno cul- nar es poblar", cuya aparente generosidad
tural. Los postulados iluministas prometían étnica alude al asentamiento en las pampas
la conquista definitiva de la libertad, y nues- de grandes cantidades de inmigrantes; sin
tros pensadores locaJes se alienaron a ese embargo, Alberdi no pensaba en sumar, sino
modelo, desentendiéndose de las especifi- en reemplazar al elemento local. Los inmi-
cidades de procedencia y haciendo propios, grantes debían ser europeos, blancos, de
incluso los postulados más negativos, en preferencia anglosajones, a lo sumo france-
forma de "cmda admisión de la realidad". ses, pero de ningún modo españoles, italia-
El eurocentrismo, erigido en modelo y me- nos o eslavos. Su menosprecio por el ele-
dida de toda especificación cultural del pla- mento local y latino se expresaba así: "Ha-
neta, se implantó rigurosamente entre no- ced pasar el roto, el gaucho, el cholo, uni-
sotros, como un dictado inexorable de la dad elemental de nuestras masas populares
historia, incorporando algunas virtudes, pero por todas las transformaciones del mejor sis-
también gravosos prejuicios. Por eso, mu- tema de instrucción: en cien años no haréis
chas de nuestras figuras intelectuales de de él un obrero inglés que trabaja, consu-
entonces, concibieron el futuro y sus pro- me, vive digna y confortablemente."^^^
yectos de naciones basándolos directamen-
te en el racismo y la xenofobia más crudos En cuanto a Sarmiento, son famosos sus
y explícitos. Repasando las apreciaciones de exabruptos racistas, del tipo de "no ahorrar
Montesquieu en el famoso Espíritu de las sangre de gaucho", o de que la gente del
leyes y de Voltaire en sus Ensayos sobre campo, los gauchos pobres, eran la barba-
las costumbres y el espíritu de las nacio- rie, por contraste con la civilización, emi-
nes, acerca de nuestros pueblos autóctonos nentemente urbana, que nutría su progreso
y los negros, se hace notoria la raíz filo- y cultura con las novedades provenientes
sófica de nuestras etnofobias nacionales. de Europa.
Casi todos nuestros países contaron con Algo más tarde, la eclosión positivista,
con Spencer a la cabeza, completó la vi-

115. Editorial Plus Ultra, Buenos Aires, 1996, pp. 90-91.

"(32
Manual básico de Criminología

sión racial selectiva del futuro de las fla- do culturalmente la calidad humana de
mantes repúblicas lalinoamericanas, inci- buena parte de la población, estipulando
diendo particularmente sobre los progra- una dualidad cínica, que, en el mejor de
mas económicos y los sistemas penales y los casos, trataba a los diferentes como in-
de control formal de América Latina, con feriores o incapaces, dejándoles sólo la
epicentro en Argentina, donde descolló la opción institucional de adaptarse a la cul-
labor teórica de José Ingenieros, quien, tura dominante.
pese a su militancia socialista, escribió, De esta esquizofrenia racial salieron
como vimos, numerosas páginas cargadas los países que tenemos, receptáculo de
de racismo. El lema comtiano de "orden y las más tremendas contradicciones y con-
progreso" será estampado en la bandera trastes, entre las declaraciones de las le-
brasileña, y el indígena Porfirio Díaz dis- yes y el plano de la realidad. Toda nues-
criminará a sus Iguales mexicanos en nom- tra historia es un desarrollo del recono-
bre de un progreso que no los tomaba en cimiento legal enfático de aquello que
cuenta. En México el positivismo serí ideo- es despreciado y que clama por una jus-
logía, partido y programa de gobierno, ticia secularmente negada. Como si pro-
hasta la eclosión revolucionaria. clamar la dignidad humana de indíge-
Como hemos visto, las postenores dis- nas, negros, mujeres, niños o marginales
torsiones y fracasos de las envidiadas ins- fuese un consuelo para que cesen sus
tituciones importadas, llevarían a los este- reclamos sempiternos y se conformen de
reotipos piadosos del carácter "atrasado'' o una vez con su situación.
"joven" de nuestros países, a los lugares Era lógico también que instiaiciones del
comunes de las "malas razas", los "malos derecho civil o comercial napoleónico, sui-
climas" y los "vicios sensuales" que expli- zo o italiano no previeran, por ejemplo, no-
carían nuestra incapacidad o resistencia hol- ciones como la inca, maya o azteca de la
gazana para adaptarnos a los esquemas de posesión y traspaso de la tierra y los bienes
la avanzada civilizatoria. Zaffaroni es, pro- naturales, que, por interpretación metafísi-
bablemente, el autor que más ha profun- ca, permanecen, para ellos, inalienables. Las
dizado el tema del racismo social y legal presunciones legales eran intransferibles,
latinoamericano."'' mediando barreras culturales e idiomáticas,
Nuestros países se fundaron en el prin- y la imputabilidad penal imposible de atri-
cipio de igualdad republicana, certificada buir a quienes tenían una incapacidad de
y proclamada en todo tipo de constitucio- comprensión —sólo que cultural— de he-
nes, leyes, banderas y escudos; mas, en chos que, para el blanco, constituyen ilíci-
verdad, arrancaron despreciando o negan- tos. Pese a ello, se adoptaron a libro cerra-

116 Ver Zaffaroni, Eugenio "Tonda dos milagres o la denuncia del apartheid criminológico" en Revista
Jurídica de Puerto Rico. vol. 60, N- 2, 1991, pp 323-382, reproducido también en Criminología y ¡Derecho
Penal, N'"^ 3-4, p 163, Guayaquil, 1993, Un desarrollo más amplio del tema, por el mismo autor, proporcio-
nando otros nombres de autores racistas latinoamericanos, puede hallarse en vanos capítulos de Crimino-
logía, aproximación desde un margen, Temis, Bogotá, 1988, especialmente en los capítulos V y VI

133
Carlos Alberto Elbert

do códigos completos en las más diversas de sistemas republicanos fieles al modelo ori-
áreas sociales. El código penal francés de ginal, que abrió camino a garantías amplias y
1810 fue adoptado por Haití, Santo Domingo, derechos penales de acto. De más está decir
Nueva Granada y Bolivia, el código napoli- que las innovaciones político-cnminales, como
tano de 1819 se adoptó en Brasil, Chile adop- el sistema de doble vía, el peligrosismo, el
tó el código español de 1870, Paraguay la tratamiento, fueron siempre tomadas de las
legislación española y prusiana de 1851, novedades europeas, sin mayor análisis so-
Ecuador adoptó buena parte del código bre su eficacia y viabilidad locales y sin raíz
belga, y Venezuela del código italiano de alguna en la problemática regional que justifi-
Zanardelli. Posteriormente, el peligrosis- case tales ti^aslados impacientes. Es cierto que,
mo del proyecto Ferri tuvo amplia acogi- en un principio, la organización nacional de
da en Cuba, Colombia y México, y aún nuestros países debía recurrir a nuevos siste-
hoy irradia influencias en diversas legis- mas de legislación y la copia acortaba tiem-
laciones. En general, se constatan en las pos, pero lo injustificable es que este recurso
diversas codificaciones penales influencias se tomase sistemático y que la creatividad lo-
francesas, italianas, bávaras, belgas, sui- cal haya sido tan magra.
zas, prusianas, austríacas, sin mencionar La importación de instituciones y le-
la legislación inglesa propia de sus colo- yes, generó la ilusión de que las repúbli-
nias.^^^ Se partió, incluso, del contrasenti- cas nacientes eran un crisol de naciones
do de adoptar legislaciones ya obsoletas comprometidas con un proyecto común
en Europa, de raigambre monárquica y to- interno y externo, lo que resultó totalmen-
talitaria, claramente opuestas a las decla- te falaz. Así lo corrobora Hurtado Pozo:
raciones de principios de la legislación "Por esto es que la implantación de la Re-
liberal que se consagraba en las constitu- pública (del Perú) y la abolición de los
ciones. La materia contravencional y de títulos de nobleza no determinaron un
peligrosidad de nuestros países es una su- cambio en la mentalidad de los criollos
pervivencia de la Novísima Recopilación ya que, si bien juraban fidelidad a la pa-
y de la legislación monárquica española y tria y a la república en lugar de sumisión
hasta de la Ordenanza Criminal Francesa al soberano, continuaron usufructuando
de 1670;^^^ disposiciones todas, que pa- los privilegios y menospreciando a las otras
tentizaban necesidades hegemónicas ab- clases y castas. Por su parte, los indios no
solutas, de regímenes aristocráticos con se identificaron con la causa emancipadora
control omnímodo sobre las clases inferio- y la nueva república, dirigida por el nuevo
res, características notoriamente impropias grupo dominante, no logró integrarlos.""^

117. De la Rúa, Jorge: La codificación penal latinoamericana, Universidad Central, Caracas, 1982, pp. 26-
27 y Zaffaroni: Sistemas penales y derechos humanos, pp. 114 y ss. Puede consultarse también Cousiño
Mac Iver, Luis: La influencia española en la codificación penal Iberoamericana, Doctrina Penal, Buenos
Aires, 1981, p 5.
118. Ver: Sistemas penales y derechos humanos. .. op. cit., pp. 124 y 196.
119. Hurtado Pozo, José: El delito importado, Cedys, Linna, 1979, p. 36.

134
Manual básico de Criminología

La excelente obra de Hurtado Pozo es autoafirmación, que difícilmente pueda al-


un buen modelo para el análisis de cada canzarse ahora, en circunstancias que com-
una de nuestras legislaciones adoptadas, plican enormemente el bosquejo de una
cotejándolas con la realidad que reglamen- identidad latinoamericana. Dada la crítica a
taron y abre, sin duda, amplios caminos que han sido sometidos estos procesos de
para la mvestigación local y comparada. trasvasamiento legal, muchas veces concre-
Es probable que la tradición española tados sin la más mínima base doctrinaria o
haya implantado el estilo ambivalente en análisis previos de factibilidad, cabe pensar
el manejo de las leyes, según las prácticas que ya podría haberse producido en nues-
de la colonia. El pico máximo de duali- tros países una toma de conciencia que per-
dad estuvo dado por la famosa solución mita visiones más atentas a los problemas
del "Se acata pero no se cumple", previs- locales. ¿Es así? Lamentablemente, me in-
to para situaciones de excepción, pero ge- clino por una respuesta negativa; considero
neralizado en nuestras tierras conforme a que nunca cambió la mentalidad importa-
los intereses particulares de los colonizado- dora, que ha llegado a transformarse en un
res. Las disposiciones de ultramar fueron facilismo intelectual que anegó el trabajo
burladas sistemáticamente en las colonias académico en ciencias sociales, incluyendo
de América, y constituyeron la escuela in- el campo de la política, y que se fortalece
ternalizada por los criollos que luego re- actualmente con las técnicas de comunica-
dactaron por copia sus primeras constitu- ción ultrarrápidas.
ciones, leyes y códigos. Tal vez por eso, Peor aún, pareciera que en muchas opor-
nuestra legislación arrastró el vicio de la tunidades se llevaron adelante contra vien-
dualidad, por ejemplo, aboliendo la escla- to y marea proposiciones tendientes a adap-
vitud mientras subsistía, prohibiendo penas tar la realidad del mejor modo posible a la
que se seguían aplicando, prescribiendo "tra- cómoda interpretación trasvasada, omitien-
tamiento" pero remitiendo a la cárcel, de- do detalles fácticos de trascendental impor-
clarando una igualdad visiblemente inexis- tancia en el trabajo científico.
tente (patentizada hasta en el color de los
En el centro del marco social que acabo
ciudadanos), etc. Quizá también esa caren-
de describir, es evidente la importancia que
cia de internalización de la realidad de la
tiene el estudio e interpretación de los sis-
legislaciónposihilító tantos y frecuentes cam-
temas políticos hegemónicos en América La-
bios, incluso constitucionales, haciendo que
tina, considerando el tipo de políticas cri-
las leyes se aprueben y deroguen una y otra
minales que es dable esperar de ellos, y los
vez, según inestables coyunturas políticas,
caracteres que puede llegar a revestir el ejer-
posibilitando el abuso de los decretos del
cicio del control formal, sin perjuicio de un
ejecutivo o los golpes de estado que niegan
posterior análisis en detalle.
el sistema democrático asumiendo su de-
Es preciso, entonces, analizar los sistemas
fensa, etcétera.
institucionales latinoamericanos, para inter-
La copia masiva de legislaciones euro- pretarlos mejor, y así, conociendo su lógica
peas tuvo sentido equivocado, mal modelo y su capacidad política real, descubrir los
antropológico y peor ejecución. No se apro- modos de enfrentar a muchos de los ex-
vechó la oportunidad histórica de cambio y cesos que derivan de programas estatales

135
Carlos Alberto Elbert

obsoletos o abusivos, entre los que deben No cabe duda de que, por su originali-
contarse nuestros sistemas penales actua- dad democrática y una creciente interre-
les. Sin conocer nuestra situación real y lación internacional, esta última década
sin una evaluación de conjunto, seguire- del siglo parece auspiciosa para nuestros
mos haciendo criminología, política crimi- países y se distingue claramente de las que
nal y derecho penal insulares, conformando le precedieron. Sin embargo, es innega-
un archipiélago temático donde las partes ble que las democracias hoy vigentes pre-
no lleguen a interrelacionarse en lo que, sentan deficiencias graves, en todos los
por ahora, seguiré llamando —aunque más países de América Latina, especialmente
no sea por costumbre— una concepción ge- en los más grandes. A las dificultades
neral de la sociedad. materiales corresponde agregar el estado
Generalmente, los estudios jurídicos se de corrupción generalizada, enquistada en
conforman con la descripción institucio- casi todos nuestros niveles de gobierno.
nal de los países latinoamericanos en cuan- Por primera vez en la historia, programas
to a sistemas de gobierno, callando que, de pauperización intensiva son festejados
en realidad, tal sistema ha tenido una vi- como sucesos notables, o "cambios estruc-
gencia más formal que efectiva, según los turales" lo que, racionalmente, sólo pue-
avalares que padeciera en nuestra región. de ser producto de un acceso interpretati-
Incluso, más que de avatares podría ha- vo unilateral y posmoderno de lo socioe-
blarse de odiseas, atendiendo a los flujos conómico.'^° La razón financiera interna-
y reflujos entre democracias tambaleantes cional pasó a razón de estado determinan-
y totalitarismos abiertos o largos períodos te en todos nuestros países, con consecuen-
de guerras civiles y anarquías que marca- cias que no escapan a la formulación de
ron tanto al siglo XIX como al presente. las leyes.
Es indiscutible que a partir de los años En suma, podría afirmarse que los datos
'50 se aceleró la dinámica democratizante, de la actualidad permiten apreciar que esta
aunque con retrocesos sangrientos, gene- "fase de transición" las democracias latinoa-
ralmente bajo la forma de dictaduras milita- mericanas se apoya en circunstancias mate-
res, que alcanzaron el cénit y la decadencia riales y culturales muy comprometidas y dis-
entre los años setenta y ochenta de este si- tantes de los deseos de irreversibilidad que
glo. En la actualidad, no se registra en nin- muchos abrigamos.
gún país latinoamericano un sistema que El pragmatismo reinante pretende rea-
pudiera llamarse dictadura militar o dicta- condicionar la democracia con su estilo
dura a secas, exceptuando el muy particu- hedonista: orientándose ante situaciones
lar caso cubano, por cuanto su sistema vi- complejas sólo por la mayor convenien-
gente se autodefine como "democracia de cia inmediata, sean cuales fueren las con-
partido único", paradoja dialéctica que no secuencias a largo plazo, especialmente
corresponde dirimir aquí. las culturales. Se ignora que, cuando las

120. Ver Calcagno, Alfredo Eric y Calcagno, Alfredo Fernando; El universo neoliberal, Alianza Editorial, Bue-
nos Aires, 1995

136
Manual básico de Criminología

instituciones devienen inseguras, signadas e influencia eficaz, es un desafío de con-


por ilegitimidades, componendas o trampas, tornos épicos, si la criminología se entien-
generan indiferencia social y posibilitan que de crítica y contestataria del puro pragma-
las situaciones conflictivas terminen irrum- tismo en ascenso. Nos acercamos a un fin
piendo con violencia, sea constestataria, des- de siglo que preanuncia un recrudecimiento
tructiva o delictiva. Ese es el instante en que, del control formal bajo sus vestimentas más
cíclicamente, termina el diálogo democráti- descarnadas.
co declamado y comienza la represión que
pudo obviarse anticipadamente. Así es como //. Concreción legal de ¡as ideas político-
el control formal termina ocupando el cen- criminales en el siglo XX
tro de esa lucha contradictoiia de las demo-
cracias débiles, como la herramienta a la que Como sucede con cada segmento del
se apela, fatalmente, pretendiendo resolver aparato de control formal, es imposible en-
de cuajo problemas sociales sin salida insti- tender el conjunto sin encontrar un hilo
tucional. Lamentablemente, si hay algo que conductor general que explique el porqué
está cabalmente demostrado, es que el sis- del discurso oficial, sus argumentos explíci-
tema penal no resuelve problemas sociales, tos o declarados y los implícitos y no decla-
y los complica siempre cuando caen bajo rados. Esto es válido en todo lugar, pero la
su intervención con fines supletorios. El uso característica diferencial de los sistemas de
obcecado del control en estos términos, es control formal latinoamericanos radica en
una actitud irracional y profundamente an- la intensidad e importancia que alcanzan
tidemocrática, que pretende legitimarse con los argumentos y funciones no declarados,
el pretexto de la defensa social. a los que inevitablemente se presenta como
Como balance provisional de lo expues- "errores", "disfunciones" o "defectos" tran-
to, es notorio que una hipótesis de apertura sitorios. Se tiende a reforzar la idea de la
y democratización del control se contradice, bondad sustancial o inmanente de todos los
por una parte, con estructuras institucionales segmentos, la importancia de los servicios
y legales heredadas de una alienación cultu- sociales que prestan y el esfuerzo que ello
ral originaria, y por otro, con un presente representa, como vía de sublimación de tre-
enajenado a políticas internacionales hege- mendos desvíos, abusos, violaciones a los
mónicas, para las cuales, nuestras democra- derechos humanos y desestabilización de-
cias ocupan el espacio más vulnerable, por mocrática. Como ya dijimos, en la abstrac-
su incapacidad de atender estructuralmente ción de los discursos oficiales se refuerza la
los problemas sociales. Cuando los marcos idea del valor abstracto de las instituciones,
de contención social se rompen, la clase po- con prescindencia de su orientación y con-
lítica apela, en su desesperación, a los recur- tralor democrático. Las fuerzas del control
sos penales más ultramontanos, violentos e son, así, una especie de cuenta corriente
irracionales, tendiendo, generalmente, a imi- bancaria de donde se sacan y ponen va-
tar el feroz y tosco modelo de control de lores, sin alterar el número ni el nombre
Estados Unidos. Encontrar un espacio den- del titular.
tro de este panorama altamente desfavora- Lo cierto es que, como consecuencia de
ble, para que se pueda delimitar una acción los condicionamientos señalados, las ideas

137
Carlos Alberto Elbert

político criminales se han desarrollado y especie de slalom dialéctico, posibilitando,


modernizado casi exclusivamente en el ám- al mismo tiempo, soluciones capciosas con
bito universitario, de la investigación y la pocos visos de buena fe. En suma, los gran-
enseñanza. Por contraste con Europa, la in- des trabajos teóricos modernos y los espe-
fluencia de los segmentos universitarios y cialistas con que contamos para trazar po-
sus trabajos sobre la labor legislativa es es- líticas criminales racionales, democráticas
casa. Como casi todo en la materia, ciertos y previsibles, son dejados de lado, habi-
avances son producto de la casualidad o de tualmente, en favor de medidas de urgen-
ciertas circunstancias imprevisibles, como la cia tendientes a responder al "clamor po-
promoción política de algún profesor o in- pular", con respuestas vindicativas, anticua-
vestigador a cargos públicos de importan- das, limitativas de garantías, y presentadas
cia. La experiencia indica que la mayor como producto de las circunstancias, ape-
parte de los "teóricos involucrados con la lando al arsenal positivista o a los modelos
realidad" terminó mal, habiendo desata- del sistema legal estadounidense, frecuen-
do conflictos con la policía o los servicios temente incompatibles con los nuestros. Es
penitenciarios o sectores conservadores, así como se está recurriendo cada vez con
que terminaron alejándolos de sus los mayor frecuencia a precedentes de la Cor-
puestos, y muchas veces, determinando te Suprema de Estados Unidos en fallos lo-
la lisa y llana derogación de los presuntos cales de los más diversos temas, aplicando
progresos institucionales. Esto explica la incluso, sus m e c a n i s m o s p r o c e s a l e s
—a veces imposible— convivencia de es- extralegem, como el per saltiim. El acomo-
tructuras legales y procesales contradicto- damiento indecoroso de los intereses de
rias o incompatibles dentro de un mismo Argentina a los de países más poderosos
sistema, con la consecuencia lógica de una para revalidar aquellas ilusiones societarias
praxis completamente distorsionada. con el progreso, del 1900, intenta presen-
tar como "avances en la eficacia" burdas
Resulta difícil elaborar políticas crimina-
copias del arsenal pragmático anglosajón.
les de avanzada contra los condicionamien-
De este modo, se ha apelado a agentes
tos de la política coyuntural, y los grupos de
encubiertos, testigos protegidos, recompen-
interés, que convierten frecuentemente a
sas a denunciantes, juicios abreviados, pri-
muchos legisladores en simples oportunistas
vatización de cárceles y otras innovacio-
de la vindicta pública, que procuran sacar
nes, basadas en urgencias prácticas que
rédito de situaciones conmocionantes, para
chocan con profundas ideas de índole cons-
cosechar votos futuros. Nuestra política cri-
titucional.
minal no logra programas basados en ideas
claras y precisas, con mediano sustento cien- En conclusión, la idea de "progreso" en
tífico, cualitativo y cuantitativo. La legislación materia político-criminal es engañosa, poco
de fondo y forma es errática, porque sufre coherente, y los parámetros fundamentales
intromisiones y retoques de todo tipo en la de las transformaciones siguen guiados por
redacción de textos que pierden coherencia razones mediatas de interés político coyun-
y sistemática. Las lagunas y malas redaccio- tura], con recaídas constantes en soluciones
nes, o las reglamentaciones caprichosas, con- de inflación legislativa y aumento de la pre-
vierten a la interpretación de la ley en una sión represiva.

138
Manual básico de Criminología

///. Comparación entre las experiencias A esa etapa de los sesenta y parte de los
latinoamericanas y las de los países setenta, siguió el oscuro período de las dic-
centrales taduras militares generalizadas, cuya políti-
ca criminal tenía dos facetas: la reglamenta-
Hace veinte años, Zaffaroni señalaba da legalmente, que introducía la pena de
que la perspectiva de la política criminal muerte, tipos especiales propios de la ideolo-
en nuestros países estaba marcada por la gía de la seguridad nacional, acompañadas
llamada "ideología del tratamiento", ba- de aumentos de penas y circunstancias ca-
sada en el establecimiento europeo del lificantes. La faceta clandestina es tristemen-
"estado del bienestar" que beneficiaba a te célebre y consistió en el empleo de se-
números crecientes de personas en el pri- cuestros, aplicación de tormentos, vejacio-
mer mundo, dejando un saldo en dismi- nes, muerte y expropiación de hijos y bie-
nución de sujetos delincuentes necesita- nes a los sospechosos de oposición o co-
dos de apoyo y tratamiento.'^^ ~ , laboración con los enemigos del terror de
En ese trabajo, señala el autor que: "Fue estado. Tan consecuente fue la aplicación
así como los partidarios de un derecho pe- de estos métodos en Argentina, entre 1976
nal garantizador no necesariamente se opu- y 1983, que la pena de muerte, legislada
sieron a la 'ideología del tratamiento' sino en el Código Penal, no fue iinpuesta en
que, por regla general, frecuentemente se ningún caso, y sólo fue solicitada por un
limitaron a postergarla parcialmente para una fiscal en una única oportunidad.
etapa aún no alcanzada, depositando una En cuanto al momento actual de la polí-
fe irrestricta en las posibilidades político- tica criminal argentina, se analizará en los
criminales de la dogmática jurídico-penal. puntos siguientes.
La ideología lisztiana les llevaba al tecnicis-
mo jurídico con la convicción de que una IV. Los presupuestos racionales
depurada elaboración dogmática no sólo era y sociales de un sistema penal
necesaria para la seguridad jurídica —lo que democrático
es en general cierto— sino también que era
suficiente para la misma, lo que es, obvia- En materia político-criminal es exigible una
mente, falso. El método tendía a convertir- base de racionalidad que permita valorar
se en ontología y la teoría del conocimien- un cuerpo legislativo no sólo como necesa-
to idealista ofrecía el camino para ello" rio y útil, sino también como legítimo y pro-
En ese momento, Zaffaroni afirmaba que gresista, de acuerdo a los parámetros teóri-
en Latinoamérica no había habido desarro- cos disponibles en el momento histórico de
llos político-criminales originales a nivel su sanción legislativa y organización. Como
teórico, sino efectos originales de trasla- generalmente se tratará de elegir entre op-
do, más o menos cauteloso, de los desarro- ciones que son materia de controversia polí-
llos europeos. tica y social, la ideología que oriente las

121. "Valoración critica de la política criminal latinoamericana en los últimos veinte años", en Política crimi-
nal latinoamericana, Hammurabi, Buenos Aires, 1982, p. 101.

139
Carlos Alberto Elbert

leyes penales será perceptible en el texto, algunos de ellos han tenido en Brasil y Co-
por abstracto que pudiera parecer. No lombia los exponentes más espectaculares.
basta con afirmar superficialmente que una Situaciones como la financiación de gobier-
ley es buena o mala, porque sancione al- nos por los zares del narcotráfico, el em-
guna actividad disvaliosa o exhiba buena pleo habitual de asesinos a sueldo, la ex-
técnica legislativa; es preciso determinar plotación infantil generalizada, la corrup-
también qué filosofía orienta la necesidad ción gubernamental al más alto nivel y en
de aplicar sanciones, o procedimientos, grandes magnitudes y hasta la irrupción
de qué tipo y alcance son éstos y las con- exótica de mafias asiáticas, rusas, o islámi-
secuencias que pueden acarrear a la co- cas, el lavado de dinero o los delitos infor-
herencia y equilibrio del sistema con su máticos, no han dado lugar a un reperto-
introducción. rio de respuestas apropiado. Presenciamos,
Al volver a la democracia, tras la larga por el contrario, la eliminación de niños
noche de nuestras dictaduras militares, pa- por grupos parapoliciales o el virtual esta-
reció cercana la posibilidad de construir do de guerra contra los favelados en Río,
sociedades democratizadas en esencia y las deportaciones de campesinos de zonas
no sólo en apariencia, en las que la parti- fronterizas, policías de gatillo fácil, la crea-
cipación y la solidaridad llegasen genero- ción de penas, reglas procesales, tribuna-
samente a todos. Hace 20 años se creyó les y cárceles de excepción, reiterados cla-
que era posible hacer realidad ese plan- mores por la implantación de la pena de
teo de Raúl Cervini, según el cual el dere- muerte, y masacres sin precedentes, como
cho penal debe "tratar de que triunfe el las ocurridas en los presidios de Sabaneta
principio de lo racional sobre lo irracio- y Tocorón, en Venezuela, donde, en enero
nal en los fundamentos de la pena". Sin de 1994, perdieron la vida más de cien re-
embargo, arribamos a un fin de siglo en clusos y otros cincuenta quedaron grave-
el que se han desarticulado las ideas del mente heridos. Estos sucesos indican a las
estado y las pautas usuales de interpreta- claras que estamos ante vm empeoramien-
ción de la sociedad. Se transita un mo- to de la realidadpoliticocriminal descono-
mento histórico en que se abandonan los cido veinte años atrás, al menos con estos
modos de producción conocidos, el esta- caracteres y magnitud.
do ignora sus funciones sociales, se debi- No olvidemos que, entretanto, se ha
litan y confunden los vínculos solidarios, desarrollado una verdadera industria de
se desdibujan las identidades de las cla- la seguridad privada, iniciada con un gra-
ses sociales, los representantes políticos dual enclaustramiento de los sectores ri-
caen en descrédito y los discursos y aná- cos, refugiados ahora en barrios y zonas
lisis de la realidad resultan reiteradamen- especiales, amuralladas y dotadas de fuerte
te contradictorios. vigilancia, como islas de seguridad en un
La pauperización y marginación masiva mar creciente de marginación.
verificable en nuestros países, junto al rá- Desde nuestras condiciones de empobre-
pido proceso de concentración urbana ge- cimiento y deterioro social, no es fácil ser op-
neran fenómenos que para el campo pe- timista de cara al tercer milenio. Verdaderas
nal son tan nuevos como incontrolables; multitudes residuales que van quedando al

140
Manual básico de Criminología

margen en nuestros países, se está transfor- Probablemente se responderá que "no es un


mando en inasa humana no integrada, sin buen momento" para debilitar la reacción
valor, descariable, sin expectativas. Lógica- punitiva y que la defensa social está por en-
mente, este conjunto es cada día más difícil cima de toda otia consideración teórica, ante
de "controlar" en términos com'encionales, el peligro de desborde de los marginales,
su violencia y agresión a la propiedad priva- el llamado "caos social"; en fin, que a las
da crece, y es dable esperar que nuestros herramientas crueles del narcotráfico y la
ejércitos serán movilizados contra ellos, como delincuencia moderna, hay que oponer
lo son contra cultivadores de coca, cárteles respuestas no menos arbitrarias de freno
de la droga, favelas, huelgas y explosiones y disuasión.
sociales. La inseguridad se está estableciendo Sabemos que los medios audiovisua-
a nuestro alrededor como la regla, y la "segu- les han conquistado un rol hegemónico
ridad"pasó a ser un lujo de ricos, un produc- en la formación de la conciencia social y
to de consumo de alio costo. que su influencia está en condiciones de
Frente a este cuadro —que no consi- imponer temas centrales para el poder,
dero producto de simples subjetividades— empezando por la propia interpretación
se torna más claro el porqué de la inocui- de la realidad.
dad del minimalismo, el abolicionismo o Estos monopolios resultan decisivos a
la decriminalización: porí^z/e no sirven ade- la hora de hacer del tema criminal un ne-
cuadamente al modelo social establecido. gocio, y de las campañas de ley y orden
No sirven a este sistema, ni política ni so- una conciencia o una ideología colectiva,
cialmente, para m.antener la clase de "or- previa desestablización del sentimiento de
den" que necesita para asegurar sus es- seguridad. Gran parte del arsenal político-
quemas economicistas, abstraídos de va- criminal que manejan nuestros gobiernos
lores éticos, indiferentes a las garantías in- tiende a calmar la expectativas generadas
dividuales y la noción de igualdad. desde los medios, cuyo poder multiplica-
Las razones de mercado guían la confec- dor debe ser tenido siempre en cuenta. Se
ción de la realidad en pos de rentabilidades trata, en conclusión, de un panorama pla-
concentradas, con una metodología de tierra gado de dificultades para el trabajo de un
arrasada. Pese al convencimiento inalterado derecho penal y una criminología de con-
de los juristas en la vigencia y utilidad de un tenido no conformista con los hechos con-
derecho penal liberal, la realidad político-eco- sumados. Este es el difícil marco de actua-
nómica evolucionó con imprevista rapidez, ción que nos espera en el siglo XXL
en dirección opuesta, con el com'encimiento
práctico de que toda estructura axiológica y V. Legislación penal y procesal argentina,
jurídica es un mero obstáculo a sortear. análisis crítico
Si aceptamos de una vez que este pano-
rama es real, establecido institucionalmente Las teorías criminológicas y los pun-
y tal vez por décadas, resultará evidente la tos de vista expuestos en este capítulo
dificidtad de ofrecer hoy a nuestros gobernan- y los precedentes, están reflejadas en la
tes y legisladores, programas de limitación o política criminal argentina de este siglo.
estrechamiento del poder punitivo delestado. No es éste el sitio para hacer un análisis

141
Carlos Alberto Elbert

teórico-historiográfico, pero sí para ejercitar f) Ley 24.192, de prevención y represión de


la capacidad alcanzada por el alumno para la violencia en espectáculos deportivos.
analizar críticamente nuestra legislación pe- g) Ley 24.390, Plazos de la prisión pre-
nal y procesal vigente, para determinar su fi- ventiva.
losofía, sus medidas prácticas y su convenien-
cia. De modo tal, este punto propone la dis- h) Ley 23.070, Cómputo de penas, priva-
cusión y la elaboración de comentarios mo- ción de libertad.
nográficos por paite de los alumnos, a modo i) Ley 23.771, Régimen penal tributa-
de evaluación práctica, de las leyes que de- rio fiscal.
bajo se detallan.

a) Ley 23492, de "Punto final". Obviamente, puede realizarse el mis-


mo procedimiento con determinados artí-
b) Ley 23521, de "Obediencia debida".
culos del Código Penal o de los Códigos
c) Leyes 23.737, 23.975 y 24.424, de estu- de Procedimientos u otras leyes penales.
pefacientes y psicotrópicos.
De todos modos, las aquí señaladas pre-
d) Ley Penitenciaria Nacional, leyes 14.467 sentan la característica de legislar sistemá-
y su cotejo con la Ley 24.660. ticamente, en un cuerpo separado, tras-
e) Ley 24.316, de Suspensión del juicio a cendentes cuestiones político-criminales
prueba. de mucha actualidad.

142
Capítulo 13

El futuro científico de la criminología


Los interrogantes epistemológicos de fin de siglo: la criminología: ¿es ciencia?
El objeto: ¿lo define la sociología? El método: ¿empírico e interdisciplinario?
¿Cuál es el futuro epistemológico, científico y académico de la criminología?

/. La criminología, ¿es una ciencia? minología no es una ciencia autónoma en


la medida en que no tiene un objeto defi-
En el capítulo 2 analizamos los arduos pro- nido, no procede en base a la aceptación
blemas a enfrentar para definir qué es cien- de paradigmas comunes y aún menos con
cia, método, objeto, y particularmente, la un mismo método. Ella —se ha señalado
difícil problemática de las ciencias sociales varias veces— no es otra cosa que una ex-
en el terreno epistemológico. Luego, se ha presión cómoda para abarcar una plurali-
hecho un repaso de la génesis, evolución dad altamente heterogénea de conocimien-
histórica y paradigmas o sucesión de ideas tos científicos, en ningún caso homogenei-
dominantes en el campo de la criminologí- zables, salvo por haber intentado ofrecer
a. Corresponde coronar ahora este trabajo algunas respuestas a los problemas plan-
aplicando las bases de conocimiento reuni- teados por la violación de ciertas normas
das, a la respuesta de los principales inte- sociales, en particular de las jurídico-pe-
rrogantes de fin de siglo, en cuanto a la nales. En suma, una cómoda sombrilla a
criminología. cuya sombra se resguardan personas de dis-
La criminología fue considerada desde tinta lengua, a veces incapaces de enten-
sus inicios una Ciencia con mayúscula, que derse entre sí, pero todas igualmente pre-
se creía definitivamente establecida en el ocupadas por el desorden reinante en la
reino epistemológico. Sin embargo, hoy en sociedad, aunque cada una de ellas lo atri-
día, la confluencia de diversos saberes en buye a razones distintas".^^^
este terreno común dificulta la búsqueda Comparto el punto de vista de que la
de un objeto y un método propios, razón criminología no es una ciencia. Empero, sos-
por la cual la criminología no puede ser de- tengo que está legitimada como disciplina
finida como ciencia. Pavarini explica iróni- científica e interdisciplinaria, en la medida
camente esa situación, diciendo que "la cri- en que, sin disponer de un objeto unívoco

122. Pavarini, Massimo; Control y dominación, Siglo XXI, México, 1983, p. 93.

143
Carlos Alberto Elbert

ni de un único método, está en condicio- sociales, máxime en un fin de siglo tan


nes de tratar temas relativos al crimen y el crítico para los saberes sociales preexis-
control social con coherencia científica, va- tentes.
liéndose de objetos y métodos de distintas Sin embargo, como el siglo XXI ya anti-
disciplinas. En tal sentido, los enfoques ex- cipa interrogantes tan numerosos como
plicativos de la criminología en sus diver- apremiantes, sin bases definidas de estabi-
sas paradigmas, permiten someter a verifi- lización social, es difícil concebir el man-
cación racional sus proposiciones y hallaz- tenimiento de la coexistencia y la noción
gos, a fin de estimar la validez del alcance de progreso futuros. Por ello, no puede
explicativo. No sostengo que lo consiga negarse la utilidad de contar con herra-
siempre, sino que como disciplina científi- mientas interpretativas como la crimino-
ca se ofrece a la verificación, aspira a su- logía, que reclaman, en ese contexto, una
perarla exitosamente y se hace responsa- nueva oportunidad.
ble por sus reglas de razonamiento. Sobre En general, el presunto carácter cientí-
la naturaleza científica de la crimmología fico de la criminología ha sido sobreen-
no puede darse una respuesta precisa ni tendido, evitado con elegantes piruetas dia-
unívoca, a punto tal, que diversos autores, lécticas, o sepultado bajo discursos poco
como el propio Pavarini, proponen "darla inteligibles. Es que se trata de un hueso
por muerta" o tratarla directamente dentro
difícil de roer, con niveles de exigencia
del marco sociológico; además, subsiste el
altos, que seguramente no podrán ser re-
paradigma etiológico en algunas versiones
sueltos en los límites de este manual. No
atenuadas y pragmáticas.
obstante, esbozaré una posición personal
A confrontar estas propuestas dedicaré sobre la materia, que fundamento en otro
este capítulo. lugar.'^• ^
La criminología no puede ser ciencia Las ciencias sociales no han alcanzado
porque no posee métodos propios ni un objetos precisos, y su objetividad es dudosa,
objeto establecido con claridad y consen- porque siempre involucran al observador.
so. De todos modos, esta reunión de sa- Ahora bien, ello no puede significar una
beres no peca de irreverente, porque se invitación a la bacanal de la subjetividad
ha visto que la ciencia misma es ahistóri- analítica, porque la interrelación comunica-
ca, contingente y objeto de una disputa tiva fundada debe permanecer como una
epistemológica constante, y que en las guía indispensable, semejante a la búsque-
ciencias sociales la falta de precisión de da de la felicidad o la prolongación de la
método y objeto afecta a casi todas las juventud; sabemos que es miposible ser
disciplinas, en particular, a la sociología. objetivos, pero no debemos renunciar a in-
Si se niega a la ciencia misma, si se niega tentar serlo. Y todo intento que se precie
a las ciencias sociales, es casi una conse- de cientificidad debe ser serio y justificado,
cuencia lógica que pueda negarse a la cri- con las herramientas más fundadas y trans-
minología en el cuadro de los estudios misibles que puedan lograrse.

123. Criminología latinoamericana, op. cit.

144
Manual básico de Criminología

La criminología es alcanzada por las difi- Si dentro de ese modelo no se alcanzó


cultades y objeciones propias de las cien- consenso sobre el objeto y el método, la
cias sociales y hasta podría afirmarse que situación empeoró con la ruptura supera-
nace como resultado de ellas. Es evidente y dora que toma al control y las normas como
queda prácticamente fuera de discusión, que objeto más visible.
la criminología se constituyó como ciencia, Recordemos que se denomina objeto de
proclamando poseer un objeto y un méto- estudio al sector o ámbito de la realidad
do propios, presentados de modo tal, que esaidiada, así como a la perspectiva o punto
pudieran ser admitidos en el modelo de las de vista que interesa en la investigación.
ciencias naturales, dominante a fines del La historia, la psicología, la biología hu-
siglo pasado y comienzos del presente. mana y la antropología se dedican al hom-
Así resulta del cotejo de diversas obras de bre (objeto), pero se dirigen a aspectos di-
criminología latinoamericana que han sido ferentes (objeto de estudio). La necesidad
textos básicos de formación universitaria, de precisión en el objeto es, entonces in-
en las cuales el modelo naturalista se ex- dispensable, porque la posesión de un ob-
hibe de lleno, o reaparece entremezclado jeto y un método brinda un mayor grado
con modelos explicativos más actualiza- de seguridad y economía en el esfuerzo
dos, en los que se dedica algún capítulo a de búsqueda, con un mayor porcentaje de
mencionar didácticamente en qué consis- certeza. Por el contrario, pareciera que la
ten las corrientes modernas, pero mante- anarquía epistemológica no es, por ahora,
niendo el grueso de la obra fiel a un de- una vía promisoria ni fácil, como tampoco
sarrollo tributario del modelo etiológico.^^'' consagrada. Por este motivo, resulta un

124 Por ejemplo, limitándonos a obras aparecidas desde 1950, podemos verificar la afirmación en Pérez,
LUIS Carlos: Criminoiogía, Bogotá, 1950, Hugo César Cadima M : Lecciones de criminoiogía, Oruro, I, 1954,
y II, 1957; Laplaza, Francisco: Objeto y método de ia criminoiogía, Arayú, Buenos Aires, 1954; la monumen-
tal traducción en seis tomos de la Criminología de Alfredo Nicéforo, publicada por Cajica, México, 1954;
Riveiro, Leonidio: Crinninología, Sudamericana, Río de Janeiro, 1957; Veyga deCarvalho, H.: Compendio de
criminoiogía. Forense, Río de Janeiro, 1964, Gómez Grillo, Ello: introducción a ia criminoiogía, UCV, Cara-
cas, 1964, Zegarra Valdivia, Dante: Criminología, Gráfica Álvarez, Arequipa, sin fecha, Lyra, Roberto- Crimi-
noiogía, la. edición, Río de Janeiro, 1964, y segunda. Forense, actualizada por Joao Marcello de Araújo Jr.,
Río de Janeiro, 1990; Huáscar Cajías, K.: Criminoiogía, La Paz, 1970; Mendoza, José Rafael: Curso de
criminología, Ed. El cojo, Caracas, 1970; Díaz, Guillermo Olivera. Criminología peruana, Lima, tomo I, 2a.
ed., 1973, y tomo II, 2a. ed, 1978; Rengel, Jorge Hugo: Criminoiogía, Loja, Ecuador, 1961, tomo I; del mismo
autor. La concepción sociológica del delito, Quito, Ed. Ecuador, 1980; Reyes Eohandía, Alfonso; Criminoio-
gía, 6a. edición. Universidad Externado de Colombia, 1982; Peláez, Micfieiángelo- Introducción ai estudio
de ia cnminología, 3a. edición, Depalma, Buenos Aires, 1982; Solís Espinosa, Alejandro: Criminología,
panorama contemporáneo, Eddili, Lima, 1984; Brito Aives, Roque de: Criminoiogía, Forense, Río de Janei-
ro, 1986; Albergaría, Jasen: Criminoiogía, Aide Editora, Río de Janeiro, 1988; Orellana Wiarco, Octavio A.:
!\/lanua! de criminología, 4a. edición, Porrúa, México, 1988; de Meriyn, Pilar Sacoto: Introducción a la crimi-
nología, Puce, Quito, 1989; Márquez Pinero, Rafael: Criminoiogía, Trillas, México, 1991, y probablemente
muctios otros autores, cuyos trabajos no han llegado a mi conocimiento.

145
Carlos Alberto Elbert

buen punto de partida en el diálogo cien- rías científicas, lo que torna muy variable
tífico, que todo aquél que reclame un es- el concepto.• '^ ^
tatus para la criminología determine pri- Ya señalamos que las ciencias del hom-
mero esta cuestión, porque es dable ima- bre delimitan un campo de estudio en tor-
ginar el caos a que se puede arribar en no al hombre, sin tomarlo como ser bioló-
una polémica, en la que cada contendien- gico, sino como individuo poseedor de len-
te aplique nociones diversas de lo que con- guaje, de cultura. Las ciencias sociales no
sidera objeto y método o les de un sentido son exactas, pero sí rigurosas, por aplicar
diferente, por situarlos en esquemas opues- métodos, aún cuando no todas puedan va-
tos de la clasificación délas ciencias. Como lerse del mismo ni de un único método. El
dijo Fierre Bourdieu, "el conocimiento de objeto (en sentido amplio) síes común, pese
las condiciones de producción del producto a que el hombre no permite la rígida deter-
forma parte rigurosamente de las condi- minación de los objetos de estudio de otras
ciones de una comunicación racional so- ciencias, porque no puede preverse su com-
bre el resultado de la ciencia social".-'^^ portamiento, lo que no obsta al estableci-
Nos conformaremos, provisoriamente, miento de legalidades sobre la sociedad, la
sosteniendo la postura de que la crimino- culti.ira o el hombre, aunque no tengan el
logía es una disciplina científica. ¿Qué sig- rigor de las leyes naturales.
nifica esta identidad epistemológica? Para Podemos así, arribar a la conclusión pro-
definirla, recurrimos otra vez al saber es- visoria de la existencia fáctica de las cien-
pecializado, informándonos de que las dis- cias humanas y sociales, con un objeto ge-
ciplinas son "sistemas anónimos consti- neral propio y metodologías diversas, que
tuidos por errores y verdades que cum- son habitualmente puestas a prueba con
plen una función positiva. Marcan el ho- ciertos grados de rigor, por cuanto la anar-
rizonte teórico, es decir lo que está en la quía epistemológica no es dominante en
verdad del discurso de cada época (vo- nuestras comunidades científicas. Dentro
luntad de verdad) y posibilitan la produc- de este espacio ubicamos a la criminología
ción de nuevas proposiciones, siempre y como disciplina científica.
cuando se enuncien respetando las exclu-
siones".'^'^ II. Grado de reconocimiento científico
Para Klimovsky, la disciplina es una de la criminología en América Latina
unidad de análisis tradicional, que pone
el énfasis en los objetos de estudio, y a No caben dudas de que, ya desde el
partir de la cual podríamos hablar de cien- siglo pasado, la criminología alcanzó en
cias particulares. Recuerda también que nuestros países, y especialmente en Argen-
los objetos de estudio de una disciplina tina, rango de ciencia autónoma, incluso
cambian a medida que lo hacen las teo- con connotaciones revolucionarias y un

125. En Sociología y cultura, Grijalbo, México, 1990, p. 251.


126. Díaz y Heller. El conocimiento..., op. cit, p. 36.
127. En Las desventuras..., op. cit, p. 23.

146
Manual básico de Criminología

gran prestigio internacional, enancándose cirse que el positivismo logró una sólida
en la onda expansiva positivista. El recono- instalación en la realidad social, que hoy
cimiento académico, y la gran cantidad de envidian muchos criminólogos críticos, y
publicaciones en la materia, le concedieron especialmente los Nuevos Realistas.
un alto rango en la consideración de la co- En suma, el espacio científico acadé-
munidad científica en general, posibilitan- mico y el prestigio social de la discipli-
do el prestigio internacional de investiga- na alcanzaron altos niveles en muchos
dores latinoamericanos, como José Ingenie- países, además de aplicación práctica y
ros. Tan fuerte fue la instalación de lo cri- utilidad social.
minológico, que en Argentina, hasta hoy, Posteriormente, la crítica al positivismo,
los institutos de derecho penal de las uni- el cuestionamiento ideológico de la función
versidades nacionales llevan el aditamento de la criminología como servicio instrumen-
"y criminología". Puede afirmarse (descar- tal de los sistemas penales, con todos sus
tando toda sospecha de chauvinismo), que excesos, traducidos en deformaciones y ser-
Argentina fue la cuna latinoamericana de vicios prestados a las peores funciones del
la criminología y su principal centro de irra- control, dejaron a los criminólogos críticos
diación, hasta que comenzó a declinar la en una posición muy complicada de "no
estrella positivista, desde los años '30 en compromiso", que Pavarini describió hasta
adelante. También en este país se gestó el lo hamletiano, desembocando fatalística-
resurgimiento de una dogmática penal li- mente en proclamas de la muerte de la cri-
beral, de gran nivel, cuyo representante más minología. Estas construcciones teóricas,
notorio fue Sebastián Soler, cerrando el ci- esencialmente críticas, tuvieron desarrollo
clo expansivo de la criminología dentro del y debate en ámbitos universitarios y revis-
campo de las ciencias penales. tas especializadas.
El debilitamiento de la criminología en Los debates que se dieron la última dé-
favor de una fuerte teorización dogmático- cada en América latina, demuestran que la
penal no suprimió, sin embargo, la super- mayor parte del esfuerzo epistemológico la-
vivencia latente de la criminología, preser- tinoamericano en criminología se fue cen-
vando formalmente muchos de sus viejos trando en la determinación del objeto disci-
logros académicos e institucionales. Por plinario, en desmedro de otros aspectos cla-
ejemplo, la criminología positivista se ins- ve de la epistemología. Ese debate estuvo
taló fuertemente como la ciencia rectora signado por fuertes contenidos ideológicos,
de la ejecución penal, manteniendo hasta que muchas veces causaron confusión en-
el presente su influencia en lo que hace a tre los planos científico y político y que ha
las nociones de resocialtzación, tratamien- desembocado en un estado actual de cierta
to y peligrosidad. También desde la medi- anomia o falta de ideas renovadoras. Peor
cina y psiquiatría forenses, se siguen desa- aún, en una parálisis ante la realidad.
rrollando formas de criminología clínica
que ofrecen apoyatura etiológica al dere- ///. e objeto
cho penal, por ejemplo, en lo que hace a
temas de alienación, adicciones y progno- Admitido que la criminología pueda te-
sis de comportamiento futuro. Puede de- ner viabilidad como disciplina científica.

147
Carlos Alberto Elhert

debe precisarse cuál es su objeto de estu- n) el análisis histórico-filosófico dirigido a


dio y cuáles los métodos a aplicar en la bús- desentrañar la realidad socio-política del
queda de proposiciones teóricas de validez crimen.
demostrable dentro de su campo.
Recordemos, además, que el objeto de En este listado hay objetos propuestos
las ciencias es el criterio externo que habi- desde el paradigma etiológico —a) a d)—
tualmente se toma para clasificarlas en el y los restantes a partir de la génesis de la
contexto científico general. ruptura con aquél modelo, cuando comen-
La tarea de precisar el objeto criminoló- zaron a buscarse explicaciones de natura-
gico no resulta fácil, por cuanto es variado leza sociológica, filosófica e histórica. Es
y contradictorio el caudal de temas que se dable observar el predominio de objetos que
asignaron a esta disciplina, tanto en su con- han sido materia de estudio sociológico, evi-
cepción positivista y tradicional, como en denciando la influencia de esa disciplina
el enfoque de la criminología crítica. en el campo criminológico. Aparece como
Haciendo un repaso muy sumario, no conveniente, entonces, delimitar primero
exhaustivo, recordemos que se sostuvo o las comunidades y oposiciones interdisci-
sostiene que el objeto a investigar por la plinarias, para ordenar el punto con ma-
criminología es: yor exactitud, comenzando por el origen y
desarrollo de los lazos científicos entre cri-
a) el delincuente, minología y sociología.
b) el delito,
c) las causas del delito, IV. La sociología y la definición del objeto
d) las causas y los tratamientos destinados a
la cura y prevención de la conducta de- Se ha visto la importancia de la obra de
lincuente, Edwin Sutherland en referencia al impor-
e) la reacción social (abarcando la defini- tante cambio del panorama criminológico
ción y el control), sostenido y practicado por la matriz etioló-
O la construcción de una teoría crítica de la gico-positivista, sacando la explicación del
desviación, fenómeno criminal de las manos de pena-
g) el poder y el control social, listas, alienistas, biólogos, psicólogos, trans-
h) la redefinición del delito (abarcando la firiéndola a las de los sociólogos, prolíficos
criminalidad del poder y bienes jurídi- generadores de explicaciones teóricas.
cos sociales), La irrupción sociológica, aún tardía-
i) el control social y las ciencias penales mente admitida, hizo blanco en el punto
j) la ley, la historia, la economía política del más sensitivo de la cosmovisión crimino-
delito, lógica anterior, evidenciando la importan-
k) el derecho penal como sistema, cia de las estructuras y del funcionamien-
1) los procesos de criminalización, to real del derecho vigente como parte del
m) las realidades sociales concretas, en su objeto de estudio. Los juristas no habían
referencia a la criminalidad-cnminaliza- tenido jamás, hasta ese punto, la obliga-
ción, mediante un proceso de análisis ción de someter a prueba la legitimidad e
empírico, teórico e histórico, igualdad del derecho penal vigente, y de

148
Manual básico de Criminología

pronto, saltaba a la vista que el derecho pe- cos clasistas estaban destinados a asegurar
nal (disciplina normativa) había estado fi- poderes de privilegio, que se aplicaban
jando el objeto a una criminología que no de modo selectivo y desigual, tendiendo
tenía, o por lo menos no debía tener un ob- a la obtener la sumisión al modelo y su
jeto delimitado normativamente, conforme constante reproducción. De modo tal, re-
a lo que se había persistido en investigar cién con un cambio social de fondo po-
durante décadas. Ahora, el objeto no era dría hablarse de una sociedad más justa,
el hombre (desviado) y debía recurrirse a capaz de tutelar los verdaderos intereses
métodos novedosos para evaluar la des- de las mayorías desprotegidas. Era nece-
viación, a partir de categorías tales como sario apuntar los cañones hacia el estado
"definiciones" y "definidos". En consecuen- organizador del control y no hacia quie-
cia, el espejismo de uy^a ciencia autóno- nes desafiaban la estabilidad de ese esta-
ma, nuestra y con un objeto propio, se es- do violando sus normas. La utopía socia-
fumó, no de repente, pero sí tan gradual lista era la meta de futuro, el objetivo de
como inconteniblemente, hasta dejarnos en formas superiores de organización social.
el estado de anomia epistemológica actual, La utopía fracasó, y las consecuencias no
ante la opción forzosa de cubrir la desnu- son todavía evaluables en plenitud, pero
dez jurídico-psiquiátrica con el manto de han debilitado en extremo la posibilidad
la sociología del control, asignándole el de que la propuesta socialista sea com-
alcance que se le quiera dar, pero sin mu- partible en un mundo bajo hegemonía
cha claridad epistemológica. De todos económico-militar capitalista. La crimino-
modos, gracias al aporte sociológico, los logía crítica ha perdido la cómoda remi-
juristas pudimos asomarnos a una visión sión al proyecto de futuro o al argumento
social de conjunto del fenómeno criminal. de autoridad que permitía la existencia del
¿Termina allí la intervención de esa disci- socialismo. (Todo ello sin perjuicio de que
plina? ¿O su contribución, aparte de la im- haya criminólogos críticos no marxistas.)
portancia coyuntural, es excluyeme para
Otro fuerte impacto para la criminología
el segmento de la realidad que nos intere-
crítica ha sido el viraje ideológico de los
sa identificar y esclarecer?
propios generadores británicos de la corrien-
Para responder a los interrogantes ante- te, quienes, a partir de los años '80 formu-
riores, parece apropiado analizar, en primer laron el "nuevo realismo de izquierda",
témiino, el cuadro epistemológico de la pro- como negación explícita de sus proposicio-
pia sociología, para ver si permite alcanzar nes originarias.
la coherencia que anhelamos tener sobre el Retornando al terreno epistemológico,
objeto. Además, quedaría resuelta, desde el cabe preguntarse ¿para qué seguir con el
inicio, la cuestión de la "inevitabilidad" del intento de una criminología que no es cien-
traspaso epistemológico total al dominio de cia y que no posee herramientas explicati-
la sociología, dada su pretendida solidez vas mejores que las que le aportó última-
científica y consolidación universal, frente mente la sociología?
a la coetánea pero confusa criminología. ¿No es mejor una lisa y llana anexión
La criminología radical de base mar- de todo aquello que fue llamado "crimino-
xista, sostenía que nuestros órdenes jurídi- logía" al territorio más seguro y eficaz de

149
Caries Alberto Elbert

la sociología, con cualquiera de sus adita- lo social, que abarca toda clase de campos
mentos (del control social, del control for- donde la interacción humana sea objeto de
mal, etcétera)? interés. Es evidente que, si la sociología pre-
Creo que para responder, debe indagar- sentase un panorama epistemológico sóli-
.se, sumariamente, qué ofrece hoy la socio- do y claro, ya habría arrastrado a su seno a
logía a quienes pretendamos replantear ia una gran cantidad de otras ciencias socia-
disciplina criminológica. La sociología no se les. Pero nos encontramos ante una difícil
conforma sólo con verificar relaciones y es- sittiación, querida o no, porque la sociolo-
tablecer predicciones, sino que también pue- gía dista mucho de proporcionar esa base
de especular sobre los fenómenos sociales, sólida. En su campo, la búsqueda de un
elaborar hipótesis y desarrollar teorías, con objeto preciso también ha fracasado, hacien-
un grado superior de abstracción pero siem- do de la disciplina algo parecido a un mo-
pre ligadas a otras disciplinas, con las que saico o un caleidoscopio gnoseológico,
mantuvo fuertes disputas territoriales. mientras que la aspiración omnicomprensi-
La supeiposición temática con la crimi- va quedó limitada a ser utopía científica.
nología fue incrementándose continuamen- Esta es una razón de peso en contra
te en este siglo, tanto en el campo tradicio- de la disolución de la criminología en lo
nal, como crítico. Así lo indica la abultada sociológico, pero hay muchos otros ar-
progresión de estudios sociológicos sobre la gumentos, que podrían enumerarse así:
temática normativo-social, la génesis de la
conducta desviada, la interpretación de esta- a) La sociología también tiene problemas de
dísticas criminales, la delincuencia juvenil y definición (identidad) y delimitación de
familiar, el urbanismo como factor criminó- su objeto de estudio. Tampoco agota el
geno, la delincuencia de cuello blanco, la repertorio de posibilidades metodológi-
criminalidad como fenómeno normal, la es- cas que pueden emplearse en otras dis-
tructura social y la anomia, la delincuencia ciplinas.
de gl^lpos o bandas, las subculturas, etcéte- b) Todo conocimiento científico es relati-
ra. Ninguna de las ciencias sociales pudo es- vo y tiansitono; también los t]uc obtie-
capar a la influencia sociológica, que alcan- ne la sociología.
zó a todas, en mayor o menor medida, pro- c) La absorción de todo lo social impone, a
vocándoles crisis de identidad epistemológi- la sociología, la preocupación de inte-
ca, a consecuencia de sus intervenciones. Bas- grar en su seno a todas las ciencias
te enumerar a la economía, el derecho, la sociales. Sin embargo, no se distinguen
antropología, la psicología, la etnología y las razones actuales por las que la prime-
la etnografía, e incluso la geografía. ra en fusionarse deba ser la criminología.
Desde sus inicios, la sociología se en- d) La superposición temática parcial con la
tendió a sí misma como ciencia compren- sociología no es un argumento conclu-
siva y sinóptica, capaz de "interpretarle" yente, porque la sociología se super-
a las demás ciencias sociales los fenóme- pone constantemente con otros campos
nos singulares de sus investigaciones in- de estudio.
ternas. Puede atribuírsele un estatus —que e) SI la sociología crítica brinda un sentido
de hecho se le asignó— de superciencia de interpretativo general a la desviación y

150
Manual básico de Criminología

el control, cabe acotar que por esa vía caces de las ciencias naturales, en las sociales
desemboca en una crítica final al esta- no puede superarse la diversidad existente y
do, tomada de las ciencias políticas y en uso, que incluye, además, gran cantidad
económicas. de técnicas. Dicen los escépticos que la pre-
f) Debería analizarse con mayor detenimien- tensión de un rango científico de las ciencias
to el alcance de la reciprocidad de in- sociales estaría basada en una mera transfe-
fluencias, cuando la sociología intenta dar rencia de modelos originados en las ciencias
marco al análisis de temas ya efectuados de la naturaleza. Es evidente que la crimino-
en el interior de otras ciencias. En tal sen- logía se ha valido, en las sucesivas fases de su
tido, queda pendiente la pregunta acerca desarrollo, de instrumentales ajenos, prove-
del carácter de causa o efecto de mu- nientes de las ciencias naturales y/o sociales.
chas elaboraciones teóricas sociológicas. Está admitido que nuestra disciplina obtiene
g) Los argumentos acerca de la "juven- y maneja conocimientos de muy diversa ín-
tud" y los "avatares" que afectan a la dole, como puede inferirse del cuadro sinóp-
sociología no conforman un argumen- tico referido al objeto de estudio, que presen-
to sólido. tamos más adelante. Si reconocemos la nece-
h) La autosuficiencia de presentar la sociolo- sidad de que en este área participen simultá-
gía como modelo explicativo excluyen- neamente diversas disciplinas de las ciencias
te del futuro es indemostrable y se pa- sociales, se nos irán planteando dificultades
rece mucho a un acto de fe. metodológicas de las que es preciso tener,
i) La sociología parece tan condenada al re- por lo menos, una idea general.
curso interdisciplinario, como otras cien- Está admitido que los métodos aplicables
cias sociales. De tal modo, la necesidad en nuestra disciplina son empírico-inducti-
de recurrir a ella no implica forzosamente vos, con poca diferencia de los aplicados en
una enajenación epistemológica sin retor- otras ciencias. Dice García Pablos que es em-
no. De lo contrario, la sociología habría pírica, porque "su objeto se manifiesta al in-
terininado fundiéndose en alguna otra dis- vestigador como parte del mundo 'real', como
ciplina, como la historia, por ejemplo. hechos y fenómenos constatables, mensura-
bles, cuantificables. Estructuralmente, ello im-
V. El método: ¿Empírico? plica la exclusión de todo enfoque 'normati-
¿Interdisciplinario? vo'. Que es una ciencia empírica significa,
ante todo, que se basa más en 'hechos' que
El tema metodológico es relevante en toda en 'opiniones', más en la 'observación' que
disciplina social, por el carácter de eje de la en 'argumentos' o 'silogismos'. El jurista par-
investigación y sus resultados. Para los cientí- te de unas premisas 'correctas' y deduce de
ficos, el rol del método debe ser esencial en ellas las oportunas consecuencias. El crimi-
el proceso de investigación y búsqueda. In- nólogo analiza unos datos e induce las co-
versamente a los métodos consagrados y efi- rrespondientes conclusiones".'^• ^

128. f\/lanual..., op. cit., p. 49.

151
Carlos Alberto Elbert

La temática de los métodos ha sido de- adopción de un llamado "método dialécti-


sarrollada teóricamente a niveles mucho co"; sin embargo, nunca se precisaron con
más complejos de lo que podemos expo- claridad sus alcances, limitándoselos a remi-
ner en este lugar, por ejemplo, por una siones a la obra de Marx y Engels. En los
autoridad como Popper. Nosotros nos li- hechos, esta opción metodológica fungió más
mitamos a mencionar a los dos grandes bien como simplismo o anarquía metodoló-
modelos del razonamiento: el deductivo y gica, privilegiando la formulación de hipóte-
el inductivo, cuyos perfiles son, en gene- sis o teorizaciones desde una perspectiva ex-
ral, suficientemente conocidos. Recalque- cluyentemente ideológica, en desmedro de
mos que no son excluyentes ni exclusi- fundamentaciones metodológicas minuciosas.
vos, o sea que, en cada ciencia se usa La pregunta trascendente sería entonces:
habitualmente más de un método, que a ¿Cómo hacer para trabajar científicamente
su vez es aplicable en más de un campo desde nuestra gran variedad de problemas
científico. El método deductivo es usual en y métodos de acceso a ellos? Veamos, acto
las ciencias formales, pero también se em- seguido, qué posibilidades tenemos real-
plea en las empíricas, mientras que el mé- mente a nuestra disposición.
todo inductivo predomina en las ciencias
fácticas, pero sin que se excluya su aplica- Vi. La interdisciplinaríedad
ción en las formales. ^^^
Como no siempre pueden obtenerse Así como está generalizada la idea de que
"premisas verdaderas" como las que brin- la criminología es una ciencia, también lo
da la deducción, si no se cuenta con to- está el punto de vista según el cual tendría
das las premisas necesarias para iniciar- carácter iníerdisciplinario, o sea, de conver-
la, se impone el riesgoso procedimiento gencia de varias disciplinas sobre un objeto
de la inducción, ahora no para alcanzar común, con cierto grado de integración. En
certezas, sino apenas probabilidades. diversos campos de las ciencias sociales ha
En las ciencias sociales en general, pero existido un verdadero furor por lo interdisci-
muy acentuadamente en la criminología que plinario, que, incluso, alcanzó cierto presti-
se practica en América Latina, el grado de gio como modalidad científica y metódica.
arbitrariedad, indiferencia o intuición en el Puede decirse que ese modelo transmite una
empleo de las reglas del método es lo habi- connotación de mayor completitud, rango y
tual; a punto tal, que la mayor parte de la verificabilidad, merced al control científico
producción de la última década, por lo me- múltiple con métodos diversos. No obstante,
nos la del campo crítico, está constituida por como ya establecimos la imposibilidad de
teorizaciones fundamentales, apoyadas esen- sostener la existencia de un objeto único y
cialmente en citas de autores, más que en común en la criminología actual, tenemos
trabajos sistemáticos de investigación empí- un mal punto de partida, que abre diversos
rica. La opción de muchos criminólogos por frentes de trabajo interdisciplinario, algunos
el marxismo como ideología, los llevó a la hasta incompatibles entre sí.

129. Guibourg y otros, Introducción op. cit, p. 158.

152
Manual básico de Criminología

La fundamentación de lo interdisciplinsi- nes habitviales de quienes intentan apre-


rio es más compleja que la propia elección hender la noción de interdisciplinariedad,
del objeto y posee, además, bibliografías así, queda sin explicación qué puede ser
escasas o de difícil interpietación. el "conocimiento totalizador", los "diagnós-
En nuestro campo idiomático, he podido ticos globales", los "enfoques circulares",
localizar apenas dos textos criminológicos de- la "pluralidad coordinada de enfoques" o
dicados al tema: el de Thamara Santos y el cómo se obtiene "la necesaria síntesis libre
de Antonio García-Pablos de Molina.'''^ de contradicciones". . -- ".'•• -,,.. _----;
En ambos enfoques, se plantea otra
Sostiene Thamara Santos c]ue: cuestión problemática: ¿adición o integra-
ción del conocimiento que aporta cada en-
1) la interdi.sciplma es sólo posible cuan- foque? Las respuestas, en general, se orien-
do hay un objeto preciso y común, 2) tan 'nacía la pretensión integradora. Sin em-
tiene que existir una clara delimitación bargo, ei momento de la integración no está
del campo de interés hacia un preciso claramente delimitado, ni la naturaleza del
objeto en el que convergen varias dis- "nuevo" conocimiento obtenido, si es que
ciplinas, 3) tiene que abordarse el es- es algo nuevo, y en su caso, a qué discipli-
tudio del objeto a través de una filoso- na de las inteivinicntes pertenecería o de
fía y una metodología definida y explí- qué modo se lo integraría. En rigor de ver-
cita, 4) la adopción de un modelo epis- dad, tales preguntas no tienen una respues-
temológico no implica la renuncia a los ta concluyente, y seguirán siendo objeto
intereses específicos que cada discipli- de controversia. Todo hace suponer que
na puede tener al emprender un deter- la integración es una cuestión de hecho, que
minado análisis ni tampoco a sus espe- surge de la eficacia e interpenetración de
cíficas técnicas e instmmentos de in- los diversos sectoies disciplinarios actuan-
vestigación, 5) la cuestión sobre las de- tes, que sólo podría ser evaluada en cada
finiciones una vez delimitada la posi- caso concreto. Muchas veces, una de tales
disciplinas puede esclarecer algún aspecto
ción epistemológica delinea los límites
con mayor eficacia que las restantes, y ello
del trabajo interdisciplinario, 6) la m-
le confiere un carácter de guía o un rol
terdisciplina no consiste en la sumato-
dominante Ccomo la sociología en la cri-
ria de cada saber científico, sino en el
minología crítica), pero que siempre pue-
nucleamiento de cada uno de ellos en
de variar, a raíz de posteriores hallazgos
torno a un conocimiento totalizador que
de otra procedencia disciplinaria.
exige la interdisciplinaiiedacl.
Es cierto que la interdisciplinariedad se
Los enfoques teóricos de los autores alu- ha tornado imprescindible en nuestro cam-
didos no son coincidentes entre sí, y sm po, pero el grado de vaguedad, contradic-
embargo se enredan en los lugares comu- ción y hasta de desinterés que ha reinado

130 La primera en "Informe evaluativo sobre la investigación comparada: El delito de cuello blanco en Amé-
rica Latina", en Capítulo Criminológico, Maracaibo, N- 14, 1986, p 214 El segundo en tvlanual . . op cit

153
Carlos Alberto Eíbert

en torno al tema en la criminología latinoa- ciplinarios son perfectamente realizables y


mericana constituye una grave carencia teó- pueden ser excepcionalmente justificados.
rica, por lo que puede acudirse a las cons- Tampoco se encontró un campo de plácida
trucciones alemanas del campo criminológi- coincidencia en materia de influencias recí-
co y social, que se ocuparon con mayor aten- procas, pudiendo identificarse, por lo me-
ción del asunto. nos, tres tendencias contrapuestas de inter-
En dos importantes encuentros científicos pretación: optimismo, escepticismo y nega-
realizados en Alemania, la interdisciplinane- ción. De las dos primeras suele derivarse una
dad fue tema central y sus conclusiones se consecuencia involuntaria: el eclecticismo. ^-^^
publicaron luego en sendos libros. Aludo al
Simposio Internacional de la Universidad de W/. e ob]elo
Hamburgo, en mayo de 1986, donde se dis-
cutió el tema "Criminología como estudio su- En cuanto al objeto, las proposiciones que
perior autónomo e interdisciplinario" y a otro se formularán, fueron obtenidas tras un ex-
simposio, celebrado en junio de 1986, en el tenso análisis de la discusión en el plano
Centro de investigación interdisciplinaria, de internacional, que no puede ser resumido
la Universidad de Bielefeld, sobre el tema en este punto. Constiaiyen de una síntesis
"Ideología y práctica de la interdisciplina- del pensamiento de Fritz Sack, Karl Schumann
riedad".^^^ y Alessandro Baratta, en esta materia. De Ba-
Se constató que hay muchas más es- ratta, tomo la idea de que hay dos "órdenes
pecialidades (cerca de 4.000} que disciplinas de realidades" que conforman el objeto de
(sólo de 20 a 30). Conforme a esa distinción la criminología científica; uno, en el que se
previa, habría pocos ejemplos de verdaderas puede trabajar etiológicamente, sobre situa-
investigaciones interdisciplinarias. Por otra par- ciones o hechos sociales problemáticos, siem-
te, se señaló la práctica de diversas modalida- pre que la muestra no sea tomada de las
des de interdisciplinariedad, partiendo de la definiciones legales. Allí, la criminología de-
cooperación libre de científicos de distintas bería incluir como objeto de estudio cuestio-
especialidades, hasta llegar a la densa mte- nes de psicología, psicopatología y antropolo-
gración de partes de las disciplinas compro- gía social, que tengan que ver con la diná-
metidas, incluso provocando el surgiiniento mica de los comportamientos definidos
de una nueva disciplina. En las contribucio- como delictivos y con las características de
nes predominó, en general, cierto escepticis- los sujetos de las infracciones referidas.
mo respecto a una integración muy perfecta, Es evidente que, en esta propuesta, el
totalmente astringente, de las ciencias involu- acento etiológico ha sido cambiado de lu-
cradas. Pero también quedó clara la convic- gar, y que aún cuando parezca una sutileza,
ción de que los grandes proyectos interdis- habilita sin dificultades la posibilidad de un

131. Los libros aludidos son: Criminología como estudio superior autónomo e interdisciplinarío, Centaurus
Pfaffenweiler, 1986, t. I, y J. Kocka (compilador): Interdisciplinariedad, práctica, desafíos, ideología, Suhr-
kamp TW, Francfort, 1987. (No hay traducción castellana.)
132. Ver los fundamentos de estas posturas en mi obra citada, Criminología ... pp. 145 y ss

154
Manual básico de Criminología

trabajo, no interdisciplinario, aunque sí co- lado como modelo válido, buscándose, y


ordinado, en un universo coherente de sa- propiciándose, otras que lo superen.
ber, donde puedan coexistir aquellas disci- Finalmente, el encuadre de Sack, además
plinas de objeto etiológico, junto con la filo- de congaiente con los anteriores, parece tan
sofía, la historia y las ciencias sociales. Esta inobjetable como imprescindible para la con-
perspectiva fue resistida o ignorada por la tinuidad de una criminología, que tome como
orientación crítica, tras el llamado "cambio objeto el derecho penal, proclamando que
de paradigma". la criminalidad es meramente un indicador
Debe entenderse, en mi opinión, que relativo y circunstanciado histórica y social-
esta propuesta teórica nada dice acerca de mente (cuestión increíblemente abandona-
la legitimidad de algiin sistema penal o so- da por el nuevo realismo). Queda así claro
bre el conjunto de ellos, cuestión que se que la criminalidad no es un objeto concreto
tratará luego. y constante del contenido de la criminologí-
En cuanto al plano de los fenómenos lla- a, sino que tiene variantes infinitas de com-
mados "delictivos", que producen víctimas, portamientos y eventos, que segiín la socie-
y que son el leit-motiv de los nuevos realis- dad y época histórica se constituyen en for-
tas (o realistas radicales), la crítica sobre el mas de criminalidad, planteo tan impecable
derecho penal debe actuar propiciando res- en lo lógico, como ordenador en lo práctico.
puestas sociales más adecuadas para ese tipo De este modo, se actúa a sabiendas de la
de conflictos o situaciones problemáticas, y esencia última de carácter político de los sis-
no mediante la simplificación de sumarse a temas de control formal, pero sin que ello
cualquier modelo vindicativo que tenga bue- impida continuar con tareas de investigación
na propaganda televisiva y permita cose- parcial o local, ni de dar tratamiento a los
char votos en las elecciones comunales. En problemas etiológicos de los criminalizados
esta cuestión de la "criminalidad real", la por el sistema.
formulación que tomo de Schumann pare- En su esquema, Sack deja de lado el tra-
ce sumamente clara: la criminología debe bajo etiológico sobre comportamientos de
ser la ciencia del derecho penal, abordán- personas, que por el contrario, recepta el
dolo como objeto, mas no como está es- esquema de Baratta. Privilegia, en cambio,
tructurado, sino incluyendo también sus ins- los estudios sobre el sistema pena!, dividi-
tancias, ideologías y la lógica decisoria de dos en dos vertientes: una empírica y otra
sus actores. Nuestra disciplina se dedicaría teórica, destinando la segunda a investigar
a investigar la intervención en los conflic- las funciones últimas del derecho penal, en
tos mediante el derecho penal, en compa- sus relaciones con la sociedad, para lo que
ración con otros mecanismos de solución resulta necesario apelar a complejos estu-
de conflictos, tanto de tipo jurídico, como dios filosóficos, históricos, políticos y eco-
comunitario. Allí confluirían tanto la socio- nómicos.
logía, como las ciencias de la historia, la
Creemos que con el aporte de estos
psicología y las ciencias de la cultura, con-
tres autores puede formarse un cuadro
formando una criminología superadora del
satisfactorio, completo y a la vez sim-
viejo vínculo original con el derecho penal.
ple, del objeto de la criminología, que
La solución punitiva puede ser dejada de
se gráfica como sigue:

155
Carlos Alberto Elbert

Objeto de estudio de una criminología posible:

EL SISTEMA PENAL

(Admitiendo que tiene naturaleza histórica, social y contingente).


Incluye sus instancias, ideologías y la lógica decisoria de sus actores.

Este objeto será investigado por disciplinas individuales (o interdiscipli-


nariamente) desde dos enfoques, hasta ahora enfrentados, entre los que
se puede dar una coexistencia futura de paradigmas:

a) Enfoque etiológico- se ocupará de conductas, situaciones o hechos


sociales problemáticos, definidos como delictivos.

b) Enfoque crítico: se ocupará de cuestiones de operatividad del siste-


ma, selección y definiciones. Estos estudios tendrán dos modalidades dife-
rentes de trabajo:

1. Fundamentalmente empíricos, dedicados a la operatividad real del


sistema.

2. Fundamentalmente teóricos: orientados a establecer, por ejemplo, las


relaciones entre el sistema penal y la estructura social.

156
Manual básico de Criminología

Ésta es la mejor solución posible para dar ejecutan por cuenta propia, con fines in-
un claro marco de acción teórico-práctico a timidatorios.
la disciplina, sin hacerla retroceder a su esta- Este tipo de fenómenos están tan liga-
dio originario, ni abandonarla a su suerte. dos a deformaciones o a la total degene-
Es posible que, por el momento, no po- ración del sistema de seguridad oficial, que
damos alcanzar una definición global del deben ser abarcados en nuestro objeto de
objeto de esta disciplina. De todos modos, estudio, incluso prioritariamente, como un
ello no constituye ni un baldón ni una ex- aspecto inevitable (ya sea por tolerado o
cepción en referencia a las restantes cien- poco controlable) de la maquinaria de con-
cias sociales, según vimos; más aiin, este trol estatal, dadas las condiciones masivas
problema se presenta con mayor compleji- de la marginación a contener en Latinoa-
dad en otras ciencias, por ejemplo en la mérica.
sociología. Por último, conviene hacer breve referen-
Creemos que, con el esquema aquí pro- cia a cuestiones extraepistemológicas, pero
puesto, podemos seguir trabajando en cri- que inciden fuertemente en favor de la su-
minología sin estorbarnos recíprocamente, pervivencia de esta disciplina, con cierta au-
contribuyendo a un análisis de conjunto del tonomía. En primer lugar, la mayor parte de
control social formal, sus distintos momen- los operadores científicos y académicos del
tos desde la normativización a la ejecución control penal son abogados y se desempe-
y los efectos que ese funcionamiento pro- ñan en las áreas de política legislativa, judi-
voca en las personas involucradas, y tam- cial y académica, o sea, lo que se da en
bién sobre la sociedad. Nuestra propuesta llamar "usinas reproductoras del sistema".
es plenamente consciente de que el derecho Aun tomando en cuenta la gran influen-
penal no brinda buenas ni eficaces solu- cia sociológica de la última década, ella no
ciones en la gran mayoría de los casos so- ha pasado del área universitaria y tiene una
metidos a su competencia y de que es preci- influencia nula en el terreno legislativo y
so reducir el espacio punitivo a los casos judicial, como así también en el campo de
que no tengan, circunstancialmente, otra interpretación y exégesis doctrinaria de la
solución posible. ley penal. En buen romance, espreciso apun-
También tenemos consciencia de que tar al esclarecimiento de los operadores con
en América Latina el control se ejerce, la mayor ingerencia del sistema penal, como
regularmente, ("normalmente'') a través un prerrequisito para aspirara orientar cam-
de formas de violencia irregular o extra- bios en él. En tal sentido, algunos ataques a
institucional, de carácter siii generis, por- penalistas o diversos operadores del siste-
que emergen clandestinamente de los ma penal, por su presunta actividad "legiti-
aparatos militarizados del control. Casi sin madora" ha sido un error. La legitimación
excepción, las víctimas de estas formas no se da por mera presencia, sino por los
de represión irregular son elegidas por contenidos de esa presencia confonne a las
parapoliciales o paramilitares, según cri- circunstancias.
terios selectivos propios del derecho pe- En América Latina tenemos una visi-
nal y sus estereotipos, pero cambiando ble necesidad de dirigir el mensaje cri-
la reacción y el sistema de penas, que minológico a los juristas, quienes, por la

157
Carlos Alberto Elbert

proximidad a la gestación y ejercitación nor- análisis fuairos, imprescindibles para el sos-


mativa, más necesitan de conocimientos es- tenimiento de esta parcela disciplinaria de la
pecializados sobre el funcionamiento y ev£i- ciencia a la que denominamos —^y quere-
luación de conjunto del control formal. Pc'r mos seguir denominando— criminología.
otra parte, así como la sociología será chi- Obviamente, tal esfuerzo sólo se justifi-
ve para estudiar la génesis normativa, él ca en la medida que se crea en un futuro,
mundo del derecho debe traducir el men- y se programe para desarrollos sociales que
saje crítico conforme a sus técnicas y re- por el momento sólo se esbozan como po-
querimientos disciplinarios, para poder con- sibilidades o utopías regionales, y que, por
tribuir al cambio social, y no seguir consti- ende, apenas podemos intuir o desear.
tuyéndose en su obstáculo. El repaso de la criminología latinoame-
L-a. píQpii estructura, de este ttvinuil, es v.Qzx).^ ivfXio.'d. líL ij,rQ,enxte íi.ecesid3»d de ire~
una prueba de que el tema del control no pensar desde las bases el perfil de la disci-
puede tratarse apelando a métodos y teo- plina en las actuales circunstancias, pro-
rizaciones exclusivamente sociológicas, que fundizando en su naturaleza científica, la
no pueden suplantar los aportes que nos búsqueda de su objeto y la precisión de
brindan estadísticas, historia, axiología, eco- sus límites dentro de las ciencias sociales,
nomía o filosofía. La interdisciplina, justíi- en especial, en referencia a la sociología.
mente, permite acceder a conocimientos Un resumen sobre las ideas planteadas
que la sociología no puede brindar, por 5Í en este capítulo sería el siguiente:
misma, o que, a su vez, adquiere por vía
de colaboración interdisciplinaria. En t¿il a) La criminología no es una ciencia,
sentido, valen las o b s e r v a c i o n e s de pero puede seguir existiendo como discipli-
Gurvitch sobre la relación dialéctica entre na, concentrándose en un conjunto de pro-
las ciencias sociales. blemas donde convergen distintas especia-
Por fin, he de recurrir nuevamente a Ba- lidades y ciencias, justificando de ese modo
ratta, quien en ¿Qué pasa en la criminolo- el grado de autonomía ya alcanzado en los
gía moderna? Sostiene que: "el discurso de campos académico y de investigación. En
una criminología científica y en particular tal sentido, la criminología pertenece al
de la criminología crítica, es hoy un dis- campo científico y sus construcciones pue-
curso que puede ser presentado y debe den reclamar ese rango.
certificarse en todas las instituciones que,
bajo cualquier etiqueta académica, se ocu- b) En cuanto al objeto, todo indica
pen de la cuestión criminal. Se debe evitar que debe ser el derecho penal y su sis-
el error de descuidar el discurso sobre el tema de aplicación desde enfoques dis-
referente material, pero también el de aban- tintos y coexistentes. Este ámbito es lo su-
donar espacios importantes en la organi- ficientemente amplio como para justificar
zación científica y académica".^^^ el trabajo diferenciado de la criminolo-
La profundización de los temas del méto- gía, recurriendo necesariamente a distin-
do y el objeto requieren tenaces debates y tas disciplinas.

133. Temis, Bogotá, 1990, p. 124.

158
Manual básico de Criminología

c) En referencia al método aplicable se que puedan causar búsquedas múltiples de


plantean, según acabamos de ver, numero- respuestas, siempre que permitan ser cla-
sos problemas. En primer lugar, esta disci- ramente evaluadas para su oportuna justi-
plina no tiene uno o varios métodos propios ficación o rechazo. Mucho peor es dejar
y específicos, por ello, la tarea prioritaria es que las interpretaciones se hagan por vía
la depuración y unificación de conceptos y de argumentos de autoridad o desde ex-
categorías, y laprofiindización en los méto- clusiones ideológicas.
dos, a fin de cohesionar la disciplina. Con- Otro problema trascendente en investi-
vendría no emplear las nociones de ciencia gación crimmológica es la prioridad que
y método como sinónimos, ni asimilar a la debería concederse a una orientación por
noción de ciencia a las teorías dominantes, problemas o a una por métodos. Se trata
ni equiparar lisa y llanamente las nociones nada menos que hablar de un mosaico de
de "teoría" y "ciencia". datos reunidos, o de una ciencia. ¿Cómo
Puede y debe sostenerse que no hay obtener una síntesis?
un monismo metociológico, y que en esta Lo ideal sería estudiar los problemas de
disciplina es inevitable la diversidad de importancia fundamental con una metodo-
métodos. logía rigurosa, pero ese ideal se muestra
En las investigaciones criminológicas pue- frecuentemente imposible. La opción de la
den participar varias ciencias sociales, y ello disciplina es estudiar problemas fundamen-
impone a los juristas la necesidad de aden- tales con metodología imperfecta o proble-
trarse en la metodología de las disciplinas mas secundarios con métodos excelentes.
ajenas. La base de las investigaciones será, Frecuentemente, se impone la urgencia de
en muchos casos, empírica, pero sin renun- contar con soluciones prácticas, y de tal
ciar a las investigaciones fundamentales, ni modo, se elige la orientación por proble-
a la aplicación alternada o simultánea de mas, con esfuerzos adicionales para pulir
métodos deductivos e inductivos. La deduc- los métodos.
ción criminológica estará condenada, por El empleo de múltiples métodos debe
ahora, a obtener resultadosprobabilísticos, seguir tras el propósito interdisciplinario,
que irán requeriendo mayor o menor gra- no obstante que ese objetivo no sea aún
do de justificación, para lo que se hará pre- un aparato metodológico sólido. Hay dis-
ciso contrastar, oportunamente, esos resul- tintos matices en el grado de integración
tados con métodos diversos. de los conocimientos, que irán desde la
En las investigaciones fundamentales y adición y el eclecticismo hasta el punto
en la búsqueda de la totalidad común, el óptimo de buenos grados de interacción
método dialéctico parece ofrecer las mejo- disciplinaria. Otra meta a alcanzar por la
res perspectivas, siempre que, como reco- criminología, consistirá en el estímulo y
mienda Gurvitch, se libere la discusión evaluación sistemática de esos esfuerzos
metodológica de la disputa ideológica, que interactivos, negando la denominación de
de lo contrario, conducirá a contradiccio- "interdisciplinario" a trabajos que no reúnan
nes y a la esterilidad disciplinaria. El plu- suficientes méritos para merecerla.
ralismo de enfoques no implica "despoliti- El objetivo final de la disciplina es la
zar" temáticas, y no se aprecia el perjuicio pretensión integradora, todavía muy leja-

159
Carlos Alberto Elbert

na, pero no imposible, atendiendo a las que también tiene sus problemas. Por ello,
dificultades de las ciencias sociales en su el trabajo pluridisciplinar parece inevita-
conjunto, que repasamos a lo largo de es- ble para nuestra perspectiva.
tos capítulos y que obligan a unas catego- El trabajo científico entre representan-
rías comunes, para evitar la torre de babel tes de distintas especialidades influye es-
conceptual, la atomización de nuestras pecialmente allí donde no esté debidamen-
pocas fuerzas, la tentación posmoderna de te asegurado a través de investigación dis-
desentendernos de un mundo errático e ciplinaria que uno y el mismo ámbito de la
incomprensible, diagramado por modelos realidad es, al mismo tiempo, objeto de la
tecnocráticos que privilegian sociedades investigación y de la praxis social. Las dis-
utilitarias, al senácio de minorías todopo- ciplinas científicas están, en definitiva, his-
derosas, como ocurrió reiteradamente en tóricamente condicionadas y deben ser ana-
el curso de la historia. Ello es imposible lizadas cambiantemente.
sm repensar la razón misma, las categorías Por último, creo que quienes nieguen
para interpretar nuestra labor en su rela- todo carácter científico a la criminología o
ción con la realidad. Antiguamente predo- propongan reducirla a una sociología crimi-
minó una actividad científica enciclopedis- nal o sociología del control social, cargan
ta: Galileo, Rousseau, Voltaire, Humboldt, con el desafío de demostrar que pueden
Fromm, dominaban varios campos del sa- valerse de una metodología exclusiva y pres-
ber. Pero en la actualidad, la multiplica- cindir de todo aporte extradisciplinario, para
ción de saber e información hace imposi- interpretar las instancias de control formal
ble el trabajo exclusivamente individual. todavía —tenazmente— existentes.

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Manuales de consulta general para el estudio de la criminología, de ediciones


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165
Programa

Curso de Posgrado
de Derecho Penal y Criminología 1998
Facultad de Derecho, Universidad Nacional del Nordeste, Corrientes, Argentina.

* Introducción al curso. Análisis del progra- * Evaluación escrita de las cinco primeras
ma, bibliografía, métodos, evaluaciones, etc. unidades.

* Unidad 1: Saber cotidiano, explicaciones * Unidad 6: interaccionismo simbólico, aso-


precientíficas, prejuicios. Diferencias con el ciación diferencial, subculturas. La impor-
saber científico. Ventajas y limitaciones. tancia de la obra de Sutherland. La anomia.
Teorías del etiquetamiento.
* Unidad 2: El saber científico. Iluminismo
y razón, métodos, paradigmas, revolucio- * Unidad 7: Sociología crítica: la escuela de
nes científicas. Límites del conocimiento. Las Francfort. Criminología crítica y radical. Los
ciencias como ideología. nuevos realistas. Criminología crítica en
América Latina. La búsqueda de una teo-
* Unidad 3: "Prehistoria" de la investiga- ría crítica del control social: autores y
ción criminológica. Los precursores pre- propuestas.
científicos. Los orígenes: Beccaria, Dai"win
y Spencer. * Exhibición delfilm canadiense "La fiesta"
de Fierre Falardeau. Debate.
* Unidad 4: Antropología criminal y escuela
positiva del derecho penal: Lombroso, Fe- Unidad 8: El fundamento, la finalidad y los
rri, Garófalo, otros. resultados de la imposición de penas. His-
toria de la cárcel, penología, corrientes y
* Unidad 5: El positivismo como punto de estrategias de la pena: Retribucionismo, co-
partida de la criminología argentina: La in- rreccionalismo, resocialización. Sistemas y
fluencia de Spencer. Ingenieros, Eusebio legislación penitenciaria. La realidad carce-
Gómez y los proyectos de legislación pe- laria actual. Presos sin condena y utilidad
nal positivista: Coll-Gómez, Peco, otros. del castigo en Argentina y América Latina.
El caso del "Petiso Orejudo": psiquiatría y
psicología criminal. La defensa social. La * Evaluación escrita de las unidades seis a
criminología clínica. ocho. (**) Para proseguir en el curso, los

167
Carlos Alberto Elbert

alumnos deben haber aprobado obligato- leyes especiales; estupefacientes, espectá-


riamente los dos primeros parciales. culos deportivos, etc.

(**) Visita a la cárcel de Resistencia (SPF). * Unidad 12: El objeto y el método. La cri-
minología. ¿Es ciencia? ¿Es empírica e inter-
* Unidad 9: Los límites y la reducción del disciplinaria? ¿Cuál es su futuro epistemoló-
poder penal; victimología, conciliación y ar- gico, científico y académico?
bitraje, recursos procesales, descriminahza-
ción, minimalismo, garantismo. Propuestas * Esquema de análisis crítico de la obra de
de Ferrajoli y Baratta. Massimo Pavarini: "Controly dominación ",
México, Siglo XXI, 1983-
* Unidad 10: El abolicionismo y sus ver-
tientes. Naturaleza científica del abolicionis- * Unidad 13- Análisis crítico de la obra (con-
mo. Las ideas de Hulsman, Christie y tinuación).
Mathiesen. Críticas al modelo abolicionista.
* Reuniones de trabajo de alumnos, preparato-
* Análisis y discusión del film "La naranja rias para la discitsión final del texto en estudio.
mecánica " de Stanley Kubrick.
* Conclusión del estudio del libro de Pavari-
* Unidad 11: Política criminal y legislación ni. Discusión y crítica, con calificaciones (en
penal argentina. La proyección legal de las la medida de las posibilidades, se invitará a
ideas políticocriminales en el siglo XX. Com- participar en ella al autor).
paración entre las experiencias latinoameri-
canas y de los países centrales. * Evaluación escrita y oralfinal de las uni-
dades 9 a 13.
* Legislación procesal y penal argentina.
Análisis crítico del Código Penal y algunas * Pin del curso

168
Anexo documental

Las fichas criminológicas fueron tomadas con autorización del Servicio Penitenciario
Federal del libro Estudio del delincuente, del Prof Juan José Dichio (Editorial Penitenciaria,
Buenos Aires, 1987)

Los documentos referentes a Santos Godino (a) El Petiso Orejudo fueron tomados de loe
onginales obrantes en el Museo Penitenciario

Las fotografías de Godino de la página 176 son reproducciones tomadas de la revista


Todo es Historia, N2312 de julio de 1993, pp 13-14

Se hace constar el agradecimiento del autor por estas colaboraciones

íes
(^'níí¿¿¿a/d- <ze Tp¿aóifíc{Uí¿<U,

Buenos Aires, 20 de agosto de 1936

Señor Director General de Institutos Penales:

Tenemos el agrado de dirigirnos a Vd. nas veces su vida." En otro párrafo del
elevando el informe sobre libertad condi- informe manifiestan: "Es indudable que en
ciona! correspondiente al penado alojado la época que fue engendrado, su padre abu-
en la Cárcel de Tierra del Fuego, N° 90, CA- saba de las bebidas alcohólicas y esto ha
YETANO SANTOS GODINO, (a) "El Petiso sido, sin duda alguna, la causa de la deten-
orejudo", en cumplimiento de una conde- ción de su desarrollo cerebral". En cuanto a
na PENITENCIARÍA POR TIEMPO INDE- la actuación de Godino en el medio fami-
TERMINADO, que por el delito de homi- liar, escolar y social, está reflejada sintética-
cidios múltiples le impusiera en definiti- mente en uno de los párrafos del informe
vo la Exma. Cámara de Apelaciones en lo producido por el Prof. Mercante, quien a
Criminal y Correccional de la Capital Fe- este respecto dice: "La educación refleja o
deral, pena que empezó a correr desde sea, del ambiente, ha sido negativa en Go-
el 12 de noviembre de 1915. dino, influyendo perniciosamente en la for-
Antecedentes familiares y personales mación del carácter, el medio social. La edu-
Del minucioso estudio que sobre Santos Go- cación escolar, o sistemática, no ha podido
dino efectuaron en su oportunidad los Profs. influir tampoco por su inadaptabilidad al
Mercante y Nelson, los médicos de tribuna- medio escolar, por carecer de atención es-
les Dres. Negri y Lucero y los psiquiatras pontánea, siendo ésta la denominada ines-
Dres. Cabred y Estévez, surge que: nació el table. Por ello sus conocimientos son es-
31 de octubre de 1896 en un hogar cuya casos". Su inconducta obligó a que fuera
indigencia moral y material eran manifies- internado en la Colonia de Menores de
tas. El informe de los Dres. Cabred y Esté- Marcos Paz, de la que egresó en enero de
vez, establece: "Que el padre de Godino se 1912. Según su propia confesión, el pñ-
entregaba a excesos alcohólicos, hasta hace mer delito lo cometió cuando coniaiía
seis o siete años". "El procesado tuvo en la solamente ocho años de edad. Su activi-
primera infancia, una enteritis que le duró dad criminosa puede resumirse er.- CJaHo
mucho tiempo, y que puso en peligro va- homicidios; siete tentativas de hccrcxfex

Iffl
frustradas por circunstancias especiales, moral, ausencia de control de los centros
pero en las que sus víctimas sufrieron lesio- inhibitorios, síntesis mental inferior, para
nes de consideración y siete incendios in- concluir, que se trata de un imbécil con
tencionales, algunos de los cuales revistie- trastornos mórbidos en las esferas de la
ron caracteres de acentuada gravedad. inteligencia, de la afectividad y de la vo-
Personalidadfisio-psíquica. Sujeto luntad, de máxima peligrosidad.
desarmónicamente constituido. Presen- Causas de los delitos: Taras bio-psi-
ta numerosos estigmas físicos de carácter cológicas profundas y permanentes.
degenerativo. Heredo-alcoholismo. Su per- Clasificación: Delincuente por tara
sonalidad psicológica, estudiada en for- psíquica.
ma exhaustiva por los peritos que intervi- Conducta durante su reclusión: Su
nieron en su proceso, queda reflejada en anómala personalidad, incapaz de una me-
las diversas opiniones expresadas por los jor adaptación, se ha puesto en evidencia
mismos. El Prof. Nelson concluye: "Se está igualmente en los distintos establecimien-
en presencia de un caso de degeneración tos donde estuviera recluido; primeramen-
por el abandono social de que el proce- te en el Hospicio de las Mercedes, luego
sado ha sido víctima, y por lo tanto no en la Penitenciaría Nacional y por último
puede hacérsele responsable de sus crí- en la Cárcel de Tierra del Fuego, en la que
menes, aun cuando su libertad sería peli- se ha hecho pasible de numerosos casti-
grosa". En el informe de los doctores Ne- gos: 12/12/923, cinco días incomunicación
gri y Lucero se establece lo siguiente: "Los rigurosa, por desobediente; 22/12/923,
estigmas físicos y psíquicos, a saber: las veinte días inconunicación rigurosa, por
malformaciones y la inadaptabilidad do- escribir palabras insolentes; 25/1/924, un
méstica, escolar y social, lo clasifican como día incomunicado raíz de un sumario por
un degenerado hereditario. La desafección, evasión de penados; 23/12/924, quince días
o propiamente inafección, falta de afec- de disciplina simple por hacer apreciacio-
tos; la extrema limitación de la inteligen- nes contra la Dirección y pretender pasar
cia y de todas las condiciones de la per- vicios a un recluido; 11/11/925, diez días
sonalidad sentimental y racional y los ex- de reclusión por insultar a un empleado;
tremos y perversiones de la conducta, le 28/9/926, dos privaciones de recreo por
definen como un imbécil". Hacen men- pretender pasar de contrabando un tarro
ción, también, de sus impulsos mórbidos con grasa; 27/5/928, cinco días incomuni-
y su aberración sexual. En el informe de cado en celda obscura por desobediente;
los doctores Cabred y Estévez se habla de J4/12/929, tres días incomunicación celda
"la anómala ontogenia cerebral de Godi- obscura por reñir a golpes de puño con
no" y de "la insuficiencia intelectual, a- otro penado; 3/7/930, quince días de in-
fectiva y volitiva". No necesitamos insistir comunicación en celda obscura, por insul-
sobre los elementos que estructuran su psi- tar al personal y no cumplir una orden;
quismo; bástenos mencionar algunos de I8/9/93O, diez días de incomunicación en
sus rasgos fundamentales: predominio de celda obscura,por pretender pasar contra-
los instintos primarios de la vida animal, bando a un penado recluido; 4/5/932, cin-
degeneración sexual, atrofia del sentido co días de incomunicación en celda obs-

172
cura por desobediente; 31/5/934, quince cial debe ser definitiva, porque su psicolo-
días de privación de recreo, por tener efec- gía patológica es también definitiva y sin
tos prohibidos en la celda; 7/5/935, tres tratamiento posible, lo que por otra parte
días de incomunicación en celda obscura se ha comprobado durante su larga reclu-
por querer pasar un escrito a otro penado. sión. Por todas estas razones opinamos, que
Actualmente su conducta está calificada debe permanecer indefinidamente en el
como "buena". Penal donde se aloja.

(El siguiente párrafo está manuscrito en el


Conclusiones ongtnal)

Acéptese el criterio psiquiátrico, es decir que Negada - 21/9/936.


se trate de un imbécil con todas las reaccio- Atento la naturaleza y modalidades de los
nes antisociales que algunas veces los ca- hechos, conducta observada e informe psi-
racterizan, o trátese de un simple degenera- quiátrico.
do hereditario - perverso instintivo, consi- Firmado: José M" Paz Anchorena, Osvaldo
deramos que su segregación del seno so- Loudet, Juan León Calcagno.

173
rnms^amíípz í t s u t í x E í N S T R x i c a o N PXIBUCA

I5IRECCION GENERAL DE INSTITUTOS PENALES

ANEXO PSIQUIÁTRICO CENTRAL


INSTITUTO DE CRIMINOLOGÍA

Datentcx Puor £>» OSystíJO iOÍÍPET

nCIi CRIMlífOtOfiKA R.«

Lcm/'rc ikl r^v/use- ÍHS£J1.K> Al-íESSO fEISf».

174
EXAMEN MEDICO :'

^«^^
iolaaretiloala da gi>rgaatti a l o s 38*.«xa bebador.iuidr«i.rlTa,«ana;%: har&juioa yXroe,!
fallaoldo da TlraaXa a loa S sSoa.

*"''' ' ' " • ' BroaÉ,'<ffl«ni¡>oiiia *it la ia2ttiela.Js»l8l$>«l« a l o s 17ft,loot.liJSíi-


4«! «B «K;a j ore '-o<« loa X^Ü,' .aaorrv^la ooa uáóni'tla IngiitnaX dar>ial atlsuio tl4H
£0 ohoMero ajt ^l<»*>di>;aaoiuidv"Ivio ojim^albla ooVjreaool&i da iaaaarMaas posl-tlTa f
Hisc trataiklaato mi al £sap>Mur<Ad aa. lii'¿6 itaata 1839 «a l a Ouiuax da aaatiuoaao .
Itei 1»50 ae ¥.BaTo*o tu-ro brc^cocauuaoata.axpaottTeba saagra / íiabra y TOuitoa 4a
aaa|;7a.ym>.ba 1 a-^aec! por itls.iJlscirBtci b«badvr,.«B coss^oi»» t•l i l a u o agudc.

i.,v,„,. i, ,„,, I',! ,,, ,s ,, > -ox» cioatriOíB 1 aaslaa da fr-íom da largo, para talas
rag.paotoíal lEq.kanoü^a' de aavu» rosado regtí o i p i t a l y nuoa-ionKilaaao,a»*¿ñlott
Sua« aatado d« nutrioi.on.raí.edlpo»o «aoaao.*» tá liipartrófioo an dorso,ouallo.oa-
r« ] aaaor oanttdad «a ,,»ohí>.jlat.pj.lD«i pooo dasarrollo.Ioaiaao y troliaao nooaA
Safla^jos pttpilaraa norsalaa.

l('iM>'., , i i . t t ( . . í , í „ „• r . i - . i , iiisi 1.. I» K I I , 11 , s.„ l'i k in.u, M i . ] , r.

»i»» oardlaoa lig«c«iaat« au. aa-tadajül tono »órtioo y paluíomir ao8iitu«do,l*'tono


n i t r a l llgaramaitta aoplan'ta>,j4 r« l a t i d o d pasta a» 6taapaolo latarooatal lx<].>a
S travaaaa i* dado por dabais d» maallM.i>i. >o algo iiipot«iu«,ragttlar.teual.TV sor
l•a a t o . l a a a l á a arterial *.r 11 Mn Ct- -^ ,-o , r~
l,.i '•• / ••! • ••• I -i> ..II ^ 1^ r... ,,

Tórax ala^trlootatUKiu^tualút pulaoaaa,dt'r v«rtl«a rasplraolái eraa«ú.oBa,r«a«o dal


p&luoii roasua.j^arousioa. subaiata.Tlbrsol-'^ is auw»iitadas.Sroaoofoial.B>

f j l t a náa da la altad da la ^oatadura, '_ resto as ragular «atado da ooaaarYaoiúa>


i.bdoBaa,aa palpa latido aplg< atrloo xuaoloro^Io sa palpa borda luí.da hígadotfraa-
ba llbra.J>l¿«Btloi>a» laborloaaa.Oocistlpaoióa or<¡aiaa.ii«K«xroldaa.

íí.ílííí. ,jtKU<l.( lf...í il\i./u¡.l l..lt (1. f > , ' í . . . I ¡..i, 1 1 ,> ( III . .1. M ^11.

lada. da part^Aulaz.-

>xtUiii-t M'\w,if ^ IIMI)I5IIÍ .J )imlíli(i.i.l I "'J... IIIHÍHI.V.. .ill.im^... iiiilin,s.i.s ¡ , u | . i i i u s |iiiiir(i.t5i^ . x,ill.ui.>., " I K
Tiiin'lldiis .ilniiiíJ.iN -.til ri<'

Bariajoa oataeta»dlBO*a» uonMtlaairotuIlai>oa,vÍTa»>X«flaj«B «rxBaatariaso y «uta-


Baoabdouloalaa iu>naalaa«w«O8lbillda0 auparflelal y protuada normal

S'KÍ^HI'I tudínixnti í rir'.t-I.T iuu.ldnií.ii . íii'. .tisi. . U J . n u u n j I , íit<ui.Jlil.is s<*xuníi ^

I«da da partloular.

175
, 1 í.l i<l> ./, lora al A/IKÍÍM 1 i^í íí<í>

1 1 » „,, 1 I 11 U l t |aS9t4T« AnoLi , ,/ /,./nfr. , ( / ., í f

ilh , ,.«,l/i>i. JLtthti :&«£a.tl.Ta


V|l ítiid Ilst< 1 1 ,1 1 ol lili ,J. ^ t o j;>az« trabajos l-lvlanos.

S tí
/í\\' ' //líC^0/^^ /
\ ^ \ \ \' K \^i\ ^í^m(o
/l^
i/>- ^ —
Mí-mw »*j i
/ ^
^ ^ n o ¿ \f

"Los médicos describieron al Petiso Orejudo


como un imbécil incurable Destacaron su as-
pecto simiesco y sus resgos perversos "
(Remsta "Todo esHtstona"N^312,juho de 1993)

"El Petiso Orejudo no se turbó en ningún


momento cuando tuvo que reconstruii sus
crímenes Aquí explica a la policía cómo anu-
daba el piolín de algodón con el que mató al
niño Giordano"
(Remsta "Todo esHistona"N^312,julto de 1993) \

176
I H I A \lt)A LIML

fOTOORAFiM D* F-FRFIL

[ ^ ti í MAf

f f if f, * n I I s f^l

177
f«lCf»u-Bi-r<; fc jfcwaiíií^xi^íA
MlHtSTtBIO DI JUSTICIA E INSTRUCCIÓN PUÍ1.IC*

DiRECClON GENERAL DE INSTITUTOS PENALES

INSTITUTO DE CLASIFICACIÓN

\ * íii! <v(w(J!
• < iií ¿uiiciit c iJiilicaf Jf'm J» su trchn «

nai ounwttsi i'


. . ,, , Ali)»rto Amo:4o Vaist*1.
Nombre (Kl rfcltwo *
Ja«n D a l S Q ^ l .
\tlM

\i*xío
Wii»i " * " * ° " r o i t a r a a o » y «ncutirlaiento y robo (»«na línica).
Jf<bd ttl oomMrr a JUiío ?2 »( 0 » í Í6,
}f4A.C«ballo» { p e a » unte
Liiniif Utfl Hecho ' . ^ -• - —.
o«<r
• * itfU>* d« p r l t i o n ( tr.» i J n l e i . ; .
Con Jt na

Iiklirthcí-iOli'-í (FvcK» *i« »u UwainjuiuitJ

Tscho rn lUc runfle }w>1iíiur i»u ! IxrnvJ runtu-i ii\l de diOiemo»!- de i 9 4 0 .


r.4. i . . u .levDtu.

<um,.lofa«.,.J,„i.l 18 a . iiciem^ir» d» .9ii.

_ ' ' < < t - . ^• r


Cvmficcií. \t/m}i^'i^-
Rtmen.w:
-

PKh» del 1(1 rj.mín ^ « t í t l a s b r » 1938. h í i tí í<w exatiittK-s >«<<í*i\yí*

178
utnomiíairEM wtífíUAMX»

Ttáí* Kombrí j tpoIUdct témá Rs<-ien«1i<Uil


«Mtsae civil («t M viudo liomS* eoAiuii, m eantttju XXt«rto ?«l»t^:^.i f a l U o i í o «n • ! a,'o 1902, «• . » .
nuevo niAtTiiMimio) Si íniUiíi et^iru lU«j>)riu-(ii b»roulo»l» •> l « . í « r g » n t » , A I M Í I I d* nsolon«lia»a,
ignora #1 r t c l u t o «n qu» <poo« Tino »1 paí», s ^ l t * -
ro> AloohsXlat» o r d u l a s .

ÚT«da <1« iMtrucQi^fl AXf«6«t0.

Kv'íflÓn Clitd i C K .

Jo fAlKTto ríntji) TraBnJnbu en unt fundición, TXirur.ta lu g»»rra d*


lo» jtóere I n t o m r . o en a .uohu lin B«I Jitrldo.

ftmdiH'ta famiítvT y mu tal I'ocoí y íeohllvarad00 »on loe li^tj


• » quo uf,ürla • !
raí u«c con resnecto a su ?-dre, pu»» «oltusante co».
tiibu ol r a o . .60 10 Be««( de ea«d cuando s« projuio
krártdr 7niii[<rmnH 11 M !i el fui-eclaientí) ^g -Ti.e».

t ) iMíí-HCÍ^nrMí árl ywif' \ \ llk íam i Í

Tioaa 1 ^ian^^u
• i argentina, ñe 63 arto* d* «dad.
Sfií }>|} e*ta(1o n n í jM e« %-iaÍB tip*.lí euáa le
ManifieKti e rec JSO qi.« fj< oB^igudM por l o i tmátm
i j o n t r a t r «atriraonio contra tu TO untad y a l »»» i»
caeada y y.i e c t í r n z .'".i, abandona i j aaridot * o i
iftot fflÍB tarde ojnoolí a itimlel y je unid con II
en conciiBlnuto-

Rr] s)ú>
Alf i b í t a .
Cato kCu. Sigue as .ríotj-ojB r e l i g i o s a » .
Voí»» íes'to haoe 40 afoa, wn ^en leno negocio d t
t l c r d u en la c a l l e Chubut J99.
OtndJOta f a a i l i a r buena.S<"^í>í- 3J~K^J^\ _
Oráctsr t > n u í . T«Bi«raBonto a a o i f o . l(«aooJone«
noroa r » .

179
Üo aporta el recluau datos* e - f l c í ente» qu» per-
tr« 1A insdra 7 el pulra r en qui gñ^of fiíjotU
nirfdt i n t n del n&tnmunx' á«I jM^n coa la ma
a l t a n formar una idea «obr« lae r«''HCion(í8 conyuga-
tÜTv, d«t p*¿ra COK otnk inuj«r 7 át \% mmát* co» l e s patarnaa.
otro bontbrc — A^KIIÚBU etuijrtifnt

Amalia 'tinaldl dg Clokai de 42 afiog da


dad
• , casada con P a t r i c i o CloJcs, a r g e n t i n o , aplau
• -
do en i a Ola KritániCá de Construcciones de Acaro.
Viren cor^ 1 i a a i r e en 1% c a ¡ i e Chubut 399.

'íubo Otro f.ti ecido a l o s 3 o 4 3L o* 'ie vir-jeia.

Domtcibu dp U f»Mnliii Chubut 399 - C i p i t a l .

COH0LV8IOirfi8
CuBilictMMa ouir^et y maten^iei ¿ti liogar {ho .rocsde el r e c i u a o de un hogar l l e g í t i c o , incom-
mai%¡id*d de lew p»di*«. Sitti*íián ecaa-ltrueii Hx
p l e t o por f a l l e oimiento del padre c u n d o el r e -
c uao cont iO t 10 meses de edad y '\e eituaclón
lio), kftctaaiiMcnt')
SCont5in.,c-i d i r i c i l .

IitdirectOB,
[ti, rxplotuit^D (te I» inendiriáinl uif«ntil Istíiri^, El f a l 1 QciirieTito tem-jrano de'' pnrí"^e y - n e c e s i -
d'd de mrto de lu madre ds trrtbujjr para ^ti^ er
Httí'uler tí? necoei'iAdee de sua h . o s , ^írivbr^n a^
rerUioo -^o a v i ^ i 'vinclc^necoflariM pura e v i t a r l e
"í a s ri<3 coa,,a !•

180
AKTEOEDiarXBB IHDtVID0AI.J5S

E.U.III e l . i l 8 B 1 1 « r o . - «.j^ita - K../'. n. I ™ i l | i i l . , _

ArttDtllUU- _ Itom.eil,»

VIDA liooijia. fíiii™.!.'.» .LiMt. .. tiuT. .1.1 l ' a i i i f i a » t a e . r e c u o o • u b e r c o n c u r r i d o ¡i i» »o_


i,,,,t b.t«.i..,» «.i, ,i.-i«.,>.i..i..-.» ., ...r„- o u e . ' i de l o a 'i H ' o n 12 .-ilo», o a r a u t i i o an t o t ti B 1
i >(i \w..lit«ia rraiiU' » iiii^iifitr Sfjnii.'im.i (f. , .

VIDA MIUTAll í..f0l-tü.í « .'lu.ii'i el « r . l.H>


vBtá « n r o t a í o . no h i z o «1 « e r r l o i o i• l i t a r p o r
ili't'J i . i l T liis;nr .liii»í-i.,„. i.r..l.ieti l'a'» 14" Oft^O
.1 I-n .» Ij tím-ii-ft .íf mnm£|..«i..* ).f-.(i« \ un

VIDA i s i:i.^^-rBABMo^ w.... . ,. 1•• T o 4 ^ g,, y x ^ j . í e t r a b u j o «o r s i u c e a 11 i t s a s


- 'T,"I(I')I ^ill'!.l"'.. ,'., .1. ii....n,'. . qu<5 t r a b u j o e n l a O i a . tírl-tániea do C o n e t r u o o l o n » »
°'',n.,r'.'„''i,!-,-!,'"', .1 '' ' " ' ' il9 . \ c e r o i cin j n s ^ a . d o 4e $ 40 pqn» I ( Í Í 8 Í .
Zn gcner.." ei. üriiro u . ' d t o a» TÍda fu< e l d e . i t o .

181
n<*. (A/wto iBfliJer«nris «po/o rointl 7 mutp Xala. Ilunc* • • iraocu^ó d* «us f a a l l i a r « a , r i -
riftndo d««d* p*r^u*jto su jpropla Tlda, gin isportár*

dliil, mstriicriftii eonilurU fíiml ir y >• -oíl íe i vi-!¡ sex


intnt.r 4tfl recluíiSo) I\¡VÍM eoa pJíaí ¡1^ mmifíii
H 1K eTpiotablit i l * >hini(50(iA ) (af- a i a n ! UN tu
jur dial (Vivía, («(• v olt» myjirt
ViH ÍP^Uftl libre

ej Clin lo» hijtm (húm ro e*!» 1 »p\y In»tnfe


ciDt «<In iieión) t'-• ° * su>t<nt>bkf iLu« «xpl la HO tUTO hlJUÜ,
>iaf j l ^ i trata.)» btra o m^ll

VIUA fOJJTiaO-nOClAU Mcíii jotil is Ideas ¡}0 ítxoíiSí j u j e t o acosodutioio, otaa^'r»


Iiac)i3n n WMHIIHW ¡{rtminlrn o u n l u u t c ajuatd SJLB aira a t i a a áe acua^'áo a B «e conven-ea*^
^luB flA [)r(n!lp» o lc«ca pntrl carlaf \ 1
(•
«ni ^ t nt íi a^H g n(<n Ion "la" 1 a! i\
iflin ti«'i)ti.s) ill a tiiHho M U circiliiru Mil
ítíl r-^ >nf"^ íab.tJHias, maJVi-íie tías ¿ le l*;-

Dntoa livantM I tt jHir


EXAMEN MEDICO,,^ , , ,
A.lb«rtft Xntóia» y«ii-t*l,
ÍAJ mgr«K> Fech*

AatvcedenUi bertdiUrÍo« (Sífi!» tub#wuJo«t alcobolanio efiiermtKl»d&a mental a y HÍTMOUÜS -te ^ ^ j ^ * _^*}-í tCX A»

Xalltfiidft ta a r t imfftaoift Igxiaik amxíñ;^., Ikoí iiijüs AAJLOS.


Antecudentei p«n»onAl«« ( í k m ) IHLXt t r l t ^ ftAC&rlAtli^A. ^ ^lUlaúfiJ^M e s Ira. i f i l A A C i « « I»!*-.

Inspección generitl Piel mneoM gínRlicw.

^(«rafíi ftrtuíaíííno Coriján liupwción percusión fta*?uítari¿ti \smn Pulso frcruencia nlmo tí-ns on

i-parafo retptraiorto <In8peccián pemwicín auaculUtión Fsfiromí'Inaj

Áfmrato dtgtstno (Boca fcntige ejófAgo «stomagü intatimü^l 'ülindulus anexas

í**'»»!* Baeifc jpeyA.»r »gt«<fat fuitan TrnT-íag ;plagag f!antfcrXtg>

íjxiftíí
• o ¡/emto tínnano (Exploración del nñón j faticiine^unnariM) bunciüii sexual

Sfjífwta i*«n ifljfl Sensibilidad mctiIxiaU v WÍÍÍ'JUÍ! UMÚ JIOWJK riHant^w miicusp'* ¡lupilanh (jiurniíil i \. (Ir i Un lisrii i iti
(lis íihiil)diw>) Suuuí

^ tema *iid<cnno (Tiroulí'S paratiroidcs hipófisis sujirarniuJ glán hilits ssxu ik*^)
Ap»rmt«««»t« nova»i.

1 tálistt (J« ar%na


Análisis de sangre O^ass^rnumn) g^ ^ Awüuu dr I quuio nfi! i t ¡UKÍCO
\! titud tísicu '¡tan íl trahnjo iHt-«n*r
/"' - r

183
ANEXO PSIQUIÁTRICO
• A.*. r # i t * i .
EXANBH UITBOPOLOOICO

T«ii« , ii785.j|llft»B,„,j^„„ — ^„,„— — _ , p„„ !t2. fct1n»«


Cré»á«
D A. P (gUUU > ««ipiUl) _ . l f l j 5 - n T (pialM p«ri.t.W). 1 5 f *

0 } » a MUvrwr p4«uriar isKltftnA (flab«U s ojitstXi^n) 3 ^- 1) T !£. l « t


Ja<luT 0 ( « l í « T:= - - •, . .
> tniK»ven« o upniuni'^lK
• r (punwi uneuUr('«}
• _ ^ ^^ h A i* M

77. r . irj»i»« 34

/hftdMiO* Fftrtuli» xif(iI4fft 2X-* - - X<fouinl> IKOÍ • ^'j^.^.- Umbili' í p**'*'*"* —1"6T

4Ui«-»ftrM iit^nwtfj (mtLrgeit *piUu* acrdmtkí K llura «rttitilf ii<n «li- lu'iuuwnl

U M M ^ ' M ift/eH«»4 (twrrf* «uficHor ¡¡ti


• jiuli.* n n.i.li-<ilit i tt nm' ^ •

rABr^t EíK pjíiN'trr


i ÜB|>ari.ir • m-c>inti.it<M»vD n a f ( « c í a
CotfKi^nto lio rubu)it(.i — Inll» — ((XKI ¡ i>rríi""-trii

BIOTIPO
i iv.itMhiiii'r>

CICATRICES, DErORMmADEa P a o r E 3 I O N A l . r S y TATUAJES

K-..frt« í iNúiium, liíitar, ong.u, «.-Mam nl.« c.usnai.s . ' i l ' » i .1,. H , I l-.j umj
(• I . «Iftlft jdanft « T . ^ l O C U ^ t OEO « U

/' ^

184
RESUMEN

CAUSAS Dti OE'.ITO ,

BíO'PiicoióírUíts Debif.dad físiL» tenfefir)td.KÍf ^ , dibiíidad nientaf <lebtlíd.id moral, peívcnrlaj cocíti
íqiíf'ibríofi p<;íiuíí( 06, mloxitauünts cK

Sociales: Desorginisa» iOn Je M ÍTiuii ri .¡handon » U'ÍÍÍKÍH,!!» i m i vueiiv.n j ii'!.!¡ IMI n 51 n.! opuienc
cíTceiana, Ifjes mjti'^U'í, ÍK ^
{: ^
2)»«orKan*. íutc^ (^n > l a r . j ' I l l a ; a''an('ori.o '-í*r'-'!al y r r o r a l , í f n a r A n c l í . j | ' ^M
ImltAolán; V l « ; r i « , -

HftbitUAl.-

Alta j portaunenttt,—

AlíAI^TAllU UMf> FSl'UNIÁNH-\ \ llÜKí A I A VIH^ ^OUM

9u'a«»onte í n i p r o b a b l « , -

Adapiabdídad bajo tutela VaUoiu\o

£ • n«o©«aJ"lo i n s t i t u i r l a en « « t e oa«n onn a" T i y o r empeño aunqy* »e«n tl.^ t


t&a «ua p r o b « b i l l a r d e s dn « í l t o * -

lNAi)\r>íAmiil)Ai> mfdia.n de ^<,gun(i4d

OTROV ¡)AT05 }^ !
Art. Ih d o l Cddigo P c n R l , - Xf

í tirada cit^ ntha el de de 14


EXAMEN MEDICO '"

Ajití<-#dt;Eití«fcsrídiifcn>B ^ ni ! H] í i i s r s i ^adra í a l l a A l d a
tabaronloala da giiríttutta a l o s Sfia-vra bebador-nudr», T l T i . a a a a , ' . haruiaaoa T 1 T O B , 1
f a l l a o l d a da r l r s a l a a l o s S ^ o s >

'' Bro3iu«B,t>i-jjo»ia *B 1» i n f a ^ o t a . l í J ' i B i p a l a a l o a 17a,loo<ili«ss-


4* « s c a r a 7 ora. -o.A l o » l*Ja, imorri-,,1» 00a a á i a i t l a iiií;uiiial d a r . , a l maemc t l í »
90 obaKoro aa g l « d»,gaouiadj " I s o o^^uAslbla wiVjrvaooiiiii da f a a a e r u a a s p o ü l i l T a f
i d e o tratajiJ.«iito »n a l Essi>>iAiX62»d a a lu^6 iutata líéiíi mt l a Curuax du aQ.aijuüaao •
Jto 1»30 an V.aafofe), t u r o briyieoeaulooísia,axfaottraba aaagra y í i a b r a y TOalto» d*
»«j!|¡r«-íu«ii)!a 1 s t a e c por ¿ J » . D i s c r e t o a»b»d»r, m coBaiOnaa a t i l i a m o agudo.

1 I I I •• ' j *""•* O i o u t r i o a s 1 aaaXaa da S-Sotii da l a r g o ,;>ara t a l a s


r a g . p a o t o i a l li!<i.i«aii<jl;^8 da igvui) roaado r a g . f o i p l t a l y n u o a . U M i g i l x « i » o , a » » i a l o o .
fiuan a s t a d o da 0 u t r i c i . 0 n . S a 4 .udipoao aaoauü..A' lá b i p a r t r ó f l o o aa 4orao . c u a l . 0 , 0 a
ra J a a a o r s a n t i d a d »n j aa)i(5.miat.íij.ioao j.ooo i a a a r r o l l o . I o n l a a o y t r o í i a B O nonaii
Sa/i*>;|o« f u f U a r s c í a o n t a l a a -

f i l t r a l l l g a r a i u u t t a a a p l a n t a . ^ x t a l a t i d o d puata a s fitaapaols l & t a r o o a t a l lx<i.a


S traTaaaa da dado por dabnio i « «»aBÍl«.i'i JO a l g o h i j k o t a n a o , r e g a l a r , l « » e l , 7 1 í por
i•» » t o . I a n a l ¿ B a r t e r i a l k* 11 hn B». .-= » »~

1 .1 ( I 1 a I , , 1 1 I i.M

lorajt « l a ^ t r l o o . x i a i s u ^ t B o l e a p f t l « « a » » , 4 t i » « r t l « a raai>lrtiol<&ik g r a a e l a s a , r a a t o dal


palmoii roaoaa.ParoLisioii eubaig i d . y i b r a o i >s auuenta<(u».Braaoofo«ii.a.

f j l t a raáa da l a « i t a d da l a (^antadure < r a s t o an r e g u l a r autado da o o a a a r T a o i u n .


i.bdait«B,aa p a l p a l a t i d o a p i g s t r l a o ^jsiuuloro.Io s* j^eXpa borda íut.i* higado.tratt-
ka l l b r a . i > i g « 8 t t o o a » l»i>ozíoiia».Ooiíutí¡;aaXau or¿Bla«.M«aarr«ld«a.

í Ir jr imit i i> 1- ^) ' t ( i ! n I til ^ u li i .• i

Xada da ¿>artagtilar.

^i• ín t itníf^u -.iu>biliiJi rti ¡11U1! I 'I t ulniistv itlin-c iiiiK H. s | ii) ii (nuittili^ x ii i ! 1
' I ft I í jih I -.íi f!

Eaflajoa astaotaadiaoso» B O n w l s s , rotullaaoa.vlTos.Rafla^oa aruaaatur^Bo y e u t a -


Ba9a>dou,lnalaa a o n u l a s . o a a B l b l l l d u d a u p a r f l o l a l y profunda s o r u a l

^üííjíf t fndoi líi í T t r Mít^ ¡ t * r i t i r ( 1

l a d a da p & r t l o u l a r »

-186
EXAMBK P S Í Q U I C O

t'zpre»%¿n -fe ¡a 'VOHÍIITÍÍI f-Kl^-mt. Iii iit. Ir


Intellg«nt«, atenta, intiHiiqui.a.
tf»i(i«. V í i d t T r i ' í t f FruEi a IoniBct-», T f i m q u i
la Inlr«i()ii<i» B»t|>eehum Arriígftntrt Jmliícmi

-a-conicü, franco.

I n f u í i t i {,

orrr. 1. ^ s .

niioiii .uU
.1ÍJifr*« iJiÍK-iMtüs ( i t ¿ i ( l iiit)u*íl i,>i<itüj, «. * da.. *r-í.
f i.t e s i íi, n-*."íiur (.
ArECTTVroAD

ri«ntiini>>iit<>ii /n irítlMi pri>birlti<i, ii |rvliiila<l, p

('Ltyci-sioni» insUntiTíu! ( i l i j r a l ' i Í H H U Í Í W d e <•( n ^ nXlni-. tivt tc' r . _ j ',o cu » t i ^udcu . Iic i r o t i d a á ,
lítwí, tmitimiftniti», gUjtoiiftW tHai<liMli 1 i-.

Si (*, wiiiihuxí i'Xhifin-iotuj.iím, prüiíi i l u ^ i í n , < i i


i r * i n<í¡ lio m,c!«J>ilnÍ«tt {J3|;oiwn(. iu8Íi)ím'iwi
jgoíaiíivi
• , c r í mir.u. l-iart.
y. iJIjarifiij

VOJ-OWTAU

SlKTESia PSÍCOlyOCtCA

t,r -r*" . t - i . i- j

v.j.r n ' t t í r ' l ü i , 8 ^;í*ta>'iul) e , t r i a t t í , re'-«rv'ido,


lo t m tr'>, lili íTiti*, hiineíili, d f í i >/ie-Ui nt^am alncaro, ISE onusto.

<• I r i l i r . . . , e-.,¡.ii/,(i.i , pji.>{'i-i U Tildi.Ui (ii

fwiífu I 1 I ri i>. Mi il íii-iitiifiíti f iifi.gii)ii! o I I

J-'IRM* DÍI PmttTuk ií.1 ASLXO i ' í i l q l tiTftIi\

187
Súbito Blrosr^, Ir , i ^¡.-ír » i i»"
oayoc aer.tinlartTa n jr r idi art r^ j , e^ íat i
con in oiler í e 1 iribiclán >- c , o^t" C J Í 1 J I er
a fibitü liad d>! 'c i t t ¡ f aa
si iil^'li.r-' s l j j ijlen d l r l i-i se-fi -• le olal
j lifici t •• ib o

188
El- DEUITO ,
Xmoláo í i b e r t o ?«lBt«l.
IngraaO! Jl 4» a g o t t o da 1 9 3 6 .

// 'ros S l r e s , a a i t l a m b r a 25 da 1936.

t '«IJI'OSI E»V» proceso aaguido <íe o f l c l : i c o n t r a «IHOUe ALBIHTO


fZlS'O'l, s r j j e n t í n o , de 26 a na ¡Je edad, s o l t e r o , carpintero y aoBl-
o l U s d o «n Caaaros 9 9 7 , San K a r t f n , "^rovlnoia de Buenos A i r a * , por
hurtoa rslterado», Se qu» r a a u l t a
1». Q\« a f » . 3 y 59 XHttiles Oo-
m e t t i danunoia qaa «1 d f a 2« da febrarf dal ai o en curso a l a s Oi30
hora», o o n a t a t í qu» an la » o a l j ; » Olaii oal y General ' a s , la habían
ilutada í.n a u t o a á v l l Iforí a r a uado en t 1 . 5 0 0 , e l aiaiio que a««e»
iaa
• - l « f u i « n c o n t r a i o abandonado en .a ciudad de Caapaast, 'roTir-
o l a 4e S « noi Aira».
le a f a . 11 y 2 ? , L a i a Caaoio,
a l a v e i d e n u n - i s 'jue al d f a 25 de ebrero d e l afso an o a r a o , a le e
•* h ir»«, ootvat&td que aa Tag^e y .^ m i d a *.lY«ar l e habían hartado
ujt autoicávi» t"ord, ava Lindo en t 1 5 0 0 , e i »i«Bio oue ne aea deapa^a
fu^ encontrado en poder de' p r o c f s í d o Faistel, en l a ciudad da
Cainta Fá, d e t u n i í n d o e e l e con tii irotivo y a e c u e s t r i n d o a e l e dicho
Tehf c u l o .
2'. Que a í » . 36 .• , oraata
deoj.araol¿n i n d a g a t o r i a a l -¡f>o «ado y n i e g a t i hurto d a l aatoa¿»ll
d* propiedad da C o B e t t l ; y en cuanto a l autOB^-vil de propiedad da
Caaoio que t'ií l a f u { saoueatrado an Santa T4, dice habérselo «tra-
gado au oonocido Jo»4 Ladeaste, pam que lo guardaaa.
i". Wue e l SaScr Agenta ; i « e a l >
a f e . l o 7 , aouaa a l proc eid^ per ambos nacho» y pld e ae l e a p l i q u e
oís pena de t r e a aSoa d e priaion.
i CnsilDERADI»:

FHIÜEHOi Que an oaanto a l b u r t o


a A q u i l e a C o a e t t i , lo» e..aaentos de J u i c i o aouBuladoa «n aatoa k a -
t o a , no aoB « u f i o i e n t i s a legaisente para r e e p o n a a b i l i a a r a l prooaia-
do , . i , t . l . ///// ///////

189
If Qu« a»<l* be rlcta (.1 jpnsMado oesauaur i l Inák-
t l <• p>«fl*d«d d* luJa O&aalo j por lo tunto no «•
l a c « l a « i t « «•
*»«U«»Ui*«*'X o por ««t imVbo.
- " - AiB aib«r(oi t•• i pl*nui*Bt« probado «n BU'to* <ivi« «1 fr^
' Yi^at*'^ «aiiÍTS «a posasitfs de •• • rahíonlo, s aadls^aa d* M
F%riíW« «n «orao, «n ! • oludkd d« Saats Pli oujra ^ c l t l « l d a d no
lA k» <«a*v»r«4* as «atoa.
''^ '"' '' yUflttPi Qaa al i a l l t o probado aBoaadra an ! • • diapodoloass
'%i^ilík'* I t t i ina. J» dal OÍdlgo ^anal, «aMaado tstaraa an ouanta
^<-^|^ «faa^oa <• l a pasa a l»poaar«a, al valor da lo a«o«*atra<a 7
t W t t Í A M k « l o a * a poUolalaa da U. M n TJ.
ttíi l u i o s nvaueStnt, da aguarde ooa le dlvuaato por loa »
«**•* 4t4 7 49S 7 oooardastaa dal O^dlfs d* Proo. «• lo OrUalaal, j
tWkyWta da ^Bbar toaado oonoelaioniío d* la partonalidad Boral dal
a*iM4*
• i 'AUX)) 1* AbaolTlaado da sulpa j oAife a AUDUX) AlS^ttO
MMfiUi» por al d a l l i e da harto eoavtldo en parfulolo d« Aqullta
*¿ifí%i, f Z* yadanando al alaM r a l a t a l . oeao aator dal daUto d«
jpMMp^pnCTW B» 8t?gtQ oonauaado an par^aielo da lula Oaaolo, a l a
t« B09 i t o S Wl PBlSlCn 7 ooataa. i.. Syaroai. Anta a í i X.P.Bparonl.

/ / / a o a Alraa, dlolaabra 28 d* 193t.


I Tlatoai Conaldaraado Por alio» • • oonflra» l a
apelada por al d « l l t o d« soabrAalnit• a a la pana da dea
<íl0mm^l>*t»i«m y an t a l r l r t a d , ooao f A OTiSt p«r aata haiiee 7
mi«
• M BOtlvd aa eeadaaa, proDuaotado a fa'. 2S2, da la aaoaa t r a í -
; « | « t a , a «aa alada al oartlfloado da fa. 95 r t a ' 7 «1^ <• f'116.
aa fOTT» A»08 PI g«I8I0», aooaaorlaa lagalaa 7 eoataa.
ftKSSL' ' r t - | * - Altarte Talatal O Jaan Oalaa^^t ta* datanido
«brU de 1931) pera^aslaado m rial(?n irarantlTa haata al 13
«e Í | J 2 (faefca «a «aa fu< piaste «n llbartad). Tat d«taaido
I» •> « } da « t a l l de 191S, La pana TSKÜ, 18 dlolaaVra 1943.

190
o.». 1 9 / 9 » .

AMMlO.da EMauaadoi. Buaaoa Alraa, 2^ da a t o l l «a 19J9.

Al Saika>
DtraatoF da la Oaraal da Eaaauaades.
O. ivMít Aacal MncaMah.
•/D.

Tan^o aX a^aOo da dlrlfíraa a Vd. a tía


da aoaualaarla qua al panado MMtP» Htff?y?. TOSUBi. • • «>-
auantra aurado da loa traaatopasa ptfqitlaoa <tua praaantatw, por
l a qua arao aoDTanlanna antaa da darla fia al«a ; Baatanllndala
an al lugar donda • • aloja, au aonaurraiMla a l t a l l a r da aa>>-
plBtaría dooda trabajaba, aon al f l « da «ontlraiar au ot>«arva-
a l i a baata Inforaar daflnltitraBanta «ete« au ral)iMgra«lte a
l a nda<lMMal dal Fanal.
Salud« al taBor Dlraator aoB l a ataaat^a
qua aaraaa.

Br. A.A.Ariaaaitdl

191
BfiAimSK

( M -*-
• . 1>H IH-UTI

Ow p-,!!' hyiuvi ÍKl 1 ními ^\MÍ i (i i)[f j m t í k i i e ^ UIÍ'ÍI Í i ni rii^itlil í d n h d a i mor t t n c r ^ m a f i <oiivliíiinu>i ^ '¡ '}ii
•'• i

iflUU líVt.*! II J U S t t t t tt<-

j>ocorguni2^0ion fl --^ f n-i. i - » inart„c-*ci{5ii, a b a r . l o n n , -CH v l v a n o l U t

l t \^í»-ir\lli> M\ DKI I N C í TV N-\tO 'Oí-Ü ! l « t « U l . i püilim 1 icujilOtlll

i ' n I ¡iti-.ii<.(í il>ípjj¡)ir ( i'Jii riMnirníi mi fior m< iiana mavor máxima

\i>\l *MHt imi) i-.íc>^^A^^v s Jn(i^ A Ix \ti A ^ ( K I S I

Ahíi>l'h^hi¡^uJ ht}o futir í\'iUtmiUi)

lo.

rirratla esta fie' i ti


tóMíENfÓ PENITENCIARrÓ ^H
tMCOVVIVfK OK 1—^ »
• •

Nmbn y w-M'i» JMOIM « U B t O n X H W • « H » « ^ « m h l ( F U t e 4«>|)


V^
ráA^ ü

Momlulad 4J4l*rlay Pi n-cnuoiH-i « M ^ I » Ha • * J « Oan«»«N


fVIuciuiHS lun Uat tilrbS rticlt»ias (NnrTtiafos r<^lam<>iitarifi-i) T<|ftl<nt Inlllll

OMUtlOOtjL «MU U L TÍMOJX

llii rKiiitd, tMitii.t< «1 IK ijiiinir^' « « A ^ l l B a » Uslaactd. 7 niheiMt^tmtXi*

Cumuh! luaiduiikJlt »«¿Allí>* I^i ituTiOtiit A

yuin. (- .¡ »•
, " taa

19 «<•» 4* T^mitm^ám j
JO eSam 4* ««X4a,-

aECt>«PEN3A8

£ > » . ) . j A O S t ' ^ a « « . « . - a M t««ha ^ ^ v x n - ^ ^ , ! » o a i 7 . , « i t » r i s « para « « M I « I M P »

riJNiiiMoira ( n a s >—aa»i»«»*<H>»*in«M»a»,%y>aJ»*>^-la«»i»Uda • • ^ XacSw»


«• «• • « « M a l a M a r » i l i > i t 4 h -*» 1» iF*a • • « i * a * M í o ya«llia« «at aurrantl-a»

193
lá.--:' hí-^
SEKVIOIO DS INVESTISACIOH SOCIAL

TNPORME bel isvKsTivKix'K s(Hívi FcKiaiido dal Castillo*- ^


lOMBRí; OtU filCUJSOl-Arnoldo *lberto ralstal í Juan Oalaagut.-
I S U B l ^ IMIESTOi-Oaioal da EnoauBodo».-

I>a imraítlgaolín «a realiía c^n 3 B alsruSantaa peraona»;


1»)-Itosa Ualanaal da rat«tal{madra)Ohubut 399.-
Zaj-Leandro Üalanghl{tlo5oaaero» 997.0aaeroa.''.O.P.-
3«i-](art»na ?iadr»buan»(oo«ioold*)0«aeíoa I0i*9.08eeroa F, C.P.-
V)»PoHoí« da la 0»T>lt*l,'aool6a, Imeetlgsclonaa.-
Hago presanta qua nr*Tlaaaiita na oonatltul en la calla Caí
ros del puablo de San iartU donda nadia lo aanciaa,la qua aa ar^liea lua:
dioho dotntcillo aa rsflara a la orlla ubloada si Caaeíoa,-

?rovlaaa da un hogar honesto y da t-abajo rúa ha aldo aoat


nido dasáa haca aoToxlJiadananta Talntlooho a'oa por au iiiad;a,ys qua an aq
l i a ipooa f . l l a o l S au padra.-Ella tlaaa Inatflada una paqua^'a tienda daad
antonoa* en l a o t i l a Ohubut 599»"h8bland-i con lae uttlldrdae qua le produ<
lllTedo uaa rlda honorabla y aíaotuado pequeño» ahorroa.-JÍl reoluao tlena
una finlca heceasA Analla Uu.oaeada coa Patrio lo aioka,qua viva oon au n- d
Oon au sonlubiaa lianuaXa Buatamasta^oujro doalolllo no nuda
obtenar puaa trabaja cono alrrlanta j haoa tlaspo no r l a l t a a la aadra daj|
reoXua«.t tana una hija da olaoo a^^oa qua Tlva con Xa abuela qultn la ha «i
dO»-Ixpilosn l a vida daX penado por Iso «alas ooaia*!las, Incluyendo entre
eXlaa « la onnouMna,qua disan no e: una buena mujer ooao lo daMKatra rl
hecho dafítaoe aesaa no concurra a Tleitaí a au hljlta.-Tenla buen aaraotí
y a< a aumauanta dSoll y raspatuoao.-
Pareoa a^ t í arreoentldo y nrometa a au agrcao inlolfir una i
da honaeta y da trabajo.-Uor. aobrlna.hlja da au her«aiui,lo v i s i t a con fr*
oiia&oi«,y trst« da soonsejajlo bla}>,haMandQXe ií afaotuado toda olara da
proiBaaa» de qua aa aaaaodPT»,-£»ta ee'orlta qua as aaastra non»ai paraca -
tlana influencia sobra al penad» quien la respeta y asouoha a oeasr da au
jurantul.-
A loa onoa R'OS termisS el ea-to grado oruaaxlo,QontlnuandO'
a;i al Colegia Sao Carle«,doad* ap asdli el o f i c i o da oarjlntaro.»
Xo IttterranXa en pollttoa.-Rellgloag,-Uil8 oorinalnenta.-ilo '
l a o-^noeen Tloloa,-8«gun Xa madia ha ettado anfemí oonteclado de aa oonou'
bina, y al t í o nanlf laata sabe ee hasta un trit»alanto oor aadlo da layaaoli

PHOKIUAftIQ i-QUOun,,•
-Consta n loa elculantes aJitecadante».- "
!>• - 7 - 2 - ag.-ttobo.-Absualto.-
2t)~5u •• 6 - 30.-»hurto.-sobrásate lento provisional.-
í>#4»F - * - 3*»-B»ew«l«oiáo bajo ciuoléa jurf toria.»
« ) - 2 - 6 - JS.-Hurtoa relt.anoubrl'^ lanto y robo,-Pana únloe 9 afSoa.-
5f )*'TTee dataaolonaa por -)ortaclJD de amas y cuatro oedldoa da antaoadae ••
taa^axw da alloa pedido ñor la ''^ollaía da Snnta f i . -

TIDA £li £ t TlAíiWOl-


A au egreso del Coléelo San Carloa,terminé e l «prendlaajf Ú%
au oriel« en 1« Oaranterl* que tanla Instalada «n la e a l l a 0>it\bi>t al # 0 -

194
l l ( r ^ o « ( ing*ll*ttt,Qutitt fftXl«ali haa« apreximadamanta ouatio aflea.-ta-
ta. « i M w i i t u i a U BO pamtt* csaprob&T la tzactttud da lo Banifa<-tad*.-8i>-
a• b a n * tanto la aadra COBO al t i a -itraTlatadoa «o dl'«i«it*a anortunld»«
daa.dlaao qua aon al oltado te'or t'«baj4 BUOJIO t i««<p«.-
PoaterSormanta trabají an uno Oonroa'la Británica da Oina —
tioaetonaa j mx una carplnti ri« ableada aa l a calla Mariano A«aaia,eaaaa -
aa los cuela* alaaipz* BX daelr da aua fanlliaraa aaraali tnas eoa*apta,«
Oaapuia f por Indloaolfn da la oonoubtsa a* traaladj oes —
t i l a a la Provincia da Santiago dal C;tsz*,da d nda a* orinada,tt«tiajaada>
as *« oflela para lo cual au nadr* 1* habla coiaprada la* barrar lanta* BMJ
aaria*.-D* ragiaao da acta prottoota dond* 'eriaanaolj earoa da doa ano* !»•
air
• a 1* tnet-l< uo orladero da üTas «n unog terreooa da au pro-^Jadsd ubi»
aadoa *B O&aaroa.-Lo* aloa X9}'í T X$}2 aproxliaadamanta Tlrli m dleliO lugar
aos la aooeublna j tr^baaUam» an al crladaro conluntatusta oon au t i » qu*
* • aaa «poca tasbUa * a culdrdor da us olOb.-Xs 19^2 al t í a fui'a Tlrtr •
oon 4i y li» oaiBubin* a paaar da oontinuar laa ralaolonaa intima* oon al •
re«laM,a* fu».-ln asta trobajo continuS hpsta opar oraaOjgcnando algo y »
aaraaiaada buan «onstpta da au tia.-EX Sr.Uarlaao Pladrabu*na,Taola«,la e¡_
nooii oaando tanta al oriadaTo.merncitndola b^ian oonoapt* y orcyaadois « n
bajador.-

Laa paraona» eaíraTiatadí a a^^tan dler)u**"ti€ & orastpísal»—"


•B forna a5~>l la j tlanwi Ir aairurld^d lúe !i- de aanen-' r«a c')"tT- rdo un»-
aK*Ta Tl4a,lionaat» f da trabajo.-
¡jA readr* aparenta tt i,r lo naoaairio para TITIT, «lijhajforaa-
lUjo'.honaatananta Y a* •* aa una tr «na nu^ar qua alanpr* ha luchada par*-
aantanat au hogsr an forma daoorosa,"»El t í o ss cobiador da ua oluto da ort_i
Ts isatalado an OaBcroa,-Oreen o'^aibla c leag Irla trabajo i>uÍB »t ua buan
oarplntcro.-

nar*i-ta el pron larto »p>r«oa onmo ri^eldo el ^i da Ao-oeto de I909 no ta -


alando de acuerdo a att» o-> «te.i'-ta Í7 a'ot 0000 «a na indica en ai volan-
te qua adjunto.-

Buenoa Ajaa,Septiembre 30 da 1938,- '•^ i


dal a > a t i U e . -

195
EXAMEfM MEDICO
(Al ejreí» Fech* )
'•r > - '
Anaou» ÍLWCRTO IXIITO. O JVAX uoLSiaKi ^
o»* 353,-
^f fn'jmeraraí >J Í'-T&'ÍO I¡^ SM upírttfis \ sj-U'max > ín-íp^fi^.ó» st'UffM 4píJ-u'>- rjri utatono rt^spjrfitcno, di-
gestivo gíoi£o-uniiftr! í M'ítTrias n^rvui^o musruiar mdócnno
A»IKC»MPI»« FBiaoMAUOi (A l a tteh» i» fu Ingreso «1 día 17 Aa aaro &t X^»)
ranoMatáoBl
• a «a l a inranoia.Sriaipala a l o i 17a,looalltaiia ta «ajra r «rallM.A 1 « |
l6a,bl«Bi>rra gla eon ad a l t l * Inguinal dtrteJMial alaao Uaspo tOtaaoro w i^aaAa.W»
«undTtiao oatíJMlbla.oon R.»«i»»í»aB 4. ;itli9 tr«t*«l»n»o »n Bop.»ujfana tn IJSJ ha»-
«« 1939 «n C.4. íneauaadai - 19JO an V.D»Toto tiflW bron»¡>n»vaionla,axp»9topa*a «aagM
7 ffcabra r r i a l t a * i * aaagpa.ruaaba van ataAo por >ua.U.aor*ta balxdor.Sii ooaalaaaa
• U l l a k o agade.
gSTADO ACTUAL!»«!« cloatrlo»» llnaala» &* 5 - 6 « B 4» l«rgo,parnlala| an ríg.paotOMO.
ltq,Uutoha~^ naru» rosado «n r*g.o9olpltal { nu0a.I.ongllta«o.Aft*iaai3.aa«tt atta<S«
da nutrlolón.ltj.adlpoao a«oa«o.Xon« hlpartroflrio in dtraa.euallo.cam j aanor —

tatUnal arMiloa.H—orrolAaa.AfAlUIO RmílBÁtSXlOttorut alaatrloa.AuaaulUialOQ pula»


nag -daraobo Tartioa ratplMkolúi graauloaa -r*«to 4»1 pul«tn i«aaaa - pBFsualoa «* • -
at
• a - rtía-aeloB aaawttad^ - b r o a o a f e l a . iU>*R*» Ciagig^TOlCO»Ara» eapdíaoa Hgar»-
aat
• » auMatada.2* tono aortioo T palaMMF ao«B«utaa>lar.t»no aátral llganuMMiia •• -
olaata.Sa »a laUdo da punta w £• aapaslo Intapoaatal Isq.a 2 trawa»» da dada por
dabajo da «¿«ila.rraouanoia d» pulao radial.72 por liwto.alg • o hlpotanao,r»gular,l-
gual.táñalos artarlal Mx 11 kt H -

\»nhnrt\t mc'ii i'U uiK l a rf l(j>>)(iri)

S-lS-TUI/lUÍ. Boapitel Apandlcltla Quirúrgico

Junio 19^(1 :aiucanatc c a l o l o i l o Inr-


Oetubr* 19<a:Iodiel»lcautnts qqjlO Injr-
J a l l o l«i|2»Zedotil*«utato (iq:la Injr.
il«}r«i9»3iroaobi««»t«to <)q;£o inr.

Cimclutiúnti Kbrí ri alado dt «í»d ) upft de» jwra el titÜDit '%-YAPtO PARA TPABAJOS L l T I i U l O i

17 da dtolaabr» de 191*7. \ p.a.Cr.l.ult A.Xall.

196
PENITENCIARÍA NACIONAL DE BUENOS AIRES

INSTITUTO DE CRIMINOLOGÍA
DinECTOft- PROF DB OSVALDO LOUDET

-m

HISTORIA DE CLÍNICA CRIMINOLÓGICA H.' ^S^-S^'

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198
ANTECEDENTES FAMFL-IARES
o c 3 r j a * - r i - r w o i o r « ntwci^ r-íOOJkwi ,is*.A"r«;MiNo

Nombro j Apcihdi; ¿í^jsíZ-C- ¿Í^V^


di/
JíacioniUid td <é^y/í—J^
"SI e» cxtrftnjcro por na« emicro -
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KedííiftiK íti. rn eí pu^ —-— — * ^j fiílt lo de qu» eirft
Mt.ii^í
• i de \l/ÍA(profc'-íión oficio, sup di saHr o Mr I ¿-^t^^^t^f-^ tsC^ e-*-,--^*,-!-*.,.,-».^- «¿.-«—-i-*-*-*^*^

CüñdilLt» f iraií tr j SOÍ I LÍ O'i-'O''! ni¿}oi tritos, h n jí-inf-ri»., díl tía, af in¿oi i> del hítríi" ^"^^ I

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'^1 c» F-ííniíi^crtt pnr qui emigro
Eeaídt :K ÜI rn í-l fxiít . •— —
• " 51 f ll'(.' de qué tcrcrmedi-wi <^.
Kidi>3 dd VIÍIJ. (proícüijn uíuio, tiu"' do i.\l riü «ti, j *^í-

Orido do itistríiiLión
fiíiidu t i fvitíilur y socitU (yt^ioá im!&i irvtis, df liioa, .ilnidoni) dt! hogar fti )

Orden de e l \ii?5i ríiíiiio ti H in^truiciun v

RU1JM¿T

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Situación <• ) lyniRu (Jet hygii itnít didí. infdiu re JTIIJ> i h !L,'' í

líibititiJi 'i J pi.nd(ent-* dt¡nrt nptiiíj V.WTVCÜÍIIQ)

199
/^ ANTECEDENTES tNDIVIDUAL.ES
MIS-roniA OKI. DKU.IfMOUKNT-K

Asa Eiuio civil


»d»d d» loi psirt» al nocer el lolítíi ^/^i.'C^i. ; ^ V ^ C I - Í I ¡ < 4 _ .-
Migración Cauiu

TU* IttOlir Edad de ínp-ftso ^ ^ ^ ^^'^Kf Afioj cunidos ' ^ Repeticiones


Interriipclouei y abandono (por falud, iacap»cídad^ m&ta CüDducta, >itunt.i4n
«Loa<íraÍcK)

Qt^áa de msuruccEón il s&Itr


H» o«t»tio en ln«titütt.fl ác T!i?[i«in,enu»'
En c«uu ¿e C£irriíct,Ion '
Tllll nillUar Eitá enrolacto, ts^-sotuado Ha hei-ho ot ler'ieio militar en «1 luí s ea el extranjero Eludió t^
»ef7Íi.io roIlltAr
Conducia DCMTCIQQ CILÜCÍ^OK
TWl fiUBHtlT CondüLtivíon loa p i ^ r a - y^¿.<,.€^ —v,^—
^ n t f j o matrltooalo ,CQítdut.tft^^^Ja e»poia./^*"**-i Viv* o no ^on eila Iji trata bien o ro-^l I A toADtiene o na
Lo expíot»-1* Abandoad o f«6 abaadeindo por eíln £,iU divorcUido legalmfota
Vive con atia cpci(.uV¡dA La t n t a biLii o msí La maiiliene o QO La «xplota
ConduLla con lo» h jor Loa atií^utlc o ro Los tniU oieti o mal \jat explota LA» custiga v cóníf»

Loa educa o no y en qué lorroJ

U BlOír ¿ít ítilSCOiglS ¿ ¡ g g ^ o l o t i t u b m ) Eiiail ^í^"^**^/'^/á^t*


• Vu*.io¡i ilid^d ^'yC^*Z:ir
Reiid«Dclív en eti p.iis SI ril'(K.io (.iiusJ. dt.1 f tlk itiiieiitu ^-^-'*-"*=^<;^-tf<.^-<i.-
Metífoí dt) vid* antsnorcg v poátcn n-;* A U U/Ü/ÍÍ 'Í' «^rx,*,X-^X^L^U,,»-^ ^ y'<^.í,-rfí;^..,*cv--¿.^^
(nstriKCÍón ** y.Aiíi /-. i„:íí2 - CunduttH fumihdr y socí^
7-
t ¿ í Í U M Í Í I áíJlnCBIDll ^urocrf*^/^ ~ Vnrore* - ^ Jfujeres
F»IIeudij>((Jiaí« del fallttiro entol .»0 /^VI.*_A~AJ «. ^V". jt^~<-í-r aí< ' - ^ ' i)rt-t) e « ottít^

/5dBd y tíifldo di cid» uno Je dlM «íj^«t»<.^ ,¿v"¿«íé^^ «^wfeÍ~p»ítt<íí-»»«-«íe 'JO' '3-^JXt^

Salud de ello» /^^T.'vf-í-t

200
EXAMEirNi RSíCOLOGICO

^a$[lt$Í. btialldlft, ori^iUoiP, d«pnmnÍA, «gresÍTa, desconfuidA, iudiferet tf


jWwwfat. lBtí)lg8Bt«, estúpida triste sl^gw, truel, ÍMn^a, soapet-híwa, ifrtííCiníOf,¿^grita, distraidi
TYatt f mAMro» comdn, diitinguido rudv. educüd>j.-refinaJo fnaco Roapet-hoao, Insinuante, afirnnnirio
iMuiwat 7iüJ»r, «iiDórftd>, obsceno Coíitintifdjd, íiratjdad UÚIIÚKS, difícuítad, imprfíisidn, dffsordexisdo WTLO
pabre « rico

Idiom&c qu8 canoce "-^^-/^. U.ctuM -^iv Q no l-ibroi


<;[u« pr«ABf« ís Jee o no dj irjoj y loi
qua prfl fiare
¿VcrfíNfA c»n«,tere« c.iiíífialií'fl» inr<mtit, comüa esmerad» Cuncien.'a (.uaveatioiMÍes *-ictios t-itritum se
creta
Aaiiíat» grafológlcú

jEVo&^f maKtMÍ». groseros, i,omune^ tn^emosob Vptiíudes j^rtiatiut^

Mamona
A»aeíact¿i* lí* tJta*

JutCtO ( ÍIT«flos)oa, iniprttvi&tjii li^rez^i)

y*»* «/ichw ^'•


wtfy ^ «It'iíi'íi, lJidtrir<.tii.ia. apfttk, »irnial
Emotividad normü, ausente, oxí^'-rjd*, un forme-IrriUbiiidnd, ímatibilidud
ji/i*<(ii«íací tuperfitial inííns-i. ¡m onttnnte uniforme ildgkn,
PoMiOM* ?U1BI, «íí-obol lujtirn, L*í!os, imlíluiin, codiu i, nyantia, vengiínsí odio, j«eg*
St*t\munic ttjual prgt.<K.idnd, intsasid id <friífid-z, erJtcmutilii) JEa* ifeattcjones püdicM inpudí vis Forn s
norfníi, pervartidaTmaiturbiLicín pcdefastu «LÍU topftitvn fetn.iiianw aidwiiia, nm^squisnjj, besiiaUd d et'.
^«/imwn/o r4Ufft9ii> Cirdi^naflOf aJsente e-uigerváí bupersíiCóu, íifl.ttisnio bljfue Its prncUcaü religiosa»'

iSinit¿mwiiM< n4r«U4 aUru^mo pisCid probidad


í»6íieTCii«oUji «eatímieflto del hortor renitjrd.initfoto
. «rrtp«QtÍjaien(o seutimiento de |u3licn er^(i(fn£-
'• t
ftqaprúbfdad crueldnd ciDism«:> pArtsititn o

D4blt, sntríScm, »ugfc»í.M>iv»bÍ«, (npoivstaivtp * fi nTen\ci[dAíi, olx.piau«tt iiapuH •. id^d


Poá«d»£6WÉ(íctón

201
t i m t i t F*ieoi.Sftifii

1 itñptroMdyUo Hgryto*», tanjtüiüfto entlmental


• , flemfttlco, colsrloo, spiulonado, atiorfo, sfAitco (CiuU á« Heu

Cardirfír débii iuge(toa-bJe, faertfl, (ettai, imperioso dy'ce lUperc, Aie-gr* triste tgofíti aiirufst*, reiír-.a^o
ciptvostvQ, loclabl* roU^ntropq, »inc<fOi hl&6crlE¿. hon^a^i-^. deghnnsito. caniIíA

Eleín^ííto* do IA roMíiturmn paronotea Org-u'I^ irárbído, íuscepííbiJiditd, díKonhanzi, ínttrfírí-íKJonm


(B(-/j/»i"«nica AiWracfón de ta virdad, racníira, fabulacion, iima4t-íon
<wío intcíi Alearía, y triaieinniofiilLlii.,hip4f áhtpofrentA,a ti vida I j piairíd^d ó-cuyérada
ttqvitotdt AiilaiDiíi'o, nutisnvo, insu*icjencu du) contacto % ita' t,cn U ro'iudail
Ajjjír/ffíOiita Ei.agí'raí.ion difu^v de ln sontibuidad, Icsul c «nc i de mtiibiticjii
jíírBrrjii amoral dad maíictis idad malignidad impulsiviiiad

202
ANAMNESIS CRIMINOL.OGICA

«Oulta «CHA 10*0

CmiAÍe* qU5 ln\oiA por loi ünlerlorej pro^e*ot j cond?n'í3 I *

203
E:I_ DEUITO

TirjUE «I rwtlltili
r•

I (A^

. . . / /'

204
dfMbni U ti nücMtacu

^'

I íftctorai da ]* reíacldeDClit.

eurcrui edades att ohohsmo

ftUUmlADtd miaerm vaguncia opuituca t i l u de iribají


poÜcÍA Tenki o indolente

205
irMDtoEi O E : R E : L . Í G R O 3 Í O A D Í'J

I * — Kftbff l l e v a d o m m ^3áa d i a í l ü í a , í l ^ h o r e - a u o p a r i i Urt i

2 * — L f i » Rntecedoute» p o l i c i a l ^ j p»nit!e»
3 * — L a t condtuyrw-a paiqjicaa 7 o r ^ J n i c a a i i i - ^ m . i l n aníi-"* J u r j o i t í y de-ipuós ÚPÍ d i l u o q j s no conai tu^pñ f-n

ícriBeiftií naenUt y q le r o e í n n t e n d e i - u » Lniiinxlfa

i° —La. p r e c o f i d i d 011 la ejí'cucioi' de un d t h t o ^ r a v r

^ * — H a b e r o b r a d o pur m i t i v c » ÍBUOUÍÍSU fütií'"* ( c d i i , ^ensfii"?!!- c o d i e i i , Ho )

6" iUts relticlyítíiB d e parcn'^fa u cu i la M I t i m a

7*—La prí-parauíiSu ro'nafí&s« fi 1 d t í n

S f-í t í f m p o , Pi íugfir Irtü |i stfit iKitf jf ! mudí* d r t - j i m t i o r ; \ tud» lo i^iu di » nístrc ti 11 m 1 r m i e r n i h i i i d - i

m u r a l e n el di-Jifnucntc

' ' — U \ U . r t c ü i c ' i i o eí d t l to liuenlrj-H sc cst i n i í'sniitj d.' f m r ^ r o Mirr p i ) i11 t.íi i 1 jr rt i en 1 h i r w d coriJi^.ion U

o d u r mía í'l tl'-uifvr. di> jtf"p^naiüii dv u 11 i MI d \\. ¡.or J t ion >'

]í) * - La ^J•
^^ v i t i o n df" ) i i < U^HÍ CU* J)II is di í d I¡f<?

M* I rt t o n d j t i ri'priLhalífr d"^pii -s del di 110, ar^. m i t,on 3i VI tiiiia o < n * $ i.!lcga^i>a o Ua pcisoiuj
prcwsBl«-s o la-* qijr qui h v> m itüdjd •

1''— f.a hiv p»i)J td > i i b )r'M^ d id de U \ i d t f r'.n.dcnt»'^

2 Ei fiu'íí.r o b r i l ' > j jr iautÍT a pvctu.iiili't f inior h n m r , pt 1 o de 1 itcr-^a pul h ' o

í'^ — h.1 hiiU't íibrj,flo t u ( s t i d í i di» p.i-'iun p \ f u - i ' - ¡ t . o do PÍHM it n por .nti^nsu I1.1 r > u n _ r o í-or iiftpfíüs de Í J

W i "^ — Ki liiLl r r (,1 dido V un 1 o( s¡ m i ' p t . i! > Í uisUuti i j b u ( 01 11 i üjf 1 firs» n iicí ^ ^^ i c ^ Í T \ S< rdomud-^z c:*. 1

I fi''•
\iiin t tres L í ' V p f i íliür-i ^ e \ ivibii.*

í " i I li d« r-íP .ii/riiUndií r a p o i i t u m í e i'i-ic'li'5tii''enCi. den, u a '1. Ii li i t o n • 1 el !i ho a d i t - i i n u í r i u s ( >i9*'

L i i D i u H o ii r c á . r t i r l í dw m y r nlrr^ri! > i ta ti -«i 1 *•! jo f ir i < ( . r c p i n ru d u l o n e s ecnDirniri^

d s (iliicrt 1 o lí id t r m t c r r ^ ido p r el 'm

luber*^ p t ' s e n t i d ) i t irn I *miinn iiío tt ] i tiit m i liuMlii.dj 1 iL iJt.ípUfi J li íomw rt di-l HM 1 >

{j>r*i r ot)«:»i.t,., 1, J T * S J =; ^ r-t T i n u » ^HJ nits I) p )r Uá b iq tiitui^B

206
Cl_ASiriCACtOM<»

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cusinaActóM ni IÜCEVÍHROS
[ Congfml^i t><linca«nc«> nAtií^ a ¡ui^oiroer« BI
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1 í anj^rtthi Díliacuefvtfl» por 'jcii » ' CÍI>T.I liieioitk''iB «tj.


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iKoaaliit testlIniHii
¡A *cí( y-i lí (I iJ' i ( j ' i til'* V* " * V»

CUAÜSO DE ClASinCACiÓfi DB IOS BEllKCBESTES SECíJif SHERSQS AUTORES


t i* 6f(*tpjn')ir

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C t OÍ n i |.| ¡íí ,

(li r » » i 6 j Hurk sle 1^1 1 * , I

207
TRATAMIENTO PENITEINCIARIO
I I ^ ^ O P V M I K : D K L-A » o w a c : L . A

Kombfíi OUa PccliA do Ifujffiü

ti Tiií ttcílir íttttfíar


Kúraero de «iCuelai » que aiUtb
TteíüpD íj« frai-uencla

Auacncí» jtor niotiTo» d e tf.lud o da candi " t a


Comportfl£Bl''nta f c n e r a l

Qiiúo de i n s t r u c o i o j a d i i ^ i n d o

LectiífH
ÍAQTÍ tura.

I n i t r u t r i ó n (¡«ncrit

t> Mtillltdtd ¿<] ilaiSDo


l.iiaiiiB (<j
¡ ñ o dMpicfW o nu FaulniLaio ^ ¿ D u r a a l a c u á n t o tierapo puede
Citar ivtciito' ¿ M j e s D í í í t u de oüsorvaciou
¿ '-uperñLiií ? (_Interno'^

¿ Praruado * t. Resuictit

p r e g u n U ¿[.ciati.ilü i-on rnpf l e / ^


MlniflrU
¿CíVitioci 1-^1 p j í l t / do fljií.inn'' (.i.üin*cHL¡ poder da avo

un.u'11 ' ¿ l'ri V »[rc c en Í3 i i inomoriii. rne<,'*níii'

/ JH elí"! EJ; il ^ ft> MI fii Ul "


fnttglfliclilG
¿Ticiia in ^'iiiuiuii \ 1 »t i«i i ^ ricíic prcfi-rcf ^11 <i,ir i las ítia^etiei
ou Juji-Tií •* VtMj i ' r i ' ^ l [ o : r i. Vi rrtfcr*
IJS bccluvi •» r d i d i r o j , IIi9tufi<.o« *
a l i s ln-. liG-Ji iiu^i^iiurias
tdllClOI
Oymo ci í i c t, K ij l i iií c ^ n [ vr r ¡^COJIJ ci i c^ipoc d i J Ío
Jiítoi frtf' f f üniu M 111 iji j 1J11 f{i' i b i ' r a e r <- 5.n
I k n i l r iiia' í-H Iriirut i u i r dii ]Í-Q o t. í imí j < inu T'• . ^ !• i ru-fp-n *

fLii ».iifHii.i<íiJ es r t j l o ip,u< !ii-

(1 ]nii

208
INFORME: DE LA SECCIÓN PENAL

KooiEíE* y apellido

JEit*bl<»cÍEnÍetiUís de donde preceda


Conducta i^ua ha obafrvoilo en eíioi ,'-'Q>'»i-<^-«—£_-<:Í—

^ St pKÍlStlÓQ

iíígl«n« í Penoml v de^TS Leída 3 « S * ^ í-*-^ -^í^*'-*" d-*-^_w^___^


Hor»li¿aá C^^íX^ -«.«-<- ¿.-I-^-^ÍSL,. - í'ervers.onoa WXUSJCÍ. ^'•' Í ^ O * ^ ^ Í

Aiíl«i3a¡«nto — Cftni/iroderít -v*-^ ^-^C^-í^, AnmiaJvcrsioii ,—*.


Pr«áoni[mo sobre Jos cjdetonidí» —"

Hi recibulo \bíui'i7 v!^ pe í^uaí ¿¿¿ tA^,^^ -'C^^^ _

Con (jaiénea^

SSrrííilít* áiicislljiriflt

CowcttBiojujw;,
v^
^¿'.' ;^^^íC.^^
RESUMEN

Ani«cisdeateo f a r a ' l a r n { C í o ^ í i t u t i o n de h o g a r p a t o r n o )

A n i t í t í ^ í n í P s icdliíidualc» í Actuación t»m ! u r y «otiíU)

F)tí\mcii intropo¡iigivo

EiatüCT» pSÍCOlépVtJJ

Es^ira1^G raídiro

Uo<3u.i>dftdes d¿í dsUto

"C-íni tf-i-» fííí la ff n< idí-rvcia

I n í f c í d i j'ciigro'íi'laj

210
iSMSwiés 0il ^li&mnii -^^ ^^,^-^^-0^
-'Í^^^^^JL-wO- ^^ ^^^^ ^ ^e^-..:!^^^^.^
Trshmknísf Conolualonss da la E»et.eU (Iniífucvión)

CottCÍtt*íoa«i del Tallftí ( Tribajo ^

Cfl-nclüámo*^dfl PeasUDjRfpUtJñ.)

AdBpUbiliáisd lif^re & 3i Vtc!^ aerial


Ac¡aiíU.biE!á«-á ^ ^ 0 luteia (FUrcintoS
P.-^ /^^

211
Boletín Médlco-Palcoiógtco H\ 50(4,

PRONTUí^mO H' 11,005.-

?»aiíc^ &»i-í» K4K. 4!T2,riUHCia;o y^KZ.-

ffíUiclíco Síinijiicg'jLri l o í onUotídsní-es quo c o n - t ' y í en e l


Víiiíítfn raRpcotlTci 3s ftets l r j i U i n t o , o B on i}»! >nc\¡on'í) r''í"^'^„
TÍo,con<!aníidíj & s u f r i r l a fAnn á* eiiAtpo nñ^g dá prluíi^n jior
e l ¿ t U t o áft ¿ e l r D U ó n ü l í n . - íio n c ^ o ^ r u o t r o » n t - f e í c te-F ju_
á i c l ü l í i * « i F a l l c l n l « 8 , t ] f i _ 4 s-u lle£-«áa a l i»0Í0|DcurrliÍ i an el
ÍÜÍ3 1^5.-

r i o » n i parsííi!al«g,í!s nnturftlBrfl pnto!¿plcn,é1fTtn« i'ia TA- rl<ír .

C ü U v r s ífUc v«--

i e r r e n í éo í n l a co-píslt^n á« ÍEI Í ^ Í I Í I O J ^ un j - r o \ í o , y p T l i r>


B í n c U áe o n t í - ' s l b í a B f n l l n n fi^fj ilc c , irí(*5 fi In i- Mt'L ' l a -
e f i c T s (S# l a p9*in t-^p lofi'í ,i"ia cr>rial fíi^rT-jOiOi^ ) "X Í;."? ir l i V ! ,
dfts&parcclJo S J íotniVj f l í p f x i D . y «n d ; M r l o i a s Jo pi--sr ('«
It/íf lH,íicrjc!)a (la }n llh}t~ tlár nan )lolOr itl t-
5J tílBrtriHr/í y f-r ir, Toíijnti -1 pnrn «1 t r ' * ij.1, ta h «n ín

r.Ño p . p i W . -
pj!i<i3 A i r e a , i ilo - i.tfo '}s 1 T Í , 1 , -

212
Manual básico de Criminología

La Nación, 30 de noviembre de 1914

EL PROCESO GODINO —se pregunta el fiscal— que también lo sea jurídi-


camente? Médicos y pedagogos están de acuerdo en
Responsabilidad jurídica y moral cuanto a que el reo discernía la naturaleza de sus ac-
tos criminales, y en que los perpetraba con toda vo-
El transcurso del tiempo ha mitigado !a profunda luntad. Sólo le faltó criterio ético, es decir, concien-
impresión que generara el esclarecimiento de los cia moral, lo que no constituye razón bastante para
monstruosos crímenes perpetrados por Cayetano San- eximirle de pena. Locos morales son más o menos
tos Godino (a) El Petizo Orejudo. Empero, las inci- todos los delincuentes, hasta los estafadores. Sería
dencias suscitadas con motivo del estudio referente a preciso averiguar si, aparte de esa locura moral, Go-
la responsabilidad del reo han mantenido el interés y dino es médicamente loco. Empero, acerca de esto
la expectativa del foro y de los círculos médicos. no caben vacilaciones. Ningún médico lo ha declara-
Se recordará que, no obstante la opinión del agente do lal. Se ha afirmado que la morbosidad del reo es,
fiscal Dr. Coll, el juez de instrucción Dr. Oro sobre- simplemente, imbecilidad incurable, lo que no im-
seyó definitivamente al procesado, a quien declaró plica irresponsabilidad penal. El imbécil, curable o
iiTcsponsable ante la ley, ordenando que el reo per- no, se da cuenta de sus actos y es educable. Luego,
maneciera recluido en el pabellón Lucio Méndez, del jurídicamente, puede ser pasible de pena.
Hospicio de las Mercedes. Apelado el pronunciamien- Estudiado el asunto desde el punto de vista de la
to, !a Cámara en lo Criminal lo revocó, por cuanto, a responsabilidad legal del reo, sigue diciendo el fis-
su juicio, no aparecía evidente la irresponsabilidad cal, puede observarse que, según el inciso 1° del artí-
de Godino. Llevada a plenaiio la causa, el Dr. Coll, culo 81 de Código Penal, sólo se debe declarar com-
insistiendo en su anterior dictamen, solicitó del juez pletamente iiTesponsables a los sujetos atacados de
del asunto, Dr. Ramos Mejía, la condenación del reo locura o de imbecilidad absoluta. La locura está des-
a penitenciaría por tiempo indeterminado. El juez, al cartada en el presente caso. Queda únicamente en tela
sentenciar, de acuerdo con los informes médicos pro- de juicio la cuestión de imbecilidad. Los médicos
ducidos, absolvió a Godino, declarando la iiTcspon- presumen incurable la de Godino. ¿Equivale esto a la
sabilidad del feroz asesino de niños. imbecilidad absoluta del texto legal? La negativa se
Como e! agente fiscal apelai'a de esta absolución, impone. Incurable significa que no puede curarse,
el proceso fue remitido a la Cámara en lo Criminal, la pero no que no sea completa, total. Por lo demás, la
que requirió la opinión del fiscal Dr. Bunge, quien se degeneración es siempie incurable. Todo imbécil,
expidió ayer. como todo idiota, es incurable. La expresión "imbe-
Dice el fiscal de Cámara que toda la cuestión, ya cilidad absoluta" usada en el Código, equivale, en la
que los hechos atribuidos están plenamente compro- nomenclatura moderna, a idiotez. La imbecilidad
bados, gira alrededor de la responsabilidad del reo. nunca es absoluta: sólo puede serlo la idiotez. Godi-
Frecuentísimo es, aíiade, confundir la iiTesponsabili- no no es idiota, sino un imbécil, según lo aseveran
dad moral con la irresponsabilidad jurídica. Ambos categóricamente los peritos, y más claro aún, los he-
conceptos, sin embargo, son perfectamente distintos. chos. Siendo así, su imbecilidad, aunque sea incura-
Cabe reconocer moralraente irresponsable a un suje- ble, es relativa. Eximir de pena, entonces, a Godino,
to que no lo es jurídicamente. Podría irse aún más sería contrallo a la ley.
lejos. Desde el punto de vista moral, la mayor parte La condena, agrega el fiscal, no significaría apli-
de los criminales son iiresponsables. Muy pocos, en car al reo torturas o someterlo a un tratamiento cruel.
cambio, lo son desde el punto de vista jurídico. ¡Cuán- Todo se reduciría a recluirlo en una cárcel higiénica,
tas veces, en efecto, el juez ilusü'ado considera el de- como medida de profilaxis social y de sana ejempla-
lito como un acto fatal y ai delincuente como un en- rización. Absolver a Godino, aunque se aconseje su
fermo, y, a pesar de ello, aplica el castigo con el rigor perpetua reclusión en un manicomio, es dejar siem-
del derecho estricto! pre la posibilidad de que alguna vez salga de ahí o de
El delito, como lodos los fenómenos, es un pro- que se escape. Si se resuelve recluir al sujeto en el
ducto del determinismo universal. Comprender y ex- pabellón de idiotas del hospicio de Las Mercedes, no
plicar los factores que lo producen, aunque éstos sean pasará mucho tiempo sin que volvamos a tener noti-
morbosos, no implica por fuerza dejaido impune. No cias del ya tiistemente célebre Godino. Si no estrangu-
debe olvidarse que el poder intermediario de la pena la a sus compañeros de sanatorio, ya procurai-á fugar-
obra también sobre los degenerados, ni tampoco que, se. Haito evidente es el carácter peligrosísimo del reo.
en las sociedades civilizadas, las penas más severas Sus impulsos homicidas tienen, sin duda, algo del vi-
no son propiamente crueles, puesto que se reducen a cio del marqués de Sade y del mariscal Gilíes de Retz.
recluir a los penados en establecimientos higiénicos Concluye el fiscal requiriendo la revocación del
y a darles un trato relativamente benigno. fallo del juez y solicitando que se condene a Godino
Los informes periciales, convencen de que Godi- a penitenciaría por tiempo indeterminado, ya que no
no es naturalmente irresponsable. ¿Quiere esto decir es posible condenarlo a muerte [...]

213
Carlos Alberto Elbert

Manifiesto

1) Desde 1976, un grupo de interesados des individuales que les pemiitirían conver-
en cuestiones criminológicas ha trabajado tirse en una fuerza homogénea, a fin de
en torno a la violencia y la criminalidad de hacer valer los intereses regionales,
cuello blanco en América Latina. A semejante lógica han respondido, co-
Dicho grupo, con la coordinación inme- herentemente, las situaciones nacionales
diata del Instituto de Criminología de la internas. Entre ellas han primado, en gene-
Universidad del Zulia, y bajo los auspicios ral, los pn^'ilegios de grupo en detrimento
del Centro Internacional de Criminología de las mayorías. Las distintas oligarquías han
Comparado, ha superado felizmente los es- constituido siempre los puntos de penetra-
trechos marcos de la criminología tradicio- ción del dominio de los países poderosos
nal, que impera oficialmente en este sub- y. salvo pocas excepciones, no han tenido
continente, hasta llegar a preocuparse por mayor obstáculo para imponer las políticas
los aspectos relativos al control social en más apropiadas a sus propósitos de usu-
general. fructo de las riquezas naturales y de explo-
Algunos participantes de ese grupo ha tación de los recursos humanos.
decidido la organización de un movimiento
criminológico autónomo de contenido crí- 3) En el discurso de la centralidad y la
tico, con independencia de que se conti- periferia del poder, se inscribe la cuestión
núe, separadamente, la labor investigativa del control social como un tema prioritario.
del gmpo latinoamericano de criminología El tipo de disciplina necesaria para que las
comparada. relaciones sociales en los países periféricos
El presente texto contiene un resumen se mantengan dentro del marco pre\'isto por
de las inquietudes que han conducido a la las potencias imperiales, condiciona la suerte
constitución de este nuevo molimiento. y la forma de los sistemas de control. Las
relaciones de producción basadas en la ex-
2) Las realidades sociales de América La- plotación del hombre y generadoras de la
tina, aunque diversas entre sí, responden a desocupación, el analfabetismo, la mortali-
una lógica uniforme que ha sido dictada dad infantil, las grandes masas de margina-
por la política que divide al mundo en paí- dos, etc., son, entre otros, los medios útiles
ses centrales y periféricos, pese a que estos con que se mantiene el sometimiento, se
últimos —entre ellos los latinoamericanos— fortalece el poder de ciertas minorías y el
tienen intrínsecamente no sólo las posibili- capital transnacional obtiene cuantiosas ga-
dades materiales sino también las capacida- nancias.

214
Manual básico de Criminología

Y tal como la actualidad lo demuestra, Teoría Crítica del Control Social en América
salvo en contados casos la violencia estatal Latina.
y la represión han constituido las herramien- Por lo tanto, entre otras cosas, tendrá
tas básicas de aquel control. como objeto el estudio y la denuncia de las
situaciones referidas, el señalamiento de la
4) Todo lo manifestado, sin embargo, no tarea legitimadora cumplida por la crimino-
significa que, aun en las situaciones más logía tradicional, y la elaboración de estra-
extremas, no se haga uso del aparato penal tegias alternativas para el control social en
del Estado como un mecanismo de cober- América Latina; de este modo se procurará
tura ideológica. El derecho penal ha sena- aunar valiosos esfuerzos individuales que
do de instrumento para profundizar las di- distintos latinoamericanos están llevando
ferencias sociales y la ciencia jurídico-penal adelante.
ha justificado la intervención punitiva ofi- Las pautas básicas que han de orientar
cial en auxilio de privilegios minoritarios. el trabajo conjunto deben estar determina-
Una clara demostración de ello lo constitu- das por la erradicación de las ideologías po-
ye la protección que otorgan los códigos sitivista o defensista que han determinado
penales latinoamericanos a determinados el tratamiento patológico de la criminalidad
intereses jurídicos particulares, mientras y la falsa concepción médica y resocializan-
mantienen sin protección importantes ne- te de la ejecución penal; y, en definitiva,
cesidades colectivas; máxime que las des- por la erradicación de toda ideología que
cripciones legales omiten muchas de las tienda a convertir la cuestión criminal en
conductas que vulneren bienes de carácter un simple problema de orden público.
social. Sin embargo, es necesario reafirmar El movimiento deberá dirigir sus esfuer-
que las garantías que supone el derecho zos al examen de las realidades concretas
penal liberal deben ser defendidas de modo de cada país. De él surgirán propuestas para
que puedan combatirse la opresión y el el empleo del sistema penal, las cuales de-
autoritarismo estatales. berán tener en cuenta, fundamentalmente,
la protección de los derechos de los secto-
5) La legitimación de un derecho penal res sociales más numerosos y desprotegi-
desigual para América Latina ha sido corro- dos, que son los que están verdaderamente
borada por el papel subalterno que ha des- interesados en propuestas alternativas de
empeñado la criminología tradicional. La política criminal, en una lucha radical con-
determinación de una criminalidad ahistó- tra la criminalidad, en la superación de los
rica fue formulada a partir de unos mode- factores que la generan y, por fin, en una
los y de una tipología construidas por el transformación profunda y democrática de
sistema penal —particularmente por la cár- los actuales mecanismos del control social
cel—, los cuales generalmente se aplican a del delito que, a la postre, son los que lo
quien en forma previa resultó marginado crean y multiplican.
por el orden social constituido. A esos fines, se intentará la mayor difu-
sión posible, tanto en las instancias científi-
6) El movimiento que se inicia tendrá cas como a ni\'el de masa, de los resultados
como objetivo la construcción de una de las investigaciones pertinentes, así como

215
C arlos Alberto Elba t

d e los p o s t u h d o s c¡ue s u s t e n t m el moM actiludcb mas ladicales \ a ia c o n \ i e c i o n


miento de la necesidad de c i m b i o s estructuiales
Poi ultimo se d e b e e x p í e s ii q u e la Poi el contiaiio h s piimei is s e g u i a m e n t e
p i o p o s i e i o n de m e d i d a s i l t e m a t n a s p a r a eontubuii \n a estos últimos
el control social e n Amerita Latina n o sig
niñea d e n i n g u n a m a n e t a ¡ e n u n c i a r a México 25 de ]unio de 19^1

Impreso en A B R N Pioducciones Gralitas S R L ,


Wenceslao Villdtane 46S Buenos Aires Argentmi cn]uniodel998

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