El adulto mayor recibe todos los beneficios de la satisfacción por el
autoconocimiento y exploración personal de sus posibilidades físicas como su conexión con las emociones y sensaciones. Se encuentra con sus partes sanas y mediante el reconocimiento y aceptación integra a las disminuidas, en un proceso de descubrimiento del goce del movimiento, la comunicación y la expresión. (Katz, M., 1994)
Los principales beneficios que el baile aporta a las personas mayores son:
Mejora la condición física: no sólo obliga a que la persona mayor se
mueva siguiendo ciertos ejercicios, sino que también mejora sus articulaciones y ciertos músculos, además de reducir calorías y mantener una forma física. Potencia la memoria: al ser necesario aprender los pasos de la danza y memorizar la música. Estimula el cerebro y la coordinación rítmica. Previene de enfermedades neurodegenerativas como el Parkinson, al tratarse de ejercicios que fomentan el equilibrio y el bloqueo de la marcha. Estimula la circulación sanguínea. Aumenta el equilibrio y disminuye las caídas. Por fortuna, actividades físicas como el baile permiten desarrollar la sensación de equilibrio y favorecer la movilidad. Fomenta la creación de nuevas relaciones sociales e interactuar con la gente. Permite mantenerse enérgicos y positivos, lo que les motiva a hacer más cosas.