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LAS ASIGNACIONES

TESTAMENTARIAS EN ECUADOR
 
 

INTRODUCCIÓN:

Las asignaciones testamentarias se encuentran estipuladas, en el


Titulo IV, del Libro III DE LA SUCESION POR CAUSA DE MUERTE, Y
DE LAS DONACIONES ENTRE VIVOS del Código Civil ecuatoriano, a
partir del Art. 1084 y siguientes, y no son otra cosa que el verdadero
sentido y contenido del testamento.
Pues, con las asignaciones el testador cumple su voluntad de disponer
de sus bienes, para que tengan efecto después de su muerte.
Cabe manifestar que, las disposiciones legales del Título IV, suplen en
raras excepciones, la voluntad del testador, ya sea por su expreso
silencio, o por ausencia total de testamento.
Pero cuando la voluntad se halla debidamente determinada y no se
opone a disposiciones legales de orden público, la voluntad del
testador prevalece sobre la Ley, de allí que, todo testamento debe
poseer doble determinación, no sólo en el señalamiento de la
persona, sino además, con el bien asignado.
En lo referente a la persona, todo asignatario necesariamente
debe ser una persona cierta y determinada, natural o jurídica,
con absoluta determinación en cuanto a su nombre o
indicaciones, si no existe la certeza y determinación, no tiene
tampoco existencia la llamada asignación testamentaria.

EXCEPCIONES DE VALIDEZ:
Existen tres casos de excepciones, en los cuales no hay una
clara determinación del asignatario, sin embardo de ello, el
beneficio subsiste. 
A) Cuando la asignación corresponde a un establecimiento
de beneficencia. En este caso, el beneficio vale, aun cuando
no se especificó el establecimiento, y por lo mismo no se
sabe a quién corresponde. El Presidente de la
República designará el establecimiento respectivo, prefiriendo
a alguno del cantón o provincia del testador.
B) Cuando se deja en beneficio del Alma del testador, sin
determinar de otro modo su inversión. Si bien la persona del
asignatario no se encuentra especificada con claridad, la
disposición es válida, y el bien o bienes se entenderán
dejados a un establecimiento de beneficencia y se sujetará a
lo dispuesto en el primero caso. 
C) Cuando la asignación se deja a los Pobres, sin determinar
el modo de distribuirlos, y peor aún la determinación del
asignatario, igual que en los anteriores supuestos, esta
asignación vale, y se preferirá a algún establecimiento de
beneficencia del cantón o provincia del testador, y de no
existir se procederá a su establecimiento.

ERROR EN LAS ASIGNACIONES:


En cuanto a los efectos del error en las asignaciones, y como
lo anotamos anteriormente, la voluntad del testador, para ser
eficaz, necesariamente debe estar libre de todo elemento
perturbador, sea este físico, intelectual o moral; por cuanto,
las rigurosas solemnidades del testamento, así lo exigen para
su cumplimiento, y de esta forma la voluntad del testador esté
libre de cualquier causal de impugnación y eficacia.
Es así que, la fuerza, anula el testamento en todas sus
partes; el dolo priva de validez a la disposición y hace
indigno de suceder al que lo cometió, y el error produce la
ineficacia de la asignación, conforme a las disposiciones que
se encuentran establecidas en el Código.
EL ERROR DE HECHO:
Se da cuando la asignación que se haya realizado con él,
pareciere de manera clara que sin este error no hubiere
tenido lugar, y por lo tanto la asignación así efectuada, se la
tendrá por no escrita; por cuanto, el error de derecho no vicia
el consentimiento (Art. 1468).
Pues el error en el nombre o calidad del asignatario vicia la
disposición cuando queda duda sobre la identidad de la
persona (Art. 1085). Igualmente, las disposiciones captatorias
no valdrán, conforme lo dispone el Art. 1087, que se refieren
a aquellas en que el testador asigna alguna parte de sus
bienes a condición de que el asignatario le deje por
testamento alguna parte de los suyos, existiendo en ello un
afán de lucro personal y que pueden dar lugar a situaciones
dudosas e inmorales.
No tiene valor alguno la disposición en que el testador haya
dado a conocer su voluntad por un sí o no, o por una señal de
afirmación, contestando una pregunta. La asignación que se
realice a favor del notario que autorice el testamento y de
otras vinculadas con él (Art. 1089); el propósito es claro,
impedir influencias o maquinaciones que fuercen la voluntad
del testador.
De igual forma, se presenta en la asignación a un incapaz
con la figura de un supuesto crédito que consta sólo por
testamento, (Art. 1090).
La facultad de testar es indelegable, pues la norma es
absoluta, y por lo tanto el testador no podrá delegar sus
atribuciones ni en todo ni en parte, artículos 1042 y 1091.

En los artículos 993 y 1094, se establecen la determinación


de las asignaciones testamentarias; y la asignación deberá
ser o a título universal, o de especies determinadas o que por
los indicios que da el testador puedan claramente
identificarse, o de géneros y cantidades que lo sean o puedan
serlo, de otra manera, se tendrá por no escrita.

La determinación de una asignación a título universal no


reviste mayor dificultad, siempre que recaiga sobre todo el
patrimonio, que es la unidad, como si recae sobre una cuota
del mismo, en cuyo caso se deberá señalar el valor
matemático de la cuota, como un medio, un tercio, un cuarto,
etc.

En cambio habrá imprecisión en la asignación a título


singular hasta el punto de llegar a producirse su invalidez en
el supuesto de no poder determinarse el objeto de la
asignación con las indicaciones hechas por el testador Art.
1132 y siguientes.

CLASIFICACIÓN DE LAS ASIGNACIONES:


Con las normas y generalidades que anteceden,
analizaremos las clases de Asignaciones, en consideración a
su índole las asignaciones se clasifican, así:

- Puras o simples.- Son aquellas que no están sujetas a


ninguna restricción, ya que, si bien la voluntad del testador
realizada en forma normal, es el de favorecer a una
persona con cierta asignación, lo hace limpiamente, con
los menores problemas y limitaciones, ejemplo dejo todos
mis bienes a XB; instituyo heredero universal a ni hija XY;
sean mis herederos CD,EF; todo lo cual, responde a una
conciencia limpia e ideal por parte del testador.

- Sujetas a modalidad.- Nuestra legislación aún mantiene


preceptos caducos, que generan graves dificultades y que
dan origen a esta clase de asignaciones. Las mismas que
en sí, mantienen restricciones y limitaciones, entre ellas
nuestro código contemplan tres clases: 

a) Condicionales; 
b) A día y a plazo; y, 
c) Asignaciones propiamente modales.

a) Las Condicionales, son aquellas que están


subordinadas al cumplimiento o incumplimiento de una
condición, que no es otra cosa que un hecho futuro e
incierto del que dependen el nacimiento o extinción de
un derecho.
La condición es de dos clases: Suspensiva y
Resolutoria. La primera, aquella en la cual mientras no
se efectúe el hecho impuesto no nace el derecho, por lo
que, lo único que existirá es una mera expectativa. La
segunda, es aquella que, por las circunstancias de
realizarse o consumarse el hecho contrario al impuesto
por el testador, se extingue el derecho al que tenía
lugar el favorecido.

Jurídicamente consideradas las condiciones, se hallan


sujetas a dos requisitos sinequanon:
Futuridad e Incertidumbre.

El primero, aquel en que toda condición se deberá


cumplir después de ser impuesta; y, la segunda es
aquella que no se sabe si se irá a cumplir o no; ya que,
de ser un hecho fatal, forzosamente se producirá ya
que se escapa al espíritu de la condición; por lo que,
estamos en el ámbito del plazo, es decir, del día cierto y
determinado.

En el caso de que el testador realice una asignación en


estos términos: Dejo US $ 5.000,00 a BD siempre y
cuando vaya a estudiar a México, se está sometiendo al
beneficiario al cumplimiento de algo futuro e incierto,
que puede ocurrir o no, ya que se somete a factores
ajenos a la voluntad y control de las personas.

Nuestra Ley ha admitido las asignaciones de tiempo


pasado y tiempo presente, que se regirán conforme a
las reglas siguientes y expresadas en el art. 1099.
Además, dentro de las asignaciones condicionales, se
dan dos clases: Ineficaces, y Válidas.

Dentro de las Ineficaces, se presentan tres categorías


conforme lo estable la doctrina y nuestro código, así:

1.- No surte efecto la condición que se imponga a los


asignatarios de no impugnar el testamento.
2.- La condición impuesta al heredero o legatario de no
contraer matrimonio, se la tendrá por no escrita, ya que
atenta y va en contra de las leyes de la Ética, Social y,
aún a los universales principios biológicos que dicen
relación a la persona; pero la asignación es válida como
si fuera de aquellas puras y simples.

3.- La condición de mantenerse en estado de viudez, es


igualmente ineficaz por las mismas razones anotadas
en el primer caso.

Como excepciones a los casos anteriormente citados,


tenemos las siguientes condiciones como válidas:

1.- Valen las asignaciones condicionales en que se


prohíbe el matrimonio antes de la mayoría de edad;

2.- Es válida la condición de casarse con una persona


determinada o de no casarse con ella;

3.- La condición de mantenerse en estado de viudez


siempre y cuando el asignatario tenga uno o más hijos
del matrimonio anterior al tiempo de diferírsele la
asignación;

4.- La asignación sujeta a la condición de abrazar


determinado estado o profesión no prohibidos por la
Ley, aun cuando sea incompatible con el estado de
matrimonio.

b) A día y a plazo.- Estas se refieren a un hecho futuro


pero cierto, por lo que, si existe incertidumbre
necesariamente habrá condición, y si hay certidumbre
habrá plazo. El plazo no es sino, el período de tiempo
que va hasta la realización de un hecho fatal; por lo
que, es un hecho futuro pero cierto y positivo, que
necesariamente se va a realizar, es sin duda lo
específico y concreto.

A día, es más general que el plazo, por cuanto éste es


una clase de aquel.
El plazo es lo específico, lo concreto, y el día constituye
lo genérico, lo abstracto. Establecida la diferencia de
estas asignaciones, anunciamos las siguientes clases:
a) Día cierto y determinado, es aquel que fatalmente va
a llegar y sabemos cuándo; b) Día cierto e
indeterminado, constituye aquel que necesariamente ha
de llegar, pero no se sabe cuándo; c) Día incierto y
determinado, aquel que no se sabe si llegará o no
llegará; d) Día incierto e indeterminado, aquel que no
sabemos si llegará o no y cuándo llegará.

c) Asignaciones propiamente modales.- Vienen a ser


aquellas en que el testador impone al sucesor algún
gravamen, o el cumplimiento de una obligación
después de su fallecimiento; pues el asignatario
adquiere el derecho de dominio del bien materia de la
herencia o legado con sólo dar cumplimiento a la
obligación impuesta por voluntad del testador, y que
puede ser algún deber, alguna responsabilidad o
alguna limitación al derecho de dominio. De lo
enunciado, se deduce que el modo constituye un
gravamen impuesto por el causante al asignatario, para
que de cumplimiento después de su muerte. Nuestro
código en su art. 1117 no define concretamente lo que
es el modo, limitándose a establecer que el modo
constituye una obligación para el asignatario impuesta
por el testador, y que se podría considerar a dicha
obligación como de aquellas accesorias, siendo lo
principal la asignación. Respecto a estas asignaciones
modales y, a diferencia de otras asignaciones, en que
quien recoge un bien sujeto a una obligación, deberá
rendir caución para ello, y así responder por el
incumplimiento de lo que se le ha impuesto, la Ley ha
favorecido al asignatario modal, el cual no está obligado
a rendir caución alguna.
Conclusiones:
En definitiva, en los casos de presentarse inconvenientes, es
el Juez quien determina los factores, aplicando o no las
normas generales de la prescripción, como en el caso, de
quien es asignatario de un bien raíz y éste estuvo en
posesión regular, tranquila e ininterrumpida por más de
quince años y no ha dado cumplimiento con la obligación
impuesta, pues la acción ya ha prescrito para quienes
pretendan la devolución de la asignación modal, pudiendo a
la vez el asignatario alegar en su beneficio la prescripción.
Finalmente, anotaremos que, respecto a las asignaciones
modales, pueden ser éstas susceptibles de transmitirse a los
herederos, desde luego según sea el modo, para que el
testador le sea indiferente la persona que lo cumpla.
En definitiva, la importancia de las asignaciones
testamentarias radica en la disposición de última voluntad del
testador sobre sus bienes y obligaciones; por lo que, mientras
esté vivo puede conservarla, reformarla y hasta revocarla,
pues su voluntad libre y espontánea expresada en el
testamento, es la principal causa para la existencia de las
asignaciones testamentarias, las mismas que entran en
vigencia sólo a su fallecimiento, y siempre que se encuentren
ceñidas conforme al derecho, ya que de ser violatorias a los
principios jurídicos, el instrumento es nulo, o en su caso daría
lugar a reformas.

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