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Manual de estilo
de la lengua
española
2.a edición, revisada y ampliada
L a s d o s p a rte s d e q u e c o n s ta e s te M anual de estilo de la lengua española tie n e n el m is m o
fin: a y u d a r a r e d a c t a r b ie n y c o n p r o p ie d a d a q u ie n e s d ia r ia m e n te h a n d e e n f re n ta rs e
c o n u n a c u a r t i l l a e n b la n c o o u n a p a n t a ll a d e o r d e n a d o r vacía.
La primera parte se propone ofrecer al lector los elementos básicos para
conseguir una redacción correcta con sujeción a las exigencias del lenguaje
normativo por un lado y de la escritura científica por otro. Se afrontan las normas
para dominar el trabajo documental (fuentes de consulta, citas, notas, remisiones,
cuadros, referencias bibliográficas —incluidas las de recursos electrónicos— ),
la escritura (autor, obra y destinatario, la redacción, las relaciones sintácticas, nivel
de lengua y registro lingüístico, etcétera), la bibliología (comité editorial, el trabajo
de edición, el original, la diacrisis tipográfica, la letra de imprenta, organización
externa e interna de la obra y trabajo de producción).
La segunda parte ofrece, en orden alfabético, un conjunto de materias que
pueden ser objeto de atenta lectura o mera consulta para resolver los múltiples
problemas con que el destinatario se puede tropezar al construir su discurso.
Por ejemplo, todo lo relativo a la onomástica (antropónimos y topónimos
principalmente, pero también alias, seudónimos, sobrenombres, etcétera), entidades,
instituciones, nombres comerciales, tratam ientos, símbolos, signos, sistema
internacional de unidades, alfabetos como el árabe, el cirílico, el hebreo, etcétera,
todo ello acompañado de las abreviaturas correspondientes al tema tratado cuando
es pertinente, así como una amplia ejemplificación en cada caso y un número
notable de cuadros.
El destinatario natural de esta obra es toda persona que desee escribir y presentar
un trabajo que sea legible desde todos los puntos de vista. Así, prestará buenos
servicios a escritores y redactores en general, pero en particular a científicos
y técnicos, traductpres, profesores, periodistas, correctores de estilo y tipográficos,
investigadores, editores literarios y científicos, etcétera. En él hallarán respuestas
para sus preguntas, certezas para sus dudas, soluciones para sus problemas
y explicaciones adecuadas para las cuestiones más enrevesadas y complejas que
necesariamente se presentarán en cuanto comiencen a escribir.
José Martínez de Sousa
MANUAL DE ESTILO
D ELA
LENGUA ESPAÑOLA
Ediciones Trea, S. L.
BIBLIOTECONOMíA Y ADMINISTRACIÓN CULTURAL - 38
Indice
7
índ ice
8
índ ice
10
6. Los signos: 148 3.1.6. Blanco de cortesía en los arran
6.1. Signos ortográficos: 148 ques: 164
6.1.1. Clases de signos ortográficos: 3.1.7. Estética de la página tipográfi
148 ca: 165
l. Signos ortográficos diacríti 3.1.8. Hojas de cortesía: 167
cos: 148
2. Signos ortográficos auxiliares: 4. El original: 167
148 4.1. Original en papel: 167
3. Signos ortográficos sintagmá 1. El formato: 168
ticos: 148 2. El texto: 168
6.1.2. Grafía de los signos ortográficos: 2.1. De una obra: 168
148 2.2. De una tesis: 168
1. Signos ortográficos diacríti 2.3. De un trabajo o artículo para
cos: 148 una revista científica: 169
2. Signos ortográficos auxilia 4.2. Original en soporte informático:
res: 150 169
3. Signos ortográficos sintagmá 4.3. Corrección de estilo y preparación
ticos: 151 tipográfica: 170
6.2. Signos matemáticos: 154 4.4. Numeración de los capítulos y sus
6.3. Signos lexicográficos: 154 parles: 171
4.4.1. Numeración decimal de capítulos:
117/ 11
4. La bibliología: 155 4.5. La alineación de los datos: 172
4.6. La composición del texto: 173
1. Tipos de editoriales: 155 4.7. La corrección de las pruebas ti
pográficas: 175
2. El comité editorial y el comité de 4.7.1. Signos de corrección: 178
expertos: 155 1. Las llamadas: 178
2.1. 111 comité editorial: 155 2. Los signos: 178
2.2. La revisión por expertos: 156 4.8. La maqueta de compaginación: 179
2.3. Selección de la revista: 158 4.9. Los índices alfabéticos: 179
2.3.1. Criterios de selección: 158 4.10. La alfabetización: 180
2.3.2. Fuentes para la selección: 158
2.3.3. Normas para la presentación de 5. La diacrisis tipográfica: 180
originales: 158 5.1. El concepto: 180
5.2. Aplicación de la diacrisis tipográ
3. El trabajo de edición: 159 fica: 182
3.1. Definición de la obra: 159
3.1.1. El formato del libro: 159 6. La letra de imprenta: 184
3.1.2. Medidas de la página tipográfica: 6.1. La elección de la letra de impren
160 ta: 184
3.1.3. Dimensiones de los márgenes: 6.2. El estilo de la letra: 185
161 6.2.1. Las letras romana antigua y roma
3.1.4. Tipo de letra del texto: 161 na moderna: 185
3.1.5. Ojos, cuerpos e interlineados: 162 6.2.2. Las letras egipcia y paloseco: 186
1. La edad del lector: 162 6.3. La familia de la letra: 186
2. El tipo de texto: 162 6.3.1. Letra redonda: 186
3. La medida en ciceros de la caja 6.3.2. Letra cursiva: 186
de composición y el estilo de 6.3.3. Letra minúscula: 187
la letra: 162 6.3.4. Letra versalita: 187
11
índ ice
13
lista de cu ad ros
14
lista de cuadros
17
presen tació n
18
olímpicamente. A pesar de lo dicho, los activos y aciertos de la obra. La disposi
científicos, sobre todo los que siguen ción en forma alfabética posibilita que
empleando el español como lengua para cualquier persona, sin necesidad de dis
comunicar los resultados de sus investi poner de conocimientos previos, pueda
gaciones, lamentablemente cada día me consultarla con facilidad identificando
nos, podrán recurrir a este manual con el tema de su interés. Es, por otra parte,
la seguridad de que podrán hallar en él tal el cúmulo de entradas y de remisio
informaciones que no están a su alcance nes a otras voces equivalentes o relacio
en ninguna obra escrita en castellano. nadas, que es difícil que el lector no pue
da localizar el aspecto que le interese.
Estamos, por otra parte, ante un m a Asimismo, está cuajado de cuadros, ilus
nual de estilo atípico, si lo comparamos traciones gráficas y ejemplos que per
con los libros de estilo que para el miten al lector interpretar correctamente
consumo de la prensa se han publicado la información que se le ofrece. De nue
en España (Abe, El País...) o con m a vo Martínez de Sousa nos vuelve a de
nuales de estilo anglosajones de la sole mostrar su maestría en la confección de
ra del Chicago Style Manual, del Council este tipo de obras. No hay que olvidar
fíiology Editors Manual, del American que es un experto reconocido, siendo au
Medical Association Manual o f Style o tor de un reputado manual con el que ha
del Publication M anual o f the American sentado cátedra en la materia (Diccio
Psychological Association. Ante todo, nario de lexicografía práctica).
porque todas estas obras son de respon
sabilidad colectiva. Aunque después de Acostumbran los manuales de estilo
lo dicho sobre la personalidad del autor al uso a em plear un lenguaje claro, pre
no nos puede extrañar, pues ya pode ciso, conciso y prescriptivo, cualidades
mos hacernos una idea de lo que es que entiendo deben adornar las obras que
capaz. Por consiguiente, lo que más se precien de llevar este nombre. De no
asombra de este monumental trabajo es ser así, se corre el riesgo del rechazo
que haya sido ejecutado en solitario, por parte de escritores y editores. Y es
algo que ya sorprendió a uno de sus que cuando un autor o un editor se ha
críticos, quien dudaba qué admirar más, llan en la zozobra de la duda necesitan,
si la ciencia o la paciencia de que hacia al igual que el enferm o que acude a su
gala el autor. médico de cabecera, recetas que palien
el mal y resuelvan el problema. Pues
Pero es que, además, ni por la forma bien, que sepa el lector que en este libro
en que se estructura y dispone ni por el no solo se le ofrecen recetas, sino que
lenguaje que emplea es un libro de esti estas vienen aderezadas con explicacio
lo parangonable. Así, mientras que lo ha nes, justificaciones, discusiones, en al
bitual en dichos manuales es organizar gunos casos, a mi modo de ver, excesi
los temas de manera sistemática, des vas para los fines de la obra, pero que
componiendo un tema en epígrafes y estoy seguro de que harán las delicias
subepígrafes, en este manual, sin renun de los amantes de la lengua y demás
ciar a esta estructura (la parte primera bibliólatras. Pero la búsqueda de respues
de la obra sigue este camino), se opta, tas racionales al porqué de la realidad es
además, por ofrecer una lista alfabética rasgo consustancial al autor. Al igual que
de los términos pertinentes (segunda par su propensión natural a poner nombres
te). Aquí reside uno de los principales a las cosas y a definir hasta lo indefini
19
p resentació n
20
p resentació n
Em ilio D e l g a d o L ó p e z -C ü z a r
Granada. octubre de /9 9 9
Prólogo a la primera edición
N
X 1 UNCA se había dado en español
una floración de libros de estilo como la
que un libro de estilo de un periódico
sirve de poco en una caja de ahorro o en
aparecida» tanto en España como en His un ayuntamiento, que tienen necesida
panoamérica, en los últimos veinte años: des expresivas distintas. Lo mismo su
libros de estilo de periódicos, de televi cedería, con más razón, en el campo de
siones, de radios, de universidades, de la biología, la medicina, la química, la
ayuntamientos, de cajas de ahorro... In bioquímica, la sicología, la siquiatría, la
cluso libros de estilo generales, sin un astronomía y en otras muchas especiali
destinatario preciso. Parece como si de dades científicas y técnicas. Las abre
pronto se hubiera despertado la concien viaciones, la term inología, la metodolo
cia lingüística y normadora de las per gía y otros aspectos son tan disímiles
sonas e instituciones que manejan el len que, en efecto, cada uno de esos cam
guaje escrito en sus relaciones profesio pos debe tener su propio manual de esti
nales con los demás. lo, y así sucede en otras lenguas en las
que desde hace tiempo se ha tomado con
A primera vista, podría parecer que, ciencia de la importancia que tiene la
si no fuera por el mantenimiento y la emisión científica de mensajes. Un in
alimentación de la honrilla, sería prefe conveniente, al parecer insalvable: esa
rible fundir todos esos libros y obtener situación contribuye a aumentar la falta
un solo libro de estilo genérico que fue de uniformidad general en la presenta
se útil a todo el mundo hispánico, aun ción de los trabajos para su publicación,
que después cada periódico, ayuntamien ya que las normas fijadas por cada enti
to, universidad o entidad añadiese la in dad o institución no son necesariamente
formación específica para su propio uso. iguales que las de las restantes. La ex
Sin embargo, este proceder, que sería sin periencia en la aplicación de normas
duda útil para los periódicos y algunas en el mundo editorial, sea el bibliológico
de las instituciones mencionadas, no lo o el hcmerológico, ya nos indica algo
sería para ninguna de las especialidades de esto: el lector no entiende cómo lo
de la ciencia y de la técnica. Es obvio que es correcto en una publicación está
23
prólog o
prohibido en otra o a qué se debe que trate, con las explicaciones oportunas
unos libros utilicen una determinada gra cuando sean necesarias. Dice cómo se
fía que es evitada cuidadosam ente en utilizan las abreviaciones (abreviaturas,
otros. Esta situación afecta especialmente abreviamientos, criptónim os, símbolos,
(dram áticam ente, diría) a los escritores siglóniinos, siglas) y los alias y sobre
y, sobre todo, a los traductores y a los nombres; cuándo se utiliza mayúscula y
correctores de estilo y tipográficos, pero minúscula (documentos históricos, eda
tam bién a los profesores de todos los des, épocas; instituciones, entidades, or
niveles de la enseñanza y dem ás profe ganismos, organizaciones); cómo se es
sionales de la lengua. En muchos aspec criben los antropónimos (nombres y ape
tos de la grafía, no se sabe qué aplicar llidos) y los topónim os (macrotopóni-
ni qué enseñar. mos, mesotopónirnos y microtopónimos);
cuál es la grafía de los nombres científi
También falta en el mercado un m a cos; cómo afectan al significado de las
nual de estilo para las personas no espe palabras las desinencias y prefijos y sufi
cializadas, para los escritores de a pie, jos; cómo se escriben los ejemplos, los
los que 110 pertenecen a un periódico, a títulos de obras creadas (libros, publica
una revista, a un ayuntamiento ni a una ciones periódicas, títulos de esculturas,
caja de ahorro y tampoco escriben ex pinturas, obras musicales y de teatro);
clusivam ente para un público científico qué grafía hay que conceder a los ex
0 especializado. Me refiero a los escri tranjerismos crudos o a los aclimatados
tores que trabajan en o para una edito- a las peculiaridades de nuestra lengua;
1 ial, en su casa para sí o para otros, a los cuál es la grafía exacta y el significado
traductores, a los impresores y a los preciso de una locución latina o el sig
autoeditores, a ios correctores de estilo nificado de muchas siglas; cómo se uti
y tipográficos, a las em presas de servi liza un tratamiento o a quién correspon
cios editoriales y también, cómo no, a de una condecoración o la abreviatura
las instituciones y entidades que emiten de una orden religiosa... De todo ello,
mensajes, a los periodistas y especialis en esta obra hay información para satis
tas que no tienen un manual de estilo facer las dudas de quien pueda necesitar
que los guíe en sus dudas y los ayude a tales materiales.
pergeñar y a presentar sus materiales
escritos. También, claro, a quienes pre El lector debe saber que no hay que
paran una tesis o han de presentar un buscar en un manual de estilo respues
trabajo de redacción del tipo que sea. tas a cuestiones que hay que plantear a
otras obras como los diccionarios de usos
Las dudas que se presentan al tratar y dudas, por ejemplo. Un diccionario de
de pergeñar un texto destinado a la pu usos y dudas nos dice, en relación con
blicación son de todos los colores y for las palabras y sintagm as que registra,
mas. También son variopintas las m ane cuáles son los plurales que no se ajustan
ras de resolverlas. Un manual de estilo a las reglas ordinarias, la conjugación
tiene la función de elegir, para una pu de los verbos irregulares, el régimen
blicación o una entidad determinada, las preposicional de algunas palabras, el gé
grafías que autoriza y los usos que re nero de las palabras que lo presentan
chaza, así com o la parte de docum enta dudoso, la propiedad o impropiedad de
ción genérica que pueda resultar útil en ciertos términos, las palabras y construc
función del tipo de escrito de que se ciones que hem os tom ado im propia
24
prólogo
mente de otros idiomas y cuestiones se dación Germán Sánchez Ruipércz, 1987,
mejantes. 1999 [primera reimpresión]) y el D iccio
nario de ortografía de la lengua españo
El presente manual de estilo contiene la (Madrid: Paraninfo. 1996). En este ofi
información que puede resultar útil tan cio de escribir y corregir también pue
to a los científicos como a los técnicos den resultar útiles el Diccionario de re
y literatos. Sus normas y los datos que dacción y estilo (2.a cd„ Madrid: Pirámi
se aportan son com unes a todas las es de, 1997), el M anual de edición y auto-
pecialidades. Sin embargo, hay aspec edición (Madrid: Pirámide, 1994, 1999
tos, sobre todo en lo relacionado con la [reimpresión]), el Diccionario de lexico
metodología del trabajo y la forma de grafía práctica (Barcelona: Biblograf,
llevar a cabo ciertos extremos de la es 1995) y, finalmente, el Diccionario de
critura científica, en los cuales sin duda usos y dudas del español actual (2.a ed.,
cada uno debería seguir lo que los orga Barcelona: Biblograf, 1998).
nismos pertinentes aconsejan para tales
especialidades. Estas presentan necesi Me place dar las gracias por su ayuda
dades normativas distintas, de tal mane a mis amigos Jon Akordagoikoctxca, Ra
ra que, como se ha dicho antes, las nor món Andrés, Alberto Lázaro Tinaut, Juan
mas de una pueden ser inútiles, o poco Gabriel López Guix, José Antonio Pérez
menos, para otra. Sin embargo, en todas Bouza, Silvia Scnz, Silvia Sesé y A m a
las especialidades técnicas, científicas o llen Pons i Scrra, de Barcelona; Luis M.
literarias se usan, alfabetizan y traducen G arcía-B arrio, de F iladclfia (E stados
nombres de personas (antropónimos) y Unidos); Gabriel María Vcrd (S. L), de
de lugares (topónimos), se escriben abre Granada; Antonio López de Zuazo Algar
viaciones generales y especializadas, ci y Bernardo Rcchca Bcrnal, de Madrid;
fras, tratamientos, etcétera. Por otro lado, José Antonio Cordón García, de Sala
escritores no especializados, periodistas, manca; Blanca Martínez Nieto y Ricard
traductores, correctores de estilo y tipo Sebastiá Simarro, deTarrasa (Barcelona);
gráficos, profesores, etcétera, pueden ne Jorge de Buen Unna, de Tijuana (M éxi
cesitar en algún momento la consulta de co); M anuel A nguiano V ille g as (O.
los datos que en este manual se ofrecen Carm.), de Roma (Italia), y Luisa Arman
y que probablemente no van a hallar con Lomba y Víctor Manuel Iglesias Viquci-
facilidad en otros manuales. ra, de Vigo (Pontevedra).
José M a r t í n e z d e S o u s a
25
Prólogo a la segunda edición
26
Manejo de la obra
27
m anejo de la obra
a cada una de ellas desde el punto de cas (las formadas por más de un térm i
vista de la definición, la grafía, In alfa no), el nombre genérico (o solo genéri
betización, la traducción y otras particu co) es el elemento común del conjunto,
laridades relacionadas con el empleo de coincidcntc en otras denom inaciones del
lo que la respectiva entrada sugiere, con m ismo género, mientras que el segundo,
rem isiones a otras voces para am pliar la el nombre especifico (o solo específico),
inform ación o relacionar unos términos es el elemento distintivo, no coincidcntc
con otros del mismo cam po asociativo. con el de otra denominación, aunque esta
Por ejemplo, todo lo relativo a los nom com ience con el mismo genérico. Por
bres de pila está en antropónimo, pero ejem plo, en un topónimo com o bahía
también se registran térm inos como ape de Cádiz, bahía es el nombre genérico,
llidos, nombres, nom bres de pila, nom y Cádiz, el específico; lo mismo puede
bres de personas, con tratamiento pro decirse de bahía de Rosas, montañas Ro
pio o envío a antropónimo cuando es cosas, rio Ebro, cabo de Buena Espe
necesario, al tiem po que los aspectos ranza. etcétera; en una entidad o institu
concretos relacionados con un tipo de ción com o M inisterio de Hacienda, la
antropónim o se estudian en su voz; por palabra M inisterio es el genérico, y Ha
ejemplo, cognom entos, alias o apodos, cienda. el específico; lo mismo puede
sobrenombres, seudónim os. En general, decirse de M inisterio de Industria, Di
en cada entrada el texto expone la nor rección General de Pesca, Escuela Na
mativa aplicable al caso. Sin embargo, a val, etcétera; en un nombre comercial o
veces, para facilitar la com prensión de sim ilar com o Hotel Reina Sofía, la pala
la norma, se proporciona un texto se bra H otel es el genérico, y Reina Sofia.
cundario, en forma de nota o am plia el específico; lo mismo vale para Bar
ción. Esta se com pone en texto menor, García, Cafetería Rosa, Cine Pelavo, et
sangrado verticalmente y encabezado por cétera. Como se ve, en unos casos el
una flecha (-*). genérico se escribe con inicial m inúscu
la y en otros con mayúscula. La regla
Las remisiones a otros puntos o en aplicable se explica en la entrada co
tradas se indican con una flecha como rrespondiente de la segunda parte.
esta: =>. Si el lector se siente interesado
en el conocim iento del fenómeno a que Las normas están siempre ejem plifi
afecta la remisión, lo mejor es seguir la cadas. Cuando los ejemplos se escriben
dirección de la flecha. en párrafo aparte y son más de uno, solo
el último lleva la puntuación que le co
En las citas textuales (por lo tanto, rresponda en función de cóm o siga el
puestas entre com illas latinas), un signo texto subsiguiente (generalm ente, tal
igual (=) indica que en el original de puntuación es el punto). En los casos de
donde se toma el texto que se reproduce ejem plos de alfabetización, las entradas
hay punto y aparte. con remisión se grafían de la misma ma
nera que en principio se aconseja que
En las referencias al em pleo de las em plee el lector cuando se encuentre en
mayúsculas en las respectivas entradas esa necesidad. Es decir, que para indicar
en que se trata de ellas, con frecuencia que el texto de la remisión está inverti
se habla de nom bre genérico y nombre do, la grafía de esta remisión es:
especifico (o solo genérico y especifi
co). En las denom inaciones sintagm áti cataratas: v. N iágara, C ataratas del.
28
m anejo de la obra
pero en texto seguido habríamos e s c r ito dros I, A5, C'5, 0 4 , H3, G l, H2, L l,
M3, 0 2 , 0 4 , T2, T6, T8. Nu obstante,
cataratas del Niágara. algunas pueden q uedar desco lg ad as,
como las siguientes: a i, alemán; c.f cua
A lo largo de la obra aparecen algu dro;.//:. francés; /., inglés; /7., italiano;
nas abreviaturas y algún que otro signo, port., portugués; también; v. véase
pero en ambos casos son sobradamente también.
conocidos; por ejemplo, sabido es que I:ntrc las páginas 43 y 52 se ofrece al
con v. c. C2 se le quiere decir al lector: lector una bibliografía estructurada que
«véase el cuadro C2» y con el signo § le servirá de gran ayuda en la elección
seguido de una cifra le remitimos a un de las obras de referencia, especialm en
párrafo concreto. Por esta razón, y por te los libros de estilo, siempre necesa
la escasa cantidad de abreviaciones que rias en el trabajo intelectual. Más ade
aparecen en la obra y la trasparencia de lante, en las páginas % y 97, hallará
las que se utilizan, se prescinde aquí de una bibliografía especializada de fuen
introducir una lista que, además de cor tes de información de recursos electró
ta, sería en cierta manera redundante. nicos y, por último, al final de la obra
Como el lector comprobará consultando hay una bibliografía de las obras con
la lista de cuadros, muchas de las entra sultadas especialmente por el autor. To
das llevan uno con las abreviaciones más dos ellos son materiales necesarios y es
utilizadas en el tema al que aquellas se pero que suficientes para guiar al lector
refieren. Véanse, por ejemplo, los cua en este campo de la escritura científica.
Introducción
1 Los temas tratados en esta introducción pueden ampliarse m ediante la consulta de obras y
trabajos esp ecífico s com o los que se m encionan en la bibliografía que figura en el párrafo 5,
especialm ente el apartado 5.2, páginas 48 ss. También puede resultar útil la consulta de obras y
trabajos concretos de la bibliografía general situada al final de la obra, páginas 647-653.
31
la n orm alizació n , el estilo y la edición
32
la n orm alizació n
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la n o rm alizació n , el estilo y la edició n
34
el estilo
35
la n o rm alizació n , el estilo y la edición
tran normas de realización de los impre canismo del arte de la imprenta para
sos y de los cuales hay especímenes en facilid a d de los operarios que la exerzan
todas las lenguas, no son todavía ni si (1811). Le siguen, entre otros, el M a
quiera códigos tipográficos propiam en nual del cajista y de la tipografía, de
te dichos. Se tiene un antecedente nota José María Palacios (1845); el M anual
ble en la obra Orthotypographie, de Je de la tipografía española, de Antonio
rónimo H ornschuch, publicada en latín Serra y Oliveres (1852); el M anual de
en Leipzig en 1608 (traducida por Susan la tipografía española, o sea el arte de
Baddeley y publicada en París por Edi la imprenta, de José Famadcs Villamur
tions des Cendres en 1997). De hecho, (1882); el Tratado de tipografía o arte
las obras que andando el tiempo se con de la imprenta, de José Giráldcz (1884);
vertirán en base de los códigos tipográ el M anual del cajista de imprenta, de
ficos y ortotipográficos surgen en Fran Francisco Bollo (1889); la Guía prácti
cia en 1723 con La science pratique de ca del compositor tipógrafo, de Juan José
Vimprimerie, de M artin-Dominique Fer- M orato (1900, «La obra especial mejor
tel, seguido, entre otros, por cl Code des orientada entre las de su clase en lengua
corrections typographiques de Pierre- castellana», en palabras de Fernando
Frangois Didot (1732-1793), considera I luartc Morton); el M anual práctico del
do el prim er código tipográfico propia cajista de imprenta, de Alvaro Fernán
mente dicho, y por el Traite de typogra dez Pola (1904); la Cartilla del aprendiz
phic, de Henri Fournier (1825); la Guide de cajista de imprenta, de Juan José Mo
pratique du com positeur d'imprimerie, rato (1929); el M anual del cajista de
de Thcotiste Lefevre (1855, seguida «casi imprenta. de F. Fábregues y J. M. Saa-
hasta el plagio» por Juan José Morato vedra (1933); El libro del corrector: va
en su obra de 1900, incluso en el título, demécum de los escritores y de los pro
como él mismo confiesa); Les regles de fesionales de la tipografía, de Pclcgrín
la composition typographique, de Désiré Melús y Francisco Millá (1940); la Teo
G reffier (1898); M anuel pratique de ría y práctica de la tipografía con no
com position typographique, de Victor ciones de las industrias afines, de Vi
Bretón (1 9 1 1), y otros, entre los que pue cente Martínez Sicluna (1945); la Carti
de mencionarse uno de los últimos, M a lla de tipografía para autores: prepara
nuel de typographic et de mise en page, ción de originales y corrección de prue
de Frangois Richaudeau (1989), y La bas, de Fernando Huartc Morton (1955);
chose imprimée, dirigido por John Drey la Corrección de pruebas tipográficas,
fus y Francois Richaudeau (1987), tra de R. Ramos M artínez (1963); La com
ducido al español con el título de D ic posición en artes gráficas, de Euniciano
cionario de la edición y de las artes grá M artín (2 vols., 1970 y 1974), y, de José
fic a s (1990). M artínez de Sousa, el D iccionario de
En España hay un prim er trabajo, Ins tipografía y del libro (1974), el Diccio
titución y origen del arte de la imprenta nario de ortografía técnica (1987) y el
y reglas generales para los com ponedo M anual de edición y autoedición (1994).
res, escrito hacia 1680 por Alonso Víctor Pero tal vez el primer código tipográ
de Paredes. C ontam os, adem ás, con fico propiamente dicho sea el titulado
obras de tratadistas tipógrafos destaca Code des corrections typographiques de
dos, entre los cuales descuellan el pri bido al impresor y librero francés Picrre-
m er tratado español de tipografía, escri Frangois Didot (1732-1793). Aparte de
to por Juan José Sigüenza y Vera, el M e los libros técnicos destinados a la forma
36
el estilo
37
la n o rm alizació n , el estilo y la edición
inglesa, que se limitan a publicar unas título de M anual de estilo para informa
páginas en las que hacen constar sus pre dores de radio, publicaron conjuntamente
ferencias expresivas. Por ejemplo, The Radiotelevisión Española y Radio Nacio
Guardian añade 55 páginas, tituladas The nal de España, seguido, en 1985, por el
Guardian style book. de Miguel Pérez Calderón, Libro de es
El Nene Zürcher Zeitung, de Zúrich tilo de los Servicios Informativos (obra
(Suiza), tiene un libro de estilo de 88 pá de escasa calidad y con excesivos erro
ginas originado en un conjunto de nor res). En 1991 apareció el Libro de estilo
mas al parecer iniciadas en 1968, que de Canal Sur Televisión, de Sevilla; en
actualmente se titula Sprachlich-Technis- 1993, el Libro de estilo de Telemadrid,
ches Vademecum Jur die Redakíoren, Ko- y en el mismo año, el M anual de estilo
rrespondenten und M itarbeiter der Nene de t \ e , redactado por Salvador Mendieta.
Zürcher Zeitung, cuya segunda edición En cuanto a las instituciones, se cuenta
es de 1982. con las siguientes obras: M anual de es
En España, los libros de estilo de la tilo del lenguaje administrativo, publi
prensa han prolifcrado desde los prim e cado por el Ministerio para las Admi
ros años ochenta. Desde el M anual de nistraciones Públicas (Madrid, 1990); el
español urgente (12.a ed., 1998), de la Libro de estilo, redactado por Valentín
Agencia Efe, que sirve de faro a mu Arias López y publicado por la Conse-
chos periódicos nacionales y extranje llería de Cultura e Xuventude, de San
ros («es el más antiguo de los publica tiago de Compostcla (1993); Joan Sola
dos en la com unidad de habla españo dirigió dos libros de estilo en catalán: el
la», se dice en su prólogo), hasta el de primero, titulado Llibre d'estil, para la
El M undo (Madrid, 1996), pasando por Caixa d ’Estalvis i Pensions de Barcelo
el de El País, que va ya por la 14.a edi na (1991), y el segundo, titulado Llibre
ción (Madrid, 1998), el de La Vanguar d 'e stil de VAjuntam ent de Barcelona,
dia (Barcelona, 1986), el de La Voz de para el Ayuntamiento de Barcelona (1995).
Galicia (La Coruña, 1992) y el de Abe La Universidad Nacional de Educación
(Madrid, 1993). Su abundancia no va en a Distancia ( u n e d ) tiene también su li
detrimento de la uniformidad de crite bro de estilo, el M anual de estilo, redac
rios en gran medida, como se podría su tado por José Romera Castillo y otros y
poner, porque, en general (con pocas ex publicado en Madrid (1995).
cepciones notables), se copian unos a Hay también una serie de libros de
otros y las diferencias en lo relativo al estilo generales, cuya calidad y adecua
léxico y la ortografía son prácticamente ción a las propias necesidades habrá de
nulas. Se trata, más que de folletos (o establecer el lector, previo análisis. Co
poco más), como suele ser habitual en nozco los siguientes: Libro de estilo uni
algunos periódicos extranjeros, de ver versitario, de Carlos Arroyo Jiménez y
daderos volúmenes que suelen superar Francisco José Garrido Díaz (Madrid:
las doscientas páginas. Con todo, debe Acento, 1997); M anual general de esti
advertirse que algunos de estos libros lo, de Firmas Press (M adrid: Playor,
de estilo tienen poco interés y, en algu 1994; obra que hay que consultar con
nos casos concretos, excesivos errores precaución); el Libro de estilo para j u
de todo tipo. ristas. de Antonio Millán Garrido (Bar
También las emisoras de radio y tele celona: Bosch, 1997); el Libro de estilo
visión tienen sus libros de estilo. Tal vez para universitarios, de Miguel Ángel
el primero sea el que en 1980, con el Santos Guerra, Benjamín Mantecón Ra
38
le í C U K I U i I
39
la n orm alización , el estilo y la edición
Editorial Policy (Comité de Política Edi El comité elaboró en 1982 unos Rei/ui-
torial). En 1987 se tradujo al español la sitos de uniformidad para originales pre
quinta edición del Style m anual con el sentados a revistas biomédicas que en
título de M anual de estilo: guia para 1997 alcanzaron la quinta edición. A c
autores, editores y revisores en el cam tualmente, más de quinientas revistas de
p o de la medicina y la biología (versión todo el mundo siguen y recomiendan es
española de M arta Pulido). tas normas de uniformidad en la presen
En Europa, la investigación en este tación de originales. El objetivo de es
terreno es mucho más lenta y modesta. tos requisitos es conseguir que los tra
En 1964, el editor Karger, de Basilea bajos que se presentan a las revistas
(Suiza), edita un folleto con propuestas adheridas cum plan tales requisitos y las
de reglas de escritura científica. En 1970, revistas los acepten. Con ello se consi
J. N. M aillard y J. P. Benham ou publi gue que el científico tenga la seguridad
can L'article medical (París, L’Expansión de que su trabajo no será rechazado por
scientifique) y en 1973 aparece Com- cuestiones formales. Es de alabar la de
m ent écrire, com m ent dire. en m édecine, cisión del c i d r m no solo de permitir la
de Roger Bénichoux (París: M asson, copia y reproducción de sus normas, sino
1973). también el hincapié que hace en que ello
Entretanto, el American National Stan- suceda: «El com ité anima a la distribu
dards Institute ( a n s í ) de Nueva York pu ción de este material». Compárese con
blica en 1969 una norma para la abre la actuación de la iso y de Aenor... (véa
viación de los títulos de las publicacio se § 1.2).
nes periódicas y en 1972 da a conocer En los años setenta se funda en el
la «Preparación de los artículos científi Reino Unido la European Association o f
cos para su presentación escrita u oral», Science Editors ( e a s e ) (Asociación Eu
en la que define la fórmula iM RaD (Intro- ropea de Editores Científicos), que pu
duction, Material and M ethods, Resulls blica European Science Editing, boletín
and Discussion ‘Introducción, material de enlace entre los responsables de edi
y m étodos, resu ltad o s y d isc u sió n ': toriales científicas europeas y los profe
iM R y o ), las cuatro partes en que desde sionales de la edición científica.
entonces se divide el artículo científico, En España la preocupación por la pre
muy difundida actualm ente (v. p. 104). sentación uniforme de los originales des
En 1978, un pequeño núm ero de di tinados a revistas científicas es más tar
rectores de revistas m édicas generales, día. I lay trabajos desde los primeros años
m ás tarde conocido com o el Grupo de setenta (por ejem plo, David Romano:
Vancouver, se reunieron en Vancouvcr Elementos y técnica del trabajo científi
(Colum bia Británica [Canadá]) para es co, 1973). También contribuyeron a la
tablecer las pautas relativas al formato aplicación creciente de normas científi
de los originales que los autores enviaban cas obras como el Diccionario de orto
a sus revistas. Sus norm as para la uni grafía técnica, de José M artínez de
form idad de los originales fueron publi Sousa, destinado al mundo editorial en
cadas por primera vez en 1979. Actual general, pero no faltan dignos ejemplos
m ente, este grupo se ha convertido en el de preocupación por la uniformidad de
In tern atio n al C om m ittee o f M edical los originales destinados a revistas cien
Journal Editors ( i c m j e ) (Com ité Inter tíficas, como el ya mencionado M anual
nacional de Directores de Revistas Mé de estilo, hasta el presente el único m a
dicas [ c i d r m ] ) , que se reúne anualmente. nual de estilo científico publicado en Es
40
norm a, uso y autoridad lingüística
paña, editado por la revista Medicina Clí la escritura científica. Pero el problema
nica, dirigido por Ciril Rozman y re no está solo en las normas y en el uso:
dactado por un equipo de destacados es está también en la autoridad.
pecialistas en cada una de las materias
tratadas.
La edición científica, pues, ha hecho 4.1. Norm a y uso
que el cientificism o de la edición ad
quiera una importancia enorme en los Una norma, en sentido lingüístico, es
tiempos actuales, en que la producción el conjunto de regTás restrictivas que de
literaria científica adquiere caracteres finen lo que se puede utilizar en el uso
preocupantes por su cantidad y disper de una lengua si se ha de ser fiel a cier
sión. to ideal estético o sociocultural. La nor
ma supone la existencia de unos usos
consíderádoTcorrectos y otros conside
4. N orm a, uso y a u to rid a d lingüística rados incorrectos, definidos ambos en
las gramáticas y ortografías normativas
Estrechamente ligados a la normali y en los diccionarios del mismo corte.
zación y al estilo se hallan los concep La impone una institución reconocida
tos de norma, uso y autoridad. Ponga por la sociedad, institución que para el
mos la última en primer lugar del análi español, tanto el europeo como el hispa
sis: si el usuario del lenguaje, cualquie noamericano, es la Real Academia Es
ra que sea su nivel, no acepta de bucjja pañola, fundada en 1713. Su función es
g!Tna la autoridad de las entidades en discutida, pero su autoridad sigue sien
cargadas de legislar, de nada sijv e jm e do mayoritariamente aceptada.
exista una norma, la cual, para su mayor Sin embargo, una norma ortográfica
justificación, debe estar en consonancia puede estar en vigor durante siglos pese
con un uso y servir como de eco o resor a que nadie la cumpla; y si una norma
nancia de él. El problema de la acepta no se cumple en absoluto, pese a lo cual
ción de la autoridad se relaciona con la todo funciona bien, es que la norma so
facultad que esta tiene de legislar partí bra. La última edición de la gramática
el individuo y no para sí misma. La fal académica tiene, de hecho, más de se
ta de acuerdo entre lo que el uso esta tenta años de antigüedad, puesto que la
blece y lo que registra la norma es otro edición de 1959 era en todo semejante a
de los escollos con que tropieza quien la de 1931 y probablemente esta se pa
escribe. No es fácil que se llegue al ple recía mucho a la de 1920, cuyo prólogo
no acuerdo de cuantas entidades en este reproducen ambas, la de 1931 y la de
mundo se dedican a legislar en aspectos 1959. Publicado el prometedor Esbozo
que afectan al escritor (especialmente al de una nueva gramática de la lengua
escritor científico), y tal vez eso sea lo española en 1973, desde entonces sigue
mejor que puede suceder, pero, así como en estado de esbozo, puesto que la Gra
hay aspectos de la cultura que no recla mática de la lengua española de Emilio
man urgentemente una legislación, hay Alarcos Llorach (1994) y la Gramática
otros que, por el contrario, necesitarían descriptiva de la lengua española de Ig
un conjunto de reglas claro, sencillo y nacio Bosque y Violeta Demonte (1999)
fácilmente aplicable. Y necesitarían, ade han sido publicadas por la Academia,
más, que esa legislación sustituyera al pero ninguna de ellas es «su» gram áti
marasmo de usos y abusos actuales en ca. Por lo que respecta al Diccionario
41
la n orm alización , el estilo y la edición
42
b ibliografía específica para escritores y traductores
lo contrario tal vez en muchos casos no M o l i n e r , María: D iccion ario de uso d el esp a
responderá a su consulta por falta de da ñol. 2 vols., 2.J ed., Madrid: C redos, 1998
(1 .a ed., 1966 y 1967).
tos. La cantidad de contenido es, en cual — D iccionario d e uso d e l español, ed. abrev.,
quier caso, importante, pero esa cantidad Madrid: C redos, 2000.
debe venir acompañada de la mínima ca S k c o , Manuel, Olim pia A n d r é s y Gabino R a
lidad tanto en el tratamiento de la mate m o s : D iccionario d e l españ ol actual, Madrid:
Agilitar, 1999.
ria como en la forma de presentarla.
Partiendo de criterios muy parecidos
a estos, se ofrece seguidamente un ensa 5.1.1.3. D iccionarios d e lengua
yo de bibliografía que puede resultar útil en so p o rte inform ático
a escritores y traductores. El hecho de
A c a d e m i a E s p a ñ o l a : D iccion ario de la lengua
figurar en esta lista no es signo forzoso española [ c d - r o m ], Madrid: Real Academia
de calidad. Las obras aquí mencionadas Española, 1995.
son de calidades muy distintas, y algu D iccionario general de la lengua española Vox
nas incluso desechables. El lector debe [ c d - r o m ], Barcelona: Biblograf, 1997.
G ran d ic c io n a rio d e la len gu a españ ola [ c d -
tener conocimiento de ellas, saber que
r o m ). Barcelona: Larousse Planeta, 1996.
existen. Su elección, como he dicho an M o l i n e r , María: D iccion ario d e uso d el esp a
teriormente, debe ser el resultado de un ñol [íd -k o m ], Madrid: Gredos, 1996.
análisis personal de la obra para elegir
las que se ajusten a sus necesidades y
desechar las que no alcancen la catego 5.1.1.4. D iccionarios d e lengua
en lenguas extranjeras
ría suficiente.
1) Para el inglés:
English Language D ictionary (cobuild), Glasgow:
5.1. Diccionarios HarperCollins, 1987.
English Learners ’D ictionary Chambers/Vox, 2.* ed.,
Barcelona: Biblograf, 1997; ofrece un conte
5.1.1. D i c c i o n a r i o s de len gu a
nido en lengua inglesa con equivalentes en
español en sus acepciones.
5.1.1.1. D iccionarios norm ativos
Longman D iction ary o f the English Language.
Harlow: Longman, 1991.
A c a d e m i a E s p a ñ o l a : D iccionario d e la lengua
N ew Oxford English D ictionary, 20 vols., Oxford:
espa ñ o la , 2 1 / ed., Madrid: Espasa-C alpe,
Oxford University Press, 1989 (existe una edi
1992.
ción en 2 vols., N ew Sh orter Oxford English
Dictionary, Oxford: Oxford University Press,
1993).
5.1.1.2. D iccionarios descrip tivo s Random House D iction ary o f the English Lan
guage, Nueva York: Random H ouse, 1987.
D iccionario general d e la lengua española ilus Webster's E ncyclopedic U n abridged D ictionary
trado Vox, Barcelona: Biblograf, 1997; antes. o f the English Language. Nueva York: Gra-
D iccionario genera! ilustrado d e la lengua mcrcy B ooks, 1989.
española Vox, abreviado d g i l e . W ebster !v Third N ew Intern ational D ictionary,
D iccionario general de la lengua española Vox. Springfield, MA: Mcrriam Webster, 1986 (en
Barcelona: Biblograf, 1997; antes. D icciona uno o tres volúm enes).
rio actual de la lengua española, abreviado
DALE. 2 ) Para el francés:
D iccionario Salam anca d e la lengua española. D ictionnaire de la langue fra n ca ise, París: La
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lona: Laroussc Planeta, 1996. tionnaire a lph abétiqu e el analogique d e la
43
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dres y Barcelona: Grijalbo, 1998.
3) Para el alemán:
D a s g ro ß e W ö rterb u ch d e r d eu tsch en S p ra ch e, 2) Español-francés, francés-español:
8 vols., M annheim -Leipzig-Viena-Zurich: Du G a r c í a - P e l a y o , Ramón: Gran d iccion ario es-
denverlag, 1993. p a ñ o l-fra n c és. fr a n c é s-e s p a ñ o l, Barcelona:
Wahrig. D eutsch es W örterbuch. Gütersloh: Ber Larousse Planeta, 1994.
telsmann, 1997.
3) A lem án-español, español-alemán:
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Brandstetter-Herder, 1994.
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b iblio grafía esp ecífica para e scritores y tradu ctores
El trabajo intelectual
1 El trabajo documental
56
las citas
tivos principales: para analizar esc tex to tenga para el trabajo qu<? se. realiza.
to, si estamos escribiendo un estudio cri Dicho queda que un trabajo no se Hace-
tico de la materia o en el que la materia con citas, sino con investigación, y la
aparece como una de sus partes, o bien cita apoya (en caso contrario, si la cita o
en apoyo o como contraste de las ideas su extensión no están plenamente ju sti
que se exponen. Las citas deben estar ficadas, podríamos incurrir en plagio).
Siempre justificadas, y no seria honrado debe citar, además, exactamente aquel
eí trabajo que se basase solo en citas fragmento que contiene la inform ación
traídas por los pelos y engarzadas unas que interesa. Cuanto más am plia sea la
a otras como si fueran cerezas. Se supo cita, más difícil es justificarla y también
ne que cualquier trabajo, modesto o im analizar su contenido. Por otro lado, $1
portante, consiste en la exposición y de autor citado debe ser una verdadera au
sarrollo de una idea acerca de un tema, toridad en el tema .quelsfiL analiza, y lo
y se supone también que el autor del c^ue diga debe ser fruto de su propia in
trabajo sabe algo acerca de ese tenia. Si vestigación y análisis. Mencionar a un
lo único que sabe es traer a colación c Pero Grullo cualquiera al que nadie re
hilvanar fragmentos de textos de los que conoce autoridad es una forma de per
han investigado el tema con anteriori der el tiempo y el propio prestigio. En
dad, el trabajo no vale demasiado como cualquier caso, el texto que se cita tiene
elemento investigativo. Las citas no de- que tener enjundia c importancia en re
ben constituir el meollo de un trabajo, lación con la investigación que se lleva
salvo que se trate de un estudio crítico a cabo o con el texto que se escribe.
3e uno o más documentos originales; ge Atribuir a un autor una frase de conoci
neralm ente son solo su apoyo. miento común y general es una impro
j¿n principio, es poco ético citar al piedad, aunque tal autor haya escrito real
jefe o al compañero meramente porque mente ese texto.
To son, de la misma manera que es poco
ético citarse a si mismo sin motivo sufi
ciente. Sin embargo, en uno y otro caso 2.1. EÍ estilo de la cita
T acata debe hacerse cuando, indepen
dientemente de quién sea el autor del Por la forma en que se reproduzca el
texto citado, este es relevante y se hu texto de la cita o de referirnos al pensa
biera citado en cualquier caso. A este miento de un autor, la cita se denomina
respecto, el propio autor de un texto no cita directa, cita indirecta o cita indi
debe citarse en el sentido de «este tema recta libre.
ha sido tratado por mí en el trabajo tal»,
por cuanto m i no va a ser citado por 1. C it a d i r e c t a , ^ c i t a directa, tam
nadie. El autor debe escribir su propio bién llamada estilo directo o discurso
nombreTexactamente ígiiaTquc hace con directo, consiste en reproducir de forma^
los de las demás obras citadas en el mis literal y exacta~To~cficho o pensado por.
mo contexto y por los mismos motivos. Olró o por uno mismo:
Para bien o para mal, la evaluación de la
producción científica de un autor, un pais «Cuando se estudia un autor extranjero, las
o una materia se apoya en el número de citas deben ir en la lengua original» (E co,
1 982, 191).
veces que es citado por otros.
La extensión de la cita debe corres Me dije: «Si consigo una nota superior al apro
ponderse con la importancia que su tex bado, podré ir de vacaciones a Egipto».
57
el trabajo d ocu m en tal
A ello nos referirem os a lo largo de toda darse con el texto extranjero (escrito
esta sección (v. § 2.2 ss.). como"las" citas en español, siempre de
redondo). A continuación de ella, entre
2. C it a i n d i r e c t a . La cita indirecta, paréntesis o en nota a pie de página,
también llamada estilo indirecto ~y dís- 7íé6e darse su traducción.
curso indirecto, consiste en la reproduc
ción de lo d ic h ó ^ T ^ f s a d o po’r_otro o
por uno mismo no de forma literal, sino 2.3. Reproducción del texto de i a cita
cfomo una oración subordinada que ac
túa de com plem ento del verbo princi El texto de la cita puede incluirse de
pal: v a ríá r maneras en el entramado textual
’que nosotros estamos confeccionando,
En opinión de Umberto Eco (1982: 191), si el siempre debidam ente distinguido p ara
trabajo se refiere a un autor extranjero, el tex TfCTtár ~cTiáTquier malentendido (no sería
to de la cita debe respetar la lengua original.
Honrado, sino un plagio, incorporar a
Me dije que si conseguía una nota superior a) nuestro texto el de otro autor sin indica
aprobado, podría ir de vacaciones a Egipto. ción alguna). Las citas se com ponen
siem pre con letra redonda; no es un
Este tipo de jaitas no se distinguen con acierto, sino todo lo contrario, distinguir
diacríticos en relación con el texto que las com poniéndolas en cursiva, y menos
las rodea. aun si además se le añaden las comillas
latinas.
3. C i t a i n d i r e c t a l i b r e . La cita in
directa libre es un estilo indirecto en el I. D is p o s ic ió n d e l a s c it a s . E jjt c x -
que se ha suprimido el sintagma verbal, to de la cita puede disponerse de las se
introductor (decía que, dijo que, pensó^ guientes maneras:
g u e ) j en la escritura suele ir después
'de dos punios;“ 1) si es corto (digamos, entre tres^y
seis Hneas, poco más o menos),
El muchacho seguía aferrado a su idea: si con
“puede situarse a continuación del
seguía una nota superior al sim ple aprobado,
iría de vacaciones a Egipto. propio le x to (sin hacer punto y,
aparte), precedido de dos puntos o^
No presenta problemas de grafía, puesto de las indicaciones gram aticales
que no lleva ningún tipo de diacrítico. áSecuadas que avisen al lector de
gue lo que sigue es una cita; la
cita, en este caso, se encierra entre
2.2. Citas de prim era comillas latinas (« »);
y de segunda m ano 2) ¿i esjarg o , en párrafo, aparte^psre
Las citas deben hacerse m ediante a) en cuerpo menor que el del tex
fuentes primarias (v. § 1.1), o, si se trata to general (en imprenta o en
de ediciones críticas o de otro tipo, va autoedición), a la m edida <je
liéndose de la edición mas acreditada. este texto y sin comillas;
Si esto no es posible, se puede echar b) sángrad 9 (es decírT dispuesto a
mano de una fuente secundaria. medida menor y marginado a
Si la a t a es de un autor extranjero en la derecha en la página) y sin
unaTengua cfisTrntarcte ta' n uesrrarüe5e comillas;
58
las citas
c) con el mismo cucjjx) del texto, ducirse en el texto ajeno para rectificar
sangrado o sin sangra/, pero sin lo sin alterarlo. Lo más frecuente es que
interlínea; también se omiten el citador añada, ante lo que considera
las comillas; una irregularidad del texto original, un
d) con el mismo cuerpo e interli- aviso al lector para indicarle que aque
neado de composición del tex llo está así en el original; suele expre
to general, pero en este caso sarse con la voz latina sic entre corche
con comillas' para abrir y ce tes ([sic]) a continuación de la palabra o
rrar la cita; si esta es muy larga expresión original que se considera irre
y tiene párrafos muy amplios, gular (algunos autores son partidarios de
debe llevar, además, comillas de sustituir sic por asi ([así]), que es su
seguir; es decir, comillas de cie forma española). Debe tenerse en cuen
rre (») al inicio de cada párrafo ta que este aviso solo es válido para de
para indicar al lector que la cita notar una grafía que el lector pueda re
sígue; si los párrafos son cor- construir con facilidad en función de la
io s, las comillas de seguir pue competencia lingüística que la lectura e
den omitirse, con objeto de no interpretación del texto requiera (los li
’ sobrecargar el texto sin ncccsi- bros no tienen a todos los lectores por
Jlad. destinatarios naturales). Sin embargo, no
sirve de nada, o de muy poco, cuando el
Si la cita es de una poesía de pocos error es más grave o cuando, por ejem
versSsT se puede disponer en el misiyo plo, hay una alteración de cifras en una
parrafo, encerrada entre comillas latinas fecha. Si trascribimos un texto donde
y ‘ separando unos versos de otros por; dice que «Colón descubrió América en
medio de una barra (!) entre espacios: 1942», el [sic] (o [así]) puede valer por
que el lector será capaz de ver que se le
«Ya suben dos compadres / hacia las altas ba llama la atención acerca de una fecha
randas. / Dejando un rastro de sangre. / D e muy conocida, y convierte mentalmente
jando un rastro de lágrimas» (Federico García
Lorca, A ntología po ética , sel. de G uillermo
1942 en ¡492; sin embargo, si el texto
de Torre y Rafael Alberti, 8.a cd., Buenos A i dijera 1893, es más dudoso que todos
res: Losada, 1975, 95). los lectores sustituyeran 1893 por 1492.
Peor todavía si el error es de mayor im
Si se reproducen más de cuatro versos, portancia; por ejemplo, si un texto dice
la poesía debe citarse aparte, en cuerpo que «Francisco de Orellana tomó pose
más pequeño (al menos dos puntos tipo sión del Pacífico en 1513» no basta con
gráficos), de redondo, sin comillas y co un [sic]; hay que intervenir a continua
locada en la página como se hace con ción de esa afirm ación y dejar constan
las poesías: centrada al verso más largo. cia de lo contrario; por ejemplo: «Fran
cisco de Orellana [error: fue Vasco Nú-
ñez de Balboa] tomó posesión del Pací
2.4. Intervención en el texto de la cita fico en 1513». También se podría hacer
así: «Francisco de Orellana tomó pose
El texto de la cita debe reproducirse sión del Pacífico en 1513 [así en el ori
con sumo cuidado, escrupulosamente, in ginal; quien tomó posesión del Pacífico
cluso con errores o con las erratas que en 1513 fue Vasco Núñez de Balboa]».
haya en la fuente. Sin embargo, le cabe También se puede poner en nota a pie
al autor que cita la posibilidad de intro de página, si la obra las lleva.
59
ef trabajo d o cu m e n ta l
60
las citas
61
el tra b a jo d o cu m en tal
vio que se debe respetar escrupulosa grita las comas que estén indebidamente
mente el original en este aspecto. colocadas, que sobran; sin embargo, esto
También se debe respetar escrupulo presenta un problema grave: ¿qué se hace
samente el original cuando el autor sea con las com as que están incorrectamen
heterógrafo, es decir, cuando se aparte te usadas en lugar de otro signo?; ¿qué
consciente e intencionadamente del m o se hace cuando un punto y coma debie
delo ortográfico oficial; por ejemplo, una ra ser coma o punto?
cita de un texto de Unamuno o de Juan Se deben trasm itir todos los signos
Ramón Jim énez, que usaban heterogra- diacríticos del original; por consiguien
fías en sus escritos, debe respetar sus te, si una palabra aparece entre comillas
grafías, por raras que parezcan. No obs o de cursiva, esta es la grafía que debe
tante, este aspecto debe avisarse, bien trascribirse; sin embargo, otros tipos de
en nota a pie de página si se trata de letras, como la versalita, las versales o
algo esporádico, bien en una nota previa mayúsculas o la negrita, no se trascribi
al principio del libro, advirtiendo al lec rán si pertenecen a la situación propia
tor de que en los casos de heterograllas del libro de que se reproduce y no tiene
se han respetado las grafías originales. en él un significado especial que deba
Aunque se podrían añadir, a continua trascribirse. Si citam os, por ejemplo, de
ción de las heterograllas, las correccio un diccionario (pongamos por caso, el
nes oportunas entre corchetes, en estos Diccionario de uso del español, de Ma
casos es mejor dejar el texto com o está, ría Moliner) en el que una serie de sig
puesto que se supone que el lector, una nos adquieren un valor de significación
vez advertido, sabrá interpretar el texto interna (es decir, tales signos solo son
original y considerar las heterograllas operativos o encierran significado espe
como tales. cial en esa obra, mientras que fuera de
Si el autor citado puntúa mal, el ci- ella pueden aplicarse con otros sentidos),
tador puede rectificar esta puntuación, tales tipos de letras deben despreciarse
pero solo después de respetar la del ori al citar esos textos. Supongamos que en
ginal. Por ejemplo, supongamos que don un diccionario funciona la convención
de el autor usa una determinada coma, de que las palabras escritas con versalitas
debería haber usado punto y com a; pues remiten automáticamente a esa palabra
bien, la intervención del citador consis así escrita; pues bien, fuera de ese con
tirá en colocar ese punto y com a entre texto, la versalita en esa palabra carece
corchetes después de la coma del origi de sentido y, por consiguiente, ese tipo
nal. También se puede dar el caso de de letra no debe reproducirse en una cita.
que una coma sobre; si se trata de un Puede darse el caso contrario: que el
texto general, salvo que la com a cambie citador cambie la grafía del original, aña
el sentido (y esto es muy difícil de de diéndole algún tipo de diacrisis tipográ
terminar, a menos que el contexto lo deje fica (v. cap. 4, § 5); por ejemplo, poner
muy claro), lo mejor es respetarla donde de cursiva una palabra que en el texto
está, pero si se trata de un texto ortográ original aparece con letra redonda; en
fico o gramatical, entre corchetes puede este caso, el citador está obligado a avi
avisarse al lector de que la coma sobra, sar al lector de que el cambio realizado
así: [sobra esta coma]. En algunos ca es de su responsabilidad; por ejemplo,
sos, para evitar engorros, se han utiliza así:
do otras soluciones; una de ellas sería,
por ejemplo, tipografiando con letra ne « [ c// ü ] [cursiva mía]».
62
las cuas
63
el trabajo d o cu m en ta!
64
los derechos de autor, el derecho de cita y el plagio
65
el trabajo documental
cas, los editores suelen explicitar sus nor 3.3. /:/ plagio
mas en las hojas de instrucciones para
los autores que figuran en ellas, y estos Plagiar es copiar una obra, partes de
deben aceptarlas en su integridad si quie ella o una idea y darlas como propias.
ren publicar en ese medio. Es habitual Es el más directo atentado contra los
que los editores científicos se reserven derechos de autor. La ley lo prohíbe y
todos los derechos por la mera publica persigue a quienes lo realizan. Sin em
ción del artículo científico. Pero el es bargo, hay algunos casos en que no se
critor científico no tiene que aceptar ne da plagio; por ejemplo, en los siguientes
cesariam ente tales condiciones; también (de Martínez de Sousa, 1993: 687):
puede negociarlas con el editor hasta lle
gar a un acuerdo que favorezca a am 1) cuando exista similitud de ideas,
bos. En estos casos, el escritor debe ser puesto que estas no tienen carác
consciente de qué tipo de derechos cede ter rigurosamente personal;
y cuáles se reserva. En caso de duda, es 2) cuando se pueda apreciar reminis
aconsejable acudir al consejo de un ex cencia. esto es, imitación incons
perto. ciente y sin mala intención de la
obra de otro;
3) cuando exista analogía, ya que
3.2. E l derecho de cita puede tratarse del mismo asunto,
pero no de la misma forma de ex
El derecho de cita es una excepción ponerlo o tratarlo, de la disposi
al derecho de autor. En su virtud, un ción de la materia, del estilo, etcé
autor puede reproducir trozos de texto tera, que caracteriza a cada autor;
de otros autores, pero con las siguientes 4) cuando se trate de una parodia o
condiciones: imitación de ciertas situaciones de
una obra;
1) la cita ha de estar plenamente ju s 5) cuando se trate de un análisis de
tificada; la obra de otro;
2) su extensión ha de ser razonable, 6) cuando una obra, aunque inspira
en virtud de lo que se persigue; da en otra de distinto autor, repre
3) el texto se ha de distinguir clara senta una creación personal y no
mente de los que lo rodean; una mera trasformación de la pri
4) debe darse la fuente exacta de don mera.
de se toma el texto de la cita.
Con todo, el autor que no esté seguro de
La extensión de la cita no está estricta que actúa dentro de la ley, debe consul
mente regulada por las leyes, aunque en tar con un experto antes de meterse en
algunos países se dice que no puede su trabajos que puedan resultar sospecho
perar las mil palabras. La ley de Propie sos.
dad intelectual española (art. 32) indica
que «Tal utilización [de textos ajenos]
solo podrá realizarse con fines docentes 4. Las notas
o de investigación, en la medida ju stifi
cada por el fin de esa incorporación e Las notas son explicaciones, com en
indicando la fuente y el nombre del au tarios o advertencias que acompañan a
tor de la obra utilizada». un texto, pero que se sitúan fuera de él.
66
las notas
67
el trabajo documental
sin paréntesis ni ningún otro signo: solo una vez, puesto que el texto es co
Este es el método más simple y más mún a todas las llamadas realizadas con
claro entre los que hemos analizado la misma cifra. Debe tenerse en cuenta
(v. cap. 4, § 6.3.11). que esta solución solo es válida para las
Las notas se numeran correlativamente repeticiones que se dan en una misma
a lo largo del capítulo, de la parte o del página. Si estas pasan a la siguiente, debe
libro. Por razones obvias, es preferible com enzarse de nuevo, repitiendo a pie
num erarlas por capítulos, ya que, si se de página el texto de la nota 14. Lo con
presenta la necesidad de un recorrido de trario supondría que el lector debe vol
la num eración, siem pre será menor que ver atrás para conocer el contenido de la
si la unidad num erada es mayor. No es nota repetida. Por supuesto, también se
recom endable, sino más bien lo contra pueden numerar correlativamente todas
rio, num erar las notas por páginas (se las llamadas y después rem itir en cada
hacía así cuando se usaban asteriscos caso a la nota 14.
como llam ada), ya que, además de in Cuando las notas correspondan a au
útil y de no añadir ninguna ventaja a la tores distintos dentro de una misma uni
numeración por capítulos, puede dar un dad textual (capítulo, artículo o lo que
enorme trabajo. fuere) hay que distinguirlas de alguna
Si en la num eración se sufre un error, manera. Lo más fácil es escribir sin nada
las soluciones no suelen ser difíciles si especial las que más abunden, que nor
se han num erado por capítulos y estos malmente son las del autor, y señalar el
no son muy largos, pues se puede indi origen cuando varíe; las notas que no
car un ligero recorrido de la num era son del autor pueden ser del traductor o
ción. Sin em bargo, si la numeración es del editor. Raramente se debe permitir
muy larga y no se quiere tom ar el traba que otra persona intervenga en la obra
jo , existen soluciones elegantes para re para añadir notas (alguna vez puede apa
solver tales situaciones. Por ejemplo, su recer una nota del revisor, pero, en ge
pongam os que hemos pasado de la nota neral, estas notas, si tan precisas son,
13 a la 15, con falla de la 14; en este debe asumirlas el editor o el traductor).
caso se convierte la 13 en 13-14 (escrita Las indicaciones se hacen al final de la
con guión para dotarla de unicidad). Su nota, entre paréntesis, de redondo y en
pongam os ahora que, una vez com pagi abreviatura:
nado el libro, advertim os que la nota 15
aparece dos veces correlativas en notas (N . del [de la, de los] T.),
(N . del E.).
distintas; en este caso se convierte la pri
mera nota en 15a y la segunda en 156. Al pie de la página, la repetición de
Si se da el caso de que varios lugares la llamada, que se llama notación, suele
llevan una nota cuyo texto es idéntico, repetir la grafía que tiene en el texto;
las llam adas, aunque estén algo alejadas como en este hemos acordado utilizar
entre sí, pueden hacerse con la misma cifras voladitas sin paréntesis (seguidas
num eración; por ejemplo, puede haber de medio cuadratín), esta es la grafía
una llamada 14 con un texto determ ina que debe tener la notación:
do, luego la 15 con un texto distinto,
después sigue la llamada 14 otra vez por u La h istoria...
que se repite el texto, después la 16 y la
17, después nuevamente la 14. Por su Sin embargo, alguna vez se advierte que
puesto, la notación a pie de página se da el editor ha prescindido de esta identi
68
las notas
dad y ha utilizado cifras normales del franja lateral estrecha a modo de colum
cuerpo del texto de la nota, seguidos o na auxiliar. En este caso debe situarse
no de punto y, en cualquier caso, de es de manera que la notación se halle a la
pacio fijo (medio cuadratín): altura de la llamada de la nota, a no ser
que esta quede muy abajo en la página
14. La historia... y lo impida. En este caso, la nota puede
em pezar antes de la llamada. El hecho
Es cierto que las cifras voladitas dan algo de que las notas se numeren correlativa
más de trabajo al componer el texto, pero mente hace que esto carezca en absolu
el esfuerzo es despreciable ante el bene to de importancia.
ficio de identificar sin dudas la grafía Si la nota afecta al contenido de un
de la llamada y la correspondiente de la cuadro, la llamada debe hacerse con le
notación, sobre todo en textos que pue tras voladitas cursivas, preferiblemente
den tener divisiones señaladas por cifras sin paréntesis, y se sitúan al pie del cua
seguidas de punto y espacio. dro; la notación, es decir, la repetición
Antiguamente era costumbre colocar de la llamada de la nota al pie del cua
un filete, que puede llamarse filete de dro, encabezando el texto de la nota,
nota, a toda la medida de ancho de la debe ser igual que la del texto del cua
página o bien de solamente cuatro o seis dro o tabla, es decir, con letra voladita
ciceros, para separar las notas y el texto cursiva. Si afecta a una fórmula m ate
general de la página. La verdad es que mática, la llamada se hace con asteriscos
aún se usa a veces, sobre todo el corto, sueltos o entre paréntesis, siempre que
pero, si no es por motivos estéticos, en el asterisco no tenga en ella una fun
páginas de una sola columna es solu ción, caso en el cual deberá buscarse
ción poco menos que inútil, ya que las otra forma de hacer la llamada. La nota
notas se componen en cuerpo al menos se sitúa a pie de página, y la notación ha
dos puntos menor que el del texto gene de responder a la grafía que tenga en la
ral y deben separarse de este por un es fórmula.
pacio equivalente o próximo al de una
linea de blanco, lo cual establece entre
ambos una diferencia suficiente. Sin em 4.4. Situación de la llamada
bargo, en obras a dos o más columnas
puede parecer útil o estético (desde lue Si se analizan los impresos, podemos
go, imprescindible no es) separar el apa com probar que normalmente las llam a
rato de notas de cada una de las páginas das de nota se sitúan antes de la puntua
y el texto de estas mediante un filete ción que a la palabra o frase correspon
tino a toda la medida. No obstante, en de:
casos como este puede bastar con el he
cho de unificar la altura de las dos co ... de los an im a les” ;
lumnas de notas, en lugar de colocar en
cada columna las notas que le corres Sin embargo, es menester tener en cuenta
pondan, lo cual presenta un aspecto poco dos cuestiones que resultan interesantes
elaborado. a este respecto: en primer lugar, las lla
En algunas obras, generalmente por madas de nota son elementos extratex-
razones estéticas, las notas, llamadas en tuales, no pertenecen al texto, y se pue
tonces notas marginales, ladillos o apos den elim inar cuando se desee sin que el
tillas, tienen colocación marginal, en una texto se mueva lo más mínimo; en se
69
el trabajo documental
gundo lugar, la puntuación pcrtcnccc al gado a mantener como mínimo dos pun
texto, a la palabra o frase junto a la cual tos de lectura para, al final, cansado de
va, y marca una inflexión que se hace recurrir a las páginas donde se hallaban
en esa frase o palabra y no después de las notas, abandonar la lectura de estas
ellas. Teniendo en cuenta ambas consi por las incomodidades a que su lectura
deraciones, las llamadas de nota deben daba lugar. Aún hay quien actúa de la
colocarse después de los signos de pun misma manera por afán de ahorrarse no
tuación que correspondan a la palabra o se sabe bien cuánto (pero no mucho).
frase a que afecta: Los libros y los artículos de revistas cien
tíficas se escriben para el lector, y es en
... de los animales;*'3 este en quien hay que pensar a la hora
de disponer los elementos informativos
Si la puntuación se sitúa detrás de la de aquellos. Si una obra lleva notas, es
llamada, esta debe leerse con la entona tas deben situarse al pie de la página
ción que corresponda a la palabra o fra correspondiente, que es el lugar en que
se que la precede; si en lugar de signo el lector va a intentar buscarlas. Los sis
de puntuación hay un signo de entona temas modernos de composición y com
ción (in te rro g ac ió n o exclam ació n ), paginación (la autoedición) facilitan bas
¿dónde situarem os la llamada? Induda tante la situación de las notas al pie
blemente, después de tales signos, pues de su respectiva página, pese al hecho
to que, de lo contrario, habríamos de de que sigue siendo más cómodo, para
leer la nota con la entonación interroga el editor, situarlas ai final del capitulo,
tiva o exclamativa: de la parte o del libro.
... de los anim ales*'1?
... de los a n im a les21!
5. Las rem isiones
Dispuesta así, habría de leerse: «¿... de
los animales nota veintitrés?», «j... de los Las remisiones son indicaciones que
se colocan (generalmente entre parénte
anim ales nota veintitrés!». Por consi
guiente, lo mismo que anteriormente con sis) en un lugar de un texto para que el
lector acuda a un punto de la propia obra
los signos de puntuación, la única for
o trabajo (remisión interna) o de otro
ma correcta de situar los signos de ento
documento (remisión externa) para con
nación (u otros que ocupen el mismo
firm ar una aseveración o para una am
lugar) es:
pliación de la materia. Normalmente, las
... de los an im a les? 21
remisiones internas, es decir, las que
... de los an im a les!23 envían al lector a un punto de la misma
obra, se indican con una abreviatura que
suele ser u ‘véase*, generalmente entre
4.5. Situación de i as notas paréntesis. Las remisiones externas^ las
que envían al lector a un documento que
Hasta no hace mucho, la mayor parte no es la propia obra, suelen expresarse
de los editores eran partidarios de situar con la abreviatura cf. o cfr. ‘confer (con
las notas agrupadas al final del capítulo, fróntese, com párese)’, o bien cp. ‘com
de la parte o del libro. Con ello ahorra párese’ (en ambos casos, escritas de re
ban mucho trabajo al compaginador, pero dondo).
incomodaban al lector, que se veía obli La cuestión que con más frecuencia
70
las remisiones
71
el trabajo documental
equivale a u, pero en español es muy ben hacerse de manera que este sinóni
escasam ente usada. mo vaya acompañado de una palabra o
En obras lexicográficas y enciclopé frase que aclare a qué acepción de la
dicas, especialmente diccionarios, las re palabra remitida se hace la remisión. Si
misiones suelen hacerse mediante un sig una entrada remite a otra sin ninguna
no, que puede ser una flecha normal: aclaración, quiere decirse que la palabra
— o doble: =>, un triángulo: ►, u otro que remite es sinónima de la remitida
que parezca pertinente para el caso. El en todas las acepciones de esta. Es el
em pleo de signos com o estos permite caso, por ejemplo, de una palabra que
prescindir de la abreviatura v. cuando la remite a otra cuando esta otra solo tiene
rem isión queda a final de oración, por una acepción. Sin embargo, cuando tie
los problem as que plantea. La grafía ne más de una, debe explicarse muy bre
de la palabra o térm ino remitido suele vemente a cuál de ellas se refiere el si
ser la versalita, con inicial mayúscula en nónimo. Es lo que sucede con escarcho,
los nombres propios: que remite a « ru b io , pez», donde p ez
indica de qué acepción de rubio es sinó
—> a r m a s ; => V a t ic a n o .
nima escarcho.
Suele utilizarse tam bién un asterisco,
pero en este caso es más propio de re
misiones automáticas (es decir, en el pro 6. Los cuad ro s
pio texto, sin colocar la remisión entre
paréntesis ni dotar a la palabra remitida Los cuadros son datos clasificados de
de una grafía especial) y además hay determinada manera para presentar cier
que colocar el asterisco después de la tos aspectos de una obra o trabajo, de
palabra remitida y antes de los signos forma que un análisis visual perm ita
de puntuación o entonación que a ella com prender el conjunto de una materia
correspondan: o de una parte de ella y sus interrelacio-
nes.
... había actu ad o el V aticano*, en d esacuerdo
con las d eclaracio n es de De G au llc* ;
En principio, aunque las palabras cua
dro y tabla suelen em plearse indistinta
Se hace así para evitar que el asterisco, mente, deberían distinguirse teniendo en
si se antepusiera a la palabra remitida cuenta que el cuadro presenta elementos
('Vaticano), pudiera confundirse con el textuales o numéricos interrelacionados,
oficio lingüístico de este signo (es de mientras que la tabla expone solo una re
cir, cuando se emplea, antepuesto, para lación de cifras en una o más columnas.
indicar que una forma lingüística es hi La grafía de los cuadros difiere de
potética o que no se ajusta a las leyes uno a otro aun dentro de una misma obra.
gram aticales u ortográficas). No obstante, es preciso tratar de confe
En los diccionarios de lengua (y en rir un «aire de familia» al menos en los
los enciclopédicos, por cuanto contienen aspectos más notables, como los que si
también uno de lengua) las remisiones guen.
de una entrada a otra sinonímica debe
distinguirse de alguna manera, ya que
de lo contrario, si se siguen las normas 6.1. Titulo general de! cuadro
de la lexicografía m oderna, podría dar
lugar a confusiones. En efecto, las rem i El título general del cuadro consta de
siones de una entrada a un sinónimo de dos partes: el antetítulo, que es la pala
72
los cuadros
bra cuadro (o tabla, si es este el nombre hay alguna, deben alinear por la cabeza,
que se le da) y el número que le corres no por el pie; es decir, las casillas cuyo
ponde (en cifras arábigas), y el título título solo tenga una línea se alinean con
propiamente dicho, que es el conjunto la primera línea de las que tienen dos o
de palabras (generalmente una oración) más líneas.
con que resumimos el contenido del cua
dro. Las palabras cuadro o tabla se sue
len escribir con letra v e r s a l i t a » y entre 6.3. El cuerpo del cuadro
la cifra arábiga y el comienzo del título
propiamente dicho se suele incluir m e El cuerpo del cuadro es la parte de
dio cuadratín o un cuadratín. El titulo este que queda por debajo de las casi
suele com ponerse con letra redonda, sin llas, donde se expone o desarrolla el con
diacríticos, o bien con cursiva (poco tenido del cuadro. Si este contenido con
usual), con v e r s a l i t a s (en este caso, el siste en texto y las partes que ocupan en
antetítulo habría de escribirse de otra ma la columna (las filas, es decir, el desa
nera, para evitar la coincidencia; por rrollo horizontal) son disímiles (unas ha
ejemplo, con negrita) o con negritas. rán más líneas que otras), se alinean por
La elección del tipo de letra dependerá la cabeza, o sea, por las prim eras líneas
de la cantidad de cambios que a este de cada columna, de tal manera que las
respecto se produzcan en la obra o en filas quedan igualadas por arriba. N or
los cuadros en relación con la letra nor malmente, el texto de estas casillas se
mal o fina, que es la general. Norm al compone a la francesa, sangrando m e
mente, este titulo se centra a la medida dio cuadratín todas las líneas menos la
horizontal del cuadro. primera, que sobresale ligeramente a la
izquierda.
73
el trabajo documental
voladitas (para que no se interfieran con al final del trabajo o libro) o por con
las llamadas de las notas al texto). Las juntos parciales (situadas al final de cada
normas Vancouver (destinadas especial unidad considerada; por ejemplo, un ca
mente a revistas m édicas) dicen que se pítulo o una parte).
han de utilizar los signos *, t> t» II y
otros semejantes, pero este uso está con
siderado actualmente, en español y ha 7.1.1. P r o b l e m a s d e l a s r e f e r e n c i a s
blando en general, anglicism o ortotipo- BIBLIOGRÁFICAS
gráfico. La notación y el texto de las
notas de cuadros se colocan al pie de El mayor de los problemas que pre
estos (las normas Vancouver indican que senta la redacción de referencias biblio
deben ir a pie de página). Se componen gráficas es la generalizada falta de acuer
con un cuerpo un punto menor que el do en cuanto al orden de los datos y a la
del texto del cuadro. grafía y puntuación que estos deben
adoptar. Existen normas internacionales
(iso 690: 1987), nacionales (UNE 50-104-
7. L as referencias bibliográficas 94, que es una traducción de la ante
y las bibliografías rior), normas particulares reflejadas en
los libros de estilo de revistas científi
7.1. Referencias bibliográficas cas (por ejemplo, el Manual de estilo:
publicaciones biomédicas de la revista
Las referencias bibliográficas son con Medicina Clínica, 1993, 310 ss.), y en
juntos de elementos que identifican un los manuales de estilo de editoriales (por
documento o una de sus partes y que se ejemplo, Gibaldi y Achtert, 1994, 86 ss.;
destinan a formar parte de listas de fuen Normas de trabajo de Editorial Labor,
tes citadas o consultadas en un trabajo o 1979, 39 ss.; Libro de estilo de RBA
publicación o de una bibliografía. Tie Realizaciones Editoriales, 1999, 61 ss.),
nen las siguientes aplicaciones: así como en las hojas de instrucciones
de las revistas científicas (v., por ejem
— bibliografías; plo, Estivill y Urbano, 1994, 4 ss.) y
— fichas bibliográficas que preceden aun en otras fuentes (v., entre otros,
a un resumen o una reseña; M artínez de Sousa, 1987, 50 ss.). Para
— citas bibliográficas integradas en tratar de reflejar la gravedad del proble
un texto o colocadas en forma de ma, hay que decir que ninguna de las
nota. m encionadas ni otras que existen (las
propuestas son ¡numerables) es seguida
Debe hacerse la pertinente distinción unánimem ente por las editoriales, sean
entre referencia bibliográfica, cita biblio estas de revistas científicas o de libros,
gráfica y bibliografía. Las referencias ni por los autores. Así pues, el autor de
proporcionan los datos de las fuentes; un trabajo, sea un artículo para una re
las citas bibliográficas colocan estos da vista científica o un libro técnico o cien
tos, referidos a una cita concreta hecha tífico para una editorial, hará bien en
en el texto, en el propio texto o al pie de conocer de antemano las normas que a
la página (o al final del capitulo, la par este respecto mantiene la editorial.
te o el docum ento), y la bibliografía es En la exposición que sigue se propor
el conjunto de referencias en forma de cionan, en esencia, las normas interna
lista, sea total (generalm ente colocada cionales, pero, dado que no son segui
74
las referencias bibliográficas y las bibliografías
75
el trabajo documental
Diccionario de
S a n t a m a r ía , A ndrés, e t al.:
no seria correcto reflejar en la ficha, en incorrecciones, particularidades y curiosi
este caso, dades del lenguaje, 4." cd., M adrid: Paranin
fo, 1984.
A lvar L ópez, M anuel,
Cuando se hace constar más de un au
por más que estem os seguros de que se tor, el segundo y siguientes no deben
trata de la misma persona. invertir el orden normal nombre + ape
Si en la fuente el nombre, sim ple o llido (+ apellido, si se hace constar el
doble, del autor o los autores apareciera segundo), pese a que lo indique la nor
abreviado, se reflejaría así en la ficha, ma u n e m encionada (deberán hacerlo
poniendo punto en cada inicial y sepa así, naturalmente, quienes sigan a raja
rando estas en la escritura. En este caso, tabla tales normas). Aunque algunas nor
si conviene, se puede añadir, a conti mas coinciden en que se haga al revés,
nuación de las iniciales respectivas y en no parece que haya ninguna razón de
tre corchetes, la parte de nombre que peso para invertir el orden normal del
falta: nombre de una persona cuando no ocu
pa el primer lugar en la serie; el primero
Jim én ez, J[u an ] R fam ón], sí, porque sirve para ordenar alfabética
mente la ficha que contiene ese dato,
Tras el añadido puede omitirse el punto pero no es este el caso de los restantes.
76
las referencias bibliográficas y las bibliografías
77
el trabajo documental
los nombres o entidades que aparezcan logía: in tro d u cció n histórica a una ciencia
en la fuente puede considerarse autor, del escrito]. París: SocieMé de bibliologie et
de sch ém atisation, 1978.
se trata de una obra de autor desconoci
do o autor anónimo, y el registro del 2.2. Dos o más títulos. Si en la fuen
docum ento se hará por el titulo: te figura más de un titulo, o uno en más
de un idioma, se hace constar el título o
Normas de trabajo. B arcelona: Labor, 1979.
el idioma que aparezca más destacado.
Diccionario ideológico de la lengua española.
B arcelona: B iblograf, 1995. Si no destaca ninguno, se elige el que
aparezca en primer lugar.
No es correcto introducir los datos en la
ficha mediante la palabra anónimo o au 2.3. El subtitulo. Si en la fuente apa
tor anónimo. rece un subtítulo u otro título relaciona
El primer elemento de las publicacio do, se puede añadir en el caso de que
nes en serie es el titulo. aporte alguna información adicional para
una mejor identificación. Entre el título
2. Z o n a d e l t í t u l o . El titulo es la y el subtitulo debe haber dos puntos (:),
palabra o frase que norm alm en te figura y el segundo comienza con minúscula:
en el docum en to, se utiliza para citarlo
L e o . U m berto: Cómo se hace una tesis: técni
e id en tificarlo y con frecuencia, aunque cas r procedimientos de investigación, estu
no n ecesariam ente, sirve para d istin g u ir dio v escritura. B arcelona: G edisa, 1982 (C o
lo de otro docum ento. lección L ibertad y C am bio, Serie Práctica).
2.1. Grafía del titulo. Se debe hacer 2.4. Abreviaciones de títulos y subtí
constar tal como aparece en la fuente. tulos. En principio, los títulos de libros,
En lo que respecta a las mayúsculas y revistas o partes de estos deben darse en
m inúsculas, la norma u n í * 50-104-94 su integridad, sin supresiones ni abrevia
(ap. 6) dice que «Los datos que se in turas. Algunas normas (como las de iso,
cluyen en la referencia bibliográfica, nor por ejemplo) obligan a utilizar abrevia
malmente deben transcribirse tal como turas en los títulos de publicaciones en
aparecen en la fuente;[.] Sin embargo[,] serie de acuerdo con la norma u n í : 50-
los detalles de estilo, como el uso de 134. La norma u n e 50-104-94 (equiva
mayúsculas, la puntuación, etc., pueden lente de la iso 690:1987) dice: «Un títu
no reproducirse en la transcripción», re lo o subtítulo se pueden abreviar siem
gla confirm ada en el apartado 6.3: «Para pre que no se pierdan datos esenciales.
el uso de las mayúsculas, se seguirá el La omisión no se debe hacer al com ien
uso ortográfico de la lengua en la que zo del titulo. Todas las omisiones se in
se da la información» (la norma que pue dicarán por puntos suspensivos»:
de aplicarse en español es la de poner
Ac a d lm ia E s p a ñ o l a : Esbozo de una nueva
mayúscula en la primera palabra y en
gramática.... M adrid: Espasa-C alpe, 1973.
los nombres propios solamente). Cuan
do el título está en una lengua extranje
2.5. Títulos en caracteres no latinos.
ra y la obra no se ha traducido, se puede
Si el título está en caracteres no latinos,
añadir una traducción española entre cor
se puede reproducir tal cual, añadiendo
chetes:
entre cochetes la trasliteración, o usar
E s t iv a l s , Robert: La bibhologie: introduclion solo la trasliteración o romanización co
h i.starique a une science de l'écrit (L a biblio rrespondiente (según normas iso).
78
las referencias bibliográficas y las bibliografías
Diccionario de la mitología
G r im a i ., Pierre:
Las normas (entre ellas iso y u n e ) no
griega y romana (pról. C harles Picard; trad.
utilizan comillas para encerrar el título Francisco Payarols; rev. y pról. cd. esp. Pe
de esa parte de una monografía o una dro Pericay), B arcelona: Labor, 1965.
publicación en serie, al revés de como
es costumbre en campos no científicos, 4. Z o n a d e l a e d i c i ó n . A continua
en que se usan las comillas. ción del título, o de la responsabilidad
subordinada si la hay, se coloca el nú
2.7. Titulo clave. En las referencias mero de la edición, si no es la primera
de publicaciones en serie, el título pue (salvo que conste en la fuente esta pri
de ser sustituido por el titulo clave si mera edición).
este aparece en la fuente. (Una publica
ción en serie es la que, impresa o no, se 4.1. Grafía de la edición. Se da en
edita en fascículos o volúmenes sucesi forma abreviada, con una cifra y su pun
vos, numerados secuenctalmente [con ci to abreviativo, la letra voladita más la
fras o indicaciones cronológicas] y se abreviatura correspondiente: 3.aed. Dice
destina a aparecer indefinidamente con la norma iso ya mencionada que este
una periodicidad determinada. [La nor dato debe proporcionarse «en la forma
ma u n e 50-104-94 considera que son pu en que aparece en la fuente». Se supone
blicaciones en serie las revistas, los pe que con ello la norma trata de evitar
riódicos, los anuarios, las series de in errores de traducción o adaptación de la
formes y memorias de las instituciones, terminología, pero cuando un lector es
series de actas de congresos y conferen pañol que no sepa inglés lea, detrás de
cias y series de monografías.] El titulo un título, new enl. ed. puede quedarse
clave es el nombre que se atribuye a una atónito: sin duda que no sabe lo que quie
publicación en serie en el i s d s [Inter re decir; sin embargo, si dice nueva edi
national Seriáis Data System ‘Sistema ción, ampliada dispondrá de muchísima
79
el trabajo docum ental
‘ A demás de los casos de abreviaturas que expresan plural (como AA., pp., por ejemplo), cuando sea
necesario deberían usarse las formas plurales de las abreviaturas, plurales que consisten, generalmente, en
añadir una -s al singular; por ejemplo, de ampl., ampls.; de are., ares.; de art., arts.; de cat., cats.; de ed.,
eds.. de impr., imprs.; de núm., núms.; de pág., págs.; de rev., revs.; etc. Solo cuando pueda presentarse
anfibología (casos muy raros) deberá prescindirse de la forma plural.
80
las referencias bibliográficas y las bibliografías
ed. dip l. edición d iplom ática i. q. ídem quo (lo m ism o que) negr. negrita (letra)
ed. facs. cdición facsim ilar ih. ibídem num . num erado
ed. fon. cdición fonética id. ídem nú ni. núm ero
ed. lit. e d ito r literario íl. ilustración; ilustrador
rd . orig . edición original im p r . im p re n ta ; im p re s ió n ; o. c. obra com pleta
ed. pal. edición p aleo g ráfica im picso; im prim átur (m ejor, O . C . obras c om pletas
td . p rín c . edición príncipe imprim . ) o. cit. obra citada
ed. re fo rm . cdición reformada im p r im . im prim átur op . opus (obra)
ed. renov. edición renovada in cl. incluido o p . c it. o p e re c ita to (e n la
ed. rev. edición revisada in c o m p i. incom pleto obra citada; m ejor, o. cit.)
ed. m od. edición m oderna ín d . índico o p ú s c . opúscu lo
ed. m o d e rn . edición m o d ern i in d . alf. índice alfabético o rig . original
zada in ic. iniciales
edic. edición (m ejor, ed.) in it. m in o (al principio) p. página; punto (tip o g rá fic o )
edil, editado; editorial in tr. in tro d u cció n P. pregunta
F E . editores (en nota de ios in tr o d . in troducción p. C . post C hrístum (después
editores) ít. ítem de C risto; m ejor, d. de C.)
ej. ejem plar; ejem plo I. letra; libro; línea; lugar p. ej. por ejem plo
ene. en ciclo p ed ia I. c. lugar citado p a g . paginación
e n c u a d . en cu a d e m a ció n I. cit. lugar citado p á g . página (tam b ién , p.)
ep. e p íg ra fe I. g ó t. letra gótica pag . d u p l. p a ginación d u p li
epíl. epilogo I. ro m . letra rom ana c ad a
esc. e scu d o lá m . lám ina p a g . var. p aginación variada
esp. especial; especialm ente Ib. libro (m ejor, i.) p a l. p a lc o g rá fic o
esq. esquem a lcg. legajo p á r r . párrafo
est. estudio lit. literal; literalm ente p e rg . pergam ino
est. cit. estudio citado lito g r. litografía p c ríó d . perió d ico
establ. tip . establecim iento ti In. línea (m ejor, i.) p l. plancha
pog ráfico loe. cit. loco citato (en el lu p leg. plegado
etc. e tcétera gar citado; m ejor, /. cit.) p o lig r. poli g rá fic o
e tc . excudit, excusum (im p re p o r t. portada
so. im preso por) m . m u erto p o r t. g ra b . p o rta d a g ra b a d a
e \tr. extractado; extracto m . tip . m arca tipográfica p o r ta d , p o rta d illa
inav. m ayúscula pos. positivo
í. folio m eca n. m ecan o g rafiad o p p . páginas (tam bién, págs.)
facs. facsim ilar; facsím ile m ili, m inúscula p re f. prefacio
fase, fascícu lo m o d . m o d ern o p reí i ni. prelim in ares
fig. fig u ra m o d e rn . m odernizado p re p . preparación; preparador
fin. fincm (en la expresión ad m s. m an u scrito p re s. p resentación
Jinem ‘al fin*) m u l t a r , m u ltig rafia d o p re s e n t. p re sen ta d o r
íl. floruit ( ‘flo reció ’, dicho de m u s. m úsica prlv . privilegio
un artista an tiguo) p ro e . procedencia
fol. folio ( m e jo r ,/) n. nacido: nota p ro l. prologuista
fon. fonético n.* núm ero (m ejor, nti/n.) p ró l. prólogo
fonol. fo n o ló g ico N. d el A. nota del autor p te . parte
frag m ., frg . fragm ento N. B. nota bene (nótese bien) p u 1)1. publicación; publicado
N. del C . nota del co m p ilad o r
glos. g losario N. del E. nota del editor q. v. quod vide (v éase)
g ráf. g rá fic o n. I. non iíquet (no está claro)
N. de la R. nota de la redac R. respuesta
h. hacia (= ca.)t hoja ción r. recto
h. e. Iiic est, hoc est (esto es, n. s. nueva serie re c . reco p ilació n
es decir) N. del T. nota del traductor re c o p . re c o p ila d o r
hol. ho lan d esa n. v. ne variétur (a fin de que rd a . redonda (le tra)
hom . hom ilía no se cam bie, edición d e fi rd o . redondo (tip o )
nitiva) re d . redactor
i. e. id est (esto es) n eg . negativo re e d . re edición
81
el trabajo documental
82
las referencias bibliográficas y las bibliografías
83
el trabajo documental
tor, se hace constar el que aparezca más La fecha puede encontrarse en las pri
destacado o el primero en caso contra meras o en las últim as páginas del do
rio. Los nombres de los demás se pue cum ento (a veces solo se encuentra en
den hacer constar seguidos del lugar de el colofón). Si se conjetura, se puede
publicación en cada caso. escribir
Si el nom bre del editor es una sigla y
se conoce su desarrollo, se puede colo ca. 1996
car entre corchetes después de la sigla:
o incluso entre interrogantes:
La problemática
R o d r í g u e z M o r a t ó , A rturo: ¿1996?
profesional de los escritores y traductores:
una visión sociológica. B a rc e lo n a : a c e c
[A so ciac ió n C olegial de E scrito res de C a ta
A continuación del año de edición se
luña], 1997. añaden, cuando las hay, las inform acio
nes referentes a partes de una monogra
Dice la norm a u n e m encionada que si fía (capítulo, volumen, apéndice o lo que
en la fuente no aparece ningún editor, se fuere) o de una publicación en serie,
hace constar una frase como «editor des cuando no se trata de una colaboración
conocido» o una abreviatura equivalen independiente, y se identifican de ma
te. Lo que se ha venido usando es la nera separada con la num eración, el
abreviatura s. n. ‘sine nomine (sin nom título u otros d etalles de la referida
bre [de editor])*, o bien s. e. ‘sin editor’, parte.
que siguen siendo útiles para estos ca
sos y deben seguir empleándose. 5. Z ona de la d escrip ció n f ís ic a .
En los casos de autor editor, la pala Esta zona, también llamada colación y
bra autor sustituye al nombre del editor descripción externa, no es obligatoria en
en la ficha, pero es conveniente añadir, las referencias que forman parte de bi
entre paréntesis, la dirección del autor si bliografías en libros, pero sí debe apare
este la proporciona, con objeto de faci cer en las críticas de libros de periódi
litar la búsqueda de la obra. cos y revistas. Se aplica opcionalmente
El año de edición (si se trata de una a las monografías y consta del número
publicación en serie debe hablarse de f e de tomos y volúmenes, páginas, hojas,
cha de edición) se hace constar tal como columnas, ilustraciones, formato y ma
aparece en la fuente, en cifras arábigas. teriales com plem entarios que puedan
Si el docum ento se publica en partes o acompañar al libro. Si se trata de una
entregas a lo largo de más de un año, se publicación en serie (v. §7.1.2-2.7), la
deben hacer constar el prim er año y el indicación del fascículo debe ser lo más
último, pero si aún no se ha com pletado completa posible y tal como aparezca
la publicación, se indica el prim er año en la fuente, en su misma lengua. Si la
seguido de un guión y espacio: 1995- . referencia no es a un fascículo determ i
Si en la fuente no se menciona el año de nado, sino al conjunto de una publica
publicación, se indica la fecha del dere ción todavía en curso de edición, se hace
cho de autor, la del depósito legal, pie constar solamente la indicación numéri
de imprenta, colofón o, si tampoco exis ca correspondiente al primer fascículo,
ten estas, una fecha aproximada: seguido de guión y espacio. Si la refe
rencia comprende una secuencia de fas
1997 pie de im prenta cículos, se hacen constar el primero y el
1995 D. L. último.
84
las referencias bibliográficas y las bibliografías
85
el trabajo documental
86
las referencias bibliográficas y las bibliografías
aun practicada por algunos autores, pa presa en abreviatura, va seguida de pun
rece inadecuada (incluso en el caso, que to en las normas:
no se da siempre, de que los apellidos
aparezcan con grafía distinta — en este Diccionario de la evolución:
M il n e r . R ichard.
87
el trabajo documental
88
las referencias bibliográficas y las bibliografías
89
el trabajo documental
90
las referencias bibliográficas y las bibliografías
desaparecido cuando se citan, los pro pueden ir seguidas de punto o dos pun
blemas que presentan son muchos. El tos (:) (v. § 7.2.4).
escritor debe mencionar todos los datos
de que disponga, dejando constancia cla 2. T í t u l o . Se obtiene de la pantalla
ra del URL (uniform resource locator ‘lo principal del recurso. Si el título no exis
calizador uniforme de recursos*) consul te o es poco significativo, puede obtener
tado y de la fecha de consulta. se del soporte físico, de la documenta
En la actualidad hay una serie de si ción escrita o del envoltorio, según los
tios de Internet donde se dan normas casos. En los recursos web, si no apare
para la cita de recursos electrónicos (ge ce en la pantalla principal un título des
neralmente en inglés y francés) (véase tacado, se toma el que figura en el head
§ 7.3.2.3). Sin embargo, yo me he basa del recurso en formato h t m l (hypertext
do especialmente en el trabajo de Estivíll markup language ‘lenguaje de marcado
y Urbano (30/05/1997, v. 1.0), el más de hipertexto’) (el título del head tam
seguido en español, sin perder de vista bién se puede proporcionar en nota si el
las decisiones adoptadas en la norma iso título de la pantalla principal se ha to
690-2 (1.a ed., 15/11/1997), que los ci mado como título). En los mensajes elec
tados autores también tienen en cuenta. trónicos, el título es el mismo que figu
ra en la línea subject del mensaje.
En el caso de que el recurso careciese
7.3.2.1. Zonas y grafías de título y no pudiera elegirse una de
de las referencias sus partes como tal, se puede crear un
de recursos electrónicos título breve que se sitúa entre corchetes.
Si el título es de obra o publicación se
Los recursos electrónicos pueden te mejante (es decir, monografía u otra obra
ner las siguientes zonas: independiente), se escribe con letra cur
siva. Si el sistema de escritura no per
1. R e s p o n s a b i l i d a d p r i n c i p a l . Se mite esta grafía, se puede subrayar o, en
refiere al autor, sea individual, colectivo caso de no ser posible, com enzar y ter
o institucional (entidad). Si es autor per minar el título con el signo subraya (_).
sonal, el o los apellidos se escriben con Si el título es de un capítulo, artículo en
versalitas, y el nombre, con minúsculas revistas o diarios o caso semejante (es
(excepto la inicial). Si es una institución decir, de una parte dependiente de obra
o entidad, el nombre de esta se escribe independiente), se escribe de redondo y
con versalitas, salvo las iniciales de sus entre comillas latinas (« »). Si hay sub
tantivos y adjetivos, que van con ma titulo, este se sitúa después del título se
yúsculas. Cuando el mensaje sea públi parado de él por dos puntos (:) y co
co (por ejemplo, listas de discusión, bo mienza con minúscula.
letines de noticias, etcétera), a continua
ción del nombre del autor se debe hacer 3. T i p o d e s o p o r t e . Los soportes son
constar su dirección electrónica entre los elementos en que se hallan los docu
antilambdas (< >). Si no existe respon mentos que se citan. Se escriben de re
sable principal o el recurso comprende dondo y entre corchetes. Pueden ser los
documentos de varia procedencia, el pri siguientes:
mer elemento de la ficha es el título.
Como en el caso de las bibliografías de (en linea]
trabajos presentados en soporte papel, [c d - r o m ]
91
el trabajo documental
92
las referencias bibliográficas y las bibliografías
93
el trabajo documental
Catálogo colectivo de las universidades de Ca Librarían [en línea]: The optical media
C D -R O M
taluña [en linea], <h ttp ://w w w .cb u c.es/v tls/ review Jar Inform ation p rofessionalst
sp a n is h >. [C onsulta: 02 /0 3/1999.] W estport: M eckler C orporation, 1986-1992,
vol. 7, núm 4 (d iciem b re 1992). C ontinuada
por c d - r o m world = is s n 1066-274X . < h ttp://
1 b. P a r t e s de textos e l e c t r ó n i
w w w .cbuc.es/cgi-bin/vtls.w eb. gatew ay?bib=
co s, BASES DE DATOS, PROGRAM AS IN
001 l-3 4 5 6 0 & lan g = spanish>. [C onsulta: 02/
FO R M Á TIC O S. Los elementos que deben 0 3 /1999.]
cum plim entarse en este apartado son: Enciclopedia Planeta multimedia [c d - r o m ], 1.“
ed., 8 vols., B arcelona: Planeta, 1998. vol.
3, «Tecnología».
— responsabilidad principal (del do
cum ento fuente o docum ento prin le . C o n t r i b u c i o n e s en te x to s
cipal); ELEC TR Ó N IC O S, BASES DE DATOS, PRO
— título (del documento fuente o do Los elem entos
GRAMAS i n f o r m á t i c o s .
cum ento principal); que deben cum p lim en tarse son:
— tipo de soporte;
— responsabilidad secundaria (del do — responsabilidad principal de la co n
cum ento fuente) (opcional); tribución;
— edición; — título de la contribución;
— lugar de publicación; — responsabilidad principal del d o cu
— editor; m ento fuente;
— fecha de publicación; — tipo de soporte;
— fecha de actualización o revisión; — edición;
— designación del capítulo o de la — lugar de publicación:
parte; — editor;
— fecha de consulta (obligatorio en — fecha de publicación;
docum entos en línea; opcional en — fecha de actualización o revisión;
los demás casos); — num eración del docum ento fuente
— capítulo o designación equivalente (opcional);
de la parte; — localización de la contribución den
— título de la parte; tro del docum en to fuente;
— núm ero del docum ento fuente (op — notas (opcional);
cional); — d isponibilidad y acceso (o bligato
— localización de la parte en el do rio en docu m ento s en línea; o p cio
cum ento fuente; nal en los dem ás casos);
— notas (opcional); — núm ero norm alizado (opcional).
— disponibilidad y acceso (obligato
rio en los documentos en línea; op Ejem plo:
cional en los demás casos);
— número normalizado (opcional). « Im p re s io n is m o » , en Enciclopedia Planeta
multimedia [c d - r o m ], 1.a ed., 8 vols., B arce
lona: Planeta, 1998. vol. 3, «Tecnología».
Ejemplos:
94
las referencias bibliográficas y las bibliografías
— título;
2b. A r t íc u l o s y otras c o n t r ib u
— tipo de soporte;
c io n e s EN P U B L IC A C IO N E S SE R IA D A S
— lugar de edición;
Los elementos que de
e l e c t r ó n ic a s .
— editor;
ben cumplimentarse en este caso son los — fecha de publicación;
siguientes: — fecha de consulta (obligatorio en
d ocum entos en línea; opcional en
— responsabilidad principal de la con los dem ás casos);
tribución; — notas (opcional);
— título de la contribución; — disponibilidad y acceso (o bligato
— título de la publicación en serie; rio en los docum entos en línea; op
— tipo de soporte; cional en los dem ás casos).
— edición;
— fecha de actualización o revisión; E jem plo:
— fecha de consulta (obligatorio en
documentos en línea; opcional en Apuntes [en lín e a ). M o d e ra d o re s : A lb e rto
los demás casos); G óm ez Font y Pedro G arcía D om ínguez. L is
ta de discusión sobre lenguaje. M adrid: A gen
— localización de la parte dentro del
cia Efe, 1997- . < apu n tes@ eu n et.es>. A rchi
documento fuente; vo de los m ensajes en: < h ttp://goya.eunet.es/
— notas (opcional); listserv /ap untes>. [C onsulta: 11/10/1999.]
— disponibilidad y acceso (obligato
rio en los documentos en línea; op 3b. M e n s a j e s e le c tró n ic o s . Los
cional en los demás casos); e lem e n to s q u e deben c u m p lim en ta rse
— número normalizado (opcional). son:
95
el trabajo documental
96
las referencias bibliográficas y las bibliografías
IM \ e r sit k L av al (C anadá): Comment citer un help /p ath fin d crs/sty lc/in d cx .h tm l> . [C onsulta:
document ¿lectronique? [en lin c a ], < h ttp :// 2 0 /0 2/1999.]
* u w. b i b l.u la v a l.c a :8 0 / d o e lc c /d o c le c 2 9 . o f I l l i n o i s : Bibliography styles
U n iv e r s it y
h tm >, handbook [en lin e a ], < h ttp ://w w w .e n g lish .
L m v ir s it y o í A l b p r t a : Citation .style guides u iu c .e d u /c w s /w w o rk s h o p /b ib lio s ty le s .h tm >.
for Intern**: and electronic sources [en linea], M odificado 28/10/1997. [Consulta: 06/03/1999.]
<h ttp ://w w w .lib ra ry .u a lb c rta .c a /lib ra ry _ h tm l· W a in W r ig h t , M ark: Citation style fo r Internet
help p a ih fin d e rs/sty le/sty le .h tm l>. sources [en línea], < h ttp ://w w w .cl.cam .ac.uk/
I m v ir s h yo r A i . iil r t a L id r a r ic s : Citation uscrs/m a w l3 /c iia tio n .h tm l>.
*ryle guides for Internet and electronic sour W ai.k i-r, Janice: Columbia online style [en lí
ce* [en línea], A lberta, U niversidad dc A lberta, nea]: MLA-style citations of electmnic sources,
rev OS 01/1998, actu alizad a 21/12/1998. I'RI.: < h ttp ://w w w .c a s .u s f.e d u /c n g lis h /w a lk e r/m la .
<http: /w w w .Iib ra ry .u a lb e rta .c a /lib ra ry _ h in il· h tm l>.
2 La escritura
99
la escritura
100
la redacción
101
la escritura
tan delicada al menos como la del es sariamente, un principio por el que em
cultor cuando toma entre sus manos un pezar a escribir. Es más: muchas veces
pedrejón y ha de darle una determinada ese principio es sumamente complejo y
forma, eliminando las partes que impi no estamos aún preparados anímicamen
den ver la figura que se encuentra den te para em prenderla con él. (Por ejem
tro de la piedra. plo, hay escritores que lo primero que
escriben es el prólogo; otros, por el con
trario, escriben el prólogo en último lu
2.1. Cómo se empieza gar, una vez que han terminado la obra.)
Lo mejor, pues, es empezar a escribir
Lo primero que se debe hacer, por por una parte cualquiera del esquema,
fácil que parezca el escrito, es trazar un tal vez por la más fácil, por la más inte
esquema de la materia con la forma que resante, por la más conocida, por la más
aproxim adam ente queremos darle. Este rica en docum entación, etcétera. Lo im
esquema puede ser muy detallado si la portante es empezar.
materia es corta y tenemos las ideas muy Es errónea la idea que tienen algunas
claras en relación con la forma final del personas de que un articulo, un trabajo
escrito, pero es normal que se trate, en en una revista, una conferencia o una
principio, de un esquema am plio que comunicación a un congreso se empie
posteriorm ente, poco a poco, irem os zan a redactar por el primer párrafo, se
com pletando. Así pues, a un tronco con sigue con el segundo y asi sucesivamen
algunas ramas irán saiiéndole, a medida te hasta alcanzar el final. La cuestión es
que vayamos escribiendo, nuevas ramas bien distinta. Se puede empezar a escri
cada vez menos importantes, más delga bir por cualquier sitio, por cualquier pá
das y alejadas del tronco, hasta que fi rrafo, por cualquier capítulo, por cual
nalmente le saldrán al esquema las últi quier parte del libro o del articulo, del
mas ram ificaciones, las ramitas con sus trabajo o de lo que sea. La escritura pue
hojuelas, y el esquema quedará term ina de incluso ser parcial. La dejaremos en
do. En algunos casos es probable que ese punto hasta que podamos investigar
esta etapa no se complete hasta que no más, hasta que nos sea posible confir
acabem os de escribir, ya que a lo largo mar ciertos extremos en las fuentes ade
de los días se va viendo con mayor cla cuadas.
ridad cóm o ha de ser ia parte más fina En cualquier lugar donde uno se en
del esquema. Es fácil ver con claridad cuentre puede surgirle una idea feliz, una
el tronco y las ramas gruesas, pero las expresión apropiada para reflejar un pen
ram ificaciones finas, las divisiones y samiento o una parte de un pensamien
subdivisiones que van más allá de las to. Lo que procede es tomar nota, lo
ram as gruesas, no se perfeccionan, en más circunstanciada y completa posible,
ocasiones, hasta que el árbol está com de aquello que se nos ha ocurrido. Mu
pleto. chos escritores llevan los bolsillos lle
La acción de escribir no tiene un lu nos de papeles o fichas con apuntes de
gar de comienzo especifico. Una vez que todo tipo. Es corriente que el lector se
tenem os, aunque sea en sus grandes lí admire de la facilidad del escritor para
neas, el esquema del tema que quere hallar ejemplos adecuados, de esos que
mos tratar, el orden de tratamiento de van como el anillo al dedo para la oca
cada una de las partes de ese esquema sión. No hay tal facilidad. Al contrario,
es una cuestión aleatoria. No hay, nece ello solo supone que el autor ha vivido,
102
la redacción
comido, respirado y viajado con su tema ceptos, todo el barro sobrante de la fi
y con los datos de su tema, y que gra gura principal se elimina y se alisa y
cias a ello ha acumulado ta! cantidad de afina cada perfil.
información, que le obliga incluso (ello Un trabajo científico pretende mos
sucede muy a menudo) a desechar ma trar o dem ostrar algo, exponer una tesis,
teriales preciosos que no puede incluir pero para ello hay que utilizar los m e
en su trabajo (en parte, por ejemplo, por dios adecuados y solo ellos. La redac
que desequilibraría el conjunto). ción sin objetivo, lo que suele llamarse
También se da el caso de que, mu «paja», es material de desecho, lastre,
chas veces, trabajos medio elaborados puesto que solo contribuye a em brollar
que en un buen principio nos parecieron las ideas, no a clarificarlas, no a guiar al
excelentes, en una segunda lectura, o lector por sus pasos contados hasta la
bien después de haber avanzado en la demostración que culmina el trabajo y
investigación y redacción de otros as que es su objetivo. Tampoco las repeti
pectos del tema, nos parecen detestables, ciones conceptuales injustificadas con
innecesarios o erróneos. No se deben ti tribuyen a fijar las ideas. A veces, por el
rar al cesto de los papeles de forma in contrario, diluyen el argumento, hacen
mediata, porque pueden encerrar en sí que se pierda el hilo de su exposición.
alguna pista investigativa, pero sí es con
veniente retirarlos de la redacción para
que no nos estorben en el avance. Si 2.2. Elem entos de la redacción
posteriormente, al volver al tema, cree
mos que aquello que desechamos podría No hay una norma ni un conjunto de
sernos útil con correcciones o sin ellas, normas de aplicación general para dar
se puede volver a lo guardado para re forma a un escrito. Podría decirse que
considerar su validez. lo mejor es comenzar desde el principio
La primera redacción del trabajo sue y seguir en orden cronológico hasta ago
le ser un batiburrillo de ideas expuestas tar el tema de escritura. Sin embargo,
a medias, muchas veces inacabadas y no siempre ese es el mejor modelo, aun
deshilvanadas, pero que pueden ser el que pueda serlo en algunos casos. Por
germen de otras ideas, una vez bien de otro lado, com o ya se ha dicho, no se
sarrolladas y ordenadas. Las fichas asi escriben con la misma técnica expositiva
obtenidas, con contenidos deslavazados una novela, un reportaje, una noticia, una
e inconexos, se van acumulando sin de obra científica o un artículo periodístico
masiado orden (salvo que se vayan vien o científico. El periodismo tiene fijados
do las cosas claras y se junten los párra para cada género unos estilos de redac
fos por conceptos o materias), hasta el ción que contribuyen a facilitar el co
momento en que se tiene una cantidad mienzo, la continuación y el final de la
de texto de cierta consideración. Es en redacción de acuerdo con una pauta ya
tonces cuando procede ir emparejando muy experimentada.
contenidos por sus afinidades. Nos da Sigue siendo útil, aunque tampoco sea
remos cuenta entonces de que las ideas de aplicación generalizable, la fórmula
van tomado cuerpo, de que los concep nemotécnica de las siete preguntas clá
tos hallan su lugar adecuado y de que el sicas:
trabajo empieza a adquirir la faz que que
ríamos darle. Posteriormente, una vez or quién: define al protagonista;
denadas las ideas y completados los con qué: explica el motivo, la causa;
103
la escritura
cuándo: en qué m om ento o época; conocida con la sigla iMRan (del inglés
dónde: sitúa el hecho en el espacio; Introduction, Material and M ethods, Re
p o r qué: expone las causas; sults and Discussion), que en español
cómo: describe la forma, el modo: adquiere la forma iMRyD (Introducción,
para qué: la finalidad o propósito. Material y métodos, Resultados y Dis
cusión). Esta fórmula nem otécnica con
No existe necesariam ente un orden de tiene los elementos o partes que deben
exposición o de respuesta a estas cues considerarse en un trabajo de esta ín
tiones en la escritura. Ni siquiera es ne dole.
cesario responder a todas ellas, pues en En el primer apartado, Introducción,
muchos casos carecen de aplicación. A se responde preponderantem ente al qué
la vista de su necesidad expositiva, el (tem a de investigación, su origen, ju sti
autor tomará de ellas las que necesite y ficación y alcance), al por qué y al para
las colocará en el orden que le parezca qué (los objetivos y la finalidad del tra
más adecuado o apropiado cuando pro bajo).
ceda a desarrollarlas. En el segundo apartado, M ateriales y
A la hora de escribir, lo importante, métodos (o solo M étodos), se responde
más que el orden de exposición o la téc a la cuestión relacionada con la forma
nica para afrontar la com unicación, es en que se ha desarrollado la investiga
la materia, lo que se tiene que decir, y el ción y los materiales, instrumentos, téc
orden mental en que lo concebimos y lo nicas y métodos empleados. Se debe dar
exponemos. Sin ideas no hay escritura, respuesta a las cuestiones cuál (el obje
pero sin orden expositivo no hay com u to de la investigación;, cómo (form a en
nicación. Así pues, no basta con que ten que se ha obtenido la muestra), dónde y
gamos algo que decir: hemos de saber cuándo (en relación con la realización
decirlo. Y, aunque se pueden leer libros del estudio) y cómo (forma en que se
que tratan de las técnicas de escritura, y han obtenido los datos para la investiga
es aconsejable leerlos, a la postre cada ción y en qué forma se han analizado y
cual tiene su estilo, su manera de ver y tratado estos).
exponer los problemas. También cuenta, En el tercer apartado, Resultados, se
por consiguiente, el ejercicio personal, exponen los hallazgos obtenidos de la
la escritura por la escritura seguida de investigación. En algunos casos será ne
un análisis crítico de lo que hemos es cesaria la forma gráfica para dem ostrar
crito. Es interesante com probar si lo que lo: cuadros o tablas, esquemas, dibujos,
hemos dicho, tal y com o lo hemos di esbozos, etcétera.
cho, es lo que queríam os decir. A sim is En el cuarto apartado, Discusión, se
mo, debemos com probar una y otra vez analizan e interpretan los resultados ob
que la forma y el contenido de lo expre tenidos, lo que nos permite delim itar los
sado están conform es con lo que preten hallazgos, verificar hipótesis, resolver
díamos alcanzar. Porque puede estar ex problemas, sugerir ideas, sacar conclu
presado todo lo que queríam os decir, siones...
pero no en la forma en que lo quería N orm alm ente, el artículo científico
mos decir, no con la riqueza léxica o term ina, si es pertinente, con agradeci
propiedad lingüística con que lo quería mientos a personas e instituciones y con
mos exponer. una bibliografía en la que se ofrezcan al
En cuanto al artículo científico, des investigador las obras que se han tenido
de hace unos años existe una fórmula, a la vista. La técnica para la cita y la
104
las relaciones sintácticas
1. R e g l a s g e n e r a l e s . La concor
2.3. La titulación dancia es la relación que existe entre
dos o más miembros de una construc
Un aspecto importante de los com ien ción sintáctica. Esta relación se mani
zos de la redacción es la titulación. May fiesta en la igualdad o sem ejanza entre
un título general para el trabajo (libro, dos o más de los morfemas de los tér
capítulo, artículo, conferencia, com uni minos relacionados. La concordancia se
cación) y hay títulos y subtítulos de dis manifiesta en la igualdad de género y
tintos valores para esquematizar adecua número entre adjetivo o artículo y sus
damente el contenido del trabajo, para tantivo y en la igualdad de número y
después situar cada materia en su casi persona entre el verbo y su sujeto.
llero. Una titulación adecuada y bien es Según expone el Esbozo (1973, 386 y
calonada nos ayuda muchas vcccs a ver siguientes), Bello sentó dos reglas gene
dónde tenemos fallos, dónde hay gran rales de concordancia:
des escalones y vacíos clamorosos que
hacen que el contenido quede cojo o in Primera regla general: Cuando el ver
completo. bo se refiere a un solo sujeto, concierta
Los títulos han de ser, si es posible, con él en número y persona:
cortos, expresivos y verdaderos (hay que
rechazar de plano los títulos que no re El chico llegó corriendo
Las ch icas llegaron corriendo,
flejan el contenido: son títulos falsos,
aunque sean chocantes o parezcan ha y cuando el adjetivo se refiere a un solo
llazgos). A continuación de cada título sustantivo, concierta con él en género y
o subtítulo debe haber un texto del cual número:
sea resumen o anunciador. Si el conteni
do de una unidad no se corresponde con M e regaló un libro herm oso
el del título, este es erróneo, falso o ina Me regaló unos libros herm osos.
decuado. Si es asi, esto ayuda poco al
escritor, puesto que cuando los títulos Segunda regla general: El verbo debe
mantienen una gradación de importan ir en plural cuando se refiere a varios
cia creciente o decreciente, ayudan a des sujetos:
cubrir inconsecuencias en el tratamiento
M adre c hija estaban acongojadas.
de la materia, en el orden de exposición
de los contenidos. Los títulos deben ex
Cuando concurren personas verbales di
presar la gradación, la importancia rela
ferentes, el orden de preferencia es el
tiva en la relación de unos con otros. Es
siguiente: primera, segunda y tercera per
obvio que el título principal debe ser el
sonas:
más destacado por su tamaño, por la cla
se de letra, por la situación en la página,
Tú y yo irem os a M adrid;
por la numeración decimal (si es esta la A nselm o y tú iréis a Toledo;
aplicada) que le corresponda y aun por A nselm o, tú y yo irem os a Sevilla.
otras circunstancias como puede ser el
color. El adjetivo va en plural cuando se refie
105
la escritura
re a varios sustantivos, y si estos son de Sin embargo, por un lado son posibles
distinto género, en masculino: las formas en plural:
Llegaron u nos c h ic o s y ch icas furibundos. La ida y venida del agua producían cierto ru
m or
Los títulos y tratamientos como us La carga y descarga de m ercancías estaban pro
ted, usía, señoría, excelencia, alteza, ma h ib id as.
je sta d y otros concuerdan con adjetivo
masculino o femenino según el sexo de y, por otro, si se disocian los sustantivos
la persona a que se apliquen: mediante la anteposición de artículos o
demostrativos y se sienten como inde
Su m ajestad está satisfech o de la resp u esta p o pendientes, el plural es obligatorio:
p u lar
U sted está en fad ad a por lo que ha d ich o su La ida y la venida del agua producían cierto
vecino. ru m o r
La carga y la descarga de m ercancías estaban
Los colectivos expresados en singular p ro h ib id as.
concuerdan con su verbo en singular:
A veces, la reunión de dos o más infi
Un rebaño in te rru m p ía el paso p or la c arre te ra nitivos puede expresarse con un verbo
La gente q u e h ab ía allí estab a m uy alterada. en singular o en plural:
Aunque por licencia es posible la con T rasn o c h ar hab itu alm cn te, co n su m ir alcohol
cordancia del verbo en plural en los ca sin freno y llevar una vida de crápula le d e s
sos de colectivo en singular, usada espe trozó [le destrozaron) la salud.
cialmente por los clásicos (La gente que
había allí empezaron a desfilar), es pre En relación con la posición del verbo
ferible no abusar demasiado de ella en y dos o más sujetos, pueden darse estos
la escritura actual. Una excepción a este casos:
principio lo constituye la concordancia
ad sénsum (v. § 3.1-5). 1) si los sujetos preceden al verbo,
A veces, coloquialmentc o por razo este va generalmente en plural: El
nes estilísticas, se establece una discor paisaje, la calma ambiental, el día
dancia deliberada al dirigirse a un suje soleado y su paz interior contri
to singular con el verbo en plural; por buían a su felicidad;
ejemplo: 2) si el verbo precede a los sujetos,
la concordancia puede hacerse con
Q ué, ¿ esta m o s bien ya de ese resfriado? el primero de ellos: Había allí tan
to desorden y gritería que optó por
A este tipo de discordancia corresponde retirarse;
el plural de modestia (v. § 3.1-3). 3) si el verbo se halla entre varios
Cuando en la construcción gramatical sujetos, tiende a concordar con el
intervengan dos o más sustantivos aso más próximo: Mi obligación era, y
ciados pueden sentirse como un todo uni también mi deseo, ayudarle en
tario y concertar en singular: aquel trance;
4) cuando los sujetos llevan la copula
La ida y v enida del agua producía c ierto ru
tiva ni. la concordancia puede ha
m or
La carga y d escarg a de m ercancías estab a p ro cerse en singular o en plural: Ni
hibida. sus amenazas ni su desjachatez
106
las relaciones sintácticas
107
la escritura
108
las relaciones sintácticas
curso. Así, la oración anterior puede dis tamiento impropio de la sintaxis espa
ponerse también de las siguientes mane ñola. Suele ponerse como ejem plo típi
ras: co de hipérbaton la célebre poesía de
Gustavo Adolfo Décquer «Del salón en
Ayer, a las c u a tro de la tarde, el alcalde inau
el ángulo oscuro, / de su dueño tal vez
guró I:) nueva linea de) m etro en la estación
de Sants
olvidada, / silenciosa y cubierta de pol
di alcald e in au g u ró ayer, a las cu atro de la vo / veíase el arpa»; una reconstrucción
tarde, la nueva linea del m etro en la estación prosaica sería, por ejemplo:
de Sants
Ayer, a las cu atro de la tarde, en la estación de El arp a, silenciosa y cubierta de p olvo, se veía
Sants, el alcald e inauguró la nueva linca del en el án g ulo oscuro del salón, tal vez olvi
m etro dada de su dueño.
En la esta c ió n de Sants, el alcald e inauguró
ayer la n ueva linca del m etro a las cu atro de o bien:
la tarde.
El arp a, tal vez olvidada de su d u e ñ o , se veia
El cambio de orden de los elementos en el án gulo oscuro del salón, silenciosa y
oracionales viene marcado a veces por cu b ierta de polvo.
ciertas elecciones que realiza el escritor
para colocar en primer lugar aquel as Obsérvese que mientras la forma que le
pecto que desea resaltar. Si decimos, por dio el poeta es bella a pesar del hipérba
ejemplo, ton, la que resulta de aplicar el orden
lineal es más bien adocenada y carece
M añana no v iene A nselm o de belleza alguna. De aquí que el hipér
baton no siempre sea una form a conde
hacemos hincapié en el día en que An nable sin más. Dependerá de cómo lo
selmo no viene, pero si decimos sienta el oído, de si la disposición de los
elementos oracionales parece violenta o
A nselm o no viene m añana
no.
hacemos hincapié en la persona.
La redacción técnica y científica no 4. S it u a c ió n de los a d je t iv o s . El
rechaza el orden envolvente, pero nor adjetivo puede ir colocado antes o des
malmente prefiere el orden lineal, sim pués del sustantivo al que modifica. Se
ple y claro. El orden envolvente, que sin ha querido interpretar que, en general,
duda también se puede utilizar, especial la anteposición equivale a subjetividad,
mente si la oración no es muy compleja, y la posposición, a objetividad. Así, si
es más propio de la literatura. decimos Barcelona es una gran ciudad
emitimos un juicio subjetivo, y si deci
3. E l h i p é r b a t o n . El hipérbaton mos Barcelona es una ciudad grande,
consiste en la alteración del orden con un juicio objetivo. Sin em bargo, la ex
siderado normal de las palabras en la presión Barcelona es una ciudad gran
oración sim ple o de las oraciones en el de no tiene el mismo valor para una
período, com o persona que procede de un pueblo de
1000 habitantes que para una persona
La nueva linca del m etro ayer a las cuatro de que procede de México o de Tokio, por
la tarde en la estación de S ants el alcalde
inauguró,
poner dos ejemplos de ciudades con
muchos millones de habitantes. Puede
tanto menos aceptable cuanto que sitúa haber, pues, en la posposición un juicio
el verbo al final de la oración, compor subjetivo.
109
la escritura
110
nivel de lengua y registro lingüístico
111
la escritura
112
nivel de lengua y registro lingüístico
113
la escritura
informáticos nos informan del conteni sidera que es vieja. Si la palabra viejo
do de la *cónsola, con lo bien que sue pudiera resultar poco atractiva, se puede
na consola. Todos ellos son profesiona sustituir por anciano, pero no se entien
les, y dichas palabras pertenecen a su de qué quiere decir persona de la terce
campo de aplicación. ra edad aplicado a una persona anciana.
Ni los ciegos se molestan porque los lla
men ciegos ni los negros porque los lla
5. Los recursos lingüísticos men negros. Unos y otros saben que son
lo que son, y el hecho de que les susti
5.1. Presente y pasado históricos tuyan el nombre por invidente o perso
na de color, respectivamente, no cambia
El presente histórico o presente de na su situación. Ello no presupone que en
rración consiste en el empleo en una un escrito científico se empleen pala
narración del presente de indicativo para bras que pudieran resultar desagradables
actualizar una acción pasada, en lugar para la generalidad de las personas (las
de un tiempo pretérito: llamadas palabras malsonantes). Los eu
femismos prestan mejores servicios a los
Joaquín C resp o , m ilitar y p o lítico venezolano sociólogos y a los políticos, al poner a
(18 4 1 -1 8 9 8 ), se in c o rp u ra a los m ovim ien su disposición palabras y frases con que
tos arm ad o s cu an d o c u e n ta d iecisiete años.
ocultar realidades desagradables o incon
v en ien tes. H ablar, por ejem p lo , de
La redacción de un texto así por medio
desequilibrios territoriales en vez de des
del pasado histórico consiste en emplear
igualdades regionales, de empleada de
el tiempo indefinido que sitúa el relato
hogar en vez de criada o de empleado
en un momento ya cumplido:
de finca urbana en vez de portero, de
económicamente débiles en vez de p o
Joaqu ín C resp o , m ilitar y p o lítico venezolano
(18 4 1 -1 8 9 8 ), se in c o rp o ró a los m o v im ien bres. de excedente empresarial en vez
tos arm ad o s c u an d o c o n ta b a d iecisiete años. de beneficios empresariales, de reajuste
de precios en vez de subida de precios
Los dos estilos son correctos y utiliza- puede ser conveniente para quien lo uti
bles, pero debe tenerse en cuenta que en liza, pero no necesariamente para el di
una unidad textual debe mantenerse una rectamente interesado.
sola de las dos formas.
114
los recursos lingüísticos
115
la escritura
116
el lenguaje figurado
6.2. La metonimia
6.4. La hipérbole
Muy relacionada con la metáfora está
la metonimia, que consiste en designar La hipérbole consiste en em plear pa
una cosa con el nombre de otra con la labras o expresiones que falsean la rea
que está relacionada, que se le asocia de lidad mediante el empleo de exagera
forma natural, como en la cabeza de la ciones. Por ejemplo, cuando decimos Te
cama. he repetido mil veces que los libros no
En la metonimia se sustituye la causa se tocan, o Como esto siga asi, le voy a
por el efecto, como cuando llamamos partir la cara a alguien. Se ve fácil
Eolo al viento, o el efecto por la causa, mente que la hipérbole no es deseable
como en las canas por la vejez; el lugar en el discurso científico, el cual debe
117
la escritura
dar cuenta de la realidad con las pala crear en la escuela. El empleo del pro
bras más adecuadas. nombre le puede resultar ambiguo en una
frase com o Le voy a premiar, ya que no
es posible saber a quién. Pero ningún
7. P roblem as de redacción pronombre tan ambiguo como su, con
tanta frecuencia usado mal en español.
7.1. La am bigüedad Son am biguos enunciados como
A n selm o vio a M aría en su casa
Una oración, período o secuencia lin El B etis gana al C elta en su cam po
güística es ambigua cuando ofrece la po Javier le dijo a Juan que su abuelo había falle
sibilidad de ser interpretada de diversas cido.
maneras a causa de su construcción o
del orden en que se presentan los ele Respecto del primer ejemplo, no se sabe
mentos que los componen. si Anselmo ve a María en su propia casa
o en la casa de ella. En cuanto al segun
1. A m b i g ü e d a d d e b id a al orden
do, no se sabe si el Betis gana al Celta
d e los e l e m e n t o s de . La
la o r a c ió n
en el campo del Betis o en el del Celta,
situación de los elem entos en la oración l-n el tercero, el abuelo puede serlo tan
da lugar muchas veces a la formación to de Javier como de Juan, puesto que
de oraciones am biguas, que no dicen en la oración no queda claro.
exactamente aquello que el escritor qui
siera que dijeran. Dos ejemplos pueden 3. E l u s o d e l g e r u n d i o . El empleo
bastar para ver clara la importancia de defectuoso del gerundio puede dar lugar
ordenar los elementos oracionales en de a ambigüedad en un caso como el si
bida forma: guiente:
Vi a tu m u jer paseando,
El c u erp o del trab ajad o r fue en co n trad o to
ta lm e n te d e s c u a rtiz a d o p o r su s c o m p a ñ e oración en la que no es posible saber
ro s
La lucha p o r d esen g an ch arse d el alco h o l de
quién paseaba, si la mujer o el que da la
un s a c e rd o te . noticia.
118
problemas de redacción
119
la escritura
120
propiedad e impropiedad del lenguaje
tantivo una cualidad que le es inherente: las palabras son los que aceptamos y no
verde selva, mansa oveja, negra noche, otros que momentáneamente se le pue
alta torre. Este tipo de adjetivación no dan ocurrir a alguien.
debe abundar en un escrito científico o Es cierto, sin embargo, que las len
técnico. Muchos casos resultarán redun guas se enriquecen no solo por la adi
dantes o sencillamente inútiles al añadir ción a su acervo de nuevas voces (neo
al sustantivo aquella cualidad que todos logismos de forma o léxicos), sino tam
le conocemos como propia: las noches bién por la adición de nuevos significa
son negras, el hielo es frío, el pesar es dos a las voces existentes (neologismos
hondo, el abismo es profundo, abril es de sentido o semánticos). Así, ventana.
florido, el ruido es estridente, por lo que además de significar «abertura más o
las expresiones negra noche, frío hielo, menos elevada sobre el suelo que se deja
hondo pesar, profundo abismo, florido en una pared para dar luz y ventilación»,
abril, estridente ruido son adocenadas y que es su primer significado, se aplica
poco originales (v. § 3.2-4). también a la «hoja u hojas de madera y
de cristales con que se cierra esa abertu
ra» y a «cada uno de los orificios de la
8.5. Los oxímorones nariz», significados que ha ido adqui
riendo con el trascurso del tiempo. Así,
La palabra oxímoron designa el en según el contexto o situación en que nos
frentamiento u oposición de dos pala encontremos o acerca de lo que hable
bras o dos frases de significado real o mos, venta fia significará una cosa u otra.
aparentemente contrario, como ruido si Si aplicamos la palabra a una situación
lencioso. silencio sonoro, dulce amargu sem ejante a las descritas, com o, por
ra. apresurarse lentamente o vísteme ejemplo, abrir una ventana en un gra
despacio, que tengo prisa. Es figura li bado o estampa para colocar en ella un
teraria, pero carece normalmente de uso rótulo, todos sabremos a qué nos referi
en la escritura científica o técnica. mos aunque no se trate de ninguna de
las tres cosas definidas anteriormente.
Hasta aquí empleamos las palabras con
9. Propiedad e im propiedad propiedad, es decir, según el sentido, rec
del lenguaje to o figurado, que las palabras tienen o
pueden adquirir. Sin embargo, a veces
Después de siglos y milenios de uso, las palabras empiezan a «torcerse»; di
los límites semánticos de las palabras y gamos, a adquirir sentidos que no tie
expresiones van quedando más o menos nen, bien que sean totalmente contrarios
fijados y los hablantes de esa lengua se (como álgido, que significa «muy frío»
entienden entre sí sin necesiad de llevar y «acompañado de frío glacial», usado
un diccionario en la mano o en el bolso en el sentido contrario de «crítico o cul
para consultarlo cada vez que hablen con minante»), o bien que se trate de senti
sus semejantes. Cuando decimos venta dos impropios.
na en una situación normal de uso, sin El lenguaje se usa con propiedad cuan
denotaciones ni connotaciones, todos sa do las palabras se emplean con el senti
bemos a qué nos referimos. Con las de do que todos les reconocen y no con
más palabras sucede lo mismo, porque aquel que, por error, creamos que tie
la mayoría de los hablantes hemos esta nen, y con impropiedad en el caso con
blecido que los significados que tienen trario. Por ejemplo, utilizamos impro-
121
la escritura
122
los pleonasmos
una palabra pudiera ser mal interpretada de la no repetición de la idea hace que
en un contexto determinado debido a que la lengua sea inexpresiva. Por ejemplo,
es polisémica, conviene dejar muy claro no se puede decir, con energía o enfado,
en qué sentido se usa. ¡Sube y bájame ese libro!; lo natural es
que se diga ¡Sube arriba y bájame ese
libro! Así pues, hay pleonasmos que son
10. Los pleonasm os correctos o, al menos, no condenables,
como subir arriba, bajar abajot salir
Un pleonasmo, también llamado re (a)fuera, entrar (a)dentro, volar p o r los
dundancia, es, por un lado, la palabra, aires, caer escaleras abajo, verlo con
expresión o enunciado que se añaden a los propios ojos, a nosotros no nos p er
una oración sin que modifiquen el sig tenece y otras.
nificado de esta: M e duele mi brazo iz
quierdo (en lugar de Me duele el brazo
izquierdo), y, por otro, en el empleo de 10.2. Pleonasm os incorrectos
palabras, expresiones o enunciados, si
nónimos o perifrásticos, cuyo significa Otras formas de pleonasmo son más
do ya está expresado de forma distinta: difíciles de descubrir; por ejemplo, cuan
A las ocho semanas después del acci do decimos No ¡o haremos tampoco no
dente, donde a las y después son, en sotros em pleam os una doble negación
este caso, la misma cosa; es decir, que del mismo género, no y tampoco, por lo
se debe escribir A las ocho semanas del que en la expresión sobra una de ellas;
accidente o bien Ocho semanas después podemos, pues, decir No lo haremos no
del accidente, pero no A las ocho sema sotros o, si el matiz es el otro, tampo
nas después del accidente. co lo haremos nosotros o tampoco no
La lengua española es sumamente re sotros lo haremos. Decir que una ley
dundante. Dicho así, parece que se tra está en vigor actualmente es asimismo
tara de un defecto, y además, que solo redundante, porque lo que está en vigor
lo tuviera la lengua española. Hay que es actual. En este tipo de redundancia
matizar: todas las lenguas tienen grados sutil se cae muy a menudo al escribir;
diversos de redundancia, la cual no es es fácil asegurar que de eso ya hemos
necesariamente rechazable. Sin embar hablado con anterioridad, siendo así que
go, cuando una noticia de un diario dice si ya liemos hablado de ello, ha sido
que el asunto fue aprobado p o r la total forzosamente con anterioridad. También
unanimidad de todos los asistentes, uno se cae en redundancia cuando se utili
piensa que, en efecto, el uso del idioma zan ciertas expresiones como periodo de
español puede llegar a ser muy redun tiempo, ya que periodo se define como
dante: en un caso como este hubiera bas «tiempo»; también espacio de tiempo es
tado con decir que el asunto fu e apro redundante y, además, impropio; es re
bado por unanimidad. dundante porque en esta expresión es
pacio se define como «trascurso de tiem
po», y es impropio porque o hablamos
10.1. Pleonasmos correctos de espacio o hablamos de tiempo, pero
no podemos hablar a la vez de los dos
No todos los pleonasmos o redundan conceptos.
cias son incorrectos. La expresión del La redundancia es en ocasiones fruto
lenguaje vivo presenta situaciones don de la falta de matización: si de una obra
123
la escritura
decimos que m anejam os la tercera edi allá de los cuales puede ser socialmentc
ción actualizada, lo que queremos de rechazado.
cir, sea esa nuestra intención o no, es Esta situación puede convertirse en
que manejamos la tercera de las edicio enojosa para un escritor que necesite ex
nes que han sido actualizadas, lo cual presarse con palabras o formas expresi
es, además, im propio, ya que toda edi vas no aceptadas por la sociedad hablante
ción ha de ser actualizada o no es edi o la institución que vela por la pureza
ción (será, si acaso, reim presión o nue del lenguaje. Habría que adm itir que es
va tirada); lo que corresponde decir es correcto todo mensaje que pueda ser en
que manejamos la tercera edición, y al tendido por los demás en el mismo sen
editor, si quiere convencer al lector de tido que le pretende conferir quien lo
que, en efecto, se trata de una nueva emite. En caso contrario, naturalmente,
edición y no de una sim ple reimpresión, nos encontraríam os ante una incomuni
le será lícito hacer constar en la sobre cación, todo lo contrario de lo que con
cubierta o cubierta y en sus catálogos el lenguaje se pretende.
que se trata de una reedición actualiza En lo relativo a la construcción del
da, pero de esta manera: «3.a edición, lenguaje, la incorrección puede consis
actualizada», con una com a explicativa. tir en la utilización incorrecta de las pa
Hay otras muchas form as de pleonas labras o en la construcción incorrecta
mo, como en el uso del pronombre: No de las frases y oraciones. A lo primero
sotros opinamos que..., Yo deseo mani se le llama, en general, barbarismo; a lo
je s tar...; en frases como estas, la supre segundo, solecismo.
sión de los pronom bres dota al lenguaje
de mayor viveza: Opinamos que.... D e
seo manifestar... 11.1. Los barbarismos
Es pleonástico tam bién el empleo del
artículo un aplicado a meses o años se- Llamamos barbarismos a las palabras
guidos de m edio: Hace un mes y medio generadas según normas m orfológicas o
que...; Hace un año y medio que...; si fonológicas que no son las propias de
suprimim os los artículos, la expresión una lengua o que no han sido admitidas
gana en elegancia elocutiva: hace mes y por el uso considerado correcto. Como
medio que...; Hace año y medio que, se desprende de la definición, el con
porque tanto el mes com o el año, en cepto de barbarismo es cambiante con
esas expresiones, son un. el paso del tiempo, ya que las palabras,
aunque considerem os que nacen con de
fectos, consiguen hallar un hueco en el
11. Incorrecciones de lenguaje lenguaje bien sea por verdadera necesi
dad, bien sea simplemente por el uso, de
Llamamos lenguaje correcto al que tal manera que a veces llega a desplazar
se acomoda a las norm as establecidas a una forma sinónima que está mejor
por una institución y aceptadas por la formada.
sociedad en general. Quien pretenda es Hay muchas clases de barbarismos.
cribir con corrección deberá someterse Por ejemplo, los de tipo fonético, como
a esas normas, lo que equivale a decir pronunciar y escribir los vocablos con
que el lenguaje correcto es, a la postre, alguna form a de incorrección, com o
un lenguaje guiado, encasillado, cons *llegao por llegado, *expedito por expe
treñido, situado entre ciertos límites más dito, *inflacción por inflación. También
124
incorrecciones de lenguaje
125
la escritura
126
extranjerismos y voces extranjeras
12 7
la escritura
128
extranjerismos y voces extranjeras
cada una de las unidades de un escrito latino. Todas las lenguas cultas usan
(por ejemplo, en cada capítulo) y en el latinismos» especialmente si pertenecen
resto de la misma unidad escribirlos de al grupo de las lenguas romances, que
redondo. Pero si la frecuencia de apari tienen com o lengua madre al latín. Tam
ción no es intensa ni abundante el nú bién las lenguas anglosajonas, aunque
mero de extranjerism os presentes, se no se deriven del latín, toman de él tér
debe mantener la cursiva en estos casos. minos que les vienen bien para satisfa
cer sus necesidades lingüisticas. Sin ir
más lejos, misil, palabra con que se de
12.3. Préstamos y calcos signa un proyectil dotado de un sistema
de propulsión autónoma, procede de la
1. Los p r e s t a m o s . Los neologismos voz inglesa missile, palabra que los in
procedentes de una lengua extranjera gleses tomaron del latín missile, que sig
(extranjerism os) se llaman préstam os nifica «arma arrojadiza».
cuando se hallan integrados en el siste Los latinismos que se usan en espa
ma de la lengua, la cual los recibe me ñol pueden ser de varios tipos:
diante la adaptación de su estructura fó
nica y morfológica. Tenemos ejemplos 1) voces y frases latinas que la Aca
muy claros de préstamos en las palabras demia registra en su Diccionario y
fútbol, pronunciación de la grafía ingle que deben someterse en todo a las
sa footbaU, y cruasán, que a su vez lo reglas de escritura del español, es
es del francés croissant. pecialm ente en lo relativo a la
El préstamo se llama integrado o asi acentuación y al plural;
milado cuando está adaptado a las re 2) palabras y frases latinas que no tie
glas fonológicas y gráficas de la lengua nen registro en el Diccionario de
que lo recibe, como las que acabamos la Academia y que, com o las ante
de mencionar como ejemplos. Se llama riores, deben someterse en todo a
aclimatado cuando el extranjerismo se las reglas de escritura del español,
usa en una lengua en la que no se ha aunque algunos tratadistas reco
integrado totalm ente, como week-end, miendan una grafía con cursiva,
water-closet. que no es adecuada;
3) palabras y frases latinas o latiniza
2. Los c a l c o s . Los calcos son ex das que se usan en la ciencia y la
tranjerismos integrados en el sistema de técnica para denom inar géneros,
la lengua que lo recibe mediante la tra especies, virus y bacterias, y que
ducción de la estructura semántica o léxi se usan con inicial mayúscula, con
ca, como balompié, del inglés Jootball letra cursiva y sin ponerles ningu
(literalmente, ‘pie balón’), o medialuna, na tilde (puesto que en latín no hay
del francés croissant (literalmente, ‘cre tild es, aunque a v eces, en las
ciente, media luna’). En general, se pre trascripciones [lo que no es el
fiere el procedimiento anterior. caso], se usen acentos breves [~] y
largos o mácrones [”]).
129
la escritura
el lector no tiene por qué conocer), y Jálso titulo, sino una portadilla (de un
que tampoco resulta elegante esmaltar libro). Igualmente, el inglés candid no
la redacción de un texto español con fre significa cándido, sino sincero; actual
cuentes palabras extranjeras, ante las que no se traduce por actual, sino por real;
el lector puede encontrarse inerme por consisten! no es consistente, sino com
falta de conocimiento de la lengua con patible; exit no es éxito, sino salida; sen
creta. sible no es sensible, sino juicioso, y
La palabra latinajo suele aplicarse iró svvere no es severo, sino grave.
nicamente para denom inar los latinismos No deben confundirse los falsos am i
mal formados o de grafía macarrónica gos con los falsos extranjerismos o f a l
em pleados por escritores que no cono sos exotismos, que son las palabras o
cen el latín y quieren dar la sensación construcciones cuya apariencia gráfica
de que lo dominan, para lo cual se con o fónica la atribuye a una lengua a la
sagran a incluir palabras scudolatinas o que no pertenece. Por ejemplo, y a pe
latinas mal escritas o mal aplicadas. Co sar de su apariencia, footing, jogging.
m eten este defecto quienes escriben slip, recordman y recordwoman no son
acuarium en vez de aquarium, eucaliptus palabras inglesas (o no lo es el signifi
en vez de eucalyptus (con la salvedad cado con que las utilizamos), sino seu-
de que no se trata de un latinismo, ni doinglesas. Algunas de ellas, como re
siquiera con la grafía eucalyptus, puesto cordman y recordwoman, fueron crea
que eucalipto proviene del griego euka- das en Francia.
lyptós). Si por el propio lenguaje hay
que moverse con pies de plomo por las
dificultades que puede presentar, no digo 12.6. Xenism os
nada cuando uno se introduce en el im
penetrable bosque de una icngua ajena Llamamos xenismos a las voces ex
desconocida. tranjeras que se usan en español con la
misma grafía que tienen en su lengua de
origen y una pronunciación sim ilar,
12.5. Falsos amigos como las inglesas marketing, whisky, jo c
key, parking y las francesas dossier, bou-
Llamamos falsos amigos (aunque m e tiifue, affaire.
jo r fuera llamarlos parónimos interlin- La grafía de este tipo de palabras es
giiisticos, com o sugiere Polo [1976¿/, muy variable; cuando están acomodadas
167], o calcos paronimicos, como pre por un largo uso, la Academia termina
fiere el profesor López Guix [1997, 243, aceptándolas, pero, aun así, no dejan de
n. 225]) a palabras o frases que tienen presentar problemas. Para adaptarlas al
morfología o etimología semejantes a las español, la Academia admite grafías que
de otras de una lengua distinta, pero cuyo no parecen aceptables, como cross, best-
significado es totalmente diferente. Por -séller, marketing, boutique. Puesto que
ejemplo, son falsos amigos o parónimos se trata de voces que tienen uso en el
interlingüísticos el francés armée, que idioma, pueden utilizarse sin diacríticos
fácilmente puede traducirse por arma de ningún tipo cuando se empleen en su
da, en lugar de por ejército, que es lo propio contexto, mientras que podrán
que significa; de la misma lengua, la d istin g u irse con la cursiva aquellos
palabra équipage significa tripulación, xenismos que no estén arraigados en el
no equipaje, y un faux titre no es un contexto en que se utilizan.
130
aspectos sincrónicos y diacrónicos de la lengua
133
la ortotipografía
134
la grafía, desde la letra hasta el texto
no, pero no se pueden dividir palabras lexicológicos (los diacríticos y los auxi
simples, como po- / eta, f e - / ote, a pe liares, que son los que afectan a la pala
sar de que las vocales estén en hiato. bra; los de puntuación afectan a la frase).
Tampoco se puede dividir a - / teñe- / o, En las entradas de la segunda parte de
pues no se permite dejar una sola vocal esta obra se analizan estos problemas, es
a final o principio de línea. Sin embar pecialmente si afectan a la palabra con
go, en el caso del grupo lo más acon creta que se consulta. En cuanto a las
sejable es mantenerlo siempre sin sepa abreviaciones, hay que decir que en los
ración, debido a que en Hispanoamérica textos no se deben em plear abreviaturas,
es costum bre pronunciarlo com o dos las cuales, no obstante, pueden aparecer
consonantes tautosilábicas (atle- / ta, tra- entre paréntesis, en los cuadros y tablas
sa- / tlántico), a pesar de que en el espa y en las notas y citas bibliográficas. Las
ñol europeo se suelen considerar hetero- mayúsculas se usan en español más que
silábicas (at- / ¡eta, trasat- / lúntico). Ha en francés, pero menos que en inglés y
ciéndolo así se respeta la pronunciación en alemán; lamentablemente, no hay re
de ese tipo de palabras a uno y otro lado glas fijas c indubitables para su empleo,
del Atlántico, ya que el grupo -ti- podrá que en muchos casos depende de la opi
pronunciarse como tautosilábico o como nión particular del escribiente, de su for
heterosilábico según la persona que lo mación c incluso de sus ideas religosas,
pronuncie. políticas, sociales, etcétera (en general, el
En la grafía de la sílaba podem os uso de la mayúscula, especialmente de la
hallar dificultades en las que albergan que se emplea por meras razones de or
los grupos complejos del tipo -bs-, -ns nato, es más propio de m entalidades
-ti-, etcétera. La tendencia general debe conservadoras). También la onomástica
ría inclinarnos a utilizar los grupos más suele p rese n tar graves p ro b lem as de
simples, dentro de lo que la Academia grafía, ya que, si en algunos casos se
permite o la necesidad aconseje (véase puede em plear la forma original de an-
el § 4). Por ejemplo, debe seguirse la tropónimos y topónimos, en otros se de
tendencia académica a simplificar el gru ben adaptar a nuestra grafía, ya sea por
po -st- en post- y escribir posoperatorio razones de uso o por tradición. La nume
con preferencia a postoperatorio. ración (arábiga y romana) es asimismo
fuente de dolores de cabeza debido a
que, según los casos, se podrá o deberá
1.3. Ortografía de la palabra escribir con numeración arábiga o roma
na, con cifras o con letras, y en cada caso
Con una, dos o más sílabas formamos habremos de saber cuál es el mejor de los
una palabra, es decir, una «unidad limi criterios a la hora de dar forma gráfica a
tada por dos blancos, por un signo de este apartado de la escritura. La unión y
puntuación y un blanco o a la inversa» separación de palabras puede presentar
(Mounin, 1979, 134). La ortografía de problemas, ya que, si bien lo ideal sería
la palabra tiene que ver con la acentua dividir las voces por sílabas cabales, a
ción, las abreviaciones (abreviaturas, veces, por una u otra causa, se presenta
abreviamientos, siglas, acrónimos, sím la necesidad de hacer excepciones a esa
bolos y otros), la mayúscula y la minús regla general. Asimismo, es necesario co
cula, la antroponimia y la toponimia, la nocer el em pleo de los signos lexico
numeración (arábiga y romana), la unión lógicos (los diacríticos y los auxiliares;
y separación de palabras y los signos v. § 6.1.1), que son los que afectan a la
135
la ortotipografía
1. E l e m p l e o d e m a y ú s c u l a s . Los
1.5. Ortografía del texto idiomas español e inglés no aplican los
mismos criterios en relación con la ma
La ortografía que afecta al texto com yúscula. M ientras el inglés hace un uso
prende, por un lado, la llamada ortogra generoso de esta clase de letra, el espa
fía técnica, que se ocupa de las reglas de ñol la utiliza con mucho menor frecuen
alfabetización, la confección de biblio cia. Por consiguiente, no es extraño que
grafías, las citas bibliográficas, y, por en algunos casos el uso de ciertas ma
otro, la ortografía tipográfica u ortotipo- yúsculas en español obedezca a copia
grafla, que enseña la utilización de los de usos ingleses, impropios de la orto
distintos tipos de letra (fina, cursiva, ne grafía de nuestra lengua, y no a usos
grita, versalita y las com binaciones de normales del español. Por ejemplo, se
unas y otras), los cuadros, notas, índices comete anglicism o ortográfico ai utili
y cronologías, la estética bibliológica y la zar la inicial mayúscula en los siguien
tipográfica (v. § 1). tes casos:
136
extranjerismos ortográficos
bro, un trabajo en una publicación vez más adecuada: los setenta, los años
y otros): setenta. Mundial 80. Expo 92.
137
la ortotipografía
pío, véanse las páginas xiii a xviii; g ü istica ocupa una posición m uy a m
b ig ua en la cultura del gran público.»
en español, las folios prológales se
graflan con cifras romanas en ver
« D e sp u é s de m edio siglo de c re c im ie n
salitas, y así se reflejan también to -d ic e G eorges M ounin-, la ling ü ís
cuando se citan: véanse las pági tica ocupa una posición m uy am bigua
nas xw a xvm. en la cultura del gran público.»
138
nía (,) en los encabezamientos y No
escribir, por ejemplo,
por
Q u erid o am igo,
D istinguida señora,
n.°
en lugar de o, mejor,
núm.
Q u erid o am igo:
D istinguida señora:
2) escribir sin punto ni espacio las
Si el texto que sigue comienza con abreviaturas del prenombre en bi
minúscula, es asimismo anglicis bliografías y empleos semejantes,
mo ortográfico, por cuanto en es como Sánchez, JM.
pañol debe comenzar con mayús
cula: 10. La c o n s t r u c c ió n d e l d iá l o g o .
Es anglicismo ortográfico construir los
Q uerido am igo, diálogos encerrando entre com illas cada
solo dos letras para d ecirte que...
parlamento:
D istinguida señora,
le escribo la presente para com unicarle...
«Se han llevado cuanto teníam os», dijo
Jean. «¿Qué haremos ahora?»
en lugar de
En español se escribe:
Q uerido am igo:
— Se han llevado cuanto teníamos — dijo
Solo dos letras para d ecirte que...
Jean— . ¿Qué haremos ahora?
D istinguida señora:
Le escrib o la presente para c o m u n ic ar
le... 2 .2 .2 . A n g l ic is m o s t i p o g r á f i c o s
139
la ortotipografía
al nombre del topónimo ruso del que se deri astraján. que sería la trasliteración más ajus
va el de la piel de cordero nonato. tada al nombre del topónimo ruso del que se
deriva el de la piel de cordero nonato. Emi
Esa costumbre ha sido copiada por la lio Lorenzo asegura que...
tipografía española en algunos casos (por
La costumbre es tan antiestética y tan
ejemplo, la pone en práctica el diario El
perturbadora de la regularidad del espa
País),, pero no está justificada y debería
ciado, que no se entiende cóm o alguien
evitarse.
puede copiarla. A pesar de lo cual, en
España se ha empleado esta modalidad
2 . U t i l i z a c i ó n d e l a v e r s a l it a e n
de espaciado alguna vez, obviamente por
LAS PRIMERAS PALABRAS DEL PRIMER
copia del antiestético uso anglosajón.
p a r r a f o . Otra costumbre anglosajona,
asimismo copiada por el diario El País
4. L a s l l a m a d a s d e n o t a . Se con
y puesta en práctica en sus páginas (por
sidera anglicismo tipográfico la indica
ejemplo, en los editoriales), consiste en
ción de la llamada de nota con signos
grafiar con versalitas las dos o tres pri
com o el párrafo (§), el antígrafo (H), la
meras palabras del primer párrafo de un
cruz u óbolo (f), la cruz doble ({), etcé
artículo, capítulo, parte, etcétera. Por
tera; en español, estas llamadas se ha
ejemplo,
cen norm alm ente con cifras arábigas
Se da el nombre de barbaríamos ortográficos a voladitas.
las grafías extrañas a) español que circulan en
él en palabras no generadas en nuestra lengua.
Por e je m p lo , astrakán o astracán por 2.3. Galicismos ortotipográficos
astraján, que sería la trasliteración más ajus
tada al nombre del topónimo ruso del que se
deriva el de la piel de cordero nonato. Los galicismos ortotipográficos son
los usos y costumbres ortográficos y ti
Esta forma de destacar el com ienzo de pográficos del francés utilizados en es
un trabajo, capítulo, parte, etcétera, ca pañol. Su influencia en el español ac
rece de sentido y no contribuye a desta tual es muy inferior a la que ejerce el
carlo ni a aum entar su legibilidad ni su inglés.
estética, si alguna tuviera la tipografía
del texto. Es m ás bien una decisión in
justificada que a nada conduce y que 2.3.1. G a l i c i s m o s o r t o g r á f ic o s
140
el fetichismo de la letra
2 .3 .2 . G a l i c i s m o s t ip o g r á f ic o s
3. El fetichism o de la le tra
El hecho histórico de que la tipogra
3.1. Conservadurismo ortográfico
fía francesa haya influido secularmente
en la española explica que en nuestro
Hablamos de conservadurismo orto
idioma se descubran menos galicismos
gráfico para referirnos a la tendencia a
que anglicismos se descubren actualmen
conservar todos los elem entos gráficos
te. Sin embargo, algunos hay, como, por
que forman parte de un estadio de la
ejemplo, colocar un espacio fino (anti
grafía de la lengua, aunque actualmente
guamente de un punto aproximadamen
su realización fonética se haya perdido
te) entre los signos de puntuación y al
o aminorado. Por ejemplo, hay personas
gunos otros (como las com illas latinas o
que gustan de escribir subscripto, subs
las rayas) y el texto al que se juntan:
cripción, subsc riptor, transcripto, septiem
« ¿ Se da el nom bre de — barbarismos orto
bre, obscuro, substancia, transporte, p si
gráficos — a las g rafías extrañas al español cología, gnomo, mnemotécnico, postope
que circulan en él en p alab ras no generadas ratorio, reemplazo, reembolso, reencuen
en nuestra lengua ? » tro, cerebroespinal y otras formas com
plejas en lugar de, respectivamente, sus
En español, todos estos signos, simples crito, suscrición (o suscripción), suscri-
o dobles, se pegan a la palabra a la que tor (o suscripto/·), trascrito, setiembre,
afectan: oscuro, sustancia, trasporte, sicología,
nomo, nemotécnico, posoperatorio, rem
«¿Se da el nom bre de - barbarismos ortográ
plazo, rembolso, rencuentro, cerebros-
ficos -— a las g rafías ex trañ as al español que
circulan en él en p alab ras no gen erad as en piñal. Como era de esperar, tal tenden
nuestra lengua?» cia se da tanto más cuanto más culta, en
general, es la persona. Por su influencia,
los escritores noveles tienen tendencia a
2 .4 . El barbarism o ortográfico utilizar toda la parafernalia de signos que
la ortografía permita con tal de parecer
Se da el nombre de barbañsm o orto se, cuando menos en la forma, a los es
gráfico a las grafías extrañas al español critores consagrados.
que circulan en él en palabras no gene La Academia, remisa com o es a los
radas en nuestra lengua, como astrakán grandes cambios, va dando, con todo,
o astracán por astraján, que sería la cortos pasitos en la dirección de la sim
trasliteración más ajustada al nombre del plificación ortográfica. Por ejemplo, en
topónimo ruso del que se deriva el de la la edición del Diccionario de 1992 deci
piel de cordero nonato, Astraján; CJie- dió sim plificar el grupo culto -bs- en -s-
khov por Chéjof; Tchaikowsk)>por Chai- y en la Ortografía de 1999 hizo lo pro
kovski; Pouchkine por Puchkin (v. E. Lo pio con el grupo -st-, que ahora puede
renzo, 1980, 106, quien usa el sintagma sim plificarse en -s-. Como era de espe
141
la ortotipografía
rar, los escritores cultos la han seguido que es la misma grafía que acera, solo
y ahora escriben tranquilamente oscuro que con h inicial. Jamás he visto usada
y sustancia, cuando hace poco mas de la grafía hacera, pero sigue en el d r a e 92
cinco años escribían solo obscuro y subs y en su correspondiente entrada no dice
tancia. (Se supone que, sobre todo los que sea una grafía arcaica. La escritura
m édicos, adoptarán la sim plificación de científica debería preferir las formas más
-st- en -s- y escribirán posoperatorio en simples y las grafías que responden me
lugar de postoperatorio.) A esto, Angel jor, según la tradición ortográfica espa
Rosenblat lo llamó en 1963 fetichismo ñola, a los sonidos que representan; por
de la letra, es decir, tendencia a la con ejemplo, si entre harmonía y armonía
servación de las letras aunque no cum debe elegirse la segunda porque la h no
plan ninguna función. Naturalmente, es suena, entre pagel y pajel debe elegirse
a las personas cultas a quienes compete también la segunda porque el sonido ve
la decisión de utilizar una escritura rea lar sordo se representa mejor con la j
lista, que no emplee más signos de los que con la g, y entre chabola y chavola,
que precisa para que las palabras se lean la primera, puesto que la v suena como
tal com o ellas son. la /> en español (y si suena como la b. lo
lógico es representarlo con ella). Cientí
ficamente, la utilización de las formas
3 .2 . Alternancias grafemáticas que se han desechado carece de explica
ción, puesto que también en el campo
Las alternancias grafemáticas, varian de la ortografía puede introducirse algo
tes ortográficas o alografias afectan a de homogeneidad y coherencia.
las palabras que pueden representarse
con dos o más grafías, correctas todas
ellas, puesto que están registradas en el 3 .3 . Neografisntos
Diccionario de la Academia. Es el caso,
por ejemplo, de las grafías de los gru Llamamos neograjismos a los cam
pos consonánticos y vocálicos cultos de bios ortográficos que puede experimen
que se ha hablado en el párrafo anterior. tar una palabra sin que afecten a la pro
Pero lo es tam bién de palabras cuya nunciación. Cuando una palabra pueda
grafía alterna con otra distinta, de las escribirse de dos o más formas, debe
cuales generalm ente se prefiere una. elegirse la que se avenga mejor con las
También aquí interviene el conservadu tendencias del español, como se ha ex
rismo ortográfico o fetichismo de la le plicado en el párrafo anterior.
tra, ya que muchas personas tienen ten Cuando una palabra pueda escribirse
dencia a elegir aquellas grafías que ofre en un térm ino o en más de uno, debe
cen mayor com plejidad (¿acaso para pa tenderse a escribirlo en uno, ya que ello
recer más cultas?). Por ejem plo, preferi sim plifica el lenguaje escrito y elimina
rán escribir harmonía, hannonioso y to dudas acerca de cuál de las grafías se
das las formas de la misma familia con debe utilizar. Por ejemplo, entre aprisa
esa h que no suena antes que las formas y a prisa, bajorrelieve y bajo relieve,
sin ella, com o armonía, armonioso, pese camposanto y campo santo, cortocircui
a que la Academia prefiere estas a aque to y corto circuito, deprisa y de prisa,
llas. Hay en el Diccionario de la Acade enseguida y en seguida, ¡adiós! y ¡a
mia infinidad de palabras de estas ca Dios! y otros casos semejantes deben
racterísticas, como, entre otras, hacera, elegirse las primeras formas.
142
C u a d r o 2. G r u p o s c u lto s c o n s o n á n tic o s y v o c á lic o s
143
la orlotipografía
se. traspuesta, traspuesto (p e dartes no e stá n re g istra d a s arbi tram ien to/arbi tram ento. y
ro p re fie re transponer a tras po r la A cadem ia. en otras, com o incitamiento,
poner); p re fie re trans- en v o ~ae>: las p alab ras en q u e se da cornijamiento y cornisamien
c es co m o transalpino, tran e ste e n c u e n tr o d e v o c a le s to no m u estra preferencias.
sandino, transbordar, trans suelen m an ten er el g ru p o ín Agravam ento ‘a g ra v io * y
bordo y o tras. Esta in seg u ri tegro, sin sim p lific a c ió n ; se agravam iento 'a c c i ó n de
dad a la h o ra de e sta b le c e r un e s c rib e , p u e s , anaeróbico, a g ra v ar(se)’ tienen sig n ific a
criterio lleva a a lg u n a s p crso - anaembio. anaerobiosis. guar dos distintos.
n a s 'a co lo c ar una n en p a la da espaIdas, quintaesencia, -o a -: en general en este grupo
bras que n u n ca la han llevado infraestructura, portaestan se m antienen am bas vocales,
y que la A cad em ia re g istra sin darte y o tras sem ejan tes. com o en centroasiático, cen
ella, co m o * transplante, for -a i-: solo ap arece sim p lific a d o troamericano. ps ¡coanálisis/
m a in co rrecta p o r trasplante . en quítaipón/quitapón, pero sicoanálisis, tro mboangi tis.
se m antiene en las restantes, autoaglomeración, autoaler-
com o guardainjante. gia y o tra s; sin e m b a rg o , la
2. Grupos vocálicos -a o -: no tien e a lte rn a n c ia s ni A cadem ia adm ite la alternan-
e x p erim e n ta s im p lific a c ió n ; c ia euroasiático/eurasiático.
2.1. Los GRUPOS VOCÁLICOS se escribe, pues, escarbaore- con preferencia po r la sim pli
MÁS IMPORTANTES jas. infraorbitario, portaob ficación, y no hay alternancia
jeto. para radiactividad y radiac
-a a -: aparece, sin a lte rn a n cia s, -c a -: se da e sp e c ia lm e n te en tivo; las fo rm as radioactivi>
en las siguientes p alabras: ca p alab ras c o m p u e sta s con so dad y radioactivo no e stán
gaaceite. contraamura. con bre-. en las que se m an tie registradas por la A cadem ia,
traaproches. contraarmadura, nen las d o s v o cales, co m o en -o e -: en los c o m p u e sto s cuyo
contraarmiños, contraatacar, sobreabundancia, sobreabun p rc c o m p o n c n tc te rm in a en
contraataguía, contraataque, dar, sobreaguar, sobreagudo, -o y el p oscom ponente em
contraaviso, falsaat madura, sobrealimentación, sobreali pieza con e- seguida de j y
portaalmizcle, portaaviones, mentar. sobrealzar, sobreaña otra c onsonante, ia A cadem ia
tragaavemarías, yaacabó. La dir, sobrearar, sobrearco, so p refiere la sim p lificació n en
A cadem ia re c tific ó la g rafía breasada. sobreasar, de las la m ayor parte de las pala
cenaaoscuras p o r cena- cuales solo ad m ite s im p lifi bras, com o arterioesclerosis'
oscuras, m ás ló g ic a , en la c ac ió n en sobreasada, q ue arterioscletvsis. checoeslova
edición de 1992 del D ic cio ta m b ié n se p u e d e e s c rib ir co/checoslovaco. electroes-
nario, y re g istra so lo guar sobrasada (fo rm a p referida). tricción/electrostricción. yu
da migo en vez del guarda- Por lo que resp ecta a sobrea goeslavo/yugoslavo; sin em
amigo de o tras fuentes. Este sar y sobrasar, tienen sig n i b a rg o , no a p lic a el m ism o
tipo de p alab ras su ele p re sen ficad o s d istin to s. Para sota crite rio a aeroespacial. cere
tar graves p ro b le m a s p ara su ventearse tam b ién ad m ite so broespinal. endoesqueleto.
sim p lificació n ; de h echo, en taventarse (fo rm a p referida), derm atoes q u eleto , n e uro -
m uchas de e llas las do s aes -ci-: en este g ru p o reg istra la esqueleto, homoestático. ra
perm an ecen en la p ro n u n c ia A c ad e m ia correveidile/co dioescucha y otras, que sería
ción, por lo que es ló g ico que rrevedile. jideicomiso/Jideco- preferible sim p lific a r, com o
a p a r e z c a n ta m b ié n e n la miso (p e ro so lo fideicom i re c o m ie n d a n a u to re s com o
grafía. De h e ch o , la A cad e sario y fideicomitente), con Ju lio C a sa re s (1 9 5 2 , 52) y
m ia solo a d m ite la sim p lifi preferen cia p o r el g ru p o -ei-, Pío Font Q uer (1953, xx). Así
c a c ió n e n contralm irante. y caleidoscopio/calidoscopio. pues, en este g ru p o en que
O tras fu e n te s se m a n tie n en con p referen cia p o r la su p re se da la coin cid en cia de es a
fieles a las g ra fía s aca d é m i sión de la e. prin cip io del segu n d o com
cas; El País y El Mundo. por -íe -: en este g ru p o tien e la A ca ponente, cabe ir d irectam en
ejem plo, reco m ie n d an e sc ri d em ia g ra n in seg u rid a d ; en te a la sim p lific a c ió n sin ex
bir portaaviones, con re c h a unos casos p re fie re m an ten er cesivas dudas. En otros ca
zo explícito de la g rafía por- el g ru p o , com o en adiestrar, sos tal vez sea m ejo r m os
taviones. O tras v o ces, com o compartimiento, coronamien tr a r s e a lg o c o n s e r v a d o r ,
chupaalcuzas, contraacusa to, diezmar, encantamiento com o sucede con com pues
ción. contraanálisis, corta (en las que se p u ed e su p ri to s c o m o aeroelasticidad,
alambres, extraacadémico. m ir la i); en o tras p re fie re la aeroelectrónica y otros.
intraatómico o portaestan sim p lificació n en -e-. com o -o i-: en este g ru p o , la A cadem ia
144
los grupos cultos
4.1. Los grupos consonanticos Los grupos cultos vocálicos son gra
das en las que aparecen dos o más vo
Los grupos cultos consonanticos son cales que a veces se sim plifican en un
grafías en las que aparecen uno o más solo grafema en el lenguaje ordinario. A
grafemas tautosilábicos que generalmen diferencia de los grupos cultos conso
te en el lenguaje ordinario se sim plifi nanticos, que muestran una clara tenden
can en uno solo de tales grafemas. Al cia a la sim plificación en la mayor parte
gunos de estos grupos son iniciales, apa de los casos, los grupos cultos vocálicos
recen al comienzo de la palabra, y otros son mucho más conservadores. La nor
son intermedios, aparecen en el interior ma general debe ser la de sim plificar
de la palabra (v. c. 2-1). El mantenimien siempre que sea posible y el lenguaje
to de dichos grupos en la grafía, sin re estándar lo acepte. Ha de tenerse en
ducción a un solo grafema, el predomi cuenta que este tipo de reducciones so
nante en la fonética, es una muestra de lamente pueden reí izarse en voces com
conservadurismo ortográfico, porque en puestas con un precomponcnte term ina
la pronunciación ordinaria, no intencio do en vocal y un poscomponente inicia
nada, difícilmente aparecen íntegros la do por otra vocal, igual o distinta. En
inmensa mayoría de ellos. algunos casos una de las dos vocales se
145
la ortotipografía
pronuncia con preferencia a la otra, y si con menos palabras de las que normal
son iguales, su valor fonético disminuye mente los forman. Por ejemplo, cuando
(v. c. 2-2). hablamos de De Gaulle nos referimos a
un general francés que se llamaba Char
les de G aulle; cuando m encionam os
5. La abreviación Mali nos referimos a un Estado africano
en el len g u aje escrito cuyo nombre oficial es República de
Mali; cuando escribimos eua abreviamos
5.1. E l em pleo de abreviaciones el nombre completo de un pais que se
llama Estados Unidos de América; cuan
Es frecuente la tendencia del escritor do utilizamos υεο abreviamos el nom
a utilizar formas abreviativas mientras bre completo de una organización que
va tomando apuntes de aspectos de di se denomina Unión Europea Occiden
versas fuentes, apuntes que le van a ser tal; cuando escribimos «el citado minis
útiles a la hora de redactar su trabajo. terio» nos referimos a uno que acaba
Esas formas abreviativas deben ser de mos de mencionar, como, por ejemplo,
sarrolladas en el momento en que se em el Ministerio de Educación y Cultura.
pieza a redactar el trabajo, a darle forma En todos estos casos, y aun en otros se
definitiva. mejantes que en la práctica pueden pre
En general, los trabajos científicos y sentarse, lo que hacemos es abreviar el
técnicos publicados o dispuestos para su sintagma que estamos utilizando porque
publicación no deberían llevar más que es demasiado extenso y lo vamos a em
las abreviaciones científicas y técnicas plear más de una vez. Autor y lector
que estén reconocidas o estandarizadas aceptan «de com ún acuerdo» que la
en el campo al que pertenece el destina grafía menos formal, abreviada por uno
tario para el que escribimos (normalmen u otro procedimiento, equivale a la for
te, solo ciertas abreviaturas y los sím bo mal u oficial. Es una forma de abrevia
los establecidos). Estas abreviaciones no ción correcta y admitida por el uso, pero
afectan a las palabras del lenguaje es debe hacerse de manera conveniente; por
tándar, no forman parte del desarrollo ejemplo, deberían tenerse en cuenta es
del discurso, y cuando aparecen se es tas normas genéricas:
criben entre paréntesis, van después de
cifras o en cuadros o tablas. Hay otras — la primera vez que en una unidad
formas de abreviar, como la abreviación textual (capítulo, artículo, etcéte
del sintagm a (v. § 5.2), que sí pueden ra) se cite un nombre de persona,
utilizarse en los trabajos científicos y de institución, de organización o
técnicos, mientras que formas abreviati lo que fuere, primero se menciona
vas com o las abreviaturas, los abrevia por entero (si es pertinente, segui
mientos y otras no deberían aparecer en do del año de nacimiento y muerte
esos trabajos. A continuación se anali en el caso de las personas) y en
zan unos y otros. las menciones posteriores se utili
za la forma abreviada;
— si se trata de una denominación que
5.2. Abreviación del sintagma tiene forma abreviativa (general
mente sigla), se menciona primero
Se llama así a ciertas formas de pre por entero e inmediatamente des
sentar algunas denom inaciones o títulos pués, entre paréntesis, la sigla, para
146
la abreviación en el lenguaje escrito
después utilizar esta en el texto tera pase a ocupar otra posición en la lí
subsiguiente (v. § 5.3). nea, con lo cual debería devolvérsele su
grafía abreviada.
Si se cambia de unidad textual (por ejem Este problem a ha llevado a algunos
plo, de capítulo en un libro, de articulo diarios, como El Pais, a prohibir la utili
en un periódico, de trabajo en una revis zación de la abreviatura etc. (obliga a uti
ta), debe aplicarse la norma como si se lizar siempre la palabra escrita por ente
tratase del inicio absoluto de un capítu ro, etcétera). Sin embargo, habría que pe
lo, artículo, etcétera. Cuando la referen dir a los autores que restrinjan al máxi
cia se haga con el nombre genérico de mo la utilización de la palabra y su abre
la institución o entidad (como en el caso viatura; la lengua tiene otros recursos
del ministerio citado anteriormente), este para dar a entender que lo dicho no com
nombre genérico se escribe con minús prende la totalidad de lo que podríamos
cula, puesto que no estamos utilizando decir acerca de algo (en realidad, muchas
el nombre oficial o propio de la institu veces el etc. no oculta nada más que la
ción o entidad, sino el genérico (es in ignorancia en relación con lo que sigue:
dudable que el Ministerio de Educación se pone ctc. cuando no se sabe qué aña
y Cultura es un ministerio). dir).
Los abreviamientos son fórmulas fa
miliares, y por esta causa no deben apa
5.3. Abreviaciones recer en los impresos formales, como
de palabras y sintagmas los escritos científicos y técnicos.
Los símbolos se usan cuando la nor
Las palabras y sintagmas de un texto ma lo permita y tal y como esta lo esta
se pueden abreviar mediante los proce blezca.
dimientos de la abreviatura, el abrevia Las siglas pueden ser de diversos ti
miento, el símbolo y la sigla. En textos pos, y en algunos textos científicos o
ordinarios, la única abreviatura que se técnicos se abusa de ellas. La norma ge
consiente es etc. ‘etcétera*; las restantes neral para este tipo de escritos es utili
están prohibidas, salvo lo que se dice en zar el menor número de siglas, aunque
el apartado 5.1 anterior. Sin embargo, la sean especializadas, y nunca sin aclarar
abreviatura etc. es actualmente un verda cuál es su significado. Para ello puede
dero quebradero de cabeza. En efecto: optarse por mencionar primero el enun
según una vieja regla ortotipográfica, se ciado y seguidamente, entre paréntesis,
prohíbe su aparición a principio de linea; la sigla, que será la que se use en el
esto hace que, cuando es así, el correc texto posterior, o bien mencionar la si
tor tipográfico de turno, o el propio au gla, colocar entre paréntesis el enuncia
tor o traductor, desarrollen su forma y la do (si es extranjero, seguido de la tra
conviertan en etcétera, con todas sus le ducción española entre comillas simples,
tras, cada vez que aparece en esa posi sin coma intermedia) y usar la sigla en
ción. Sin embargo, con los modernos sis el texto posterior. Por lo demás, para
temas de composición, como la fotocom- mantener la estética de la página de tex
posición o la autoedición, el texto es ab to, las siglas se com ponen con letras
solutamente incontrolable, y basta que se v e r s a l i t a s , no con MAYÚSCULAS, ya
elimine o se añada una coma para que que estas son mucho más espectaculares
todo el texto del párrafo afectado se re y contribuyen a destruir la regularidad
corra automáticamente y la palabra etcé visual del texto.
147
la ortotipografía
6. Los signos 2. S i g n o s o r t o g r á f ic o s a u x i l i a r e s .
Los signos ortográficos auxiliares com
Si bien son signos todos los caracte prenden una serie de signos que tienen
res que se emplean en tipografía para una determinada función ortográfica que
expresar el contenido de cualquier tex no es diacrítica ni sintagmática. A veces
to, se le da especialm ente ese nombre a afectan a una sola palabra, como el as
cualquier dibujo o símbolo que repre terisco, el calderón o antígrafo, la cruz,
sente algo distinto de su figura o indi obelisco u obelo y la cruz doble, la m a
que una operación matem ática. En un necilla, el párrafo. Otros pueden tener
texto impreso intervienen m ultitud de función relacionante entre la letra, pala
signos, em pezando por las letras, que bra o grupo de palabras que le preceden
son los signos propios de un alfabeto, y y los que le siguen, como la antibarra
siguiendo por los ortográficos y los es (poco usada en ortografía), la barra y la
pecializados. barra doble, el cristus, el et, la Hecha, el
guión, el igual, la pleca y la pleca doble,
y el punto alto o medio. En unos pocos
6 .1 . Signos ortográficos casos, como la llave, a veces puede te
ner función simple, pero también la sue
6 .1 .1 . C l a s e s d e s ig n o s o r t o g r á f ic o s le tener doble.
148
los signos
C u a d r o 3. C la s if ic a c ió n d e lo s s ig n o s o r to g r á fic o s
diacríticos
! punto suprascrito ( )
diéresis ( )
sobrerraya ( )
cedida (<;)
subpunto ( )
subraya ( )
índice ( ')
índices superindice (*··)
laterales subíndice („ t)
apóstrofo ( ’)
antibarra (\)
asterisco (· )
barra (/)
barra doble (//)
calderón (U)
cristus (*)
cruz (f)
cruz doble (J)
et (&)
auxiliares flecha (-» )
guión (-)
igual (*)
linca de puntos ( ....... )
llave ( | | )
manecilla («*■)
párrafo (§)
pleca (|)
pleca doble (|j)
punto alto o medio (·)
puntos encorchetados
punto (.)
coma (,)
de puntuación punto y coma (;)
dos puntos (:)
puntos suspensivos (...)
149
la ortotipografía
dad desde el punto de vista del uso, con los diacríticos establecidos para
la salvedad de que la sobrcrraya no de cada caso;
bería cruzar las astas ascendentes de las 2) en las restantes obras, cuando no
letras, como b, d, j, etcétera, por el efec sea necesaria una precisión extre
to antiestético que se produciría, de tal ma, los diacríticos pueden evitar
manera que, si es posible, la raya debe se, pues en la mayor parte de los
trazarse de forma que no afecte a esas le casos no servirán para nada, debi
tras. Tampoco los suscritos presentan ma do al desconocimiento por parte
yor problema. Como en el caso anterior, del lector.
y por la misma causa, habría que procu
rar que la subraya no cruzase las astas Sin embargo, si se dispone de la posi
d e s c e n d e n te s de le tras com o p y q. bilidad de utilizarlos, es recomendable
En el caso del índice (') y el apóstro escribir todos los diacríticos, se apliquen
fo O suelen darse errores de uso por a vocales o consonantes, empleados en
confundir las figuras de uno y otro. El idiomas que se escriben con alfabeto la
índice, que es una tilde o signo pareci tino; por ejemplo, debe escribirse á, é,
do, se utiliza, a la derecha de otro signo, o. i, s, z, etcétera. A vcccs, cuando no se
para indicar dispone de alfabetos con esos signos,
algunos pueden sustituirse por otros que
1) en g eom etría indica el m inuto se les parecen; por ejemplo, en trascrip
sexagesimal, unidad de ángulo que ciones del árabe, el hamza puede repre
equivale a la sexagésima parte del sentarse con un apóstrofo (*), y el ‘ayn,
grado sexagesimal; con una comilla simple abriendo (*); el
2) en geografía y astronomía indica ham za se consigue m ejor con una c
tam bién minutos ( ') y segundos voladita: c, y mejor aún si se emplea
O ; para ello una letra paloseco estrecha: l.
3) en matem áticas se emplea afectan
do a una letra con valores de dos o 2. S ig n o s o r t o g r á f ic o s a u x i l i a r e s .
más formas análogas, pero distin Los signos ortográficos auxiliares tie
tas: a \ a \ a ' \ que se leen, res nen usos muy distintos. Unos se escri
pectivamente, a prim a, a segunda, ben juntándolos a la palabra a que afec
a tercera. tan, como el asterisco, la cruz y la cruz
doble; otros, como el calderón o antígra-
El apóstrofo se usa generalmente entre fo, la flecha, la manecilla y el párrafo,
dos letras para indicar la elisión de una se separan de la palabra a que afectan
de ellas, la primera: d'aquel. ¡'aspereza. mediante un espacio fino, mientias que
En la trascripción de textos en idio otros, como la barra, el guión y la pleca
mas que utilizan alfabetos distintos del en algunos casos se emplean sin espacio
latino pueden presentarse muchas letras alguno entre los términos relacionados,
con diacríticos, tanto vocales como con y otros, como el igual, la doble pleca y
sonantes. La regla de oro para su aplica los puntos encorchetados se escriben con
ción debe ser la siguiente: el espacio normal de la línea antes y
después; el punto medio suele situarse
1) en obras de contenido científico y entre espacios finos, pero en algunos ca
técnico, así como en diccionarios, sos no los necesita.
especialm ente en los enciclopédi Los signos que se juntan a otro signo
cos, lo más acertado será emplear o palabra y los que se separan de ellos
150
los signos
151
la ortotipografía
de otras (como los títulos de capítulos Dijo un célebre m arino: «M ás quiere Es
en libros, artículos en publicaciones paña honra sin b arco s que barcos sin
h onra».
seriadas, etcétera) y en los significados.
Para su em pleo deben observarse las si
Este punto, como se ve, no cierra
guientes normas:
solo la oración Más quiere Espa
ña honra sin barcos que barcos sin
a) por lo que respecta a las citas en
honra, sino todo el período que
textos españoles, las com illas se
empieza en Dijo un célebre mari
usan por este orden: se abre y cie
no. Por consiguiente, el signo debe
rra con las comillas latinas (« »);
ir fuera y cerrar el conjunto.
si dentro de este entrecom illado es
preciso utilizar nuevas com illas, se
abre y cierra con las com illas in 3.3.2 Los paréntesis y los corchetes.
glesas (“ ”); si dentro de estas es como todos los signos dobles, se escri
necesario abrir un nuevo tipo de ben precedidos de espacio y seguidos
com illas, se emplean las sim ples o de espacio o de signo de puntuación y
sencillas ( ‘ ’); no es probable que espacio (v. § 6.1.2-3.2):
se necesiten más tipos de com i
El ápex y los e sp íritu s (áspero y suave) son
llas, pero si excepcionalm ente se
sig n o s o rto g rá fic o s d ia c rític o s sup rascrito s
presentara la necesidad, dentro de acen tu ales.
las sencillas podrían utilizarse las
angulares (< >); Ambos signos se escriben con el mismo
b) la puntuación de los entrecom illa
tipo de letra con que se escriba la letra,
dos es como sigue: todos los sig palabra, frase o período que encierre:
nos de puntuación se colocan des
pués de las com illas de cierre, m e El ápex y los esp íritu s (áspero y suave) son
nos el punto, que puede ir antes o sig n o s o rto g rá fic o s d ia c rític o s suprascritos
después, según los casos; para di acen tu ales.
rim ir cuándo se coloca dentro y
cuándo fuera de las com illas, se Si la palabra o frase más próxima a los
tiene en cuenta esta regla: si las signos de apertura y cierre cambia de
com illas abren, también deben ce forma, ambos signos deben tener la gra
rrar y, por consiguiente, el punto fía que corresponde al periodo:
va dentro de las com illas de cie
rre: Según el m in istro (¡q u ien no dice que el paro
aumentará !), las c ifra s son alentadoras...
« M ás q u iere E spaña ho n ra sin barco s que
b arco s sin h o nra.»
Tiene el paréntesis de cierre un oficio
Si las com illas no abren, tampoco como signo simple: el de acom pañar a
cierran; es decir, que si abren des las cifras o letras con que se numeran los
pués de un signo de puntuación apartados de un párrafo. En estos casos,
(excepto el punto) o en ausencia cuando acom paña a letras m inúsculas
de signos de puntuación, el punto (también puede acompañar a letras ma
debe colocarse fuera de las com i yúsculas, sean redondas o cursivas), es
llas de cierre, puesto que estas es tas se escriben de cursiva (salvo que lo
tán incluidas en el período al que que sigue sea un titulillo escrito en cur
pertenecen: siva, caso en el cual la letra de orden se
152
los signos
153
la ortotipografia
154
4 La bibliología
155
la bibliología
tonales. Los asesores editoriales son per comité editorial (cuya misión es la de
sonas, generalm ente especialistas en al establecer la política editorial, mantener
guna rama del saber, profesionales o uni el prestigio de la revista, atraer origina
versitarias, a las que el editor recaba con les, etcétera). En cualquier caso, el res
sejo en relación con una obra o un con ponsable último de la publicación de un
junto de ellas. Los lectores son personas artículo es el director de la revista, quien
que conocen una materia y a las que se ejerce sus funciones con la ayuda del
somete una obra literaria, científica o consejo de redacción.
técnica para que la lean y emitan un in Así pues, los trabajos presentados a
forme, llamado informe de lectura, que una revista científica pueden ser admiti
ayudará al editor a tom ar una decisión dos para su publicación o rechazados.
docum entada sobre la obra. Los comités Las razones habituales para el rechazo
de lectura o com ités editoriales son gru suelen ser la falta de relevancia o signi
pos de personas que tienen por función ficación para el avance del conocimien
asesorar al editor acerca de las obras que to, los errores m etodológicos (muestras,
es conveniente publicar en una línea edi métodos de investigación, tratamiento es
torial determinada. Este comité puede ser tadístico) o bien la no coincidencia con
periódicamente reunido por el editor para el campo cubierto por la revista. El re
poner al día sus ideas en relación con la chazo puede ser total (el trabajo no me
línea editorial que sigue la empresa edi rece ser publicado) o parcial; en este caso
tora. han detectado una serie de deficiencias
La función de los asesores y com ités relacionadas con la forma de presentar
editoriales es fundamental para el buen el trabajo, con el nivel de lengua y de
fin de una em presa editora. Pero no terminología empleado que entra en con
dejan de ser, en cualquier caso, aseso flicto con una o más normas de las ins
res. Esto quiere decir que la responsabi trucciones a los autores estatuidas por la
lidad última de las decisiones editoria propia editorial y publicadas en la revis
les, com o no podía ser de otra manera, ta. Si estas normas no prevén lo contra
es del propio editor, quien no solo d efi rio, el trabajo rechazado se devuelve a
ne la política editorial, sino todos los los autores.
demás elem entos que darán cuerpo al Estos asesores se denom inan también
producto. expertos de igual rango, porque se su
pone que los trabajos fruto de la investi
gación han de ser juzgados por personas
2.2. La revisión p o r expertos expertas en los mismos campos y del
mismo nivel que los autores, y se les
Las editoriales de revistas científicas aplican también los nombres de árbitros.
actúan de forma algo distinta. Sus di pares, consejeros o revisores (además del
rectores (o los consejos de redacción en de asesores).
su caso) som eten el trabajo presentado La función de los asesores científicos
para su publicación a lo que los ingleses es doble: por un lado, mantener alto el
llaman p eer review (revisión por exper prestigio de la em presa o la revista para
tos) para que lo evalúen. Suelen ser dos la que actúan, y por otro, ayudar a los
científicos. Si sus criterios son divergen escritores a perfeccionar el estilo, la pre
tes, se elige un tercero. En algunos ca sentación y el contenido de sus trabajos.
sos, las revistas obran de forma distinta: Tienen, pues, responsabilidades éticas y
encom iendan la función evaluadora al morales con ambas partes, lo que hace
156
el comité editorial y el comité de expertos
157
la bibliología
te de que los revisores firmen sus infor — tipo de trabajos que publica: mate
mes con objeto de m antener la traspa rias que atiende en los contenidos
rencia y la ética científica. de la revista;
— idioma: si publica en inglés, los tra
bajos se difunden y citan con más
2.3. Selección de la revista facilidad, pero deben entregarse re
dactados en este idioma;
En muchos casos, el proceso editorial —- difusión: qué tirada tiene la revista
com ienza antes de que el autor em piece y alcance de su distribución;
a escribir su trabajo. No será así cuando — prestigio: interesa saber si el equi
el autor haya escrito una tesis o un li po asesor científico cumple su fun
bro. M uchas tesis no se publican y m u ción con decoro o bien si la revis
chos libros se destinan a una editorial ta carece de él o no se sabe que lo
después de escritos (salvo que se escri tenga.
ban por encargo). Sí lo será cuando lo
que desee escribir sea un artículo o un
trabajo para una revista. 2.3.2. F u e n t e s pa r a la s e l e c c ió n
En el caso de que se trate de un artí
culo, lo primero que debe hacer el au Pueden consistir en
tor, antes de ponerse a escribir, es elegir
la revista donde quiere publicar su tra 1) repertorios y bases de datos biblio
bajo. La revista elegida nos dará hecha gráficas, o
también la definición del destinatario del 2) catálogos de bibliotecas, hemero
artículo. La elección de la revista habrá tecas y centros de documentación
de hacerse midiendo todos los pros y especializados.
contras, ya que de ello depende la difu
sión de la com unicación. Es una pero Los primeros son exhaustivos, pero me
grullada decir que no todas las revistas recen escasa fiabilidad debido al defi
son adecuadas para todos los trabajos, ciente control, y los segundos son me
pero es importante que el escritor lo sepa. nos exhaustivos, pero merecen fiabili
El am plísimo círculo de revistas que se dad por su mejor control.
editan anualmente en el mundo empieza
a reducirse paulatinamente como posi
bilidad de publicación en cuanto vaya 2.3.3. N o r m a s pa r a la p r e s e n t a c ió n
mos definiendo el alcance y destinatario d e o r ig in a l e s
de nuestra comunicación.
Utilizando los instrumentos de bús
queda apuntados antes, se debe proce
2.3.1. C r it e r io s d e s e l e c c ió n der a identificar las revistas en las cua
les publicar nuestro trabajo. No estará
Para la selección del medio en que se de más, si se puede, conocer la revista
debe publicar un artículo científico debe tísicamente, consultarla en una bibliote
tenerse en cuenta (según Emilio Delga ca, hemeroteca o centro de documenta
do L ópez-C ózar en D elgado Lópcz- ción Es importante leer atentamente las
Cózar y otros, 1977, 12 ss.): normas para la presentación de origi
nales que todas las revistas científicas
— cobertura: difusión de la revista; suelen insertar, ya que proporcionan da
158
el trabajo de edición
159
la bibliología
F i g . I. Esquema, basado en las teorías de Van de Fie». 2. Este método para el establecim iento de las
Graaf, para la obtención de las dim ensiones de la dimensiones de la caja de composición se denomi
caja de com posición. Se utilizan las dos páginas na escala universal y se debe al destacado tipógra
enfrentadas, par c impar (por este orden), y se tra fo argentino Raúl M. Rosarivo. Consiste en dividir
zan las dos diagonales del rectángulo grande y una la superficie del papel (páginas par e impar enfren
de cada uno de los rectángulos pequeños (cada m i tadas) en un núm ero de partes iguales que sea
tad del grande), en la forma que indica el esquema; múltiplo de tres tanto en sentido vertical com o ho
arriba, en el centro, se forma otro rectángulo, al rizontal. De ellas, se loman una para el margen de
que se trazan también las diagonales; los puntos cabeza y el de lomo y dos para el de corte y el
donde se cruzan estas diagonales con las del rec de pie. La m ancha o caja queda, así, situada en su
tángulo grande nos indican la situación de los vér lugar, con las dim ensiones de los respectivos már
tices de las cajas de com posición, com o se ve. En genes. En la página par (izquierda), los márgenes
la página de la derecha, el rectángulo menos inten tienen estos valores: lomo, I ; cabeza, 1,5; corte, 2.
so corresponde a las dim ensiones de la caja obteni y pie, 3. C om o se ve, también desperdicia mucho
da por ese procedimiento. El rectángulo más inten papel (propio, pues, para obras de lujo), por lo que,
so representa la misma página, pero situada en su am pliando un 50 % (salvo en el margen de cabeza,
lugar, con lo que se com prueba que obtenemos de donde la ampliación ha de ser inferior) las medidas
una vez las dim ensiones de la caja de composición de la caja en los márgenes que se indican en la
y también las de los m árgenes. La proporción de página impar (derecha), aprovechamos más el pa
estos en este caso es la siguiente: lomo, I; cabe pel y nos da estos márgenes: lomo, I; cabeza, I:
za, 1,5; corte delantero, 2, y pie, 3. Esta proporción corte, 1,5, y pie, 2. Así resulta apropiado para todo
es apropiada para obras de lujo tipo de obras
gamos un libro que mide 23,5 * 15,5 pueden tener en cuenta otras considera
centím etros; si m ultiplicam os por 4 cada ciones; por ejemplo, el número de ejem
una de esas dim ensiones, tenemos un plares; si este ha de ser elevado (por
pliego de 94 * 62 cm ; com o hay que ejemplo, más de cinco mil), las papele
aum entar el papel que se desperdicia en ras fabricarán papel especialm ente para
el refilado o desvirado (es decir, el cor esa obra a precios más o menos asequi
te con la guillotina del libro intonso, para bles; si la tirada es muy baja, no vale la
que sus hojas puedan abrirse), tenemos pena, y lo mejor es cambiar de formato.
que el pliego utilizable para la im pre
sión debería m edir 100 * 70 cm; ¿existe
ese formato com ercial?; en efecto, exis 3.1.2. M e d id a s d e l a p á g in a
te, por lo que podem os elegir ese forma TIPO G RÁ FIC A
to, si es el que nos satisface. Si la diferen
cia es despreciable, la solución consiste La página tipográfica se llama caja,
en adecuar el form ato del libro al del caja de composición o mancha (figs. I
papel, con objeto de abaratar la edición. y 2). Las dimensiones de la caja depen
Si la diferencia es notable, entonces se den, en parte, del contenido de la obra.
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el trabajo de edición
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la bibliología
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discontinua, adm iten cuerpos más pe pequeño requerirán un interlineado mu
queños (aunque en este caso se suele cho menor o incluso podrán prescindir
echar mano de la división de la página de él.
en columnas, y entonces puede adecuar
se el cuerpo a la medida).
En cuanto al interlineado, puede ser 3 .1 .6 . B l a n c o d e c o r t e s ía
0, es decir, com poner un texto ojo/ojo; EN LOS A RRA N Q U ES
desde este punto de vista, com pondría
mos un texto 10/10, sin interlineado (no Normalmente, el arranque o comien
es recom endable el interlineado negati zo de prólogos, introducciones, capítu
vo, es decir, aquel en que el ojo sea m a los, etcétera, se inicia con un blanco de
yor que el cuerpo: 9/8.5, por ejemplo, cortesía (en algún libro, tales partes pue
ya que, en casos así, las astas ascenden den com enzar a la cabeza de la caja de
tes de una línea y las descendentes de la com posición, separadas entre sí por los
anterior se tocan). Lo norm al, en textos blancos que se hayan establecido — por
de lectura continua, es que haya un pun lo tanto, sin blancos de cortesía— , pero
to de interlineado; por ejemplo, 10/11, es lo menos habitual). Este blanco pue
lo que perm ite una lectura muy equili de establecerse de varias maneras; por
brada y clara. En algunos textos, espe ejemplo, puede equivaler a un tercio o a
cialm ente los destinados a chicos y per un cuarto de la página (fig. 4). También
sonas de edad, el interlineado puede ser se aplica la proporción áurea; es de
de dos o tres puntos para facilitar la lec cir, se hallan los 5 /8 de la altura de la
tura. página, que constituyen la parte del pie
Al establecer el interlineado debe te de la página, y los 3 /8 restantes son el
nerse en cuenta el ojo de la letra que blanco de cortesía; es un blanco seme
utilicem os. Hay letras que tienen un ojo jante al tercio de la página, pero no exac
m edio muy alto, por lo que requieren un tamente igual. Para que el lector se haga
interlineado fuerte, mientras que otras una idea, el cuarto de esta página que
letras que tienen un ojo medio más bien tiene ante sí equivale a 1 1 ,5 líneas ( 1 2 ,
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el trabajo de edición
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la bibliología
grafía y el índice de materias deben co carse por alguna razón. Por otro lado,
menzar en página impar. La lista de cua los párrafos terminan con una línea, la
dros e ilustraciones, los agradecimien última, que generalmente es corta. Este
tos, las advertencias y algunos de los hecho, que es normal, se convierte en
componentes de los anexos (cronologías, anormal cuando la línea corta tiene me
etcétera) pueden ocupar página par o im nos de cinco letras, sin contar el punto.
par, según les corresponda. Las portadi En estos casos se resuelve recorriendo
llas internas (las que llevan el título de ligeramente el texto anterior para obte
cada parte) deben com enzar siempre en ner alguna sílaba más con la que au
página impar y la par siguiente debe ir mentar el contenido de la línea corta.
en blanco. En cuanto a! texto, es antiestético si el
Los capítulos com ienzan en página espaciado no es regular (por ejemplo,
nueva, que puede ser siempre impar (si cuando aparecen lineas muy espaciadas
todos empiezan en impar) o bien par o en la proximidad de líneas con espacia
impar, según la que le corresponda (si do muy estrecho), cuando hay demasia
van seguidos). Los capítulos se dividen dos guiones de final de linea seguidos (se
en párrafos, que son las unidades con consienten tres en m edidas norm ales
ceptuales formadas por un número inde y hasta cinco en medidas estrechas) y
term inado de líneas. Para descargar el cuando dos o más palabras o fragmen
texto y no construir párrafos excesiva tos de palabras aparecen a principio o fi
mente largos, que rechazan una lectura nal de dos o más lineas seguidas.
continua, los párrafos se dividen, cuan Una página o una columna o fragmen
do es pertinente, en otras partes meno to de columna no deben comenzar con
res que se llaman apartados, a su vez una línea corta que sea final de párrafo
divididos en subapartados e incluso en (sí se admite si la línea corta comienza
partes menores. y acaba en la misma línea, es decir, aque
Hay, además, otros aspectos que pue lla que por si misma forma un párrafo);
den contribuir a hacer más legible la pá por ejemplo, una que diga: «Sí, señor»;
gina, más equilibrado su contenido, más aunque sea corta, que lo es, se conside
artístico el conjunto. Por ejemplo, los ra correcta).
párrafos suelen em pezar con un blanco Los títulos y subtítulos entre párrafos
al com ienzo de la primera línea, blanco deben estar precedidos y seguidos de un
que recibe el nombre de sangría y que blanco, el primero de los cuales debe
consiste en com enzar el texto algo más ser, preferiblemente, el doble que el se
adelante al principio de la línea. Nor gundo o, en otro caso, que sea mayor el
malmente, con un cuadratín es suficien primero que el segundo. Al final de una
te, pero en lineas que midan más de vein página, detrás de una línea de título con
te ciceros puede utilizarse cuadratín y su blanco, no debe haber menos de dos
medio (un cuadratín es un cuadrado que líneas de texto; una es incorrecto.
tiene de lado tantos puntos como puntos La página final de un capítulo o parte
tenga el cuerpo — no el ojo— en que se semejante no debería tener menos líneas
compone; en un cuerpo 12, por ejem que las que forman el arranque de capí
plo, cuadratín y medio son 18 puntos; tulo (v. § 3.1.6). Como esto puede resul
en un cuerpo 8 equivale a 12 puntos). tar imposible en la práctica, se acepta
Normalmente, pueden considerarse anti que cualquier página final de capítulo
estéticas sangrías cuyos blancos sean (llamada página de birli si es corta) ten
desmesurados, salvo que puedan ju stifi ga como mínimo cinco líneas de texto.
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el original
Para ello, en ocasiones puede ser nece de sopetón, sino a través de un atrio, o
sario marcar algún recorrido del texto en el propio domicilio mediante un za
anterior, con objeto de hacer que un pá guán o vestíbulo. Esto no quiere decir
rrafo doble una línea y que las necesa que sean incorrectas las presentaciones
rias pasen a la página corta incorrecta de una obra cuando tales hojas no exis
para que deje de serlo. ten, pero, si se puede, es mejor comen
La estética de la página impresa tiene zar el libro con una hoja (dos páginas) de
también que ver con las letras iniciales cortesía.
destacadas que se emplean en algunas Lleve o no hojas de cortesía al princi
revistas, incluso en las científicas. En pio, sí debe llevar el libro una hoja de
estos casos debe tenerse en cuenta que cortesía al final. A veces, los libros aca
la inicial no debe ir en la primera línea ban de tal manera que la última página
de una columna ni tampoco tan al pie es impresa, y aun en ocasiones es total
que no queden al menos dos líneas de mente impresa. Antiguamente, cuando se
texto después de la inicial (con las lí daban estos casos, el propio encuaderna
neas que esta comprenda). dor añadía m anualm ente una hoja en
Es asimismo una cuestión de estética blanco para que el libro no terminase de
de la página la colocación y el tamaño forma tan abrupta. Hoy puede darse el
de las ilustraciones y de los cuadros. Es caso de libros que acaban así, abrupta
tos nunca deben interrumpir el texto y mente, o bien, caso contrario, con diez
su tamaño debe estar en relación prim e o más hojas en blanco (especialmente en
ro con su contenido y después con el libros co n feccio n ad o s en los E stados
formato de la página. Normalmente, los Unidos). Aunque al editor le cuesta más,
correspondientes epígrafes deben tener a veces, elim inar esas páginas en blan
la anchura del grabado o ilustración, sal co, la verdad es que no están empleadas
vo que por sistema tengan todos la m is en señal de respeto, sino de comodidad
ma medida, que en este caso será la de y ahorro (para el editor), por lo que no
la página o de la columna respectiva. deberían lastrarse con ellas los libros.
Contribuyen también a la estética de
la página las líneas de folio, que pueden
constar solo del número de la página, con 4. El original
filete o sin él, o bien ir acompañados del
nombre del autor, título del libro o de la Una vez aprobado el trabajo, el autor
parte, con numeración de esta o sin ella, debe corregirlo según se le haya indica
normalmente subrayado por un filete a do (si ese es el caso) o presentarlo en la
toda la medida de la página. forma que en la editorial se haya esta
blecido mediante las instrucciones a los
autores. El original puede presentarse de
3.1.8. H o ja s d e c o r t e s ía dos maneras: solo en papel o bien en
soporte inform ático (que com prende
Los libros pueden llevar una (es lo ha también una copia en papel).
bitual) o dos hojas totalmente en blanco
al comienzo, y pueden acabar con una
(como mínimo) o más hojas en blanco al 4.1. Original en p a p el
final. Las hojas de cortesía constituyen,
en principio, una muestra de respeto al Las normas para presentación de ori
lector, al ofrecerle entrar en el templo no ginales suelen contener reglas muy pre
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ei original
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rresponda a los apartados 2.1, 3.1, 4.1 y b) las cantidades (alineación decimal):
así sucesivamente. AI escribir la nume
ración decimal, todas las cifras llevan el 4 365,467 098 8
23 444 ,4 6 7 098 85
punto que les corresponde, incluida la úl
423 453,673 521 743
tima: 4.2.3.2.; sin em bargo, al mencio 5 154 9 7 5 ,9 6 5 234 548 6
narla en una remisión o referencia, el úl 4 6 876 5 49,784 234 564 67
timo punto se omite: (v. 4.2.3.2). 34 6 876 5 49,784 234 564 679
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puesto, llamado galerada, se ataba y se tercera cinta perforada sin erratas. Pos
apilaba junto con las restantes de la m is teriormente se introdujo una película do
ma obra. Una vez terminado el original, ble para poder corregir las erratas por
se les sacaba una prueba, que se desti medio del stripping, levantando una de
naba a la corrección. las capas de la película para añadir otra
Este sistema em pezó a ser sustituido capa nueva con la corrección. Cuando
por otro más rápido y seguro cuando en la fotocomposición alcanzaba altas co
1886 Ottmar M ergenthaler inventó la li tas de perfeccio n am ien to surgió, en
notipia en los Estados Unidos. Se trata 1985, la autoedición, al poner a punto
ba de una máquina maravillosa que pro un programa compaginador (el PageMa
porcionaba las líneas en una sola pieza, ker) y una impresora de láser (la La
con lo que se eliminaba el peligro de los serWriter).
em pastelam ientos o desorganizaciones A partir de ese momento se incremen
de la com posición, muy comunes en la tan las ventajas de este sistema de com
composición manual. Sin embargo, el he posición y compaginación de textos, en
cho de que la máquina dispusiera de un constante evolución y perfeccionamien
crisol en el que se hallaba el material de to. En este sistema, que puede com bi
imprenta (plomo, antimonio y estaño) en narse to n bases de dalos para el trata
estado líquido, hacía que sus evapora miento de la información, se pueden lle
ciones fueran peligrosas para los opera var a cabo las composiciones más com
rios. Por consiguiente, en el momento plejas (por ejemplo, los diccionarios) sin
mismo de su invención se le empezaron gratules problemas, con enormes venta
a buscar sustitutos a la linotipia. jas. Muchas revistas, científicas o no, y
A finales del siglo xix ya se habían editoriales han instalado ordenadores
empezado las investigaciones para con para la composición y compaginación
seguir un sistema de composición que de sus libros mediante este sistema. Esto
aprovechara las cualidades de la foto ha hecho que los antiguos talleres de
grafía. Desde com ienzos Jel siglo xx, fotocomposición, pese a haberse recon
estas investigaciones fueron incremen vertido a los nuevos sistemas, se hallen
tándose en todos los países, especialmen en franca regresión en lo que respecta a
te en Francia y los Estados Unidos. A su número y al volumen de trabajo. Sin
mediados de ese siglo se puede decir embargo, es aquí donde el nuevo siste
que com ienza a ser rentable el primer ma, la autoedición, no aporta ventaja nin
sistema de fotocomposición, la primera guna, sino todo lo contrario. Los talle
generación de fotocomponcdoras, que no res de fotocomposición están dirigidos
eran más que linotipias transform adas por profesionales de la composición y
para su uso con matrices fotográficas de compaginación de textos, y los autoedi-
cada letra, en lugar de matrices de latón. tores, salvo excepciones, son, en muchos
Desapareció, pues, el crisol con sus pe casos, meros aficionados que saben apro
ligros, pero el sistema era muy lento. vechar las virtudes de los ordenadores y
Las correcciones suponían, en estos pri de los programas con los que trabajan,
meros aparatos de fotocomposición, una pero que ignoran todo aquello que los
remora importante. Se llegaron a utili ordenadores y los programas no saben o
zar dos cintas perforadas, la compuesta no pueden hacer.
originalmente, antes de la corrección, y En esta encrucijada, de la que no se
otra con las correcciones; sometidas las sabe cómo se saldrá, el perdedor es el
dos juntas a un proceso, se obtenía una texto y, con él, el lector.
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19. Componer sin sangría. Se usa 29. Componer con letra mayúscula
Lmto en la co rrecció n de estilo com o o versal cursiva. Se usa tanto en la
en la tip o g ráfica. Indica que la san corrección de e stilo co m o en la tipo
gría ex isten te no debe m antenerse. g ráfica. Tam bién se puede indicar su
20. Llenar la linea. Se usa en la co brayando u ovalando el texto y aña
rrecció n tip o g ráfica cu ando una li diendo: may. curs., may. c a o c. a. c.é.
nea final de p á rra fo es corta y d ispo 30. Componer con letra mayúscula
ne de un blanco inferior al de la c o o versal negrita. Se usa tanto en la
rresp o n d ien te sangría si la usa o la corrección de estilo com o en la tip o
que en su caso usaría. g rá fic a . T am bién se p u e d e in d ic a r
21. Vale lo tachado. Queda sin efec su b ra y an d o u o v a la n d o el te x to y
to la corrección señalada. Se usa añadiendo: may. negr., may n.' o c. a.
tanto en la co rrecció n de estilo com o negr.
en la tipográfica, en am bos casos para 31. Componer con letra mayúscula
indicar que una correcció n es inváli o versal cursiva negrita. Se usa tan
da y que vale el texto tachado. to en la corrección de e stilo com o en
22. Componer con letra cursiva. Se la tipográfica. T am bién se puede in
usa en la correcció n de estilo y en la dicar subrayando u ovalando el texto
tip o g ráfica. Tam bién puede indicarse y añadiendo: may. curs. negr. o may.
su brayando ti ovalando el texto y a ñ a c.*n.\
diendo: curs., c*. 32. Anular el subrayado. Se usa tan
23. Componer con letra cursiva ne to en 11\ corrección de estilo com o en
grita. Se usa tanto en la corrección -/ / i**/· la tip o g ráfica . 1:1 su b ra y ad o puede
de e stilo com o en la tipográfica. Tam com prender una o m ás líneas.
bién se puede indicar subrayando u 33. Igualar el espaciado. Se usa en
ovalando el texto y añadiendo: curs. la corrección tip o g ráfica cuando los
negr. o c.a negr. espacios que separan las palabras son
24. Componer con letra versalita Se desiguales.
usa tan to en la co rrecció n de estilo 34. Centrar las lineas en sentido ver
co m o en la tipográfica. También se tical. Se usa esp ecialm en te en la c o
puede indicar subrayando u ovalando
el texto y añadiendo: vers. o v.\ II rrec c ió n tip o g rá fic a , p e ro a veces
tam bién en la de estilo.
25. Componer con letra versalita 35. Centrar las lineas horizontal
cursiva. Se usa tanto en la c o rre c mente. Se usa e sp e c ia lm en te en la
ción de estilo com o en la tip o g ráfi corrección tip o g ráfica, pero a veces
ca. Tam bién se indica subrayando u tam bién en la de estilo.
ovalando el texto y añadiendo: vers 36. Recorrer el texto. Se usa en la
curs., vers. c.ü. >'/ curs. o v.' c * corrección tipográfica para ganar (por
26. Componer con letra versalita ne la izquierda) o rec o rre r (por la d e re
grita. Se usa tanto en la corrección cha) el texto.
de estilo com o en la tipográfica. Tam 37. Parte del texto ilegible o du
bién se puede in d icar subrayando u dosa. Se usa tanto en la corrección
ovalando el texto y añadiendo: vers. de estilo com o en la tipográfica. Tam
negr., vers. n.' o v.* n.\ bién se puede indicar con un signo
27 . Componer con letra versalita de interrogación de c ie rre en el m ar
cursiva negrita. Se usa tanto en la gen o una o dos rayas verticales, con
co rrecció n de estilo com o en la tip o signo de interrogación o sin el.
g ráfica. Tam bién se puede indicar su 38. Evitar que varias lineas segui
i]
brayando u ovalando el texto y a ñ a das terminen con el mismo signo.
diendo: vers. c.9 negr. o v.%c.ú n.\ Se usa solo en la c o rre c c ió n tip o
28. Componer con letra mayúscula g rá fic a .
o versal. Se usa en la corrección de 39. Trasladar de sitio una porción
estilo y en la tip o g ráfica. Tam bién se de texto. Se usa tanto en la co rre c
puede indicar subrayando u ovalando Y A ción de estilo co m o en la tip o g ráfi
el tex to y añ ad ien d o , generalm ente ca. El destino ha de indicarse con c la
al m argen: muy. o c. a. ridad para ev itar confusiones.
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— los blancos, para que tengan las su derecha, se coloca la enmienda, ge
mismas dim ensiones en todos los neralm ente representada por un signo
casos semejantes; (véase el cuadro 4, § 1).
— la situación de los capítulos, se
guidos (es decir, en página nueva 2. Los s i g n o s . Los signos se emplean
cada vez, sea par o impar) o en tanto en corrección de estilo como en
página impar; corrección tipográfica, eligiendo en cada
— com ienzo del prólogo, la introduc caso el más adecuado para lo que se
ción, el índice de contenido, los quiere expresar (v. c. 4, § 2). General
apéndices o anexos. mente indican una operación, que puede
consistir en suprimir o aumentar espa
El corrector tipográfico de segundas cio entre líneas o letras; suprimirlas; po
debe pensar que, muy probablemente, tal ner sangría o espacio especial; colocar
como él deje la obra, así saldrá. Y debe las letras de determinada manera (por
saber también que las erratas o irregula ejem plo, voladitas o subíndices); cam
ridades que tanto le cuesta a él encon biar el orden de letras, palabras o frases,
trar y corregir, saltarán a la vista en el incluso de párrafos; unir dos párrafos o
momento mismo en que la obra llegue a dividir un párrafo en dos; suprimir la
la editorial procedente del taller de en sangría o hacer que una linea corta sea
cuadem ación. Por ello, toda atención es com pleta, y, finalmente, una serie de in
poca. dicaciones que tanto pueden hacerse en
corrección de estilo como en la tipográ
fica, con la salvedad de que en la pri
4.7.1. S ignos m· corki-cción mera se hacen en el mismo texto (por
ejemplo, indicar que una palabra, frase,
En la corrección de estilo, como en la etcétera, han de componerse con cursi
tipográfica, se emplean unos signos que va, versalitas, mayúscula o versales), sin
indican al com positor cuáles son los sacarlas al margen, mientras que en las
cambios que debe introducir en el texto. pruebas tipográficas se indican siempre
Como en general coinciden en sus fun en el margen más próximo a la situa
ciones, los damos en el mismo cuadro ción de la errata.
(v. c. 4). Solamente distinguimos entre El escritor debe conocer estos signos
llamadas y signos, por el hecho de que y su utilización, ya que son entendidos
las llamadas no indican operación algu por todos los profesionales que de una u
na, solo sirven para señalar el lugar don otra forma han de tratar su texto. Si este
de se halla el error, mientras que los se presenta ya tipografiado, es decir, con
signos son aplicables a la corrección de la letra que corresponde exactamente a
estilo o a la tipográfica según las nece cada parte de su texto (con más razón si
sidades. presenta el texto ya compaginado), las
indicaciones de cambios de tipos o cla
1. L as l l a m a d a s . Las llamadas son ses de letras son innecesarias, puesto que
trazos de diversas formas con que el co ya está explícito en la forma misma de
rrector señala la letra, conjunto de le la tipografía. Esto resulta hoy niuy fácil
tras, palabra, conjunto de palabras, etcé mediante el poderoso auxilio de la in
tera, que deben ser corregidas. La m is formática. El problema radica precisa
ma señal que se haga en el texto se repi mente en aplicar esas diversas tipogra
te al margen de la prueba y, siempre a fías con acierto. Para ello, en cualquier
178
el original
En obras complejas, con mucha ilus F ig . 6. E squem a de una m aqueta, con la situ a
tración y cuadros o tablas, así como en ción de las cajas de com posición (m ancha), el
las revistas, es necesario preparar una folio de cabeza y la línea áurea (trazos horizon
maqueta de compaginación en la que se tales) para el a rranque de los cap ítu lo s y dem ás
p artes del libro, incluido el corte del papel una
indique claram ente al com p ag in ad o r vez refilado
dónde va cada elemento. Para ello se tra
za un esquema con las dimensiones de la
página con su folio y con las dim ensio
nes de corte de la obra; las páginas han 4.9. Los índices alfabéticos
de aparecer colocadas en el lugar que les
corresponda dentro de la página de pa Las obras técnicas y científicas, así
pel. Después, con un juego de galeradas como las históricas y de ensayo, deben
distinto del que ha servido para la correc Nevar (aunque a veces no los lleven) va
ción (en estos casos siempre se piden dos rios índices alfabéticos (además del ín
juegos de pruebas), una vez que estas ha dice de contenido, ordenado sistemática
yan sido corregidas (con objeto de tener o metódicamente, generalmente situado
en cuenta las líneas que se aumentan o al principio del libro en este tipo de
disminuyen a causa de las correcciones obras). Esta presencia de índices alfa
introducidas), se va formando cada pá béticos es una exigencia científica que
gina, en la que se sitúan la ilustración y solo en países de bajo nivel cultural pasa
los cuadros o tablas. Para ello se tiene en inadvertida. Su confección es una labor
cuenta que las partes mas visibles de dos ingrata, cierto, pero la cultura exige que
páginas enfrentadas son las superiores no se cumplan solo las funciones am a
marginadas al exterior, y es ahí donde se bles y compensadoras, que permiten un
deben colocar preferiblemente las ilustra lucimiento máximo con el mínimo es
ciones y los cuadros cuya situación no fuerzo, sino todas aquellas que la cien
esté obligada por razón de una llamada cia y la técnica exigen para su esclareci
o una indicación precisa en el texto. miento y aprovechamiento por los lecto
Las pruebas del texto, las ilustraciones res y los investigadores.
y los cuadros se recortan exactamente a Normalmente, los índices alfabéticos
sus dimensiones y se pegan en el lugar son de autores, de materias o una terce
oportuno de la maqueta. El pegamento ra forma que comprende los dos juntos.
ha de ser de los que permiten levantar la El índice de autores suele recoger no solo
prueba para situarla de otra forma (en los autores propiam ente d ich o s, sino
grudo, por ejem plo), cuestión que se también los nombres de personas men
plantea muy a menudo al preparar una cionadas en el texto. Por esta razón, es
maqueta. mejor titularlo índice de antropónimos o
179
la bibliología
180
la diacrísis tipográfica
1.1. La letra
1.2. i ! texto
embargo, nace ya con la maica del desa en cuanto a la primera función, tenemos,
cuerdo. Las dos fuentes en que la he entre otros casos, la inclusión de una ex
visto usada tienen de ella distinta idea, presión o término en un idioma distinto
la definen de maneras casi opuestas y la al del discurso — natural killer, Plasmo
aplican con extensión diferente. dium— . En cuanto a la segunda, se adop
El Manual de estilo, publicado por ta para diferenciar entidades como *e\
Doyma en 1993 (pp. 265-269), define así número neperiano, y V , variable, en ma
esta palabra: «Por diacrísis [mejor, dio- temáticas, o A 1A (genotipo) y A (feno
crisis] entendem os el área de conoci tipo) en genética, así como en otras mu
miento que trata de la distinción, por chas áreas. = En consecuencia, debemos
medio de recursos tipográficos, de letras, excluir de la acepción de diacrísis todos
palabras o expresiones cuya naturaleza aquellos recursos tipográficos que se em
lingüistica difiere de la del contexto en plean para dar relevancia a un término,
que están com prendidas, o cuya natura tanto por opción retórica:
leza técnica requiere de una convención
formal para distinguirla. = Nada como un a lo que podríam os llam ar diacrísis, por eti
ejemplo para ilustrar una definición. Así, m ología y derivación.
181
la bibliología
com o si se utiliza a la manera de recur replantearse la voz con que este autor
so formal para establecer, por ejemplo, inicia su definición. Porque, según lo en
escalados de títulos u otros procedim ien tiendo, la diacrisis no es la marcación,
tos de presentación gráfica. De hecho, sino su resultado (marcación es un tér
este tipo de recurso esta sujeto a la deci mino técnico que tiene una aplicación
sión del redactor o editor, mientras que concreta en este campo como en el de la
la diacrisis trata de convenciones acep informática; por ejemplo, en el h t m l
tadas umversalmente para la disciplina [hypertext markup language ‘lenguaje de
implicada». marcado de hipertexto*]). En el contex
En la práctica, la fuente citada limita to en que hablamos, la marcación es la
la diacrisis tipográfica, en los ejemplos indicación, en un texto, acerca de cómo
subsiguientes, a la sustitución de la letra ha de com ponerse o disponerse una par
redonda por la letra cursiva (y a la in te de ese texto, mientras que la diacrisis
versa, si la grafía normal del discurso es se manifiesta en el impreso mismo, una
la cursiva). vez realizadas aquellas operaciones. Es
Por su lado, Miguel Duro Moreno, en decir, que lo diacrítico aquí son las alte
su trabajo «La crisis de la diacrisis o la raciones a que se somete una parte de lo
cursiva mal traducida» (en M orillas y escrito para que signifique o se refiera a
Arias, 1997, 267-291), define así el sin algo distinto de lo que se desprende del
tagma diacrisis tipográfica: «La diacrisis contexto. Superado esto, la aplicación
tipográfica se define como la marcación de Duro M oreno comprende práctica
que se practica en la escritura o compo mente todos los hechos que podemos
sición de una unidad gráfica —por lo considerar diacríticos en tipografía, como
general, una palabra, mas también pu e veremos.
den ser varias, o muchas, o bien un solo
carácter— con la finalidad de dotarla
de un matiz de especialidad [la cursiva 5.2. Aplicación
es del original]» (pp. 272-273). Añade de la diacrisis tipográfica
este autor que la diacrisis puede ser en
dógena, «si los recursos em pleados para Para establecer si un hecho determ i
obtenerla entrañan necesariam ente una nado es diacrítico, entendemos que los
alteración de su naturaleza», o exógena, textos se com ponen en alfabeto latino y
«si tales recursos consisten en elemen con unas determinadas condiciones que
tos (símbolos) añadidos que no implican se consideran norm ales; la diacrisis
mutación alguna». La diacrisis según el que en cada caso corresponda anotar es
manual antes citado sería solo una parte la grafía o forma que se aparta de esa
de la que Duro Moreno llama diacrisis que consideram os normal.
endógena. A la hora de preparar un original para
Entiendo que la diacrisis tiene que ser, la imprenta, hay que establecer una se
en efecto, una cuestión mucho más am rie de parámetros que van a constituir
plia que la mera cursiva para solo dis «lo normal» en el impreso que nos pro
tinguir lo que en el marco de una m ate ponemos realizar. Por ejemplo, se esta
ria debe ser distinguido. Desde este pun blece que la medida de composición del
to de vista, me hallo mucho más cerca texto (es decir, el ancho de la caja de
del criterio expuesto por Duro Moreno composición de la página) será de 24
que del que se expone en el manual ci ciceros; esa es, pues, la «medida nor
tado. Sin embargo, parece que habría que mal»; si por cualquier causa hemos de
182
la diacrisis tipográfica
El ojo es el tamaño de la letra con que se com El ojo es el tamaño de la letra con
pone un libro o artículo. La palabra tamaño se que se com pone un libro o artículo. La
refiere aquí a la altura del ojo de la letra impresa,
considerando esta desde el ojo superior (astas palabra tamaño se refiere aquí a la al
ascendentes) hasta el ojo inferior (astas d escen tura del ojo d e la letra impresa, consi
dentes). derando esta desde el ojo superior (as
7/7
tas ascendentes) hasta el ojo inferior
(astas descendentes).
El ojo es el tamaño de la letra con que se com 9/9
pone un libre o articulo. La palabra tamaño se
refiere aquí a la altura del ojo de fa letra impresa,
considerando esta desde el ojo superior (astas El ojo es el tamaño de la letra con
ascendentes) hasta el ojo inferior (astas descen que se com pone un libro o artículo. La
dentes).
palabra tamaño se refiere aquí a la al
7/8 tura del ojo d e la letra impresa, consi
derando esta desde el ojo superior (as
El ojo es el tamaño de la letra con que se tas ascendentes) hasta el ojo inferior
compone un libro o artículo. La palabra ta (astas descendentes).
maño se refiere aquí a la altura del ojo de
la letra impresa, considerando esta desde 9/10
el ojo superior (astas ascendentes) hasta el
ojo inferior (asías descendentes).
El ojo es el tamaño de la letra
8/8 con que se compone un libro o ar
tículo. La palabra tamaño se refiere
El ojo es el tamaño de la letra con que se aquí a la altura del ojo de la letra
compone un libro o artículo. La palabra ta
maño se refiere aquí a la altura del ojo de
Impresa, considerando esta desde
la letra impresa, considerando esta desde
el ojo superior (astas ascendentes)
el ojo superior (astas ascendentes) hasta el hasta el ojo inferior (astas descen
ojo inferior (astas descendentes). dentes).
8/9 10/10
Fie. 7. La rclación ojo/cuerpo en varios tamaños. De las dos cifras con que se marca cada uno de ellos, la
primera, antes de la barra, représenla el ojo o tamaño de la letra, y la segunda, después de la barra, el
cuerpo o altura de la línea en que se inscribe aquella. Salvo en el caso de 8/10, no se ofrecen ejem plos con
dos puntos de interlinea, por no ser habituales en textos ordinarios
183
la bibliología
184
la letra de imprenta
pío, el título de una obra creada o de resultan muy adecuadas para periódi
una publicación periódica, la aparición cos, folletos, octavillas, programas, pu
de una palabra en idioma extranjero), blicidad y casos semejantes.
con negrita (por ejemplo, un título o sub
título), con negrita cursiva (por ejemplo,
un subtítulo), con versalita (por ejem 6.2. El estilo de la letra
plo, el o los apellidos de un autor en
una bibliografía, o el nombre de un per Por la forma del dibujo con que se
sonaje en una obra de teatro u otros ca trazan los rasgos de las letras o astas,
sos). podemos considerar aquí, sin pretensio
Para que la expresión gráfica de un nes técnicas desde el punto de vista de
escrito tenga coherencia y resulte arm ó la tipografía, los cuatro estilos en que
nica y estética, los cambios de letras en tradicionalmcntc se ha dividido la letra
cuanto a forma y tamaño deben reali de imprenta.
zarse con gusto y prudencia. No sería
admisible llenar una página de letra cur
siva en un contexto de letra redonda sin 6.2.1. L a s l e t r a s r o m a n a a n t ig u a
justificación suficiente, o salpicarla con y romana m oderna
siglas giafiadas con letras mayúsculas,
ni abusar de títulos y subtítulos en letra Un texto científico o técnico se com
negrita chillona. No solo hay que ser pone con la forma normal, generalm en
parco en los cambios de tipo de letra, te del estilo de la romana, que compren
sino que además hay que recordar que de letras de asta de grosor variable y
la tipografía y la ortografía ponen a dis terminadas en un trazo horizontal que
posición del tipógrafo otros recursos, se llama remate o terminal. Si este ter
como pueden ser, cuando estén justifi minal forma una figura triangular bien
cadas, las comillas en sus distintas figu delimitada, pertenece a la romana anti
ras, la letra compuesta con cuerpo me gua, como esta:
nor que el normal (por ejemplo, para las
citas textuales), el texto sangrado (es de
cir, a medida menor que la normal del A M N O P
texto, generalmente acompañado del ta
maño menor), la letra con ojo más o Si el terminal forma una figura fili
menos negro que el normal con que se forme mediante una raya fina sin varia
compone el texto, etcétera. ciones, pertenece a la romana moderna,
La elección del tipo de letra en una como esta:
obra es un aspecto muy delicado del
proceso de realización de un libro o
revista. No debería elegirse la letra sin
A M N 0 P
hacer uso de un criterio sopesado. Hay
que tener en cuenta las evocaciones de Ambas romanas suelen emplearse en la
los distintos estilos de letra; así, las dos com posición de textos hum anísticos,
romanas, antigua y moderna, son muy como novelas, relatos, inform es, repor
adecuadas para obras humanísticas (es tajes, libros de texto, diccionarios y en
tudios, literatura, poesía, tratados, ensa ciclopedias (aunque estos también pue
yos, obras de teatro, obras científicas), den componerse con paloseco) y tam
m ientras que las egipcias y palosccos bién obras de carácter científico.
185
la bibliología
6.3.2. L e t r a
A M N O P c u r s iv a
A M N O P Letra redonda
L etra cu rsiva
Estos dos estilos de letra se prestan con
más facilidad que los romanos a las va Se emplea en muchos casos bien para po
riaciones de grosor de las astas. En letra ner de relieve, bien para separar unos tex
de monotipia se han conseguido hasta tos de otros a los que solo sirve de apoyo.
21 ojos con astas de distinto grosor de Puede el autor creer que debe destacar es -
una misma letra, pero actualmente, con pecialmente una palabra o frase porque
la autoedición, se pueden conseguir al le concede valor especial dentro de un
gunos más. De lodos modos, en textos contexlo, y entonces, en su original, si es
científicos y técnicos carecen general cribe a mano o con máquina de escribir,
mente de aplicación. subraya con un trazo simple el texto afec
tado (v. c. 6). En la composición tipográ
fica, ese texto aparecerá escrito de cursi
6.3. La fam ilia de la letra va. A veces, esta forma de destacar está
im puesta por cuestiones técnicas; por
La letra texto presenta variaciones en ejemplo, cuando el autor emplea una pa
su trazo. Por ejemplo, por su figura pue labra en metalenguaje, es decir, un autó-
de ser redonda o cursiva; por su tamaño, nimo. También por razones técnicas, mu
minúscula, versalita o mayúscula; por su chos títulos, como los de obras creadas
ojo, fina, normal o texto y negrita, y por (literatura, escultura, música, cine y ca
la dimensión de la caja, estrecha o ancha. sos semejantes), deben aparecer escritos
Seguidam ente se analizan las distintas con letra cursiva.
clases de letras que se pueden utilizar en En otros muchos casos, la cursiva sir
un mismo texto. ve para indicar aspectos separados del
contexto en que aparece utilizada. Por
ejemplo, en las obras de teatro, para indi
6.3.1. L e t r a redonda car las acotaciones del autor, así como las
interrupciones en un debate; las remisio
Se aplica el nombre de letra redonda nes en un índice; las palabras extranje
a una clase o familia de letra que es ras, las letras minúsculas citadas en un
186
la letra de imprenta
6 .3 .4 . L e t r a v e r s a l it a
La letra minúscula se distingue de la
mayúscula por su trazo más sencillo y
La letra versalita tiene el dibujo de la
pequeño. Es la forma que aparece nor
letra mayúscula, pero con el tamaño de
malmente en los textos de los libros y
la minúscula:
publicaciones periódicas que no exijan
ningún tipo de resalte:
LETRA VERSALITA
187
la bibliología
188
la letra de Imprenta
letra norm al
Son subíndices los signos situados al
letra n eg rita
pie de otro signo, generalmente a su de
recha.
letra cursiva normaI Los signos (letras, cifras u otros) que
letra cursiva negrita se colocan en posición más baja en rela
ción con otro signo se escriben con un
En un original, la letra, palabra, frase tamaño más pequeño y se sitúan a la
o párrafo que haya de aparecer con letra altura de la base del signo al que afec
negrita se subraya con un trazo ondula tan:
do (v. c. 6) o bien se envuelve en un
globo y se añade la abreviatura negr Si
es negrita cursiva, se subraya con un tra
2 ,.468»- 9„
6.3.9. L e t r a estrecha
<N-
Y LETRA ANCHA
189
la bibliología
Los signos (letras» cifras u otros) que de obra, de su extensión, de las partes
se colocan en posición más elevada en que en ella puedan señalarse o estable
relación con otro signo se escriben con cerse claramente y de otros aspectos me
un tamaño más pequeño y se sitúan ali nores.
neados con la cabeza del signo al que Cualquier obra consta de una serie de
afectan: partes bien diferenciadas. Así, una no
vela sencilla consta de muy pocas par
2 \ 4682\ 9a tes, pero una enciclopedia puede cons
tar de muchas, incluso de todas las posi
N orm alm ente se colocan a la derecha bles.
del signo, pero en algunos casos, sobre
todo en matem áticas y en química, pue
den ir a la izquierda: 7.1. División externa de ¡a obra
190
organización externa de la obra
191
la bibliología
de que las partes se dividan en seccio escritor. Cada párrafo comprende un nú
nes, son estas las que se subdividen en mero determ inado de líneas, de manera
capítulos. Su numeración depende de la que en cuanto se hace punto y aparte se
que lleven las partes, pero, a diferencia inicia otro párrafo. Es pues, también, una
de estas, no es normal que estén intro división física del texto. Sin embargo,
ducidas por portadillas internas. puede en algún caso hacerse punto y
aparte dentro del mismo párrafo; se da
este caso cuando el contenido de un pá
7.2.2. MlCKOESTRUCTURA TEXTUAL rrafo presenta división en partes, nume
radas o no.
La m icroestructura textual com pren
de la división más importante de un li 4. L os a p a r t a d o s . L o s apartados
bro, porque constituye la base de la es son pequeños párrafos dependientes de
tructura bibliológica: los capítulos y, a otro mayor para la más fácil exposición
veces, aunque raramente, los subeapí- de la materia o contenido de este. Gene
tulos. Ambos se subdividen en una serie ralmente se numeran, ya sea con cifras
de unidades semánticas que contribuyen arábigas (preferiblemente seguidas de pa
a exponer el contenido conceptual de una réntesis de cierre), con letras minúscu
obra m ediante oraciones gram aticales y las cursivas (seguidas de paréntesis de
períodos enlazados c interdependientes. cierre en redondo) o con un elemento
Suelen subdividirse, normalmente, en pá gráfico (signo o topo) que indique dón
rrafos, apartados, subapartados y subsu- de comienza cada apartado.
bapartados.
5. Los s u b a p a r t a d o s . Los subapar-
1. Los c a p í t u l o s . L o s capítulos son tados son divisiones de los apartados for
las divisiones de cierta extensión que se madas por pequeños párrafos dependien
hacen en la materia de los libros para tes de un apartado. Su numeración de
una mejor exposición de su contenido. pende de la que tengan estos; si es con
Algunas veces se subdividen en subea- cifras y paréntesis de cierre, la de los
pítulos. subapartados puede ser con letras mi
núsculas cursivas seguidas de paréntesis
2. Los s u b c a p í t u l o s . Esta división ele cierre en redondo.
infrecuente sirve para dividir en partes
los capítulos cuando su extensión es muy 6 . Los s u b s u b a p a r t a d o s . Son sub
larga y el contenido muy complejo. Con divisiones de los subapartados, y se nu
tribuye a clarificar el contenido y facili meran con una grafía menos importante
ta la intelección de un capítulo. que las anteriores; por ejemplo, con ci
fras griegas, o con letras minúsculas cur
3. Los p á r r a f o s . Los párrafos son sivas con apóstrofo o bien duplicadas.
unidades estructurales del texto form a
das por una oración o una serie de ora
ciones que constituyen un bloque tem á 7.3. La form a de los párrafos
tico unitario y homogéneo. Estas unida
des semánticas pueden tener una exten Los párrafos pueden adoptar más de
sión muy variable, desde unas líneas has una forma, según nuestros deseos o la
ta columnas y páginas, dependiendo del aplicación concreta del texto. Por ejem
contenido del párrafo y del estilo del plo, no se dispone igual el texto general
192
organización externa de la obra
193
la bibliología
194
organización interna de la obra
1. P á g in a s d e c o r t e s í a . Son dos o,
7 .3 .9 . C o m p o s ic ió n e p ig r á f ic a raramente, cuatro páginas que suelen de
jarse en blanco al comienzo del libro
También llamada jarrón de Médicis o como muestra de respeto al lector. Con
copa de Médicis, consiste en un conjun fieren prestancia a la obra y es una for
to de lineas desiguales centradas: ma elegante de comenzarla. Sin embar
go, por razones varias, algunas obras no
El sistema internacional las llevan.
de unidades (si) es un conjunto
coherente de unidades
2. P o r t a d i l l a o a n t e p o r t a d a . Si
destinado a unificar los valores
de las medidas la obra no lleva páginas de cortesía, esta
en todos los ámbitos. es la primera página del libro. En ella
solo se hace constar el título de la obra,
Se usa especialmente en títulos y colo sin subtítulo aunque esta lo lleve. Debe
fones. ría ir en todas las obras, pero en algu
nas, por razones de economía, se supri
me esta página (y, por consiguiente, tam
8. O rganización in tern a de la obra bién la hoja en que aparece).
195
la bibliología
puesto que, en los libros que la llevan, — editor de la obra original y lugar
corresponde al dorso de aquella. Por lo donde reside;
tanto, queda situada fren te a la portada, — derechos editoriales de la obra ori
no detrás de ella. Su contenido, cuando ginal y año;
lo lleva, suele ser parco. En colecciones — derechos de la obra traducida y
suele colocarse aquí el nombre de la co año;
lección, su director y los títulos de las — editorial y su dirección;
obras que la forman. — número de depósito legal;
— número de is b n ;
4. P o r t a d a . También llamada facha — la expresión «Printed in Spain - Im
da, es la página siguiente a la contra preso en España»;
portada, pero puede ser la primera del — pie de imprenta (imprenta, direc
libro si este no lleva páginas de cortesía ción y año).
ni portadilla; la tercera, si lleva portadi
lla, y la quinta, si lleva dos páginas de 6 . D e d i c a t o r i a . El autor puede de
cortesía. Raramente la portada puede al dicar su obra a una persona o entidad.
canzar un número de página (folio) más Ocupa la página siguiente a la de dere
alto. Es la página más importante del chos.
libro, y en ella se hacen constar los si
guientes datos: 7. L e m a , t e m a o e p í g r a f e . A veces,
los autores ponen al frente de su obra,
— nombre del autor; como si fuera su motivo guía, una frase
— título de la obra y subtítulo si lo o verso que se refiere al contenido del li
lleva; bro. Puede ocupar la misma página que
— pie editorial (nom bre de la edito la dedicatoria, colocado debajo de ella,
rial y lugar donde reside). o página aparte, que ha de ser impar a
continuación de la dedicatoria.
A veces aparecen aquí otros datos, como
el nombre del traductor (si se trata de 8. T e x t o s de p r e s e n t a c ió n de la
una traducción), el del director literario obra. En la página impar siguiente a la
o científico (si se trata de una obra co última ocupada con texto, com ienzan tos
lectiva o en colaboración), el del prolo textos de presentación de la obra, que
guista u otros semejantes. pueden consistir en una presentación (es
crita por persona distinta del autor), un
5. P á g in a d e d e r e c h o s . Es la pági prólogo (escrito por el autor o por per
na que ocupa el dorso de la portada. En sona ajena), una advertencia o nota pre
ella se hacen constar estos datos: via (escrita por el editor o por el direc
tor literario). Generalm ente los textos
— nombre del traductor (si es una tra m encionados comienzan en página im
ducción); par, lo que indica la importancia que se
— nombre del revisor; concede a estas partes introductorias.
— diseñador de la cubierta;
— dibujante y fotógrafo; 9 . A g r a d e c i m i e n t o s . Los autores de
— número de la edición y año; obras o trabajos técnicos y científicos tie
— número de la reim presión y año; nen motivos más que sobrados para mos
— título original de la obra traduci trar su gratitud a personas e instituciones
da; que los han ayudado o facilitado las co
196
organización interna de la obra
sas. N orm alm ente, los agradecimientos ción, texto distinto del prólogo; la re
se hacen constar al final del prólogo (si dacta el autor y en ella da cuenta de la
ocupan solo un párrafo) o bien en nota disposición general de la obra, sus par
aparte (si son más extensos). tes y el contenido de sus capítulos.
197
la bibliología
198
el trabajo de producción, impresión y encuadernación
y encuadernados con tapa (cartoné) o tos para salir al encuentro con su lector.
cubiertos con un papel resistente o car Esta salida supone la publicación, ya que,
tulina previamente preparados (rústica). aunque el libro o la revista estén edita
Ese conjunto de pliegos se puede refilar dos y encuadernados, no estarán publi
o desvirar (cortar por los tres lados) para cados hasta que no sean puestos a dis
que el libro deje de ser intonso y se pue posición del público en un número de
da abrir para ser leído o contemplado. ejemplares que, como dice la ley de Pro
Una vez completadas estas operacio piedad intelectual, satisfaga razonable
nes, el libro o la revista quedan dispues mente sus necesidades.
Segunda parte
Diccionario de materias
índice de materias
203
índice de materias
204
índice de materias
205
índice de materias
206
aa A
207
abreviaturas
208
abreviaturas
contexto (es decir, en edición y bibliología, a trabajos semejantes, las letras con que se abre
\cccs en com ercio); lo mismo podría decirse vian los nom bres de pila de los autores se
de citado, cuya abreviatura reconocida es cit., escriben juntas y sin punto:
por lo que no es recom endable ninguna otra.
2.3. Para que valga la pena realizar la abre Kennedy, PT; McQuinn, JE.
viatura, es m enester suprim ir al menos tres
En francés llevan punto las abreviaturas regu
signos de la palabra que se abrevia. Solo en
lares o por suspensión (v. § 2.1-1):
contados casos puede adm itirse una abrevia
tura con una supresión de m enos de tres sig cliap. chapiire ‘capítulo’, vol. volunte *volu
nos. Sin em bargo, no debería usarse una abre men \
viatura com o vid. (cuatro signos) para susti
tuir a vide (cuatro signos); en este caso la pero no lo llevan las abreviaturas convencio
abreviatura correspondiente es v. ‘vide, véa nales (v. § 2.1-2):
se*. El hecho de que se haya usado siempre
asi no debería servir de excusa para no recti M,,,f madanic ‘señora*, C* conipagnic ‘compa
ficar algo que a todas luces es erróneo o ñía*, bd boulevard ‘bulevar’, fg faubourg ‘su
inadecuado. burbio’.
2.4. Una abreviatura regular o por suspen
sión (v. § 2.1-1) nunca debe acabar en vocal, 4.2. En las abreviaturas con una parte
como *vé. por véase , ni tam poco separar las voladita, el punto abreviativo se coloca antes
dos consonantes que preceden a una vocal si de esa parte volaJita: M.°. no *A/Uni *Ma.; de
ambas consonantes son taulosilábicas (perte igual manera, la forma correcta de abreviar
necen a una m isma sílaba); por ejemplo, la doña es D a. no *Da ni *D*. (con punto exte
abreviatura correcta de explosión es expi, no rior). Es tam bién incorrecto elim inar el punto
exp. Si pueden acabar en vocal las abreviatu abreviativo y escribir con letra norm al la que
ras convencionales (v. § 2.1-2). debe ser voladita: *Ma (María), *Da (doña).
2.5. Algunas abreviaturas que se emplean 4.3. Teniendo en cuenta la norm a anterior,
normalmente en notas y citas bibliográficas las abreviaturas de núm eros deben llevar el
deben escribirse con todas sus letras si co punto abreviativo y adem ás colocado antes de
mienzan texto; por ejem plo, no se debe escri la letra voladita: 1.a, 2.a, 3.,r. 4.a. O m itir este
bir V M. Seco, porque parece que se trata de punto abreviativo, com o suelen hacer algu
un nombre, sino Véase M. Seco. nos, no solo es ortográficam ente incorrecto
3. E s c r i t u r a t i p o c , r a u c a . La letra o le
(las abreviaturas deben llevar punto), sino que
tras con que se representan en la escritura una puede introducir un elem ento de confusión en
o nías palabras se escriben generalm ente de el m ensaje; en efecto, no es lo m ism o 4.°
redondo y, en principio, con inicial minúscula (cuarto) que 4 ° (cuatro grados).
o mayúscula según que se trate de nombre 5. M a y ú s c u l a s y m i n ú s c u l a s . Las abre
común o propio, respectivam ente: viaturas de palabras escritas con inicial m i
núscula se escriben norm alm ente con inicial
admón., art., arts., p., pp., EE. UU., JJ. MM., m inúscula, y las de palabras escritas con ini
U dcs. cial m ayúscula se escriben con inicial m ayús
cula; por ejem plo, pról. por prólogo. J. C. por
4. P u n t o a b r e v i a t i v o . Jesucristo. Sin em bargo, esta norm a presenta
4.1. En español, todas las abreviaturas de m uchísim as excepciones, sobre todo en el sen
ben llevar punto, llam ado punto ahreviativo. tido de escribir con inicial m ayúscula m uchas
Esta norm a no rige con igual imperativo en abreviaturas de palabras o sintagm as que se
otras lenguas, com o inglés o francés. En in escriben con inicial m inúscula. Por ejem plo,
glés se hace am plio uso no solo de las abre se escriben con inicial m ayúscula, sin excep
viaturas sin punto, sino tam bién sin espacios ción, todos los tratam ientos, pese a que escri
cuando hay m ás de una (en abreviaturas com tos a lo largo llevan m inúscula inicial: Ud.
puestas); por ejem plo, en las bibliografías y ‘usted ', S. M. 4su majestad*, Rvdo. ‘reveren
209
abreviaturas
d o ’. Por razones tradicionales, se escriben con 6.2. En algunos casos, sobre todo cuando
inicial m ayúscula otras abreviaturas como los elem entos del contexto dejan claro que se
N. B. ‘nota b e n e \ P. D. ‘p osdata’, P. P ‘porte trata de un plural, puede utilizarse la abrevia
pagado’, P. V. P. 'precio de venta al público’. tura singular con ese valor, com o en pág. 7.5-
S. R. C. ‘se ruega contestación’ y otras. En 27, o bien 2 3 6 pág., donde se ve que se trata
otros casos se admite la escritura con m ayús de más de una página. Sin em bargo, debido a
cula o con m inúscula, indistintam ente, y en las vacilaciones que puede provocar en el lec
tonces es preferible utilizar la m inúscula: tor, y por m antener coherencia interna del
p. a. o P. A. ‘por autorización* (mejor, con sistem a (abreviaturas en plural siempre que
todo, P. a., puesto que siem pre em pieza des se abrevie una palabra en plural), es mejor
pués de punto), t/. IX g. o Q. D. G. ‘que Dios em plear las abreviaturas que corresponden al
gu ard e’ y otras. plural: págs. 25-27, o bien 2 36págs.
6. P l u r a l . 7. D i v i s i ó n a f i n ni·: l í n i - a .
6.1. Las abreviaturas adm iten generalmente 7.1. En contra de lo que se ha dicho más
la form a de plural cuando se aplican a una de una vez en textos normativos, una abrevia
palabra en plural; por ejem plo, págs. o pp. tura puede dividirse a final de línea siempre
por páginas, sigs. o .v.v. por siguientes, Jf. ce. que su estructura lo permita. Com o en espa
por ferrocarriles, N .' /1.1. por vuestra s alte ñol las palabras se dividen por sílabas, las
zas. A veces resulta problem ática la adición abreviaturas solo pueden dividirse si tienen
de la forma de plural en las abreviaturas por más de una; por ejem plo, se puede dividir
suspensión, especialm ente debido a que el admón. (acl- / món.), pero no se puede dividir
lugar en que se da la m oción de plural es impr. porque no tiene más que una sílaba.
precisam ente la parte suprim ida. Incluso pue 7.2. Las abreviaturas que constan de más
de llegar a producir confusión en algún caso; de un térm ino no pueden separarse a final de
por ejem plo, bols. puede ser abreviatura de linea; por ejem plo, no se debe separar S. / A/,
boletines y de bolsillo. Sin em bargo, si el ni tam poco la abreviatura del térm ino de que
contexto esclarece cuál es la palabra abrevia depende: S. A/. / el rey.
da, puede emplearse el plural. Cuando la abre 8. Al.l ABLTIZACIÓN.
viatura se expresa con solo la inicial de la 8 .1. Las abreviaturas simples, formadas por
palabra (abreviatura convencional), el plural un solo térm ino, no ofrecen, en principio,
se indica duplicando esa inicial, am bas en mayores problem as de alfabetización.
m ayúsculas y con un solo punto: A. ‘alteza’ y 8.2. Las abreviaturas Pomadas por dos o
AA. ‘a lte z a s’, SS. A/A/, ‘sus m aje stad e s’, más térm inos pueden alfabetizarse por pala
JJ. 0 0 . ‘Juegos O lím picos’, CC. OO. ‘Com i bras (alfabetización discontinua) o por letras
siones O breras’, En las abreviaturas conven (alfabetización continua). Dada la naturaleza
cionales que acaban en vocal, el plural se de las abreviaturas, es recom endable la pri
indica tras esta vocal: de Srta. ‘señorita’, ia mera form a, con objeto de que todas las abre
form a plural es Srtas.; de pía. ‘peseta’, el viaturas que tengan la misma forma en la
plural es pías. La abreviatura *pts. es inco palabra inicial queden juntas. Un ejem plo de
rrecta porque el singular no es *pt., sino pta. la alfabetización por palabras:
(ni la palabra es *pesets, sino pesetas). C uan
do la abreviatura convencional acaba en con P l). posdata
sonante, el plural se forma añadiendo el m or p. ('/. por ejemplo
fem a -es: de ad/nón. ‘a d m in is tr a c ió n ’, p. o. por orden
admones.; así pues, el plural de pta. no es p. p. por poder
*pts„ como dice la A cadem ia en su Ortogra pág. página
fía (1999, 96), sino pías., e igualm ente el de pbm . presbítero
Ud. no es, com o asegura la m ism a fuente, plus, pesetas.
* U d s sino Udes. Lo que se abrevia, en uno y
otro caso, es pesetas y ustedes, respectiva He aquí cóm o quedaría la alfabetización por
m ente, no *pesets ni *usteds. el sistem a continuo o por letras:
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acento
Cl prim er sistema, en el que cada abreviatura cabo de Gata, gran cañón de! Colorado, catara
equivale a una palabra (se considera indepen tas del Niágara, bahía de Cádiz.
dientemente de las demás), es preferible por
su claridad. 3. A l f a b e t i z a c i ó n .
8.3. Para facilitar la tarca, al alfabetizar 3.1. Al alfabetizar los nom bres de los ac
abreviaturas debe prcscindirse de los signos cidentes, el nom bre com ún o genérico se pos
(cualquiera que sea la posición que en ellas pone al propio o específico. Por ejem plo,
ocupen), así como las partes voladitas (todos
los cuales, naturalm ente, perm anecen en su Cádiz, Bahía de
lugar, pero 110 se tienen en cuenta a la hora de Colorado, Cañón del
alfabetizar tales abreviaturas). Por ejemplo, Gata, C'abo de
Niágara, Cataratas del.
p. página
p.* para 3.2. Cuando constituyen el nom bre de un
P. padre (sacerdote) topónim o urbano (calle, plaza, avenida, pa
seo, etcétera), se alfabetizan tal com o figuren
se alfabetizan como s i p.a se hubiera escrito p. en la respectiva placa, posponiendo el nom
Al situarlas en la lista, prim ero se colocan las bre com ún o genérico:
formas más sim ples y después las más com
plejas dentro de su propia grafía (por eso p.a Bahía de Cádiz, Calle de la
aparece antes que P.). En este sentido, debe Cabo de Gata, Avenida del
tenerse en cuenta que al alfabetizar abreviatu Cañón del Colorado, Pasco del
ras, las grafías más sim ples preceden a las Cataratas del Niágara, Plaza de las.
más complejas.
9. T r a d u c c i ó n . En los textos en español 4 . T r a d u c c i ó n . Los nom bres com unes o
deben utilizarse abreviaturas españolas, siem genéricos de los accidentes geográficos se
pre que sea posible. Por ello debe huirse de traducen siempre.
abreviaturas latinas com o et a i por y oíros, 5 . => TOPÓNIMOS.
q. v. 4quod vide* por v. ‘véase*, vid. ‘vide’ por
v. ‘véase’, etcétera. De hecho, solo la grafía acento
de los sím bolos es internacional y, por ende, 1. D e f i n i c i ó n . Llam am os acento a una
invariable. Las abreviaturas o los sím bolos no particularidad de la pronunciación por la que
internacionales deben traducirse a su forma se distingue un elem ento de una determ inada
en español. sílaba de una palabra, elem ento que en espa
10. =* a b r e v ia c io n e s . ñol es el vocálico.
211
acento
1 En la elección de las grafías preferibles (en negrita) se ha atendido al uso más que a la etimología o a
preferencias subjetivas. Por ejemplo, pese a que se pueda preferir personalmente austríaco, amonia
co, policiaco, etcétera, se ha observado que en la práctica las formas utilizadas son austríaco, amoniaco,
policiaco, por lo que se ha decidido presentarlas como preferibles. La Academia se inclina por las primeras
formas, pero no siempre son las más usadas. En algunos casos no se explica que aún se mantengan en el
Diccionario de la Academia ciertas grafías; por ejemplo, orgia, rail parasito, conclave, ambrosia, cantiga e
incluso otras que carecen de empleo, por lo que podrían desaparecer del Diccionario para evitar estorbos y
dudas innecesarias en un campo en el que hay ya demasiadas.
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acento
213
acento
accfalia: La Academia mantie to, según la Academia ( Orto elit. en español se ha aclima
ne esta grafía, pero debería grafía de 1999, vj 4 4), a efec tado desde hace un siglo como
escribir acefalia ‘falta de ca tos ortográficos, la combina palabra esdrújula y pronun
beza'» ya que todas las pala ción de dos vocales iguales ciada con todas sus letras,
bras que se derivan del grie forma hiato y en su acentua élite. Pretender cambiar esta
go kefalé ‘cabeza’ son llanas ción siguen las reglas gene grafía y pronunciación por
con diptongo, como braquice- rales aplicables a las palabras el i te. así escrita y pronuncia
faíia, dolicocefalia. microce - agudas, llanas y esdrújulas; da, es solución que, aunque
falta. en consecuencia, chiita, como por alguna razón pudiera de
agrafía: Así registra la Acade disminuido, jesu ita . estatuilla. fenderse, llega tarde. La úni
mia esta palabra, pero debe etcétera, no llevan tilde. (La ca grafía aceptable actual
ría escribir agrafía, ya que propia Academia, en su bole mente es élite, pese a que la
todas las palabras derivadas tín (t. 77, cuad. 272, p. 385] Academia registre eiite.
del griego grúfilian ‘escribir’ ya ha corregido esta acentua inter: Esta palabra sufre de los
son llanas con hiato, como ción en el sentido de no po mismos males que apud (véa
geografía, bibliografía. ner tilde en cinism o y chiita.) se anteriormente): la Acade
afrikaans: La Academia admi dalai-lama: lista es la grafía con mia le niega la tilde cuando
te esta grafía en el Dicciona que la Academia admite la so emplea como preposición,
rio de 1992. lis la que han palahia en el I)iccionaiio de es decir, en las locuciones
registrado hasta ahora las 1992; a mi cntcndci, la grafía ínter iu>s. ínter vivos. Debe
fuentes lexicográficas, pon» correcta es dalui-lama. ya que llevar tilde en cualquier caso,
es errónea. En efecto, se trata dafái es palabra de pronun como la lleva cuando es ad
de una palabra de pronuncia ciación aguda en español verbio de tiempo (poco usa
ción llana, y las palabras lla (aunque, al parecer, no lo es do) con el significado de «en
nas term inadas en -ns se en libetano), y en los com tretanto».
tildan; por consiguiente, la puestos cuyos elementos se siémens: Asi registra la Acade
grafía correcta es afrikaans. unen con guión cada elemen mia esta palabra, derivado
apud: Asi escribe la Academia to mantiene su grada propia, impropio de un apellido ale
este latinismo, el cual, apli diesel: La Academia escribe mán, Siemens. Una vez que
cando la doctrina académica Diesel en el sintagma motor se convierte en palabra co
de que los latinismos se tildan Diesel. La gratia propia de mún española (es el nombre
en español como cualquier esta palabra debe ser diesel, internacional de la unidad de
otra palabra del acervo léxi con minúscula y tilde, ya que conductancia en el sistema
co, debe llevar su tilde, ápud. se trata de un derivado im m k s a ), su grafía es siémens.
aunque después, en la pro propio y además es de pro puesto que las palabras lla
nunciación, pierda el acento nunciación llana. Si se dijera nas que terminan en -ns se
de frase, ya que se trata de motor de Diesel, automóvil de tildan.
una preposición, y las prepo Diesel, estarían bien la ma tedeum: Así escribe esta pala
siciones tienen acento como yúscula y la falta de tilde, bra la Academia. Sin embar
palabras (por ejemplo, según puesto que en esas expresio go, la grafía adecuada es te
[y ante. bajo. cabe, contra nes nos referimos a un perso deum. sin tilde, puesto que el
también tienen acento; lo que naje alemán padre de tales encuentro de e y u (eu) en el
no tienen es tilde, porque, se criaturas (como si dijéramos, que e sea vocal tónica no pue
gún las reglas de acentuación, por ejemplo, cabiales (un de formar hiato en español.
no les corresponde]), pero no queso] y queso de Cúbrales, Por consiguiente, se trata de
tienen acento de frase, jerez [un brandy] y vino de una palabra bisílaba y aguda
chiísmo, chiíta: Asi escribe la Jerez, bunsen {un mechero] y terminada en -m. y las pala
Academia estas dos palabras, mechero de liunsen). bras agudas terminadas en -tn
registradas por primera ve/ élite: Aunque esta palabra vie no se tildan. De hecho, según
en el Diccionario de 1992. ne del francés y en este idio las normas de la Ortografía
Son grafías erróneas. En efec ma es aguda y pronunciada de 1999, la combinación vo-
1 Es o b v io q u e las d udas en ac en tu ac ió n p u ed e n s t r m uy am plias. S on recu rre n tes las que se refieren a los
h iato s (q u e se c o n fu n d en con d ip to n g o s) de v erb o s c o m o reír, freír, ruar, etc En e sto s caso s lo m ejo r es
c o n su ltar un d ic c io n a rio de usos y d u d as o u na o b ra sim ilar (v. $ 5.1.6, p. 47).
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acento
cal abierta tónica + vocal ce rece que no lo es, y el Esbozo cal, se considera como con
rrada átona no forma parte de de una nueva gramática dice sonante para los efectos de la
los hiatos, sino de los dipton que es diptongo, y por consi acentuación». Por consiguien
gos. guiente seria monosílabo, no te, si la y es consonante (a los
Tuy: Dice la Ortografía de 1974 bisílabo, y no debería llevar efectos de la acentuación), Tuy
(§ 36b): «7iíy, bisílabo y lla tilde); segundo, habría que de no puede tildarse (indepen
no, lleva tilde sobre la i/». Tal rogar una norma anterior, nías dientemente de que se consi
afirmación tropieza con algu importante, de la misma Or dere hiato o diptongo). De he
nos problemas: primero, ha tografía de 1974 (p. 24, § 34, cho, la Ortografía académica
bría que saber si actualmente l.V), que dice: «La y final, de 1999 (p. 153) registra Tuy
Tuv es bisílabo (en gallego pa aunque suena como semivo sin tilde.
que las llam adas nuevas normas de prosodia nom bres y exista riesgo de am bigüedad se
v ortografía de 1959 nos dejaron se encuentra acentuarán obligatoriam ente para evitarla».
la norm a que dice así ( Ortografía , 1974, Para dem ostrar cuán necesaria puede ser en
5 38 d): «Los pronom bres éste, ése, aquél, con estos casos la tilde, pone este ejem plo: Dijo
sus femeninos y plurales, llevarán norm al que ésta mañana vendrá. I la tenido que recu
mente tilde, pero será licito prescindir de ella rrir la A cadem ia a un ejem plo casi imposible
cuando no exista riesgo de anfibología. I:\is- (en la realidad nadie se expresa así) para ju s
liría este riesgo en la oración siguiente: Los tificar que existe algún hipotético caso en
niños eligieron a su gusto, éstos pasteles, que la ti Ule sea defendida por razón de am bi
aquéllos bombones. Con tilde, éstos y aque güedad. Lo que habría que decir es que tal
llos representan niños; sin tilde, estos y aque am bigüedad no existe y, por lo tanto, la tilde
llos son determ inativos de pasteles y bombo sobra. Esc m ism o ejem plo podría haberse re
nes. respectivamente». La norm a no puede suelto así: Dijo que, esta, mañana vendrá.
estar peor redactada: lo que debería decir no Com o este uso de las com as es innecesario en
es que esos pronom bres «llevarán norm al la mayor parte de los casos, se dem uestra que
mente tilde, pero será licito prescindir de ella no es preciso em plear tilde alguna.
cuando no exista riesgo de anfibología», sino 4.2. O. Dice la A cadem ia, en la Ortogra
precisamente al revés: «norm alm ente se es fía de 1999 (p. 49): «La conjunción disyunti
cribirán sin tilde, pero será lícito colocársela va o no lleva norm alm ente tilde. Solo cuando
cuando exista riesgo de anfibología». Tal aparece escrita entre dos cifras llevará acento
como está redactada, la regla académ ica ad gráfico, para evitar que se confunda con el
mite la escritura sin tilde com o excepción, cero. Así, 3 ó 4 no podrá tom arse por el
cuando en realidad la excepción debe ser la núm ero 304'». No existe tal riesgo; en prim er
adición de la tilde, solo «cuando exista riesgo lugar por el propio contexto; por ejem plo,
de anfibología». ¿Y cuándo existe riesgo de podem os decir que en el puerto de Barcelona
anfibología? Prácticam ente, nunca. El ejem hay 3 o 4 buques de guerra (que habría que
plo con que la Academ ia pretende convencer escribir tres o cuattv) y seguro que nadie
de que a veces se presentan casos anfibo interpretará que hay 304 buques de guerra; en
lógicos carece de entidad si se puntúa como segundo lugar porque la o y el 0 (cero) im pre
se debe: Los niños eligieron a su gusto: estos, sos son netam ente distintos y nadie interpre
pasteles; aquellos, bombones. Se ve clara tará 3 o 4 com o 304; en tercer lugar porque
mente no solo que la entonación es mucho en 3 o 4 existen espacios separadores, m ien
más clara que la provocada por las tildes aca tras que estos faltan en 304. (A m ayor abun
démicas, sino que tales tildes son inútiles y damiento, esa expresión debería escribirse con
que una buena puntuación es preferible a gran letra, com o se apunta antes, por dos razones:
cantidad de tildes. La Ortografía académ ica se trata de una cifra dubitativa y está formada
de 1999 (p. 49) dice que pueden llevar tilde por núm eros dígitos; así pues, independiente
cuando funcionan com o pronom bres, y aña m ente de cóm o se escriba la o cuando se usa<